La Evaluación Formativa en El Proceso Enseñanza Aprendizaje

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La evaluación formativa en el proceso enseñanza aprendizaje

La evaluación del aprendizaje: proceso complejo

La búsqueda de la excelencia en la educación superior es una exigencia que ha perdurado a


través de la historia y en la actualidad compromete a todos aquellos implicados en las tareas
educativas y a todos los componentes del proceso de formación de los futuros profesionales.
En Cuba esa búsqueda se manifiesta en la voluntad de un perfeccionamiento continuo de la
enseñanza universitaria sobre bases científicas, que sustenta las decisiones y el quehacer
cotidiano de las instituciones educativas e impulsa, a la vez, el desarrollo de la investigación
pedagógica como necesidad del propio perfeccionamiento.

La evaluación del aprendizaje constituye, en este contexto, un tema de singular interés por su
complejidad y por la vigencia de numerosos problemas pendientes de solución. La revisión de
la literatura muestra la coincidencia de numerosos autores de diferentes países y enfoques
teóricos, en el reconocimiento y constatación de problemas actuales de la evaluación, tales
como su reduccionismo conceptual y metodológico, su subordinación a necesidades y
demandas externas al proceso pedagógico, los efectos y consecuencias no deseados, entre
otros problemas.

"La evaluación del aprendizaje es un proceso consustancial al desarrollo del proceso docente
educativo. Tiene como propósito comprobar el grado de cumplimiento de los objetivos
formulados en los planes y programas de estudio de la educación superior, mediante la
valoración de los conocimientos y habilidades que los estudiantes van adquiriendo y
desarrollando; así como por la conducta que manifiestan en el proceso docente educativo.
Constituye, a su vez, una vía para la retroalimentación y la regulación de dicho proceso".

Para el sistema de educación médica cubano la evaluación del aprendizaje implica el control y
la valoración de los conocimientos, habilidades y hábitos, así como de los modos de actuación
que los estudiantes van adquiriendo a través del proceso docente educativo, de acuerdo con
los objetivos propuestos de cada asignatura, estancia o rotación en particular y del plan de
estudio en general, que posibilita su propia dirección.

La evaluación se puede estructurar en todas las formas organizativas de la docencia como son
la conferencia o clase magistral, clases prácticas y talleres, curso, actividades grupales y
particularmente en la práctica clínica, en el caso de las ciencias médicas.

La evaluación como componente del proceso enseñanza aprendizaje

Dentro de los componentes del proceso enseñanza aprendizaje, la evaluación es el elemento


que se encuentra relacionado directamente con cada uno de ellos ya que es la encargada de
estimular y medir el alcance de los objetivos a través de un grupo de criterios. Ellos se
relacionan con el cumplimiento del propósito o la meta para lo cual fueron trazados, el arribo a
la consecución del fin con el cual fueron planteados y así lograr transformaciones graduales en
los contenidos que agrupan en el sistema de conocimientos y habilidades, en la experiencia de
la actividad creadora y en los modos de actuación. De esta manera se llega a los diferentes
niveles de asimilación.
Existe una relación directa entre sistema de conocimientos, habilidades y niveles de
asimilación, por una parte y las formas organizativas de la enseñanza, por otra. En estas
últimas es donde se establece la estructura y el grupo de actividades conjuntas que desarrollan
profesores y alumnos. Son reflejadas a través de los métodos que ordenan la estructura
interna del proceso enseñanza aprendizaje, que de acuerdo al nivel de asimilación que se
plantee pueden ser productivos o no. De acuerdo a esa clasificación los actores utilizarán los
diferentes tipos de medios a su disposición como vía de comunicación y que sirven de soporte
a los métodos para el logro final de los objetivos.

En cada etapa del proceso docente educativo tanto las formas como los métodos pueden
variar. En tal sentido, la evaluación es el componente que refleja el estado de todo el proceso:
expresa la magnitud y calidad con que se han logrado los objetivos y brinda retroalimentación
de la cual se derivan otras funciones importantes como las de diagnosticar, estimular,
comprobar, orientar, corregir y certificar. En fin, la evaluación actúa como el motor impulsor
de todo el proceso.

