Clase 3 - Gernet - El Mundo Chino. (Ming)
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RECONSTRUCCIÓN Y EXPANSIÓN
Las causas que precipitarían la ruina del imperio de los Yuan son diversas y,
como suele pasar, están interrelacionadas: desorden de una administración que man-
tiene vigentes innumerables reglamentos contradictorios, componendas, rapacidad
de los funcionarios mongoles y musulmanes, inflación extremadamente rápida del
papel moneda, corrupción de los monjes tibetanos lamaístas que controlan el con-
junto del clero chino y se inmiscuyen en los asuntos políticos, opresión sufrida
día a día por las poblaciones chinas, y miseria del campesinado. A fin de cuentas,
el reinado de los mongoles en China habrá sido breve: hasta 1234 no ocuparon el
conjunto de China del norte y sólo terminaron la conquista del sur en 1279; pero
las sublevaciones que iban a terminar con su imperio empezaron en 1351 y gran
parte de China se les escapa ya en 1355. A partir de esta época se crean núcleos
de insurrección en la mayoría de las provincias, y las zonas liberadas se extienden
por el Henan, el Shaanxi, el Hebei, el Shanxi y el Sichuan.
dad secreta de los Turbantes Rojos (Hongjin) cuyo primer jefe fue Han Shantong,
considerado como una reencarnación de Maitreya. Su hijo Han Liner se proclama
emperador de una nueva dinastía de los Song en 1355.
El otro gran núcleo de insurrección surge del mundo de los obreros de las sali-
nas, de los remeros y contrabandistas de sal del bajo Yangzi, donde el jefe de los
sublevados es un tal Zhang Shichcng. Se extiende entre marineros y piratas de
las costas del Zhejiang, donde las tropas están dirigidas por Fang Guozhen.
Existe otro foco de rebelión menos importante en la región del medio Yangzi,
donde se desarrolla un movimiento religioso heterodoxo análogo al de los Tur-
bantes Rojos y cuyos jefes sucesivos son Xu Shouhui y Chcn Youliang. El Sichuan,
que consigue escapar al control mongol bastante pronto, es de hecho un caso
particular puesto que se trata de una provincia relativamente aislada en la que las
tradiciones de independencia son muy vivas.
De esta situación nacería un nuevo imperio y, por vez primera en la historia.
los movimientos de origen popular desembocarían en la fundación de una dinas-
tía sin que hubiera ruptura entre la época de la insurrección y la que vendría des-
pués. La única explicación de la facilidad con que se adaptaron los movimientos
de liberación es la de que estaban notablemente organizados: economía, adminis-
tración, ejército, todo funciona normalmente en las zonas liberadas por los ejérci-
tos de los Turbantes Rojos así como en las regiones controladas por ellos antes
incluso de haber expulsado a la administración de los Yuan.
El que fundaría el imperio de los Ming aparece de entrada como el jefe de una
sublevación secundaria en la zona por la que se extendieron las sublevaciones de
los Turbantes Rojos. El abuelo de Zhu Yuanzhang, nacido en 1328, que adoptará
el nombre de reinado de Hongwu (1368-1399), era un lavador de oro del Jiangsu.
Su padre era obrero agrícola itinerante en Anhui y su madre era hija de un maes-
tro hechicero. Durante la hambruna de 1344 Zhu Yuanzhang se había hecho mon-
je para sobrevivir y a partir de este momento quedó bajo la influencia de las tra-
diciones mesiánicas que recorrían su provincia. En 1348 se pone al frente de una
banda de insurgentes que se hace 10 suficientemente fuerte como para apoderar-
se en 1352 de una pequeña ciudad del noreste del Anhui. Aliado a las tropas de
los Turbantes Rojos, obtiene una victoria tras otra: ocupa Nankín y su región en
1359, las provincias del Jiangxi y del Hubei en 1360-1362. Al año siguiente es
dueño de China central y se proclama principc del reino de Wu (Wuguowang) en
1364. Entre los años 1365 y 1367 elimina a sus rivales del bajo Yangzi y del Zhe-
jiang, Zhang Shicheng y Fang Guozhen, y funda en Nankín la dinastía de los
Grandes Ming, adoptando el nombre de reinado de Hongwu (I368~1399). La
ofensiva prosigue dentro y fuera de China desbordando los límites de las provin-
cias chinas con una especie de empuje imparable. 1368, el mismo año de la fun-
dación del imperio. es el año de la toma de Pekín, la capital principal de los Yuan;
1369 el de la de Shangdu (Kaiping) en Mongolia oriental; 1370, el del cerco a los
ejércitos mongoles en Mongolia; 1371, el de la reconquista de Siehuan; 1372, el
de la del Gansu; 1382 el del Yunnan donde subsiste todavía un núcleo de tropas
mongolas. En 1387, finalmente, se reunifica toda China. La expansión viene con-
firmada en el exterior por la gran victoria de Buinor (1388) en Mongolia del nor-
este, la adhesión a China por parte de la dinastía coreana de los Yi fundada en
1392, y las expediciones a Asia Central y a Asia del sureste. Esta política que bus-
LA RESTAURACiÓN NACIONAL 351
1371: 575.965 ha
13730 1.911.692 ha
1374, 4.974.069 ha
1379, 1.485.572 ha
asegurar a la población de qué vivir. Pero al mismo tiempo se toma una nueva
orientación de cara al futuro: la base principal de los imperios Ming y Qing será
la agricultura. Así pues, en la economía estatal del siglo XIV se ha producido un
cambio neto. Mientras durante los Song el Tesoro Público se alimentaba en gran
parte de las tasas comerciales, y la economía mercantil conservaba todavía un
papel importante bajo los mongoles, a partir de ahora lo esencial de los recursos
del estado lo proporcionarán los agricultores.
La importancia otorgada a la fiscalidad agraria explica el extremo cuidado que
se dedica en la era Hongwu a la fijación de un catastro general de todas las tierras
del imperio y a los registros de la población. La primera de estas empresas dura
veinte años y termina en 1387: son los Registros acompañados de mapas en for-
ma de escamas de pescado (Yulin luce). Los registros del censo, o Registros ama-
rillos (Huangce), se establecen en los años 1381 y 1382 Y se revisan en 1391.
Tendencias absolutistas
El imperio de los Ming fue fundado por un campesino que miraba con des-
confianza instintiva a las clases letradas, hecho que lo incitaba a controlar estre-
chamente gobierno y administración. Sus orígenes explican sin duda que Ilongwu
hiciera un gran esfuerzo para favorecer el reclutamiento y promoción de funcio-
narios salidos de los medios populares. Desconfiado y celoso de su autoridad,
Hongwu no tarda en volverse contra los que le habían ayudado a acceder al poder
supremo. En 1380 -Hongwu tiene en este momento 62 años- se celebra el gran
proceso contra Hu Weiyong, su antiguo compañero de annas, originario él tam-
bién del Anhui. Demasiado poderoso, se le acusa de haber proyectado una rebe-
lión y se le declara sospechoso de estar cn contacto con mongoles y japoneses.
