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Edición aprobada el 12 febrero del 2020 por la
Comisión Editorial de Ediciones Digitales EG
Primera edición: 2022
Encargada
Recurso informático descentralizado: Bach. Erika Sandí Villalobos
001.42
M545g Menjívar Ochoa, Mauricio
Guía para elaborar un diseño de investigación en humanidades /
Mauricio Menjívar Ochoa. – Primera edición. – [San José, Costa Rica] :
Ediciones Digitales Estudios Generales, 2021.
1 recurso en línea (107 páginas) : archivo de texto, PDF, 4.52 MB.
-- (Colección Metodologías)
ISBN 978-9930-568-34-7
CIP/3702
CC.SIBDI.UCR
2
Ediciones Digitales EG
Comisión Editorial
3
Mauricio Menjívar Ochoa
4
A Ainara,
quien prefiere seguir sus propios métodos,
con amor.
5
6
Tabla de contenido
Presentación.........................................................................................................9
Introducción......................................................................................................11
Capítulo 1
La investigación: puntos de partida ..............................................13
Capítulo 2
Tema, problema, objetivos y justificación......................................19
Capítulo 3
El estado de la cuestión............................................................... 39
7
Capítulo 4
El marco teórico.......................................................................... 57
1. Definición....................................................................................................57
2. La construcción del marco teórico................................................................58
3. Los conceptos...............................................................................................64
Capítulo 5
La metodología........................................................................... 67
1. Los enfoques cuantitativos, cualitativos y mixtos..........................................68
2. Los tipos de diseño: concordancia con los objetivos......................................80
3. Las unidades de análisis y la selección de la muestra......................................82
4. Aspectos éticos en el proceso la investigación................................................87
5. El cronograma..............................................................................................90
Capítulo 6
Recomendaciones finales sobre la citación y las referencias......... 93
1. Formas de citación.......................................................................................94
2. Las Referencias............................................................................................96
Índice de cuadros.............................................................................................101
Referencias.......................................................................................................103
8
Presentación
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Introducción
Por esta serie de razones, y luego de no pocos años de madurar posibles soluciones,
desarrollamos este compendio de herramientas, reunidas en esta publicación, para
11
orientar la elaboración de un diseño de investigación o plan de trabajo, tal y como
se estila en el curso integrado de humanidades de la Universidad de Costa Rica. En
esta se brinda ejemplos de investigaciones desarrolladas por estudiantes que, antes
que usted, estimada y estimado lector, se han enfrentado a estos menesteres.
Varias advertencias deben realizarse sobre los alcances y límites de este trabajo.
En primer lugar, su uso está pensado para la Guía Académica del Curso Integrado
de Humanidades I. En ese espacio se desarrolla un diseño de investigación que,
idealmente, será desarrollado en la Guía Académica del Curso Integrado de
Humanidades II.
En segundo lugar, su aplicación debe ser flexible, de acuerdo con los temas que
son investigados, así como a las áreas del conocimiento en las que se inscriben
tales temas. En tercer lugar, y por la razón anterior, particularmente la parte de la
metodología no alcanza a cubrir los requerimientos propios de todas las áreas del
conocimiento, sino únicamente de algunas dentro de las humanidades.
Para finalizar, esta publicación remite a otras fuentes y herramientas que son
necesarias para llevar un proyecto de investigación a buen puerto y que sería
imposible incorporar en este texto, a riesgo de volverse pesado y de difícil manejo,
además de desaprovechar los recursos que otros especialistas han desarrollado.
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Capítulo 1
La investigación: puntos de partida
Ahora bien, el proceso reflexivo que nos lleva a expandir el conocimiento por
lo general no es azaroso sino, más bien, sistemático. Esto quiere decir que tiene un
orden –según dijimos–, una serie de normas, de procedimientos; en otras palabras,
la investigación sigue un “método”.
2. ¿Qué es el método?
Aunque no todas las disciplinas parten de la noción de “método científico”, la
categoría de “método” resulta de gran utilidad para plantear un posible camino para
desarrollar una investigación de manera sistemática. Por estas razones, en el campo
de las ciencias se suele hablar de un “método científico”. Se trata de una manera
ordenada, organizada, sistemática, de obtener conocimientos. A juicio de Karina
13
Batthyány y Mariana Cabrera (2011), los métodos tienen una serie de características
que brindan este carácter organizado a la tarea de investigar:
A lo largo de este trabajo, nuestra intención será brindar una guía por los
diferentes pasos que, de manera mínima, deberá seguirse para resolver un problema
de investigación que deberá formular. Esto se debe a que “toda investigación tiene
como eje central formular una situación problemática para establecer un proceso
de búsqueda que nos lleve a o desemboque en el descubrimiento de una respuesta”
(Ramírez, 2011, p. 28).
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puntos de partida, sus pasos, las teorías con las que analiza y los métodos
utilizados.
Lo anterior supone una diferencia clave entre los dos tipos de conocimiento:
mientras para que para el conocimiento espontáneo lo social es evidente y no requiere
de más herramientas para su comprensión que el sentido común, para el conocimiento
de carácter científico, la “realidad” no habla por sí sola, debe ser interrogada alrededor
de preguntas construidas teóricamente (Batthyány y Cabrera, 2011) .
Sobre este asunto no existe un consenso absoluto, por lo que aquí plantearemos
algunas ideas siguiendo a Charles Ragin (2007):
15
c) También es fundamental la interpretación de los fenómenos cultural o
históricamente relevantes, que por sus características son particulares,
específicos y que no calzan dentro de los patrones generales.
Además de lo señalado en este punteo, debemos indicar que existe una discusión
sobre el papel del conocimiento y de los intelectuales que lo producen en la
transformación social. Esto se expresa en dos posiciones: se conoce para transformar
o se conoce para comprender. La primera postura entiende la política como parte
inherente de la práctica de producción de conocimiento, mientras que la segunda
propone que se trata de dos esferas separadas. En la primera tradición, se inscribe
Karl Marx (Prusia, 1818– Inglaterra, 1883), para quien el pensamiento crítico
conlleva una toma de posición ético–política a favor de los oprimidos (Migliavacca
y Vilariño, 2011). La segunda corriente (conocer para comprender) está asociada
a la tradición inaugurada por Max Weber, quien a juicio de Raymond Aron “no
dejó jamás de subrayar que la política no tenía nada que hacer en las aulas” y que
“las virtudes del político son incompatibles con las del hombre de ciencia” (p. 10).
No obstante, la posesión de un saber objetivo podía resultar favorable, si bien no
indispensable, para el accionar razonable del político.
