Debates Sobre Teísmo y Ateísmo, Vol 1 (Izquierdo, Jairo)

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Volumen I

DEBATES SOBRE
TEÍSMO Y ATEÍSMO

Edición
Jairo Izquierdo Hernández

2
Edición
Jairo Izquierdo

Ilustración para la portada


Martín Villalba

Traductores
Jairo Izquierdo, Carmen Fernández

Esta obra es de distribución exclusivamente sin cargo monetario y no se le


puede asignar valor comercial bajo circunstancia alguna.

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Contenido
Prefacio --------------------------------------------------------------------------------- 6

El reino de Dios
James Anderson contra Thomas Nisbet (1904) ------------------------------------ 8

La existencia de Dios
Frederick Copleston contra Bertrand Russell (1948) ----------------------------- 58

Apologética clásica contra apologética presuposicionista


R. C. Sproul contra Greg Bahnsen (1977) ----------------------------------------- 83

¿Existe Dios?
Greg Bahnsen contra Gordon Stein (1985) --------------------------------------- 131

¿Existe Dios?
J. P. Moreland contra Kai Nielsen (1988) ---------------------------------------- 184

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5
Prefacio

Después de haber recopilado distintas traducciones de videos, audios y textos


sobre apologética y filosofía cristianas en la serie de cuatro libros La
cosmovisión cristiana, ahora es tiempo de pasar a otra serie de libros
recopilando las distintas traducciones al español que se han hecho (y estoy
haciendo) sobre debates de la existencia de Dios, teología y cuestiones
religiosas en general a la que he llamado Debates sobre teísmo y ateísmo.

Tal como el título de la serie indica, esta serie de libros consistirá no solamente
en el debate entre teísmo y ateísmo, sino cuestiones internas al teísmo en
general, en específico del cristianismo. Cada volumen de la serie consistirá en
la traducción de cinco debates y cada debate fue escogido de acuerdo con los
criterios personales de cada traductor. A diferencia de la serie La cosmovisión
cristiana donde recopilé los escritos en temas específicos, en esta ocasión he
decidido ordenar los debates en orden cronológico, del más antiguo al más
reciente. De esta manera, la serie de Debates sobre teísmo y ateísmo podría no
tener un último volumen, por lo que si llegan a haber más traducciones
conforme pasa el tiempo podré seguir publicando más volúmenes.

Con respecto a las traducciones en sí. Cada traducción contará con el nombre
del traductor, así como el enlace a la fuente original del cuál se hizo su
traducción (si es que todavía sigue disponible). Así que la precisión de la
traducción de los debates dependerá principalmente de los siguientes factores:
el nivel del dominio del idioma del traductor o traductores y la calidad de la
fuente original; mientras mejor sea el dominio del inglés del traductor y la
calidad de la fuente, mejor será la traducción. De la misma manera, la calidad
de cada traducción dependerá de la disposición del traductor en cuestión de si
respetó o no las referencias y los estilos de textos que hubiera tenido el texto
original.

Por último, es probable que te encuentres con errores ortográficos debido a que
no pude dar una serie de revisiones exhaustivas al documento (una cuestión de
tiempo, ya que tengo muchas traducciones que recopilar de esta serie), sin
embargo, estos serán pocos y ninguno de ellos afecta el significado de las
traducciones (la mayoría podrían ser omisiones de artículos o número o género
gramatical que no concuerdan entre las palabras).

6
Sin más que decir, solo me resta esperar que este trabajo sea de utilidad, seas
un creyente en Dios o no, para que crezca en ti el interés de estudiar de manera
seria estos temas o te ayude a fortalecer o a revisar tus creencias.

Jairo Izquierdo Hernández

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El reino de Dios
James Anderson
contra
Thomas Nisbet

Town Hall, Irvine


19 y 20 de octubre de 1904

Traducido por Jairo Izquierdo


Fuente original no disponible

8
TEMA DE DEBATE
Que un Reino de Dios que estaba cerca en los días de Juan el Bautista existe
ahora y es gobernado desde el Trono de Dios, teniendo leyes y súbditos en la
tierra. Afirmado por el Sr. James Anderson, evangelista, de Fauldhouse.
Negado por el Sr. Thomas Nisbet, de Glasgow.

PRIMERA NOCHE
DISCURSO DE APERTURA – JAMES ANDERSON
Sr. presidente, Sr. Nisbet, señoras y señores: Han escuchado la proposición de
que el Reino de Dios, que estaba a la mano en los días de Juan el Bautista, existe
ahora, y es gobernado desde el trono de Dios, teniendo leyes y súbditos en la
tierra. Si mantienen ante ustedes con exactitud y tan claramente como puedan
en qué estamos de acuerdo y en qué diferimos, eso ayudará mucho.

Tanto el Sr. Nisbet como yo estamos de acuerdo en que los judíos eran un Reino
de Dios, es decir, que hay un Reino de Dios detrás de nosotros, un Reino que
una vez existió, pero que ahora no existe. En eso estamos de acuerdo los dos.
De nuevo, ambos creemos que hay un reino en el futuro, un reino de gloria que
aún no está aquí. De nuevo, ambos estamos de acuerdo, y por lo que sé ambas
partes lo admitirán, en que Dios ejerce un poder preponderante entre las
naciones de la tierra. Estos son puntos en los que estamos de acuerdo, y por lo
tanto no los discutimos. El punto es, ¿tiene Cristo un reino ahora? Este es el
punto de diferencia: ¿Existe un Reino de Dios, que tenga leyes específicas que
las personas puedan obedecer, del cual puedan convertirse en súbditos
obedientes, y que sea gobernado desde el trono de Dios? ¿Existe tal reino? Este
es el punto de diferencia, y, por supuesto, me corresponde a mí aportar pruebas
de lo que afirmo, y al Sr. Nisbet le corresponde examinar esas pruebas.

Comenzaremos mirando Col. 1. 13, donde Pablo dice, hablando de Jesús:

Que nos ha librado del poder de las tinieblas, y nos ha trasladado al Reino de su
querido Hijo.

Eso afirma todo lo que necesito afirmar. Afirma claramente que hay un Reino
del querido Hijo de Dios ahora, y que Pablo y los colosenses fueron trasladados
a él entonces. Tenía una existencia en los días en que Pablo escribió esa epístola
a los colosenses. El versículo dice claramente lo que yo creo, y contradice
claramente lo que dice el señor Nisbet. Vayan conmigo ahora a Hebreos 7 y allí
leerán el segundo versículo:

9
Puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de nuestra fe, que, por el gozo que
le fue propuesto, soportó la cruz, despreciando el oprobio, y se sentó a la derecha del
trono de Dios.

Cito ese pasaje porque allí se nombra un trono, y un trono indica un reino, y
Jesús está allí sentado a la derecha del trono de Dios. Es evidente que no está
allí ocupando simplemente un puesto de honor sin poder. Si se van a Mateo 28,
en el versículo 18, se ve a Jesús diciendo:

Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra. Id, pues, y enseñad a todas las
naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo;
enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado, y he aquí que yo estoy con
vosotros todos los días hasta el fin del mundo.

Mi punto principal aquí es que Cristo tiene todo el poder en el cielo y en la


tierra. Es decir, está sentado en el trono de Dios; con todo el poder del trono de
Dios entregado a Él. En la 1ª Epístola de Pedro, cap. 3, versículo 22, hablando
de Jesús, Pedro dice:

Que ha subido al cielo y está a la derecha de Dios, quedando sometidos a él los


ángeles, las autoridades y las potestades.

El que se niegue un reino a la vista de estos pasajes es, lo confieso, un perfecto


misterio para mí. Si había un reino al que los colosenses fueron trasladados y
ese reino era el del amado Hijo de Dios, y si tienen a ese Hijo en el trono de
Dios con el poder del trono entregado a Él, y los ángeles y las autoridades y los
poderes sujetos a Él, me parece absurdo negar un reino presente. Miren Hechos
5 y el versículo 31. Los Apóstoles hacen esta declaración:

A él, Dios lo ha exaltado con su diestra para que sea Príncipe y Salvador, para dar el
arrepentimiento a Israel y el perdón de los pecados.

Es un Príncipe exaltado y como príncipe concede el arrepentimiento. Sé que


nuestros amigos del otro lado dicen: "Es un Príncipe, eso significa Hijo de un
Rey, pero entonces no es el Rey". Admito que príncipe a veces significa hijo de
un rey, pero también a veces significa rey, y habrá que resolver si aquí es Hijo
de un Rey o Soberano. En el Diccionario del Siglo XX de Chamber la primera
acepción de la palabra príncipe es "uno de los más altos rangos, un soberano",
y otros buenos diccionarios dan el mismo significado. Si príncipe significa
soberano o hijo de un soberano se decidirá por el contexto. Está bastante claro
que el contexto lo resuelve aquí. Cristo puede salvar y perdonar. ¿Es esa la obra

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de un Rey o del hijo de un Rey? Si tienes a Cristo como Príncipe que salva y
perdona, es por nombre y poder el Soberano Jesús.

Estoy perfectamente satisfecho de que estos pasajes transmiten el reino a


cualquier mente desprejuiciada, y no se puede evitar pensar en el reino actual
cuando se leen declaraciones como éstas. Todo esto está en consonancia con lo
que se lee en los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. El tema del Reino
de los Cielos está cerca. Juan el Bautista proclamó que Jesús predicaba que el
Reino de los Cielos estaba cerca. Los doce hicieron oír su voz por toda la tierra
de Palestina proclamando que el Reino estaba cerca. Los setenta fueron
enviados predicando que el Reino de los Cielos está cerca, y si todos estos
grandes predicadores fueron enviados a través de ese pequeño país predicando
que el Reino de los Cielos está cerca, y ya han pasado mil ochocientos años, y
todavía no se ha establecido ningún reino, es peor que absurdo; es engañoso.

No se puede negar que algo estaba a la vuelta, algo vivía y moría


inmediatamente después. El templo judío estaba entonces en pie, y allí se
ofrecían sacrificios. Se exhortó a los judíos a que obedecieran lo que Dios había
ordenado en ese templo, pero seguramente después de eso el judaísmo llegó a
su fin y surgió el cristianismo. Algo había llegado y se había ido. Ese algo que
estaba a la mano tenía todo lo esencial de un reino, aunque se niegue su nombre.

Si hay un reino en el que los colosenses pasaron, si hay leyes que los hombres
pueden obedecer y obedecen, seguramente tiene todo lo esencial de un reino.
¿Puedo preguntar si hay un territorio? Yo digo que "la tierra es del Señor y su
plenitud", y no me parece mal que haya territorio. Y eso incluye que tienes todo
lo esencial de un reino, aunque niegues el nombre. Pero el nombre está ahí al
igual que lo esencial, y no se puede obviar ese hecho al tratar del reino. Desde
el primer Pentecostés después de la resurrección de Cristo, el reino ya no fue el
tema principal de los doce. Predicaban que Jesús estaba exaltado a la diestra de
Dios, que era Señor de todo y tenía todo el poder, y que el hombre debía creer
y someterse a su poder y gloria real; y el reino cercano ya no era el tema de los
apóstoles. Toma lo que sucedió inmediatamente después, y tienes en nombre,
en tema, y en todo lo demás, un reino ahora aquí. Tengan este punto bien
presente. Recuerden que el reino actual es lo que se disputa; que he probado que
hay un reino, que los súbditos están obligados a observar todas las cosas que Él
ordenó, y recuerden que está sentado en un trono más alto que el que jamás
sentaron los mortales. Supongamos que nos dirigimos a Apocalipsis 1: 5:

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Y de Jesucristo, que es el testigo fiel y el primogénito de los muertos, y el Príncipe
de los reyes de la tierra. A Aquel que nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su
propia sangre.

Aquí se llama a Jesús Príncipe de los reyes de la tierra, y eso no difiere del Rey
de reyes.

DISCURSO DE APERTURA – THOMAS NISBET


Sr. presidente, Sr. Anderson, y amigos. Estoy bastante de acuerdo con el
procedimiento del Sr. Anderson al tratar de llamar la atención sobre el hecho de
que estamos de acuerdo en ciertas cosas, y que también diferimos. No estoy del
todo de acuerdo con él en todo lo que dice sobre la diferencia y sobre lo que se
acuerda, y para que esto quede más claro intentaré ponerles en la misma
posición que yo mismo en cuanto a lo que creo y lo que no creo. El tema que
realmente nos ocupa es la existencia o inexistencia de un reino como el que ha
descrito el señor Anderson.

Ahora, encontramos a Juan diciendo "el Reino de Dios está cerca". ¿Qué
entiendo aquí por el término "reino"? ¿Qué entiendo que está cerca? Bueno,
para empezar, lo que está cerca existe. No se trata de si existe o no, sino de si
está aquí o no. Ahora bien, "el Reino de Dios está cerca". ¿Qué era el Reino de
Dios? Si nos remontamos, como el Sr. Anderson nos ha llevado, al tiempo de
Israel, había un Reino de Israel, a veces llamado el Reino de Dios. Pero como
el Rey de Israel se sentaba en el trono del Señor, ese Reino de Israel es
frecuentemente llamado el Reino de Dios. Pero esa no fue la primera instancia
del Reino de Dios. Fue la primera instancia de este en la tierra. El Reino de Dios
siempre existió y existirá, y existe, pero Juan dijo: "el Reino de Dios está cerca".
¿Qué podría significar eso? No que un Reino estaba llegando a existir, sino que
el Reino de Dios, que siempre había existido, estaba cerca, y una manifestación
de él aparecería en la tierra.

El Sr. Anderson cree que ese Reino de Dios que Juan estaba predicando llegó a
existir entonces. Yo no creo eso; sino que siempre existió, no en esta tierra sino
bajo David, y dejó de estar entre los hombres de acuerdo con esa declaración:
"Derribaré el Reino de Israel, y no será más", etc. El Reino de Dios existía en
la tierra en forma de un rey designado por Dios, pero desapareció entre los
hombres, y en los días de Juan el Bautista no había Reino de Dios entre los
hombres; estaba bajo el dominio de los romanos. La pregunta es, ¿qué estaba a
la vuelta? ¿Qué se iba a introducir en aquel momento en la tierra, después de la

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proclamación de Juan: "El Reino de Dios está cerca"? Estamos de acuerdo en
la existencia del Reino de Dios sobre todo en el Cielo. La cuestión para
considerar es: ¿qué introdujo Juan con su proclamación? ¿Qué es lo que estaba
previsto en el propósito de Dios como para ser introducido en el cumplimiento
de este? El tiempo se ha cumplido, y "el Reino de Dios está cerca, arrepentíos
y creed en la buena nueva". Estamos de acuerdo en que el Reino de Israel que
una vez existió, y que ya no existe, fue llamado el Reino de Dios. Ambos
creemos en un Reino de la Gloria por venir. Fue prometido a Jesús, Lucas 1:
32. Durante el tiempo pasado ha habido lo que se denomina un reino de los
hombres en contradicción con el Reino de Dios. En Daniel se nos dice que Él
establece lo mejor de los hombres, diciendo que tiene poder de control incluso
sobre los mejores hombres. La pregunta es: ¿existe ahora el reino predicado por
Juan como cercano? Lo negamos. No existe en la tierra, y el Sr. Anderson no lo
ha demostrado. Nos ha mostrado que Cristo ha sido exaltado como Príncipe,
pero no ha demostrado que el reino esté aquí, que exista en algún sentido entre
los hombres.

Él dice que tal reino existe con leyes y sujetos específicos, y yo digo que no.
Ahora, para la prueba de que tal reino como el predicado por Juan como a la
vuelta ahora existe, vean Colosenses 1. 13:

Que nos ha librado del poder de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su amado
Hijo.

Colosenses fue escrito por Pablo, el apóstol de Jesucristo, y encontrarán que en


este versículo Pablo no dice que habían sido trasladados al Reino de los Cielos
—que los colosenses habían sido trasladados—sino que dice que un cierto
"nosotros" había sido trasladado al reino. Esta es una distinción muy importante,
y una distinción esencial, como mostrarán mis observaciones. En Colosenses 1:
13, dice: "Dios nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó". En el
versículo 21: "Y a vosotros, que en otro tiempo estabais enajenados y enemigos
en vuestra mente por las malas obras, ahora os ha reconciliado". Eso era todo lo
que era cierto de ellos. Ellos no estaban en el reino, sino los apóstoles estaban
en el reino. ¿Qué es un reino? Ese es el punto que el Sr. Anderson tendrá que
afrontar y resolver antes de poder establecer que los creyentes, en su conjunto,
estaban en el reino. Juan introdujo una deducción sobre los asuntos que se
estableció después. De hecho, Jesús dice a sus discípulos: "No temáis, pequeño
rebaño, a vuestro Padre le ha parecido bien daros un reino" Apocalipsis 1. 9:

13
Yo, Juan, también soy vuestro hermano, y compañero en la tribulación, y en el reino
y la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla que se llama Patmos, por la Palabra de
Dios y por el testimonio de Jesucristo.

Juan era un apóstol. Juan estaba en el reino; los creyentes ordinarios no estaban
en el reino. Los apóstoles ejercían su gobierno de acuerdo con lo que se había
establecido ante ellos: "Todo pecado que remitáis será remitido; todo lo que
atéis en la tierra será atado en el cielo", etc. Estaban en el Reino de Dios que les
fue dado por medio de Jesucristo, y el Sr. Anderson comete un error al pensar
que todos los creyentes estaban en el reino en la era apostólica. Porque los que
habían gobernado estaban allí, y por eso Jesús es llamado el Príncipe de los
gobernantes de la tierra. El Sr. Anderson tiene que decir que esa condición de
las cosas existentes en la era apostólica existe en la tierra. Yo creo que el reino
de Dios siempre ha existido y existe, y que en la era apostólica ese reino fue
ejercido por Jesucristo. Ese reino existía entonces; pero era sólo el pequeño
rebaño: los que estaban en el apostolado. El término significa los apóstoles en
su conjunto. Habían sido trasladados a un reino, y ocupaban un lugar con poder.
El reino de Dios no existe en la tierra. Estaba cerca en los días de Juan el
Bautista. Pero el reino de Dios, que gobierna sobre todo, siempre existió y
existirá. Él no se manifiesta en la tierra, ni con leyes, ni con personas; ni hay
nada parecido a un reino a la vuelta. Simplemente no existen.

Ahora, el Sr. Anderson tiene que demostrar que lo introducido en los días de
Juan el Bautista por Cristo y los apóstoles continúa hasta el día de hoy. La
proposición requiere que pruebe que existe ahora. Que el Sr. Anderson lo
demuestre.

PREGUNTAS CRUZADAS
Anderson pregunta a Nisbet
Anderson: ¿Admite, entonces, Sr. Nisbet, que los Apóstoles estaban en el
reino?

Nisbet: Sí.

Anderson: ¿Puede haber un reino con simples gobernantes sin súbditos?

Nisbet: El reino predicado por Juan el Bautista no tenía súbditos, ni leyes como
las que tendrá el Reino de Dios.

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Anderson: ¿Entonces era un reino con gobernantes, pero sin súbditos?

Nisbet: Debían obedecer a los que los gobernaban.

Anderson: ¿Quién tenía que obedecer?

Nisbet: Los que están debajo de ellos.

Anderson: ¿Entonces no había súbditos en el reino, pero si había gobernantes?

Nisbet: No eran súbditos del reino, sino que estaban bajo la influencia de los
apóstoles.

Anderson: ¿Que los apóstoles estaban en el reino que los gobernaban como
súbditos?

Nisbet: Podían hacer valer su poder como sus superiores.

Anderson: ¿Que eran gobernantes sobre ellos, pero el pueblo no estaba bajo
ellos?

Nisbet: No eran gobernantes, sino instructores.

Anderson: ¿Su sugerencia se reduce a esto, que usted tenía un reino y había
gobernantes en él, pero no súbditos?

Nisbet: He dicho que los gobernantes no gobernaban en el sentido que has


preguntado, sino que instruían bajo el mando de Cristo, y tenían autoridad para
enseñar e instruir.

Anderson: ¿Y estaban en el reino, pero el pueblo no era súbdito?

Nisbet: La gente era tal como mostraré en el curso de la noche.

Anderson: Esta epístola a los Colosenses fue escrita a los hermanos fieles en
Cristo...

Nisbet: Lo fue.

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Anderson: Y en este verso 13 de Colosenses dice: "Nos ha liberado". ¿Fue
Pablo el único que fue liberado del poder de las tinieblas, o también lo fue el
pueblo?

Nisbet: La epístola dice que Pablo y Timoteo son hermanos. También hay un
"nosotros"; se describen como "nosotros", como en el versículo 9. "Por eso
también nosotros, desde el día en que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros,
y de desear que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría
y comprensión espiritual". Los que oramos éramos los que habían sido
entregados al Reino de los Cielos.

Anderson: Entiendo por ese segundo versículo de la epístola a los Colosenses


que fue Pablo quien la escribió a los santos y hermanos fieles. ¿Admite que la
epístola fue escrita a estos?

Nisbet: Sí.

Anderson: Bueno, ¿el "nosotros" no se incluye a sí mismo y a la gente a la que


se dirigía?

Nisbet: Sí, si el contexto no mostrara que están excluidos en algunos casos.

Anderson: En el verso 13 dice que fueron liberados del poder de las tinieblas,
¿pero el pueblo al que Pablo escribió esta epístola no estaba incluido?

Nisbet: No, no lo creo; ha cortado la mitad: "Que nos ha librado del poder de
las tinieblas".

Anderson: Entonces, ¿el "nosotros" significa que sólo Pablo fue liberado del
poder de las tinieblas y el pueblo al que escribía no tenía esa bendición?

Nisbet: Pablo hablaba en nombre de todos y de todo el apostolado, aunque sólo


se mencionaba a sí mismo y a Timoteo

Anderson: ¿Estás satisfecho de que los santos colosenses no fueron liberados


del poder de las tinieblas, o al menos este versículo no lo dice?

Nisbet: Digo que no fueron liberados del poder de las tinieblas, y también
trasladados al reino.

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Anderson: ¿Si cualquier persona fuera trasladada al Reino del querido Hijo de
Dios, entonces Dios tendría un reino?

Nisbet: Concedido.

Anderson: ¿Cómo entró Pablo en el Reino de Cristo si Cristo no tenía reino?

Nisbet: Nunca dije eso. Usted no está prestando atención. Juan tenía un reino
que se predicaba como cercano, y se estableció en la tierra bajo la influencia de
los apóstoles. Ya no existe en la tierra, pero el reino de Dios sí existe.

Anderson: ¿Admites que Cristo en ese momento tenía un reino?

Nisbet: Lo admito con gusto.

Anderson: ¿Y que Pablo estaba en ella?

Nisbet: Pablo y los apóstoles.

Anderson: ¿Y todos estos eran gobernantes?

Nisbet: No gobernantes en su sentido, sino administradores. Había un reino de


gobernantes y administradores, pero no de súbditos ordinarios. Tenían a los que
estaban bajo ellos, pero este no es un reino de hombres terrenales. "Mi reino no
es de este mundo".

Anderson: ¿Los gobernantes estaban en el reino y el pueblo sobre el que


gobernaban no?

Nisbet: ¿Qué quiere decir?

Anderson: ¿Dices que el apostolado estaba en el reino y los colosenses no?

Nisbet: He dicho que los apóstoles eran los administradores del reino, y en ese
sentido eran reyes, pero no con tierras territoriales bajo sus pies.

Anderson: ¿Pero admitió que estaban en el reino?

Nisbet: Sí, con gusto, pero no todos los creyentes.

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Anderson: ¿Había gobernantes en ese reino, pero no súbditos?

Nisbet: Llámelos como quiera, pero acepte la regla en el sentido que la


encuentre.

Anderson: ¿Dice que era un reino que no tenía súbditos?

Nisbet: Tenía administradores en las personas de los apóstoles, y súbditos en


las personas de los creyentes que estaban bajo el gobierno de los apóstoles.

Anderson: ¿Y los gobernantes estaban en el reino, pero el pueblo estaba fuera


de él?

Nisbet: Eso no se deduce.

Anderson: ¿Se deduce de su posición?

Nisbet: Se deduce que estaban dentro.

Nisbet pregunta a Anderson


Nisbet: ¿Cree usted que lo que Juan predicaba como algo cercano no tenía
existencia, o cree que la tenía?

Anderson: Si tenía existencia, entonces no estaba a la mano, estaba aquí. Creo


que no estaba aquí.

Nisbet: La pregunta es: ¿tenía alguna existencia antes de llegar aquí? ¿Significa
"a la mano" aquí?

Anderson: Quiero decir que estaba a la vuelta hace mil novecientos años, y si
no está aquí todavía no estaba a la vuelta entonces.

Nisbet: ¿En qué sentido estaba a la mano?, ¿que no lo estaba antes de que Juan
abriera la boca?

Anderson: De esta manera, cuando algo viene, hay un tiempo en el que debe
estar a la mano, antes de que llegue a existir. El reino estaba cerca entonces, y
por lo tanto a la mano; en ese sentido el reino estaba a la mano entonces.

Nisbet: ¿Pensé que habías dicho que el Reino de Dios siempre existió?

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Anderson: Lo que Juan predicaba estaba cerca.

Nisbet: Pregunto si el Reino de Dios siempre ha existido.

Anderson: Dije que todos admitimos que Dios ejercía un poder dominante
sobre las naciones de la tierra. Eso siempre existió.

Nisbet: Quiero saber si el Reino de Dios del que se habla en Daniel como
gobernante de todo—su bestia del reino de los hombres—si ese Reino de Dios
existía realmente en la época de Juan el Bautista.

Anderson: Siempre existió el poder dominante de Dios entre las naciones de


los hombres.

Nisbet: ¿Es el Poder Providencial lo mismo que el Reino de Dios?

Anderson: Todo depende de lo que quiera decir. Si se refiere a su poder


dominante entre las naciones de la tierra, sí; y si no, no.

Nisbet: ¿Se reconoce como Escritura?

Anderson: A veces.

Nisbet: ¿Cómo es que el Reino de Dios llegó a existir después de la predicación


de Juan, si ya existía?

Anderson: Señalé que había cuatro aspectos del reino. Uno, con el poder
dominante siempre existente.

Nisbet: Estamos más allá de eso, pero la pregunta es, ¿qué vino a la existencia?
¿Usted dijo que surgió después de la predicación de Juan el Bautista?

Anderson: Sí.

Nisbet: Dice que el Reino de Dios siempre ha existido; ¿es el mismo reino, o el
mismo bajo una nueva forma entre los hombres?

Anderson: Póngalo como quiera. Una Providencia imperante.


Nisbet: No estoy preguntando por una Providencia imperante. Juan dice: "He
aquí que el Reino de Dios está cerca". Usted ha dicho que llegó a existir

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entonces—eso que se dijo que era el Reino de Dios a la mano, llegó entonces.
Quiero que diga si era un reino diferente al que siempre existió en el pasado.

Anderson: Sí.

Nisbet: ¿Tenía el rey leyes, aristocracia, territorio y pueblo?

Anderson: Sí, había todo esto.

Nisbet: Quiero que nombres uno de los territorios del Reino de Dios.

Anderson: La tierra. Jesús dijo: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio",
mostrando que tenía territorio en todas las naciones de la tierra.

Nisbet: ¿Pregunto por el territorio?

Anderson: Si fueron a todas las naciones, eso demostró que Él tenía territorio
en todas las naciones, y todas las naciones eran Su territorio.

Nisbet: ¿Poseían los apóstoles y los reyes un territorio en esa época?

Anderson: Sólo eran reyes bajo Él, porque Él era el Príncipe de los reyes de la
tierra.

Nisbet: ¿Eran los reyes de la tierra material sobre la que estaban?

Anderson: Ellos eran reyes subordinados, y Él era el Rey de los reyes.

Nisbet: ¿Poseían estos reyes una sola yarda de tierra?

Anderson: Sí, bajo Dios; pero Cristo era su Rey.

Nisbet: ¿Podrían tomar la renta por ello?

Anderson: Sí.

Nisbet: ¿Puedes darme un caso?

Anderson: No pidieron renta a Dios, sino a sus súbditos.

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Nisbet: Dame un caso en el que hayan reclamado a sus inquilinos la renta de la
tierra que ocupaban y que pertenecía a los apóstoles.

Anderson: No sé que hayan hecho ese tipo de cosas. Vinieron a someter los
espíritus de los hombres al Gran Gobernante en esta tierra.

Nisbet: En otras palabras, ¿se preocupaban más por el bienestar espiritual de la


gente que por conseguir dinero para el alquiler?

Anderson: Así es.

Nisbet: En otras palabras, ¿está de acuerdo en que no tenían ni una yarda


cuadrada de tierra en las condiciones actuales que existían entonces?

Anderson: Nunca dije nada de que los apóstoles tuvieran tierra.

Nisbet: ¿Su argumento era que después de la predicación de Juan se iba a


establecer un reino y que éste poseía un territorio, y que los gobernantes eran
los que estaban bajo Cristo?

Anderson: Dije que Cristo poseía un territorio, y no los apóstoles.

Nisbet: Y, sin embargo, estaban en el reino. ¿Estaban todos los apóstoles en el


reino?

Anderson: Sí, los apóstoles estaban en el reino.

Nisbet: ¿Qué significa "en el reino"?

Anderson: Bajo el reino de Cristo.

Nisbet: ¿No tenían poder y autoridad?

Anderson: Cristo tenía poder y autoridad para hacer discípulos de todas las
naciones.

Nisbet: ¿Era Cristo el Príncipe, y quiénes eran estos reyes?

Anderson: Estos reyes eran los que gobernaban sobre las naciones de la tierra.

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Nisbet: ¿De acuerdo con las leyes de Cristo?

Anderson: No.

Nisbet: Entonces, ¿se oponían a Cristo?

Anderson: Sí, muchos de ellos.

PRIMERA RÉPLICA – JAMES ANDERSON


Establecí que Cristo tenía todo el poder en la tierra. El Sr. Nisbet no tocó eso ni
lo negó, y quiso decir que la tierra no era suya porque los apóstoles no sacaban
rentas de ella. ¿Qué derecho tiene él a juzgar a la gente a la luz de que Él no
tiene territorio? El hecho de que tenga un pueblo obediente demuestra que Él
los gobierna ahora, y si no mata a los hombres sólo está aplazando el castigo de
los hombres que están en Su territorio. Pero éstos no están sujetos a Sus leyes,
y los que no están sujetos a Sus leyes son rebeldes en Su territorio, y
serán castigados por Él.

El Sr. Nisbet quiere confundir una fase del reino con otra. Dice que "siempre ha
habido un Reino de Dios". En el sentido de una Providencia dominante es así,
pero admite que los judíos estaban en un reino, aunque no en ese sentido.
Admite que hubo un tiempo en el que comenzó el Reino de Israel. Siendo así,
debe haber otro reino además del que siempre existió. El Sr. Nisbet dice que
comenzó con David.

Nisbet: No hice tal declaración. Dije que David se sentó en el trono del Señor;
comenzó en el Monte Sinaí.

Anderson: Entonces eso demuestra que no se necesitaba un rey terrenal para


hacer un reino. Samuel dice que Dios era su rey antes de que pidieran un rey
terrenal; ese reino de entonces se parece mucho al reino de ahora. Este reino fue
gobernado desde el trono de Dios hasta que pidieron otro rey. Todas sus leyes
fueron dadas a través de Moisés, y tenía súbditos aquí en la tierra. De la misma
manera, Cristo se sienta en el trono de Dios, y el poder de ese trono le es
entregado, y Él reina. Pidió al pueblo que se sometiera a Él, y todos en el cielo
y en la tierra están sometidos a Él. Quiero llamar la atención a ese versículo en
Colosenses que dice: "Quien nos ha librado del poder de las tinieblas". ¿No se
refería allí a los colosenses? ¿No estaban ellos en él? "Y nos ha trasladado al

22
reino". ¿Y aún así los colosenses no estaban en el reino? Pablo les dice: "En él
tenemos redención por su sangre". ¿Estaba eso limitado a los apóstoles?

Nisbet: Sí, eso se les dio.

Anderson: Los pobres santos estaban fuera; eran bendiciones especiales


conferidas a los apóstoles. No voy a perder el tiempo en hablar de una cosa de
ese tipo. He dicho, y él lo ha admitido, que los judíos eran un reino diferente al
de la providencia dominante de Dios. He señalado que el reino judío llegó a su
fin. El Sr. Nisbet dice que comenzó antes de tener un rey. Entonces, ¿cuándo
llegó a su fin? Había algo al final que estaba aquí antes. El cristianismo no
estaba aquí entonces; vino inmediatamente después. El Sr. Nisbet dice que no
hay nada aquí que pueda ser llamado un reino. Yo digo que eso es peor que una
tontería.

Nisbet: Dije claramente que llegó a existir, que era un Reino de Dios, y que los
apóstoles estaban en él.

Anderson: Estoy aquí para demostrar que el reino que estaba a la mano vino
inmediatamente después. El Sr. Nisbet admite que vino, y los apóstoles fueron
incluidos, y creo que está fuera de él por la noche. Ese algo que estaba cerca
vino inmediatamente después. He señalado que Cristo emite leyes, tiene
súbditos, y pide a las naciones que se sometan a ellos, y he mostrado que
gobernó sobre el territorio. A pesar de eso, con todo lo esencial de un reino, el
Sr. Nisbet niega que cualquier reino en cualquier sentido real llegó a existir.
Supongamos que dedico los próximos dos minutos a leer una parte del capítulo
13 de Mateo, versículo 24:

Otra parábola les expuso diciendo: El Reino de los Cielos es semejante a un hombre
que sembró buena semilla en su campo. Pero mientras los hombres dormían, vino su
enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Pero cuando la hierba brotó y dio
fruto, entonces apareció también la cizaña. Entonces se acercaron los criados de la
casa y le dijeron: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues,
ha salido cizaña?

Él les dijo: 'Un enemigo ha hecho esto'. Los criados le dijeron: '¿Quieres, pues, que
vayamos a recogerla? Pero él dijo: 'No; no sea que mientras recogéis la cizaña,
arranquéis también el trigo con ella. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega;
y en el tiempo de la siega diré a los segadores: 'Recoged primero la cizaña y atadla en
manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero'".

Luego pasen al versículo 36:

23
Entonces Jesús despidió a la multitud y entró en la casa; y sus discípulos se acercaron
a él, diciendo: 'Decláranos la parábola de la cizaña del campo'. Respondió y les dijo:
'El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la
buena semilla son los hijos del reino, pero la cizaña son los hijos del malvado; el
enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del mundo; y los segadores
son los ángeles. Así como la cizaña es recogida y quemada en el fuego, así será en el
fin de este mundo. El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino
a todos los que delinquen y a los que hacen iniquidad, y los echarán al horno de fuego;
allí será el llanto y el crujir de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el
reino de su Padre. Quien tenga oídos para oír, que oiga'.

PRIMERA RÉPLICA – THOMAS NISBET


Será necesario que explique un poco más mi posición, ya que, cuando mi
oponente no me entiende, no es de esperar que el público lo haga. Lo que quiero
explicar es lo siguiente: "¿Qué es un reino? ¿Qué es lo esencial de un reino?"
Puedo decir que en Apocalipsis 16: 16, creo que es [corrección: Cap.17. 18],
donde hay una mujer a la que se refiere "que reina sobre los reyes de la tierra",
en la Versión Revisada encontrarán en el margen "que tiene un reino sobre los
reyes de la tierra". Y otra declaración es que algunos de los reyes acordaron dar
su reino a la bestia. No dieron su territorio. Ellos dieron la regla, o el dominio,
o la realeza. Se nos dice que "una mujer reina sobre los reyes de la tierra".
Literalmente, "tiene un reino sobre los reyes de la tierra". Esa era la posición
del Papa de Roma, que tenía un reino sobre los reyes de la tierra, y sin embargo
no tenía ni un poco de su territorio. Ellos retuvieron el territorio que estaba en
la tierra. Él era su rey, pero no tenía el territorio que ellos poseían. Tenía algo
de territorio, pero no tenía el territorio de estos reyes de la tierra, y sin embargo
ellos le habían dado su "reino". Esto demuestra que la palabra "reino" no se
utilizó en el sentido del Sr. Anderson, como cuando hablamos de Gran Bretaña
e Irlanda como un reino. Tal reino significa el "dom" del rey o el lugar donde
ejerce su gobierno, pero en el Nuevo Testamento se usa en el sentido en que
usamos el término "reinado", como "en el reinado de Ciro", traducido de la
misma manera que basileia se traduce como “reino” en el Nuevo Testamento
—que simplemente significa realeza, o reinado, o gobierno, y así se puede tener
"en el reinado de Ciro", la misma palabra que era reino.

Ahora bien, el reino de Dios sobre la tierra nunca ha sido intermitente, pero su
reino sobre la tierra ha sido intermitente—ha venido y se ha ido. Vino de nuevo
en la era apostólica y se fue con los apóstoles, que no han sido sucedidos por
ningún Reino de Dios sobre la tierra. Pero el gobierno de Dios está por encima
de todo, como se nos dice en Daniel, "Dios gobierna en los ejércitos del cielo y

24
entre los habitantes de la tierra", porque Él manipula las acciones de los reyes
de la tierra con el fin de llevar a cabo su gran o eterno propósito. Jesús dijo: "Si
por el dedo de Dios expulso los demonios, entonces, sin duda, el Reino de Dios
ha llegado a vosotros". Allí estaba el poder de Dios en operación; allí estaba el
Reino de Dios. El poder de Dios estaba en medio de ellos actuando a través de
los apóstoles que estaban en el reino.

Cristo poseía el reino y ejercía los poderes del reino. En Hebreos 6: 4-6 dice
que es imposible que los que han probado los poderes del siglo venidero, si
caen, sean renovados para el arrepentimiento. Judas no encontró ningún lugar
de arrepentimiento. Judas se fue a su propio lugar. Mientras Jesús estuvo en la
tierra no necesitó ir al cielo para tener un reino. En Apocalipsis 17: 18 y en el
versículo anterior encontramos que se acordó dar un reino (basileia = gobierno).
No dieron nada más.

El reino que surgió después de Juan se vio en el poder de Dios, y abarcó a todos
los que Dios se complació en llamar a gobernar. "El reino estaba cerca". ¿Qué
significa "cerca"? Se utiliza en dos sentidos. "Cuando se acercaron a Jerusalén".
Es la misma expresión. Otro sentido es el de tiempo, "He aquí que la hora está
cerca". Ese era el momento en que Jesús iba a ser traicionado. Es la misma
expresión. Aquí se trata de una cuestión de tiempo. El Reino de Dios estaba
cerca tanto en el tiempo como en el lugar. "El tiempo se ha cumplido, y el Reino
de Dios está cerca". Allí estaba, un reino; estaba allí inmediatamente; Dios
estaba allí, y Cristo estaba allí y los apóstoles estaban allí. ¿Qué ha dicho el Sr.
Anderson como respuesta? Dijo: "El Sr. Nisbet, en su forma simple, trata de
confundir dos cosas. No puede probar esa afirmación". Es su propia confusión,
la confusión no es mía.

Hay un solo Reino de Dios, pero tuvo varias manifestaciones en la tierra,


primero en Moisés y luego en Saúl, David y los Profetas, y se fue; y un reino
volvió a existir en la tierra y también se fue.

PREGUNTAS CRUZADAS
Anderson pregunta a Nisbet
Anderson: ¿Dices que un reino significa gobierno y poder, y Juan estaba en él?

Nisbet: Sí, Juan estaba en ella, y ejerció su poder.

Anderson: ¿Probó eso a partir de Apocalipsis 1: 9?

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Nisbet: En parte.

Anderson: ¿Dice que los otros estaban fuera y Juan estaba dentro, y Juan dice
que eran compañeros?

Nisbet: Sí, porque estaba escribiendo a los mensajeros de las iglesias—los


"ángeles" de las iglesias asociados en el poder con él.

Anderson: ¿Crees que Juan no estaba escribiendo a estas iglesias? En


Apocalipsis 1. 4: "Juan a las siete iglesias, y no a los mensajeros en este caso.
Y dice: "Yo soy vuestro compañero de tribulación en el reino". ¿Niegas que se
refiere a las iglesias?

Nisbet: ¿Negar qué?

Anderson: ¿Que las iglesias eran compañeras?

Nisbet: Niego que excluya a los "ángeles" cuando habla de la iglesia.

Anderson: Pero aún así era a las iglesias a las que escribía, y a las iglesias
cuando decía: "Soy vuestro compañero en el reino..."

Nisbet: Fue para las iglesias a través de los "ángeles".

Anderson: Dejaré eso para que lo examinen quienes quieran hacerlo. Usted
dice que "el reino que se acerca" significa el poder de hacer milagros, expulsar
demonios, ¿y eso es lo que se entiende por el reino?

Nisbet: Te di más que eso; dije que resucitaron a los muertos, sanaron a los
enfermos, curaron a los leprosos y predicaron el Reino de Dios a los pobres.

Anderson: ¿No dijo usted que ese era el reino del poder que ejercían al expulsar
demonios y cosas por el estilo?

Nisbet: He dicho que cuando poseían un reino tenían ese poder.

Anderson: ¿Dijo que tenían el poder de hacer milagros, expulsar demonios y


cosas así?

Nisbet: No me limito a eso, sino que incluyo esto.

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Anderson: Si realmente era el reino, ¿por qué Juan predicaba que el reino
estaba cerca?

Nisbet: Juan murió, y entonces no hubo milagros; desde entonces se predicó el


Reino de Dios.

Anderson: Juan no fue el único predicador; Juan no murió antes de que Jesús
hiciera los milagros. ¿Acaso Jesús no hizo los milagros y dijo: "Id y contad a
Juan lo que veis y oís", y predicó entonces el reino cercano?

Nisbet: Predicaron que el reino estaba cerca desde el principio de la predicación


de Juan. Estaba cerca cuando Juan predicó, y finalmente cuando los apóstoles
recibieron el poder de lo alto que Cristo les prometió, era un hecho consumado.

Anderson: Ahora, ¿usted admite que el poder estaba allí, y todavía el reino
estaba a la mano?

Nisbet: No admito esas tonterías.

Anderson: El Reino de los cielos es como la parábola. El enemigo vino y


sembró cizaña. El campo es el mundo; el que sembró la buena semilla, el Hijo
del Hombre; el enemigo era el diablo; la buena semilla, los hijos del Reino; la
cizaña, los hijos del malvado; ambos crecieron juntos hasta la cosecha. Esa es
una población mixta, algunos sirven a Dios y otros no, y el reino es así; ¿es el
tuyo así?

Nisbet: Eso es algo de eso, pero no toda su extensión.

Anderson: ¿Cree usted en un reino donde ambos crecerán juntos?

Nisbet: No; esa parábola es una aplicación de un solo aspecto del reino, y no
describe el reino en su totalidad. Ninguna parábola tiene una aplicación general,
sino que siempre se limita particularmente a un aspecto.

Anderson: ¿Esa parábola se refiere al aspecto actual de las cosas?

Nisbet: ¿Te refieres a lo que estamos hablando, o al tiempo apostólico?

Anderson: Me refiero a que ahora, que usted y yo estamos hablando, que ambos
crecieron juntos; ¿se refiere a esta dispensación?

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Nisbet: No he dicho una dispensación; se refiere al pasado, no al presente.

Anderson: ¿A qué período se aplica?

Nisbet: Hasta el momento en que haya un reino. Ahora no hay reino. Tiene que
demostrarlo.

Anderson: El reino estaba cerca; ¿admites que la predicación de Jesús era un


reino cercano?

Nisbet: No; esa no era la predicación de Jesús.

Anderson: ¿Niegas que ese era el tema principal de la predicación de Cristo?

Nisbet: Sí; niego que fuera el tema principal de la predicación de Cristo, que
era que el Reino de Dios estaba cerca.

Anderson: ¿Predicó que el reino está cerca?

Nisbet: No estoy diciendo que lo niegue.

Anderson: Mira Mateo 4: 17: "Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a


decir: Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos está cerca". ¿Ese es Jesús, no
Juan?

Nisbet: Ya he terminado de decirlo, pero no se limitó a eso; no fue su principal


enseñanza.

Anderson: Entonces, ¿cree en este capítulo 13 de Mateo, donde Él predicó el


reino como algo cercano, y dijo: "el reino es así"? ¿Cree usted que era un reino
a la mano así?

Nisbet: Aquí no predica un reino cercano; les cuenta una parábola sobre un
reino.

Nisbet pregunta a Anderson


Nisbet: El reino que estaba cerca, y llegó a existir en los días de Jesucristo y los
apóstoles, ¿todavía existe en la tierra?

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Anderson: Todavía existe en la tierra, tal como existía cuando surgió después
de la predicación de Juan.

Nisbet: ¿Era entonces un reino en la tierra?

Anderson: El reino predicado a mano era un reino cuando llegó.

Nisbet: ¿Es un reino todavía?

Anderson: Un reino todavía.

Nisbet: ¿Existe ya el Reino de Dios en la tierra?

Anderson: Hay un Reino de Dios ahora en existencia en la tierra.

Nisbet: ¡Un reino! ¿Hay dos reinos?

Anderson: Usted dice que había dos aspectos; los judíos eran un aspecto.

Nisbet: Quiero saber si ese reino que surgió después de la predicación de Juan
sigue en la tierra.

Anderson: Sí.

Nisbet: ¿Y hay reyes en la tierra y en el territorio?

Anderson: La proposición está ante ustedes, y dice que es gobernada desde el


trono de Dios, y tiene sus súbditos en la tierra.

Nisbet: Usted dice que el Reino de Dios llegó a existir en la tierra y tuvo reyes.
Mi pregunta es: ¿Tenía el Reino de Dios algún rey que le perteneciera en la
tierra?

Anderson: No en la tierra.

Nisbet: ¿Tendrá alguna vez reyes en la tierra?

Anderson: No; el que está a la mano entonces nunca lo hará.

Nisbet: ¿Va a dejar de existir en algún momento?

29
Anderson: Sí.

Nisbet: ¿Fue el reino a la mano uno eterno?

Anderson: Hay un reino eterno que viene.

Nisbet: ¿Está Jesús sentado en el trono de un reino diferente al que predicaba


Juan?

Anderson: Está en la que John dijo que estaba a mano.

Nisbet: ¿El rey desaparecerá junto con él?

Anderson: No.

Nisbet: ¿El rey perderá su reino?

Anderson: Entregará su reino a su Padre.

Nisbet: No; usted dice que va a dejar de existir. ¿Cómo puede hacerlo si se va
a entregar?

Anderson: No podría decirte cómo va a suceder.

Nisbet: ¿Dices que el reino introducido después de la predicación de Juan va a


desaparecer?

Anderson: Sí.

Nisbet: ¿El rey dejaría de existir?

Anderson: He dicho que no como persona.

Nisbet: ¿Cómo iba a entregar un reino a otra persona si había desaparecido?

Anderson: Usted ha admitido que el reino tiene diferentes aspectos.

Nisbet: Contéstame; no me cuestiones. ¿Cree usted que Jesucristo entregará un


reino que no existe?

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Anderson: No; Él no entregará nada que no exista.

Nisbet: ¿Es para dejar de existir?

Anderson: El reino que estaba a la mano entonces dejará de serlo en ese aspecto
cuando Cristo venga de nuevo.

Nisbet: ¿Lo entregará?

Anderson: Lo entregará después de un tiempo.

Nisbet: ¿Lo entregará antes de que desaparezca o después?

Anderson: Dame tiempo para explicarte.

Nisbet: Quiero un "Sí" o un "No".

Anderson: Sé que quieres un "Sí" o un "No", pero no lo tendrás.

Sr. Wardrop: [presidente del Sr. Anderson, interviniendo] El Sr. Nisbet no


estaba atado a "Sí" o "No", y lo que era justo para una parte era justo para la
otra, y si el Sr. Anderson se negaba a responder "Sí" o "No", el Sr. Nisbet podía
seguir con otra pregunta.

Sr. Andrew: [presidente para el Sr. Nisbet] El Sr. Anderson debe responder
"Sí" o "No" cuando se pueda hacer.

Nisbet: ¿Qué es el reino en el sentido en que Juan lo predicó como cercano?


¿Qué significa y a qué equivale?

Anderson: Significa esto: que el tiempo estaba justo a la mano cuando las leyes
judías dejarían de tener autoridad, y esa dispensación terminaría, y Cristo se
sentaría en el trono de Dios, con todo el poder en el cielo y la tierra, y ordenaría
a todas las naciones a someterse a Él como seguidores. Y ese tiempo había
llegado, y está aquí, y eso es lo que significaba.

Nisbet: Afirmas que este reino predicado por Juan como cercano existe ahora;
¿existe en parte o en su totalidad?

Anderson: El reino en cuestión ahora existe en su totalidad.

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Nisbet: ¿Tienen las naciones de la tierra la oportunidad de ajustarse a los
mandatos de Jesús, a los que usted se refiere?

Anderson: Muchos lo han hecho, y otros no.

Nisbet: Entonces, ¿no se ha realizado todavía?

Anderson: No veo la fuerza de eso.

Nisbet: ¿Dijo que era una de las cosas?

Anderson: ¡Ahí está! ¿Le das a un hombre tiempo para responder?

Anderson pregunta a Nisbet


Anderson: En la parábola de la cizaña ambos crecieron juntos; los hijos del
malvado y los del reino. ¿Admites que puede haber un reino con malvados y
obedientes?

Nisbet: No hay ninguna declaración de que existan.

Anderson: ¿Y el reino existía y estaba compuesto por malvados y obedientes?

Nisbet: ¿Dónde dice eso en la Biblia?

Anderson: ¿El reino es así?

Nisbet: ¿Y cuál es su autoridad?

Anderson: He leído la parábola hasta el final, pero no estoy obligado a leerla


dos veces. ¿El Reino de los Cielos es como un hombre que sembró buena
semilla?

Nisbet: Esa no es la parábola de la cizaña.

Anderson: Lo leeré entonces. Mateo 13: 38: "El campo es el mundo; la buena
semilla son los hijos del reino; pero la cizaña son los hijos del malvado", etc.
Aquí dice cómo es el reino, ¿cuál es entonces su razón para negarlo?

Nisbet: Pero usted ha hecho una pregunta y se me debería permitir responderla.

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Anderson: Hay una parábola y el reino es como ella...

Nisbet: No el que predicó Juan.

Anderson: ¿Pero lo has admitido?

Nisbet: Admití un reino así, no la parábola que habla de un Reino de los Cielos
que es la viña que Dios plantó bajo Saúl y David y otros, hasta que finalmente
fue destruida en la venida de Cristo, el año 70 d.C.

Anderson: ¿Crees que esta parábola se refiere a los días de David y no se refiere
a nada futuro?

Nisbet: He dicho que se refiere al pasado y al tiempo futuro, el año 70 d.C., 35


años después de que Jesús hablara.

Anderson: ¿Espera que la llegada del reino sea así?

Nisbet: Dije que existía un Reino de Dios bajo Saúl y David. Dios plantó allí
una viña y trató de sacar algo bueno de ella, y sembró buena semilla. El
resultado fue malo, y en esta parábola Jesús dice que durante el tiempo que
existió el enemigo sembró cizaña. Había hijos del reino y debían su origen al
trono del reino.

Nisbet pregunta a Anderson


Nisbet: ¿Ha dicho que existía un Reino de Dios en la época del Reino de Israel?

Anderson: Había un reino en el tiempo de Israel.

Nisbet: ¿Y gobernado por los reyes de Israel?

Anderson: Gobernado por los reyes de Israel.

Nisbet: ¿Y no hubo un Reino del Señor en los días de David?

Anderson: Sí, pero era un reino antes de que hubiera un David, un rey terrenal.

Nisbet: Usted estuvo de acuerdo conmigo en que comenzó bajo Moisés. Afirmé
que Dios les dio un rey, y que el Reino de Israel seguía siendo un Reino de Dios
en manos de David.

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Anderson: Creo que hubo un Reino de Dios en el tiempo de Israel.
Nisbet: ¿Estamos de acuerdo en que un Reino de Dios existió bajo David, y ese
Reino de Dios desapareció de entre los hombres?

Anderson: Sí.

Nisbet: ¿Esa regla cesó, y eso fue quitar el Reino de Dios?

Anderson: Cuando el gobierno cesó por completo, el reino cesó.

Nisbet: ¿Que había cesado por completo?

Anderson: Desde el día de Pentecostés, después de la resurrección de Cristo,


porque entonces se ordenó a todos los hombres obedecer a Cristo y no a Moisés.

Nisbet: ¿Así que existía en Israel en el Pentecostés?

Anderson: Hasta la enseñanza de Jesús, teníamos otro reino predicado por Juan
a la mano.

Nisbet: ¿Es decir, dos de lado a lado?

Anderson: El uno estaba a la mano; no estaban uno al lado del otro.

Nisbet: ¿Usted cree y ha afirmado que el reino que surgió después de la


predicación de Juan el Bautista existía en ese momento?

Anderson: Sé mejor que nadie lo que quiero decir.

Nisbet: ¿El reino cercano que Juan predicó llegó a existir después de su
predicación?

Anderson: Sí, ciertamente.

Nisbet: ¿Y existía antes de que Jesús viviera en la tierra?

Anderson: No.

Nisbet: ¿No existía hasta Pentecostés?

34
Anderson: No existía hasta que murió Jesucristo.

Nisbet: ¿Así que no hubo ningún reino durante todo el tiempo que Jesús estuvo
predicando, curando a los enfermos, etc., no existía entonces tal reino como a
la mano?

Anderson: No, el reino en cuestión no existía entonces.

Nisbet: ¿Cómo expulsaba a los demonios cuando el Reino de Dios estaba sobre
ellos?

Anderson: Él estaba ejerciendo su poder de Dios mientras predicaba,


mostrando que podía llevar a cabo todo lo que decía.

CONCLUSIÓN – JAMES ANDERSON


Es un hecho que existe un Reino de Dios universal, y las Escrituras se refieren
a él. Es un hecho que el reino y la dispensación judía son llamados un Reino de
Dios. Es otro hecho que hay un reino al que los apóstoles llegaron, y que estaba
a punto de llegar en los días de Juan el Bautista. Pero el punto principal del Sr.
Nisbet ha sido mezclarlos todos juntos, y decir que todos son el mismo reino. Y
al tratar estos diferentes aspectos ha querido ponerlo así—Hay un reino ahora
que dejará de serlo entonces. Supongo que se lo entregará al Padre después de
que haya dejado de serlo.

Nisbet: Me refiero a una cuestión de orden. Cuando el Sr. Anderson dice que
confundo el traspaso con el cese de una cosa, no tengo nada que ver con eso,
sino que estaba haciendo una pregunta sobre su punto de vista.

Anderson: El Sr. Nisbet estaba tratando con diferentes aspectos del reino; y fue
Jesús quien enseñó que el reino tenía diferentes aspectos. Jesús dijo: "El Reino
de Dios les será quitado y entregado a una nación que produzca sus frutos". El
no quiso decir que la nación judía como nación judía sería tomada de ellos y
entregada a alguien más, y que Dios tiene dos reinos a la vez sobre la tierra.
Hubo la dispensación judía que fue llamada el Reino de Dios mientras existió.
Luego, cuando Cristo venga de nuevo, habrá un cambio: el Reino eterno de
nuestro Señor y Salvador. En cada dispensación, por separado, hay un reino y
cada uno se llama el Reino de Dios.

35
Cuando dije que él entregó el reino al Padre, me presionaron con el absurdo de
si entregaba una cosa que antes no existía, y como no di un "Sí" o un "No",
estaba fuera de lugar, y el Sr. Nisbet lo calificó de contradictorio. Estoy tan
ansioso por encontrar la verdad como cualquier hombre, pero quiero que la cosa
vaya tan directa como pueda. Pueden leer Colosenses 1: 13, y tratar de encontrar
si estas cosas se limitan a los apóstoles y a ellos solamente.

He señalado que Cristo está sentado en el trono con todo el poder entregado a
él, y el Sr. Nisbet no ha negado eso. He mostrado que los principados y las
potestades están sometidos a Cristo. Ahora eso no puede ser negado. He
mostrado que la palabra que él ha hablado los juzgará en el último día, que
muestra el poder y el reinado. Eso sólo estaba a la mano en los días de Jesús y
Juan el Bautista y los Doce mientras predicaban a través de Palestina.

Dije que se avecinaba algo. La parábola del trigo y la cizaña se ajusta a esta
dispensación. Tenemos los hijos de Dios ahora en la tierra, y los hijos de los
impíos con ellos, y la parábola dice que es así, pero ambos tienen que ir juntos
a la cosecha. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre.
Es decir, hay un reino cuando el trigo y la cizaña crecen juntos. Es un reino
después de que la separación ha tenido lugar; es un reino en ambos aspectos,
pero no el mismo aspecto. Llámalo dos reinos o aspectos, es una cuestión sin
comentarios para mí. Pero no se ajusta al reino del Sr. Nisbet, y lo devuelve a
los días de los judíos. Si eso no es un absurdo, es lo más cercano a ello que
conozco.

Jesucristo y los apóstoles dijeron que el reino estaba cerca, y establecieron sus
principios, y en ese sentido el reino llegó a ellos, y los principios fueron
establecidos y promulgados. Esa parábola se ajusta ahora y se ajustará al futuro.
He dado pruebas y razones de todo lo que he dicho sobre el reino. El Sr. Nisbet
ha puesto a los apóstoles en el reino, a Juan en el reino y a los compañeros en
el reino. Tiene un reino de gobernantes sin súbditos. Hubo un reino en los días
de los apóstoles, y dejó de existir con los apóstoles. ¿Alguna vez alguien leyó
el Nuevo Testamento y pensó que esto se basaba en una base sólida? Las
palabras de los apóstoles son vinculantes hoy en día. Si no, no hay cielo. Si los
apóstoles han perdido el poder no hay cielo para nadie, no hay evangelio sobre
la faz de la tierra, y sin embargo el cristianismo fue enviado a todo el mundo y
a toda criatura. Jesucristo, con todo el poder del cielo y de la tierra, lo está
enviando a todas las criaturas. Ese reino, que estaba cerca entonces, está aquí
ahora, y los creyentes están siendo trasladados a él ahora como entonces, y es
un reino más alto y grande de lo que nunca fue en los días de Salomón o David.

36
CONCLUSIÓN – THOMAS NISBET
Hemos llegado al final del debate de la primera noche. Permítanme que intente
recapitular mi posición, para que quede más clara mi postura en relación con la
del Sr. Anderson. Estamos de acuerdo en que el Reino de Dios siempre ha
existido, existe y existirá siempre. He discrepado de el Sr. Anderson en que un
Reino de Dios, una vez que ha existido, puede dejar de existir. El Sr. Anderson
se siente un poco molesto por mis preguntas sobre ese punto en particular.
Evidentemente, tenía en mente el pasaje de 1ª Corintios, 15: 48. No hay mucho
que dejar de existir allí. Él debe reinar hasta que haya puesto a todos los
enemigos bajo sus pies. ¿Qué hace cuando logra eso? Entrega el reino a Dios,
al Padre, para que Dios sea todo en todos. No hay distinción entonces entre los
gobernantes y los gobernados, ya que esa distinción existía hasta ese momento.
Estamos de acuerdo en que el reino existía con Cristo a la cabeza en la tierra, y
las naciones eran los súbditos, y los santos los gobernantes; y cita este pasaje
para mostrar la desaparición del reino anterior. Eso no tiene sentido, porque el
reino nunca deja de existir; sólo dejó de operar en ciertas esferas, de acuerdo
con Su voluntad. Sólo ha habido un reino. Le pregunté al Sr. Anderson qué
quería decir con una manifestación, pero no lo entendí.

Anderson: Manifestar una cosa es hacerla evidente.

Nisbet: El reino debía manifestarse desde el comienzo del día de Pentecostés.


Ese reino que se vio existía entonces, y ese reino, dice, va a dejar de existir;
pero no dijo si iba a ser destruido, o qué se iba a hacer con él. Pero confundió
otro pasaje con el fin de la dispensación. El Reino de Dios no dejó de existir;
simplemente dejó de manifestarse entre los hombres que Dios ejerce ese poder
por el cual se manifiesta y se ve. El Sr. Anderson no nos ha dado ni una sola
prueba que demuestre que el Reino de Dios llegó a existir en los días de
Pentecostés. He presentado pruebas de la boca de Jesús en apoyo de mi
argumento de que el Reino de Dios existía aquí cuando Jesús estaba en la tierra,
y que Él dio pruebas de ello en sus declaraciones señalando las obras que había
hecho. Esa fue una prueba demostrativa de que existía un Reino de Dios, que
los poderes de esa era venidera cuando existirá en la tierra se manifestaron en
la curación de los enfermos, la resurrección de los muertos, etc. La autoridad
citada por el Sr. Anderson da un mandamiento de Jesús: "…que se dé a conocer
entre todas las naciones" para el establecimiento de… ¿un reino? No; para la
obediencia de la fe. Y eso fue todo; nunca hubo una promesa de eso que Jesús
mencionó de una entrada de inmediato en el Reino de Dios, pero a los creyentes
ordinarios del evangelio se les prometió la entrada en el Reino de Dios venidero,
cuando vino. Pero ellos no estaban en el reino entonces. Los apóstoles estaban

37
en él. Juan escribió a los funcionarios del reino, a los mensajeros de las iglesias.
Al principio se nos dice que él daría a conocer las cosas que iban a suceder.
Estas cosas fueron escritas y dadas a conocer a la iglesia a través de los
funcionarios de la iglesia. Pero el Sr. Anderson no ha demostrado que los
creyentes ordinarios estuvieran en el reino. Sólo ha demostrado que estaban en
la iglesia; pero sé que su gente distingue entre el reino y la iglesia.

Nos ha dicho esta noche que el Reino de Dios llegó a existir en Pentecostés, y
no nos ha dado el menor vestigio de prueba. Estoy de acuerdo en que la iglesia
existió, que hubo profetas, apóstoles y pastores y maestros hasta que llegó el día
perfecto. Pero decir que era el Reino de Dios, compuesto por los creyentes
ordinarios y los que tenían el gobierno sobre ellos, es decir algo para lo que no
tiene pruebas. Pasando a Colosenses 1: 3: "Damos gracias a Dios y al Padre de
nuestro Señor Jesucristo, orando siempre por vosotros". Versículo 7. Nótese el
"vosotros", "Como también aprendisteis", etc. Verso 8: "Quien también nos
declaró". Hay un "nosotros" que no incluye al "vosotros". Del "nosotros" se nos
dice algo y del "vosotros". Y dice (verso 9): "También nosotros no cesamos de
orar por vosotros". "Que nos libró". El Sr. Anderson no puede poner "ustedes"
ahí. No es "quien os libró", sino "nosotros", del poder de las tinieblas y nos
trasladó "a nosotros" al Reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención.
No fue la redención de los creyentes ordinarios; fue para su redención.

SEGUNDA NOCHE
DISCURSO DE APERTURA – JAMES ANDERSON
Sr. presidente, Sr. Nisbet, señoras y señores, tengo el privilegio de abrir de
nuevo el debate esta noche. En primer lugar, permítanme referirme a la teoría
del reino tal como la propuso el Sr. Nisbet anoche. Él dice que hay un solo reino,
y que ese reino siempre fue, y siempre ha sido el mismo. No digo que haya sido
uniforme en esta afirmación. Se ha desviado repetidamente de ella, pero creo
que estoy en lo cierto al pensar que esa es, en general, su teoría. Si esa es la
creencia del Sr. Nisbet, tendrá algunas dificultades para explicar algunos
pasajes del Antiguo y del Nuevo Testamento. Por ejemplo, en el segundo
capítulo de Daniel tenemos el sueño de Nabucodonosor, de los cuatro metales
que se dice que representan cuatro reinos, y en el versículo 44 leemos:

Y en los días de estos reyes, el Dios del Cielo establecerá un reino que nunca será
destruido, y el reino no será dejado a otros pueblos, sino que romperá en pedazos y
consumirá todos estos reinos, y permanecerá para siempre.

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Ahora bien, si el reino siempre fue, como sostiene el Sr. Nisbet, debe haber
habido un reino mucho antes de esa época. ¿Cómo podría entonces establecerse
después? Anoche señalé que el Reino de los Cielos fue predicado como cercano
por Juan el Bautista, pero si el reino era siempre el mismo, no había necesidad
de tal predicación. Pero a pesar de todo esto, el Sr. Nisbet admitió que según
Colosenses i. 13, "Quien nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al
reino de su amado Hijo", que había un reino y que los apóstoles estaban en él.

