La Sangre de Cristo (Recuperado Automáticamente)

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EL SIGNIFICADO DE LA SANGRE

Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su


Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida (Romanos
5:10).
El Señor Jesucristo fue crucificado y su sangre fue derrama, entender la muerte de
Jesucristo y la sangre que Él derramó no solo es por motivo de curiosidad o
conocimiento histórico, los resultados de su muerte y resurrección de Jesús se
extienden a través de los siglos y están disponible para nosotros hoy. Muchos de
nosotros hemos reconocido lo que significa la aplicación de la sangre de Cristo a
todos los aspectos de nuestra vida, como ella puede traer sanidad, protección y
liberación para nosotros mismos y para aquellos a quienes amamos, su sangre
nos da libertad, poder y liberación más allá de lo que podemos imaginar, la
aplicación de Su poderosa sangra a nuestras vidas.
La sangre de Cristo se mueve y manifiesta a través de tres dimensiones
La dimensión histórica se aplica al periodo donde Jesús vivió en la tierra, donde
sufrió malos tratos, heridas y derramamiento de su sangre, la cual fue una vez y
para siempre, en esta etapa se le entrego a la humanidad la capacidad para ser
reconciliada con su Creador en una relación de amor.
La segunda es la dimensión eterna, en esta dimensión también se manifiestan los
sufrimientos de Jesús, en Hebreos 13:8 se nos menciona que “Jesucristo es el
mismo ayer, y hoy, y por los siglos”, entonces podemos comprender que también
se manifiesta en esa dimensión. La sangre de Jesús es suficiente, y la
misericordia de Dios se extiende a la humanidad en todo tiempo y espacio.
la tercera es la dimensión continua, donde después de ser derramada la sangre de
Jesús trae una provisión continúa para aquellos que han confiado en Él, es una
provisión que debe ser continua y real en nosotros pues su sangre no debe ser
ignorada, puesto que no se trata de algo común u ordinario, sin esa bendita
sangre ninguna persona pude tener una comunión con Dios o con Él Padre
celestial, dándonos de esta forma una relación para vivir en victoria sobre la
tentación, el pecado y el enemigo.
La sangre de Jesucristo trae provisión la cual fluye a través de los siglos y se
extiende por generaciones, esta provisión rompe las barreras que dividen a las
personas, por medio de su sangre se trae esta y otras provisiones como obtener
perdón, la limpieza de nuestros pecados, somos justificados, acercados a Dios,
obteniendo paz con Dios y la victoria sobre nuestros enemigos. Debe existir una
limpieza a través de esta preciosa sangre que fue derramada en el calvario,
Jesucristo tuvo la necesidad de este derramamiento para que nuestras vidas
fueran salvadas y lo podemos ver en (levítico 17:11) “la vida en la sangre esta”.

LA VIDA ESTA EN LA SANGRE

“Porque la vida de la carne en la sangre está” (levítico 17:11).


La sangre es un común denominador para toda la humanidad, es por medio de
ella que el ser humano tiene vida física, el Dr. William Harvey publico un articulo
donde se hablaba acerca de la circulación de la sangre y que la vida estaba en
ella, este conocimiento fue esencial para comprender como funciona el cuerpo
humano.
La vida del cuerpo entero deriva de la sangre, ya que había sido establecido en la
biblia miles de años antes en el antiguo testamente, Dios dijo al patriarca Noé,”
todo lo que se mueve y viva será para mantenimiento, pero su sangre no
comeréis, por que ciertamente demandare la sangre de vuestras vidas.
La sangre humana y su funcionamiento en el cuerpo es un tema tan complejo que
hay toda una especialidad médica (hematología), la cual esta dedicada a su
estudio. Este fluido misterioso circula alrededor de todo el cuerpo cada veintitrés
segundos, Dios dice que la vida es algo misterioso, que los científicos con sus
tubos de ensayos e instrumentos modernos nunca han sido capaces de definir o
comprender a fondo, está en la sangre de la carne, así que no puede haber vida
sin sangre.
La sangre se produce en la medula ósea, es reciclada cientos de veces al día, nos
da fortaleza, hace posible el crecimiento, es la protectora del cuerpo, una donación
de sangre saludable es una tremenda bendición para la gente enferma, es un
fluido milagroso que solo Dios pudo hacer y sin ella la vida termina, la sangre
contiene ese ingrediente indefinible que da vida a cada célula del cuerpo.
La sangre es preciada y esencial para la vida, pero la sangre que tenemos ahora
no es la misma sangre que originalmente Dios le había dado a la humanidad, a
causa del pecado de Adán trajo enfermedad a la sangre humana, si Adán no
hubiera pecado, él no habría tenido que morir, pero a causa de su pecado él
introdujo la muerte a la familia humana. El primer derramamiento de sangre en la
biblia no fue cuando Caín mato a su hermano Abel, sino fue en el huerto del Edén
cuando Dios sacrificó a un animal o animales para proveer abrigo para la
vergüenza. La biblia dice “entonces fueron abiertos los ojos de ambos y
conocieron que estaban desnudos”. Este derramamiento de sangre no solo era
con el propósito de cubrir su desnudez física, sino que fue también para cubrir su
desnudez espiritual.
La biblia también declara que sin derramamiento de sangre no hay remisión de
pecados, la sangre inocente y limpia de nuestro Señor Jesucristo tuvo que ser
sacrificada por los pecados de la humanidad.
La sangre es sagrada, Caín lo ignoro cuando mato a Abel por celos. Dios le
pregunto a Caín: ¿qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mi
desde la tierra, el hecho de asesinar y derramar la sangre de otra persona es un
acto tan terrible que cuando la sangre de Abel fue esparcida por la tierra, ella
“clamo” a Dios por justicia.
La tierra no será expiada de la sangre que fue derramada en ella, sino por la
sangre del que la derramo (Números 35:33).
Desde el tiempo de Caín y hasta el día de hoy, los seres humanos han continuado
derramando sangre de aquellos que fueron hechos a la misma imagen de Dios,
por lo tanto, la humanidad está en un estado caído, y aunque la mayoría de
nosotros no somos asesinos, cada uno de nosotros demuestra una naturaleza
caída en que todos hemos perdido el camino, no importa cual buenos seamos o
cual bondadosos o dadivosos podamos ser, aun tenemos momentos de
carnalidad, celos u otros vicios.
La sangre parece tener un fuerte efecto sobre los seres humanos, una persona la
puede encontrar repulsiva o agradable, otros son morbosamente curiosos acerca
de ella, fascinados con la sangre y con sus símbolos, personas involucradas en lo
oculto usan la sangre en varios ritos y ceremonias como parte central de sus
falsas religiones, satanás entiende la santidad de la sangre y provoca a las
personas a hacer mal uso de ella para sus propósitos perversos y malignos.

Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será
culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su
hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será
culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al
infierno de fuego. (Mateo 5:21-22).

