Adquisicion Creditos Sin Recurso Por ND (IR) - (V. Valdez)
Adquisicion Creditos Sin Recurso Por ND (IR) - (V. Valdez)
Adquisicion Creditos Sin Recurso Por ND (IR) - (V. Valdez)
A LA RENTA DE LA ADQUISICIÓN
DE CRÉDITOS SIN RECURSO
POR SUJETOS NO DOMICILIADOS:
NATURALEZA DE LA OPERACIÓN,
REGLAS DE FUENTE APLICABLES
Y OTROS PROBLEMAS*
I. INTRODUCCIÓN
El objetivo del presente trabajo es analizar los efectos que se generan cuando
un sujeto no domiciliado adquiere un crédito de un sujeto domiciliado en
Perú, pagando un monto inferior a su valor facial y asumiendo el riesgo crediti-
cio del deudor cedido, con la consecuente obtención de rentabilidad por dicho
diferencial al momento de su cobro.
Desde una perspectiva legal, las operaciones de cesión de créditos pueden ser
*
Este trabajo fue actualizado en razón de la publicación de la Ley 30532, de fecha 31 de
diciembre de 2016.
**
Abogado por la Universidad de Lima. Cuenta con estudios de postgrado en Tributación
Internacional y en Derecho Financiero en la Universidad ESAN y en la Universidad del
Pacífico. Asimismo, cuenta con Certificaciones de Especialización en Mercado de Capi-
tales y en Instrumentos Financieros Derivados por el New York Institute of Finance. Ge-
rente de impuestos de la firma Ernst & Young (EY).
1
Publicada en el Diario Oficial El Peruano con fecha 31 de diciembre de 2016.
Un primer punto a analizar, de forma previa a abordar el tema central del pre-
sente trabajo, es la naturaleza legal de las operaciones de cesión de créditos
sin recurso. Al respecto, se tiene que dichas operaciones están reguladas, en
primer lugar, por el régimen previsto en el Artículo 1206 del Código Civil para
la cesión de derechos, cuyo tenor es el siguiente:
2
Vale la pena mencionar que esta disposición regula tanto las cesiones de créditos con re-
curso y sin recurso. Sin embargo, tratándose de operaciones de cesión de créditos con
recurso, resulta aplicable adicionalmente el Artículo 1213 del Código Civil, según el cual
si el cedente garantiza la solvencia del deudor, responde frente al cesionario dentro de los
límites del importe recibido y queda obligado al pago de los intereses y al reembolso de
los gastos de la operación propiamente dicha y de los que el cesionario haya realizado
para ejecutar al deudor, salvo pacto en contrario.
En esta misma línea, la doctrina civilista peruana ha señalado que “la cesión de
créditos a título oneroso no es otra cosa que una hipótesis calificada de
compraventa, es decir, aquel contrato que vale como “tipo” de negocio tras-
lativo oneroso. En consecuencia, el régimen de la cesión onerosa debe regirse,
salvo excepciones expresamente señaladas, por las reglas de la compra-
venta”.5
3
COLIN, Ambrosio y CAPITANT, Henri. Curso Elemental de Derecho Civil. Tomo Segundo,
Volumen II. Madrid, Reus, 1923, Pág. 465.
4
En este mismo sentido, AVENDAÑO ARANA sostiene respecto del Artículo 886 del
Código Civil que “el concepto de bien es más amplio; comprende a las cosas (bienes corpo-
rales) y a los derechos (bienes inmateriales). Este es el sentido de bien que utiliza el Código
Civil”.
5
BARCHI VELAOCHAGA, Luciano. “Comentario al Artículo 1206 del Código Civil”. En:
Código Civil Comentado. Tomo VI. Lima, Gaceta Jurídica, 2004, Pág. 359.
cluimos que, desde una perspectiva estrictamente legal, las operaciones de ce-
sión de crédito sin recurso constituyen supuestos de compraventa de
bienes muebles. En este sentido, en la cesión de créditos el adquirente (o
cesionario) de un bien mueble paga un precio, mientras que el cedente enajena
un bien mueble recibiendo una contraprestación.
