Este documento presenta cuatro resúmenes de diferentes obras relacionadas con Jorge Luis Borges:
1. Un análisis de la obra de Borges y su uso recurrente de las enumeraciones y listas para generar la idea de infinito.
2. Una clase sobre por qué Borges es considerado un buen escritor y su invención de la literatura fantástica.
3. Un resumen del cuento "La muerte y la brújula" sobre una serie de asesinatos en Buenos Aires y la investigación del detective Erik Lönnrot.
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Este documento presenta cuatro resúmenes de diferentes obras relacionadas con Jorge Luis Borges:
1. Un análisis de la obra de Borges y su uso recurrente de las enumeraciones y listas para generar la idea de infinito.
2. Una clase sobre por qué Borges es considerado un buen escritor y su invención de la literatura fantástica.
3. Un resumen del cuento "La muerte y la brújula" sobre una serie de asesinatos en Buenos Aires y la investigación del detective Erik Lönnrot.
Este documento presenta cuatro resúmenes de diferentes obras relacionadas con Jorge Luis Borges:
1. Un análisis de la obra de Borges y su uso recurrente de las enumeraciones y listas para generar la idea de infinito.
2. Una clase sobre por qué Borges es considerado un buen escritor y su invención de la literatura fantástica.
3. Un resumen del cuento "La muerte y la brújula" sobre una serie de asesinatos en Buenos Aires y la investigación del detective Erik Lönnrot.
Este documento presenta cuatro resúmenes de diferentes obras relacionadas con Jorge Luis Borges:
1. Un análisis de la obra de Borges y su uso recurrente de las enumeraciones y listas para generar la idea de infinito.
2. Una clase sobre por qué Borges es considerado un buen escritor y su invención de la literatura fantástica.
3. Un resumen del cuento "La muerte y la brújula" sobre una serie de asesinatos en Buenos Aires y la investigación del detective Erik Lönnrot.
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UNIDAD III
El escritor argentino y la tradición: una avanzada contra el nacionalismo. De la
impugnación del realismo a la imaginación razonada. La nostalgia del orden: políticas de la ficción en la obra de Jorge Luis Borges. Ficciones (1941), El Aleph (1943) y selección de ensayos.
1. AVARO, Nora. “La enumeración”
Nora compara a Borges con Shakespeare diciendo que éste último desordenó las nociones aristotélicas de espacio, tiempo y acción en la escena, y Borges recluyó en un solo libro la idea del infinito. Las listas, las series, las enumeraciones, son recurrentes en la obra de Borges, y en muchos casos engendran la idea de infinito. La enumeración refuerza la noción que el mismo Borges formuló en términos generales: “clásico —escribe— es aquel libro que una nación o un grupo de naciones o el largo tiempo han decidido leer como si en sus páginas todo fuera deliberado, fatal, profundo como el cosmos y capaz de interpretaciones sin término”, infinitas. Una interpretación, después de otra interpretación, después de otra y otra, aunque con mínimas alteraciones, vuelven inagotable a un clásico, lo enriquecen (o quizá lo banalizan). Enumerar lo innumerable: es esta contradicción necesaria en la memoria de Funes y, por extensión, en la completa literatura de Borges, la que funda la monstruosa idea de una biblioteca babélica y total. Las generalizaciones auxilian el pensamiento sobre el universo, afirmar que una biblioteca, que una memoria, que una esfera, es total, que allí es el todo, el universo todo, no implica casi ningún obstáculo. Ireneo Funes no puede generalizar, habita un mundo de inagotables diferencias donde no existen las especies y casi tampoco los individuos, lo irrita que el perro de la hora tres y catorce (visto de perfil) sea el mismo que el perro de las tres y cuarto (visto de frente), lo irrita resumir la magnificencia de su percepción bajo la sola, la indigente, palabra perro. Borges se pone a enumerar: Nadie podrá desentrañar —escribe— el cúmulo de circunstancias propicias que depararon a José Hernández, la gracia de componer, casi contra su voluntad, una obra maestra. Cuarenta azarosos años lo habían cargado de una experiencia múltiple: mañanas, amaneceres perdidos, noches de llanura, caras y entonaciones de gauchos muertos, memorias de caballos y de tormentas, lo entrevisto, lo soñado y lo ya olvidado, estaban en él y fueron moviendo su pluma. Todo está en José Hernández y en su obra. Como si en la memoria de Ireneo Funes, la innumerable experiencia de Hernández cabe en un sólo libro, un clásico, el Martín Fierro. Pero Borges, para figurar ese infinito, elige también listarlo, generaliza (“el cúmulo de circunstancias propicias”) y detalla. La enumeración borgeana no es barroca sino clásica. Logra sus efectos en la articulación concisa más que en la abundancia, en la fluencia más que en la profundidad, y no acumula, es decir: un término no enfatiza al que lo precede, la existencia singular y recóndita de cada término de la enumeración pervive aún en la sumatoria total, absoluta. La elección de los términos de una serie debe alcanzar la exactitud de la suma virtual y totalizante sin que en ese proceso los términos pierdan su distinción, su nobleza.
