Proceso Acumulación Taylorista y Fordista CT

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Proceso acumulación Taylorista:

La transformación del proceso de trabajo y de valorización con Taylor En relación con lo antes señalado,
podemos enunciar tres principios básicos del taylorismo:
1. Disociación entre el proceso de trabajo y la pericia de los obreros: consiste en reunir en las manos de la
gerencia toda la información que poseen los obreros en su saber práctico, en su conocimiento tradicional,
clasificarlo, Transformaciones del mundo del trabajo y la producción Guerriere, Altschuler y Garo 34
tabularlo y reducirlo a reglas y fórmulas. Esto permite a la gerencia descubrir los métodos más rápidos y
expeditivos para realizar una tarea, encontrar la one best way de los modos operativos en el taller.
2. Separación estricta de los puestos de ejecución y concepción: en la idea de Taylor, todo trabajo cerebral
debe ser removido del taller y concentrado en el departamento de concepción y planeación. La dirección
debe dar diariamente instrucciones estrictas respecto del trabajo que debe realizarse al día siguiente, no
solo qué debe producirse sino, además, cómo, cuánto y en qué tiempo debe realizarse.
3. Fragmentación y medición de tiempos y movimientos: el trabajo es descompuesto en un conjunto de
gestos de producción, concebidos y preparados por la dirección de la empresa y cuyo respeto es vigilado
por ella. Es lo que se conoce como tiempo asignado, en el que estrictamente debe desarrollarse la
correspondiente tarea.
El primer principio consiste entonces en la reunión y el desarrollo del conocimiento de los procesos del
trabajo, el segundo es la concentración de este conocimiento para el dominio exclusivo de la gerencia y el
tercero es el uso de este monopolio del conocimiento para fragmentar y controlar cada paso del proceso
de trabajo y su modo de ejecución. Ninguno de estos principios es estrictamente nuevo en cuanto a la
producción en la gran industria, pero con el taylorismo cada uno de ellos es estudiado y desarrollado por
primera vez en forma sistemática por la administración capitalista. El segundo de ellos –la separación de
los puestos de concepción y ejecución– va a normalizar la división entre trabajo manual e intelectual de la
que ya hablamos, reduciendo el trabajo manual a unos movimientos mínimos y concentrando el trabajo
intelectual en manos de la dirección en forma de conocimientos científicos. El tercer principio –la
fragmentación de las tareas, la medición de tiempos y movimientos y el control de estos por la dirección–
se relaciona con lo que hemos señalado en cuanto a la división del trabajo dentro del taller. Pero con el
taylorismo esto es llevado a un extremo en que las tareas y movimientos fragmentados son estandarizados
minuciosamente, a fin de asegurar que los trabajadores utilicen únicamente los gestos operatorios más
eficaces según el denominado one best way, es decir, la única mejor manera posible de realizar una tarea
según los estudios y descubrimientos realizados por los departamentos de concepción y planeamiento.
El pensamiento de Taylor El taylorismo instauró una serie de mecanismos y dispositivos que se legitimarían
como saberes “científicos” en torno al trabajo y que tuvieron como uno de sus objetivos centrales
disciplinar la mano de obra en función de los requerimientos del modo de acumulación. Taylor,
significativamente, denominó a la nueva concepción Organización Científica del Trabajo (OCT). En su libro
The Principles of Scientific Management (1911) realiza un riguroso estudio del tiempo y los movimientos en
el taller como vía por excelencia para aumentar Transformaciones del mundo del trabajo y la producción
Guerriere, Altschuler y Garo 33 la productividad. Con la introducción del cronómetro en el taller, Taylor se
propone: • disminuir los tiempos muertos en la producción, • descomponer los movimientos y fragmentar
el trabajo en monotareas, y • separar los puestos de ejecución de los puestos de control. Coriat (1992a)
señala, sin embargo, que el pensamiento de Taylor no se reduce a un conjunto de ideas sobre la
organización del taller, sino que encierra además una estrategia económica de conjunto para el capitalismo
americano. Taylor sostiene que la fuente de la riqueza no la constituye el dinero sino el trabajo. Puede
decirse que Taylor postula entonces una teoría del crecimiento: si el trabajo es la fuente de la riqueza, solo
el aumento de la productividad del trabajo puede favorecer el desarrollo de la acumulación del capital.
Taylor, entonces, se fijó como objetivo obtener el máximo u óptimo rendimiento de la fuerza de trabajo en
una jornada laboral. Para ello se encontró en primer término con un problema fundamental que fue
definido por él mismo como la tendencia de los hombres a la “holganza o flojera sistemática”. Se trataría
de un acuerdo deliberado y consciente de los trabajadores a fin de preservar sus intereses.

El fordismo
El fordismo se constituyó como un conjunto de principios y prácticas que superaban el ámbito estricto del
taller para sentar las bases, junto al taylorismo, de un nuevo modelo de acumulación capitalista y para
convertirse en un sistema de vida total. Como veremos luego, su injerencia en cuanto a las condiciones de
reproducción de la fuerza de trabajo fue de gran importancia; pero podemos señalar desde ya que estas
deben entenderse en el marco del surgimiento de la producción en masa, a la que el fordismo contribuyó
decididamente, y del ya mencionado Estado de bienestar, que puede caracterizarse en términos generales
por salarios altos, bajos precios y una demanda elevada. La idea de Ford consistía en abocarse a la
producción de un solo modelo de auto simple, el Ford T Negro. Tenía que ser de producción y consumo
masivos, de precio modesto para que lo comprara cualquiera que ganase un buen salario e incluso para
que pudiera ser adquirido por los propios empleados de la empresa. Para ello había que aumentar en gran
medida la producción, a partir especialmente de la utilización intensiva de la maquinaria y de su
perfeccionamiento. Para Ford el estudio de tiempos y movimientos en el taller era necesario, pero no
respecto de los hombres; el cronometraje tenía como objetivo ajustar el ritmo y movimiento de las
máquinas, los hombres solo debían adaptarse a ellas. La fábrica de Ford es un dispositivo coherente donde
el trabajo humano es una prolongación, un apoyo del sistema mecánico (Coriat, 1992a).
Dos conceptos importantes para el análisis que estamos realizando: la intensificación y la productividad del
trabajo. Puede decirse que la intensificación del trabajo ocurre cuando, con una tecnología constante, un
mismo número de trabajadores produce en el mismo tiempo una cantidad mayor de productos-
mercancías. En este caso, el aumento de productos-mercancías solo puede resultar del incremento del
ritmo de trabajo o, lo que es lo mismo, de la reducción de los tiempos muertos en la jornada laboral. Por el
contrario, se manifiesta un aumento de la productividad del trabajo cuando, dentro de un mismo ritmo de
trabajo, la misma cantidad de trabajadores produce una mayor cantidad de productos-mercancías. En este
caso, el progreso se debe a una mayor eficacia técnica de los medios utilizados o a la introducción de
nuevas tecnologías.

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