Tema 2 Delitos Contra La Libertad

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TEMA 2

DELITOS CONTRA LA LIBERTAD.

DELITOS CONTRA LA LIBERTAD.

Se tipifican en el Título V
‍ I del Libro ‍II del Código Penal (artículos ‍163 ‍a ‍172 ‍ter).

El bien jurídico protegido es la libertad, entendida como la facultad que tiene la persona
de obrar de una manera o de otra, y de no obrar. También se protege la libertad personal, que
está reconocida como derecho fundamental por el artículo ‍17 de la ‍CE.

El mencionado Título ‍VI del Libro ‍II se estructura en tres Capítulos:

Capitulo I. Las detenciones ilegales y secuestros (artículos ‍163 ‍a ‍168).

Capitulo II. Las amenazas (artículos ‍169 ‍a ‍171).

Capitulo III. Las coacciones (artículos ‍172 ‍a ‍172 ‍ter). El artículo ‍172 tipifica las
coacciones propiamente dichas, el artículo ‍172 ‍bis, el matrimonio forzado, y el artículo ‍172 ‍ter,
el acoso.

DETENCIONES ILEGALES Y SECUESTROS

Se encuentran regulados en el Capítulo I, Título VI, Libro II, artículos 163-168 del
Código Penal.

EL TIPO BÁSICO viene establecido en el artículo 163.1 del Código Penal “el particular
que encerrare o detuviere a otro, privándole de su libertad, será castigado con la pena de prisión
de cuatro a seis años.”

El bien jurídico protegido es la libertad ambulatoria (capacidad de fijar su situación en el


espacio).

Sujeto Activo puede ser el particular o autoridad o funcionario público que actúa como
particular si bien prevaliéndose de su función o cargo.

Sujeto pasivo Pasivo pueden ser las personas mayores de edad, menores e incapaces
cuando se quebrante la relación de custodia con la persona encargada legalmente de su guarda o
paralíticos cuando se les prive de los medios auxiliares que necesitan para trasladarse.

La acción consiste en encerrar (situar a una persona en un lugar no abierto) o detener


(aprehenderla en espacio abierto impidiéndole alejarse) a otro, con cualesquiera medios, por
acción u omisión.

Finalmente, en cuanto a la penalidad se fija la de prisión de cuatro a seis años.


Los TIPOS ATENUADOS vienen regulados en los apartados 2 . y 4. Que establece en
que:

“2. Si el culpable diera libertad al encerrado o detenido dentro de los tres primeros días de
su detención, sin haber logrado el objeto que se había propuesto, se impondrá la pena inferior
en grado.”

“4. El particular que, fuera de los casos permitidos por las leyes, aprehendiere a una
persona para presentarla inmediatamente a la autoridad, será castigado con la pena de multa de
tres a seis meses.”

En este último apartado 4 nos encontramos ante una causa de Justificación incompleta,
pues se da el elemento subjetivo de actuar conforme a derecho (“para presentar a la autoridad”),
pero no el objetivo (“fuera de los casos permitidos por las leyes”).

Artículo 163.3 regula un tipo agravado que castiga la pena de prisión de cinco a ocho
años si el encierro o detención ha durado más de quince días.

Los TIPOS CUALIFICADOS son los siguientes:

El artículo 164 que se refiere al delito de secuestro, establece que “el secuestro de una
persona exigiendo alguna condición para ponerla en libertad, será castigado con la pena de
prisión de seis a diez años. Si en el secuestro se hubiera dado la circunstancia del artículo 163.3,
se impondrá la pena superior en grado, y la inferior en grado si se dieren las condiciones del
artículo 163.2.”

Por su parte el artículo 165 señala que “las penas de los artículos anteriores se impondrán
en su mitad superior, en los respectivos casos, si la detención ilegal o secuestro se ha ejecutado
con simulación de autoridad o función pública, o la víctima fuere menor de edad o persona con
discapacidad necesitada de especial protección o funcionario público en el ejercicio de sus
funciones.”