En línea con la calificación legal antes desarrollada, desde la perspectiva del IR,
la cesión de créditos constituiría un supuesto de enajenación de bienes, sus-
ceptible de generar ganancias o pérdidas, dependiendo del valor por el cual se
efectúa la transferencia y el costo computable de los créditos enajenados.
Ello resulta del Artículo 20 de la LIR, según el cual la renta bruta se encuentra
constituida por el conjunto de ingresos afectos al impuesto que se obtengan
en el ejercicio gravable, precisando que “Cuando tales ingresos provengan de la
enajenación de bienes, la renta bruta estará dada por la diferencia existente
entre el ingreso neto total proveniente de dichas operaciones y el costo
computable de los bienes enajenados”.
En líneas generales, y sin perjuicio de otras situaciones que pueden dar lu-
gar a la tenencia de créditos, la titularidad sobre dicho tipo de bienes
puede derivar de:
Dicho diferencial se calcula aplicando sobre el valor facial del crédito una
tasa de descuento, la cual es determinada en función a diversos indicado-
res financieros (i.e., plazo entre la fecha de adquisición y vencimiento o
exigibilidad del pago de la deuda, riesgo crediticio del deudor, entre otros
aspectos), y representa:
Nótese que sería la cobranza o recuperación del crédito el evento que origi-
naría la ganancia para su adquirente. Asimismo, la cobranza del crédito ten-
dría como consecuencia la extinción del derecho crediticio. En otras palabras,
el cumplimiento de la obligación por parte del deudor cedido daría lugar a la
obtención de rentabilidad por parte de adquirente del crédito como conse-
cuencia de la realización del mismo. Desde nuestra perspectiva, ello supone la
obtención de una renta como consecuencia de la liquidación de una inversión
realizada por el adquirente del crédito, esto es, de un bien mueble. Al produ-
cirse un evento de realización con ocasión de la inversión, en nuestra opinión,
la rentabilidad obtenida por el tenedor del crédito constituiría un concepto
análogo a una ganancia por venta de bienes.
Pese a ello, en nuestra opinión, bajo la legislación vigente dicha calificación re-
sultaría cuestionable pues al no haber sido recogida por la LIR, es la naturaleza
legal de la operación lo que debe prevalecer para definir el tipo de renta obte-
nida por el inversionista. Sobre este último tema volveremos al referirnos a la
6
Al respecto, el segundo párrafo del inciso b.3) del numeral 11 de la Exposición de Moti-
vos del Decreto Supremo Nº 219-2007-EF señala que dentro de las operaciones com-
prendidas por dicho dispositivo se encuentran, entre otras, “las transferencias de créditos
en las que el adquirente del crédito es una entidad bancaria o financiera no domiciliada en
el país”.
7
En efecto, el numeral 3 de la Segunda Disposición Complementaria Final del Decreto Su-
Ahora bien, con relación a la calificación de las cesiones de créditos como ser-
vicios ordinarios, tenemos las siguientes observaciones:
Sin perjuicio de ello, tal como se indica en el numeral VII del presente do-
cumento, mediante la Ley 30532, vigente a partir del 1 de enero de 2017,
se ha reconocido la aplicación de las disposiciones previstas por el Decreto
Supremo Nº 219-2007-EF referentes al régimen de cesión de créditos. En
este sentido, al haberse aceptado mediante una norma de rango legal la
aplicación de dicho dispositivo, resulta razonable concluir que el vicio de
inconstitucionalidad antes mencionado ha quedado sin efecto a partir del 1
de enero de 2017.
premo Nº 219-2007-EF señala que los ingresos y gastos obtenidos por las partes que
participan en cesiones de créditos con recurso constituyen ingresos y gastos, respecti-
vamente, provenientes de servicios de financiamiento.
8
Este tema es desarrollado también por RAMIREZ-GASTON HORNY, Rolando y RAMI-
REZ-GASTÓN, Andrés. En: “Implicancias Tributarias en el Impuesto a la Renta de la ce-
sión de un crédito a favor de un sujeto no domiciliado”. En: X Jornadas Nacionales de De-
recho Tributario. Instituto Peruano de Derecho Tributario, Pág. 214.