Sin duda alguna, no importa cuál sea el fin, lo que orienta a la investigación es la
búsqueda de respuestas a los problemas que nos aquejan.
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De cualquier forma, en la Guía Integrada de Humanidades existe un formato
de las partes que debe tener un “Plan de Trabajo”, como se conoce al diseño de
investigación en la Escuela de Estudios Generales. Este “Plan” debe contener los
siguientes elementos:
Recuadro 1
Guía Integrada de Humanidades
2. Delimitación
4. Problema de investigación
5. Estado de la Cuestión
6. Marco teórico
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Aquí no abordaremos dos de los elementos de este plan: a) la hipótesis, no solo
por no ser obligatoria, sino por la complejidad que su elaboración implica cuando
se trata de noveles investigadores y b) la propuesta de contenidos, por tratarse de
un asunto que más bien depende del estilo de cada docente que dirige el proceso de
investigación, es decir, no es un elemento estandarizado.
Ahora bien, lo dicho con anterioridad nos plantea una nueva interrogante: ¿qué
es un diseño de investigación? Para explicarlo, Juan Ignacio Piovani establece una
analogía con el diseño de una casa. Según señala, el diseño de una casa no es una
casa en sí misma –como objeto tangible– sino una anticipación, un modelo de ella:
Debemos decir que, si bien es claro que en la Guía se debe presentar un documento
con el orden propuesto en el Cuadro 1, a juicio de quien escribe la manera de llevar
a cabo el proceso de construcción del problema de investigación sigue otra lógica.
Como anotamos, no es una lógica lineal, en la que, una vez se ha formulado el tema
y su delimitación, se sigue con la justificación, el problema, etcétera, sin nunca
volver atrás. Esto se debe a la necesaria interrelación entre las partes de un diseño.
En los capítulos que siguen, intentaremos dar una idea –lo más clara que nos sea
posible– de este proceso.
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Capítulo 2
Tema, problema, objetivos y justificación
1. El tema de investigación
El primer gran reto que enfrentará el estudiantado consiste en una demanda
que, a grandes rasgos, se puede sintetizar como sigue: “debo escoger un tema
de investigación”. Luego del shock que sigue a esta demanda, lo más común es
que los grupos de trabajo, conformados para los efectos de desarrollar el plan de
trabajo, comiencen a generar enunciados muy generales sobre sus propios intereses
e inquietudes, sobre lo que han escuchado en sus círculos más cercanos, sobre lo
que han leído o visto en libros, producciones audiovisuales y noticias o sobre lo
percibido del debate en la agenda pública. Todas son fuentes válidas. Temas como
“la educación en Costa Rica”, “el impacto de la globalización”, “la adicción al
Facebook entre los jóvenes”, “los problemas ambientales”, suelen ser “escogidos” de
entre muchas otras posibilidades.
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temáticas que deben de ser paulatinamente especificadas, delimitadas, precisadas
(Hernández, Fernández y Baptista, 2006). Sin duda alguna, estas ideas iniciales
son valiosas fuentes que pueden generar una investigación, como se señala en el
recuadro 2.
Recuadro 2
Fuentes de ideas para una investigación
Si bien es cierto que, en esta definición, el tema nos remite a un “marco general”
en el cual ubicar nuestras preocupaciones y motivaciones, otra demanda que se le
planteará a las y los noveles investigadores es la de precisar el tema, delimitarlo. Esto
nos obliga a precisar esta definición.
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Un tema es una relación analítica –valga decir razonada– entre dos o más variables
teóricamente sustentadas. Brindemos un ejemplo, basándonos en la reflexión de
Ruth Sautu, Paula Boniolo, Pablo Dalle y Rodolfo Elbert (2005, p.30) sobre El
desempeño de los niños en el sistema escolar. Aquí las variables relacionadas son a)
desempeño de los niños y b) sistema escolar. De este tema se puede establecer:
· Que este es un tema todavía muy general, por lo que las autoras aplican una
serie de interrogantes que, al mismo tiempo, van respondiendo, con el fin de
delimitar el tema. En palabras de las autoras:
“i. ¿A qué clase de personas afecta el tema que deseo estudiar? A niños que
concurren al ciclo escolar que estoy estudiando. ii. ¿A todos los niños? No, sólo
a algunos. iii ¿Quienes y cómo son estos niños que no alcanzan los estándares y
quiénes son los que sí lo alcanzan?” (Sautu, Boniolo, Dalle y Elbert, 2005, p. 30).
Podríamos añadir interrogantes que nos permitan tomar decisiones para delimitar,
aún más, el tema, tales como:
· ¿Los que cursan algún nivel o los que cursan todos los niveles?
· ¿Por qué se toma una decisión en cada uno de los puntos antes anotados?
Por ejemplo, hay que especificar por qué se ha decidido escoger a centros
educativos privados y no a los públicos, o por qué un año en particular resulta
importante y no otros, etcétera, etcétera.
21
· Como se apreciará, parte de la delimitación en el ejemplo seguido implica:
· Fundamentar las razones por las que decidimos delimitar de una manera y
no de otra.
Hay que tomar en cuenta que los tipos de delimitación pueden variar dependiendo
de nuestro objeto de estudio. Así, por ejemplo, en lugar de una población humana
podría ser un conjunto de obras literarias, de esculturas, pinturas, fotografías,
películas, noticias periodísticas, etcétera.
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de nuestro tema. Esta tarea es necesaria para “recortar” la parte de la realidad que
queremos estudiar, asumiendo que, si bien lo delimitado forma parte de fenómenos
o sucesos más amplios, debemos restringirnos a una parte menor con el fin de que
resulte viable su estudio.
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· La disponibilidad de recursos materiales
Esta es –no cabe duda– una de las primeras tareas de todo proceso de definición
de un tema de investigación y muchas veces depende de una buena delimitación del
tema en tanto se ha reducido adecuadamente su complejidad.
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Recuadro 3
Ejemplos de temas de investigación
Construidos por estudiantes del Curso Integrado de Humanidades
Fuente: Alfaro et. al. (2016), Avendaño et. al. (2011) y Abellán et. al. (2013).
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la teoría y el problema de investigación. Como señalamos, a la teoría le dedicaremos
un capítulo más adelante, por lo que nos abocaremos a la segunda cuestión.
2. El problema de investigación
En el canon seguido en el CIH, el tema y el problema están estrechamente
vinculados y sus elementos son los mismos. La redacción varía únicamente en un
aspecto: el problema está redactado en forma de pregunta y el tema como enunciado.
Vamos por pasos:
· El problema debe expresar una relación entre dos o más conceptos o variables.