Funciones de la evaluación
La evaluación como proceso posee dos funciones:

1. La calificativa, sumativa o acreditativa: que tiene el objetivo de dar información sobre


el progreso del estudiante al finalizar una unidad de enseñanza en correspondencia a
una serie de criterios y los conocimientos adquiridos a lo largo del proceso enseñanza
aprendizaje, se realiza para formular un juicio acerca de los conocimientos al finalizar
una unidad de enseñanza. A esta función de la evaluación se le atribuyen los siguientes
valores:

a. Certificadora: constata ante la sociedad que se han alcanzado determinados


objetivos.
b. Selectiva: permite situar al alumnado en puestos diferentes y prescindir de quienes
no alcanzan los mínimos exigidos en determinados momentos o etapas.
c. Comparativa: el alumnado se compara con los resultados de otros compañeros y el
profesor se compara con los resultados de otros profesores.
d. De control: la obligación legal del profesorado de calificar al alumnado hace que se
les dote de poder y de control.

2. La formativa: es aquella que coadyuva al desarrollo del estudiante en correspondencia


con las regularidades esenciales del proceso de formación del individuo y con las
finalidades sociales que signan dicha formación en la sociedad. Además, es capaz de
detectar los progresos y dificultades en el proceso enseñanza aprendizaje, determinar
hasta dónde se ha llegado y hasta dónde se puede avanzar. Informa al estudiante de
los hallazgos encontrados, lo que le permite al docente adecuar el currículo y los
objetivos iniciales, y le otorgan la posibilidad de ajustar el proceso progresivamente.

Diversidad de criterios relacionados con la evaluación formativa

Las ideas acerca de lo que deben ser la educación y las prácticas educativas, (incluyendo los
sistemas evaluativos) dependen como ya hemos explicado con anterioridad de posiciones
ideológicas y culturales y modelos curriculares y pedagógicos. López Pastor 2012 plantea que
"… debe buscarse un modelo de evaluación que sea formativo, continuo e integrado en el
desarrollo del currículo, colaborando a la mejora del mismo y de los propios procesos de
aprendizaje del alumnado". Los autores comparten este criterio, por considerarlo válido y
adecuado para evaluar los procesos de formación humana.

Brown 2013 interpreta la evaluación formativa como: "… todo proceso de constatación,
valoración y toma de decisiones cuya finalidad es optimizar el proceso enseñanza aprendizaje
que tiene lugar, desde una perspectiva humanizadora y no como mero fin calificador".

Casanova 2014 maneja diferentes términos; expone que es habitual que el profesorado
confunda la "evaluación formativa" con la "evaluación continua" y a menudo interprete
erróneamente la "evaluación continua" como una realización continua de pruebas, exámenes
y notas, que realmente debería denominarse "calificación continua". El concepto de
"evaluación continua" hace referencia a la que se lleva a cabo en el aula de forma diaria y
cotidiana, normalmente con una finalidad formativa, recopilando sistemáticamente
información del proceso de aprendizaje de cada alumno. En consideración de los autores, este
tipo de evaluación, también se considera como sistemática o frecuente, aunque no es
necesario que se le otorgue una calificación cuantitativa.

Coincidencias indispensables en los procesos de evaluación formativa y calificativa

A través de la revisión se constató que existen numerosos puntos de contacto en relación con
las exigencias indispensables que tienen que cumplir tanto la evaluación formativa como la
calificativa:

 Validez: muestra hasta qué punto los instrumentos evaluativos miden "realmente" lo
que se espera que deban medir, que exista una correspondencia entre lo que se debe
evaluar y lo que se evalúa.
 Confiabilidad: ya que es la expresión cuantitativa o cualitativa de la reproductividad con
la que un instrumento mide un mismo atributo. Asegura la estabilidad de los resultados
en el tiempo y entre profesores.
 Impacto educativo: porque incluye el estímulo para el estudio y la oportunidad de
generar "feedback" (retroalimentación) formativa.
 Aceptabilidad: que los instrumentos sean aceptados ("que gusten") entre educandos y
profesores; cuántas veces al confeccionar los temarios de exámenes finales se comparte
la expresión "este temario me gusta más que aquel" a pesar que todos midan los
mismos objetivos.
 Costo en medios humanos, materiales y económicos: una exigencia que influye mucho
en el momento de confeccionar exámenes, porque en ocasiones a pesar de los deseos,
por cuestiones económicas hay que limitarse en la impresión, y eso hasta cierto punto
restringe la creatividad a la hora de confeccionar determinados instrumentos
evaluativos.

