Analisis Del Cuento El Aleph de Jorge Lu

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Efthimía Pandís Pavlakis

Haralambos Symeonidis - Dimitrios Drosos


Anthí Papageorgíou
(eds.)

ESTUDIOS Y HOMENAJES
HISPANOAMERICANOS

III
Comité Científico:
Riccardo Campa (Universidad de Siena)
Rodolfo Cardona (Boston University)
Eugenio Chang-Rodríguez (CUNY-Graduate Center)
Carlos Alberto Crida Álvarez (Universidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas)
Dimitrios L. Drosos (Universidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas)
Ilian Ilinca (Universidad de Timisuara)
Fidel López Criado (Universidad de la Coruña)
Alfonso Martínez Díez (Universidad Complutense de Madrid)
Slobodan S. Pajović (Universidad de Megatrend)
Efthimía Pandís Pavlakis (Universidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas)
Anthí Papageorgíou (Universidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas)
Liliana Weinberg (Universidad Nacional Autónoma de México)
Tony N. Zahareas (University of Minnesota)

Edición 2015

Ediciones Clásicas S.A. garantiza un riguroso proceso de selección y evaluación de los tra-
bajos que publica

Este libro ha sido subvencionado parcialmente por el Consejo de Investigación de la Univer-


sidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas.

© Efthimía Pandís Pavlakis


© Haralambos Symeonidis
© Dimitrios Drosos
© Anthí Papageorgíou
© Alfonso Martínez Díez, Editor & Publisher
© Ediciones Clásicas, S.A.
c/ San Máximo, 31, 4º 8
Edificio 2000
28041 Madrid
Tlfs.: 91-5003174 / 91-5003270
Fax: 91-5003185. E-mail: [email protected]
www.edicionesclasicas.com

