Divorcio Por Mutuo Consentimiento de V6enezolanos en El Extranjero

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MAGISTRADA PONENTE: BÁRBARA GABRIELA CÉSAR SIERO

Exp. Nro. 2021-0066

Adjunto al oficio Nro. 040-2021 de fecha 16 de abril de 2021, recibido en


esta Sala el día 10 de junio del mismo año, el Tribunal Cuarto de Municipio
Ordinario y Ejecutor de Medidas de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, remitió el expediente contentivo de la
“solicitud de Divorcio por Mutuo Consentimiento”, presentada por los
abogados Manuel Murga y Alberto Pacheco, inscritos en el
INPREABOGADO bajo los Nros. 178.503 y 55.834, en su condición de
apoderados judiciales del ciudadano FRANCESCO VANOLI SERRANO y la
ciudadana ORIANA GONZÁLEZ CABRERA, titulares de las cédulas de
identidad Nros. 18.940.908 y 19.993.708, respectivamente.

Tal remisión se efectuó en virtud de la sentencia dictada por el


prenombrado órgano jurisdiccional, el 14 de abril de 2021, en la cual
declaró: “(…) la falta de jurisdicción con respecto a un Juez extranjero para
conocer de la presente solicitud de divorcio (…)”, y en consecuencia, “(…)
orden[ó] la remisión de las actuaciones a la Sala Político-Administrativa
(…) a los fines de la consulta obligatoria prevista en el [artículo 59 del
Código de Procedimiento Civil] (…)”. (Corchetes de esta Máxima
Instancia).

El 21 de junio de 2021, se dio cuenta en Sala y por auto de la misma fecha


se designó ponente a la Magistrada BÁRBARA GABRIELA CÉSAR SIERO, a
los fines de decidir la referida consulta de jurisdicción.

Realizado el estudio de las actas que conforman el presente expediente,


se pasa a decidir previas las siguientes consideraciones:

ANTECEDENTES

En fecha 15 de marzo de 2021, los abogados Manuel Murga y Alberto


Pacheco, en su condición de apoderados judiciales del ciudadano
Francesco Vanoli Serrano y la ciudadana Oriana González Cabrera, antes
identificados, interpusieron ante el Juez Distribuidor de Municipio de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, escrito
contentivo de la solicitud de “divorcio por mutuo consentimiento”, con
base en los siguientes argumentos:

Señalaron que “(…) [l]os solicitantes contrajeron matrimonio por ante el


Registro Civil de la Parroquia Capital Maneiro, Pampatar, Municipio
Mareiro del Estado Nueva Esparta, en fecha dieciocho (18) de marzo de
2016 (…)”. (Interpolado de esta Sala).

Alegaron que “(…) después de contraído el matrimonio prenombrado,


fijaron su domicilio en la ciudad de Madrid, calle Grazia Deledda 114A,
Código Postal 28021, Comunidad de Madrid, Reino de España, donde aún
residen pero en forma separada (…)”. (Interpolado de esta Sala).

Reseñaron que en esa unión matrimonial no se procrearon hijos ni hijas y


tampoco se adquirieron bienes en común.

Expresaron que “(…) debido a que se han venido generando entre ellos
desavenencias e incompatibilidad de caracteres que hacen imposible su
vida en común, acuden ante esta competente autoridad para solicitar el
divorcio por mutuo consentimiento de sus representados (…)”. (Agregados
de esta Sala). (Negritas de la cita).

Fundamentaron la acción interpuesta en el artículo 185 del Código Civil,


así como en la sentencia de la Sala Constitucional Nro. 693 de fecha 2 de
junio de 2015, conforme a la cual “(…) cualquiera de los cónyuges podrá
demandar el divorcio por las causales previstas en dicho artículo o por
cualquier otra situación que estime impida la continuación de la vida en
común, en los términos señalados en la sentencia N° 446/2014,
incluyéndose el mutuo consentimiento (…)”. (Negritas y subrayados de la
cita).

Finalmente, peticionaron se decrete “DIVORCIO POR MUTUO


CONSENTIMIENTO”.