Todo pecado conduce a el asesinato, conduce a una muerte espiritual, el precio es


alto, y el derramamiento de la sangre solo puede pagarse por medio de la sangre.
Hace muchos siglos estas verdades eran evidentes en las profecías y practicas
del antiguo testamento, el sistema del sacrifico era la forma en que Dios ilustraba
para nosotros lo que seria la muerte de Cristo y el derramamiento de su sangre,
así como la restauración ante Dios para darnos vida eterna.
LA SANGRE EN LOS SACRIFICIOS DEL ANTIGUO
TESTAMENTO

“Sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22).


La necesidad del derramamiento de sangre, para lograr la reconciliación con Dios,
es el centro principal del mensaje cristiano de redención.
Muchas biblias han escrito las palabras de Cristo en tinta roja, sin embargo, se ha
dicho que toda la Biblia fue escrita en color rojo—rojo sangre. Esto es porque hay
un "hilo carmesí" que se extiende desde la piel de los animales que Dios mató
para cubrir la desnudez de Adán y Eva hasta el Jinete del caballo blanco del libro
de Apocalipsis. La Biblia llama el nombre de ese Jinete "Fiel y verdadero" y dice
que: "estaba vestido de una ropa teñida de sangre; y su nombre es el verbo de
Dios" (Apocalipsis 19:11, 13).
estos sacrificios eran un tipo o presagios del supremo sacrificio del Cristo sin
pecado y la reconciliación con Dios provista por medio de Su sangre derramada.
mientras que en el Antiguo Testamento necesitaban ser ofrecidos diariamente,
anualmente y por situaciones específicas, solamente Su sangre era capaz de
expiar por los pecados de todo el mundo de una vez y para siempre.

los sacrificios del Antiguo Testamento que Israel ofrecía a Dios fueron definidos y
explicados con detalle exacto por medio de las órdenes de Dios dadas a Moisés
en el Monte Sinaí, que solamente la sangre puede pagar el precio del pecado.

EL pecado tiene un COSTO PERSONAL y para expiar este pecado el pueblo


seguía las instrucciones de Dios al pie de la letra, ellos traían animales de sus
propios rebaños, Solamente más tarde los judíos compraban animales dentro de
los predios del templo para el sacrificio. (Marcos 11:15).

Los sacrificios tomaron lugar en el tabernáculo, y más tarde en el templo,


siguiendo un ritual de presentación que a menudo iba acompañado por una
confesión de pecado. al principio las instrucciones de Dios decían que ellos debían
traer solamente animales de alta calidad y valor que les perteneciera a ellos. Este
requisito reforzaba el mensaje del costo personal del pecado. aquellos que traían
ofrendas a los sacerdotes tenían que entender el hecho de que había un precio
que pagar por haber pecado y que no se podía entrar a la ligera a la presencia del
santo Dios.
El significado de la expiación es una construcción de "de acuerdo o en acuerdo
con", indicando que, como resultado de la acción de Jesús a nuestro favor, somos
reconciliados o "en acuerdo con" nuestro Padre celestial. El sacrificio de sangre es
para cubrir el pecado

DIOS ORDENÓ LOS SACRIFICIOS

En el sistema levita ciertas ofrendas fueron ordenadas por Dios. Entre ellas estaba
el sacrificio de animales, tales como la ofrenda del holocausto, la ofrenda por el
pecado, la ofrenda de la culpa (u ofensa), y ofrendas de paz, que siempre eran
declaradas en plural. Más adelante las ofrendas de paz fueron divididas en tres:
La ofrenda de acción de gracias (o alabanza), la ofrenda votiva (o de los votos) y
la ofrenda voluntaria. Había también sacrificios de vegetales, tales como la
ofrenda de los cereales (u ofrenda "cocida"). estos sacrificios revelan mucho de
cómo Dios ve nuestra relación con Él. El propósito de la ofrenda era la
propiciación, pero con esta idea se unió otra, la entera consagración del adorador
a Jehová, este ritual presenta a Cristo ofreciéndose a Sí mismo sin mancha ante
Dios.

Para cumplir un sacrificio, era necesario el sacrificio de un joven animal macho de


los rebaños del oferente un toro, un carnero, un cordero o un macho cabrío— sin
ninguna clase de mancha corporal, muchos no tenían los recursos para dar ese
tipo de ofrendas, entonces influía mucho la posición económica de los oferentes
las cuales eran tomadas en consideración, y los que eran muy pobres podían
ofrecer pájaros en vez de animales más caros.

Los holocaustos eran quemado enteramente y se consagraban, a menudo se le


llama la ofrenda del holocausto. En el proceso, el oferente debía poner sus manos
sobre la cabeza del animal, simbolizando la transmisión del pecado de la persona
al animal sustituto. La ofrenda por el pecado era hecha por alguien que había
cometido pecado sin darse cuenta, también se aplicaba a pecados cometidos sin
intención.

Podemos observar que existían distintos tipos de ofrendas, según el pecado,


culpa, necesidad, etc.

OFRENDA POR LA CULPA (OFENSA)


Las instrucciones para la ofrenda por la culpa u ofensa están registradas en
(Levítico 5:14-6:7). Difiere de la ofrenda por el pecado en que ésta requiere no
solamente el sacrificio acostumbrado, sino también la paga de restitución
OFRENDAS DE PÁZ
Como mencioné anteriormente, las tres ofrendas de paz que se describen en
(Levítico 3) son la de acción de gracias (o alabanza), la votiva (o voto) y la
voluntaria. Los nombres indican los propósitos de cada una: Dar gracias por
bendiciones recibidas, demostrar que un voto había sido cumplido, o expresar
gratitud de un corazón contento.

OFRENDA DE CEREALES (COCIDO)


La ofrenda de cereales u ofrenda "cocida" era una ofrenda de granos, la palabra
cocida significaba lo que nosotros entendemos hoy por medio de la palabra
comida. Técnicamente, no se requería carne, aunque los versículos que la
establecen indican que la ofrenda de cereal a menudo era acompañaba con el
sacrificio de un animal. (Levítico 2:1—16 y 6:14—23). De hecho, la ofrenda de
cereales era hecha dos veces diariamente junto con las ofrendas encendidas. Si
era un producto cocinado, solamente debían emplearse los ingredientes más finos
y no era permitido usar levadura o miel. Una muestra de ella (un puñado) era
presentada al sacerdote para ser quemada y el resto podía ser usado como
alimento de los sacerdotes.

No obstante todo Holocausto tiene un significado como lo podemos ver


Si su ofrenda fuere holocausto vacuno, macho sin defecto lo ofrecerá; de su
voluntad lo ofrecerá a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Jehová.  Y
pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y será aceptado para expiación
suya. (Levítico 1:3-4).

De su voluntad lo ofrecerá a la puerta del tabernáculo de reunión delante de


Jehová. Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y será aceptado para
expiación suya.