En cuanto al artículo 166 nos encontramos ante la situación en que el sujeto activo no da
razón del paradero del sujeto pasivo y así castiga al “1. El reo de detención ilegal o secuestro
que no dé razón del paradero de la persona detenida será castigado con una pena de prisión de
diez a quince años, en el caso de la detención ilegal, y de quince a veinte años en el de
secuestro.

2. El hecho será castigado con una pena de quince a veinte años de prisión, en el caso de
detención ilegal, y de veinte a veinticinco años de prisión, en el de secuestro, cuando concurra
alguna de las siguientes circunstancias:

a) Que la víctima fuera menor de edad o persona con discapacidad necesitada de especial
protección.

b) Que el autor hubiera llevado a cabo la detención ilegal o secuestro con la intención de
atentar contra la libertad o la indemnidad sexual de la víctima, o hubiera actuado
posteriormente con esa finalidad.”
Finalmente del artículo 167 tan sólo puede ser sujeto activo la autoridad o funcionario
público en los términos recogidos en el mismo, de tal manera que “1. La autoridad o
funcionario público que, fuera de los casos permitidos por la ley, y sin mediar causa por delito,
cometiere alguno de los hechos descritos en este Capítulo será castigado con las penas
respectivamente previstas en éstos, en su mitad superior, pudiéndose llegar hasta la superior en
grado.

2. Con las mismas penas serán castigados:

a) El funcionario público o autoridad que, mediando o no causa por delito, acordare,


practicare o prolongare la privación de libertad de cualquiera y que no reconociese dicha
privación de libertad o, de cualquier otro modo, ocultase la situación o paradero de esa persona
privándola de sus derechos constitucionales o legales.

b) El particular que hubiera llevado a cabo los hechos con la autorización, el apoyo o la
aquiescencia del Estado o de sus autoridades.

3. En todos los casos en los que los hechos a que se refiere este artículo hubieran sido
cometidos por autoridad o funcionario público, se les impondrá, además, la pena de
inhabilitación absoluta por tiempo de ocho a doce años.”

En cuanto a las RESOLUCIONES MANIFESTADAS Señala el artículo 168 del Código


Penal que “la provocación, la conspiración y la proposición para cometer los delitos previstos
en este Capítulo se castigarán con la pena inferior en uno o dos grados a la señalada al delito de
que se trate.”

COMENTARIO
“2. Detención Ilegal

El art. 163 CP castiga "encerrar" o "detener" que supone confinar a alguien en un lugar
cerrado del que no puede salir -en un habitación con llave, en el maletero de un coche...- o,
simplemente, vigilarle para que no se escape, teniéndolo atado, esposado o bajo el control de un
arma de fuego. No importa el tiempo que dure, porque el delito se produce de modo
instantáneo, aunque en la pena tiene influencia el tiempo que haya durado la privación de
libertad. Se castiga tanto al particular como al policía que hace una detención fuera de los casos
que autoriza la ley. Y se sanciona de modo agravado, con penas más elevadas, en los arts.
163.3, 165, 166 y 167 CP las detenciones ilegales en que se simula ser una autoridad o
funcionario, cuando la comete un funcionario público o autoridad, de forma ilegal, cuando no
se dé razón del paradero del detenido, cuando la víctima sea menor de edad o una persona con
discapacidad necesitada de especial protección, o en los que el delito se haya cometido con una
finalidad sexual, o bien el autor hubiera actuado posteriormente con esa finalidad

3. Secuestro

Se recoge en el art. 164 CP y es la detención ilegal de una persona exigiendo una


condición para liberarle, la cual puede ser económica o de otra naturaleza. Se agravan las penas,
si no se da razón del paradero del secuestrado, si dura más de quince días o si lo realiza un
funcionario o autoridad (arts. 165 a167 CP).
[…]

Jurisprudencia

Se considera acabada la detención tanto cuando se abre la puerta del coche, se le libera
del lugar donde estaba encerrado, se le quitan las ataduras que le mantenían sujeto a un árbol o
se queda dormido el que le custodiaba, facilitando así el fin de la detención (Sentencia del
Tribunal Supremo 1108/2006, de 14 de noviembre).

Es detención ilegal la practicada de forma arbitraria o injustificada, al margen de lo


dispuesto en la ley (Sentencia del Tribunal Supremo 1125/2001, de 12 de julio).