También admitió que ese reino no existía en los días de Juan el Bautista, y
aunque se olvidó de demostrarlo, sostuvo que murió con los apóstoles. Un reino
implica algunas cosas. Implica un rey, leyes y súbditos. Si había un reino
entonces había un rey, y si se refiere a Jesús como sentado en el trono de Dios,
seguramente es un rey con ángeles y autoridades y potestades sujetos a Él. El
poder de conceder la salvación y la remisión de los pecados también está en su
mano. Ese reino tuvo su comienzo en los días de los apóstoles, y aún no ha
terminado. Desde el primer Pentecostés después de la resurrección de Cristo, el
tema principal de los doce apóstoles fue predicar al Cristo exaltado.
Supongamos que leemos en Hechos 2: 29:

Hombres y hermanos—dijo Pedro—, permítanme hablarles libremente del patriarca


David, que está muerto y enterrado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de
hoy. Por eso, siendo profeta, y sabiendo que Dios le había jurado que, del fruto de sus
lomos, según la carne, levantaría a Cristo para que se sentara en su trono: Viendo esto
antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el infierno, ni
su carne vio corrupción. A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos somos testigos.
Por tanto, siendo exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la
promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que ahora veis y oís. Porque David no
ha subido a los cielos, sino que él mismo dice: El Señor dijo a mi Señor: Siéntate a
mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por escabel. Por tanto, sepa toda la casa
de Israel con certeza que Dios ha hecho Señor y Cristo a ese mismo Jesús al que
vosotros habéis crucificado.

¿No es eso nada? Si después de que Cristo fue resucitado y exaltado a la diestra
de Dios para sentarse allí hasta que sus enemigos fueran el escabel de sus pies,
seguramente Jesús ocupó una posición más exaltada después de Pentecostés que
antes. Y, sin embargo, el Sr. Nisbet sostiene que no hay pruebas de que lo
hiciera. Estos pasajes sobre Cristo recibiendo poder no recibieron ninguna
atención de su parte anoche. Examinemos de nuevo Colosenses 1: 13: "Quien
nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino de su amado Hijo".
El Sr. Nisbet dijo anoche que el "nosotros" sólo se refería a Pablo y Timoteo, y
que los colosenses no participaron en la liberación. El siguiente pasaje dice: "En
quien tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados". Según el Sr.

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Nisbet, los colosenses tampoco participaron en esto. El Sr. Nisbet trató de
probar su punto, pero a un costo terrible para los colosenses.

Refiriéndose a la parábola del trigo y la cizaña, el Sr. Anderson dijo que el trigo
y la cizaña, alegóricamente hablando, crecían juntos en la actualidad, pero que
llegaría el momento de la separación.

DISCURSO DE APERTURA – THOMAS NISBET


Sr. presidente, señoras y señores, como las observaciones del Sr. Anderson de
esta noche se refieren únicamente a lo que ocurrió anoche, las trataré primero.
Dice que "la teoría del Sr. Nisbet es un solo reino". Tiene razón, un solo reino.
No dos reinos. Un solo Reino de Dios, siempre existente, sin fin. "Mi reino no
tiene fin en absoluto, permanece a través de las edades". Eso es lo que creo, y
el Sr. Anderson tiene razón al decir que esa es mi teoría.

Luego dice que "el Sr. Nisbet tendrá algunas dificultades para explicar algunos
pasajes del Antiguo y del Nuevo Testamento". Dice que "si el Sr. Nisbet dice
que siempre fue lo mismo, ¿cómo podría serlo?" Pero el Sr. Nisbet nunca dijo
eso: dijo todo lo contrario. En el transcurso de las edades, Dios se manifestó de
muy diversas maneras, y cuando Cristo estuvo en la tierra hubo una variación.
Los judíos lo sintieron cuando el Reino de Dios les fue arrebatado. Hubo un
cambio en el aspecto del reino en la época apostólica, al igual que en la época
que la precedió, pero durante estas épocas Dios nunca abandonó su trono en el
cielo ni dejó de sentarse para juzgar a los hijos de los hombres. De modo que si
hubo alguna dificultad fue una creación del propio Sr. Anderson.

El Sr. Anderson dijo que “el Sr. Nisbet admitió un reino en Colosenses, y que
los apóstoles estaban en él”; pero yo nunca dije que el reino muriera con los
apóstoles. Nunca utilicé tal expresión. Dije que el reino que cesó entre los
hombres existió bajo David. Apareció de nuevo entre los hombres, cesó de entre
los hombres con los apóstoles, y no existe ahora en la tierra. Si el Sr. Anderson
tuviera el valor de sus convicciones, trataría de probar que un Reino de Dios
(que implica un rey, leyes y súbditos) como el que predicó Juan el Bautista, con
Jesús en el trono, existe ahora en la tierra; y que comenzó con la era apostólica.

Dijo que desde el primer Pentecostés el reino ya no estaba cerca, pero no lo


demostró. En Hechos 2: 36, Jesús fue hecho Señor y Cristo, pero eso fue antes
de que sufriera en el Calvario, pues, antes de eso Tomás se dirigió a él como
"mi Señor y mi Dios". Si Tomás tenía razón, el Sr. Anderson se equivoca, pues

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si Dios hizo a Jesús Señor y Cristo antes de Pentecostés, cuando no existía el
reino que el Sr. Anderson afirma ahora que existe, seguramente eso significa
algo.

PREGUNTAS CRUZADAS
Anderson pregunta a Nisbet
Anderson: ¿Admite, Sr. Nisbet, que Cristo está en el trono de Dios?

Nisbet: Está sentado a la derecha del trono.

Anderson: ¿Con todo el poder del cielo?

Nisbet: ¿Con qué poder?

Anderson: ¿Niegas todo el poder entonces?

Nisbet: No lo sé, pero quiero saber qué poder incluye.

Anderson: Por favor, no me interrumpirá haciendo preguntas. Si dejara de


discutir, avanzaríamos mucho más rápido. ¿Niega usted que Cristo tiene todo el
poder del cielo?

Nisbet: ¿Todo qué poder?

Anderson: ¿Por encima de los hombres y los ángeles?

Nisbet: No, pero mantengo que—

Anderson: Supongamos que se calla mientras yo hago mis preguntas. ¿Dijo


anoche que David era el rey?

Nisbet: David era el rey de Israel.

Anderson: ¿Y Jesús se sienta ahora en el trono de Dios?

Nisbet: Dije claramente que estaba sentado a la derecha del trono de Dios.

Anderson: ¿Y posee todo el poder en el cielo y en la tierra?

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Nisbet: Se niega a dejarme responder a esa pregunta a mi manera.

Anderson: ¿Es el Señor el rey de toda la tierra?

Nisbet: Como príncipe de la era de los apóstoles—

Anderson: ¿Gobierna como un rey?

Nisbet: Como un rey o sacerdote para Dios su Padre.

Anderson: ¿Entonces ya no gobierna?

Nisbet: Gobernó como príncipe de los reyes de la tierra. Tiene mi significado


en Apocalipsis 1: 4: Juan a las Siete Iglesias.

Anderson: ¿El Cristo es sólo un príncipe?

Nisbet: Es mucho más que un príncipe. Es un príncipe que da redención. Actúa


en la capacidad de un capitán bajo un soberano.

Anderson: Entonces, ¿tiene el poder, pero no gobierna a nadie?

Nisbet: Simplemente gobierna de la misma manera que gobierna un capitán.

Anderson: Entonces, ¿es un rey y sin embargo no es un rey?

Nisbet: No. Yo digo que es—

Anderson: Si fue un rey, ¿por qué no lo es ahora?

Nisbet: Es un rey sin reino. Tiene un reino, pero todavía no está aquí.

Anderson: En Hechos 5: 31, se encuentra: "A éste ha exaltado Dios con su


diestra para que sea Príncipe y Salvador, a fin de dar a Israel el arrepentimiento
y el perdón de los pecados". ¿Puede ejercer el gobierno divino ahora?

Nisbet: ¿Qué quiere decir con el “gobierno divino”?

Anderson: ¿Sostiene que Dios es lo más alto?

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Nisbet: No hay ninguno más alto.

Anderson: ¿Y aunque Jesús está sentado en el trono de Dios?

Nisbet: Lo niego. Usted pone repetidamente palabras en mi boca. Admito que


Jesús tenía todo el poder en el cielo y en la tierra, pero no está en el trono de
Dios.

Anderson: Si tiene todo el poder en el cielo y en la tierra, ¿qué poder no tiene?

Nisbet: Lo explicaré en mi discurso. No me permitirá responder a las preguntas


a mi manera.

Anderson: Si Cristo está sentado a la derecha de su Padre, ¿por qué no tiene


poder para ejercer el reinado más alto?

Nisbet: Tiene el derecho de ejercerlo cuando llegue el momento de Dios.

Nisbet pregunta a Anderson


Nisbet: En Colosenses 1:13, dijo que me referí a Pablo y Timoteo como
compartiendo el perdón, pero no a los colosenses. ¿Cree usted que excluí a los
colosenses?

Anderson: Le pregunté si el versículo 14 se aplicaba también a los apóstoles, y


usted dijo que sí, pero que los colosenses no recibieron el perdón de los pecados.

Nisbet: ¿Dije que los colosenses no habían recibido el perdón de los pecados?

Anderson: Usted dijo que ese versículo se refería a los apóstoles y sólo a los
apóstoles.

Nisbet: ¿Dije que los colosenses no estaban incluidos?

Anderson: Entendí por lo que dijo que los colosenses no estaban incluidos.

Nisbet: ¿Y dije que no estaban incluidos?

Anderson: Entendí que decías eso.

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[El Sr. Nisbet apeló a su presidente para que el Sr. Anderson respondiera a la
pregunta de forma más directa, y el presidente dijo que el Sr. Anderson había
interpretado sus palabras tal y como le parecieron en ese momento]

Nisbet: Significa simplemente que el Sr. Anderson no está preparado para


responder a mi pregunta. ¿Se distinguen aquí los colosenses de los apóstoles?

Anderson: A veces.

Nisbet: ¿Admites que el octavo verso los incluye?

Anderson: No los excluye.

Nisbet: En el noveno verso, ¿el "vosotros" se refiere a los colosenses?

Anderson: Sí.

Nisbet: ¿Y el décimo verso todavía los incluye?

Anderson: Sí.

Nisbet: El duodécimo verso dice: "Dando gracias al Padre, que nos ha hecho
partícipes de la herencia de los santos en la luz". ¿Incluye eso a los colosenses?

Anderson: Somos nosotros los que damos las gracias.

Nisbet: ¿El "nosotros dando gracias" se refiere a los colosenses?

Anderson: Sí.

Nisbet: Entonces toma el verso trece: "Quien nos ha librado del poder de las
tinieblas y nos ha trasladado al reino de su querido hijo". ¿A quién se refiere el
"nosotros" ahí?

Anderson: Usted debe tomar el contexto.

Nisbet: Bien, usted ha alegado que en el duodécimo verso los "nosotros dando
gracias" son los colosenses. ¿Significa esto que "nosotros" hemos sido liberados
del poder de las tinieblas, y hemos sido trasladados al reino de su amado Hijo?

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Anderson: Eso no se niega.

Nisbet: ¿Entonces estos versos sólo se refieren a los colosenses?

Anderson: No necesariamente se refieren a ellos solamente.

Nisbet: ¿Crees que Cristo tiene autoridad para conceder la remisión de los
pecados?

Anderson: Eso no se niega.

Nisbet: Tomemos ahora 1ª Corintios, 15: 23: "…cada uno en su orden, Cristo
las primicias, después los que son de Cristo en su venida. Entonces vendrá el
fin, cuando entregue el reino a Dios, al Padre". ¿Admite que entre su venida y
el "entonces", cuando el reino será entregado, hay un período de 1 000 años?

Anderson: No admito tal cosa.

PRIMERA RÉPLICA – JAMES ANDERSON


El Sr. Nisbet ha dado a Cristo una cierta cantidad de autoridad, pero no dijo
cuánto había dejado fuera, aunque admitió que tenía toda la autoridad en el cielo
y en la tierra, y que estaba sentado a la derecha del trono de Dios. Según el Sr.
Nisbet, su poder aún no es completo. No sé qué más poder puede tener, y por
qué no es tan grande ahora como lo será.

Según el Sr. Nisbet, Cristo tiene que reinar 1 000 años en la tierra después de
venir, y luego entregar el reino al Padre. Viene en fuego ardiente para vengarse
de los malvados y castigarlos con la destrucción eterna. Al mismo tiempo
glorifica a los santos. ¿Cómo puede haber 1 000 años de un estado de carne y
hueso después de eso? Cuando venga, los cielos pasarán con gran estruendo, y
los elementos se fundirán con ardor, y la tierra y las obras que hay en ella serán
quemadas. ¿Cómo puede haber 1 000 años en esta tierra después de eso?

El Sr. Nisbet aplicó la parábola del trigo y la cizaña al final del reino judío, pero
se aplica a la actualidad, cuando el trigo y la cizaña crecen juntos. Cuando Cristo
venga, separará a los malvados de los justos. La afirmación del Sr. Nisbet de
que el trigo y la cizaña se refieren al final del reino judío es absurda. En la
parábola el que sembró la buena semilla es el Hijo del Hombre. En el reino judío
era la palabra de Moisés la que daba una posición o no. ¿Los justos brillaron

45
como el sol sobre y después de la destrucción de Jerusalén? Si el Sr. Nisbet tiene
razón, ¿cómo podrían brillar como el sol en el reino de su Padre cuando dice
que no había ningún reino después de eso para que brillaran? Esto encaja ahora
y en el futuro, no encaja en nada más. En Mateo 13:47, leemos:

Además, el Reino de los Cielos es como una red que se echa en el mar, y se recoge
de toda clase; la cual, cuando está llena, se saca a la orilla y se sienta, y se recoge lo
bueno en vasijas, pero se echa lo malo. Así será en el fin del mundo: saldrán los
ángeles y separarán a los malos de los justos, y los echarán en el horno; allí será el
llanto y el crujir de dientes.

En la actualidad los justos y los impíos viven juntos, pero en la próxima


dispensación estarán separados. Tomemos el versículo treinta y uno del mismo
capítulo:

Otra parábola les expuso diciendo: El Reino de los cielos es semejante a un grano de
mostaza que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual, a la verdad, es la más
pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hierbas, y
se convierte en árbol, de modo que las aves del cielo vienen y se posan en sus ramas.

El reino del que aquí se habla comenzó lentamente, pero el próximo reino
vendrá como un relámpago; vendrá como el diluvio vino sobre Noé, y como la
destrucción vino sobre Sodoma. Supongamos ahora que tomamos el tercer
versículo del mismo capítulo.

Otra parábola les dijo: El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que una mujer
tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó leudado.

El cristianismo comenzó siendo algo pequeño. Ahora es una poderosa


influencia en la tierra, y cuando el Señor vuelva, vendrá a administrar justicia.
Cristo mientras tanto, sostengo, se sienta en el trono de su padre, y si se sienta
allí lo hace con permiso, y tiene toda la autoridad en el cielo y en la tierra.

PRIMERA RÉPLICA – THOMAS NISBET


Mi propósito esta noche ha sido exponer ante ustedes la simple verdad tal como
es en Cristo, y ahora deseo dirigir su atención a diferentes épocas que, en mi
opinión, marcaron diferentes manifestaciones del reino. Hubo la era mosaica,
que fue seguida por la era apostólica. Cuando se le pidió a Jesús una señal de
cuándo sería el fin del mundo, se le pidió una señal de cuándo terminaría la era
judía, pues la palabra aquí traducida como "mundo" significa "era" (aion), y no

46
tiene referencia a la tierra material. Esta era comenzó bajo Moisés con "un reino
de sacerdotes y una nación santa". Continuó bajo los jueces, hasta que el pueblo
pidió un rey, y Dios les dio a Saúl, quien fue seguido por David, quien, se nos
dice, se sentó en el trono del Reino del Señor. El Reino de Dios existía, pues,
en el reino de Israel. Dios era su rey. Así, David gobernó para Dios, al igual que
los que le sucedieron en el trono. Mientras el pueblo fue obediente a Dios todo
le fue bien, pero cuando se apartó de los caminos correctos Dios retiró su poder,
y sus enemigos los vencieron. Los reinos de Israel y de Judá—pues el reino se
dividió bajo Jeroboam y Roboan—continuaron con distinta fortuna durante
muchos años. El reino de Israel cesó bajo Sedequías, mientras que el reino de
Judá continuó existiendo, pero posteriormente los judíos pasaron a un estado de
vasallaje a Roma, y finalmente la mancomunidad de Judá cesó en "el fin del
mundo"—alrededor del año 70 d.C.—cuando el templo fue destruido con la
ciudad, y multitudes de judíos perecieron a manos de los romanos. Así, "el
Reino de Dios les había sido quitado" para ser "dado a una nación que produjera
sus frutos". Ese reino fue dado a Jesús como rey, y a los apóstoles como
administradores del poder, y ejercido por ellos según la voluntad de Dios. Así,
Jesús pudo decir: "Si por el dedo de Dios expulso los demonios, sin duda el
Reino de Dios ha llegado a vosotros". Así, también pudo decir, en referencia a
los doce, Mateo 11: 11: "En verdad os digo que entre los nacidos de mujer no
se ha levantado uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño
en el Reino de los Cielos es mayor que él." Si el Sr. Anderson dice que el reino
nunca pasó por ningún cambio y que no existía antes de que Juan el Bautista
fuera muerto, tendrá alguna dificultad para explicar estos pasajes.

PREGUNTAS CRUZADAS
Anderson pregunta a Nisbet
Anderson: ¿Cuándo crees que las leyes de Moisés dejaron de ser obligatorias
para el pueblo de Dios?

Nisbet: Cuando el templo dejó de existir.

Anderson: ¿Son estas leyes vinculantes ahora?

Nisbet: No.

Anderson: Supongamos que usted hubiera vivido después de que Cristo


muriera y resucitara, ¿las leyes de Moisés habrían sido vinculantes para usted?

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Nisbet: No; las leyes de Moisés nunca fueron obligatorias para los gentiles.

Anderson: ¿Las leyes de Moisés fueron alguna vez obligatorias para el pueblo
de Cristo?

Nisbet: Mientras existía la dispensación judía, eran vinculantes para los judíos.

Anderson: ¿No cree que fuera después de la muerte de Cristo que la ley de
Moisés dejó de ser obligatoria?

Nisbet: No, no creo que la ley de Moisés terminara entonces. Era absolutamente
necesario que hubiera algún tipo de ley nacional antes de la destrucción del
Templo. Hasta ese período la ley de Moisés hizo el trabajo de Dios.

Anderson: ¿No admite que desde el momento de la resurrección del Señor la


ley de Moisés ya no era obligatoria?

Nisbet: Ya he respondido a esa pregunta. Mientras existía la dispensación judía,


eran vinculantes para los judíos.

Anderson: Concediendo que estamos sirviendo a Cristo, ¿tenía Juan el


Bautista, viviendo, como usted dice, en la dispensación judía, alguno de los
beneficios de la dispensación cristiana?

Nisbet: Me temo que esa pregunta es demasiado complicada.

Anderson: Yo también tenía miedo de eso. ¿Tenemos bendiciones y privilegios


que Juan el Bautista no tuvo oportunidad de disfrutar?

Nisbet: No sé que tengamos. Sé que los apóstoles tenían.

Anderson: ¿Lo niega?

Nisbet: Simplemente no lo admito.

Anderson: ¿Juan el Bautista fue el precursor de Cristo?

Nisbet: Sí.

Anderson: ¿Y como tal, por supuesto, vivió antes de la venida de Cristo?

48
Nisbet: Sí.
Anderson: ¿Entonces tenemos bendiciones y privilegios que Juan el Bautista
no tuvo oportunidad de disfrutar?

Nisbet: No estoy dispuesto a admitirlo.

Anderson: ¿Habría sido obligatoria la ley de Moisés si hubiera vivido después


de la muerte de Cristo?

Nisbet: No sé nada de eso más allá de que no era vinculante para los creyentes.

Anderson: ¿Admite diferentes aspectos del reino?

Nisbet: Sí.

Anderson: ¿Y usted dijo que este aspecto del reino llegó a existir cuándo?

Nisbet: No soy consciente de haber declarado ninguna hora en particular.

Anderson: Estoy haciendo una pregunta ¿Admite usted que este aspecto del
reino llegó a existir cuando a Cristo se le dio toda la autoridad en el cielo y en
la tierra, con el poder de conceder el perdón de los pecados?

Nisbet: El perdón de los pecados no entra en la cuestión en absoluto. Es un tema


totalmente distinto al del reino.

Anderson: ¿Este aspecto surgió con Juan el Bautista?

Nisbet: Dije que había aspectos del reino, pero nunca dije que esto fuera un
aspecto del reino.

Nisbet pregunta a Anderson


Nisbet: ¿Cree usted que hasta el final de la dispensación judía existieron
diferentes fases del Reino de Dios?

Anderson: Lo acepto a grandes rasgos.

Nisbet: ¿Admite que una comenzó cuando la otra terminó?

Anderson: Sí.

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Nisbet: ¿Cree usted que estas eran las edades?

Anderson: En general, lo eran.

Nisbet: Entonces, ¿cree que el diluvio fue una época del Reino de Dios?

Anderson: No creo que sea así.

Nisbet: ¿Está de acuerdo conmigo en que los períodos que he mencionado


fueron épocas del Reino de Dios?

Anderson: Nunca los llamé edades.

Nisbet: ¿No admite que lo sean?

Anderson: Nunca dije que lo fueran.

Nisbet: ¿He dicho alguna vez que la era mosaica no incluía una manifestación
del Reino de Dios?

Anderson: Anoche le entendí decir que ciertas personas estaban en el reino.

Nisbet: ¿Entiende ahora que creo que durante la era mosaica hubo una
manifestación del Reino de Dios?

Anderson: Entendí que decías que el aspecto que se presentaba del Reino de
Dios entre los hombres se manifestaba de otra manera que en la tierra.

Nisbet: Suponiendo que ahora preste atención a Efesios 2:5, leerá lo siguiente:

Aun cuando estábamos muertos en pecados, nos dio vida junto con Cristo (por gracia
habéis sido salvados) y nos resucitó juntos en los lugares celestiales en Cristo Jesús.
Para mostrar en los siglos venideros las extraordinarias riquezas de su gracia en su
bondad para con nosotros por medio de Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos
por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.

¿Incluye "vosotros" a los apóstoles?

Anderson: Incluye a aquellos sobre los que está escrito.

Nisbet: ¿Entonces no son los apóstoles los que se salvan por gracia?

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Anderson: No.

Nisbet: Y, sin embargo, cuando cito a Colosenses 1:13, ¿admite que lo que está
escrito no excluye a los apóstoles?

Anderson: Usted me malinterpreta. No he dicho que los apóstoles no se


salvaran.

Nisbet: En lo que respecta al pasaje, lo hizo. Tome el duodécimo verso del


capítulo anterior de Efesios: "Para que seamos para alabanza de su gloria, los
que primero confiaron en Cristo". ¿Está usted dispuesto a decir que eso no se
aplica exclusivamente a los apóstoles?

Anderson: No tengo ningún deseo de hacerlo.

Anderson pregunta a Nisbet


Anderson: ¿Admite que David se sentó en el trono de Dios?

Nisbet: Quiere decir que Dios renunció a reinar.


Anderson: ¿Admite que se sentó como rey?

Nisbet: En lo que respecta al trono terrenal, sí.

Anderson: ¿Jesús está ahora a la derecha del trono de Dios?

Nisbet: Sí.

Anderson: Si el hecho de sentarse allí previamente hizo a David un rey, no veo


por qué Jesús no debería ser un rey también.

Nisbet: Todavía no es el momento.

Anderson: ¿Entonces Cristo ha perdido toda la autoridad y el poder?

Nisbet: Nunca he dicho que haya perdido toda la autoridad y el poder. Su poder
no se manifiesta como en la época apostólica.

Anderson: ¿Qué razón hubo para que Cristo no fuera hecho rey cuando ocupó
el lugar de David a la derecha del trono de Dios?

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Nisbet: No puedo dar ninguna razón a no ser que su reino no haya llegado
todavía.

Anderson: ¿Cree usted que sólo Dios da el perdón de los pecados?

Nisbet: Cristo tenía el poder investido, pero mientras tanto sólo actúa como
intercesor.

Anderson: Viendo que Cristo es un príncipe, y se sienta en el trono de Dios,


¿cómo no es un rey?

Nisbet: ¿He dicho que no es un rey? Nació como rey, pero aún no se sienta en
el trono de su padre David. Lo he dicho repetidamente, y se ahorraría una buena
cantidad de tiempo si lo recordara. Él es un rey en lo que respecta al poder, pero
todavía no ha llegado a Su reino. Es como uno que "ha ido a un país lejano para
recibir un reino y volver". Tomará posesión cuando regrese.

Nisbet pregunta a Anderson


Nisbet: ¿Está el trono de David en el cielo?

Anderson: No.

Nisbet: ¿Está Cristo sentado en el trono de su padre David?

Anderson: Fue colocado allí por Dios. Cristo está sentado en el trono de Dios.

Nisbet: ¿Está el trono de David en el cielo?

Anderson: El trono de David no está ahora en ninguna parte.

Nisbet: Entonces, ¿cómo está Cristo sentado en él?

Anderson: Simplemente de la manera que expliqué.

Nisbet: Eso es en cualquier lugar. ¿Está el trono de David en el cielo?

Anderson: El trono en el que se sentó David no está en el cielo.

Nisbet: ¿Te refieres al trono material?

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Anderson: Entendí que eso era lo que quería decir con su pregunta.

Nisbet: ¿Crees que Jesús está sentado en el trono de su padre David?

Anderson: Sí, está sentado en el trono de su Padre.

Nisbet: Todo el argumento de mi amigo es que Cristo subió directamente al


cielo, y su reino comenzó a existir. Trata de encontrar apoyo a su caso afirmando
que antes del tiempo de Cristo, David se sentó en el trono de Dios. Pero no había
tal reino en ese tiempo. ¿Cree que en el Reino de los Cielos Cristo está ahora
sentado en el trono de David?

Anderson: Sí.

Nisbet: ¿Y crees que habrá algún final para el reino?

Anderson: Este reino llegará a su fin, pero hay un reino que viene que no tendrá
fin.

CONCLUSIÓN – JAMES ANDERSON


El Sr. Nisbet cree que tendré grandes dificultades con Juan el Bautista. Confieso
que no tengo ninguna dificultad. Juan el Bautista predicó en la dispensación
judía, en consecuencia, el más pequeño en el reino que estaba a la mano era
mayor que Juan. Decir que el más pequeño en el Cielo era más grande que Juan
el Bautista sería sostener algo totalmente absurdo. Juan el Bautista fue el
precursor de Cristo, y seguramente cualquiera que viviera en la segunda
dispensación, cuando el Reino de Dios que Juan predicaba como cercano había
llegado, disfrutaba de una bendición mayor y más grandiosa que la que Juan
podía disfrutar. David gobernó sobre el pueblo de Dios en la última
dispensación; Cristo se sienta en el trono de su Padre y gobierna a su pueblo en
esta dispensación. Las leyes de Moisés eran obligatorias para el pueblo de Dios
en los días de Juan el Bautista, pero llegó un momento en que ya no eran
obligatorias. A pesar de todo lo que ocurrió en el momento de la resurrección y
ascensión de Cristo, el señor Nisbet no permitirá que se establezca entonces un
reino. Iba a decirnos cuándo llegó a su fin el reino en el que estaban los
apóstoles, pero no lo hizo, y ahora es demasiado tarde para introducir cualquier
asunto nuevo en el debate.

53
No ha dicho nada para sacudir las grandes verdades del Evangelio que Juan el
Bautista predicó como cercanas, y no ha ido a sacudir el hecho de que Cristo
está a la diestra de Dios, teniendo todo el poder en el cielo y en la tierra. Nunca
trató de controvertir esos pasajes, sino que los dejó muy severamente. Dice que
Cristo tiene todo el poder, pero ninguna autoridad para ejercerlo. Aunque Cristo
tiene poder para salvar ahora y poder para juzgar en el último día, yo sostengo
que está reinando ahora, y las Escrituras están a mi favor, pues Jesús dijo
después de su resurrección: "Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra."

No tengo ninguna dificultad con el reino futuro. Acepto el reino con la gloria
futura, y creo que en la dispensación futura los justos brillarán como el sol en
el reino de su Padre, y la cizaña será arrojada al fuego.

Al tratar de los Colosenses, el Sr. Nisbet cometió un fracaso muy miserable. En


ese punto permitió que los apóstoles entraran en el reino, pero ni antes ni
después se ha admitido a nadie, aunque Dios tiene leyes y súbditos en la tierra,
y Jesús se sienta en el trono del Cielo. Este informe posiblemente se imprimirá,
y los partidarios del Sr. Nisbet verán que si Cristo tuvo un reino entonces debe
tener un reino ahora, con todo el poder en el cielo y en la tierra. No ha habido
ningún cambio en el gobierno desde aquel tiempo hasta este, y si tuvo un reino
entonces tiene un reino ahora.

[El Sr. Anderson estaba a punto de hacer una declaración sobre el reino material
gobernado por David, cuando el Sr. Nisbet se levantó y sostuvo que no se debía
permitir al Sr. Anderson entrar en ese aspecto de la cuestión. Él (el Sr. Nisbet)
no había hecho ninguna referencia al reino material]

Anderson: Estoy haciendo una declaración.

Nisbet: Me opongo a ello, y pido a su presidente que se pronuncie.

[El presidente decidió que el Sr. Anderson no podía introducir ningún asunto
nuevo en el debate]

Anderson: El Reino de Dios, siendo gobernado desde el trono de Dios, no


impide que sea un reino. Estoy bastante satisfecho de que haya aspectos de esto
en el Nuevo Testamento. En Juan 18 Jesús dijo: "Mi reino no es de este mundo"
Estoy convencido de que ahora existe un reino mucho más alto, mucho más
grande que el que existía en los días de Juan el Bautista, y cuando surgió había
muchos preparados para aceptar al Señor Jesucristo como su Rey y Gobernante.

54
Para entrar en este reino hay que nacer de nuevo, y yo sostengo que esa es una
bendición mayor y más completa de la que jamás disfrutó Juan el Bautista.
Muchos de los grandes y nobles súbditos de Cristo estaban dispuestos a morir
por Él, y muchos estaban dispuestos a darlo todo por Él. En el reino que afirmo
que existe ahora no hay nada defectuoso, no tiene nada que desear, y el señor
Nisbet no ha hecho tambalear ni un ápice mi afirmación de que Jesús reina. He
demostrado que Jesús tiene todo el poder en el cielo y en la tierra, con leyes y
súbditos, y corresponde al Sr. Nisbet decir qué impide que eso sea un reino.

CONCLUSIÓN – THOMAS NISBET


El Sr. Anderson ha dicho que es probable que este informe vaya a la imprenta.
Bien, esto es generalmente una cuestión de acuerdo entre los contendientes, y
aunque no tengo ninguna objeción al informe, quiero decir que no hemos dado
ninguna autoridad para ello. Sin embargo, creo que es justo que se me permita
revisar mi parte antes de que el informe se haga público.

Anderson: Si no se le consultó, la culpa no es mía. Hace tiempo escribí a mi


comisión sobre la consulta a la otra parte en relación con la información del
debate. En lo que a mí respecta, el Sr. Nisbet podrá revisar sus propias
intervenciones.

Nisbet: Mi comisión fue informada sobre la posibilidad de que el debate fuera


reportado, pero la otra parte dio órdenes para los reporteros antes de esperar a
tener nuestra respuesta.

Sr. Neice: [Desde el cuerpo de la sala] Niego esa afirmación.

Nisbet: No me opongo al informe, y estoy bastante dispuesto a renunciar a


cualquier derecho que pueda tener, pero ahora que el Sr. Anderson ha prometido
que se me permitirá revisar mi parte del debate, no hace falta decir nada más.

El Sr. Anderson había dicho que Jesús dijo una vez: "Mi reino no es de este
mundo". Cristo tenía un reino, asegura el Sr. Anderson, pero no fue hasta el día
de Pentecostés que llegó a existir. Fue durante su ministerio que Cristo usó estas
palabras, así que si Él tenía un reino entonces no requirió esperar hasta el día de
Pentecostés para revelarlo. Según el Sr. Anderson, parecería que Cristo tenía un
reino en alguna parte de su manga, que no produjo hasta el día de Pentecostés.
El Sr. Anderson me acusó de confundir la cuestión, pero él ha hecho que esa

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cuestión se confunda peor cuando cita a Jesús para decir: "Mi reino no es de
este mundo". El reino llegó a existir gradualmente, no en el día de Pentecostés.

El Sr. Anderson habló mucho de que Cristo poseía toda la autoridad y el poder,
pero no presentó ningún argumento factible para demostrar que, en algún
momento, incluso en su posición exaltada, hubiera ejercido estos poderes. Jesús
estaba ante el pueblo en la relación de su Salvador, y hasta que llegara el
momento de tomar posesión de su reino, ocuparía una posición subordinada.

El Sr. Anderson me había acusado de no apoyar mis argumentos con pasajes de


las Escrituras. Difícilmente creo que eso sea necesario cuando, como admite el
Sr. Anderson, el reino, que yo sostengo que aún no ha llegado, creció
gradualmente desde comienzos muy pequeños. El reino no vendrá hasta que
Cristo regrese, y entonces tomará el gobierno de sus enemigos, y cuando "el
reino de este mundo se convierta en el reino de nuestro Señor, reinará por los
siglos de los siglos", y de su reino no habrá fin. Entonces ocupará una posición
más alta que la que ocupó su padre David. Mi argumento es que el reino de Dios
siempre ha existido, pero que de vez en cuando se han producido diversos
cambios: ha aparecido y desaparecido; pero viene para quedarse. El Reino de
Dios es un reino eterno, y cuando el reino del hombre deje de existir, el Reino
de Dios ocupará su lugar. Entonces brillará el justo y se desarraigará el impío.
Estos son asuntos que exigen una investigación muy seria, y aunque no espero
que todos coincidamos en todos los puntos de las Escrituras, creo que
deberíamos estar de acuerdo en esta gloriosa verdad del Antiguo y del Nuevo
Testamento. Si en esta discusión he mostrado algún calor indebido hacia mi
oponente, espero que lo pase por alto.

[Tras indicar el presidente que el debate ha concluido, el Sr. Nisbet propone un


voto de agradecimiento a los presidentes, y el Sr. Anderson lo secunda]

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La existencia de Dios
Frederick Copleston
contra
Bertrand Russell

BBC Radio Debate


28 de enero de 1948

El autor de la traducción es desconocido


Transcripción en inglés:
http://www.scandalon.co.uk/philosophy/cosmological_radio.htm

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INTRODUCCIÓN
Copleston: Como vamos a discutir aquí la existencia de Dios, quizás sería
conveniente llegar a un acuerdo provisional en cuanto a lo que entendemos por
el término «Dios». Presumo que entendemos un ser personal supremo, distinto
del mundo y creador del mundo. ¿Está de acuerdo, al menos provisionalmente,
en aceptar esta declaración como significado de la palabra «Dios»?

Rusell: Sí, acepto esa definición.

Copleston: Bien, mi posición es la posición afirmativa de que tal ser existe


realmente y que Su existencia puede ser probada filosóficamente. Quizás podría
decirme si su posición es la del agnosticismo o el ateísmo. Quiero decir, ¿cree
que puede probarse la no existencia de Dios?

Rusell: No, yo no digo eso: mi posición es agnóstica.

Copleston: ¿Está de acuerdo conmigo en que el problema de Dios es un


problema de gran importancia? Por ejemplo, ¿está de acuerdo en que, si Dios
no existe, los seres y la historia humanos pueden no tener otra finalidad que la
finalidad que ellos decidan elegir, lo cual, en la práctica, significaría la finalidad
que impusieran los que tienen poder para imponerla?

Rusell: Hablando en términos generales, sí, aunque tuviera que poner alguna
limitación a su última cláusula.

Copleston: ¿Cree que, si no hay Dios, si no hay un Ser absoluto, puede haber
valores absolutos? Quiero decir, ¿cree que, si no hay un bien absoluto, el
resultado es la relatividad de los valores?

Rusell: No, creo que esas cuestiones sean lógicamente distintas. Tome, por
ejemplo, la obra de G. E. Moore, Principia Ethica, donde él sostiene que hay
una diferencia entre bien y mal, que ambas cosas son conceptos definidos. Pero
no saca a relucir la idea de Dios en apoyo de su afirmación.

Copleston: Bueno, dejemos para más tarde la cuestión del bien, hasta que
lleguemos al argumento moral, y antes daré un argumento metafísico. Querría
destacar principalmente el argumento metafísico basado en el argumento de
Leibniz de la «contingencia», y luego discutiremos el argumento moral. ¿Quiere
que haga una breve exposición sobre el argumento metafísico, y luego pasemos
a discutirlo?

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Rusell: Ése me parece un buen plan.

DISCUSIÓN SIN MODERADOR


El argumento de contingencia
Copleston: Bien, para aclarar, dividiré el argumento en distintas fases. En
primer lugar, diría, sabemos que hay, al menos, ciertos seres en el mundo que
no contienen en sí mismos la razón de su existencia. Por ejemplo, yo dependo
de mis padres, y ahora del aire, del alimento, etc. Segundo, el mundo es
simplemente la totalidad o el conjunto real o imaginado de objetos individuales,
ninguno de los cuales contiene sólo en sí mismo la razón de su existencia. No
hay ningún mundo distinto de los objetos que lo forman, así como la raza
humana no es algo aparte de sus miembros. Por lo tanto, diría pues que existen
objetos y acontecimientos, y como ningún objeto de experiencia contiene dentro
de sí mismo la razón de su existencia, esta razón, la totalidad de los objetos,
debe tener una razón fuera de sí misma. Esa razón tiene que ser un ser existente.
Bien, ese ser es la razón de su propia existencia o no lo es. Si lo es, enhorabuena.
Si no lo es, tenemos que seguir adelante. Pero si procedemos en este sentido
hasta el infinito, entonces no hay explicación de la existencia. Así, diría, con el
fin de explicar la existencia, tenemos que llegar a un ser que contiene en sí
mismo la razón de su existencia, es decir que no puede no existir.

Rusell: Eso plantea muchas cuestiones y no es del todo fácil saber por dónde
empezar, pero creo que, quizás, respondiendo a su argumento, el mejor modo
de empezar es la cuestión del ser necesario. La palabra «necesario», a mi
entender, sólo puede aplicarse significativamente a las proposiciones. Y, en
realidad, sólo a las analíticas, es decir, a las proposiciones cuya negación supone
una contradicción manifiesta. Yo sólo podría admitir un ser necesario si hubiera
un ser cuya existencia sólo pudiere negarse mediante una contradicción
manifiesta. Querría saber si usted acepta la división de Leibniz de las
proposiciones en verdades de razón y verdades de hecho. Si acepta las primeras,
las verdades de razón, como necesarias.

Copleston: Bien, yo, desde luego, no suscribo lo que parece ser la idea de
Leibniz sobre las verdades de razón y las verdades de hecho, ya que, al parecer,
para él, a la larga, sólo hay proposiciones analíticas. Al parecer, para Leibniz,
las verdades de hecho se pueden reducir en último término a verdades de razón.
Es decir, a proposiciones analíticas, al menos para la mente omnisciente. Yo no
estoy de acuerdo con eso. Por un lado, no se corresponde con los requisitos de
la experiencia de la libertad. Yo no deseo apoyar toda la filosofía de Leibniz.

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Me he valido de su argumento de la contingencia para el ser necesario, basando
el argumento en el principio de la razón suficiente, simplemente porque me
parece una formulación breve y clara de lo que es, en mi opinión, el argumento
metafísico fundamental de la existencia de Dios.

Rusell: Pero, a mi entender, “una proposición necesaria” tiene que ser analítica.
No veo qué otra cosa puede significar. Y las proposiciones analíticas son
siempre complejas y lógicamente algo lentas. “Los animales irracionales son
animales” es una proposición analítica; pero una proposición como “Esto es un
animal” no puede ser nunca analítica. En realidad, todas las proposiciones que
pueden ser analíticas son un poco lentas en la construcción de proposiciones.

Copleston: Tomemos la proposición “Si hay un ser contingente, entonces hay


un ser necesario”. Considero que esa proposición, hipotéticamente expresada,
es una proposición necesaria. Si va a llamar proposición analítica a toda
proposición necesaria, entonces, para evitar una discusión sobre terminología,
convendré en llamarla analítica, aunque no la considero una proposición
tautológica. Pero la proposición es sólo una proposición necesaria en el
supuesto de que exista un ser contingente. El que exista realmente un ser
contingente tiene que ser descubierto por experiencia, y la proposición de que
existe un ser contingente no es ciertamente una proposición analítica, aunque,
como usted sabe, yo una vez sostuve que, si hay un ser contingente,
necesariamente hay un ser necesario.

Rusell: La dificultad de esta discusión estriba en que yo no admito la idea de


un ser necesario, y no admito que tenga ningún significado particular el llamar
«contingentes» a otros seres. Estas frases no tienen para mí significado más que
dentro de una lógica que yo rechazo.

Copleston: ¿Quiere decir que rechaza usted estos términos porque no encajan
en lo que se denomina “lógica moderna”?

Rusell: Bien, no les encuentro significación. La palabra “necesario” me parece


una palabra inútil, excepto cuando se aplica a proposiciones analíticas, no a
cosas.

Copleston: En primer lugar, ¿qué entiende por “lógica moderna”? Que yo sepa,
hay sistemas un poco diferentes. En segundo lugar, no todos los lógicos
modernos reconocen seguramente la falta de sentido de la metafísica. De todos
modos, ambos sabemos que había un pensador moderno muy eminente, cuyos

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conocimientos de lógica moderna eran bien profundos, que no pensaba
ciertamente que la metafísica carece de sentido o, en particular, que el problema
de Dios carece de sentido. De nuevo, aunque todos los lógicos modernos
sostuvieran que los términos metafísicos carecen de sentido, eso no significaría
que tuviesen razón. La proposición de que los términos metafísicos carecen de
sentido me parece una proposición basada en una supuesta filosofía. La
proposición dogmática que hay detrás de ella parece ser ésta: lo que no cabe
dentro de mi máquina no existe, o carece de sentido; es la expresión de la
emoción. Sencillamente, estoy tratando de destacar que cualquiera que afirma
que un sistema particular de lógica moderna es el único criterio sensato, afirma
algo súper dogmático; insiste dogmáticamente en que una parte de la filosofía
es toda la filosofía. Después de todo, un ser «contingente» es un ser que no tiene
en sí mismo la completa razón de su existencia, que es lo que yo entiendo por
ser contingente. Usted sabe, tan bien corno yo, que no puede ser explicada la
existencia de ninguno de nosotros sin referencia a algo o alguien fuera de
nosotros, nuestros padres, por ejemplo. Por el contrario, un ser «necesario»
significa un ser que tiene que existir y no puede dejar de existir. Puede decir
que no existe tal ser, pero le va a ser difícil convencerme de que no entiende los
términos que uso. Si no los entiende, ¿qué motivos tiene entonces para decir
que no existe ese ser, si es eso lo que dice?

Rusell: Bien, aquí hay puntos en los que no quiero profundizar. No sostengo en
absoluto que la metafísica carezca de sentido en general. Sostengo la falta de
sentido de ciertos términos particulares, no basándome en alguna razón general,
sino simplemente porque no he sido capaz de ver una interpretación de esos
términos particulares. No es un dogma general; es una cosa particular. Pero, por
el momento, dejo esos puntos. Y diré que lo que ha dicho nos lleva, a mi
entender, al argumento ontológico de que hay un ser cuya esencia implica
existencia, de forma que Su existencia es analítica. A mí eso me parece
imposible, y plantea, claro está, la cuestión de lo que uno entiende por
existencia, y, en cuanto a esto, pienso que no puede decirse nunca que un sujeto
nombrado existe significativamente, sino sólo un sujeto descrito. Y que la
existencia, en realidad, no es, definitivamente, un predicado.

Copleston: Bien, usted dice, me parece, que es mala gramática o, mejor dicho,
mala sintaxis el decir, por ejemplo, “T. S. Eliot existe”; debería decirse, por
ejemplo, “El autor de Asesinato en la Catedral existe”. ¿Va usted a decirme que
la proposición “La causa del mundo existe” carece de significado? Puede decir
que el mundo no tiene causa; pero yo no veo cómo puede decir que la
proposición «La causa del mundo existe» no tiene sentido. Póngalo en forma de

62
pregunta: “¿Tiene el mundo una causa?” “¿Existe la causa del mundo?” La
mayoría de la gente entendería seguramente la pregunta, aun cuando no estén
de acuerdo sobre la respuesta.

Copleston: Bien; realmente la pregunta “¿Existe la causa del mundo?” es una


pregunta con significado. Pero si dice “Sí, Dios es la causa del mundo”, emplea
a Dios como nombre propio; luego “Dios existe” no será una afirmación con
significado; ésa es la postura que yo defiendo. Porque, por lo tanto, se deduce
que no puede nunca ser una proposición analítica decir que esto o aquello existe.
Por ejemplo, supongamos que toma como tema “el círculo cuadrado existente”;
parecería una proposición analítica decir “el círculo cuadrado existente existe”,
pero no existe.

Copleston: No, no existe, pero no se puede decir que no existe hasta que se
tenga un concepto de lo que es la existencia. En cuanto a la frase “círculo
cuadrado existente” yo diría que carece absolutamente de significado.

Rusell: Completamente dé acuerdo. Entonces yo diría lo mismo en otro


contexto en lo que respecta a un “ser necesario”.

Copleston: Bien, parece que hemos llegado a un callejón sin salida. El decir
que un ser necesario es un ser que tiene que existir y no puede dejar de existir
tiene para mí un significado definido. Para usted carece de significado.

Rusell: Bien, podemos llevar el asunto un poco más lejos, me parece. Un ser
que tiene que existir y que no puede dejar de existir sería, según usted, un ser
cuya esencia supone existencia.

Copleston: Sí, un ser que es la esencia de lo que ha de existir. Pero yo no querría


discutir la existencia de Dios simplemente partiendo de la idea de Su esencia,
porque no creo que hasta ahora tengamos una clara intuición de la esencia de
Dios. Creo que tenemos que discutir partiendo de la experiencia del mundo
hasta llegar Dios.

Rusell: Sí, veo claramente la diferencia. Pero, al mismo tiempo, un ser con el
conocimiento suficiente podría decir: “¡Aquí está este ser cuya esencia supone
existencia!”

Copleston: Sí, ciertamente, si alguien viera a Dios, vería que Dios tiene que
existir.

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Rusell: Por eso digo que hay un ser cuya esencia supone existencia, aunque no
conozcamos esa esencia. Sólo sabemos que ese ser existe.

Copleston: Sí, yo añadiría que no conocemos la esencia a priori. Sólo a


posteriori, a través de nuestra experiencia del mundo, llegamos a un
conocimiento de la existencia de ese ser. Y entonces, uno se dice, la esencia y
la existencia tienen que ser idénticas. Porque si la esencia de Dios y la existencia
de Dios no son idénticas, entonces habría que buscar más allá de Dios alguna
razón suficiente de esta existencia.

Rusell: Luego, todo gira en torno a la cuestión de la razón suficiente y tengo


que declarar que no me ha definido aún la “razón suficiente” de un modo que
yo pueda comprenderla. ¿Qué entiende por razón suficiente? ¿No quiere decir
causal?

Copleston: No necesariamente. La causa es una especie de razón suficiente.


Sólo un ser contingente puede tener una causa. Dios es Su propia razón
suficiente; y Él no es la causa de Sí. Por razón suficiente, en sentido absoluto,
entiendo una explicación adecuada de la existencia de algún ser particular.

Rusell: Pero ¿cuándo es adecuada una explicación? Supongamos que yo me


dispongo a encender una cerilla. Usted puede decir que una explicación
suficiente es que la frote contra la caja.

Copleston: Bien, en lo que respecta a la práctica, sí, pero teóricamente esa es


sólo una explicación parcial. Una explicación adecuada tiene que ser en último
término una explicación total, a la cual no se puede añadir nada más.

Rusell: Entonces sólo puedo decir que usted busca algo que no se puede
conseguir, y que no debemos esperar conseguir.

Copleston: El decir que no se ha encontrado es una cosa; el decir que no debe


buscarse me parece demasiado dogmático.

Rusell: Bien, no lo sé. Quiero decir que la explicación de una cosa es otra cosa
que hace la otra cosa dependiente de otra cosa aún, y que hay que captar todo
este lamentable sistema de cosas para hacer lo que usted quiere, y eso no lo
podemos hacer.

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Copleston: ¿Pero me va a decir que no podemos o que no deberíamos siquiera
plantear la cuestión de la existencia de esta lamentable serie de cosas... de todo
el universo?

Rusell: Sí. No creo que tenga ningún sentido. Creo que la palabra “universo”
es una palabra útil con relación a algo, pero no creo que represente algo que
tenga un significado.

Copleston: Si la palabra carece de significado, no puede ser tan útil. De todas


maneras, no digo que el universo sea algo distinto de los objetos que lo
componen (ya lo indiqué en mi breve resumen de la prueba); lo que hago es
buscar la razón, en este caso la causa, de los objetos, cuya totalidad real o
imaginada constituye lo que llamamos universo. ¿Usted dice: yo creo que el
universo—o mi existencia si lo prefiere, o cualquier otra existencia—es
ininteligible?

Rusell: Primero voy a rebatir el punto de que si una palabra carece de sentido
no puede ser útil. Eso suena bien, pero no es verdad. Tomemos, por ejemplo, la
palabra “el” o “que”. Usted no puede indicarme ningún objeto con esos
significados, pero son muy útiles; yo diría lo mismo de “universo”. Pero
dejando eso aparte, usted pregunta si creo que el universo es ininteligible. Yo
no diría ininteligible; creo que no tiene explicación. Inteligible para mí es una
cosa diferente. Se refiere a la cosa en sí, intrínsecamente, y no a sus relaciones.

Copleston: Bien, mi criterio es que lo que denominamos mundo es


intrínsecamente ininteligible, aparte de la existencia de Dios. Verá, yo no creo
que el carácter infinito de una serie de acontecimientos—me refiero a una serie
horizontal, por así decirlo—, si ese carácter infinito pudiera ser probado, tenga
alguna relevancia. Si usted suma chocolates, obtendrá chocolates y no una
oveja. Si suma chocolates hasta el infinito, es presumible que obtendrá un
número infinito de chocolates. Así, si suma seres contingentes hasta el infinito,
seguirá obteniendo seres contingentes, no un ser necesario. Una serie infinita de
seres contingentes será, de acuerdo con mi modo de pensar, igualmente incapaz
de ser Su causa, como un solo ser contingente. Sin embargo, usted dice, según
creo, que no se puede plantear la cuestión de lo que explicaría la existencia de
cualquier objeto particular, ¿no es así?

Rusell: Sí, si entiende que explicarla es simplemente hallar su causa.

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Copleston: Bien, ¿por qué detenernos en un objeto particular? ¿Por qué no
presentar la cuestión de la causa de la existencia de todos los objetos
particulares?

Rusell: Porque no encuentro la razón para pensar que la hay. Todo concepto de
causa está derivado de nuestra observación de cosas particulares; no encuentro
ninguna razón para suponer que el total tenga una causa, cualquiera que sea.

Copleston: Bien, el decir que no hay causa no es lo mismo que decir que no
debemos buscar una causa. La afirmación de que no hay causa debería venir, si
viene, al final de la indagación, no al principio. En cualquier caso, si el total
carece de causa, entonces, a mi manera de ver, tiene que ser su propia causa, lo
que me parece imposible. Además, la afirmación de que el mundo existe,
aunque sólo sea como respuesta a una pregunta, presupone que la pregunta tiene
sentido.

Rusell: No, no necesita ser su propia causa; lo que digo es que el concepto de
causa no es aplicable al total.

Copleston: Entonces, ¿está de acuerdo con Sartre en que el universo es lo que


él lama “gratuito”?

Rusell: Bien, la palabra «gratuito» sugiere que podría haber algo más; yo digo
que el universo simplemente existe, eso es todo.

Copleston: Bien, no comprendo cómo suprime la legitimidad de preguntar


cómo el total, o cualquiera de las partes, han adquirido existencia. ¿Por qué algo
mejor que nada? El hecho de que sostengamos nuestra noción de casualidad
empíricamente de causas particulares no excluye la posibilidad de preguntar
cuál es la causa de la serie. Si la palabra «causa» careciera de sentido, o si
pudiera demostrarse que el criterio de Kant sobre la materia era el verdadero, la
pregunta sería ilegítima; pero usted no parece sostener que la palabra “causa”
carezca de sentido, ni creo que sea kantiano.

Rusell: Puedo ilustrar lo que me parece su falacia por excelencia. Todo hombre
existente tiene una madre y me parece que su argumento es que, por lo tanto, la
raza humana tiene una madre, pero evidentemente la raza humana no tiene una
madre: ésa es una esfera lógica diferente.

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Copleston: Bien, realmente no veo ninguna similitud. Si dijera «todo objeto
tiene una causa fenoménica; por lo tanto, toda la serie tiene una causa
fenoménica», habría una similitud; pero no digo eso; digo: todo objeto tiene una
causa fenoménica si insiste en la infinidad de la serie, pero la serie de causas
fenoménicas es una explicación insuficiente de la serie. Por lo tanto, la serie
tiene, no una causa fenoménica, sino una causa trascendente.

Rusell: Eso, presuponiendo siempre que no sólo cada cosa particular del mundo
sino el mundo globalmente debe tener una causa. No encuentro la razón para
esa suposición. Si usted me la da, le escucharé.

Copleston: Bien, la serie de acontecimientos tiene causa o no tiene causa. Si la


tiene, debe haber, evidentemente, una causa fuera de la serie. Si no tiene causa,
entonces es suficiente por sí misma, y si lo es, es lo que yo llamo necesaria.
Pero no puede ser necesaria ya que cada miembro es contingente, y hemos
convenido en que el total no tiene realidad aparte de sus miembros, y por lo
tanto no puede ser necesario. Por lo tanto, no puede carecer de causa, y debe
tener una causa. Y me gustaría anotar, de pasada, que la afirmación “el mundo
existe sencillamente y es inexplicable” no puede ser producto del análisis
lógico.

Rusell: No quiero parecer arrogante, pero me parece que puedo concebir cosas
que usted dice que la mente humana no puede concebir. En cuanto a que las
cosas no tengan causa, los físicos nos aseguran que la transición del quantum
individual de los átomos carece de causa.

Copleston: Bien, yo me pregunto si eso no es simplemente una inferencia


transitoria.

Rusell: Puede ser, pero demuestra que las mentes de los físicos pueden
concebirlo.

Copleston: Sí, convengo en que algunos científicos—los físicos—están


dispuestos a permitir la indeterminación dentro de un campo restringido. Pero
hay muchos científicos que no están tan dispuestos. Creo que el profesor Dingle,
de la Universidad de Londres, sostiene que el principio de incertidumbre de
Heisenberg nos dice algo sobre el éxito (o la falta de él) de la presente teoría
atómica basada en observaciones correlativas, pero no sobre la naturaleza en sí,
y muchos físicos comparten este criterio. Sea como sea, no comprendo cómo
los físicos pueden no aceptar la teoría en la práctica, aunque no la acepten en

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teoría. No comprendo cómo puede hacerse ciencia, si no es basándose en la
suposición del orden y la inteligibilidad de la naturaleza. El físico presupone, al
menos tácitamente, que tiene cierto sentido investigar la naturaleza y buscar las
causas de los acontecimientos, como el detective presupone que tiene un sentido
el buscar la causa de un asesinato. El metafísico supone que tiene sentido buscar
la razón o la causa de los fenómenos y, como no soy kantiano, considero que el
metafísico está tan justificado en su suposición como el físico. Cuando Sartre,
por ejemplo, dice que el mundo es gratuito, creo que no ha considerado
suficientemente lo que implica “gratuito”.

Rusell: Creo... me parece que de eso no podemos hablar por extensión; un físico
busca causas; eso no significa necesariamente que haya causas por todas partes.
Un hombre puede buscar oro sin suponer que haya oro en todas partes; si
encuentra oro, enhorabuena; si no lo encuentra mala suerte. Lo mismo ocurre
cuando los físicos buscan causas. En cuanto a Sartre, no sé exactamente lo que
quiere decir, y no querría que pensasen que lo interpreto, pero, por mi parte,
creo que la noción de que el mundo tiene una explicación es un error. No veo
por qué uno debe esperar que la tenga, y creo que lo que dice sobre la
justificación de la suposición del científico es una afirmación excesiva.

Copleston: Bien, me parece que el científico hace ciertas suposiciones. Cuando


experimenta para averiguar alguna verdad particular, detrás del experimento se
esconde la suposición de que el universo no es simplemente discontinuo. Existe
la posibilidad de averiguar una verdad mediante el experimento. El experimento
puede ser malo, puede no tener resultado, o no el resultado deseado, pero, de
todas maneras, existe la posibilidad de hallar la verdad que supone mediante el
experimento. Y esto me parece que presupone un universo ordenado e
inteligible.

Rusell: Creo que está generalizando más de lo necesario. Sin duda el científico
supone que probablemente la hallará y con frecuencia es así. No da por supuesto
que la hallará seguro y ése es un asunto muy importante en la física moderna.

Copleston: Bien, creo que lo da por supuesto, o está obligado a darlo


tácitamente, en la práctica. Puede ocurrir, citando al profesor Haldane que
“cuando encienda un gas bajo la marmita, parte de las moléculas de agua se
evaporarán, y no habrá modo de averiguar cuáles serán”, pero no hay que pensar
necesariamente que la idea de la casualidad tenga que ser introducida excepto
en relación con nuestros propios conocimientos.

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Rusell: No, no es así, al menos si puedo creer en lo que él mismo dice. Descubre
muchas cosas el científico; descubre muchas cosas que están sucediendo en el
mundo, que son, al principio, comienzos de cadenas causales, primeras causas
que no tienen causa en sí mismas. No supone que todo tiene una causa.

Copleston: Seguramente hay una primera causa dentro de un cierto campo


elegido. Es una primera causa relativa.

Rusell: No creo que diga eso. Si existe un mundo en el cual la mayoría de los
acontecimientos, pero no todos, tienen causas, el científico podrá describir las
probabilidades e incertidumbres suponiendo que este acontecimiento particular
en que uno está interesado probablemente tiene una causa. Y como, en cualquier
caso, no se tiene más que la probabilidad, con eso basta.

Copleston: Puede ocurrir que el científico no espere obtener más que la


probabilidad, pero, al plantear la cuestión, supone que la cuestión de la
explicación tiene un significado. Pero su criterio general es, entonces, Lord
Russell, que no es siquiera legítimo plantear la cuestión de la causa del mundo,
¿no es así?

Rusell: Sí, ésa es mi postura.

Copleston: Si esa cuestión carece para usted de significado, es, claro está, muy
difícil discutirla, ¿no es cierto?

Rusell: Sí, es muy difícil. ¿Qué le parece si pasamos a otros problemas?

La experiencia religiosa
Copleston: Muy bien. Voy a decir unas palabras sobre la experiencia religiosa,
y luego pasaremos a la experiencia moral. Yo no considero la experiencia
religiosa como una prueba estricta de la existencia de Dios, por lo que el carácter
de la discusión cambia un poco, pero creo que puede decirse que su mejor
aplicación es la existencia de Dios. Por experiencia religiosa no entiendo
simplemente sentirse a gusto. Entiendo una apasionada, aunque oscura,
conciencia de un objeto que irresistiblemente parece al sujeto de la experiencia
algo que le trasciende, algo que trasciende todos los objetos normales de
experiencia, algo que no puede ser imaginado, ni conceptualizado, pero cuya
realidad es indudable, al menos durante la experiencia. Yo afirmaría que no
puede explicarse adecuadamente y sin dejarse cosas en el tintero; sólo

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subjetivamente. La experiencia básica real, de todos modos, se explica
fácilmente mediante la hipótesis de que existe realmente alguna causa objetiva
de esa experiencia.

Rusell: Yo respondería a esa argumentación que todo el argumento que se


derive de nuestros estados de conciencia con respecto a algo fuera de nosotros
es un asunto muy peligroso. Aun cuando todos admitimos su validez, sólo nos
sentimos justificados al hacerlo, me parece a mí, en virtud del consenso de la
humanidad. Si hay una multitud en una habitación y en la habitación hay un
reloj, todos pueden ver el reloj. El hecho de que todos puedan verlo tiende a
hacerles pensar que no se trata de una alucinación: mientras que esas
experiencias religiosas tienden a ser muy particulares.

Copleston: Sí, así es. Hablo estrictamente de la experiencia mística pura, y


ciertamente no incluyo lo que se llaman visiones. Me refiero sencillamente a la
experiencia, y admito plenamente que es inefable, del objeto trascendente o de
lo que parece ser un objeto trascendente. Recuerdo que Julian Huxley dijo en
una conferencia que la experiencia religiosa, o la experiencia mística, es una
experiencia tan real como el enamorarse o el apreciar la poesía y el arte. Bien,
yo creo que cuando apreciamos la poesía y el arte apreciamos poemas concretos
o una obra de arte en concreto. Si nos enamoramos, nos enamoramos de alguien,
no de nadie.

Rusell: Permítame interrumpirle un momento. Eso no sucede siempre así. Los


novelistas japoneses nunca creen que hayan conseguido su objetivo hasta que
gran cantidad de seres reales se han suicidado por amor a la heroína imaginaria.

Copleston: Bien, le creo lo que dice que sucede en el Japón. No me he


suicidado, gracias a Dios, pero me vi fuertemente influido, al tomar dos
importantes decisiones en mi vida, por dos biografías. Sin embargo, debo
aclarar que encuentro poca semejanza entre la influencia real de esos libros
sobre mí, y la experiencia mística pura, hasta el punto, entiéndase, en que
alguien ajeno a ella puede tener una idea de tal experiencia.

Rusell: Bien, yo quiero decir que no debemos considerar a Dios al mismo nivel
que los personajes de una obra de ficción. ¿Reconocerá que aquí hay una
diferencia?

Copleston: Desde luego. Pero lo que yo diría es que la mejor explicación parece
ser la explicación que no es puramente subjetiva. Claro que una explicación

70
subjetiva es posible en el caso de cierta gente, en la que hay escasa relación
entre la experiencia y la vida, como en el caso de los alucinados, etc. Pero
cuando se llega al tipo puro, como por ejemplo San Francisco de Asís, cuando
se obtiene una experiencia cuyo resultado es un desbordamiento de amor
creativo y dinámico, la mejor explicación, a mi entender, es la existencia real
de una causa objetiva de la experiencia.

Rusell: Bien, yo no afirmo dogmáticamente que no hay Dios. Lo que sostengo


es que no sabemos que lo haya. Yo sólo puedo tener en cuenta lo que se registra,
y encuentro que se registran muchas cosas, pero estoy seguro de que usted no
acepta lo que se dice sobre los demonios, etc., aunque todas esas cosas se
afirman exactamente con el mismo tono de voz y con la misma convicción. Y
el místico, si su visión es verdadera, puede decir que él sabe que existen los
demonios. Pero yo no sé que los haya.

Copleston: Seguramente en el caso de los demonios ha habido gente que ha


hablado principalmente de visiones, apariciones, ángeles o diablos, etcétera. Yo
excluiría las apariciones porque pueden ser explicadas con independencia de la
existencia del sujeto supuestamente visto.

Rusell: Pero ¿no cree que hay suficientes casos registrados de personas que
creen que han oído cómo Satán les hablaba dentro de su corazón, del mismo
modo que los místicos afirman a Dios? Y ahora no hablo de una visión exterior,
hablo de una experiencia puramente mental. Ésa parece ser una experiencia de
la misma clase que la experiencia de Dios de los místicos, y no veo por qué, por
lo que nos dicen los místicos, no se puede sostener el mismo argumento en favor
de Satán.

