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Tema 3 Fracturas

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TEMA 3 GEOLOGÍA ESTRUCTURAL-SRT

FRACTURAS: MICROFRACTURAS, DIACLASAS Y FALLAS


MICROFRACTURAS, CONCEPTOS BASICOS, NATURALEZA.
La palabra ¨fractura¨ ha sido definida en varias formas por diversos autores, algunos puramente
descriptivos, otras en relación con su origen y otras más enfocadas al aspecto mecánico.
La palabra Fractura proviene del latín fractus, que significa “quebrar” y se ha empleado para
referirse a las superficies discretas que segmentan o dividen en bloques a rocas y minerales en la
naturaleza; estas definen superficies de baja cohesión. Son el resultado del comportamiento
quebradizo de los materiales. Los mecanismos que explican la génesis de las principales familias
de fracturas son: por la concentración de esfuerzos en zonas de contraste composicional (contactos
de capas, cambio de facies, discordancias), esfuerzos de cualquier tipo durante deformación
contraccional o extensional, fuerzas de cizalla o de corte, pérdida de carga, pérdida de volumen
(compactación), enfriamiento, por efecto de la diagénesis, actividad biológica entre otros.
La tenacidad o cohesión es el mayor o menor grado de resistencia que ofrece un mineral a la rotura,
deformación, curvatura, aplastamiento o pulverización. Se distinguen las siguientes clases de
tenacidad: frágil, maleable, dúctil, flexible y elástico. Algunos minerales tienen a la vez varias clases
de tenacidad, ejemplo del oro, plata y cobre, que son dúctiles además de maleables.
Una fractura natural en una roca corresponde con una discontinuidad macroscópica planar que ha
sido resultado de esfuerzos que han excedido la resistencia a la ruptura. En general una falla o
fractura son producto de la deformación frágil en cualquier tipo de roca.
Una fractura de yacimiento es la ocurrencia natural de una discontinuidad en forma macroscópica
o microscópica de allí el microfracturamiento, con tendencia a seguir un microplanos en la roca,
generado durante el proceso de deformación o diagénesis. Por razones prácticas, se asume que
inicialmente están abiertas y subsecuentemente pueden o no ser alteradas y mineralizadas; es por
esto que pueden tener un efecto positivo o negativo en la capacidad de permitir el flujo de fluido a
través de la roca.
Morfología de las fracturas.
Un factor importante que determina en gran parte la porosidad y permeabilidad de las fracturas, es
la morfología de los planos de fractura. La morfología relaciona la forma natural de las fracturas y
por sus características, se han clasificado en fracturas abiertas, deformadas, rellenas de mineral y
las fracturas por cavidades.
Fracturas abiertas. Este tipo de fracturas se caracterizan por no presentar material diagenético en
el espacio entre las paredes de la fracturas, por tal razón no se encuentran cementadas y en
consecuencia no contienen algún tipo de mineralización secundaria, el ancho de la fractura es muy
pequeño, probablemente del tamaño de poro, pero incrementan significativamente la permeabilidad
paralelamente a la fractura y por otra parte hacen que decrezca la permeabilidad
perpendicularmente.
La porosidad en este tipo de fracturas es importante y pueden funcionar como conductos abiertos
por donde pueden fluir los fluidos.
La permeabilidad es función de la separación inicial de las fracturas, lo que depende de la
componente normal del esfuerzo efectivo in-situ con respecto al plano de fractura, de la rugosidad
del área de contacto entre las paredes de la fractura. Este tipo de fractura se evidencia en
afloramientos por pigmentación color oxido que se disemina en bandas paralelas a la fractura. Estas
características denotan el flujo de agua subterránea a lo largo de los planos de fracturamientos.
En lámina delgada las fracturas abiertas reflejan poca deformación asociada, esto se determina
bajo observaciones en el microscopio electrónico de barrido.

Fracturas abiertas en la parte superior izquierda y fracturas


totalmente llenas, en caliza tipo mudstone bioclastica, Prof. 5619.42 m.

Las fracturas angostas y abiertas permiten la migración fácil de cualquier fluido (una fractura de
0.025 mm, puede permitir la fuga de 150 MBA? en 1000 años).
Fracturas deformadas. Este tipo de fracturas involucra a las que inicialmente fueron abiertas en
su formación y han sido subsecuentemente alteradas por deformación. Dentro de este tipo se
encuentran las fracturas de desgarramiento y relleno y las de lados deslizados. Los
desgarramientos ó socavaciones, son cubiertos por material fino producto de los procesos de
abrasión, trituramiento y deslizamiento. Esto reduce drásticamente la permeabilidad.
Los lados deslizados generan superficies que son resultado del movimiento friccional dentro de la
fractura o plano de falla, creando superficies pulidas y estriadas. Estas incrementan la
permeabilidad paralela y reducen la permeabilidad perpendicular con respecto al plano de
fracturamiento; pueden ser causantes de una gran anisotropía.
A) Fracturas de desgarre y relleno. El gauge o salbanda, es el material fino resultado de la
abrasión entre las paredes de la fractura al haber deslizamiento, contacto y desprendimiento de
material entre las rugosidades de cada pared.
El desplazamiento de masas de roca a lo largo de un plano de fractura forma cataclasis o
granulación entre los granos en contacto a través de la fractura, afectando a los granos de varios
tamaños en una zona cercana a la fractura reduciendo la porosidad y la permeabilidad, debido a
que este material de relleno finamente triturado puede poseer alta saturación de agua e impedir el
flujo de hidrocarburos.
b) Fracturas en planos de deslizamiento o lados alisados. Un lado alisado es una superficie
pulida o estriada que fue resultado de un deslizamiento friccional a lo largo de la fractura o plano
de falla.
Su desarrollo involucra tanto pulverización como cataclasis en la roca huésped, o la creación de
vidrio por mezcla de granos de cuarzo, debido a deslizamiento friccional a lo largo de la superficie
de la fractura. Como resultado de esta deformación hay reducción de la permeabilidad en la
dirección perpendicular a la superficie deslizada, e incremento en dirección paralela a las
superficies de las paredes emparejadas ó alisadas.
Fracturas rellenas de mineral. Estas fracturas son aquellas que han sido rellenas por una
mineralización secundaria o díagenética. Principalmente por cuarzo o calcita, o ambos; esta
mineralización puede llenar completa o parcialmente las fracturas.
Considerando esto, las fracturas resultan ser formidables barreras de la permeabilidad. Por otra
parte pueden tener un efecto positivo en la recuperación de hidrocarburos al evitar el cierre parcial
o total de la fractura. Son importantes en la predicción y cuantificación del flujo, pero
afortunadamente no siempre las fracturas están cerradas.
Fracturas por cavidades o vugulos. Este tipo de fracturas no son en realidad una parte
morfológica de la fractura, más bien son el resultado de la alteración de la matriz alrededor de la
fractura. Se producen por la circulación de aguas ácidas, percolladas a través de las grietas en las
rocas carbonatadas, disolviéndolas y dando lugar al desarrollo de formas kársticas.
Los karst pueden formar vugulos, cavernas y cauces de ríos subterráneos; también generan
porosidad y permeabilidad significativa creadas por la forma amplia de las cavidades desarrolladas,
las cuales son muy importantes en los grandes yacimientos carbonatados del mundo.
La diagénesis (griego «origen»), es el conjunto de procesos de formación de una roca sedimentaria
a partir de sedimentos, tales como compactación, recristalización o cementación. La diagénesis se
produce en el interior de los primeros 5 o 6 km de la corteza terrestre a temperaturas inferiores a
150-200 °C; más allá se considera ya metamorfismo.

