Modulo I 1.1 DHSOE (NS) 2022

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 30

“El conocimiento es navegar en un océano de

incertidumbre a través de archipiélagos de certezas”

EDGAR MORIN

EQUIPO SOCIOEMOCIONAL
Coordinadora:
Mg. Lic. Cecilia González de Cruz
Equipo docente:
Prof. Ester Erika Maraz Ruiz
Prof. Andrea del Carmen, Reynaga
Lic. Matías Montiel
Tutora Virtual:
Prof. Astigueta Camila Giselle
MODULO I
CONTENIDOS
1.1. ¿Conceptualización ¿De qué hablamos cuando hablamos de
educación socioemocional (ESO)? ¿Qué son las emociones?
Desarrollo habilidades socioemocionales (DHSOE). Conductas
empáticas, prácticas asertivas. Propuesta ESOE para el Nivel Secundario
(NS).
1.2. Contribuciones de la Neuroeducación en los procesos de
enseñanza y aprendizaje.
1.3. Pedagogías de los cuidados, enfoque socioeducativo intra y
extraescolar. Clima escolar, ambientes de confianza.

PRESENTACION DEL TEMA PARA LA DISCUSIÓN


Está capacitación tiene un valor diferenciado, apoyándonos en la palabra de
cómo lo presenta Banchs (2000) “las relaciones interpersonales, cara a cara,
construyen representaciones sociales, que mediante la interacción se produce
un conocimiento simbólico común para las relaciones sociales.” Por tanto, lo
socioemocional, es un concepto al que se le ha asignado la importancia de
contribuir al proceso de enseñanza-aprendizaje. (Merino y Muñoz, 2013). “Al
potenciar el bienestar y aprendizaje socioemocional de los alumnos, redunda
también en mayores logros académicos, a través de la generación de ambientes
nutritivos, el desarrollo de competencias necesarias para aprovechar la
experiencia académica, el desarrollo de una relación positiva entre estudiantes
y docentes y el fortalecimiento de la autoestima”: (Milic et al., 2014, p.115).
La presente capacitación aportará en la generación de conocimientos para la
realidad educacional, al obtener una visión que permita comprender la
consecuencia de lo SOE en la práctica de los docentes. Se espera que en
términos prácticos aportará a visualizar la importancia que lo socioemocional
tiene, al impactar no sólo en la esfera afectiva, sino también en el rendimiento
escolar. Permitiendo dar énfasis al desarrollo de competencias, habilidades
socioemocionales al interior del aula para la generación de vínculos entre
docentes, estudiantes y comunidad educativa, potenciando la autoestima de los
estudiantes y motivación por generar un apego escolar, que potencie las
habilidades intrapersonales e interpersonales definidas como competencias del
siglo XXI y claves para el desarrollo de una sociedad.
En el 2016 en Latinoamérica, se constituyó una Mesa Regional de Cooperación
Técnica sobre Competencias Transversales y Socioemocionales (MESACTS)
conformada por entidades públicas de Argentina, Colombia, Costa Rica, Chile,
El Salvador, México, Paraguay, Perú y Uruguay.
El objetivo propuesto, fue lograr cooperación técnica e intercambio de
experiencias para consolidar procesos de fortalecimiento de las competencias
transversales y socioemocionales (CTSE) de los países de la región. Se trata de
identificar claves para las políticas públicas de los países participantes.
La formación profesional formal de los educadores, así como el desarrollo
profesional docente en ejercicio en el área del aprendizaje socioemocional aún
está insuficientemente desarrollada o prácticamente ausente (Bassi, Busso,
Urzua & Vargas, 2012; Palmer, Gardner, & Stough, 2003). Siendo los docentes
los principales implementadores de programas para el fortalecimiento de
competencias socioemocionales de niños y jóvenes, se ha demostrado que tanto
su bienestar personal como el propio desarrollo de sus CTSE son elementos
fundamentales para un aprendizaje socioemocional exitoso de los estudiantes
(Schonert-Reichl, 2017; Reyes, Brackett, Rivers, Elbertson & Salovey, 2012). Se
ha mostrado también, que la escasa formación socioemocional de los
educadores tiene efectos perjudiciales para los estudiantes, así como para el
mismo bienestar profesional (Schonert-Reicht 2017).
Atendiendo a la voz de los educadores, ellos tienden a considerar que el
desarrollo socioemocional es un elemento clave del proceso de enseñanza-
aprendizaje, que beneficia a los estudiantes en muchos ámbitos de su vida,
incluyendo rendimiento escolar y adaptación social. Sin embargo, sienten que,
para implementar efectivamente programas en este ámbito, necesitan formación
y un fuerte apoyo de parte de los líderes escolares (Schonert-Reichl, 2017).
La UNESCO recomienda, “Incluir las habilidades socioemocionales en los
programas de formación docente, tanto en la formación inicial como en la
práctica de la docencia, y en programas de desarrollo profesional, con el objetivo
de abordar el estrés e impulsar las competencias emocionales y sociales en el
salón de clases”.
Desde tiempos remotos se consideraba fundamental formar a los hombres
(dicho no desde una visión que omite a las mujeres en el uso del lenguaje, sino
porque efectivamente, se formaba sólo a los hombres) de manera integral. Por
ejemplo, para los griegos la educación debía enfocarse no sólo al desarrollo del
conocimiento, sino también al desarrollo de las capacidades físicas y artísticas
de los educandos. Por su parte, en el documento sobre el Paradigma pedagógico
ignaciano, la Compañía de Jesús especifica que: Hay que poner en juego la
memoria, el entendimiento, la imaginación y los sentimientos para captar el
significado y valor esencial de lo que se está estudiando, para descubrir su
relación con otros aspectos del conocimiento y la actividad humana, para
apreciar sus implicaciones en la búsqueda continua de la verdad. (ICAJE, 1993,
p. 325)
A pesar de lo anterior, durante muchos años la educación ha enfatizado el
desarrollo de las capacidades intelectuales y las habilidades de las personas,
dejando en un segundo plano todo aquello que parece no ser útil al mercado
laboral: la educación artística, la educación física y, particularmente, la
educación socioemocional. Sin embargo, el costo de haber puesto todos estos
aspectos en un lugar secundario ha tenido evidentes repercusiones, tanto en el
plano personal, como en el social. En especial, en lo que se refiere a la falta de
un manejo adecuado de las emociones que derivan en situaciones como: el
incremento de la violencia, tanto a nivel personal como social; la indiferencia de
las personas ante situaciones alarmantes de desigualdad injusticia social.
Todos ellos, elementos sintomáticos que ponen de manifiesto la necesidad de
formar no sólo personas que tengan los conocimientos y las habilidades que se
requieren para insertarse en el mercado laboral, sino personas con la capacidad
de reconocer sus propias emociones, de expresarlas sin agraviar a los otros, y
con la capacidad de reconocer y aceptar también las emociones de los demás.
Para ello, es importante incorporar diversas estrategias, en los diferentes
espacios educativos, que permitan formar personas emocionalmente maduras y
mentalmente sanas, así como generar una convivencia más pacífica, que derive
en una sociedad más armónica y menos violenta.
Aproximaciones teóricas sobre la educación socioemocional: El marco teórico de
la educación socioemocional se centra en las aportaciones de la Pedagogía, la
Psicología y la Neurociencia. Desde la Pedagogía, Pestalozzi, Montessori,
Freinet y Freire, entre los más relevantes, enfatizaron la importancia de la
educación afectiva y la importancia de integrar lo cognitivo con lo afectivo, para
lograr un aprendizaje efectivo. Desde la Teoría de las emociones hay numerosas
aportaciones, entre ellas se encuentran las contribuciones emocionales como
parte esencial del desarrollo integral de la persona, con el objeto de capacitarla
para la vida. El objetivo de la educación socioemocional es desarrollar aquellas
competencias que están íntimamente asociadas con las habilidades sociales
para relacionarnos mediante la comunicación verbal y no verbal (Montoya, 2017:
59). Por su parte, Fredrickson (2001:218-226) ha encontrado en sus
investigaciones que las emociones positivas permiten construir recursos que se
materializan en esquemas de comportamiento, estrategias de afrontamiento y
mecanismos de pensamiento que se aplican ante las diversas situaciones de la
vida. Asimismo, Céspedes (2013:22) plantea que, cuando una persona ha
recibido una óptima educación de sus emociones, es capaz de expresar los
sentimientos más elevados: es optimista, generosa, empática, flexible y sabe
