Lectura - Educar en Valores

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EDUCAR EN VALORES: UNA NECESIDAD

Ante un deterioro generalizado de múltiples comportamientos que se observan a


todos los niveles de la sociedad: agresiones entre grupos étnicos, manifestaciones
de disconformidad social y diversas formas de violencia real y simbólica en el ámbito
familiar o escolar, se cuestiona, cada vez con más frecuencia, hasta dónde
corresponde a la escuela y a los proyectos curriculares impulsar la formación en
valores.

El debate se ha trasladado a la calle como resultado de la toma de conciencia por


parte de la sociedad y de los mismos responsables de la política educativa de una
crisis de valores en el seno de la sociedad.

Los valores se venían transmitiendo, hasta ahora, de la generación adulta a la joven;


sin embargo, en este proceso se ha producido una ruptura, posiblemente, como
resultado de la invasión de las tecnologías de la comunicación y de las nuevas
tecnologías de la información, los programas de televisión o los nuevos centros de
reunión de los jóvenes que pregonan un pragmatismo exacerbado, un estado de
“placer” o “satisfacción” inmediato y una visión de lo útil. Estos espacios se han
proclamado promotores de patrones de comportamiento entre la juventud dejando
a un lado los que se derivan del ambiente familiar.

Es por ello, que surge la necesidad, en el establecimiento de los fines de la


educación, de que comprenda el desarrollo integral de la persona: atender no sólo
a las capacidades cognitivas o intelectuales de los alumnos sino también a sus
capacidades afectivas, motrices, de relación interpersonal y de inserción y actuación
social.

La acción educativa ha de apuntar necesariamente a la humanización de los


alumnos, es decir, la prioridad debe fijarse en reconstruir la educación en un proceso
integral de aprender, que ligue la escuela con la vida y los valores y actitudes más
adecuados para vivir mejor en convivencia con los demás. Esto es especialmente
importante en un momento en que el impacto del desarrollo científico-tecnológico
en las instituciones educativas parece relegar la formación humanística, que le
debiera dar sentido a toda formación profesional.

¿Qué es educar en valores?


En los últimos tiempos el término educación ha sufrido cambios, olvidando uno de
sus objetivos fundamentales que es la formación de la personalidad. Una formación
que corresponde, principalmente a la familia, pero también a la escuela y a los
medios de comunicación. En esta formación se debe volver a valores como el
respeto, la convivencia, el esfuerzo, la equidad o la utilización razonable de la
libertad.

La educación en valores es sencillamente educar moralmente porque los valores


enseñan al individuo a comportarse, a establecer jerarquías entre las cosas, a través
de ellos llegan a la convicción de que algo importa o no importa, tiene por objetivo
lograr nuevas formas de entender la vida, de construir la historia personal y
colectiva, también se promueve el respeto a todos los valores y opciones.

La expresión “educar en valores” pretende responder a esa especie de intuición de


que los valores se nos dan antes que las normas morales, de que son más
originarios en la sensibilidad moral que los principios éticos y que su fuerza
vinculante para la acción humana es más fuerte motivacionalmente que la de las
obligaciones morales o jurídicas.

Educar en valores es también educar al alumnado para que se oriente y sepa el


valor real de las cosas. Los valores pueden ser realizados, descubiertos e
incorporados por el ser humano, de ahí su importancia pedagógica. Esta
incorporación, realización y descubrimiento son tres pilares básicos de toda tarea
educativa; necesitan la participación de toda la comunidad educativa de una forma
coherente y efectiva.
Esta educación en valores no se puede quedar simplemente en el ejercicio de la
transmisión de determinados códigos de valores o virtudes. Se busca una reflexión
acerca del origen, la constitución, la naturaleza y el modo de darse los valores, para
poder ver su relación con la moralidad.

Primera escuela de valores:


La familia Los padres/madres o tutores de los niños y niñas son siempre los primeros
y principales educadores de sus hijos/as. Por lo tanto, al centro sólo le corresponde
una labor subsidiaria que potencie lo que se aprende en la familia. Nunca debemos
pensar que es posible delegar esta función en las instituciones educativas.

Los valores en la familia se adquieren a través de las vivencias más corrientes. En


éstas surgen la mayoría de las oportunidades educativas, ya que en la convivencia
diaria, los padres pretenden promover una serie valores imprescindibles en la vida
de sus hijos e hijas. El amor, la confianza y el agradecimiento favorecen la formación
en los valores y son condiciones básicas de un ambiente educativo.
La acción de los padres es, por tanto, básica y la vida en familia se destaca como
primera y principal “escuela de valores”. Además, muchos centros educativos
incorporan como parte importante de su proyecto educativo un programa
sistemático de educación en valores humanos. Así, la atención que se presta a los
valores en la familia se ve reforzada en el colegio, potenciándose mutuamente las
influencias de los dos ambientes.

En la familia se puede conseguir que los hijos e hijas crezcan en valores motivados
por el amor. Todos saben que cada miembro de la familia tiene el deber de ayudar
a los demás y que en la familia le quieren por lo que cada uno es.

En definitiva, los hábitos buenos de comportamiento asumidos consciente y


libremente (los valores) son excelentes medios para educar y formar a los hijos.
Segunda escuela de valores: el centro educativo
En el centro docente, se intentarán desarrollar una serie de valores mediante
actuaciones y prácticas educativas a través de un trabajo sistemático.

Por un lado, se procurará que los alumnos/as interioricen los valores, para que se
conviertan en guías y pautas de conducta, que asimilarán libremente, ya que los
valores que no se pueden imponer de forma autoritaria, pues son un cúmulo de
actitudes autoimpuestas por la propia voluntad.

La escuela deberá ayudar a construir criterios para tomar decisiones correctas y


orientar la vida del alumnado. Esas decisiones se producirán cuando los alumnos/as
se enfrenten a un conflicto de valores.

Por otro lado, la educación pretende ayudar al alumnado en el proceso de desarrollo


y adquisición de las capacidades para sentir, pensar y actuar. Por lo tanto, no es
sólo una educación que busque integrarse en el comunidad sino que va más allá,
busca la autonomía y la capacidad crítica para tomar decisiones en un conflicto
ético.

La Educación en Valores en el Sistema Educativo

La inclusión de una educación en valores, es decir, de una educación transversal


en los diferentes sistemas educativos fue debida a la necesidad de llevar al terreno
educativo toda una serie de medidas adoptadas de forma intergubernamental por
los gobiernos de los países desarrollados, surgidas a partir de una serie de
preocupaciones comunes ante los efectos negativos del desarrollo tecnológico y
cultural en las sociedades más avanzadas, que tenían y tienen que ver con la salud,
el medio ambiente, los conflictos, el racismo, la discriminación, etc los cuales
incumben no solo al desenvolvimiento de cada una de ellas, sino también al de toda
la humanidad.
BIBLIOGRAFÍA

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