Una vez conocidas estas exigencias, es preciso considerar las siguientes interrogantes:

¿Qué no se puede comprometer en la evaluación formativa?


¿Cómo es posible conocer si el sistema de evaluación formativa tiene un impacto deficiente?

Ventajas y limitaciones de la evaluación formativa

Hamodi C, López Pastor VM, López Pastor AT. 2015 y Tejada Fernández 2017 consideran que,
como todo proceso, la evaluación formativa posee numerosas ventajas:

 Medición de lo que hace.


 Gran validez formativa profesional y en valores, hábitos y habilidades.
 Medición de atributos múltiples.
 Medición del desempeño a través del tiempo.
 Multiplicidad de observadores, (profesores, alumnos, técnicos, pacientes
acompañantes).
 Retroalimentación constructiva.
 Disponibilidad de escenarios diversos.
 Información a los estudiantes sobre su formación.

Coincidentemente, estos autores y otros manejan una serie de limitaciones en el desarrollo de


la evaluación formativa que dependen en mayor medida de cuestiones subjetivas como: la
falta de estandarización ya que no existe un esquema para su desarrollo, la poca
instrumentación pues es indispensable evaluadores bien entrenados para evitar la
improvisación, y el no cumplimiento de los objetivos trazados, en el momento de valorar el
desempeño de los estudiantes. No obstante al hacer una correlación, se puede apreciar que las
ventajas son mucho mayores, pues las limitantes se pueden solucionar con la labor educativa y
sistémica del profesorado.

López Pastor, 2012 esclarece este acápite, al abordar aspectos sobre las ventajas de la
evaluación formativa. Razona que permite hacer el diagnóstico de las debilidades en los
estudiantes, favorece el diálogo entre el docente y ellos, estimula la autoevaluación, ayuda a
desarrollar habilidades para el estudio independiente, informa al estudiante sus insuficiencias
y deficiencias, es tan frecuente como sea necesario, mide el progreso alcanzado y su tendencia
en el proceso docente educativo. Aclara que la evaluación formativa nunca podrá ser
empleada para emitir un juicio certificativo, con lo que coinciden otros trabajos consultados y
los autores de la presente revisión.

Tendencias de la evaluación formativa

Acerca del importante tema de las tendencias por las que debe transitar la evaluación
formativa:

 La necesidad de transformar la práctica evaluativa desde un enfoque formativo.


 La necesidad de tener una concepción integradora de la evaluación, cuestión que es
considerada la esencia del proceso evaluativo por los autores.
 La necesidad de propuestas de formación para transformar las prácticas evaluativas
tradicionales hacia enfoques formativos y desarrolladores.
 La incorporación del alumno al proceso de evaluación.

Para el adecuado desarrollo y puesta en práctica de estas tendencias en la evaluación


formativa, el profesor debe experimentar un cambio respecto a sus concepciones y prácticas
sobre la categoría evaluación. El profesor es el evaluador y el alumno el evaluado que
"necesita" ser calificado.

Se debe fomentar una preparación teórico-metodológica del profesor como agente


movilizador del cambio que le permita un enfoque formativo de la evaluación considerando lo
instructivo educativo desarrollador para lo cual es indispensable encontrar respuestas en una
correcta preparación desde lo pedagógico y lo metodológico en función del
perfeccionamiento.

En relación con esta tendencia mundial sobre los estilos y cambios que debe introducir el
profesor y la incorporación plena del alumno al proceso docente educativo como protagonista,
con la utilización de test de diagnóstico, materiales de autoevaluación, presentaciones,
observaciones, diarios, simulaciones o cuestionarios orales, se puede comprobar cómo dentro
del proceso de evaluación formativa se utilizan actualmente, diferentes terminologías
("instrumentos", "herramientas" y "métodos") para llevar a cabo las "técnicas de evaluación
formativa" a utilizar en las diferentes formas organizativas de la docencia.