Tanto se comete el delito de detención ilegal, encerrando a la víctima como trasladándola


de modo forzoso de un lugar a otro, pues de ambos modos se le priva de la libertad de
movimientos (Sentencia del Tribunal Supremo 2040/2001, de 6 de noviembre).

[…]

Si el robo se materializa obligando a una persona a desplazarse contra su voluntad a un


cajero automático para sacar el dinero con su tarjeta, habrá un delito de robo y no de detención
ilegal, siempre que dure poco tiempo, pues si se trata de una acción muy prolongada y se
abandona después a la víctima, en un descampado se habrán producido ambos delitos, pues, en
ese caso, tienen sustantividad propia bastante (Sentencias del Tribunal Supremo 1706/2002, de
9 de octubre y 755/2002, de 19 de abril).”1

AMENAZAS.

Se tipifican en el Capitulo II, Título V


‍ I, del Libro ‍II del Código Penal (artículos ‍169 ‍a
‍171).

COMENTARIO:

“Amenazar es anunciar un mal futuro a alguien. Pero para que sea delito, se requiere que
la amenaza tenga una entidad suficiente y ser real, serio, concreto y depender del amenazante.
Se afecta el sosiego, la tranquilidad de ánimo, y debe, por ello, producir una perturbación
anímica clara. El delito puede producirse de muchos modos: de palabra, por escrito, por gestos
inequívocos. Pero en todo caso, para su consumación, debe llegar a la persona a la que se dirige
la amenaza por lo que si la policía detecta una carta amenazadora, antes de que la conozca la
presunta víctima, habrá habido una tentativa. Si la amenaza la profiere un terrorista se juzgará
como delito de terrorismo pero si el que amenaza se hace pasar como terrorista sin serlo, será
unas amenazas comunes. Las penas varían según en qué consista la amenaza (un delito u otra
cosa, que no sea delito). Y si lo que se exige es dinero u otra recompensa para no revelar algún
hecho relacionado con la vida privada del amenazado que pueda afectar a su fama, crédito o
intereses, de ser conocido, se llama "chantaje". Es importante tener en cuenta que dado el

1 https://guiasjuridicas.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?
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componente psicológico que tiene toda amenaza, no cabe castigar por este delito a quien
amenace a un enfermo mental o a una persona jurídica.

[…]

No existe amenaza cuando se dice que se le enviará la Guardia Civil si no paga una deuda
reconocida en sentencia (Sentencia del Tribunal Supremo 1259/2006, de 14 de diciembre).”2

Los delitos de amenazas se encuentran reguladas en el Capítulo II, Título VI, Libro II,
artículos 169-171 del Código Penal.

Así el artículo 169 del Código Penal establece que “el que amenazare a otro con causarle
a él, a su familia o a otras personas con las que esté íntimamente vinculado un mal que
constituya delitos de homicidio, lesiones, aborto, contra la libertad, torturas y contra la
integridad moral, la libertad sexual, la intimidad, el honor, el patrimonio y el orden
socioeconómico, será castigado:”

Por tanto la acción consiste en exteriorizar un propósito de causar un mal; mal que debe
recaer sobre las personas mencionadas en el precepto y constituir uno de los delitos citados,
además tiene que ser un mal futuro, ya que si el mal se causa en ese preciso momento lo que se
habrá de castigar es el hecho y no la amenaza.

La exteriorización ha hacerse de modo que el sujeto pasivo objetivamente pueda creer (no
se requiere efectiva intimidación) que el propósito es real, serio y persistente,
independientemente de su forma y de la intención o no del sujeto activo de hacerlo.

En cuanto a los tipos vienen contenidos en los apartados primero -amenaza condicional- y
segundo-amenaza no condicional- del artículo 169 que establecen:

“1.º Con la pena de prisión de uno a cinco años, si se hubiere hecho la amenaza exigiendo
una cantidad o imponiendo cualquier otra condición, aunque no sea ilícita, y el culpable hubiere
conseguido su propósito. De no conseguirlo, se impondrá la pena de prisión de seis meses a tres
años.