RELACION CON TRAMPAS DE HC


Características particulares entre las relaciones de la microestructura interna de los
minerales con la propagación de las microfracturas por aspectos diagenéticos.
Una parte esencial en el entendimiento de los patrones de microfracturamiento, es la apreciación
de los procesos químicos en el crecimiento de los sistemas de fracturas del modo abierto.
Para fracturas en rocas sedimentarias dentro de ambientes diagéneticos (1,000– 6,000 m de
profundidad), se tiene que las fracturas representan nueva superficie de roca, creada por altas
presiones en condiciones de elevadas temperaturas y con la presencia de fluidos reactivos. Estas
características controlan la precipitación y disolución de minerales. Estos efectos díagenéticos
pueden ser significativos en lo referente a los atributos de las fracturas y su crecimiento. Las
observaciones en los análisis de núcleos han mostrado que las fracturas desarrolladas en estos
ambientes, típicamente contienen al menos un cementante antigénico. Aunque la evolución de
reacciones díagenéticas y los procesos mecánicos del fracturamiento y sus efectos en los atributos
de las fracturas siguen siendo poco conocidas.
Tratando de ilustrar la importancia entre la interacción de los procesos mecánicos y diegeneticos,
se han realizado estudios en areniscas durante el proceso del crecimiento del microfracturamiento,
encontrándose que dentro de los granos minerales de las rocas, se forman numerosos
rompimientos o ¨cracks¨ individuales y eventos de precipitación de cementante. Estos rompimientos
describen una Pequeña flexión o extensión alineados y expandiéndose hacia afuera, por lo que se
ha denominado Textura crack-seal.
Esquema que muestra las caractterísticas asociadas con el
mecanismo crack-seal, El espaciamiento de las bandas de inclusiones es de 50 μm. (Ramsay, 1980).
(Tomado de Laubach, 2004).Esta se asocia con la porosidad de fracturamiento. Una de las
características asociadas con el mecanismo crack-seal, son los patrones de inclusiones en series
de fragmentos de granos paralelos a la dirección del desplazamiento. Los fragmentos de diferentes
granos definen las bandas de inclusiones, las cuales presentan un arreglo perpendicular a la
dirección de desplazamiento y estas bandas son formadas durante el mismo proceso de
crecimiento. En las figuras, se distinguen fracturas alineadas en granos de cuarzo dentro de
areniscas y formado por numerosos rompimientos o ¨cracks¨ individuales y eventos de precipitación
de cementante. En la derecha, los granos de cuarzo y el cemento componen casi la totalidad de la
imagen, los fragmentos no luminiscentes son feldespato y las áreas en color verde son fragmentos
de roca. La muestra es una arkosa, de la formación, Wind river, Wyoming, USA

Propiedades de las fracturas que afectan el comportamiento de los yacimientos petroleros.

La investigación del fracturamiento generalmente se enfoca en 4 aspectos:


1- En el estudio de la distribución y geometría de sistemas fracturados.
2- En el estudio de la superficie de la fractura.
3- En conocer los mecanismos de formación.
4- En determinar su relación genética con otras estructuras.
Una vez que el origen y forma del sistema de fracturamiento ha sido determinado en el yacimiento,
la secuencia de estudio sugiere la identificación de las propiedades petrofisicas de los sistemas
roca–fractura; esto involucra la caracterización del sistema de fracturas en términos de la
morfología física, distribución y estimación de las propiedades petrofísicas del yacimiento
(porosidad, permeabilidad, saturación etc.), las cuales en forma directa son condicionadas por las
características de los sistemas de fracturamiento.
Las fracturas son estructuras comunes en la mayoría de las formaciones de roca que tienen
comportamiento frágil, tanto en el subsuelo como en afloramientos. El carácter físico de estas
fracturas esta dictaminado por el modo de origen, carácter mecánico de la roca en cuestión
y los procesos díagéneticos que experimenta el subsuelo. La combinación de estos factores
en el desarrollo de las fracturas, pueden ya sea incrementar o hacer decrecer, la porosidad y la
permeabilidad. Pero es solo cuando las fracturas ocurren con suficiente espaciamiento y longitud
que afectan el flujo de los fluidos y resultan importantes en la precisión para evaluar un efecto
positivo o negativo en un flujo dado.
Definitivamente es importante conocer las propiedades del flujo del fluido dentro de una fractura
representativa individual y en qué forma algunas de estas fracturas con orientaciones y
dimensiones particulares, existen dentro de un volumen de un yacimiento dado. Por esto,
aunado a la determinación petrofísica normal realizada para la matriz de fractura en la roca (figura
ste); que es el espacio de la roca donde la fractura reside, esto es también necesario para conocer
las propiedades del sistema de fracturamiento en el yacimiento y poder determinar si afectan
ventajosa o desfavorablemente el flujo de fluidos a través de estas y cómo cambian con respecto
a la profundidad. Puesto que mecánicamente el resultado con el incremento de la profundidad es
el cierre de las fracturas y en consecuencia el agotamiento del yacimiento.

