Principios de La Instancia

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Ángel Bautista Vásquez DER3580

100020883 Tarea 2.1

PRINCIPIOS DE LA INSTANCIA

¿Cuáles son los principios fundamentales o que gobiernan la instancia?

Uno de los más grandes errores cometidos por los profesionales del derecho es ver el
procedimiento como una mera sucesión de actos encaminada a un fin, sobre todo
bajo el paradigma que los únicos lineamientos a seguir se encuentran expresa y
exclusivamente consagrados en la Ley. Esto deviene en una falacia, sobre todo si
tenemos una visión pragmática del derecho, que si bien no podemos dejar de tener
una idea práctica de cómo debe llevarse a cabo, no podemos dejar de lado las razones
por las cuáles se establecen ciertas reglas.

La definición que mejor comprende el tema de los Principios y Valores, a mi humilde


parecer, es la que otorga el doctor Salvador Jorge Blanco cuando señala que: “Los
principios generales son ideas que por su trascendencia inspiran valores permanentes
del ser humano, al margen de que estén o no expresados en un texto legal o
constitucional del derecho nacional o internacional. Esas ideas inspiran soluciones que
no están reglamentadas o resueltas por el derecho positivo, sea en la función de
legislar o de juzgar, que son fuentes primordiales del derecho”2. Esta última definición
asimila un concepto más objetivo de la palabra “principio”, dado a que en el mismo el
autor señala que los principios trascienden al derecho positivo, hasta el punto de que
éstos no sólo deben ser observados a la hora de juzgar un caso particular, sino además
al momento de crear reglas de derecho dentro del Estado.

Una vez puntualizados estos conceptos, ha lugar ha destacar cuáles principios son
reguladores del proceso civil, y entre ellos, cuáles tienen un arraigo constitucional, sea
porque se encuentre expresamente consagrado en el texto de la Carta Magna, o bien
si proviene de un tratado internacional que tenga aplicación interna en nuestro
ordenamiento jurídico. Efectivamente, el proceso civil se ve rodeado de una serie de
máximas o lineamientos generales que se encargan de darle una dirección conforme
a la equidad, la justicia y la seguridad jurídica, que son los valores que fundamentan el
ordenamiento jurídico. En ese sentido, encontramos una serie de principios que son
propios de todos los procesos, y otros que son exclusivos del proceso civil.
Algunos de estos principios son de carácter constitucional, o sea, que encuentran su
fundamento en el texto de nuestra Carta Magna, o en su defecto, en alguna
estipulación de un tratado internacional. En este último caso, se habla de que el
principio tiene carácter constitucional por aplicación de lo que dispone el artículo 3 de
la Constitución en su parte in fine: “La República Dominicana reconoce y aplica las
normas del Derecho Internacional general y americano en la medida en que sus
poderes públicos las hayan adoptado, y se pronuncia en favor de la solidaridad
económica de los países de América y apoyará toda iniciativa que propenda a la
defensa de sus productos básicos y materias primas ”, en combinación con su artículo
38, numeral 14, que faculta al Congreso Nacional para Aprobar o desaprobar tratados
y convenciones internacionales que celebre el Poder Ejecutivo.

Los principios reguladores del proceso civil son varios, entre ellos tenemos:

 El principio dispositivo

 El principio de impulsión procesal

 El principio contradictorio

 El principio de publicidad

 El principio de preclusión

 El principio de concentración

 El principio de inmediación

 El doble grado de jurisdicción

El Principio Dispositivo: Este principio establece de forma general que las partes son
las dueñas del proceso, tienen una posición activa respecto del mismo, mientras que
el rol del juez civil debe ser siempre pasivo, o sea, actuar en base a lo propuesto por
las partes. Eduardo J. Couture, en su obra “Estudios del Derecho Procesal Civil: Tomo
I” establece que el principio dispositivo tiene se divide en dos contenidos: por un lado
tenemos la iniciativa de la parte, con el que se dispone que el juicio civil no funciona
sino a petición de parte interesada; y por el otro lado, tenemos la limitación material
del conocimiento, que dispone que que el juez no conoce más materiales de hecho
que los que suministran las propias partes. Este principio propio del proceso civil, dado
a que existen otras materias en las que el papel asume un papel activo dentro de la
instrucción del proceso.

Por aplicación de este principio, se toman en cuenta las siguientes reglas:

 El juez sólo puede pronunciarse sobre lo que es demandado


 Las partes tienen el derecho de alegar los hechos que sirven de fundamento a
sus pretensiones
 El juez no puede decidir en base a hechos no comprendidos en el debate
 Cada parte debe probar sus respectivas pretensiones.

Sin embargo, las tendencias modernas han ido limitando este principio, dado a que
“hay cada día una tendencia más acusada, aún en los países de estructura liberal
democrática, a permitir la iniciativa de oficio en todos aquellos casos en los cuales la
voluntad privada no basta para ofrecer las garantías necesarias”3.

El principio de impulsión procesal: Este principio establece que el proceso debe


seguir su curso hasta llegar a una solución del litigio. Es contemplado como un
derivado del principio dispositivo, ya que es a las partes que corresponde, no sólo
inicio de la actividad procesal, sino también su seguimiento, a los fines de culminar
con la misma. Este, al igual que el principio dispositivo, es propio del proceso civil y no
tiene una fuente constitucional.

El principio de contradicción: Este principio dispone que todo argumento o medio


de prueba no puede ser tomado en cuenta para el proceso, sin que el mismo sea
objeto de un debate hecho por todas las partes del proceso. Este principio es de
carácter constitucional, por aplicación del artículo 8, numeral 2, literal j de nuestra
Carta Magna, que dispone que debe asegurarse un juicio imparcial y el ejercicio del
derecho de defensa en un proceso. “No hay juicio que se siga a espaldas de la parte a
quien eventualmente perjudica, y no hay sentencia válida si no se han dado a las dos
partes, por igual, las garantías de defensa necesarias”4.