15.000 personas se ven implicadas en este inmenso proceso que termina con la
ejecución de Hu Weiyong. Hongwu aprovecha la ocasión para concentrar todo el
poder en sus manos. Suprime el Gran Secretariado Imperial (Zhongshusheng) y
coloca bajo su autoridad directa los seis ministerios (Función Pública, Finanzas,
Ritos, Ejército, Justicia y Obras Públicas). Al mismo tiempo procede a una refor-
ma de la administración militar que le asegura un control más estrecho del ejérci-
to gracias a la creación de una Dirección General de los Cinco Ejércitos (/Fu/un
dudufu) que depende de él.
En 1385 se producen nuevas purgas, durante las cuales se ejecuta a un gran
número de funcicrerios acusados de irregularidades o de delitos de lesa majestad
354 EL MlJl\OO CHINO
LÁMINA 25. Avenida que conduce a la tumba del emperador Hongwu (1368-1398), funda-
dor de los Ming, en Nankín.
Es posible que el ejemplo del imperio mongol no fuera ajeno al carácter auto-
crático del nuevo imperio de los Ming. Hay muchos indicios que apuntan hacia
ello y merece la pena señalar, por ejemplo, que el Código de los Ming (Minglü)
(1367, revisado en 1374, 1389 Y 1397), está muy marcado por la influencia de la
legislación mongola.
La obra del fundador de los Ming puede considerarse crucial para la historia
de los dos siglos y medio posteriores a su muerte y con razón se le rendirán hono-
res de héroe hasta finales de la dinastía. En efecto, Hongwu restableció, al precio
de un inmenso esfuerzo colectivo, la prosperidad material de China y le devolvió
su potencia y su prestigio en el exterior, confiriendo a la política un impulso que
se notará hasta mediados del siglo xv. Y, además, creó las instituciones funda-
mentales de un nuevo imperio. Pero está igualmente claro que el fundador es el
punto de partida de todos los VIcios políticos y sociales de que adolecerá la China
de los Ming. El clima de recelo que se inició durante su reinado no se disipará
jamás: el paso del tiempo no hará sino agravar el malestar y la desconfianza entre
el poder central y sus agentes. Las tendencias a la centralización, al gobierno auto-
ritario y secreto, se acentuarán bajo los sucesores de Hongwu. Por otra parte, tanto
la constitución utópica que pretendía imponer a la sociedad china como las insti-
tuciones establecidas durante su reinado serán objeto de una especie de venera-
ción: seguirán siendo el punto de referencia a pesar de las transformaciones de la
economía y de la sociedad. De ahí vino una distorsión cada vez mayor entre las
realidades y la teoria administrativa basada en censos y cuotas de impuestos fija-
dos a finales del siglo XIV. De ahí, también, vino el éxito de compromisos y expe-
dientes, la importancia adquirida por las costumbres locales y la acumulación de
los reglamentos de detalle. Finalmente, los vicios del sistema fiscal y el poder
de hecho que se dejaba a las familias ricas e influyentes localmente agravarían muy
rápidamente la opresión sufrida por las clases más desfavorecidas y, con ello, su
inestabilidad.
LA CONTINUACIÓN DE LA EXPANSIÓN
Tras la retirada de los mongoles hacia el norte durante la era Hongwu, a 10lar-
go de la dinastía seguirá habiendo dos grupos de tribus poderosas: en el noroeste,
los oirats, conjunto de poblaciones diversas, y en el noreste los tátaros. Este últi-
mo nombre será deformado en tártaros por los europeos, que lo aplicarán abusi-
vamente a los manchúes, poblaciones de origen tungús y no mongol que no tienen
tampoco relación con los tátaros de la Rusia soviética, que son de origen turco. En
el momento de la guerra civil, desencadenada por el príncipe de Yan contra el suce-
sor de Hongwu, los cirats entran de nuevo en actividad; pero el emperador Yongle
reemprcnderá con éxito la ofensiva contra las tribus mongoles y dirigirá en per-
sona cinco grandes expediciones, consiguiendo una gran victoria en el río Onon
al noreste de Ulan Bator en 1410. Fue durante su reinado cuando se ocupó Manchú-
ria hasta la desembocadura del Amur. Desde 1404 se estableció un gobierno ge-
neral de esta región de taiga en Nurgan, al sur de la desembocadura del Amur.
A unos 5.000 km de alli un ejército chino de 200.000 hombres interviene en
1406 en el Dai Viét en el norte del Vietnam y pone punto final al reino de los Trán.
Pero esta ocupación militar y la anexión de hecho de la cuenca del río Rojo y del
Vietnam central no se mantendrán sin dificultades. Un movimiento de liberación
cuyos inicios se remontan a 1418 terminará por expulsar a los ocupantes en 1427.
Su jefe, 1"(; Loi, fundará la nueva dinastía vietnamita de los l.c.
LA RESTAURACiÓN NACIONAL 357
Estas grandes ofensivas militares que devuelven a la China de la era Yongle las
fronteras del imperio de los Yuan, extendiéndolas incluso hacia el sur hasta incluir
Vietnam, vienen acompañadas por una intensa actividad diplomática desde el Ja-
pón a la isla de Java y desde Indochina a Oriente Medio. Se envían emisarios a
Asia Central. Durante el reinado de Hongwu, un monje budista llamado Zonglei
había sido encargado de una misión que revestía sin duda un carácter tanto diplo-
mático como religioso: debía traer textos sagrados de las regiones occidentales y
por ello viajó por el interior de Asia de 1382 a 1386. Bajo Yongle se envió tres
veces a un tal Chen Cheng a Asia Central, en 1413, 1416 Y 1420. Llegó hasta Tran-
soxiana en el imperio de Timur (Tamerlán) y al regresar de su primera misión
redactó unas Notas sobre las etapas de un viaje a Seríndia (Xiyu xingchengji), así
como unas Memorias sobre los reinos bárbaros de Serindia (Xiyu jangua zhi).
Hacia la misma época, un eunuco de palacio, Hou Xian, fue al Tíbet y a la India
entre 1403 y 1406, al Nepal en 1413, a Bengala en 1415 y 1420 por vía marítima,
yen 1427 volvió por última vez al Tíbet, dos años después de la muerte de Yongle.
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MAPA 19. Las expediciones marítimas de Zheng He (1405-1433).
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TRANSFORMACIONES POLÍTICAS,
SOCIALES Y ECONÓMICAS
La época que sigue al gran período de expansión de las eras Hongwu y Yon-
glc, a finales del siglo XIV y principios del xv, está marcada, por una parte, por el
refuerzo de las tendencias hacia un gobierno secreto y autocrático que tan claras
eran ya en el fundador de la dinastía y, por otra, por una serie de transformaciones
que alteran de forma cada vez más acusada las instituciones creadas durante la era
Hongwu.