Era responsabilidad del sacerdote hacer que la congregación fuera consciente de


sus deberes en el sacrificio. El ministerio del sacerdote se contrasta con el del
profeta. Mientras el profeta oía de Dios y anunciaba al pueblo lo que Dios deseaba
que oyeran, el trabajo principal del sacerdote era tomar los sacrificios del pueblo y
presentárselos a Dios, los sacrificios se realizaban el el tabernáculo y fue hasta
mucho después que los israelitas construyeron el templo para propósitos de
adoración y sacrificio.
Los holocaustos se llevaban acabo una vez al año y en este día que se realizaban
los sacrificios, se le conocía como día de la expiación. El Día de la Expiación tiene
significado especial dentro del sistema de sacrificios. La palabra hebrea para
expiación en este contexto es kippur. Significativamente, la New American
Standard Concordance ("Nueva Concordancia Estándar Americana") dice que
kippur se deriva de una palabra hebrea que significa "el precio de una vida. Este
día era algo más que una celebración, era un día de mucho afán y
arrepentimiento, el especto central del día era la ofrenda en el cual era
propiciatorio que la presencia de Dios se manifestara, en ese día el sumo
sacerdote expiaba primero por él mismo y por su casa, luego por el tabernáculo y
después por todo Israel.

Los eruditos bíblicos que indagan el sistema de sacrificios del Antiguo Testamento
nos dicen que toda la sangre vertida sobre los altares judíos a través de los siglos
nunca quitó un pecado. Sin embargo, Dios ordenó este sistema para proveer una
"cobertura" por el pecado del pueblo hasta que el Sacrificio Supremo fuera hecho,
el cual quitaría para siempre todos los pecados.

Sólo la sangre de Cristo es suficiente para expiar completamente el pecado, una


vez y para siempre, el llevo nuestros pecados sin pecar. Pero cuando vino el
cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la
ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la
adopción de hijos (Gálatas 4:4-5).
EL ÚNICO SACRIFICIO

"Y así, con una sola o renda hizo perfectos para siempre os santificados" (Hebreos
10:14).

la mayoría de los hombres y mujeres han sentido esta misma profunda sensación
de estar perdidos y solos. Sin importar su religión y si o no lo admiten, muchas
personas buscan hacer las paces con Dios por medio del sacrificio y las obras.

Este sentido de soledad viene del hecho de que ellos son incapaces de
reconciliarse con Dios por sí mismos y Jesús es la única vía por la que podemos
ser restaurados ante Dios.

Lo INADECUADO DEL ANTIGUO PACTO, Aunque el sistema de sacrificio


Mosaico fue dado a los israelitas, sus verdades son aplicables a todos los pueblos.
Los sacrificios, los sacerdotes, el arca del testimonio en el Lugar Santísimo y otros
aspectos del tabernáculo eran solamente copias terrenales de la realidad celestial
que todavía no se había manifestado. (Véase Hebreos 8:4—5).

La ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio
de Jesucristo" (Juan 1:17). El antiguo pacto de la ley nunca podría hacer la obra
de reconciliar al hombre con Dios y limpiarle la desagradable mancha del pecado
que ha arruinado a la raza humana.

El primer pacto, basado en la obediencia del pueblo a la ley y la ofrenda de


sacrificios de animales, era inferior al segundo pacto que vino por medio de
Jesucristo que se basa en la gracia y la fe, pues su propósito era recordarle al
pueblo de sus pecados, mientras demostraba las consecuencias de los mismo,
por tal motivo hubo la necesidad de un nuevo pacto a raíz de que había la
necesidad de repetir el holocausto a causa del mismo pecado.

LA SANGRE DE JESÚS PAGÓ EL PRECIO, en el Antiguo Testamento el sumo


sacerdote y el tabernáculo eran limpiados ceremoniosamente con sangre. En el
Día de la Expiación, cada año el sumo sacerdote entraba al Lugar Santísimo con
una cubeta de sangre para esparcirla de nuevo en el propiciatorio. Esto era una
especie de precursor de lo que Jesús haría por medio de Su sangre en la cruz. La
muerte de Jesús en la cruz fue superior a la sangre de miles y miles de sacrificios
de animales (Miqueas 6:7).
La sangre del sacrificio sirve como una propiciación por el pecado. "Él es el los de
todo el mundo" (Juan 2:2). "propiciar" significa conciliar, apaciguar o hacer
inclinarse favorablemente. ÉI proveyó el pago por nuestros pecados. La sangre de
Jesucristo pagó nuestras deudas en su totalidad, su sacrificio trajo el perdón de
nuestros pecados, y no sólo por los nuestros sino por la redención que Cristo
Jesús efectuó. Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la
fe en su sangre, para así demostrar su justicia al ser crucificado en el calvario.

En los días de Jesús, la sola mención del Calvario asaltaba un temor en el


corazón de las personas, especialmente los violadores de la ley, pues el Calvario
era el lugar de ejecuciones, era uno de muchos sitios donde los romanos
acostumbraban a llevar a cabo la pena capital en forma de crucifixión, una de las
maneras más dolorosas en las que una persona podía morir.

Para algunos ateos y secularistas, el Calvario es objeto de bromas, sin embargo


en el gran designio de nuestro Padre celestial, el Calvario estaba establecido para
un cambio mundial de reconciliación entre Dios y la humanidad. En Su divina y
misteriosa sabiduría, Él hizo el lugar en el cual el Hijo de Dios vertería Su sangre
para la total remisión de nuestros pecados. Para aquellos que han sido
perdonados y adoptados como hijos de Dios, el Calvario es un terreno sagrado.
Fue allí que el Hijo de Dios compró su redención por toda la eternidad.

Jesús fue traicionado, golpeado y escarnecido, condenado a muerte falsamente y


nadie intercedió por Él en esos momentos ninguna persona o grupo fue más
responsable que el otro por la muerte de Cristo. Así como todos somos culpables
de pecado, todos somos responsables por el derramamiento de la sangre de
Cristo en el Calvario. “cómo está escrito: no hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron
inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno (Romanos 3:10—12).

Jesús voluntariamente entregó Su cuerpo, mente y espíritu al sufrimiento de la


cruz. Algunas personas solamente consideran el sufrimiento físico por lo que Él
pasó. Jesús cumplió los requisitos de un sacrificio expiatorio, Cristo propiamente
no fue víctima de odio y celos de los hombres, como algunos creen. En vez de
eso, Él consciente y voluntariamente entregó Su vida por nosotros. La cruz es la
pieza central del plan eterno de Dios para redención. Nuestro Padre celestial no
solamente previó el Calvario, sino que Él también lo arregló, Los hombres malos,
no importa cuántos sean en número y fuerza, nunca podrían clavar en la cruz al
Hijo de Dios sin el expreso permiso del Padre celestial y de la voluntad del Hijo.
Jesucristo hizo un sacrificio puro. Hay que recordar que el sistema de sacrificio
Mosaico tenía que ser sin mancha. Jesús, como nuestro Sacrificio y Sustituto,
también tenía que ser totalmente puro, y, Él fue sin pecado ante Dios cuando se
ofreció a Sí mismo como nuestro sustituto.

solamente la sangre de Jesús puede dar una transfusión de vida eterna. La sangre
que fue vertida ese día ha sido suficiente para la salvación de cada pecador.

Pero la sangre de Jesús también "habla"


La Biblia dice que "la sangre rociada habla mejor que la de Abel" (Hebreos 12:24),
Recuerde que, cuando Caín mató a Abel, Dios le dijo: "La voz de la sangre de tu
hermano clama a mí desde la tierra" (Génesis 4:10). La sangre de Abel justamente
reclamaba retribución. La sangre de Jesús habla aún "mejores cosas" que la
retribución.