Mazur, referenciado por Pinargote Vera,2014 se refirió a que "… lo que determina cómo
estudian los alumnos es el método con el que vayan a ser evaluados, o sea, es la evaluación la
que dirige lo que los estudiantes hacen para superarla (y no los deseos de los profesores…)".
Este profesor de Harvard, desde los años noventa del siglo XX, ha creado y popularizado
alternativas mucho más eficaces que el "traditional lectura" "clase magistral o expositiva" para
enseñar y lograr que los alumnos comprendan. Ideó el método "peer instrution" o "instrucción
acompañada", que consiste en plantear (concept test) preguntas conceptuales a sus alumnos
para pedirles que contestaran prediciendo lo que debe ocurrir en una situación hipotética al
aplicar a las preguntas los principios de la disciplina y que discutieran las justificaciones entre
grupos, con otros que han escogido una respuesta diferente. Tras la discusión los alumnos
vuelven a contestar la pregunta, se consulta a los que han cambiado de opinión por qué lo han
hecho, se cierra la discusión y se plantea una nueva pregunta. Mazur comprobó que con esta
metodología, los alumnos doblaban las ganancias de aprendizaje medio en cada clase, punto
con el que coinciden los autores, que han comenzado a utilizar algunas variantes de este
método durante el desarrollo de la docencia.

Instrumentos de evaluación: clasificación y confusión terminológica

Castejón 2011 expone una serie de herramientas que sirven al profesorado para poder recoger
la información necesaria en el proceso de evaluación, aunque reconoce que es difícil separar
los instrumentos de las estrategias y técnicas de evaluación.

Aquí se clasifican los "instrumentos de evaluación" en función de su manifestación oral, escrita


u observacional. Así, algunos ejemplos de cada uno de ellos son:

 Instrumentos con predominio de la expresión escrita: examen, trabajo escrito, ensayo,


póster, informe, proyecto, cuaderno de campo, fichas prácticas, diario, carpeta o
dossier, portafolio y memoria.
 Instrumentos con predominio de la expresión oral: exposición, debate, entrevista,
entrevista en grupo, grupo de discusión, mesa redonda, panel de expertos, ponencia y
comunicación.
 Instrumentos con predominio de la expresión práctica: representación, demostración o
actuación, simulación, desarrollo de proyectos con parte práctica, búsquedas y prácticas
supervisadas.

Posteriormente se explica que es imprescindible que el profesorado utilice "algún tipo de


registro que permita constatar cómo se está realizando en un marco de evaluación formativa y
continua" y se hace alusión a las listas de control (cuya utilidad es saber si están o no
determinadas adquisiciones) y a las escalas de comprobación (para reflejar los diferentes
grados de ellas).

Tejada Fernández 2017 presenta un artículo sobre evaluación de competencias en contextos


no formales, donde habla de "dispositivos" e "instrumentos" de evaluación, utilizándolos como
sinónimos.

Recientemente, Brown 2013 publicó un libro centrado en la evaluación de habilidades y


competencias en educación superior en el que se aportan múltiples propuestas sobre esta
temática. En este caso, se habla de "métodos y enfoques", aunque se genera cierta confusión
terminológica entre las dos categorías. Consideran "enfoques": la evaluación asistida por
ordenador, la autoevaluación, la evaluación a cargo de compañeros y el trabajo en grupo, y se
consideran "métodos" los siguientes: ensayos, portafolios, tesis, exámenes, evaluaciones
asistidas por ordenador, test con libro abierto, seminarios evaluados, pruebas de simulación,
etc. Pero en ninguna ocasión, se hace una definición de estos términos; incluso puede
observarse cómo incluyen las "evaluaciones asistidas por ordenador" tanto en enfoques como
en métodos.

Mediante esta revisión de la literatura especializada en la evaluación se ha podido comprobar


cómo actualmente es difícil encontrar diferenciaciones claras sobre los conceptos de "medios",
"técnicas" e "instrumentos" de evaluación, y cómo, hasta el momento, se habla de una manera
un tanto caótica, utilizando como sinónimos o palabras afines los siguientes términos:
instrumentos, herramientas, técnicas, recursos, métodos, enfoques, dispositivos y
procedimientos de evaluación. Los autores del presente artículo consideran que se enumeran
entremezclados, confundiendo unos con otros, llamando de manera diferente a cosas iguales y
viceversa, sin seguir una clasificación única, lo que supone muy poca rigurosidad y conlleva una
considerable confusión terminológica.