Por nuestra parte, podríamos agregar una variación a este último elemento, de
acuerdo con nuestro interés desde las humanidades:
Y deberemos agregar:
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responde. Buenos ejemplos del tipo de preguntas que debemos evitar las brinda
Ramírez (2011): “¿Son sesgadas las noticias de La Nación?, ¿Tienen algún interés los
periodistas de quedar bien con los anunciantes de un medio?, ¿Existe alguna relación
entre titulares y cuerpo de la noticia?” (p. 57). En cambio, otros sugieren preguntas
como: “¿qué efecto…?, ¿en qué condiciones…?, (…) ¿cómo se relaciona…, con…?”
(Hernández, Fernández y Baptista, 2006, p. 46).
Resulta adecuado continuar con las investigaciones desarrolladas por las y los
estudiantes del CIH, que ya hemos citado (Recuadro 4).
Recuadro 4
Fuente: Alfaro et. al. (2016), Avendaño et. al. (2011) y Abellán et. al. (2013).
27
Si se realiza una comparación entre los temas y los problemas de Alfaro et al.
(2016), Avendaño et al., (2011) y Abellán et al. (2013), no existen nuevos conceptos
o elementos en el problema, en relación con el tema. Esto es crucial, pues agregar
nuevas dimensiones o conceptos, ineludiblemente nos dispersará y contribuirá a que
salgamos de nuestra delimitación. Por ejemplo, no es lo mismo estudiar el proceso
de desmimetización de Gandhi en la película de Attenborough, que el de Gandhi
como personaje histórico fuera de la película. Ese es otro problema de investigación
y cualquier otra variante nos llevará a un estudio muy distinto.
· Que el fenómeno de nuestro interés puede ser indagado desde otro enfoque
(otra construcción conceptual).
· Que existe nueva evidencia, nuevos datos, sobre el fenómeno que nos interesa.
· ¿Qué es la teoría?
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Esto nos lleva a plantear la relevancia del conocimiento producido, la importancia
de las investigaciones que, sobre nuestro tema, han sido publicadas. En efecto, esta
serie de ideas sobre el tema y el problema no pasarán de ser meras ocurrencias sin
fundamento, hasta que no tengamos claridad de un aspecto central en la elaboración
de nuestro campo problemático que ayudará además a que nuestra investigación
llegue a buen puerto: la revisión bibliográfica que conformará nuestro estado de la
cuestión y la revisión bibliográfica que será la base para construir nuestra perspectiva
teórica. Al “estado de la cuestión” dedicamos el capítulo 3, para luego adentrarnos
en la perspectiva teórica. Antes debemos despejar otro asunto que se encuentra
estrechamente relacionado con el tema y el problema de investigación: los objetivos.
3. Los objetivos
· Deben ser susceptibles de ser contestados, sin que ello signifique que de
antemano sabemos la respuesta (Sautu, Boniolo, Dalle y Elbert, 2005, p.36).
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Se suele distinguir entre dos tipos de objetivo: los objetivos generales, que son el
foco del estudio, y los específicos, que se desprenden del objetivo general.
Hemos dicho que los objetivos son proposiciones teóricas que tienen varias
características:
Puede resultar ilustrativo seguir con uno de los ejemplos que hemos venido dando:
el de la investigación de Abellán et al. (2013) y la manera en que construyeron sus
objetivos (Recuadro 5).
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Recuadro 5
Objetivos específicos:
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Ahora bien, ya hemos señalado que esta teoría tiene tres conceptos fundamentales,
cada uno de los cuales es utilizado para construir un objetivo. La meta de conocimiento
que constituye cada objetivo es enunciada con un verbo en infinitivo al inicio de
la proposición. Si bien podemos disentir respecto de si el verbo “analizar” es el más
indicado en todos los casos –visto con el tiempo nosotros pensamos que la intención
pudo ser la de “describir”–, lo cierto es que da un ejemplo de cómo se elabora una
proposición teórica.
El equipo debió regresar sobre uno de los textos detectados en el primer intento
y que había sido fichado al momento de realizar su estado de la cuestión. Se trata del
trabajo de García por ellas citado, sobre el que debieron volver a trabajar con mayor
atención y profundidad. Sin embargo:
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La labor de precisar su tema puede sintetizarse en los siguientes momentos:
· Segundo. Dicha reconstrucción les permitió delimitar los puntos críticos del
conflicto y el período de su interés: desde el dragado en el río San Juan por
del gobierno de Nicaragua hasta la resolución de la Haya.
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Recuadro 6
Tema:
La construcción del otro en los discursos de la población costarricense y
nicaragüense presentes en los blogs de la prensa de Costa Rica (La Nación)
y Nicaragua (La Prensa) en relación con el conflicto “Isla Calero”, desde el
dragado en el río San Juan por del gobierno de Nicaragua hasta la resolución
de la Haya.
Pregunta de Investigación:
¿Cómo se construye al otro en los discursos de la población costarricense
y nicaragüense de los blogs publicados en la prensa de Costa Rica y Nicaragua,
en relación con el conflicto “Isla Calero”, ¿desde el dragado en el río San
Juan por del gobierno de Nicaragua hasta la resolución de la Haya?
Objetivo General:
Analizar la forma en que nicaragüenses y costarricenses construyen al
otro en los blogs publicados por la prensa de Costa Rica y Nicaragua en
relación con el conflicto “Isla Calero” desde el dragado en el río San Juan por
del gobierno de Nicaragua hasta la resolución de la Haya.
Objetivos Específicos
1. Describir la forma en que se desarrolla el conflicto “Isla Calero” desde
el dragado en el río San Juan por del gobierno de Nicaragua hasta la
resolución de la Haya.
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3.2. Los tipos de objetivos de una investigación
Es necesario tener en cuenta que las intenciones de una investigación, enunciadas
en nuestros objetivos, pueden ser de distinta naturaleza, y que por ello pueden existir
varios tipos de objetivos de investigación:
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4. Objetivos comparativos: “son aquellos cuyo propósito es comparar grupos
o personas en una o más características que se dan en ellos; por ejemplo:
‘comparar los ingresos promedios de salarios de hombres y mujeres que
desempeñan una misma actividad’” (Batthyany y Cabrera, 2011, p. 37).
Una última anotación sobre los objetivos, que resulta crucial, es que estos deben
ser factibles de ser abordados por una metodología. Los objetivos sirven de nexo
entre la teoría y la metodología (Batthyany y Cabrera, 2011, p. 37).