¿Qué son estas cosas?


Su sangre habla de misericordia, perdón y reconciliación.
El corazón roto es sanado,
La duda que atormenta es silenciada.
El temor aterrador es apaciguado.

La sangre de Cristo también habla por nosotros "dentro del velo" (Hebreos 6:19.
donde ha sido colocada en el propiciatorio celestial. La voz de la sangre de
misericordia de Jesús es escuchada en gloria más dulce y más altamente que las
voces de todos los ángeles alrededor del trono de Dios. Y solamente Él es digno
de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre
nos has redimido para Dios, de todo linaje, lengua, pueblo y nación; y nos has
hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra
(Apocalipsis 5:9—10).
LA SANGRE DEL NUEVO PACTO

Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte
para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados
reciban la promesa de la herencia eterna. (Hebreos 9:15).

Con el máximo sacrificio de Cristo, se estableció un nuevo pacto entre Dios y Su


pueblo. Este nuevo pacto, el cual reemplazó al antiguo que había sido introducido
hacía mucho tiempo cuando Moisés roció la sangre sobre los israelitas al pie del
Monte Sinaí, fue inaugurado por la sangre de Jesucristo en la base del Calvario.
El nuevo pacto nos da un amor interno para Dios y Sus caminos, en vez de
solamente un acuerdo externo con Su Palabra. Además, cuando aceptamos a
Jesucristo como Señor y Salvador y nos comprometemos con Él, podemos estar
seguros de que nuestro Dios guardador del pacto, siempre mantendrá Su Palabra.
Él será nuestro Dios y nosotros seremos Su pueblo.

Jesús no sólo fue el Sacrificio por nuestros pecados, sino que Él también fue el
Gran Sumo Sacerdote que llevó la ofrenda de Su preciosa sangre al propiciatorio
de Dios. cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores
promesas" (Hebreos 8:6).

Se nos menciona que no fue por ofrendas, ni holocaustos, tampoco por sangre de
machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para
siempre en et Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Porque si la
sangre de tos toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas
a los inmundos, santifican para La purificación de la carne, ¿Cuándo más la
sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin
mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis
al Dios vivo?
(Hebreos 9:12-14).

El nuevo pacto no sólo cubre el pecado. Realmente limpia nuestras conciencias y


nos liberta para vivir para Dios en paz y gozo. Aún cuando Jesús se sacrificó a Sí
mismo en la cruz, dice la Biblia que la cortina del templo se rasgó de arriba hacia
abajo. (Mateo 27:51). Esto significaba que el antiguo pacto había terminado y el
nuevo pacto por medio de Jesucristo había entrado en función. Esta
comparación viene a ser más real y significativa con un cuidadoso estudio del alto
ministerio sacerdotal de Cristo.

Nuestro Sumo Sacerdote está plenamente calificado para completar Su papel


como Mediador e Intercesor. Él ha abierto un "camino nuevo y vivo" (Hebreos
10:20) por medio del cual cada uno de nosotros puede acercarse a Dios. Por
causa de Su sacrificio, ahora somos hijos e hijas del Padre celestial. Ciertamente
podemos valientemente llegar ante la presencia de Dios con gran confianza,
seguros de Su gracia.

Es un gran consuelo entender que tenemos un Sumo Sacerdote que nos


representa ante el trono de Dios. Esto es especialmente cierto, siendo que
tenemos un "acusador" (Apocalipsis 12:10) quien se nos opone constantemente y
presenta cargos contra nosotros ante el Padre. Cristo es nuestro abogado en la
presencia de Dios. Porque Cristo es el "Fiel y verdadero" (Apocalipsis 19:11), yo
puedo confiar en Él. Porque Él es victorioso, Él puede ayudarme a escapar de las
tretas del tentador.

A través del nuevo pacto Dios ha ganado para Sí mismo un nuevo pueblo del
pacto. Ya no hay más distinción entre judío y gentil para aquellos que han creído
en la obra expiatoria de Cristo. La Biblia indica que Dios toma muy en serio la
relación que Él tiene con la iglesia. La iglesia no fue una idea tardía en Su mente,
ni lo fue la creación del hombre. Fue parte de la iniciativa divina y dependía de la
preciosa sangre de Jesucristo para su inicio.

Hoy, nosotros usamos la palabra iglesia de muchas maneras diferentes. Ella


distingue las personas religiosas de los no religiosos; ella describe las
denominaciones (Metodista, Iglesia de Dios, Bautista, etc.); también se refiere a un
edificio donde la personas se reúnen para adorar, La palabra iglesia aparece
numerosas veces en el Nuevo Testamento. En la gran mayoría de los casos, se
refiere al cuerpo local de creyentes. utilizamos ese término hoy para indicar el
cuerpo de Cristo que trasciende el tiempo y sobrepasa los siglos, incluyendo a
todas las personas vivas o muertas que han confiado en Cristo y han llegado a ser

parte de la familia de Dios.

La revelación de la naturaleza de la iglesia en el Nuevo Testamento es


multifacética. Solamente al considerar los nombres y las metáforas que la Palabra
emplea para identificarla podemos nosotros entender el misterio y belleza del plan
de Dios para la iglesia como el nuevo pacto del pueblo de Dios, la iglesia es
revelada como la novia de Cristo, esta imagen de la novia es una revelación de
relación amorosa y especial que existe entre Cristo y la iglesia. Quizás uno de los
cuadros más familiares de la iglesia en el Nuevo Testamento es el cuerpo de
Cristo. "Él es la cabeza del cuerpo, la iglesia" (Colosenses 1:18).

El nuevo pacto, es acerca de la nueva vida, la vida espiritual a través de la


preciosa sangre de Cristo.
EL PODER DE LAS MARCAS DE LA SANGRE

"Y veré la sangre, y pasaré de vosotros". (Éxodo 12:13)

Nuestra salvación en Cristo incluye la cubierta protectora de Su preciosa sangre.


Cuando oramos por protección en esta manera, estamos afirmando que Jesús
proveyó una cobertura para nosotros y para nuestras familias por medio de la
Expiación. Los ángeles inmediatamente van a nosotros para sellarnos y
protegernos.

Empecemos por mirar la naturaleza de una marca de sangre. Primero, es una


línea que define, espiritualmente hablando, la sangre de Jesús forma una línea de
demarcación entre los creyentes y aquellos que están separados y alejados de
Dio, solamente la sangre de Cristo salva a los creyentes de la separación de Dios

La cruz tiene gran poder para unir al pueblo a Dios y los unos a los otros, pero
también puede causar una división significativa en las relaciones humanas.
Algunas veces esta división puede causar conflictos, aún en nuestras familias.

Jesús también habló acerca del día cuan toda la humanidad, todo hombre, mujer y
niño que haya vivido experimentará la división establecida por la sangre de Cristo.
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él,
entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las
naciones; y apartará unos de otros, como aparta el pastor las ovejas de los
cabritos (Mateo 25:31-32).

i Las marcas de sangre harán la diferencia en aquel día! Las marcas de sangre
son también señal de protección. La preciosa sangre de Cristo está colocada para
siempre ante los ojos de Dios, y, nosotros estamos seguros siempre que estemos
bajo ella.