Copleston: Estoy completamente de acuerdo en que hay gente que ha


imaginado o pensado que ha visto u oído a Satán. Y de pasada, yo no tengo el
menor deseo de negar la existencia de Satán. Pero no creo que la gente haya
afirmado haber experimentado a Satán, del modo preciso en que los místicos
afirman haber experimentado a Dios. Tomemos el caso de Plotino, que no era
cristiano. Éste admite la experiencia de algo inexpresable, el objeto es un objeto
de amor, y por lo tanto no un objeto que causa horror y disgusto. Y el efecto de
esa experiencia está, diría, refrendado o, mejor dicho, la validez de la
experiencia está refrendada por las crónicas de la vida de Plotino. De todas
maneras, es más razonable suponer que tuvo esa experiencia, si hemos de
aceptar el relato de Porfirio sobre la bondad y benevolencia de Plotino.

71
Rusell: El hecho de que una creencia tenga un buen efecto moral sobre un
hombre no constituye ninguna evidencia en favor de su verdad.

Copleston: No, pero si pudiera probarse de verdad que la creencia era realmente
la causa de un buen efecto en la vida de ese hombre, la consideraría una
presunción en favor de alguna verdad; en todo caso, de la parte positiva de la
creencia, no de su entera validez. Pero, sea como sea, utilizo el carácter de su
vida como prueba a favor de la veracidad y la cordura del místico más que como
prueba de la verdad de sus creencias.

Rusell: Pero incluso eso no lo considero como prueba. Yo he tenido


experiencias que han alterado mi carácter profundamente. Y, de todas maneras,
en aquel momento pensé que fue alterado para bien. Aquellas experiencias eran
importantes, pero no suponían la existencia de algo fuera de mí, y no creo que,
si yo hubiere pensado que la suponían, el hecho de que tuvieran un efecto
saludable constituiría una prueba de que yo tenía razón.

Copleston: No, pero creo que el buen efecto atestiguaría su veracidad en la


descripción de la experiencia. Por favor, recuerde que no estoy diciendo que la
mediación de un místico o la interpretación de su experiencia deban ser inmunes
a la crítica o discusión.

Rusell: Evidentemente, el carácter de un joven puede verse, y con frecuencia


se ve, inmensamente afectado para bien por las lecturas sobre un gran hombre
de la historia, y puede ocurrir que el gran hombre sea un mito y no exista, pero
el muchacho queda tan afectado para bien como si existiera. Ha habido gente
así. En las Vidas de Plutarco encontramos el ejemplo de Licurgo, que no existió
de verdad, pero se puede uno ver muy influido leyendo cosas sobre Licurgo,
teniendo incluso la impresión de que ha existido. Entonces uno habrá recibido
la influencia de un objeto que ha amado, pero no habrá objeto existente.

Copleston: En eso estoy de acuerdo con usted; un hombre puede sufrir la


influencia de un personaje de ficción. Sin profundizar en la cuestión de qué es
lo que precisamente le afecta (yo diría que un valor real), creo que la situación
de ese hombre y del místico son diferentes. Después de todo, el hombre influido
por Licurgo no ha tenido la irresistible impresión de que ha experimentado, en
alguna forma, la última realidad.

Rusell: No creo que haya captado bien mi criterio sobre estos personajes
históricos, estos personajes no históricos de la historia. No supongo lo que usted

72
llama un efecto sobre la persona. Supongo que el joven, al leer sobre esa persona
y creerla real, la ama, cosa que ocurre con mucha facilidad, pero, sin embargo,
ama a un fantasma.

Copleston: En un sentido ama a un fantasma, eso es perfectamente cierto; en el


sentido, quiero decir, que ama a X o Y que no existen. Pero, al mismo tiempo,
creo que el muchacho no ama al fantasma como tal; percibe el valor real, una
idea que reconoce como objetivamente válida, y eso es lo que despierta su amor.

Rusell: Sí, en el mismo sentido en que hablábamos antes de los personajes de


ficción.

Copleston: Sí, en un sentido el hombre ama a un fantasma; perfectamente


cierto. Pero, en otro, ama lo que percibe como un valor.

El argumento moral
Rusell: Pero ¿ahora no está diciendo, en efecto, que entiende por Dios todo
cuanto es bueno, o la suma total de lo que es bueno, el sistema de lo que es
bueno, y, por lo tanto, cuando un joven ama algo bueno, ama a Dios? ¿Es eso
lo que dice? Porque, si lo es, hay que discutirlo.

Copleston: No digo, claro está, que Dios sea la suma total o el sistema de lo
bueno en el sentido panteísta; no soy panteísta, pero sí creo que toda bondad
refleja a Dios de alguna forma y procede de Él, de modo que el hombre que ama
lo que es realmente bueno, ama a Dios, aun cuando no advierta a Dios. Pero
convengo en que la validez de esta interpretación de la conducta de un hombre
depende del reconocimiento de la existencia de Dios, evidentemente.

Rusell: Sí, pero ése es un punto que hay que probar.

Copleston: De acuerdo, pero yo considero que lo prueba el argumento


metafísico y ahí diferimos.

Rusell: Verá, yo entiendo que hay cosas buenas y cosas malas. Yo amo las
cosas que son buenas, que yo creo que son buenas, y odio las cosas que creo
malas. No digo que las cosas buenas lo son porque participan de la divina
bondad.

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Copleston: Sí, pero ¿cuál es su justificación para distinguir entre lo bueno y lo
malo, o cómo se las arregla para distinguir ambas cosas?

Rusell: No necesito justificación alguna, como no la necesito cuando distingo


entre el azul y el amarillo. ¿Cuál es mi justificación para distinguir entre el azul
y el amarillo? Veo que son diferentes.

Copleston: Estoy de acuerdo en que ésa es una excelente justificación. Usted


distingue el amarillo del azul porque los ve, pero ¿cómo distingue lo bueno de
lo malo?

Rusell: Por mis sentimientos.

Copleston: Por sus sentimientos. Bien, eso era lo que yo preguntaba. ¿Usted
cree que el bien y el mal hacen referencia simplemente al sentimiento?

Rusell: Bien, ¿por qué un tipo de objeto parece amarillo y otro azul? Puedo
darle una respuesta a eso gracias a los físicos, y en cuanto a que yo considere
mala una cosa y otra buena, probablemente la respuesta es de la misma clase,
pero no ha sido estudiada del mismo modo y no se la puedo dar.

Copleston: Bien, tomemos por ejemplo el comportamiento del comandante de


Belsen. A usted le parece malo e indeseable, y a mí también. Para Adolfo Hitler,
me figuro que sería algo bueno y deseable. Supongo que usted reconocerá que
para Hitler era bueno y para usted malo.

Rusell: No, no voy a ir tan lejos. Quiero decir que hay gente que comete errores
en eso, como puede cometerlos en otras cosas. Si tiene ictericia verá las cosas
amarillas aun cuando no lo sean. En eso comete un error.

Copleston: Sí, uno puede cometer errores, pero ¿se puede cometer un error
cuando se trata simplemente de una cuestión referida a un sentimiento o a una
emoción? Seguramente Hitler sería el único juez posible en lo relativo a sus
propias emociones.

Rusell: Tiene razón al decir eso, pero puede decir también varias cosas sobre
los demás; por ejemplo, que, si eso afectaba de tal manera las emociones de
Hitler, entonces Hitler afecta de un modo totalmente distinto a mis emociones.

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Copleston: Concedido. Pero ¿no hay criterio objetivo, aparte del sentimiento,
para condenar la conducta del comandante de Belsen, según usted?

Rusell: No más que para una persona daltónica que se encuentra exactamente
en la misma posición. ¿Por qué condenamos intelectualmente al daltónico?
¿Porque se trata de una minoría?

Copleston: Yo diría que es porque le falta algo que normalmente pertenece a la


naturaleza humana.

Rusell: Sí, pero si se tratara de una mayoría, no diríamos eso.

Copleston: Entonces, usted diría que no hay criterio aparte del sentimiento que
nos permita distinguir entre la conducta del comandante de Belsen y la
conducta, por ejemplo, de Sir Strafford Cripps, o del arzobispo de Canterbury.

Rusell: Lo del sentimiento es demasiado simple. Hay que tener en cuenta los
efectos de los actos y los sentimientos hacia esos efectos. Como verá, puede
provocar una discusión, si usted dice que cierta clase de sucesos le agradan y
que otros no le agradan. Entonces, debería tener en cuenta los efectos de las
acciones. Puede decir muy bien que los efectos de las acciones del comandante
de Belsen fueron dolorosos y desagradables.

Copleston: Indudablemente lo fueron, de acuerdo, para toda la gente del


campo.

Rusell: Sí, pero no sólo para la gente del campo, sino también para los extraños
que los contemplaban.

Copleston: Sí, completamente cierto. Pero ése es mi criterio. No apruebo esos


actos, y sé que usted no los aprueba, pero no veo razón alguna para no
aprobarlos, porque, después de todo, para el comandante de Belsen esos actos
eran agradables.

Rusell: Sí, pero ve que en este caso no necesito más razones que en el caso de
la percepción de los colores. Hay personas que piensan que todo es amarillo,
hay gentes que sufren de ictericia, y yo no estoy de acuerdo con ellas. No puedo
probar que las cosas no son amarillas, no hay prueba de ello, pero la mayoría de
la gente está de acuerdo conmigo en que el comandante de Belsen estaba
cometiendo errores.

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Copleston: Bien, ¿acepta alguna obligación moral?

Rusell: El responder a eso me obligaría a extenderme mucho. Hablando en


términos prácticos, sí. Hablando teóricamente, tendría que definir la obligación
moral muy cuidadosamente.

Copleston: Bien, ¿cree que la palabra «debo» tiene simplemente una


connotación emocional?

Rusell: No, no lo creo, porque, como decía hace un momento, uno debe tener
en cuenta los efectos, y yo opino que la buena conducta es la que probablemente
produciría el mayor saldo posible en valor intrínseco de todos los actos posibles
de acuerdo con las circunstancias, y hay que tener en cuenta los efectos
probables de una acción al considerar lo que es bueno.

Copleston: Bien, yo traje a colación la obligación moral porque pienso que uno
puede acercarse por ese camino a la cuestión de la existencia de Dios. La gran
mayoría de la raza humana hará, y siempre ha hecho, alguna distinción entre el
bien y el mal. La gran mayoría, a mi entender, tiene alguna conciencia de una
obligación en la esfera moral. Yo opino que la percepción de valores y la
conciencia de una ley y una obligación morales tienen su mejor aplicación en la
hipótesis de una razón trascendente del valor y de un autor de la ley moral. No
entiendo por «autor de la ley moral» un autor arbitrario de la ley moral. Creo,
en realidad, que esos ateos modernos que han sostenido, a la inversa, “no hay
Dios; por lo tanto, no hay valores ni ley absolutos” son completamente lógicos.

Rusell: No me gusta la palabra “absoluto”. No creo que haya nada absoluto. La


ley moral, por ejemplo, cambia constantemente. En un período del desarrollo
de la raza humana casi todo el mundo pensaba que el canibalismo era un deber.

Copleston: Bien, no veo que las diferencias entre juicios morales particulares
constituyan ningún argumento concluyente contra la universidad de la ley
moral. Supongamos por el momento que hay valores morales absolutos; incluso
manejando esta hipótesis sólo se puede esperar que diferentes individuos y
diferentes grupos posean diversos grados de percepción de esos valores.

Rusell: Me siento inclinado a pensar que «debo», el sentimiento que uno tiene
acerca de «debo», es un eco de lo que nos han dicho nuestros padres y nuestras
ayas.

76
Copleston: Bien, yo me pregunto si se puede acabar con la idea del “debo”
solamente en términos de ayas y de padres. Realmente no sé cómo puede ser
transmitida a nadie en otros términos que los propios. Me parece que, si hay un
orden moral que pesa sobre la conciencia humana, entonces ese orden moral es
ininteligible sin la existencia de Dios.

Rusell: Entonces, tiene que elegir una de las dos cosas. O Dios sólo habla a un
pequeño porcentaje de la humanidad—que da la casualidad de que le
comprende a usted—, o deliberadamente dice cosas que no son ciertas, cuando
se dirige a la conciencia de los salvajes.

Copleston: Bien, yo no estoy sugiriendo que Dios dicte realmente los preceptos
morales a la conciencia. Las ideas humanas del contenido de la ley moral
dependen, desde luego, en gran parte de la educación y del medio, y un hombre
tiene que usar su razón al estimar la validez de las ideas morales reales de su
grupo social. Pero la posibilidad de criticar el código moral aceptado presupone
que hay un patrón objetivo, que hay un orden moral ideal, que se impone (quiero
decir, cuyo carácter obligatorio puede ser reconocido). Creo que el
reconocimiento de este orden moral ideal es parte del reconocimiento de la
contingencia. Implica la existencia de un fundamento real de Dios.

Rusell: Pero el legislador siempre ha sido, a mi parecer, los padres o alguien


semejante. Hay muchos legisladores terrestres, lo que explica por qué las
conciencias de la gente son tan extraordinariamente distintas en diferentes
tiempos y lugares.

Copleston: Eso ayuda a explicar las diferencias de percepción de los valores


morales particulares, diferencias que de lo contrario son inexplicables. Ayudará
también a explicar los cambios en materia de ley moral, en el contenido de los
preceptos aceptados por esta o aquella nación, o este o aquel individuo. Pero su
forma, lo que Kant llama el imperativo categórico, el “debo”, yo realmente no
sé cómo puede ser inculcado a nadie por los padres o las ayas, porque no hay
términos posibles, que yo sepa, con que se pueda explicar. No puede definirse
con otros términos que los suyos propios, porque una vez que se le ha definido
en otros términos que ésos, se ha terminado con él. Ya no es un deber moral.
Ya es otra cosa.

Rusell: Bien, yo creo que el sentimiento del deber es la consecuencia de la


imaginaria reprobación de alguien; puede ser la imaginaria reprobación de Dios,

77
pero es la reprobación imaginaria de alguien. Y eso es lo que yo entiendo por
«deber».

Copleston: A mí me parece que todas las cosas externas, las costumbres y


tabús, son las que pueden ser explicadas en base al medio y la educación, mas
todo eso pertenece, a mi entender, a lo que llamo la materia de la ley, al
contenido. La idea de «deber» es tal que no puede ser inculcada a un hombre
por un jefe de tribu ni por nadie, porque no hay términos para ello. Me parece
perfectamente—

Rusell: Pero no encuentro ninguna razón para decir eso. Todos sabemos algo
sobre reflejos condicionados. Sabemos que un animal, si se le castiga
habitualmente por un determinado acto, a1 cabo de un tiempo dejará de hacerlo.
No creo que el animal deje de hacerlo porque se ha dicho «mi amo se enfadará
si hago esto». Tiene la sensación de que no debe hacer aquello. Eso es lo que
ocurre con nosotros y nada más.

Copleston: No veo ninguna razón que nos haga suponer que un animal tiene
conciencia de la obligación moral; y la verdad es que no consideramos a un
animal moralmente responsable por sus actos de desobediencia. Pero el hombre
tiene conciencia de la obligación y de los valores morales. No creo que se pueda
condicionar a los hombres, como se puede «condicionar» a un animal, ni
supongo que usted quisiera hacerlo realmente, aun cuando se pudiera. Si el
conductismo fuera cierto, no habría distinción moral objetiva entre el emperador
Nerón y San Francisco de Asís. No puedo menos que pensar, Lord Russell, que
usted considera la conducta del comandante de Belsen como moralmente
reprensible, y que usted jamás, bajo la circunstancia que fuese, actuaría de ese
modo, aun cuando pensase, o tuviera razones para pensar, que posiblemente el
saldo de felicidad de la raza humana podría aumentarse si se tratase a algunas
personas de esa manera abominable.

Rusell: No. Yo no imitaría la conducta de un perro rabioso. Pero el que no lo


hiciera no incumbe a la cuestión que estamos discutiendo.

Copleston: No, pero si usted estuviera dando una explicación utilitaria del bien
y del mal en términos de consecuencias, podría sostenerse, y yo supongo que
algunos de los mejores nazis lo habrán sostenido, que, aunque es lamentable
proceder de este modo, sin embargo, a la larga el saldo de felicidad es mayor.
No creo que usted afirme eso, ¿verdad? Yo creo que usted dirá que esa acción
es mala, en sí, aparte de que aumente o no la felicidad general. Entonces, si está

78
dispuesto a decir esto, creo que debe de tener cierto criterio del bien y del mal,
al margen del criterio del sentimiento. Para mí, ese reconocimiento tendría
como último resultado el reconocimiento de Dios, como suprema razón de los
valores existentes.

Rusell: Creo que nos estamos confundiendo. No es el sentimiento directo hacia


el acto el que me sirve de juicio, sino más bien el sentimiento hacia sus efectos.
Y no puedo reconocer circunstancia alguna en la cual ciertas clases de conducta
como las que ha estado poniendo como ejemplo podrían causar un bien. No
concibo circunstancias en las cuales pudieran tener un efecto beneficioso. Creo
que las personas que lo creen se engañan. Pero si hubiera circunstancias en las
que produjesen un efecto beneficioso, entonces podría verme obligado a decir,
aunque de mala gana, “No me gustan esas cosas, pero las aceptaré”, como
acepto el Código Penal, aunque el castigo me molesta profundamente.

PALABRAS FINALES
Copleston: Bien, quizás ha llegado el momento de que yo haga un resumen de
mi postura. He discutido dos cosas. Primero, que la existencia de Dios puede
ser probada filosóficamente, mediante un argumento metafísico; segundo, que
sólo la existencia de Dios da sentido a la experiencia moral y a la experiencia
religiosa del hombre. Personalmente, opino que su modo de explicar los juicios
morales del hombre lleva inevitablemente a una contradicción entre lo que exige
su teoría y sus juicios espontáneos. Además, su teoría da de lado a la obligación
moral, y eso no es una explicación. Con respecto al argumento metafísico,
aparentemente estamos de acuerdo en que lo que llamamos mundo consiste
sencillamente en seres contingentes. Es decir, en seres carentes de razón para
su propia existencia. Usted dice que la serie de acontecimientos no necesita
explicación: yo digo que, si no hubiera un ser necesario, un ser que tuviera que
existir y no pudiera dejar de existir, no existiría nada. El carácter infinito de la
serie de seres contingentes, aun probado, no conduciría a nada. Hay algo que
existe; por lo tanto, tiene que haber algo que explique este hecho, un ser que
esté al margen de la serie de seres contingentes. Si usted hubiera admitido esto,
podríamos haber discutido si ese ser es personal, bueno, etc. En el punto sobre
el que hemos realmente discutido, si hay o no un ser necesario, yo estoy de
acuerdo con la gran mayoría de los filósofos clásicos. Usted sostiene, según
creo, que los seres existentes existen sencillamente, y que no hay justificación
para plantear la cuestión de la explicación de su existencia. Pero yo querría
indicar que esta posición no puede fundamentarse mediante el análisis lógico;
expresa una filosofía que necesita pruebas. Creo que hemos llegado a un

79
callejón sin salida porque nuestras ideas filosóficas son radicalmente diferentes;
me parece que a lo que yo llamo una parte de la filosofía, usted lo llama el total,
al menos en lo que tiene de racional la filosofía. Me parece, si me perdona que
se lo diga, que además de su sistema lógico, que llama «moderno» por oposición
a la lógica anticuada (un adjetivo tendencioso), defiende una filosofía que no
puede ser verificada mediante el análisis lógico. Después de todo, el problema
de la existencia de Dios es un problema existencial mientras que el análisis
lógico no trata directamente los problemas de la existencia. Luego, a mi modo
de ver, declarar que los términos que suponen una serie de problemas carecen
de sentido, porque no son necesarios para tratar otra serie de problemas, es
establecer desde un principio la naturaleza y la extensión de la filosofía, y esto
en sí mismo es un acto filosófico que necesita justificación.

Russell: Bien, también yo diré unas cuantas palabras como resumen. Primero,
en cuanto al argumento metafísico: no admito las connotaciones del término
“contingente” o la posibilidad de explicación en el sentido del padre Copleston.
Creo que la palabra “contingente” inevitablemente sugiere la posibilidad de
algo que no tendría lo que llamaría usted el carácter accidental de existir
simplemente, y no creo que esto sea verdad excepto en el sentido puramente
causal. A veces se puede dar una explicación causal de algo diciendo que es el
efecto de otra cosa, pero esto es sólo referir una cosa a otra y no hay—a mi
entender—explicación alguna en el sentido del padre Copleston, ni tiene sentido
tampoco llamar «contingentes» a las cosas, porque no podrían ser de otra
manera. Esto es lo que yo diría acerca de eso, pero querría decir unas palabras
sobre la acusación del padre Copleston acerca de que considero la lógica como
el total de la filosofía, lo que no es así. No considero en absoluto la lógica como
el total de la filosofía. Creo que la lógica es una parte esencial de la filosofía y
que la lógica tiene que ser usada en filosofía, y creo que en eso él y yo estamos
de acuerdo. Cuando la lógica que él usa era nueva, a saber, en la época de
Aristóteles, hubo que darle una gran importancia; Aristóteles le dio pues una
gran importancia a la lógica. Ahora se ha hecho vieja y respetable y no hay que
darle tanta importancia. La lógica en que yo creo es relativamente nueva y, por
lo tanto, tengo que imitar a Aristóteles dándole mucha importancia; pero no es
que yo crea que representa toda la filosofía, no lo creo. Creo que es una parte
importante de la filosofía y, cuando digo eso, que no encuentro un significado
para esta o la otra palabra, se trata de una apreciación basada en lo que he
averiguado sobre esa palabra en particular, al pensar acerca de ella. No se trata
de una postura general que implique que todas las palabras usadas en metafísica
carezcan de sentido, o cosa semejante, que realmente yo no creo. Con respecto
al argumento moral advierto que cuando uno estudia antropología o historia se

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da cuenta de que hay personas que piensan que su deber consiste en realizar
actos que yo considero abominables y, por lo tanto, no puedo atribuir origen
divino a la materia de la obligación moral, cosa que el padre Copleston no me
pide; pero creo que incluso la forma que toma la obligación moral, cuando se
trata de ordenarle a uno que se coma a su padre, por ejemplo, no me parece una
cosa muy noble y bella; y, por lo tanto, no puedo atribuir origen divino a la
obligación moral en este sentido que creo que puede explicarse fácilmente de
otras muchas maneras.

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82
Apologética clásica
contra apologética
presuposicionista
Robert Charles Sproul
contra
Greg L. Bahnsen

Reformed Theological Seminary, Jackson, M.S.


1977

Traducido por Jairo Izquierdo


Transcripción en inglés:
https://reformedwiki.com/bahnsen-stein-debate

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INTRODUCCIÓN – DR. RICHARD DEWITT
El hecho de que tantos estén aquí esta noche es una señal de que hay al menos
cierto grado de interés en el tema a tratar [la audiencia se ríe]. Les digo a mis
alumnos que una de las glorias de la fe reformada es simplemente su catolicidad,
su libertad de la peculiaridad e idiosincrasia partidista, etc. [la audiencia se
ríe]. No todos están de acuerdo conmigo [risas], como atestiguará una serie
reciente de exámenes [risas]. Está bien, no es necesario.

Sin embargo, esta noche vamos a tener una demostración de catolicidad


reformada y creo que habrá evidencia de esa catolicidad de nuestra fe. Tenemos
dos jóvenes defensores de la fe, distinguidos y entusiastas que nos hablarán y
nos guiarán en la discusión de esta noche. Y tienen puntos de vista bastante
diferentes, pero ambos tienen pedigrí noble en la tradición reformada. Debemos
recordar que, creo, que la familia reformada es una gran familia y que hay
diferentes corrientes de pensamiento en la tradición reformada.

Una de las cosas difíciles de aprender para los estudiantes, me parece, es que
puede haber legítimas diferencias de opinión sobre ciertos aspectos de la fe
reformada, que no hay una posición única en algunos puntos. Pasa ser la
verdad. Nuestros oradores esta noche son, por supuesto, el profesor Greg
Bahnsen del Seminario Reformado, profesor de apologética y ética, conocido
por todos. Y el Dr. R.C. Sproul, presidente y teólogo residente del Ligonier
Valley Study Center.

Nunca olvidaré mi primer encuentro con el Dr. Sproul. Hace unos años
ahora. Nos recibió Jack Austere1 ¿Recuerdas eso R.C.?

Sproul: Claro.

Dewitt: En el aeropuerto, en Chattanooga. Y en 30 segundos, tal vez 60


segundos, ya estábamos discutiendo [la audiencia se ríe]. Eso sí, en ese
momento, yo era solo un predicador de campo y él ya era un teólogo en
residencia [risas]. Así que no tuve ninguna oportunidad en el mundo. El tema
de nuestro argumento, nota bena, fue Romanos 1:18 y siguientes,
especialmente, según recuerdo, Romanos 1:21. No sé si me quedaría ahora,
R.C., donde estaba entonces. Espero haberme desarrollado un poco, y ahora soy
también un teólogo residente [risas y aplausos].

1
La transcripción original marca que el apellido puede que no sea el correcto (N. del T.)

84
Pero me alegro esta noche de que, como teólogo residente, pueda ocupar el
terreno intocable en el medio de lo que va a suceder. Vamos a tener una
presentación, de 15 minutos cada uno, por parte del Prof. Bahnsen y el Dr.
Sproul de sus puntos de vista y habrá oportunidad para preguntas del grupo aquí
y respuestas por parte de estos dos apologistas de la fe cristiana. Y debido a que
es nuestro invitado, vamos a pedirle al Dr. Sproul que hable primero y será
seguido sin más anuncios a menos que haga horas extras por el profesor
Bahnsen, quien promete que no hará horas extras.

DISCURSO DE APERTURA – R. C. SPROUL


Muchas gracias Dr. Dewitt. También recuerdo esa conversación en el taxi, y no
la recuerdo como una discusión. Fue una conversación deliciosa y
estimulante. Creo que recuerdo el traje más de lo que recuerdo el… [risas]

Bueno, le dije a mi esposa que no me atrevía a usar un jersey de cuello alto en


este lugar, en ningún lugar donde estuviera el Dr. Dewitt. Y mañana tendré un
chaleco, ¿vale? [risas]

Puntos preliminares
Antes de comenzar, y puede deducir esto de mi tiempo si lo desea, pero creo
que esto es de vital importancia para subrayar lo que dijo el Dr. Dewitt sobre
las diferentes corrientes dentro de la tradición calvinista en particular con
respecto a la metodología apologética. Nunca deja de sorprenderme cómo a
veces el celo del discipulado puede destrozarnos y herirnos
profundamente. Creo que siempre tenemos que mantener toda esta cuestión de
la metodología apologética en su perspectiva histórica, que la diferencia que
estamos a punto de ver esta noche realmente tiene sus raíces en las diferencias
que se articularon entre el Dr. Benjamin Warfield de Princeton y el Dr.
Abraham. Kuyper de la Universidad de Amsterdam.

El Dr. Warfield tenía una consideración y un respeto tan altos por el Dr. Kuyper
que aprendió el idioma holandés únicamente con el propósito de poder leer el
trabajo del Dr. Kuyper, no para criticarlo, sino para aprender de él. Y esos
hombres dieron un ejemplo a partir de dos tradiciones apologéticas que estamos
discutiendo aquí esta noche que creo que siempre debe presentarse ante
nosotros, que este debate o diferencia de enfoque es intramuros entre hombres
que están apasionadamente comprometidos con el calvinismo y con la fe
reformada.

85
Inicialmente pensé que esta iba a ser una presentación más larga y quería entrar
más directamente en mis comentarios iniciales en algún tipo de caso para la
síntesis clásica. Pero en lugar de hacer eso, estoy seguro de que eso puede surgir
en la discusión posterior.

Siempre he encontrado útil ir más allá del método y los argumentos en sí


mismos para ver si podemos descubrir qué es lo que realmente preocupa a la
gente. A modo de ejemplo, iré a C.A. en unas pocas semanas para reunirme a
puerta cerrada con David Hubbard, Jack Rogers y Dan Fuller porque Greg y yo
estamos muy involucrados en este momento en una cuestión nacional de la
autoridad y la inerrancia de la Escritura, que es una división aún más grave en
el mundo evangélico, de la que estoy seguro que todos ustedes están muy al
tanto, y estamos teniendo algunas de estas reuniones a puerta cerrada con
caballeros de diferentes creencias, no porque esperemos resolver las diferencias,
sino que podemos tener una mejor comprensión de cuáles son las
preocupaciones, de qué se trata tanto alboroto en una pregunta como esta.

Entonces, lo que me gustaría hacer es enunciar brevemente las cosas que nos
preocupa a los que representamos lo que llamamos la síntesis clásica, o la
escuela evidencialista, o el término que prefiero: la escuela analítica de la
apologética. Qué nos preocupaba en términos de metodología apologética y por
qué nos preocupa.

¿Qué es la apologética clásica?


Motivaciones para la escuela analítica
En primer lugar, lo que me interesa mucho y me preocupa profundamente es
una reconstrucción completa de la teología natural del siglo XX. De eso se trata,
de intentar pedir una reconstrucción de la teología natural, y con eso, de lo que
creo que es una reconstrucción de la apologética calvinista clásica. ¿Por qué
tengo esa preocupación?

Estas son algunas de las razones por las que me preocupa la reconstrucción de
la teología natural:

1. Me preocupa mucho el problema de la pérdida de la ley natural como


fuerza cohesiva para el bienestar del hombre en su sociedad. Si conocen
la jurisprudencia y las cuestiones políticas en nuestro país hoy en día,
ciertamente saben que toda la idea del derecho natural como base o
fundamento de la legislación no se toma muy en serio en los tribunales
superiores. o en las instituciones académicas de jurisprudencia. Creo que

86
existe una correlación directa entre la pérdida del concepto de ley natural
en la jurisprudencia con la pérdida de la teología natural en el ámbito de
la teología y la metafísica. Ahora, si podemos hablar sobre las
implicaciones de eso más adelante y algunos de los desarrollos históricos
de la misma, creo que las ramificaciones prácticas de la pérdida del
sistema de derecho natural en este país son extremadamente destructivas.

2. En segundo lugar, me preocupa profundamente la pérdida de credibilidad


intelectual del cristianismo. Creo que vivimos en la era más antintelectual
de la historia de la civilización occidental, no la más antiacadémica, ni la
más antitecnológica, sino la antintelectual: antintelectual en el sentido de
que hemos perdido la confianza en el capacidad de la mente para ser
utilizada como herramienta para probar y alcanzar la verdad.

3. En tercer lugar, me preocupa profundamente la pérdida de la influencia


cristiana en la cultura general de nuestra sociedad. Esto, si puedo hablar
en términos calvinistas, es una preocupación de la gracia común, no una
preocupación tanto por el evangelismo o la ganancia de almas, sino la
humanidad y también, expresado negativamente, como un restricción del
mal en este mundo. Y creo que, evidentemente, hemos visto la pérdida
de la iglesia como una influencia poderosa en la formación de nuestra
cultura.

4. Cuarto, me preocupa la pérdida de, lo que yo llamaría, la pureza del


calvinismo clásico e histórico con respecto a la relación de fe y razón y
la intrusión, de lo que considero ser, una metodología neortodoxa en el
calvinismo.

5. En quinto lugar, y tal vez este sea, el n. ° 5 y el n. ° 6 son probablemente


mis dos mayores preocupaciones acerca de toda esta cuestión de
metodología. El núm. 5 es la preocupación del problema de la
intimidación de los cristianos en nuestra cultura. Sé por ser un estudiante
universitario y un profesor universitario y profesor de seminario que
encuentro que los estudiantes de esta época se han sentido muy
intimidados por el asalto escéptico de la credibilidad intelectual de su fe,
y aunque puede que no les robe su propia salvación, somos calvinistas,
no pensamos que eso pueda pasar, sin embargo, los hace menos activos,
menos agresivos, menos atrevidos en el enfrentamiento que están
llamados a tener con el mundo porque sienten que las herramientas de la

87
inteligencia, el intelecto, la percepción sensorial, han sido negociados y
otorgados como competencia de los paganos.

6. Y, finalmente, me preocupa profundamente una metodología que pueda


llevarnos a un gueto cristiano, donde una comunidad cristiana se queda
con la conversación consigo misma, estamos viviendo en una sociedad
secular que nos asigna una reserva, donde podemos vivir en paz, mientras
entendamos que la religión y la teología es una cuestión de fe y está
divorciada y separada de las cuestiones científicas y de la racionalidad y
de todo un campo de investigación empírica, se nos permite tener la
provincia de la fe, si somos buenos niños y niñas y nos quedamos en la
reserva y nos ocupamos de nuestros propios asuntos, ellos nos dejarán en
paz y de esa manera podremos convertirnos cada vez menos en una fuerza
impulsora en el cambio y la configuración de este mundo. Tengo mucho
miedo de una apologética que nos lleve al aislacionismo, en lugar de una
confrontación directa con el mundo en sus propios términos.

El método de la escuela analítica


Ahora, todavía tengo tres, cuatro minutos aquí. Quiero resumir brevemente en
la pizarra, si puedo hacer esto rápidamente, la forma en que entiendo el proceso
por el cual el propio Juan Calvino, entendió la relación entre la revelación, la
razón, la apologética, etc.

Comenzamos ante todo con una afirmación de revelación general. Calvino lo


confirma claramente, así que no creo que haya ninguna disputa al respecto entre
los calvinistas. Y la revelación general es objetiva, existe fuera de
nosotros. Viene como parte de la autorrevelación de Dios. Esa revelación
general, en términos de Calvino, es de dos tipos. Y este es un punto crucial y es
un punto que en el intercambio que tuvimos por la tarde, Greg, no tuve la
oportunidad de responder a un comentario que hiciste. Pero lo haremos más
tarde esta noche, espero. Y es que esa revelación general se puede definir bajo
dos subtítulos: uno al que llamamos mediato y el otro al que llamamos
inmediato.

La apologética católica romana clásica, por supuesto, rechaza la noción de


revelación general inmediata por ser herética, subjetivismo místico y respalda
la visión de Tomás de Aquino de la revelación general mediata. Mediar la
revelación general significa simplemente que nuestro conocimiento de Dios,
esta revelación general, nos da un medio por el cual podemos conocer al Dios
que está detrás de esa revelación general.

88
La revelación inmediata sería un conocimiento a priori de Dios, un
conocimiento de Dios que se planta básicamente en el corazón, el alma y la
mente del hombre. La revelación inmediata es lo que llamamos sensus
divinitatus, del que habla Calvino en los Institutos, este conocimiento interior y
conciencia de Dios, directa e inmediata sin ningún tipo de medio externo que se
interponga entre el hombre y Dios. Pero también, Calvino tiene una visión de
la revelación general mediada por la cual la naturaleza y, como Calvino lo
llamó, la creación y la providencia, que podemos llamar historia, sirven como
un medio por el cual Dios es conocido. Muy bien, esa es la noción tomística de
la revelación general mediada, hay una etapa intermedia, no tenemos
una aprehensión directa de Dios a través de la naturaleza, pero al estudiar las
obras de la naturaleza, la naturaleza se convierte en un medio para señalar al
Dios más allá de la naturaleza.

Entonces tenemos la revelación general, que es tanto mediata como inmediata,


que produce la teología natural. Lo que quiero decir con teología natural es un
conocimiento de Dios que se deriva de la naturaleza misma. El punto que quiero
que señalemos y enfaticemos—más o menos lo que hablé contigo en el taxi—
es que el conocimiento de la revelación general se transmite. Romanos 1 nos
dice que simplemente hay una revelación general ahí, objetiva, disponible,
cualquiera quiere verla, puede leerla, pero luego vamos con los ojos cerrados
para que nunca llegue, no. Es percibido por el hombre, es entendido por el
hombre, y el pecado del hombre por el que se le considera inexcusable no es
que no obtenga ese conocimiento, sino que el pecado por el cual es juzgado
universalmente en Romanos 1 es el hecho de que conoce a Dios, y conociendo
a Dios, no lo honra como a Dios ni es agradecido. Entonces, la Biblia nos dice
que el hombre, de hecho, conoce a Dios a través de las cosas que están hechas,
el medio o medio de la creación.

Ok, esa teología natural para el comentario está ahí. Sin embargo, dice Calvino,
ese conocimiento, esa teología natural siempre se enfrenta inmediatamente al
problema de los efectos noéticos del pecado. Todos sabemos lo que es eso. Son
los efectos del pecado en nuestras mentes. Nubla nuestro proceso de
razonamiento y pensamiento. Debido a los efectos noéticos del pecado, esa
revelación general produce la teología natural que se transmite, sin embargo,
inmediatamente se distorsiona y, por lo tanto, es ineficaz hacer otra cosa que
dejarnos sin excusa. Es suficiente conocimiento para enviarnos al infierno, no
suficiente conocimiento para enviarnos al cielo, debido a los efectos noéticos
del pecado. Es ineficaz en términos de salvación. Lo único que pasa es que el
hombre lo distorsiona y lo convierte en idolatría. Conoces la famosa declaración

89
de Calvino de que el hombre es un fabricam idolorum... un creador de
ídolos. Esa es su propensión natural. Muy bien, por eso, por la insuficiencia o
ineficacia de esta revelación, necesitamos una revelación especial. Y entonces
habla de una revelación especial, y específicamente de la Biblia. Ahora, cuando
Calvino habla de la Biblia, dice que la Biblia misma también tiene un objetivo,
una base objetiva para su credibilidad y veracidad, tanto indicios internos como
externos, como él la llama, evidencias de su veracidad. Pero, nuevamente,
incluso la revelación especial se enfrenta directamente a la maldad, la
corrupción, la depravación, los efectos noéticos del pecado del hombre, que nos
negamos a someter a la claridad de la evidencia. Entonces, para que incluso una
revelación especial produzca frutos salvíficos en el alma, tiene que suceder algo
más. Y eso, por supuesto, es lo que Calvino llama el testimonio interno del
Espíritu Santo. ¿Bien? El testimonio interno del Espíritu Santo no agrega
ningún contenido nuevo, ningún argumento nuevo, ninguna revelación nueva,
pero lo que hace, para citar a Calvino, es que nos da ahora la capacidad moral
de aceptar el indici, que es la transformación subjetiva que el Espíritu Santo nos
da, me da el poder moral para someterme a la evidencia objetiva.

Ahora, como calvinista, estoy de acuerdo desde el principio en que toda la


evidencia del mundo, presentada con toda la fuerza del mundo, nunca conducirá
a un hombre a Jesucristo. Pero hay otras razones para la reconstrucción de la
teología natural, que ya he indicado además del evangelismo, y una que el
mismo Calvino menciona, que la evidencia está ahí y es lo suficientemente
poderosa como para "tapar la boca de los alborotadores" que calumnian a Cristo
con sus ataques, que no hay una base objetiva para la esperanza y la fe que yace
dentro de nosotros. El evidentista está trabajando en la situación de llamar la
atención sobre la base objetiva de la respuesta subjetiva de fe que tenemos que
es evocada en nuestros corazones por el Espíritu Santo. De eso se trata, esas son
nuestras preocupaciones. Podemos hablar más sobre ello después de que el Dr.
Bahnsen tenga la oportunidad de dar su presentación.

DISCURSO DE APERTURA – GREG BAHNSEN


No solo tenemos muchos puntos de vista en común, también tenemos
enredados. Quiero comenzar solo con un breve comentario personal para
reforzar lo que ya se ha dicho dos veces solo para dejarles saber cuán
completamente estoy de acuerdo con el hecho de que todos somos calvinistas
en esta aventura aquí de la apologética y todos tenemos un montón de
preocupaciones comunes. De hecho, aunque he prometido no responder a la
primera charla, creo que debería quedar claro que R.C. está hablando por más

90
de una simple escuela de apologética en muchos de esos puntos, de los cuales
no mencionaré hasta el próximo año. Pero ciertamente tenemos mucho en
común y R.C. y yo tuvimos un viaje en avión muy agradable durante
aproximadamente tres horas juntos el invierno pasado en el que tuvimos la
oportunidad de ponernos manos a la obra sobre algunas de estas cosas y
descubrir que no estamos tan lejos como uno podría pensar provisionalmente.

Y así, hay mucho en común, sin embargo, esta noche es mi trabajo tratar de
exponerles cuál es un punto de vista distintivo en la apologética. Y trataré de
hacerlo dentro de mi límite de tiempo. Todos ustedes conocen mis pecados
prevalecientes en esa área [risas].

Voy a decir dos cosas que la apologética no es. Les voy a dar versículos de las
Escrituras y luego quiero decirles lo que veo como la situación apologética. En
segundo lugar, los requisitos del apologista, y, finalmente, el procedimiento
para defender la fe. Un montón en tan solo quince minutos.

¿Qué no es la apologética?
La apologética no es un método de persuasión
Primero, dos cosas que la apologética no es. La apologética no es mera
persuasión. Gran parte de la literatura popular en el área de la apologética teísta
y antiteísta consiste en esfuerzos muy polémicos y emocionales para convertir
a otros. Y, sin duda, a menudo es nuestro deber tratar de convencer a los demás
de nuestra propia posición.

Lamentablemente, sin embargo, estos esfuerzos adoptan con demasiada


frecuencia una forma que sustituye la persuasión psicológica por una
argumentación cuidadosa y justa. Tanto los creyentes como los incrédulos son
culpables de esto, al menos en mi opinión.

Y es una triste realidad que los argumentos lógicamente pobres a menudo sean
psicológicamente efectivos para convencer a la gente de la verdad de una
posición. Por el contrario, los buenos argumentos pueden ser psicológicamente
ineficaces. Y, en consecuencia, podemos encontrarnos enfrentados a un dilema
moral cuando descubramos que ciertos malos argumentos y eslóganes
simplistas serán más convincentes para una audiencia más amplia que los que
en realidad son buenos argumentos.

Y cuando, además de esto, juzgamos que el tema que se está disputando es de


gran importancia en nuestras vidas, como en el caso de la apologética, nos

91
sentimos especialmente tentados a poner estos malos argumentos al servicio de
la verdad.

El apologista cristiano debería ser la única persona en la tierra que resistirá esta
tentación. Porque solo deshonramos la verdad y, en última instancia,
deshonramos al Señor de la verdad cuando usamos formas de argumentación
fraudulentas y sospechosas para promover la verdad. Entonces, la primera
búsqueda de la apologética no es mera persuasión. Podemos persuadir a muchas
personas para que se conviertan en cristianos sobre la base de muy malos
argumentos. Pero nuestra tarea como apologistas es encontrar buenos
argumentos; uno que no se descubrirá más adelante como fraudulento cuando
alguien con mayor talento intelectual se acerque a investigar.

La apologética no es un método probabilístico


En segundo lugar, la apologética no trata simplemente de probabilidades. Éste
es un punto importante. La apologética no es meramente persuasión. En
segundo lugar, la apologética no trata simplemente de probabilidades.

Debemos tener una defensa razonada de la convicción, la esperanza que hay


dentro de nosotros, según 1 Pedro 3. Y basando nuestro pensamiento en la
palabra apostólica podemos, según Hechos 2:36, conocer con certeza. En la
palabra griega, sepa sin duda alguna, que Dios ha hecho a Jesús Señor y
Cristo. De hecho, el Evangelio nos llega para que podamos, citando, “conocer
la certeza de nuestra enseñanza cristiana”, Lucas 1: 4.

El Evangelio no viene solo en palabras, sino también en poder y en el Espíritu


Santo y plena certeza—1 Tesalonicenses 1: 5. Y la palabra allí para “plena
certeza”, significa plena convicción, certeza, fe perfecta que no se ve empañada
por ninguna duda. La Biblia habla de nuestra plena seguridad de entendimiento
—Colosenses 2: 2—y nuestra plena seguridad de esperanza en Hebreos 6:11. A
Abraham se le llama el padre de los fieles y Pablo dice que no era débil en la
fe, sino que tenía plena certeza con respecto a la palabra de Dios—Romanos
4:19 y 21. Y así, Hebreos nos dice que nos acerquemos con un corazón sincero
y con plena certeza de fe—Hebreos 10:22. Y luego el versículo 23 continúa
exhortándonos a mantener firme la confesión de nuestra esperanza en
Cristo. Superamos las probabilidades humanas. Y podemos tener acceso
valiente y fe segura, dice Pablo en Efesios 3.

Y así, mientras la confianza de los impíos es como una telaraña, Job 8:14, en el
temor del Señor hay una fuerte confianza, Proverbios 14:26. Y la razón por la

92
que Proverbios dice eso es que comienza diciendo que el temor del Señor es el
principio de todo conocimiento—Proverbios 1: 7. Y nosotros, que ponemos
nuestra confianza en Jehová, podemos citar, “conocer la certeza de las palabras
de verdad” (Proverbios 22: 17-21).

Y, por tanto, sostengo que es erróneo pensar que la certeza en materia


epistemológica se limita a la lógica formal y las matemáticas. Certeza, plena
certeza, plena confianza sin duda, sin ceder, sin reservas, pertenece a los asuntos
de la fe cristiana.

El propósito de Juan al escribir su primera epístola fue especialmente que sus


lectores pudieran tener un conocimiento seguro de su salvación. Y, por lo tanto,
nuestra confesión de fe nos enseña que los creyentes "pueden estar seguros en
esta vida de que están en estado de gracia". Y continúa dejando muy claro cuál
es el significado cuando dice que esta certeza no es una mera conjetura o una
persuasión probable basada en una esperanza falible, sino una seguridad
infalible de fe.

Y así, la apologética se trata de la esperanza que hay en nosotros; la plena


convicción, no las probabilidades: plena seguridad, plena demostración. Por
cierto, hablar de persuasión y certeza morales en este punto es simplemente una
excusa. Porque cualquiera que sea ese extraño estado mental llamado seguridad
moral, ciertamente no puede ser compatible con la mera probabilidad
racional. La seguridad moral debe basarse en la fuerza percibida de la
evidencia. Y como han dicho todos los filósofos que han hablado de este estado
de ánimo sospechoso, debe ser proporcionado a la certeza de la evidencia
misma.

Entonces, la apologética no es meramente persuasión y no se trata simplemente


de tratar con probabilidades. ¿Bien, qué es esto? No nos llevará muy lejos decir
lo que no es. Quiero dejar muy claro; no estamos hablando de cómo persuadir
a la gente. Estamos hablando de los fundamentos de la verdad cristiana. Y
estamos hablando de no "probablemente cierto" sino "completamente cierto",
"inflexiblemente cierto".

¿Qué es la apologética?
Pablo dice en 1 Corintios 1:20: “¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el
escriba? ¿Dónde está el disputador de este mundo (o de esta era)? ¿No ha
enloquecido Dios la sabiduría del mundo?” En una frase, creo que ese es el grito

93
de batalla de la apologética presuposicionista. "¿No ha enloquecido Dios la
sabiduría de este siglo?"

Y nuestro doble procedimiento apologético se puede encontrar en Proverbios


26: 4-5. Así es como mostramos la necedad de la sabiduría de esta
época. Proverbios dice: "No respondas al necio según su necedad, para que no
seas semejante a él". No respondan al necio según su manera de abordar las
cosas; según su necedad; de acuerdo con sus suposiciones y presuposiciones (si
puedo importar ese término). No le respondas de esa manera, porque entonces
serán como él. Van a ser un enemigo tras las líneas.

Proverbios continúa diciendo, sin embargo, "Responde al necio según su


necedad". No es una violación de la ley de contradicción; un procedimiento
doble. Primero, no le respondas de acuerdo con su locura, no sea que caigas en
el mismo pozo con él. Pero entonces, respóndele según su locura. ¿Por
qué? “No sea que sea sabio en su propia opinión”. Deben demostrarle que no
tiene fundamento para un conocimiento vanidoso. Deben mostrarle que Dios ha
enloquecido la sabiduría de este siglo.

Pablo dice en Colosenses 2: "En Cristo están escondidos todos los tesoros de la
sabiduría y el conocimiento". Todos los tesoros de la sabiduría y el
conocimiento; ya sean de lógica o de causalidad o de ciencias naturales o de
moralidad o de cualquier otra índole. Todo el conocimiento se deposita en
Cristo y, por lo tanto, Pablo continúa diciendo, ya que, "Todos los tesoros de la
sabiduría y el conocimiento están en Cristo, asegúrate de que nadie te robe". ¿A
través de qué? “Filosofía y engaño vanos”. ¿Y cómo describe la filosofía
vana? [Es] lo que es según las tradiciones de los hombres, según los principios
elementales del saber mundano, más que según Cristo.

Un presuposicionista dice:

No respondas a un tonto de acuerdo con sus principios elementales de aprendizaje


porque te volverás como él. Más bien, respóndele según tus propios presupuestos, los
que son según Cristo.

Y luego podrán concluir con Pablo: "¿No ha Dios enloquecido la sabiduría de


este mundo?".

La situación apologética

94
Y la naturaleza de la situación apologética puede expresarse brevemente de esta
manera. La controversia entre el creyente y el incrédulo es en principio, digo en
principio, una antítesis entre dos sistemas completos de pensamiento. Y la
evidencia fáctica de uno será aceptada y evaluada a la luz de las presuposiciones
que gobiernan.

En tercer lugar, todas las cadenas de argumentación, especialmente sobre


asuntos de máxima importancia personal, se remontarán y dependerán de los
puntos de partida que se toman como autenticadores2. Por tanto, la circularidad
en el debate será inevitable. Pero eso no quiere decir que todos los círculos que
son inteligibles sean válidos.

En cuarto lugar, en ese caso, las apelaciones a la lógica, las apelaciones a los
hechos y las apelaciones a la personalidad pueden ser necesarias en apologética,
pero nunca son apologéticamente adecuadas. Lo que se necesita no son
respuestas fragmentarias; probabilidades; o evidencias aisladas. Pero, más bien
[es] un ataque a las presuposiciones subyacentes del sistema de pensamiento de
los incrédulos.

Y, en quinto lugar, el sistema de pensamiento del incrédulo se puede


caracterizar de la siguiente manera:

Por naturaleza, el incrédulo es la imagen de Dios y, por lo tanto, es


inevitablemente religioso. Su corazón le testifica continuamente, al igual que la
clara revelación de Dios a su alrededor, de que Dios existe y tiene cierto
carácter.

En segundo lugar, el incrédulo cambia la verdad de Dios por una mentira. Es un


necio que se niega a comenzar a pensar con reverencia al Señor. No se basará
en las evidentes palabras de Cristo. Suprimirá la inevitable revelación de Dios
en la naturaleza.

En tercer lugar, debido a que no se deleita en comprender, sino que elige servir
a la criatura en lugar del creador, el incrédulo está confiado en sí mismo
comprometido con sus propias formas de pensar. Estar convencido de que no
podía estar fundamentalmente equivocado; hace alarde de pensamientos
perversos y desafía la palabra de Dios que da fe de sí mismo.

2
En la transcripción original hacen la observación de que esta palabra puede no ser del todo correcta (N. del
T.)

95
En consecuencia, en cuarto lugar, el pensamiento de los incrédulos resulta en
ignorancia. En su mente oscurecida e inútil, en realidad odia el conocimiento y
solo puede obtener un conocimiento falsamente llamado, como dice Pablo al
final de 1ª Timoteo. En la medida en que realmente sepa algo, se debe a su
dependencia no reconocida de la verdad reprimida; la verdad reprimida de Dios
dentro de él. Y esto hace que el incrédulo sea intelectualmente
esquizofrénico. Por su forma de pensar adoptada, en realidad se está oponiendo
a sí mismo y mostrando la necesidad de un cambio radical de mentalidad, para
que pueda tener un conocimiento genuino de la verdad.

Luego, la ignorancia del incrédulo es, sin embargo, una ignorancia culpable
porque no tiene excusa para su rebelión contra la revelación de Dios. De ahí
que, como dice Pablo, “no tenga excusas”. [Esta es] la traducción literal del
griego, "sin una excusa" por sus pensamientos.

Y finalmente, la incredulidad del incrédulo no proviene de la falta de evidencia


fáctica, sino de su negativa a someterse a la palabra autorizada de Dios desde el
principio de su pensamiento.

Requisitos del apologista


Ahora digo que esa es la naturaleza de la situación en la que nos vemos
arrojados como apologistas. Esa es la naturaleza del mundo, Dios, la revelación
y el incrédulo. ¿Cuáles son los requisitos de nosotros como apologistas ahora?

1. Bueno, yo diría que, en primer lugar, el apologista debe tener una actitud
adecuada. No puede ser arrogante ni pendenciero. Debe, con humildad y
respeto, exponer sus argumentos de manera amable y pacífica.

2. En segundo lugar, el apologista debe tener un punto de partida


adecuado. Debe tomar la palabra de Dios como su presuposición
autoevidente; pensar los pensamientos de Dios después de él, en lugar de
intentar ser neutral en su debate. Y viendo la palabra de Dios como más
segura que su experiencia personal de los hechos.

3. En tercer lugar, el apologista debe tener un método adecuado. Trabajando


sobre las presuposiciones no reconocidas del incrédulo y estando
firmemente cimentado en sus propias presuposiciones, el apologista debe
apuntar a derribar toda imaginación elevada exaltada contra el
conocimiento de Dios, apuntando a traer cada pensamiento, tanto el suyo

96
como el de sus oponentes (por cierto, todo pensamiento) cautivo de la
obediencia de Cristo.

4. En cuarto lugar, el apologista debe tener el objetivo adecuado; asegurar


la rendición incondicional de los incrédulos sin comprometer la fidelidad
del apologista a la Palabra. La palabra de la cruz debe usarse para exponer
la absoluta pseudosabiduría del mundo como una necedad destructiva. Y
Cristo debe ser apartado como Señor en el corazón de uno, como dice
Pedro en 1 Pedro 3. No reconociendo así una autoridad más alta que la
palabra de Dios y negándose a suspender el compromiso intelectual con
la verdad de esa Palabra.

Bueno, esa es la naturaleza de la situación. Éstos son los requisitos del


apologista; como hace su trabajo.

Procedimiento para defender la fe


Por último, hablaré sobre el procedimiento para defender la fe: cinco puntos.

1. Primero, al darse cuenta de que el incrédulo está reteniendo la verdad con


injusticia, el apologista debe rechazar las presuposiciones tontas
implícitas en las preguntas críticas y, más bien, debe intentar educar a su
oponente. Y eso implicará presentar los hechos.

2. En segundo lugar, [presentar los hechos] dentro del contexto de la


filosofía bíblica. Noten que presentamos los hechos; somos
evidentistas. Pero los presentamos dentro de un marco presuposicionista
donde tienen sentido. Y ese marco es que Dios es el determinante
soberano de toda posibilidad e imposibilidad. Una recepción y
comprensión adecuadas de los hechos requerirá sumisión al señorío de
Cristo. Los hechos serán significativos para el incrédulo sólo si tiene un
cambio de mentalidad presuposicionista de la oscuridad a la luz. Y la
Escritura tiene la autoridad para declarar lo que sucedió en la historia e
interpretar lo que sucedió. No simplemente para declarar que Jesús
resucitó de entre los muertos, sino que lo hizo para asegurar nuestra
justificación.

3. En tercer lugar, los incrédulos que propugnaron presuposiciones deben


ser atacados enérgicamente preguntándose si el conocimiento es siquiera
posible dadas esas presuposiciones propugnadas. Para mostrar que Dios
ha enloquecido la sabiduría del mundo, el creyente puede colocarse en la

97
posición del incrédulo y responderle de acuerdo con su insensatez para
que no sea sabio en su propia opinión. Es decir, demostrar el resultado
del pensamiento incrédulo con sus suposiciones. El reclamo de los
incrédulos debería reducirse a la impotencia y la imposibilidad por lo que
llamo la crítica interna de su sistema. Es decir, debemos demostrar la
ignorancia de la incredulidad argumentando sobre la imposibilidad de
todo lo contrario al cristianismo: la plena seguridad de la fe.

4. En cuarto lugar, el apologista debe apelar al incrédulo como la imagen de


Dios que tiene la clara e ineludible revelación de Dios para él, dándole
así un conocimiento erradicable de su Creador. Y este conocimiento a
menudo puede exponerse indicando expresiones involuntarias en el
incrédulo o señalando el capital prestado, sus presuposiciones no
admitidas que se pueden encontrar en su sistema.

5. Y luego, finalmente, el apologista debe declarar la verdad autoritaria y


autoevidente de Dios como la condición previa de la inteligibilidad y la
única forma de salvación del hombre de todos los efectos del pecado, ya
sea por ignorancia o vanidad intelectual. Para que el apologista no se
vuelva como el incrédulo, no debe responderle según su necedad, sino
según la palabra de Dios.

Se puede invitar al incrédulo a ponerse en la posición cristiana a fin de ver que


proporciona las bases necesarias para la experiencia inteligible y el
conocimiento fáctico, concluyendo así que es lo único razonable de sostener y
que es la base misma para probar cualquier cosa.

Y finalmente, el apologista también puede explicar que las Escrituras explican


el estado de ánimo del incrédulo, su hostilidad y el fracaso de los hombres en
reconocer la verdad necesaria de la revelación de Dios. Además, la Escritura
proporciona el único escape de los efectos de esta hostilidad y fracaso, ya sea
futilidad intelectual o condenación eterna.

PREGUNTAS CRUZADAS – MODERA RICHARD DEWITT


Dewitt: Gracias. Ahora tendremos oportunidad de hacer preguntas. No iba a
hacer esto, pero tomaré la prerrogativa como presidente de la reunión y haré una
pregunta antes de entregarle la oportunidad de hacerle preguntas.

98
Dr. Sproul, ¿le escuché decir que la apologética presuposicionista representa un
abandono a la metodología neortodoxa?

Sproul: ¿Un abandono?

Dewitt: Bueno, una adopción de su metodología, es decir, un abandono de los


clásicos reformados [inaudible].

Sproul: Puede que lo tenga grabado, pero quiero...

Dewitt: Algo así, me gustaría que se explayase un poco sobre eso, lo que quiso
decir con eso.

Sproul: Está bien. Lo que originalmente había preparado para esta noche, pero
con el tiempo no me lo permití, fue dar un breve reconocimiento histórico del
surgimiento histórico del fideísmo como alternativa a la teología natural como
método, metafísica, filosofía y teología. Lo que tenía en mente era que, desde
una perspectiva metodológica, la neortodoxia se destaca, en particular Barth,
por su rechazo muy estricto de la teología natural y por reemplazar la teología
natural con un enfoque o defensa fideísta de la fe cristiana. Tengo mucho miedo
de las implicaciones más amplias de ese método. No sé exactamente cómo dije
eso y enumeré mis preocupaciones. Pero para expresar las diferencias tan
claramente como pueda, en términos de la declaración de preocupación, Patrick
[inaudible] mis palabras cuidadosamente aquí porque no estoy diciendo—me
alegra que hayas hecho esta pregunta—que cualquiera que sea un
presuposicionista es neortodoxo, como un criptoneortodoxo, criptobarthiano o
criptoexistencialista. No quiero decir eso en absoluto. Quiero dejar eso muy
claro. Pero tengo miedo de las implicaciones del método.

Por estas razones, creo que, en primer lugar, el enfoque presuposicionista le da


al pagano una excusa para su rechazo de Dios porque el pagano es lo
suficientemente agudo como para ver la falacia del razonamiento circular sobre
el cual se establece el presuposicionismo. No me gusta que el pagano tenga esa
excusa para que diga: "Oye, Dios, la razón por la que no creí en ti es porque
todos los que te defendían me dieron un argumento que violaba los cánones
formales de la lógica".

En segundo lugar, cuando comenzamos nuestro argumento con la afirmación y


la existencia de Dios, nos encontramos en una situación realmente peligrosa de
subjetivismo. Bueno, solo digo: "Dios es". Ese es mi punto de partida. Hay un

99
Dios. La autoridad con la que digo eso, humanamente hablando, en términos
del argumento, es el hecho de que soy yo quien lo está diciendo.

Ahora bien, si no tengo una base objetiva y probatoria para eso, eso lo llamamos
“subjetivismo”. Es una cuestión de decisión de una fe que no se basa en criterios
objetivos de evidencia. Eso es lo que quise decir con la intrusión de un método
existencial o neortodoxo en la teología y la filosofía. ¡Dios no quiera que llame
al Dr. Van Til o a cualquiera de sus discípulos existencialistas! No creo que lo
sean, de ninguna manera. Pero creo que es una feliz inconsistencia en ese
momento. Y esto es un miedo, una preocupación. Por eso dije que es importante
para nosotros ver qué es... sé que Greg va a tener la oportunidad, espero que se
tome el tiempo para expresar sus inquietudes. Su preocupación es que estamos
cediendo demasiado a los humanistas, vamos a terminar en autonomía, la mente
humana termina en el racionalismo cartesiano, y todo ese tipo de cosas, y
compromete la seguridad de que ya ha mencionado la palabra de Dios. Pero el
único argumento que he escuchado hasta ahora en la apologética del
presuposicionista es: "Empiezo con la afirmación de la existencia de Dios",
¡cuya afirmación es precisamente el tema en disputa! ¡Y no ofrezco
pruebas! ¡Solo digo que es así!

Eso es buen evangelismo. Pero creo que es el golpe mortal, es fatal para la
apologética como respuesta a los pretendientes de la verdad que Greg ha
descrito tan bellamente. Creo que tenemos otro problema de confusión entre
ontología y epistemología, al que estoy seguro de que esta discusión llegará
tarde o temprano. Pero eso responde a tu pregunta.

Dewitt: ¿Quiere decir algo, profesor Bahnsen?

Bahnsen: Sí. [risas de la audiencia]. En primer lugar, quiero dejar muy claro
que la posición que ocupo en la apologética y la posición defendida durante más
de 40 años por el Dr. Van Til no es de ninguna manera—y es muy inapropiado
usar la palabra en la misma sala—fideísmo. No es subjetivismo, no es
antirracionalismo, no es una negación de criterios objetivos y bases de
creencia. De hecho, encontrará afirmaciones vigorosas en la literatura del Dr.
Van Til, como encontrará en mi literatura limitada, sobre el hecho de que existe
un argumento objetivo para la existencia de Dios, que es ineludible y ningún
hombre tiene motivos racionales para pensar que puede rechazarlo. Entonces
eso no es fideísmo en absoluto. No se acerca al subjetivismo, tampoco le da al
pagano una excusa porque no le dice que tenemos un círculo aquí y otro círculo
allá y bueno, supongo que son trazos diferentes para diferentes personas, tome

100
el que quiera. ¡Ese no es el argumento presuposicionista! El argumento es:
“Estás razonando en círculo. Y es un círculo destructivo. Y yo puedo estar
razonando en un círculo, pero es uno que abarca tu pensamiento y todo lo válido
en tu pensamiento, así como otras cosas. Le da a la ciencia una base”.

Ahora, esta palabra sobre la argumentación presuposicionista y circular necesita


expandirse un poco más. Digamos que yo, como cristiano, estoy tratando con
un hombre que es un empirista comprometido y exhausto. Él cree que la
percepción sensorial es la prueba de toda verdad, sea la que sea. Entonces, su
presuposición última es que la percepción sensorial es el estándar de verdad.

Considere ahora a un hombre que quiere debatir con el empirista en este


punto. Y trae un argumento, lo llamaremos argumento A, para que se relacione
con el empirista. Y otro hombre entra en la habitación y usa el argumento B con
el empirista. Ahora bien, si el argumento A se basa de hecho en una
presuposición última que niega que la percepción sensorial sea el estándar de
verdad y el empirista acepta el argumento A, ¿notaría usted que solo puede
aceptar ese argumento rechazando su presuposición? Es decir, no puede aceptar
ese argumento y mantener su presuposición porque esto se basa en la negación
de eso como el último estándar de verdad.

Por otro lado, si alguien que argumenta sobre la base de que la percepción
sensorial es el estándar de verdad está de acuerdo con su argumento, y el
empirista lo acepta, lo acepta porque ya está comprometido con la percepción
sensorial como estándar de verdad.

Ahora bien, nadie está hablando de lo que R.C. ha llamado la falacia lógica
elemental del razonamiento circular. Nadie dice que A es verdad porque A es
verdad. Estamos hablando de pensamiento trascendental y esa es un área muy
importante de la epistemología. Va mucho más allá de la lógica elemental
(¿modal?), mucho más allá del empirismo heleano. Y, de hecho, en todo caso,
tiene sus raíces en lo que es realmente la tradición continental de Kant de
preguntar sobre las condiciones previas de todo conocimiento, ya sea la lógica,
la percepción sensorial o lo que sea. Y lo que dice el presuposicionista es que
debes reconocer que un estándar fundamental es solo eso: fundamental. Y si
tiene un argumento a favor de ese estándar fundamental que no sea el estándar
fundamental, entonces ese otro argumento es su estándar
fundamental. ¿Entiende que no puede establecer su punto fundamental yendo
detrás de él, porque si pudiera ir detrás de él para encontrar algún fundamento
allí, ese sería su estándar fundamental?