Mediante sentencia de fecha 14 abril de 2021, el Tribunal Cuarto de


Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de la Circunscripción Judicial
del Área Metropolitana de Caracas, al cual correspondió el conocimiento
de la causa previa distribución, declaró “(…) la falta de jurisdicción con
respecto a un Juez extranjero para conocer de la presente solicitud de
divorcio (…)”, y en consecuencia, “(…) ordenó la remisión de las
actuaciones a la Sala Político-Administrativa (…) a los fines de la consulta
obligatoria (…)” (corchetes de esta Máxima Instancia), prevista en el
artículo 59 del Código de Procedimiento Civil, en los siguientes términos:

II

En el caso sub iudice, lo pretendido por la representación judicial de los


solicitantes se contrae a obtener por parte del Órgano Jurisdiccional una
sentencia en la cual se declare el divorcio, alegando en su escrito libelar lo
siguiente:

Que los ciudadanos FRANCESCO VANOLI SERRANO y ORIANA GONZÁLEZ


CABRERA, venezolanos, mayores de edad, titulares de la cédula de
identidad Nros. V-18.949.708 y V-19.993.155, contrajeron matrimonio el
día 18 de marzo de 2016, ante el Registro Civil de la Parroquia Capitán
Maneiro, Pampatar del Municipio Maneiro del Estado Nueva Esparta,
según acta N° 44, y que posteriormente a ello, estos ciudadanos se
trasladaron y fijaron su último domicilio conyugal en la siguiente
dirección: Calle Grazia Deledda 114 A, Comunidad de Madrid, Reino de
España.

Al respecto, el artículo 27 del Código Civil, dispone:

…Omissis…

En ese orden de ideas se hace necesario traer a colación lo dispuesto en el


artículo 754 del Código de Procedimiento Civil que señala que es Juez
competente para conocer de los juicios de divorcio y de separación de
cuerpos el que ejerza la jurisdicción ordinaria en primera instancia en el
lugar del domicilio conyugal.

Ahora bien como quiera que los ciudadanos que intentan la presente
demanda se encuentran viviendo en la ciudad de Madrid, resulta evidente
que los mismos han tomado como domicilio, la referida ciudad en el Reino
de España y así expresamente lo señala su representación judicial cuando
expresa que después de contraído su matrimonio, decidieron de mutuo
acuerdo mudarse a la ciudad de Madrid, para lo, cual resulta necesario
traer a colación el contenido del artículo 11 la Ley de Derecho
Internacional Privado, el cual dispone:

…Omissis…

En ese sentido, el autor José Luís Aguilar Gorrondona, afirma que la


residencia es el lugar donde vive habitualmente una persona (aunque no
tenga allí el asiento principal de sus negocios e intereses). Por lo tanto, la
residencia no coincide necesariamente con el domicilio, aunque
frecuentemente si coincida en virtud de que la mayoría de las personas
viven habitualmente allí donde tienen el asiento principal de sus negocios
e intereses. Además la residencia tiene cierta estabilidad, ya que se refiere
al lugar donde habitualmente vive la persona, de manera que no cambia
en cualquier alejamiento temporal de la misma. De ello se tiene que si
bien es cierto el domicilio y la residencia no son similares, tampoco es
menos que cierto que ambos son compatibles, toda vez que la naturaleza
del hombre común lleva a que éste fije su casa, como el lugar donde
desempeña sus negocios e intereses, a propósito el artículo 23 de la citada
norma, estatuye que:

…Omissis…

Dicho esto, se tiene que en el divorcio, la ley aplicable es la del Estado en


el que el cónyuge demandante hubiese establecido su domicilio, lo cual de

conformidad con lo dispuesto el artículo 11 de la Ley de Derecho


Internacional Privado, debe determinarse por el lugar donde tiene su
residencia habitual.

Criterio que fue ratificado en la sentencia dictada por la Sala


Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia dictada en fecha 20 de
octubre de 2.011 cuando señaló:

…Omissis…
De igual modo, señaló dicha Sala, que en materia de divorcio la ley
aplicable es la del Estado en el que el cónyuge demandante hubiese
establecido su domicilio, entendiéndose por éste, de conformidad con el
artículo 11 de la mencionada Ley, el lugar donde tiene su residencia
habitual, la cual se determina por el transcurso de un (1) año después de
haber ingresado al territorio nacional.