Imagen en catodoluminiscencia en color mostrando el centro de una


macrofractura. El área de la imagen es de aproximadamente de 12 mm². Se observan granos de cuarzo
dentro de una cuarzoarenita cementada, con una profundidad de 3008.8 m, del Cretácico. Formación Travis
Peak Texas.

Las cuatro determinaciones petrofísicas más utilizadas en la evaluación son, en incremento de la


dificultad de evaluación:
1.- Permeabilidad de la fractura. Cuando hay un solo tipo de fluido fluyendo a través del medio
poroso, que satura 100% espacio poroso y el fluido es aire o agua, se conoce como permeabilidad
absoluta o específica. Sin embargo, cuando hay más de un fluido presente en la roca inmicibles,
la permeabilidad de cada fluido se fracciona porque otro también está moviéndose en la roca se
conoce como "permeabilidad efectiva". La relación de la permeabilidad efectiva del fluido con la
permeabilidad absoluta obtengo la permeabilidad relativa y es siempre menor a 1
2.- Porosidad de la fractura.
3.- Saturación de fluidos dentro de las fracturas.
4.- El factor de recuperación esperado del sistema de fracturamiento.
Los datos más utilizados para estas determinaciones son derivados ya sea del análisis de
muestras de núcleos, testigos o core, de pruebas simples o múltiples; también de datos
derivados de los registros geofísicos de pozos. De acuerdo a Aguilera, 1980, los análisis de
núcleos son recomendables por dos circunstancias.
Las muestras son relativamente largos volúmenes de roca y así potencialmente muestran
fracturas de yacimiento separadas con más regularidad.
Las muestras se pueden realizar análisis convencionales de permeabilidad en tres dimensiones
(vertical, máximo horizontal y horizontal a 90* con respecto a la máxima permeabilidad horizontal).
Estos análisis no solo permiten determinar la permeabilidad absoluta en la fractura o fracturas
en condiciones de superficie, también nos puede representar la anisotropía desarrollada durante
la presencia de estas fracturas. En adición, los tapones correlaciónables fracturados ó no
fracturados tomados de las muestras de núcleos pueden ser sujetos a pruebas de medición de la
variación de las propiedades de las fracturas y la matriz, bajo condiciones simuladas de
sepultamiento. Estas se realizan en pruebas de presión confinada bajo una variedad de
combinaciones de cargas en condiciones simuladas a las del subsuelo.
La determinación de la permeabilidad del fracturamiento bajo condiciones de presión confinada son
importantes porque las fracturas abiertas son en general originan una mayor permeabilidad
absoluta que la matriz; pero las fracturas son mucho más compresibles y por eso presentan una
reducción de la porosidad y la permeabilidad mucho más rápidamente que la matriz.
Las muestras de núcleos pueden también ser utilizadas en pruebas de inyección de mercurio y
saturación de fluidos, para pruebas de permeabilidad relativa. Estas pruebas se deben efectuar
en material fracturado y no fracturado, siendo considerada la diferencia entre ambos resultados
como una medida de la distribución del espesor de fracturamiento. En las pruebas de inyección de
mercurio (el espesor de la fractura es análogo al tamaño de garganta de poro), se observan las
variaciones en la saturación del fluido.
Espaciamiento del fracturamiento. El espesor de la fractura junto con el espaciamiento de la
fractura, son parámetros cuantitativos importantes de un sistema de fracturamiento, siendo
necesarios para predecir la porosidad y permeabilidad dentro de un yacimiento.
El espaciamiento en diferencia al espesor de las fracturas en el subsuelo es más difícil de observar
directamente, en tanto el espaciamiento de estas fracturas puede cuantificarse directamente y
puede no cambiar aun cuando el yacimiento sea perturbado. El espaciamiento de las fracturas se
define como el promedio de la distancia entre las fracturas regularmente espaciadas medidas
perpendicular ó paralelamente al sistema de fracturamiento o con una orientación dada.

Clasificación de los yacimientos fracturados.