101
Entonces, la pregunta es: ¿cómo argumentan esto [señala la pizarra]? Y el hecho
es que la única forma en que puede argumentar es coherente con sus
presuposiciones. Y la única forma en que puede establecer sus presuposiciones
es trascendentalmente. Y esa es una argumentación circular. No tiene nada que
ver con la circularidad de línea plana de petición de principio.

Y finalmente, el criterio objetivo y la evidencia del presuposicionista es


precisamente la revelación de Dios, que llega. Estoy de acuerdo con R.C., llega
a todos los hombres. Y quiero mantener que les llega a todos, ya sea que hayan
ido a la universidad o no, que tengan un diploma de secundaria o no, que sepa
algo de lógica aristotélica o lógica simbólica o que sepa algo de Hume o de
cualquier filósofo, no me importa si es Sophie la lavandera, ella conoce a Dios,
y Pablo dice que no tiene excusa para su rechazo. Y debo tener un método de
argumentación que responda a esos hechos, no simplemente de teología natural
mediata, sino un argumento basado en la revelación clara, perspicua y segura
de Dios que llega a todos a través de la naturaleza.

Sproul: ¿Podrías repetir eso último? No escuché si dijiste mediata o inmediata.

Bahnsen: El conocimiento que tienen todos los hombres es inmediato.

Sproul: ¿Y no mediato?

Bahnsen: Y no mediato.

Sproul: ¿Difiere de Calvino en ese punto?

Bahnsen: En realidad, no voy a debatir la exégesis histórica de Calvino. No


creo que difiera de Calvin, pero esa es realmente una pregunta para el
departamento de historia de la iglesia.

Dewitt: Oh, no habría… [risas de la audiencia]. Creo que ambos están


equivocados con Calvino [risas de la audiencia]. Greg Fresnoll [miembro de la
audiencia], levántese cuando haga sus preguntas y díganos su nombre.

Fresnoll: Mi nombre es Greg… R.C., recuerda en Atlanta, haciendo una


pregunta, que creo que tal vez no sea correcta en esta línea de argumentación,
pero tiene que ver con la lógica mediata e inmediata, ¿cuál es tu estándar para
tomar una decisión? Pensando en los pensamientos de Dios conforme a él. Y te
hice la pregunta de que si Satanás se acercaba y tentaba a Eva y decía: "¿Te dijo

102
Dios…?" Y lo miró y miró el árbol y en lugar de decir: “Sí, lo tomaré”, dijo:
“No, estoy engordando. Será mejor que no lo acepte". Le hice esa pregunta y
dijo que lo meditaría. Yo haría la misma pregunta cuando regrese [inaudible]
creo que se trata de la pregunta sobre con cuál estándar debería haber hecho su
respuesta. Ahora cometí el error entonces, cuando dije, en lo que respecta a mi
comunicación con usted, que ella simplemente debía dar esta respuesta… tenía
que ser su respuesta. Pero ¿con qué criterio se hace esa respuesta? Entonces, si
ella hubiera dicho: “No, estoy engordando. No la aceptaré". ¿Habría
pecado? Ahora, sé que dado que no es así como sucedió, pero este es el punto
del argumento. Y también me gustaría preguntarle al Dr. Bahnsen [risas de la
audiencia por razón desconocida].

Sproul: Bueno, antes de que se comiera la fruta prohibida y cayera, pensé que
tenía la figura más fantástica del mundo y que no estaba preocupada en lo más
mínimo por engordar [risas de la audiencia]. Así que... [inaudible]. Greg, en
realidad no estoy seguro de entender esa pregunta. ¿Sabes? ¿Entendiste esa
pregunta?

Bahnsen: Sí. [risas de la audiencia]

Sproul: ¿En serio? ¿Podrías ayudarme un poco con eso?

Bahnsen: Te daré algo a lo que disparar. ¿Bien? Daré una respuesta y luego—

Sproul: Primero lo escucharemos, y luego eso quizás aclare las preguntas en


mi mente...

Bahnsen: Según tengo entendido, Greg pregunta sobre los fundamentos


morales de la epistemología. Verás, Eva se enfrenta a una situación. Satanás
dice: "Toma el fruto". Dios dice: "No tomes el fruto". Ella tiene que tomar una
decisión. ¿Sobre qué base debería ella tomar la decisión? Y por “base” aquí, nos
referimos a qué motivos racionales debería utilizar, y por "debería" queremos
decir: ¿cuál era moralmente su deber?

Y estaba buscando rápidamente aquí, y me temo que la dirección exacta se me


escapa, pero Pablo advierte a la iglesia en un momento, que no quiere que la
iglesia sea engañada por el… ¿cómo lo dice ahora exactamente…? Según
recuerdo, es algo parecido a la sutileza con la que Eva fue desviada. La sutileza
con la que se extravió. Es decir, no se trata simplemente de que se haya
descarriado, sino del razonamiento muy sutil por el que se descarrió. ¿Y cuál

103
fue el razonamiento sutil de Satanás? "¿Ha dicho Dios eso?" Es decir, puso en
duda la autoridad de la palabra autodeclarante de Dios. Y yo respondería, como
presuposicionista, por mucho que sea la hipotética herética: "¿Y si Eva hubiera
hecho esto, aquello o lo otro?", Si Eva hubiera permanecido pura en el sentido
de que... en el sentido externo no comió la fruta, pero no lo habría hecho porque
tuviese miedo de perder esa maravillosa figura que le dieron al crearla, de
hecho, habría pecado, porque la cuestión de la fruta no era la cuestión de algún
poder mágico o algo por el estilo. Es una cuestión de obediencia solo al Señorío
de Dios. En este caso, C.S. Lewis lo ha dejado muy claro, él no es un
presuposicionista, Lewis dice que ese mandato fue totalmente arbitrario de
parte de Dios. No fue porque la fruta estuviera envenenada ni nada por el
estilo. Era solo para ver si tenía un estado de ánimo obediente y, por lo tanto,
diría que, si de hecho no hubiese comido la fruta para salvar su figura, entonces
habría demostrado que estaba usando un criterio que era inmoral, porque el
problema real es si ella sería sumisa a los pensamientos de Dios y no a los
suyos.

Sproul: Eso realmente me ayuda a entender la pregunta y ciertamente estaría


de acuerdo en que en la conclusión que Greg acaba de dar: ella solo se habría
abstenido por su figura en vez de por este deseo genuino de complacer a Dios
en obediencia y eso hubiera sido pecado, aunque ella tuviera conformidad
externa con la ley, su motivación interna hubiera sido corrupta. Estoy
completamente de acuerdo con eso.

Sin embargo, solo quería comentar un poco sobre el contexto de esa situación
en particular. En primer lugar, Eva sí tuvo una comunicación directa e
inmediata con nuestro Creador, que nosotros no tenemos de la misma manera:
cara a cara, comunicación verbal.

Creo que la sutileza de lo que hizo Satanás fue no pedir… no estaba preguntando
nada acerca de cómo sabes que fue Dios quien te dijo que comieras o no
comieras de este árbol. Recuerda la cita completa, cuando Satanás dijo: "¿Ha
dicho Dios que no debes…" ¿qué? "comer de cualquier árbol del jardín?" Existe
la sutileza, porque Dios no había dicho eso y Satanás sabía muy bien que Dios
no había dicho eso.

Aquí entra Jean-Paul Satre que nos dice todos los días que, a menos que seamos
autónomos, no somos realmente libres. Si somos responsables en un solo punto
ante alguien o algo más allá de nosotros mismos, no somos libres. De hecho, da
la vuelta a los argumentos clásicos de la existencia de Dios y los utiliza como

104
argumento en contra de la existencia de Dios: si el hombre es, Dios no puede
ser, porque Dios destruiría la esencia de nuestra humanidad que es la libertad
subjetiva y la autonomía.

Ahora, la sutileza de Satanás es que está poniendo en su mente la idea de que,


si Dios te impuso una restricción, en realidad no eres libre. Pero no creo que
haya nada sucediendo allí en términos del debate sobre la existencia de Dios. No
creo que eso estuviera en duda.

Déjame terminar esto, ¿de acuerdo? Déjame responder.

Pero ¿cómo sabe ella la verdad? Greg me ha escuchado hablar de esto en otras
ocasiones, desde la perspectiva neortodoxa donde se enorgullecen de las
contradicciones e [inaudible] tú escuchaste la declaración... Fruehner lo
hizo. La contradicción es el sello distintivo de la verdad, ¿de
acuerdo? Supongamos que ese es el caso.

La contradicción es el sello distintivo de la verdad.

—Y ahora Dios dice: “No comas del árbol”.


—Viene una serpiente y dice: "Ya sabes, come del árbol".
—Dios dice: “Si comes del árbol, morirás. Si A, B seguirá". ¿Bien?
—Satanás dice: "Si comes del árbol, no morirás, sino serás como Dios".
—Ahora Dios dice: “Si A, entonces B”. Satanás llega y dice "Si A, entonces no
B", ¿de acuerdo?

Ahora es bastante agudo. Él salió de los efectos noéticos del pecado, eso es
[ininteligible] y ella dice: “Eso es una contradicción. Satanás está hablando en
directa contradicción con lo que mi Creador, que sé que es Dios, me ha mandado
hacer. ¿Bien? “Pero” dice Eva, “la contradicción es el sello de la
verdad. Entonces, la serpiente debe estar diciendo la verdad. Dios es la
verdad. La serpiente debe ser un representante de Dios. Es mi deber moral
comer del árbol.” Así es como funciona la neortodoxia con
eso. ¿OK? Entonces, lo que estoy diciendo es que la racionalidad y la ley de la
contradicción se incorporó a eso primero [corte de audio].

Dewitt: Tiene que ser breve. Muy breve [risas de la audiencia].

Bahnsen: De acuerdo. Sin duda, la razón estaba incorporada en lo que estaba


haciendo. La pregunta se convierte en una apologética: ¿cuáles son los

105
fundamentos de esa razón adecuada que usó? Después de la caída, esos
cimientos ahora se cuestionan. Y el texto de las Escrituras que estaba buscando
es 2 Corintios 11: 3. Pablo dice: "Temo que como la serpiente te engañe con su
astucia, que tu mente se desvíe de la sencillez y pureza de la devoción que es a
Cristo".

Dewitt: Estoy seguro de que debe haber muchas preguntas. ¿Sí, Bill?

Bill: [ininteligible] ¿Se basa en la razón o en la fe experiencial o en una


combinación de ambas?

Bahnsen: ¿Qué significa la fe experiencial en tu pregunta, Bill?

Bill: [ininteligible].

Bahnsen: No, está bien. Has dicho suficiente. Sé en qué estadio de béisbol
estás. Yo diría que no es ninguno. Esa no es una razón, si quiere decir con eso,
la manipulación de las leyes de la lógica a como hacemos nuestra tarea como
estudiantes de seminario. O la fe experiencial en la que lo hemos puesto a
prueba en la experiencia y hemos descubierto que funciona. Por cierto, ninguno
de ellas puede darte la seguridad, la seguridad infalible de que eres salvo que
nos ofrece la Biblia. Más bien diría que Dios ha dado una clara revelación que
se puede defender porque es el único fundamento para conocer cualquier cosa
y que esa clara revelación junto con el testimonio interno del Espíritu Santo nos
da una seguridad infalible de nuestra fe. Pero no creo que el Espíritu Santo
tome evidencia probable o evidencia incierta y la convierta en cierta evidencia
o certeza o seguridad infalible en nuestro corazón. Creo que toma cierta
evidencia, evidencia infalible y con su infalible persuasión moral la convierte
en fe infalible en nuestros corazones.

Dewitt: Bien... Identifícate... Josiah…

Josiah: Dijo algo que solo quería saber: ¿qué quería decir con… usted dijo…
confrontación con el mundo en sus propios términos?

Sproul: Lo que quise decir con eso es apologética en el sentido clásico de una
respuesta ad hominem de donde viene el mundo, de donde salimos de la reserva
y nos batimos en duelo con ellos en su propio patio trasero.

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Ahora creo que lo que quise decir con eso, Josiah, no quiero poner palabras en
la boca de Greg, pero supongo que ese no es un punto de controversia entre
nosotros. Espero que no. Siempre busco más acuerdo que desacuerdo. Espero
que no descubramos más desacuerdos.

Lo que quiero decir con eso es que la preocupación en este punto es mostrar—
ambos estamos de acuerdo—que toda la vida y la visión del mundo de los
paganos está construida sobre una mentira. Dios se revela claramente a todos
los hombres. Los hombres tienen ese conocimiento. Intercambian la verdad por
la mentira, por lo tanto, sus pensamientos se vuelven inútiles. Vemos hombres
brillantes en el mundo. Vemos a los Sartre y a los Hume del mundo y sus
formidables mentes, intelecto, y construyen sistemas filosóficos
fantásticamente complejos e intrincados. Y a veces nos intimidan mucho. Muy,
muy inteligentes. Pero sabemos que, a fin de cuentas, todos sus sistemas son un
ejercicio inútil. ¿Y no sería ese el caso si su punto de partida es un rechazo de
la revelación de Dios, si se niegan a reconocer lo que saben que es verdad al
principio de su pensamiento—y Greg y yo estamos de acuerdo—hay una
revelación general objetiva?, ambos estamos de acuerdo en que existe una
teología natural objetiva.

Dewitt: Gene…

Gene: Creí escucharlo decir que el ruido pasa [risa de la audiencia].

Bahnsen: Revelación general objetiva. Pero la teología natural es tomar el


conocimiento sobre la naturaleza, que en sí mismo no tiene nada que ver con
los presupuestos de Dios y todo lo demás, y pasar de ellos de manera
independiente y autónoma a otra conclusión, a saber, que hay un dios. De lo
que estamos hablando es de un argumento objetivo a favor de la existencia de
Dios, pero no creo que sea una teología natural. Creo que es un argumento
trascendental.

Sproul: Lo que quiero decir con la teología natural, lo que quiero decir con
teología es el conocimiento de Dios. Lo que quiero decir con teología natural es
un conocimiento de Dios que viene a través de la naturaleza. ¿No crees eso?

Bahnsen: Oh, estoy dispuesto a aceptar eso. Pero hay una distinción dentro de
lo que ustedes llaman el conocimiento de Dios, ya sea intermedio o
inmediato. Y también hay una distinción entre tipos de argumentos.

107
Sproul: Bien... entonces... bueno de todos modos... olvídalo. Solo pensé que
teníamos un punto de acuerdo allí, que obviamente no es así [risas de la
audiencia] porque... ¿estás rechazando la dimensión mediata?

Bahnsen: No, estoy rechazando la naturaleza del argumento que usaba la vieja
escuela de Princeton para corroborar ese conocimiento de Dios.

Sproul: Bien, pero no estamos en eso en este momento, Greg. Simplemente


estamos hablando simplemente de si estamos de acuerdo o no en que había una
teoría natural... un conocimiento natural de Dios que todos los hombres tienen.

Bahnsen: Una vez más, diría que es inmediato.

Sproul: Bien… [ininteligible]

Bahnsen: No, yo también diría que el apologista puede obtener una prueba
inmediata, trascendental y objetivamente válida de la existencia de Dios. Pero
eso no es lo que está haciendo Aquino.

Sproul: Está bien. Aquino iba a mediar. Mediar, no de forma inmediata. Quería
demostrar ser un mediador... eso es lo que estoy tratando de hacer. Eso es en lo
que creía Calvino, y estamos listos para comenzar. Tengo las citas aquí si
quieres que documente eso. No solo estoy diciendo eso... Calvino usa esos
mismos términos... mediar... cuando habla de Romanos 1: 18-21, compruébalo,
búscalo.

Pero el otro punto que quiero transmitir aquí es que lo que ambos estamos
tratando de hacer es mostrar que esos sistemas paganos que proceden de un
rechazo de la revelación general, ya sea inmediata o mediata—olvida eso por
un minuto—todavía saben que hay Dios. Y se niegan a reconocer a Dios como
Dios. Concédelo. ¿Bien? Todos saben que hay un dios. Sartre sabe muy bien
que hay un dios. Hume sabía que había un Dios. Ahora, su punto de partida
entonces, a partir de la construcción de su filosofía, se basa en una negativa a
reconocer lo que sabían que era verdad. Pablo llama a eso una tontería y si
fueras un exégeta cuidadoso, te darías cuenta de que "tonto" en el Nuevo
Testamento no es simplemente un juicio de la capacidad intelectual de uno, es
un juicio moral. La necedad es un pecado desde la perspectiva del N.T. Así que
tenemos un problema moral del hombre ahora en este ciclo de represión o
supresión, como quieras llamarlo, de esta revelación general. Entonces, cuál es
la tarea de... una de las tareas del apologista es exponer la mentira y la

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bancarrota de este sistema que se basa en una negativa inicial a reconocer lo que
el hombre cree que es verdad. Su punto de partida es una mentira.

Ahora, sobre la base de esa mentira, puede construir visiones del mundo muy
sofisticadas e inteligentes. Ambos estamos tratando de mostrar la necedad de
esto y exponer su necedad. Podría… déjame decir esto sobre la escuela
presuposicionista, en particular el Seminario de Westminster. No creo que haya
ninguna otra escuela en la historia de la iglesia cristiana que haya producido una
crítica más devastadora, centelleante y eficaz de las visiones del mundo
alternativas al cristianismo que los defensores de la escuela presuposicionista
en general y el Seminario de Westminster en particular. Déjame decirlo otra
vez. No creo que haya habido nunca, en la historia de la iglesia, una sola escuela
o, quiero decir, una institución o una escuela de pensamiento que los discípulos
del Dr. Van Til y compañía de la escuela presuposicionista, que haya sido más
eficaz para exponer las debilidades y las falacias en términos de críticas
comprensivas de todos los sistemas alternativos al cristianismo. No tengo
ninguna disputa allí. Cuando habla de cuestionar los fundamentos sobre los que
se establecen estas otras visiones de vida y del mundo. Ahí estamos muy, muy
unidos, creo. Donde nuestro desacuerdo está es en cómo luego reemplazamos
lo que hemos demolido con una presentación positiva de la veracidad de la fe
cristiana.

Ahora, volviendo a la pregunta sobre lo que quise decir, Josiah, fuiste tú quien
preguntó eso, sobre salir y golpearlos en sus propios terrenos. Lo que quiero
decir con eso es salir y mostrarles y ellos dicen: "Tenemos racionalidad...
tenemos razón... creemos que solo lo que es racionalmente demostrativo es
verdad". Sus presuposiciones son racionalistas, o el empirismo del que Greg
está hablando aquí. Ahora, lo que voy a tratar de mostrar, argumentando sobre
sus propios motivos, es que no pueden preparar su pastel y comérselo
también. Voy a decir: si fueras realmente un empirista y tuvieras algún
conocimiento en la percepción sensorial, voy a tratar de conducirte para
mostrarte que la percepción de los sentidos como método de conocimiento exige
que te sometas a una noción de Dios. Porque sin Dios, no hay garantía alguna
de que la percepción sensorial tenga alguna correspondencia con la realidad.

Y si es un racionalista que está compitiendo por la ley de la contradicción, que


está diciendo: "Cuando me vaya, no hay garantía de que la realidad corresponda
a la razón". Así que estoy tratando de mostrarle, mi argumento es válido de una
manera ad hominem, que él no puede tener un sistema sensorial o empírico
viable sin Dios. Y estoy tratando de mostrarle al racionalista que ni siquiera

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puede tener la razón que está tratando de usar para criticar el cristianismo sin
Dios, porque en última instancia presupone la existencia de Dios como la base
de su racionalidad o percepción sensorial sin reconocer que... ¿de acuerdo? [Al
fondo, Bahnsen dice amén]. Ahora es donde estamos totalmente de acuerdo.

Ahora, cuando habla de un argumento trascendental en términos kantianos


sobre lo que es necesario para que cualquiera de estas cosas tenga sentido o sea
significativo, en última instancia, en categorías kantianas: trascendental no
significa trascendente en las formas normales en que lo usamos, sino
simplemente está haciendo la pregunta: ¿Cuáles son las condiciones previas del
conocimiento? En ese sentido, el propio Dr. Van Til hace una distinción entre
presuposiciones últimas y próximas. Me estás preguntando a mí o a cualquier
defensor de la escuela evidencista... que Dios debe ser la presuposición última
de cualquier conocimiento, hecho y verdad; decimos “Sí y amén, por
supuesto. Obviamente." A menos que haya un Dios, la racionalidad no tiene
sentido. A menos que haya un Dios, la percepción sensorial se mezcla con el
tipo de escepticismo del que habla el Dr. Clark. Lo sabemos. Te lo
concedemos. No somos tontos. Entendemos que la racionalidad, para que tenga
algún significado, debe basarse en última instancia en Dios. Creemos eso y lo
sabemos.

La disputa tiene lugar en cómo procedemos a discutir sobre ella. Queremos


pasar simplemente de la epistemología a la ontología. Quizás debamos
malinterpretar a los presuposicionistas y es por eso por lo que nos gustaría
reunirnos y tratar de obtener esto porque solo conozco al Dr. Van Til por leer
sus libros. Me reuní con él y tuve conversaciones, pero no me senté en su clase
y le hice mil preguntas como Greg y otras. Es por eso por lo que me gusta hablar
con los defensores de la escuela presuposicionista tanto como sea posible para
aclarar estas diferencias, si es que lo son, y tal vez solo sean tempestades en la
tetera. No sé. Pero el punto que estamos tratando de llegar es que queremos
comenzar con la epistemología y pasar a la ontología. Quieren comenzar con la
ontología y luego mostrar que toda la epistemología se basa en eso. [risas de la
audiencia por razones desconocidas]

Bahnsen: ¿Puedo dar mi versión de eso?

Sproul: Claro.

110
Bahnsen: Llegamos a algo cuando hablamos de lo que tenemos en común y lo
que no. Y vaya, los últimos minutos de lo que R.C. suena a puro
presuposicionismo y es grandioso, y tiene razón [risas de la audiencia].

La pregunta es, después de haber hecho la crítica interna, de haber mostrado la


estupidez de la incredulidad y haber llevado al hombre a su escepticismo y su
nihilismo y todo lo demás, ¿cómo puede entonces demostrar que no es, ya sabes,
un disparo en la oscuridad? Sabes, él dirá: "Bueno, ahora quiero ser cristiano
porque es bastante incómodo ser nihilista y todo lo demás". Es decir, ¿cuál es
la naturaleza del argumento positivo a favor del cristianismo? Por cierto, ese es
el tipo de cosas que realmente me animaron cuando R.C. y yo hicimos este viaje
en avión y estábamos yendo y viniendo porque es bastante evidente que él y yo
queremos hacer eso: destruir el sistema de creencias del incrédulo y no dejar
nada en que apoyarse.

Pero ahora, si puedo... ¿cuál es el tipo de argumentación que primero se requiere


moralmente y es epistemológicamente sólida al tratar con una presentación
positiva del Evangelio? Y yo diría que la razón por la que tengo este problema
con aceptar el término “teología natural” es que la teología natural dice que,
sobre bases autónomas, es decir, sin ningún compromiso de que exista Dios o
no, desde la perspectiva neutral, podemos tomar algún hecho sobre el universo,
por ejemplo, que cada evento tiene una causa y, a partir de eso, podemos razonar
que existe un dios.

Ahora, la presentación de R.C. de la prueba cosmológica esta tarde para todas


sus complejidades filosóficas detalladas de las que podemos estar hablando, mi
problema real tiene que ver con esto: uno, no creo que el argumento sea
sólido. Y, en segundo lugar, incluso si lo fuera, solo conduciría a la
probabilidad. Y, en consecuencia, no es una herramienta apologética
adecuada. Uno, porque los buenos filósofos pueden, de hecho, refutar esa forma
de argumentación y, en segundo lugar, incluso si no la refutan, no nos daría, de
hecho, esta completa seguridad de la que hemos estado hablando.

Por otro lado, existe una forma de argumentación que se llama “trascendental”
que diría “nadie es autónomo y nadie es neutral” y, de hecho, mientras todos
pretendemos ser autónomos y neutrales, ni siquiera podríamos decir que la
hierba en el campo es verde, ni siquiera podríamos predicar, como dice Van Til,
no podríamos predicar una cosa de otra si no dependiéramos ya del
conocimiento de Dios que tenemos inmediatamente en la creación, en la
conciencia y todo el resto. Y entonces el trascendentalista dice: "¿Cuáles son

111
las condiciones previas del conocimiento?" No discute desde una plataforma
inmanente hasta un Dios trascendente. Él argumenta que, de hecho, no se puede
saber nada, ni siquiera se puede discutir de una manera u otra, hacia arriba, hacia
abajo o hacia los lados sin un dios. Y entonces, no es el paso de la metafísica a
la epistemología o de la epistemología a la metafísica lo que nos
separa. Permítanme explicarles eso porque sé que algunos de ustedes no han
estado en los cursos técnicos donde se usan esos términos.

La metafísica es la doctrina del ser, lo que es real, lo que es verdadero, lo que


es la estructura y lo que realmente existe en el universo. Aquellas cosas que
tienen existencia: metafísica. Y la doctrina de Dios es una doctrina metafísica
porque estamos hablando de que hay un Dios, especialmente un ser transfísico,
ya sea Dios o leyes de la lógica, lo que sea. Metafísica.

La epistemología pregunta: "¿cómo sabes lo que sabes, cuáles son los criterios
del conocimiento, cuál es el estado de creencia y las preguntas que tienen que
ver con el conocimiento y el proceso de conocimiento".

Ahora R.C. dice que quiere comenzar con la epistemología y pasar a la


ontología o metafísica. Comencemos con la ley de la no contradicción, la
confiabilidad básica de la percepción sensorial y la ley de causalidad. Y desde
esas plataformas epistemológicas, desde esa plataforma, pasar a la existencia de
Dios. Lo que quiero decir es que no puedes comenzar ni siquiera con esa
plataforma si aún no tienes la existencia de Dios y esa no es una declaración
ontológica porque hemos acordado ontológicamente que no habría ninguna
lógica o experiencia sensorial si Dios no habría creado el mundo a menos que
hubiera un dios coherente. Estoy haciendo un punto epistemológico de que ni
siquiera tiene sentido usar las matemáticas o el empirismo o las ciencias
naturales de cualquier tipo sin saber ya que hay un Dios que es el contexto en
el que la interpretación y la predicación son posibles. Ese es el argumento
trascendental, que dice que la condición previa de la inteligibilidad y el
conocimiento ya es... la existencia de Dios. Y eso no pretende ser un argumento
probable a favor de la existencia de Dios, sino un cierto argumento, un
argumento necesario, un argumento ineludible. Y, entonces, es posible que no
seamos capaces de desarrollar esto, es posible que no seamos capaces de hacer
muy bien nuestra tarea, pero lo que el programa y críticas resultan ser,
formalmente, es que tanto la teología natural, Tomás de Aquino y el antiguo
enfoque de Princeton; uno, no usa un buen razonamiento filosóficamente sólido,
y dos, si lo hicieran, solo conducirían a la probabilidad y, por lo tanto, dejaría
al incrédulo con una excusa para su incredulidad, porque solo hay

112
probabilidad. Mientras que el enfoque trascendental o presuposicionista no se
mueve de una premisa natural autónoma a una conclusión trascendente, sino
que dice que, de hecho, es una condición trascendental o previa de todo
conocimiento que no se puede probar nada, ni siquiera puedes demostrar que tu
coche está en el aparcamiento sin presuponer en última instancia que hay un
Dios. Y R.C. tiene razón, el Dr. Van Til distingue entre presupuestos últimos y
próximos.

Dewitt: Profesor Bahnsen, ¿cómo es eso un argumento?

Bahnsen: ¿El argumento trascendental?

Dewitt: ¿Por qué lo que ha dicho ahora es un argumento?

Bahnsen: Le daré un ejemplo de un argumento trascendental.

Dewitt: ¿Puedo explicar eso? Lo ha descrito como una condición previa, una
presuposición y un argumento. Puedo entender que es una presuposición y una
condición previa, pero me gustaría una pequeña aclaración sobre cómo es un
argumento. Cómo es una forma argumentativa.

Bahnsen: Sí, por supuesto, Kant no es el tema de discusión de esta noche,


puedes estar muy seguro de que Immanuel Kant pensó que estaba argumentando
en su Crítica de la razón pura y cuando expuso su filosofía trascendental. Pero
les daré una cosa más simple de seguir trascendentalmente que fue mucho antes
de Kant y algo con lo que ni R.C. ni yo discutiríamos, me imagino, en
Aristóteles.

Aristóteles dice: "¿Cómo se prueba la ley de la no contradicción?" Y en su breve


párrafo—y es muy breve y devastador—Aristóteles dice: “Bueno, puedes
intentar defenderlo en sus propios fundamentos, en cuyo caso es un
razonamiento circular. O puedes tener un argumento que vaya a otras premisas
y otras premisas y otras premisas que lleven a la eternidad y nunca resuelvan el
asunto, porque ninguna de esas va a funcionar. Pero dice que podemos defender
la ley de la no contradicción a partir de la imposibilidad de lo contrario. Él dice:
“Finge que no te apegas a la ley de la no contradicción. ¿Cuáles son los
efectos?" De hecho, ni siquiera puedes discutir si no te apegas a la ley de la no
contradicción. Y a pesar de toda esta charla sobre racionalidad y lógica y todo
eso, Dr. Van Til, Frame, Bahnsen y Poythress y todo los demás, nunca lo hemos
negado ni por un momento. La cuestión es si la ley de la no contradicción es de

113
hecho su propio fundamento epistemológico, o si debe haber algo más allá de
eso, y yo diría que lo hay. Pero Aristóteles tiene un argumento trascendental de
la imposibilidad de lo contrario y ese es exactamente el lenguaje de Van Til
cuando dice que podemos probar que Dios existe a partir de la imposibilidad de
lo contrario.

Sproul: En ese punto es un argumento de seres necesarios. Déjeme hacerle una


pregunta aquí que puede ayudar a todos. Cuando me hablas de un argumento
trascendental kantiano—te lo dije en el avión y nunca tuvimos la oportunidad
de hablar realmente de ello. ¿Estás diciendo, Greg, que, o lo que estoy
escuchando, es que tu comprensión de Van Til, que lo que Van Til está
proponiendo aquí es una reformulación muy sofisticada y algo sutil del
argumento ontológico?

Bahnsen: En mis clases de apologética, tengo lo que se llama una


reconstrucción del argumento ontológico a lo largo de líneas
presuposicionistas. La dificultad es que la mayor parte de esto lo desarrollamos
John Frame y yo y no lo encuentras en ninguna parte de la literatura de Van
Til. En cierto sentido, puedes llamarlo una reconstrucción del argumento
ontológico. Pero visto en otro sentido, es una reconstrucción del argumento
cosmológico. Y, en última instancia, creo que algunos intérpretes de Van Til
tienen razón cuando dicen que en realidad es una reconstrucción del argumento
teleológico. Lo que está diciendo es, básicamente, en el pequeño panfleto de
Van Til: "¿Por qué creo en Dios?"—que es quizás la mejor declaración de lo
que hace en apologética—puedes encontrar que, primero, muestra el carácter
del hombre, un caballero cristiano y, en segundo lugar, muestra la naturaleza de
su razón, desde la imposibilidad de lo contrario. Van Til dice:

Sabes, según tus presuposiciones, no puedes explicar ni el orden ni el desorden. Es


decir, unidad o desunión en este mundo. […] muéstrame por qué hay unidad o falta
de armonía en algo. Por qué no todo es igual o por qué, en última instancia, no todo
es diverso.

Él dice: "Por otro lado, en mi sistema de pensamiento, puedo darte la base para
la unidad y la diversidad, el uno y los muchos". Y, por lo tanto, ese es un
argumento trascendental.

Pero verás, en un sentido sutil, eso suena como el argumento


teleológico. Puedo… puedo mostrarte el orden epistemológico racional o
intelectual de todas las cosas si comienzas con mi Dios, la revelación de mi

114
Dios. Ciertamente no es teleológico en el… en el sentido tradicional, natural,
teológico, pero tiene un paralelo o una analogía, algo así como un reflejo de
eso. Pero tienes razón, también hay elementos del movimiento ontológico en
eso, eh, trascendental. Por cierto, eso es, como filósofo, lo que me fascina tanto:
es un argumento muy sutil pero poderoso.

Dewitt: ¿Tiene alguna pregunta? Alguien de vuelta... Craig, sí.

Craig: [Ininteligible] Me gustaría pasar un momento al argumento


ontológico. Ese es un punto aparte, uh, forzar a este hombre o ayudarlo a
[ininteligible] a salir de su sistema [ininteligible]. ¿Hay algo en ese punto que
por necesidad lo obligue o lo impulse a moverse hacia una revelación especial
[ininteligible] para que pudiera decir: “Acepto entonces que las posibilidades
de autoexistencia son mayores [ininteligible]”?

Sproul: Creo que es una pregunta excelente y, eh, aludí rápidamente a la


respuesta de hoy, pero fue tan rápido que tal vez no lo entendiste, pero era esto,
que era al llegar, en apologética, a la defensa de la fe cristiana, no me interesa
detenerme en este algo eterno que existe por sí mismo. ¿Bien? Queremos llegar
a la Cruz. Y es por eso por lo que dije dónde… él dice: "Está bien, eso es
todo". Luego vamos, como diría Calvino, de la creación a la providencia, lo que
significa tratar ahora con la revelación especial tal como ocurre en la historia y
específicamente como está registrada en las Escrituras. Por tanto, el próximo
punto importante de la apologética tiene que ser la defensa de la integridad
histórica y la fiabilidad de las Sagradas Escrituras. ¿Bien? Así que ahí es donde
lo llevaría a continuación porque la revelación general solo nos da un
conocimiento general de Dios. No nos da la Trinidad; no nos da el proceso
redentor y todo eso.

¿Puedo terminar esto? Y luego puedes responder.

Y, por supuesto, tan pronto como nos adentramos en cuestiones de historia,


como decía hoy, se entra cada vez más y más en la inducción. Y eso es por lo
que todo el mundo parece estar tenso. Porque la inducción involucra la
problemática de la percepción sensorial y todo esto que el Dr. Bahnsen ha
estado enfatizando, y esa es la cuestión de seguridad y certeza. Y no estoy... me
gustaría tomarme tres minutos y conectar la respuesta a su pregunta y al mismo
tiempo estar respondiendo a algunas de las cosas que Greg ha señalado, porque
toda esta pregunta de certeza es una que yo sigue recibiendo todo el tiempo. Una
de las críticas baratas que recibimos es que todo lo que dejamos a las personas

115
son probabilidades, considerando que, el enfoque del presuposicionista nos deja
con certeza. Y ciertamente soy el primero en estar preparado para decir que a
veces puedo confundirme mucho y perderme cosas que no debería
perderme. Pero todavía no he podido ver cómo un mayor grado de certeza viene
a través del presuposicionismo que a través de nuestro sistema porque me
parece que tenemos menos certeza.

Y déjame explicarte por qué me estoy metiendo en esto y por qué entramos en
la historia e [ininteligible] y todo el asunto. Permíteme usar el silogismo
estándar como un ejemplo del problema básico de, uh, objeto/sujeto,
epistemología y ontología. Tomemos el clásico: “Todos los hombres son
mortales. Sócrates es un hombre. Por tanto, Sócrates es mortal". Ahora. Veamos
la conclusión: "Sócrates es mortal". ¿He probado que Sócrates es mortal en este
silogismo?

Bahnsen: Si sus premisas son ciertas, sí.

Sproul: Si mis premisas son verdaderas, entonces te he dado una


argumentación convincente demostrativa para la verdad de la conclusión:
"Sócrates es mortal". A eso le llamo certeza filosófica. Es
convincente. Racionalmente convincente. Pero ¿cuál es el problema con
eso? La verdad de la conclusión depende de la verdad de las premisas. ¿Cómo
sabemos que todos los hombres son mortales? ¿Podremos saber alguna vez con
certeza que todos los hombres son mortales? Hablo de certeza filosófica. ¿Qué
haría falta para que sepamos que todos los hombres son mortales? Todos los
hombres tendrían que morir. Y para que yo sepa que todos los hombres son
mortales, la única forma en que puedo saberlo es póstumamente [risas de la
audiencia] ¿de acuerdo? Puedo ver diez trillones de ejemplos de mortalidad,
pero desde una perspectiva empírica, una perspectiva inductiva, nunca podré
saberlo antes de llegar a la tumba.

Bahnsen: A menos que Dios te lo dijera antes que tú...

Sproul: A menos que Dios me lo dijera. ¿bien? Pero luego tengo que enfrentar
la pregunta: "¿Cómo sé que la voz que escuché en mi oído era la voz de
Dios?" Porque todavía dependo de mi percepción sensorial e inducción en ese
momento para distinguir esa voz de la voz del diablo. Entonces, de todos
modos, en términos de mi silogismo aquí, mi premisa principal depende, hasta
cierto punto, de la inducción, lo que me arroja a un nivel de
incertidumbre. ¿Cómo conozco a Sócrates? Incluso si sé que todos los hombres

116
son mortales, ¿cómo sé que este individuo en particular, Sócrates, es un
hombre? Quizás sea un clon. ¿Lo ves? [Risas de la audiencia]. Tal vez sea una,
ya sabes, una reconstrucción biónica del siglo I o IV a. C.—sabes, hubo muchos
buenos desaires de magos en esos días3—¿Cómo sé con certeza que es un
hombre? ¿Por absoluta certeza? No. La evidencia es bastante fuerte,
empíricamente, de que lo es, pero no lo sé con certeza. No sé todo lo que hay
que saber sobre ese individuo. Todo lo que puedo decir es que, si todos los
hombres son mortales, si Sócrates es un hombre, entonces ciertamente es
mortal. Yo puedo decirte mucho. ¿De acuerdo?

Ahí es donde estaba tratando de llegar hoy, que, si algo existe ahora, puedo
decirte esto: algo siempre ha existido porque algo no puede surgir de la nada. De
eso estoy seguro. ¿Bien? Ahora, el hecho de que algo exista, que cualquier cosa
exista, que incluso yo exista, implica inducción, y eso nos da incertidumbre. La
única forma en que podemos tener una certeza filosófica absoluta sobre
cualquier cosa es en el ámbito formal puro. Ahora, lamentablemente, eso no nos
lleva al mundo real. Y tan pronto como entramos en inducción, entramos en el
nivel de incertidumbre. ¿Bien? Y aquí está el problema con la palabra
"certeza". Esa palabra "certeza" se utiliza al menos de tres formas diferentes:

(1) En términos de demostrabilidad filosófica, racional, que es


convincente. ¿Bien? Mi afirmación es solo lógica formal y la deducción
puede hacer eso. Eso no nos ayuda en términos de llegar al mundo real.

(2) El término "certeza" se usa para describir un estado de sentimiento que


está asociado con una idea o una afirmación. Aquí creo que David Hume
nos ha prestado un gran servicio en su análisis de la naturaleza de la
fe. Puedes decirme: "¿Creo en Dios?" y puedo decirte, "¡No!", o puedo
decirte, "No", o puedo decir, "No lo creo", o puedo decir, "No sé", o
puedo decir, "Quizás", o puedo decir, "Creo que sí", o puedo decir, "Sí",
o puedo decir "¡Sí! Y estoy dispuesto a morir por ello". Todos esos son
diferentes grados de declaraciones de estado de sentimiento que se
asocian con una idea. Hablamos de fianza o certeza, el ancla que sostiene
nuestras almas, que nos hace ir por el camino que ellos andan.

3
Aqui en la traduccion original dice hand magicians, tal vez refiriéndose a trucos que engañaban a la gente,
aunque desconozco la razón exacta de esta frase en este contexto (N. del T).

117
(3) Entonces, el otro tipo de certeza de la que hablamos es lo que llamamos…
lo que Greg llamó “moral”, una evasión [del deber]4, y eso es certeza
moral.

No creo que sea una excusa. Lo usamos de manera muy efectiva en nuestra
sociedad. Déjame darte un ejemplo de lo que estoy hablando. Un tipo entra en
la sala del tribunal, está siendo juzgado por asesinato. Tomemos a Jack
Ruby. En una pantalla de televisión, cincuenta millones de personas lo ven
derribar a Lee Harvey Oswald en una comisaría de policía de Dallas. No sólo
cincuenta millones de personas lo ven en la televisión y lo graban en video, sino
que hay cincuenta personas en la sala que lo ven hacerlo en persona. La pistola
está en sus manos, sus huellas digitales están por toda la pistola, la bala en el
cuerpo y la balística coincide con la recámara de la pistola y el cañón de la
pistola y todo eso. ¿Bien? Ahora llegamos a la sala del tribunal con la evidencia
de que Ruby disparó a Oswald. ¿Es absolutamente seguro que Jack Ruby le
disparó a Lee Harvey Oswald? Con certeza no, ciertamente no. Todo el asunto
podría haber sido organizado por la NBC para engañar a cincuenta millones de
personas. Y los cincuenta tipos de la estación podrían haberlo corroborado o
podrían haber estado todos en un viaje con ácido mientras sucedía y se hizo con
espejos. Pero dices: "Espera un minuto, las huellas dactilares del tipo estaban
por todo el arma y sabemos que no hay dos personas en este mundo que tengan
el mismo conjunto de huellas dactilares". No sabemos que no hay dos personas
en este mundo que tengan el mismo conjunto de huellas dactilares, como
tampoco sabemos que todos los hombres son mortales porque no hemos
examinado todos los conjuntos de huellas dactilares. No hay dos que hayamos
encontrado todavía que sean exactamente iguales, pero tal vez uno que
encontremos mañana.

Mira, este es el cociente de probabilidad de escepticismo que nos da Hume para


demostrar que tal vez Lee Harvey Oswald, o que Jack Ruby, de hecho, no
disparó el arma. Así que aquí, soy el abogado defensor y me paro en la corte y
digo: “Tal vez todo fue un trato masivamente elaborado por la NBC, una ilusión
masiva por parte de la gente de allí, todos consumían LSD, y las huellas
dactilares de Jack Ruby pueden coincidir los de la pistola, pero no son el mismo
tipo”. Y puedo argumentar filosóficamente que el tribunal no puede probar su
culpabilidad. Por eso tenemos una categoría en este mundo de duda razonable,
de culpabilidad moral. ¿Cuánta evidencia se requiere para que Dios le dé al

4
El original en inglés es cop-out, y, de acuerdo con el Cambridge Dictionary, significa una manera o una excusa
para evitar la responsabilidad o para evitar hacer algo (ejemplo: Una declaración de locura temporal es una
excusa y no debería permitirse, dijo). (N. del T.)

118
mundo antes de que nos haga responsables? ¿Quién dice que debemos tener
argumentos racionalmente ineludibles antes de ser moralmente culpables de
responder a Jesucristo? ¿Quién agregó eso al juego? La Biblia no dice eso. La
Biblia dice que Dios nos hace responsables de la evidencia que nos ha
dado. Que es suficiente para hacernos acceder a las pruebas que se han
presentado.

Ahora, si quieres evidencia filosóficamente perfecta del conocimiento perfecto,


de cualquier cosa, incluida tu propia existencia sin mencionar la Palabra de Dios
o la existencia de Dios, te voy a decir lo que deber tener. Vas a tener que hacerlo
mejor que una presuposición trascendental. Porque siempre te enfrentas a la
elección de que tu propia presuposición de la existencia de Dios es arbitraria. Y
claro, es lo único que tiene sentido fuera del mundo, es lo único que hace que
el mundo sea racional, pero ¿y si tal vez el mundo no tiene sentido? Gran
problema si es el único que funciona. Ahí es donde el nihilista regresa y dice:
“Señor, le diré una cosa. No me vengas con esas cosas de 'Empezamos con
Dios'. No tienes ninguna certeza ahí, tienes una preferencia. Tienes una
afirmación personal, filosóficamente”. No tienes certeza porque es subjetivo de
lo que tienes cuando tienes datos objetivos para respaldar esto.

Ahora déjame terminar esto, ¿de acuerdo?, antes de que te emociones. [La
audiencia se ríe]

[Ininteligible] el problema con el que nos enfrentamos aquí es el problema de


la criatura. La única forma en que puedo pensar para tener absoluta certeza
sobre cualquier cosa es tener omnisciencia. Y eso no lo tenemos. Eso pertenece
solo a Dios. Somos criaturas que tratamos sobre la base de la información y el
testimonio mediante el cual Dios nos da. ¿Y qué tipo de evidencia le da Dios al
mundo por la cual lo considera culpable? ¿Dios solo da presuposiciones? ¿O
resucita a Jesucristo de entre los muertos y tiene testimonio de testigos oculares
a modo de historia y dice, por lo tanto, ya sabes, estos días de ignorancia pasaron
por alto, pero ahora Dios ordena a todos los hombres en todas partes que se
arrepientan? Porque Él ha demostrado que ha juzgado a la gente [ininteligible]
por este a quien Él ha probado, como ves, por la resurrección. Y considero la
resurrección de Jesucristo como una evidencia que hace que el mundo entero
sea moralmente culpable de ella. Seguro que no tenemos la certeza
perfecta. Tenemos suficiente para enviarnos al Infierno si no nos sometemos a
él.

119
Bahnsen: Creo que, eh, se necesita decir mucho más sobre la certeza y no
vamos a llegar a muchas preguntas si digo todo lo que me gustaría, pero
permítanme dar solo algunas muy puntos rápidos sobre la certeza como R.C.
como lo mencionó. Dice que la certeza se aplica solo a la certeza deductiva
como esa. Me gustaría decir que ni siquiera se aplica a eso. Por extraño que
parezca en términos de lógica moderna y en términos de argumentación
trascendental. Puedo mostrarte que, de hecho, esa ni siquiera es una propuesta
determinada. Quiero decir, darte la verdad de las premisas, observa que esta es
una forma del argumento…

Sproul: Racionalmente seguro, eso es todo.

Bahnsen: Ni siquiera racionalmente seguro. "Todo A es B. C es A." ¿Y por


tanto qué? "C es B". Ahora bien, hay dos razones por las que eso, de hecho, no
es deductivamente seguro. En primer lugar, si esto es cierto, debe ser una
aplicación de la ley del modus ponens. ¿Bien? Esa es una ley básica de la
lógica. "Si A, entonces B. A, luego B." Ahora bien, ¿sé que esto es una
aplicación de la ley del modus ponens? Bueno, estamos bastante seguros de que
parece bastante simple. No podemos estar equivocados. Hasta que tomes tu
analogía de la lógica con las matemáticas y comiences a decir: "Bueno, ¿son
2+2=4?" ¿Estamos seguros de eso? Bueno, parece que lo estamos porque
parece, ya sabes, bastante fácil, es de bajo nivel y todo eso. Pero ahora, muy
rápidamente, si tuviera que darte un número de cinco dígitos y un número de
cinco dígitos y luego darte una respuesta y decir: "Ahora, ¿eso también es
cierto?" Bueno, podríamos mirarlo rápidamente y decir: "Sí, eso también es
cierto". Y luego, he aquí, regresas y dices: "Por mucho que conozca las reglas
de las matemáticas, y por mucho que sepa cuáles son esas cifras, mis sentidos
no me engañaron, de hecho, hice un error en matemáticas ". Así que no se trata
de las leyes de las matemáticas, es una cuestión de si he aplicado las leyes de
las matemáticas. E incluso en casos de bajo nivel en los que todos los hombres
son mortales y Sócrates un hombre, surge la pregunta, incluso para los lógicos:
"¿Están aplicando sus leyes formales?" Puede equivocarse al identificar un caso
de modus ponens.

Y ves que esa es una de las cosas que ese hombre pagano, que Willard Van
Orman Quine, el lógico de Harvard, ha señalado de manera tan reveladora, que
nadie puede ser puramente formal, y nadie puede tener una certeza deductiva
de ese tipo. Y, en segundo lugar, está esta pregunta: ¿por qué se debe aceptar la
ley del modus ponens? Bueno, te daré una explicación muy "de caja
negra". Modus Ponens, este “Si A, entonces B. A, luego B” debe aceptarse por

120
estos motivos. Si esta caja negra es cierta, y no voy a completar toda la filosofía
técnica por ti porque simplemente te aburriría y probablemente, ya sabes, te
enviaría a casa, pero sea lo que sea, si eso es cierto, entonces el modus ponens
se mantiene. Segunda premisa, todas esas cosas que se dicen en la caja negra
son ciertas. Conclusión, el modus ponens se mantiene. Ahora bien, ¿cómo sabes
que el modus ponens es una forma válida de argumentación lógica? Bueno, este
es mi argumento a favor del modus ponens, en pocas palabras. ¿Cuál es el
problema? El mismo argumento es usar modus ponens para probar modus
ponens. Aunque hay algo más allá del modus ponens, en cierto sentido, todavía
tiene que hacerse de esta forma. Y, por tanto, ese argumento, de hecho, es
incierto en el sentido más radical. En dos sentidos, uno porque no estoy seguro
de que sea un caso de modus ponens, porque siempre puedo cometer errores en
matemáticas y lógica, y, en segundo lugar, incluso el modus ponens no se puede
argumentar sin modus ponens. Entonces, si es el caso de que solo la lógica y las
matemáticas nos dan certeza, mi respuesta es, simplemente desempeñar el papel
de abogado del diablo, incluso ellos no te dan certeza.

Bueno, ¿qué te da certeza? Bueno, ha sido un distintivo reformado, ya sabes,


durante estos cuatrocientos años, Sola Scriptura. No es mi razonamiento. No es
mi identificación de la hierba verde. Nada es seguro en este mundo, ni siquiera
mis argumentos apologéticos. Lo único seguro es la Palabra de Dios.

Sproul: ¿Qué tan cierto es eso?

Bahnsen: Es cierto porque Aquel que habla no puede cometer errores.

Sproul: ¿Cómo sabes que es la Palabra de Dios?

Bahnsen: Bueno, ahora vamos a llegar a eso [la audiencia se ríe]. Permítanme
ver, como dijo Calvino, que existe esta, uh, revelación general objetiva y la
autoatestación de las Escrituras, y como dice la Confesión de Westminster, que
“Por todos estos medios se muestra a sí misma como la Palabra de Dios”, Y
Pablo dice que, de hecho, todos los hombres no tienen excusa si no aceptan la
predicación del Evangelio. Ahora bien, ¿en qué tipo de argumento podría haber
estado pensando Pablo? Bueno, en Romanos y en 1 Corintios, donde hace este
tipo de declaraciones, habla de la locura de la incredulidad y lo que sucede si
rechazas esas declaraciones. Me atrevería a decir que esa es una forma primitiva
del argumento trascendental. Está argumentando sobre la imposibilidad de lo
contrario.

121
Por cierto, tengo un artículo titulado… uhm… “Pragmatismo, prejuicio y
presuposicionismo” que habla sobre la certeza filosófica o epistemológica y
cómo los presuposicionistas lidian con eso, y solo voy a referirte a eso. Si solo
tienes probabilidad, como, uh, si solo tienes probabilidad de que la Biblia es la
Palabra de Dios o que Dios existe o todo lo demás, eso debe significar al menos
esto: que, si bien hay muchas razones para pensar que la Biblia es la Palabra de
Dios, hay quienes piensan que no lo es. Porque si no hubiera razones para
pensar que la Biblia no es la Palabra de Dios, no sería probable que fuera
certeza. Entonces, cuando R.C. o cualquier antiguo apologista de Princeton dice
que muy probablemente la Biblia es la Palabra de Dios, también está diciendo
que hay una pequeña probabilidad de que no lo sea. Puedes pensar que la
probabilidad de que lo sea es mayor que la otra, aunque, me atrevería a decir,
nadie sabe cómo calificar la probabilidad cuando se trata de ese tipo de
argumentos, por lo que decir que uno es más que el otro no lleva a ninguna
parte. Todo el mundo está perdido en un mar de escepticismo si es solo
probabilidad. Pero incluso si pudiera decir que hay una mayor probabilidad de
que la Biblia sea la Palabra de Dios de lo que no lo es, todavía está diciendo que
hay alguna razón para pensar que no lo es. Y me atrevo a decir que no has
cumplido con la condición de Pablo de dejar al creyente sin excusa, porque en
el día del juicio él pudo decir: “Señor, ¿no ves que había alguna razón para
pensar que la Biblia no era la Palabra de Dios?" Pablo dice que no hay razón
para pensar eso, que el hombre no se excusa. Y es por eso por lo que digo que
tenemos que presionar al hombre hacia atrás, hacia atrás, hacia atrás para ver
que, si no tiene una base trascendental, no tiene nada, y esa es una forma de
certeza.

Sproul: ¿Greg?

Bahnsen: Un último punto, y luego realmente quiero dejar que surja otra
pregunta. ¿Es la resurrección una evidencia y es la prueba de Dios de que Jesús
es divino? Sin duda. Dios nos ha dado evidencia de todo tipo. Ya sabes, desde
los quinientos testigos de la Resurrección hasta los millones de estrellas en el
cielo, todo lo que existe, cada hecho es una prueba de que Dios existe y nos
hace moralmente responsables, y la Resurrección es la evidencia por
excelencia. Pero observa lo que dice Pedro: “Que la casa de Israel sepa con
plena certeza”, no solo probablemente que Él se levantó de entre los muertos,
[sino] “con plena certeza”. La palabra apostólica nos da, de hecho, certeza
absoluta de la Resurrección y no solo persuasión moral, no simplemente
probabilidad. Y yo diría que eso es posible porque los apóstoles se dieron cuenta

122
de que Sola Scriptura, la Palabra de Dios es el fundamento de toda certeza, y
para negar eso habría que negar las mismas condiciones de inteligibilidad.

Sproul: Greg, ¿cómo sabes que la Biblia es la Palabra de Dios? No tengo una
sola respuesta a esa pregunta. Has citado la Biblia, pero no has respondido:

Bahnsen: Lo sé por la imposibilidad de lo contrario.

Dewitt: James, tú—

James: Sr. Bahnsen, me pregunto si podría darnos su evaluación del método


apologético de Pablo que usó en Mars Hill. Creo que intentará mostrarnos que
era un presuposicionista, y me pregunto entonces si permitirías que R.C.
respondiera a eso.

Dewitt: Uh, tenemos, eh, doce minutos, ese es un proyecto formidable...

Bahnsen: Permítanme decirles que tengo un ensayo publicado que trata sobre
esa pregunta y que está disponible en la librería y R.C. va a hablar sobre ese
tema mañana por la noche, así que tal vez sea suficiente.

Dewitt: Tuviste una oportunidad. ¿David?

David: [Ininteligible]. [La audiencia se ríe].

Dewitt: Identifíquese, señor.

David: [Ininteligible]. [La audiencia se ríe]. Si no sabe nada, eh, con certeza,
empírica o inductivamente, ¿verdad? ¿Eso es lo que estás diciendo? Entonces
no puede saber nada con certeza, ¿verdad? Sin embargo, me parece que las
Escrituras, y estoy escuchando, de hecho, el mismo argumento, que las
Escrituras dicen que puedes saber con certeza, que una y otra vez en las
Escrituras los escritores dicen que estas cosas están escritas para que podamos
saber con certeza, y eso, uh, nosotros, uh, dice que los hombres saben con
certeza que Dios existe, eh, pero no puede saber con certeza que los hombres
saben que Dios existe. Parece que muestra el mismo escepticismo que Gordon
Clark, y me pregunto cuál sería su respuesta a eso.

Sproul: Nuevamente, permítanme repetir la diferencia entre cómo se usa la


palabra "certeza". La Biblia habla de tener seguridad. Tengo una bendita

123
seguridad. Pero mi conocimiento de lo que es la Biblia y lo que dice la Biblia
es falible. Porque soy menos que omnisciente. Cuando hablo de certeza, estoy
hablando de certeza filosófica de una manera muy definida técnicamente. Y en
ese sentido, no tengo certeza de nada. Incluso que estoy aquí. La deducción,
creo, puede darnos mucha más certeza de la que permite Greg, en términos de
las relaciones de las proposiciones y las leyes de la inferencia mediata y ese tipo
de cosas. Pero reconozco que eso es, incluso entonces, solo si la racionalidad es
válida. Y la única forma en que puedes tener la racionalidad como válida, ya
cedí, es que, en última instancia, Dios existe. Pero no puedo saber con certeza,
ya sabes, que Dios existe. Puedo tener plena seguridad en mi corazón cuando
venga el testimonio interno del Espíritu Santo. Mira, miro la evidencia, toda la
evidencia es abrumadora, el Espíritu Santo me dice: “Oye, esa evidencia es
verdadera. Eso es real”. ¿Sabes? Genial. ¿Cómo sabré con certeza que el
testimonio interno del Espíritu Santo no es indigestión? Estoy jugando al
abogado del diablo ahora. Tengo que lidiar con los paganos todos los días. Y no
solo cristianos. Y no voy a acercarme a ellos y decirles: "Porque yo lo digo".

Y eso es lo que te queda. Y eso te da muy poca certeza. Porque entonces, en el


análisis final, todo lo que tengo es la autonomía de tus presuposiciones sobre la
afirmación más audaz que el mundo haya escuchado jamás: la existencia de
Dios. Y quiero saber cómo escapas del subjetivismo, quiero saber cómo escapas
del fideísmo, todavía no lo he escuchado. Sigo escuchando negaciones sobre el
fideísmo. El fideísmo significa históricamente el rechazo de la teología natural,
por definición. Ya sabes, históricamente, yendo desde [ininteligible] hasta la
historia de, eh, la filosofía, el término "fideísmo" ha significado que cualquier
conocimiento de Dios debe venir no a través de la teología natural sino a través
de la fe. He escuchado toda la noche que no venimos a través de la teología
natural, venimos a través de la fe, pero no somos fideístas. Estoy absolutamente
desconcertado en ese momento.

Bahnsen: ¿Podría… podría responder antes de que continúes? Que de hecho el


testimonio interno del Espíritu Santo no tiene nada que ver con la
argumentación racional, tiene que ver con la persuasión subjetiva.

Sproul: Correcto.

Bahnsen: Y esa es la evidencia objetiva con la que tiene que lidiar el


apologista. Y luego debemos orar, Uds. Saben, con la voluntad de Dios en Su
gracia que el testimonio subjetivo del Espíritu acompañe al que hace a un
hombre dócil a la evidencia. Pero Van Til y los presuposicionistas no lo están

124
diciendo, que sabemos que es verdad debido al testimonio interno del Espíritu
Santo. Están diciendo que hay una revelación de Dios autoauntenticada que, si
se niega, has negado los fundamentos de la argumentación racional.

Sproul: Pero ¿cómo sabes que tu presuposición es verdadera? ¿De dónde viene
tu certeza? Eso es lo que sigo intentando preguntar.

Bahnsen: De la imposibilidad de lo contrario.


Sproul: Muy bien, ¿cómo es imposible lo contrario?

Bahnsen: Bueno, ¿quieres que revise algunas de las escuelas de filosofía y te


las enseñe?

Sproul: ¿Cómo es posible… es absolutamente imposible, absolutamente


imposible e impensable que no haya Dios?

Bahnsen: Tenemos una escuela de pensamiento, el racionalismo. El


racionalismo dice que todo lo que es verdad tiene que ser
coherente. ¿Bien? Tienes otra escuela de pensamiento, el empirismo. Todo lo
que sea cierto tiene que cumplir con un estándar de experiencia sensorial. Luego
hay otras escuelas de pensamiento que intentan combinar el racionalismo y el
empirismo de muchas formas: muchas permutaciones de las
combinaciones. Ahora estoy diciendo que sabemos que la Biblia es la Palabra
de Dios por la imposibilidad de lo contrario. Si alguien niega que la Biblia es la
Palabra de Dios y que el Dios soberano y trino de las Escrituras no existe, y
quiere ser un racionalista, entonces podemos empezar a preguntarle sobre la
posibilidad de coherencia en un universo aleatorio. Porque como R.C. nos ha
mostrado, al menos, en su conferencia de esta tarde, esas son las alternativas.
Bien. Podemos demostrar, de hecho, que el racionalista tiene que ser un
racionalista puro para poner en marcha su racionalismo.

¿Qué tal el empirista? Bueno, dice: “La experiencia sensorial, [porque] no


servirá de nada estar aquí en las nubes con todos estos sistemas formales que no
hacen nada material por nosotros”. El empirista dice que la experiencia
sensorial es el criterio de la verdad. Y luego dices: "Bueno, ¿sabes que la
experiencia sensorial es el criterio de la verdad porque lo validaste a través de
la experiencia sensorial?" "No, no lo he hecho." “Bueno, entonces, no sabes que
es verdad, por lo que has socavado tu presuposición última”. Y luego hay
personas que dicen: "Sí, pero ¿qué pasa si tratamos de unir los dos y apuntalarlos
y hacer, ya sabes, algún tipo de epistemología de esa manera?" Y como dice

125
Anthony Flew, ¿de qué le servirá tomar un balde con fugas y agregarlo a otro
balde con fugas? Ahora vas a tener un balde doble con fugas. Y entonces todas
esas cosas son lo mismo.

Esa es la historia de la filosofía en un boceto en miniatura. De la imposibilidad


de lo contrario, no se puede tener lógica, no se puede tener experiencia sensorial
sin algo que los traspase, un fundamento trascendental.

Sproul: Se acabó el tiempo. Esa no es la imposibilidad de lo contrario.

Bahnsen: Lo es.

Sproul: Eso es lo que has hecho. Lo que has hecho nos muestra que, sin Dios,
tenemos baldes que gotean. ¿De acuerdo?

Bahnsen: Sin Dios ni siquiera puedes...

Sproul: Lo que no me has mostrado… es que no me has mostrado por qué no


podemos estar en un gran cubo con fugas. [La audiencia se ríe]

Dewitt: Identifícate.

Interrogador 1: [Ininteligible] de uh, presuposicionismo [ininteligible] en el


pensamiento neortodoxo. Me parece que se aleja de los hallazgos históricos y
de lo que sucede con el pensamiento platónico sobre la apologética. Cómo
permitieron que, uh, se filtrara en su, uh, teología sistemática [ininteligible]
cómo permitieron que su teología natural fuera la base de su prueba de las
Escrituras, particularmente [ininteligible] e incluso hasta Thornwell y todos los
presbiterianos, uh, caen en la misma trampa. Si va a seguir, uh, su teología
natural, va a tener que cortarla en algún momento, uh, de donde va a ser solo tu
apologética y tu apologética no se puede vincular a tu sistema teología. Y en mi
opinión, no tiene ese problema con el presuposicionismo [ininteligible].

Dewitt: Una observación antes de dejarte responder. Creo que debemos tener
cuidado de decirles a hombres como Thornwell y otros que “cayeron en una
trampa”. Si pensaron en algo, es mejor que nos lo tomemos en serio, aunque
lleguemos a la conclusión de que estaban equivocados. Dr. Sproul.

Sproul: Estoy perfectamente encantado con lo que hizo la escuela de Princeton


con su defensa de las Escrituras. Creo que es la mejor defensa de las Escrituras

126
que el mundo haya visto jamás. No creo que se haya mejorado y desearía que
volviéramos a hacerlo. No tengo ninguna razón para disculparme por la defensa
de B.B. Warfield de la infalibilidad de las Escrituras porque proporciona
evidencia objetiva y no solo una suposición gratuita de que esta es la Palabra de
Dios. Que el… que es… me gustaría saber la diferencia entre cómo un
presuposicionalista defiende las Escrituras como la Palabra de Dios y un
musulmán defiende el Corán. Ahora, sé cómo lo hace Gordon Clark: esta es la
Palabra de Dios, dice que es la Palabra de Dios, ya que es la Palabra de Dios, y
dice las palabras "Palabra de Dios", debe ser la Palabra de Dios. Eso es… eso
es… sabes que puedes llamar a eso un círculo hermoso. Yo lo llamo círculo
vicioso, y eso le da al pagano una excusa para rechazarlo.

Bahnsen: Estoy de acuerdo.

Sproul: Bien. [La audiencia se ríe]

Dewitt: Adelante.

Interrogador 2: Uh, yo, en medio de mi pregunta voy a hacerte una pregunta


de “sí o no”. [La audiencia se ríe]. Lo que está diciendo es que, filosóficamente,
los hombres no pueden estar seguros. Has dicho eso, ¿verdad?