perdonar. En esta línea, Mortiboys (2016) plantea que enseñar con inteligencia
emocional conlleva varios retos: el primero consiste en que el docente se vea a
sí mismo como un ser emocional, que experimenta una gama de emociones y
que éstas no se pueden separar de su desempeño en el aula; el segundo, es
que reconozca a los alumnos como seres emocionales, cuyas emociones deben
ser respetadas en las interacciones en el salón de clases; y el tercero, que
estudiante sea capaz de ver al maestro como un ser emocional, contra la idea
de un ser impasible. Recomendaciones para el aula es analizar aquellas
situaciones emocionales dentro del marco racionalidad-irracionalidad, a fin de
mostrar la manera como las percepciones de los acontecimientos en el ambiente
cotidiano, a partir de nuestros pensamientos y emociones positivas y negativas,
pueden dar como resultado valoraciones subjetivas que lleven a estados
emocionales de bienestar o de malestar. Conducir al grupo a la identificación de
sus emociones como camino a un mayor autoconocimiento y regulación
emocional resultantes de las situaciones cotidianas en el aula, como la
frustración por obtener bajas calificaciones, la fragilidad en sus reacciones al
recibir retroalimentación, los reclamos ante la percepción de inequidades en el
trato por parte del docente, entre muchas otras. Mostrar un interés y afecto
genuinos por todos y cada uno de los alumnos como una forma de expresar
calidez y cercanía, junto con la firmeza en el cumplimiento de los acuerdos de
responsabilidades y formas de interacción en el aula. Mantener el optimismo y
actitudes positivas a pesar de que las cosas no marchen como las planeamos.
En especial, no perder de vista el modelo de congruencia entre lo que pensamos,
sentimos y actuamos. Se puede afirmar que la educación emocional debe ser
una prioridad, ya que fortalece la formación en competencias emocionales, tan
necesarias en estos tiempos de incertidumbre, violencia y pérdida de referentes
éticos en nuestra sociedad. En este sentido, es necesario contar con un
programa de formación docente enfocado al desarrollo de las competencias
socioemocionales y su aplicación en el aula, y con la apertura para brindar
apoyo, tanto a los docentes como a los alumnos que así lo requieran. Asimismo,
es fundamental diseñar campañas de sensibilización emocional a fin de
promover la importancia de estas competencias. En la parte instrumental en el
aula se requiere la planificación de experiencias y actividades de aprendizaje
que propicien la reflexión, dirigidas a objetivos específicos y con los recursos
disponibles, apoyadas en el desarrollo de cualidades éticas y afectivas. En
especial, que contribuyan a fortalecer la autoestima, el autocontrol, la autonomía
y la capacidad de interrelación personal.
A este respecto, destacan los objetivos de la educación socioemocional
propuestos por Bisquerra (2009: 197):
• Adquirir un mejor conocimiento de las propias emociones.
• Aprender a identificar las emociones de los demás.
• Aprender a regular las propias emociones.
• Aprender a prevenir los efectos de las emociones negativas.
• Desarrollar la habilidad de generar emociones positivas.
• Desarrollar la habilidad de relacionarse de manera positiva con los
demás.
En el nivel de la actuación dentro del aula, el desempeño personal engloba
fundamentalmente cualidades comunicativas y valores de relación interpersonal.
Las competencias motivacionales implican la satisfacción intrínseca en el
desarrollo de la tarea docente y el involucramiento gratificante en su realización.
Toro (2010: 54) recomienda llegar con tiempo al salón de clases, calmar,
nuestras ansiedades e inquietudes y dejarnos envolver por el silencio y la
quietud, de tal manera que conectemos nuestros circuitos energéticos y los
dejemos fluir.
El clima emocional en el aula
De acuerdo con Toro (2010: 46), la disposición de un aula debe favorecer en sí
misma la serenidad, la disposición al trabajo, el encuentro interpersonal, los
intercambios de relaciones y, principalmente, la alegría de estar. De aquí que el
clima emocional en el aula sea determinante para el logro del aprendizaje. Por
su parte, las competencias socioemocionales tienen un papel fundamental en las
interacciones dentro del aula, tanto docente-alumnos como entre los alumnos,
ya que las emociones determinan los insumos de entrada y la elaboración de la
respuesta.
Así, las emociones positivas, como la aceptación o la afectividad, pueden
favorecer la expansión de nuestro pensamiento y nuestra creatividad; en tanto
que las emociones negativas, como el rechazo, la intolerancia o la violencia,
pueden afectar y entorpecen los procesos racionales. Cabe señalar que por
negativo se entiende la manifestación abierta de animadversión o rechazo hacia
alguna persona, en este caso un alumno. De igual forma, es importante llamar la
atención sobre el hecho de que la aceptación incondicional de alguien puede
desvirtuar nuestra objetividad respecto a la equidad en la evaluación. En este
sentido, tanto las emociones positivas como las negativas se expresan en una
gama de matices más que en forma dicotómica, y que las emociones
identificadas como negativas pueden llevar a conductas o resultados positivos,
como es el caso de la insatisfacción que conduzca a un mejor desempeño; así
como la alegría puede derivar en un sentido de confort y conformismo.
Con base en esta plataforma, un primer trabajo es la reflexión honesta del nivel
de desarrollo de nuestras competencias emocionales y el compromiso de
mantener una formación permanente que fortalezca nuestra parte emocional. Lo
anterior implica tener conciencia de nuestros procesos emocionales, así como
de la posibilidad de controlarlos, además la forma como enfrentamos las
situaciones negativas dentro del salón de clases. En la parte instrumental en el
aula se requiere la planificación de experiencias y actividades de aprendizaje
que propicien la reflexión, dirigidas a objetivos específicos y con los recursos
disponibles, apoyadas en el desarrollo de cualidades éticas y afectivas. En
especial, que contribuyan a fortalecer la autoestima, el autocontrol, la autonomía
y la capacidad de interrelación personal.
Con estas bases, el docente puede actuar como un mediador de las emociones
de los alumnos, seleccionar, programar y presentarles aquellos incentivos que
modifiquen su trayectoria emocional, los hagan sentir bien consigo mismos los
ayuden a desarrollar la capacidad para regular sus reacciones emocionales.
Toro (2010: 54) recomienda llegar con tiempo al salón de clases, calmar nuestras
ansiedades e inquietudes y dejarnos envolver por el silencio y la quietud, de tal
manera que conectemos nuestros circuitos energéticos y los dejemos fluir. El
clima emocional en el aula de acuerdo con Toro (2010: 46), la disposición de un
aula debe favorecer en sí misma la serenidad, la disposición al trabajo, el
encuentro interpersonal, los intercambios de relaciones y, principalmente, la
alegría de estar. De aquí que el clima emocional en el aula sea determinante
para el logro del aprendizaje. Por su parte, las competencias socioemocionales
tienen un papel fundamental en las interacciones dentro del aula, tanto docente-
alumnos como entre los alumnos, ya que las emociones determinan los insumos
de entrada y la elaboración de la respuesta.
Así, las emociones positivas, como la aceptación o la afectividad, pueden
favorecer la expansión de nuestro pensamiento y nuestra creatividad; en tanto
que las emociones negativas, como el rechazo, la intolerancia o la violencia,
pueden afectar y entorpecen los procesos racionales. Cabe señalar que por
negativo se entiende la manifestación abierta de animadversión o rechazo hacia
alguna persona, en este caso un alumno. De igual forma, es importante llamar la
atención sobre el hecho de que la aceptación incondicional de alguien puede
desvirtuar nuestra objetividad respecto a la equidad en la evaluación. En este
sentido, tanto las emociones positivas como las negativas se expresan en una
gama de matices más que en forma dicotómica, y que las emociones
identificadas como negativas pueden llevar a conductas o resultados positivos,
como es el caso de la insatisfacción que conduzca a un mejor desempeño; así
como la alegría puede derivar en un sentido de confort y conformismo. De esta
forma, cobra relevancia el conocimiento personal sobre recomendaciones para