LA EVOLUCIÓN POLíTICA
medio siglo más tarde los eunucos controlan prácticamente toda la administra-
ción y deciden sobre nombramientos y promociones de funcionarios en el gobier-
no central y en las provincias. Al reforzar la centralización y crear un consejo pri-
vado (el «Pabellón del interior», neige) que a partir de 1426 sustituirá poco a
poco a los organismos regulares de gobierno, los emperadores habian obrado en
beneficio de los eunucos, que acabaron infiltrándose en el centro mismo del po-
der. El extraordinario poder de estos servidores de palacio les viene de haber
sabido controlar la policía secreta, una de las armas más temibles de la autocra-
cia de los Ming. Los Hombres de la Bsplanada del Este (dongchang), que bajo
Yongle sustituyen a los Guardias con Trajes de Brocado Uinyiwei) creados por
Hongwu, no tardaron en caer bajo el control de los eunucos. En los años 1465-
1487 serán los Caballeros Rojos de la Esplanada del Oeste (xichang) quienes rea-
lizarán por cuenta de los eunucos la misma función de enviados secretos, espías
y agentes provocadores, aprovechándose de sus poderes ilimitados y ocultos para
hacer chantaje y corromper. El emperador, privado de cualquier medio de in-
formación y de control, juzga en base a denuncias sin conceder audiencia a los
acusados.
La omnipotencia de los eunucos hace que los funcionarios imperiales se sien-
tan aún más inseguros ante el poder arbitrario del que dependen. Los corrompe y
aumenta su desapego hacia la autoridad central. Los más integras y los mas devo-
tos a la persona del emperador se debaten entre contradicciones trágicas. A los
motivos políticos de su hostilidad hacia los eunucos se suma una oposición que
arranca de las diferencias de origen y de educación. La mayoria de los eunucos
son gente del norte y de extracción popular, mientras los funcionarios proceden
generalmente de familias de letrados del bajo Yangzi y del norte del Zhejiang.
El traslado de la capital
Una decisión de serias consecuencias acentuará el divorcio entre el gobierno
central y sus agentes y, de forma más general, entre la corte y el conjunto de las
elites letradas. En ]421 Pekín se eleva al rango de capital principal, cuando hasta
entonces Nankín había sido la sede del gobierno central y de la corte. Pero el tras-
lado, que fue posible por la restauración del Gran Canal entre 1411 y 1415, sólo
se hará progresivamente, mientras parte de los servicios siguen en Nank.ín y no se
terminará hasta cerca de 1450. Esta decisión puede parecer sorprendente. Pekín
era en efecto una ciudad excéntrica en la que las influencias de la estepa siempre
habían sido sensibles. Además, quedaba relativamente expuesta a las incursiones
de los mongoles y se vería gravemente amenazada por sus ataques a mediados del
siglo XVI. Desde luego la dinastía mongola de los Yuan había convertido a Pekín
en su capital en 1271 y antes que ella se habían instalado allí los imperios de los
Jin y de los jürchen. Pero era la primera vez que un imperio de origen chino esta-
blecía su capital en una región tan septentrional. Es posible que el emperadorYon-
gfc sintiera afecto por los parajes c11 que había sido príncipe y en los que había
encontrado apoyo en el momento de su expedición hacia el sur. Es posible tam-
bién que los hombres del bajo YangzÍ suscitaran su recelo y antipatía. Pero quizá
tuviera otra razón: la importancia estratégica de la región de Pekín para controlar
tanto Mongolia oriental como los territorios dctnoreste. De hecho fue bajo el rei-
LA RESTAURACiÓN NACIONAL 367
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MAPA 21, Los emplazamientos sucesivos de las capitales Liao, Jin y Yuan en el territorio
de Pekin.
Linea de puntos: el Pekín de los Ming y de los Qing. En línea continua: la localización de
los palacios. l. Capital Yanjing de los Liao. 2. Capital Zhongdu de los Jin. 3. Capital Dadu
(Janbalik) de los Yuan (segun M. Pirazzoli-T'Serstevens, Chiné, co!. «Architecture univer-
selle», Friburgo, Office du Livrc, 1970).
nado de Yongle que las fronteras del imperio retrocedieron hasta el lejano valle del
Amur. El trastada de capital traducía, pues, una voluntad de expansión hacia la
zona de las estepas y Manchuria y, finalmente, la ambición de reconquistar la posi-
ción dominante en Asia que había tenido el imperio de los Yuan entre finales del
siglo XIIl y mediados del XIV.
Pero al instalarse en Pekín, el poder imperial se alejaba de la China poblada,
activa, comerciante e intelectual del bajo Yangzi y del norte del Zhejiang, conde-
nándose a perder más fácilmente el contacto con las elites de estas regiones.
-los que en las provincias del suroeste donde abundan las poblaciones no
chinas (Guangdong, Guangxi, Yunnan, Guizhou, Hunan) aseguran la represión
contra las sublevaciones de estas tribus celosas de su independencia;
- los que están encargados de la defensa de las dos capitales y se encuentran
concentrados en las afueras de Pekín y de Nankin;
- finalmente, los que en todas las zonas de gran producción agrícola y a 10
largo del Gran Canal que une Hangzhou a Pekín se encargan del aprovisiona-
miento y de los transportes.
Algunos cambios se introducirían poco a poco en el sistema instaurado en la
era Hongwu. Las familias del ejército, cuyo núcleo primitivo formado por los
compañeros de lucha del fundador se había engrosado con la adhesión de algunos
elementos de las tropas mongolas y con la adición de condenados y campesinos,
empiezan a disminuir desde principios del siglo xv debido a las deserciones: des-
de todos los puntos de vista, su condición se consideraba la menos envidiable de
todas. Pero hay más que eso: paralelamente a esta reducción de los efectivos, la
superficie de las tierras asignadas a las colonias militares decrece bruscamente a
mediados del siglo xv debido a las compras ilícitas de los grandes propietarios.
