Calidad de Vida RBH Cardio
Calidad de Vida RBH Cardio
Calidad de Vida RBH Cardio
Resumen
La enfermedad cardiovascular es un problema de salud pública en expansión, pues
es la principal causa de muerte en el mundo y afecta las dimensiones físicas, sociales
y emocionales de la calidad de vida del paciente. Por lo anterior, se hace necesario
que el profesional de enfermería intervenga en la mejora de la calidad de vida, pro-
moviendo la participación de los pacientes en los programas de rehabilitación cardiaca
y aplicando herramientas útiles para la determinación de la calidad de vida, a fin de
lograr una medición más comprensiva, integral y válida del estado de salud de los pa-
cientes con enfermedades cardiovasculares y la efectividad de la atención ofrecida dentro
del programa. El propósito de este artículo es proporcionar a los profesionales de enfer-
mería fundamentos relacionados con la calidad de vida del paciente con enfermedad
cardiovascular que asisten a programas de rehabilitación cardiaca y los instrumentos
genéricos o específicos que se pueden utilizar como herramientas útiles de valoración y
seguimiento de la calidad de vida.
Abstract
Cardiovascular disease has become a public health problem in expansion, being the lead-
ing cause of death worldwide and affecting the physical, social and emotional quality of
life of patients. Therefore, it is necessary that the nurse involved in improving the quality
of life, promoting the participation of patients in cardiac rehabilitation programs, using
tools for determining the quality of life, thus achieving a more comprehensive measure-
ment and valid health status of patients with cardiovascular disease and the effectiveness
of care offered within the program. The purpose of this review paper is to provide research
results to nurses foundation related to quality of life of patients with cardiovascular dis-
ease who attend cardiac rehabilitation programs and generic or specific instruments that
can be used as tools assessment and monitoring of the quality of life.
Key words: Quality of life, heart, rehabilitation, patients, cardiovascular system, disease.
Resumo
Doença cardiovascular tornou-se um problema de saúde pública em expansão, sendo a
principal causa de morte no mundo e que afetam a qualidade física, social e emocional
da vida dos pacientes. Portanto, é necessário que a enfermeira envolvida na melhoria da
qualidade de vida, promovendo a participação dos pacientes em programas de reabilita-
ção cardíaca, o uso de ferramentas para determinar a qualidade de vida, alcançando
assim uma medida mais abrangente e estado de saúde válido de pacientes com doença
cardiovascular ea eficácia dos cuidados oferecidos dentro do programa. O objetivo deste
artigo de revisão é fornecer resultados de pesquisa para enfermeiras fundação relacion-
ados à qualidade de vida de pacientes com doenças cardiovasculares que freqüentam
programas de reabilitação cardíaca e instrumentos genéricos ou específicos que podem
ser usados como ferramentas de avaliação e monitoramento da qualidade de vida.
Introducción
La enfermedad cardiovascular es un problema de salud pública en
expansión. Es la principal causa de muerte en mundo, tanto que en el
2005 causó 17,5 millones de muertes originadas por factores de riesgo
cardiovascular y determinantes subyacentes, como el envejecimiento, la
globalización, la urbanización y los estilos de vida poco saludables (1).
Tal problemática no es ajena a Colombia, dado que las enfermedades
cardiovasculares constituyen la primera causa de morbilidad y mor-
talidad del país, con una tasa de mortalidad de 130,2 por cada cien
mil habitantes (2).
El impacto derivado de estas enfermedades se ve reflejado en dife-
rentes aspectos. En el plano económico, en grandes gastos, tanto para
las instituciones como para los pacientes, por los altos costos deriva-
dos de la atención médica y los reingresos que causan incapacidades
y ausentismos laborales. En el plano físico, porque el paciente expe-
rimenta, derivado de las limitaciones por su sintomatología clínica
(disminución de la respiración, fatiga muscular y dolor en el pecho),
disminución en la tolerancia al ejercicio, lo cual lleva a una percepción
de discapacidad mayor (3). Y en el plano emocional, gran ansiedad,
incluso, depresión. Todos estos factores son reconocidos como genera-
dores de riesgo para el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares,
que van afectar la dinámica familiar y a dar como resultado conflictos
familiares y sociales, entre otros.