• El Decreto cuantifica la renta obtenida por los sujetos que adquieran crédi-
tos en función a la diferencia entre el valor de adquisición y el valor nomi-
nal de los créditos adquiridos. No obstante, no se define qué debe enten-
derse por “valor nominal”, situación que obliga a recurrir a fuentes extrale-
gales para llenar dicho vacío. En la práctica, el concepto de “valor nomi-
nal” ha sido identificado con el valor actual del crédito en el momento en
que toma lugar la transferencia, esto es, el monto del capital pendiente de
pago más los intereses devengados no pagados hasta ese momento.
En este punto, cabe indicar que el análisis antes mencionado debía efectuarse
sobre la base de la calificación de las operaciones de cesión de créditos sin re-
curso, sea considerándolos como supuestos de venta de bienes muebles -cali-
ficación que respondería a su naturaleza legal-, o como servicios -calificación
que deriva de lo dispuesto por el Decreto Supremo Nº 219-2007-EF-.
En efecto, tal como señala la doctrina civilista, “la característica de los contra-
tos de servicios es que en ellos se compromete una prestación de actividad,
descrita según los intereses de las partes”.9
Ahora bien, el criterio de vinculación señalado por la LIR para definir si en es-
tos casos existe o no renta de fuente peruana es el lugar en que se llevan a
cabo las actividades que originan la renta. En nuestra opinión, tratándose de
servicios, dicha regla implica que para determinar si existe o no renta de fuente
peruana debe tomarse como referencia el lugar de ejecución del servicio. Ello,
a su vez, implica definir el lugar de ejecución de la prestación, o prestaciones,
que el prestador se compromete a realizar en favor del usuario.
9
DIEZ-PICAZO, Luis. Fundamentos del Derecho Civil Patrimonial. Volumen IV. Las particu-
lares relaciones obligatorias. Navarra, Editorial Aranzadi, 2010, p. 459.
En este mismo sentido, la doctrina nacional señala que “En todas las figuras contractuales
a las que aluden los Artículos 1756 y 1757 [que incluyen las modalidades nominadas e in-
nominadas de prestación de servicios], el aspecto común en el que incide el objeto del con-
trato es un quehacer humano (…)”. MURO ROJO, Manuel. “Comentario al Artículo
1757 del Código Civil”. En: Código Civil Comentado. Op. Cit., p. 127.
En efecto, tal como se indicó inicialmente, desde una perspectiva legal, los
contratos de cesión de créditos constituyen una hipótesis especial de compra-
venta. Por ende, las únicas prestaciones que derivan de tales operaciones son
la transferencia de la titularidad del crédito a favor del adquirente y el pago del
precio a favor del transferente.
En primer lugar, si bien -al igual que en cualquier relación jurídica bilateral- el
adquirente del crédito se encuentra obligado a ejecutar una prestación a favor
del cedente (pago del precio por la venta del crédito), esta prestación única-
mente retribuye la transferencia de la titularidad del crédito. Sin embargo, el
adquirente no realiza ninguna actividad o prestación en favor del cedente que
cause u origine la obtención de renta;10 ello se debe a que dicho pago corres-
10
En este sentido, en las Resoluciones del Tribunal Fiscal Nºs 4963-4-2003 y 1719-1-
2003, aunque referidas al IGV, el Tribunal Fiscal concluyó que la cesión de créditos sin
recurso no implica la ejecución de servicio alguno por parte del adquirente a favor del ce-
dente.
En todo caso, al ser el pago del precio la única prestación realizada por el ad-
quirente el crédito, podría sostenerse que corresponde analizar el lugar de eje-
cución del mismo para determinar la existencia de renta de fuente peruana.
Sin embargo, en nuestra opinión, dicha conclusión no sería correcta, pues im-
plicaría definir el tratamiento tributario de la operación no en función a su
sustancia económica, sino dependiendo del lugar en que el adquirente del
crédito decida realizar el pago de una obligación dineraria a su contraparte.
Además, determinar el lugar de ejecución del pago podría responder a diversos
criterios (i.e., lugar de ubicación de los fondos, domicilio del banco en al cual
se mantengan los fondos, entre otros criterios), los cuales escapan a la discu-
sión de fondo materia de análisis.