Las penas señaladas en el párrafo anterior se impondrán en su mitad superior si las


amenazas se hicieren por escrito, por teléfono o por cualquier medio de comunicación o de
reproducción, o en nombre de entidades o grupos reales o supuestos.

2.º Con la pena de prisión de seis meses a dos años, cuando la amenaza no haya sido
condicional.”

Por otra parte, en el artículo 170.1 del Código Penal se castigan las amenazas dirigidas a
atemorizar a un grupo de personas o a los habitantes de una población y así señala el precepto
que “si las amenazas de un mal que constituyere delito fuesen dirigidas a atemorizar a los
habitantes de una población, grupo étnico, cultural o religioso, o colectivo social o profesional,

2 https://guiasjuridicas.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?
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o a cualquier otro grupo de personas, y tuvieran la gravedad necesaria para conseguirlo, se
impondrán respectivamente las penas superiores en grado a las previstas en el artículo anterior.”

Como podemos observar, las amenazas, para integrar el tipo delictivo, tienen que tener la
gravedad necesaria para conseguir atemorizar a los habitantes de una población o grupos de
personas reseñadas en el mismo y debe además de haber una probabilidad objetiva de que se
puedan realiza.

Por su parte el artículo 170.2 castiga al igual que el anterior las amenazas dirigidas a
atemorizar a los habitantes de una población o a los grupos de personas mencionados en el
apartado anterior, pero reclamando públicamente la Comisión de acciones violentas por parte
de organizaciones o grupos terroristas y así establece que “serán castigados con la pena de
prisión de seis meses a dos años, los que, con la misma finalidad y gravedad, reclamen
públicamente la comisión de acciones violentas por parte de organizaciones o grupos
terroristas.”

En cuanto a las amenazas condicionales de un mal que no constituya delito, cuando la


condición no consistiere en una conducta debida, vienen castigadas en el artículo 171.1 del
Código Penal que establece que “Las amenazas de un mal que no constituya delito serán
castigadas con pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a 24 meses, atendidas la
gravedad y circunstancia del hecho, cuando la amenaza fuere condicional y la condición no
consistiere en una conducta debida.” Pero “Si el culpable hubiere conseguido su propósito se le
impondrá la pena en su mitad superior.”

En los apartados segundo y tercero del citado precepto se regula el delito de chantaje, de
tal manera que:

“2. Si alguien exigiere de otro una cantidad o recompensa bajo la amenaza de revelar o
difundir hechos referentes a su vida privada o relaciones familiares que no sean públicamente
conocidos y puedan afectar a su fama, crédito o interés, será castigado con la pena de prisión de
dos a cuatro años, si ha conseguido la entrega de todo o parte de lo exigido, y con la de cuatro
meses a dos años, si no lo consiguiere.”

“Fama”, “crédito”: consideración familiar o pública. “Interés”: puede ser de carácter


profesional, económico, etc.

“3. Si el hecho descrito en el apartado anterior consistiere en la amenaza de revelar o


denunciar la comisión de algún delito el ministerio fiscal podrá, para facilitar el castigo de la
amenaza, abstenerse de acusar por el delito cuya revelación se hubiere amenazado, salvo que
éste estuviere castigado con pena de prisión superior a dos años. En este último caso, el juez o
tribunal podrá rebajar la sanción en uno o dos grados.”

En el apartado 4, párrafo primero, se contemplan las amenazas leves en el ámbito de la


violencia de género y en el párrafo segundo las amenazas leves a una persona especialmente
vulnerable que conviva con el autor.

Así establece el precepto que “4. El que de modo leve amenace a quien sea o haya sido su
esposa, o mujer que esté o haya estado ligada a él por una análoga relación de afectividad aun
sin convivencia, será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o de trabajos en
beneficio de la comunidad de treinta y uno a ochenta días y, en todo caso, privación del derecho
a la tenencia y porte de armas de un año y un día a tres años, así como, cuando el Juez o
Tribunal lo estime adecuado al interés del menor o persona con discapacidad necesitada de
especial protección, inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad, tutela,
curatela, guarda o acogimiento hasta cinco años.