ISBN: 84-7923-527-6
Depósito Legal: M-14193-2015
Impreso en España

Imprime: CIMAPRESS
ÍNDICE
Nota preliminar ......................................................................................................... 5
VÍCTOR ANDRESCO: Ni tiburón ni sardina: Isidoro Montemayor frente al
mercado de la novela histórica ................................................................................. 7
IOANNIS ANTZUS RAMOS: La cuestión de la verdad en Las miradas perdidas,
de Fina García Marruz ........................................................................................ 13
LINDA BASEGGIO: Las de abajo: variaciones del personaje femenino
en la narrativa del primer Mariano Azuela ........................................................... 21
GIORGOS BIKOS: A sociological reading of Alberto Manguel’s History
of Reading ............................................................................................................... 29
RICCARDO CAMPA: Octavio Paz: la virtualidad ................................................ 35
MARIA CHORIANOPOULOU: George Santayana’s Ethical Naturalism .............. 45
SALIHA SENIZ COŞKUN ADIGÜZEL: A psychoanalytic feminist reading
of “The Red Stockings” by Emilia Pardo Bazán ................................................ 53
CLAUDIA COSTANZO DALATSI: Alegorías de la ausencia en Guimarães Rosa ...... 61
DIMITRIOS DROSOS: La dictadura de Pinochet a través de ediciones griegas
de la época ......................................................................................................... 67
D. D. - C. M. - D. M. : María Elena Rodríguez Ozán y los estudios
latinoamericanos ................................................................................................ 75
DIMITRIS FILIPPÍS: “La sonrisa de la Falange y las lágrimas de la Reina”:
cultura y arte acerca del auxilio social en España y Grecia ............................. 77
LEMAN GÜRLEK: La evolución de la mujer en el teatro español del siglo XIX ........ 87
MARÍA JESÚS HORTA SANZ: La conquista de México en el Guatimozín
de Gertrudis Gómez de Avellaneda .................................................................... 93
MEHMET ILGÜREL: Análisis del cuento “el Aleph” de Jorge Luis Borges
desde la perspectiva del imaginario simbólico ................................................ 107
ILINCA ILIAN ŢĂRANU: El utópico estado de los artistas y las ambivalencias
de Cortázar ...................................................................................................... 115
ASSIMINA KANIARI: Painting National Identity: El Greco, “Greek Art History”
and Temporary Exhibitions .............................................................................. 125
VICTORIA KRITIKOU: La proyección de los personajes infantiles en “Retirada”
de Carmen Martín Gaite y “Los metales” de Onelio Jorge Cardoso:
aproximación histórico-cultural ...................................................................... 131
ADRIANA LAMOSO: Tradiciones electivas de Ezequiel Martínez Estrada:
un recorrido por el pensamiento sarmientino .................................................. 137
ANGELIKÍ LARDA: Estudio sicoanalítico de los cuentos “El árbol de oro”
y “Rafael” de Ana María Matute ..................................................................... 149
VIRGINIA LÓPEZ RECIO: Antonio Machado en Grecia. Una recepción
pausada, pero firme y duradera ....................................................................... 155
ALFONSO MARTÍNEZ DÍEZ: Esbozo histórico de la presencia de Corfú en la
literatura española (siglos XIII-XIX) ............................................................... 165
SEYNEP ONAL: Las claves de la nueva novela hispanoamericana
en el siglo XX .................................................................................................... 185
ŞENYILDIZ ÖZLEM: Un esteta en Córdoba en el siglo IX: Ziryab .................... 193
KIRIAKÍ PALAPANIDI: El contexto de aprendizaje como factor regulador
de la transferencia léxica ................................................................................. 201
EFHIMÍA PANDÍS PAVLAKIS: Realidad e imaginación en los cuentos de Carmen
Martín Gaite: el caso de “La mujer de cera” ........................................................... 209
ANTHÍ PAPAGEORGÍU: Reflexiones sobre aspectos del lenguaje del cuento
“Luvina” de Juan Rulfo. Una perspectiva traductológica .............................. 217
MARÍA ELENA RODRÍGUEZ OZÁN: Leopoldo Zea y los estudios
latinoamericanos ............................................................................................. 223
ANNA ROSENBERG: Historia y memoria en la obra de Ildefonso Manuel Gil .... 227
WILLIAM SHERZER, La aproximación novelística reciente a la Guerra Civil
española ........................................................................................................... 235
MARTA ELENA SILVA PERTUZ: Tres perlas interdisciplinarias de la literatura
en el Caribe Colombiano: José Francisco Socarrás, Orlando Fals Borda y
Manuel Zapata Olivella ................................................................................... 243
AGLAIA SPATHI: La noción del espacio en la cuentística de Inés Arredondo:
“El membrillo” y “El apunte gótico” ................................................................ 261
HARALAMBOS SYMEONIDIS: The development of kinship terms as an indicator
of the Romanization of the Guaranitic area .............................................................. 269
MARÍA TSOKOU: La posición de la mujer en Simientes de Concha Espina:
acercamiento ideológico .................................................................................. 287
ANTONIO VARELAS: La ELAO en la clase de ELE. Propuestas para
trabajar con material suplementario ............................................................... 295
LILIANA WEINBERG: Gabriel García Márquez. Un homenaje ........................ 305
EBRU YENER GOKSENLI: Enseñar ELE usando las redes socıales y los blogs .... 309
ANDONIOS N. ZAHAREAS: El Judas de Borges (Cómo se desmantelan
sistemas) .......................................................................................................... 315
ANÁLISIS DEL CUENTO “EL ALEPH” DE JORGE LUIS BOR-
GES DESDE LA PERSPECTIVA DEL IMAGINARIO SIMBÓLICO
MEHMET ILGÜREL
Universidad de Estambul

1. INTRODUCCIÓN
1.1. El aspecto teórico: regímenes del imaginario
Gilbert Durand distingue dos categorías en el imaginario que son los regímenes
diurno y nocturno. En el régimen diurno abundan imágenes relacionadas con la ver-
ticalidad y es el régimen de la antítesis, en que constantemente se polarizan imágenes
antagónicas de elevación y caída, la luz y la oscuridad, superioridad e inferioridad
etc. Entre sus símbolos típicos destacan el cetro, la espada y armas blancas, el sol y
las antítesis de las imágenes teriomorfas1 y catamorfas2, es decir, esquemas ascen-
sionales: la escalera, el ave diurna, la lanza. El nocturno, a su vez, se subdivide en
los regímenes sintético y místico que se caracterizan respectivamente por la inver-
sión de los valores y la síntesis de los contrarios3. El imaginario nocturno-místico se
define por la inclusión, la analogía y la confusión. Algunos de los símbolos asocia-
dos son la feminidad benéfica, la madre nutritiva, la oscuridad acogedora o el tran-
quilo refugio íntimo. El imaginario nocturno-sintético se caracteriza por la coinci-
dentia oppositorum, la reconciliación de los opuestos, que resuelve todas las incom-
patibilidades a través de la intervención del tiempo. Entre sus símbolos típicos po-
demos contar la rueda, la cruz, la semilla, el fuego y el árbol.

