Antecedentes Del Derecho Penal

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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

SISTEMA DE EDUCACIÓN MEDIA


SUPERIOR

AMADOR BARRAGÁN ANA MARÍA

AULA: 22 G T/M

MATERIA: DERECHO PENAL I. TEORIA GENERAL DEL


DERECHO PENAL
CÓDIGO: 213405379

HORARIO: LUNES, MARTES Y MIERCOLES 9:00 A 10:00 AM

INVESIGACIÓN:
ANTECEDENTES DEL DERECHO PENAL
ANTECEDENTES DEL DERECHO PENAL
INTRODUCCIÓN
En este trabajo se analizará los antecedentes del derecho penal a nivel internacional
hasta enfocar dichos antecedentes en México, con el objetivo de fomentar el análisis de los
temas de la parte general de esta disciplina para formar profesionales que los apliquen y
defiendan desde sus distintas actividades como futuros operadores del derecho, quienes en
posiciones de jueces, abogados litigantes, asesores y académicos, entre otros, deberán
conocer, dominar y aplicar esta rama del derecho, para lograr así su respeto y el
consecuente fortalecimiento del Estado de Derecho y la Democracia.
ANALISIS

1. ANTECEDENTES DEL DERECHO PENAL INTERNACIONAL


El surgimiento del derecho penal obedece a la necesidad de regular el
comportamiento del ser humano en sociedad, a fi n de controlar sus acciones y proteger al
grupo social. El crimen nace con el ser humano; cuando aún no existía un orden jurídico, ni
una sociedad organizada, el delito ya se manifestaba en su forma más rudimentaria. El ser
humano todavía no articulaba palabras, pero ya desarrollaba conductas que afectaban a
otros; por ejemplo, el apoderamiento ilegítimo del animal cazado por otro, la violencia física
ejercida sobre una mujer, etc. De ahí la necesidad de regular tales conductas y señalar
castigos para lograr orden y una convivencia pacífica.
1.1. Venganza
La venganza significa que el hombre, ante una agresión recibida, obtiene
satisfacción mediante otro acto violento. En esta fase cabe distinguir cuatro subfases:
venganza privada, venganza familiar, venganza divina y venganza pública.
Privada: La venganza privada también se conoce como venganza de sangre, y
consiste en que el ofendido se hace justicia por propia mano, es decir, el afectado ocasiona
a su ofensor un daño igual al recibido.
Esta fase se identifica como la ley del talión, cuya fórmula es “ojo por ojo y diente por
diente”. Ahí se aprecia claramente la venganza individual, en la que se inflige un mal por
otro recibido.
Familiar: En este periodo, un familiar (aun antes del surgimiento del concepto
familia) del afectado realiza el acto de justicia y causa un daño al ofensor.
Divina: La venganza divina es el castigo impuesto a quien ocasiona un daño, en
virtud de creencias divinas, de modo que a veces se entremezclan rituales mágicos y
hechiceros. Generalmente el castigo lo imponen los “representantes” de diversas deidades.
En esta fase tienen importancia relevante las nociones de tótem y tabú. Tótem era la
representación del bien; estaba representado por una figura de piedra o madera
(generalmente en un tronco de árbol), a la que se atribuían poderes mágicos o espirituales.
Simbolizaba protección.
Tabú era la representación del mal, de lo prohibido. A lo largo de la historia de la
humanidad, en todos los pueblos y culturas se advierte la presencia de esta lucha constante
del bien contra el mal. Donde cobra más vigencia esta pugna es en las religiones, pero
también en tradiciones culturales.
Pública: La venganza pública es un acto de venganza, pero ejercido por un
representante del poder público. En este caso simplemente se traslada la ejecución
justiciera a alguien que representa los intereses de la comunidad, en su manifestación más
primitiva.
El interés primordial por castigar con severidad a quien causa un daño caracteriza a
esta fase. La semejanza o igualdad en el castigo hacen ver claramente que se trata de una
verdadera venganza.
En el Código de Hammurabi, la Ley de las Doce Tablas y el Pentateuco mosaico se
encuentran disposiciones relativas a esta fase; de modo evidente, la Biblia plasma la ley del
talión en el párrafo siguiente: Si en riña de hombres golpeare uno a una mujer encinta
haciéndola parir y el niño naciere sin más daño, será multado en la cantidad que el marido
de la mujer pida y decidan los jueces, pero si resultare algún daño, entonces dará vida por
vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura,
herida por herida, cardenal por cardenal.
Cuando el Estado “impone” las penas, éstas se caracterizan por su crueldad, de
modo que se observan las formas de castigo más variadas e inhumanas, en las que
predominan las sanciones corporales y de muerte, las cuales son precedidas por tratos
humillantes y aflictivos.
Estos tratos inhumanos de exagerada crueldad caracterizaron a la época antigua y a
la Edad Media. Por ser nuestro antecedente directo el derecho romano, mencionaré algunas
de las penas principales:
Penas corporales: No eran la pena principal, sino accesorias o medios de coerción.
Algunas eran la flagelación (a los esclavos), golpes con vara (a hombres libres), golpes con
palo fustis (a los militares), golpes con un instrumento con bola de plomo en la punta,
mutilaciones, inutilización del ojo derecho, amputación del pie izquierdo.
Penas capitales: (Supplicium, Poena capitis o capitalis). Crucifi xión, saco (culleus),
fuego, decapitación con hacha, arrojar al condenado a las fieras, precipitación desde la roca
Tarpeya, entre otras.
1.2. Etapa humanitaria
Como respuesta a la fase anterior surge una reacción humanista en materia penal,
de manera que se pretende dar un giro absoluto y radical a la dureza del castigo. Grandes
pensadores, filósofos y humanistas, con su obra e ideas, han influido en el derecho penal y
ciencias afines. Cesare Beccaria y John Howard, con su valiente y enérgica manifestación
de principios humanistas, trataron de devolver al hombre el respeto a su dignidad.
En su Tratado de los delitos y de las penas, Beccaria destaca diversos aspectos,
como los procedimientos arbitrarios e inhumanos para obtener confesiones; se refiere a la
tortura y rompe con ancestrales creencias relacionadas con la eficacia de la pena:
Para que una pena logre su efecto, basta que el mal de la misma exceda del
bien que nace del delito; y en este exceso de mal debe tenerse en cuenta la
infalibilidad de la pena y la pérdida del bien que produciría el delito. Los hombres se
gobiernan por la acción repetida de los males que conocen, y no por la de los que
ignoran... A medida que los suplicios se hacen más crueles, el espíritu de los
hombres, al modo de los líquidos, se pone siempre al nivel con los objetos que le
circundan, estos espíritus, pues, se irán endureciendo.
Estas ideas, expresadas en 1764, se encuentran vigentes, al igual que los principios
emanados de la Revolución francesa (1789), con la cual surge la consideración y tutela de
los derechos del hombre.
1.3. Etapa científica
En ella se mantienen los principios de la fase humanitaria, pero se profundiza
científicamente respecto de la persona del delincuente. Se piensa que el castigo no basta,
por humanizado que sea, sino que además se requiere llevar a cabo un estudio de
personalidad del sujeto y analizar a la víctima; es indispensable conocer el porqué del
crimen, saber cuál es el tratamiento adecuado para readaptar al sujeto y, sobre todo,
prevenir la posible comisión de delitos. En esta etapa se estima que el delito y el sujeto son
productos de las fallas sociales, con influencia de factores de índole diversa (interna y
externa).
Desafortunadamente, pese a los esfuerzos realizados por los estudiosos e
interesados en estos aspectos, aún no se ha resuelto el delicado problema que representa
la delincuencia.
1.4. Escuelas jurídico-penales
En relación estrecha con el apartado anterior, en éste se ofrece un panorama
referente a la concepción que diversas corrientes tuvieron respecto de los problemas
fundamentales que plantea el derecho penal, cuyo conocimiento es vital para entender las
actuales figuras e instituciones jurídico-penales.
Lo sobresaliente de cada escuela son las conclusiones concretas o postulados a que
llegaron sus seguidores, pues en ellos se resume su postura y filosofía.
Escuela clásica: Es una corriente que apareció a raíz de las nuevas ideas surgidas
como reacción vigorosa a la anterior y ancestral forma de ver el derecho penal.
Los pensadores cuyas obras dieron origen a esta escuela son varios, entre los
cuales se considera a Francisco Carrara como el máximo representante; otros fueron
Romagnossi, Hegel, Rossi y Carmignani. Postulan lo siguiente:

 Libre albedrío: Establece que todos los hombres nacen con igualdad para
actuar conforme a derecho, de manera que quien lo contraría lo hace a su
libre elección; además, se niega el determinismo, el fatalismo o la
predisposición hacia el delito.
 Igualdad de derechos: Derivado del anterior, se colige que el hombre nace
igual en cuanto a sus derechos; por ello, la ley debe aplicarse de la misma
manera a todos los hombres, por provenir de esa circunstancia de igualdad.
 Responsabilidad moral: Como el hombre nace con libre albedrío y puede
escoger libremente entre el bien y el mal, la responsabilidad es de tipo moral.
El delito como eje y como entidad jurídica. El punto de partida de los
problemas penales lo constituye el delito, que es una entidad meramente
jurídica; así, importa más lo objetivo que lo subjetivo. La manifestación
externa constitutiva del delito es lo que interesa, independientemente de
circunstancias internas, y con base en el delito debe castigarse al delincuente.
 Método empleado: Como se sabe, el objeto determina el método en la
investigación, de manera que esta escuela sigue el deductivo (de lo general a
lo particular). También se conoce como método especulativo, lógico abstracto,
teleológico o finalista.

Como el derecho penal es una ciencia normativa que pertenece al


mundo del deber ser, no era posible, según los clásicos, emplear el método
seguido por las ciencias naturales en el que las leyes son infl exibles, pues
este terreno pertenece al mundo del ser (o sea, lo que es),
independientemente de la voluntad del hombre.

 Pena proporcional al delito: La pena debe ser un castigo directamente


proporcional al delito cometido y estar previamente señalada en la ley
(Carrara habla tanto de moderación de las penas como de su humanización y
seguridad).
 Clasificación de los delitos: Esta escuela elabora diversas clasificaciones de
los delitos.
Escuela positiva: Surge como reacción a la escuela clásica y se fundamenta en
bases científicas que corresponden a las ciencias naturales. Sus seguidores son varios,
pero los principales son Enrico Ferri, Rafael Garófalo y Cesare Lombroso.
Los postulados de la escuela positiva constituyen la negación de los señalados por la
clásica, y son los siguientes:
 Niega el libre albedrío: Esta escuela afirma que el hombre no escoge libre y
conscientemente el mal sobre el bien; puesto que es un ente natural y, en
algunos casos, con anormalidades que evitan su sano y libre discernimiento,
no puede elegir. Al respecto, cabe destacar la influencia de Cesare Lombroso,
con sus estudios médicos y antropológicos que dieron origen a la teoría del
criminal nato (de ello se hablará en el capítulo correspondiente a la teoría del
delincuente).
Dicha escuela afirma que hay hombres que nacen con predisposición hacia su
futura manera de comportamiento, de acuerdo con sus características biológicas,
antropológicas y psicológicas.