Así pues, tal y como ha sido expresado anteriormente en el cuerpo de la


presente decisión, según lo alegado en el escrito libelar por su
representación judicial, los interesados fijaron como residencia habitual la
ciudad de Madrid, Reino de España, razón por la cual de conformidad con
el tantas veces citado artículo 23 de Ley de Derecho Internacional Privado,
lo procedente en derecho es declarar la falta de jurisdicción con respecto
a un Juez extranjero para conocer de la presente solicitud de divorcio,
interpuesta por el abogado Manuel Murga, inscrito en el Inpreabogado
bajo el N° 178.503, en su carácter de apoderado judicial de los ciudadanos
FRANCESCO VANOLI SERRANO y ORIANA GONZÁLEZ CABRERA, titulares de
la cédula de identidad Nros. V-18.940.708 y V-19.993.155,
respectivamente; domiciliados actualmente en el Reino de España.

III

Por todos los razonamientos supra establecidos, es por lo que este


Tribunal Cuarto de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, en Nombre de
la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley declara su
falta de jurisdicción para conocer de la solicitud de divorcio intentada por
el abogado Manuel Murga, inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 178.503,
en su carácter de apoderado judicial de los ciudadanos FRANCESCO
VANOLI SERRANO y ORIANA GONZÁLEZ CABRERA, venezolanos, mayores
de edad, domiciliados actualmente en el Reino de España y titulares de la
cédula de identidad Nros V-18.940.708 y V-19.993.155, respectivamente.
Así se decide.

En virtud de la naturaleza de la presente decisión no hay condenatoria en


costas.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 6 en concordancia con el
62 del Código de Procedimiento Civil se ordena la remisión de las
presentes actuaciones a la Sala Político Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia, a los fines de la consulta obligatoria prevista en el
[artículo] 59 ejusdem. (…)”. (Sic). (Mayúsculas y negritas de la cita).
(Corchetes de esta Máxima Instancia).

Realizado el estudio de las actas procesales que integran el expediente,


esta Sala pasa a decidir sobre la base de las siguientes consideraciones.

II

MOTIVACIONES PARA DECIDIR

Corresponde a esta Sala emitir pronunciamiento en la presente consulta


de jurisdicción, de conformidad con la competencia atribuida en las
disposiciones previstas en los artículos 23, numeral 20 de la Ley Orgánica
de la Jurisdicción Contencioso Administrativa y 26 numeral 20 de la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, en concordancia con los
artículos 59 y 62 del Código de Procedimiento Civil.

A tal efecto, se observa de la revisión de las actas procesales (folios 44 al


47 del expediente) la decisión sin número de fecha 14 de abril de 2021,
dictada por el Tribunal Cuarto de Municipio Ordinario y Ejecutor de
Medidas de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
mediante la cual declaró su falta de jurisdicción para conocer de la
“solicitud de Divorcio por Mutuo Consentimiento”, presentada por los
abogados Manuel Murga y Alberto Pacheco, en su condición de
apoderados judiciales del ciudadano Francesco Vanoli Serrano y la
ciudadana Oriana González Cabrera, todos ya identificados, señalando que
tal acción debe ser tramitada ante un juez extranjero.

Asimismo, el a quo declaró la falta de jurisdicción del juez venezolano


respecto del juez extranjero, con fundamento en lo contemplado en los
artículos 27 del Código Civil y, 11 y 23 de la Ley de Derecho Internacional
Privado, de los cuales se desprende que el domicilio de una persona estará
determinado por el territorio del Estado donde haya establecido su
residencia habitual, así como sus negocios e intereses. Igualmente, se
establece como derecho aplicable el Derecho del Estado en el cual el
cónyuge demandante hubiere establecido su domicilio, cuando existan
elementos de extranjería que produzcan una gama de legislaciones
potencialmente aplicables al caso en concreto. No obstante, el aspecto
relativo a la jurisdicción que ha de conocer y decidir el caso, se encuentra
regulado en otras disposiciones de la Ley antes mencionada, quedando
claro entonces, que existen diferencias entre el Derecho aplicable y la
Jurisdicción que asigna la Ley a los tribunales, en el caso de autos, a los
tribunales venezolanos.

De esta manera, en el asunto de autos existen elementos de extranjería


relevantes, lo cual impone al Juez un análisis a la luz del Derecho
Internacional Privado con miras a precisar la jurisdicción para proveer
sobre lo solicitado.