1.2. El resumen del cuento


“El Aleph”, cuento de Jorge Luis Borges, publicado por primera vez en el libro
homónimo de 1949, es una autoficción muy conocida del autor Argentino. Antes

——————————
1
Este término designa los símbolos de forma animal.
2
Los símbolos que se relacionan con la noción de la caída.
3
Para evitar confusiones, en este trabajo nos referimos al régimen nocturno-místico como “régimen nocturno”
y al nocturno-sintético simplemente como “régimen sintético”.

E. P. PAVLAKIS - H. SYMEONIDIS - D. DROSOS - A. PAPAGEORGÍOU (eds.), Estudios y homenajes hispa-


noamericanos III. Madrid, Ediciones del Orto, 2015.
108 MEHMET ILGÜREL

de destacar sus aspectos relacionados con la teoría de Durand, cabe recordar el


relato de manera general:
El narrador, enamorado platónicamente de Beatriz Viterbo, después de su
muerte, se consagra a su memoria exaltada. Se acostumbra a hacer visitas anuales
a su casa en su día de cumpleaños, dónde vive también Carlos Argentino Daneri,
primo de Beatriz, un escritor presumido, menospreciado por el narrador. Un día el
narrador recibe una llamada de éste que le comenta que los propietarios de la casa
han decidido demolerla, lo cual sería una gran pérdida ya que en el sótano de la
misma había un Aleph, que es “uno de los puntos del espacio que contiene todos
los puntos” (Borges, 1974: 623). Al ir a la casa, Daneri le invita a verlo y al narra-
dor se le revela en el sótano oscuro y estrecho de la casa de los Daneri, el punto
Aleph, que posibilita al ser humano la percepción simultánea de la totalidad del
universo con todos sus integrantes. El narrador describe sus visiones a través de
una multitud de imágenes seguidas, muchas veces inconexas, desde cosas de mag-
nitud cósmica hasta otras diminutas, etc. Además, ve en el Aleph imágenes de
Beatriz y algunas de ellas le revelan su relación incestuosa con su primo. Al subir
a la casa, se burla de Daneri y afirma no haber visto nada y no vuelve a hablar con
él. Más tarde en la posdata el narrador comenta que la casa y por consiguiente el
punto Aleph fue demolida en 1943 y Daneri ha tenido éxito en su carrera literaria
y él ya ha empezado a olvidar a Beatriz. Además, presenta sus observaciones
acerca del Aleph, –la primera letra del alfabeto hebreo y un elemento simbólico-
religioso– cuyo nombre fue escogido para el disco del cuento.

2. ANÁLISIS
Un aspecto importante del cuento, relativo a los regímenes del imaginario, se
refleja en las dos perspectivas contrastantes del narrador que llaman la atención a
lo largo de la obra. Por ejemplo, la primera frase, que en un contexto metafísico
se refiere a la muerte de Beatriz, destaca con la excesiva distancia y frialdad para
plantear tal asunto:
La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una impe-
riosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté
que las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovado no sé qué aviso
de cigarrillos rubios; el hecho me dolió, pues comprendí que el incesante y vasto uni-
verso ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita
(Borges, 1974: 617).
Poco después, esta postura radicalmente diurna cambia y lo vemos hablar con
un retrato de su difunto amor platónico, de una forma que destaca con su tono de
intimidad y repeticiones propias de régimen nocturno.
No podía vernos nadie; en una desesperación de ternura me aproximé al retrato y le dije:
— Beatriz, Beatriz Elena, Beatriz Elena Viterbo, Beatriz querida, Beatriz perdida para
siempre, soy yo, soy Borges (Borges, 1974: 617).
Análisis del cuento “el Aleph” de Jorge Luis Borges desde la perspectiva del imaginario simbólico 109
Estas dos perspectivas entrelazadas se polarizan con respecto a los regímenes
diurno y nocturno del imaginario. En el narrador protagonista prevalece normal-
mente el régimen diurno, mientras que cuando pasa a tratar de Beatriz, por lo ge-
neral, su discurso se vuelve nocturno. De allí podemos deducir que su contacto
con este personaje le activa el imaginario nocturno provocando un desequilibrio
visible en su discurso.