Con ello, empiezan a plantearse al poder central problemas graves que se habían
resuelto con la institución de las familias del ejército y de las colonias militares:
los del reclutamiento, financiación de los gastos militares y avituallamiento. Los
Ming se ven, pues, obligados a volver a las prácticas de la época de los Song y a
recurrir cada vez más amplíamente al reclutamiento de mercenarios. Esto es 10
que sucede tras el desastre de 1449, cuando se constituyen en Hebei y en Henan
unidades de mercenarios llamadas minzhuang (ebravos reclutados entre la pobla-
ción»}. Pero es raro que se formen milicias de defensa local como las tubing (etro-
pas locales»), creadas a finales del siglo xv o también como las milicias campesi-
nas formadas en los momentos de los ataques más graves de los piratas japoneses
a mediados del siglo siguiente: a pesar de su eficacia, el poder central desconfía
de este tipo de tropas que siempre pueden convertirse en el núcleo de una rebe-
lión. En cuanto al déficit provocado por la desaparición de las colonias rnilitares,
se compensa en parte con los impuestos y en parte con la creación de predios en
las provincias del norte que se atribuyen a ricos mercaderes encargados de explo-
tarlos. Son las shangtun o «colonias de mercaderes»: a cambio de cultivarlas con
trabajadores asalariados y de las entregas que se hacen a los ejércitos, los merca-
deres de las shangtun obtienen licencias para comerciar con la sal. De esta insti-
tución arranca sin duda la rápida fortuna de mercaderes y banqueros del Shanxi a
partir de finales de la época de los Ming.
cían de por vida en los talleres que dependian del ministerio de Obras Públicas, las
zhuzuo, y las que debían proporcionar cada año un determinado número de jorna-
das laborales en estos talleres que a veces quedaban muy alejados de sus domici-
lios, las lunban. Las condiciones desfavorables que se estipulaban a los artesanos
(los pagos interiores a los precios corrientes, la obligación que se les imponía oca-
sionalmente de hacer largos desplazamientos hasta Nankín o Pekín, la reducción
de su tiempo libre ...) y, por otra parte, la expansión económica de las provincias
del bajo Yangzi y de las provincias marítimas, en las que había una fuerte deman-
da y en las que los pagos se hacían en plata, acabarían siendo factores negativos y
provocando una baja constante del número de familias que dependían del minis-
terio de Obras Públicas. Al mismo tiempo, los progresos de la economía moneta-
ria incitaban al estado a sustituir poco a poco los trabajos obligatorios por las
tasas: a partir de 1485 los artesanos establecidos en las provincias podían rescatar
sus turnos de trabajo obligatorio en las capitales mediante pagos en plata, y esta
práctica se generaliza hasta el punto de quedar reflejada en la legislación de 1562:
en esta fecha todos los servicios de los artesanos sometidos a tumos de trabajo
obligatorio se sustituyen por tasas en plata y esta clase particular de artesanos de-
saparece entonces por completo. Pero también el número de artesanos de por vida
disminuyó constantemente a 10 largo de la dinastía. Entre 1403 y 1424, siendo
emperador Yongle, se contaban en los talleres imperiales a unos 27.000 maestros
artesanos, cada uno de los cuales tenía bajo sus órdenes a una media de tres a cin-
co obreros. En 1615 sólo quedan ya 15.139. En vísperas de la invasión manchú los
registros de las familias de artesanos han desaparecido prácticamente y el nuevo
imperio de los Qing los suprimirá definitivamente en 1645.
Así pues, durante los siglos xv y XVI tuvo lugar, debido a las transformaciones
económicas y a la evolución social, la liberación progresiva de un artesanado que
al principio quedaba bajo la dependencia más o menos estrecha de la administra-
ción.
el Shandong, en 1420, por una especie de iluminada llamada Tang Saíer que
pretende ser la «madre de Buda» (jómu) y cuyas tropas atacan las ciudades del
sureste de Shandong. También podríamos recordar las sublevaciones muy nume-
rosas de las poblaciones no chinas, thai, tibeto-birmanas, miau y yao en las pro-
vincias del sureste desde principios de la dinastía. A veces, esas sublevaciones se
combinan con rebeliones de los campesinos-chinos: en 1516, un tal Pu Fae incita
LA RESTAURACIÓN NACIONAL 373
de los recursos del estado proviene de las entregas en cereales exigidas a los cam-
pesinos. Sin embargo, durante la China de los Ming se sigue procediendo, como
se había hecho en el siglo XI, a las emisiones de papel moneda y el estado intenta
imponer el uso de los billetes de varias maneras: compra en billetes de las mone-
das de cobre en 1394, prohibición de usar plata y oro en las transacciones en 1403,
pago de los funcionarios en billetes... Pero todos estos esfuerzos resultan inefica-
ces. El papel moneda, no convertible, se devalúa tan rápidamente como 10 había
hecho bajo los mongoles. El billete, cuyo valor se había fijado en 1375 en 1.000
piezas de monedas de cobre y en un liang de plata, vale tres o cuatro veces menos
algunos años más tarde y mil veces menos que elliang de plata en 1445. El uso
del papel moneda sólo puede mantenerse al precio de injusticias y de actos arbi-
trarios por parte del estado y de sus agentes. Así, aunque los billetes sigan estan-
do en circulación hasta cerca de 1573, las emisiones se pararán a partir de 1450 y
en adelante se reanudarán muy raras veces. Finalmente, cuando el imperio se vea
amenazado en su misma existencia por las sublevaciones populares y se encuen-
tre con su economía a punto de hundirse, el estado recurrirá por última vez a los
billetes. Entre 1643 y la toma de Pekin por Li Zicheng al año siguiente se impri-
mirán billetes, los últimos que se hayan impreso en China antes de los billetes de
banco de la época contemporánea. Desde principios del imperio manchú será un
dogma establecido que recurrir al papel moneda es señal de mala administración.
Así terminó en China una institución que ella había sido la primera del mundo en
adoptar. Su historia en ese país revela una contradicción fundamental: la existen-
te entre una economía de estado y una economía comercial que aquél no podía
controlar y que le desbordaba por todas partes. La creencia en la eficacia de las
medidas autoritarias para fijar el valor de las formas de pago, creencia que obede-
cía a una larga tradición de economía estatal, quedaría totalmente en entredicho
por el triunfo general de la moneda de plata.
Desde principios del siglo xv, el uso de lingotes de plata empieza a imponer-
se en determinadas regiones comerciantes e importadoras de plata, como en el
caso del Guangdong, donde los impuestos se pagan ya con este tipo de moneda.
En 1423 se señala la extensión de estos pagos por el bajo Yangzi, donde la admi-
nistración decide que, en la entrega de los impuestos, un liang (tael: término mala-
yo adoptado por los europeos) de 36 g de plata equivale a 4 shi (o sea, 240 litros)
de cereales. El uso de la plata gana terreno en.todas partes durante la segunda mi-
tad del siglo xv. Se pagan en plata: los tributos de las provincias a partir de 1465,
los impuestos de los productores de sal a partir de 1475, las tasas que eximen a los
artesanos de sus turnos de trabajos obligatorios en 1485, y, a partir de los años
1480-1500, se admite que los campesinos puedan librarse también de determina-
dos trabajos obligatorios mediante el pago de tasas en plata.
Hay que admitir, pues, que la masa de plata en circulación aumentó mucho
durante el siglo xv, lo que explica sin duda el tráfico clandestino con Japón, pri-
mer exportador de este metal, así como los progresos de la producción local. Pero
esta transformación de la economía se acentuará a finales del siglo XVI con la ins-
talación de los españoles en Filipinas en 1564-1565 y la fundación de Manila en
1571. Al aumento de las importaciones se añadirían hacia la misma época los
efectos de la «fiebre minera» en los años 1590-1605, cuando el impuesto fijo sobre
las minas se sustituye por algún tiempo por una tzsa sobre la producción.
