7 Hábitos de Una Persona Altamente Efectiva
7 Hábitos de Una Persona Altamente Efectiva
7 Hábitos de Una Persona Altamente Efectiva
1. Ser proactivo
Es ser una persona que esta atenta a los problemas que puedan surgir y dar
alguna solución rápida y efectiva. También implica ser responsable con el trabajo.
Tener una solución a la mayoría de los problemas no siempre es posible, es por
ello que aquellos que son proactivos buscan moverse constantemente hasta
conseguir resolver todo lo que se tiene planeado.
Ventajas:
Por ello, este estilo de liderazgo combina con el coaching ontológico. Este se
enfoca en comprender y transformar la realidad individual y expandir esta
transformación a ámbitos sociales.
3. Administración personal
Administración del tiempo es el proceso de planificar, organizar, dirigir y
controlar el uso de nuestras actividades con el propósito de lograr los objetivos
o metas.
Cuadrante I
Este cuadrante se compone de todas
aquellas cosas que son importantes y
urgentes. Son tareas que no pueden ser
postergadas debido a lo urgente de su
naturaleza y las que debemos solucionar
cuanto antes. Por ejemplo estás terminado
de hacer tu presentación para el trabajo y
se te corta la luz y recuerdas que no
pagaste la factura, debes salir corriendo a
solucionar eso, no solo por tu trabajo sino
por todos los inconvenientes que puedes
llegar a tener: heladera, calefón, etc.
Cuadrante II
Se compone de aquellas cosas que no son urgentes en el corto plazo pero que sí
son importantes a largo plazo. Por ejemplo sabemos que realizar ejercicio
contribuye a mejorar nuestra salud, no es algo que debamos salir corriendo a
hacer pero si podemos planificarlo para empezar dentro de 1 mes.
Cuadrante III
Tanto las interrupciones como las llamadas imprevistas forman parte de este
cuadrante. Estas tareas si bien deben ser realizadas lo ideal sería que logres
encontrar a alguien más para que las haga.
Cuadrante IV
Stephen Covey asegura que este es el cuadrante inútil. Aquí debemos depositar
todo lo que no sea importante ni urgente, que simplemente nos quitaría tiempo sin
sumarnos nada. Como por ejemplo: perder el tiempo en Facebook, consultar el
correo cada 10 minutos, etc.
4. Beneficio mutuo
Cuando llegamos a este hábito, llegamos a un límite por decirlo de cierta
forma. Dejamos la zona en la que nosotros hemos sido el centro y el foco de
acción, para actuar sobre y con otras personas. Pasamos de hablar de
independencia a interdependencia.
El cuarto hábito, suele suponer un gran sacrificio, especialmente para
organizaciones que vienen funcionando desde hace tiempo. Cuando se pretende
trabajar con los hábitos de gestión eficaz por primera vez, esté hábito suele poner
de manifiesto, los paradigmas existentes de dicha organización. Y cuando esto
sucede, hay que atacar al problema de raíz, y con determinación, en otro caso, no
se logra el objetivo.
A continuación, van algunos lineamientos prácticos, que permiten trabajar en la
dirección del hábito ganar/ ganar:
1. Fortalecer las relaciones. Este hábito exige un profundo nivel de
confiabilidad. Como líderes, debemos lograr que los demás realmente
confíen en que, si gana la empresa, entonces ganamos todos. Muchas
veces, podemos caer como víctimas de un discurso que ya muchos
conocen. Comenzamos con muchas promesas, que luego se diluyen
en el tiempo. Si decimos, y cuantificamos (cosa que es altamente
recomendable) objetivos y recompensas, debemos cumplirlas, y en el
corto plazo. Esta confianza, debe promoverse y mantenerse en todos
los niveles de la organización.
2. Claro enfoque en procesos. Desde la alta dirección y nivel de
gerencia, se propone siempre trabajar con enfoque a procesos. Como
tal, ser capaz de distinguir cuál es la actividad clave y que aporta valor
a la organización, dentro de cada sector. Identificar los elementos
claves y distinguir claramente los recursos humanos.
Una vez que tenemos claro el esquema del proceso en cuestión, y o de los
distintos procesos de nuestra organización pasar al siguiente nivel:
Contemplar el problema o el desafío planteado, y pararse en las
distintas posiciones, según la cantidad y calidad de los actores de dicho
proceso. Desarrollar empatía, y proponer retos que contemplen las
necesidades y las motivaciones de todos.
Identificar en cada proceso, cuáles son los aspectos claves, y con base
a los cuales se obtendrán los resultados definitorios. Independizarse de
los puntos de vista y hacer foco en dichos aspectos.
Distinguir y favorecer nuevas maneras de abordar los mismos
problemas o los mismos objetivos.
3. Generar y adaptar los sistemas a la filosofía ganar/ganar. Tenemos
que ser coherentes con la filosofía y la política con la cual queremos
trabajar. Si nuestro foco, es hacer que todos comprendamos que solo
el beneficio mutuo es el camino para el real sustento y crecimiento de
la organización, debemos demostrarlo. Para ello, debemos disponer de
sistemas que sean capaces de dar ese sustento, y estos deben ser
comprendidos y mantenidos a todos los niveles. No solo debemos tener
un sistema de gestión de documentos, por ejemplo, sino que tenemos
que mostrar que dicho sistema requiere la participación de ciertos
actores, para que en verdad funcione.
