Rawls - Justicia Como Equidad
Rawls - Justicia Como Equidad
Rawls - Justicia Como Equidad
JOHN RAWLS
N.E.
* Aunque muchos autores han traducido el término "fairness" como equidad
o imparcialidad, hemos optado por mantener el término en el idioma ori-
ginal debido a las dificultades de traducción.
** A partir de noviembre de 1983, diferentes versiones de este ensayo fueron
presentadas a la Universidad de Nueva York, el Taller de Teoría Legal
de la Escuela de Derecho de Yale, la Universidad de Illinois, y la Univer-
sidad de California, en Davis. Agradezco a muchas personas por aclarar
numerosos puntos y por formular críticas constructivas; como resultado
de esto, el ensayo ha cambiado mucho. En particular, estoy en deuda con
Arnold Davidson, B.J. Diggs, Catherine Elgin, Owen Fiss, Stephen Holmes,
Norbert Hornstein, Thomas Nagel, George Priest, y David Sachs; y espe-
cialmente con Burton Dreben, quien ha sido constantemente de gran ayu-
da. Deudas con otros, en puntos particulares, están indicadas en las notas
a pie de página.
Publicado originalmente en Philosophy and Public Affairs, 14: 3, 1985.
Reproducido con permiso del autor.
JOHN RAWLs es profesor de filosoña en la Universidad de Harvard, Estados
Unidos.
II
s Esta idea fue presentada en Una Teoría ... , op. cit., p. 387 f, como un modo de
debilitar las condiciones para la razonabilidad de la desobediencia civil en
una sociedad democrática más o menos justa. Aquí, y más adelante, en las
secciones VI y VII, es usada en un contexto más amplio.
JUSTICIA COMO "FAIRNESS": POLITICA, NO METAFISICA 93
12 lbíd., p. 214 f.
13 Sobre el "constructivismo kantiano", ver especialmente la tercera confe-
rencia señalada en la nota 2.
98 JOHN RAWLS
III
14 Aunque Una Teoría ... , utiliza esta idea desde el comienzo (es presentada
en p. 4), no acentúa, como lo hago aquí y en "Kantian Constructivism", que
las ideas básicas de justicia como "faimess" son consideradas como implí-
citas o latentes en la cultura pública de una sociedad democrática.
JUSTICIA COMO "FAIRNESS": POLITICA, NO METAFISICA 99
IV
21 Una Teoría ... , op. cit., pp. 138 f, 147. Las partes en fa postura original son
descritas como individuos definidos teóricamente, cuyas motivaciones es-
tán especificadas por la descripción de esa postura, y no por una visión psi-
cológica acerca de cómo son realmente motivados los seres humanos. Esto
es también parte de lo que se quiere significar cuando se dice (p. 121) que
la aceptación de los principios particulares de justicia no se plantea como
una ley psicológica o como probabilidad, sino que se desprende, más bien,
de la descripción completa de la postura original. Aunque no puede lo-
grarse la finalidad en forma perfecta, queremos que el argumento sea
deductivo, "una especie de geometría moral". En "Kantian Constructivism"
(p. 532) las partes son descritas como agentes meramente artificiales que
tienen lugar en una construoción. Así, creo a R. B. Brandt equivocado al
objetar que el argumento de la postura original está basado en una psico-
logía defectuosa. Ver su A Theory of the Good and the Ríght ( Oxford:
Clarendon Press, 1979), pp. 239-242. Por supuesto, uno podría objetarle a la
postura original que modele la concepción de la persona y la deliberación
de las partes de maneras que son inadecuadas para los propósitos de una
concepción política de justicia; pero, para estos propósitos, la teoría psico-
lógica no es relevante en forma directa. Por otro lado, la teoría psicológica
es relevante para dar cuenta de la estabilidad de una concepción de justi-
cia, como se discute en Una Teoría ... , op. cit., Pt. III (ver más adelante,
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25 Para la idea de muerte social, ver Orlando Patterson, Slavery and Social
Death (Cambridge, MA.: Harvard University Press, 1982), esp. pp. 5-9,
3845, 337. Esta idea es interesantemente desarrollada en este libro y tiene
un lugar central en el estudio comparativo de la esclavitud, hecho por
este autor.
26 Ver "Social Unity and Primary Goods", en Utilitarianism and Beyond,
comps. Amartya Sen y Bemard Williams (Cambridge: Cambridge Univer-
sity Press, 1982), Secc. IV, pp. 167-170.
JUSTICIA COMO "FAIRNESS": POLITICA. NO METAFISICA 11!
VI
ver Una Teoría ... , op. cit., último párrafo de la Sección 35, p. 220 f. Para
la idea de autonomía total, ver "Kantian Constructivism", op. cit., p. 528 f.
JUSTICIA COMO "FAIRNESS": POLITICA, NO METAFISICA 115
VII
del derecho (puesto que lo justo cae bajo el derecho). Creo que esta
prioridad es característica del liberalismo como doctrina política,
y algo semejante a esto parece esencial para cualquiera concepción
de justicia razonable destinada a un Estado democrático. Así, para
entender cómo la unidad social es posible, dadas las condiciones
históricas de una sociedad democrática, comenzamos con nuestra
idea intuitiva básica de cooperación social, una idea presente en la
cultura pública de una sociedad democrática, y procedemos de ahí
hacia una concepción de justicia pública como la base de la unidad
social de la manera que he esbozado.