La escogencia de los verbos no es una tarea que deba tomarse a la ligera. Algunos
han sugerido que, para dicha escogencia, resulta de utilidad tener en cuenta la
taxonomía de Bloom. Esta nació de un largo período de reflexión (entre 1948 y 1956),
en la que un grupo de educadores procuraron clasificar los objetivos educativos.
Este grupo estableció una estructura jerárquica con el fin de ir avanzando desde los
niveles más simples a los más complejos (Icomos, s.f.).
Estos han sido llevados desde la pedagogía hacia la investigación con el fin de
elaborar objetivos o metas de conocimiento. Se distinguen seis niveles: conocimiento,
comprensión, aplicación, análisis, síntesis y evaluación. Una parte de la reflexión
de quienes investigan reside en identificar el verbo adecuado para cada objetivo
dependiendo del propósito deseado.
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Recuadro 7
Taxonomía de Bloom
37
Por esto, la justificación bien puede ser planteada casi al finalizar o bien ya
avanzado este proceso. Sobre tal cosa, por supuesto, no hay fórmulas y cada uno
debe seguir sus propios criterios.
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Capítulo 3
El estado de la cuestión
Así pues, hay que decir que a lo que se suele llamar “estado de la cuestión” nos
conducirá a la revisión de:
. libros,
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Raúl Rojas Soriano (2013), siguiendo al filósofo italiano Antonio Gramsci,
utiliza la expresión “estado histórico de la cuestión”, lo cual busca definir no solo a
la revisión de la bibliografía –llamada también “literatura”– sino al conocimiento
producido en un momento histórico determinado.
Recuadro 8
El estado histórico de la cuestión
. “No investigar sobre algún tema que ya se ha investigado a fondo. Esto implica
que una buena investigación debe ser novedosa” (Hernández, Fernández y
Baptista, 2006, p. 37, cursivas en el original).
. Detectar temas que han sido investigados, pero que pueden ser abordados
con otras interrogantes o con otras perspectivas teóricas
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En otras palabras, la revisión bibliográfica nos permite saber lo que se ha dicho
sobre nuestro tema, así como detectar:
a) temas muy bien estructurados, sobre los que existe abundante material escrito
o de otro tipo;
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2.1. Detección y obtención del material necesario.
Detectar y tener a nuestra disposición el material clave para nuestra investigación
es un momento fundamental que requiere una búsqueda disciplinada, metódica
y perseverante. No podemos darnos por vencidos al primer intento pues de ello
depende la calidad de nuestra investigación.
. Saber cómo y dónde buscar son claves y, aunque es una habilidad que se
desarrolla con la práctica, resultan de utilidad un par de consejos.
El SIBDI tiene un catálogo en línea –el OPAC– en el que las y los usuarios
introducen los parámetros de búsqueda. Esto contribuye a identificar fácilmente la
bibliografía más cercana a nuestro interés de entre la inmensa cantidad de material
de sus colecciones.
o Wikipedia.
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o Artículos periodísticos que citan estudios o investigaciones académicas.
o Páginas de Facebook.
En la red existen recursos de gran valor, que nos brindan fácil acceso desde un
computador y que sí cumplen el criterio de ser arbitradas. El sitio del SIBDI,
de la Universidad de Costa Rica, antes mencionado, también remite portales con
publicaciones arbitradas y otras fuentes de información que sintetizamos en el
Recuadro 9.
Recuadro 9
43
44
45
Otro recurso clave, por su exhaustividad y alcance, es el que brinda el Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales –CLACSO– (Recuadro 10), que reúne
la producción académica de sus centros académicos y de otros reservorios de
información con alcance latinoamericano. Estos recursos de fácil acceso en línea,
además nos certifican que el conocimiento ahí divulgado está académicamente
avalado y que, por lo tanto, constituye una garantía si lo utilizamos:
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Recuadro 10
Recuadro 11
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO):
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de América Latina, el Caribe, España y Portugal (LATINDEX)
Una vez que hemos agotado las fases anteriores, la de las búsquedas en bibliotecas
y en línea, puede ser de gran utilidad preguntar a personas que han desarrollado
alguna especialidad en el tema de nuestro interés. Cualquier consulta en este sentido
debe estar precedida por una primera y muy exhaustiva búsqueda, cuando ya
contamos con un criterio sobre nuestro campo.
. La lectura selectiva de las partes que, a primera vista, se relacionan con nuestro
tema.
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por los miembros del equipo de investigación. Esta ficha puede ser organizada
de la siguiente manera, algunos de cuyos criterios generales fueron tomados de
Hernández, Fernández y Baptista (2006, pp. 77–78).
Recuadro 12
Pautas para la elaboracion de una ficha bibliografica.
(Elaborar una ficha por cada texto revisado)
49
Fuente: Elaboración propia.
Ahora bien, volviendo a la ficha propuesta, debemos decir que una lectura que
considere esta serie de factores contribuirá a que, eventualmente, alguno de los textos
revisados aporte una perspectiva teórica o algún concepto en particular o, también,
brinde una buena idea sobre la estrategia metodológica a seguir y alguna técnica
de nuestro interés. Esto nos facilitará el camino para cuando debamos construir las
otras partes de nuestro diseño de investigación.
¡Importante recordar!:
50
Cuando extraiga ideas de los trabajos consultados, recuerde escribir en su ficha el
número de las páginas de las cuales fueron tomadas.
Lo anterior tiene especial relevancia porque es común que quienes son noveles
investigando, omitan este aspecto tan fundamental. Es importante dejar rastro de
nuestro proceso de investigación, para que otros luego puedan cotejar nuestras
fuentes. Por una parte, les facilitaremos el camino a otros, igual que las autoras y
autores consultados nos lo facilitaron. Por otra parte, el conocimiento producido
debe estar sujeto a la crítica y esto lo facilita. Escribir a cada paso el número de
página evita volver dos veces por el camino andado.
Por otra parte, una cita textual es la copia fiel de lo que escribió el autor o la
autora del texto consultado y se escribe “entre comillas”. En la cita se indica
el número de página.
51
2.3. Pautas para la escritura del estado de la cuestión
Una vez que hemos localizado nuestras fuentes bibliográficas, así como elaborado
nuestras fichas, el reto es cómo organizar de manera lógica esta parte de nuestro
diseño de investigación. Aquí damos algunas pautas que nos han sido de utilidad:
1. Procure establecer, al inicio del estado de la cuestión, los criterios para clasificar
la información de que dispone. Esto resulta de utilidad, especialmente
cuando la bibliografía es abundante. También ayuda al ordenamiento lógico
de nuestra exposición. Los criterios pueden ser distintos:
e. Por autor o autora, si existen especialistas que han producido más de un texto
sobre el tema.