LA RES1AURACIÓN NACIONAL 375
PELIGROS EXTERIORES
A mediados del siglo XVI, desde más o menos 1540 a 1560, China sufrió los
ataques combinados de los mongoles en sus fronteras del norte y de los piratas del
mar sobre e! conjunto de sus costas. Estas presiones exteriores que ponen en peli-
gro su independencia parecen haber sido provocadas por una política de restric-
ción de los intercambios que, en el caso de las relaciones marítimas, se contradi-
ce con una poderosa expansión de las actividades comerciales.
modus vivendi entre mongoles y chinos. Pero nuevos peligros aparecerían pronto
en el noreste: los japoneses penetran en Corea a finales del siglo XV} y a principios
del XVlI se constituye un nuevo poder en las regiones situadas al norte de Pekín.
Son los jürchen, que pronto tomarán el nombre de manchúes.
La piratería
China debe enfrentarse a mediados del siglo XVI con un grave peligro venido
del mar: los ataques de los piratas japoneses, conocidos bajo el nombre de wokou
(wo, «enano», es un término antiguo consagrado con el que se designa a losjapo-
neses) alcanzan su máxima intensidad entre 1540 y ] 565, Yel período más crítico
se sitúa en los años ]553-1555, inmediatamente después de los ataques más peli-
grosos de los mongoles capitaneados por Altan Jan. Sin duda, la piratería no es
una novedad de la época: al parecer ha existido de forma casi ininterrumpida du-
rante todas las épocas de la historia y ha sido practicada por todas las poblaciones
marítimas de Asia Oriental: coreanos, chinos de las provincias costeras, victnami-
tas, malayos, gentes de Sumatra, de Java... Precisamente por eso el término de
wokou no debe tomarse en un sentido estricto incluso en el caso de que los japo-
neses formaran desde finales del siglo XIV hasta principios del XVI el grueso de los
efectivos de la piratería. A decir verdad, el término general de piratas designa un
contingente cosmopolita y de actividades muy diversas: entre ellos encontramos
rónin (especie de caballeros mercenarios), dependientes de los daimíos Matsudai-
ra, y antiguos comerciantes y marineros de las costas chinas. Uno de los jefes de
los wokou a mediados del siglo XVI es un chino originario del Anhui llamado
Wang Zhi. Gran negociante a la vez que pirata, comercia con Japón, Luzón, Viet-
nam, Siam, Malaca, dedicándose al contrabando del azufre, utilizado para fabri-
car explosivos, de las sedas y de los brocados. Instalado en las islas del sur de las
Kyüshú. es tan temido que recibe el sobrenombre de «rey que purga los ruares»
(Jinghaiwang). Atraído a Hangzhou con añagazas es ejecutado allí en 1557. Pero
en las filas de los piratas se encuentran también personajes más humildes: contra-
bandistas de poca monta, comandantes dc barcos de alta mar de origen chino o
extranjero, remeros y marineros (chuanmin) que hacen el puente entre la costa y
las islas casi desiertas que sirven de lugar de reposo, de depósito y de escala.
Finalmente, esta piratería que está íntimamente asociada con el comercio de con-
trabando, encuentra múltiples complicidades en el continente: armadores y mer-
caderes, notables y a veces incluso funcionarios de la administración imperial.
Pero hay una evolución evidente desde finales del siglo XlV, cuando las activi-
dades de la piratería parecían ligadas sobre todo a las luchas que enfrentaban al
fundador de los Ming con sus rivales. Algunos de los adversarios de Hongwu,
refugiados en las islas niponas, se habrían asociado con piratas japoneses. Es posi-
ble que entre ellos hubiera antiguos partidarios de Fang Guozhen (1319-1374),
aquel personaje dudoso que tan pronto luchaba contra los ocupantes mongoles
como contra los movimientos de resistencia, y cuyas tropas estaban formadas por
contrabandistas y piratas de las costas del Zhejiang. En 1364 y 1371 se señalan pi-
ratas japoneses (wokou) en Corea. Algunos se aventuran a partir de este momen-
to hasta el estuario del Yangzi, saquean ciudades y campos de la isla Chongming,
de la región de Suzhou o, más al sur. las costas del Zhejiang o del Fujian. Así pues,
LA RESTAURACiÓN NACIONAL 377
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menudo, dado que las embajadas eran más frecuentes de 10 que autorizaban los re-
glamentos. A pesar de las suspensiones decididas por los Ming, en los años que
siguieron a 1432 se contaron diecisiete embajadas japonesas y el volumen de los in-
tercambios oficiales parece haber sido bastante importante. Con ocasión de las
embajadas, en cada viaje se importaban de Japón decenas de miles de sables, azu-
fre, centenares de miles de libras chinas de cobre, madera de sapán para el tinte,
abanicos... En cuanto al flete de retomo, consistía en sedas, libros, pinturas y mo-
nedas de cobre.
Señalemos de paso la importancia de estas embajadas para la historia de las
influencias chinas en el Japón durante la época de los Ming. Estas misiones con-
taban entre sus miembros a numerosos monjes budistas que a veces estaban inves-
tidos de funciones oficiales. Estos religiosos, a menudo cultos, se interesaban no
sólo por el budismo sino por las artes, la literatura profana y la filosofía china.
Hasta 1403 tuvieron plena libertad para circular y vivir en China, pero en la era
Yongle seguían estando autorizados a pasar en China un año entero. Gracias a las
embajadas, más de cien monjes japoneses conocidos pudieron venir a China entre
los siglos xv y XVI, visitando, en la ruta de Ningbo a Pekín, Hangzhou, Suzhou,
Nankín, el valle del rio Huai, Tianjin, y entrando en contacto con los letrados chi-
nos. En sentido inverso, monjes budistas chinos fueron enviados al Japón con mo-
tivo de las embajadas chinas y contribuyeron también a difundir por este país la
influencia de la cultura china de la época. Señalemos también el caso de un rico
mercader chino llamado Song Suqing (1496-1523), originario del Zhejiang, que
mantuvo relaciones comerciales con el Japón, se estableció allí en 1510 Y formó
parte de la embajada japonesa que atracó en Ningbo en 1523. Es en parte gracias
a estas relaciones oficiales y a través de los religiosos budistas que obras, caligra-
ñas y pinturas chinas se conservaron en el Japón.