Una vez que el origen, continuidad y propiedades de las fracturas dentro de un yacimiento han sido
determinadas y la interacción del flujo entre la fracturas y la matriz, han sido investigadas, el
yacimiento puede ser clasificado bajo la base de que efectos positivos provee el sistema de
fracturamiento en general a la calidad del yacimiento. La siguiente clasificación (fig.), ha sido
desarrollada por Nelson 2001, para los yacimientos naturalmente fracturados.
Tipo 1. Las fracturas proveen la porosidad y permeabilidad esenciales en el yacimiento.
Habitualmente poseen áreas de drenaje grandes por pozo y requieren menos pozos para su
desarrollo. Estos yacimientos muestran regímenes de producción iníciales altos pero también están
sujetos a rápida declinación de la producción, irrupción temprana de agua y dificultades en la
determinación de las reservas.
Tipo 2. Existe baja porosidad relativamente, pero las fracturas proveen la permeabilidad esencial
del yacimiento. Pueden tener regímenes de producción iniciales sorprendentemente buenos, para
una matriz de baja permeabilidad, pero pueden presentar dificultades durante la recuperación
secundaria si la comunicación existente entre la fractura y la matriz es pobre.
Tipo 3. Estos yacimientos poseen alta porosidad y pueden producir sin fracturas y se podría decir
que estas asisten a la permeabilidad cuando ya está produciendo. Comúnmente son más continuos
y poseen regímenes de producción sostenidos buenos, pero pueden exhibir relaciones complejas
de permeabilidad direccional, generando dificultades durante la fase de recuperación secundaria.
Tipo 4. Las fracturas no proveen porosidad ni permeabilidad adicional pero crean una anisotropía
significante en el pozo generando barreras al flujo. La permeabilidad y porosidad se graficaría
próxima al origen porque la contribución de las fracturas a la permeabilidad en dichos yacimientos
es negativa.
Tipo M. Poseen alta porosidad y permeabilidad matricial. De manera que las fracturas abiertas
pueden mejorar la permeabilidad pero las fracturas naturales pueden servir en ocasiones como
barreras. Poseen cualidades impresionantes en lo que respecta a la matriz pero a veces se
encuentran compartimentalizados (divididos en compartimentos), lo que hace que su desempeño
sea inferior a las estimaciones de producibilidad iniciales y que la efectividad de la fase de
recuperación secundaria sea variable dentro del mismo campo.
Tipo G. Creada para los yacimientos de gas fracturados no convencionales y se asemejan a los
del tipo 2.
Los primeros tres tipos describen atributos positivos del sistema de fracturas en el yacimiento con
régimen de producción muy buenos, el cuarto es importante por su inherente flujo anisotropíco y
las diferencias que genera en el yacimiento.
La figura representa los campos de clasificación de los yacimientos naturalmente fracturados, los
cuales dependen de la relación entre la porosidad y permeabilidad propias del yacimiento. Entre
las ventajas de esta clasificación es que delinea los parámetros del sistema de fracturamiento, lo
cual es muy importante para cuantificar un yacimiento particular y nos permite la predicción del
tipo de problemas de producción, de algún yacimiento semejante.
Recuperación secundaria es la segunda etapa de producción de hidrocarburos durante la cual un
fluido externo, como agua o gas, se inyecta en el yacimiento a través de pozos de inyección
ubicados en la roca que tengan comunicación de fluidos con los pozos productores. El propósito de
la recuperación secundaria es mantener la presión del yacimiento y desplazar los hidrocarburos
hacia el pozo. Las técnicas de recuperación secundaria más comunes son la inyección de gas y la
inundación con agua. Normalmente, el gas se inyecta en el casquete de gas y el agua se inyecta
en la zona de producción para barrer el petróleo del yacimiento. Durante la etapa de recuperación
primaria, puede comenzar un programa de mantenimiento de la presión, pero es una forma de
recuperación mejorada. La etapa de recuperación secundaria alcanza su límite cuando el fluido
inyectado (agua o gas) se produce en cantidades considerables de los pozos productores y la
producción deja de ser económica. El uso sucesivo de la recuperación primaria y la recuperación
secundaria en un yacimiento de petróleo produce alrededor del 15% al 40% del petróleo original
existente en el lugar.
DIACLASAS: FAMILIAS Y SISTEMAS. CLASIFICACION
Diaclasas (Joints): Fracturas que muestran pequeños desplazamientos normales a su superficie
o muy pequeño paralelo a su superficie, por lo que su apertura es limitada y no contienen cemento
cristalino o bien no muestran desplazamiento. Se generan principalmente por esfuerzos tensiónales
y de cizalla, en respuesta a movimientos mayores de la corteza terrestre, también se desarrollan
en la superficie y pueden ser resultado del intemperismo. Son planos de ruptura que dividen el
cuerpo de roca, sin que se verifique en dichos planos movimiento entre las partes resultantes.
Puede ocurrir movimiento perpendicular a los planos de diaclasa, no muy grande, en cuyo caso se
denominan diaclasas abiertas. Comúnmente tienen una orientación paralela entre sí, siendo en
muy pocos casos de orientación aleatoria y mayoritariamente se encuentran con un espaciado entre
mm a cm entre sí. Si son numerosas las diaclasas que es lo más común constituyendo juegos o
familias de diaclasas (set).
A menudo en un cuerpo de roca hay dos (set diaclasas conjugados) o más orientaciones preferidas,
constituyendo un sistema de diaclasas (system).

CLASIFICACIÓN DE DIACLASAS, SISTEMÁTICAS Y NO SISTEMÁTICAS.