52
no debemos asumir que quien lee nuestro texto sabe de dónde viene la
información. Esto también ayuda a evitar el plagio.
6. Nunca se refiera a las personas autoras por su nombre de pila (por ejemplo:
“Roberto dice en su libro…”)
Recuadro13
Estado de la Cuestión
53
término o solo es un estereotipo más de la sociedad. La gran mayoría
de estas investigaciones comparten otra idea: las subculturas son más
practicables o viables en la juventud –algunos incluso sostienen que las
subculturas se desarrollan en la adolescencia–.
Por ejemplo, García (2009) en su libro Subculturas ¿moda o peligro?
sobre las subculturas y su contexto, plantea el surgimiento de las subculturas
a partir de modas. Estas modas las explica con carácter cambiante, es decir,
que van cambio debido al tiempo y el contexto que se va dando en la
sociedad; modas que inician en la etapa de la adolescencia (cuando el niño
crece y quiere diferenciarse de los demás) y se acaban (según el autor)
al crecer, cuando el individuo le toca afrontar la realidad. García señala a
los medios de comunicación como principales promotores de las modas
(debido al poder de su alcance masivo), sin importar que tan convenientes
sean estas modas para la sociedad.
También Feixas (2006) en su libro Generación XX. Teorías sobre
la juventud en la era contemporánea, menciona como la adolescencia
sobresale a partir de ciertas reformas dadas en la escuela, el mercado
de trabajo, familia, servicio militar, asociaciones juveniles y el mundo
del ocio. Estos permitieron que esta se inventara una cultura propia y
diferente a la de los adultos. Feixas define diez generaciones con conceptos
metafóricos. De estas generaciones se crean distintas instituciones y además
aparecen ciertos conceptos para identificar la creación de nuevos grupos
juveniles.
Costa, Pérez, Tropea y Lacalle (1996) en el libro Tribus urbanas: el
ansia de identidad juvenil: entre el culto a la imagen y la autoafirmación a
través de la violencia, dan a conocer a las tribus urbanas, su ideología y su
comportamiento en sociedad. Las tribus urbanas son presentadas como el
resultado de tensiones, contradicciones y ansiedades que embargan a los
jóvenes y que los promueve a luchar contra la sociedad, a nadar contra
corriente. Se trata la forma en que los adultos o la sociedad ven a los
jóvenes de estos grupos. Se afirma que lo común que poseen las tribus
estudiadas es su deseo de pertenencia, de identidad, de rompimiento de
las reglas. Se da un enfoque de adentro, no se busca la comprensión de los
grupos, sino simplemente su análisis.
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Por otra parte, Hooft (2009) en su libroTribus Urbanas plantea la existencia
de un “mi mundo” (lo que pensamos, usualmente presente en los adultos),
este es todo lo relacionado con nuestra cultura, valores, percepciones y
costumbres. Y algo llamado “otros mundos” (lo que desconocemos y
vemos extraño, presente en los jóvenes) que hace referencia a todo lo que
no pertenece al “mi mundo”, dentro de “otros mundos” se encuentran las
subculturas. Hooft se dedica a definir algunos conceptos básicos como lo
es la cultura desde el concepto de juventud. En esta explicación une los
términos como la “cultura juvenil”. A esta la determina como el momento
cuando el individuo posee la madurez biológica, pero al mismo tiempo la
inmadurez social. También lo fundamenta como un concepto esquivo, ya
que es una construcción histórica y social, no solo de edad.
[…]
Con respecto a la bibliografía existente acerca del tema de subculturas,
se puede decir que es muy amplia, pero esto no quiere decir que por amplia
se entienda completa. De hecho, después de recolectar tanta información,
es casi inmediato darse cuenta de que todas y cada una de ellas relacionan
subcultura con juventud, música, violencia, problemas, entre otros factores.
Se encuentran vacíos reales en la objetividad de las investigaciones, muchos
de los autores y las autoras hablan de estereotipos sociales, pero ¿No será
el término de subcultura un estereotipo más?
Como se podrá apreciar, el párrafo final del estado de la cuestión deja en claro
la convicción de las investigadoras y del investigador, sobre los vacíos existentes.
Aún más, problematiza el enfoque conceptual desde el que se ha partido. Luego
de una buena revisión bibliográfica, este es el resquicio por el que su problema de
investigación se abre paso para plantear una investigación novedosa.
55
56
Capítulo 4
El marco teórico
1. Definición
Una de las etapas de mayor complejidad en la elaboración del diseño y que
más difícil resulta para el estudiantado es la de definir la perspectiva teórica que se
utilizará. Pero más difícil aún es la comprensión de que: “Toda investigación es una
construcción teórica que no se reduce a lo que normalmente se denomina teoría o
marco teórico” (Sautu, 2005, p. 17, énfasis agregado).
57
2. La construcción del marco teórico
Así pues, una definición que resulta de utilidad es la que hace una distinción
entre “teoría” y “marco teórico”. Según Batthyány y Cabrera (2011):
Recuadro 14
El marco teórico
58
Existe una serie de recomendaciones generales que no sobra tener en cuenta al
momento de preguntarse sobre los criterios que debemos seguir para adoptar un
marco teórico, y estas son:
59
Recuadro 15
60
manera las que más perduran y, por ende, afectan durante un largo tiempo
a la persona con Espectro Autista. Dentro de estas alteraciones de la
interacción social se encuentran: la repetición de conductas o patrones de
comportamiento, la incomprensión a patrones sociales y comportamientos
en sociedad, y la restricción del comportamiento e intereses.
• Restricción del comportamiento e intereses: (según DSM–IV. Citado
por García–García (2010)) se da la afectación en comportamientos
no verbales múltiples, que afecta en ciertos casos, por ejemplo,
el contacto ocular, los gestos corporales y el contacto físico. Esto
ocurre generalmente en situaciones sociales, se da la inexpresión y la
ausencia de gestos faciales y corporales, así como evitar el mantener
la mirada a otro interlocutor, además de un rechazo a la interacción
física directa (…).
61
En esa actitud representada se quiere mostrar la incapacidad de las
personas con el síndrome para mantener relaciones fuertes, claras y
concisas, a nivel de comunicación verbal y no verbal, con otras personas
que los rodean (según menciona Andrés García (2010)). Se muestran varias
características, señaladas por el autor (…) (p.16)
• Lenguaje estereotipado y repetitivo: Se refiere a los momentos
donde las personas con el síndrome se encuentran bajo especial
atención en una actividad específica, o estrés donde su reacción
es repetirse a ellos mismos o a quienes intentan comunicarse con
ellos una frase establecida, varias veces, sin decir nada más. Entre las
posibles razones por las que estos comportamientos se originan, se
encuentran: como apoyo propio a la hora de la realización de alguna
labor, para recordar algo, como patrón establecido o para responder
a una pregunta que se les es difícil o casi imposible de contestar
(p.16).