el aula analizar aquellas situaciones emocionales dentro del marco racionalidad-
irracionalidad, a fin de mostrar la manera como las percepciones de los
acontecimientos en el ambiente cotidiano, a partir de nuestros pensamientos y
emociones positivas y negativas, pueden dar como resultado valoraciones
subjetivas que lleven a estados emocionales de bienestar o de malestar.
Conducir al grupo a la identificación de sus emociones como camino a un mayor
autoconocimiento y regulación emocional resultantes de las situaciones
cotidianas en el aula, como la frustración por obtener bajas calificaciones, la
fragilidad en sus reacciones al recibir retroalimentación, los reclamos ante la
percepción inequidades en el trato por parte del docente, entre muchas otras.
Mostrar un interés y afecto genuinos por todos y cada uno de los alumnos como
una forma de expresar calidez y cercanía, junto con la firmeza en el cumplimiento
de los acuerdos de responsabilidades y formas de interacción en el aula.
Mantener el optimismo y actitudes positivas a pesar de que las cosas no marchen
como las planeamos. En especial, no perder de vista que actuamos como
modelo de congruencia entre lo que pensamos, sentimos y actuamos. A manera
de cierre de este ensayo, se puede afirmar que la educación socioemocional
debe ser una prioridad en las instituciones, colegios, ya que fortalece la
formación en competencias emocionales, tan necesarias en estos tiempos de
incertidumbre, violencia y pérdida de referentes éticos en nuestra sociedad. En
este sentido, es necesario contar con un programa de formación docente
enfocado al desarrollo de las competencias socioemocionales y su aplicación en
el aula, y con la apertura para brindar apoyo, tanto a los docentes como a los
alumnos que así lo requieran. Asimismo, es fundamental diseñar campañas de
sensibilización emocional a fin de promover la importancia de estas
competencias. Por otra parte, se podría impulsar proyectos hacia los niveles
educativos previos para que se amplíe su incorporación en el trabajo docente.
Hace unos años la UNESCO publicó el Informe Delors, donde se
hace referencia a los cambios de estilos de vida que vive el mundo
contemporáneo, se analizan las tensiones que ello provoca y
plantea soluciones y alternativas para la educación del siglo XXI.
El informe dice textualmente: “Eso que proponemos supone
trascender la visión puramente instrumental de la educación
considerada como la vía necesaria para obtener resultados (dinero,
carreras, etc.) y supone cambiar para considerar la función que tiene
en su globalidad la educación: la realización de la persona, que toda
entera debe “aprender a ser”. A continuación, el informe explica los
cuatro pilares de la educación, en los que se hace clara referencia
al mundo emocional:
1. Aprender a conocer, lo que equivale a dominar los
instrumentos del conocimiento. Pero asegura que los
métodos que deben ser utilizados para conocer deben
favorecer el placer de comprender y descubrir, es decir,
factores emocionales unidos al aprendizaje que lo
potencian y lo hacen estimulante.
2. Aprender a hacer, lo que implica adquirir una formación
para poder desempeñar un trabajo y a la vez una serie de
competencias personales, como trabajar en grupo, tomar
decisiones, crear sinergias, etc. Estas son competencias
que forman parte de la I.E. (inteligencia emocional) como
veremos más adelante.
3. Aprender a convivir y trabajar en proyectos comunes.
Este es uno de los retos para este siglo, donde la
convivencia entre personas diferentes nos obliga a
descubrir lo que tenemos en común y a comprender que
todos somos interdependientes. Pero para descubrir al
otro antes tenemos que descubrirnos a nosotros mismos.
Otra vez el informe hace referencia a competencias
propias de la inteligencia emocional, como el
autoconocimiento, la empatía y la destreza social.
4. Aprender a ser, refiriéndose al desarrollo total y máximo
posible de cada persona, a su proceso de autorrealización
que diría Maslow. Esta referencia a la educación integral,
por sí sola justificaría la necesidad de educar con
inteligencia emocional.
Se destaca asimismo el papel de las emociones haciendo hincapié
en la necesidad de educar la dimensión emocional del ser humano
junto a su dimensión cognitiva, tarea en la que se ha centrado
tradicionalmente el entorno educativo.
Es preciso reconocer, como nos dice Goleman, que todos tenemos
dos mentes: una que piensa y otra que siente, pero ¿acaso razón y
emoción se oponen? Ahora sabemos que no, que son dos formas
fundamentales de conocimiento que interactúan para construir
nuestra vida mental.
Ambas mentes tienen que ser atendidas en toda situación de la vida,
no debe haber predominio ni oposición, y en todo momento se debe
buscar su equilibrio, ya que los sentimientos son indispensables
para la toma racional de decisiones, porque nos orientan en la
dirección adecuada para sacar el mejor provecho a las posibilidades
que nos ofrece la fría lógica. Por lo tanto, ambos componentes de la
mente aportan recursos sinérgicos: el uno sin el otro resulta
incompletos e ineficaces.
Todos hemos comprobado que, cuando aparecen problemas
importantes en la vida, determinadas habilidades son las que nos
ayudan a solucionarlos, es nuestra madurez emocional la que nos
suele guiar cuando nos tenemos que enfrentar a situaciones difíciles
o tareas muy importantes. Sin embargo, la educación continúa
esforzándose por desarrollar la mayor cantidad de contenidos de las
áreas cognitivas, no prestando suficiente atención al desarrollo de
las habilidades emocionales del alumnado.
Hace 2200 años Platón decía:” La disposición emocional del alumno
determina su habilidad para aprender”. Pues bien, si el desarrollo
intelectual de nuestros alumnos nos preocupa y hacemos lo posible
por mejorar su nivel de aprendizaje, conviene recordar que, aun
cuando el intelecto puede estar excelentemente desarrollado, el
sistema de control emocional puede no estar maduro y en ocasiones
logra sabotear los logros de una persona altamente inteligente. La
emoción es más fuerte que el pensamiento, incluso puede llegar a
anularlo.
Entonces podemos preguntarnos: ¿Qué estamos haciendo para
desarrollar las habilidades de madurez emocional de nuestros
alumnos que les permitirán potenciar su formación académica
y elevar su nivel de aptitud social y emocional? Pero ¿a qué
nos referimos cuando hablamos de inteligencia emocional?
Habitualmente estamos acostumbrados a relacionar la inteligencia
con la capacidad de raciocinio lógico, con las competencias que
componen el cociente intelectual como son la capacidad de análisis,
comprensión, retención, resolución de problemas de índole
cognitivo, etc. hoy se está empezando a tener en cuenta y a valorar
más la denominada "inteligencia emocional", que determina cómo
nos manejamos con nosotros mismos y con los demás.
Esto surge de la siguiente manera, en 1983 Howard Gardner
desarrolló el modelo de Inteligencias Múltiples, donde proponía una
nueva visión de la inteligencia como una capacidad múltiple, como
un abanico de capacidades intelectuales, reconociendo que existen
otros tipos de inteligencia aparte de la cognitiva. De los ocho tipos
de inteligencias que definió Gardner, dos de ellas, denominadas
inteligencia intrapersonal e inteligencia interpersonal llamaron la
atención de Peter Salovey y John Mayer, psicólogos de dos
prestigiosas universidades americanas, los cuales definieron sus
competencias, presentándolas bajo el término “Inteligencia
Emocional”.
Esta expresión, por lo tanto, fue acuñada por estos dos psicólogos
en 1990. Salovey y Mayer la describían como "una forma de
inteligencia social que implica la habilidad para dirigir los propios
sentimientos y emociones y los de los demás, saber discriminar
entre ellos, y usar esta información para guiar el pensamiento y la
propia acción". Sin embargo, ha sido a raíz de la publicación en 1995
del libro de Daniel Goleman, "La inteligencia emocional en la
Empresa”, cuando ha recibido mucha más atención en los medios
de comunicación y en el mundo educativo y empresarial.
La inteligencia emocional es por lo tanto un conjunto de destrezas,
actitudes, habilidades y competencias que determinan la conducta
de un individuo, sus reacciones, estados mentales, etc., y que puede
definirse, según el propio Goleman, como la capacidad de
reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de
motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones.