5. Comunicación efectiva
Estrategias para lograr una comunicación efectiva
Escuchar antes de hablar. Independientemente de que seamos
nosotros los que tenemos que transmitir un mensaje, antes de hablar
es necesario escuchar. También cuando decimos escuchar, tenemos
que comprender que debemos saber escuchar. No es dejar hablar al
otro cuanto, y como quiera, y luego nosotros emitimos lo que teníamos
pensado. Es un poquito más complejo que eso. Los expertos hablan de
una palabra clave en este sentido: “comprender”.
Tratar siempre de comprender antes de emitir juicios. Por
naturaleza humana, nos vemos tentados a emitir juicios u opiniones,
basadas en nuestros conceptos y valores. La empatía es una cualidad
que todo gestor de equipos de trabajo, debe proponer como objetivo.
Aunque el enojo o la molestia ante cierto comentario pueda
molestarnos, tratemos de hacer el ejercicio de ponernos en el lugar del
otro. Hablar desde el enojo, nunca aportará a una comunicación
efectiva.
Considerar que no solo las palabras comunican. Los especialistas
en temas de comunicación, estiman que solo un 10% del mensaje que
les llega a las personas es a través de las palabras. ¿Con qué más
comunicamos? Con el lenguaje corporal y con nuestra voz. Se habla
que un 60% de los conceptos e ideas que le llegan al interlocutor es a
través del lenguaje corporal y un 30% a través de la forma en la que
hablamos.
6. Interdependencia
El hábito de la sinergia o de la interdependencia, como también se lo conoce,
plantea como estrategia, el generar permanentemente relaciones interpersonales
saludables. ¿Qué significa en un contexto organizacional, relaciones saludables?
Significa vínculos sólidos, a través de los cuales, todos buscan efectividad y
cooperación por parte de los demás.
incluir este hábito como parte de la estrategia de gestión, implica priorizar ciertas
pautas. A continuación, va un resumen de las principales:
Ser proactivo y tomar iniciativas, aún o especialmente en situaciones
difíciles. La proactividad es una actitud que se contagia fácilmente y la
cual genera empatía.
Ordenar para optimizar. Un ejemplo concreto, puede ser el de
preparar con anticipación una reunión con los directores de la empresa.
Llegar a dicha reunión con las cosas claras, y tomando la iniciativa,
incluso la de seguir una agenda.
Plantear alternativas ante las diferencias. Ante las diferencias de
opinión, propuestas, siempre es bueno plantear alternativas. Abrir el
escenario de discusión, y que se plantee, incluso un sano debate sobre
dichas diferencias. Esta conducta establece naturalmente una
interdependencia que luego puede trasladarse a planes de trabajo
conjuntos. Cuando esto sucede, se genera un alto grado de empatía, y
el equipo de trabajo, dirige sus fuerzas en una única dirección.
Dedicar tiempo a conocer a los otros. Sin llegar a hacer análisis
psicológicos, es importante aprender a comprender las respuestas del
otro. De esta forma, nosotros e individualmente, podemos reaccionar
mejor.
7. Mejora continua
El séptimo hábito, es un hábito que generalmente motiva mucho. Así como
llegamos a esos momentos en los que deseamos renovar la decoración de
nuestro hogar, por ejemplo, este hábito nos propone renovarnos. Ahora bien, que
esta renovación es integral, dado que nos propone hacerlo en todos los planos.
Para cada uno de ellos, existe un porque y un para qué.
Motivación física. Refiere a la forma en que somos tratados, y las
sensaciones físicas que experimentamos. Cualquiera de nosotros
comprendemos rápidamente que si somos tratados con amabilidad y
simpatía, experimentamos una sensación agradable. Como respuesta,
sentimos que nos gusta estar al lado de esa persona que nos genera
esa sensación. Este hábito, nos propone que indaguemos acerca de
cuáles son esas personas o esos ambientes que nos generan ese tipo
de sensaciones. También es válido, el de proponerse ser protagonista y
generar hacia los demás, dicho ambiente.
Motivación mental. Cuando pensamos en esta dimensión, la
organización a la que pertenecemos es el escenario en el que debemos
encontrar elementos motivacionales. Esta responsabilidad, la de
generar oportunidades y desafíos para las personas, es compartida.
Esto quiere decir, que tanto la organización como el individuo, deben
estar predispuestos y abiertos a generar condiciones proactivas. La
capacitación, el entrenamiento en un nuevo cargo, la ampliación del
área de responsabilidad, pueden ser algunos de esos desafíos que
signifiquen un reto y una motivación para continuar.
Motivación social. Renovarnos en esta área, significa fortalecer y
desarrollar vínculos personales. Estos vínculos pueden referir tanto a
los compañeros más inmediatos, así como a otros ámbitos de la
organización, incluso fuera de ello. Los seres humanos somos seres
para estar en sociedad, y el interactuar con los otros, significa un
elemento de entrada muy importante para nuestro desarrollo.
Motivación espiritual. Independientemente de nuestras ideologías,
religiones o filosofía, todos tenemos un área en el que nuestros valores
y pensamientos, cobran una dimensión espiritual. Este aspecto, y
según Covey, integra a lo que llama “afilar la sierra”.