Recomendaciones Dietéticas en Enfermedades Cardiovasculares

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 9

Introducción

Hemos visto una multitud de estudios sobre la relación entre el riesgo de enfermedad
cardiovascular y diversos nutrientes, alimentos y patrones de alimentación. Pese a un
concepto bien aceptado de que la dieta tiene una influencia significativa en el desarrollo y
prevención de enfermedades cardiovasculares y en general, los alimentos considerados
saludables o perjudiciales han variado con el paso de los años, por lo que debemos estar
constantemente informados sobre el aporte nutricional de diversos alimentos, a fin de
preservar la salud de los individuos. (Berciano, 2014)
A continuación, se muestran las conclusiones a las que hemos llegado en base a la
investigación realizada, en la que expresamos y consideramos que el tratamiento dietético
para las enfermedades mostradas a continuación es el siguiente:
Hipertensión arterial

Consiste en el aumento persistente de la presión arterial, la fuerza ejercida por unidad


de superficie sobre las paredes de las arterias.

Principales recomendaciones dietéticas

 Dieta baja en sodio, especialmente en personas mayores de 45 años. La


Asociación Americana del Corazón, recomienda una ingesta de entre 1000 mg/d y
<1500 mg/d como máximo en pacientes mayores de 45 años principalmente.
Aunque la NOM-030-SSA2-1999, Para la prevención, tratamiento y control de la
hipertensión arterial recomienda un máximo de 6 g/día de sal. (2.4 g de sodio)

 Limitar el alcohol a ≤1 bebidas al día para mujeres (<15ml etanol al día), y ≤2 en


hombres (<30 ml de etanol al día)

 Cafeína: Limitar la ingesta a < 300 mg/d. Evitar su uso en pacientes con HTA
descontrolada, y en pacientes controlados no es necesario eliminar su consumo,
solo imitar su ingesta.

 Control de peso: en sujetos con obesidad se recomienda pérdida de peso,


reduciendo el IMC a 25 kg/m2.

 La dieta será la recomendada para pacientes con enfermedades crónico-


degenerativas, de conformidad con la Norma Oficial Mexicana NOM 015-SSA2-
1999 (moderación en el consumo de alimentos de origen animal, colesterol, grasas
saturadas y azúcares simples), considerándose como alternativa la dieta DASH
estándar (<2300 mg/sodio día) o baja en sodio (<1500 mg/sodio día), esta dieta es
rica en frutas, verduras, y productos lácteos bajos en grasa, por lo que provee un
medio para mejorar la ingesta de potasio, calcio, magnesio y fibra, debido a que se
debe garantizar la adecuada ingestión de potasio, magnesio y calcio mediante un
adecuado consumo de frutas, verduras, leguminosas y derivados lácteos
desgrasados.

 Suplementos de potasio preferiblemente mediante una modificación de la dieta, al


menos que esté contraindicado por la presencia de enfermedad renal crónica o
uso de fármacos que reduzcan la excreción de potasio.

 La ingesta de potasio se asocia a una disminución de la presión


arterial especialmente en adultos que consuman un exceso de
sodio, el cual se puede obtener de las frutas, las verduras, así como
los productos lácteos semidesnatado, algunos pescados y carnes,
frutos secos y productos de soja.
 Cuatro o cinco raciones de frutas y vegetales proporcionarán de
1500 a 3000 mg de potasio, cuando la ingesta mínima
recomendada en adultos es de 3510 mg diarios según la OMS,
intentado llegar a 3500-5000 mg/dl. (90 mmol al día).

 Se puede recomendar la ingesta de omega 3 mediante el consumo de pescado


azul 3 veces por semana.

 Incrementar la actividad física mediante un programa estructurado de ejercicios,


mediante ejercicios aeróbicos dinámicos (30-40 minutos al día), entrenamientos
dinámicos de resistencia (90-150 m/s), así como ejercicios isométricos-estáticos (3
sesiones/semana, de 8/10 semanas.)

 Evitar el tabaquismo

 Evitar consumo de alimentos procesados, ahumados, curados, condimentados,


salsa de soya, teriyaki, sopas enlatadas, aderezos, arroz instantáneo.
Insuficiencia cardiaca

Normalmente, el corazón bombea la sangre necesaria para perfundir los tejidos y


satisfacer las necesidades metabólicas. En la insuficiencia cardíaca (IC), anteriormente
denominada insuficiencia cardíaca congestiva, el corazón es incapaz de proporcionar el
flujo sanguíneo necesario al resto del organismo, causando los síntomas de cansancio,
falta de aire (disnea) y retención de líquidos. (Mahan & Raymond, 2017).