Este término incluye, dos tipos de inteligencias, según el concepto


de Inteligencias Múltiples de Howard Gardner:

1.La Inteligencia Personal /Interpersonal que está compuesta a


su vez por una serie de competencias que determinan el modo en
que nos relacionamos con nosotros mismos.
Esta inteligencia comprende tres componentes:
• Conciencia en uno mismo: es la capacidad de reconocer y
entender en uno mismo las propias fortalezas, debilidades, estados
de ánimo, emociones e impulsos, así como el efecto que éstos
tienen sobre los demás y sobre el trabajo.
Podemos definir la conciencia emocional como la capacidad para
tomar conciencia de las propias emociones y de las emociones de
los demás, incluyendo la habilidad para captar el clima emocional
de un contexto determinado. Dentro de este bloque se pueden
especificar una serie de aspectos como los siguientes.
Toma de conciencia de las propias emociones. - Es la capacidad
para percibir con precisión los propios sentimientos y emociones;
identificarlos y etiquetarlos. Contempla la posibilidad de
experimentar emociones múltiples y de reconocer la incapacidad de
tomar consciencia de los propios sentimientos debido a inatención
selectiva o dinámicas inconscientes.
Dar nombre a las emociones. - Es la eficacia en el uso del
vocabulario emocional adecuado y utilizar las expresiones
disponibles en un contexto cultural determinado para designar los
fenómenos emocionales.
Comprensión de las emociones de los demás. - Es la capacidad
para percibir con precisión las emociones y sentimientos de los
demás y de implicarse empáticamente en sus vivencias
emocionales. Incluye la pericia de servirse de las claves
situacionales y expresivas (comunicación verbal y no verbal) que
tienen un cierto grado de consenso cultural para el significado
emocional.
Tomar conciencia de la interacción entre emoción, cognición y
comportamiento. - Los estados emocionales inciden en el
comportamiento y éstos en la emoción; ambos pueden regularse por
la cognición (razonamiento, conciencia). Emoción, cognición y
comportamiento están en interacción continua, de tal forma que
resulta difícil discernir que es primero. Muchas veces pensamos y
nos comportamos en función del estado emocional.
La conciencia emocional es el primer paso para poder pasar a las
otras competencias emocionales. (Rafael Bisquerra)

• Autorregulación/ control de sí mismo/ Qué es Autonomía Emocional?


La definición de autonomía emocional la podemos entender como
un concepto amplio que incluye un conjunto de características y
elementos relacionados con la autogestión personal, entre las que
se encuentran la autoestima, actitud positiva ante la vida,
responsabilidad, capacidad para analizar críticamente las normas
sociales, la capacidad para buscar ayuda y recursos, así como la
autoeficacia emocional. Como micro competencias incluye las
siguientes.
Autoestima. - Esta característica de la Autonomía Emocional se
refiere a tener una imagen positiva de sí mismo; estar satisfecho de
sí mismo; mantener buenas relaciones consigo mismo. La
autoestima tiene una larga tradición en investigadora y en
educación.
Automotivación. - Es la capacidad de automotivarse e implicarse
emocionalmente en actividades diversas de la vida personal, social,
profesional, de tiempo libre, etc. Motivación y emoción van de la
mano. Automotivarse es esencial para dar un sentido a la vida.
Autoeficacia emocional. - Esta otra característica de la Autonomía
Emocional se refiere a la percepción de que se es capaz (eficaz) en
las relaciones sociales y personales gracias a las competencias
emocionales. El individuo se percibe a sí mismo con capacidad para
sentirse como desea; para generarse las emociones que necesita.
La autoeficacia emocional significa que se acepta la propia
experiencia emocional, tanto si es única y excéntrica como si es
culturalmente convencional, y esta aceptación está de acuerdo con
las creencias del individuo sobre lo que constituye un balance
emocional deseable. En caso contrario, el individuo está en
condiciones de regular y cambiar las propias emociones para
hacerlas más efectivas en un contexto determinado. Se vive de
acuerdo con la propia “teoría personal sobre las emociones” cuando
se demuestra autoeficacia emocional, que está en consonancia con
los propios valores morales.
Responsabilidad. - Se refiere a la capacidad para responder de
los propios actos. Es la intención de implicarse en comportamientos
seguros, saludables y éticos. Asumir la responsabilidad en la toma
de decisiones. Ante la decisión de ¿qué actitudes (positivas o
negativas) voy a adoptar ante la vida?, en virtud de la autonomía y
libertad, decidir con responsabilidad, sabiendo que en general lo
más efectivo es adoptar una actitud positiva.
Actitud positiva. - Es la capacidad para decidir qué voy a adoptar
una actitud positiva ante la vida. A pesar de que siempre van a
sobrar motivos para que la actitud sea negativa. Saber que, en
situaciones extremas, lo heroico es adoptar una actitud positiva;
aunque cueste. Siempre que sea posible manifestar optimismo y
mantener actitudes de amabilidad y respeto a los demás. Por
extensión, la actitud positiva repercute en la intención de ser bueno,
justo, caritativo y compasivo.
Análisis crítico de normas sociales. - Esta nueva característica
de la Autonomía Emocional es la capacidad para evaluar
críticamente los mensajes sociales, culturales y de los más media,
relativos a normas sociales y comportamientos personales. Esto
tiene sentido de cara a no adoptar los comportamientos
estereotipados propios de la sociedad irreflexiva y acrítica. La
autonomía debe ayudar a avanzar hacia una sociedad más
consciente, libre, autónoma y responsable. (Rafael Bisquerra)
Es la habilidad de controlar nuestras propias emociones e impulsos
para adecuarlos a un objetivo, de responsabilizarse de los propios
actos, de pensar antes de actuar y de evitar los juicios prematuros.

• Regulación emocional
La regulación emocional es la capacidad para manejar las
emociones de forma apropiada. Supone tomar conciencia de la
relación entre emoción, cognición y comportamiento; tener buenas
estrategias de afrontamiento; capacidad para autogenerarse
emociones positivas, etc.

Las microcompetencias que la configuran son:


Expresión emocional apropiada. - Es la capacidad para expresar
las emociones de forma apropiada. Implica la habilidad para
comprender que el estado emocional interno no necesita
corresponder con la expresión externa. Esto se refiere tanto en uno
mismo como en los demás. En niveles de mayor madurez, supone
la comprensión del impacto que la propia expresión emocional y el
propio comportamiento, puedan tener en otras personas. También
incluye el hábito para tener esto en cuenta en el momento de
relacionarse con otras personas.
Regulación de emociones y sentimientos. - Es la regulación
emocional propiamente dicha. Esto significa aceptar que los
sentimientos y emociones a menudo deben ser regulados. Lo cual
incluye: regulación de la impulsividad (ira, violencia,
comportamientos de riesgo); tolerancia a la frustración para prevenir
estados emocionales negativos (ira, estrés, ansiedad, depresión);
perseverar en el logro de los objetivos a pesar de las dificultades;
capacidad para diferir recompensas inmediatas a favor de otras más
a largo plazo, pero de orden superior, etc.
Habilidades de afrontamiento: Habilidad para afrontar retos y
situaciones de conflicto, con las emociones que generan. Esto
implica estrategias de autorregulación para gestionar la intensidad
y la duración de los estados emocionales.
Competencia para autogenerar emociones positivas. - Es la
capacidad para autogenerarse y experimentar de forma voluntaria y
consciente emociones positivas (alegría, amor, humor, fluir) y
disfrutar de la vida. Capacidad para autogestionar el propio
bienestar emocional en busca de una mejor calidad de vida. (Rafael
Bisquerra )