Sproul: En última instancia, sí.

Interrogador 2: ¿Y Dios, por lo tanto, ya que Él es la fuente de toda lógica, la


fuente de la verdad y la sabiduría está seguro?

Sproul: ¿Puede Dios estar seguro?

Interrogador 2: Sí.

Sproul: Sí.

Interrogador 2: Ok, sabía que diría que sí a eso. [La audiencia se ríe]. Bueno,
entonces, lo que realmente quiero saber es, quiero estar seguro de su posición,
quiero saber exactamente a qué se refería. ¿Está diciendo entonces que el único
que está filosóficamente seguro es Dios?

Sproul: Sí.

127
Interrogador 2: Y, por lo tanto, para que tengamos alguna certeza, ya sabe, y,
y no, no la certeza filosófica, sino la sensación de certeza de la que estaba
hablando, es mirar la revelación de Dios de sí mismo y eso nos da, uh, ¿la
certeza y el Espíritu Santo obrando dentro de nosotros? Que todo junto nos da
ese sentimiento de certeza del que usted estaba hablando y, por lo tanto, que la
única forma en que podemos tener ese sentimiento de certeza es mirar a la
revelación de Dios en la naturaleza.

Sproul: No.

Interrogador 2: ¿Eso no es lo que estaba diciendo?

Sproul: No, estoy diciendo que Dios nos ha creado como criaturas—ahora
estoy hablando como cristiano, obviamente. Creo que nos ha creado como
criaturas, nos está dando… nos ha dado una capacidad finita para aprender. No
soy escéptico con respecto al conocimiento significativo y al discurso
significativo. Soy escéptico con respecto al concepto técnico de certeza
filosófica absoluta. Pero no soy un escéptico del sentido común, ya sabes, creo
que Dios nos ha dado la habilidad de aprender cosas como criaturas. Nos ha
dado una mente mediante la cual podemos aprender que 2+2=4. No nos ha dado
una percepción sensorial perfecta. Nuestros sentidos pueden, de hecho, ser
engañados. No obstante, cuando veo un camión que viene por la calle, me
aparto del camino. ¿Sabes? [La audiencia se ríe] Tengo suficiente confianza en
la fiabilidad básica de mi percepción sensorial en un nivel de sentido
común. Soy una criatura, creada a imagen de Dios, finita, limitada en mi
percepción, tenue y opaca en ciertos aspectos de mis, eh, habilidades. No
obstante, tengo un talento para el conocimiento que es viable, es práctico, por
lo que soy culpable de tomar decisiones morales y creativas. Todo lo que digo
en ese momento es que no soy omnisciente. No creo que eso justifique en
absoluto el tipo de escepticismo del que hablaba Hume o incluso del que habla
el Dr. Clark.

Y yo… y… y es casi injusto decir que lo que decimos es: "Bueno,


probablemente Dios existe". Hay una connotación emotiva en esa palabra. Y
una cosa es para mí decir: "Ah, sí, probablemente Dios existe". Otra cosa es que
yo diga: "Lo concedo, que no soy infalible, y no soy omnisciente, y no puedo
darte el tipo de certeza con la que Dios puede hablar, pero te diré qué, amigo,
la evidencia de la existencia de Dios es tan abrumadora que es mejor que te
arrepientas de prisa”, ya sabes, no estoy diciendo “Probablemente hay un Dios”,
estoy diciendo “¡Seguramente hay un Dios! Estoy seguro de que hay un Dios,

128
por eso estoy seguro”. Creo que la evidencia es abrumadora de que hay un Dios,
y que tienes que huir de la razón y huir de la percepción sensorial normal para
escapar de la evidencia de la existencia de Dios. Estamos diciendo que la
evidencia de la existencia de Dios es tan abrumadora que, si un hombre niega
la existencia de Dios, está desafiando la moral, ya sabes, es una decisión
inmoral. No porque haya una deficiencia en la evidencia objetiva. Calvino
nunca dice que la evidencia es insuficiente para hacernos culpables. La
insuficiencia reside en nuestra disposición moral contra Dios.

129
130
¿Existe Dios?
Greg Bahnsen
contra
Gordon Stein

Universidad de California, Irvine


1 de enero de 1985

Traducido por Carmen Fernández


Transcripción en inglés:
https://reformedwiki.com/bahnsen-stein-debate

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DISCURSO DE APERTURA – GREG BAHNSEN
Introducción
El argumento es a favor del teísmo cristiano. Es necesario al inicio de nuestro
debate, definir nuestros términos, siempre es así, y en particular en este caso,
quiero dejar claro a qué me refiero cuando uso el término “Dios”. Quiero
especificar que argumento particularmente a favor del teísmo cristiano, como
una unidad o sistema de pensamiento, y no a favor de un teísmo en general, y
hay razones para ello. Las variadas concepciones sobre una deidad en las
religiones del mundo son en la mayoría de los casos, lógicamente
incompatibles, sin dejar sensación inequívoca sobre que estoy a favor del teísmo
en general, lo que quiera que ese concepto signifique. No he encontrado que las
religiones no cristianas sean filosóficamente defendibles, siendo cada una de
ellas internamente incoherentes o menoscabando la razón y la experiencia
humana.

Dado que soy cristiano por la gracia de Dios, no puedo, de corazón, defender
adecuadamente aquellas religiones con las que no estoy de acuerdo. Mo
compromiso es con el Dios Trino y el punto de vista cristiano basado en la
revelación de Dios en el Antiguo y el Nuevo Testamento. Así pues, primero,
estoy defendiendo el teísmo cristiano. Estamos debatiendo sobre sistemas
filosóficos, no sobre la gente que se adhiere a ellos o los profesa. Nuestra
preocupación es sobre los méritos objetivos del caso que se puede presentar a
favor del teísmo o del teísmo cristiano, no está relacionado con temas subjetivos
o personales. La personalidad de aquellos individuos que se adhieren a los
distintos sistemas de pensamiento no es relevante a la verdad o falsedad de las
afirmaciones hechas por esos sistemas. Ateos y cristianos pueden, de igual
modo, encontrarse emocionales, ignorantes, intolerantes y groseros en sus
planteamientos, afirmaciones subjetivas sobre experiencias de satisfacción
interior o paz—afirmaciones estas hechas tanto por cristianos como por ateos
en sus escritos—o afirmaciones sobre la superioridad del cristianismo o del
ateísmo. Por ejemplo, alguna literatura atea sugiere que una mayor salud mental
se deriva de la independencia de la perspectiva atea. Este tipo de cosas, son
siempre sujeto de explicaciones e interpretaciones conflictivas, siendo, en mi
opinión, más autobiográficas que efectivas para aportarnos alguna verdad
segura sobre el sistema que se está considerando.

El tema no es si profesar el ateísmo o el cristianismo ha hecho alguna vez algo


indeseable o moralmente inaceptable. Uno solo necesita pensar respectivamente
en la implicación del ateísmo en el reino del terror de la revolución francesa y
del cristianismo en la Inquisición española. La cuestión no es si los adeptos a

132
estos sistemas han vivido vidas impecables, sino si el ateísmo o el cristianismo
como sistemas filosóficos son objetivamente ciertos. Y, así pues, estaré
defendiendo el teísmo cristiano, y lo estaré defendiendo como un sistema
filosófico.

Mi última observación introductoria, sería algo así como reconocer a mi


oponente la razón en todo lo concerniente al control de la maduración ovárica
en las ballenas de Japón, el objeto de su disertación doctoral en el estado de
Ohio en 1974. El Dr. Stein es un hombre de inteligencia, y esto no es una
cuestión en este debate. No pretenderé sostener mi opinión en una discusión con
él sobre los detalles empíricos de este estrecho dominio de las ciencias naturales
especializadas. Sin embargo, nuestro tema esta noche es realmente muy
diferente, instando a una reflexión inteligente sobre temas de carácter filosófico
o teológico. Por algún motivo, el Dr. Stein en la última década, ha abandonado
su campo de especialización y entregado su vida en una campaña a favor del
ateísmo. Cualquiera que sea su percepción de la razón para ello, no creo que sea
a causa de ningún caso filosófico genuinamente convincente que pudiera
hacerse a favor de la visión del mundo atea. Y es por este tema, que ahora vuelvo
al debate de esta noche.

Mi apertura del caso a favor de la existencia de Dios cubrirá tres áreas de


pensamiento: la naturaleza de la evidencia, el conflicto presuposicionalista de
visiones del mundo, y el argumento trascendental a favor de la existencia de
Dios.

La naturaleza de la evidencia
¿Cómo podría ser racionalmente resuelta la diferencia de opinión entre el teísta
y el ateo? Lo que el Dr. Stein ha escrito indica que, como muchos ateos, no ha
reflexionado lo suficiente sobre este tema. El escribe, y cito: “La cuestión de la
existencia de Dios es una cuestión objetiva, y debiera ser respondida del mismo
modo que otras preguntas objetivas.” La suposición de que todas las
afirmaciones de existencia son cuestiones objetivas, la suposición de que todas
estas son respondidas del mismo modo, no es solo sobresimplificado y
engañosa, sino que es simplemente errónea. La existencia, objetividad o
realidad de los diferentes tipos de cosas no se establece o des-confirma del
mismo modo en cada caso. Podríamos preguntar, “¿Hay una caja de galletas en
la despensa?” Y sabemos lo que haríamos para responder esa pregunta. Pero
eso está muy muy lejos de la forma en que avanzamos para responder preguntas
que determinen la realidad de, digamos, la presión barométrica, los quásares, la
atracción gravitacional, la elasticidad, la radioactividad, las leyes naturales, los

133
nombres, la gramática, los números, y el universo mismo en el que te
encuentras, eventos del pasado, categorías, contingencias futuras, leyes del
pensamiento, obligaciones políticas, identidad del individuo a través del tiempo,
la causalidad, recuerdos, sueños o incluso el amor o la belleza. En tales casos,
uno no hace algo como caminar hasta la despensa y buscar las galletas. Hay
miles de preguntas sobre existencia u objetivas, y no son todas resueltas del
mismo modo en cada caso. Solo piensen en las diferencias en la argumentación
y en los tipos de evidencias usados por biólogos, gramáticos, físicos,
matemáticos, abogados, magos, mecánicos, comerciantes y artistas. Según esto
debería ser obvio que los tipos de evidencia que uno busca para determinar la
existencia o afirmaciones objetivas vendrán determinados por el cambo de
discusión y especialmente, por la naturaleza metafísica de la entidad
mencionada en la afirmación bajo cuestionamiento. El comentario del Dr. Stein
sobre que la cuestión de la existencia de Dios se responde del mismo modo que
cualquier otra cuestión objetiva, erróneamente reduce la cuestión teísta al
mismo nivel que de la caja de galletas en la despensa, que en adelante
llamaremos, “la falacia de las galletas en la despensa.”

El Dr. Stein ha escrito sobre la naturaleza de la evidencia en el debate teísta, y


lo que ha dicho, apunta hacia un segundo error filosófico de significante
proporción. De pasada, notaremos lo poco claro que es, por cierto, cuando habla
de la evidencia que debe ser utilizada, describiéndola de diversas maneras,
como “lógica”, “hechos”, o “razón”. Cada uno de estos términos es susceptible
a toda una serie de sentidos diferentes, y no solo en filosofía, sino especialmente
en su uso ordinario, dependiendo de quién esté usando los términos. Entiendo
que desea juzgar la hipótesis por sentido común—mediante pruebas de
coherencia lógica y observaciones empíricas. El problema surge cuando el Dr.
Stein insiste en otro lugar en que cada afirmación hecha por alguien debe ser
tratada como una hipótesis que debe probarse por tales evidencias antes de ser
aceptada. “No debe haber nada—dice, que huela a petición de principio o
razonamiento circular” Esto, creo, es un pensamiento simplista y de nuevo
engañoso, lo que podríamos denominar “la falacia de la fingida neutralidad”.
Se puede ver esto considerando la siguiente cita del Dr. Stein: “El uso de la
lógica o la razón es la única forma válida para examinar la verdad o falsedad de
cualquier afirmación que pretenda ser objetiva”. Uno no debe al final preguntar
al Dr. Stein cómo prueba esa misma afirmación, es decir, ¿cómo prueba que la
lógica o la razón es la única forma de probar afirmaciones objetivas? Él se
encuentra ahora en los cuernos de un dilema epistemológico real. Si dice que la
afirmación es cierta por razón y lógica, entonces está haciendo un razonamiento
circular, realizando una petición de principio, lo cual el (supuestamente)

134
prohíbe. Si dice que la afirmación se prueba de alguna otra manera, entones está
refutando la afirmación en sí misma, de que la lógica o la razón son las únicas
formas de probar las cosas.

La postura presuposicionista
Ahora bien, mi idea no es criticar el compromiso del Dr. Stein con la lógica y
la razón, sino observar que de hecho tiene la naturaleza de un compromiso
previo o una presuposición. No es algo que él haya probado por experiencia
empírica o lógica, sino más bien es aquello por lo cual el procede a probar todo
lo más. Él no es presuposicionalmente neutral en su enfoque sobre las
cuestiones objetivas y las controversias. No evita la petición de principio en
lugar de probar, en lo que podríamos llamar “variedad de jardín”, modo
ordinario.

Ahora bien, esta tendencia a la petición de principio es abiertamente expuesta


por el Dr. Stein cuando el tema se convierte en la existencia de Dios, porque
exige que el teísta le presente evidencias a favor de la existencia de Dios. Bien,
pues teístas como yo, con sumo gusto y de buena gana lo haremos. Tenemos la
evidencia del orden creado mismo, testificando a favor de una sabiduría, poder,
plan y gloria de Dios. Uno no debería perderse el testimonio del sistema solar,
la persuasión del mar, la asombrosa complejidad del cuerpo humano. Tenemos
la evidencia de la historia. La liberación de Dios a su pueblo, los milagros en la
noche de Pascua y en el Mar Rojo, las visiones de Isaías, La gloria del Shekinah
que llenó el templo, el nacimiento virginal de Jesús, sus poderosos milagros, su
resurrección de entre los muertos. Está la evidencia de la revelación especial, la
maravilla de la Biblia como palabra de Dios, insuperada en su coherencia a
través del tiempo, en su exactitud histórica y su poder de renovación de vida.

En resumen, no hay escasez de indicadores empíricos o evidencias de la


existencia de Dios, desde las miles de estrellas de los cielos hasta los 50 testigos
de la resurrección de Cristo. Sin embargo, el Dr. Stein se opone a la posibilidad
misma de que ninguna de estas evidencias empíricas cuente como prueba para
la existencia de Dios. El escribe: Las explicaciones sobrenaturales no son
permitidas en ciencia. El teísta difícilmente puede documentar sus afirmaciones
a favor de la existencia de lo sobrenatural si en efecto se le prohíbe evocar o
sobrenatural como parte de su explicación. Por supuesto que esto es
enteramente justo, pues sería petición de principio utilizar lo que ha de ser
probado como parte de la explicación”.

135
De antemano, ¿ves?, el Dr. Stein está comprometido con no permitir ninguna
interpretación teísta de la naturaleza, historia o experiencia. Lo que parece pasar
por alto es que esto es más una petición de principio por su parte que lo es de la
parte del teísta que apela a tales evidencias. Él no ha probado en absoluto por
observación empírica y lógica su compromiso previo con el naturalismo. Él lo
ha asumido de antemano, aceptando y rechazando todas las afirmaciones
objetivas en función de ese supuesto de control no probado.

Ahora bien, el teísta hace lo mismo, no me malinterpreten. Cuando ciertas


evidencias empíricas son presentadas como refutación probable a la existencia
de Dios, el teísta reglamenta sus compromisos en base a sus presuposiciones
también. Igual que el naturalista insiste en que Cristo no puede haber resucitado
de entre los muertos, del mismo modo los sobrenaturalistas insisten en que las
supuestas discrepancias en la Biblia tienen una explicación—algunas de ellas
aun por ser descubiertas, quizás—y que el mal en este mundo está respaldado
por una razón suficiente conocida al menos por Dios. Ambos tienen unos
supuestos previos que los gobiernan por los cuales interpretan los hechos de la
experiencia, así como todos los sistemas filosóficos y todas las visiones del
mundo lo hacen.

En el nivel más fundamental del pensamiento y creencias de todo el mundo, hay


unas convicciones primarias sobre la realidad, el hombre, el mundo, los
conocimientos, la verdad, e comportamiento, y este tipo de cosas. Convicciones
sobre las cuales toda la demás experiencia queda organizada, interpretada y
aplicada. El Dr. Stein tiene tales suposiciones previas y yo también, y también
todos vosotros. Y son estas suposiciones previas lo que determina lo que
aceptamos como razonamiento ordinario y evidencia, pues son asumidos en
todo nuestro razonamiento, incluso sobre el razonamiento mismo. ¿Cómo
debiera ser racionalmente resuelta esta diferencia de opinión entre el ateo y el
teísta? Esa era mi pregunta inicial. Hemos visto dos de los errores del Dr. Stein
sobre ello: la falacia de las galletas en la despensa, y la falacia de la fingida
neutralidad. En el proceso de su discusión, hemos observado que la creencia en
la existencia de Dios no se prueba de ningún modo regular como otras
afirmaciones objetivas. Y la razón de ello es, metafísicamente, debido al
carácter no natural de Dios, y epistemológicamente, debido al compromiso de
carácter presuposicionista a favor o en contra de su existencia.

El argumento trascendental
Las discusiones sobre presuposiciones contradictorias entre visiones del
mundo, por ello, deben resolverse de un modo diferente, si bien racionalmente,

136
a los conflictos sobre afirmaciones de existencias objetivas dentro de una misma
visión del mundo o sistema de pensamiento. Cuando observamos las diferentes
visiones del mundo que tienen ateos y teístas, yo sugiero que podemos probar
la existencia de Dios a partir de la imposibilidad del contrario. La prueba
transcendental de la existencia de Dios es que sin Él es imposible probar nada.
La visión del mundo del ateo es irracional y no puede proporcionar de un modo
consistente, las condiciones previas para una experiencia inteligible, ciencia,
lógica o moralidad. La visión del mundo atea no puede permitir las leyes de la
lógica, la uniformidad de la naturaleza, la habilidad de la mente para
comprender el mundo, y los absolutos morales. Y en ese sentido, la visión del
mundo del ateo no podría responder por nuestro debate de esta noche.

DISCURSO DE APERTURA – GORDON STEIN


La naturaleza de la evidencia
Concederé al Dr. Bahnsen su pericia en “la resolución condicional de la
aparente paradoja del autoengaño”, que fue su tesis doctoral. No sé qué tan
relevante puede ser eso para nuestra discusión de esta noche comparada con la
mía, probablemente nada. Pero me gustaría agradecer al Dr. Bahnsen por
mostrarnos que realmente no entiende mucho del ateísmo. Voy a tratar de
corregirle. Es una cuestión importante la que discutimos, quizás la más
importante en el campo de la religión, porque si Dios no existe entonces la
Biblia no es la palabra de Dios. Jesús no podría ser el Mesías, y el cristianismo
no sería cierto, igual que ninguna otra religión. De modo que estamos tratando
aquí con un asunto muy importante. El Dr. Bahnsen me repitió que la existencia
de Dios es una cuestión objetiva. No creo que discutamos eso. Creo que él ha
malinterpretado lo que dije, cuando afirmé que resolvemos las cuestiones
objetivas del mismo modo. No quise decir exactamente del mismo modo, quise
decir, con el uso de la razón, la lógica y la evidencia. Y eso es lo que mantengo.

Definiciones
Antes que nada, dejemos claro lo que es el ateísmo, y lo que no es. Creo que
este ha sido un tema muy comúnmente malinterpretado. Los ateos no dicen que
pueden probar que no existe Dios, más bien un ateo dice que ha examinado las
pruebas ofrecidas por los teístas, y las encuentra inadecuadas.

Ahora bien, si yo dijera que este caballero sentando enfrente podría volar solo
con agitar sus brazos, estaría haciendo una afirmación bastante inusual. Y sería
cosa mía o suya, demostrar que puede volar. Si no puede demostrarlo, entonces,
no creemos que pueda volar. Ahora, si él no nos lo demuestra ahora mismo, no

137
quiere decir que no pueda volar, solo significa que no puede volar ahora
mismo… Así pues, no negamos que pueda volar porque no pueda demostrarlo
ahora mismo, pero, como ven, él no ha probado su caso, y por ello, no creemos
que pueda volar hasta que lo pruebe. Y esto es lo que dicen los ateos sobre la
existencia de Dios. Dice que el caso no está probado, no que está desaprobado.
Por ello, un ateo es realmente alguien que no tiene creencia en Dios, o que no
cree en un Dios. No es alguien que niega la existencia de Dios o que dice que
no existe, o que pueda probar que no exista.

Bien, creo que me gustaría definir a Dios también. No estoy seguro de que me
guste su definición. No me voy a limitar solo al Dios cristiano, me voy a limitar
a todos los tipos de dioses. Voy a usar la definición que el padre Copleston y
Bertrand Russell acordaron en sus debates. Esta es la definición que ambas
partes acordaron, así que creo que debe ser adecuada, si no estupenda. Y esta es
la definición “Un ser Supremo personal, distinto al mundo y creador del
mundo”.

Ahora, antes de pedir pruebas de la existencia de Dios, necesitamos una


definición satisfactoria, y creo que yo he ofrecido una que encuentro, al menos,
satisfactoria. Si el Dr. Bahnsen no está de acuerdo, podemos escuchar una que
el proponga. Nada puede ser calificado como evidencia a favor de la existencia
de Dios, a menos que tengamos alguna idea de lo que estamos buscando. Es por
eso por lo que necesitamos una definición.

Argumentos principales de la existencia de Dios


A través de la historia ha habido 11 tipos de evidencias principales que han sido
ofrecidas para la existencia de Dios. En mis visitas a campus, todo tipo de cosas
han sido ofrecidas como pruebas, pero todas pueden encajarse dentro de estas
once categorías con algunos malabares. Ahora si estas once pruebas no
funcionan a nivel lógico o conducen a autocontradicciones lógicas, entonces,
solo podemos decir que la existencia de Dios no está probada, esta no probada,
pero no desaprobada, como mencioné antes.

Ahora, si afirmamos que este caballero puede volar agitando sus brazos, como
dije, la carga de la prueba está sobre él. Supongamos que hago una afirmación
más complicada. Supongamos que digo que mi perro puede hablar con frases
completas. Bien, una vez más estoy haciendo una afirmación bastante inusual,
y depende de mí mostrar evidencias. Así que, más vale que esté listo para
hacerlo o más vale que me prepare para que la gente no crea lo que digo. Yo
querría una demostración de este caballero volando o de mi perro hablando si

138
fuera la persona a la que pidieran que tomara una decisión antes de admitir que
tal cosa fuera posible o existiera. ¿Qué tan fácil sería demostrar que este
caballero no puede volar o que mi perro no habla con frases completas? Como
mencioné antes, uno se mete en un verdadero problema al tratar de demostrar
que algo no puede suceder o que algo no existe. Por ejemplo, si quisiera probar
que no existen los unicornios, podría examinar esta habitación y concluir que
no hay unicornios en esta habitación, que es un área pequeña. Para probar la
inexistencia general de algo como los unicornios, uno tendría que registrar
simultáneamente todo el universo. Y entonces, solo podrías decir que ningún
unicornio existía en el momento en que inspeccionaste el universo. Pero tal vez
estaban allí 5 minutos antes, o tal vez solo buscamos por toda la tierra, y ellos
estaban en otro planeta en ese momento. Hay todo tipo de posibilidades. Así
pues, no puedes probar que algo no exista. Y esa es la razón, como mencioné
antes, por la que la definición de un ateo no es alguien que cree que ha probado
que Dios no existe, porque no puede.

Quiero repasar rápidamente algunas de las once pruebas principales. Han sido
900 años de formulación, y en estos 900 años, esto es, básicamente, lo que a la
gente se le ha ocurrido.

1. La primera Causa: argumento cosmológico. Todo ha de tener una causa,


por ello el universo debe tener una causa, y esa causa era Dios. Dios era
la primera causa incausada. Esto conduce a un dilema lógico real para los
teístas, porque si todo debe tener una causa, entonces Dios debe tener una
causa. Si Dios tuvo una causa, entonces no puede ser la primera causa
incausada. Si no todo necesita una causa, entonces tal vez el universo no
necesite una causa. Por lo tanto, hay una traba lógica y la prueba falla.

2. El argumento de diseño o teleológico. El universo es maravilloso y


muestra evidencias de diseño y orden. Estas cosas deben de haber tenido
un diseñador que era incluso más maravilloso, y ese diseñador era Dios.
Seguramente, si el mundo está maravillosamente diseñado, y Dios, el
diseñador, está más maravillosamente diseñado, entonces Dios debe tener
un diseñador incluso más maravilloso que Él. Si Dios no necesitó a un
diseñador, entonces, tampoco lo necesitaría algo relativamente menos
maravilloso como el universo. Una vez más, esto es una contradicción
lógica.

3. El argumento de la vida. La vida no puede originarse por el movimiento


aleatorio de los átomos, y, aun así, la vida existe. Así pues, la existencia

139
de Dios era necesaria para crear vida. Básicamente, la vida no se originó
del movimiento aleatorio de los átomos y ningún científico diría algo así.
Porque hay límites a la composición química y física de los átomos y
ellos no se mueven en cualquier modo posible. Los químicos no se
combinan de cualquier forma posible. Así pues, cuando uno ve estas
probabilidades de un billón contra uno de que haya surgido la vida, es
todo papel mojado. No han considerado la posibilidad de que no todas las
reacciones puedan ocurrir. Por ello, es posible explicar el origen de la
vida sin Dios utilizando el principio de parsimonia, o la navaja de
Ockham. Creo que entonces nos quedamos con la explicación más
simple, que es una sin Dios. Entraré en más detalles luego.

4. Argumento por teología revelada. La Biblia dice que Dios existe, y la


Biblia es la palabra inspirada de Dios, por ello, lo que dice debe ser
verdad, y por ello, Dios existe. Bien, esto es obviamente un argumento
circular. Es una petición de principio. Estamos intentando demostrar si
Dios existe, por ello, llamar a la Biblia la palabra de Dios no está
permitido porque asume la existencia de aquello que se está intentando
probar. Así que, si la Biblia no es la palabra de Dios, entonces, no
podemos darle ningún peso real al hecho de que la Biblia mencione que
Dios existe. Por ello, no se convierte en prueba. De hecho, probar a Dios
a partir de la Biblia, es empezar la casa por el tejado. Primero uno debe
probar a Dios, y luego puedes decir si Dios dictó o inspiró la Biblia. Pero
no puedes realmente usar la Biblia, como el Dr. Bahnsen parece querer
hacer como evidencia de la existencia de Dios, per se.

5. Argumento por los milagros. La existencia de milagros requiere la


presencia de una fuerza sobrenatural, como Dios. Los milagros ocurren,
y por ello, existe una fuerza sobrenatural, o Dios. De nuevo, esto es una
petición de principio, requiere que debas creer en un Dios primero. Luego
dices que existen cosas tales como milagros, los cuales son actuaciones
de un Dios que crea violaciones de sus propias leyes. Por ello, no es
evidencia per se, puede servir como evidencia suplementaria—una vez
que se tenga buena evidencia de algún otro modo para la existencia de
Dios—puedes usar los milagros como argumento adicional, pero en sí
mismo no demuestran la existencia de Dios, porque asume lo que necesita
ser probado. Una cita de Thomas Paine sobre los milagros: “Cuando veas
que se da cuenta de un milagro por alguien que dice que lo vio, se suscita
una cuestión en mente fácilmente respondida. ¿Es más probable que la
naturaleza se salga de su curso o que un hombre mienta? Nunca hemos

140
visto en nuestros tiempos que la naturaleza se salga de su curso, pero
tenemos buenas razones para creer que se han dicho millones de mentiras
en ese mismo tiempo. Por ello, los porcentajes son al menos millones a
uno que el que reporta el milagro miente. Creo que esas son buenas
probabilidades.

6. Argumento ontológico. Dios es, por definición, perfecto. Una cualidad


necesaria de cualquier objeto perfecto es que existe. Si no existiera, no
sería perfecto. Si la perfección requiere existencia, entonces, Dios existe.
Hay un problema con la palabra “existe”. Para que algo sea perfecto,
antes que nada, debe existir. Si algo no existiera, la palabra “perfecto” no
significaría nada. Primero, has de tener existencia, luego posiblemente,
puedes tener la perfección. Así pues, de nuevo caminamos hacia atrás.
Primero se ha de tener un Dios que exista, y luego, decidir si es perfecto.
Si la perfección es una cualidad de un Dios, entonces él puede ser
perfecto, pero primero debe existir.

7. Argumento moral. Todo el mundo tiene valores morales. La existencia


de estos valores no puede ser explicada a menos que fueran implantadas
en la gente por Dios. Así pues, Dios existe. Un problema del ateísmo:
Hay maneras más simples de probar el origen de los valores morales sin
requerir la existencia de Dios para que los implante en la gente. Además,
si los valores morales vinieran de Dios, todo el mundo tendría los mismos
valores morales. No es así. Los valores morales de la gente son el
resultado de la acomodación que han hecho a sus entornos particulares,
y han enseñado a sus hijos como mecanismo de supervivencia.

8. Argumento del deseo. Sin la existencia de Dios, la gente no tendría razón


para vivir o ser bueno. Por ello, debe haber un Dios. La mayoría de la
gente cree en Dios, por ello, hay un Dios. Esto realmente no es una
prueba, es solo un deseo. Es como decir que sería agradable tener un Dios
(que lo sería), pero eso no tiene nada que ver con el hecho de que exista
o no.

9. Argumento de la fe. La existencia de Dios no puede probarse por el uso


de la razón, sino solo con el uso de la fe. El uso de la fe muestra que existe
Dios, luego Dios existe. La razón es una forma probada de obtener
información objetiva sobre el universo. No se ha demostrado que la fe
produzca información veraz sobre el universo, porque la fe es creer que
algo sea así, porque quieres que sea así, sin evidencia adecuada. Por ello,

141
la fe no puede ser utilizada para probar la existencia de algo. Además,
está el hecho de que la fe a menudo te da la respuesta opuesta a la que da
la razón ante el mismo problema. Esto también demuestra que la fe no
proporciona respuestas válidas.

10.Argumento de la experiencia religiosa. Mucha gente afirma tener


experiencias personales de encuentros con Dios, así pues, Dios debe
existir. Esta es una difícil de manejar, porque, primero, yo nunca he
tenido tal experiencia. Estoy seguro de la gente ha pensado con absoluta
honestidad que han tenido esas experiencias, pero, el “sentimiento” de
haber encontrado a Dios no puede ser confundido con el hecho de haber
encontrado a Dios. Hay una confusión semántica, y también, no podemos
usar nuestros sentimientos como si fueran formas validas de obtener
información sobre el mundo. Existen sentimientos que poseemos en
nuestro interior, pero que no podemos demostrar a otras personas. No
pueden ser usados como evidencias. Si todo el mundo tuviera la misma
experiencia, como mirar por la habitación y estar todos de acuerdo en que
hay un reloj allí, entonces podríamos decir que la visión del reloj es una
visión consensuada, si todo estamos de acuerdo en ello. A parte de eso,
si usted vio un reloj y nadie más lo hizo, o si solo dos o 3 personas en la
habitación lo vieron, entonces usted tiene un pequeño problema.

11.La apuesta de Pascal. No hay manera en que podamos saber si Dios


existe o no, y no hay modo en que podamos descubrirlo. Pero no hay nada
que perder por creer en Dios, y, por otro lado, hay mucho que perder por
no creer en Él, y al final resulta que si hay un Dios cuando mueres. Esto
solo es cierto si, 1) llevas razón respecto a Dios, y 2) has elegido la
religión correcta, porque puede que te encuentres el día del juicio final,
llevaras razón sobre Dios, pero el dijera ¿“De qué religión eres tú?, y tú
dijeras, “Yo era un creyente del islam”, y él te dijera, “Lo siento, el
catolicismo es la religión correcta, vas abajo”. Así pues, además, podrías
tener un Dios que castiga a gente que ha tenido vidas virtuosas, digamos
un ateo que ha sido virtuoso, hizo maravillas en este mundo, pero
simplemente no creía en Dios. Si Dios le castiga, entonces tienen un Dios
irracional que pudiera igualmente castigar al creyente como al no
creyente.

PREGUNTAS CRUZADAS
Bahnsen pregunta a Stein

142
Bahnsen: Señor Stein, ¿Puede darnos usted, muy brevemente, alguna fuente
que defina el ateísmo como algo que encuentra las pruebas a favor del teísmo
inadecuadas, en lugar de algo que niega la existencia de Dios?

Stein: Sí señor, El libro de George Smith, que encontrará a la venta en la parte


posterior de la sala, arriba, llamado Ateísmo, el caso contra Dios, y supone lo
que creo que es el mejor libro nunca escrito sobre el tema que fue muy explícito.
Tengo aquí una copia, y puedo citarle las palabras exactas si le parece…

Bahnsen: Oh, no creo que sea necesario. ¿Tiene usted alguna otra fuente?

Stein: ¿Si tengo alguna otra fuente?

Bahnsen: ¿Tiene alguna otra fuente?

Stein: Claro.

Bahnsen: ¿Cuáles son?

Stein: Charles Bradlaugh, que ahora mismo le daré. Hace 100 años Charles
Bradlaugh hizo el comentario en una de sus razones en favor del ateísmo, dijo…

Bahnsen: Está bien. Dr. Stein, ¿usted ha escuchado al Dr. Bahnsen usar el
siguiente argumento: “La Biblia dice que Dios existe, la Biblia es la palabra
inspirada de Dios, por ello lo que dice ha de ser cierto, por lo tanto, Dios existe”?

Stein: No dijo eso, usted simplemente lo asumió porque estaba citando de la


Biblia como si fuera—

Bahnsen: No le he preguntado lo que yo asumí, le pregunté si utilicé ese


argumento.

Stein: No, no utilizo ese argumento, pero usó los resultados de ese argumento.

Bahnsen: Dr. Stein, usted mencionó once pruebas básicas de la existencia de


Dios. ¿Mencionó la prueba trascendental de la existencia de Dios?

Stein: No, no la mencioné con ese nombre. No creo que sea una prueba. No la
llamaría prueba. Tal como yo lo he entendido, el modo en que lo dijo—

143
Bahnsen: No hay tiempo para replicas sobre ese punto. Por el contrario, no ha
tratado ese punto en particular. Vale, ¿Son todas las cuestiones racionales
respondidas del mismo modo?

Stein: No, no lo son. Son respondidas por métodos lógicos, no obstante, que
son los mismos: razón, lógica, y presentación de evidencias y hechos.

Bahnsen: Le escuché usar el término “trabas lógicas” y “contradicciones


lógicas” en su discursos. ¿Dijo usted eso?

Stein: Utilicé esa frase, sí.

Bahnsen: ¿Cree entonces que hay leyes lógicas?

Stein: Absolutamente.

Bahnsen: ¿Son universales?

Stein: Son acordadas por los seres humanos sin darse cuenta de que
simplemente están en la naturaleza.

Bahnsen: ¿Son simplemente convenciones entonces?

Stein: Son convenios que se autoverifican.

Bahnsen: ¿Son leyes sociológicas o leyes del pensamiento?

Stein: Son leyes del pensamiento que son interpretadas por el hombre.

Bahnsen: ¿Son de naturaleza material?

Stein: ¿Cómo podría una ley ser material?

Bahnsen: Eso es lo que le pregunto.

Stein: Diría que no.

Stein pregunta a Bahnsen


Stein: Dr. Bahnsen, ¿Llamaría a Dios material o inmaterial?

144
Bahnsen: Inmaterial.

Stein: ¿Qué es algo inmaterial?

Bahnsen: Algo no extendido en el espacio.

Stein: ¿Puede darme algún otro ejemplo, aparte de Dios, de algo inmaterial?

Bahnsen: Las leyes de la lógica.

Stein: ¿Estamos poniendo a Dios como algo equivalente a las leyes de la lógica?

Bahnsen: No, solo si cree que todas las cuestiones objetivas son respondidas
de la misma manera usted asumiría que por pensar que hay dos cosas
inmateriales, deben por ello ser idénticas.

Stein: No estoy asumiendo eso. Estoy solo asumiendo eso porque las leyes de
la lógica son convenciones entre hombres. ¿Estás diciendo que Dios es una
convención entre los hombres?

Bahnsen: Yo no acepto la afirmación de que las leyes de la lógica: las leyes de


la lógica de Cristo sean meras convenciones.

Stein: Ok, ¿es su Dios omnipotente, omnisciente y omnibenevolente?

Bahnsen: Lo es.

Stein: ¿No encuentra que esto es una contradicción?

Bahnsen: No.

Stein: Bien, mostraremos un poco más tarde, que lo es. Si su argumento a favor
de la existencia de Dios se demuestra incorrecto, ¿Renunciaría a su creencia en
Él?

Bahnsen: ¿Si mis argumentos son desmentidos?

Stein: sí.

145
Bahnsen: ¿Renunciaría a mi creencia en Dios? Si no hubiera argumentos para
la existencia de Dios, no creería en Dios.

Stein: Eso no responde la pregunta. Si alguien pudiera demostrarle que no hay


argumentos, ¿renunciaría a sus creencias? Estoy intentando ver cuáles son las
bases de su creencia.

Bahnsen: Usted es el que ha dicho que es imposible demostrar negativas


universales, nadie podría mostrarme que no existen argumentos a favor de la
existencia de Dios, así pues, uno solo puede trabajar con los que yo conozco.

Stein: Ok, si alguien demostrara que los que usted ha planteado son inválidos,
¿Cuál sería su suposición?

Bahnsen: Hablando racionalmente, si no hubiera bases para creer en la


existencia de Dios, renunciaría a esa creencia.

Stein: ¿Es Dios bueno?

Bahnsen: Sí, lo es.

Stein: ¿Cómo lo sabe?

Bahnsen: El me salvó. El me creó. El hizo el mundo y lo hizo bueno. Él envió


a su hijo al mundo para morir por mis pecados. Muchas de estas evidencias son
bastantes convincentes para mí, pero no las utilizo fuera de una visión del
mundo en la que tienen sentido, en las que son tenidas por verdades. Si lo que
quiere decir es si Dios es bueno de una manera tal que yo pueda darle evidencias
que usted aceptara ello dependería de cuáles son sus suposiciones previas.

Stein: Bien, lo que estoy preguntando es si Dios dice algo, es correcto porque…
cualquier cosa que Dios hace es buena porque Dios es bueno, o se convierte en
bueno solo porque Dios lo dice. No sé si he dicho eso bien, imagino que sí.

Bahnsen: No, comprendo el problema. Lo que Dios dice que es bueno, es


bueno, porque refleja su propia naturaleza. Dios es bueno y es el estándar de la
bondad. Esa es una de las suposiciones previas de la visión cristiana del mundo.

Stein: Pero es de hecho una presuposición que es supuesta antes de que haya
datos sobre Dios.

146
Bahnsen: ¿Es esta una cuestión sobre mi primera exposición inicial?

Stein: En cierto sentido si, porque está relacionada con la idea de si existen
absolutos fuera de Dios, lo cual es un asunto importante en este debate y puede
surgir luego.

Bahnsen: Sigo pensando que se están estirando mucho los límites de las reglas
del debate aquí, pero responderé a su pregunta. No existen absolutos fuera de
Dios.

Stein: Entonces, en otras palabras, el hecho de que Dios sea bueno es algo que
Él ha dicho, y es por ello por lo que lo acepta en lugar de asumirlo como una
suposición previa que es lo que dijo hace un minuto.

Bahnsen: Eso es extremadamente simplista. Dios me lo dijo y me proporciono


evidencia de ello.

Stein: Pero también dijo que era una presuposición.

Bahnsen: Correcto.

Stein: ¿No es eso una contradicción?

Bahnsen: En absoluto. Hay muchas cosas que son presupuestas y también


evidenciadas en este mundo, por ejemplo, las leyes de la lógica.

Stein: Estaría de acuerdo con eso. Cuando hablamos de cosas inmateriales, está
usted diciendo también que existen cosas tales como, digamos, un fantasma, o
el alma, que son ejemplos de cosas inmateriales ¿Las pondría dentro de lo
inmaterial?

Bahnsen: Diría que el hombre es un alma viviente y tiene un aspecto inmaterial


en su ser, sí.

Stein: ¿Y cómo probaría esto?

Bahnsen: ¿Tiene esto entonces que ver con la existencia de Dios?

Stein: Bueno, tiene que ver con la existencia de cosas inmateriales.

147
Bahnsen: Bueno, si hay un ser inmaterial, Dios, y si la Biblia es su palabra,
entonces diría que su revelación de la naturaleza humana en la Biblia es prueba
suficiente. Y eso nos lleva de nuevo lógicamente a lo que has de decir, si el
mismo Dios existe. Eso es lo que se supone que estamos debatiendo.

Stein: Entonces usted me está dando un argumento circular.

Bahnsen: No, le estoy diciendo de qué trata el debate.

Stein: Se de lo que trata el debate. Le estoy pidiendo por una respuesta a mi


pregunta. No conseguí una.

Bahnsen: No estoy debatiendo la naturaleza del alma esta noche, sino la


existencia de Dios. Sí, creo que el hombre tiene un alma.

Stein: La única razón por la que le pregunte sobre el alma, es porque es el objeto
inmaterial más simple que la mayoría entendemos.

Bahnsen: Yo no creo que sea similar. Quiero decir, que ese es su punto de vista.

Stein: Más simple, no similar, dije.

PRIMERA RÉPLICA – GREG BAHNSEN


Definiciones
Estamos debatiendo la existencia de Dios. Especifiqué que hablaría, para evitar
contradicciones lógicas sobre una visión particular de Dios, la visión cristiana
de Dios, que personalmente mantengo. El Dr. Stein dijo que no se limitaría a la
concepción cristiana de Dios. Está bien, que no lo haga. Pero cada vez que
utilice algo fuera del concepto cristiano de Dios, será irrelevante. De hecho, yo
me uniría a él en rebatir esas otras concepciones de Dios. La existencia de Dios
que estoy argumentando esta noche, es el Dios cristiano.

En segundo lugar, cuando el Dr. Stein define al ateo como alguien que encuentra
inadecuadas las pruebas teístas, que no está probado, pero no desaprobado, está
entrando en algún tipo de revisión lingüística. Él nos cita (dijo que podría
hacerlo y yo confío en que es así) otros dos ateos que también definen ateísmo
del mismo modo. Pero, verán, eso se me antoja similar a un cristiano que defina
su posición como cierta ya desde el principio, y por ello, debe ser cierta, debido
a que es cierta por definición. Él ha minimizado la tarea que tiene por delante

148
al decir simplemente: “Estoy aquí para demostrar que las pruebas teístas son
inadecuadas” Bien, veis que ni a ese nivel ha cumplido con su trabajo, incluso
aunque eso era bastante menos de lo que debería hacer. Porque él, nos ofreció
11 pruebas básicas a favor de Dios, atribuyéndome una que no utilicé, no utilizo,
y no asumo. Mencionó 11 pruebas básicas de Dios, pero no trató con las que di
en mi presentación de apertura. Así pues, el todavía no ha tratado con el
argumento que tenemos por delante esta tarde.

La postura presuposicionista
El Dr. Stein ha mencionado trabas y contradicciones lógicas. Dice que
encuentra que las leyes de la lógica son universales, sin embargo, son de
naturaleza convencional. Eso no es aceptable filosóficamente. Si las leyes de la
lógica fueran de naturaleza convencional, entonces podrían darse diferentes
sociedades que usaran diferentes leyes lógicas. Podría ser apropiado en algunas
sociedades el decir” Bien, mi coche está en el aparcamiento y no se da el caso
que mi coche este en el aparcamiento”. Hay leyes en ciertas sociedades que
tienen la convención de decir: “adelante, contradícete a ti mismo”, pero se trata
en cierto sentido, de algunos subgrupos dentro de nuestra sociedad que podrían
pensar así. Los ladrones tienen la tendencia a decir “esta no es mi cartera, pero
no se da el caso de que no sea mi cartera” Ellos pueden entrar en ese tipo de
contradicciones, pero no creo que ninguno de nosotros querríamos aceptar algo
así.

Las leyes de la lógica no son convencionales ni son sociológicas. Yo diría, que


hay algo trascendental sobre las leyes de la lógica. Son universales, invariables
y de naturaleza no material. Y si no lo son, entonces, me gustaría saber, en el
universo ateo, ¿Cómo es posible que existan leyes, para empezar? Y segundo,
¿Cómo es posible justificar esas leyes? Las leyes de la lógica son abstractas.
Como entidades abstractas, que es el término filosófico apropiado, y no
entidades espirituales como dice el Dr. Stein, como entidades abstractas, es
decir, no individuales o de carácter universal no son materialistas. En tanto que
universales, no se dan en la experiencia de modo total. Pueden darse
experiencias en que se utilicen las leyes de la lógica, pero nadie tiene una
experiencia universal de ellas. Nadie ha probado todos los casos posibles de las
leyes de la lógica. En tanto que invariables, no encajan en lo que la mayoría de
los materialistas nos dirían sobre la constantemente cambiante naturaleza del
mundo. Así que, como ven, tenemos un verdadero problema entre manos. El
Dr. Stein quiere usar las leyes de la lógica esta noche. Yo mantengo que, al
hacerlo, está tomando prestado mi visión del mundo. Porque, verán, en la visión
del mundo teísta, las leyes de la lógica tienen sentido, porque en la visión del

149
mundo teísta, pueden existir entidades abstractas, universales e invariables,
como las leyes de la lógica. Dentro de la visión teísta, uno no puede
contradecirse a sí mismo, porque al hacerlo estaría entrando en la naturaleza de
la mentira, y eso es contrario a la naturaleza de Dios tal como lo percibimos.
Por ello, las leyes de la lógica son algo que el Dr. Stein va a tener que explicar
cómo ateo, o de lo contrario, renunciar a usarlas.

El argumento trascendental
El argumento trascendental de la existencia de Dios, entonces, que el Dr. Stein
aún no ha tocado y que no creo pueda superar, es que, sin la existencia de Dios,
es imposible probar nada. Y esto es así, porque en el mundo ateo uno no se
puede justificar ni dar cuenta de las leyes en general, de las leyes del
pensamiento en particular. Las leyes de la naturaleza no pueden dar cuenta de
la vida humana, dado el hecho que no son más que complejidades
electroquímicas, y dado el hecho de que son meros accidentes. Es decir, en la
concepción atea del mundo, no hay realmente una razón para debatir, porque al
final, tal como dice el Dr. Stein, todas estas leyes son convencionales. Todas
estas leyes no tienen realmente la naturaleza de una verdadera ley, son
simplemente… bueno, usted es el ateo y materialista, usted tendría que decir
que son solo cosas que ocurren dentro del cerebro. Pero, verá, lo que ocurre
dentro de su cerebro no es lo que ocurre dentro de mi cerebro. Por ello, lo que
ocurre en su cerebro no es una ley. No se corresponde necesariamente con lo
que ocurre en el mío. De hecho, no puede ser idéntico con lo que está dentro de
mi mente o mi cerebro porque no tenemos el mismo cerebro. Como las leyes de
la lógica se reducen a ser entidades materiales, ya no tienen carácter de leyes.
Si solo son convencionalismos sociales, entonces, por supuesto, lo que
podríamos hacer para limitar el debate es simplemente definir un nuevo
conjunto de leyes, y pedir a todos los que quieran este convenio que digan: “El
ateísmo debe ser cierto, o el teísmo debe ser cierto, y tenemos las siguientes
leyes que adoptamos convencionalmente para probarlo”, y veremos quién
queda así satisfecho. Pero nadie puede quedar satisfecho sin un procedimiento
racional a seguir. Las leyes de la lógica no pueden ser evitadas, las leyes de la
lógica no pueden explicarse en un universo materialista. Por ello, las leyes de
la lógica son una de las muchas evidencias de que, sin Dios, no se puede probar
nada.

PRIMERA RÉPLICA – GORDON STEIN


Ok, ahora voy a referirme a la evidencia transcendental de la existencia de Dios,
sobre la cual, el único momento en que podía hacerlo es en mi replica. Pero

150
antes, me gustaría hacer algo más importante. En lugar de preguntarnos cuál es
la causa del universo, hemos de preguntarnos primero “¿Requiere el universo
una explicación causal?”. En lugar de preguntarnos quién es responsable del
diseño en la naturaleza, debemos preguntarnos “¿Presenta diseño la
naturaleza?” Se ofrece a Dios como una solución a un problema metafísico,
pero no se da consideración alguna a si tal problema existe para empezar. Pero
Dios no explica nada. Por ejemplo, si dices… si te pregunto, ¿Cómo vino el
universo a la existencia?, y tú dices, “Dios lo creó”, eso no responde a la
pregunta. La pregunta es: “Cómo lo creó Dios”. Y desafío a cualquier teísta a
que defina cómo lo creó. Básicamente, lo que está usted diciendo es que un Ser
desconocido es responsable de un fenómeno dado, que causó a través de medios
desconocidos. Y esa no es una explicación, sino más bien una concesión de que
el fenómeno es totalmente inexplicable.

La postura presuposicionista
Ahora, en relación con las leyes de la ciencia en un mundo ateo: Primero de
todo, no creo que el Dr. Bahnsen sepa lo que es una ley científica. Una ley
científica es una observación hecha una y otra y otra vez. La ley de la gravedad:
Dejamos caer objetos por todo el mundo, en situaciones diferentes, y
observamos que siempre caen a la tierra. Así pues, al final, hacemos la
afirmación estadística de que los objetos posiblemente, con casi un 100% de
posibilidad, caen hacia la tierra si no son acelerados en dirección opuesta. O si
un cohete no cae inmediatamente, pero al final así será, si no escapa a la
gravedad de la tierra. Por ello estas leyes científicas son meros consensos
basados en miles de cientos de miles de observaciones.

Las leyes de la lógica son también consensos basados en observaciones. El


hecho de que pueden predecir algo correctamente, muestra que vamos por buen
camino, que se corresponden con la realidad de alguna manera. Si puedo sacar
una formula y mostrar exactamente donde va a aterrizar una bola de cañón, y
predecir exactamente donde explotará, entonces mis matemáticas están
reflejando algo valido sobre el comportamiento de las bolas de cañón disparadas
desde la tierra. De lo contrario no habría elegido el lugar exacto. Y la
matemática es lógica usada del mismo modo, por acuerdo de cosas probadas
que son verificadas. No lo estoy explicando tan bien como podría, pero eso es
básicamente lo que digo.

Un universo ateo, entonces, se fundamenta en las bases de que la materia tiene


ciertos patrones intrínsecos de comportamiento. Los electrones se repelen
porque ambos tienen carga negativa. Los protones se repelen entre sí, y

151
electrones y protones se atraen. Los polos opuestos de un imán hacen eso. Es
una propiedad inherente a la materia. Eso es lo que produce la regularidad en el
universo. Si no hubiera regularidades, entonces no sería posible la ciencia,
porque no podrías predecir nada. La materia no se comportaría de la misma
manera la segunda vez que lo hiciera la primera vez, o la tercera o la cuarta. Por
ello, carencia de un Dios no es en modo alguno detrimento para la lógica y para
que haya leyes en un universo ateo. De hecho, si tuviéramos un Dios, podríamos
muy bien tener un Dios irracional que hiciera las cosas caprichosamente. De
modo que, si lanzara una pelota una vez, iría hacia arriba, y la siguiente vez,
hacia abajo contra el suelo, y luego hacia arriba de nuevo. Eso sería tan
evidencia de Dios, como el comportamiento regular de una pelota u objeto al
caer. Podrías tener un Dios que hiciera unas reglas y las cambiara de vez en
cuando o podríamos tener uno que hiciera las cosas del mismo modo, o
podríamos tener un universo que simplemente se comporta normalmente de esa
manera.

El argumento cosmológico
Ahora, la pregunta sobre qué causó el universo, aunque no entramos
exactamente en ello. Estoy intentando demostrarle que es hacer una pregunta
absurda, en primer lugar. Dar a Dios como respuesta, primero que nada, ya
mencioné que no explica nada, pero, en segundo lugar, para que algo actúe
como una causa, primero debe existir, es decir, debe ser una parte del universo,
y el universo proporciona las bases para una explicación causal, pero no
requiere el mismo una explicación causal. No sé si eso está claro. Si digo que
cada ser humano tuvo una madre, eso es una cuestión valida. Pero si pregunto,
“¿Quién es la madre de la raza humana?” esa no es una cuestión valida porque
la raza humana no tuvo una madre. Puedo preguntar cuál fue la casa de que este
planeta explotara, pero preguntar cuál fue la causa del universo es hacer una
pregunta inválida. Y ofrecer la respuesta de Dios es ofrecer una respuesta
inválida a una pregunta inválida.

La experiencia religiosa
No hemos entrado en el tema de la moralidad, Creo que voy a dejarlo para la
segunda parte. Si el Dr. Bahnsen no suscita el tema, lo haré yo. El hace un
montón de afirmaciones que básicamente no son sino sentimientos: El sintió a
Dios entrando en su vida… el sintió que ocurría… el sintió que Jesús resucitó.
Si se limitara a los estándares de un historiador, y especialmente, a los
estándares en los casos en que se habla de un milagro, tal como dijo David
Hume: “Cuando un suceso milagroso o muy improbable, como la
resurrección—aunque él no utilizó esa analogía exacta, ese ejemplo exacto—

152
ocurre, hemos de demandar una cantidad extraordinaria de pruebas”. Si yo digo
“El sol va a salir mañana”, no necesitas muchas pruebas porque sale todos los
días. Si yo digo “el sol no va a salir mañana”, entonces necesitamos una cantidad
extraordinaria de evidencias porque se trata de un evento extraordinario. Ahora
bien, él no se ha sometido a los estándares de un historiador en muchas de las
cosas que acepta de la Biblia como evidencia de Dios, y creo que, si lo hiciera,
pronto vería que esas evidencias se secan.

El argumento trascendental
Ahora, para tratar la evidencia transcendental, finalmente. La afirmación de que
si Dios no existiera no podríamos probar nada, y que la lógica y las leyes
científicas serian invalidas es una tontería, y creo que he demostrado parte de
esto. Él dice que las leyes de la lógica son las mismas en todos sitios. Esto no
es cierto, aunque son las mismas en su mayoría. Y me pregunto, si él ha oído
alguna vez de los “koan” de los Zen, la respuesta a un koan es algo como, “como
es el sonido de una mano aplaudiendo”, es el koan más famoso—La respuesta
a esa clase de pregunta esta en cierto sentido, en un tipo diferente de lógica, o
“extralógica”, si prefieren llamarlo así. Pero yo creo que la mayoría de la lógica
que aceptamos en el mundo occidental y la mayor parte del mundo oriental es
la base de acuerdos entra la gente que reflejan algo sobre el universo. La idea
de que la evidencia trascendental de la existencia de Dios sea la imposibilidad
de lo opuesto, que la visión del mundo no sería racional en el ateísmo, es un
total sinsentido y os he demostrado que depende de las propiedades inherentes
de la materia. Si la materia tiene propiedades que se comportan de forma que
tenemos orden en el universo, y tenemos un universo lógico, racional sin Dios.
El asunto de Dios no es pertinente si la materia se comporta de un modo regular;
Y mantengo que las propiedades de la materia, como se demuestra una vez tras
otra, son regulares. Es una propiedad inherente de la materia. Por ello, creo que
la afirmación de la evidencia transcendental puede ser descartada como mero
deseo del pensamiento, unido a la desinformación sobre lo que son las leyes
científicas y lo que mantienen los ateos. De hecho, la mayoría de los científicos
son ateos, de hecho, la ciencia misma es atea. La ciencia no se permite utilizar
una explicación sobrenatural para nada. Y hay una buena razón para ello. Si su
experimento resulta de una manera, podría decir que lo hizo Dios. Si resultó de
modo opuesto, podría decir que Dios lo hizo. Nunca se haría progreso alguno
para explicar nada en las ciencias. Y por ello, el consenso acordado sobre las
normas de la ciencia es que solo las explicaciones naturales son preguntadas y
permitidas.

153
SEGUNDA RÉPLICA – GORDON STEIN
El argumento trascendental
Yo estaría lógicamente equivocado si dijera que, si todas las pruebas de la
existencia de Dios fallan, ello justificaría decir que no existe Dios. Hay una
falacia lógica—argumentum ad ignorantiam (o algo así), que dice que se acepta
algo simplemente porque fallan todas las evidencias para el caso contrario. Sin
embargo, tenemos otros dos factores que debemos considerar. Uno de ellos, es
el hecho de que han pasado 900 años desde que Anselmo postuló por primera
vez la prueba Ontológica, Y Tomas de Aquino, unos 1200 años o así. Así pues,
tenemos un largo periodo de tiempo en que estas pruebas que han sido
profesadas fallaron. Ello supone alguna evidencia sobre que la probabilidad de
que aparezca una prueba que a alguien se le ocurriera y que fuera exitosa, sea
bastante improbable.

El argumento moral
Además, tenemos una serie de cosas que yo no llamaría pruebas, pero sí las
llamaría evidencias que hacen la existencia de Dios incluso más improbable.
Uno de ellos, es el problema del mal. Si existe un Dios omnibenevolente, ¿Por
qué hay maldad en el mundo? Se nos dice que con Dios todo es posible, si es
posible, si todas las cosas son posibles, sería posible crear un mundo en el que
la inmensa mayoría del sufrimiento que es moralmente inútil, como el dolor y
miseria de los animales, el cáncer y la ceguera de niños pequeños, las
humillaciones en la senilidad o la locura serían evitados. Estos son,
aparentemente, designios del Creador mismo, o de lo contrario tenemos un Dios
que no es omnipotente. Si admites eso, estas negando su Bondad. Si dices que
es que no podría haberlo hecho de otro modo, entonces niegas que con Él todas
las cosas sean posibles. Así pues, los ateos podemos presentar varios
argumentos, con los que aumentamos la posibilidad de que no exista Dios, no
pruebas, como dije. Uno de ellos, sería el problema del mal. La idea es que la
presencia del mal es incompatible con el Dios omnibenevolente, omnisciente y
todopoderoso como en el que dice el Dr. Bahnsen que cree.

Ahora bien, él puede salir con la afirmación de que toda la injusticia en este
mundo será corregida en el mundo próximo, pero ese otro mundo sería una
afirmación que haría sin evidencia alguna. Sería, una vez más, deseos del
pensamiento.

También saldría de su lógica diciendo que Dios es todo poderoso, pero algunas
maldades ocurren sin su permiso, por decirlo de algún modo, en cuyo caso su
afirmación de que él cree en un Dios omnipotente, seria falsada.

154
También podría usar el viejo argumento del libre albedrio. Eso es básicamente
una “ciénaga” en la que él puede caer si lo desea, pero yo no. Decir que Dios
dio al hombre libre albedrío y por ello puede elegir entre el bien y el mal implica
que Dios es incapaz de hacer un hombre que pudiera examinar ambas opciones
y siempre elegir el bien. En otras palabras, Él está limitado, y el único modo en
que podía hacerlo es permitiendo al hombre que elija por sí mismo, como si
supusiera quitar algo al hombre el que pudiera examinar ambas opciones y aun
tener una guía en su interior para siempre elegir el bien.

El argumento del diseño


Ahora bien, no hay física evidencia obvia de un Dios. Si Dios quisiera que el
hombre creyera en él, todo lo que tenía que hacer era tomar una apariencia, y
de ese modo todos creerían en él, excepto los tontos. Bueno, los cristianos dicen
que esto nos puede parecer lógico a nosotros, pero no a Dios. Dios
evidentemente quiere que el hombre crea por fe, sin adecuada evidencia. Bien,
si quiere eso, entonces ¿por qué dio al hombre el poder de razonar, y por qué
dio al hombre más racionalidad de la que tiene ningún otro animal? Si todas las
muchas cosas de la tierra fueron creadas por un dios, y si Él es un Dios todo
amor que hizo al hombre a su imagen, ¿Cómo se explica el hecho de que él debe
haber creado la Tenia, el parasito de la malaria, los gérmenes del tétano, la polio,
las garrapatas los mosquitos, las cucarachas y las pulgas? Ahora, seguramente
el perro no sufre del pecado original y necesita estar infectado de pulgas de
manera que pueda ir al cielo de los perritos que será mejor que su vida presente.

Pluralismo religioso
La respuesta estandarizada de los teístas a este tipo de preguntas es que las cosas
tienen que ser mejores después de la muerte. Ya sabes, tenemos estas cosas en
la tierra, es el valle de lágrimas, por así decirlo. Eso no tiene mucho sentido.
Quiero decir, que cualquier Dios que castigara a un hombre por lo que hicieron
sus ancestros, no es un Dios muy moral. (Hablamos del pecado original ahora,
Adán y Eva y el jardín del Edén). Hay muchos ejemplos en esta tierra en que
no parece hacerse distinción alguna entre el inocente y el culpable, entre el
cristiano y el no creyente, por ejemplo, en los desastres naturales como un
terremoto o un incendio. Mata a cristianos, mata a bebes, mata a animales, mata
a no cristianos. Desde luego no puedes decir que estas personas fueron
castigadas por algo que hicieron. También destruye iglesias y hospitales sin
distinción. ¿No es esto evidencia de que, como poco, cualquiera que sea la
fuerza que controla estas cosas, no le preocupa si la gente es cristiana o no? ¿O
si son inocentes o no? Si hay un solo Dios y le preocupa el modo en que es
adorado. ¿Por qué hay tantas concepciones de Dios y tantas religiones

155
diferentes, todas afirmando ser la religión real? ¿Quiero decir que todas están
erradas? ¿Quiere decir que una es correcta y todas las demás están erradas?

Hay un Viejo chiste sobre un ateo que le dijo a un creyente, “Sabes, tú crees
que 99 de 100 dioses son falsos. Yo solo doy un paso más y digo que el numero
100 también es falso. Estoy seguro de que el Dr. Bahnsen, de hecho, incluso lo
acordó así, me ayudaría a refutar cualquier otro dios que no fuera el Dios
cristiano, Si el cristianismo es la religión verdadera, ¿Por qué hay tanta gente
que sinceramente cree en el que se encuentran en los barrios bajos y el crimen
organizado? no estoy diciendo que toda la gente allí sea cristiana, no estoy
diciendo que toda la gente del crimen organizado sea cristiana tampoco. Pero
evidentemente, si el cristianismo diera lugar a una elevación en los estándares
morales, sobre los que no hemos tratado aun, pero que yo voy a disparar aquí
dentro de un momento—se esperaría que los cristianos fueran altamente
morales, y no menos morales. De hecho, estudios sobre las creencias religiosas
de prisioneros han mostrado que casi todos son devotos cristianos. El número
de ateos es menor al 1%. Estas estadísticas eran tan molestas para las personas
que la condujeron que recientemente interrumpieron su recogida. Pero no
puedes discutir los hechos. Cualquier sistema que parece fallar en su aplicación
tan frecuentemente como lo hace el cristianismo, no es un sistema muy bueno
o práctico para que ser seguido por la especie humana. No quiero entrar en una
discusión real sobre el cristianismo, a menos que el Dr. Bahnsen insista en que
el Dios cristiano y Jesús y las demás evidencias que vienen del Dios cristiano
son verdaderos mientras que los otros no lo son.

Conclusión
¿Qué nos queda tras este ejercicio? Bien, podemos ver que no podemos probar
la existencia de Dios por ningún proceso racional o lógico, y el Dr. Bahnsen no
nos ha ofrecido ninguno. Hay un hecho objetivo aquí. Una vez más, como he
dicho, porque las pruebas fallen no significa que la existencia de Dios esté
desaprobada, sino que ciertamente no está probada. Esto no nos deja con un
mundo sombrío y horrible. Hay muchas cosas que hace el ateo con su vida que
convierten al mundo en un lugar agradable con el fin de encontrar la solución a
los problemas de este mundo, en lugar de esperar que aparezca un pastel en el
cielo, lo cual no parece muy probable.