Diaclasas sistemáticas: Son aquellos grupos de diaclasas que poseen geometría con un patrón
definido y son paralelas o subparalelas unas a otras, manteniendo un espaciado aproximadamente
regular entre ellas. Dos o más juegos de diaclasas presentes en un afloramiento o cartografiadas
en un mapa. Cuando existen dos o más familias de diaclasas que afectan el mismo volumen de
roca y se intersectan formando ángulos más o menos constantes y geometrías semejantes, La
figura muestra las principales formas tipo de los sistemas de diaclasas; dentro de los que destacan
los ortogonales, conjugados, irregulares y sigmoidales.
Diaclasas no sistemáticas o irregulares: Diaclasas curvas o planas de geometría y distribución
irregular sin un patrón, pueden ocurrir en distintas longitudes. En la figura arriba, se ilustra la
disposición espacial distintiva entre las diaclasas sistemáticas y diaclasas no sistemáticas.
Las diaclasas tienen gran importancia práctica, ya que determinan en gran parte las propiedades
geomecánicas y la porosidad de origen tectónico de un macizo rocoso. Por ello tienen un
significado inmediato en minería y en labores a tajo abierto, en canteras, diseño de obras
ingenieriles, circulación de aguas subterráneas, reservorios de hidrocarburos y circulación de
fluidos hidrotermales y depósitos minerales; obras civiles de mangnitud, estabilidad de taludes en
carreteras, entre otras.
Son las estructuras tectónicas más comunes en la superficie terrestre, presentándose en una
gran variedad de rocas y ambientes tectónicos. Ellas afectan profundamente la fisiografía de la
superficie terrestre, por ejemplo a través del control sobre el trazado de las costas y el diseño de
las redes de drenaje.
Clasificación s/ su longitud: a- Diaclasas maestras o principales. b- Diaclasas mayores. c-
Diaclasas menores.
Así por ejemplo se definen como diaclasas principales aquellas diaclasas que atraviesan varias
unidades litológicas y pueden ser mapeadas por varias decenas o cientos de metros o kms. Las
diaclasas mayores son aquellas que presentan un orden de magnitud menos que las diaclasas
principales, pero que todavía presentan un aspecto muy definido. Las diaclasas menores son, como
su nombre lo indica, de menor importancia y orden macroscópicas.
En cuanto a su importancia relativa o frecuencia de diaclasamiento se distinguen diaclasas
principales o primarias cuando un determinado sistema de diaclasas presenta mayor frecuencia y
extensión; otro sistema menos importante en cuanto a frecuencia y extensión se denomina
secundario. Frecuencia: Número de planos de diaclasas intersecados por una línea
perpendicular.
Densidad: Número de diaclasas contenidas en una unidad de área. Espaciamiento: Distancia
promedio entre los diferentes planos de fracturas, reconocidos a lo largo de una distancia
determinada o unidad.
La clasificación de diaclasas puede ser geométrica o genética. La clasificación geométrica
hace referencia a la disposición de los planos de diaclasas respecto a otros planos estructurales,
ejemplo estratificación. Son diaclasas de rumbo verticales o inclinadas aquellas cuyo rumbo es
paralelo al rumbo de los planos de estratificación. Son diaclasas de rumbo inclinación las que
tienen rumbo paralelo a la dirección de inclinación de estratificación (Figura). Son diaclasas
oblicuas o diagonales aquellas cuyo rumbo no coincide ni con el rumbo ni con la inclinación de
estratificación y pueden ser verticales o inclinadas. Sistemas conjugados de diaclasas de cizalla
asociados a pliegues.

En sucesiones plegadas son comunes diaclasas de tensión verticales, un juego perpendicular al