Como podrá observarse, el marco teórico de Abellán et al., arriba citado, se basa,
a su vez, en el marco teórico elaborado por García:
62
. A partir de este marco conceptual, Abellán et al. (2013) construyen el problema
y el objetivo general de su investigación, es decir, sus “proposiciones teóricas”.
Así, la teoría de “la personificación del espectro autista” es enunciada tanto en
la pregunta como en el objetivo general.
o Inexpresión.
El siguiente recuadro nos da una idea de lo que hemos señalado sobre los niveles
de abstracción:
63
Recuadro 16
Niveles de abstracción: Conceptos, variables intermedias e indicadores
3. Los conceptos
Como podrá observarse del ejemplo anterior (Cuadro 16), el marco teórico está
formado por conceptos que se relacionan entre sí, formando un sistema explicativo
(Marradi, Archenti y Piovani, 2007, p. 62). Es importante decir que conceptualizar,
“hace referencia al proceso teórico mediante el que se clarifican las ideas o constructos
teóricos” (Cea, 1996, p. 123).
64
En el ejemplo del marco teórico de Abellán et al. (2013), la personificación del
espectro autista está conformado por un sistema de tres conceptos (interacción
social, alteración cualitativa de la comunicaión y patrones restringido, repetitivos
y estereotipados) con un menor nivel de abstracción. A su vez, cada concepto está
conformado por conceptos menos abstractos, cada vez más cercanos al fenómeno,
haciéndolo observable. Debe decirse que cada concepto realiza una abstracción, por
ejemplo, al de “interacción social”, no le interesa explicar toda interacción social
posible, sino que selecciona los atributos que interesan para definir dimensiones
del marco teórico de la personificación del espectro autista. En este sentido separa
lo que le interesa del resto de interacciones sociales posibles. Eso es la capacidad de
abstracción, en el sentido anotado.
Así pues, un primer elemento para caracterizar mejor nuestro objeto de estudio
consiste en:
Variables intermedias
Indicadores observables
65
66
Capítulo 5
La metodología
Debemos advertir que en este capítulo no se agotan las metodologías disponibles
para el análisis de los diferentes objetos de investigación existentes en las humanidades,
como los que surgen del análisis literario, de la historia del arte, del análisis fílmico
o del análisis crítico del discurso, para mencionar solo algunos ejemplos. Ellos
merecen un abordaje particular. Tampoco pretendemos agotar los procedimientos
que se utilizan en las ciencias sociales y las humanidades para recolectar información
en el trabajo directo con personas. Únicamente brindamos un panorama general de
este último tipo de metodologías.
Por otra parte, como ya hemos señalado, la idea de este manual es conducir al
estudiantado en el proceso de elaborar un diseño de investigación. En este sentido,
la intención que subyace es que sea didáctico y eminente práctico. No obstante,
las personas investigadoras no deben perder de vista que existen paradigmas que
determinan los enfoques con los que se investiga. Sobre ello, las personas interesadas
podrán encontrar abundante información (ver, por ejemplo: González, 2003; della
Porta y Keating, 2013; Batthyány y Cabrera, 2011; Creswell, 2009; Cortés, 2005;
Hernandez, Fernández y Baptista, 2006; Rovira, 2004; Marradi, 2007).
67
1. Los enfoques cuantitativos, cualitativos y mixtos
En la literatura sobre el tema existe acuerdo que, en términos metodológicos, son
tres los principales enfoques de investigación en las ciencias sociales y una parte de
las humanidades:
“Poder contar unidades, enumerar los objetos que hay que estudiar o descubrir,
recoger la frecuencia de aparición de un fenómeno. Esto supone una población de
objetos de observación comparables entre sí. Estos objetos pueden ser individuos,
como ocurre en la mayoría de las encuestas. Pero puede ser también grupos o
instituciones, incluso sociedades” (Luengo, 1991, p. 237).
68
Cabrera, 2011, p. 78). Aquí un contexto “natural” es aquel propio de las
relaciones sociales en las que se desarrollan las interacciones culturales,
políticas y económicas de los sujetos que son estudiados. Mientras que
los contextos no–naturales son aquellos que son manipulados por quienes
investigan o de los que se obtiene información abstrayendo a los participantes
de su contexto. En este sentido, la relación con el entorno es de manipulación
(p. 80).
En los estudios que siguen del enfoque cuantitativo, las técnicas más utilizadas son
el sondeo o encuesta y la investigación experimental. En el primer caso se trata de
una forma de recolectar datos a través de la aplicación de cuestionarios estandarizados
a una muestra probabilística, ya sea aplicados por entrevistadores o entrevistadoras
entrenados para los efectos o distribuidos para ser auto–administrados por quien
los responde (Archenti, 2007, p. 203). Esta última técnica busca determinar si un
tratamiento específico sobre un grupo humano influye en un resultado.
69
Este impacto se evalúa proporcionando dicho tratamiento específico a un grupo
(un estímulo, una información, una experiencia, etcétera), el cual no es brindado
al otro. De esta manera, se busca determinar cómo ambos grupos producen un
resultado (Creswell, 2009, p. 12).
Recuadro 17
Apuntes sobre algunas técnicas cuantitativas
70
Fuente: Elaboración propia con base en Cea (1996), Barrantes (1999), Marradi et. al. (2007) y
Agresti et. al (1997).
71
Por nuestra parte, recomendamos el uso de la estadística descriptiva por su gran
utilidad para resumir, presentar y representar datos, mediante la elaboración de
cuadros y gráficos en el caso de que el objeto de estudio se preste para ello.
72
3) Fuentes múltiples. “Los investigadores cualitativos suelen recoger múltiples
tipos de datos, como entrevistas, observaciones y documentos, más que
confiar en una fuente única. Luego evalúan toda la información, le dan
sentido y organizan en categorías o temas que atraviesan todas las fuentes de
datos” (Batthyány y Cabrera, 2011, p. 78).
73
Aquí únicamente señalaremos dos técnicas cualitativas: la entrevista a profundidad y
los grupos focales, que podrían resultar más accesibles a quienes están interesados en
el trabajo con informantes, de acuerdo con su problema de investigación.
Recuadro 18
La entrevista a profundidad
74
Elaboración propia con base en Marradi, Archenti y Poviani (2007).