En el antiguo pacto de los Israelitas con Dios, al pueblo se le prometió


explícitamente que si ellos guardaban la ley, Dios los honraría y prosperaría
(Deuteronomio 28). Sin embargo, si ellos fallaban en guardar la ley, podrían
incurrir en el castigo de Dios. Ahora nosotros tenemos un nuevo y mejor pacto:
He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto. No como el
pacto que hice con sus padres en et día que tomé su mano para sacarlos de
Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice
Jehová. Pero este es el pacto que haré...Daré mi ley en su mente y la escribiré en
su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo (Jeremías
31:31—33).

Cuando Dios ve la sangre aplicada en nuestras vidas, Él nos defenderá y nos


protegerá a nosotros. unca deberíamos avergonzarnos de la sangre del Cordero.

Cuando decimos que cubrimos a otros con la preciosa sangre de Jesucristo, esto
quiere decir que nosotros clamamos la sangre que Él derramó, la cual nos facilita
entrar al nuevo pacto con Dios. Esto significa que el Poderoso Dios verá desde el
cielo, nos vigilará y nos protegerá. Esto significa que podemos orar por nuestros
hijos y cubrirlos con la sangre del pacto de Jesucristo. Los demonios tiemblan al
oír el nombre de Jesús y ellos se alejarán al ver la sangre del cordero.

Hacer esto nos recuerda a nosotros y al diablo que Dios ha olvidado nuestros
pecados debido al sacrificio de Cristo y Su sangre. La Palabra de Dios dice: Y
ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del
testimonio de ellos (apocalipsis 12:11).

Un creyente que clama la sangre en un tiempo de lamentable circunstancia o de


ataque del enemigo, clama al poder y autoridad de la sangre de Cristo. Cuando
clamamos la sangre, nosotros reconocemos y testificamos del poder vencedor del
sacrificio de Jesús.
SALVACIÓN POR MEDIO DE LA SANGRE
Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de
“ 

la ira”( Romanos 5:9).

La salvación es la primera aplicación de la sangre de Cristo en nuestras vidas, la


salvación viene solamente por medio de la sangre de Jesucristo. Yo creo que el
primer encuentro que una persona tiene con la sangre de Jesús cuando se aplica
al corazón de él o ella por fe, es sin duda la experiencia más significativa que una
persona puede tener y le altera la vida. Cada creyente que ha nacido de nuevo
tiene este encuentro con la sangre de Jesús en un sentido espiritual, pero muy
real cuando él o ella se arrepienten y creen en Dios para justificación por medio de
Cristo.

¡Qué regocijo toma lugar en la vida de los que hemos nacido de nuevo!, pareciera
como si el nuevo creyente fuera la misma persona, teniendo toda su antigua
naturaleza y rasgos físicos, sin embargo, esos rasgos naturales, de alguna
manera y a menudo parecen renovados en los hijos de Dios. El cambio más
drástico es aquel que sucede en el corazón, el alma y la mente. La culpa es una
de las tentaciones mentales más importunas que puede sufrir una persona y ataca
a la mente como una ulcera.

La culpabilidad es una de las herramientas más versátiles de satanás, sin


embargo, donde la sangre de Jesús fluye, toda la culpa puede ser borrada, esta es
una de las muchas maneras en que la sangre de Jesús provee para nuestra
salvación.

Primero es por medio de la sangre que somos redimidos, la redención se le


atribuye al reclamo de una propiedad mediante un pago, y Jesús pago el precio
por nosotros a través de Su sangre, por eso somos redimidos o perdonados.
sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual
recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino
con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero
manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual
creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que
vuestra fe y esperanza sean en Dios. (1ra pedro 1:18-21).

“porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para
remisión de los pecados” (Mateo 26:28).

El dinero es una poderosa pertenencia, pero no hay suficiente dinero en el mundo


para redimir a un solo pecador, el perdón no es barato, le costo a Dios la vida de
Su Hijo. La sangre de Cristo es la base firme de nuestra fe y de nuestras vidas. Si
se cree que se puede actuar lo suficientemente bien o ser lo suficientemente
bueno para merecer la aprobación de Dios sin la sangre de Jesús uno se engaña.
La salvación no se obtiene por medio de las obras o buenas acciones.

La fe en la sangre de Jesús y por nuestra afirmación verbal de que queremos que


Jesús sea el Señor y Rey de nuestras vidas es como se manifiesta la salvación,
no podemos quitar el velo con nuestra propia fuerza. Pero ahora es un hermoso
privilegio entrar en el lugar santísimo y habitar en la presencia de Dios.

En el antiguo testamento los varios animales y ofrendas que se daban para la


expiación nos enseñaron dos cosas.

1.-primero la expiación fue realizada una vez y para siempre (Jesús).

2.-la naturaleza inclusiva de los sacrificios prefiguraba el derramamiento de sangre


de Cristo en la cruz.

Hoy, la redención y expiación están limitados a aquellos que aceptan a Jesús por
fe en Su sangre derramada.

Uno de los resultados de la justificación, es que tenemos paz con Dios y esto nos
habilita para experimentar una relación reconciliada con Él. La sangre de Cristo
nos salva de la ira de Dios. La sangre de Jesús trajo solvencia y libertad, esto
significa, como si nunca hubiera existido el pecado, El Espíritu de Dios nos
asegura que los pecados una vez perdonados nunca más ejercerán dominio sobre
nosotros.
La sangre de Jesucristo no solamente lava nuestros pecados, sino que también
erradica el pecado de nosotros y deja nuestras almas inmaculadas. Sin embargo,
cuando lo aceptamos a Él, la preciosa sangre del cordero de Dios nos purifica de
todas las transgresiones que hayamos cometido.

PAZ POR MEDIO DE LA SANGRE

"El castigo de nuestra paz fue sobre él". (Isaías 53:5).

la paz es otro resultado principal de la aplicación de la sangre de Cristo en


nuestras vidas,

haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Y a vosotros también, que erais en


otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora
os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para
presentaros santos y sin mancha.

Cuando Dios creó al primer hombre, Él estableció una relación de amor y


confianza entre Él y Adán. Ese fue el comienzo de toda la relación humana con el
Creador. Dios también formó a la primera mujer, Eva, y entabló una relación con
ambos. Desde entonces, las vidas de todos los grandes creyentes de la Biblia han
demostrado que Dios desea una relación personal con los seres humanos. Vemos
esta verdad plasmada en la vida de Abraham, Noé, Moisés, Pedro, Pablo y
muchos otros.

Trágicamente y sin embargo, la unión y la cercanía del Creador fue rota cuando
Adán y Eva volvieron sus espaldas a Dios y escogieron la rebelión en vez de la
relación. ya no necesitamos estar enemistados con Dios.

(Colosenses 1:20) dice que Jesús hizo "la paz mediante la sangre de su cruz". La
sangre de Jesús tiene un poder tan maravilloso que, por medio de ella, tenemos
un "camino nuevo y vivo" (Hebreos 10:20) hacia la presencia de Dios y hacia la
paz con Dios.