 Responsabilidad social: A diferencia de la escuela clásica, la positivista


manifiesta que la responsabilidad, lejos de ser moral, es de tipo social. La
colectividad, al tener en cuenta la posible predisposición hacia el delito en
determinados sujetos, debe tomar las medidas necesarias para prevenirlo y,
en un momento determinado, defenderse.
 El delincuente, punto central: El delito no es el centro de atención, sino la
persona que lo comete; a su vez, el delincuente es el objeto de estudio,
mientras que el delito es sólo la consecuencia.
 Método empleado: Los positivistas utilizaron el método inductivo (de lo
particular a lo general), conocido también como experimental. A partir de
estudios acerca de un delincuente o sujeto antisocial concreto llegaron a
determinadas conclusiones y desarrollaron hipótesis, con lo que postularon
tesis relacionadas con el comportamiento criminal.
 Pena proporcional al estado peligroso. En esta corriente se niega que la pena
tenga o deba tener alguna proporcionalidad directa con el delito y se asegura
que ha de ser proporcional al estado peligroso, independientemente del tipo y
la gravedad del delito.
 Prevención: De los postulados anteriores se desprende la importancia de la
prevención del delito, que debe darse en lugar de la represión. Los positivistas
creen que, al igual que en la medicina, es más conveniente prevenir que curar.
 La medida de seguridad es más importante que la pena: En vez de castigar es
necesario prevenir y, por tanto, aplicar las medidas de seguridad para evitar
las penas. Tales medidas de seguridad se clasifican según diversos criterios y
se afirma que debe aplicarse la más adecuada al caso, en virtud de la
peligrosidad y caracterología específicas del sujeto.
 Clasificación de delincuentes: A esta escuela no le preocupa tanto la
clasificación de delitos como la de los delincuentes, con fundamento en su
peligrosidad y características sociales y psicológicas, de las cuales existen
diversas clasificaciones.
 Sustitutivos penales: Éstos se proponen como medios para evitar la
abundancia y crueldad de las penas. Los positivistas consideran ineficaces las
penas y se plantean numerosos sustitutivos: religiosos, médicos, psicológicos,
etcétera.
 Escuelas eclécticas: En realidad, en estas escuelas se agrupan varias
corrientes. Como respuesta a las dos anteriores, surge esta tercera postura,
que llega a ser una fusión de aquéllas.
Las escuelas eclécticas aceptan y niegan postulados tanto de la
escuela clásica como de la positivista y, excepcionalmente, aportan algo
propio y significativo. Las más importantes son la tercera escuela, la escuela
sociológica y la escuela técnico-jurídica.

a) Tercera escuela. La principal surge en Italia (terza scuola) y sus


representantes más destacados son Alimena y Carnevale. En Alemania hubo
una tercera escuela que coincide con los postulados de la italiana. La tercera
escuela sustenta los postulados siguientes:
 Negación del libre albedrío.
 El delito es un hecho individual y social.
 Se interesa por el delincuente, más que por el delito.
 Señala las ventajas del método inductivo.
 Adopta la investigación científica del delincuente.
 Considera la responsabilidad moral.
 Distingue entre imputables e inimputables.
 Plantea la reforma social como deber del Estado.
b) Escuela sociológica. Surgida en Alemania, también se conoció como
la joven escuela. Su representante principal es Franz von Liszt y sus
postulados son los que se detallan a continuación:
 La pena tiene como fin conservar el orden jurídico.
 Emplea los métodos jurídico y experimental.
 Concibe al delito como fenómeno jurídico y natural.
 Considera que los factores criminógenos son individuales, físicos,
sociales y económicos.
 Afirma que la pena es una necesidad.
 Estima la imputabilidad y la peligrosidad del delincuente.
 Deben existir penas y medidas de seguridad.
c) Escuela técnico-jurídica. También de origen italiano, tiene como
representantes fundamentales a Manzini, Battaglini y Rocco. Los postulados
de dicha escuela son los siguientes:
 Eleva a primer grado el derecho positivo.
 Destaca que el ordenamiento jurídico debe prevalecer sobre
otros criterios.
 Al derecho penal le debe interesar el conocimiento científico tanto
de los delitos como de las penas. 8La pena funciona para
prevenir y readaptar.
 La responsabilidad penal debe basarse en la capacidad para
entender y querer.
 Rechaza el planteamiento de problemas filosóficos.
Como afirma Jiménez de Asúa: “Las escuelas penales pertenecen al pretérito... La
lucha de las escuelas ha terminado.”
En la actualidad, la legislación penal mexicana conserva rasgos de la escuela clásica
en algunos preceptos y de la positiva en otros, aunque puede precisarse que el código de
1871 manifestó una fuerte influencia de la clásica, el de 1929, de la positiva, el de 1931
(vigente) adoptó una postura ecléctica, lo mismo que el Código Penal para el Distrito
Federal (CPDF) del año 2002.