2.1. El punto Aleph desde la perspectiva de los regímenes del imaginario


El elemento de máxima importancia del relato, sin duda, es el punto Aleph que
también ejerce una influencia decisiva en los imaginarios de Borges-narrador y
Daneri. Al ser observado desde la perspectiva de esta teoría, el Aleph, está relacio-
nado con ambos regímenes, nocturno y sintético.
En primer lugar, cabe tomar en cuenta la ubicación del punto Aleph (el sótano
de la casa de Daneri) que es un símbolo típicamente nocturno por ser un espacio
relativo a una cueva. Entre sus isomorfos4, podemos contar la tumba, la cuna y la
barca (Durand, 1979: 414) que suelen tener semejantes funciones simbólicas fe-
meninas en distintos mitos de varias culturas. Por otro lado, en el cuento, el sótano
se relaciona también con los esquemas verbales (414) de descender y penetrar.
Según Durand, el eje del descenso, en contraste con el de ascensión, es “un eje
íntimo, frágil y delicado” (1979: 191) e implica alusión de muerte. Los atributos a
los que se refiere están relacionados con el descenso al Aleph y la experiencia que
tiene el narrador. La intimidad se refleja en los requisitos de la soledad y la oscu-
ridad, y la muy precisa postura corporal se puede relacionar con la fragilidad y la
delicadeza. Por otro lado, la muerte es una metáfora común de la iniciación, con-
cepto inherente al Aleph. Asimismo, la postura horizontal del cuerpo (225), que es
indispensable para ver el Aleph, es de carácter nocturno. Podemos también ver un
paralelismo entre las imágenes que el protagonista ve en el Aleph y los sueños de
la profundidad a los que se refiere en la siguiente cita:
[...] el gesto del descenso digestivo y el esquema de la deglución que conducen a los
sueños de la profundidad y a los arquetipos de la intimidad estaban en la base de todo
el simbolismo nocturno (Durand, 1979: 244).
El tamaño del Aleph y las infinitas imágenes que encierra, revelan otro aspecto
significativo que se relaciona con el régimen nocturno: “la miniaturización”. Esta
estructura nocturna, designa el elemento o el continente más pequeño como el de
mayor importancia.
Es el detalle lo que se vuelve representativo del conjunto. Ya hemos encontrado fre-
cuentemente este fenómeno de supletoriedad liliputiense, pero es en el Régimen Noc-
turno de la imagen, gracias al juego de los encajamientos sucesivos, donde el valor se

——————————
4
Con símbolos isomorfos Durand se refiere a los conjuntos o constelaciones simbólicos donde convergen las
imágenes en torno a núcleos organizadores o sea arquetipos (1979: 38).
110 MEHMET ILGÜREL

asimila siempre al último contenido, al más pequeño, al más concentrado de los ele-
mentos (Durand, 1979: 263).
Por otro lado, la forma circular del Aleph es otra característica (1979: 236)
asociada con el régimen nocturno del imaginario. Esta forma se puede relacionar
tanto con las repeticiones sucesivas5 de las imágenes del universo como con la
desaparición del concepto linear del tiempo ya que en el Aleph el futuro coexiste
con el pasado.
Asimismo, por ser un “punto donde convergen todos los puntos” (Borges,
1974: 627) el Aleph se debe considerar también un elemento de naturaleza sinté-
tica. Ya que un concepto fundamentalmente sintético, la unión de los contrarios
caracteriza el Aleph. Entre sus multiples versiones del relato podemos contar los

• Es un punto diminuto que contiene el universo. 6


siguientes, relacionados con la experiencia del narrador:

• Posibilita visiones del pasado y del futuro. 7


• Posibilita la percepción tanto de lo grande como de lo pequeño. 8
• Realiza el encuentro imposible entre el narrador y el lector. 9
Además de los aspectos ya planteados, cabe destacar que el Aleph se asocia
con la iniciación 10, otro concepto típicamente sintético. En la trama del cuento, la
experiencia del narrador con el Aleph es susceptible de provocarle un cambio pro-
fundo de manera que nos recuerde precisamente esta nación.
Las primeras palabras del narrador después de su experiencia con el Aleph son:
“Sentí infinita veneración, infinita lástima” (Borges, 1974: 627). Estas palabras
manifiestan su comprensión de los opuestos como lo grande y lo pequeño, lo du-
radero y lo efímero, etc. y demuestran su apreciación del arquetipo de “la unión
de los contrarios”. No obstante, se nota a continuación que su experiencia no re-
sulta en una ‘iniciación’, es decir, una verdadera transmutación del imaginario que
equilibraría su tendencia al régimen solar. Ya que el resto del cuento sigue con
valoraciones de carácter diurno que llegan hasta afirmar que el Aleph –al parecer
por haber sido de Daneri– era nada más que un falso Aleph. En breve, notamos
que su experiencia le da una cierta estabilidad en el régimen diurno y le salva de
sus oscilaciones nocturnas. Por otro lado, una verdadera transmutación, es decir, una
——————————
5
[…] vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, y en la tierra otra vez el Aleph y en el Aleph
la tierra […].
6
El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de
tamaño. (625).
7
[…] vi el alba y la tarde […] (625).
8
[…] vi convexos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena […] (625).
9
[…] vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara […] (626).
10
La iniciación es más que un bautismo: es un compromiso, un hechizo. Piganiol sólo entrevé una parte de la
verdad cuando asimila los ritos purificadores a los cultos ctónicos: la iniciación es más que una purificación
bautismal, es transmutación de un destino. Al estudiar los bautismos hemos considerado más que una fase de la
iniciación, la fase diairética y negativa en cierto modo. Pero la iniciación comporta todo un ritual de revelaciones
sucesivas, se realiza lentamente por etapas y parece seguir muy de cerca, como en el ritual mitriáitico, el esquema
agrolunar: sacrificio, muerte, tumba, resurrección. La iniciación comporta casi siempre una prueba mutilante o
sacrificial que simboliza, en segundo término, una pasión divina (Durand, 1979: 291).
Análisis del cuento “el Aleph” de Jorge Luis Borges desde la perspectiva del imaginario simbólico 111
iniciación le provocaría un efecto profundo que le ayudaría a asimilar el imaginario
nocturno y no rechazarlo, con otras palabras, realizar la unión de los contrarios, o
sea, la armonía de los regímenes diurno y nocturno dentro de su psique.

2.2. Perspectivas mitológica y psicológica


El acto de descenso al sótano y la experiencia con el punto Aleph se relaciona
también con los descensos al infierno, frecuentes en las mitologías, en los que el
héroe se confronta con las fuerzas oscuras y sale al mundo victorioso y realizado.
Basándonos en la explicación de Borges acerca del nombre Aleph 11, también po-
demos relacionar el descenso del narrador, con los viajes a través del axis mundi
(el eje del mundo) que es un centro de conexión entre el cielo y la tierra en las
religiones, y las rituales chamanísticos.
Con respecto al simbolismo del centro, cabe tener en cuenta los rasgos de lo
que Mircea Eliade llama “el sistema del mundo”. Este concepto designa el con-
junto de las concepciones religiosas y de imágenes cosmológicas que establecen
el orden cósmico espiritual para las sociedades tradicionales y comprende elemen-
tos que sirven de intermediario entre el cielo y la tierra:
a) un lugar sagrado constituye una ruptura en la homogeneidad del espacio; b) simbo-
liza esta ruptura una «abertura», merced a la cual se posibilita el tránsito de una región
cósmica a otra (del Cielo a la Tierra, y viceversa: de la Tierra al mundo inferior); c) la
comunicación con el Cielo se expresa indiferentemente por cierto número de imágenes
relativas en su totalidad al Axis mundi: pilar (cf. la universalis columna), escala (cf. la
escala de Jacob), montaña, árbol, liana, etc.; d) alrededor de este eje cósmico se ex-
tiende el «Mundo» (= «nuestro mundo»); por consiguiente, el eje se encuentra en el
«medio», en el «ombligo de la Tierra», es el Centro del Mundo. (Eliade, 1957: 38)
Los tres primeros puntos se asocian con el Aleph y su ubicación y el acceso del
narrador. En cuanto al punto “a” cabe recordar que además de contener el Aleph,
para Borges la casa de los Daneri tiene una gran carga emocional por ser el lugar
donde vivió Beatriz. De acuerdo con el punto “b” el Aleph puede considerarse
como un punto de tránsito entre dos mundos ontológicamente diferentes. Tal como
se expresa en el punto “c”, “la escalera empinada” (Borges, 1974: 623) representa
este “pasaje” diseñado por Borges para simular este sistema espiritual común de
las sociedades tradicionales.
Obviamente, el autor intenta repetir algunas estructuras propias de las cosmo-
logías antiguas y las semejanzas que podemos establecer entre estas tradiciones y
ciertos elementos del cuento no son casuales. Pero cabe tener en cuenta que estas
ficciones no salen del contexto de la literatura fantástica y que no son exentos de
una cierta ironía, típica del autor. El sentido irónico se refleja, por ejemplo, en las
intenciones y motivos tan ordinarios que rodean este elemento sobrehumano y en