SEGUNDO RÉPLICA – GREG BAHNSEN


El argumento trascendental

156
Ya han oído al Dr. Stein referirse al argumento trascendental, y tratar de
descartarlo simplemente como una mera expresión de un deseo. Si nuestro
debate va a degenerar hasta ese punto, entonces yo descarto todo lo que él ha
estado diciendo, declarando que se trata de meras expresiones de deseos, de
ilusiones, y vayámonos ya todos a casa. Pero yo sé que estamos aquí para
argumentar una cuestión, y me voy a quedar con el argumento que se propuso,
y ver si el Dr. Stein tiene mejores respuestas que solo recurrir al insulto.

La postura presuposicionista
El Dr. Stein propone una visión atea del mundo. Yo propongo una visión
cristiana del mundo. Hay otras propuestas ahí fuera que también desearían su
noche de debate. Yo mantengo que la prueba de la visión del mundo cristiana
es que negarla, conduce a la irracionalidad. Es decir, sin el Dios cristiano, no se
puede probar cosa alguna. Como ilustración de ello, y aunque quiero introducir
más ideas en mi segundo discurso, he hecho referencia a las leyes de la lógica.
Un universo ateo no puede responder por las leyes de la lógica. En su respuesta
a este punto, el Dr. Stein hablo más de las leyes científicas que de las leyes
lógicas, y voy a volver al tema en mi replica para preguntarle por su
comprensión sobre las leyes científicas. No obstante, aún le escuchamos decir
que las leyes de la lógica son un tema de consenso, y que son así. Eso es decir
“No tengo que probar que las leyes de la lógica existen o que están justificadas.
Simplemente es así. Bien amigos, que les parecería si yo hubiera conducido mi
debate esta tarde de esa manera. “Dios existe simplemente porque es así. No
puedes evitarlo.”, Verán, eso no es debatir, eso no es argumentar, y eso no es
racional. Y por ello, tenemos, curiosamente un ejemplo en nuestro propio
debate de esta noche, de que el ateo no puede mantener un enfoque racional a
esta cuestión.

¿Qué son las leyes de la lógica, Dr. Stein y cómo se justifican? Aun tendremos
que responder a esa pregunta desde un punto de vista materialista. Desde un
punto de vista cristiano, tenemos respuesta. Obviamente, reflejan el
pensamiento de Dios. Son, si lo desea, un reflejo del modo en que Dios piensa
y espera que nosotros lo hagamos. Pero si usted no adopta esa perfectiva y
quiere justificar las leyes de la lógica por algún método “a priori”, es decir, al
margen de la experiencia, cosa que el sugiere cuando dice que estas cosas son
auto-verificables, entonces, podemos preguntar por qué las leyes de la lógica
son verdades universales, no cambiantes e invariables, por qué, de hecho, son
aplicables repetidamente al ámbito de la experiencia contingente.

157
El Dr. Stein dijo: “bien, usamos las leyes de la lógica porque podemos hacer
predicciones acertadas usándolas.” Bien, de hecho, eso no se acerca siquiera a
discutir la inmensa mayoría de las leyes de la lógica. No es así como se prueban.
Es muy difícil llevar a cabo experimentos de las leyes de la lógica de ese tipo.
Son de naturaleza más conceptual que empírica, o producen ciertos resultados
en la experiencia empírica. Pero incluso si trataras de justificar todas ellas de
esa manera, hemos de preguntarnos como es que se aplican repetidamente al
ámbito contingente de la experiencia. ¿Por qué, en un mundo al azar no sujeto
a un orden personal como yo creo que es por el Dios cristiano, cómo es que
están leyes de la lógica siguen teniendo esa característica de dar lugar a aciertos?
¿Por qué se ha de asumir que tengan algo que ver con el ámbito de la historia?,
y ¿por qué el razonar sobre historia, o ciencia, o la experiencia empírica
conlleva estas leyes del pensamiento impuestas? De nuevo tenemos que volver
a esta idea realmente inaceptable de que son convencionales. Si fueran
convencionales, entonces desde luego que habrían de haber numerosas
perspectivas de eruditos por todas partes, con enfoques diferentes de la historia,
la ciencia, etc. Porque la gente adoptaría diferentes leyes de la lógica. Esa no es
la manera en la que proceden los académicos, y si alguien cree que, si es
adecuado, solo tiene que ir a la biblioteca y leer un poco. Las leyes de la lógica
no son tratadas como convenios. Decir que no son sino acuerdos es decir
simplemente “No tengo una respuesta”.

Ahora bien, si usted quiere justificar las verdades lógicas mediante


explicaciones a posteriori, es decir, en lugar de argumentar que son evidentes
en sí mismas, más bien argumentar que hay evidencia de ellas que podemos
encontrar en la experiencia, o mediante observación. Ese enfoque, por cierto,
fue utilizado por John Stuart Mill—La gente diría que ganamos confianza en
las leyes de la lógica a través de repetidas experiencias, entonces esa experiencia
es generalizada. Pero en algún momento de debilidad creo que el Dr. Stein
estaba tratando de decir algo así. Por supuesto, algunas de las verdades lógicas
sugeridas resultan que son tan complejas o inusuales que es difícil creer que
alguien haya percibido sus ejemplos en la experiencia. Pero incluso si
restringimos nuestra atención a las otras leyes de la lógica más simples, debe
considerarse que, si su verdad no puede ser decidida independientemente de la
experiencia, entonces de hecho se convierten en contingentes. Es decir, si la
gente no puede justificar las leyes de la lógica con independencia de la
experiencia, entonces solo puedes decir “que son aplicables, por lo que yo sé, a
cualquier experiencia que yo haya tenido”. Son contingentes, pierden su
necesidad, su universalidad y su invariabilidad. ¿Y por qué una ley de la lógica
que sea verificada en un dominio de la experiencia, por cierto, ha de ser tenida

158
también por cierta en otro dominio no experimentado también? ¿Por qué
habríamos de universalizar o generalizar sobre las leyes de la lógica,
especialmente en un universo materialista, no sujeto al control de un Dios
personal?

Entonces, resulta que, si las perspectivas a priori y a posteriori para la


justificación de las verdades lógicas no son convincentes, tal y como estoy
sugiriendo brevemente que es el caso, tal vez podríamos decir que son
convenciones ligústicas sobre ciertos símbolos. Ciertos filósofos han sugerido
que las leyes de la lógica no han de ser tomadas como dictados inexorables, sino
más bien que nosotros imponemos su necesidad en nuestro lenguaje. Se
convierten por ello en algo semejante a las leyes de la gramática, y por ello,
John Dewey señaló muy persuasivamente a principios del siglo, las leyes de la
gramática son relativas dependiendo de la cultura. Si las leyes de la lógica son
como la gramática, entonces, las leyes de la lógica son culturalmente relativas
también. ¿Por qué entonces no son los sistemas contradictorios considerados
igualmente racionales? Si las leyes de la lógica pueden ser culturalmente
relativas, entonces podríamos ganar este debate simplemente estipulando una
ley de la lógica que diga; “cualquiera que argumente en este modo, tiene una
tautología entre manos, y, por lo tanto, es cierto”. ¿Por qué son convenciones
arbitrarias como las verdades lógicas tan útiles si son solo convencionales? ¿Por
qué son tan útiles para manejar problemas en el mundo de la experiencia?
Debemos preguntarnos si el ateo tiene base racional para sus afirmaciones. A
los ateos les encanta hablar sobre las leyes de la ciencia y las leyes de la lógica.
Hablan como si existieran ciertos absolutos morales, de los que cristianos han
sido acusados hace solo unos minutos de no estar a la altura. Pero ¿quién es el
ateo para decirnos algo sobre leyes? En un universo materialista, no hay leyes,
y mucho menos, leyes de moralidad, a las que cualquiera ha de responder.

Cuando tenemos en cuenta que las conferencias y ensayos que escriben los
lógicos no es probable que estén repletas de una serie ininterrumpida de
tautologías, podemos examinar esas proposiciones que a los lógicos les
preocupa transmitir. Por ejemplo, los lógicos dirían cosas como. “una
proposición tiene el valor de verdad opuesto a su negación”. Bien, cuando
miramos ese tipo de proposición hemos de preguntarnos una cuestión general:
¿Qué tipo de evidencia tiene la gente para ese tipo de enseñanza? ¿Es el mismo
tipo de evidencia que es usada por biólogos, por los matemáticos, por los
abogados, por los mecánicos, por los trabajadores de estética? ¿Qué justifica
una ley de la lógica, o incluso una creencia, de que exista tal cosa? ¿Qué es una
ley de la lógica, después de todo? No hay acuerdo en esa cuestión. Si tuviéramos

159
acuerdo universal, tal vez sería tonto hacer la pregunta. Se les ha sugerido que
es absurdo preguntar este tipo de cosas, aunque la analogía utilizada por el Dr.
Stein sobre lo absurdo de preguntas como la causa del mundo no es relevante
en absoluto, dado que ese no es mi argumento… Por cierto, que no es absurdo
hacer esa pregunta tampoco. Puede ser innecesario hacerla si eres un ateo, pero
ciertamente, no es absurdo preguntarlo. Pero no es absurdo hacer la pregunta
que estoy yo haciendo sobre la lógica. Verán, los lógicos tienen bastante
dificultad para decidir la naturaleza de sus afirmaciones. Cualquiera que se
adentre en la filosofía de la lógica quedaría impresionado con eso hoy. Algunos
dicen que las leyes de la lógica son inferencias compuestas de juicios dictados
por conceptos. Otros dicen que son argumentos compuestos de proposiciones
hechas por términos. Otros dicen que son pruebas compuestas de frases hechas
por nombres. Otros han dicho simplemente que son procesos electroquímicos
del cerebro. Al final, lo que creas que son las leyes de la lógica, determinará la
naturaleza de la evidencia que sugieras para ellas.

Ahora bien, en un universo ateo, ¿qué son las leyes de la lógica? ¿Cómo pueden
ser universales, abstractas, invariables? ¿Y cómo justifica su uso un ateo? ¿Son
meras convenciones impuestas en nuestra experiencia o son algo que parecen
verdades absolutas? El Dr. Stein esta noche ha querido usar las leyes de la
lógica. Quiero sugerirles de nuevo, que el Dr., Stein al hacer eso está tomando
prestado mi visión del mundo. Está usando la perspectiva cristiana del mundo,
para que pueda haber tales leyes de la lógica, inferencias científicas y lo que
sea… Pero luego quiere negar el mismo fundamento de ello.

PREGUNTAS CRUZADAS
Stein pregunta a Bahnsen
Stein: ¿Son las matemáticas teístas o ateas?

Bahnsen: El fundamento de las matemáticas, sí.

Stein: ¿Cuál de las dos?

Bahnsen: Teísta.

Stein: ¿Teísta?

Bahnsen: Teísta cristiana.

160
Stein: ¿De dónde saca esa idea?

Bahnsen: De la imposibilidad de lo contrario. Ninguna otra visión del mundo


puede justificas las leyes de las matemáticas o de la lógica, porque ninguna otra
visión del mundo puede responder por la existencia de entidades universales,
invariables y abstractas como ellas.

Stein: ¿Cree usted que es justo, dado que ha señalado que los mismos lógicos
tienen grandes desacuerdos sobre la naturaleza de las leyes de la lógica, pedirme
que yo las explique de un modo que usted encuentre satisfactorio?

Bahnsen: Sí, es justo.

Stein: ¿Por qué?

Bahnsen: Porque este es un debate racional sobre visiones del mundo. Tú tienes
una visión del mundo naturalista, yo tengo una sobre-naturalista. Yo quiero algo
que sea al menos un inicio de respuesta sobre cómo un naturalista puede
justificas una entidad universal abstracta. No he oído ninguna todavía.

Stein: Bien, ¿Se basa la lógica en las matemáticas?

Bahnsen: No.

Stein: ¿Nunca? ¿Ni la lógica simbólica por ejemplo?

Bahnsen: No.

Stein: Yo estaría en desacuerdo con usted.

Bahnsen: Bueno, si queremos adentrarnos en Russel y Whitehead, y debatir


esos temas, yo estaría encantado de hacerlo, pero me hace un pregunta simple
y le doy una respuesta simple.

Stein: Usted dijo—

Bahnsen: Asuma lo opuesto. En lo que a mí respecta, como cristiano, no estoy


comprometido con ninguno de los supuestos. Si usted quiere decir que las leyes
de las matemáticas y las leyes de permutación de las matemáticas son las

161
mismas que las usadas en la lógica, bien. Cómo justifica cada una de ellas es mi
pregunta.

Stein: Bien, le hare una pregunta más fundamental, que es: Usted ha explicado
que las leyes de la lógica reflejan el pensamiento de Dios. Número uno, ¿Cómo
sabe usted esto?, y número dos, ¿qué quiere decir?

Bahnsen: ¿Qué dificultad tiene para entender lo que significa?

Stein: No se cómo usted está al tanto del pensamiento de Dios.

Bahnsen: Él se nos reveló a través de las Escrituras del Antiguo y Nuevo


Testamento.

Stein: ¿Y eso explica la lógica?

Bahnsen: Eso explica porque existen estándares de razonamiento universales,


sí.

Stein: A mí no me lo explica. ¿Podría explicarlo de nuevo?

Bahnsen: Sí, tenemos estudios bíblicos de vez en cuando en el que nos


adentramos en ello.

Stein: ¿Quiere decir que emplean tiempo racionalizando lo irreconciliable, o


reconciliando o irreconciliable? Como las dos narraciones en Génesis, las dos—

Bahnsen: Esto es un interrogatorio cruzado. Si tiene algo más que no sea una
pregunta retórica, intentaré responderla.

Stein: Bueno, no tiene intención de ser retórica, sino de…

Bahnsen: La pregunta anterior era solo retórica.

Stein: Bien, intentaba mostrarle que su….

Moderador: Por favor, limite sus comentarios a preguntas.

162
Stein: Ok. Decir que la lógica refleja el pensamiento de Dios no es hacer una
afirmación. ¿Cómo puede ser eso una respuesta a nada relevante en esta
discusión?

Bahnsen: Responde al tema general metafísico de cómo puede haber entidades


universales, invariables, abstractas en la visión del mundo de una persona en
particular. Si quiere saber la relación precisa, por ejemplo… si alguien quiere
saber, por ejemplo, ¿Cómo hizo Dios una vaca? OK, la afirmación de que Dios
hizo una vaca tiene sentido al margen de que yo sea capaz de explicar la
mecánica de Cómo Dios hizo la vaca. Del mismo modo, la afirmación de que
las leyes de la lógica son inteligibles dentro de un universo teísta cristiano tiene
sentido porque hay cosas que son, de hecho, espirituales, inmateriales, y tienen
una cualidad universal, como el pensamiento de Dios, y aquellos estándares que
Él impone en las personas.

Y, así pues, una vez más, al menos podemos a nivel metafísico encontrar sentido
a esas entidades abstractas invariables, mientras que no podemos darle sentido
en absoluto en la otra visión. No estamos pidiendo la mecánica, o nada preciso
como resolver la relación entre la lógica y las matemáticas. Estoy simplemente
haciendo una pregunta más general. Si eres ateo, cómo, en el universo ateo, es
posible tener una ley universal y abstracta.

Bahnsen interroga a Stein


Bahnsen: Bien Dr. Stein. Se ha referido a David Hume y su rechazo a los
milagros. ¿Ha leído también su discusión sobre la inducción, o más
popularmente conocido como “la uniformidad de la naturaleza”?

Stein: Hace mucho tiempo, No recuerdo exactamente lo que dice, pero he leído
a David Hume.

Bahnsen: ¿Quedó convencido, hace tiempo, de que tenía una respuesta a


escepticismo de Hume sobre la inducción?

Stein: No puedo responder esa pregunta. No recuerdo que… esto fue al menos
hace 15 años que leí esto.

Bahnsen: La validez de las leyes científicas fue socavada por Hume cuando
sostuvo que no tenemos base racional para esperar que el futuro sea como el
pasado, que sean unos tipos de eventos de tal modo que algo que ocurrió en el
pasado, sea un evento que, de ocurrir en algún otro momento, se pueda esperar

163
la misma consecuencia de una causa similar. Hume sugirió que no había una
base racional para esperar que el futuro se comporte como el pasado, en cuyo
caso la ciencia se basa simplemente en convenciones y hábitos del pensamiento.
¿Está de acuerdo con él?

Stein: No, en ese tema, no

Bahnsen: ¿Tiene una respuesta para David Hume?

Stein: Creo que estaba equivocado en ese asunto, pero también creo que llevaba
razón sobre muchas otras cosas.

Bahnsen: ¿Cuál es la base para la uniformidad de la naturaleza?

Stein: La uniformidad de la naturaleza viene del hecho de que la materia tiene


ciertas propiedades que exhibe regularmente. Es una parte de la naturaleza de
la materia. Los electrones, polos opuestos se atraen mientras las cosas con la
misma carga se repelen. Hay ciertas valencias en la capa de un átomo, y esa es
la medida en que pueden combinarse.

Bahnsen: ¿Ha probado a todos los electrones?

Stein: Todos los electrones que han sido probados se repelen, Yo no he probado
todos ellos.

Bahnsen: ¿Ha leído todos los test en electrones?

Stein: ¿Yo personalmente? ¿O puedo fiarme del testimonio de expertos?

Bahnsen: ¿Ha leído todos los testimonios sobre los electrones?

Stein: Lo único que haría falta es un testigo que diga, “no”, y estaría en las
portadas de todas las revistas de física, y no hay ninguno. Así que yo diría, en
efecto, sí.

Bahnsen: Bueno, los físicos tienen sus propias presuposiciones por las cuales
excluyen evidencia contraria también… En otras palabras, usted no ha
experimentado todos los electrones, pero generalizaría que todos los electrones,
bajo ciertas condiciones, se repelerían.

164
Stein: Solo estadísticamente, sobre la base de observaciones en el pasado.

Bahnsen: Pero no sabemos si a seguir siendo de esa manera, 10 minutos


después de este debate entonces.

Stein: Pero no vemos evidencia de que las cosas hayan cambiado, ¿no?

Bahnsen: ¿Acepta usted la lógica budista Zen que permite los koans, un
diferente tipo de lógica a la que se ha referido y que es usada por budistas Zen?

Stein: Yo usaría la palabra “extralógica”, esta fuera del tipo normal de lógica.
No es necesariamente un tipo diferente de lógica, sino que es “lo no lógico”,
aceptado en el lugar de la lógica.

Bahnsen: ¿Son las cosas “extralógicas” absurdas?

Stein: Puede parecérnoslo, pero yo diría, no, no son absurdas en el gran


esquema de las cosas.

Bahnsen: ¿Puedes ser verdades las afirmaciones sobre temas de la extralógica?

Stein: Eso es imposible de responder, porque si usamos lógica para responder


si algo es verdadero o no, entonces las cosas de la extralógica no son algo en el
análisis de la lógica.

Bahnsen: ¿Son las afirmaciones sobre entidades de la extralógica permitidos o


no permitidos en su visión del mundo?

Stein: Depende de lo que estemos hablando. Si hablamos de cosas como el


budismo Zen, y se limitan a estas especulaciones filosóficas, entonces, sí. Si se
refiere a ciencia, no.

Bahnsen: Eso parece muy arbitrario.

TERCERA RÉPLICA – GORDON STEIN


Me gustaría primero dar una pequeña replica a una declaración que se deslizó
del primer discurso del Dr. Bahnsen. Los ateos causaron la Revolución
Francesa. Esta es una afirmación falsa. El líder de la revolución francesa fue

165
Robespierre, que era cristiano. Puede que haya habido ateos allí, pero eso no
significa que causaran la Revolución Francesa. Hay ateos en todos los sitios.

La postura presuposicionista
Hemos pasado mucho tiempo hablando de lógica, y todavía me gustaría saber
por qué el Dr. Bahnsen señala tanto las leyes de la lógica cuando rehúsa
aplicarlas a la existencia de Dios. No estoy seguro ni de que sea falsable, por
eso no sé si es una afirmación que pueda incluso ser probada de algún modo.

Él ha hecho hincapié en las leyes de la lógica porque sabe que no hay


explicación para las leyes de la lógica en la que los filósofos estén de acuerdo.
¡Esto es una trampa! Puede que haya caído en ella, no lo sé, aun así, no es
relevante para su posición. Él no tiene una respuesta para las leyes de la lógica
tampoco. Decir que reflejan el pensamiento de Dios es hacer una “no-
declaración”. Primero, él no sabe cuál es el pensamiento de Dios. Todo lo que
sabe es lo que el hombre ha creído que pudiera haber sido el pensamiento de un
dios hace muchos años, concediendo todo lo demás en su favor. Es como decir
que Dios creó el universo. A menos que expliques cómo lo hizo, no has hecho
una afirmación que tenga valor intrínseco alguno. Puede que hayas hecho la
mitad de una afirmación, pero a mí me gustaría escuchar la otra mitad. ¿Qué
hay en el método que Dios utilizó que podamos aprender? ¿Por qué lo hizo
Dios? La ciencia no intenta responder a la cuestión “por qué”, solo al “cómo”.
Pero los teólogos si preguntan “por qué” y tratan de responderlo. No he oído
una respuesta al porque Dios hizo nada. Supuestamente lo hizo. Tampoco he
oído cómo lo hizo. Estas son las dos respuestas más esencialmente significativas
al hacer una pregunta. Si no las proporcionamos, hemos esquivado el centro del
asunto, y solo ofrecemos murmullos que no llevan a ninguna parte. Un ejemplo,
si yo digo, cómo ese coche en el aparcamiento, el coche rojo, ¿cómo llegó allí?,
y usted dice, “Lo hizo General Motors”, eso no explica por qué llegó ahí el
coche. Ahora bien, si vas y explicas que unos 100 hombres en Detroit trabajaron
un cierto número de horas para hacer este coche de acero, que vino de
Youngstown, de la planta de fundición, entonces a lo mejor estamos llegando a
alguna parte. Tampoco es respuesta decir que Dios lo hizo. Pediría al Dr.
Bahnsen que explique si él piensa que sabe la respuesta que ninguno de los
filósofos conoce sobre las leyes de la lógica… para poner su respuesta en algún
tipo de lenguaje con sentido. Decir que las leyes de la lógica reflejan el pensar
de Dios, es hace una afirmación sin sentido, solo sólo para mí, sino para
cualquiera. Si quisiera saber si Dios piensa todo el tiempo racionalmente o si
puede ser irracional, ¿Cómo sabemos cuándo está siendo irracional? ¿Le es
posible a Dios ser irracional? Quiero saber qué tipo de lógica usa Dios. ¿Utiliza

166
el tipo de lógica que podemos demostrar, que podemos probar del mismo modo
que usamos la lógica de la que hablamos en ciencia? Si es así, ¿Podría ser
posible para Dios que se contradijera en algún modo? ¿Puede hacer una piedra
tan pesada que no pudiera levantarla? ¿Es eso una imposibilidad lógica? ¿Está
Dios limitado por ese tipo de cosas? ¿Puede Dios hacer un círculo cuadrado?
Estos son pequeños juegos lógicos a los que jugamos, pero suponen un reflejo
de un problema que él tiene con su concepto de Dios. Si Dios puede hacer
cualquier cosa, si es omnipotente, omnisciente y omnibenevolente, ¿Puede
hacer esas cosas que he preguntado? Y si puede, ¿qué tipo de lógica está
utilizando? ¿La lógica de la autocontradicción? Hasta que tengamos algunas
respuestas a estas cuestiones, no creo que hayamos sacado mucho sentido del
Dr. Bahnsen en este tema. El ciertamente no ha aplicado la lógica a las pruebas
de la existencia de Dios que han sido ofrecidas por los filósofos.

TERCERA RÉPLICA – GREG BAHNSEN


La uniformidad en la naturaleza
El Dr. Stein ha demostrado, y me parece a mí que repetidamente, en el curso
del debate de esta noche, la afirmación hecha muy al principio en mi declaración
inicial y que es que la visión atea del mundo no puede responder por aquellas
cosas que son necesarias para un discurso racional o la ciencia. Cuando se le
pregunta por Hume y el escepticismo que genera sobre la inducción o la
uniformidad en la naturaleza, no escuchamos que ofrezca una respuesta. No
creo que exista una respuesta presentada desde la visión atea del mundo. Sin
embargo, el Dr. Stein que es ateo, ha dicho, y creo que esto es casi una cita: “si
no hubiera uniformidad, la ciencia sería imposible” ¡Exacto, Dr. Stein! Si no
hubiera uniformidad, la ciencia sería imposible. Así pues, ¿en base a qué, en un
universo ateo, es posible la ciencia, dado que en un universo ateo no hay base
para asumir que va a darse la uniformidad? Que alguien diga, “bueno, ha sido
así en todos los casos del pasado que conocemos, por ello muy probablemente,
va a ser así en el futuro”, supone asumir, porque se está usando probabilidad,
que el futuro va a ser igual que el pasado, es decir, es hacer una petición de
principio de la propia cuestión que está siendo planteada.

El argumento trascendental
Ahora bien, desde luego, si no le gusta las difíciles preguntas filosóficas que se
te hacen sobre la naturaleza de las leyes de la lógica, cómo se justifican, la
naturaleza de la ley natural, cómo se justifica y etc. Y simplemente las descarta
como preguntas absurdas o cuestiones que nadie comprende y no tienen sentido,
me parece a mí que es tratar de dar medicinas a un hombre muerto. Verá, es

167
como decir, “no voy a razonar sobre eso porque no tengo una respuesta, y eso
es simplemente muy desagradable. Pero, verá, estas son cuestiones filosóficas
que no solo los cristianos, por cierto, sino todos los filósofos han tenido que
preguntarse y enfrentar a través de los siglos. El Dr. Stein ni siquiera empieza a
arañar la superficie de una posible respuesta de cómo en la perspectiva atea del
mundo se puede dar cuenta de leyes, leyes de la ciencia, leyes de la lógica, leyes
de la moralidad… sí que nos dice que, sin ellas, la ciencia sería imposible.

En cuanto a que el argumento transcendental “no sea lógico”, puede exponer


eso, pero yo aún estoy esperando ver al Dr. Stein mostrándome alguna
autocontradicción o violación de las leyes de la lógica en él, aunque desde
luego, si lo hiciera, le preguntaría si esa ley de la lógica es una de las cosas de
acuerdo con las cuales hemos de vivir necesariamente. ¿Hemos de razonar de
acuerdo con esta ley o es solo una convención o acuerdo? Podría yo decir,
“Bueno, es su convenio, no el mío”, o ¿es esa ley de la lógica universal,
invariable, y algo que ha de ser seguido si queremos llegar a la verdad? Si lo es,
voy a preguntarle cómo es posible tener tal cosa en su universo, cómo se puede
justificar en absoluto. Pero él no ha demostrado ninguna contradicción,
simplemente lo ha llamado ilógico. Que sea falsable o no, e incluso preguntar
eso creo que demuestra que el Dr. Stein no es realmente consciente de la
naturaleza filosófica de la cuestión en el debate que tenemos ante nosotros. No,
lo trascendental no es falsable, eso es correcto, pero es muy significativo, es el
tipo de cosas que tratan los filósofos todo el tiempo. Fíjese en Kant, o en
Aristóteles, u otro filósofo. Verá que hacen frente a las precondiciones de la
experiencia. Y dado que son precondiciones de experiencia, no son falsables, y,
aun así, tienen sentido. Él dice que yo no tengo una respuesta a estas cuestiones
tampoco, Bien, ¡¡ciertamente que sí!! Es solo que a él no le gusta la respuesta.
La respuesta es que Dios creó el mundo, y este mundo refleja la uniformidad
que Él le impone por su gobierno, y nuestro pensamiento es el reflejo de la
misma consistencia o coherencia lógica que existe en el pensamiento de Dios.
¿Cómo sabemos esas cosas? Porque Él se nos reveló. Una vez más, estas son
respuestas simples, el tipo de respuestas que los niños aprenden en la escuela
dominical, pero, saben, yo aún no he encontrado una razón para no creerlas.
Que el Dr. Stein diga, “bueno, estas no son respuestas”, no me convence en
absoluto. Él dice que no van a ser respuestas a menos que incluya cómo tuvieron
lugar. ¿Cuál es el método de Dios y por qué lo hizo? Bien, no acepto esos
estándares. No acepto que esto sea en absoluto un requerimiento para una
explicación. Y él no nos da una buena razón, excepto que él no va a estar
satisfecho o que no le es útil.

168
Él dice que es una afirmación sin sentido decir que las leyes de la lógica reflejan
el pensamiento de Dios. Él quiere saber cosas como ¿Puede Dios ser irracional?
Bien, si hubiera hecho esa pregunta en el examen cruzado, las hubiera
respondido. No, Dios no puede ser irracional. La racionalidad se mide por el
estándar de su pensamiento y su revelación. La visión del mundo atea no puede
responder por las leyes de la lógica, y no puede responder por ninguna entidad
universal o abstracta, de hecho. No puede responder por la uniformidad de la
naturaleza y por ello, no puede responder por los éxitos de la ciencia. Ni puede
el universo ateo darnos leyes de moralidad universales y absolutas. Y así, tres
de los temas más importantes a nivel filosófico que el hombre ha de enfrentar,
lógica, ciencia y moral, el universo ateo está totalmente en oposición a ellos.

El argumento moral
Bien, nos queda un minuto y quiero responder muy rápidamente aquellas pocas
preguntas que el Dr. Stein propuso en su segunda presentación de modo que
pueda rebatirlas.

Él quiere saber sobre el problema del mal. Mi respuesta al problema del mal es
esta: No existe el problema del mal en un universo ateo, porque no existe el mal
en el universo ateo. Dado que no hay Dios, no hay un estándar de moral
absoluta, y nada es incorrecto. La tortura de niños pequeños no es incorrecta en
un universo ateo. Puede ser doloroso, pero no incorrecto. Es moralmente
incorrecto en un universo teísta y por ello, está el problema del mal de tipo
quizás psicológico o emocional, pero filosóficamente hablando, la respuesta al
problema del mal es que no tienes un estándar absoluto del bien por el cual
medir el mal en un universo ateo. Solo puedes tener eso un universo teísta, y
por ello, el mero planteamiento del problema presupone ya mi visión del mundo
en vez de la suya. Dios tiene una buena razón para el mal que el planea o
permite.

DISCURSO FINAL – GREG BAHNSEN


El Dr. Bahnsen en su última respuesta, y, de hecho, a través de toda su
exposición, ha hecho una seria de afirmaciones sobre lo que es posible en un
universo ateo y lo que no es posible en un universo ateo. Todo lo que puedo
decir, es que él tiene una concepción muy extraña del universo ateo, y tal vez,
del universo en general.

El argumento moral

169
Primero, el tema del mal en el universo ateo. Sí, en efecto que puede existir el
mal en un universo ateo. El mal es, por definición, en un universo ateo, aquello
que reduce la felicidad de la gente, la mayor infelicidad en las personas. En otras
palabras, si tuviéramos dos cosas sobre las que quisiéramos hacer una
afirmación de comparación de maldad, cuál de las dos es más maliciosa, la cosa
más maliciosa es la que causa a más gente ser infeliz. Bien, ¿cómo sabemos
esto? No lo sabemos, es un consenso, justo como la moralidad en general es un
consenso. Es un consenso reforzado por las enseñanzas de la sociedad a través
de padres a hijos, profesores a estudiantes, los medios de comunicación, la
literatura, la Biblia: Todas estas cosas refuerzan la moral a través de enseñanzas
y el proceso de socialización. Y también aprobamos leyes para castigar a la
gente que viole alguna de las ofensas más flagrantes que hemos dicho son
prohibiciones. Así que la idea de que no existe el mal en el universo ateo es una
tontería absoluta.

Nuestro mal es, al menos, una cosa racional determinada. Nosotros no decimos,
“bien, ¿Hizo Dios este mal?, y luego tenemos que ir hoja por hoja en la Biblia
para ver si el tema está cubierto en absoluto. ¿Saben?, hay cien volúmenes de
comentarios—al menos un centenar—llamado “el Talmud”, que es la
interpretación judía de los temas que el Antiguo Testamento no les dio ninguna
guía ética o moral. O sea, que estas cosas, no están claramente expuestas en la
Biblia. No tenemos guía sobre un montón de cosas, como sobre qué es el mal.
¿Es malo el trasplante de órganos? Quiero decir que no lo encontrará en su
Biblia. Usted ha de ir y mirar esos temas y hacer un análisis del mismo modo
que cualquier filosofo racional lo haría o un… étnico… ¡uich! un… et… ¿cómo
se les llama a estas personas? ¡Un ético!, no podía recordar el nombre… Así
pues, tenemos estándares por los cuales determinamos el bien y el mal en un
mundo ateo, en la visión atea del mundo.

La uniformidad de la naturaleza
Creo que he demostrado que la regularidad de la materia, que es una propiedad
inherente de la materia, explica cómo es que podemos hacer leyes, que son
generalizaciones en el campo de la ciencia. Decir que… primero que nada, la
mayoría, muchos, muchos científicos son ateos—se ha demostrado por estudios
una y otra vez. Así que afirmad, o como afirma el Dr. Bahnsen que la ciencia
no nos da una visión atea del mundo que este en conformidad con la ci… quiero
decir, que la ciencia no está en confirmada con la visión del mundo atea es una
absoluta tontería. La ciencia es atea en sí misma. No utiliza a Dios para explicar
las cosas, y entiende que la materia se comporta de un modo regular, y por ello,
predecible. Y ese es el modo en que se lleva a cabo la investigación científica.

170
Así que… quiero decir… tenemos estándares a través de los que determinamos
el bien y el mal en un mundo ateo, la visión atea del mundo.

Lo mismo ocurre con la lógica. La lógica es un consenso, y creo que tiene unas
bases matemáticas y lingüísticas. Tiene alguna conformidad con la realidad del
mundo. No sé cuántas veces tenemos que repetir eso para que le entre al Dr.
Bahnsen, pero no parece que sea ese el caso. El parece especializarse en la
escuela de la lógica que llamamos “pensarlo lo hace así”, por llamarlo de alguna
manera. Porque él dice que algo es de una manera, porque sabe cuál fue el
pensamiento de Dios, por ello, es así. El omnisciente Dr. Bahnsen ha
respondido. Bien, eso no responde a nada si es que vamos a aplicar la prueba de
la razón a lo que él dice. Sus afirmaciones no solo son irracionales, son
irrazonables.

La uniformidad de la naturaleza
La idea de que el futuro vaya a ser como el pasado. Esto es una afirmación de
probabilidad estadística. Nunca hemos visto el futuro. Hoy es el futuro de ayer,
y para ayer, lo que está pasando hoy, era el futuro. No hemos visto nada en el
periodo de tiempo que hemos observado, que es de varios cientos de años, que
muestre que la regularidad de la materia y su comportamiento vaya a cambiar.
Si cambiaran, los experimentos científicos quedarían descompuestos y lo
sabríamos al momento, y entonces, tendríamos que revisar muchas cosas. Creo
que las posibilidades de que eso ocurra son muy pequeñas.

Definiciones
Ahora, permítanme terminar diciendo que el ateísmo no es un concepto sombrío
y negativo. Libera al hombre, barre los escombros teológicos que han impedido
al hombre adoptar medidas para corregir los problemas de este mundo. Nosotros
queremos alimentar al hambriento, queremos educar al analfabeto, queremos
vestir al desnudo, queremos elevar los estándares de vida, queremos divulgar la
razón y el pensamiento y el progreso de la ciencia. Todo esto son cosas que son
en sí mismas ateas. No las hacemos porque Dios nos diga que las hagamos, las
hacemos porque es lo correcto, necesitan ser hechas en este mundo. Y si las
hacemos porque son correctas y porque hacen feliz a la gente, nos haremos
felices a nosotros mismos haciendo felices a los demás. Es una concepción del
mundo muy positiva, algo que no creo que el Dr. Bahnsen haya mencionado
siquiera, pero ciertamente, es la otra cara de la moneda. Quiero decir, ¿qué
sucede cuando eliminas el concepto de Dios? ¿Te quedas sin nada? No, te
quedas con la responsabilidad que has de asumir por ti mismo. Tú eres
responsable por tus acciones, y también obtienes el mérito por las cosas que

171
haces. Y yo prefiero tener una visión realista del mundo que renuncia a algunas
pocas cosas que sería agradable tener, pero que no son verdad, y prefiero operar
en una visión del mundo así, que estar haciéndome “cumplimientos de deseos”
que sé que no son reales.

DISCURSO FINAL – GREG BAHNSEN


En lo que se refiere a mi refutación, a mi exposición final, necesito tratar
primero de todo, o tal vez durante todo el tiempo, analizar este comentario de
que mis afirmaciones de esta noche son irracionales. Quizás lo han sido, pero
sólo por decirlo no las hace así. Eso también lo hemos escuchado esta noche. Si
mis afirmaciones han sido irracionales, entonces necesitamos algunos
estándares de razonamiento mediante los cuales estas afirmaciones han sido
demostradas como irracionales.

El Dr. Stein aún no nos ha explicado, ni siquiera de un modo más general y


simplista para un crío en la escuela dominical, lo que les dije sobre las leyes de
la lógica, las leyes de la ciencia y las leyes de la moralidad. Ni siquiera ha
comenzado a rascar la superficie de decirnos cómo en su visión del mundo
puede haber leyes de ningún tipo. Y si no pueden existir leyes o estándares en
su visión del mundo, entonces, he no puede preocuparse de mi irracionalidad,
mi presunta irracionalidad.

El argumento trascendental
El argumento trascendental de la existencia de Dios no ha sido respondido por
el Dr. Stein. La ha evadido y ha hecho burla de él, pero no lo ha respondido.
Eso es para lo que estamos aquí. Un intercambio racional. El argumento
transcendental dice que la prueba del Dios cristiano es que, sin Dios, no se puede
probar nada. Observen que el argumento no dice que los ateos no prueban las
cosas, o que no usan la lógica, la ciencia o las leyes de la moral. De hecho, sí
que lo hacen. El argumento dice que su visión del mundo no puede responder
por lo que hacen. Su visión del mundo no es consistente con lo que hacen; en
su visión del mundo no hay leyes, no hay entidades abstractas, universales o
prescripciones. Solo hay un universo material, explicado de un modo naturalista
como que el modo en que las cosas son es porque son así. Eso no es mediante
leyes, o universal, y por ello, su visión del mundo no puede responder por la
lógica, la ciencia o la moralidad. Pero los ateos, por supuesto, usan ciencia y
moralidad, En este argumento, los ateos dan evidencia continua del hecho de
que en el fondo de sus corazones no son ateos. En el fondo de sus corazones,
conocen el Dios del que hablo. Este Dios los hizo, se revela a ellos

172
continuamente a través del orden natural, a través de sus conciencias, y a través
de su mismo uso de la razón. Ellos conocen a este Dios, y suprimen la verdad
sobre Él. Una de las maneras en que sabemos que suprimen la verdad sobre Él,
es que continúan usando las leyes de la lógica, la ciencia y la moralidad, aunque
su visión del mundo no responda por ellas.

El Dr. Stein dice que las leyes de la lógica son meramente convencionales. Si
es así, entonces, por convenio, él gana el debate esta noche, y por convenio, yo
gano el debate de esta noche. Y si se queda satisfecho con algo así, no necesitaba
haber venido en primer lugar. Uno espera que las leyes de la lógica se apliquen
como estándares universales de racionalidad. La racionalidad no es posible en
un universo que solo los relega como convenios.

La uniformidad de la naturaleza
Dr. Stein dice que las leyes de la ciencia se comportan como leyes por el carácter
inherente de la materia. Pero el Dr. Stein no conoce el carácter inherente de la
materia. Ahora bien, si él fuera Dios, podría revelárnoslo, como creo que Dios
nos ha revelado ciertas cosas sobre el universo. Pero él no es Dios, él ni siquiera
cree que haya un Dios. Dado que él no ha experimentado todos los casos de la
materia, y todas las reacciones de los electrones y todas esas otras cosas que
miran los científicos. Dado que él no ha experimentado todas estas cosas. Él no
sabe si el futuro va a ser como el pasado. Cuando dice, “bueno, siempre ha sido
así en el pasado, y si cambiara mañana, ¿no saldría en todas las portadas de las
revistas?” Eso no es una respuesta. Verá, lo que estamos preguntando es qué
justifica el que procedas con la esperanza de que el futuro va a ser como el
pasado. Cuando dicen, “Bueno, siempre ha sido así en el pasado”, no es más
que una petición de principio. Queremos saber en base a qué en su visión del
mundo, es posible esta uniformidad de la naturaleza y las leyes de la ciencia.

El argumento moral
Tercero, hablamos de las leyes de la moral. Él dijo que tenían una moralidad, el
estándar utilitario de que es lo que trae mayor felicidad al mayor número de
personas. Bueno, eso no justifica su utilitarismo, solo el hecho de anunciarlo.
Él ha anunciado que es un estándar, pero porqué, en un universo ateo,
deberíamos de vivir conforme a ese estándar. Al Marqués de Sade le divertía
torturar a mujeres. Ahora, por qué él ha de dejar de torturar a mujeres, para
llevar mayor felicidad a aquellas mujeres que está torturando. Ahora, yo tengo
una respuesta para eso. No es una que guste al Dr. Stein, y a lo mejor no es una
que a ustedes les guste, pero al menos yo puedo empezar a nivel filosófico a
tratar con ello. Yo tengo una respuesta, un absoluto universal sobre la

173
moralidad. El Dr. Stein no la tiene. El simplemente ha anunciado, ha estipulado
un estándar. Y si la moralidad puede ser estipulada, entonces, por supuesto, el
Marqués de Sade puede estipular la suya como el Dr. Stein ha estipulado la
suya. ¿Por qué habría de alimentar al pobre? Él dice que quiere hacerlo. Se lo
concedo. Mi argumento nunca ha sido que los ateos son las peores personas del
mundo. Ese no es el tema. Algunos cristianos puedes ser bastante malos
también. Pero, por qué yo puedo llamar a ateos o cristianos malos cuando actúan
de la manera en que estamos pensando. Porque yo tengo estándares absolutos
de moralidad para poder juzgar. El Dr. Stein, no.

El argumento presuposicionista
Así pues, desde un punto de vista transcendental, la visión atea no puede
responder por el debate de esta noche, porque este debate ha asumido que vamos
a usar las leyes de la lógica como estándar de razonamiento o de lo contrario,
seriamos irracionales; que vamos a usar leyes de la ciencia, que vamos a ser
hombres inteligentes, que vamos a sumir inducción, y causalidad y todas
aquellas cosas que hacen los científicos. Se asume en el sentido moral, que no
vamos a ser deshonestos e intentar mentir o simplemente tratar de confundirles.
Si no existen leyes de la moral, entonces simplemente sacaría una pistola ahora
mismo y… diría; “Bien, Dr. Stein, alégreme el día… ¿hay Dios o no?”. Verán,
si él dice, “Oh, no, no me puede usted matar porque sí que existen las leyes
morales”, entonces, desde luego que me ha alegrado el día, porque habría
ganado el debate. Eso muestra que algo en el universo ateo no es correcto. Pero
si dice, “Oh, no, no existen estándares absolutos, todo son convenciones y
estipulaciones…”, entonces, simplemente dispararía y ganaría el debate de
cualquier modo. Solo que, ustedes no esperan que yo gane el debate de esa
manera. Absolutamente no. Ustedes vinieron aquí esperando un intercambio
racional. Yo no creo que hayamos oído mucho de eso del Dr. Stein.

Se lo he pedido repetidamente, es muy simple. No quiero muchos detalles, solo


con que empiece a arañar un poco la superficie, de cómo, en una visión material,
naturalista de la vida, del hombre, de su lugar en el mundo…puede usted
responder por las leyes de la lógica, las ciencias y la moral La visión atea del
mundo no puede hacer esto, y por ello, me siento justificado para concluir, tal
como ya dije en mi exposición de apertura, diciendo que la prueba del Dios
cristiano es la imposibilidad del caso contrario. Sin la visión del mundo
cristiano, este debate no tendría sentido.

La Biblia nos dice: “El necio dice en su corazón, “No hay Dios”. No
malinterpreten eso. Cuando la Biblia dice “el necio”, no está utilizando ofensas.

174
Está intentando de describir al alguien “denso”, en el sentido de que no utilizará
la razón en el sentido que Dios se la otorgó (alguien rebelde y duro de corazón).
Es el necio el que dice en su corazón que no hay Dios. Pablo nos dice en
Corintios I, capitulo primero, “Dios ha hecho tonta a la sabiduría de este
mundo”. Luego dice retóricamente, ¿Dónde están los sabios? ¿Dónde está el
polemista de este siglo? ¿No ha hecho Dios necia a la sabiduría de este mundo?
En un sentido, lo que Pablo está diciéndonos, si puedo amplificar el sentido o
leer entre líneas, es que toda la historia de la filosofía es un argumento de la
existencia de Dios. Toda la historia de la filosofía es un argumento de la
existencia de Dios dado la imposibilidad de lo contrario.

Alguien que quiera decir algo contrario a lo que la Biblia dice sobre Dios, que
se levante y responda estas preguntas. Que demuestre que en su corazón puede
decir que no hay Dios, pero no puede vivir como si no lo hubiera. No puede
razonar como si no lo hubiera. En Romanos, capitulo primero, Pablo dice que
Dios se da a conocer continua y persuasivamente al hombre, de modo que el
hombre no tiene excusa para su rechazo sobre la existencia del Dios cristiano.
Eso no quiere decir que todos los hombres procesen la fe de este Dios. No todos
los tomaran como su Padre celestial. No todos se someterán a Él. Algunos
continúan rebelándose. Algunos siguen elaborando sus tontas misiones y
racionalizaciones sobre porque no tienen que creer en Dios.

Eso es lo que enseña la Biblia. Yo no he venido aquí y me lo he inventado. No


he venido aquí para decir, “si no estáis de acuerdo con esto, simplemente estáis
siendo rebeldes”. Eso es lo que dice la Biblia. Lo que quiero que hagáis esta
noche es ir a casa y consideren si no hay algo aquí sobre lo que pensar. Cómo
es que algunas personas continúan usando leyes de la lógica, la moralidad y la
ciencia y aun así tienen una visión del mundo que choca directamente con ello.
Y aún entonces, no harán nada para resolver esa contradicción.

El Dr. Stein se ha referido esta noche a mi disertación doctoral sobre el


autoengaño. Se preguntaba cuán relevante podría ser. Bien, es bastante
relevante, porque lo que hago en esa disertación doctoral es mostrar cómo hay
gente que sabe la verdad, y, aun así, se esfuerzan para convencerse a sí mismos
de que no es la verdad. Ahora bien, claro que los ateos creen que eso es lo que
hacen los cristianos. Reconozco eso y que tenemos que argumentar sobre la
evidencia a favor y en contra del autoengaño. La idea que quiero dejaros esta
noche es el hecho de que el autoengaño es un fenómeno real. Ocurre. La gente
puede conocer una verdad, y, aun así, poner un gran esfuerzo para racionalizar

175
la evidencia, como dice Pablo, “Suprimir la verdad con la falta de rectitud”,
para poder convencerse de que no hay Dios.

Bien, puede que deseen optar esta noche entre la visión cristiana del mundo y
la atea. No hemos tocado todos los temas que tal vez les hubiera gustado, sin
embargo, grosso modo, hemos tratado un tema muy importante. Si usted desea
ser un hombre racional, un hombre moral, un hombre de ciencia, ¿Puede hacerlo
en un universo ateo? Yo le digo que no puede.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS
Moderador: La primera pregunta, siguiendo nuestro esquema esta tarde, estará
dirigida al Dr. Greg Bahnsen, “¿Qué evidencias solidas tiene para mantener que
la fe cristiana es la única religión verdadera con un Dios? Hay religiones
bastante más antiguas y tan extendidas o más que millones de personas
consideran válidas. Así que, una vez más, ¿Qué evidencia sólida posee para
mantener que la fe cristiana es la única religión verdadera?”

Bahnsen: Esa es una buena pregunta y quiero decir un par de cosas solo a modo
de prólogo.

Una, ese no es el tema de nuestro debate esta noche. Sin embargo, ello no puede
simplemente asumirse y es merecedor de un debate. Es simplemente, que no
pudimos hacer todo en un mismo debate. Segundo, puede que le interese saber,
que, en mi discurso de apertura, dediqué un párrafo bastante extenso que trataba
sobre ese mismo tema, para que nadie pensara que me limitaba a sobrevolar el
tema de manera arbitraria, y tratando con la cuestión. Pero cuando me lo leí a
mí mismo y me cronometré, resulto que tuve que cortar un cierto número de
cosas, y corté esa parte. Lo que sí dije, sin embargo, fue que… a ver si puedo
encontrarlo en mis papeles… no he encontrado que las religiones no cristianas
sean filosóficamente defendibles, siendo todas o bien internamente
incoherentes o bien menoscaban la razón humana y la experiencia. A menos
que viole el formato del debate, daré solo un par de ilustraciones, obviamente
no va a cubrir todo… pero, por ejemplo, el hinduismo asume que Dios, o
Brahman, es el alma universal impersonal de una Unidad inmutable del que
todo forma parte, y debido a esa perspectiva particular, el hinduismo dice que
todas las cosas, en temimos de mi experiencia normal del mundo y mi
pensamiento es “Maya”, una ilusión, porque todas las cosas en la experiencia y
el pensamiento presupone distinciones. Pero eso es contrario al hecho
metafísico más fundamental, y es que no hay distinciones, todo es uno.

176
Entonces, básicamente el hinduismo me dice que todo lo que pienso, todo mi
razonamiento es una ilusión, y al hacer eso socava la razón. Podemos ver
religiones como el sintoísmo, que es la visión de Kami, y las fuerzas que
penetran el universo, o el taoísmo, que es fuerza que ordena el universo, y son
fuerzas impersonales y como tal, son incluso menos que el ser humano pues
carecen de voluntad o inteligencia.

Moderador: Gracias… Permítanme explicar el formato… permitiremos a la


persona a la que se dirige la pregunta una respuesta de dos minutos, y su
oponente tendrá una oportunidad de un minuto para rebatir. Dr., Stein… su
respuesta de un minuto…

Stein: Bien, el Dr. Bahnsen ha criticado al hinduismo, yo defendería que el


hinduismo no es más irracional que el cristianismo, ni creo que sea más
irracional que el islam o más irracional que casi ninguna de las religiones que
pueda nombrar. Con una excepción. Yo diría que el budismo es más racional
que el cristianismo o el hinduismo. Eso no quiere decir que acepto el budismo
tampoco, pero creo que es más racional, al menos tiene algún sentido
psicológico…

Moderador: La siguiente pregunta es para usted, Dr. Stein. Y la pregunta dice


así: “De acuerdo con su definición y fundamento del mal, ¿Por qué estaba
equivocada la Alemania de Hitler, o no lo estaba? Nota: Los judíos y otros
similares eran definidos como “no-personas”, así que su felicidad realmente no
cuenta. Una vez más, De acuerdo con su definición y fundamento del mal, ¿Por
qué estaba equivocada la Alemania de Hitler, o no lo estaba?”

Stein: Bien, Alemania es parte de la tradición occidental europea, no es la


África profunda o un lugar en Marte. Tienen el mismo bagaje judeocristiano y
básicamente, la misma conexión con el resto del mundo desarrollado, y por ello,
los estándares de moralidad que han sido elaborados por consenso en esa
sociedad les son aplicables también. Ellos no pueden arbitrariamente… Hitler
no puede decir arbitrariamente, “bien, Yo no voy a seguir el consenso de que el
genocidio es malo y erróneo. Yo lo voy a hacer algo correcto”, Él no tiene la
prerrogativa de hacer algo así, ni tampoco lo tiene la sociedad alemana en
conjunto porque es parte de una sociedad mayor, que podríamos llamar la
sociedad occidental. Así, aunque la moralidad es un consenso, no es un
consenso de una persona o de dos, sino de una civilización entera, él no puede
arbitrariamente hacer algo así, de modo que lo que hizo, era malo y estaba mal.

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Bahnsen: El Dr. Stein continúa haciendo una petición del principio más
importante. Él nos dice, que la Alemania de Hitler estaba equivocada porque ni
Hitler ni los alemanes tenían el derecho a romper el consenso de la civilización
occidental. ¿Por qué no? ¿Por qué habría de haber obligación moral alguna por
parte de Hitler o los alemanes de vivir conforme a las tradiciones pasadas de la
moralidad Occidental? En un universo ateo, no hay respuesta a esa cuestión. El
da una respuesta, pero es totalmente arbitraria.

Moderador: La siguiente pregunta va dirigida a usted, Dr. Bahnsen. “¿Por qué


hay dolor y maldad en el mundo?”

Bahnsen: Hay una serie de respuestas que podrían darse a la pregunta “¿Por
qué es algo de la forma que es?”. Una respuesta relevante, aunque no la
definitiva, sería que hay dolor y maldad en el mundo porque el hombre ha
decidido rebelarse contra Dios, su creador, y esa es una de las consecuencias de
esa rebelión contra Dios. Ahora bien, alguien puede decir, “Bueno, eso no es
justo, Dios no debería castigar a la gente por rebelarse contra Dios. Bien, si hay
un Dios, como he mencionado, y si es el Dios Cristiano, como se nos reveló en
la escritura, no sirve de nada preguntarse algo así. Ese es el modo en que Dios
gobierna la humanidad, y si tú crees que sabes más que Dios sobre moralidad,
tienes un puesto y querrías tener una entrevista con Dios… terminarías como
Job, te taparías la boca con la mano y dirías, “hablé demasiado pronto, no puedo
lidiar con el Todopoderoso”.

Así que una respuesta es que Dios ha decidido que ese sería el resultado de la
gente que decidiera rebelarse contra Él, y si quieren ser sus propios pequeños
dioses, si quieren hacer sus propias reglas de moralidad y vivir de acuerdo con
ellas, entonces las consecuencias serán estas… o aquellas… y ello incluye dolor
para los animales en el orden creado, porque al hacerlo así, el hombre representó
a toda la creación. Incluso como segundo hombre, Jesucristo representa a toda
la creación, y el nuevo cielo y la nueva tierra, en el que creo basándome en fe
en las Escrituras, aún no ha llegado. En ese nuevo cielo y nueva tierra existirá
una tierra redimida, donde el dolor y el sufrimiento habrán sido desterrados.

¿Por qué existe el mal, en última instancia? La respuesta es obviamente porque


Dios lo ha planeado. Yo creo que el gobierna todas las cosas en la historia.
¿Quiere eso decir que Él lo ha causado? No, yo no creo que el empujara a Adán
a caer en pecado.

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Stein: Bien, el Dr. Bahnsen nos ha dado otra de sus famosas “no-respuestas”
Básicamente, lo que ha dicho es que todo lo que Dios hace, es lo que hace. Es
una tautología, no dice nada. Ahora, ¿cómo puede alguien rebelarse contra un
Dios omnipotente? Esto es una autocontradicción ilógica. Si Dios es
omnipotente, tiene el poder de evitar que se rebelen contra Él. Y asumiendo que
no le gusta la rebelión, cosa que creo que afirmaría el Dr. Bahnsen, ya que el
hombre evidentemente va a ser castigado de alguna manera por su rebelión, al
final… en el día del juicio final… si Dios tenía el poder de evitar que se
rebelaran, entonces, El debería de haberlo evitado. Y solo decir que Dios hace
lo que hace, no es dar una respuesta en absoluto.

Moderador: La siguiente pregunta está dirigida a usted, Dr. Stein, y dice: “Si
no ha examinado toda la evidencia, entonces ¿no sería cierto que usted
realmente es un agnóstico? ¿No es cierto que usted está abierto al hecho de que
Dios puede que exista? Si no ha examinado toda la evidencia, entonces ¿no sería
cierto que usted realmente es agnóstico?”

Stein: Bien, agnóstico es una palabra muy mal usada. Thomas Huxley, que
inventó la palabra, la utilizó en una manera enteramente diferente del modo que
la usamos hoy. Y, de hecho, el modo en que la usamos hoy es enteramente
diferente al modo en que Herbert Spencer la usaba. Yo definiría al agnóstico
como un subtipo del ateo. Un ateo es alguien que no cree en un Dios. Un teísta
es alguien que cree en un Dios. No hay punto medio. O crees o no crees.

Ahora, un agnóstico no cree en un Dios por una o dos razones. O bien piensa
que es imposible saber si existe uno o no. Ese es el espenceriano, el agnóstico
tipo Herbert Spencer, que piensa que hay cosas insondables. O, en segundo
lugar, porque nunca ha examinado la evidencia que existe y por ello no ha
tomado una decisión, pero, aun así, en este momento, no cree en Dios. Ahora,
si examinara la evidencia y la encontrara convincente, se cambiaría al bando
teísta.

Así que, no, yo no soy agostico porque creo que las respuestas a estas cuestiones
pueden resolverse, tal vez no sepamos la respuesta ahora, pero creo que al final
sabremos la respuesta, de modo que no soy un agnóstico espenceriano, y he
examinado las cosas, así que no soy el otro tipo de agnóstico, como quiera que
se le llama, no hay un nombre para ellos.

Bahnsen: Es interesante que la palabra agnóstico está siendo utilizada como


una subclase de ateo. Estaría de acuerdo con ello, pero por diferentes razones a

179
las que han sido sugeridas. También es interesante que el ateo esté siendo
redefinido. Al principio del debate, un ateo era alguien que encontraba las
pruebas del teísmo inadecuadas. Yo dije, “No, tradicionalmente, el ateo es
alguien que niega la existencia de Dios, o que no cree en la existencia de Dios”
Ahora, él está usando la definición tradicional para responder a la pregunta. Una
comentario interesante más y lo dejamos… él dice: “Nosotros creemos que hay
respuestas para estos problemas, no las hemos encontrado aún” Verán, ese es el
problema, los ateos viven de la fe.

Moderador: Tengo aquí ya el último par de preguntas. De. Bahnsen, su


pregunta dice: “¿Por qué es necesario que las leyes abstractas universales sean
derivadas de la naturaleza transcendental de Dios? ¿Por qué no asumir la
naturaleza trascendental de la lógica?”

Bahnsen: El que ha escrito la pregunta es bueno, en el sentido de que ha


estudiado algo sobre temas filosóficos. Puede que la respuesta no tenga sentido
para todo el mundo en la audiencia, pero, dicho muy brevemente… yo sí creo
en la naturaleza trascendental de las leyes de la lógica, sin embargo, las leyes
de la lógica no se justifican a sí mismas simplemente por el hecho de ser
trascendentales, esa es una condición previa de inteligibilidad. Por qué no es el
caso que “sonido y furia” no significaran nada, esa podría ser una posibilidad
también… De modo que hay una necesidad trascendental en las leyes de la
lógica, pero has de tener una visión del mundo en el que las leyes de la lógica
tengan un sentido, especialmente cuando se considera la posible antinomia o
contradicción como que las leyes de la lógica son universales y categorizan
cosas y, aun así, nos encontramos con cosas nuevas en nuestra experiencia. Me
refiero a que el mundo de la observación empírica no está establecido de un
modo rígido, con uniformidad e igualdad a como era. Hay una continuidad en
la experiencia en ese sentido, como hay una necesidad de continuidad en las
leyes de la lógica.

¿Cómo pueden ser utilizadas las leyes de la lógica entonces, cuanto se trata de
cuestiones de experiencia personal en el mundo? Tenemos un mundo
contingente y cambiante, y unas leyes de la lógica no cambiantes e invariables.
¿Cómo podemos unificar estas dos cosas? Necesitas una visión del mundo en
el que la necesidad trascendental de la lógica tenga sentido en la experiencia
humana. Creo que el cristianismo proporciona eso y simplemente no puedo
encontrar otra visión que pueda competir con ella en ese sentido.

180
Stein: No tengo una refutación a esa pregunta en particular, pero sí tengo una
refutación a la última refutación, si puedo hacerla muy brevemente… el
comentario del Dr. Bahnsen de que los ateos creen las cosas por fe es falso.
Nosotros tenemos confianza basándonos en la experiencia. Tenemos confianza
en que las cosas ocurran de un modo concreto que hemos aprendido sobre
muchas cosas del mundo, y por ello, continuaremos aprendiendo mucho más
sobre el mundo, cosas que no sabemos ahora, al final, tendremos respuestas.
Eso no es fe, es confianza basada en la experiencia, sí que creo que ha utilizado
mal la palabra fe.

Moderador: Dr. Stein, la última pregunta está dirigida a usted, y dice: “Usted
ha dicho que no ha habido adecuada evidencia presentada a favor de la
existencia de Dios. ¿Qué constituiría para usted personalmente, evidencia
adecuada a favor del a existencia de Dios?”

Stein: Bueno, es muy simple, Le daré dos ejemplos. Si ese podio de repente se
elevara 5 pies, se quedará allí un minuto y luego bajara de nuevo, diría que hay
evidencia de lo sobrenatural porque violaría todo lo que sabemos sobre las leyes
de la física y la química. Asumiendo que no hubiera un motor debajo o un
alambre atado, hemos de hacer esas exclusiones obvias. Eso sería evidencia de
una violación sobrenatural de las leyes. Podríamos llamarlo un milagro, justo
delante de nuestros ojos. Eso sería evidencia que yo aceptaría. Cualquier tipo
de ser sobrenatural que apareciera hacienda milagros que no pudieran ser
descartados como magia, sería también evidencia que yo aceptaría. Eso son los
dos modos más sencillos. También aceptaría cualquier evidencia que fuera
lógicamente no contradictoria, y no he escuchado ninguna hoy, que no haya
escuchado antes.

Bahnsen: El Dr. Stein, yo creo, no ha reflexionado realmente sobre la verdadera


naturaleza del ateísmo y la naturaleza del hombre cuando dice: “Todo lo que
haría falta sería un milagro en mi presencia para creer en Dios”. La historia,
primero que todo, está repleta de cosas que serían consideradas aparentes
milagros para las personas. Ahora bien, desde un punto de vista ateo o
naturalista, concederé, en términos de hipótesis, que eso era así porque eran
ignorantes de todos los factores causales y por eso aparecían como milagros.
Pero verán, eso no convertía a todo el mundo en teísta. De hecho, las Escrituras
nos dicen que hubo casos de personas que presenciaron milagros cuyos
corazones se endurecieron aún más, y al final crucificaron al Señor de la Gloria.
Vieron sus milagros y no eso no cambio su opinión. La gente no se convierte
en teísta por los milagros. La gente ha de cambiar sus visiones del mundo, sus

181
corazones deben cambiar. Necesitan convertirse. Eso es lo que se precisa, y eso
es lo que se precisaría para que el Dr. Stein finalmente creyera. Si este podio se
elevara 5 pies sobre el suelo y se quedara allí, el Dr. Stein al final tendría en el
futuro una explicación naturalista, porque ellos creen en las cosas por fe, y
quiero decir con esto que creen cosas que no han sido probadas aun por sus
sentidos.

182
183
¿Existe Dios?
J. P. Moreland
contra
Kai Nielsen

Universidad de Mississipi; Estados Unidos


24 de marzo de 1988

Traducido por Jairo Izquierdo


Fuente original:
https://www.amazon.com/Does-God-Exist-Great-Debate/dp/0840771800

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INTRODUCCIÓN – LOUIS POJMAN

Nuestros distinguidos filósofos son el profesor J. P. Moreland y el profesor Kai


Nielsen.

El Dr. Moreland nació en Kansas City, Missouri. Se licenció en química y


obtuvo un máster en teología en el Seminario Teológico de Dallas, y tiene un
máster en filosofía por la Universidad de California en Riverside, así como un
doctorado en filosofía por la Universidad del Sur de California. Ha dado
conferencias en más de setenta y cinco campus universitarios. Ha formado parte
del personal de Campus Crusade for Christ, trabajando en apologética, y todavía
trabaja con esta organización. Es un filósofo muy versátil. Sus intereses abarcan
desde la filosofía de la ciencia hasta la ética médica y, por supuesto, la filosofía
de la religión. Es autor de varios artículos y dos libros, el último de los cuales,
Scaling the Secular City: A Defense of Christianity, está [disponible] en la parte
posterior de este edificio.

El profesor Kai Nielsen nació en Moline, Illinois. Ambrose College, la


Universidad de Carolina del Norte y la Universidad de Duke. Ha enseñado en
todo el mundo, incluyendo Sudáfrica, Canadá y Estados Unidos. Fue director
del departamento de filosofía de la Universidad de Nueva York durante varios
años y actualmente es jefe de departamento y profesor de filosofía en la
Universidad de Calgary, en Alberta (Canadá). El Dr. Nielsen es editor de la
revista canadiense de Filosofía, ex presidente de la Asociación Filosófica
Canadiense y miembro de la Real Sociedad de Canadá. Es probablemente el
filósofo más prolífico de Norteamérica. Es autor de más de 375 artículos y
dieciocho libros, entre los que destacan Dios, escepticismo y modernidad, La
defensa del ateísmo, El marxismo y el punto de vista moral, La ética sin Dios y
¿Por qué ser moral?