2. ANTECEDENTES DEL DERECHO PENAL EN MÉXICO


La trayectoria que ha seguido esta ciencia jurídica en México es similar a la de
cualquier otro país: se inició con el castigo más cruel hasta llegar paulatinamente a una fase
más humanizada, e incluso científica.
2.1. Derecho precortesiano
Antes de la Conquista, debido a la religiosidad y severa educación de los habitantes
del territorio de lo que hoy es México, el crimen era un fenómeno poco común, ya que el
castigo resultaba muy severo.
En ese periodo, como existían diversas culturas, también había una variedad de
costumbres y principios jurídicos. A la juventud se le preparaba en dos aspectos
fundamentales: la religión y la milicia.
2.2. Los Aztecas
En el aspecto jurídico, los aztecas conocían figuras que se encuentran vigentes en el
derecho penal mexicano. Al respecto, Castellanos Tena anota: “los aztecas conocieron la
distinción entre delitos dolosos y culposos, las circunstancias atenuantes y agravantes
de la pena, las excluyentes de responsabilidad, la acumulación de sanciones, la
reincidencia, el indulto y la amnistía.” En esa civilización, los delitos principales eran la
alcahuetería, el peculado, el cohecho de jueces, la traición en guerra, la deserción, la
malversación, el adulterio, el homicidio y el espionaje, entre otros.
Entre las penas más aplicadas estaban la muerte causada por medio de
ahorcamiento, la hoguera, el degüello, el descuartizamiento, el desollamiento, la esclavitud,
los castigos infamantes, las penas corporales, el destierro y el encarcelamiento. Señala
Marco Antonio Pérez de los Reyes que el derecho penal azteca, como sucedía en casi
todos los pueblos de la Antigüedad, era muy severo y se refería a delitos como los
cometidos contra la seguridad del imperio, embriaguez constitutiva de delito, lenocinio,
homosexualidad, relaciones sexuales entre sacerdote y sacerdotisa, aborto, adulterio,
homicidio, riña, lesiones, violación, incesto, estupro, suplantación de cargo público, robo de
20 mazorcas por hambre (la primera vez se perdonaba: robo de famélico), fraude, abuso de
confianza, parricidio, filicidio, exhibicionismo y prostitución, entre otros.
Plantea este mismo autor que los aztecas distinguían entre delito doloso y culposo, y
que se castigaba la complicidad y el encubrimiento. Asimismo, agrega que existían
“cárceles” de madera como si fueran palomares, denominadas telpiloyan (lugar de presos);
las llamaban también cuauhcalli (casa de enjaulados) y allí se encerraba a los condenados
a muerte o a sacrificio. Por último, estaba el petlacalli, que era el lugar donde encerraban a
quienes cometían faltas leves y que generalmente se castigaban con trabajos.
2.3. Los mayas
En el pueblo maya la pena también tenía características de severidad y dureza, pero
se observa una concepción más humanizada: “Más sensibilidad, sentido de la vida más
refinado, concepción metafísica del mundo más profunda. En suma, una delicadeza
connatural que ha hecho de los mayas uno de los pueblos más interesantes de la historia.”
La legislación de los mayas era consuetudinaria (no escrita). La prisión no se
consideraba un castigo, sino sólo el medio para retener al delincuente a fin de aplicarle
después la pena impuesta; por su parte, a los menores se les sancionaba con penas menos
severas.
Los delitos principales eran el adulterio, la violación, el estupro, las deudas, el
homicidio, el incendio, la traición a la patria y la sodomía. Entre las penas más importantes
figuraban la de muerte por horno ardiente, el estacamiento, la extracción de vísceras por el
ombligo, los flechazos y el devoramiento por fieras; la esclavitud, las penas corporales, las
infamantes y la indemnización a la víctima, entre otras. Resulta oportuno citar que todavía
en épocas recientes, en algunos poblados de México se mantenían ciertas costumbres
rudimentarias de venganza, pertenecientes a la fase de venganza privada, como el
empalamiento.
2.4. Época colonial
A la llegada de los españoles, las costumbres y manifestaciones de la cultura
indígena fueron abolidas y se impusieron las del pueblo conquistador. Las Leyes de Indias
constituían el principal cuerpo legal de la Colonia que se aplicó en la Nueva España. Otras
legislaciones, como las Ordenanzas Reales de Castilla, la Legislación de Castilla (Leyes de
Toro), las Ordenanzas Reales de Bilbao, así como el Fuero Real, las Partidas, los Autos
Acordados, y la Nueva y la Novísima Recopilación estuvieron vigentes en la época colonial.
De manera específica, se crearon ciertas leyes para el nuevo territorio colonizado,
como las Ordenanzas de Minería, las de Intendentes y las de Gremios.
Mención especial merece el Tribunal del Santo Oficio instaurado por la Santa
Inquisición. Indica Marco Antonio Pérez de los Reyes que este tribunal de la fe surgió en el
siglo XII en Italia, se extendió por toda Europa y su función principal era la de combatir a los
herejes. Las conductas perseguidas por la Inquisición eran las siguientes: herejías
protestantes, apostasía, blasfemia, sacrilegio, judaísmo, hechicería, magia blanca y negra,
satanismo, aquelarre, espiritismo, ateísmo, sectas místicas; bigamia, matrimonio de
religiosos, simple fornicación, supersticiones, pacto con el demonio, astrología, masonería,
así como música y libros prohibidos. Algunas de las penas que aplicaba el referido tribunal
eran relajación, galeras, cárcel temporal o de por vida, destierro, confiscación, multa,
azotes, vergüenza pública, abjuración, infamia, represión y penitencias espirituales.
2.5. Época independiente
Al iniciarse la Independencia surgió la necesidad de contar con una legislación
nueva, propia del pueblo mexicano. Así, empezaron a promulgarse leyes mexicanas, pero
con influencia de la legislación colonial, a veces aún aplicables a falta de leyes nuevas.
La Constitución de 1824 adoptó el sistema federal. Por cuanto hace a la materia
penal, lo más sobresaliente fue la expedición de los códigos penales que son, en orden
cronológico, los siguientes:

 Código Penal para el Estado de Veracruz, puesto en vigor en 1869.


 Código Penal de 1871, conocido como Código de Martínez de Castro, vigente
hasta 1929 y con influencia de la escuela clásica.
 Código Penal de 1929, conocido como Código Almaraz, vigente hasta 1931 y
con influencia de la escuela positiva.
 Código Penal de 1931, que hasta 2002 estuvo vigente y aplicable en el Distrito
Federal en materia común, así como en toda la República en materia federal.
A la fecha, el Código Penal Federal (CPF) recibe la crítica de ser antiguo y caduco;
sin embargo, su adecuación al momento actual se ha logrado mediante innumerables
reformas. Mucho se discute acerca de la necesidad de contar con un código nuevo, que se
adapte a los actuales requerimientos de la sociedad mexicana. Muchas e importantes
reformas al código federal se dieron en 1994. El Código Penal para el Distrito Federal
(CPDF) del 16 de julio de 2002, pese a ser nuevo, adolece como el federal de múltiples
fallas, por lo que es necesaria una revisión seria de toda la legislación penal, local y federal.
Por otra parte, también hay quienes señalan la necesidad de contar con un código penal
para toda la República, en lugar de que cada entidad federativa tenga el suyo, como ocurre en la
actualidad. (Cabe mencionar que también se discute respecto de la posibilidad de crear un código
penal tipo para toda Latinoamérica). Personalmente, soy partidaria de la unificación penal, pues no
puede haber conductas que en un estado constituyan delito y en otro no; o aberraciones legales
como la consistente en que el delito de una madre que priva de la vida a su recién nacido en el
Distrito Federal sea una fi gura atenuada y en el código federal sea agravada.

CONCLUSIÓN
Conocer los fundamentos que soportan la teoría del Derecho Penal es muy importante para
el desenvolvimiento de la carrera de Derecho, dado que debemos conocer desde sus raíces y por
qué ha cambiado; que conozcamos las normas que los protegen, que seamos capaces de integrar y
proponer reformas en esta materia al ordenamiento jurídico interno, y que concientizar la importancia
de hacerlo ordinariamente. Asimismo, que conozcamos la evolución internacional, es decir, en las
distintas legislaciones, de esta rama del Derecho.

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