——————————
11
Su aplicación al disco de mi historia no parece casual. Para la Cábala, esa letra significa el En Soph, la
ilimitada y pura divinidad; también se dijo que tiene la forma de un hombre que señala el cielo y la tierra, para
indicar que el mundo inferior es el espejo y es el mapa del superior […] (Borges, 1974: 627).
112 MEHMET ILGÜREL

la ubicación del punto Aleph: el sótano de una casa en una zona no tan favorecida
de Buenos Aires.
Tanto el descenso mitológico al infierno como el pasaje por el axis mundi se
relacionan con el concepto de regressus ad uterum, o sea son actos simbólicos
relacionados con el retorno a la matriz. En el caso del cuento, esta noción se re-
presenta con el descenso al sótano que se puede comparar con “una hendidura
asimilada a la boca o al útero de la Tierra Madre” (Eliade, 1963: 95). Aquí el
retorno a la matriz y la salida suponen una iniciación 12, o sea un nuevo nacimiento
de la Tierra Madre, en que las acciones están “orientadas hacia valores del Espíritu
y no a comportamientos referentes a la actividad psicofisiológica” (Eliade, 1963:
95). Esta idea implica una regeneración alquímica e integración.
Este simbolismo de descensos nocturnos se relaciona con el concepto de la
“integración de la identidad” de la psicología que permite ver el tema de forma
holística. Según esta noción, el hombre puede lograr la integración de su identidad
únicamente a través de una reconciliación con su ánima 13 que es la contraparte
femenina de su alma. En el cuento, el ánima del narrador está representada con
Beatriz 14. Su amor no correspondido le provoca un desequilibrio -analizado con
respecto al imaginario simbólico-, pero más tarde con el Aleph consigue otra opor-
tunidad de integración de su identidad, esta vez en un nivel por encima de posibi-
lidades humanas. Aunque el Aleph es un elemento que refleja por excelencia el
imaginario sintético y el narrador confiesa haber atestiguado la unión de los con-
trarios en varios aspectos, más tarde demuestra con su actitud puramente diurna,
que no ha logrado tal integración. Esto se observa en su comportamiento despec-
tivo hacia Daneri y sobre todo, en su actitud hacia los elementos del cuento que
están asociados con la integración de su identidad, o sea Beatriz y el Aleph. Ya
que, en el posdata, confiesa que va olvidando los rasgos de la primera y también
se hace cómplice pasivo en la destrucción del Aleph. Además, su discurso acerca
de estos elementos se vuelve excesivamente diurno con la distancia intelectual con
la que trata del tema. Así pues, vemos que en vez de un imaginario, aceptado y
coordinado con sus polaridades, el protagonista logra uno en que el régimen noc-
turno está “vencido” por el diurno. Este predominio diurno del narrador parece

——————————
12
Iniciación. 1. Sentido de teleutai: hacer morir. Iniciar es en cierto modo hacer morir, provocar la muerte.
Pero la muerte se considera como una salida, o como traspasar una puerta que da acceso a otra parte. A la salida
sucede una entrada (Davy, 1986: 593).
13
Carl Jung llamó a este aspecto “masculino” de la psique de la mujer su “animus”, que corresponde a la
postulación de una “anima” como el aspecto “femenino” de la psique del hombre. El ánima o ánimus, que se
siente por primera vez como la inquietante presencia del “otro” en uno mismo, es la clave para el cumplimiento
y puede permitir que el hombre o la mujer sufran una crisis inicial de alienación y conflicto de asimilar el “otro”
en una identidad integrada. En la lucha hacia la plenitud, el animus y el anima llegan a mediar toda una gama de
la experiencia para la mujer y el hombre: su conexión con la naturaleza y la sexualidad, por una parte, y con el
espíritu del otro. No es de extrañar que el animus y el ánima aparecen en los sueños, mitos, fantasías y obras de
arte como figuras a la vez humana y divina, como amante y dios (Gelpi, 1992: 105-106).
14
[...] con Beatriz aparece el arquetipo del ánima, puesto que éste tiene que ver con contenidos proyectivos de
la parte femenina (en este caso de Borges narrador) que se manifiestan a través del enamoramiento (Pérez Bernal,
2002: 125).
Análisis del cuento “el Aleph” de Jorge Luis Borges desde la perspectiva del imaginario simbólico 113
establecer un equilibrio interno en la trama y resulta en su fracaso frente al éxito
literario de Daneri, su adversario.