El principio de publicidad: Este principio viene como resultado de vivir dentro de un


Estado democrático, donde sean los miembros de la sociedad que puedan observar,
evaluar fiscalizar la actividad procesal de los tribunales. Este principio llama a que los
procesos no sean desconocidos para los terceros, lo que implica que deben ser
conocidos en audiencia pública, salvo en aquellos casos en que la naturaleza del
proceso haga necesario que se conozca a puertas cerradas. Este principio es de
carácter constitucional, teniendo su fundamento en el artículo 8,2,j. de la Constitución
respecto a las condiciones de publicidad que deben revestir las audiencias.

El principio de preclusión: Este principio le da un carácter fragmentario al proceso


civil. Establece que el proceso es sucesivo, y por ende, cada etapa del proceso debe
de agotarse en su debido tiempo. Esto implica que los actos del proceso deben
ejercitarse en su etapa correspondiente, so pena de invalidez de los mismos. Este
principio tiene su fundamento en varias disposiciones legales, como es el caso del
artículo 2, de la ley 834 de 1978 que dispone las excepciones del procedimiento deben
ser planteadas antes de toda defensa al fondo o fin de inadmisión, so pena de que las
mismas sean declaradas inadmisibles.

El doble grado de jurisdicción: Este principio consiste en darle la oportunidad a una


parte del proceso que no haya quedado conforme con la decisión tomada por el juez,
recurrir por ante una jurisdicción jerárquicamente superior para conocer el caso en
grado de apelación. Sobre este principio se ha debatido si el mismo es de naturaleza
constitucional o no. Este principio es de orden público, más no es de naturaleza
constitucional, toda vez que si bien es cierto que el artículo 71, inciso 1 contempla la
figura de la apelación, no es menos cierto que no lo hace como una prerrogativa o
derecho fundamental, sino como una de las atribuciones de la Corte de Apelación, que
bien puede ser regulada por la legislación adjetiva.

El principio de economía procesal: Este dispone que el proceso debe llevarse a cabo
con una eficiencia, tanto en los actos procesales, como en los plazos, a los fines de que
el proceso se lleve sin un dilaciones ni encarecimientos innecesarios.

Principio de concentración: Este principio se deriva de la economía procesal, y


dispone que el proceso debe llevarse a cabo en una sola audiencia, o en su defecto,
en la menor cantidad de audiencias posibles, optando porque el mismo no se vea
distraído por cuestiones irrelevantes. “El principio de concentración impone la reunión
de las actividades procesales en una o varias audiencias en la discusión final del caso”5.

Principio de Imparcialidad del Juez: Este principio va íntimamente ligado al principio


de igualdad entre las partes, dado a que establece que el Juez que vaya a conocer del
proceso debe verse desprendido de cualquier interés personal que pueda afectar su
objetividad al momento de tomar una decisión respecto del mismo. En ese sentido,
una violación a este principio conlleva directamente una violación al principio de
igualdad entre las partes, dado a que un juez parcializado desequilibra el fundamento
de este principio. Este principio es de naturaleza constitucional, dado a que se
desprende de lo que dispone el artículo 8, numeral 2, literal j, en lo que respecta a que
el juicio debe ser imparcial.

Principio de la carga de la prueba: Proviene de la máxima “Actori Incumbit Probatio”


que establece que la parte que alega un hecho en justicia, debe de probarlo. El
demandante, en principio, tiene la carga de la prueba para probar sus pretensiones, y
en contraparte, el demandado sólo debe de probar el descrédito de los hechos que
han sido comprobados en su contra. Este principio encuentra su fundamento en lo
que dispone el artículo 1315 del Código Civil.

Principios fundamentales relativos a las partes y al juez.

Principios contradictorios. Cada parte tiene facultad para discutir las pretensiones
del adversario. De ahí resulta el principio contradictorio del proceso. Admitir lo
contrario es lesionar el derecho de defensa. El proceso de contradicción domina toso
nuestro derecho procesal civil, aunque a veces aparece un medio en el cual una de las
partes es sorprendida, como por ejemplo cuando se trata de ordenanzas dictadas por
el juez de los requerimientos.

Inmutabilidad del proceso. Una vez que la instancia se inicia, sus elementos no
pueden modificarse. La calidad de litigante no puede cambiarse. Un tercero no puede
asumir la calidad de un litigante. La inmutabilidad del proceso repercute también en
los poderes del juez, el cual no puede fallar ni extra, ni Infra ni ultra petita, so pena de
que su decisión sea casada o atacada por la vía de la revisión civil.

Principios relativos a los caracteres del procedimiento.

Procedimiento escrito y oral. Nuestro procedimiento civil es principalmente escrito.


Las partes solo presentan oralmente sus conclusiones que por lo general llevan
escritas. Por ante el juzgado de paz la oralidad parece dominar, contrario a la materia
civil ordinaria por ante el juzgado de primera instancia donde prevalece la forma
escrita.

Forma y publicidad de los debates. El formalismo de la instancia se impone no solo


a las partes, sino además al juez. Entre sus obligaciones está la de estatuir dentro de
90 días. La audiencia y la sentencia deberán ser públicas, pero la publicidad de la
audiencia no quiere decir que asista público. Es la oralidad del debate lo que da la
tónica de la publicidad. La publicidad de la sentencia es más bien simbólica, pues
queda asegurada con la coletilla puesta al pie en la cual se expresa que la sentencia
fue dada y leída en audiencia pública.

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