Monedas Púnicas de Rus-Addir (Melilla) : Fernando López Pardo
Monedas Púnicas de Rus-Addir (Melilla) : Fernando López Pardo
Monedas Púnicas de Rus-Addir (Melilla) : Fernando López Pardo
UNEO. MADRID
F E R N A N D O LÓPEZ P A R D O
U. COMPLUTENSE. M A D R I D
Roclo GUTIÉRREZ G O N Z Á L E Z
UNED. MELILLA
S I M Ó N B E N G U I G U I LEVY
UNED. MELILLA
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// Congreso internacional dei Mundo Púnico Cartagena, 2000
tran en la Presidencia Autonómica de la Ciudad, comprendido entre 221 y 202 a.C. correspon-
guardadas por la Consejería de Cultura y las dientes a los años que transcurren durante los
depositadas en el Museo de la Ciudad. prolegómenos y el desarrollo de la Segunda
A pesar de la importancia del hallazgo, este Guerra Púnica.
sólo ha sido objeto de dos trabajos publicados: Finalmente, hay una brevísima alusión del
El primero de ellos debido a D. Claudio Barrio, profesor Martín Bueno a las monedas y comenta
que realizó con Don Salvador Fontenla Ballesta que "las piezas en buena parte son de Cartago
al poco de su aparición y que se publicó en la Nova. Se trata además del conjunto más nume-
Revista 2000'. roso e importante que conocemos hasta ahora
El segundo, es un importante y documentado para este tipo de acuñaciones púnicas".
estudio, fue el realizado por la conservadora
numismática del Museo Arqueológico Nacional Descripción de las monedas. Su estudio
de Madrid, D". Carmen Alfaro Asins, que se En el lote de las 700 monedas estudiadas por
publicó en la Revista NUMISMAl Carmen Alfaro provenientes del hallazgo de
También se interesaron por su estudio los pro- 1981, esta ha encontrado algunas de carácter
fesores M. Fernández Miranda y M. Martín residual en el conjunto y que considera muy sin-
Bueno. Este último, al parecer, recibió en su día gulares, pertenecientes a momentos anteriores:
del Ministerio de Cultura un lote cuantificado en Una de ellas es de cobre casi puro, que ha con-
varios miles de monedas. A pesar del tiempo seguido datar a mediados del siglo IV a. C ; cua-
transcurrido, y aunque no contamos con una tro son de bronce y se diferencian del resto por
información fidedigna, se espera aún el retorno el prótomo o cabeza de caballo que figura en el
de parte de ellas a la ciudad de Melilla, después reverso en lugar del caballo entero. Pudieron ser
de múltiples gestiones'. acuñadas entre los años 300-264 a. C ; seis she-
Matizaremos que en los trabajos publicados el kels de plata de vellón en cuyo reverso una pal-
estudio ha sido realizado sobre un lote que no mera atraviesa el campo verticalmente ocupado
sobrepasa las 700 monedas. Restan miles exis- por el caballo mirando a la derecha o en la grupa
tentes en la Ciudad y otras, en número indeter- se ve una estrella de siete u ocho puntas; cuatro
minado, en posesión de particulares que dishekels de mayor tamaño, que llevan igual-
convendría fueran examinadas y estudiadas mente una palmera partiendo el campo, apare-
como lo han sido las anteriores, si bien, muy ciendo en sólo una de ellas, un "uraeus" egipcio.
probablemente, no cambiarían las conclusiones Ambos grupos serían datables entre los años
a las que se ha llegado en las citadas publicacio- 264-221 a. C. (fig. 1).