Igual pena se impondrá al que de modo leve amenace a una persona especialmente
vulnerable que conviva con el autor.”

Por su parte, en el apartado 5. se contemplan las amenazas leves en el ámbito de la


violencia doméstica, siempre que se ejecuten con armas u otros instrumentos peligrosos. Si bien
en el párrafo segundo contempla una serie de a grabaciones aplicables tanto al apartado 4 como
al apartado 5. Así señala el precepto que “5. El que de modo leve amenace con armas u otros
instrumentos peligrosos a alguna de las personas a las que se refiere el artículo 173.2,
exceptuadas las contempladas en el apartado anterior de este artículo, será castigado con la pena
de prisión de tres meses a un año o trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a
ochenta días y, en todo caso, privación del derecho a la tenencia y porte de armas de uno a tres
años, así como, cuando el Juez o Tribunal lo estime adecuado al interés del menor o persona
con discapacidad necesitada de especial protección, inhabilitación especial para el ejercicio de
la patria potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento por tiempo de seis meses a tres años.

Se impondrán las penas previstas en los apartados 4 y 5, en su mitad superior cuando el


delito se perpetre en presencia de menores, o tenga lugar en el domicilio común o en el
domicilio de la víctima, o se realice quebrantando una pena de las contempladas en el artículo
48 de este Código o una medida cautelar o de seguridad de la misma naturaleza.”

En el apartado 6. del artículo 171 del Código Penal se establece en una atenuación de la
pena prevista en los apartados 4 y 5 del mismo precepto, de tal manera que “[...] el Juez o
Tribunal, razonándolo en sentencia, en atención a las circunstancias personales del autor y a las
concurrentes en la realización del hecho, podrá imponer la pena inferior en grado.”

Finalmente en el apartado 7 se tipifica el delito leve de amenazas con carácter general y


además en su segundo párrafo contempla las amenazas cuando el ofendido sea alguna de las
personas a las que se refiere el apartado 2 del artículo 173 del Código Penal. Así “fuera de los
casos anteriores, el que de modo leve amenace a otro será castigado con la pena de multa de
uno a tres meses. Este hecho sólo será perseguible mediante denuncia de la persona
agraviada o de su representante legal.

Cuando el ofendido fuere alguna de las personas a las que se refiere el apartado 2 del
artículo 173, la pena será la de localización permanente de cinco a treinta días, siempre en
domicilio diferente y alejado del de la víctima, o trabajos en beneficio de la comunidad de cinco
a treinta días, o multa de uno a cuatro meses, ésta última únicamente en los supuestos en los que
concurran las circunstancias expresadas en el apartado 2 del artículo 84. En estos casos no será
exigible la denuncia a que se refiere el párrafo anterior.”

COACCIONES.

Se tipifican en el Capitulo III, Título ‍VI, del Libro ‍II del Código Penal (artículos ‍172 ‍a
1‍ 72 ter).
COMENTARIO

“El artículo 172 CP recoge la conducta básica porque la detención, el secuestro y las
amenazas son formas de coacción cualificadas, es decir, sobre la conducta base de una
coacción, se añaden otros datos o elementos: en la detención ilegal, una imposibilidad de
desplazamiento; en el secuestro, una presión económica y en las amenazas una perturbación
anímica.

Consiste en impedir a otro, con violencia, hacer lo que la ley no prohíbe u obligarle a
efectuar lo que no quiere. Esa violencia puede ser física o moral (intimidación) y para ser
punible, debe ser proporcional, es decir, la necesaria para conseguir su objetivo.. Si no se logra
lo que se desea, habrá una tentativa. Y en cambio no será sancionado coaccionar ejerciendo un
derecho-deber, como sucede cuando se impide el suicidio de otro o se evita la comisión de un
delito. La Ley Orgánica 5/2010 introduce la punición expresa de las coacciones en el ámbito del
disfrute de la vivienda.

La LO 1/2015 de 30 de marzo, en el artículo 172 bis CP incorpora un nuevo tipo penal, el


matrimonio forzado, que se tipifica como un delito específico dentro del capítulo de las
coacciones. Se ubica entre los delitos contra la libertad, después del delito de coacciones,
siendo sancionado con la misma pena que éste, en cuanto que el bien jurídico atacado en el
matrimonio forzado es la libre determinación para contraer matrimonio en libertad e igualdad.