Principales recomendaciones dietéticas

IMC (libre de edema)

IMC <18 kg/m2 IMC 18.5-24.9 kg/m2 IMC 25-29.9 kg/m2 IMC >30 kg/m2
Bajo Peso Normopeso Sobrepeso Obesidad

Dieta hipercalórica +30% Restricción calórica Dieta hipocalórica Dieta hipocalórico


moderada -15% kcal. -20-30% kcal
Energía 35-40 kcal/kg/día Dieta Mediterránea
Ácidos grasos Proteína 1.5 gr/kg
Lípidos 1-1.2 gr/kg insaturados 5% Alto consumo de:
Lípidos 0.6-08 gr/kg
HCO 5 – 6 gr/kg Lípidos 0.8 -1 gr/kg Frutas / vegetales
frescos HCO 2-3 gr/kg
Proteína 1.5 gr /kg
Aceite de Oliva Ácidos grasos
HCO 3 - 4 gr/kg insaturados 5%
Pescado

(De la Rosa, Valdez. Perez, Guevara, Cardona, Ochoa, Ojeda, Orozco, & Rubio, 2021).

 Restricción de Sodio (2-3 g/día)* (*Según la necesidades del paciente)


 Restricción de líquidos (1-1.5 l/día)* (*Según la necesidades del paciente)
 Dieta pobre en grasa saturadas y grasas trans
 Aumentar el consumo de cereales integrales, frutas y verduras.
 Perder peso o mantener el peso apropiado
 Suplementos de magnesio
 Suplementos de taminia
 Suplementos de vitamina B1, B2
 Suplementos de ácido nicotínico
 Suplementar o Aumentar el consumo de alimentos ricos en vitamina C
 Aumentar la actividad física según tolerancia
 Abstinencia de tabaco
 Abstinencia de alcohol
 Aumentar la frecuencia del consumo de alimentos, pero disminuir las porciones de
estas.

 Alimentos ricos en sodio; a evitar (Mahan & Raymond, 2017).

 Carnes y pescados ahumados, procesados o curados (p. ej., jamón,


beicon, carne en conserva, fiambres, perritos calientes, salchichas, cerdo
en salazón, tiras de ternera, arenques en conserva, anchoas, atún y
sardinas)
 Zumo de tomate y salsa de tomate, a no ser que la etiqueta señale lo
contrario
 Extractos de carne, pastillas de caldo, salsas de carne, Glutamato
monosódico (GMS) y aderezo para los tacos
 Aperitivos salados (patatas fritas, nachos, pretzels, frutos secos salados,
palomitas y galletas saladas)
 Aliños para ensaladas, condimentos, aderezos, kétchup, salsa
Worcestershire, salsa barbacoa, salsa de cóctel, salsa teriyaki, salsa de
soja, aliños comerciales de ensaladas, salsa mexicana, encurtidos,
aceitunas y chucrut
 Mezclas envasadas para preparar salsas, jugo de carne, guisos y platos
con fideos, arroz o patata; macarrones con queso; mezclas para rellenos
 Quesos (curados y cremas para untar)
 Platos principales congelados y pasteles de carne
 Sopa enlatada
 Alimentos consumidos fuera del domicilio
Nota: Es esencial leer las etiquetas; algunas marcas contienen menos sodio que otras.
Enfermedad cerebrovascular

El ictus (accidente cerebrovascular) se define como déficit neurológico focal o global de


inicio agudo y duración superior a 24 horas; se debe a enfermedades de los vasos
sanguíneos intra o extracraneales (UnADM, 2022). Los pacientes con enfermedad
cerebrovascular (ECV) aguda están desnutridos en el momento de ingresar al hospital.
Además, el estado nutricional de los pacientes muchas veces se deteriora por el
incremento de las demandas energéticas que no pueden ser compensadas por la escasa
ingestión de alimentos, que resulta del daño en el estado neurológico, la deglución
insegura, la debilidad facial y de miembros superiores, la escasa movilidad y las
alteraciones dentales.