2. La Inteligencia Intrapersonal, cuyas competencias tienen que


ver con el manejo social efectivo, la capacidad de relacionarse con
quienes nos rodean y de crear una red de relaciones interpersonales
sanas. Comprende los siguientes componentes:
• Empatía: es la habilidad para entender las necesidades,
sentimientos y problemas de los demás, poniéndose en su lugar, y
responder correctamente a sus reacciones emocionales.
• Destreza social: es el talento en el manejo de las relaciones
con los demás, en saber persuadir e influenciar a los demás.
Estas cinco competencias son muy útiles para cuatro áreas
fundamentales de nuestra vida:
1. Propenden a nuestro bienestar psicológico, base para el
desarrollo armónico y equilibrado de nuestra personalidad.
2. Contribuyen a nuestra buena salud física, moderando o
eliminando patrones y/o hábitos psicosomáticos dañinos o
destructivos, y previniendo enfermedades producidas por
desequilibrios emocionales permanentes (angustia, miedo,
ansiedad, ira, irritabilidad, etc.).
3. Favorecen nuestro entusiasmo y motivación. Gran parte de
nuestra motivación en distintas áreas de la vida está basada en
estímulos emocionales.
4. Permiten un mejor desarrollo de nuestras relaciones con las
personas, en el área familiar-afectiva, social y laboral-profesional.
Recientemente Daniel Goleman sobre la base de las últimas
investigaciones realizadas ha propuesto un nuevo modelo donde se
reducen a cuatro las dimensiones de la inteligencia emocional:
1. Conciencia emocional de uno mismo: Comprensión de las
reacciones emocionales propias y reconocimiento de las fortalezas
y limitaciones, sin perder la confianza en uno mismo. Las personas
con esta competencia suelen encontrar tiempo para reflexionar en
silencio, lo que les permite responder de un modo más ponderado y
menos impulsivo. Los líderes que poseen esta conciencia están en
contacto con sus señales interiores y reconocen el modo en que sus
sentimientos les afectan y acaban influyendo en su rendimiento
laboral. Decía Galileo “La mayor sabiduría que existe es conocerse
a uno mismo.”
Y como dice el refrán: "si no sabes hacia donde te diriges, cualquier
camino sirve", lo que significa que, cuanto menos conscientes
seamos de lo que realmente nos apasiona, más perdidos nos
hallaremos. Y este ir a la deriva puede llegar incluso a dañar
seriamente nuestra salud. Tal vez sea por esto por lo que las
personas que sienten que su trabajo no les permite aprovechar sus
potencialidades o que sienten que su actividad es rutinaria y
aburrida, corren un mayor riesgo de experimentar dolencias
cardiacas. La conciencia de nosotros mismos nos proporciona,
pues, una brújula segura para armonizar nuestras decisiones con
nuestros valores más profundos.
Al ser consciente de sí mismo, el líder puede decidir a dónde y cómo
quiere conducir su vida.
2. Gestión de uno mismo o autorregulación: Capacidad de
controlar y encauzar adecuadamente las emociones e impulsos
perturbadores. Se refleja en el autocontrol, la adaptabilidad ante
situaciones cambiantes y la coherencia de nuestras acciones con
los valores y compromisos asumidos. Esta competencia le
proporciona al líder la serenidad y la lucidez necesarias para
afrontar situaciones estresantes y le ayuda a mantenerse
imperturbable ante situaciones críticas.
Además, los líderes que se ven desbordados por las emociones
negativas no pueden movilizar adecuadamente las emociones
positivas de la gente que trabaja con ellos.
Un sorprendente descubrimiento, extraído de los estudios sobre el
cerebro de personas que se hallan sometidas a situaciones
estresantes, pone en evidencia que la actividad del cerebro
emocional socava algunas de las funciones de los lóbulos
prefrontales de la corteza cerebral, el centro ejecutivo que se halla
inmediatamente detrás de la frente. Los lóbulos prefrontales
constituyen el asiento de la memoria operativa, es decir, de la
capacidad para prestar atención y recordar la información
sobresaliente, una instancia esencial para la comprensión, el
entendimiento, la planificación, la toma de decisiones, el
razonamiento y el aprendizaje.
Cuando la mente permanece en calma, el rendimiento de la
memoria operativa es óptimo, pero cuando tiene lugar una urgencia,
el funcionamiento del cerebro cambia a una modalidad
autodefensiva centrada en la supervivencia, consumiendo recursos
de la memoria operativa y transfiriéndolos a otras localizaciones
cerebrales que le permiten mantener los sentidos en estado de
hipervigilancia.
En la medida en que nos hallemos preocupados por pensamientos
movilizados por nuestras emociones, la memoria operativa
dispondrá de mucho menos espacio atencional. Un día nefasto en
el centro no implica ningún problema, pero un conflicto persistente
con algún compañero o con la dirección es una circunstancia lo
suficientemente estresante como para acabar minando nuestra
resistencia inmunológica.
Goleman contempla también dentro de esta competencia la
iniciativa y la flexibilidad para responder a los cambios. Quien posee
un alto sentido de la eficacia suele ser excelente en esta
competencia. Es un líder que no espera que las oportunidades se le
presenten, sino que las busca o las crea. Y también el optimismo.
Los líderes optimistas saben afrontar las circunstancias adversas,
considerándolas más como una oportunidad que como una
amenaza. Contemplan los aspectos positivos de los demás y
esperan lo mejor de ellos.
3. Conciencia social: Capacidad de entender los sentimientos y
comportamientos de los demás, es decir, empatía. Los líderes
empáticos son capaces de conectar con un amplio abanico de
señales emocionales, lo que les permite experimentar las
emociones de las personas que trabajan con ellos. Saben escuchar
con atención, se expresan asertivamente y comprenden la
perspectiva de los demás, aunque no compartan sus ideas.
La empatía es la condición sine qua non de la eficacia social de la
vida laboral. El líder que comprende los sentimientos y puede asumir
los puntos de vista de los demás posee una especie de brújula
emocional que le ayuda tanto a encontrar las palabras como las
acciones más adecuadas y de un radar que le permite recibir las
señales que los otros emiten. Supone también saber generar un
clima emocional adecuado para establecer buenas relaciones con
los miembros de la organización y con los clientes, en nuestro caso
las familias que nos confían la misión de educar a sus hijos.
4. Gestión de las relaciones: Son todas aquellas capacidades
que nos ayudan a cooperar y ejercer una influencia positiva sobre
los demás. Se asienta en la autenticidad. Cuando el líder sabe
inspirar a los demás, es capaz de movilizar a su equipo en torno a
una visión común o a un objetivo compartido. Su ejemplo resulta
inspirador y convierte el trabajo en algo estimulante y motivador.
El líder que posee esta cualidad es capaz de reconocer la necesidad
de hacer cambios, y se sitúa en la vanguardia con ideas creativas,
encontrando estrategias para superar las barreras que obstaculizan
esos cambios. Es capaz de sacar partido de todas las situaciones,
comprender los distintos puntos de vista y buscar soluciones que
satisfagan a todos. El líder se convierte en catalizador del cambio.
Numerosas investigaciones y estudios vienen a confirmar que es
precisamente este tipo de inteligencia, la emocional, un valor en alza
que permite a un director ajustar su comportamiento a las
necesidades de su entorno, utilizando sus emociones y
motivaciones para generar sinergias, impulsar acuerdos, motivar al
profesorado, negociar, gestionar los conflictos, y, en definitiva,
liderar.
Contar con una educación eficiente, eficaz, relevante y equitativa,
requiere de la transformación del modo tradicional de organizar y
gestionar los centros. Por ello, el fortalecimiento de la función del
director para ejercer un liderazgo responsable, el aumento en la
confianza en sus recursos personales, en sus conocimientos
técnicos y en su inteligencia emocional incrementarán las
posibilidades de éxito del centro educativo.
Conviene señalar que estas competencias no son cualidades
innatas, sino habilidades aprendidas, cada una de las cuales aporta
una herramienta básica para potenciar la eficacia. La carencia de
las aptitudes anteriores se denomina actualmente analfabetismo
emocional.
Se puede apreciar, desde estas evidencias científicas, que se pone
de manifiesto la importancia de “ del desarrollo de las habilidades
socioemocionales, el desarrollo de habilidades interpersonales,
intrapersonales y habilidades del carácter, en el sistema educativo”,
resaltando que la finalidad principal de la educación es promover el
desarrollo integral de la personalidad de los alumnos, ayudar a los
estudiantes a prepararse para la vida,( lo dice Ines Aguerrondo) el
trabajo y la participación ciudadana en el siglo XXI, “ hacer de la
educación un tema de prioridad estratégica, se organizó todo un
sistema de formación docente ligado a la idea de un educador ético,
un profesional competente, aprendiz colaborativo y líder
transformador”.
Históricamente la escuela ha atendido prioritariamente la educación
de los aspectos cognitivos del alumnado, olvidando la educación de
aspectos afectivos-emocionales, desde diferentes encuadres
teóricos, se presenta que la educación emocional es una
herramienta muy valiosa que puede dar respuesta a esta deficiencia
del sistema educativo.
Existen investigaciones en el ámbito educativo que muestran como
el rendimiento académico del alumnado se reducen
significativamente o evitan problemas de comportamiento, como por
ejemplo, las conductas disruptivas, agresivas o antisociales, el
abuso de drogas, la ansiedad y los síntomas de depresión y mejoran
o promueven actitudes y conductas positivas hacia uno mismo,
hacia los demás y hacia la escuela, tales como el autoconcepto, la
conducta prosocial, la participación escolar y comunitaria.
La intencionalidad del EJE APRENDIZAJE Y DESARROLLO
DE HABILIDADES SOCIOEMOCIONAL es poder llegar a una
transformación de la escuela, desde la realidad áulica, que se vea
reflejada en una mejora del clima en el aula, mejora de las
relaciones entre los docentes, directivos, alumnos, y que esto pueda
trascender a la familia promoviendo una mayor relación y
participación de la comunidad en la escuela.
Es conveniente instalar este EJE APRENDIZAJE Y DESARROLLO
HABILIDADES SOCIOEMOCIONAL desde el inicio de la
escolaridad, para desarrollar las competencias emocionales y
control emocional desde edades tempranas.
¿Qué tan importante es el aprendizaje socioemocional en los
alumnos durante su etapa escolar y cómo influye en su rendimiento
académico?
Es importante trabajar la relevancia de la temática, debemos
preguntarnos porque es importante ¿“El aprendizaje
socioemocional en el contexto educativo?”, desde que teóricos
desarrollaron la importancia de la inteligencia emocional en los
estudiantes, pues quienes la poseen presentan menos síntomas
físicos, ansiedad social y depresión, mayor autoestima y
satisfacción interpersonal, además de percibir los estresores como
menos amenazantes y tener mejor rendimiento académico, entre
otros.
Como sugerencias para un buen trato y aprendizaje para los
educadores, se debe trabajar en la alfabetización emocional,
reconocer las fortalezas, usar incentivos más que castigos, usar
retroalimentación de forma frecuente.