Mañana el profesor Moreland dará una charla "Por qué soy cristiano" en Bishop
106 a la 1 de la tarde, y después de esa charla, el profesor Nielsen dará una
conferencia sobre "La igualdad de condiciones y la autopropiedad", y esa es una
conferencia de filosofía ética política.

Ahora bien, nuestro debate durará una hora; es decir, las ponencias propiamente
dichas durarán una hora. Cada orador hablará dos veces, siendo el profesor
Moreland el primero. A continuación, habrá preguntas de ustedes, el público. Y
durante el período de preguntas, por favor acérquense a uno de estos
micrófonos. Hay dos micrófonos. Hagan sus preguntas tan breves y precisas

185
como sea posible, y si es posible, escríbanlas por adelantado para mayor
claridad. Le rogamos que sus preguntas no duren más de dos minutos. Tras el
turno de preguntas, cada orador hará una breve declaración de clausura.

Acompáñenme a dar la bienvenida a los dos oradores a nuestra Universidad.


[Aplausos]

DISCURSO DE APERTURA – J. P. MORELAND

¡Sí! Una defensa del cristianismo


Buenas tardes. Estoy encantado de estar aquí con ustedes en esta ocasión. Ese
amante de los niños y las mascotas, W.C. Fields, fue sorprendido una vez
leyendo la Biblia. Cuando le preguntaron qué estaba haciendo, su respuesta
estuvo a la altura de la ocasión. Dijo: "Sólo busco lagunas, querida; sólo busco
lagunas".

Bueno, tal vez estén aquí esta noche sólo buscando lagunas, pero podría ser que
su presencia signifique mucho más que eso. Tal vez ilustra el creciente interés
en el teísmo racional en el mundo contemporáneo. Hace tres años se celebró en
Dallas (Texas) una conferencia que reunió a más de doscientos estudiosos de
Europa y Estados Unidos de diversas disciplinas, como filosofía, ciencias duras,
historia y sociología. El título era "El pensamiento moderno se vuelve hacia el
teísmo". Los participantes se reunieron para mostrar cómo, en los últimos
quince años, un número creciente de académicos ha llegado a creer que sus
disciplinas apuntan a la existencia de un Dios personal.

En mi propio campo, la filosofía, los avances han sido bastante emocionantes


para el teísta cristiano. El 7 de abril de 1980, la revista Time declaró: "En una
revolución silenciosa en el pensamiento y la argumentación que casi nadie
podría haber previsto hace sólo dos décadas, Dios está regresando a los círculos
intelectuales de los filósofos académicos".

Y así es. Por ejemplo, la última década ha sido testigo de la formación de la


Sociedad Filosófica Evangélica y de la Sociedad de Filósofos Cristianos, y hoy
en día hay al menos ocho revistas de filosofía que existen para promover la
racionalidad del teísmo cristiano. Estos hechos no demuestran que Dios exista,
ni que sea razonable creer en su existencia. Pero sí disipan el mito de que la
creencia en Dios es simplemente una cuestión de fe ciega y que ninguna persona

186
pensante puede creer en su existencia. Esa creencia la llamo ateísmo de
avestruz; simplemente está fuera de contacto con los hechos.

Pero ¿por qué ha habido una revolución silenciosa en el teísmo racional? ¿Es
razonable en el mundo actual creer que Dios existe? Mi respuesta es sí, y la tesis
que quiero defender es que es racional creer que Dios existe. No quiero decir
que la existencia de Dios pueda demostrarse con certeza matemática, pero sí
quiero argumentar que hay buenas razones para creer en Dios, y que el creyente
está en su derecho epistémico de creer que Dios existe.

Hay una serie de argumentos que podría ofrecer en favor de mi tesis. Por
ejemplo, el argumento a favor de Dios basado en el diseño del universo. A pesar
de David Hume, este argumento ha recibido un fuerte apoyo en los últimos años
por parte de la astronomía, la física y la biología. Los científicos están
descubriendo que el universo es una armonía finamente ajustada y
delicadamente equilibrada de constantes fundamentales, o singularidades
cósmicas. Estas constantes son los valores numéricos asignados a las diversas
facetas del universo, como la tasa de expansión del Big Bang, el valor de las
fuerzas nucleares débil y fuerte, y una serie de otras constantes de la naturaleza.

Ajuste fino del universo


Por ejemplo, en la formación del universo, el equilibrio entre la materia y la
antimateria tuvo que ser exacto a una parte entre diez mil millones para que el
universo pudiera siquiera surgir. Si hubiera sido mayor o más de una parte entre
diez mil millones, no habría surgido ningún universo. Tampoco habría existido
un universo capaz de albergar vida si la tasa de expansión del Big Bang hubiera
sido mayor o menor en una milmillonésima parte.

Además, el astrónomo de Cambridge Fred Hoyle ha calculado que las


posibilidades de que la vida surja espontáneamente por mera casualidad son de
11040, lo que Hoyle compara con las probabilidades de que un tornado pase por
un depósito de chatarra y forme un Boeing 747. Si estos valores, estas
constantes cósmicas independientes entre sí, hubieran sido infinitesimalmente
mayores o menores de lo que son, ninguna vida remotamente similar a la
nuestra—de hecho, ninguna vida—habría sido posible. Cuanto más
descubrimos, más parece que, como dijo un científico, "el universo parece haber
evolucionado pensando en la vida".

La armonía de estas características no puede explicarse por mera casualidad.


Dice Paul Davies, físico teórico de Cambridge:

187
Es difícil resistirse a la impresión de que la estructura actual del universo,
aparentemente tan sensible a pequeñas alteraciones de los números, ha sido pensada
con bastante cuidado. [...] La concurrencia aparentemente milagrosa de estos valores
numéricos debe seguir siendo la prueba más convincente del diseño cósmico.5

En biología, los científicos han descubierto que las moléculas de ADN no se


limitan a contener un orden redundante, sino que contienen lo que llaman
informaciones. Dicen que el ADN puede transcribirse en ARN, y el ARN puede
traducirse en proteínas. Ahora Carl Sagan, y esta es una de las pocas veces que
estoy de acuerdo con él, ha hecho ciertas afirmaciones sobre la búsqueda de
inteligencia extraterrestre, llamada SETI. Según Sagan, en esa búsqueda todo
lo que necesitamos hacer es encontrar un mensaje con información en él desde
el espacio exterior, y seremos capaces de reconocer la presencia de inteligencia.
Ni siquiera hace falta que seamos capaces de traducirlo; es la presencia de
información en lugar de orden lo que nos dará la pista de la presencia de
inteligencia. Pues bien, lo que es salsa para el ganso artificial debería ser salsa
para el ganso del ADN, y yo sostengo que la información en las moléculas de
ADN es una prueba de que hay inteligencia detrás.

El argumento moral
O consideren los argumentos a favor de Dios a partir de la existencia del valor
moral y el sentido de la vida. Si Dios no existe, es difícil ver cómo podría haber
algo así como una moral prescriptiva y no natural. No parece que el Big Bang
pudiera escupir valores morales, al menos no a la velocidad a la que escupió
átomos de hidrógeno.

Como dijo un filósofo:

En un mundo sin Dios, la humanidad no podría ser más significativa que un enjambre
de mosquitos o un corral de cerdos, porque el mismo proceso cósmico que los hizo
toser en primer lugar acabará por tragárselos a todos de nuevo. 6

Incluso el difunto J. L. Mackie, quizá el mayor ateo de nuestro siglo dijo:

5
Davies, God and the New Physics, 189.
6
William Lane Craig, The Existence of God and the Beginning of the Universe (San Bernardino, Calif.: Here's
Life Publishers, 1979), 15-16.

188
Las propiedades morales constituyen un conjunto tan extraño de cualidades y
relaciones que es muy poco probable que hayan surgido en el curso ordinario de los
acontecimientos sin que un dios todopoderoso las haya creado.7

Una respuesta típica de los ateos a todo esto es decir que no hay verdades
morales irreductibles en el mundo ni propiedades morales irreductibles. Lo que
hay que hacer es "crear" valores o decidir adoptar el punto de vista moral". Pero
no me parece que la elección entre la Madre Teresa y Hitler pueda compararse,
por ejemplo, con la elección de si voy a ser jugador de béisbol o de tuba. Tal
elección no es racional, y según esta respuesta al argumento teísta, tampoco lo
es la elección de adoptar un punto de vista moral.

Arqueología y la consciencia
También podrían mencionarse los argumentos de las apasionantes
confirmaciones arqueológicas de gran parte de la Biblia; la desconcertante
cuestión de cómo la mente o la conciencia pudieron surgir en un mundo de sólo
materia, e incluso si lo hicieron, cómo se puede confiar en que nos den la verdad
sobre el mundo; y el hecho de que millones de personas afirman tener
experiencias directas de un Creador benevolente.

Sin embargo, en lugar de profundizar en estas cuestiones, me gustaría


concentrar mis observaciones en dos tesis concretas. El cristianismo sostiene
que (1) Dios creó el universo de la nada hace un tiempo finito, y que (2) Jesús
de Nazaret es la revelación suprema de Dios a la humanidad. Me gustaría
argumentar a favor de cada una de estas premisas en orden.

Un argumento cosmológico
Consideremos la primera premisa: Dios creó el universo de la nada hace un
tiempo finito. Esta creencia es racional a la luz del apoyo filosófico y científico
que tiene.

Primero el argumento filosófico. Es imposible atravesar o cruzar un número


infinito real de eventos por adición sucesiva. Un infinito actual, lo que los
matemáticos llaman aleph null, H es un conjunto de cosas distintas cuyo número
es actualmente infinito. El infinito, más o menos cualquier número que incluya
el infinito, sigue siendo infinito. Esto contrasta con un infinito potencial que
puede aumentar para siempre sin límite, pero siempre es finito.

7
J. L. Mackie, The Miracle of Theism (Oxford: Clarendon, 1982), 116.

189
Por el contrario, un infinito actual no tiene espacio para crecer y es no finito; es
decir, uno de sus subconjuntos puede ponerse en correspondencia uno a uno con
el propio conjunto. La imposibilidad de cruzar un infinito real se ha planteado
a veces diciendo que uno no puede contar hasta el infinito por mucho que
cuente. Porque siempre estará en algún número específico que podría ser
incrementado por uno para generar otro número específico; y eso es cierto
incluso si uno contara para siempre.

Ahora bien, si uno no puede cruzar un infinito actual, entonces el pasado debe
haber sido finito. Si fuera infinito, entonces para llegar al momento presente
habría que haber atravesado un infinito actual para llegar hasta aquí, lo cual es
imposible. Sin un primer acontecimiento, no podría haber un segundo, tercero
o cualquier número especificable de acontecimientos, incluido el presente.
Llegar al momento presente atravesando un infinito actual sería como intentar
saltar de un pozo sin fondo. No sólo no se podría completar el salto, sino que ni
siquiera se podría empezar; porque para llegar a cualquier punto de la serie, hay
que haber cruzado ya un número infinito de puntos para llegar a ese punto, como
mostraban claramente los rompecabezas de Zenón.

Dicho de otro modo, supongamos que uno recorre en su mente los


acontecimientos del pasado. O se llega a un principio, o no se llega. Si llegas a
un principio, entonces el pasado es finito y mi argumento está resuelto. Ese sería
el primer evento. Si nunca llegas a un principio, entonces el pasado es realmente
infinito; y al retroceder en tu mente, nunca podrías, en principio, agotar los
acontecimientos del pasado. Sería imposible recorrer el pasado yendo hacia
atrás en tu mente.

Como el tiempo no va hacia atrás sino hacia delante, y el número de


acontecimientos recorridos no está en función de la dirección del movimiento,
esto equivale a decir que el presente nunca podría realizarse. Pero como se ha
realizado—después de todo, aquí estamos—debe haber habido un primer
acontecimiento, y este acontecimiento debe haber sido generado
espontáneamente por una situación inmutable, atemporal y libre.

Ahora bien, la mayoría de las experiencias que tenemos en la vida en las que se
genera espontáneamente un acontecimiento sin condiciones suficientes previas
se producen por medio de la causalidad agente, o lo que llamaríamos causas
agente. Es decir, tú y yo actuamos todos los días; levantamos los brazos;
hacemos cosas. Por tanto, parece razonable, basándose en la causalidad agente,
decir que el primer acontecimiento fue causado espontáneamente por un agente

190
personal de algún tipo. La principal alternativa es que el primer acontecimiento
surgió de la nada sin una causa, y eso no me parece razonable.

Que hubo un principio del universo lo confirman dos áreas de la ciencia y la


filosofía. La primera es la Segunda Ley de la Termodinámica, que afirma que
en un sistema cerrado la cantidad de energía disponible para realizar un trabajo
es siempre decreciente. También se puede decir que la cantidad de
desorganización, o aleatoriedad, aumenta hacia un máximo. Aplicada al
universo en su conjunto, la Segunda Ley afirma que cada día el universo se
desorganiza más y más. En otras palabras, se está consumiendo. Al final tendrá
una muerte fría. La principal implicación de esto es, como dijo un físico, que
"el universo no puede haber existido siempre. De lo contrario, ya habría
alcanzado su estado final de equilibrio hace un tiempo infinito". Conclusión: El
universo no ha existido siempre. El científico Richard Slagel dice: "De alguna
manera, el universo debe haberse enrollado".

El Big Bang proporciona otro argumento. En 1929, Edwin Hubble descubrió un


fenómeno conocido como desplazamiento al rojo, que implica que el espacio se
expande hacia fuera y que todos los cuerpos del espacio se alejan.

Estas y otras observaciones han conducido a la teoría del Big Bang, que tiene
dos características clave. En primer lugar, hace unos 15 000 millones de años,
según la teoría, todo—espacio, tiempo, energía—se compactó en un punto
matemático sin dimensiones, que explotó para formar el universo actual. En
palabras del astrónomo de Cambridge Fred Hoyle: "el universo se redujo a la
nada". Así que el Big Bang implica que el universo surgió de un estado de cosas
que algunos han descrito como la nada.

En segundo lugar, debido a la densidad del universo, sólo hubo una creación
inicial, y no habrá ninguna contracción o nueva explosión en el futuro. Sólo
hubo una creación inicial, o primer evento. ¿Qué puede hacer el ateo aquí?
Anthony Kenney, de Oxford, tiene la respuesta. Dice: "Un partidario de la teoría
del Big Bang, al menos si es ateo, debe creer que la materia del universo vino
de la nada y por la nada".

Quisiera concluir señalando una observación de Robert Jastrow, director del


Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA. Jastrow dice:

Para el científico que ha vivido de su fe en el poder de la razón, la historia termina


como un mal sueño. Ha escalado las montañas de la ignorancia; está a punto de

191
conquistar la cima más alta; cuando se lanza sobre la última roca, es recibido por un
grupo de teólogos que han estado sentados allí durante siglos.8

Filosófica y científicamente, la creencia de que Dios creó el universo hace un


tiempo finito es eminentemente razonable.

El argumento histórico de Jesús de Nazaret


La segunda proposición que me gustaría defender es que Jesús de Nazaret es la
revelación suprema de Dios a la humanidad. Entre otras cosas, esta afirmación
depende de la veracidad de su resurrección de entre los muertos. Quiero
argumentar que la evidencia histórica de la resurrección de Jesús es fuerte y que
la creencia en su resurrección es razonable. Se pueden utilizar al menos cuatro
líneas de evidencia para defender la historicidad de la resurrección.

Primero, el factor tiempo. Consideremos el Nuevo Testamento, no como un


libro inspirado, aunque creo que lo es, sino como un conjunto de supuestas
fuentes históricas sobre Jesús de Nazaret. Sabemos que lo más probable es que
fuera crucificado en el año 33 d.C. Todos los estudiosos del Nuevo Testamento
fechan los Evangelios dentro de la vida de los testigos oculares de la vida de
Jesús, y lo más tarde que se puede fechar es hacia el final del primer siglo, a
partir del año 70 d.C.

En los últimos años ha habido un número creciente de estudiosos del Nuevo


Testamento que fechan los Evangelios entre el 40 y el 70 d.C., entre ellos el
difunto W. F. Albright de Johns Hopkins, el decano de la arqueología
estadounidense. El grueso de las cartas del Nuevo Testamento data del 48 al 64
d.C. Esto significa que tenemos un claro y amplio testimonio de un Jesús
resucitado, milagroso y sobrenatural, no más tarde de quince o veinte años
después de los acontecimientos de su vida.

Además, los propios escritos del Nuevo Testamento contienen afirmaciones,


frases e himnos que son fuertemente semíticos y que se traducen fácilmente al
arameo desde el griego. Estos himnos están incrustados en las epístolas del
Nuevo Testamento, y existían antes del Nuevo Testamento porque no se
pronuncian en un lenguaje característicamente paulino. Como argumentó
Martin Hengel:

Estas frases e himnos presentan a un Jesús que hace milagros y que resucitó de entre
los muertos, y pueden fecharse dentro de la primera década del cristianismo después

8
Robert Jastrow, God and the Astronomers (New York: W. W. Norton, 1978), 116.

192
de la muerte de Jesús. Además, hay buenas razones para creer que el relato de los
Hechos sobre la primera predicación de Jesús resucitado en Jerusalén apenas cinco
semanas después de su muerte es históricamente fiable.9

Todo esto significa que la imagen clara y generalizada de un Jesús milagroso y


sobrenatural que resucitó de entre los muertos existía pocas semanas después
de su muerte y, como muy tarde, en la primera década de difusión del
cristianismo. No hubo tiempo suficiente para que los hechos de la vida, muerte
y resurrección de Jesús fueran olvidados y sustituidos por un conjunto de mitos.
A. N. Sherwin-White, historiador clásico de la Universidad de Oxford, ha
estudiado el ritmo al que el mito sustituyó a la historia en el antiguo Oriente
Próximo. Sherwin-White sostiene que "las pruebas sugieren que incluso dos
generaciones son un lapso demasiado corto para permitir que la tendencia mítica
prevalezca sobre un núcleo histórico solido." No hay, pues, suficiente tiempo
entre los hechos de Jesús y nuestras primeras fuentes para permitir un alto grado
de mitificación.

En segundo lugar, la tumba vacía. Un gran número de estudiosos del Nuevo


Testamento sostienen que las afirmaciones del Nuevo Testamento de que la
tumba de Jesús se encontró vacía tres días después de su muerte son
históricamente fiables. Lo hacen por varias razones.

En primer lugar, los descubrimientos arqueológicos han verificado la exactitud


de la descripción del entierro y la tumba de Jesús y lo verosímil de su ubicación.
Los arqueólogos han descubierto tumbas iguales a las que se describen en los
Evangelios, justo en el lugar de Jerusalén donde se dice que fue enterrado Jesús.

En segundo lugar, en la época de Jesús había al menos cincuenta tumbas de


hombres santos en Jerusalén que eran lugares de veneración religiosa. Así, la
ubicación de la tumba de Jesús habría sido anotada cuidadosamente por sus
seguidores para venerarlo después de su muerte. Pero no hay evidencia alguna
de que su tumba haya sido un lugar de veneración. Esto se explica por el hecho
de que su tumba estaba vacía.

En tercer lugar, los relatos evangélicos del descubrimiento de la tumba vacía


tienen rasgos de historicidad. Por citar sólo uno, los relatos nos dicen que las
mujeres fueron las primeras en descubrir y presenciar la tumba vacía. Dado el
bajo estatus social de las mujeres de entonces y el hecho de que no se les
permitía dar testimonio legal, es muy probable que las mujeres fueran de hecho
9
Martin Hengel, Between Jesus and Paul (Philadelphia: Fortress, 1983), 30-47, 78-96.

193
las primeras en ver a Cristo resucitado. Un relato inventado de la tumba vacía
habría utilizado a hombres, ciertamente no a mujeres. De hecho, cuando Pablo
cita la fórmula de la resurrección en Primera de Corintios utilizada para
evangelizar a los incrédulos, deja fuera a las mujeres, sin duda para evitar que
los incrédulos tropezaran con un detalle periférico que era culturalmente
insensible. Sin embargo, las mujeres aparecen en los relatos evangélicos para
dejar constancia de wie es egentlich gewesen ist, tal y como fue en realidad,
aunque culturalmente les resultara embarazoso.

En tercer lugar, las apariciones de Jesús de Nazaret. La evidencia histórica


indica que en distintas ocasiones diferentes individuos y grupos, un grupo de al
menos quinientas personas, vieron apariciones de Jesús de entre los muertos.
Incluso uno de los eruditos más escépticos del Nuevo Testamento, el difunto
Norman Perrin, de la Universidad de Chicago, ha dicho: "Cuanto más
estudiamos la tradición con respecto a las apariciones, más firme empieza a
parecer la roca en la que se basan".

Personalmente, no conozco a ningún estudioso del Nuevo Testamento que


niegue que varios de los primeros seguidores de Jesús tuvieran al menos una
experiencia que les cambiara la vida y que creyeran que era una experiencia de
Jesús resucitado. Muchos de los que niegan que fuera una resurrección real
interpretan estas experiencias reportadas como experiencias subjetivas o
alucinaciones. Pero dos objeciones refutan esta explicación. En primer lugar, la
variedad y el número de personas que vieron las apariciones hace improbable
la alucinación. En segundo lugar, las alucinaciones no crean pensamientos
completamente nuevos, sino que reúnen pensamientos antiguos.

Me explico. La imagen de la resurrección de Jesús está tan fuera de lo que ya


existía en el judaísmo que es difícil explicar cómo ellos [los seguidores de Jesús]
habrían utilizado una resurrección para interpretar las experiencias alucinantes.
Según la creencia judía de la época, debía haber una sola resurrección, de una
sola vez. Nadie resucitaría por sí mismo; todos debían resucitar juntos. En
segundo lugar, la resurrección general era al final del mundo; no había ninguna
resurrección en la historia antes del fin del mundo. Tercero, la resurrección se
concebía en términos crudos, reanimadores, donde las partes del cuerpo se
reanimaban sobre el esqueleto. Cuarto, las visiones de personas que fueron
trasladadas al cielo o resucitadas nunca se dieron en grupos. Y quinto, el Mesías,
según la creencia religiosa judía del siglo I, no era un siervo sufriente que moría
o resucitaba.

194
La cuestión es que, si tenían alucinaciones, nunca se les habría ocurrido
interpretar esas alucinaciones como una resurrección. En su cultura ya existía
un género preparado, a saber, las traslaciones al cielo o las resucitaciones. El
hecho de que lo interpretaran como una resurrección es difícil de explicar a la
luz de sus creencias culturales.

Por último, el origen de la iglesia cristiana implica una resurrección. ¿Por qué
empezó el cristianismo? ¿De dónde surgió? ¿Qué motivación tenía la iglesia
primitiva para difundir el cristianismo? El cristianismo no vino de la cigüeña.
El cristianismo fue un movimiento nuevo y único. Sin la resurrección, no hay
una explicación adecuada de dónde vino o cómo se puso en marcha.

Para empezar, la iglesia no se fundó en el amor al prójimo o en hacer el bien,


sino en la difusión de un mensaje, la muerte y resurrección del Hijo de Dios.
Pero ese mensaje era tan inaceptable culturalmente que tenía pocas
probabilidades de éxito. Si la iglesia primitiva iba a inventar un mensaje que se
vendiera bien y que los convirtiera en héroes religiosos, hicieron un trabajo
horrible. Como dijo uno de los más destacados estudiosos del Nuevo
Testamento, Martin Hengel, de Tubinga: "Creer que el único Hijo preexistente
del único Dios verdadero, el mediador en la creación y el redentor del mundo
apareció en tiempos muy recientes en la lejana Galilea como miembro del
oscuro pueblo de los judíos y, lo que es peor, que murió en la cruz como un
vulgar criminal, sólo podía considerarse un signo de locura".

La resurrección de Jesús ofrece la mejor explicación para el increíble éxito de


la iglesia primitiva. Sin la resurrección no habría habido iglesia primitiva.
Además, explica cómo una gran generación de personas judías (recordemos que
la mayoría de los primeros cristianos eran judíos) habría estado dispuesta a
arriesgar la condenación de sus propias almas al infierno y a rechazar lo que
había estado sociológicamente arraigado en su comunidad durante siglos; a
saber, que hay que cumplir la Ley para la salvación, que hay que guardar los
sacrificios para la salvación, que hay que guardar el sábado, que hay un
monoteísmo no trinitario, y que sólo hay un Mesías político, no uno que muere
y resucita. ¿Cómo es que un grupo de personas, en un corto espacio de tiempo,
una sociedad, se desmarca de aquello en lo que había sido adoctrinado
culturalmente durante siglos y se arriesga a la condenación de sus propias almas
al infierno para seguir a un carpintero de Nazaret? La explicación más razonable
es que hubo algo en ese hombre que provocó ese cambio. Era un hacedor de
milagros que resucitó de entre los muertos.

195
La resurrección también explica la motivación y la resistencia de los primeros
cristianos. Los primeros discípulos experimentaron una vida de dolor, abuso
físico y social, y muertes de mártires por su mensaje. ¿Qué les hizo seguir
adelante? La pregunta es aún más apremiante a la luz de su estado de traición,
miedo y desilusión justo después de la crucifixión de Jesús. ¿Qué les cambió y
motivó? La resurrección.

Tan fuerte es este punto que recientemente un rabino judío ortodoxo, un


estudioso del Nuevo Testamento en Frankfurt, Alemania, Pinchas Lapide, que
se adoptó la creencia en la resurrección sobre la base de pruebas estrictamente
históricas. Y ha escrito un libro defendiendo su historicidad. Lapide escribe:

¿Cómo es posible que sus discípulos, que no sobresalían en absoluto por su


inteligencia, elocuencia o fuerza de fe, fueran capaces de iniciar su victoriosa marcha
de conversión sólo después del estremecedor fiasco del Gólgota?10

Antes de concluir, permítanme señalar que los milagros de Jesús refutan el


argumento de que las diferentes religiones del mundo se anulan entre sí porque
todas son igualmente milagrosas. Sencillamente, esto no es así. Ninguna
religión mundial rival tiene milagros atribuidos a su fundador que sean
tempranos y no legendarios. La mayoría [de las religiones mundiales] son
simplemente ideologías o sistemas filosóficos. La evidencia de Jesús es
diferente tanto en calidad como en cantidad.

En resumen, he argumentado que hay buenas razones para creer que un Dios
personal creó el mundo hace un tiempo finito. Además de los argumentos que
he citado al principio, he apelado al argumento filosófico contra la posibilidad
de atravesar un infinito actual y a los argumentos científicos que emplean la
Segunda Ley de la Termodinámica y la unicidad del Big Bang, que hacen
razonable esta proposición. También he argumentado que Cristo es la única
revelación de Dios a la humanidad. Esta afirmación se basa en parte en su
resurrección de entre los muertos, que he apoyado con cuatro líneas de
argumentación: el factor tiempo, la tumba vacía, las apariciones de la
resurrección y el origen de la iglesia cristiana.

Conclusión
Por estas y otras razones, uno está en su derecho epistémico de creer que el Dios
cristiano existe. Gracias. [Aplausos]

10
Pinchas Lapide, The Resurrection of Jesus (Minneapolis: Augsburg Publishing House, 1983), 68.

196
DISCURSO DE APERTURA – KAI NIELSEN

¡No! Una defensa del ateísmo


Gracias. Es tentador para el orador que habla en segundo lugar comentar lo que
hizo el orador anterior. Pero, como saben, tal y como está planteado el asunto,
tendré ocasión de hacerlo más tarde, y me lo reservaré para entonces.

Debo decir inicialmente que sospecho, por lo que he escuchado de mi audiencia,


que algunos de ustedes no simpatizarán extraordinariamente con lo que digo.
Eso no me molesta, pero lo que sí me molesta es que voy a decir algunas cosas
que pueden ofender a algunos de ustedes, y honestamente no sé cómo puedo
evitar hacerlo. Pero desde luego no lo digo de forma personalmente ofensiva.

Voy a argumentar lo contrario de lo que ha dicho el profesor Moreland, y esto


es lo que les parecerá ofensivo a muchos de ustedes, pero ciertamente no
pretendo que sea ofensivo. Voy a argumentar que para alguien que vive en el
siglo XX con una buena educación filosófica y científica, que piensa
cuidadosamente sobre el asunto, para esa persona es irracional creer en Dios.

Ahora bien, no quiero decir con esto que me crea más racional que el profesor
Moreland o el resto de ustedes. En mi opinión, las personas racionales pueden
tener creencias irracionales. Estoy seguro de que tengo algunas. Si puedo
detectarlas o me las señalan, las rechazo. También lo digo de forma doblemente
hipotética. Con ello quiero decir que si mis argumentos son correctos—esa es
la primera hipótesis—y si la gente tiene una buena formación científica y
filosófica—se puede tener una sin la otra—, entonces debería llegar a ver que
es irracional creer en Dios. Lo que haré es proporcionar un argumento para eso
en un momento.

Muy bien. ¿Es la visión cristiana de nuestro mundo la verdadera? El cristiano,


por supuesto, ve el mundo de la misma manera que los demás, pero ve más
cosas. Parte de este "más allá", pero no todo, por supuesto, es que Dios existe.
¿Existe?

En primer lugar, quiero argumentar que esta pregunta no es tan sencilla como
parece. La opinión habitual—me refiero a la opinión habitual en la actualidad,
al menos entre los filósofos y un gran número de teólogos, aunque no es una
opinión que aceptemos ni el profesor Moreland ni yo mismo, pero es una
opinión muy habitual—es que no se puede demostrar que Dios existe y que
tampoco se puede demostrar que no existe. De hecho, algunos dirán que ni

197
siquiera se puede argumentar con éxito que es más probable que exista o más
probable que no exista. En los debates sobre la religión, ninguna de las partes
ha podido ganar la partida.

Siendo así, el argumento es—permítanme repetirlo, el punto de vista estándar—


que el creyente no es irrazonable al seguir creyendo, y el ateo no es irrazonable
al no creer en Dios. La razón, la atención reflexiva a nuestra experiencia o el
uso reflexivo de nuestra inteligencia, no resolverán la cuestión. Creer o no creer,
según la opinión estándar, es una cuestión de fe. No se puede demostrar que la
creencia o la incredulidad sea la más razonable, aunque se puede demostrar que
tanto el ateísmo como el teísmo son opiniones razonables. Lo que no se puede
hacer es demostrar que uno es más razonable que el otro. Esa es, a estas alturas,
una opinión muy estándar. Teólogos filosóficos como John Hick o Terence
Penelhum así lo creen, y de hecho han dado distinguidas articulaciones de tales
puntos de vista.

Lo primero que quiero señalar es que esto está muy lejos de la gran tradición de
la teología natural. En la Edad Media, Tomás de Aquino y Duns Escoto y
Guillermo de Occam pensaban que podían demostrar que Dios existe y que es
irracional ser ateo o agnóstico. Ahora bien, eso está muy lejos de la visión
estándar. El punto de vista estándar es una invención bastante moderna. Un
filósofo musulmán que conozco lo considera una especie de revisionismo del
cristianismo o, en su caso, del islam, donde está tan influenciado. Y entiendo
que el profesor Moreland, aunque vaciló un poco sobre esto, no tiene ese punto
de vista estándar. Piensa que es más probable que Dios exista a que no exista, y
en ese sentido se puede dar algún tipo de prueba de la existencia de Dios. Eso
es muy valiente por su parte, porque hay muy, muy pocos cristianos, al menos
cristianos que sean filósofos, gente de convicciones tomistas aparte, que piensen
que se puede hacer eso. En mi discusión posterior, llegaré a algunos de sus
argumentos para esto.

Yo también rechazo el punto de vista estándar. Creo, como le dije inicialmente,


que la creencia en Dios es irracional. Es decir, es irracional para alguien que
tiene una buena formación científica y filosófica. Y les señalo que no quiero
decir con esto que me crea más racional que el profesor Hick o algún religioso,
porque les recuerdo que las personas racionales pueden tener creencias
irracionales. Y lo que sostengo es que la creencia en Dios para la gente del siglo
XX, no para la gente de todos los tiempos y lugares, con una buena formación
científica y filosófica, es irracional.

198
Ahora bien, ¿por qué digo eso? ¿Por qué, en mi opinión, la creencia en Dios es
irracional? Tomemos la creencia en un Dios antropomórfico tipo Zeus. Tal
creencia es simplemente falsa y supersticiosa. Un ser así es un tipo de ser
extraño, y no hay pruebas de su realidad. Además, cualquier cosa que pudiera
ser observada, como un Dios antropomórfico podría o de alguna manera ser
detectado directamente, no sería el Dios del cristianismo o al menos del
judeocristianismo avanzado. Como creo que fue Kierkegaard quien bromeó:
"Dios no es un gran loro verde que se pueda ver". Pero el Dios antropomórfico,
y la concepción antropomórfica de Dios, no es incoherente; sólo es
supersticioso creer en un dios así. Pero al menos desde la Edad Media, e incluso
antes, hace tiempo que los religiosos, al menos cuando reflexionan sobre la
naturaleza de Dios, dejaron de creer en un Dios antropomórfico tipo Zeus,
mientras seguían creyendo en el Dios del judaísmo, el cristianismo y el
islamismo desarrollados. Y es esta creencia, una concepción mucho más etérea
de Dios, la que sostengo que es incoherente.

Hay una serie de argumentos para ello. Pero me voy a quedar con uno solo,
desarrollándolo con cierto detalle. Esta es una estrategia peligrosa porque pone
todos los huevos en la misma cesta, pero me permitirá desarrollar un argumento
que considero de vital importancia. Voy a utilizar la estrategia argumentativa
opuesta a la del profesor Moreland. El profesor Moreland les dio una batería de
argumentos. Yo voy a darles un argumento sostenido principalmente. Y si tengo
suficiente tiempo, les daré algunos complementarios que argumentarán la
misma conclusión.

El problema de la referencia
Consideren el problema sobre la referencia de la palabra "Dios" o cualquier otra
palabra alternativa en algún otro idioma con el mismo significado. ¿A qué se
refiere la palabra "Dios" para los cristianos o para los judíos? Consideren la
frase "Dios hizo los cielos y la tierra", a diferencia de "Luis hizo la pasta y el
pastel". Consideren esas dos frases. ¿Qué significa "Dios" en la primera frase y
cómo se identifica el referente de ese término? Compárenlo con "Luis". Puedo
decir: "Alguien preguntó: ‘¿Quién es Luis?’" y yo diré: "Ese tipo de ahí". Eso
es lo que los filósofos llamarían una definición ostensiva, una definición
extralingüística. Señalo la referencia del término "Louis" señalando su
referente. Hay otra forma de dar significado al término. Podría decir: "Bueno,
el profesor, uno de los profesores de filosofía de la Universidad de Mississippi",
o "el profesor de filosofía de la Universidad de Mississippi que estudió a
Kierkegaard en Dinamarca", o "el hombre sentado en la plataforma con las
gafas oscuras puestas". Podría dar una serie de definiciones intralingüísticas, lo

199
que los filósofos llaman "descripciones definitivas", que identifican quién es
Louis. Así, cuando digo: "Luis hizo pasta y pastel", puedes entender qué haría
que esa frase fuera verdadera o falsa.

Ahora volvamos a la frase religiosa: "Dios hizo los cielos y la tierra". ¿Cómo
sabemos, como dijimos cuando rechazamos la concepción antropomórfica, que
cualquier cosa que pudiera ser literalmente señalada u observada o
experimentada o notada no sería Dios? Sería una especie de algo temporal que
se podría detectar; algo limitado. Así que Dios, a diferencia de Louis [Pojman,
el moderador de este debate], no puede ser identificado ostensiblemente,
extralingüísticamente.

Pues bien, tratemos de identificar, de establecer qué es ese Dios del que
hablamos y del que tratamos de utilizar premisas para demostrar su existencia.
Tratemos de identificar a Dios mediante descripciones definidas, es decir,
intralingüísticamente. Supongamos que decimos: "Dios es el hacedor de los
cielos y de la tierra", o "el ser trascendente al mundo del que dependen todas las
cosas y que no depende de nada en sí mismo", o "el ser de amor infinito al que
se deben todas las cosas", o "el sustentador infinito del universo", o "el padre
celestial de todos nosotros".

Ahora bien, la dificultad con esas descripciones definitivas, a diferencia de las


que yo utilizaba para identificar a Luis, es que, con ellas, si tenías problemas
para saber a qué se refería la palabra "Dios", vas a estar igualmente
desconcertado sobre "Un ser trascendente al mundo". ¿Cómo identificarías eso?
¿O "el ser de amor infinito al que se le deben todas las cosas"? ¿Cómo sabes lo
que sería conocer a un ser así? ¿A qué se refiere al hablar de un ser de amor
infinito? ¿O "El hacedor de los cielos y la tierra" en lugar de "El hacedor de la
pasta y el pastel"? ¿Cómo saber a qué se refiere eso?

Lo que intento decir es (y no digo que estas expresiones no tengan sentido; o


que sean irregularidades lingüísticas) que son lo que los filósofos llamarían
concepciones problemáticas. De hecho, son tan problemáticas y oscuras que
resulta que no sabemos de qué estamos hablando cuando las utilizamos.
Tenemos una especie de sensación pictórica familiar de que sabemos de qué
estamos hablando, pero cuando pensamos detenidamente en lo que significan
estas expresiones, son tan problemáticas que no podemos utilizarlas para hacer
afirmaciones verdaderas o falsas.

200
Supongamos que alguien dice: "Mira, Nielsen, deberías saber más que eso.
Dios, en el judeocristianismo y en las religiones islámicas, es el Misterio
Último". Y eso es casi una definición. Un dios no misterioso podría ser el dios
de alguna forma de deísmo, pero no sería el Dios del cristianismo. Pero, si
decimos definidamente que "Dios es el Misterio Último", si estamos
desconcertados sobre el referente de "Dios", vamos a estar terriblemente
desconcertados sobre qué es "el Misterio Último".

¿De qué estamos hablando? Debemos tener alguna idea de quién o de qué
estamos hablando al hablar de Dios. Es necesaria una mínima comprensión
incluso para que la fe sea posible. Si no tienes ninguna comprensión de esos
términos, entonces no puedes tomarlos por fe o tomarlos por confianza, porque
no sabes qué tomar por fe o no sabes qué tomar por confianza. Tampoco puedes
usar esos términos en una premisa. Para que algo sea una premisa en un
argumento, sus términos no deben ser tan problemáticos que no los entendamos.
Por muy ajustados que sean los argumentos de Moreland, no puede utilizarlos
en las premisas si no sabemos lo que significan. Pero—o así lo argumentaré—
no sabemos lo que significan.

Supongamos que decimos: "Mira, Nielsen, si eres tan malditamente empirista,


lo que vas a hacer es descartar también la biología molecular". A menudo
explicamos los fenómenos biológicos en términos fisicoquímicos. Pero los
procesos químicos relevantes son inobservables. Aquí hay que hacer una
importante distinción. Sólo son inobservables de forma contingente; no hay
ninguna prohibición lógica a la posibilidad de que sean observados, aunque no
sepamos cómo sería actualmente observarlos. Y lo mismo ocurre con la física.
No hay ninguna prohibición lógica; simplemente son contingentemente
inobservables.

En el caso de Dios, sin embargo, cualquier cosa que pudiera ser observada no
sería el Dios del cristianismo. Sería el dios antropomórfico tipo Zeus en el que
sería supersticioso creer. Una de las respuestas a esto, es decir: "Bueno, Dios
no es directamente observable, pero es indirectamente observable. Lo observas
a través de sus obras y demás, a través del diseño en el mundo y demás". Esto,
añadiré de paso, es muy diferente al diseño del mundo, si es que hay diseño. Se
observa a Dios, se dice, indirectamente en sus obras. Pero no tiene ningún
sentido decir que algo es observable indirectamente, si no es, al menos en teoría
o en principio, directamente observable también. Supongamos que te digo:
"Hay un vaso de agua debajo de este podio", o, mejor aún, supongamos que te
digo: "Hay un alambique allí". Y tú dices: "¿Cómo sabes que hay un

201
alambique?" "Bueno, ¿no ves el humo que sale?" Yo respondo. Eso es, según
muchos, una buena prueba indirecta de que hay un alambique. Sin embargo,
aunque no sea en realidad una evidencia terriblemente buena, sigue siendo una
evidencia indirecta razonable de que hay un alambique allí. Pero no es más que
una prueba indirecta, buena o mala, porque ya se sabe lo que sería observar el
maldito alambique y decir: "Ah, sí, eso es lo que hace el humo". Eso es bastante
claro, ¿no?

Pero no se puede observar directamente a Dios o constatar directamente su


existencia o encontrarse personalmente con Dios. No puedes encontrarte con un
ser trascendente (piensa aquí literalmente en lo que estás diciendo). Y si es así,
entonces hay una prohibición lógica de la posibilidad misma de conocer
directamente a Dios. Siendo entonces paralelo con los otros casos, tampoco
puede haber observación indirecta. Simplemente no tiene sentido decir que se
puede observar indirectamente algo que no se tiene ni idea de lo que podría
significar observar directamente.

Supongamos que uno dice, a modo de contraargumento: "Pero mira, los objetos
matemáticos son inobservables. Necesitamos los números para hacer
matemáticas, y necesitamos las matemáticas para hacer ciencia". Eso es, por
supuesto, perfectamente cierto. Necesitamos los números para hacer
matemáticas y necesitamos las matemáticas para hacer ciencia. Sin embargo,
no necesitamos cosificar los números en objetos platónicos extraños. Hay un
grupo de matemáticos que lo hace, pero muchos no lo hacen. No hay necesidad
de hacer tal cosificación.

Pero supongamos, de todos modos, que reificamos los números; es decir, que
los objetivamos como una especie de objetos raros. Permitamos, por el bien del
argumento, que esto sea legítimo—algo que de hecho no permitiría por el
momento. Es decir, leamos los números platónicamente y hablemos de que los
números son eternos, de que son objetos matemáticos. Si lo hacemos así, no
podemos ahora, se dirá, decir que el concepto de Dios es incoherente.
Recordemos que mi base principal para decir que es irracional creer en Dios es
que creo que el concepto de Dios en el judeocristianismo desarrollado es
incoherente. También tendría que decir entonces que creer que hay números es
incoherente, y eso es absurdo.

Podemos, ahora lo permitimos, pensar en realidades eternas, es decir, en


números. Pero también se dice que Dios es un individuo infinito, una persona
infinita trascendente al universo. El reconocer que hay realidades eternas, como

202
los números, no nos da ninguna ventaja. No entendemos de qué estamos
hablando cuando hablamos de una persona infinita o de un individuo infinito
trascendente al mundo. Los números, después de todo, son tipos, y no
ejemplares, no individuos.

Permítanme explicar lo que quiero decir con esa jerga filosófica. Supongamos
que hay una pizarra y que escribo el número 2 tres veces. ¿Cuántos números
hay en la pizarra? Bueno, normalmente dirías: "Hay un número; es decir, un
tipo y tres ejemplares, tres representaciones físicas de la palabra 2". Esa es la
diferencia entre las palabras "tipos" y "ejemplares".
Los números son, después de todo, tipos y no ejemplares, y pueden ser objetos
eternos, si se quiere hablar de esa manera platónica. Pero no entendemos lo que
es que un individuo, un ejemplar a diferencia de un tipo, sea eterno, de tal
manera que no pueda existir en ningún mundo posible. Pero se supone que Dios
es una persona, un individuo.

El problema se complica cuando hablamos de individuos infinitos. Y recuerden,


Dios tiene que ser un individuo, no un tipo. Dios no es un término "tipo". "Dios"
no se refiere a un tipo de realidad sino supuestamente a un individuo
absolutamente único e infinito. Mi argumento es que no tiene sentido cuando lo
piensan bien. Dios es un individuo infinito que creó y sostuvo el mundo. Y, por
lo tanto, aunque los números sean realidades eternas, y por lo tanto podamos
dar sentido a las realidades eternas, todavía no hemos dado sentido a que un
individuo, un ejemplar, sea una realidad eterna, por no hablar de dar sentido a
que haya un individuo infinito.

La descripción definitiva, "El individuo infinito que hizo el mundo", es tan


desconcertante como lo es Dios. Supongamos que se dice: "La realidad de Dios
es sui generis. Dios sólo tiene una realidad distinta que es diferente de cualquier
otro tipo de realidad. No es como la realidad matemática; no es como la realidad
física, etc.". Pero ese discurso de ser sui generis es, creo, evasivo. Supongamos
que les pido que crean en el poy, un término totalmente disparatado, una palabra
inventada por mí. Pero no puedo decirles qué es poy. En esa circunstancia no
pueden, por mucho que quieras, creer en poy o tener fe en poy. Para hacer eso,
deberías tener alguna comprensión de lo que es poy. Ahora lo que estoy tratando
de argumentar es que cuando realmente piensan en lo que se supone que es
Dios, verán que no tienen más comprensión de Dios, excepto como una
familiaridad en el lenguaje, de lo que tienen una comprensión de poy. No hay
forma de identificar conceptualmente a Dios que no sea igualmente
problemática.

203
Recuerden que les dije—voy a saltarme algunos pasos de la argumentación—
que tengo una serie de argumentos adicionales para esto. No, creo que lo haré y
dejaré los otros para después. Supongamos que alguien dice—me quedo con
esta línea de argumentación—: "Dios, por definición, es eterno". Eso es bastante
justo, pero puede ser eternamente el caso de que no haya individuos o personas
eternas. Al decir que Dios es eterno, no estamos diciendo que haya individuos
o personas eternas. Sólo decimos que, si hay un Dios, existe eternamente. Pero,
por supuesto, puede que no exista; puede que nunca haya habido individuos o
personas eternas. Eternamente, puede ser que no haya individuos eternos.

Se necesita un argumento para demostrar que debe haber un individuo o persona


eterna. El profesor Moreland trató de dar uno. Para ello hay que mostrar que la
propia idea de que no exista tal realidad es autocontradictoria. Eso parece, al
menos, o bien patentemente falso o bien incoherente en sí mismo. Para decirlo
mínimamente, la noción de un individuo o persona lógicamente necesaria es en
sí misma, en el mejor de los casos, problemática.

Siendo así, no podemos dar un sentido coherente al concepto de Dios mediante


esa supuesta descripción definida. Se ha dicho: "Bueno, ¿por qué no podría
ofrecer alguna de las siguientes?: ¿‘Dios es un ser que no puede no existir’,
‘Dios es el ser que existe en todo mundo posible’?". Pero éstas son sólo formas
alternativas de hablar de un individuo o persona lógicamente necesario, y es
esta misma noción la que es tan completamente problemática como para parecer
al menos incoherente.

Volvamos, y ya estoy por terminar, a nuestra pregunta del principio: ¿Existe


Dios? Si tengo razón al afirmar que el concepto de Dios en los discursos
judeocristianos desarrollados es incoherente, entonces no se puede probar la
existencia de Dios o establecer que exista. Las pruebas requieren premisas y
conclusiones. Pero si el concepto de Dios es incoherente, no puede utilizarse en
una premisa que pretenda demostrar que Dios existe. Además, también, y por
las mismas razones, no puede ser utilizado en una conclusión que pretenda
haber sido establecida por premisas que no empleen el concepto de Dios u otros
conceptos religiosos. Si el concepto de Dios en el judeocristianismo
desarrollado es incoherente, como he argumentado que lo es, entonces los
argumentos de tipo ontológico, cosmológico o de diseño no pueden despegar.
Siendo así, no hay necesidad de considerar sus detalles. Pero estos son los
argumentos estándar para la existencia de Dios. Además, si la idea misma de

204
que exista un Dios del tipo requerido por el judeocristianismo es incoherente,
ningún otro argumento puede salir mejor parado.

Para preocuparse un poco de esto, permítanme argumentar por analogía.


Supongamos que digo: "Todos los solteros casados son irascibles. Jones es un
soltero casado. Jones es irascible". Ahora esa es una forma válida, pero no
podría ser un argumento sólido. Los argumentos sólidos son argumentos válidos
con premisas verdaderas, pero si una premisa es incoherente, entonces no se
puede hablar de que sea verdadera. Si mi argumento es sólido, no es necesario
ni siquiera mirar la prueba. Nada podría demostrar que existe un cuadrado
redondo o un soltero casado o que la procrastinación bebe melancolía. La idea
misma de tal cosa es incoherente.

Antes de pasar a las pruebas o evidencias de la existencia de Dios, el creyente


debe demostrar que sabemos de qué hablamos cuando hablamos de Dios. Y,
para terminar, una cosa más. Nosotros, de alguna manera no muy clara,
conocemos nuestro camino cuando hablamos de Dios antropomórficamente, ya
que, por supuesto, aprendimos a usar el lenguaje de Dios cuando éramos niños.
Eso nos da la ilusión de que entendemos de qué hablamos cuando hablamos de
Dios. Se nos dice que Dios es nuestro Padre celestial, no un padre como nuestro
padre real, sino nuestro Padre celestial. ¿Y qué es eso? Y finalmente pasamos
de las concepciones antropomórficas de Dios, que de alguna manera
entendemos, a las no antropomórficas. Cuando nos dedicamos a nuestras
devociones (si es que hacemos tales cosas), las antropomórficas se reafirman y
nos sentimos seguros de que entendemos a qué le estamos rezando, adorando y
demás. Pero cuando reflexionamos, nos damos cuenta de que ni nuestros
impulsos religiosos ni intelectuales sostienen las concepciones
antropomórficas. Ese camino convierte la religión en superstición. Así que nos
vemos impulsados, cuando reflexionamos, a otras cada vez menos
antropomórficas, pero al hacerlo pasamos, sin saberlo, en el mismo esfuerzo por
conseguir una concepción religiosamente adecuada de Dios, a una concepción
incoherente'. Desantropomorfizamos tanto que ya no entendemos lo que
decimos. Sin embargo, una concepción antropomórfica de Dios de cualquier
tipo nos da un Dios materialmente contaminado que está sujeto a la
desconfirmación empírica evidente en las formas antropomórficas más obvias,
hecho tan panteísta que la religión se naturaliza, hecho en lo que en realidad es
un sistema de creencia secular disfrazado en un lenguaje colorido. [Aplausos]

PRIMERA RÉPLICA – J. P. MORELAND

205
Gracias, Dr. Nielsen, por sus comentarios. Me gustaría centrar mis comentarios
en tres o cuatro cosas diferentes.

¡No! Una defensa del ateísmo


El problema de la referencia
En primer lugar, consideren la afirmación del profesor Nielsen de que Dios no
puede ser detectado. Me parece un poco presuntuoso y prima facie extraño decir
que el 99.9 % de toda la raza humana no ha sabido literalmente de qué hablaba
cuando usaba la palabra "Dios". Como sabe el profesor Nielsen, mucha gente
que ha revisado sus libros sobre su teoría del significado de la palabra Dios no
ha sido especialmente favorable; y aunque puedo estar equivocado en esto, no
creo que la mayoría de los ateos sofisticados contemporáneos le sigan en esta
opinión. J. L. Mackie, por ejemplo, estaba bastante dispuesto a conceder la
inteligibilidad de hablar de Dios. En un debate que leí hace poco en el que
participaba Antony Flew, uno de los principales ateos, estuvo de acuerdo en que
"si Jesús de Nazaret resucitó de entre los muertos, eso haría más probable la
existencia de Dios". Y era al menos inteligible sostener que tal cosa era el caso.

En segundo lugar, no estoy de acuerdo con el profesor Nielsen en que Dios no


puede ser detectado. Creo que Dios puede ser detectado en la experiencia
religiosa. Creo que existe una forma de percepción llamada percepción
numinosa. Las personas que estudian este tipo de cosas son incluso capaces de
describir las leyes que rigen la naturaleza de la percepción numinosa. Y
encuentro que la percepción numinosa es muy, muy similar a la percepción
sensorial. Lo sostengo en Scaling the Secular City, y les remito al último
capítulo de ese libro y a un artículo muy interesante de Wainwright sobre la
comparación. Éstos entran en más detalle de lo que puedo intentar ahora.

Pero permítanme decir que creo que Dios podría definirse ostensiblemente en
la experiencia religiosa, en la conciencia de un ser que es santo, que es amoroso,
maravilloso, amable, etc. No es el caso, por cierto, que el concepto de Dios se
defina sólo por ostensión. Creo que es posible dar contenido al concepto de Dios
infiriendo a Dios como explicación teórica, muy al estilo de lo que se hace en
la ciencia, al contrario de lo que decía el profesor Nielsen.

Los científicos sí postulan entidades teóricas, y dan significado a los términos


teóricos en la medida en que se insertan en las teorías y se utilizan para explicar
determinados efectos. El término "electrón" adquiere parte de su significado
como tal o cual entidad para explicar tal o cual efecto. Me resulta interesante
que dos destacados filósofos de la ciencia—Stanley Jaki, que es cristiano, y Bas

206
van Fraasen que, según me han dicho, no era cristiano cuando escribió La
imagen científica, aunque he oído que se ha convertido recientemente al
cristianismo, pero no he tenido la oportunidad de comprobarlo y no estoy seguro
de que esto sea cierto—ambos hombres creen que el realismo científico, es
decir, la opinión de que se postulan entidades teóricas para explicar los efectos
en el mundo, utiliza un método para dar significado a los términos teóricos que
es como la forma en que Aquino y otros teístas argumentan a partir de los
efectos para dar significado al concepto de Dios.

Ahora bien, el profesor Nielsen no está de acuerdo con eso, pero no veo que
haya expuesto su caso. Me parece que el tipo de argumento en el que se da
contenido a una noción causal que explica un conjunto de efectos es análogo en
las explicaciones causales teológicas y científicas. Van Fraasen y Jaki y otros
en la filosofía de la ciencia han estado de acuerdo.

Además, no es cierto que las entidades teóricas de la ciencia sean inobservables


en la práctica, pero podrían serlo en principio. Los campos magnéticos ni
siquiera son observables en principio; tampoco lo es la gravedad, sobre todo si
se toma la gravedad como un campo y no como un intercambio de gravitones.
Tampoco lo es la energía, al menos en su sentido relativista antes de que se
congele en materia. Ninguna de estas cosas es observable en principio.

Permítanme decir además que creo que cosas como los números existen, pero
esa no es la cuestión. El profesor Nielsen no cree que los números existan.
Resulta que yo creo que existen, pero tanto si él como yo tenemos razón en eso,
la cuestión es que ha habido una serie de filósofos que han creído que se puede
tener conciencia ostensiva directa de entidades platónicas llamadas números.
Además, se puede tener conciencia de los tipos, no sólo de los ejemplares. He
escrito un libro sobre el problema de los universales, y no estoy de acuerdo con
la opinión de Nielsen sobre los tipos y los ejemplares.

Consideremos la propiedad rojez, por ejemplo. Considero que el color rojo es


una entidad platónica llamada universal. Puedo ver la rojez, aunque la rojez sea
atemporal. Pero la rojez, aunque sea atemporal y no tenga espacio, puede ser un
ejemplo de una pelota en la caja de juguetes de mi hijo. Puedo ver la entidad
atemporal y sin espacio en la medida en que se instancie, y no estoy mirando
simplemente la ficha. También estoy viendo el tipo; estoy viendo la entidad
misma de la rojez.

207
Me parece entonces que es posible tener un conocimiento ostensivo de Dios.
También es posible tener conocimiento de él al inferir una causa para explicar
un conjunto de efectos. Diría además que Jesús de Nazaret ha sido la causa de
que el jardín haya sido visitado. C. S. Lewis llamó a la Tierra el planeta visitado.
Tal vez los actos milagrosos de Dios podrían ser acontecimientos bautismales,
por utilizar la frase de Kripke, y los significados asociados a esos
acontecimientos, por ejemplo, "Dios", podrían transmitirse a través de la
historia de la salvación de una manera similar a una visión kripkiana de la
cadena ancestral de referencia. Supongamos que Dios se ha aparecido a ciertas
personas en el pasado, la referencia fue fijada, y el contenido dado al término
"Dios". La historia de la salvación podría ser el camino en el que la fijeza de la
referencia se transmitió a través de una cadena ancestral muy parecida a la
forma en que Kripke ha hablado de la referencia.

Así que no estoy de acuerdo en que Dios no pueda ser detectado. Creo que el
discurso de Dios tiene sentido a través de la ostensión, a través del hecho de que
el jardín ha sido visitado por Jesús de Nazaret, a través de un tipo de postulado
de significado muy similar al que se utiliza en la ciencia, y a través de la
analogía conmigo mismo al reflexionar sobre mis propias facultades y formar
una concepción de Dios como un ser que tiene intelecto, emoción y voluntad.

Lo que ha hecho Nielsen es cometer lo que yo llamo la falacia del ciempiés. Si


el ciempiés se tomara el tiempo necesario para mirar sus patas y averiguar cómo
demonios camina, probablemente acabaría tropezando y cayendo. Y los
filósofos son culpables del efecto ciempiés todo el tiempo. El ciempiés sabe
muy bien que puede caminar, aunque no pueda darte todos los detalles sobre
cómo lo hace. La mayoría de la gente sabe muy bien lo que significa "Dios", y
lo utiliza para referir, aunque no pueda darte una teoría completa de la referencia
y el significado para explicarlo.

No hay ningún tema filosófico de interés en el que los filósofos estén de acuerdo
universalmente sobre cómo hablar de él o cuál es su definición. Que yo sepa,
ningún filósofo ha dado una definición universalmente aceptada de
"conocimiento". Yo no podría definir la "historia". No estoy seguro de poder
definir "amor"; no estoy seguro de poder definir a satisfacción de todos lo que
es un número. Y no podría definir a satisfacción de todos lo que es Dios ni cómo
me refiero a cualquiera de estas entidades. Sin embargo, parece razonable que
pueda saber algo sobre estas cosas, independientemente de que pueda dar un
tratamiento exhaustivo de cómo esos términos adquieren significado. Podemos
conocerlas realmente sin conocerlas exhaustivamente.

208
Tomemos el diseño, por ejemplo. Como he mencionado antes, hay una serie de
ejemplos de diseño. Richard Taylor ofrece la siguiente ilustración: Supongamos
que vas en tren y ves un cartel en la ladera que dice: "Gales en diez millas".
Supongan que sabe que el viento ha hecho volar ese cartel. Si la señal se hubiera
formado mediante un proceso aleatorio no inteligente, dice Taylor, no habría
ninguna razón para confiar en la información transmitida por la señal.

Del mismo modo, me parece que, si nuestras facultades intelectuales y


sensoriales fueran el mero resultado del soplo del viento, por así decirlo, o de
una lucha por la supervivencia, no habría ninguna razón para confiar en que nos
den información precisa sobre el mundo. Todo lo que se necesitaría para el valor
de la supervivencia sería la coherencia. Si una ameba viera como pequeño a un
enemigo que fuera realmente grande, y una cosa que fuera realmente pequeña
la viera como grande, mientras pudiera ver las cosas de forma consistente,
podría sobrevivir, evolutivamente hablando. No necesitaría tener la verdad ni
ver con precisión.

Como ha argumentado recientemente Alvin Plantinga, la fiabilidad de nuestras


capacidades cognitivas y sensoriales se explica más razonablemente a la luz del
hecho de que fueron diseñadas para darnos información fiable sobre el mundo.

¡Sí! Una defensa del cristianismo


El caso de la historicidad de Jesús de Nazaret
Un punto más sobre la historicidad del Nuevo Testamento, y luego me sentaré.
En mi programa de doctorado, un día entraba en la biblioteca y me encontré con
un estudiante que estaba leyendo la Septuaginta, el Antiguo Testamento griego.
Me acerqué a él y le dije: "¿Qué diablos estás haciendo?". Y me contestó:
"Tengo un máster de Harvard en negocios, y tengo un máster de UCLA en
clásicos, y una licenciatura en clásicos de Harvard. Estoy terminando mi
doctorado en clásicos en la UCLA, y hace poco estuve leyendo el Nuevo
Testamento griego". Era judío, y continuó diciendo: "Me convertí en un
seguidor comprometido de Jesús de Nazaret. Y quise venir aquí a la USC
porque sabía que había estudiantes de posgrado cristianos que estudiaban
filosofía". Le pregunté: "¿Cómo te convertiste en cristiano?". Dijo: "Dr.
Moreland, he estudiado el mito la mayor parte de mi educación. Conozco los
rasgos del mito; eso es todo lo que estudio. Mi formación de grado fue en
mitología; mi formación de posgrado ha sido en mitología. Y estaba practicando
griego koiné leyendo el Evangelio de Lucas, y llegué a la mitad, y como judío,
dije: 'Dios mío, este hombre realmente hizo estas cosas. ¿Qué voy a hacer? Esto

209
es historia. Se lee como historia. No se lee como un mito. Sé a qué sabe el mito
porque todo lo que hago es leerlo, y eso no es un mito'.

Te digo que hay indicios de historicidad en el Nuevo Testamento que hacen


razonable creer que Jesucristo es quien dijo ser, y la evidencia histórica de que
resucitó me parece persuasiva. Gracias. [Aplausos]

PRIMERA RÉPLICA – KAI NIELSEN

Agradezco las reflexivas observaciones del profesor Moreland, y lo que creo


que haré antes de pasar a lo que él mismo ha dicho en sus observaciones
iniciales es responder a algunos de los comentarios que acaba de hacer.

¡No! Una defensa del ateísmo


El problema de la referencia
Quiere argumentar—me sorprende un poco—que cree que Dios puede ser
detectado. Se puede tener una definición ostensiva de Dios. Ahora dice que
incluso Antony Flew, cuyas opiniones sobre la religión son bastante parecidas
a las mías, cree que Jesús de Nazaret resucitó de entre los muertos y que esto
nos daría una definición ostensiva de Dios, permitiéndonos dar inteligibilidad
al discurso de Dios y, de ser cierto, proporcionaría alguna prueba de que Dios
existe. No veo cómo. Supongamos—no sé mucho de esas cosas y, para ser
sincero, no me interesan demasiado—que Jesús resucitó de entre los muertos.
Supongamos que se recogen los huesos y que, de alguna manera, reconstituyen
al Jesús vivo. Supongamos que algo así realmente sucedió. Supongamos que
hubiera una buena evidencia histórica de ello. No tengo ni idea de si la hay o
no; sospecho que para algo así no hay muy buenas pruebas, pero supongamos
que las hay. Esto no demostraría que hubo un ser inteligible infinito. No te daría
ninguna forma de poder detectar si hay un Dios. Sería sólo que un suceso muy
extraño ocurrió, a saber, que alguien que murió—o que pareció haber muerto—
volvió a reconstituirse como un ser humano vivo. No permitiría entender en
absoluto lo que se está hablando de un individuo infinito. Sería simplemente un
hecho muy peculiar que no habíamos explicado y que, de hecho, carecía de los
recursos científicos para explicarlo. Y lo mismo ocurre con la conocida historia
de la resurrección.

Cuando Moreland dice que cerca del 99% de los filósofos están de acuerdo en
que Dios puede ser detectado, lo dudo mucho. Pero lo que sí dicen cuando
afirman que el discurso de Dios es inteligible, y lo reconozco, es que el discurso

210
antropomórfico de Dios es inteligible. Cuando el concepto es suficientemente
antropomórfico, el concepto es perfectamente inteligible. Además, nunca he
dicho que el habla de Dios no tenga sentido. Simplemente he dicho que es tan
problemático, cuando se tiene un Dios completamente etéreo que se supone que
es un individuo infinito trascendente al mundo, que literalmente no sabemos de
qué estamos hablando, aunque tengamos la ilusión de que sí.

Supongamos, comentó Moreland, refiriéndose a la famosa obra de un hombre


muy interesante, Rudolph Otto, que nos referimos a las percepciones
numinosas. Pero estas eran sensaciones numinosas; no eran percepciones en
ningún sentido ordinario. Y no eran el tipo de cosas que les permitieran observar
o detectar a Dios. La experiencia religiosa no les permite detectar a Dios. Por
supuesto, es perfectamente cierto que la gente tiene experiencias religiosas,
incluidas las experiencias místicas. Pero eso es una cuestión diferente. Se trata
de tener ciertos sentimientos. Además, los budistas tienen esas experiencias,
pero los budistas no afirman ver a Dios, pero los cristianos y los sufíes sí.
Depende del marco religioso del que se parta. La experiencia religiosa es una
cuestión de sentimientos, y los sentimientos no son una forma de cognición.
Pero incluso si la experiencia religiosa fuera una forma de cognición, se
interpreta de forma tan variada de una tradición religiosa a otra que no hay
ninguna buena razón para creer que proporciona un conocimiento directo de
Dios.