La primera clasificación rigurosa, con una definición exhaustiva, se sitúa en el trabajo de Ibarra
Sáiz, 2016 donde se definen de manera muy clara y precisa los medios, las técnicas y los
instrumentos de evaluación de la siguiente manera:

 Medios para evaluar: "pruebas o evidencias que sirven para recabar información sobre
el objeto a evaluar". Estas evidencias, productos o actuaciones realizadas por los
estudiantes son los medios que informan sobre los resultados de aprendizaje y que
utiliza el evaluador para realizar las valoraciones correspondientes. Varían en función del
tipo de competencia o aprendizaje que se pretende evaluar. Algunos ejemplos que se
presentan son los siguientes: para valorar la aplicación y destrezas de investigación
(proyecto de investigación); para valorar destrezas profesionales (estudio de casos);
para valorar competencias comunicativas (presentación o entrevista).
 Técnicas de evaluación: "estrategias que utiliza el evaluador para recoger
sistemáticamente información sobre el objeto evaluado. Pueden ser de tres tipos, la
observación, la encuestación (entrevistas) y el análisis documental y de producciones".
 Instrumentos de evaluación: "herramientas reales y tangibles utilizadas por la persona
que evalúa para sistematizar sus valoraciones sobre los diferentes aspectos". Algunos
ejemplos son: las listas de control, las escalas de estimación, las rúbricas, las escalas de
diferencial semántico, las matrices de decisión o incluso instrumentos mixtos donde se
mezclen más de uno.

A pesar de las definiciones tan claras de los medios, las técnicas y los instrumentos de
evaluación, existe una carencia en esta clasificación, pues no tiene cabida la participación del
alumnado en la evaluación, cuestión que se considera esencial durante el proceso de
evaluación que se relaciona el presente artículo. Es decir, en dicha clasificación no se
contempla la autoevaluación, ni la evaluación entre iguales, ni la evaluación compartida. La
evaluación formativa ha de ser compartida y precisa de la participación del alumnado en el
proceso evaluativo. Es por este motivo por el que, a pesar de que las definiciones de los
medios, técnicas e instrumentos de Ibarra Sáiz parecen muy claras, la clasificación, según
opinión de los autores de la presente investigación, está incompleta.

Propuesta de nuevo sistema de clasificación

Por todo lo anterior, los autores consideran necesario un nuevo sistema de clasificación de los
medios, técnicas e instrumentos de evaluación formativa del aprendizaje, que tenga en
consideración al alumnado y su participación en el proceso evaluativo. A tal efecto, se
comparten algunos criterios que aparecen en la bibliografía y se diseña la siguiente propuesta:

 Los medios de evaluación son todas y cada una de las producciones del alumnado que el
profesorado puede recopilar, ver y/o escuchar, y que sirven para demostrar lo que los
estudiantes han aprendido a lo largo de un proceso determinado. Pueden adoptar tres
formas diferentes: escritos, orales y prácticos.
 Las técnicas de evaluación son las estrategias que el profesorado utiliza para recoger
información acerca de las producciones y evidencias creadas por el alumnado (de los
medios).

Si el medio que se pretende evaluar es escrito, se utilizará la técnica del análisis documental y
de producciones (o revisión de trabajos); si el medio a evaluar es oral o práctico, se utilizará la
observación o el análisis de una grabación (audio o video). Lo que se pretende es que el
alumno participe en el proceso evaluativo. Las técnicas de evaluación formativa pueden ser las
siguientes:

 Autoevaluación: evaluación que hace el alumno de su propia evidencia o producción,


atendiendo a unos criterios que han sido negociados con anterioridad. Se puede llevar a
cabo mediante la autorreflexión y/o el análisis documental.
 Evaluación entre iguales o coevaluación: proceso mediante el cual el alumno evalúa de
manera recíproca a sus compañeros del grupo-clase, aplicando criterios de evaluación
que han sido negociados previamente. Se puede llevar a cabo mediante el análisis
documental y/o la observación.
 Evaluación colaborativa o compartida: procesos dialógicos que mantiene el profesorado
con el alumno sobre la evaluación de los procesos enseñanza aprendizaje que se han
dado. Estos diálogos pueden ser individuales o grupales. Se puede llevar a cabo
utilizando entrevistas entre el profesorado y el alumnado.

Mediante esta propuesta los autores pretenden aclarar algunos aspectos en la terminología
referente a la evaluación, concretamente sobre los medios, las técnicas y los instrumentos
utilizados para llevarla a cabo; pero siempre desde la perspectiva formativa y compartida; de
acuerdo con lo revisado. Es necesaria una unificación terminológica sobre esta temática, es
decir, se necesita un lenguaje común en la evaluación de los aprendizajes del estudiante.

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