Conciencia emocional: Autoconocerse, saber qué me pasa, fijar la


atención al momento presente.
Regulación emocional: Modificar la reacción que una emoción me
produce, gestionarlo mejor, encontrar soluciones creativas a
conflictos.
Autonomía emocional: Valorar y reconocer mis propias
habilidades y limitaciones, sin rechazo. Me automotivo y me quiero.
Habilidades socio-emocionales: Empatía, me pongo en el lugar
del otro y respeto a los demás.
Habilidades para la vida y el bienestar emocional: Cooperar y
adquirir estrategias para afrontar la vida.
El aprendizaje de la Inteligencia Emocional se hace desde 5
competencias diferentes:
COMPETENCIA EMOCIONAL Qué es ¿Qué enseñamos? ¿Qué
logras?
Conciencia Emocional: Es la habilidad de reconocer y entender sus
emociones, estados de ánimo e impulsos ¿qué siento? poniéndoles
nombre y muy importante: comprendiendo las de los demás.
Confianza en ti mismo. Autoevaluación realista

Regulación Emocional: Es la habilidad para gestionar y redirigir


impulsos y estados de ánimo propios y de los demás. Es la
capacidad de autogenerarse emociones positivas. Esencial para
interactuar con los compañeros de clase
El papel que debe asumir el docente no es el de ser transmisor de
conocimientos, sino el ser ENTRENADOR Y FACILITADOR DE
EXPERIENCIAS que permita a los alumnos hacer sus propios
descubrimientos y mejorar sus capacidades.
IMPORTANCIA DE ENSEÑAR INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LAS
INSTITUCIONES EDUCATIVAS

• Reducción de conflictos. Descenso de comportamientos


agresivos en clase.
o Percepción, comprensión y análisis de las emociones.
Regulación de las mismas
o Amplia difusión de empatía, solidaridad y cooperación.
• Acrecienta el respeto mutuo.
• Promueve la asertividad.
• Un adolescente asertivo es un adolescente seguro de sí
mismo, es emocionalmente capaz de afrontar críticas,
comentarios negativos, así como comentarios de otros. En
resumen, sabe lo que es y de lo que es capaz.
• Potencia las capacidades innatas.
• Se logra capacidad para expresar y defender las distintas
opiniones.
• Permite a los adolescentes interactuar de forma sana,
respetuosa, empática y tolerante con los demás y, con ello, ir
construyendo una sociedad cada vez más sana
emocionalmente.
• Adultos modelando la competencia social y emocional; la
administración liderando con inteligencia emocional.
• Los padres se sienten cómodos en la institución, ayudando
eficazmente a sus hijos, teniendo voz en las decisiones
importantes, y trabajando en colaboración con los profesores
para que la misma funcione.
Autonomía emocional: Es ser autónomo emocionalmente, lo que
facilita una imagen positiva de ti mismo, valoración de tus propias
capacidades y limitaciones
Ser capaz de expresar lo que sientes hacia sí misma y hacia los
demás, afrontando situaciones adversas y confiando en tus
recursos Autoestima – Te quieres tal y como eres
• Autoconfianza
• Automotivación
• Actitud positiva
• Responsabilidad
• Capacidad para:
– Analizar críticamente las normas sociales
– Buscar ayuda y recursos
– Evaluar los mensajes que recibimos
– Afrontar situaciones adversas

Habilidades Socioemocionales Es una manera de actuar


que favorece las relaciones entre las personas.
Según la situación ejercitamos unas habilidades u otras
Todas se pueden aprender
– Asertividad ----->Expresar tus convicciones respetando los
pensamientos y sentimientos de los demás.
– Empatía ---->Nos permite comprender, aunque no estemos de
acuerdo, el punto de vista de los demás.
– Saber escuchar
– Definir un problema
– Evaluar soluciones
– Negociación

Habilidades para la vida y el bienestar emocional Son recursos que


nos ayudan a afrontar con mayor satisfacción los retos e imprevistos
diarios.
Todos se pueden aprender A reflexionar sobre cómo evitar el
aburrimiento, tomar decisiones, ser optimista.
A hacer pequeños cambios que, con constancia, pueden
representar un cambio notable.
Gozar de mayor bienestar, es decir de sentirse bien contigo mismo
y con los demás Disfrutar de experiencias satisfactorias.
TIPOS DE HABILIDADES SOCIALES
Existe un gran número de HABILIDADES SOCIALES. Encontramos
categorías referidas:
A diversos contextos: familiar, laboral, personal;
A personas: niños, adultos, profesionales, conocidos,
desconocidos, compañeros de trabajo
A áreas en las que se desarrollan: habilidades básicas de
interacción social, habilidades para hacer amigos, habilidades
conversacionales, habilidades relacionadas con sentimientos,
emociones y opiniones, habilidades de resolución de problemas
interpersonales, etc.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE TRABAJAR LAS HABILIDADES
SOCIALES?
Es importante trabajar las HABILIDADES SOCIALES porque
constituyen una de las áreas prioritarias en el desarrollo social de
cualquier persona. Su aprendizaje está condicionado por las
experiencias vividas, el entorno en el que nos movamos y los
modelos que nos rodean.
HABILIDADES SOCIALES EN EL APRENDER A
TOMAR DECISIONES ¿Cuál es la mejor opción?
La TOMA DE DECISIONES consiste en evaluar diferentes
posibilidades en un momento dado, considerando, entre otros
factores, necesidades, valores, motivaciones, influencias y posibles
consecuencias presentes y futuras, tanto en la propia vida como en
la de otras personas. Elegir una opción promueve el ejercicio de
valores como responsabilidad, autonomía, convivencia social,
respeto, equidad y participación.
Decidir significa promover que las cosas sucedan en vez de
simplemente dejar que ocurran como consecuencia del azar u otros
factores externos. Escoger es una acción común y cotidiana que a
veces la realizamos sin darnos cuenta, lo cierto es que gran parte
de lo que nos sucede depende del camino que tomamos. De cada
elección dependen muchas consecuencias importantes cuya
responsabilidad se habrá de asumir.
Los padres y madres que desean ayudar a sus hijos e hijas a crecer
libres, independientes y responsables deben orientarlos para que
sean capaces de tomar decisiones que produzcan los resultados
esperados.
Tomar una decisión acertada implicar iniciar un proceso de
razonamiento lógico y creativo, en el cual se formulan ideas e
hipótesis, se evalúan los probables resultados de cada una de las
opciones, se elige la mejor y se ejecuta. El proceso en la toma de
decisiones es el siguiente:
1. Definir el problema u objetivo
2. Buscar información
3. Explorar posibles soluciones
4. Evaluar opciones
5. Elegir la mejor alternativa.
En la adolescencia, la toma de decisiones puede estar influida por
la necesidad de aceptación por el grupo de amistades. Si se ponen
en práctica formas de relacionarnos adecuadamente con otras
personas, la tranquilidad aumenta y estaremos en mayores
posibilidades de tomar decisiones autónomas y equitativas. De lo
contrario los jóvenes quizá decidan cosas que atenten contra su
bienestar y no serán capaces de rechazar la influencia negativa o
excesiva de otras personas.
Entre las decisiones más importantes para los adolescentes
están elegir dónde y qué estudiar, tener una pareja, adoptar una
moda, asistir a una fiesta, tener relaciones sexuales o rechazar el
consumo de alcohol, tabaco u otras drogas. Los padres y madres
pueden prepararlos para tomar decisiones con suficiente actitud
crítica y sin negar las emociones, de esta forma contarán con
mayor autonomía e independencia.