La citada LO 1/2015 introduce también el delito de acoso o stalking en el art. 172 ter CP.
Se sancionan conductas acosadoras, caracterizadas por la intromisión en la vida de otro, que
atentan contra la libertad de la persona, afectando gravemente a su desarrollo.”3

En cuanto a los tipos en particular, el tipo básico viene recogido en el artículo 172.1 del
Código Penal que establece que “El que, sin estar legítimamente autorizado, impidiere a otro
con violencia hacer lo que la ley no prohíbe, o le compeliere a efectuar lo que no quiere, sea
justo o injusto, será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años o con multa de 12
a 24 meses, según la gravedad de la coacción o de los medios empleados.”

En cuanto al término violencia, la jurisprudencia del Tribunal Supremo incluyen tanto la


violencia física como las presiones morales y psíquicas.

En el párrafo segundo del mismo apartado se castiga la coacción cuando tenga por objeto
impedir el ejercicio de un derecho fundamental, imponiéndose las penas en su mitad superior,
salgo que el hecho tuviera señalada pena mayor en otro precepto del Código Penal.

En el párrafo tercero de dicho precepto se castiga con las penas en su mitad superior
cuando la coacción ejercida tuviera por objeto impedir el legítimo disfrute de la vivienda.

En el apartado 2, párrafo primero, se contemplan las amenazas leves en el ámbito de la


violencia de género y en el párrafo segundo las amenazas leves a una persona especialmente
vulnerable que conviva con el autor. En el párrafo tercero se contempla un subtipo agravado en
el caso de que concurra alguna de las circunstancias enumeradas en el mismo y finalmente en el

3 https://guiasjuridicas.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?
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párrafo cuarto se regula una atenuación, ya que, no obstante lo previsto en los párrafos
anteriores, el Juez o Tribunal, razonándolo en sentencia, en atención a las circunstancias
personales del autor y a las concurrentes en la realización del hecho, podrá imponer la pena
inferior en grado.

Así establece el precepto -Artículo 172.2 CP- que “2. El que de modo leve coaccione a
quien sea o haya sido su esposa, o mujer que esté o haya estado ligada a él por una análoga
relación de afectividad, aun sin convivencia, será castigado con la pena de prisión de seis meses
a un año o de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a ochenta días y, en todo
caso, privación del derecho a la tenencia y porte de armas de un año y un día a tres años, así
como, cuando el Juez o Tribunal lo estime adecuado al interés del menor o persona con
discapacidad necesitada de especial protección, inhabilitación especial para el ejercicio de la
patria potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento hasta cinco años.

Igual pena se impondrá al que de modo leve coaccione a una persona especialmente
vulnerable que conviva con el autor.

Se impondrá la pena en su mitad superior cuando el delito se perpetre en presencia de


menores, o tenga lugar en el domicilio común o en el domicilio de la víctima, o se realice
quebrantando una pena de las contempladas en el artículo 48 de este Código o una medida
cautelar o de seguridad de la misma naturaleza.

No obstante lo previsto en los párrafos anteriores, el Juez o Tribunal, razonándolo en


sentencia, en atención a las circunstancias personales del autor y a las concurrentes en la
realización del hecho, podrá imponer la pena inferior en grado.”

Finalmente en el párrafo primero de artículo 172.3 se tipifica el delito leve de coacciones


en general, que requiere para su perseguibilidad denuncia de la persona agraviada o de su
representante legal. Además, en el párrafo segundo de este mismo artículo se regula el delito
leve de coacciones en el ámbito de la violencia doméstica, debiéndose tener en cuenta que en
estos casos no será exigible la denuncia de la persona agraviada o de su representante legal.

Así el artículo 172.3 del Código Penal señala que “fuera de los casos anteriores, el que
cause a otro una coacción de carácter leve, será castigado con la pena de multa de uno a tres
meses. Este hecho sólo será perseguible mediante denuncia de la persona agraviada o de su
representante legal.