nes. El conjunto restante de monedas, tanto las de
Del conjunto del hallazgo, destacan, por su cobre como las de electrón, responden a un
abrumadora mayoría, las monedas de cobre. modelo muy similar y presentan una uniformi-
Solamente han aparecido 17 monedas de elec-
trón, datables todas ellas de finales del siglo III
a.C. Estas monedas son poco frecuentes en la
Península Ibérica, pero muy numerosas en el
Norte de África, en donde debieron acuñarse y a
donde retomaron en manos de los mercenarios*
que, al licenciarse, exigían el pago en plata y
oro, hechos que también han sido valorados a la
hora de interpretar el hallazgo^
Estamos de acuerdo con el documentado artí-
culo de Carmen Alfaro en el que se llega a la
conclusión de que más del 9 0 % de las monedas,
tanto las de electrón, (oro 3 0 % y plata), como Figura 1. Reverso de moneda (dishekels), con caballo
las de cobre, pertenecen al periodo cronológico parado y "uraeus".
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M o n e d a s púmcíK de R u s - A d d i r (Melilla) Pilar Fernáttdez Uriel, Fernando López Pardo, Rocío Gutiérrez González y Simón Benguigui Levy
dad de tipos invariable a lo largo de su vigencia. cabello típico helenístico masculino, podría
Es importante señalar que las monedas cartagi- representar a la divinidad de Melkart, como
nesas, tanto las africanas como las peninsulares "Rey de la Ciudad"; llevaría la doble diadema
son anepígrafas; en nuestro caso, las monedas real y un único pendiente, tema ya conocido en
del puerto de Melilla, aparecen igualmente sin la iconografía cartaginesa. Tenemos el ejemplo
leyenda en el anverso ni en el reverso, salvo en las monedas cartaginesas peninsulares, donde
algunas letras del alfabeto púnico, inconexas y el rostro de mujer es remplazado por otro varo-
que han sido identificadas como probables mar- nil, que presumiblemente sea Aníbal, (fig. 3).
cas del taller donde se acuñó. La simbologia de las representaciones mone-
tales y las alusiones a las divinidades, así como
Anverso los retratos de los Bárcidas, o alusiones al culto
Parece distinguirse invariablemente la cabeza de Melkart fueron usados por estos como ele-
de una mujer mirando siempre hacia la derecha, mento propagandístico y como importante com-
con dos tipos diferenciados: Cabeza de la diosa plemento del poder que legitimara y realzara el
Tanit, o, como indica la profesora Manfredi, contenido de su política imperialista, del mismo
Core-Perséfone siempre en pequeñas variantes. modo que Heracles sirvió a los intereses de los
Se nos presenta en algunos casos con un perfil monarcas helenísticos de Oriente*.
físico diferente a otros, lo que ha llevado a pen- Las representaciones de las monedas, que sin
sar que la representación de la mujer con cuello duda circulaban entre los soldados, tienen un
delgado, pendientes y corona de espigas en el mensaje evidente: Se trata de motivos iconográ-
cabello, podría pertenecer efectivamente a la ficos de prestigio, un símbolo de poder fácil-
diosa Perséfone (fig. 2 ) , mientras que la otra mente reconocible ya que la asimilación a
figura, de cuello corto, mentón prominente,
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¡l Congreso Internacional del Mundo Púnico Cartagena, 2mO
Melkart-Heracles genera una simbologia que no miento de símbolos tales como soles, estrellas,
es otra que la de la victoria, reforzada por la pre- palmetas y caduceos.