75
Recuadro 19
Los grupos focales
76
Elaboración propia con base en Marradi, Archenti y Poviani (2007).
Sin identificar los nombres de las personas participantes, resulta útil señalar las
opiniones y creencias predominantes o que alcanzan acuerdo, así como aquellas que
se separan de dichos acuerdos. No se suele usar el uso de cantidades, sino de escalas
generales de evaluación como: todos, la mayoría, algunos, pocos, muy pocos. Al
igual que con la entrevista, resulta enriquecedor citar textualmente algunos pasajes
de la discusión en el informe escrito de investigación (Marradi, Archenti y Poviani,
2007, p. 234).
Si quienes leen este texto estuviesen interesados en otras técnicas cualitativas que
se construyen a partir de la observación o en el diálogo con informantes, podrían
tener en cuenta las que se muestran a continuación. Recomendamos estudiarlas con
mayor profundidad.
77
Recuadro 20
Otras técnicas cualitativas
78
1.3. Abordajes mixtos
Una de las discusiones en boga en el campo de la metodología gira en torno a la
pregunta de si es posible combinar los enfoques de tipo cualitativo con los de tipo
cuantitativo. Al respecto no existe consenso y una forma de sintetizar la discusión es
agrupar las posturas en tres grandes grupos:
79
el económico, las ciencias y la tecnología, la economía, la educación, el empleo, el
uso del tiempo, ingresos y gastos, el medio ambiente, la población, la pobreza y la
desigualdad, la vivienda, entre otros temas sociales.
80
una investigación más completa respecto de un contexto particular, investigar
nuevos problemas”, identificar conceptos con potencial explicativo, establecer
prioridades para investigaciones futuras, etcétera. (Hernández, Fernández y
Baptista, 2006, p. 101).
81
Dar a conocer las intenciones del electorado es una actividad descriptiva (indicar,
según una encuesta de opinión antes de que se lleve a cabo la elección, cuántas
personas van a votar por los candidatos contendientes, constituye un estudio
descriptivo) y relacionar dichas intenciones con conceptos como edad y género de
los votantes (estudio correlacional) es diferente de señalar por qué alguien habría de
votar por determinado candidato y otras personas por los otros (estudio explicativo)
(Hernández, Fernández y Baaptista, 2006, p. 108).
82
Recuadro 21
Identificación de las unidades de análisis
83
Fuente: Elaboración propia con base en Alfaro et. al. (2016); Avendaño et. al (2011), Abellán et.
al. (2013) y Arias et. al. (2013).
Como se observa, las unidades de análisis aquí presentadas son de tres tipos:
filmes, discursos plasmados en blogs y grupos de personas con características
comunes; pero pueden existir muchas más: textos, conceptos filosóficos, obras de
arte, etcétera, etcétera, etcétera. La decisión de cómo escoger las unidades de análisis
son claramente distintas:
Alfaro et al. (2016) decidieron centrarse en una sola película, en buena parte
motivadas por la excepcionalidad de esta producción fílmica y porque su estudio
se enmarcaba en un curso cuya temática era sobre la colonialidad. Mientras tanto,
interesadas en diferentes facetas del espectro autista, Abellán et al. (2013) optaron
por comparar varias películas disponibles sobre la temática.
84
Avendaño et al. (2011), por su parte, se enfrentaron a un problema más complejo,
pues sus unidades de análisis requería captar el significado de grupos de población
de una mayor amplitud. El grupo de Avendaño et al., antes citado, detectó que las
noticias de los periódicos revisados para reconstruir el diferendo entre Costa Rica
y Nicaragua ofrecían espacios para que opinaran sus lectores. Este fue el criterio de
selección del material.
El grupo de Arias et al. (2013) debieron enfrentarse a una decisión: definir una
muestra. Tener claridad sobre esto es un crucial para nuestra investigación, por lo
que debemos comprender las implicaciones de cada tipo de muestra.
85
juego la probabilidad sino los criterios de las investigadoras y los investigadores
que conducen el estudio. Las muestras no probabilísticas son más frecuentes en los
estudios de tipo cualitativo.
Esto nos lleva a la segunda idea: ¿cuántos casos debemos cubrir, cuantas entrevistas
hay que realizar para que nuestra muestra no probabilística sea representativa del
colectivo que estudiamos. Aquí cabe traer la argumentación del sociólogo costarricense
Rodolfo Calderón (2012) quien, siguiendo a Daniel Berteaux y a Pierre Bourdieu,
señala que “esta forma de entender a los actores [como seres sociales] es justamente
lo que permite reconstruir lo social a partir de ‘unos cuantos casos’” (p. 92), pues la
existencia de una disposición a actuar, a percibir y sentir que han sido estructuradas
socialmente, nos garantiza que “una vez alcanzado el punto de saturación (momento
a partir del cual se ya no se encuentran datos nuevos), se ha captado algo que se
desprende de lo social y no de lo sicológico, de lo colectivo y no de lo individual”
(Calderón, 2012, p. 92, cursivas en el original). En otras palabras, cuando una
nueva entrevista, una nueva historia de vida o cualquier evidencia recogida con
alguna técnica de investigación cualitativa no nos brinda nueva información,
86
podemos decir que hemos alcanzado el punto de saturación. Su importancia, desde
el punto de vista metodológico, radica en que se han identificado fenómenos “que
no se originan en la imaginación del investigador, ni tampoco en la del interlocutor
mitómano; ahí está lo social expresado en los actores que lo encarnan” (Calderón,
2012, p. 92).
No puede dejar de considerarse, por otra parte, que el trabajo de campo entre
personas investigadoras e investigadas trae consigo una relación de poder que pone en
condiciones de desigualdad a las segundas. Las primeras son las que suelen marcar la
pauta, respaldadas por una institución, pero que también puede abarcar situaciones
diferenciadas de clase o de carácter socioeconómico, así como de género, de edad,
87
etnia y de acceso al conocimiento. Así, quienes investigan pueden reproducir, en el
acto mismo de relación con la persona investigada, los estereotipos y las relaciones
de poder a los que responden esta serie de categorías sociales.
Si bien resulta difícil que los sujetos dejemos de lado estos factores que, en el
amplio sentido de la palabra, nos forman, al menos debemos anticiparnos a este
problema y establecer una serie de criterios éticos en varios en los diferentes niveles
de nuestra investigación:
88
· Aclaración sobre la manera en que fueron seleccionadas las personas
participantes.
· Garantía de confidencialidad.
· Guardar los datos por un período razonable de tiempo y cuidar que otras
personas, ajenas a la investigación, no den mal uso a los mismos.