 Cuando el riesgo de aspiración es bajo, se puede iniciar dieta oral, adaptada a las
características del paciente.
o La dieta se basa en alimentos de textura homogénea con líquidos
espesados, administrados en tomas de pequeño volumen, según la
tolerancia individual. “Los alimentos fríos pueden desencadenar espasmos
musculares en pacientes con reflejos hipertónicos.
o Los sabores fuertes favorecen la salivación, la masticación y la deglución.
o Es necesario comprobar si existe residuo de alimentos en la cavidad oral
después de la deglución”. (Bretón et al,. 2013)
Sin embargo, la disfagia es un problema frecuente después un accidente cerebrovascular
y origina una alteración de la eficacia y la seguridad de la deglución, que da lugar a un
mayor riesgo de desnutrición y deshidratación, aspiración, insuficiencia respiratoria y
neumonía.
De acuerdo con Ballesteros et al., 2017 los pacientes con ECV y disfagia deberán llevar
una dieta triturada ("túrmix") de consistencia más o menos fina. El agua y los alimentos
líquidos se toleran peor en los pacientes con disfagia, de modo que la utilización de
gelatinas o espesantes resulta especialmente útil. Sin embargo, es necesario
individualizar esta prescripción y vigilar la ingesta y el balance hídrico, que puede resultar
insuficiente.
La restricción absoluta de líquidos poco densos puede disminuir la ingesta total de
líquidos y favorecer el desarrollo de deshidratación. Una ingesta reducida de fluidos se
asocia con un mayor riesgo de recurrencia del ictus.

 Nutrición enteral (NE)


Este tipo de soporte nutricional se considera indicado cuando el paciente no puede recibir
alimentación oral por un periodo de al menos 7 días (cinco si presenta desnutrición). Si la
NE se mantiene durante menos de 1 mes, se administrará mediante sonda nasogástrica
(SNG), y si se prolongase más tiempo estaría indicada la colocación de una gastrostomía
por vía endoscópica o radiológica. (Ballesteros et al., 2017)

 Requerimientos nutricionales en los pacientes con ECV.

o Los pacientes con ECV no tienen unos requerimientos de calorías y


nutrientes diferentes de los de personas de su misma edad y sexo. Sin
embargo, en aquellos que presentan “disfagia, los requerimientos
energéticos del paciente oscilan entre 20 y 30 kcal/kg/día.
o Un aporte proteico en torno a 1 a 1,5 gr/kg/día en la fase aguda del ictus.
Mientras que las grasas pueden ser de 20 a 23% del GET. Es muy
importante asegurar un aporte hídrico adecuado y prevenir el desarrollo de
alteraciones hidroelectrolíticas” (Castro et al., 2009)
o Se está evaluando el posible efecto de los micronutrientes con acción
antioxidante en la recuperación tras el ictus agudo. El daño cerebral por
sobreproducción de radicales libres en los pacientes con ictus ha podido
observar un aumento de los productos de peroxidación lipídica y un
descenso de la capacidad antioxidante total y de los niveles plasmáticos de
vitaminas A, C y E. (Bretón et al,. 2013)

 Metas para Limitar el Progreso al Daño.

o Reducir el tamaño de los bocados si los alimentos se cortan en trozos más


pequeños y se toman pequeños bocados y sorbos.
o En la medida de lo posible y de acuerdo con la evolución del paciente
alternar bolos sólidos y líquidos para facilitar que pasen mejor al esófago.
o Realizar ejercicios motores orales en labios y lengua.
o Modificar la consistencia de los alimentos sólidos con alimentos blandos o
en puré, y sustitución de líquidos de poca densidad por líquidos espesados.
Conclusiones

Una mala alimentación se asocia a la aparición de diversas complicaciones en diversas