rumbo de los ejes y otro juego paralelo a los planos axiales, Figura ste. Las diaclasas de cizalla
asociadas a pliegues forman sistemas conjugados, consistentes en dos juegos que se intersectan
con ángulos de aproximadamente 60°. En el caso de esfuerzos compresivos de dirección Este-
Oeste (σ1), los pliegues son de ejes Norte-Sur y hay dos posibles soluciones ante la acción de las
fuerzas actuantes, de acuerdo con la dirección de alivio que se produzca (σ3). Si el esfuerzo
principal mínimo (σ3) fue Norte-Sur se desarrolla el sistema de diaclasas verticales oblicuas de
rumbo NO-SE y NE-SO (Fig. A, tipo I). La otra posibilidad es que (σ3) se disponga en dirección
vertical, con desarrollo del sistema de diaclasas de Rumbo inclinadas aproximadamente a 45° al
Este y Oeste (Fig. B, Tipo IV).
Tipo I,s1 Dirección de buzamiento, s3 paralelo al Rbo y s2 vertical.
Tipo II, s1 en el rbo, s3 en la Dir Buz y s2 vertical.
Tipo III, s1 en la vertical, s3 en Dir Buz y s2 paralelo al rumbo.
Tipo IV, s1 en dir buzamiento, s3 en la vertical y s2 paralelo al rumbo.
En gráfico arriba indica tipo de diaclasas según los esfuerzos, a) tipo I, b) tipo II, c) tipo III y d) tipo
IV
La clasificación genética requiere de un relevamiento integral de estructuras, que eventualmente
permite interpretar cada juego como respuesta a un determinado esfuerzo, ejemplo diaclasas de
tensión, o diaclasas de cizalla.
Diaclasas plumosas o de cizallamiento (feather joint, pinnate shear): Se forman en el medio de
una falla o zona de falla. El campo de fuerzas provoca una cierta expansión adentro de la zona de
falla; las estructuras expansivas que se forman tienen una forma característica sigmoidal, es decir,
de una "S", ver figura. Frecuentemente estas estructuras se rellenan con calcita o cuarzo. Las
diaclasas plumosas o sigmoidales entonces se pueden agregar al listado de los indicadores directos
de fallas.
Se muestra un diagrama del desarrollo de diaclasas plumosas de cizalla; durante un movimiento
producido por téctonismo, se pueden abrir pequeñas fracturas sigmoidales, las cuales se rellenan
con calcita, yeso o cuarzo. La forma es siempre como un "S" y en dimensiones entre milímetros
hasta metros o centenares de mts.
Éstas estructuras son muy importantes en ambientes hidrotermales con los fluidos mineralizados
portadores de metales de interés económico que quedan atrapados en dichas estructuras
distensivas.
PARAMETRO CARACTERISTICAS
Orientación Representación mediante histogramas circulares de rumbos y buzamientos y/o mediante
proyecciones estereográficas
Espaciamiento Distancia promedio entre los diferentes planos de fracturas reconocidos a lo largo de un
segmento de medición (semejante a frecuencia)
Persistencia Muy baja < 1m
Baja 1-3 m, Media 3-10 m, Alta 10-20 m, Muy alta > 20m
Rugosidad Características micromorfológicas de las caras de un plano de fractura: Alta – media - baja
Apertura: Cerradas < 0.5 mm, Abiertas 0.5-> 10 mm, Muy abiertas > 10 mm
Relleno Arcilla, carbonatos, sílice, sin relleno, etc.
Sellamiento Sellada, no sellada, con humedad o flujo de líquido
Número de sets Cantidad de juegos de fracturas según orientaciones.
Tamaño de bloques: Muy pequeño < 1 cm3, Pequeño 1-10 cm3, Medio 10 cm3-1 m3, Grande 1-3 m3
Muy grande mayor a 3 m3
Diaclasas en columnas ejemplo de origen no tectónica o disyunción columnar: Fracturas de extensión,
en rocas intrusivas someras tabulares, diques, sills o flujo extrusivo espeso como basaltos, perpendicular al
contacto del cuerpo ígneo por pérdida de calor o enfriamiento.
FALLAS:
CARACTERISTICAS FISICAS, DESPLAZAMIENTO, SENTIDO DEL DESPLAZAMIETO
Cuando las rocas o las capas de rocas son sometidas a esfuerzos tectónicos, se curvan o se
rompen o experimentan ambos fenómenos al mismo tiempo. En su forma más simple, una falla es
una discontinuidad en la roca con una superficie de ruptura, a través de la cual se produce un
desplazamiento o deslizamiento observable. La contracción y la extensión provocan la ruptura
por cizalla en las rocas. La dirección de los esfuerzos principales determina la orientación del
plano de ruptura o de la falla. La resistencia de la roca controla la magnitud del esfuerzo de corte
necesario para romper la roca.
Una falla puede ser un transmisor o una barrera para el flujo de fluido y la comunicación de la
presión. La categorización del comportamiento de las fallas es de suma importancia para la
perforación, exploración y desarrollo de hidrocarburos. Esta caracterización parte de la arquitectura
de las fallas, es decir, su forma, tamaño, orientación e interconectividad de las mismas; además
comprende la distribución del desplazamiento general de las fallas que forman subfallas múltiples.
Fallas son superficies de ruptura con una discontinuidad que separan bloques de roca donde ha
ocurrido desplazamiento y deslizamientos de bloques con movimiento paralelo al plano de
discontinuidad o ruptura que son observables.
Algunos geólogos usan el término de shear fracture (fractura de cizalla) como sinónimo de falla,
siendo la diferencia que shear fracture es para estructuras milimétricas a cms o fallas microscópicas
o donde se percibe los sigmoides por la cizalla en el plano de fractura; mientras que el término de
falla se utiliza para estructuras que van de metros a decenas de metros y kms. Otro aspecto que
se debe de considerar es el espesor de las fallas, ya que depende de la escala de observación, los
objetivos del estudio y de la precisión con la que se toman los datos.
En rigor, es frecuente que no se observe un plano de falla definido, sino que más bien una zona de
falla, que puede consistir en muchas superficies de falla anastomosadas. Una zona de falla puede
tener entre algunos metros y muchas decenas de metros de ancho. En longitud, una zona de falla
puede tener hasta varios cientos de kilómetros (Ej. Falla de Calama-Olacapato-Toro), Falla de San
Andrés, California EEUU.
En algunas fallas se desarrollan componentes de dilatación o de convergencia. En el primer caso,
es frecuente observar crecimiento de fibras de calcita o sílice u otro mineral, que marcan la dirección
de movimiento de los bloques, conocidos como espejos de fricción. En el segundo caso el
deslizamiento simple se encuentra acompañado de una fuerte aproximación entre los bloques y
aparece el mecanismo de solución por presión. Si la roca es calcárea, se forman las llamadas
slickolitas, que son estilolitas formadas directamente a consecuencia de la presión ejercida por el
desplazamiento oblicuo de la falla.
Las zonas de falla suelen caracterizarse por la presencia de rocas de falla: en niveles superficiales
de la corteza tales como brechas y microbrechas de falla o puede presentarse como material
arcilloso denominado salbanda o gauge o harina de falla; las cataclasitas (es un tipo de roca
formada en zonas de fallas, normalmente es cohesivo sin foliación, y consiste en clastos angulares
en una matriz de grano más fino) y milonitas ( roca de metamorfismo dinámico en profundidad por
cizallamiento dúctil a más de 10km, con foliación). Mientras los primeros tipos de rocas son propios
de un comportamiento mecánico frágil en niveles estructurales superiores, el último tipo aparece
en zonas de falla originadas en niveles estructurales profundos, donde las rocas presentan
comportamiento mecánico dúctil. De este modo, dependiendo del nivel estructural donde nos
encontremos, existe una transición completa desde zonas de falla frágiles hasta zonas de falla
dúctiles, pasando por un comportamiento intermedio frágil-dúctil. En una misma falla, la zona de
falla tenderá a ensancharse en profundidad al pasar de un comportamiento frágil a uno dúctil. El
comportamiento frágil se verifica en el dominio sismogénico de la Corteza terrestre, en tanto que el
comportamiento dúctil es asísmico.

Un sistema de fallas es un conjunto de fallas generadas en forma más o menos contemporánea y


que obedecen al mismo campo de stress y tienen un patrón de orientación.

Transición de zonas de falla frágiles hasta zonas de falla


dúctiles. (a) Frágil. (b) Frágil-dúctil. (c) Semi-dúctil. (d) Dúctil. (1) Grietas de tensión.

Partes de una falla. 1. Bloques; 2. Labios


de falla; 3. Plano de falla; 4. Espejo o estrías de la falla; 5. Línea de falla; 6. Ángulo de buzamiento. (a); 7.
Bloque levantado o ascendido, piso o yacente por debajo plano de falla; 8 Bloque bajo o hundido, techo o
colgante porque si se considera que esta sobre plano de falla. 11 rechazo total o neto.

El plano de falla es el que rompe la continuidad de los estratos y separa dos bloques. El que está
sobre el plano de falla tiene la posibilidad de estar hundido o levantado, según el tipo de falla, pero
siempre será el techo. Por debajo del plano de falla estará el piso. En algunos casos el plano de
falla será vertical y no se hablará de techo ni piso. Si hay desplazamientos verticales de los
bloques, habrá uno levantado y otro hundido. El espejo de falla es la parte del plano de falla que
queda expuesta a la intemperie, donde las estrías anuncian el sentido y la dirección del
desplazamiento de los bloques.