Las personas temen al castigo de Dios, así es que huyen de Su presencia. No


obstante, Cristo ya pagó el castigo que nosotros merecíamos; por ende, no hay
nada de lo que debamos protegernos. la sangre de Jesús tiene poder para
llevarnos nuevamente al profundo compañerismo con Dios. Una vez más,
podemos tener una comunión íntima con Él, tal como Él se lo había propuesto
inicialmente. "Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais
lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo" (Efesios 2:13).

Cuando somos limpiados por la sangre de la cruz, Dios extiende Su mano para
halarnos cerca de Él. Esa fue la razón principal de la cruz reconciliarnos con
nuestro Padre celestial. "Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios
por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación"
(Romanos 5:11). También podemos comprender que por medio de la sangre de
Cristo experimentamos una paz que nos mantiene calmos o apaciguados, y
continuando hacia delante durante los momentos difíciles. Antes de Su crucifixión,
Jesús dijo a Sus discípulos: "La paz os dejo, mi paz os doy, la paz no debe de
perderse.

Nuestra paz con Dios es reflejada cuando participamos de la Santa Cena, también
podríamos usar esta ocasión para profundizar nuestra comunión con Él. Nuestra
celebración de este sacramento siempre nos recordará, de manera personal, el
precio que fue pagado por nuestra salvación.

Cuando Jesús instituyó la Santa Cena, Él dio instrucciones específicas para ello: Y
tomó el pan y dio gracias, y Lo partió y les dio, diciendo: "Esto es mi cuerpo, que
por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí." De igual manera, después
que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: "Esta copa es el nuevo pacto en mi
sangre, que por vosotros se derrama" (Lucas 22:19—20).

Esta práctica fue asignada a la iglesia para que nosotros regular y perpetuamente
nos recordemos de la sangre de Jesús que fue derramada en el Calvario. El partir
el pan y el tornar de la copa constantemente refresca en nosotros la memoria y la
importancia personal de Su cuerpo y sangre. Pero esta cena de compañerismo
también ve hacia el futuro. Ésta conmemora la muerte de Jesús, "hasta que él
venga”.

La Santa Cena también es un recordatorio de la paz y la comunión que debemos


tener con los demás por medio de Cristo. El fundamento de nuestra paz con los
demás es que hayamos hecho las paces con Dios por medio de la sangre de la
cruz. Esta reconciliación con Dios nos coloca en posición para reconstruir nuestra
relación con Él y nos capacita para vivir en paz.
El poder de la sangre no solamente se aplica al ámbito personal de pacificadores,
sino que también extiende la paz entre pueblos y naciones. La sangre de Jesús
tiene poder para unir a las personas de toda raza, cultura y etnia. La sangre de
Jesús los convierte en un nuevo pueblo—el pueblo del pacto de Dios. El conflicto
entre las razas y las nacionalidades ha existido desde el comienzo de la historia.
Es fácil dividir y llevar enemistad entre las personas, pero sólo la sangre del
precioso Cordero de Dios tiene el poder de brindar la paz y unir a las personas.

El Evangelio desde el inicio ha tenido la meta establecida de unificar a los pueblos


de todas las razas y nacionalidades delante de Dios. Hoy en día las naciones
quieren que haya una unidad, pero por medio de las fuerzas armadas, los
hombres siempre han tratado de unificar a los diferentes pueblos en imperios, pero
al final siempre han fallado. Con todo, el reino de Cristo ha permanecido dos mil
años debido al poder de Su sangre.

Otro aspecto vital de nuestra paz por medio de la sangre dc Cristo es la presencia
del perdón en nuestras vidas—Dios nos ha perdonado; por lo tanto, nosotros
darnos y recibimos perdón de otros seres humanos, Cristo derramó Su sangre
para que Dios pudiera perdonarnos por todos los pecados.

La sangre de Jesús también nos da el poder de perdonar a los demás a medida


que somos transformados a la imagen de Cristo. Mientras Jesús estaba colgado
en la cruz, Él oró por los que lo habían crucificado: "Padre, perdónalos, porque no
saben lo que hacen" (Lucas 23:34).

El poder del perdón y el de entablar una relación correcta proviene de la sangre de


Cordero. Las Escrituras dicen: "Si es posible» en cuanto dependa de vosotros,
estad en paz con todos los hombres" (Romanos 12:18).

Finalmente, la sangre de Cristo nos brinda el ministerio de la reconciliación. para


que haya expiación y restauración en ellos también. "Y todo esto proviene de Dios,
quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo (2da Corintios 5:18).
TRANSFORMACIÓN POR MEDIO DE LA SANGRE

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria
del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por
el Espíritu del Señor. (2 Corintios 3:18).

Un aspecto de la sangre de Jesús en nuestras vidas es que ésta propicia nuestra


transformación espiritual a la imagen de Cristo. Como lo Biblia lo dice, "porque con
una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a Los santificados" (Hebreos10:14).

También da la habilidad y el poder para vencer los desafíos y las tentaciones.


Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su
Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Pues mucho
más, estando ya Justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

Se nos menciona que debe existir una limpieza diaria, pues si algo Dios nos ha
dado es la habilidad de recibir una diaria limpieza de nuestros pecados, como
también de las actitudes que son contrarias a Sus pensamientos y caminos. Y
aunque el sistema de sacrificio ya no es necesario en este punto, todavía
podemos aprender algunas verdades espirituales de sus prácticas. Cuando nos
presentamos ante el Señor en confesión, perdón, adoración e intercesión.

TRIUNFANDO SOBRE EL PECADO Y LA TENTACIÓN

La muerte de Jesús para proveer expiación ha removido la contaminación del


pecado y ha anulado el poder del pecado. Al cargar con el castigo por el pecado,
incluso hasta Su muerte, Jesús conquistó el poder del pecado, robándole al
enemigo su presa y haciendo posible que los creyentes experimentemos el poder
de la vida santa. La fe en Su sangre nos brinda una vida divina para que podamos
triunfar sobre el pecado en nuestra vida, Dios tiene propósitos para nosotros en
este mundo y Él desea remover todo lo que pudiera impedir nuestro compromiso
con tales propósitos.
En (Levítico 8), Aarón y sus hijos fueron consagrados para llevar a cabo la labor
de sacerdotes. Después de que el carnero de consagración fue sacrificado,
Moisés roció su sangre en el altar y puso algo de la sangre en la punta de las
orejas de los sacerdotes y en sus dedos pulgares de la mano derecha y del pie
derecho.

El rito significaba la consagración de sus vidas enteramente al servicio de Dios.


Adaptemos este simbolismo para la consagración de nuestras propias vidas a Él:

* La oreja representa lo que oímos. Todo lo que escuchamos—radio, televisión,


discos compactos, videos en discos compactos, conversaciones—todo lo que
entra en nuestras mentes debe ser filtrado por medio de la preciosa sangre del
Cordero.

* El dedo pulgar de la mano represen a toda obra y habilidad que tengamos


capacidad para desarrollar. Éste representa nuestros actos. Todo lo que hagamos
debe ser hecho para la gloria de Dios y en la fortaleza de Cristo.

