Ética, Vocación y Profesión
Ética, Vocación y Profesión
Ética, Vocación y Profesión
A manera de introducción…
Tomando en cuenta la idea general que ya tenemos acerca de la Ética y su origen, hoy la
relacionaremos con una de las formas cuestionadas tradicionalmente por la sociedad y es la
vocación y el ejercicio de la profesión cualquiera que esta sea. Para ello analizaremos el artículo
titulado: La ética y la vocación profesional, escrito por Juan Ramon Collaguazo Solis* Jeverson
Santiago Quishpe** como resultado de la investigación realizada por la Universidad Politécnica
Salesiana, Ecuador, y publicado: abril de 2019
La palabra profesar tiene como significado “declarar o enseñar en público’’, y deriva del latín
culto profiteri (cuyo participio es profesus), que quiere decir “declarar abiertamente’’, ‘‘hacer
profesión’’, ‘‘confesar’’. De igual forma el origen proveniente de las palabras “profesor” y
“profesión”, que sirven para hablar de ‘‘quien hace profesión de algo’’. Así se puede decir que
alguien “hizo profesión de fe...”, que “profesó en la universidad de...”, etcétera.
Por un lado, pues, el que declara públicamente, el que es un profesor, quien profesa una
convicción; y por el otro, por la vía de la profesión, el profesional. El que es “un profesional”
renuncia a sus intereses personales, cualesquiera que éstos sean, se pone al servicio de los
intereses de su profesión, cuyo fundamento ético (ethos, o forma peculiar de ser,
ontológicamente hablando), asentado en la dignidad humana, impide tomar al hombre como
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un medio. Esa dignidad ética hace decir a Kant que al ser humano jamás se le debe tomar como
un medio sino como un fin en sí mismo. (Camarena, Manuel, Manuel, & Camarena, 2002)
Según Max Weber: “Es la actividad especializada y permanente de un hombre que, normalmente,
constituye para él una fuente de ingresos y, por tanto, un fundamento económico seguro de su
existencia”. Si el término "hombre" se substituye por "persona" o "ser humano", dado que las
mujeres a lo largo del tiempo se incrementan en el mundo profesional por ende laboral, la
definición de Weber ahora podría ser: la profesión es la actividad especializada de una persona,
con la que se gana habitualmente su sustento, en un mundo en el que la fuente principal de
ingresos de buena parte de la población es el trabajo (Weber, 1969).
También Augusto Hortal, en su libro “Ética general de las profesiones”, menciona que una
profesión es una actividad diaria ocupacional, en “la que de forma institucionalizada o técnica se
presta un servicio puntual a la sociedad, por parte de un conjunto de personas (los profesionales)
que se dedican a ellas de forma estable, obteniendo de ellas su medio de vida o sustento,
formando con los otros profesionales (colegas) un colectivo que obtiene o trata de obtener el
control monopolístico sobre el ejercicio de la profesión, y tienen acceso a ella tras un largo
proceso de capacitación teórica y práctica, de la cual depende la acreditación o licencia para
ejercer dicha profesión”.(Hortal, 2002).
Luego de conocer algunos conceptos se vuelve interesante saber que, también hay conflictos por
el hecho de que casi cualquier dedicación o empleo aspira a ser una honorable profesión, con el
fin de disfrutar de los correspondientes beneficios. Estos se ligan también al hecho de que
actualmente la mayor parte de las profesiones no se ejercen solas, sino en el seno de alguna
institución que administra los recursos y separa las funciones a desempeñar, condicionando el
ejercicio diario de la profesión a sus propios intereses.
Se dice que las profesiones que aspiren a estar a la altura de la conciencia moral de nuestro
tiempo deberán buscar la excelencia en un doble sentido:
La ética profesional es básicamente un compromiso con lo que ustedes hacen, con lo que yo
hago, con lo que cada persona hace.
Este compromiso debería ser tan profundo como dice Aristóteles respecto a las virtudes, “poco
o nada” tiene que ver el saber, pues para la moral valen más los actos de justicia, templanza y la
responsabilidad, y especialmente la autenticidad (Lledó, 1985).
Por lo tanto, una falla profesional, entendida también como una falla de ética profesional es
algo muy grave, porque en realidad el ethos profesional no permite infidelidades: el que las
comete no es un profesional en falta; simple y radicalmente ya no lo, es más. Un científico que
miente, no es un hombre mentiroso, sino alguien que ya no es un científico; un médico que se
pone al servicio de la muerte, deja de ser un médico, aunque siga teniendo su título en una de
las paredes de su consultorio (Hirsch Adler, 2005). Hortal ubica la ética profesional como una
ética realista en la que se lleva a cabo una vida moral a través del ejercicio profesional.
Cabe resaltar que para que ninguna de las actividades profesionales pierda su horizonte ético,
además de realizarse con habilidades y conocimientos técnicos requeridos desde un marco legal
vigente, no deberá dejar de lado su razón de ser por dedicarse a la búsqueda de los bienes
externos que pueden derivarse de su ejercicio (dinero, prestigio, poder, etc.) ya que ahí se
encuentra el origen de la corrupción profesional. En conclusión, para no perder el horizonte ético
de la profesión no se debe priorizar los bienes externos que son consecuencia del ejercicio
profesional, a los bienes internos y personales que la sociedad espera de cualquier profesión.
Referencias
• Camarena, S., Manuel, J., Manuel, J., & Camarena, S. (2002). Res-Ex-1735_2017-Bases-
ISP_.pdf.
• Hirsch, A. (2013). Elementos teóricos y empíricos acerca de la identidad. Perfiles
Educativos, 35(140), 63–81.
• Construcción de una escala de actitudes sobre ética profesional The Construction of an
Attitude Scale About Professional Ethics. Revista Electrónica de Investigación
Educativa, 7(1), 1–14. Retrieved from http://redie.uabc.mx/vol7no1/contenido-
hirsch.html
• Hortal, A. (2002). ÉTICA DE LAS PROFESIONES.
• Lledó, E. (1985). Ética Nicomaquea Ética Eudemia Editorial Gredos, 562.
• Quispe, J., & Arias, A. (2018). La ética profesional en la ingeniería como fundamento
para el progreso de comunidades en el Ecuador.
• Weber, M. (1969). Las Profesiones: un valor en alza, 1–3.