Llaman techo o colgante al bloque que apoya sobre el


plano de falla inclinado y el cual tiene movimiento descendente en las fallas directas (a) y
ascendente en las fallas inversa (b). Un plano de falla tiene rumbo, dirección de buzamiento y
buzamiento.
La cantidad de movimiento en el plano de falla se denomina rechazo y se mide según el
desplazamiento que han tenido puntos inicialmente enfrentados a ambos lados del plano de falla.
El rechazo puede producirse en la dirección de la inclinación del plano de falla (Fig. A y B), o del
rumbo de la misma (Fig. C), aunque el caso general y frecuente es el de fallas con rechazo tanto
en la dirección del rumbo como de la inclinación del plano de falla, llamado rechazo neto o
verdadero(Figs. D y E).
El rechazo neto de una falla directa (ab), puede descomponerse en un rechazo de rumbo (ac) y un
rechazo de inclinación (cb; Fig. D). Igualmente, en una falla inversa se puede calcular un rechazo
de rumbo (cb) y un rechazo de inclinación (ab en Fig. E).
Desplazamientos de los bloques en una falla, AB= Desplazamiento total o neto.

CLASIFICACION. CRITERIOS PARA SU RECONOCIMIENTO


La teoría Andersoniana de formación de fallas es ampliamente utilizada como base para describir
los fundamentos de la orientación de las fallas según la discontinuidad.
Esta teoría describió tres tipos de fallas básicos (normal, inversa y de desplazamiento o rumbo)
relativos a las orientaciones de los esfuerzos regionales máximos. Esta teoría asume que uno de
los esfuerzos principales (σ1, σ2 o σ3) en orden de magnitud decreciente, es la carga litostática,
siempre vertical y que los otros esfuerzos son ortogonales y horizontales. Según esta teoría las
fallas se forman como dos planos conjugados con las tres relaciones siguientes entre la orientación
de las fallas y los esfuerzos principales son:
Las fallas se forman con un ángulo de +/- 30° respecto a la dirección σ1. Las fallas se forman con
un ángulo de +/- 60° respecto a la dirección σ3. La línea formada por la intersección de los planos
de fallas conjugados será paralela a σ2.
Cabe mencionar que esta teoría es muy restringida y que no considera el comportamiento de las
fallas lístricas, fallas de despegue, etc., es decir esta teoría describe comportamientos ideales de
las fallas.
Fracturas de cizalla. Este tipo de fracturas tienen un sentido de desplazamiento paralelo al plano
de fractura, estas forman algún ángulo agudo con respecto a la máxima dirección del esfuerzo
compresivo principal (S1) y un ángulo obtuso con respecto a la dirección mínima de esfuerzo
compresivo (S3) dentro de la muestra de roca.

Las orientaciones potenciales de cizalla se pueden desarrollar en cualquier experimento de


fracturamiento en laboratorio, con uno u otro lado fuera y orientado al mismo ángulo a (S1). En
estos experimentos, esta forma de fracturas son paralelas con (S2) y forman un ángulo obtuso con
(S3). En la Fig. arriba, muestra la forma de la fractura de cizalla (el esfuerzo compresivo es
considerado positivo y viceversa el extensional es negativo). El ángulo agudo entre las fracturas de
cizalla es llamado el ángulo conjugado y este depende principalmente de:
1.- De las propiedades mecánicas del material.
2.- De la magnitud absoluta del esfuerzo principal mínimo (S3).
3.- De la magnitud del esfuerzo principal intermedio (S2) relativo a los esfuerzos máximo y mínimo
(como S2 se acerca a S1, el ángulo entre S1 y el plano de la fractura decrece).

Fracturas de extensión. Este tipo de fracturas son aquellas en las cuales las dos paredes de la
roca agrietada se muevan a cierta distancia una de otra en sentidos opuestos, alejándose del plano
de fractura. El plano (A) de la figura 1, representa el tipo de fractura de extensión. Este plano
contiene a los tres ejes principales de esfuerzo el mayor (S1), el intermedio (S2) y el menor (S3),
que es perpendicular a los primeros dos. Este tipo de fracturas se desarrollan cuando los tres
esfuerzos principales son de extensión.
Las fallas normales o directas se producen cuando el esfuerzo principal máximo (σ1) es vertical
y los esfuerzos principales menor (σ3) e intermedio ((σ2) se disponen en un plano horizontal. En la
dirección de σ3 se produce tensión y la ruptura ocurre en un plano que forma un ángulo de
aproximadamente 60° con la horizontal y contiene a σ2. El bloque que queda por encima del plano
de falla (bloque colgante o techo) desciende respecto al que queda por abajo (bloque yacente o
piso) causando un alargamiento del terreno.
Fracturas relacionadas a fallas inversas: En las fallas inversas σ1 es horizontal y σ3 vertical. El
plano de falla forma un ángulo de aproximadamente 30° con la horizontal y contiene a σ2. El bloque
colgante (techo) asciende respecto al bloque yacente (piso), resultando un acortamiento del
terreno.
Como se observa en la figura se observa, las fracturas que formadas por fallamiento inverso siguen
los planos de las fallas y en este caso, sigma 1 es la bisectriz del ángulo agudo y sigma 3 es la
bisectriz del ángulo obtuso. Estos dos planos serán el sistema de fracturas asociadas a la falla
inversa, y no se espera que estén muy separadas de la falla.
Cabalgadura: es una falla inversa de alto ángulo mayor a 60° que se desarrolla en rocas masivas
cristalinas del basamento, por ello es más frecuentes en zonas estables de la plataforma y en los
bordes de grandes cadenas montañosas con fuerte empuje horizontal.

Sobrecorrimiento: falla inversa bajo ángulo en la cual el desplazamiento es de diez a cuarenta


kilómetros afecta prácticamente a todo el espesor de la corteza, con desarraigo y transporte de la
lámina superior por decenas a centenas de kilómetros.
En las fallas de rumbo o direción, desplazamiento, transcurrentes: σ1 y σ3 se disponen en un
plano horizontal y σ2 es vertical. El plano de falla resultante es aproximadamente vertical.

