CIVIL Historia
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ISSN: 0251-3420
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Pontificia Universidad Católica del Perú
Perú
AGUIRRE, CARLOS
RAMOS, Carlos. Historia del Derecho Civil peruano. Tomo 4. Lima: Pontificia Universidad
Católica del Perú, 2003.
Derecho PUCP, núm. 58, 2005, pp. 529-536
Pontificia Universidad Católica del Perú
Lima, Perú
RAMOS, Carlos. Historia del Derecho Civil peruano. Tomo 4. Lima: Pontificia
Universidad Católica del Perú, 2003.
1
ALZAMORA, Román. Curso de historia del derecho peruano. Lima: Imprenta del Estado,
1876.
2
La bibliografía de Manuel Atanasio Fuentes es inmensa y puede consultarse en el tomo
III de esta colección. Véase, entre otros, su Curso de Enciclopedia del Derecho. 3 tomos.
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Más tarde, a comienzos del siglo XX, estos esfuerzos serían continuados por
Germán Leguía y Martínez y Atilio Sivirichi, entre otros.3 La redacción de
manuales o comentarios detallados de ciertos códigos o corpus legislativos
dominaban las preocupaciones de los juristas, interesados sobre todo por
facilitar el acopio y manejo de tan vasto archivo legal. La investigación his-
tórica sobre la evolución del derecho, sin embargo, no recibía en el Perú la
atención que merecía en otros países. Una obra pionera dentro de lo que
propiamente se puede considerar la historia del derecho es la de Jorge Basa-
dre, pero su esfuerzo no tuvo inmediatos seguidores.4 Casi por excepción,
en 1944, Julio Altmann Smythe sintetizó los grandes rasgos de la evolución
del derecho penal peruano.5 Mucho más recientemente, en las décadas de
los años setenta y ochenta, especialistas como Fernando de Trazegnies y José
Hurtado Pozo producirían valiosas obras de interpretación sobre la historia
del derecho civil y penal republicano, respectivamente.6
Sorprende, ciertamente, la falta de una tradición de historia legal en nues-
tro país. Mientras en países como Argentina o México han existido, y exis-
ten todavía, asociaciones para el estudio de la historia del derecho (desta-
cando entre ellas las dedicadas al llamado «derecho indiano»), en el Perú
solo hemos tenido esfuerzos aislados e intermitentes. Esto tiene que ver, en
gran medida, con el escaso interés de los historiadores profesionales por los
temas vinculados al mundo legal y sus ramificaciones, preocupados como
estaban por los temas de la historia política, económica y social. Desde los
años ochenta, nuevas generaciones de historiadores y estudiosos del dere-
cho, peruanos y extranjeros, inspirados por los trabajos antes mencionados
y por nuevas corrientes historiográficas internacionales, han hecho confluir
7
GUEVARA Gil, Armando. Propiedad agraria y derecho colonial. Los documentos de la
hacienda Santotis, Cuzco (1543-1822). Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú,
1993.
8
HONORES, Renzo. «Estudios sobre litigación y la litigiosidad colonial». Revista de Historia
del Derecho Privado, II, 1999; «Litigando en la Audiencia: El devenir de un pleito».
Historia y Cultura, 22, 1993.
9
STERN, Steve. «The Indians and Spanish Justice». En Perus Indian Peoples and the Challenge
of Spanish Conquest. Huamanga to 1640. Madison: University of Wisconsin Press, 1982.
10
CHAMBERS, Sarah. «Crime and Citizenship: Judicial Practice in Arequipa, Peru, during the
Transition from Colony to Republic». En Carlos Aguirre y Robert Buffington (eds.).
Reconstructing Criminality in Latin America. Wilmington: Scholarly Resources, 2000.
11
Walker, Charles. «Crime in the Time of the Great Fear: Indians and the State in the
Peruvian Southern Andes, 1780-1820». En Ricardo Salvatore et. al. (eds.). Crime and
Punishment in Latin America. Durham: Duke University Press, 2001. Véase también su
libro De Túpac Amaru a Gamarra. Cusco y la formación del Perú republicano, 1780-
1840. Cusco: Centro Bartolomé de las Casas, 1999.
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historia social.12 Para ello, Carlos Ramos ha venido rescatando del olvido, a
lo largo de los últimos años, desconocidos folletos escritos por abogados y
litigantes, rarísimas tesis que a veces no aparecen siquiera en catálogos bi-
bliográficos y algunos valiosos periódicos legales poco usados por los histo-
riadores. Este acopio de información, sumado a su sorprendente capacidad
de trabajo y sistematización, le ha permitido adquirir un conocimiento
enciclopédico sobre el derecho civil republicano.
Este cuarto tomo gira en torno a un número importante de temas vin-
culados al derecho civil del siglo XIX y que pueden resumirse en dos preocu-
paciones centrales: reconstruir el proceso de formación del corpus legislati-
vo republicano, en particular durante las primeras décadas después de la
independencia; y echar luces sobre el universo (profesional, doctrinario,
político, social) de los abogados y juristas, precisamente aquellos encarga-
dos de formular e implementar las leyes. Demás está decir que ambos te-
mas resultan de primera importancia para entender el derrotero histórico
de la temprana República.