Por tal razón, procede la revisión de las fuentes previstas en el artículo 1º


de la Ley de Derecho Internacional Privado, cuyo texto establece que los
supuestos de hecho relacionados con los ordenamientos jurídicos
extranjeros se regularán por las normas de Derecho Internacional Público
sobre la materia, en particular, las contenidas en los Tratados
Internacionales vigentes en la República Bolivariana de Venezuela y, en su
defecto, se aplicarán las normas de Derecho Internacional Privado
venezolano.

Conforme a las indicadas reglas, debe acudirse en primer lugar a las


normas previstas en los tratados que sobre la materia se encuentren
suscritos y aprobados entre la República Bolivariana de Venezuela y el
Reino de España, mediante los cuales se regule lo concerniente a las
relaciones familiares, específicamente, a la separación de cuerpos y
divorcio y, a las obligaciones que se deriven de las mismas.

Ahora bien, siendo que no existe tratado alguno en esta materia entre
ambos países, se hace necesario el examen de las normas de Derecho
Internacional Privado venezolano a los fines de la correspondiente
determinación, para lo cual se realizará el estudio con relación a la acción
planteada.
En tal sentido, el artículo 39 de la Ley de Derecho Internacional Privado,
establece que, además de la jurisdicción que asigna la ley a los tribunales
venezolanos en los juicios intentados contra personas domiciliadas en el
territorio nacional, los tribunales de la República tendrán jurisdicción en
los juicios intentados contra personas domiciliadas en el exterior en los
casos contemplados en los artículos 40, 41 y 42 eiusdem, que refieren a
los supuestos en los cuales se atribuye jurisdicción a los tribunales
venezolanos, para conocer las causas derivadas del ejercicio de acciones
de contenido patrimonial, de acciones relativas a universalidades de
bienes y de acciones sobre estado de las personas o las relaciones
familiares, respectivamente.

Así, en el caso de autos se ha ejercido una acción sobre las relaciones


familiares. En efecto, se trata de una solicitud de divorcio por mutuo
consentimiento presentada por los apoderados judiciales del ciudadano
Francesco Vanoli Serrano y la ciudadana Oriana González Cabrera, ante el
Tribunal Cuarto de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, razón por la
cual resulta necesario hacer mención al contenido del artículo 42 de la Ley
de Derecho Internacional Privado, en cuyo texto se indica que los
tribunales venezolanos tendrán jurisdicción para conocer de los juicios
originados por el ejercicio de acciones sobre las relaciones familiares: 1)
Cuando el derecho venezolano sea aplicable, de acuerdo con las
disposiciones de dicha Ley, para regir el fondo del litigio; y 2) Cuando las
partes se sometan expresa o tácitamente a su jurisdicción, siempre que la
causa tenga una vinculación efectiva con el territorio de la República.

La norma indicada contempla respecto a las acciones relativas a las


relaciones familiares, dos criterios especiales atributivos de jurisdicción a
favor de los tribunales venezolanos, a saber: a) El criterio del paralelismo,
conforme al cual se le atribuye jurisdicción al Estado cuya Ley resulte
aplicable para resolver el fondo del asunto; y b) El criterio de la sumisión,
es decir, que un Tribunal tendrá jurisdicción cuando las partes decidan
expresa o tácitamente someter la controversia al conocimiento de un
determinado tribunal, siempre que existan elementos que denoten una
vinculación efectiva con el Estado a cuya jurisdicción se sometan.

En relación al criterio de la sumisión, cabe precisar que se encuentra


previsto en el artículo 42 de la Ley de Derecho Internacional Privado,
según el cual, un Tribunal tendrá jurisdicción cuando las partes decidan
expresa o tácitamente someterse al conocimiento de un determinado
tribunal, siempre que existan elementos que denoten una vinculación
efectiva con el Estado a cuya jurisdicción se sometan.

Así pues, la sumisión tácita como criterio atributivo de jurisdicción, se


configura respecto al o la demandante por la interposición de la demanda
y, en cuanto al demandado o la demandada, cuando al contestar la
demanda no alega la falta de jurisdicción del tribunal o no se opone a una
medida preventiva, conforme lo dispone el artículo 45 de la Ley de
Derecho Internacional Privado.