* El dedo pulgar del pie representa hacia dónde vamos. Éste representa nuestros
propósitos y planes como también nuestro diario caminar con el Señor.
Dondequiera que vayamos, nosotros debemos reflejar la naturaleza y los
propósitos de Dios, los cuales hemos recibido por medio de la sangre del Cordero.

*otro poderoso miembro del cuerpo es la lengua. Cuando pedimos que la sangre
de Cristo cubra nuestras lenguas, nuestro hablar y nuestras palabras, le pedimos
a Dios que nos guarde de usar nuestras palabras en maldad, mentiras, enojo,
chisme y toda palabra ociosa que somos propensos a decir.

Cuando hacemos el compromiso para ser transformados a la imagen de Cristo,


estamos cumpliendo gran parte del propósito de la sangre redentora de Jesús.
Nosotros fuimos comprados por Dios para que así podamos servirle a Él al igual
que Cristo lo hizo. De esta manera, nuestras vidas también reflejarán la gloria de
Dios por medio de la sangre del Cordero.
SANIDAD POR MEDIO DE LA SANGRE

"Por sus heridas ustedes han sido sanados" (1re Pedro 2:24).

La sangre de Cristo tuvo que ser derramada en la cruz para que nosotros
pudiéramos recibir paz, sanidad y liberación.

Cuando hablemos con la autoridad de la sangre de Jesucristo y actuemos con el


poder del pacto de Dios, una batalla empezará en los cielos y en la tierra. En el
nombre de Jesús, los demonios huirán y las enfermedades sanarán. Por medio de
la sangre, muchos milagros, señales y prodigios ocurrirán cuando Su pueblo entre
en oración.

El Señor se convierte en nuestro gran sanador de manera que cuando vimos que
la preciosa sangre del Cordero protege a aquéllos que han sido cubiertos con la
sangre.
Ésta lucha contra las enfermedades; es la vanguardia de defensa contra los
gérmenes, las bacterias y los microorganismos dañinos (espíritus, demonios o
tempestades).

Debemos reprender a Satanás por medio de la sangre del Cordero y él tendrá que
huir. Por el poder de la sangre de Jesús, los demonios desatan a las personas y
las dejan libres. El poder de Dios las sana y las restaura. El enemigo no puede
quedarse cuando usted valientemente proclama la Palabra de Dios. Por las llagas
de Jesús, esas terribles llagas que Él recibió por nuestra sanidad, su poder es tan
real, como lo ha sido siempre. ¡su sangre nunca perderá su poder!
LIBERACIÓN POR MEDIO DE LA SANGRE

Por medio de su sangre podemos vencer la naturaleza carnal que existe en cada
uno de nosotros desde nuestro nacimiento.

podemos vencer la tentación del pecado, la falsa condenación, y, el poder del


pecado en nuestras vidas. La sangre de Jesús ha libertado a la iglesia, al nuevo
pueblo de Dios, del poder del diablo y de todo poder demoníaco.

Es importante que primero entendamos por qué debemos luchar contra el


enemigo.

A través del registro de Adán y Eva, desde este incidente bíblico, Dios nos
muestra que podemos observar las intenciones destructivas fundamentales de
Satanás para con la humanidad, y, los métodos que él emplea para lograr esa
meta.

La meta principal de Satanás es separar a los seres humanos de Dios, para que
así ellos finalmente puedan ser destruidos. La razón por el odio palpable de
Satanás hacia la humanidad se encuentra en (Génesis 1:27).

Como él no puede atacar a Dios directamente, Satanás lo ataca al atacar a Su


creación especialmente la criatura que fue creada con Su naturaleza. Es por esta
razón que no debe sorprendernos cuando pasamos a ser el blanco de la ira y el
odio del enemigo.

la obra de Satanás no es difícil porque cada uno de nosotros gravita hacia el


pecado. Satanás no puede forzar el pecado en nosotros, pero sí puede obrar
sutilmente hasta lograr que nos rindamos al pecado.

Cuando nosotros cedemos al pecado, es la lujuria la que rige nuestros corazones


y nos provoca desobedecer a Dios.
Cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el
pecado, siendo consumado, da a luz la muerte (Santiago 1:14-15).

Las Escrituras presentan a los filisteos como representantes de todas las cosas
del mundo, las cuales obstruyen, se oponen y esclavizan al pueblo de Dios. El
enemigo nunca se desanima, tampoco pierde su voluntad para acusar, frustrar y
derrotar al creyente.

Jesús nos ha dado la seguridad en Su Palabra de que no estamos impotentes


contra las fuerzas del enemigo si ponemos nuestra fe en Él.

el enemigo con frecuencia usurpa nuestro territorio de adoración. el se inmiscuye


en nuestra adoración privada, mofándose de las cosas de Dios. El invade el reino
de la adoración.

La sangre de Jesús hace posible que nosotros reclamemos lo que Satanás, por
medio de engaño y artificio, ha tomado.

El enemigo tomará lo que le demos por medio de nuestra indiferencia,


negligencia, desobediencia y transigencia. Está de nosotros si permanecemos
firmes y resistimos las tentaciones del diablo. hay poder en el nombre de Jesús, y,
hay poder en la sangre del Cordero!, cuando clamamos Al padre, hijo o Espíritu
Santo somos empoderados.
LA SANGRE Y EL REINO

"Al que nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, Su Padre" (Apocalipsis 1:5-6).

EI registro del principio del ministerio significativo de Jesús incluye el anuncio de


que Él predicó el Evangelio del reino: "El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios
se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio" (Marcos 1:14—15).

La sangre expiatoria de Jesús no tiene como propósito solamente nuestra


salvación, aunque ese es uno de los resultados más trascendentales. En el plan
del Padre celestial, hay una conexión entre nuestros seres reconciliando por la
sangre de Cristo y Su reino

Por medio de la sangre de Cristo hemos llegado a ser "reyes y sacerdotes" para
nuestro Padre. Como reyes, tenernos que promover la justicia y los caminos de
Dios en la tierra. Como sacerdotes, tenernos que llevar nuestro ministerio de
reconciliación y traer a otros por medio de nuestro Gran sumo Sacerdote, Aunque
la frase reino de Dios es una expresión del Nuevo Testamento solamente, el
concepto del pueblo de Dios viviendo bajo Su monarquía en un pacto de relación,
es muy antigua.

El reino que Dios deseaba establecer con el pueblo obediente comenzó cuando
ellos ofrecieron sacrificios. El derramamiento de sangre significaba sus deseos de
entrar en pacto con Él, y, el que ellos fueran rociados con la sangre los separaba
como pueblo del pacto con Dios.

Los profetas de Israel entendieron que el propósito de Dios para los ciudadanos
del reino era que vivieran vidas marcadas por la rectitud y la justicia.
Jeremías, condenó la conducta impía y desafió a Israel a vivir de acuerdo con su
llamamiento. él miraba hacia un nuevo día y hacia un nuevo pacto que
reemplazaría la fallida relación que existía entre el pueblo y su Dios. Él tenía una
visión realista del nuevo reino que llegaría por medio del venidero Rey de Dios.
El profeta Zacarías escribió: "Y tú también por la sangre de tu pacto serás salva.

El reino de Dios se manifiesta de manera diferente a cualquier reino terrenal. Su


distintivo yace en la manera de cómo las personas llegan a convertirse en
ciudadanos, las leyes que gobiernan su existencia diaria y su máximo resultado.