En cuanto a la pregunta de si esta unidad es estable, esto de-
pende fundamentalmente del contenido de las doctrinas religiosas,
filosóficas y morales disponibles para constituir un consenso super-
puesto. Por ejemplo, suponiendo que la concepción política pública
sea la justicia como "fairness", imaginemos que los ciudadanos sos-
tienen una de estas tres perspectivas: la primera perspectiva sus-
tenta la justicia como "fairness" porque sus creencias religiosas y
comprensión de la fe conducen a un principio de tolerancia y sus-
criben la idea fundamental de la sociedad como un esquema de
cooperación social entre personas libres e iguales; la segunda pers-
pectiva la sustenta como una consecuencia de una concepción moral
liberal omnicomprensiva, como las de Kant y Mill; mientras que la
tercera sustenta la justicia como "fairness" no como una consecuen-
cia de alguna doctrina más amplia, sino como suficiente en sí misma
para expresar valores que normalmente pesan más que cualesquiera
otros que se les pudieran oponer, al menos, en condiciones razona-
blemente favorables. Este consenso superpuesto parece mucho más
estable que otro fundado en perspectivas que expresen escepticismo
e indiferencia hacia valores religiosos, filosóficos y morales, o que
considere la aceptación de los principios de justicia simplemente
como un prudente modus vivendi, dado el equilibrio existente de las
fuerzas sociales. Por supuesto, hay muchas otras posibilidades.
La fuerza de una concepción como la justicia como "fairness"
puede consistir en que las doctrinas más amplias que persisten y
ganan adherentes, en una sociedad democrática regulada por sus
principios, están inclinadas a cohesionarse en un consenso super-
puesto más o menos estable. Pero, obviamente, todo esto es especu-
lar bastante, y hace surgir preguntas que son poco comprendidas.
puesto que las doctrinas que ganan adherentes dependen en parte
de las condiciones sociales, y en particular, de estas condiciones
cuando están reguladas por la concepción de justicia pública. Así,
estamos obligados a considerar en algún momento los efectos de las
condiciones sociales requeridas por una concepción de justicia po-
lítica sobre ia aceptación de esa concepción misma. En situación
parecida, una concepción será más estable o menos, dependiendo
de cuánto más las condiciones hacia las que conduce soportan doc-
trinas religiosas, filosóficas y morales amplias, que puedan consti-
tuir un consenso superpuesto estable. No puedo tratar aquí estas
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33 La Parte 111 de Una Teoría ... , op. cit., tiene principalmente tres objetivos:
primero, efectuar una descripción de lo bueno como racionalidad (Cap. 7)
que ha de procurar las bases para identificar bienes primarios, esos bienes
que, dada la concepción de personas, los partidos tienen que suponer que
son necesarios a las personas que representan (pp. 397, 433 f); segundo,
efectuar una descripción de la estabilidad de una concepción de justicia
(Caps. 8-9), y de la justicia como "faimess" en particular, y mostrar que
esta concepción es más estable que otras concepciones tradicionales con las
cuales se la compara, junto con ser suficientemente estable; y tercero, efec-
tuar una descripción del bien de una sociedad bien ordenada, es decir, de
una sociedad justa en la cual la justicia como "faimess" es la concepción
de justicia públicamente sustentada y efectivamente realizada (Caps. 8-9 y
culminando en la sección 86). Entre las faltas de la Parte 111, creo ahora,
están ésas. La descripción de lo bueno como racionalidad a menudo se
lee como una descripción del bien completo para una concepción moral
omnicomprensiva; todo lo que debe hacerse es explicar la lista de bienes
primarios y las bases de los muchos bienes naturales reconocidos por el
sentido común, y en particular, la significación fundamental del respeto
propio y la autoestima (los que, como David Sachs y Laurence Thomas
me lo han hecho ver, no están distinguidos con propiedad), y entonces
de las bases sociales del respeto propio como un bien primario. Igual-
mente, la descripción de la estabilidad de la justicia como "faimess" no fue
ampliada, como debió de haberse hecho, al importante caso del consenso
superpuesto, como está esbozado en el texto; en vez de ello, esta descrip-
ción se limitó al caso más simple donde la concepción de la justicia pú-
blica es sustentada como suficiente en sí misma para expresar valores
que normalmente pesan más, dado el contexto político de un régimen
constitucional, que otros valores que se les puedan oponer (ver la tercera
perspectiva, en el consenso superpuesto indicado en el texto). En vistas
de la discusión en las Secciones 32-35 del Capítulo 4 de la libertad de
conciencia, la ampliación al caso de consenso superpuesto es esencial.
Finalmente, la relevancia de la idea de una sociedad bien ordenada como
una unión social de uniones sociales, para efectuar una descripción del
bien de una sociedad justa, no fue suficientemente explicada. A lo largo
de la Parte 111 hay demasiadas conexiones que están libradas a las que
haga el lector, de modo que uno puede quedar en la duda frente a mucho
de lo de los capítulos 8 y 9.