El Amor de Dios Por Un Corazon Obstinado
El Amor de Dios Por Un Corazon Obstinado
El Amor de Dios Por Un Corazon Obstinado
Pero el peor de los casos de obstinaciòn es volvernos obstinados hacia el Señor, que lo
único que quiere para nosotros es bendecirnos y restaurarnos.
El pueblo de Israel era un pueblo obstinado, pero el Señor nunca dejó de amarlos,
nunca se canso de buscarlos y llamarlos, y ese mismo amor del Señor se manifiesta
aún hoy con muchos de nosotros que lastimosamente al igual que Israel tenemos un
corazón obstinado.
Veamos en el texto que hemos leído cómo se manifiesta ese amor de Dios aun cuando
nosotros seguimos obstinados en nuestra vida.
También este texto nos recuerda a nosotros que aunque andemos lejos, aunque
andemos lejos y perdidos en Egipto, NOSOTROS SOMOS HIJOS DE DIOS, el Señor
no puede dejar de amarte aunque andes lejos, porque tienes el ADN del Señor, su
sangre está sobre tu vida, puedes andar lejos, puedes andar perdido, PERO NO
DEJAS DE SER HIJO, y el Señor no te va a dejar.
No podemos negar que si algo es doloroso es el rechazo, sentir que las personas que
amamos no quieren estar cerca de nosotros.
¿Nos hemos preguntado cuántas veces habremos hecho sentir eso en el corazón de
nuestro Dios? Él nos llama, él nos busca, y en lugar de acercarnos a él muchas veces
lo que hacemos es alejarnos más de él .
Las cuerdas del pecado para alejarnos del camino del Señor pueden ser muy
atractivas, pueden parecer buenas, pero en realidad son CUERDAS DE DOLOR, pues
al final siempre nos llevaran a la esclavitud y al fracaso.
Pero las cuerdas del Señor muchas veces nos pueden parecer difíciles de soportar,
pues la disciplina a nadie le gusta recibirla, pero esas cuerdas verdaderamente son
CUERDAS DE AMOR, pues nos traen de regreso a los caminos del Señor para ser
restaurados, para ser sanados, y para ser bendecidos.
Esas cuerdas de amor muchas veces pueden producir heridas y dolor, pero el Señor ha
prometido que él mismo las curarà (Job 5:18)