Los ciudadanos del reino, comprados con sangre, viven un estilo de vida tan
diferente a los que los rodean que el mundo se fija en ellos y en lo que los hace
diferentes. Ellos viven de manera distinta a lo que hacían antes de que ellos
llegaran a ser parte del reino (Colosenses 3:9, 10).

Algunos maestros de Biblia que discuten la esperanza de aquellos que vivieron


antes de la venida de Cristo usan ilustración interesante para mostrar cómo estas
personas de los tiempos primitivos percibían el impacto de la venida del Mesías y
el inicio del nuevo reino.

Al final del tiempo y el principio de la eternidad, el gran himno de gloria será el


cántico de la sangre y de alabanza al Cordero que fue inmolado (Apocalipsis 5:12-
14).
EL PODER DE LA SANGRE EN LA ACTUALIDAD

"Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha
puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su
propia sangre" (Hechos 20:28).

El Calvario es el punto de enfoque de todas las eras: Todas las eras anteriores
esperaban ese evento y todas las eras después volvían a mirar ese evento. la
sangre de Jesús tuvo y tiene poder para cambiar la historia.

El pueblo del pacto de Dios, manifestado en la iglesia, es llamado a llevar el


mensaje de redención y liberación por medio de la sangre al mundo abatido en el
que vivimos. Hasta este día, la sangre nunca ha perdido su poder. No hay límite
en lo que la sangre de Jesús puede lograr y lo que logrará mientras vivamos en la
relación de pacto con Dios como Su pueblo, Su iglesia.

La iglesia es una preciada creación de Dios. El pueblo, que le pertenece a Él y que


fue comprado con la sangre y hace Su obra en el mundo, tiene una misión
específica que le fue confiada. La iglesia nunca ha logrado cumplir con la obra del
Espíritu solamente con su humanidad. La única esperanza de la iglesia es buscar
y recibir la constante presencia de Dios.

la iglesia agrada a Dios y ministra eficazmente en el mundo cuando fielmente


plasma el mensaje que Cristo le ha confiado. Este mensaje es multifacético y
refleja las palabras y el ejemplo de Cristo mientras Él vivía aquí en la tierra.

Jesús maldijo el árbol de higuera porque falló en producir el fruto que Él esperaba.
(Mateo 21:19). Una iglesia que falla en su evangelización es como un árbol sin
fruto que desperdicia la tierra que ocupa.

Nosotros somos el pueblo redimido de Dios y tenemos la responsabilidad de


identificarnos con la verdad del gran sacrificio de Jesús y proclamarla.
Una de las tareas principales del pueblo de Dios es darle la gloria a Él. Hacemos
esto al contar de la revelación de Dios, al contar de Sus maravillosos actos de
poder, y, al continuamente adorar Su nombre. Con las siguientes palabras, nos
aconseja glorificarle a Él: Ya Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas
mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder
que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las
edades, por los siglos de los siglos. Amén. (Efesios 3:20-21).

El mundo mira el mensaje del Evangelio y lo declara absurdo. Pero la iglesia


misma existe para ser una manifestación de la maravillosa sabiduría de Dios
demostrada en la cruz. Pablo sabía que esa sabiduría es revelada por medio de la
predicación del Evangelio. "Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es
poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.

La tarca amorosa de la iglesia es llevar el mensaje de justificación a todo el


mundo, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en
la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de
su cruz (Colosenses 1:20). Somos llamados y comisionados a proclamar las
buenas nuevas y a instar a hombres y mujeres a que acepten esas buenas
nuevas.

La obra de evangelización generalmente se logra por medio de la predicación de


la Palabra, por medio de compartir un testimonio personal. Debe existir una
edificación, la cual significa que se debe construir, crecer en su obra para alcanzar
al mundo, la iglesia no debe descuidar a los suyos, estos deben de ser afianzados.

Dios tiene grandes esperanzas para los hijos c hijas que Él compró son Su sangre.
Una de esas esperanzas es que los miembros que cometan un error sean
corregidos y disciplinados. Jesús describió el enfoque de Su ministerio, usando el
pasaje en Isaías donde habla acerca del ministerio visible y viable para las
personas: El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar
buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de
corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en
libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor (Lucas 4:18-19).

Cristo tiene un gran amor por la Iglesia y Él ha preparado un gran futuro para ella.
Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,
aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro
gran Dios y Salvador Jesucristo.

En el mundo presente no solamente gozamos de una alta norma de vida santa


que agrada al Padre, sino que también tenemos una bendita esperanza para el
futuro. ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de
ser; pero sabemos que él se manifestara.
El Cordero es Aquel que fue inmolado desde la fundación del mundo, Aquel que
fue vergonzosamente tratado por las turbas despiadadas, Aquel cuyo sacrificio de
sangre fue ignorado por millones de desconsiderados, Aquel completamente bello
y digno será finalmente reconocido por un agradecido pueblo del pacto que se
regocijará en Su presencia y esperará la eternidad para nunca volver a separarse
de Él.

Jesús Irene R.
Tema: el poder de la
sangre de Cristo
INTRODUCCIÓN

En las escrituras, al hacer referencia a la Sangre de Cristo lo hacen en relación


con el nuevo pacto, entre el Creador y los hombres. Un pacto donde hubo un
sacrificio en la cruz para enmendar las transgresiones de la raza humana. Por lo
tanto, la Oración a la Sangre de Cristo nos liberta y salva de la muerte.
La sangre es un común denominador para toda la humanidad, es por medio de
ella que el ser humano tiene vida física, Jesucristo tuvo la necesidad de este
derramamiento para que nuestras vidas fueran salvadas.
La realidad de la sangre de Cristo como medio de expiación por el pecado, tiene
su origen en la Ley Mosaica. Una vez al año, el sacerdote debía hacer una
ofrenda de la sangre de animales sobre el altar del templo por los pecados del
pueblo. “Y según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento
de sangre no hay perdón.” (Hebreos 9:22).
A pesar de la vieja ley y el viejo pacto, La sangre de Cristo se convirtió en la base
del Nuevo Pacto. La noche anterior a Su crucifixión, Jesús ofreció la copa de vino
a Sus discípulos diciendo, “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es
derramada por vosotros.” (Lucas 22:20). El verter el vino en la copa, simbolizaba
la sangre de Cristo que sería derramada por todos los que creerían en Él. Cuando
Él derramó Su sangre en la cruz, Jesús eliminó la exigencia del Antiguo Pacto del
continuo sacrificio de animales. Esa sangre no era suficiente para cubrir los
pecados del pueblo, excepto de una manera temporal, porque el pecado contra un
Dios santo e infinito y requería un sacrificio santo e infinito. 
La preciosa sangre de Cristo, no solo sirve para el perdón de pecado, también
para ser sanados, revestidos, para ser empoderados, para ser protegidos, para
reprender (atar y echar afuera a todo demonio), nos da pase a una vida eterna y
muchos más, por eso la sangre de Nuestro Señor Jesús es tan preciosa (valiosa),
súbitamente de principal y gran valor para la vida de cualquier creyente.

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