Cabe destacar que lo anterior resulta de la propia lectura del inciso b) del Ar-
tículo 9 de la LIR, cuyo tenor señala que se consideran rentas de fuente pe-
ruana:
Nótese que los tipos de rentas incluidos en el dispositivo antes transcrito son:
En suma, bajo el texto actual del inciso b) del Artículo 9 de la LIR, las rentas
obtenidas por sujetos no domiciliados como consecuencia de la explotación
y/o enajenación de bienes o derechos utilizados económicamente en Perú se
consideran renta de fuente peruana.
línea con ello, las adquisiciones de créditos por debajo de su valor facial, si
bien representan ganancias potenciales, éstas no resultan gravables en la
oportunidad de la adquisición de los créditos, pues en dicho momento aún no
constituyen rentas realizadas.
11
RAMIREZ-GASTON HORNY, Rolando y RAMIREZ-GASTÓN, Andrés. Op. Cit., Págs. 210
y siguientes.
En este orden de ideas, en la medida que el origen del pago a favor del
acreedor no son propiamente las acciones de cobranza que se realicen en
En líneas generales, la cita anterior permite inferir que cuando una renta
empresarial derive fundamentalmente de un bien, la regla de fuente del in-
ciso e) del Artículo 9 de la LIR vendrá determinada por el lugar de ubica-
ción del bien correspondiente, siendo éste el elemento definitorio para de-
terminar en qué lugar se entiende realizado el negocio. Por el contrario,
12
RAIMONDI, Carlos y ATCHANIBAN, Adolfo. El Impuesto a las Ganancias. Buenos Aires,
Depalma Ediciones, 2000, Pág. 106. Cabe indicar que la referencia al concepto de fuente
de dichos autores ha sido tomada como referencia por la SUNAT en oportunidades ante-
riores, como es el caso del Informe Nº 190-2013-SUNAT/4B0000, en el cual se absuelve
una consulta referida a la aplicación del criterio de vinculación previsto por el inciso b)
del Artículo 9 de la LIR a las rentas provenientes de la enajenación de bienes de capital y
de existencias.
cuando sea una actividad el elemento fundamental para obtener una renta,
pese a que medie un bien que sea producto o medio de dicha actividad,
será el lugar en que toman lugar dichas actividades (i.e., actos de adminis-
tración, control, decisión, comercialización y/o producción, entre otros) los
que definan el lugar de generación de la renta.
Entendemos que este ha sido el parecer también del legislador, que mediante
la Ley 30532, vigente desde el 1 de enero de 2017, ha incorporado a la LIR una
regla de fuente específica para las operaciones de cesión de créditos sin re-
curso. En efecto, la referida Ley se incorporó el inciso g) al Artículo 10 de la
LIR, cuyo tenor es el siguiente:
(...)
(…)”.13
13
El inciso g) del Artículo 10 de la LIR incorporado por la Ley 30532 incluye dos párrafos
adicionales, los cuales hacen referencia a la condición de cliente o deudor de vehículos de
inversión colectiva y a la condición de las personas naturales como deudores domicilia-
dos cuando se encuentren inscritos en el RUC. No nos referiremos a tales disposiciones
por motivos de espacio.
Nótese, entonces, que este primer supuesto de renta de fuente peruana se en-
cuentra fundamentado en la condición del sujeto que realiza la transferencia,
siendo el único elemento relevante para definir su aplicación el lugar de su
domicilio.
De acuerdo con el texto del inciso g) del Artículo 10 de la LIR, las ganancias
que reciben la calificación de renta de fuente peruana son “Las obtenidas por
las transferencias de créditos realizadas a través de operaciones de factoring u
otras operaciones reguladas por el Código Civil en las que el factor o adquirente
del crédito asume el riesgo crediticio del deudor (…)”.