89
Es importante decir que la Universidad de Costa Rica posee una normativa
que regula la investigación, así como un formulario propio para el consentimiento
informado que las y los estudiantes deben conocer. A continuación, se detalla el
nombre de cada instrumento:
5. El cronograma
Teniendo en claro todas estas precauciones, una última parte a la que nos
referiremos aquí tiene que ver con la elaboración del cronograma de realización de
la investigación propuesta.
90
Recuadro 22
Cronograma de trabajo: ejecución de la investigación
91
De este ejemplo debe realizarse una serie de observaciones:
92
Capítulo 6
Recomendaciones finales sobre la citación y las referencias
Uno de los puntos medulares de toda investigación académica, reside en las
referencias a las que se ha acudido y sobre las que descansa la argumentación.
Difícilmente existe una parte del diseño que no esté apoyada en algún libro, artículo
de revista académica, tesis, artículo de periódico, página web, redes sociales como
Facebook, Twitter, etcétera, archivos, entre otras fuentes de información. De todas
y cada una de ellas se debe hacer el registro escrito en el apartado de “referencias”.
Las referencias son un conjunto de datos que permiten ubicar una fuente de
información como las que se señalaron en el párrafo anterior. Siempre van al final de
un trabajo con el título Referencias. No solo conducen a quienes leen nuestro trabajo
valorar la solidez de nuestros argumentos, sino que constituyen un reconocimiento
a la labor intelectual de quienes, antes que nosotros y nosotras, han aportado al
conocimiento y a quienes hemos citado en el proceso de investigación.
93
Tomando en cuenta estas consideraciones, recomendamos recurrir a manuales
que son de fácil acceso y uso. Dos de ellos se indican a continuación:
• González Arrieta, Ruth (2014). Guía práctica para elaborar citas y referencias
bibliográficas. Adaptado del estilo APA. San José: Editorial UCR.
1. Formas de citación
Existen diferentes formas de reconocer las ideas de otra autoría en nuestro propio
texto, aquí mencionamos las más usuales a partir de algunos ejemplos
En el marco de los esfuerzos liberales por sentar “las bases institucionales del
espíritu moderno” (Naranjo, 2001, s. p.) desde 1875, durante la administración de
Tomás Guardia (1870–1882), la élite política realizó esfuerzos por atraer científicos
suizos.
Nótese que, en este ejemplo, la cita se encuentra siempre entre comillas, pues se
trata de una idea que es tomada de manera literal. Para efectos de identificación en
las referencias que, como ya se mencionó, van al final del trabajo, se utiliza el primer
apellido, en este caso del autor, seguido por el año de publicación y la página en
que se encuentra esa idea: (Primer apellido, año, p. #). En el caso del ejemplo, al no
existir una página se consigna “s. p.”
94
1.2. Citación textual al final de una oración
Ejemplo:
No se puede dejar de insistir en que el mundo con una economía unipolar tiende
a hacer cada vez más desigual el desarrollo de la riqueza, frente a la pobreza, pues
95
Nótese que la autora de este texto ha retomado la idea de Franke de manera no
textual. En efecto, Gólcher ha puesto en sus propios términos lo que Franke ha
señalado sobre el comercio exterior de China durante la dinastía manchú.
2. Las referencias
Debe tenerse en cuenta que las referencias siempre se disponen en estricto orden
alfabético, considerando para este ordenamiento el primer apellido de los autores. Al
igual que en el caso anterior, aquí se indicarán las formas más usuales de referencias
a las fuentes, señalando las partes y dando un ejemplo de cada caso.
Ejemplo:
Calderón, Rodolfo. (2012). Delito y cambio social en Costa Rica. San José:
FLACSO.
Ejemplo:
96
Nótese que en este caso hay dos coordinadoras del libro, lo cual se consigna
entre paréntesis, con la abreviatura: (Coord.). En caso de haber sido editoras, se
consignaría de la siguiente manera: (Eds.)
Partes de la referencia:
Ejemplo:
Partes de la referencia:
Ejemplo:
97
2.5. Revistas
Partes de la referencia:
Ejemplo:
Ejemplo:
2.7. Tesis
Partes de la referencia:
Ejemplo:
98
2.8. Periódico
Partes de la referencia:
Apellido, Nombre. (día mes año). Título del artículo. Título del periódico, página
física o Recuperado de página web.
Ejemplo:
2.9. Película
Partes de la referencia:
Ejemplo:
2.10. Facebook
Partes de la referencia:
Nombre, Apellido / Autor Institucional (día mes año). Post íntegro [Actualización
de Facebook]. Recuperado de http://
Ejemplo:
99
R.L. [Actualización de Facebook]. Recuperado de https://www.facebook.com/
search/posts/?q=universidad%20de%20costa%20rica&epa=SERP_TAB
100
Índice de recuadros
101
Recuadro 12. Pautas para la elaboración de una ficha bibliográfica, p. 47.
102
Referencias
Agresti, Alan y Finlay, Barbara (1997). Statistical Methods for the Social Sciences.
United States of Amercica: Printice Hall.
Archenti, Nélida (2007). “El sondeo”. En: Alberto Marradi, Nélida Archenti, y
Juan Piovani (Eds.) Metodología de las Ciencias Sociales (pp– 203–214). Buenos
Aires: Emecé Editores.
103
blogs de la prensa de Costa Rica (La Nación) y Nicaragua (La Prensa) en relación
con el conflicto Isla Calero. Tesina del Curso Integrado de Humanidades II, Bloque
47. Universidad de Costa Rica–Escuela de Estudios Generales.
Calderón Umaña, Rodolfo. (2012). Delito y cambio social en Costa Rica. San
José: FLACSO.
Falicov, Estela; Lifszyc, Sara; López, María Pía, y otros (2002). Sociología.
Buenos Aires: Aique.
104
González Arrieta, Ruth. (2014). Guía práctica para elaborar citas y referencias
bibliográficas. Adaptado del estilo APA. San José: Editorial UCR.
Menjívar, Mauricio (2015). Para escribir la historia. Una invitación. San José:
Editorial UCR.
105
Piovani, Juan Ignacio. (2007). “El diseño de la investigación”. En: A. Marradi,
N. Archenti, Nélida y J. Piovani (Eds.). Metodología de las ciencias sociales. Buenos
Aires, Argentina: Emecé Editores, 2007. En: http://www.formarseadistancia.eu/
biblioteca/metodologia_de_las_ciencias_sociales.pdf.
Rovira Mas, Jorge (2004). “Ciencia Social y valores en Max Webber”. Ciencias
Sociales 103–104(I–II): 127–142.
106
Mauricio Menjívar Ochoa