Cuando el ofendido fuere alguna de las personas a las que se refiere el apartado 2 del
artículo 173, la pena será la de localización permanente de cinco a treinta días, siempre en
domicilio diferente y alejado del de la víctima, o trabajos en beneficio de la comunidad de cinco
a treinta días, o multa de uno a cuatro meses, ésta última únicamente en los supuestos en los que
concurran las circunstancias expresadas en el apartado 2 del artículo 84. En estos casos no será
exigible la denuncia a que se refiere el párrafo anterior.”

MATRIMONIO FORZADO.

El artículo 172 bis del Código Penal tipifica el delito de matrimonio forzado en su primer
apartado, de tal manera que “El que con intimidación grave o violencia compeliere a otra
persona a contraer matrimonio será castigado con una pena de prisión de seis meses a tres años
y seis meses o con multa de doce a veinticuatro meses, según la gravedad de la coacción o de
los medios empleados.”

En su apartado segundo se castigan con las mismas penas a quien, con la finalidad de
cometer los hechos a que se refiere el apartado anterior, utilice violencia, intimidación grave o
engaño para forzar a otro a abandonar el territorio español o a no regresar al mismo.

Finalmente en el apartado tercero se establece un tipo cualificado por razón de la edad de


la víctima, de tal manera que “las penas se impondrán en su mitad superior cuando la víctima
fuera menor de edad.”

ACOSO.

“El acoso entraña una actuación de hostigamiento, persecución o molestia. Dicha


conducta tendrá repercusión criminal cuando se ejecutara de forma insistente y reiterada y,
como consecuencia de esta conducta, se pudiera provocar un grave perjuicio en el desarrollo de
la vida cotidiana de la víctima.”4

Así el artículo 172 ter.1 señala que “será castigado con la pena de prisión de tres meses a
dos años o multa de seis a veinticuatro meses el que acose a una persona llevando a cabo de
forma insistente y reiterada, y sin estar legítimamente autorizado, alguna de las conductas
siguientes y, de este modo, altere gravemente el desarrollo de su vida cotidiana:

1.ª La vigile, la persiga o busque su cercanía física.

2.ª Establezca o intente establecer contacto con ella a través de cualquier medio de
comunicación, o por medio de terceras personas.

3.ª Mediante el uso indebido de sus datos personales, adquiera productos o mercancías, o
contrate servicios, o haga que terceras personas se pongan en contacto con ella.

4.ª Atente contra su libertad o contra su patrimonio, o contra la libertad o patrimonio de


otra persona próxima a ella.

Si se trata de una persona especialmente vulnerable por razón de su edad, enfermedad o


situación, se impondrá la pena de prisión de seis meses a dos años.”

Además, del apartado 4 de este precepto se infiere que nos encontramos ante un delito
semipúblico, ya que los hechos sólo serán perseguibles mediante denuncia de la persona
agraviada o de su representante legal.

En el apartado tercero se contempla un tipo agravado del delito de acoso cuando el sujeto
pasivo sea alguna de las personas a las que se refiere el apartado 2 del artículo 173 del código
Penal -violencia de género y violencia doméstica-, debiéndose añadir que en estos casos no será

4 https://guiasjuridicas.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?
params=H4sIAAAAAAAEAMtMSbF1jTAAAUNDC1NjtbLUouLM_DxbIwMDCwNzAwu1vPyU1BAXZx
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necesaria, como requisito de perseguibilidad, la previa denuncia de la persona agraviada o de su
representante legal. Por tanto, nos encontramos ante un delito de carácter público.

Finalmente, como disposición común a todo el precepto, señala el apartado 3 que “las
penas previstas en este artículo se impondrán sin perjuicio de las que pudieran corresponder a
los delitos en que se hubieran concretado los actos de acoso.”

Por tanto, este último apartado contempla un concurso real de delitos, ya que si, como
consecuencia de las conductas descritas se hubieran concretado otros delitos –por ejemplo,
quebrantar una medida cautelar o de alejamiento, mediante el uso indebido de datos personales,
una estafa, etc.- también se impondrán las penas correspondientes a éstos.

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