La regla incorporada a la LIR califica como renta de fuente peruana la que de-
rive de las “transferencias de créditos”, situación que sería consistente con
operaciones en las que el transferente obtenga una renta como consecuencia
de la operación. Sin embargo, como adelantamos en acápites anteriores, y tal
como queda evidenciado por el propio Decreto Supremo Nº 219-2007-EF, en
las operaciones de cesión de créditos el transferente no obtiene ganancia al-
guna, sino que genera una pérdida. Por el contrario, el sujeto que obtiene la
ganancia es el adquirente del crédito, quien paga un valor descontado para
hacerse con la titularidad del mismo, y realiza su rentabilidad cuando se pro-
duce su cobranza.
En este sentido, si lo que se quería era establecer una regla de fuente para las
En efecto, si bien las reglas de base jurisdiccional establecidas por la LIR re-
sultan de suma importancia para definir cuando los contribuyentes no domici-
liados se encuentran sujetos a tributación en Perú -pues determinan qué ele-
mentos de renta se consideran de fuente peruana-, para que una renta sea
materia de gravamen efectivo, debe constituir una renta comprendida dentro
del ámbito de aplicación del IR. En otras palabras, para que se produzca un
gravamen sobre rentas obtenidas por sujetos no domiciliados, tales rentas de-
ben encontrarse dentro del ámbito de aplicación del IR y, además, ser califica-
das como rentas de fuente peruana. Si alguno de dichos elementos no se pre-
senta, el gravamen no resultará aplicable.
En el presente caso, la fórmula legislativa adoptada por la Ley 30532 hace re-
ferencia a rentas provenientes de la “transferencia de créditos” como supues-
tos de rentas de fuente peruana; mientras que en realidad el hecho que origina
la obtención de la rentabilidad en este tipo de operaciones no es la transferen-
cia, sino la adquisición y posterior cobranza o recuperación de los créditos ad-
quiridos. Este desfase, desde nuestra perspectiva, podría llevar a concluir que
incluso bajo la normativa actual no existe una regla que expresamente califica
la cobranza o recuperación de créditos por parte de sujetos no domiciliados
como supuestos de renta de fuente peruana.
No obstante, la fórmula legislativa utilizada para tal fin adolece de fallas técni-
cas importantes, las cuales podrían dificultar su aplicación efectiva. En nuestra
Sin perjuicio de las discrepancias que podamos tener con relación a lo seña-
lado en el texto transcrito, bajo la calificación de las rentas provenientes de la
adquisición y recuperación de créditos como rentas originadas en servicios,
tratándose de operaciones realizadas por sujetos no domiciliados, la tasa del
IR aplicable sería siempre de 30%, tanto para personas naturales como para
personas jurídicas.
14
Cabe añadir que el gravamen anterior no variaría incluso si las cesiones de créditos fueran
tratadas como supuestos de venta de bienes, pues la recuperación del crédito se encon-
traría dentro de la categoría de “otras rentas” -dada la ausencia de una tasa específica
para tales casos-, resultando aplicable, nuevamente, la tasa de 30% tanto para personas
naturales como jurídicas.
15
Esta situación ya había sido aclarada por la Administración Tributaria en el Informe Nº
319-2005-SUNAT/2B0000.
En efecto, el Articulo 263 de la Ley de Títulos valores señala que los valores
representativos de obligaciones -esto es, los bonos, papeles comerciales y
otros valores representativos de deuda- incorporan una parte alícuota de un
crédito colectivo concedido al emisor, quien mediante su emisión y colocación
reconoce deudas a favor de sus tenedores.
16
MONTOYA MANFREDI, Ulises. Comentarios a la Ley de Títulos Valores. IDEMSA, 2012,
Págs. 858 y 859.
Esta situación resulta de especial interés para efectos del presente análisis.
Volvamos a la situación en la cual un inversionista suscribe un bono cupón
cero -situación que se asemeja de forma sustantiva a las adquisiciones de
créditos que no devengan interés-. Dicho inversionista efectuará la suscrip-
ción pagando un valor descontado con relación al valor nominal del bono. La
rentabilidad de este inversionista vendrá determinada por la diferencia entre el
monto pagado en la suscripción del bono y su valor nominal, que sería reci-
bido con ocasión del vencimiento del bono.