sencia del elefante, asociado también al triunfo y De acuerdo con estas ligeras variantes. Barrio
al poder militar. y Fontenla han logrado establecer la existencia
de seis tipos, aunque representados de manera
Reverso desigual:
Es importante resaltar que las monedas proce-
dentes de Melilla, siempre cuentan con el caba- 1. Caballo al paso retrospicente. (fig. 4, A)
llo en su reverso; en la Antigüedad, el caballo 2. Caballo parado retrospicente. (fig. 4, B )
era un animal asociado a la divinidad guerrera, 3. Caballo parado retrospicente y detrás estre-
como Marte. Junto al toro es símbolo de fuerza lla de seis, siete, ocho o nueve puntas,
y de poder. Con Neptuno es divinidad del agua y (fig. 5, A)
de las energías cósmicas; y es, sobre todo, el ani- 4. Caballo parado retrospicente y detrás pal-
mal simbólico de Cartago, emblema nacional, meta, (fig. 6)
ya que recordemos que la leyenda nos relata 5. Caballo al paso no retrospicente, con cadu-
como la princesa Dido fundó Cartago sobre la ceo, (fig. 7)
cabeza de un caballo. 6. Caballo parado no retrospicente, con estre-
Aparece invariablemente un esbelto caballo lla de ocho puntas, (fig. 5, B )
de finas patas bien labradas que mira siempre a
derecha: unas veces al paso, mirando siempre Según Carmen Alfaro se echa en falta un
hacia delante, y otras veces parado, mirando 7° tipo: Caballo retrospicente con caduceo, que
bien hacia delante o bien hacia atrás, retrospi- G. K. Jenkins atribuye a la 2" Guerra Púnica,
cente. La diferencia de estas monedas de cobre y presente, según él, en un tesoro de Bujia, en la
de electrón con las de la Península, es que en las costa argelina, no lejos de Melilla'.
de Melilla no aparece nunca el prótomo de un
caballo, siempre el animal entero.
En torno al caballo, hay distintos y variados
signos, que podemos analizar como simbologia
propia, lo que incidiría en la teoría de talleres
locales: nunca aparece la palmera, símbolo de
las monedas de Cartago, sino la palma o pal-
meta; caduceos que atraviesan todo el campo
partiendo en dos la figura equina; estrellas de
seis, siete u ocho puntas, disco solar Estos sím-
bolos también los diferenciarían de las mone-
das hispano cartaginesas, ya que en ellas
podemos observar elefantes, quillas de barco,
etc, que en las monedas de Rus-Addir, no
aparecen. Igualmente letras o signos púnicos
colocados bien en la parte delantera o entre
las patas, tales como aleph, sím, guimel, beth,
daleth, lamed, etc.
En el reverso de las monedas de electrón (oro
y plata) sólo se aprecian dos tipos según la dis-
posición del caballo, parado o al paso.
En las monedas de cobre se pueden apreciar
variantes, teniendo en cuenta la posición del
caballo al paso o parado, mirando hacia delante Figura 4. Tipo de reversos, a: Caballo al paso Retros-
o hacia atrás (retrospicente) y el acompaña- picente. b: Caballo parado Retrospicente.
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Monedas púnicas de R u s - A d d i r (Melilh) Pilar Fernández Uriel, Fernando López Pardo, Rocío Gutiérrez González y Simón Benguigui Levy
Del estudio realizado de las mismas, podemos a situar las emisiones en su contexto y cronolo-
reseñar su tamaño y su peso: gía. El mismo autor ha realizado el esfuerzo de
sintetizar los diferentes tipos que pueden ofrecer
- Monedas de plata de electrón: entre 15 y 17 variaciones en el lote de monedas ( 9 0 % del
mm. El peso entre 2'85 y 2'75 gr total), comprendidas cronológicamente entre los
- Monedas de plata de vellón: unos 22 mm. años 221 al 202 a. C , siendo más variado sola-
Peso entre 12'3 y 10'50 gn mente el reverso, y mínimas las variaciones del
- Monedas de Cobre: unos 18 mm. Peso entre anverso, (atendiendo a detalles como el número
4 y 7 gr. de colgantes en los pendientes de la diosa o la
variación de sus rasgos físicos, que Barrio
Los caballos están invariablemente en posi- achaca al aspecto de madurez o juventud de la
ción hacia la derecha, cuatro de los tipos con la diosa cartaginesa).