2. PIGLIA, Ricardo. “Borges, un escritor argentino” (Clase 1)
1 ¿Por qué Borges es un buen escritor? En primer lugar es una pregunta personal. En los textos de los años ’40 pareciera que Borges descartó lo que no quería escribir y por eso llega a tal perfección. No porque la intención valga, sino porque en esos textos pareciera que escribió lo que realmente quiso. Por otro lado, Borges inventó algo nuevo. Él lo llamó la literatura fantástica. En la literatura del Río de la Plata dos cosas se inventaron de cero: la gauchesca (siglo XIX) y la literatura fantástica (siglo XX). No sólo la crea, sino que crea una especie de procedimiento para que otros la hicieran. En los ’40 publica, en el Diario La Nación, Tlön, Uqbar, Orbius Tertius que nunca jamás se escribió nada igual. Pero él no escribe literatura fantástica con la concepción clásica que le daban en el siglo XIX de literatura de fantasmas, vampiros, monstruos, etc. (un escritor norteamericano dice que esa literatura tuvo lugar entre la religión y el psicoanálisis) pero él la denomina literatura fantástica. Para Piglia sería ficción especulativa (o también literatura conceptual). El buscar la realidad en la ficción y cómo está plasmada allí, Borges da vuelta y te hace pensar cómo está la ficción en la realidad. Esa la gran vuelta que dio. Borges constituyó el espacio de la ficción y la trabaja muy bien. La ficción no se puede verificar por lo tanto no es ni verdadera ni falsa. Él trabaja con eso. La realidad es un andar con incertidumbre porque uno parte de lo que sabe para lo que no sabe. Pero en su literatura eso se deja de lado. Borges cree en la totalidad de lo que uno sabe y está seguro de que existe el orden. Escribe textos breves porque le gusta concentrar la prosa y ser preciso en lo que escribe, no porque esté relacionado con la posmodernidad. En Tlön, Uqbar, Orbius Tertius escribe sobre una enciclopedia que trata de un mundo que no existe, un mundo imaginario (los mundos se llaman Thör, Uqbar y Orbius Tertius), un mundo paralelo. Pero la cuestión es que ese mundo empieza a intervenir en la realidad y lo empieza a transformar. Ese juego entre algo escrito, una ficción, produce un efecto en la realidad. Piglia termina diciendo que no es que Borges lo inventa, sino que lo lleva a la perfección. David Viñas quiere decir que Walsh es mejor porque es de izquierda. La influencia que Borges haya tenido no es lo que lo que lo convierte en un buen escritor. Los narradores de Borges cuentan, explican, trabajan en el texto con todas las posibilidades del lenguaje. En Borges se ve todo el tiempo dos ideas en tensión, dos opuestos que no se terminan de resolver. El cuerpo, el deseo, la ignorancia, la pulsión por parte de su familia materna (cuento de cuchilleros) y, por otro lado, la inteligencia, el saber, la lectura por parte de su familia paterna (cuentos de bibliotecas). DOS grandes espacios ficcionales en Borges: la memoria y la biblioteca.