HABILIDADES SOCIALES y EL COMPORTAMIENTO PROSOCIAL


INFANTIL.
El comportamiento prosocial es considerado una dimensión de la
competencia social y juega un papel muy importante en el desarrollo
de habilidades sociales en la infancia. Este tipo de comportamiento
tiene un impacto positivo tanto en la autovaloración como en la
valoración de los demás, lo que contribuye, a su vez, a que el niño
se sienta motivado actuar de modo prosocial.

Teorías de conductas prosociales, según diferentes autores:


• Batson (1987 citado por Candela, Cortés y Molero 1999),
consideran la conducta
prosocial en función del tipo de contexto en que se da (escape
fácil vs. escape difícil): los sujetos verdaderamente altruistas
ayudarán cuando el escape sea fácil.
• Olivar (1998, citado por Auné, Abal, Attorresi, Blum y Lozzia
2014), entienden como conducta prosocial solamente a aquel
comportamiento que favorece a otra persona, grupos o metas
sociales y aumenta la probabilidad de generar una
reciprocidad positiva, de calidad y solidaridad en las
relaciones interpersonales o sociales consecuentes,
salvaguardando la identidad, creatividad e iniciativa de las
personas o grupos implicados.
• Urquiza & Casullo, (2005 citado por Amado, Redondo y
Rueda 2013), manifiestan
que los individuos actúan de forma prosocial porque de alguna
forma, sin ser tangible, obtienen algún beneficio personal. Es por
eso que dentro de la conducta prosocial se evidencian diferentes
elementos que encierran este tipo de conducta, como la empatía,
el voluntariado, la solidaridad y reciprocidad basada en la
confianza, por lo cual es necesario ampliar la visión de cada uno y
los efectos que generan en la conducta prosocial.
Diremos entonces como síntesis, si una persona tiene la costumbre
de ayudar o colaborar con los demás se trata de un individuo con
una conducta prosocial. De esta manera, se podría decir que esto
comprende a aquello que busca generar acciones positivas en
beneficio de otros. Por lo tanto, los comportamientos agresivos,
egoístas o dañinos son contrarios a este tipo de pensamiento.
El deseo de favorecer al otro al margen del beneficio personal
Cuando actuamos en la vida cotidiana muchas de nuestras acciones
tienen dos caminos posibles:
1) Actuar para el propio beneficio o
2) Actuar pensando en los demás.
Las acciones del primer tipo son egoístas y las segundas son
altruistas. Ambas tienen que realizarse de manera equilibrada. No
tendría sentido comportarnos pensando en todo momento en el
beneficio personal, ya que este tipo de comportamiento genera
rechazo en los demás y acaba provocando aislamiento social. De
igual manera, si nuestras decisiones se orientan solamente hacia
los demás, nosotros mismos podemos acabar siendo perjudicados.

LA COMUNICACIÓN
Un primer acercamiento a la definición de COMUNICACIÓN puede
realizarse desde su etimología. La palabra deriva del latín
“COMMUNICARE”, que significa “COMPARTIR ALGO, PONER EN
COMÚN”.
LA COMUNICACIÓN:
Es la herramienta que utilizamos para expresarnos y
relacionarnos, representando un vehículo para desarrollar nuestras
habilidades sociales.
Constituye una característica y una necesidad de las personas
y de las sociedades con el objetivo de poder intercambiar
informaciones y relacionarse entre sí.
¿COMO SE PRODUCE?
A través del Acto de Comunicar que es un proceso complejo en el
que dos o más personas se relacionan, intercambiando mensajes
con código similares y con el fin de comprenderse e influirse
mutuamente.
ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN
Toda COMUNICACIÓN, necesita los siguientes elementos:

1. EMISOR: es la persona que emite o da a conocer un mensaje


2. RECEPTOR: es la persona que recibe el mensaje, lo
decodifica e interpreta a fin de emitir una respuesta.
3. MENSAJE: es la información que el Emisor envía al
Receptor.
4. CANAL: es el medio físico a través del cual se transmite el
mensaje.
5. CÓDIGO: es el conjunto de signos determinados y
sistematizados, el cual debe ser, común al Emisor y al
Receptor. La lengua es el código más frecuente en la
comunicación humana.
6. REFERENTE: es el contexto donde se desarrolla el proceso
de comunicación, y que influye determinando el tema del
mensaje. Además, posibilita la comunicación, porque libera
las barreras o los ruidos que puedan obstaculizarla.

TENER SIEMPRE PRESENTE QUE…


Sólo existe la COMUNICACIÓN cuando:
1. Por lo menos intervienen dos personas en interacción.
2. Cuando existe Bi-direccionalidad o Feed-back (ida y vuelta
del mensaje entre emisor y receptor), ya que si el mensaje
entre el Emisor y el Receptor es solo de ida habría
Información pero no Comunicación.

1.. TIPOS DE COMUNICACIÓN


La COMUNICACIÓN puede ser Verbal y No Verbal.
Comunicación Verbal: es cuando se utilizan SIGNOS en el
Mensaje. Puede ser oral o escrita.
Comunicación No Verbal: es cuando el proceso de la
comunicación se produce mediante el envío y recepción de
mensajes sin palabras, es decir, mediante gestos, imágenes y
sonidos.

Si bien nos expresamos a través de la COMUNICACION VERBAL


y NO VERBAL de manera conjunta, ambos tipos de comunicación
no siempre coinciden. Por eso el dicho… “UN GESTO PUEDE
EXPRESAR MÁS QUE MIL PALABRAS”

2. COMUNICACIÓN ASERTIVA: HABLEMOS CLARO


La ASERTIVIDAD se refiere a la habilidad social que tenemos todas
las personas para defender nuestros propios derechos, mediante la
transmisión de lo que creemos, pensamos y sentimos, de manera
directa y clara en un momento oportuno, respetando siempre los
derechos de las demás personas, de lo que piensan, creen y
sienten.
El objetivo de la ASERTIVIDAD es expresarse adecuadamente sin
pretender imponer el punto de vista propio. SER ASERTIVO
significa…
TENER HABILIDAD SOCIAL,
TOLERANCIA,
RESPETO,
SEGURIDAD,
CONGRUENCIA,
AFIRMACIÓN DE LA PROPIA
PERSONALIDAD, CERTEZA.

La COMUNICACIÓN ASERTIVA se fundamenta en el derecho


inalienable de toda persona a expresarse, a afirmar su ser y a
establecer límites en las relaciones interpersonales. Así, se
incrementan las posibilidades de que los conflictos se resuelvan a
través del diálogo estableciendo vínculos positivos.
La habilidad para desarrollar una COMUNICACIÓN ASERTIVA, se
complementa con otras habilidades que en su conjunto permiten un
estilo de comunicación adecuado.
LA HABILIDAD ASERTIVA REQUIERE:
HABILIDAD DE LIBRE INFORMACION, es decir, agregar a
más información a la solicitada con el fin de que se produzca la bi-
direccionalidad o fee-back.
HABILIDAD DE ESCUCHA ACTIVA, que implica mucho más
que oír.
HABILIDAD PARA EMPALIZAR, que implica ponerse en el lugar
del otro.
HABILIDAD PARA FORMULAR UNA CRITICA, describiendo la
situación que nos incomoda, referida a una conducta observable y
expresando los sentimientos que produce.
HABILIDAD PARA SOLICITAR CAMBIOS DE CONDUCTA O
DE LA EJECUCION DE TAREAS.
HABILIDAD PARA HACER PREGUNTAS, que permitan
continuar con el proceso comunicativo.
HABILIDAD PARA EMITIR “MENSAJES YO”, que son los
emitidos en primea persona con el fin de dar a conocer opiniones y
deseos propios.
HABILIDAD PARA HACER ELOGIOS, siempre que sean
sinceros, justificados y personalizados.

2.3 ESTILOS DE COMUNICACIÓN


La COMUNICACION ASERTIVA representa uno de los tres estilos
de comunicación más comunes de desarrollar y adoptar al momento
de participar del proceso comunicacional.
A continuación, presentamos los tres estilos de la comunicación:
• AGRESIVO: Se interrumpe al interlocutor, no hay escucha,
existen gritos, se buscan culpables, hay regaños, prejuicios y
valoraciones subjetivas. Se juzga o no se pone atención a quien está
hablando.
• PASIVO: No se expresa o no se defiende una opinión; si se
está a favor o en contra, da la impresión de adoptar la visión de otra
persona o grupo y no la propia.
• ASERTIVO: Se dice lo que se piensa y siente, de manera clara
y segura, sin agredir a nadie. Se expresa de tal forma que respeta
los derechos ajenos como los propios.