cabeza hacia atrás y solamente dos que miran Según Carmen Alfaro, el lote melillense esta-
hacia delante, de perfil. Se da la circunstancia de ría relacionado con otro tesorillo más pequeño
que las monedas con idénticos tipos pueden formado por 56 monedas encontrado en Castillo
haber sido acuñadas en diferentes épocas y luga- de Doña Blanca (Puerto de Santa María, Cádiz),
res, lo que induce a cometer pequeños errores recuperado durante la campaña de excavación
debido a su gran uniformidad. de 1986 en una de las habitaciones de la zona
Claudio Barrio señala las dificultades que pre- denominada " E l espigón". Este hallazgo nos
senta la clasificación de este tipo de monedas, lleva, inevitablemente, a la discusión sobre la
debido a su escasísima variación en un periodo fecha y el lugar de acuñación de ambos lotes
relativamente largo. Tan sólo pequeñas diferen- que según Carmen Alfaro pertenecen a los mis-
cias, a veces difíciles de precisar, pueden ayudar mos tipos e incluso en su composición presen-
Figura 5. Tipos de reversos, a: Caballo parado retros- Figura 6. Tipos de reversos, a: Caballo parado retros-
picente. Detrás, estrella de seis puntas, b: Caballo picente y detrás, palmeta, b: Caballo al paso de frente
parado no retrospicente con estrella de ocho puntas. y detrás, palmeta.
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a Congreso ìntermdoml del Mundo Pùnico Cartagena, 2000
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Monedas púnicas de R u s - A d d i r (Meiiììa) Pilar Fernández Uriel Fernando López Pardo, Rocío Gutiérrez González y Simón Benguigui Levy
teoría, que hoy por hoy no deja de ser una hipó- grandes dimensiones que recibe todavía el nom-
tesis de trabajo, está basada en dos puntos bre de "cámara del elefante de Aníbal". La con-
importantes: tinuidad de la extracción minera parece
A) Ofrece una explicación del hecho de que confirmada por otros restos, que pertenecen
se encuentren tan escasos ejemplares de mone- indudablemente al período islámico medieval.
das de plata. Hay que tener en cuenta que los Si ciertamente, pudo contarse con el metal
mercenarios, para los cuales indudablemente necesario para las emisiones monetarias, pues,
estaba destinada esa importante cantidad de como afirma Barrio, el oro procedente del
monedas, exigían finalmente su remuneración África Subsahariana y la plata de Cartagonova,
en plata y oro, pero hasta licenciarse eran pudieron muy bien converger en Melilla, sin
recompensados con moneda de baja calidad, en duda, la acuñación de estas monedas necesitó de
cobre, con las cuales realizar las transacciones excelentes toreutas y de un taller monetai bien
comerciales cotidianas en las ciudades cartagi- organizado, que parecen improbables en la tradi-
nesas, lo cual evitaba las deserciones. ción local de Rus-Addir.
Es muy posible, por tanto, que tal cantidad de Las monedas de bronce de alto contenido en
monedas proceda del cargamento de un barco plomo, llamadas también "de necesidad", sheke-
cartaginés que portaba la paga de mercenarios, les y dishekeles pudieron muy bien acuñarse en
que se hundió en el puerto de Rus-Addir. Melilla en los que Villaronga denomina "talleres
De momento, mientras no se posean más militares móviles", donde los generales cartagi-
datos, tanto puede interpretarse como que su neses acuñaban con escasos recursos y medios y
destino era pagar a mercenarios íberos estableci- en los que los artistas abridores de cuños no
dos por Aníbal en Rus-Addir, como que acababa pasaban de una categoría artesana muy medio-
de cargar moneda acuñada en Rus-Addir con c r e " " . También, continua Barrio, Guadan alude
objeto de pagar a mercenarios, muy probable- a los que denomina "talleres indeterminados de
mente establecidos no en Iberia sino en otros tipo militar" y considera obra de dichos talleres
enclaves del Norte de África. la acuñación de monedas anepígrafas de cabeza
B ) La propia composición de las monedas. El femenina análogas a las melillenses.