3. CONCLUSIÓN
La gran variedad de imágenes y símbolos fueron integrados en la trama del
cuento tomando en consideración sus valores y su polarización, expuestos siste-
máticamente en la teoría posterior de Durand. Esta riqueza proporciona una pro-
fundidad semántica, posibilitando distintas perspectivas para la interpretación del
relato.
Desde la perspectiva de este trabajo, el fenómeno de mayor trascendencia es el
evidente conflicto entre los regímenes nocturno y diurno que tiene lugar en el ima-
ginario del narrador-protagonista. Para clarificar e interpretar este estado de crisis
en que se encuentra el personaje, acudimos al concepto de la “integración de la
identidad” a través de la doctrina de Carl Gustav Jung. Esta noción y otros símbo-
los de origen mitológico relacionados con el punto Aleph, nos recuerdan el con-
cepto de la iniciación que nos ayuda a realizar un análisis más profundo. Desde
esta perspectiva, cabe decir que Borges pone al protagonista en contacto con dos
elementos susceptibles de poner su imaginario en un estado de equilibrio o con
otras palabras ayudarle a integrar su identidad: Beatriz y el Aleph. Los dos son de
carácter nocturno, sin embargo el segundo es un elemento milagroso que pone al
hombre en contacto con la totalidad del cosmos y así implica una iniciación a ma-
yor escala. No obstante, basándonos en el discurso posterior del narrador, aferrado
al régimen diurno y en su rechazo del Aleph entendemos que no se llevó al cabo
tal iniciación.
Al contrario de otros cuentos de Borges en que los personajes sufren una ini-
ciación 15, que supone una toma de conciencia de una verdad trascendente o se
asume una distinta actitud existencial, este se puede aceptar como un relato de una
iniciación no realizado ya que al final el protagonista casi rechaza su experiencia
con el Aleph no dejando que le cambie su forma de ser.

BIBLIOGRAFÍA
Borges, Jorge Luis (1974). Obras Completas de Jorge Luis Borges. Buenos Aires:
Emecé Editores.
Davy, Marie Madeleine (1986). “Iniciación”, en Diccionario De Los Símbolos,
Barcelona: Editorial Herder, 593.
Durand, Gilbert (1964 [1968]). La imaginación simbólica. Buenos Aires:
Amorrortu editores.
——————————
15
Entre ellos podemos contar “El Sur”, “El jardín de senderos que se bifurcan”, “Las ruinas circulares”,
“Historia de Rosendo Juárez”, “Historia del guerrero y de la cautiva”. Únicamente en “La biblioteca de Babel”
se da un viaje iniciático sin un resultado aparente pero no existe un rechazo del protagonista, característico de
“El Aleph”.
114 MEHMET ILGÜREL

— (1979 [1981]). Las estructuras antropológicas de lo imaginario. Introducción


a la arquetipología general. Madrid: Taurus.
— (1993 [2013]). De la mitocrítica al mitoanálisis: figuras míticas y aspectos de
la obra. Madrid: Anthropos Editorial.
— (2012). “La mitocrítica paso a paso”, en Acta Sociológica, número 57 (enero-
abril). 105-118.
Eliade, Mircea (1957 [1973)]). Lo sagrado y lo profano. 2. Madrid: Ediciones
Guadarrama.
— (1963 [1973]). Mito y Realidad. Madrid: Ediciones Guadarrama.
Gelpi, Albert (1992). “Emily Dickinson and the Deerslayer: the Dilemma of the
Woman Poet in America”, en Jungian Literary Criticism. Evanston:
Northwestern University Press. 103-117.
Gutiérrez, Fátima (2012). “La mitocrítica de Gilbert Durand: teoría fundadora y
recorridos metodológicos”, en Thélème. Revista Complutense de Estudios
Franceses, número 27. 175-189.
Pérez Bernal, Rosario (2002). Borges y los arquetipos: interpretación de tres
textos de El Aleph según la teoría junguiana. México: Plaza y Valdés.
Samuels, Andrew; Shorter, Bani; Plaut, Fred (1986). A critical dictionary of
Jungian analysis. New York: Psychology Press.

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