Sin embargo, estas relaciones entre los Ming y el Japón se estropearían a par-
tir de 1522, año en que el gobierno central, ante el recrudecimiento de los ataques
de los piratas, decide poner punto final a la actitud de tolerancia que había adop-
tado durante la mayor parte del siglo xv. Al año siguiente estalla una disputa en
Ningbo entre dos embajadas japonesas que pretenden ser consideradas ambas
como regulares. Aquella a la que las autoridades chinas se niegan a reconocer el
carácter oficial saquea la ciudad y estos desórdenes estimulan a los partidarios de
la firmeza. En 1530 los japoneses dejan de estar autorizados para enviar embaja-
das a Ningbo. A partir de este momento la piratería progresa rápidamente y su
reclutamiento se extiende a la misma China. Las bases principales de los piratas
están en las islas Zhoushan (Chusan), en el noreste de las costas del Zhejiang, en
la región de Xiamen (Amoy) y Quanzhou, en la de Chaozhou, en el noreste del
Guangdong, asi como en las islas del sur del archipiélago nipón. Todas las costas
chinas son saqueadas desde el norte del Shandong hasta el oeste del Guangdong
en un centenar de kilómetros hacia el interior. En la región rica y poblada que se
extiende al sur del Yangzi, los piratas penetran hasta Nankín y en el sur de la pro-
vincia de Anhui. La defensa de las costas está tan mal asegurada que la adminis-
tración no tiene más alternativa que la de requisar los barcos de pesca. Es sólo des-
pués de las grandes devastaciones y masacres de los años 1553-1555 que empieza
a organizarse la contraofensiva. Una calma relativa se restablece en las costas del
Zhejiang en 15sti, y al año siguiente en el Fujian, a raíz de la ofensiva lanzada por
380 EL MUNDO CHINO
LA RENOVACIÓN URBANA
Progresos técnicos
Los numerosos tratados técnicos que aparecen a finales de los Ming revelan
progresos netos en algunos procesos artesanales: telares para seda de tres o cuatro
devanaderas, perfeccionamiento de los telares para algodón (1os trajes de algodón
son de uso corriente desde el siglo XIV), procedimientos para la impresión de plan-
chas de tres o cuatro colores, y hasta cinco en la era Wanli (1572-1620), progre-
sos notables de la edición, invención en Songjiang de una aleación de cobre y pIo-
rno para la fundición de los caracteres móviles, procedimientos de fabricación del
azúcar blanco y del azúcar glas. Son bien conocidos los sorprendentes resultados
de la cerámica en la época Ming y sobre todo en las eras Xuande y Chenghua (de
1426 a 1487), antes de que las necesidades de la producción en serie, en parte ex-
portada por mar, provocaran una cierta decadencia en la calidad y belleza de las
piezas.
Pero los progresos técnicos no se limitan a los oficios artesanales. Afectan
también a la agricultura induciendo su diversificación. Los tratados de técnicas
agrícolas que aparecen a finales de los Mingrdescriben nuevas máquinas para el
LA RESTAURACiÓN NACIONAL 383
Tras la alerta provocada por las ofensivas mongolas y los ataques de los piratas
japoneses se nota una mejora relativa que se confirma a medida que los peligros ex-
teriores desaparecen. El emperador que reina bajo el nombre de era Longqing
(1567-1573) es un autócrata ilustrado, preocupado por la justicia social y las refor-
mas. La política iniciada durante su reinado prosigue a principios de la era Wanli:
reducción de los gastos de la corte, defensa de los pequeños campesinos explo-
tados por los grandes propietarios, regulación de los cursos de los ríos Amarillo
y Huai. Un administrador honrado y eficaz, Pan Jixun (1521-1595), se encarga
durante 29 años del mantenimiento de los diques del río y de los del Gran Canal.
Todas las medidas de restauración econórrrtca que se toman en esta época tienen
LA RESTAURACIÓN NACIONAl 385
Crisis financiera
El palacio imperial gasta el dinero a manos llenas. Basta un solo ejemplo para
ilustrar el fasto de la corte: la construcción de la tumba del emperador Wanli entre
1584 y 1590 esta tumba se descubrió por casualidad y se excavó entre 1956-
1959- cuesta 8 millones de líang. Los ladrillos se traen de Linqing en el noroes-
te del Sbandong, sobre el Gran Canal. las piedras se transportan desde una mon-
taña de la misma provincia y para el armazón se utilizan cedros del Sichuan y de
las provincias del suroeste. Pero a los gastos suntuarios de la corte hay que añadir
pronto los provocados por el aumento de los peligros exteriores. Durante el mis-
mo año 1592, Bobai, jefe mongol de la región de Ningxia, cerca del curso supe-
rior del río Amarillo, proclama su secesión, las minorías étnicas de la región de
Zunyi en el Guizhou se sublevan y los japoneses desembarcan en Corea al mando
del shogún Hideyoshi Toyotomi (1536-1598). Las largas operaciones lanzadas por
los Ming contra las tropas japonesas entre 1595 y 1598 tienen un final favorable a
China pero agotan por completo el Tesoro público. Cuando, veinte años más tar-
de, el príncipe jürchen Nurhaci, que había ayudado a los ejércitos chinos en su
lucha contra la invasión japonesa, se vuelva eontra los Ming, China será ya inca-
paz de oponcrlc una resistencia eficaz en las provincias del noreste.
La guerra de Corea, en 1593-1598, cuesta al Tesoro público 26 millones de
liang. Sin embargo, el final de esta guerra no aligera el peso de los gastos mili-
tares a principios del siglo XVII: el ejército de finales de los Ming es un ejército
de mercenarios que adolece del doble inconveniente de ser tan pletórico como
ineficaz. Los efectivos se han duplicado desde finales del siglo XIV, pero este
aumento corre parejo con un declive en la calidad de las tropas. Matteo Ricci en
sus Memorias sobre China, escritas a principios del siglo XVII, juzga severa-
mente a la soldadesca de la época: «Todos los que están bajo las armas escri-
be-- llevan una vida despreciable puesto que no han abrazado esta profesión ni
por amor a su pais, ni por abnegación hacia su rey, ni por el gusto de honores y
glorias, sino como individuos al servicio de un patrón que les emplea». Siempre,
según Ricci, los caballos del ejército imperial son unos pobres jamelgos a los que
ahuyenta un relincho de los caballos de la estepa. El ejército es el basurero de la
sociedad: gandules, rateros, bribones que son carne de horca, bandidos de los
montes...
Otra causa del déficit proviene de las rentas entregadas a los parientes de la
familia imperial. Los veinticuatro hijos de Hongwu habían sido desposeídos de
todo poder para reducir al mínimo posible los riesgos de usurpación, pero a cam-
bio se les había dotado de amplios predios, poseían tierras de pasto en las provin-
cias del norte, disponían de una guardia personal de 3.000 a 19.000 hombres y per-
cibían ricos emolumentos. Esta nobleza imperial había aumentado de generación
en generación hasta el punto de pesar seriamente sobre el presupuesto del estado
386 EL MUNDO CHINO
a finales de los Ming. El príncipe de Qingcheng había tenido por sí solo 94 des-
cendientes en linea directa. Bajo Wanli (1572-1619) había 45 príncipes de primer
rango que recibían unas rentas anuales de 10.000 shi (el equivalente en plata de
unas 600 toneladas de cereales), y 23.000 nobles de rango menor. Más de la mitad
(4.040.000) de los ingresos procedentes de los impuestos del Shanxi y del Henan
(7.400.000 shi), se reservaban para el pago de estas rentas. Esta situación provo-
caría, durante los años 1573-1628, la suspensión de los permisos de matrimonio
para los príncipes y de la entrega de títulos de nobleza.