análisis químico realizado en las monedas ha Al analizar la confección de los cospeles se
permitido detectar la existencia de una gran can- llega a la conclusión que estos se obtuvieron en
tidad de plomo, que puede proceder de las minas moldes por fusión para varias piezas tomando la
cercanas a Melilla. Estas se encuentran escasa- forma de árbol. Al separar los restos de los cana-
mente a 20 kms. de de la ciudad, en el yaci- les intermedios raramente han sido pulidos para
miento que se conoce con el nombre de "Monte disimularlos. El cospel restante es circular y con
Afra", según L. Ginés Sanmartín, ingeniero téc- el perfil ligeramente tronco-cónico correspon-
nico de minas que publicó un informe al res- diendo la cara menor con la parte inferior del
pecto en la revista melillense Trápana. molde. Esta forma tosca de acuñación tal vez se
Tradicionalmente se ha considerado que las debió a un taller itinerante localizado en Melilla.
minas de "Monte Afra" han sido explotadas Finalmente, el contexto histórico podría avalar
desde la época cartaginesa. Existen bastantes la atrayente teoría del profesor Barrio.
indicios, aunque poco conocidos, que permiten El periodo histórico se inicia con el tratado
considerar que en época pre-romana tanto carta- con Roma en el 2 2 1 , el asedio y la toma de
gineses como mauritanos ya beneficiaban esas Sagunto por Aníbal en el 219 y concluye con el
minas. Al comienzo de su reciente explotación, enfrentamiento directo entre Roma y Cartago y
en 1908, se encontraron algunos restos arqueo- la expulsión de los cartagineses de la Península
lógicos, entre los que destaca una pequeña por los romanos en el 206 a.C. para, finalmente,
figura de bronce, identificada como Astarté, la llegar a la destrucción de Cartago, (202). Este
deidad fenicio-púnica"^. período es rico en acontecimientos, que no siem-
También se debe reseñar el hallazgo de diver- pre podemos reconstruir fielmente, porque, aún
sos fragmentos cerámicos y de una cavidad de subsisten numerosas incógnitas, incluso debido
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Il Congreso Internacional del Mundo Púnico Cartagena, 2000
a la interpretación que ofrecen las fuentes y que dió asegurar allí una sólida guarnición. A
dan lugar a la controversia'^ cambio pidió a su vez un complemento de
Las investigaciones arqueológicas y, particu- tropas procedentes de Africa, lanzadores de
larmente, las numismáticas, nos ofrecen datos venablos sobre todo, con armamento ligero,
complementarios que no siempre son fáciles de con el fin de que los africanos trasladados a
interpretar. Hispania y los hispanos a Africa, iban a ser
En aquel período, Cartago había conseguido mejores soldados tanto unos como otros
la consolidación y extensión de sus dominios, lejos de su patria, e hicieran su servicio de
tanto en el sur peninsular como en el Norte de armas como obligados con rehenes
África, y procedía a la explotación de estos terri- mutuos''. TITO L I V I O , HISTORIA D E
torios sometidos a los cartagineses. Fue enton- R O M A , (XXI, 22).
ces, cuando el mismo Aníbal preparaba su
enfrentamiento con Roma y se aseguraba su Hecho al que también se refieren Polibio. (III,
poder en la península con importantes asenta- 33. 7 ) y Mela (II, 96), el cual cuenta que la pro-
mientos, como indica C. González Wagner, pia Cartela estaba habitada por fenicios trasla-
algunos de nueva planta, pero también sobre un dados de África, y no es imposible pensar en una
asentamiento preexistente como la propia ciudad refundación cartaginesa de la ciudad en este
de Sagunto, una vez conquistada, quedó conver- período'*.