Dependiendo del Estilo de Comunicación (agresivo, pasivo o


asertivo) que utilicemos, será el tipo de respuesta que recibiremos
de las demás personas. A continuación, presentamos algunos
ejemplos:

“LO QUE SE SIEMBRA SE COSECHA.”

PASIVO
Hace que las otras personas lo ignoren.
Se llena de funciones o actividades que no desea.
Lo que no desea, se repite constantemente y por tiempo
indefinido.
Es posible que busquen molestarle a propósito.

ASERTIVO
Las demás personas sienten que se les escucha y valora.
Genera un ambiente de confianza.
Puede obtener lo que quiere.
Es tomada en cuenta.
Evita malentendidos.
Algunas personas agradecen lo que dice, porque lo hace
con buena intención e incluso, puede beneficiar a quien le escucha.

“MÁS VALE UNA PALABRA A TIEMPO, QUE CIEN A DESTIEMPO.”


A) Comunicación Empática
La comunicación empática pone el acento en aquella comunicación
en la que manifestamos nuestra habilidad para escuchar de forma
atenta a nuestro interlocutor, poniéndonos “en su situación”; y la
habilidad para exteriorizar de forma eficaz nuestras necesidades,
sentimientos y deseos, a través del uso del lenguaje y de nuestro
cuerpo.
¿Cómo lograr la comunicación empática?
- Escuchar atentamente a la otra persona, tratando de
entender lo que está queriendo decirnos.
- Ponernos en el lugar de la otra persona para escuchar sin
prejuzgar.
- Demostrar a los demás que los estamos escuchando
(afirmando, con risas, mostrando alegría o tristeza, etc.)
- Manifestar lo que pensamos y sentimos.
B) Escucha Activa
La escucha activa se da cuando manifestamos ciertas conductas
que indican de forma clara que estamos prestando atención a la otra
persona. Las señales de escucha marcan el ritmo de la
conversación: conocemos cuándo es nuestro turno, cuándo interesa
lo que estamos contando, cuándo queremos que la otra persona
continúe hablando.
Elementos de la escucha activa
Elementos verbales, a través de los cuales lanzamos mensajes que
confirman que estamos prestando atención y animen a seguir
hablando a nuestro interlocutor:
- Murmullos de aprobación o negación: “Ahhh, Ummm…”, etc.
- Respuestas de afirmación: “Por supuesto”, “seguro”, “te
sigo”…
- Resúmenes: “es decir…” “tal y como has apuntado...” -
Realizar preguntas breves para aclarar algún punto.
- Empatizar: “Imagino cómo te sientes”, “te entiendo”…
- Referencia a afirmaciones anteriores realizadas por la otra
persona (recordar su nombre, sentimientos o ideas
expresadas por la otra persona). Elementos no verbales:
- Postura dirigida hacia el interlocutor
-Expresión facial de atención
-Gestos y movimientos: asentir con la cabeza, sonreír, tocar…
-Imitar la expresión facial del que habla.

Importante
- No realizar otra actividad mientras la otra persona habla.
- Esperar a que la otra persona termine de hablar.
- Concentrarse en lo que la otra persona nos está diciendo.
- No emitir juicios de valor: “Eso no es nada”, “esas son
tonterías” …
Recordar que para iniciar y mantener una conversación en un grupo
no es necesario decir algo maravilloso e interesante. Lo más
importante es mantener una actitud de respeto hacia los demás.
Ejercicio
¿Seguro que me estás escuchando?
Ahora nos toca practicar lo aprendido en el apartado de
comunicación. Decimos que una persona realiza una buena
escucha activa cuando es capaz de prestar atención de una forma
intencionada, dando claras muestras de comprensión y generando
empatía (esto es, sabiendo ponerse en el lugar del otro). Como
muchas otras cosas, parece sencillo, pero no es fácil. La mejor
forma de aprenderlo es poniéndolo en práctica repetidamente. Invita
a un amigo a realizar este ejercicio contigo.
A) Uno contará una historia relativamente importante para él. El
otro escuchará, y llegado un momento... ...podrá escuchar todo lo
que dice... dará consejos sin que se los pida el que habla ...dirá “ya
hablaremos de eso más tarde” ...tratará de contar una historia mejor
...conversará con alguien más mientras le está hablando la otra
persona ...no responderá ...se pasará de gracioso diciendo una
tontería tras otra ...interrumpirá y cambiará de tema ...le hará
reproches ...mirará a otra parte y no al que le habla ...responderá
con “por qué...” a todo lo que se le dice ...se reirá sin venir a cuento
...se sentirá molesto y ofendido por lo que le dice la otra persona
...le hará callar.
B) Uno comienza a contar un problema que le interesa resolver.
El otro, escucha, y... formula preguntas aclaratorias... le expresa
que entiende cómo se siente... le felicita... le mira a la cara y asiente
con la cabeza... valora las cosas positivas que le dice la otra persona
¿Qué actitud resulta más positiva? ¿en qué situación hemos puesto
de manifiesto nuestras habilidades para la escucha y la
comunicación?

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
• “HABILIDADES PARA LA VIDA” – Guía para educar con
valores. Autor: Fernández Cáceres, Carmen – Editorial
Centros de Integración Juvenil, A.C., México D.F., 2006.
• “LIBRO DE LAS HABILIDADES DE COMUNICACIÓN –
COMO MEJORAR LA COMUNICACIÓN PERSONAL”. Autor:
Carlos J. Van-der Hofstadt, Roman. Editorial Díaz de Santos
S.A., 2da. Edición.
• file:///F:/salud%20mental/empatia.htm
• D:\salud mental\Prevención de adicciones Principios
estratégicos para la prevención de adicciones.html

Bibliografía Inteligencia Emocional


• Gardner, H.: Inteligencias múltiples. Ed. Paidós
• Goleman, D.: Inteligencia Emocional. Ed.Kairós
• Goleman,D. La práctica de la inteligencia emocional. Ed.
Kairós
• Goleman D. La inteligencia emocional en la empresa. Ed
Planeta.
• Goleman, D., Boyatzis,R. y McKee, A.: El líder resonante crea
más. Ed.Debolsillo
• Sterret,E.A.: Guía del directivo para la Inteligencia Emocional.
Ed. Centro de Estudios Ramón Areces S.A.
• Bisquerra, R.: Educación Emocional y Bienestar. Ed. Praxis,
Barcelona 2000
• López, Elia: Educación Emocional. Programa para 3-6 años.
Ed. Praxis
• Alvarez , M (coord.): Diseño y evaluación de programas de
educación emocional. Ed.Praxis.
• Pascual,V. y Cuadrado,M: Educación Emocional: Programa
de actividades para E.S.O. Ed.Praxis (Adolescentes)
• Güell, M. y Muñoz,J.: Desconócete a ti mismo. Programa de
alfabetización emocional. Ed. Paidós (Adolescentes)
• Ibarrola, B. y E.Delfo: Sentir y Pensar. Programa de
Inteligencia Emocional para niños de 3-5 años. Ed. SM
• Ibarrola, B. y E.Delfo: Sentir y Pensar. Programa de
Inteligencia Emocional para niños de 6 a 8 años. Ed. SM
• Ibarrola, B.: Cuentos para sentir. Educar las emociones. Ed.
SM
• Ibarrola, B.: Cuentos para sentir (2ª parte). Educar los
sentimientos. Ed. SM
• Vallés, A. y Vallés,C.: Inteligencia emocional: aplicaciones
educativas” Ed.EOS (Referencias sobre numerosos
programas de I.E.)
• Vallés Arándiga, A.: Desarrollando la inteligencia emocional
(I, II, III, IV y V). Ed. EOS
• Elias, M., Tobías y Friedlander,B.: Educar con Inteligencia
Emocional. Ed. Plaza y Janés
• Fernández, P. y Ramos, N.:Corazones inteligentes. Ed.
Kairós
• Bolivar, A.: Los centros educativos como organizaciones que
aprenden. Ed. La Muralla
• Informe de la UNESCO. J. Delors: La educación encierra un
tesoro. Santillana

También podría gustarte