Es evidente que la enfermedad cardiovascular genera un impacto
negativo en la calidad de vida del paciente cardiópata. Por lo anterior,
es importante resaltar que el profesional de enfermería debe interve-
nir en la mejora de la calidad de vida y que se hace necesario crear
estrategias que brinden resultados destinados al control y manejo de
los factores de riesgo y la enfermedad cardiovascular de una manera
integral. Una de las estrategias que se han desarrollado para enfren-
tar la enfermedad cardiovascular son los programas de prevención de
factores de riesgo y de rehabilitación cardiaca, dirigidos a pacientes
adultos medios y adultos mayores con alteraciones y factores de riesgo
asociados a enfermedad cardiovascular.
Los programas de prevención de factores de riesgo son estrategias
de prevención primaria y utilizan como principal herramienta la edu-
cación en salud, que busca proporcionar información y conocimientos
relativos al mantenimiento y promoción de la salud; sin embargo, se
limitan a proveer información generalizada de momento, sin tener en
cuenta las características individuales de cada paciente (4,5).
Variables sociodemográficas
Educación
Investigaciones refieren que los pacientes con un alto nivel educativo
presentan una calidad de vida satisfactoria que puede atribuirse a un
mejor estado de salud, mayores ingresos económicos y un adecuado
conocimiento de los factores de riesgo cardiovasculares reflejado en un
buen control sobre ellos (20). En la literatura consultada se observa
que el grado de escolaridad es importante en la adherencia terapéu-
tica de los programas, pues a las personas con nivel educativo bajo
se les dificulta la comunicación con el personal de la salud y con su
familia (22). Respecto al bajo nivel de escolaridad, la literatura refiere
que estos pacientes presentan un perfil de persona más desfavorecida,
en cuanto a la calidad de vida, lo cual puede dificultar la comunica-
ción con el personal de salud y, por ende, desarrollar mayor riesgo de
abandono del tratamiento.
Estado civil
En los pacientes que se encuentran casados o tienen un compañe-
ro estable se evidencia una mayor satisfacción con el apoyo familiar.
Este se relaciona positivamente con la disminución de la ansiedad y la
depresión y apoyo en cambios en el estilo de vida (dieta). Ello facilita
la adherencia terapéutica, al mejorar el cumplimiento de uno de los
objetivos del programa: alcanzar y mantener una funcionalidad óptima
desde los puntos de vista físico, mental y social, y así reintegrarse a
la sociedad y a su actividad laboral (23).
Los pacientes solteros o viudos que carecen de una compañía cercana
que se dedique a su cuidado tienen mayor dificultad en su rehabilita-
ción, debido a que existe una percepción de apoyo social insatisfactorio,
que provoca un sentimiento de incapacidad para cambiar y mostrar
Género femenino
La baja participación de las mujeres en los programas de rehabilita-
ción cardiaca y su abandono han sido descritos por diferentes autores.
Ello se atribuye a que muchas mujeres niegan o malinterpretan sus
síntomas, hecho que no permite diagnosticar o identificar una enferme-
dad coronaria. Además, se observa que las mujeres están enfrentadas
a numerosos obstáculos específicos para participar en el programa de
rehabilitación cardiaca, debido que se incluyen roles de cuidador infor-
mal (hijos/nietos, esposo o familiar dependiente de ellas en el hogar),
demanda de roles múltiples, imagen corporal negativa, cuestiones de
seguridad, falta de experiencia previa con ejercicio y limitado apoyo
cultural para estilo de vida físicamente activo (25).