Las dificultades financieras con que choca el gobierno de los Ming a partir de
finales del siglo XVI le obligan a tomar unas medidas que, en la mayoría de los ca-
sos, no hacen sino agravar el malestar social. Para compensar un déficit debido al
abandono de tierras, hecho que parece haber tomado una gran amplitud en esta
época, el gobierno refuerza las tasas comerciales, crea puestos de aduana sobre el
Yangz¡ y el Gran Canal y hace más opresivos todavía los impuestos sobre el cam-
pesinado. La subida de las tasas comerciales provoca una crisis de las empresas
artesanales. En Linqing, en el Shandong, 45 tiendas de tejidos sobre 73 y 21 tien-
das de satén sobre 33 se ven obligadas a cerrar a principios del siglo XVI/. Las
sublevaciones de artesanos en las ciudades se multiplican. Entre 1596 y 1626 se
citan casi anualmente rebeliones urbanas en aquellas regiones que hasta entonces
habían sido las más activas: en Suzhou, Songjiang, Hangzhou, Pekín y en todos
los grandes centros artesanales. En 1603, los mineros de las minas privadas de
Mentougou, a 30 km al este de Pekín, hacen una marcha de protesta sobre la capi-
tal. El descontento, agravado tanto por las medidas económicas y los despidos de
empleados del estado como por el alza de tasas e impuestos, desembocaría en las
grandes insurrecciones de los años 1627-1644, precedidas en los años 1621-1629
por las sublevaciones de poblaciones no chinas, provocadas en los confines del
Yunnan, del Sichuan y del Guizhou por las incorporaciones forzosas al ejército.
Crisis política
Los años l615~1627 están marcados por el grave conflicto que enfrenta a un
grupo de funcionarios integros y de intelectuales leales con el poder oculto de los
eunucos, poder éste que se basa en las maquinaciones tramadas a la sombra de pa-
lacio, en las complicidades adquiridas dentro y fuera, y en la pasividad de una ad-
ministración a la que la corrupción y el terror han hecho dócil. El partido que
agrupa a estos hombres de origen muy diverso se había formado en torno a una de
las numerosas academias privadas (shuyuan) que fueron a menudo, a finales de los
Ming, centros de libre discusión literaria y política. La Academia de Donglin en
wuxi, Jiangsu, se remontaba al siglo XII y la había fundado un funcionario letra-
do del Fujian llamado Yang Shi (1053-1135). Restaurada en 1604, se habia con-
vertido en uno de los principales centros de la oposición. Sus miembros, letrados
independientes o antiguos funcionarios que generalmente habían sido destituidos,
cultivaban las ideas antiabsolutistas del Mengzi y utilizaban contra la corte y el
gobierno central los principios políticos y morales de la ortodoxia neoconfuciana.
Esta actitud se ha repetido múltiples veces a lo largo de la historia hasta la época
manchú: lo que los occidentales llaman pomposamente conñzcíanismo ha sido
mucho más a menudo una arma en manos de la oposición que una ideología ofi-
LA RESTAURACIÓN NACIONAL 387
cial. Los adeptos del Donglin empiezan por situarse en el terreno de la legitimi-
dad y de la regulación de las prácticas.
A finales de la era Wanli, tres acontecimientos que afectan de cerca al palacio
excitan las pasiones y desencadenan la crisis: en 1615 se trata de un incidente en el
que cree verse un atentado fallido contra el príncipe heredero; en 1620, la muerte
sospechosa del emperador Taichang, del que se sospecha que ha sido envenenado
por los eunucos y, en el mismo año, la resistencia opuesta por los eunucos a la mar-
ginación de llna antigua favorita. Algunos creen ver ya en estos hechos la mano del
temible eunuco Wei Zhongxian. La historia cuenta que este Wei Zhongxian (1568-
1627) era un granuja que se había hecho castrar para pagar sus deudas dejuego, con
la seguridad de que así encontraría un empleo en palacio. Analfabeto, se le asignó al
departamento de los ritos, gracias al apoyo de la dama Ke, nodriza del futuro
emperador Tianqi (1621-1627). En 1621, con motivo de la subida al trono del nue-
vo emperador, se le encarga la dirección de las tumbas imperiales. Los miembros del
Donglin, cuya autoridad se había impuesto durante un periodo de la era Wanli, vuel-
ven al poder a principios de la era Tianqi, pero su ínfluencia dura poco. Weí Zhong-
xian organiza su red de complicidades y no tarda en controlar el conjunto de la ad-
ministración gracias a su policía secreta. A partir de 1625 y hasta la muerte del
emperador Tianqi, tiene lugar una terrible represión contra los miembros y simpati-
zantes del Donglin, muchos de los cuales mueren en la cárcel. Se publica una lista
de más de 700 «conjurados», altos y medios funcionarios, que permite lanzar una
persecución generaL Se cierran las academias que servían de centros a la oposición.
Sín embargo, Wei Zhongxian proyecta erigir por todas partes templos a su propia
gloria y a la de sus cómplices. Son los «templos de los vivos» (shengci). Cada una
de estas construcciones, la primera de las cuales se levanta a orillas del lago del Oes-
te en Hangzhou en honor del gobernador del Zhejiang, Pan Ruzhen, ocasiona gas-
tos fabulosos. Para aumentar su poder, Wei Zhongxian multiplica los nombramientos
de favor y el número de funcionarios ficticios mientras la corrupción se extiende
como una plaga. El terrible eunuco es asesinado con la subida al trono del último
emperador de los Ming (1628-1644) y el Donglin es rehabilitado. Un rebrote del
Donglin aparecerá en Suzhou con el (Partido de la Renovación» (Fushe), también
llamado «Pequeño Donglin», que se presenta como un círculo político-literario.
Contará con más de 2.000 miembros, una cuarta parte de ellos funcionarios, pero
tras ejercer una cierta influencia, se encontrarán a su vez apartados del gobierno.
La crisis de los años 1615-1627 tuvo profundas repercusiones políticas, mora-
les e intelectuales sobre las generaciones de esta época. Provocó el rechazo a una
filosofía dominante -la de Wang Yangmíng (1472-1529)- que estaba demasia-
do apartada de los problemas concretos de la política, incitó a poner en tela de jui-
cio un régimen absolutista que estaba en contradicción con la tradición letrada y
creó finalmente una confusión moral que preludiaba aquella, todavía más profun-
da, que provocaría la invasión manchú.