tida en colonia cartaginesa, o como pudo haber No sabemos hasta que punto estos traslados
ocurrido con Barcino, convertida en fortaleza incidieron en las poblaciones de libiofenicios y
púnica por Aníbal o su lugarteniente Hannón en blastofenicios del sur peninsular y a las que
el 218 a. C , o con Mahón en las Baleares, posi- algunos investigadores han considerado colonos
blemente fundada como campamento militar en agrícolas de Cartago de una etapa precedente,
el curso de la Segunda Guerra Púnica'I cuya presencia creen reconocer en pequeños
Las monedas parecen coincidir con el asentamientos de carácter rural, como Ciavieja,
momento más álgido y crítico de la Segunda (Almería), o Cerro Naranja, (Cádiz)'^
Guerra Púnica, cuando en Melilla, {Metago- Pero, según C. G. Wagner, parece oportuno
nion), o en sus inmediaciones, se encontraban desvincularios de los libiofenicios mencionados
acantonados los contingentes de tropas de mer- en fuentes anteriores a la conquista iniciada por
cenarios procedentes de diferentes puntos de la Amílcar (Herodoto, frag. 2) o, incluso, períodos
Península y lógicamente demandaba un alto precedentes (Ps. Scymnos 196-98; Avieno, O.
numerario para sus transacciones cotidianas. M. 115,310 y 421). Se trata ahora de contingen-
Los Bárcidas procedieron al traslado y asenta- tes militares instalados por los Bárcidas.
miento tanto de colonos como de tropas, de su Concretamente, en Rus-Addir se establecieron
lugar de origen a otro diferente, como los africa- tropas íberas por parte de Aníbal para garantizar
nos instalados en tierras de la Península, mien- la defensa del territorio africano y la línea de
tras que contingentes de iberos eran enviados al comunicaciones entre Cartago y Cartagena,
Norte de África como medida para reforzar la como podemos deducir de sendos textos de Tito
fidelidad y eficacia militar de estas tropas, des- Livio y Polibio:
vinculadas así de sus lugares de origen, como
narra Tito Livio: "Envió a África trece mil ochocientos cin-
cuenta soldados de infantería armados de
"A continuación, (Aníbal), preocupándose caetra, (Escudo circular de pequeño
al mismo tiempo de la ofensiva y la defen- tamaño), ochocientos setenta honderos
siva bélica, no fuera a ocurrir que, mientras baleares y mil doscientos jinetes de míilti-
él se dirigía a Italia por tierra a través de ples nacionalidades entremezcladas. A
Hispania y de la Galia, quedase África des- estas tropas les dio la orden de servir en
guarnecida y con el flanco descubierto por parte de guarnición a Cartago y en parte
la parte de Sicilia para los romanos, deci- distribuirse por África. Al mismo tiempo,
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Monedas púnicas de R u s - A d d i r (Melilla) Pilar Fernández Uriel Fernando López Pardo, Rocío Gutiérrez González y Simón Benguigui Levy
después de enviar reclutadores a las ciuda- ciosamente como metagonitas por Estrabón y
des, ordenó que los cuatros mil jóvenes Ptolomeo cuando ninguna tribu de la región por-
escogidos reclutados fueran conducidos a taba este nombre. Por otra parte la factoría de
Cartago como guarnición a la vez que Rus-addir fue también conocida desde muy anti-
como rehenes" TITO LIVIO, HISTORIA guo con el mismo nombre, Hecateo de Mileto,
DE R O M A , ( X X L 21-9) autor de la segunda mitad del s. VI a.C. incluye
Metagonion entre las ciudades de Libya (Frag.