Moreland ha hablado hoy del realismo científico y de las potencialidades y se


ha referido a Bas van Fraasen, quien, por cierto, es un creyente reformista
holandés desde hace años. Siempre ha sido religioso, pero aun así no importa.
Su punto de vista es una visión muy instrumentalista de estas cosas. No es una
cuestión de realismo. La cuestión es que cuando una entidad teórica de la física
es una entidad que podría ser real en el mundo, es algo que, como un electrón o
un neutrón, se juzga que es sólo muy muy muy mucho más pequeño que algunos
objetos microscópicos. En algunos casos, por ejemplo, el de un fotón, no
tenemos ni idea de cómo sería observarlo o qué tendríamos que observar para
observarlo. Sólo vemos sus rastros. Pero aún así, si realmente es una partícula
minúscula en el universo, no puede haber ninguna prohibición lógica a la
posibilidad de que sea observada. Si realmente forma parte del mismo universo
que las rocas y los árboles y los granos de arena, no puede ser lógicamente
imposible verla. Es, como decían los positivistas, en principio posible verificar
directamente que hay fotones.

211
Hay otras nociones, quizás campos de fuerzas, que pueden ser construcciones
teóricas. Puede que sólo sean dispositivos útiles para hablar del mundo. No
pretenden señalar cosas en el mundo que puedan ser detectadas. Cuál de las
concepciones de la física es cada una de ellas—cuáles son construcciones y
cuáles son entidades reales—no es algo que debamos decidir Moreland y yo,
sino los físicos, y éstos a menudo no están de acuerdo con esto.

Moreland quiere dar analogías para ver a Dios. Puede, nos dice, ver la rojez o
los tipos. No puede ver la rojez; lo que ve son varios objetos rojos que tienen la
característica de rojez. No puede ver la rojez y los tipos. Él dice: "Bueno, mira,
las definiciones son difíciles de dar por la descripción definitiva". Pero señalar
problemas aquí, dijo, indica que cometí la falacia del ciempiés. Bueno, no sé
exactamente o incluso inexactamente de qué se trata aquí o si es incluso un tipo
de falacia.

Comete la falacia platónica más conocida. Es tan difícil definir "silla" como
definir "conocimiento", dar condiciones necesarias y suficientes para todas
aquellas cosas y sólo aquellas cosas que son sillas. Nadie ha sido capaz de
hacerlo. Podemos identificar perfectamente las sillas, y a lo que se refiere es
que sí sabemos lo que es el conocimiento, aunque no podamos definir el
conocimiento. Pero lo que digo es que, para una entidad tan misteriosa como
Dios, algunos creen entender y creer en su realidad y otros no. Hay dudas reales,
como no ocurre con las sillas o con el conocimiento. Además, es imposible
identificar a Dios. Si no puedo definir una silla, al menos puedo señalar una.
Pero, por el contrario, señalar al Dios que no se puede definir es imposible.

¡Sí! Una defensa del cristianismo


El ajuste fino del universo
Moreland apeló a los argumentos a favor del diseño. Por lo que veo, sólo
apuntan, en el mejor de los casos, al diseño en el mundo. No apuntan al diseño
del mundo, ni muestran que un creador personal infinito lo creó. Podría haber
habido varios creadores, algunos de ellos desaparecidos hace tiempo. Lo mismo
ocurre con los infinitos reales. Lo más, lo más que podría darle serían unos seres
o un ser fácticamente necesarios. No le daría un Dios eterno infinito. No podría
relacionarse con el Jesús de Nazaret que supuestamente es el único Dios
verdadero o al menos el hijo del único Dios verdadero.

La historicidad de Jesús
Una cosa sobre la historicidad de Jesús. Cuando saque esto a relucir verás por
qué no me interesa mucho. Lo que leí en el libro de Moreland sobre su relato de

212
la historicidad de Jesús es que muestra con bastante claridad que no fue un mito
lo que la comunidad cristiana trató de fabricar, sino que estaban registrando lo
que realmente creían que había sucedido. Al leerlo, me pareció algo muy
verosímil, aunque no sé qué dirían los biblistas al respecto. Pero esto no nos
demuestra en absoluto que Jesús fuera divino. Sólo nos muestra que algunas
personas pensaban que lo era.

Una de las cosas que hace al citar a las autoridades es que cita a las que están
de su lado, no a las del otro lado, en su mayoría. Y ese es un juego fácil de jugar.
Hay muchas autoridades de este tipo.

Estas cuestiones son mucho más problemáticas sobre los infinitos actuales de
lo que él da a entender. Pero incluso si su argumento sobre infinitos actuales
funcionara, y no estoy seguro de que lo haga, de nuevo esto no te llevaría a un
Dios infinito. Y lo que es más grave, no nos llevaría a algo que no fuera
totalmente naturalista.

Finalmente, incluso si existe este lado de la historicidad, el punto es que hay un


lado de la historicidad en las otras religiones también. Y si uno quiere decir:
"Voy a aceptar mi fe cristiana sobre la base de las revelaciones de la Biblia y
demás", entonces es natural preguntarse por qué las cristianas en lugar de las
judías o las hindúes y otras similares. Las supuestas revelaciones son
abundantes. ¿Cómo sabes que las revelaciones putativas cristianas son las
genuinas y no las hindúes? Si te quedas con las afirmaciones internas de la
Biblia cristiana, entras en un círculo vicioso. Concediendo su historicidad, el
cristianismo hace un montón de afirmaciones que están más allá de la
comprobación empírica. Algunas de ellas son incapaces de ser comprobadas
empíricamente. Lo mismo ocurre con todas las demás doctrinas religiosas. ¿Por
qué la Biblia y no el Corán? ¿Por qué la Biblia y no los textos canónicos
budistas? ¿Por qué la Biblia en lugar de los textos hindúes? ¿Por qué la Biblia
en lugar de las revelaciones religiosas de otros pueblos? Si se observa la religión
antropológicamente, se verá que hay miles de religiones que reclaman "La
verdad".

Y el hecho de que haya más cristianos que de cualquier otra religión no


demuestra nada. Supongamos que Hitler hubiera ganado la guerra. Primero se
desharía de los judíos, luego de los negros (cristianos y no cristianos) y después
de los indios. Una vez hecha esa limpieza, empezarías a deshacerte de los
blancos cristianos hasta que sólo quedara una pequeña secta de blancos
cristianos. ¿Probaría eso que el mensaje cristiano es menos verdadero? ¿Sería

213
menos verdadero en esas circunstancias porque no había muchos cristianos? Lo
que intento decir es que hay miles de supuestas revelaciones en el mundo. Y
por lo que veo, no hay más razón para confiar en la revelación cristiana que en
cualquiera de las otras.

Le pregunto, ¿por qué la Biblia y no el Corán? ¿Por qué la Biblia en lugar de


cualquier otro sistema de fe históricamente extenso? Y no decir que realmente
todos dicen lo mismo porque no es así. El budismo es muy diferente al
cristianismo. [Aplausos]

DISCURSO DE CLAUSURA – KAI NIELSEN

Bueno, primero me gustaría decir que estoy agradecido al profesor Moreland


por la forma en que argumentó. No sé si han aprendido algo. Tal vez los
hayamos aburrido mucho, pero, hablando por mí, me pareció una discusión
interesante. Me pareció que era muy consciente de la relevancia de mis
argumentos, y que iba y venía con ellos. Quizá todos aprendimos algo. Al
menos yo lo hice.

¡Sí! Una defensa del cristianismo


El argumento cosmológico
Ahora, para pasar a la argumentación propiamente dicha, tomemos la parte de
las afirmaciones autorrefutables sobre el universo. Supongamos que te digo:
"Soy calgariano". Supongamos que a continuación digo: "Todos los calgarianos
son unos bares". ¿Digo algo que es verdadero o falso? La paradoja es que, si
digo algo que es verdadero, es falso. Sin embargo, hay formas bien conocidas
de evitar estas paradojas. La teoría de los tipos de Russell es la forma más
conocida. Para mi observación sobre el universo, puedo hacer lo mismo. Así
que no creo que esté atrapado.

Más importante, creo que hay tres cuestiones centrales que aún deben ser
enfrentadas. Bueno, quiero decir que hay muchos más, pero hay tres muy
centrales que quiero afrontar. Son cosas de las que he hablado muy poco, sobre
todo porque hace años que no pienso en ellas desde que en 1968 escribí Razón
y práctica y traté de abordarlas con cierto detalle allí. Allí traté los argumentos
clásicos que pretendían demostrar que Dios existe, y después dejé de lado esas
cosas. Moreland, al parecer, tiene una serie de argumentos nuevos o variaciones
de argumentos antiguos, y son interesantes. Incluyo los del infinito actual y,
curiosamente, los argumentos del diseño. Richard Swinburne ha argumentado

214
recientemente a favor, y John Mackie argumenta en contra. Pero en general, en
su línea de argumentación, me parece que hay algo que hace que me parece
cuestionable. También sería cuestionable que hiciera lo contrario en el otro lado.
Habla de lo que la ciencia está demostrando ahora. ¿Qué tipo de pruebas tiene
sobre las probabilidades de varias cosas, apelando a las autoridades científicas?
Y no digo que sean malas autoridades. Pero hay algo muy peligroso para un
teólogo o un filósofo cristiano o, para el caso, para un filósofo ateo que utilice
esa estrategia. Tomemos, para ilustrar, la teoría del Big Bang. No sé mucho
sobre esto, pero deduzco que es la teoría reinante en la cosmología ahora. Hace
años, la teoría de los estados cinéticos era la teoría operativa alternativa. No soy
físico. No soy un cosmólogo científico. No sé cuál de las creencias es más
verosímil, aparte de la implicación que parecen tener para la religión. Pero si
uno se apoya en pruebas científicas como ésta—teorías científicas altamente
especulativas—, hace que sus afirmaciones religiosas sean en gran medida
rehenes de las cambiantes fortunas científicas e incluso de las modas. Y hay que
darse cuenta, y tomar en serio, el hecho de que no se puede adivinar cómo será
la física dentro de doscientos años, y mucho menos dentro de quinientos.

En ciertos momentos podría haber apelado a la teoría de los estados cinéticos,


y esa habría sido entonces la teoría dominante, y tendría consecuencias
diferentes para la religión que la teoría del Big Bang. Ahora pueden apelar a la
teoría del Big Bang, pues es la teoría reinante. Tal vez, sólo tal vez, aunque no
estoy del todo convencido de ello, se pueda empezar a hacer algún tipo de
argumento cosmológico a partir de ella. Pero eso es un asunto arriesgado. Las
modas científicas van y vienen, y los márgenes especulativos de la ciencia están
muy sujetos a las modas y a los cambios. Siempre es muy falible. Siempre se
altera. Crece, pero se altera. Estas teorías cosmológicas son lo que Steven
Toulmin, un filósofo de la ciencia, llamó en su día "mitologías científicas".
Varían mucho y, además, se encuentran en los márgenes especulativos de la
ciencia, por lo que podemos estar menos seguros de ellas. Así que me parece
muy, muy arriesgado centrar un argumento para la existencia de Dios, como
hace Moreland, en algo que se basa en gran medida en estas cuestiones
especulativas. Lo mismo, por supuesto, ocurriría con los argumentos a favor del
ateísmo que se basaran en teorías cosmológicas especulativas.

El ajuste fino del universo


Seguimos teniendo problemas con el argumento del diseño. ¿Qué significa decir
que "el universo en su conjunto fue diseñado"? Hay dificultades, profundas
dificultades conceptuales, para hablar del universo en su conjunto. Hay
dificultades para descubrir el diseño del universo. Incluso el uso de la palabra

215
"diseño" engaña en cierto modo. No quiero decir que engañe deliberadamente,
sino que engaña involuntariamente. Es posible que sólo se estudie el orden o la
regularidad. Del orden y la regularidad no se obtiene automáticamente el diseño.
Todos estos son viejos argumentos; son al menos tan viejos como Hume. Y me
parece que hay que tomarlos muy en serio.

La experiencia religiosa
Está el argumento crucial sobre la experiencia religiosa. Lo que creo que es
innegable es que hay experiencias religiosas. El profesor Moreland dijo, creo
que, con razón, que yo me hacía ilusiones al decir que todas son de la naturaleza
de los sentimientos. Me pareció que cuando Otto las describió, sonaban como
sentimientos. Pero supongamos que decimos que no, que son experiencias
numinosas. Son una forma de percepción no sensorial que tenemos. Y tal vez
exista tal cosa. Ciertamente es sólo una verdad empírica decir que los cinco
sentidos son todo lo que tenemos. Puede que sea una falsedad empírica. Tal vez
exista algún tipo de conciencia directa no sensorial o sensorial especial. Pero a
pesar de todo eso, una de las cosas que argumentaría es que no podría haber una
conciencia no sensorial de un Dios eterno infinito trascendente al universo.
Moreland dice que en el cristianismo Dios era inmanente. Esa es una de las
paradojas del cristianismo. ¿Cómo podría Dios ser a la vez trascendente e
inmanente? Es autocontradictorio decir que x es trascendente al mundo y en el
mundo al mismo tiempo. Y Dios, recordemos, se dice que es una realidad eterna
e atemporal.

Quiero pasar ahora a otro punto. Si tuviera que buscar una religión teísta, me
inclinaría mucho más por una musulmana o una judía que por una cristiana,
porque en esas religiones no se dan esas paradojas. En el judaísmo no hay
inmanencia de Dios.

Así que sigo queriendo decir que se equivocan aquellas personas que intentan
argumentar que hay una conciencia directa de Dios que te da una especie de
certeza que ningún argumento filosófico puede dar. Pero no hay ninguna razón
para no pensar que hay experiencias religiosas, pero no hay ninguna buena
razón para pensar que son experiencias de Dios. Si se utiliza el argumento
causal para decir: "Lo sé por experiencia; he tenido estas experiencias y eso me
lleva a postular a Dios", eso no es una conciencia directa de Dios. Eso es
argumentar ciertas experiencias y tratar de explicarlas postulando a Dios. Sin
embargo, hay formas alternativas de explicar esas mismas experiencias,
incluyendo algunas formas puramente seculares. No está nada claro cuál de esas
formas es la mejor para explicar los fenómenos.

216
Yo, por supuesto, no creo que este sea el caso, pero tal vez sólo estoy siendo
testarudo. Pero supongamos que me equivoco al decir que el concepto de Dios
es incoherente y supongamos que Moreland también tiene razón sobre la
historicidad de Jesús. Bueno, también hay una historicidad de Mahoma. Hay
una historicidad de Buda. Vuelvo al hecho de que hay muchas, muchas
religiones, muchas, muchas revelaciones putativas. No digas que dicen lo
mismo. No lo dicen. Cualquier ser que pudiera ser Cristo, podría ser a la vez
hombre y Dios, pues un judío no podría ser Dios. Ningún hombre, en su
concepción de las cosas, podría ser Dios. Eso sería idolatría.

Ese no es el tipo de cosa que Dios podría ser. Y para el vehículo menor en el
budismo, que es una religión tan antigua como el cristianismo, no hay ni
adoración ni Dios. Así que quiero decir: "¿Por qué el cristianismo en lugar del
budismo?" "¿Por qué el cristianismo en lugar del judaísmo?" Ellas también
tienen sus supuestas revelaciones.

¿Cómo se decide que una supuesta revelación es una revelación genuina? Y si


usamos la razón, incluyendo la investigación empírica para juzgar la revelación,
¿por qué entonces necesitamos la revelación? [Aplausos]

DISCURSO DE CLAUSURA – J. P. MORELAND

¡No! Una defensa del ateísmo


El problema de la referencia
Profesor Nielsen, en lo que respecta a la ciencia, digo claramente en Scaling the
Secular City que no apoyo todo el caso en ella. Utilizo principalmente
argumentos filosóficos. Pero seamos sinceros, la ciencia se ha utilizado contra
el cristianismo. Usted mismo utiliza la ciencia en su libro sobre la filosofía y el
ateísmo, para hacer equilibrios reflexivos, para formular leyes biológicas y
sociológicas de la naturaleza humana, etc. Y no veo ninguna razón por la que,
si la ciencia presta apoyo al cristianismo, no pueda utilizarse como parte de un
argumento general. Ciertamente, las teorías pueden ser derribadas en el futuro.
Pero si vas a decir eso, lo mismo podría ser cierto para las teorías que se usan
contra el cristianismo ahora mismo. Yo diría más bien que hay que atenerse a
las teorías actuales, epistemológicamente hablando, y a las mejores pruebas
disponibles en la actualidad. Algunas teorías científicas sólidas y actuales me
parecen que apuntan al teísmo.

La historicidad de Jesús de Nazaret

217
En cuanto al cristianismo, su afirmación es simplemente falsa. Mahoma nunca
afirmó ser Dios, y nunca pretendió autentificar sus revelaciones con milagros.
Está en su tumba; Buda está en su tumba; Zoroastro está en su tumba; y también
Confucio. Jesús no lo está. Jesús resucitó de entre los muertos y autentificó su
condición de Mesías divino realizando obras que los hombres no podían hacer.
La razón por la que me aferro a la revelación cristiana, en contraposición a la
revelación musulmana y otras, es (aparte de las dificultades conceptuales que
encuentro en aquellas), que no veo suficiente evidencia para ellas, es decir,
signos autenticadores que demuestren que son revelaciones de Dios.

La experiencia religiosa
El gran filósofo francés Jean-Paul Sartre fue en vida un apasionado ateo. Según
la National Review, antes de su muerte hizo esta declaración:

No me siento el producto del azar, una mota de polvo en el universo, sino alguien
esperado, preparado, prefigurado; en definitiva, un ser que sólo un Dios creador
podría haber puesto aquí.11

Bertrand Russell, un ateo muy conocido, hizo poner esta carta que escribió en
1918 en el segundo volumen de su autobiografía. Decía:

Incluso cuando uno se siente más cercano a otras personas, algo en uno necesita
obstinadamente pertenecer a Dios y negarse a entrar en cualquier comunión terrenal;
al menos así es como lo expresaría si pensara que existe un Dios. Es extraño, ¿no?
Siento pasión por este mundo y por muchas cosas y personas en él, y sin embargo [...]
¿qué es todo eso? Debe haber algo más importante, se siente, aunque no creo que lo
haya. Estoy embrujado. Algunos fantasmas, de algunas regiones extra mundanas,
parecen estar siempre tratando de decirme algo que debo repetir para el mundo, pero
no puedo entender el mensaje.12

Estoy aquí para decir que el mensaje ha llegado. Jesucristo es el Hijo de Dios.

Como estudiante universitario en 1968, conocí a Jesucristo personalmente y Él


cambió mi vida. He tenido cerca de dos décadas de caminar con Él y de
confraternizar con Él y de enamorarme más y más de Él cada día. Él me ha dado
un poder para la vida que no conocía antes, y he tenido experiencias personales
de Él.

11
Citado en la National Review (11 June 1982), 677.
12
Bertrand Russell, The Autobiography of Bertrand Russell (Boston: Little, Brown and Company, 1968), 125-
126.

218
Conclusión
Además de mi propia experiencia religiosa personal, he ofrecido algunos
argumentos para que los consideres. He citado un argumento de tipo
cosmológico, he citado el argumento del diseño, y he hecho una breve
referencia, aunque no he entrado en detalles sobre ellos, al argumento moral, al
argumento de la conciencia, a la experiencia religiosa y a la historicidad del
Nuevo Testamento. Todos estos factores, en mi opinión, demuestran que el
cristianismo es razonable y que se debe creer en él.

Cuando uno prueba el cristianismo basándose en estas consideraciones


racionales, puede poner a Jesucristo a prueba y ver si el cristianismo funciona
en su propia vida personal. Yo lo he hecho y he comprobado que Jesucristo ha
cambiado mi vida. Este es un argumento de la experiencia religiosa que ha
significado mucho para mí intelectual y personalmente, y se los recomiendo.
Muchas gracias. [Aplausos]

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Pojman: Muy bien, ahora es el momento de las preguntas. Les pido que se
acerquen a uno de estos dos micrófonos y que su pregunta sea lo más breve
posible. Diríjanlas a uno de los dos oradores, para que ambos tengan la
oportunidad de responder a cada pregunta.

Pregunta 1: Esto es para el profesor Nielsen. En su Ética sin Dios, usted afirma
que la existencia de hospitales y campos de concentración justifica la conclusión
de que Dios no es bueno, y supongo que diría que también justifica la conclusión
de que Dios no existe. Dado que usted afirma que [el] teísta es irracional en su
uso de la palabra "Dios", ¿hasta qué punto es racional su razonamiento ya que,
si se plantea formalmente un argumento basado en la existencia de hospitales y
campos de concentración, se requeriría el uso de la palabra "Dios" en al menos
una de sus premisas, y dado que acaba de argumentar en su primera intervención
que el uso de la palabra Dios es incoherente? Lo que pregunto es si no está usted
limitado al tipo de razonamiento que dio en su primera intervención, y por tanto
no podría utilizar argumentos basados en hospitales, campos de concentración,
etc.

Nielsen: Creo que hay dos respuestas a eso, o al menos dos. Una es que, si la
palabra "Dios" se utiliza en un sentido antropomórfico, no estoy sosteniendo
que exprese un concepto incoherente. Y en esas premisas concretas podría estar

219
usando "Dios" en un sentido antropomórfico. Dos, y quizás más importante, que
se trata de una cuestión de estrategia argumentativa. Quiero decir que el
profesor Moreland podría—aunque estoy seguro de que no cree que el concepto
de Dios sea incoherente—tomarlo como premisa para argumentar contra mí.
Asumiendo que el concepto de Dios es incoherente, entonces se seguirían tales
y tales conclusiones. Pero sería absurdo creer eso. Pero entonces es absurdo,
podría argumentar, creer que el concepto de Dios es incoherente. Es decir,
estaría haciendo un argumento de reducción contra mí, y esa es una forma de
argumentación perfectamente aceptable.

Y eso es básicamente lo que estaba haciendo. Estaba diciendo: "Bien,


asumamos que tiene sentido hablar de Dios—y, después de todo, tiene sentido
en una especie de forma pictórica, y hablar de Dios tiene regularidades
lingüísticas. No podemos preguntar sensatamente cuánto pesa Dios o si Dios se
divorció o si Dios es rojo. Dadas las regularidades lingüísticas ordinarias del
inglés, puedo formar frases con "Dios" que son normales en inglés. Pero son
oraciones que creo que son incoherentes en un sentido importante. Pero, como
he señalado, dejo eso de lado a los efectos de este argumento sobre Dios y la
moral. Tal vez este discurso sobre Dios sea incoherente y tal vez no, pero si las
oraciones son coherentes, entonces se siguen tales y tales consecuencias. Así
que me parece que no hay nada malo en hacer eso. Le digo al cristiano:
"Supongamos, para este argumento, que tu concepto de Dios es coherente. Si es
coherente, se derivan estas consecuencias adversas".

Moreland: Creo que la observación es buena. Si vas a usar un concepto en un


argumento, el concepto debe tener algún tipo de significado para que sepas qué
premisa, qué inferencias sacar de él en tu modus ponens o modus tollens. Si vas
a decir: "Si Dios, por tanto, Q; no Q, por tanto, no Dios", ¿cómo sabes qué
deducir del concepto de Dios a menos que tenga algún significado para ti?
Además, sospecho que el profesor Nielsen no estaba usando sólo un sentido
antropomórfico de Dios, sino un sentido más robusto de Dios. Ahora bien,
podría estar equivocado en esto, pero sospecho que estaba utilizando una
concepción de Dios que tenía cierta comprensión para saber efectivamente
cómo argumentar contra ella.

El hecho es que la mayoría de los filósofos de la religión de ambos lados de la


cuestión encuentran este tipo de preguntas sobre el discurso de Dios tan
aburridas como el profesor Nielsen encuentra las preguntas sobre la historicidad
del Nuevo Testamento. Una vez más, ya he tratado de exponer mi punto de vista
sobre cómo el hablar de Dios adquiere significado y logra una referencia. Me

220
parece que hay algunas visiones de Dios que son lógicamente incoherentes, pero
nadie ha podido demostrar que el concepto judeocristiano de Dios sea
lógicamente incoherente. Así que yo diría que su punto de vista fue bien
tomado.

Pregunta 2: Dr. Nielsen, ¿define usted a "Dios" como una invención—cuando


digo "Dios", me refiero a un ser infinito y todopoderoso—y lo define como una
invención o un espejismo o algo por el estilo?

Nielsen: Bueno, es obvio en lo que dije en mi argumento que sí. Porque creo
que es incoherente, aunque creo que partió de una noción antropomórfica
coherente. Y estoy de acuerdo con el profesor Moreland en que hay
concepciones coherentes de Dios. Las coherentes, creo, resultan ser
supersticiosas y obviamente falsas, lo que conlleva creencias falsas.

El profesor Moreland mencionó al profesor John Mackie, que tiene un libro


muy distinguido titulado El milagro del teísmo. A pesar de que creo que le falta
una cosa muy importante, creo que es una de las más, probablemente la más,
distinguida articulación de un punto de vista ateo dada en el siglo XX. Mackie,
a diferencia de mí, y al igual que un teólogo filosófico como Swinburne, piensa
que el discurso religioso está perfectamente bien; sólo queremos saber, tratar de
averiguar, si hay un Dios. Y Mackie piensa que no hay muy buenas pruebas de
la existencia de Dios, y Swinburne piensa que sí las hay. Y luego hay ateos
como yo y Antony Flew, que pensamos que esa pregunta no puede plantearse
porque el concepto de Dios en las formas desarrolladas del judeocristianismo
es incoherente.

Y también están los llamados fideístas wittgensteinianos, como D. Z. Phillips e


Ilham Dilman, que piensan que el concepto de Dios es terriblemente
problemático. Phillips es un ministro, un ministro galés. Piensa que el concepto
de Dios es muy, muy problemático—muy posiblemente incoherente—pero que
se le puede dar un sentido muy desmitologizado. Pero reconoce que es algo
difícil.

Así que hay división entre los filósofos de la religión. Hay ateos, como John
Mackie o Wallace Matson, que piensan que es simplemente falso que Dios
exista. Y hay ateos como yo y Paul Edwards que piensan que o bien es
simplemente falso, cuando se trata de un Dios antropomórfico, o bien es
incoherente, cuando se trata del no antropomórfico que se ha impuesto en
nuestras religiones. Pero no creo que la tradición religiosa se haya interesado

221
durante mucho tiempo por el antropomórfico. Así que lo importante es lidiar
con el problema de la incoherencia.

Por cierto, sólo para hacer una observación final sobre lo que dijo el profesor
Moreland. Mira, supón que digo: "Todos los solteros casados son irascibles".
También podría decir: "Jim es un soltero casado; por lo tanto, Jim es irascible".
Bien, puedo hacer mapeos lógicos como este tanto como quiera. Y tú puedes
entenderlos, aunque todos estemos de acuerdo en que el propio concepto de
soltero casado es incoherente. Que podamos hacer tales inferencias lógicas no
demuestra que el argumento sea bueno. Es uno muy malo.

Moreland: Me gustaría llevar su pregunta sobre si la creencia en Dios es una


invención en una dirección ligeramente diferente, porque creo que hay
preguntas probablemente sobre otros temas que serían más interesantes. Me
gustaría considerar la cuestión del producto de la imaginación más en sus
conceptualizaciones freudiana y feurbachiana, donde el argumento ha sido, a
grandes rasgos, que los creyentes simplemente necesitan una figura paterna,
tienen miedo, proyectan esta idea de Dios fuera de ellos mismos, y proceden a
objetivarla o cosificarla y adorarla.

Me gustaría decir, y de nuevo estoy tomando su pregunta de una manera


ligeramente diferente, que este tipo de cosas comete lo que se conoce como la
falacia genética. Tiende a culpar a la creencia en Dios, no por su propia falta de
justificación racional, sino por su procedencia. Como dije esta mañana en mi
conferencia, no sería apropiado decir que no puedo saber que dos y dos es igual
a cuatro, porque lo aprendí de mi maestra de segundo grado, la señora Fred, y
no era una persona muy agradable. Además, como ha señalado R. C. Sproul, el
Dios bíblico no es el tipo de Dios que uno querría proyectar. Uno querría
proyectar un ser mucho más manso y no un ser tan santo, tan exigente, tan
impresionante como el Dios bíblico trino.

Por lo tanto, si uno quisiera proyectar un ser y cosificarlo fuera de su propia


mente, entonces estaría practicando una acción que la Biblia llama idolatría. Y
los tipos de dioses resultantes de esas proyecciones estarían mucho más en
consonancia con los descritos y desafiados en Isaías y Jeremías.

Me gustaría decir, además, que, si alguien está realizando algún tipo de


proyección o mecanismo de defensa, entonces se podría argumentar que podría
ser el no teísta y no el teísta. Permítanme explicarles cómo podría ser este
argumento. Paul Vitz, que es un psicólogo, creo que en la Universidad de Nueva

222
York, estudió las vidas de varios ateos y acaba de publicar un libro sobre Freud.
Llegó a la conclusión de que la mayoría de ellos tenían malas relaciones con
sus padres y, de hecho, si alguien no estaba abordando la cuestión de Dios de
manera justa, era el ateo que deseaba matar al padre y que tenía miedo de que
alguien controlara su vida.

Ahora bien, no estoy sustituyendo indebidamente los argumentos racionales por


argumentos genéticos, pero hay un lugar para las consideraciones genéticas,
como se indica a continuación: Supongamos que dos personas están hablando
y una dice: "Bueno, no estás viendo la evidencia", y la otra persona dice:
"Bueno, no estás viendo la evidencia". Es en este punto donde creo que las
consideraciones genéticas pueden ser relevantes. No son todo el espectáculo,
pero pueden ser relevantes. Y en mi opinión, creo que los ateos definen un grupo
de control mucho más ajustado que los teístas para que los psicólogos lo
estudien.

Los teístas, y los cristianos en particular, han sido convertidos de todos los tipos
posibles de antecedentes psicológicos, de todas las culturas posibles, etc. Y
parece que lo único que define al grupo de control es el hecho de que afirmen
que Cristo entró en sus vidas.

Los ateos, estaría dispuesto a predecir si se hiciera el estudio, serían mucho más
fácilmente ubicados en una clase uniforme. Y estaría dispuesto a apostar que
podríamos encontrar causas psicológicas para el ateísmo que podrían
argumentarse verosímilmente como el factor causal que contribuye a su ateísmo
y que constituye el factor que une a la clase de ateos. De nuevo, no estoy
recomendando esto como un argumento de derribo. No digo que se apoye sólo
en consideraciones genéticas. Sólo entran en juego en las condiciones que
especifico, pero creo que ésta es una forma de responder al tipo de pregunta
ficticia que usted ha planteado, y quería llevarla en una dirección ligeramente
diferente.

Pregunta 3: Hola. Sólo tengo una pregunta para el Sr. Nielsen. Señor, mi
pregunta es que gran parte de su discusión sobre un concepto de Dios coherente
o incoherente parece sugerir que los únicos dos conceptos de Dios admisibles
son un concepto de Dios totalmente antropológico, como Zeus, o un concepto
de Dios totalmente etéreo. Mi pregunta es: ¿Es éste el concepto de Dios que
tienen los cristianos y los teístas, y no escapa a las consecuencias de su
argumento un Dios que creó al hombre a su imagen y semejanza, con la

223
consecuencia deliberada de poder comunicarse con Él en el ámbito del
conocimiento, así como en todos los demás ámbitos?

Nielsen: Creo que es una buena pregunta. Creo que el antropomorfismo admite
grados. Algo puede ser más o menos antropomórfico, del mismo modo que algo
puede ser más o menos irracional de creer. Yo tomé dos; hay muchos, muchos
conceptos de Dios. Pero tomé dos, uno claramente antropomórfico y otro
claramente no antropomórfico.

Me parece, aunque podría estar equivocado, que, con el desarrollo de las


tradiciones cristiana, judía e islámica, el Dios en el que creen ahora la mayoría
de los cristianos de la línea principal es un Dios muy poco antropomórfico. Y
es por eso por lo que subrayé eso. Si uno dice alternativamente: "Bueno, hay un
Dios que se nos revela y esa noción no es tratada metafóricamente sino
literalmente, entonces me parece que hay que interpretar a Dios
antropomórficamente en algún sentido de ‘antropomórficamente’". Un colega
mío, un teólogo católico al que admiro mucho, Hugo Meynell, al escribir un
artículo titulado "El ateísmo de Kai Nielsen", para un Festschrift del padre
Copleston, intenta argumentar que hay sentidos de "antropomorfismo" más
legítimos que el que yo señalo. Quizá los haya; aún no he visto una articulación
clara de ello, pero no quiero descartarlo a priori; es muy posible. Así que acepto
el sentido de la pregunta.

Me gustaría decir algo brevemente sobre el asunto de la proyección. La razón


por la que no he mencionado la proyección es que yo, al igual que el profesor
Moreland, creo que lo crucial que deberíamos discutir no es si los cristianos son
más neuróticos que los ateos o menos neuróticos y cómo llegaron a ser así, sino
que deberíamos tratar de averiguar qué razones podemos dar a favor o en contra
de las creencias religiosas. Sin embargo, creo que su punto de vista aquí está
equivocado. Mi propia opinión sobre el asunto, aunque no soy psicólogo, es
bastante sencilla. Conozco a muchos cristianos neuróticos y fanáticos, y
conozco a muchos ateos neuróticos y fanáticos. Una de las razones por las que
no me gusta ir a las pequeñas sociedades humanistas es que me parece que
muchas de ellas no son más que el reverso del cristianismo sectario. También
he conocido a muchos ateos cuerdos y sensatos y a muchos cristianos cuerdos
y sensatos. Creo que sería muy difícil decir qué grupo es el más neurótico.

Pero me gustaría decir algo sobre el uso real de la proyección. Los verdaderos
grandes pensadores que la utilizaron lo hicieron con fines mucho más
razonables que los que se han comentado anteriormente. Por ejemplo, Sigmund

224
Freud y su libro El porvenir de una ilusión. Sabemos que conocía los Diálogos
de Hume y sabemos que conocía a Kant. Tuvo una buena educación clásica y
estudió filosofía con Franz Brentano. En un momento dado, en El porvenir de
una ilusión, dice que otros pueden hacerlo mejor que él a la hora de evaluar los
argumentos de la existencia de Dios. Pensaba en Hume y Kant. Freud pensaba
claramente que habían demostrado que eran argumentos poco sólidos. Dijo que
lo que intentaba explicar era por qué la gente cree tan masivamente en algo que
es tan poco razonable de creer. Él presupone el mismo punto que estoy tratando
de argumentar. Pensó—y en realidad estoy de acuerdo con él—que era una
presuposición razonable para estar en el punto en el que nos encontramos en la
historia. A continuación, preguntó, de forma bastante razonable, dado que no
hay buenas razones para creer, ¿qué hace que la gente crea tan masivamente en
Dios? Primero se buscan las razones, pero donde no hay razones se buscan las
causas. Es aquí donde entra la teoría de la proyección de Freud.

Ludwig Feuerbach, de quien Freud tomó la teoría de la proyección, quería


sustituir una perspectiva humanista por una teológica. Quería que la teología se
convirtiera en antropología. Decía, utilizando un concepto proyeccionista, que
había que ver todos los atributos que el hombre atribuye a Dios. En realidad,
son atributos de seres humanos perfectos, y deberíamos transferirlos a su hogar
apropiado. La teología debería convertirse en antropología. Esto no era
antirreligioso. Quería cobrar la religión en términos humanos. Eso es muy
diferente de matar al padre.

Moreland: Me gustaría disculparme públicamente con el profesor Nielsen por


el comentario. Probablemente no necesite una disculpa, pero me gustaría decir
en nombre de la comunidad cristiana, que el comentario me pareció muy
desagradable y fuera de lugar. La comunidad cristiana me avergüenza a veces
por la forma en que trata a las personas que están en el otro lado, y me gustaría
decir públicamente, por mí mismo, que he aprendido mucho de los escritos del
profesor Nielsen. Ha representado para mí un modelo de erudición, y es un
filósofo muy profesional. He encontrado que no ha sido más que cordial
conmigo, y aprecio mucho su colegialidad. Usted y yo discrepamos
profundamente sobre la cuestión de Dios, pero le respeto profundamente, y creo
que usted me respeta. Y lamento ese comentario, y ciertamente quiero
desvincularme de ese tipo de cosas.

Ahora, en términos de este asunto antropomórfico, de nuevo quiero salir de esto,


simplemente porque creo que estamos golpeando un caballo muerto aquí y sería
más interesante hablar de otras cosas, pero voy a decir una vez más que según

225
el cristianismo, es realmente que el hombre es teomórfico, no que Dios es
antropomórfico. La causalidad va en el otro sentido. Dios existió primero,
ontológicamente al menos, y creó a los seres humanos a su imagen.

Ahora, basándose en esa causalidad ontológica y en la analogía, Calvino, por


ejemplo, argumentó que es posible que una persona tenga conciencia de Dios y
lo reconozca y construya una comprensión ontológica de Dios basada en la
reflexión de nuestras propias facultades.

Y el fundamento de tipo tomista para hablar de Dios es que lo basas en una


relación causal por medio de lo que se llama una analogía de atribución
intrínseca. Y utilizas sólo aquellos conceptos que pueden ser extraídos de las
cosas finitas y los aplicas a Dios. Es cierto que, según este enfoque, Dios no
puede ser conocido o comprendido exhaustivamente; pero puede ser conocido
verdaderamente porque el uso tomista de la analogía, basado en el fundamento
teomórfico entre Dios y nosotros y la creación en general, Dios puede ser
conocido a través de lo que se llama un concepto unívoco, por una analogía de
predicación, donde el concepto de, digamos, amor significa lo mismo entre
nosotros y Dios, pero se predica de manera diferente de Dios, no en su
significado sino en su extensión, en su perfección.

En cuanto al argumento de la proyección, y creo que el profesor Nielsen está de


acuerdo aquí, no estoy usando eso como un argumento de derribo, y realmente
no estaba tratando de decir que todos los ateos son neuróticos y ningún teísta lo
es. Lo que estaba diciendo era lo siguiente: Si dos personas están discutiendo y
una de ellas dice algo así como: "No creo que te enfrentes a las pruebas", y la
otra persona dice: "No creo que lo hagas", entonces hay que seguir discutiendo
sobre las pruebas. Eso es una cosa que hay que hacer. Pero otra cosa que se
puede hacer es decir algo como esto: "Mira, creo que es más verosímil que las
pruebas sean buenas, y es que tú no te enfrentas a las pruebas". Ahora, ¿qué
entra en ese punto? ¿Cómo se resuelve algo así? No estoy seguro de tener una
respuesta completa, pero una forma de hacerlo sería tratar de ver si hay
explicaciones razonables de por qué la otra persona cree en su punto de vista y
niega lo que parece ser una evidencia clara para la otra persona. En otras
palabras, se podría intentar dar razones psicológicas de por qué esta otra persona
no está viendo la evidencia y no está usando sus facultades noéticas
correctamente. Esta estrategia añadiría otro nivel al debate.

Lo que digo es que los teístas no encajan en un grupo de control ordenado.


Sospecho que se podría encontrar un factor causal constante de naturaleza

226
psicológica que explique por qué los ateos no leen la evidencia correctamente.
Por supuesto, el ateo puede hacer la misma acusación contra el teísta. Así que
ahora surge un nuevo aspecto del argumento: ¿Qué lado puede ofrecer una
mejor explicación de por qué, en su opinión, la buena evidencia no es vista por
alguien cuyo equipo epistémico, por así decirlo, no está funcionando
correctamente, y qué factor psicológico constante parece estar causando la
avería? Pero, de nuevo, no digo que uno vaya a salir con este tipo de cosas. Más
bien, sería simplemente parte de un caso general.

Pregunta: Sobre el tema de las experiencias religiosas, Dr. Nielsen, usted dijo
que no se puede simplemente señalar a Dios como referencia como se puede
señalar a Luis. Y es una afirmación muy propia del cristianismo, creo, que la
experiencia religiosa hace precisamente eso. De hecho, que los argumentos de
la experiencia religiosa dicen que el creyente se justifica a partir de una
experiencia de tipo perceptivo, no sensorial. ¿En qué se basa usted para rechazar
este tipo de experiencia autoautentificadora que hace que estos individuos estén
justificados?

Nielsen: El modo en que lo argumento es el que hace años expuso C. B. Martin,


otro colega mío, en su libro Religious Belief (Creencia religiosa) y, creo que, de
forma aún más interesante, un filósofo escocés, Ronald Hepburn, en
Christianity and Paradox (Cristianismo y paradoja), un libro que
desgraciadamente ya no se lee mucho. Ambos argumentaron que la experiencia
religiosa es enormemente importante. Pero también argumentaron, con solidez,
creo, que no proporciona ningún conocimiento de Dios. En eso les sigo bastante
de cerca. No niego que haya experiencias religiosas y que sean humanamente
muy importantes. Rudolph Otto describió muy bien el tipo de circunstancias
que generan y mantienen los sentimientos religiosos. Son muy reales, pero no
son en absoluto un motivo para la creencia religiosa. No permiten una
experiencia especial que nos dé un conocimiento de Dios. Son experiencias
religiosas muy fundamentales. Personas como Ninian Smart han argumentado
que son muy diferentes de una cultura a otra. Y realmente no tengo una opinión
sobre eso, pero hay, especialmente dentro de nuestras comunidades, una
experiencia religiosa distinta que creo que Otto y Schliermacher,
particularmente Otto, pusieron en sus manos. Nadie lo niega; es una cuestión
de cómo interpretarlo.

Así que hay dos puntos. Se supone que es una experiencia de Dios. Digo que
no puede serlo si Dios es un individuo infinito trascendente al universo. Porque
piensa en lo que quieres decir con ese término, y debería ser evidente para ti que

227
no podrías experimentar directamente a un ser así. Volviendo a lo
antropomórfico, sólo podrías experimentar un ser antropomórfico. Y eso es
religiosamente inadecuado, porque no es la realidad trascendente infinita de la
tradición.

Supongamos que uno dice: "Mira, mira, mira. No entiendo tus rebuscados
argumentos filosóficos. Tal vez sean buenos; tal vez sean malos. Pero yo he
experimentado a Dios, y lo conozco de forma autoautenticada". Pero Martin
argumentó poderosamente que los únicos modelos que tenemos para las
experiencias que se autentifican son cosas como dolores de cabeza o
sensaciones, es decir, realidades puramente psicológicas. Supongamos que te
digo: "Me duele la cabeza". Eso es lo que Wittgenstein llamaba una declaración
en primera persona, en tiempo presente. Supongamos que tú dices: "No, no te
duele la cabeza". Bueno, aquí tengo una especie de autoridad sobre lo que
confieso. Mientras entienda el significado de la palabra "dolor de cabeza", no
puedes rebatirme en esto.
\
Algunos filósofos, entre ellos Armstrong y Mackie, han cuestionado esto, pero
sigue pareciendo bastante fuerte que eso se parece a una experiencia
autoautenticada, si quieres usar ese vocabulario. Así que tal vez haya
experiencias autoautenticadas. Por supuesto, no es que me haya dolido la cabeza
hace veinte minutos. Podría equivocarme en eso, pero ahora mismo me duele la
cabeza, o expresar que tengo la intención de ir a pescar el sábado. Esas cosas
pueden ser autoauténticas. Pero, repito, lo que tenemos aquí son realidades
puramente psicológicas (si Armstrong y Mackie tienen razón en contra de
Wittgenstein, el creyente religioso está aún peor, porque entonces no tenemos
buenos modelos de experiencias autoautenticables).

Se trata de experiencias muy privadas que, aunque son intencionales y por lo


tanto tienen objetos intencionales, no son experiencias de algún extraño reino
ontológico. Son sólo experiencias psicológicas, y no pueden usarse como
modelo para decir que se tiene una experiencia autoautentificada de Dios. Esa
es una afirmación más pública, y entonces te enfrentas a la contrapartida de que
no tiene sentido decir que esas experiencias no puramente psicológicas son
autoautentificables. Supongamos que te digo: "Sé cómo dibujar un cuadrado
redondo" o "He experimentado realmente cuadrados redondos". Sabes de
antemano que estoy dando lo que los alemanes llaman quatsch.

Moreland: El profesor Nielsen dijo antes que la percepción religiosa era


simplemente sentimientos. Y creo que eso es una petición de principio,

228
francamente, porque el mismo tipo de objeción podría plantearse, y se ha
planteado, contra modos de percepción más sensoriales. Me parece que David
Hume es un buen ejemplo. Según Hume, la principal forma de distinguir entre
las impresiones y las ideas derivadas de las impresiones era la vivacidad de la
sensación que se tenía sobre ellas. Para Hume, las impresiones no eran causadas
por el mundo externo, mientras que las ideas eran meras entidades mentales sin
conexión necesaria con un mundo independiente de la mente. Por tanto, las
impresiones sensoriales y las ideas también podían llamarse "meros"
sentimientos.

Además, no estoy de acuerdo con la noción de Nielsen sobre la trascendencia


de Dios. Dios es trascendente, pero en la teología cristiana también es
inmanente. Y uno de los modos de su inmanencia es en las experiencias
religiosas. En tercer lugar, no estoy de acuerdo con la propiedad o exactitud de
su uso de la palabra "autoautenticación". Mi visión de la percepción religiosa es
una aplicación de una estrategia epistemológica más general expresada por
Roderick Chisholm. Chisholm adopta una estrategia epistomológica llamada
particularismo.

¿Qué es el particularismo? Es el punto de vista de que hay algunas cosas que


puedo conocer inmediatamente sin deber tener un criterio de cómo las conozco.
Y estos conocimientos se dan en casos que no se pueden comparar con dolores
de cabeza. Por ejemplo, Chisholm se refiere al conocimiento del pasado y la
memoria. Sé que he desayunado esta mañana, aunque no tenga un criterio de
cómo lo sé. Sé que existen otras mentes, dice Chisholm, aunque pueda no tener
un criterio para ello. Sé que el mundo exterior existe sin necesidad de un criterio
que justifique ese conocimiento. Chisholm también argumenta que la misma
afirmación podría hacerse para un sentido de conocimiento y una conciencia
directa de Dios. Así pues, esa conciencia es autoautenticable en el sentido de
que se conoce inmediatamente, pero no en el sentido de que sea inmune a la
crítica. Pero hay muchas pretensiones de conocimiento en ese sentido, y yo
recomendaría que, si una persona no adopta el particularismo como estrategia
general en nuestro conocimiento del mundo, entonces uno acaba o bien en una
viciosa regresión infinita o bien en el escepticismo. Creo que los argumentos de
Chisholm sobre este tema son convincentes.

Así que mi punto de vista es que en las experiencias religiosas Dios es, o puede
ser, experimentado inmediatamente. Yo mismo he tenido experiencias así.
También creo que hay algunos casos de experiencia religiosa que no son
apelaciones a la percepción directa, sino que son lo que se llama argumentos

229
causales. Este es el tipo de argumento clásico de William James en Varieties of
Religious Experience (Variedades de la experiencia religiosa). Postulas la
existencia de Dios para explicar una serie de efectos religiosos que no se
explican adecuadamente con otras hipótesis. Parece ser que ciertos casos de
oración respondida o ciertos ejemplos de poder encajan en este tipo de
argumento de la experiencia religiosa.

A este respecto, hay un libro que me gustaría recomendar de Patrick Sherry


titulado Spirit, Saints, and Immortality (Espíritu, santos e inmortalidad). Sherry
sostiene un tipo de argumento causal a partir de la experiencia religiosa y dice
que, después de todo, ha sido el teísmo cristiano el que ha producido héroes
como la Madre Teresa y otros, que han dado la vuelta al mundo y que han
llegado a la gente en gran número y han realizado actos supererogatorios de
heroísmo en nombre de Dios o de la humanidad. Dice que esto proporciona
evidencia de que la fe cristiana es verdadera, debido al Poder que se postula
para explicar la producción de tales héroes. Se ha hecho un trabajo espiritual.

Ahora bien, se podría objetar a esto señalando periodos como las Cruzadas o la
iglesia moderna donde la iglesia no produce santos y héroes. Un teísta cristiano
podría responder señalando que estos no son buenos casos de prueba para el
cristianismo "auténtico". Para evitar que esto se convierta en un contra-
argumento que implique una pregunta, sugiero lo siguiente: Uno debería ir al
Nuevo Testamento, estudiar el Nuevo Testamento mismo, y derivar una
hipótesis, independiente de las prácticas reales de la iglesia en cualquier período
de la historia, que establezca qué prácticas espirituales, qué modelo de
crecimiento espiritual debería producir regularmente personas transformadas si
Dios realmente existe. Uno podría entonces probar esta hipótesis para ver si se
producen, de hecho, santos y héroes. Y eso proporcionaría una prueba empírica
que daría algún tipo de confirmación al teísmo cristiano.

Pregunta 5: Esta pregunta está dirigida al Dr. Nielsen. Dr. Nielsen, ¿cuál es su
opinión sobre la vida después de la muerte, donde ha habido quienes han
afirmado que han experimentado un cielo o un infierno? Si esto es cierto,
entonces tuvo que haber algún ser último que decidiera cuánto mal les hizo ir al
infierno o cuánto bien hicieron [lo que] les hizo ir al cielo. Tiene que haber
alguna forma de explicarlo.

Nielsen: Voy a decir algo que puede sorprender a algunos de ustedes. Hay un
famoso filósofo de Cambridge, John Ellis McTaggart, que era ateo y creía en la
inmortalidad. No hay imposibilidad lógica de creer que uno sobrevive a la

230
muerte de su cuerpo, aunque no crea en Dios. Quiero decir que yo no creo en lo
que creía McTaggart. Así que no creo ni en Dios ni en el más allá. Pero lo que
quiero decir es que ambas creencias no están lógicamente relacionadas. Puedo
ser un ateo que cree que sobrevivirá a la muerte de su cuerpo en un mundo sin
Dios. Las dos creencias sólo están vinculadas tradicionalmente. No hay ninguna
conexión lógica entre creer en el más allá y creer en Dios.

Aun así, se podría pensar que esto es una especie de evasión. En realidad, no es
una evasión. Sólo muestra que hay diferentes nociones. Y también hay algunos
cristianos que no creen en la inmortalidad. Estuve en una conferencia
patrocinada por John Hick en Claremont y hay un libro que va a salir publicado
por Macmillan. Allí tengo un artículo sobre la inmortalidad, el único artículo
extenso que he escrito sobre este tema. Había allí muchas otras personas que
escriben sobre estos temas, incluyendo un buen número de cristianos profesores
de teología. Algunos afirman que no querían tener nada que ver con el más allá,
ni con la resurrección corporal ni con la inmortalidad (son nociones diferentes,
por cierto).

Así que incluso dentro de la comunidad cristiana las creencias varían. Podrías
decir: "Bueno, los verdaderos cristianos creen todos en una vida después de la
muerte". Pues bien, hay que definir qué es un "verdadero cristiano" sin que se
planteen algunas preguntas. Es un hecho sociológico que las personas que se
llaman a sí mismas cristianas y se toman la religión muy en serio difieren sobre
esto, por no hablar del judaísmo y similares.

Alguien podría seguir diciendo que no estoy entrando en el meollo de la


cuestión. Por ejemplo, el asunto de que las personas van al Cielo y al Infierno y
se condenan. Bueno, no creo que eso sea muy verosímil. Creo que sobre la
noción de resurrección corporal muy bien argumentada en la conferencia de
Claremont que acabo de mencionar por un muy buen filósofo cristiano, Stephen
Davis, que se refirió a la inmortalidad como un sinsentido, pero aceptó una
resurrección corporal. Se puede dar un sentido lógico a la noción de
resurrección corporal. No implica ninguna suposición dualista ni nada sobre
espíritus inmateriales. Peter Geach también argumenta de esta manera. Sólo hay
una resurrección del cuerpo. Eso no me parece incoherente, sólo increíble. No
hay ninguna razón para creer en tal cosa. Es como creer en Santa Claus o en el
Conejo de Pascua. Pero no es algo incoherente. Se trata de una cuestión de
argumentación científica. Puede que me equivoque.

231
Me parece que la creencia en la inmortalidad—un alma incorpórea—tiene
muchas de las mismas dificultades que la creencia en una persona infinita no
material. Pero me han dicho que las partes realmente fuertes de la tradición
cristiana no creen en la inmortalidad en ese sentido; creen en la resurrección
corporal. Esa creencia me parece coherente pero supersticiosa. Así que puedes
elegir entre una creencia coherente pero supersticiosa, a saber, la resurrección
corporal, y una creencia incoherente, a saber, la inmortalidad a través de la
existencia eterna sin cuerpo.

Moreland: Bueno, C. J. Ducasse es otro ateo que cree en la inmortalidad sin


Dios, pero sólo porque sea lógicamente posible que uno pueda creer en la
inmortalidad y en el ateísmo, ciertamente no se deduce que la inmortalidad sea
igualmente verosímil frente al ateísmo y el teísmo. Es lógicamente posible que
todos seamos cerebros en cubetas, pero no creo que nadie vaya a morir por esa
creencia. Así que no creo que se pueda sacar demasiado provecho del hecho de
que unos pocos ateos crean en la inmortalidad o de que la inmortalidad sea
lógicamente coherente con el ateísmo.

En segundo lugar, es cierto que dentro de la cristiandad se puede encontrar a


alguien que crea prácticamente en cualquier cosa, incluido el ateísmo cristiano.
Pero creo que una comprensión directa, de sentido común y honesta de la fe
cristiana reconocería que para ser cristiano hay que comprometerse con alguna
forma de vida posterior personal. Ahora, estoy bastante de acuerdo con Nielsen
en que existe un debate entre los cristianos entre la resurrección corporal y la
inmortalidad personal del alma. Sin embargo, creo que una lectura adecuada del
Nuevo Testamento implica que el dualismo es verdadero, no el dualismo
platónico, sino al menos la opinión de que hay un alma sustancial y que es
distinta del cuerpo. Infunde el cuerpo, pero es diferente: tiene propiedades
distintas de las que caracterizan a la materia, es capaz de existir sin cuerpo y se
reunirá con el cuerpo en el futuro.

Por lo tanto, el verdadero debate no se centra en la inmortalidad personal frente


a la resurrección; es realmente un debate entre los que sostienen la
supervivencia personal incorpórea seguida de la resurrección y los que
simplemente sostienen la resurrección corporal. Resulta que yo sostengo la
supervivencia incorpórea con una resurrección del cuerpo en el futuro. Aparte
de los argumentos exegéticos y de los argumentos generales a favor del
dualismo, yo citaría las experiencias después de la muerte como prueba de mi
opinión. No estoy seguro de qué hacer con ellas, pero no voy a rechazarlas a
priori. Una explicación fisicalista de estas es afirmar que se trata de

232
experiencias cercanas a la muerte, no de experiencias posteriores a la muerte.
Pero esta respuesta no explica lo siguiente: supuestamente hay casos en los que
la gente ha muerto, y en el periodo en el que han estado "fuera", han obtenido
conocimiento de cosas que han ocurrido a dos calles de distancia. Habría sido
muy difícil que conocieran este tipo de información.

Este tipo de cosas me hacen parar. Lo que quiero saber es si esas cosas han
sucedido realmente. Y yo diría que, si realmente lo hicieron, sería muy difícil
explicar estos casos en cualquier tipo de interpretación fisicalista. Ahora no
estoy diciendo que estas historias sean claramente ciertas, pero si este tipo de
casos pueden ser establecidos, entonces tenemos algo interesante que discutir.

Pregunta 6: Dr. Nielsen, usted declaró que no aceptaba la tradición estándar,


que estipula que no se puede probar o refutar la existencia de Dios. Entonces
parece que el peso de su argumento descansa en el sinsentido del término
"Dios". Sin embargo, esto parece extrañamente sin sentido, exactamente en la
misma medida en que postular que el universo simplemente llegó a existir [es]
un hecho bruto, como creía Bertrand Russell.

¿Dónde está su prueba de que el ateísmo es más racional que el teísmo? Parece
que sólo ha dado un caso persuasivo para la tradición estándar; es decir, ambas
explicaciones son, en el análisis final, incapaces de reclamar una mayor
razonabilidad sobre la otra. Usted no ofrece una explicación del mundo;
supongo que se limitaría a afirmar que el mundo simplemente es, un hecho
bruto, a la manera de Bertrand Russell. Pero entonces, como dije, esto es tan
satisfactorio como la supuesta falta de sentido del término "Dios". Esto está bien
para poner en duda el teísmo; sin embargo, no demuestra muy bien que el
ateísmo sea más razonable que el teísmo.

Nielsen: Creo, por cierto, que es una muy buena pregunta. Y permíteme decir
que hay mucha gente—Ronald Hepburn es un buen ejemplo—que se considera
agnóstico y no ateo. Lo hacen porque piensan que incluso sobre estos
argumentos de incoherencia que yo expongo que, aunque son persuasivos, no
son decisivos, pero entonces también creen que tampoco lo son los argumentos
que van en sentido contrario. Algunos querrían responder a esos agnósticos
diciendo: "Pero nosotros tenemos un sentido claro de Dios". Los agnósticos
responderían a su vez que tales creyentes no pueden decir nada más decisivo
aquí. Y nos quedamos con algo muy problemático, por lo que lo más razonable
es ser simplemente agnósticos en materia de creencias religiosas.

233
Creo que esa es la posición estándar. Puede ser correcta. Intenté dar argumentos
de por qué creo que no lo es, y los mantendré. Pero recuerda que dije al
principio, cuando le pedí que no se ofendiera cuando digo que es irracional creer
en Dios, que al decir eso no soy tan arrogante como para pensar que tengo la
sabiduría por la cola y que sé cuál es la verdad y el profesor Moreland no.
Ronald Hepburn no cree que mis argumentos sean decisivos, y es muy posible
que tenga razón.

Estos argumentos son muy difíciles; son muy complejos. Como sabemos tanto
Moreland como yo, son mucho más difíciles de lo que hemos podido indicar.
Son difíciles para cualquiera de los dos bandos, y tal vez el agnosticismo sea lo
mejor. Pero el agnosticismo, tanto para el creyente como para el incrédulo, es
una posición bastante infeliz. La gente trata de conseguir algo más definitivo, y
yo he tratado de darles razones que creo que son buenas, pero puede que me
equivoque al pensar que lo son. Esto es sólo para preparar el terreno.

¿Qué hay de tus cosas específicas, tus cosas de Russell, sobre que es un hecho
bruto que pudimos llegar a existir y que esto es tan problemático como creer en
Dios? Me parece que hablar de cualquiera de estas maneras es un error. No
debemos tratar el universo como si fuera una gran cosa. Cuando se habla del
universo, si se dice que es finito o infinito o algo así, se le está tratando como si
fuera una especie de entidad. Y eso no me parece que tenga mucho sentido.

Y entonces dices: "Bueno, ¿por qué el universo? ¿Apareció con el Big Bang?
¿O estaba en el estado estacionario en la teoría oscilante? ¿Qué podemos decir
sobre el universo como un todo?" No creo que podamos decir nada sobre el
universo en su conjunto que sea muy inteligible. Así que no creo que ese tipo
de preguntas conduzcan a la salvación, o a un pensamiento claro para el caso.
Por eso, cuando Russell dice que es un hecho que el universo existe, creo que
es una forma de decir, si es que tiene algún sentido, que, de hecho, hay varias
cosas en el universo de las que somos conscientes, que hacemos predicciones y
retrodicciones sobre ellas, que desarrollamos teorías sobre ellas, todas falibles,
todas alterables, etc.

Quiero introducir algo rápidamente sobre la percepción directa, para volver a


algo que dijo el profesor Moreland. Tomo, al menos para la discusión, su punto
de vista de que hay un conocimiento que no tiene criterio. No es mi forma de
hablar, pero lo acepto. Es decir, reconozco que hay cosas de las que somos
directamente conscientes sin apelar explícitamente a los criterios. Si no
pudiéramos ser conscientes de ellas sin ninguna apelación de este tipo, no

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podríamos ser conscientes de nada. Por ejemplo, que tienes unos pantalones
verdes, primero debo tener una comprensión de eso, y luego, con esa
comprensión primitiva, podría pasar a desarrollar un criterio. Pero primero
debería tener instancias de tal conocimiento antes de poder desarrollar un
criterio de lo que es para ti (o para cualquiera) tener puestos unos pantalones
verdes.

Lo que quiero decir es que tal particularismo no ayudará ni un poco a la persona


que habla de la percepción religiosa, si se trata de una percepción directa. Las
percepciones causales de las que hablaba Moreland, son realmente los
argumentos para la existencia de Dios, no los argumentos sobre ser consciente
directamente de Dios. Pero la afirmación que hace el autor de la pregunta es que
hay percepciones directas de Dios que se autentifican. Quiero argumentar que,
con criterio o sin él, salvo cosas muy limitadas como los dolores de cabeza para
la persona que los tiene en el momento en que los tiene, no hay experiencias
autoautenticables. Tomemos la simple afirmación de que "llevas unos
pantalones verdes". Esa afirmación puede ser una afirmación sin criterio. Sin
criterio o no, también puede ser falsa. Así que este conocimiento directo, si lo
tenemos, que es sin criterio, todavía no nos da ninguna certeza. No hay nada,
salvo quizás el ámbito de lo puramente psicológico (por ejemplo, los dolores de
cabeza), que se autentifique.

Moreland: En cuanto a los criterios para probar la veracidad de la experiencia


religiosa, no quiero entrar en detalles, pero en el último capítulo de Scaling the
Secular City (Escalando la ciudad secular), expongo los criterios que se pueden
formular, después de que uno haya tenido experiencias directas de Dios, para
ofrecer una mayor confirmación de su veracidad. Varias personas han estudiado
estas cosas y han generado literatura sobre este tema. Ustedes pueden leer esta
literatura por sí mismos y decidir si tiene sentido y si es racionalmente
persuasiva. Pero la afirmación de que no se han establecido criterios para la
experiencia religiosa simplemente no es cierta.

A continuación, consideremos las afirmaciones sobre el universo en su


conjunto. No pretendo hacer de esto un punto de debate barato, pero si no se
puede hacer ninguna afirmación sobre el universo en su conjunto, entonces lo
que Nielsen acaba de decir, "No se puede hacer ninguna afirmación sobre el
universo en su conjunto", era en sí misma una afirmación sobre el universo en
su conjunto. Era una afirmación que se refutaba a sí misma. Es como decir que
no hay verdades. A menos que se refiriera a "el universo en su conjunto" como

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un mero e ininteligible "buck" o "glip", eso podría haber sido lo que quiso decir.
Tal vez pueda hablarnos de eso en su discurso de síntesis.

Además, los argumentos a favor del diseño que utilicé no necesitan tomar el
universo como un todo porque algunos de ellos toman partes del universo y
argumentan a favor de un diseñador para ellas. El punto sobre las singularidades
cósmicas sí toma el universo como un todo en el sentido de que se trata de
condiciones límite que son datos brutos en la ciencia a partir de los cuales se
desarrolló el universo. Son propiedades o rasgos del universo en su conjunto en
el sentido de que son últimos, que definen el universo tal y como es actualmente.

Intenté argumentar que estas características están tan increíblemente


equilibradas que una pequeña alteración, mayor o menor, en un gran número de
ellas habría hecho imposible cualquier tipo de vida. Para tener vida hay que
tener al menos las sustancias químicas necesarias para que un organismo pueda
ingerir, defecar y replicarse. Y ya sea a base de oxígeno o de silicio o lo que
sea, debe tener un grado bastante alto de complejidad especificada. No hay
demasiadas ventanas a través de las cuales el universo podría llegar a tener ese
tipo de información, y eso es parte del argumento. Y estoy diciendo que, porque
hay información en la molécula de ADN, no veo ninguna razón en absoluto por
la que eso no pueda ser alguna evidencia de que hubo una mente detrás del
diseño del ADN, si estamos de acuerdo en que normalmente hay una mente
detrás de algún otro tipo de mensaje. [Aplausos]

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