A partir de los años 1627-1628, una serie de malas cosechas debidas a sequías
persistentes provoca la agitación del Shaanxi, tanto entre los campesinos como
entre las tropas del norte de la provincia a las que no llega el avituallamiento. La
agitación no tarda en extenderse al Shanxi, al valle del río Wci y al Sichuan. Para
ahorrar, el gobierno decide en 1629 licenciar parte de las tropas destinadas a la
vigilancia de los relevos de postas y esa medida provoca nuevas sublevaciones en
el noroeste del imperio. Hacia 1636. las provincias del centro, norte y noroeste han
escapado al control de Pekín y dos de los jefes rebeldes que luchan contra los ejér-
citos imperiales y que pelean unos con otros han terminado imponiéndose y elimi-
nando a sus adversarios: Li Zicheng, un antiguo pastor de ovejas enrolado al ser-
vicio de los relevos de postas, que ocupa y administra toda la China del norte; y
Zhang Xianzhong (1606-1646), un antiguo soldado originario de Yan'an que se
había hecho el amo del valle del Yangzi y del Sichuan.
Li Zichcng se afianza en una posición estable a partir de 1640. Gana para su
causa a dos antiguos «licenciados» (candidatos que habían superado los exáme-
nes provinciales), Li Van y Niu Hnxing, que le proporcionan presagios fastos y
que seguirán siendo sus consejeros hasta el final. En la primera luna de 1644, Li
Zicheng se proclama rey del reino de Dashun (Gran Prosperidad) y pone en fun-
cionamiento una administración regular. Dispone entonces de 400.000 soldados
de infantería y de 600.000 de caballería. Tres meses más tarde entra en Pekin
donde el emperador Chongzen se suicida en la colina del Carbón (Meishan), al
norte del palacio imperial. Es en este momento cuando Wu Sangui, el general que
mandaba los ejércitos imperiales acantonados en Shanhaiguan, entre ellIebei y el
Liaoning, frente a los ejércitos manchúes, se alía con los futuros invasores y mar-
cha sobre la capital. En su huida, Li Zicheng se repliega a Xi'an donde se pro-
clama emperador en 1645. Viene después la retirada hacia el sur: Xiangyang,
Wuchang, Yueyang, y, para terminar, una pequeña ciudad del suroeste del l lunan.
donde lo matan dos campesinos que entregan su cabeza al comandante de las
tropas enviadas en su persecución. Su sobrino Li Guo, impelido por la piedad
filial, completa su cuerpo con una cabeza de paja y lo entierra al pie del monte
Luogong.
Mientras Li Zicheng extendía su imperio por la China del norte, Zhang Xianz-
hong ocupaba el Jiangxi, el Hunan, el norte del Guangdong y del Guangxi. El mis-
mo año en que ti Zichcng se proclama emperador en Xi'an, Zhang Xianzhong se
otorga el titulo de rey en Chengdu. Hostigado por las tropas manchúcs en 1646,
morirá en un combate cerca de su capital.
Las rebeliones de Li Zicheng y de Zhang Xianzhong, aunque ambas busquen
el derrocamiento del poder establecido, son de naturaleza distinta. Li Zicheng se
apoya en la clase de pequeños propietarios, relativamente numerosa en la China
del norte, y en los letrados sin fortuna. Ocupa el terreno y administra. Zhang
Xianzhong, al contrario, se mueve en regiones de grandes propiedades, se apoya
en las capas más miserables de la sociedad y reina por el terror. Ricos propieta-
rios, notables y funcionarios imperiales son masacrados. Zhang Xianzhong des-
truye las riquezas por odio al lujo. Libera a todos aquellos a quienes las con-
diciones económicas han reducido a un estado de dependencia y crea un ejército
femenino (pozí jun). Se entiende el odio que le profesan las familias ricas del
Sichuan, las cuales, cuando llegan las tropas manchúes, crean milicias contrarrc-
LA RESTAURACiÓN NACIONAL 389
Tienjino
Pusen
•
volucionarias para ayudar a los invasores. Zhang Xianzhong lucha dos años coo-
tra sus asaltantes y muere en combate en 1646. Sin embargo, uno de sus lugarte-
nientes llamado Li Diogguo se escapará al Yunnan y se mantendrá allí hasta 1662.
La amenaza manchú
La situación del imperio de los Ming en vísperas de la invasión explica que los
manchúcs no tuvieran dificultades para penetrar en China y hacerse con el poder.
Todo les es favorable: la anarquía general, la ruina de las finanzas públicas, el pá-
nico del gobierno central que llega al colmo con el suicidio del emperador, la
debilidad de los ejércitos acantonados en el Hebei para defender la capital, y final-
mente las divisiones internas de los chinos y las complicidades con que cuentan
los invasores entre una parte de la población. Son muchos, en las clases altas, los
390 EL MLNDO CHINO
que prefieren una alianza, que esperan sea provisional, con los enemigos del exte-
rior antes que un triunfo de las rebeliones populares. Algunos, desde hace tiempo
en contacto con los futuros conquistadores de China, están incluso dispuestos a
colaborar. El caso de Wu Sangui no es único, como muestra el ejemplo de otro
general de los ejércitos de los Ming, Hong Cuengchou (1593-1665). Hong había
tomado parte activa en la lucha contra las tropas de Li Zicheng entre 1634 y 1638
Y había sido llamado para defender la capital contra la amenaza de los jürchen en
1639. Hecho prisionero en 1642, se enrola cn las Banderas manchúcs.
Por otra parte, desde el punto de vista estratégico, los manchúcs consiguen lo
esencial entre la toma de Shenyang (Mukden] y de Liaoyang en 1621, y la ocupa-
ción del conjunto de Manchuria hasta Shanhaiguan en 1642. En efecto, el sistema
de defensa del imperio de los Ming en el noreste estaba formado por las tres pro-
vincias del Hebei, el Liaoning y el Shandong (península del Liaodong y costas
septentrionales del Shendong que podían ponerse en contacto por mar en 24 ho-
ras). La alianza de Corea contribuía a la seguridad de esta región. Pero este siste-
ma de defensa era frágil, puesto que las llanuras de Manchuria no presentaban el
obstáculo de ninguna barrera natural y el paso de Shanhaiguan era la única gran
vía de comunicación entre el Hebei y el Liaodong. Para paliar la ausencia de barre-
ras naturales, los Ming habían construido una línea de defensa que iba del oeste
de la desembocadura del río Yalu a Kaiping, a 300 km al norte de Pekín, y otra de
Shanhaiguan a .lilin (Kirin). Estas «murallas de las fronteras con hileras de sau-
ces» (Ltuiiao hianqiang) estaban formadas por fosos y terraplenes plantados con
sauces destinados a parar la caballería de los jürchcn. La caida de estas defensas
y la ocupación de la cuenca del río Liao dejaban Pekín en manos de los invasores.