Para efectos legales peruanos, si bien no se ha previsto una regla que califique
expresamente los rendimientos de este tipo de inversiones como intereses, di-
cha calificación resulta del concepto de interés previsto por el Artículo 26 de la
LIR, según el cual: “En todo caso, se considerará interés, la diferencia entre la
cantidad que recibe el deudor y la mayor suma que se devuelva, en tanto no se
acredite lo contrario”.
17
WEISS, David. Financial Instruments. Equities, Debt, Derivatives and Alternative Invest-
ments. New York, Portfolio, 2009, Págs. 106 y 107.
18
FREELAND, James, LATHROPE, Daniel, LIND, Stephen y STEPHENS, Richard. Fundamen-
tals of Federal Income Taxation. New York, Foundation Press, 2004, Pág. 850.
adquisición de bienes muebles, en nuestra opinión, para efectos del IR, la na-
turaleza económica de tales operaciones debería prevalecer, estableciéndose
que las rentas obtenidas por los adquirentes de créditos en cesiones sin re-
curso constituyen intereses. Esto último con el propósito de que las rentas
obtenidas por sujetos no domiciliados en este tipo de transacciones puedan
acceder a la tasa reducida de 4.99%, carga fiscal equivalente a la que resulta
aplicable a las rentas por concepto de intereses obtenidas por inversionistas
del exterior al invertir en instrumentos crediticios.
Un tercer punto está determinado por la forma de pago del IR sobre la ganan-
cia obtenida por el sujeto no domiciliado en la cobranza del crédito adquirido.
La Ley 30532, pese a haber incorporado a la LIR un criterio de fuente aplicable
a este tipo de operaciones, no ha establecido mayor regulación sobre la forma
de pago del IR.
negociable.
En el marco de una relación crediticia puede ocurrir que el deudor cumpla par-
cialmente con el pago de una obligación dineraria en un momento específico,
cumpliendo con pagar el diferencial en un momento posterior.
Pago parcial 50
Imputación a inversión
Inversión por recuperar (80 - 50) 30
Rentabilidad esperada (no gravada) 20
Imputación a renta
Rentabilidad obtenida (gravada) 20
Inversión por recuperar (80 - 30) 50
En nuestra opinión, lo correcto en estos casos sería que los pagos parciales re-
cibidos por el acreedor se imputen primero a la recuperación de la inversión
realizada y luego a la ganancia. Ello por cuanto la recepción de un pago parcial
que no cubre el total de la inversión efectuada por el no domiciliado en la
compra del crédito implica una situación de riesgo sobre la recuperación del
diferencial, al ser aún incierto el momento en que se recibiría dicho monto.
Asimismo, si se aplicara un gravamen sobre un pago parcial inferior al valor de
adquisición, se gravaría una renta aún no realizada por parte del inversionista,
la cual en condiciones regulares sólo se generaría con el pago del íntegro del
crédito por parte del deudor.
1. Para efectos civiles, los créditos constituyen bienes muebles. Por lo tanto,
la cesión de créditos constituye una hipótesis especial de compraventa de
bienes muebles, naturaleza que es reconocida por la doctrina civil.
de ilegalidad ha cesado.
Este criterio tiene como propósito calificar como renta de fuente peruana a
las rentas obtenidas por sujetos no domiciliadas cuando: i) adquieran
créditos de cedentes no domiciliados; o, ii) adquiriendo créditos de ceden-
tes no domiciliados, el deudor cedido sea un sujeto domiciliado en Perú.
8. En nuestra opinión, existe sustento técnico para gravar las ganancias obte-
nidas por sujetos no domiciliados en operaciones de cesión de créditos,
razón por la cual es acertada la incorporación de un criterio de fuente para
este tipo de operaciones. Sin embargo, consideramos que existen diversos
espacios de mejora en la regulación aprobada.
11. Existen temas que no han sido abordados por la Ley 30532, pese a su im-
portancia, como es la designación de agentes de retención respecto del IR
de cargo de sujetos no domiciliados que obtengan rentas de fuente pe-
ruana en operaciones de cesión de créditos, así como los efectos de los pa-
gos parciales por parte del deudor cedido. Se recomienda efectuar modifi-
caciones a la normativa de la LIR con el propósito de abordar estos temas.