Igualmente, este Alto Tribunal ha expresado en reiteradas oportunidades,


que existe sumisión de jurisdicción, cuando las partes en uso de su
autonomía de la voluntad, acuerdan en indicar los órganos jurisdiccionales
a quienes someten el conocimiento de sus conflictos. En este contexto, el
artículo 44 de la Ley de Derecho Internacional Privado dispone que la
sumisión expresa debe constar por escrito, lo cual significa que los
interesados y las interesadas deben renunciar de manera clara,
terminante y tajante a su fuero propio, debiendo designar con precisión el
Juez a quien desean someterse. (Vid., sentencia de esta Sala Nro. 01600
del 6 de julio del 2000).

Precisado lo anterior, tenemos que ambas partes se sometieron a la


jurisdicción del Tribunal venezolano, con la interposición de la demanda,
de modo que conforme lo dispone el artículo 45 de la Ley de Derecho
Internacional Privado, se produjo la sumisión tácita de las partes a la
Jurisdicción de los Tribunales Venezolanos. (Vid., sentencia de esta Sala
Nro. 01683 17 de octubre de 2007).
Asimismo, se observa que los cónyuges fundamentaron su acción en el
artículo 185 del Código Civil, así como en la sentencia Nro. 693, dictada
por la Sala Constitucional el 2 de junio de 2015 que admite como causa del
divorcio, el mutuo consentimiento, es decir, conforme a las leyes
venezolanas, lo cual demuestra la existencia de una vinculación efectiva
de la pretensión con el territorio de la República Bolivariana de Venezuela.

Aunado a lo señalado, resulta imperioso para esta Sala traer a colación el


artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
que prevé:

“Artículo 26. Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de


administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses,
incluso los colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a
obtener con prontitud la decisión correspondiente. El Estado garantizará
una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma,
independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones
indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles”.

Del citado artículo, se desprende la garantía constitucional de tutela


judicial efectiva, consagrada como el derecho fundamental que tiene toda
persona de acceder a la prestación jurisdiccional y a obtener una pronta y
oportuna respuesta sobre los derechos e intereses legítimos planteados
ante el órgano jurisdiccional.

En este orden de argumentación, siendo nuestro país un Estado


democrático y social de derecho y de justicia, debe ser ineludible para el
Estado venezolano garantizar a sus ciudadanos y ciudadanas una justicia
transparente, autónoma, independiente y efectiva en el goce y ejercicio
de las libertades o derechos fundamentales, esto debido a que el Estado
de Derecho es, ante todo un Estado de Tutela, siendo esta, una
organización jurídica mediante la cual se ampara y protege a la Nación en
el goce y ejercicio de sus derechos subjetivos. De ahí, que no baste solo la
simple tutela judicial (acceso al órgano de justicia), sino también, su
efectividad material.

Con fundamento en lo señalado, no debe negársele el derecho a la


justicia, a los ciudadanos y a las ciudadanas que reconozcan y deseen
voluntariamente someterse a la jurisdicción venezolana, aun cuando no se
encuentren para el momento en territorio nacional, toda vez que la
declaratoria de falta de jurisdicción del poder judicial venezolano en casos
como el de autos, claramente supondría una violación a los principios y
garantías previstos en nuestra Carta Magna, tales como, la
irrenunciabilidad en el goce y ejercicio de los derechos (artículos 1 y 19), la
justicia y preeminencia de los derechos humanos (artículo 2) y la tutela
judicial efectiva (artículo 26); así como la soberanía y seguridad y defensa
de la Nación (artículos 5, 6, 7, 9 y 15 de la Ley Orgánica de Seguridad y
Defensa de la Nación).

Con vista a las anteriores precisiones y, siendo que en caso de autos operó
la sumisión tácita prevista en el artículo 42 de la Ley de Derecho
Internacional Privado, resulta innecesario efectuar pronunciamiento
alguno referente al domicilio de los cónyuges, toda vez que como ya se
mencionó i) son venezolanos; ii) ambos decidieron someterse
voluntariamente a la jurisdicción del Poder Judicial venezolano para
resolver su situación; y iii) demostraron tener una vinculación efectiva con
el territorio venezolano, lo cual al constatarse es más que suficiente para
la determinación de dicha jurisdicción.