patologías, unas de ellas tienen relación con las que hemos visto en esta ocasión, como
lo son la hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca y la enfermedad cerebrovascular, en
las que se presentan similitudes en algunas enfermedades y que llevar a cabo cada una
de estas recomendaciones tiene la finalidad de mejorar la salud del paciente y prolongar
la vida del mismo, pues se ha comprobado que la terapia dietética es útil no solo para la
prevención de las enfermedades, sino también para su tratamiento. (Esquivel, 2010)
Un tratamiento interdisciplinario de las enfermedades que hemos visto involucra tanto la
prescripción de terapia farmacológica como en dietas modificadas, con la finalidad de que
ciertos nutrientes sean provistos, ya que se conoce científicamente que guardan una
relación directa con la etiopatología y tratamiento de las enfermedades como es el caso
del sodio y el potasio en hipertensión arterial e insuficiencia cardiaca.
Por otra parte, existen estrategias nutricionales como la dieta DASH, la cual brinda una
serie de recomendaciones que promueven la reducción de la presión arterial, misma que
es factible y fácil de alcanzar en un contexto poblacional de cualquier tipo y que en
conjunto con la modificación en estilo de vida como actividad física, regulación de la
ingesta de alcohol entre otros hábitos, logra una mejoría en la condición del paciente.
Para ello, nosotros como profesionales de la nutrición, así como de la salud en general,
debemos promover los buenos hábitos, programas de educación nutricional no solo para
el tratamiento de las enfermedades, sino también para su prevención, a modo que desde
edades tempranas los niños y jóvenes se adapten a estilos de vida y alimentación
saludable de prevengan la aparición de enfermedades crónicas.
Si bien, diversos factores dietéticos se han relacionado con el riesgo de presentar
enfermedad cerebrovascular, en los que, así como en la hipertensión e insuficiencia
cardiaca, la ingesta elevada de sal es uno de los que contribuye en mayor medida, así
como también se han relacionado con el consumo elevado de grasa saturada o de
hidratos de carbono con mayor índice glucémico. Los individuos que tienen una menor
adherencia a la dieta mediterránea presentan un mayor riesgo de padecer ictus, así como
la deficiencia de la vitamina D o la hiperhomocisteinemia favorecen a la enfermedad
cerebrovascular. (Bretón, 2013)
Para finalizar, consideramos que no existe ninguna modificación para la mejora de las
recomendaciones vistas en esta actividad, sin embargo, consideramos que por lo
contrario, dichas recomendaciones deben ser vistas al público en general en cualquier
servicio de salud, anuncios, carteles, recomendaciones generales en una consulta médica
que se lleven a cabo por los profesionales de la salud, a fin de mejorar la salud de los
individuos y con ello sus hábitos de vida, ya que las recomendaciones existen, pero las
personas que se encuentran alrededor de estas recomendaciones, no logran apreciarlas
de una mejor manera, que impacte en querer llevarlas a cabo, es decir, necesitamos más
promoción de salud para estas enfermedades y las enfermedades en general.
Referencias

 Ballesteros Pomar, María D., & Palazuelo Amez, Laura. (2017). ¿Y después del
ictus, qué hacemos para nutrirle?. Nutrición Hospitalaria, 34(Supl. 1), 46-56.
https://dx.doi.org/10.20960/nh.1239
 Bretón, I.; Cuerda, C.; Camblor, M.; Velasco, C.; Frías, L.; Higuera, I.; Carrasco, M.
L.; García-Peris, P. (2013). Nutrición en el paciente con ictus. Nutrición
Hospitalaria, vol. 6, núm. 1, pp. 39-48. Grupo Aula Médica. Madrid, España
Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=309228933005
 Castro Martínez, M. G., Méndez Romero, Y. D. C., & Suverza Fernández, A.
(2009). Nutrición en la práctica clínica (No. Sirsi) a458432).
 De la Rosa, L. Valdez, M. Perez, E. Guevara, G. Cardona, G. Ochoa, S. Ojeda, A.
Orozco, C. & Rubio, M.. (14 de Mayo 2021). Implicaciones médicas y nutricionales
en insuficiencia cardiaca crónica: fortalezas y limitaciones. Scielo. Archivos de
cardiología de México Recuperado de https://www.scielo.org.mx/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S1405-99402021000200221
 Esquivel Solís, V., & Jiménez Fernández, M. (2010). Aspectos nutricionales en la
prevención y tratamiento de la hipertensión arterial. Revista costarricense de salud
pública, 19(1), 42-47.
 José Ramón Aguirrezabala Jaca, L. B. (2008). Guía Práctica Clínica sobre
Hipertensión Arterial. España: Osakidetza.
 Mahan, L. & Raymond, J. (2017). Krause. Dietoterapia 14.ª EDICIÓN. España:
Elsevier
 Martin, I. Plascencia, D & González, T., (2001). MANUAL DE DIETOTERAPIA. La
Habana: Editorial Ciencias Médicas
 Pomar, B., & Ares Luque, A. (2005). Nutrición basada en la evidencia en las
enfermedades neurológicas. Endocrinol. nutr.(Ed. impr.), 97-102. Recuperado de:
https://www.elsevier.es/es-revista-endocrinologia-nutricion-12-articulo-nutricion-
basada-evidencia-enfermedades-neurologicas-13088211
 Salud, S. d. (22 de 09 de 1999). NORMA Oficial Mexicana NOM-030-SSA2-1999,
Para la prevención, tratamiento y control de la hipertensión arterial. Diario Oficial
de la Federación , págs. 1-33.

 UnADM. (2022). Nutrición Clínica III. Unidad 1 Nutriología en enfermedades


Sistémicas. Obtenido de Universidad Abierta y a Distancia de México:
https://campus.unadmexico.mx/contenidos/DCSBA/BLOQUE2/NA/07/NNCL3/
unidad_01/descargables/NNCL3_U1_Contenido.pdf
 UNADM. (s.f.). Unidad 1. Nutriología en enfermedades sistémicas. México.
Universidad Abierta y a Distancia de México

También podría gustarte