Estrato económico
El nivel socioeconómico alto se asocia con mejores ingresos económi-
cos, más posibilidades y satisfacción en el trabajo, lo cual contribuye a
una mejor calidad de vida (26). Los estratos bajos se pueden considerar
un estresor crónico para enfermedades cardiovasculares, dado que
la situación económica desencadena conflictos en el núcleo familiar
(falta de dinero, dificultad en el traslado, ausencia de acompañante,
etc.), que dificulta las relaciones; fomenta sentimientos de inutilidad,
frustración y desesperanza, y genera un incremento de riesgo de pa-
decer nuevamente un IAM. Tales hechos repercuten negativamente en
la calidad de vida (5).
Instrumentos genéricos
Estos instrumentos proporcionan una medición global de la CVRS.
A la vez, permiten comparaciones entre diferentes condiciones clíni-
cas (27) y determinar los efectos de una intervención en las diferentes
dimensiones de la calidad de vida. Por lo tanto, no incluyen aspectos
específicos para la determinación de la calidad de vida en una enfer-
medad específica y son pocos sensibles al cambio (15).
El Cuestionario de Salud SF-36 es una encuesta de salud diseñada
por el Health Institute, New England Medical Center. Posee una fiabi-
lidad mayor de 0,7 (valor mínimo recomendado) y concretamente entre
0,78 (para la dimensión de vitalidad) y 0,96 (dimensión del rol físico);
así mismo, una fiabilidad interobservador mayor de 0,80 (28).
El SF-36 consta de 36 preguntas que cubren dos áreas: el estado
funcional y el bienestar emocional. Consta de ocho dimensiones sobre
la salud, entre las que se encuentran: función física, rol físico, dolor
corporal, salud general, vitalidad, función social, rol emocional y
salud mental, que detectan tanto estados positivos como negativos
de la salud física y estado emocional. Este cuestionario fue traducido y
adaptado para ser utilizado internacionalmente mediante el proyecto
International Quality of Life Assessment (IQOLA).
La traducción al castellano del cuestionario siguió un protocolo
común a todos los países que participan en el proyecto IQOLA. Adicio-
nalmente, el SF-36 incluye un ítem de transición que pregunta sobre
el cambio en el estado de salud general respecto al año anterior.
Este ítem no se utiliza para el cálculo de ninguna de las escalas, pero
proporciona información útil sobre el cambio percibido en el estado de
salud durante el año previo a la administración del SF-36. En la ac-
tualidad se considera que el SF-36 es el mejor instrumento genérico
de medida de CVRS en pacientes cardiovasculares por las evidencias
psicométricas que presenta (28).
Además, aparte de que ha sido validado en numerosos estudios in-
ternacionales, tiene a su favor que discrimina diferencias por grupos de
edad y sexo. Incluso el SF-36 ha demostrado su capacidad para detectar
variaciones según el nivel socioeconómico, así como cambios de salud
a través del tiempo (29,30). El SF-36 no incluye aspectos específicos,
como trastornos del sueño, función cognitiva, función familiar y sexual,
que son criterios muy importantes para el presente estudio, pues son
aspectos que se ven directamente involucrados en la vida del paciente
cuando este cursa con una enfermedad cardiovascular (31).
El Nottingham Health Profile (NHP) fue desarrollado originalmente en
Gran Bretaña a finales de los años setenta para medir la percepción
Instrumentos específicos
Estos instrumentos son útiles para el estudio de una enfermedad,
población definida o condición bien determinada. Permiten identificar
aspectos de la calidad de vida propios de una enfermedad específica y
llegan a ser altamente sensibles a los cambios del problema específico
de salud que se está evaluando. Su mayor desventaja es que no permite
comparaciones entre patologías (36). Entre los principales instrumentos
específicos desarrollados para pacientes con enfermedad cardiovascular
se encuentran:
El Seattle Angina Questionnaire (SAQ). Es un instrumento específi-
co diseñado para valorar el estado funcional de pacientes con angina
de pecho y la percepción de su estado de salud. Contiene diecinueve
preguntas que cuantifican cinco dimensiones clínicamente relevantes:
frecuencia de angina, estabilidad de la angina, limitación física, cali-
dad de vida y satisfacción del tratamiento relacionado con la angina.