En resguardo de los principios de confianza legítima y seguridad jurídica


de las partes intervinientes en el presente proceso, esta Máxima Instancia
establece que el presente cambio de criterio tendrá efectos ex-nunc, esto
es, hacia el futuro, por lo que se aplicará a partir de la publicación del
presente fallo, no obstante ello, visto que el aludido cambio de criterio
beneficia a los justiciables y, no afecta negativamente su situación jurídica
y procesal, se declara que el Poder Judicial venezolano sí tiene jurisdicción
para conocer y decidir la “solicitud de Divorcio por Mutuo
Consentimiento”, presentada por los abogados Manuel Murga y Alberto
Pacheco, en su condición de apoderados judiciales del ciudadano
Francesco Vanoli Serrano y la ciudadana Oriana González Cabrera, antes
identificado e identificada. En consecuencia, se revoca la decisión
sometida a consulta, dictada en fecha 14 de abril de 2021 por el Tribunal
Cuarto de Municipio Ordinario y Ejecutor de Medidas de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas, por cuanto tal declaratoria
vulneraría entre otras garantías y derechos, la tutela judicial efectiva,
prevista en el artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela. Así se decide.

Finalmente, resulta imperativo precisar que la Sala Plena de este Máximo


Tribunal mediante Resolución Nro. 2021-0011 de fecha 9 de junio de
2021, dictó los Lineamientos para la Suscripción y Publicación de
Decisiones con Firma Digital, Práctica de Citaciones Notificaciones
Electrónicas y la Emisión de Copias Simples o Certificadas por Vía
Electrónica respecto de los procesos seguidos ante esta Sala Político-
Administrativa, en tal sentido, conforme al artículo 38 de la Ley Orgánica
de la Jurisdicción Contencioso Administrativa y al 3 de dicho acto, esta
Sala podrá “(…) suscribir y publicar decisiones, practicar las citaciones y
notificaciones por correo electrónico o cualquier otro medio que utilice
tecnologías de la información y la comunicación, una vez conste en las
actas del expediente, que las partes cuentan con los medios telemáticos
suficientes para hacer efectiva dicha actuación procesal (…)”. (Destacado
de esta decisión).

En razón de ello se ordena que las notificaciones a que haya lugar y que
sean concernientes al presente fallo, se efectúen a través de medios
electrónicos, sin embargo, para el caso en que el destinatario o la
destinataria de la notificación no cuente con los recursos telemáticos
necesarios, se procederá de acuerdo a lo estipulado en las leyes y en la
aludida Resolución (Vid., sentencia de esta Sala Nro. 00149 del 7 de julio
de 2021). Así se establece.

III

DECISIÓN

Atendiendo a los razonamientos antes señalados, esta Sala Político-


Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, administrando justicia en
nombre de la República por autoridad de la Ley, declara que el PODER
JUDICIAL VENEZOLANO SÍ TIENE JURISDICCIÓN para conocer y decidir la
“solicitud de Divorcio por Mutuo Consentimiento”, presentada por los
abogados Manuel Murga y Alberto Pacheco, en su condición de
apoderados judiciales del ciudadano FRANCESCO VANOLI SERRANO y la
ciudadana ORIANA GONZÁLEZ CABRERA, antes identificado e identificada.
En consecuencia, se REVOCA la decisión sometida a consulta, dictada en
fecha 14 de abril de 2021 por el Tribunal Cuarto de Municipio Ordinario y
Ejecutor de Medidas de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana
de Caracas, por cuanto tal declaratoria vulneraría entre otras garantías y
derechos, la tutela judicial efectiva, prevista en el artículo 26 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Publíquese, regístrese y comuníquese conforme a lo indicado en el


presente fallo. Devuélvase el expediente al Tribunal de origen. Cúmplase
lo ordenado.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Político-


Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas a los cuatro
(4) días del mes de noviembre del año dos mil veintiuno (2021). Años 211º
de la Independencia y 162º de la Federación.

La Presidenta

MARÍA CAROLINA AMELIACH VILLARROEL

La Vicepresidenta–Ponente,

BARBARA GABRIELA CÉSAR SIERO

El Magistrado,

INOCENCIO ANTONIO FIGUEROA ARIZALETA


El Magistrado,

MARCO ANTONIO MEDINA SALAS

La Magistrada,

EULALIA COROMOTO GUERRERO RIVERO

La Secretaria,

CHADIA FERMIN PEÑA

En fecha cuatro (4) de noviembre del año dos mil veintiuno, se publicó y
registró la anterior sentencia bajo el Nº 00303.

La Secretaria,

CHADIA FERMIN PEÑA

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