Fallas lístricas o curvas


Las fallas lístricas son fallas cuyo perfil es curvo. Ellas también implican una rotación del bloque
colgante, pero en este caso la rotación se realiza según un eje que no pincha al plano de falla sino
que es paralelo a él. Asociadas a estas fallas, debido a su perfil curvo, se observan estructuras de
acomodación en su bloque colgante tales como rotación de capas, anticlinales por colapso (“rollover
anticlines”) o bien fallas normales antitéticas al movimiento principal de la falla (figura ste). Debe
tenerse sumo cuidado de no confundir anticlinal de colapso o “rollover anticline” con un pliegue de
arrastre, ya que ambos presentan un combamiento exactamente opuesto.

Criterios de terreno para reconocer fallas lístricas. (a) Perfil curvo, (1) capa marcadora. (b) Rotación de
capas. (c) Anticlinal de colapso (2). (d) Fallas antitética
Una falla secundaria, que normalmente forma parte de un conjunto, cuyo sentido de desplazamiento es
opuesto al de las fallas primarias y sintéticas asociadas. Los conjuntos de fallas antitéticas-sintéticas son
habituales en las zonas de fallas directas.

Horst: estructura positiva semejante a un pilar (sobre el bloque de piso), delimitada por dos fallas
normales.
Graben: estructura negativa semejante a una fosa (sobre el bloque del techo), delimitada por dos
fallas normales.
En territorio de las amplias plataformas continentales sometidas a tensión, predomina
fallamiento directo, con el desarrollo de fosas (graben) y pilares (horst) alternantes. Son estructuras
de primera magnitud, que cortan todo el espesor de la corteza, lo que facilita el ascenso de lavas
de composición basáltica procedentes del manto subyacente. Un ejemplo en la provincia de Buenos
Aires y Plataforma Continental adyacente es la Fosa del Salado, limitada por los Pilares de Martín
García y de Tandil, por el NE y SO respectivamente. El estado extensivo de la corteza en el proceso
de fragmentación del Supercontinente Gondwana, determinó la instalación de fosas, entre ellas las
del Salado y Colorado, que recibieron un relleno sedimentario del orden de 7.000 m, con
participación de basaltos según se ha comprobado en perforaciones.

Los actuales sistemas extensivos de gran escala son los valles rift, de los cuales el de mayor
magnitud es el sistema del oriente africano (Fig. 5.30). Una rama septentrional o Fosa del Jordán
incluye al Mar Muerto; hacia el Sur es parte del sistema la Fosa del Mar Rojo, invadida por aguas
marinas. En territorio africano, el trazo zigzagueante de las fosas define las ramas occidental,
oriental y meridional, en las que se asientan los lagos Rodolfo, Alberto, Kivu y otros, que tienen
fondos a cotas de hasta 700 m bajo el nivel del mar. El volcanismo a lo largo de los rift es un rasgo
notable y los aparatos volcánicos dan las mayores alturas del continente, culminante en el Monte
Kilimanjaro (6.010 m.s.n.m.).
FALLAS DE RUMBO
Esquemas de cuencas pull-apar, tipo de cuencas se producen por desplazamiento de sistemas
de fallas de rumbo y por efectos transtensionales. La longitud es variable, desde decenas hasta
centenares de kilómetros. La subsidencia es mayor cuanto más amplia sea la cuenca, aunque las
más alongadas pueden llegar a tener sustrato de magma basáltico.
El desplazamiento rápido según el rumbo de las fallas causa rápida subsidencia también, con lo
que se desarrolla una fase inicial de fuerte profundización, de tipo sin-rift. En cambio, la subsidencia
tardía está determinada por el efecto de la carga sedimentaria. Las cuencas continentales se
rellenan con sedimentos aluviales, fluviales y lacustres, con registro fuertemente asimétrico en los
sentidos longitudinal y transversal. Los depocentros suelen migrar a lo largo del margen
transcurrente, por lo que la complejidad estructural y de facies sedimentarias es mayor que en las
cuencas de rift. La vida de estas cuencas es relativamente corta, de unos pocos millones de años.
Fallas Transformantes: son fallas de rumbo que cortan toda la litósfera y que absorben todo el
movimiento entre dos placas. Se distinguen: Fallas transformantes ligadas a dorsales, Fallas
transformantes de borde y fallas transformantes ligadas a zonas de subducción.
Ejemplo de grandes fallas de rumbo transformantes lo tenemos en el arco de Scotia, un complejo
sistema geodinámico que realiza la vinculación entre las placas Sudamérica y Antártida. Incluye
dos grandes fallas de rumbo, las ramas Norte y Sur del arco, con cierre oriental en la línea de
subducción de la cadena de islas Sandwich.
Otro elemento notorio del sistema es el remanente de la Placa Phoenix, entre las Zonas de Fractura
Shackleton y Hero, una placa tectónica oceánica del Pacífico que fue migrando al Sur durante el
proceso de consumición por subducción debajo de Sudamérica. La magnitud del rechazo se
aprecia en el desplazamiento sufrido por las Islas Georgias del Sur, inicialmente próximas a
Tierra del Fuego y ahora 1.500 km al Este.
Falla transformante ligadas a mesodorsales: fallas de rumbo, es el borde de desplazamiento
lateral entre dos placas tectónicas una respecto a la otra sin la producción ni la destrucción de
litosfera, en las dorsales mesoceánicas.

En áreas orogénicas Fallas asociadas a subducción, como la del Oeste sudamericano (Andes),
hay predominio de acortamiento cortical por plegamiento y fallamiento inverso y una de las
asociaciones características en el retroarco recibe el nombre de Faja plegada y corrida (Fig.
Fallamiento inverso en los Andes del sur de Río Negro), encontramos en Sierra Subandina norte
Argentina y Sur de Bolivia con entrampamiento de HC.
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Geólogo Calvo Ángel 2020

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