3. BORGES, Jorge Luis. “La muerte y la brújula”
Escrito en 1942, el cuento apareció ese mismo año en la Revista Sur y fue incluido en Ficciones (1944). La historia gira en torno a una serie de asesinatos cometidos en una ciudad que, pese a nombres alemanes o escandinavos, remite a Buenos Aires. El primero de ellos se relaciona con un erudito jasídico, Marcelo Yarmolinsky, quien ha concurrido a un congreso judío. Los detectives encargados del caso, Franz Treviranus y Erik Lönnrot, divergen en sus conclusiones. El primero, en efecto, piensa en un robo fallido (el asesino quiso robar a otro congresal judío, dueño de famosos zafiros), en tanto que Lönnrot prefiere pensar en una explicación vinculada con el misticismo judío; en especial por cierto texto incompleto encontrado en la habitación del occiso. Dicho texto hace referencia al Nombre Divino, lo que lleva al detective a especular acerca del Tetragrámaton; las cuatro letras hebreas que forman el nombre de Dios. "He aquí un rabino muerto", señala el detective, "yo preferiría una explicación puramente rabínica". La hipótesis de Lönnrot llega a la prensa y se producen otros asesinatos, cada uno ocurrido el día tres de cada mes en un punto cardinal distinto. El asesino ha estado dejando inscripciones que relacionan cada asesinato con el texto del rabino. Después del tercer asesinato, un sobre anónimo llega a la policía sosteniendo la hipótesis de que no habría un cuarto asesinato, pues los tres anteriores formaban un triángulo equilátero perfecto. Lönnrot, suponiendo que las letras de las inscripciones se referían al tetragrámaton, sospecha que habrá un cuarto asesinato y que con este, en lugar de un triángulo, se formará un rombo. De este modo, se presenta el día indicado en el lugar donde debía ocurrir el último crimen. Ahí, descubre que todo ha sido una trampa que le ha tendido Red Scharlach, su mayor enemigo, para asesinarlo. La narración es lineal sin saltos ni registros temporales, los acontecimientos obedecen a una estructura lógica de causa y efecto, y los hechos se presentan mediante una voz narrativa omnisciente. No se emplean recursos como el de la fragmentación narrativa, saltos temporales, cambios de perspectiva, recuerdos, etc. Es un cuento que tiene un gran valor el uso del tiempo como así también del espacio. Se desarrolla en cuatro lugares, uno para cada crimen. Los cuatro lugares representan los cuatro puntos cardinales que simbólicamente configuran la unidad y la totalidad absolutas. Los dos personajes principales: Erik Lönnrot (que quiere decir Erik The Red) y Red Scharlach (a los otros personajes los caracteriza la economía de sus palabras para describirlos). Según hipótesis, ambos son los mismos personajes. Esto se demuestra en la similitud de sus nombres y se hace evidente en su manera de pensar y en su forma lógica: Lönnrot es el puro razonador y Scharlach es el que entiende su lógica hasta el menor detalle. Las acciones de los dos rivales se repiten como en un espejo.
4. DE ÍPOLA, Emilio. “El enigma del cuarto (Borges y la filosofía política)”
Historia policial sui generis en la medida en que una de sus reglas es transgredida: el criminal triunfa y el detective muere. Al caso de lo dicho arriba, Borges mismo dice: “The killer and the slain, whose minds work in the same way, maybe the same man. Lönnrot is not an unbelievable fool waking into his own death trap but, in a symbolic way, a man committing suicide”. En otra ocasión, Borges dice lo mismo en otras palabras: “para que se entienda que el ‘detective’ ya sabe que la muerte lo espera, al fin. Sino queda como un tonto el detective, ya que el otro es él, el otro que lo mata es él. Discurren del mismo modo, piensan igual”. De todas formas, Borges dice (con razón), que no hay ninguna razón para que la opinión del autor valga más que la de los lectores
SALDARRIAGA MADRIGAL, Andres Eduardo... Un Traje Que Viste Ventajosamente A La Virtud" Elementos para Una Lectura Materialista de La Antropología en Sentido Pragmático de Kant