En primer lugar, Carlos Ramos acomete el análisis de los esfuerzos de
compilación legal iniciados a comienzos de la República. A pesar de que
numerosos historiadores, incluyendo al autor de este prólogo, han consul-
tado y usado ampliamente las colecciones de leyes de Quirós y Oviedo,
nadie las había descrito hasta ahora en detalle y conocíamos muy poco
sobre su estructura interna y la historia detrás de su existencia. En segundo
lugar, el autor ofrece una valiosa discusión sobre lo que él llama la «siembra
legal republicana», en otras palabras, los esfuerzos por crear e implementar
un corpus legal que gobierne a las personas y las cosas en la naciente Repú-
blica. Aquí, el autor despliega una asombrosa erudición en torno a temas
tan diversos como la esclavitud, la condición jurídica de los extranjeros, la
desamortización y los casos de «manos muertas». Enfatiza el carácter «co-
yuntural» de la producción legal, una condición casi inevitable en vista de
la inestabilidad política reinante como producto de las pugnas caudillescas.
Pese a todo, gradualmente, la República establece un armazón jurídico que,
con todas sus deficiencias, ofrece cierto sentido de continuidad y jurisdic-
cionalidad sin el cual no habría República posible. Demás está enfatizar
que estos esfuerzos legislativos mantenían, en muchos aspectos, la normati-
vidad española colonial, una situación que no parecía angustiar a la mayoría
12
Ya en el primer tomo de esta obra Carlos Ramos anunciaba que, lejos de pretender una
«historia de monumentos» o de «protagonistas momificados», él apostaba por una aproxi-
mación en la cual sus personajes «se animarán, se colorearán de sangre, de vicios y de
flaquezas. Se tornarán, en suma, vivientes y verdaderos». RAMOS NÚÑEZ, Carlos. Historia
del derecho civil peruano. Siglos XIX y XX. Tomo I: «El orbe jurídico ilustrado y Manuel
Lorenzo de Vidaurre». Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 2000.
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13
PÉREZ PERDOMO, Rogelio. Los abogados de América Latina. Una introducción histórica. (En
prensa, Santiago de Chile: Universidad Diego Portales); URIBE-URÁN, Víctor. Honorable
Lives. Lawyers, Family, and Politics in Colombia, 1780-1850. Pittsburgh: University of
Pittsburgh Press, 2000.
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al caso peruano. Se trata de un grupo social que, durante el siglo XIX y gran
parte del XX, aparece como relativamente homogéneo (clases medias y al-
tas), masculino, con una muy alta conciencia corporativa y, sobre todo,
muy vinculado al mundo de la política oficial y el Estado. Son los «cons-
tructores de naciones», como les llama Pérez Perdomo. Viven generalmente
en las ciudades (sobre todo en la capital), participan activamente de los
debates públicos (y no solo en aquellos que tratan de cuestiones directa-
mente vinculadas a su profesión) y su peso en la opinión pública trasciende
de lejos su número. Son los «hombres públicos» por excelencia. Dentro de
la «ciudad letrada», los abogados han disfrutado (desde tiempos coloniales)
de unas prerrogrativas y unos privilegios raramente alcanzados por otros
profesionales y se han convertido en sus más preclaros representantes y
beneficiarios.14 Algunas de las más célebres polémicas de nuestra temprana
República, a diferencia de épocas posteriores, enfrentarían a hombres de
derecho. Y prácticamente no había suceso notable en cualquier ámbito que
no pudiera ser visto, analizado y debatido como un problema legal, a veces
con prescindencia de otros factores igualmente importantes: el caudillis-
mo, la esclavitud y su abolición; la condición indígena; y muchos otros.
Esto nos remite a una constatación central: el enorme peso que el derecho y
sus practicantes tuvieron dentro de la constitución política de la temprana
República peruana. Al mismo tiempo, y paradójicamente, se constata tam-
bién que esta influencia no se tradujo en la emergencia de una tradición
jurídica y constitucional estable y duradera.
Para resolver esta aparente paradoja, tenemos que mirar más allá del
«mundo del derecho» y las disputas entre abogados o los debates doctrina-
rios en la prensa o los tribunales. El derecho está íntimamente ligado a la
política, a los cambios sociales, a los fenómenos culturales, a las pugnas de
poder y, en general, a la vida cotidiana de los seres humanos de carne y
hueso. Uno de los méritos de este libro, que comparte con las tendencias
más recientes de la historia social del derecho, es, precisamente, devolver-
nos una visión dinámica (es decir, histórica) de la evolución del derecho al
interior de (y en relación con) las estructuras sociales, económicas, políticas
y culturales de la sociedad peruana. Al hacerlo, nos invita a revisar episo-
dios, personajes y procesos que echan abundante luz sobre algunas de las
claves de nuestra peripecia colectiva republicana.
Quedan pendientes, sin duda, muchos otros temas, pero sería injusto
reprochar al autor por no haberlos incluido en su estudio. Hay aquí toda
una agenda de investigación que, esperamos, mantendrá ocupadas a varias
14
RAMA, Angel. La ciudad letrada. Hanover: Ediciones del Norte, 1984.
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