A través de Polibio conocemos algo más de la 324, Müller, F.H.G.: 24)".
procedencia de estos mercenarios: Las factorías y colonias costeras de este terri-
torio habían pasado bajo la dominación o
"£n tercer lugar se preocupó de la seguri- influencia de Cartago desde hacía tiempo. En el
dad de los asuntos de Africa. Con cálculo periplo del Pseudo-Scílax, después de describír-
propio de un hombre prudente y experto senos la costa de Libya y antes de referirse a lo
hizo pasar soldados de África a España y que hay más allá de las Columnas de Heracles,
de ésta al África, estrechando con seme- se concluye que todas las ciudades y factorías
jante plan la lealtad mutua de ambas pobla- que relaciona desde La Syrte hasta el Estrecho
ciones. Los que pasaron a África fueron los pertenecen a los cartagineses (G.G.M. 111). No
tersitas, los mastios y, además, los oretanos es de extrañar, pues, que a ellas hubieran sido
iberos y los ólcades. enviados contingentes de mercenarios hispanos
Los soldados procedentes de estos pueblos como señala Polibio.
sumaban mil doscientos jinetes y trece mil Ahora bien, Rus-addir debe aparecer especial-
ochocientos cincuenta hombres de a pie. mente destacada en este contexto, y ser una de
Además de éstos había baleares, en número las que recibió más tropas, si no la que más,
de ochocientos setenta, cuyo nombre signi- pues se trata del único enclave mencionado con
fica propiamente «honderos». Los habitan- insistencia en las fuentes, aparte, naturalmente,
tes de estas islas usan principalmente de Tingi, seguramente la otra ciudad de la Meta-
hondas, y este uso ha dado nombre a las gonia fuertemente guarnecida en la época. Los
islas y a sus moradores. topónimos costeros referidos a asentamientos en
La mayoría de los citados fue acantonada la costa rifeña que aparecen en el Itinerario de
en Metagonia, del Africa, pero algunos lo Antonino (10, 3-4) son claramente latinos {Tae-
fueron en la misma Cartago". P O L I B I O , nia Longa, Cubucla y Parietina) y no ocultan
HISTORIAS, LIBRO III. 33,7. ninguna toponimia anterior, ya sea amazigh o
púnica. Parece traslucir, por lo tanto, una coloni-
Metagonia, el país al que se refiere Polibio, zación de época romana, quizás sobre algunas
es, sin duda, el territorio comprendido entre Rus- pesquerías púnicas anteriores. Los vestigios
addir y las Columnas de Hércules (Strab. III, 5, recuperados en las desembocaduras de algunos
5; Ptol. IV, 1, 5). El cabo Metagonion, fácil- uadis, como el Ajeruz, Targa, Tiguisas, Tagsa,
mente identificable con el Rus-addir de los púni- Uringa y Badis, apuntan en la misma línea, pues
son la mayoría romanos de cronología imprecisa
cos, es el actual cabo Tres Forças {Strab. XVII,
y por el momento no se reconoce a través de
3 , 6 ) (conocido localmente como Rus-er-Dir), en
ellos ninguna ocupación de entidad destacable'**.
cuyo flanco oriental se encuentra la ciudad de
Solamente cabría traer a colación lagath, locali-
Melilla, y fue llamado así por los griegos por ser
dad no situada que menciona Ptolomeo (4, 3 ) ,
especialmente prominente"', procediendo la voz
pero se trata sin duda de un topónimo amazigh,
de la expresión Metà to gònion akron que
con sufijo en -ath, algunos de los cuales, como
designa un país situado más allá de un cabo
Thicath, Dorath, Molochath, recoge el mismo
especialmente anguloso o pronunciado, de ahí
autor para el interior del país. Por el momento
precisamente que Metagonia sea el territorio que
sólo en Sidi Abdselam del Behar, en la desem-
se encuentra más allá de dicho accidente geográ-
bocadura del Tamuda (uadi Martil) se constata
fico y que sus habitantes sean señalados artifi-
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II Congreso Intermrìomì del Mundo Púnico Cartagena, 2000
las monedas en la Península, recurrirían a efec- * Para autores c o m o los profesores Blázquez y Tsirkin, los
Bárcidas gobernaron en la Península a modo de verdade-
tuarla en la ceca melillense.