Se describe por los autores como una medida del estado funcional, pero
siete de las diecinueve preguntas tocan capítulos sociales y emociona-
les, lo que hace que el SAQ sea definido como una medida específica
de calidad de vida relacionada con la salud (15).
El Quality of Life-Cardiac Versión I (QLI) fue inicialmente diseñado
para uso en pacientes en diálisis; pero ha sido adaptado para su uso en
otros grupos, entre estos los pacientes con enfermedad cardiovascular.
El cuestionario más reciente del QLI de uso en pacientes cardiacos es
el QLI-Cardiac versión III, que contiene 72 ítems y cuatro dimensiones.
Estos ítems están divididos en dos partes iguales: la primera mide la
satisfacción del paciente con varias dimensiones de la vida, y la segunda,
la importancia de esas dimensiones para el paciente. Las puntuaciones
de la primera parte son ponderadas por las respuestas de la segunda (15).
El Angina Pectoris Quality of Life Questionnaire (APQLQ) es un cuestio-
nario que tiene veintidós ítems divididos en cuatro escalas. Tiene buenas
propiedades psicométricas para propósitos discriminantes, pero se
necesitan más trabajos para examinar su sensibilidad y fiabilidad (37).
El Cuestionario de Velasco-del Barrio consta de nueve áreas temá-
ticas: salud, sueño y descanso, comportamiento emocional, proyectos
de futuro, movilidad, relaciones sociales, comportamiento de alerta,
comunicación, tiempo de ocio y trabajo, con un total de 44 ítems. Tiene
una validez alta, pues su reproducibilidad es de 0,75 y su fiabilidad es
de 0,90. Su desventaja radica en que su uso está recomendado solo en
pacientes post-IAM (38). Ha sido utilizado en investigaciones para evaluar
la eficacia del programa de rehabilitación cardiaca e identificar los efec-
tos de este en la disminución de los factores de riesgo cardiovasculares
Dimensión física
La dimensión física corresponde a la percepción que tiene cada indi-
viduo de su estado físico, entendido como el grado de ejecución de las
actividades habituales relacionadas con la autonomía y el autocuidado,
el gozo de un adecuado estado de salud y la percepción de no tener
síntomas de enfermedad (7).
La enfermedad cardiovascular es considerada la primera causa de
incapacidad física en el paciente coronario, especialmente en la tercera
edad (47,48). Esto demuestra el alto impacto que la enfermedad car-
diovascular tiene en la dimensión física, pues las personas limitan sus
actividades de autocuidado y movilidad, debido a signos clínicos, como
Dimensión social
La dimensión social se define como el grado en que los problemas
de salud física o emocional interfieren en la vida social habitual. Ello
se refleja en el trastorno de las actividades sociales normales y tiene
que ver con las funciones, las relaciones, el afecto, la intimidad, la
apariencia, el entretenimiento, el aislamiento, el trabajo, la situación
económica y el sufrimiento familiar. Dentro de esta dimensión hay
que considerar también las actividades de rol, esto es, el desempeño de
papeles asociados con el trabajo y la familia (7,56).
El programa de rehabilitación cardiaca es un espacio que permite
una cohesión social y se convierte en un escenario muy especial, donde
se interactúa con otros pacientes y familiares que también están pa-
sando por el sufrimiento de una enfermedad cardiovascular. Con ello
el paciente conoce otras vivencias y, a su vez, enriquece las propias.
Igualmente, el equipo interdisciplinario que trabaja en pro del alcance
de los objetivos del programa ocupa un lugar muy importante en esta
interacción, ya que refuerza sus conocimientos y se involucra de ma-
nera terapéutica con el paciente, al permitirle expresar sus sentimientos
y vivencias (57). Por ello, es preciso que los programas de rehabilita-
ción cardiaca generen y mantengan espacios dedicados para sesiones
educativas, donde se permita resolver las inquietudes del paciente y
su familia y participar de una manera activa, que aporte tranquilidad
y seguridad (58).
