Actividad 3 4to 24 de Marzo

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

24 de marzo: Escuela, Memoria y Democracia El 24 de marzo de 1976, la Junta Militar

irrumpió mediante un golpe de Estado y ese mismo día instaló el estado de sitio, intervino
en lugares de trabajo y producció n, suspendió la actividad de los partidos políticos y de los
sindicatos, prohibió el derecho de huelga, anuló las convenciones colectivas de trabajo e
impuso una feroz censura de prensa, entre otras tantas medidas. Tenían un claro objetivo:
la implementació n de un modelo econó mico que benefició a los sectores má s concentrados
de la economía y claramente perjudicó a las/ los trabajadorxs. Para lograr el objetivo no
bastaba con un simple proceso de ordenamiento, sino que había que “transformar normas
y marcos institucionales, administrativos y empresariales; políticas, métodos, há bitos y
hasta la misma mentalidad”, segú n escribió el Ministro de Economía José Alfredo Martínez
de Hoz en las “Bases para una Argentina moderna: 1976-80”. La dictadura militar contó
con el apoyo de grupos econó micos y de amplios sectores civiles, por eso se define como
“Dictadura Cívico Militar”. La dictadura militar, iniciada en 1976 se caracterizó por la
desaparició n sistemá tica de personas. Fueron 30.000 las víctimas de secuestros, torturas,
muertes, robos y apropiació n de bebés nacidos en centros clandestinos de detenció n de
todo el país. La dictadura pretendió borrar el nombre y la historia de sus víctimas. El
terror se utilizó como instrumento de disciplinamiento social y político de manera
constante. La dictadura no admitía ideas contrarias al proceso puesto en marcha, por ello
implementó un plan represivo al margen de la ley que dejó en suspenso las Garantías
Constitucionales

Es así que fue necesario censurar y perseguir maestras/os, profesoras/res, escritoras/es,


artistas, poetas, periodistas, intelectuales, obreras/os y estudiantes. Es decir, el accionar
represivo abarcó también la desaparició n de bienes culturales y simbó licos. La dictadura
cívico militar sostenía que el «enemigo interno» anidaba en los hogares, las escuelas y las
fá bricas. En todos esos ámbitos debía ser detectado y combatido pero, segú n decían, «es
en la educació n donde hay que actuar con claridad y energía para arrancar la raíz de la
subversió n demostrando a los estudiantes la falsedad de las concepciones y doctrinas que
durante tantos añ os les fueron inculcando». Este textual está extractado del documento
“Subversió n en el á mbito educativo (Conozcamos a nuestro enemigo)”, que fue editado por
el Ministerio de Cultura y Educació n de la Nació n en 1977 durante la gestió n de Juan José
Catalá n. La Junta Militar sostenía que se evidenciaban síntomas de «una grave enfermedad
moral que afecta a toda la estructura cultural-educativa» y que la misma era producto de
los excesos de saberes, opiniones, actitudes y prá cticas que habían orientado la política
educativa de las décadas previas.
1). Leemos y analizamos los fragmentos del libro “El Golpe y los niñ os” de Graciela Montes.
“Algunas personas piensan que de las cosas malas y tristes es mejor olvidarse. Otras
personas creemos que recordar es bueno; que hay cosas malas y tristes que no van a
volver a suceder precisamente por eso, porque nos acordamos de ellas, porque no
las echamos fuera de nuestra memoria.
Es el caso de la historia que vamos a contar aquí, algo que pasó en nuestro país hace
ya cuarenta y dos años, cuando todos éramos más jóvenes y muchos de los que están
leyendo estas páginas ni siquiera habían nacido.
El 24 de marzo de 1976 hubo un golpe de Estado.
Un golpe de Estado es eso: una trompada a la democracia. Un grupo de personas,
que tienen el poder de las armas, ocupan por la fuerza el gobierno de un país.
Toman presos a todos: al Presidente, a los diputados, a los senadores, a los
gobernadores, a los representantes que el pueblo había elegido con su voto, y
ocupan su lugar. Se convierten en dictadores. A los amigos los nombran intendentes,
jueces, ministros, secretarios... así todo queda en familia. Se sienten poderosos y
gobiernan sin rendirle cuenta a nadie.
Aunque, por supuesto, como no les gusta que los vean como a ogros, siempre
explican por qué dieron el golpe. Por lo general dicen que es para ‘poner orden’ en
un ‘país desordenado’. Sólo que ponen las cosas donde a ellos les conviene. Como no
creen en la democracia, tampoco creen en la opinión de las personas. Son tan
soberbios que consideran que los únicos que saben lo que le hace falta al país son
ellos y nadie más que ellos. Pero como en realidad no saben, y tampoco tienen
costumbre de pensar ni de reflexionar demasiado, terminan haciendo estropicios y
siempre pero siempre dejan al país un poco o mucho peor de cómo estaba.
En esos casos, las Fuerzas Armadas, que recibieron las armas para defender a los
ciudadanos en caso de ataques extranjeros, las usan para golpear la democracia.
Y ciertos grupos de civiles -los que no tienen ningún interés en los gobiernos
democráticos- los incitan, los apoyan y los aplauden.
En la Argentina hubo varios golpes de Estado antes del que vamos a contar aquí. (...)
No fueron todos iguales, ni se produjeron en iguales circunstancias, pero todos
desconocieron la Constitución, todos fueron un mazazo a la democracia. Y los
argentinos, atontados con tanto golpe, terminamos pensando que era más o menos
normal que cada tanto llegaran unos tipos con tanques y ametralladoras y se
instalaran en la Casa Rosada.
Pero ninguno de esos golpes puede compararse con el que recordamos hoy (...). Lo
de 1976 y lo que sucedió después fue lo peor que nos haya pasado jamás en toda
nuestra historia (...). Esta vez las Fuerzas Armadas en su conjunto se habían puesto
de acuerdo para cortar de un hachazo el sistema constitucional. El ‘Órgano
Supremo’ que se hizo cargo del gobierno -a los golpistas les encantan las palabras
altisonantes- era una Junta: estaba integrada por un general -Jorge Rafael Videla-,
un almirante -Eduardo Emilio Massera y un brigadier -Orlando Ramón Agosti-.
Los tres de perfecto acuerdo, los tres detrás de un único objetivo -o al menos era
eso lo que decían en los discursos-: derrotar a la subversión, aniquilar la guerrilla”.

2). Explicar y contextualizar la dictadura cívico militar y el


golpe de Estado de 1976, haciendo referencia a:
• Lo ocurrido el 24 de marzo de 1976, contexto político y
social de la época.
• ¿Qué es el terrorismo de Estado?
• Figura del “desaparecido”
• Plan sistemá tico de desaparició n de personas y robo de bebés.
https://www.suteba.org.ar/download/pensar-la-dictadura-terrorismo-de-estado-
captulo-1-68687.pdf
Te sugiero ingresar al registro de víctimas del Parque de la Memoria y/o a la Colección
“Dejame que te cuente”, y que elijas el nombre de un desaparecido, de una desaparecida, y
partiendo de los datos que allí se ofrecen, ampliar la investigación e intentar reconstruir
brevemente su historia (su inscripción en la época, su militancia política, las circunstancias de
su desaparición y cómo es recordado o recordada en el presente).

http://museodelamemoria.gob.ar/page/centro_de_estudios/id/2/title/Dejame-que-te-cuente

También podría gustarte