ros monarcas helenísticos, idea que ya persistía en la
De la época cartaginesa el subsuelo melillense Antigüedad y que el Dr, Carlos González Wagner pone
no ha ofrecido ningún dato concreto de tipo en duda, si bien este modelo de monarquía era utilizado
arqueológico, por ello no sólo es importante este en los dominios "coloniales " c o m o apunta igualmente el
Dr. López Castro. Y ello podía manifestarse en ciertas
hallazgo monetario sino el estudio y análisis de
representaciones numismáticas: L Ó P E Z C A S T R O , J . L .
la madera y los clavos que según la breve refe-
( 1 9 9 1 ) : «Cartago y la Península Ibérica: ¿imperialismo o
rencia del profesor Manuel Martín Bueno a la hegemonía?», V Jornadas de arqueología fenicio-pánica.
cuestión, nos hallamos ante los restos de un La caída de Tiro y el auge de Cartago. Trabajos del
barco cartaginés hundido y que «revela la Museo Arqueológico de Ibiza, 2 5 , Ibiza, 1991, pp. 7 3 - 8 4 ;
B L Á Z Q U E Z , J.M. "Consideraciones históricas en tomo
importancia y utilización de aquel puerto ya en
a los supuestos retratos bárquidas en la Península Ibé-
ese momento, lógico por su emplazamiento y las
rica", Numisma, 2 6 , 1 9 7 6 , pp. 3 9 - 4 8 ; Id.: " L o s Bárquidas
relaciones con la costa peninsular". en la Península Ibérica", Atti del II Congresso Interna-
Destaca el valor estratégico de Rus-Addir zionale di Studi Fenici e Punici, voi. 2, Roma, 1 9 9 1 , pp.
2 7 - 5 0 ; T S I R K I N , J . B . : " E l tratado de Asdrúbal con
como enlace de Cartago con la Península y los
R o m a " , Polis. 3, 1991, pp. 1 4 7 - 1 5 2 ; Id.: "The downfall
puertos hispanos, Gadir, Malaca, y en especial
of Tartessos and the Carthaginian establishment in the
su capital Cartagonova. Tal vez, incluso, Rus- Iberian Peninsula", Rivista di Studi Fenici, X X I V , 1996,
Addir fuera un centro desde donde se estable- 2, pp. 1 4 1 - 1 5 2 .
ciera una parte de la defensa del territorio de ' Esta ceca, según las últimas investigaciones, puede ser de
Cartagena. Cerdeña o de África. Véase J E N K I N S , O.K.: Some coins
ella el enlace natural entre el cabo de Tres R . B . : Carthaginian Gold and electrum coiVw.Londres,
1 9 6 3 ; V I L L A R O N G A , L . : E c o n o m í a monetaria en la
Forças, la isla de Alborán y Abdera (Adra,
Península Ibérica ante la presencia cartaginesa durante la
Almería), derrotero casi obligado entre dos con- segunda guerra púnica. BdN, 4 Suppl. 1987, pp. 2 0 9 - 2 1 4 .
tinentes, Europa y África. ' Según A L F A R O ASINS, C : " L a ceca de Gadir y las acu-
ñaciones hispano-cartaginesas", VlIJornadas de arque-
NOTAS ología fenicio-piínica. Numismática hispan púnica,
I BARRIO, C L . ; F O N T E N L A , S.: " L a s monedas cartagi- Ibiza, 1 9 9 3 , pp. 2 7 - 6 1 . Sobre la numismática hispánica
nesas extraídas del puerto de Melilla". Revista para afi- de este período: SEJ AS D E L PIÑAL, G.: "Consideracio-
cionados a la numismática 2000, en su n° 13 (Madrid, nes sobre la política monetaria bárquida a partir del aná-
Enero, 1 9 8 7 ) , pp. 5 y ss. Y un resumen publicado en la lisis de sus monedas de plata". Rivista di Studi Fenici,
192
Monedas púnicas de R u s - A d d i r (Melilla) Pilar Fernández Uriel, Fernando López Pardo, Rodo Gutiérrez González y Simón Benguigui Levy
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