El aislamiento social también se ha relacionado con la mayor mor-
talidad global para las enfermedades cardiovasculares. Lo anterior se
Dimensión emocional
La dimensión emocional se define como la percepción y el conoci-
miento que le permite al ser humano actuar o decidir bajo parámetros
de razón. Es ese estado biopsicológico que permite iniciar acciones y
motivaciones y que está presente en la mayor parte de los procesos
vitales, donde resulta fundamental el desarrollo humano, profesional,
creativo, e incluso científico (63). Se relaciona con la presencia de ma-
lestar o bienestar, vinculados a la experiencia y la vivencia del problema
de salud. En este se encuentran sentimientos como temor, ansiedad,
depresión y frustración (64).
Los sentimientos que se pueden llegar a experimentar en la enfer-
medad cardiovascular son ira, ansiedad, estrés, hostilidad y depresión
que, a su vez, pueden llegar a interferir en las actividades diarias de
los sujetos e influir en el cumplimiento inadecuado del tratamiento,
en la dificultad de modificar factores de riesgo (por la poca adherencia
al tratamiento), en seguir las recomendaciones dietarias, en realizar
cambios en el estilo de vida y en la capacidad de incrementar las cifras
de sobrevida, lo que lleva a que sea más difícil la rehabilitación, más
lenta y menos exitosa.
Existe consenso para afirmar que la enfermedad cardiovascular está
íntimamente relacionada con crisis emocionales; sin embargo, diferentes
investigaciones han demostrado que la presencia de estrés psicosocial
y de trastornos psiquiátricos son factores de riesgo. La depresión es
la segunda causa de incapacidad después del IAM; pero, con frecuencia,
se asocia a los trastornos cardiovasculares e incrementa las cifras de
morbimortalidad. Sin duda, existe una estrecha relación entre depre-
sión, enfermedad cardiovascular y mortalidad.
Los pacientes deprimidos con enfermedad cardiovascular tienen
un riesgo de morir entre tres y cinco veces más que los pacientes con
enfermedad cardiovascular sin depresión (59). La rehabilitación es más
difícil que la rehabilitación de los pacientes no deprimidos; por consi-
guiente, surgen sentimientos de incapacidad y limitación para desem-
peñar sus labores diarias, que se exteriorizan como tristeza, frustración,
intranquilidad, desesperanza, ideas negativas, pérdida de ilusión por
el futuro, ideas relacionadas con la muerte, llanto, retraimiento social,
sin salida a la situación actual y disminución de la conversación (15).
Por lo anterior, el profesional de enfermería debe conocer e implemen-
tar instrumentos y acciones que le permitan identificar los trastornos
psicológicos (65). Existen grupos de técnicas de relajación, del estrés y
de afrontamiento, los cuales van a ser significativos para el aumento del
autoestima, que aporta un conjunto de efectos benéficos para la salud
Conclusiones
En el contexto de la rehabilitación cardiaca, el profesional de enfer-
mería y, en general, el equipo interdisciplinario que participa en el pro-
grama debe enfocarse 1) en analizar las variables sociodemográficas de
los pacientes, pues se convierten en factores de riesgo o protectores de la
calidad de vida, y 2) en explorar las dimensiones de la calidad de vida.
Estas dos herramientas son de gran utilidad a la hora de analizar los
beneficios terapéuticos de los programas de rehabilitación y el desarrollo
de cada una de las acciones del programa.
La determinación de la CVRS en los pacientes con enfermedad car-
diovascular asistentes al programa de rehabilitación cardiaca es muy
importante, pues con ello se planifican programas preventivos (así como
acciones concretas de salud) y se organizan servicios de salud, y, de
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