Unidad III. Condiciones de Trabajo.

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Estudio del Trabajo I Unidad III. Condiciones de trabajo.

UNI-RUACS

Unidad III. Condiciones de trabajo.


3.1 Generalidades.
3.2 Orden y limpieza de los locales.
3.3 Agua potable e higiene.
3.4 Calidad e intensidad de luz.
3.5 Ventilación, calefacción y refrigeración.
3.6 Acondicionamiento cromático.
3.7 Ruido y vibraciones.
3.8 Música ambiental.

Objetivos específicos de la unidad.

Definir y explicar las condiciones de trabajo.


Definir cómo afecta la iluminación en el área de trabajo.
Reconocer como el acondicionamiento cromático, el ruido y las vibraciones afectan al operario en
el desarrollo de su trabajo.

3.1 Generalidades.

Lo primero que hay que hacer cuando se trata de mejorar los métodos de trabajo en una industria
(o en cualquier otra parte), es crear condiciones laborales que permitan a los obreros ejecutar sus
tareas sin fatiga innecesaria.

Las condiciones de trabajo juegan un papel primordial en el desempeño de las actividades que
realiza el trabajador, debido a que estas influyen tanto psicológica como físicamente, y pueden poner
en peligro su integridad. A su vez las malas condiciones de trabajo figuran entre las principales causas
generadoras de tiempo improductivo por deficiencias de dirección. No solo se pierde tiempo sino que
se origina una proporción excesiva de trabajo defectuoso, con desperdicio de material y perdida de
producción consiguientes.

Cuando las condiciones de trabajo, no son adecuadas o no se cuenta con la protección


correspondiente que se requiere en la actividad, se puede generar las siguientes consecuencias:

o Aumento de la fatiga.
o Aumento de los accidentes de trabajo.
o Aumento de las enfermedades profesionales.
o Disminución del rendimiento.
o Aumento de la tensión nerviosa.
o Disminución de la Producción.
o Insatisfacción y desinterés en el trabajo, etc.

Estos puntos sin duda, nos conllevan a una disminución en la productividad, por ello es
fundamental determinar las condiciones óptimas para realizar un trabajo en específico, ya que si un
obrero se encuentra en un ambiente grato, en condiciones higiénicas, sin experimentar frio ni calor,
con iluminación adecuada y con el menor ruido posible, disminuye considerablemente su fatiga;
además, si no distrae su atención en cuestiones personales, puede concentrarse en su trabajo y
realizarlo mejor.

Las condiciones de trabajo en los locales dependen principalmente de los siguientes factores:
a) Limpieza
b) Agua Potable

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c) Orden
d) Calidad e Intensidad de la Luz.
e) Ventilación, calefacción y refrigeración.
f) Acondicionamiento cromático.
g) Ruido y vibraciones.
h) Música Ambiental

3.2 Orden y limpieza de los locales.

No basta construir locales de trabajo que se ajusten a las reglas de seguridad e higiene, sino que
es necesario, además, que la fábrica o el taller se mantengan limpios y ordenados.

Por lo general, la limpieza es la primera condición esencial para proteger la salud de los
trabajadores y normalmente cuesta poco. Para la salud es indispensable que todos los talleres y
locales de la empresa se mantengan en condiciones higiénicas y que la basura se recoja a diario en
todos los lugares, pasillos y escaleras. El hábito de escupir es particularmente peligroso para la salud.
Debe colocar avisos que prohíban hacerlo en el suelo, paredes o escaleras. Cuando sea necesario
poner escupideras, deben ser suficientemente numerosas e higiénicas, y limpiarse y desinfectarse de
manera adecuada por lo menos una por turno de trabajo. Debe ponerse especial empeño en eliminar
de los locales de trabajo y talleres a los roedores, insectos o parásitos, que transmiten peligrosas
enfermedades.

El orden, que en el caso de una fábrica o lugar de trabajo es un término general que abarca todo lo
referente a pulcritud y estado general de conservación, no solo contribuye a prevenir los accidentes,
sino que constituye igualmente un factor de productividad. De hecho, examinando aspectos como la
forma en que están almacenados los materiales y el equipo, si los pasadizos y corredores están libres
de estorbos y la limpieza de las zonas de trabajo, es posible hacerse una idea de la actitud general de
la dirección de la empresa con respecto a la productividad y a la seguridad.

El orden entraña ciertos elementos básicos:

o Se deben eliminar los materiales y productos innecesarios: los que no se utilicen se deben tirar
y los que se utilizan raras veces se deben recoger y almacenar de una manera adecuada.

o Las herramientas y el equipo deben estar ordenados de manera que se puedan encontrar
fácilmente y volver a colocar en su lugar designado. A este respecto son útiles tablas sobre las
que se ordenan las herramientas (figura 8).

o Los corredores y pasadizos deben estar despejados y marcados con rayas de por lo menos 5
centímetros de ancho. Los depósitos y las zonas de almacenamiento deberán marcarse de
igual modo. Los materiales tóxicos se, pintarán con un color diferente para identificarlos como
tales.

o Las zonas de trabajo deben mantenerse limpias. El polvo puede resultar nocivo para ciertas
operaciones, el aceite y la grasa pueden causar accidentes y los depósitos de materiales o
sustancias químicas tóxicas no vigiladas son una fuente de enfermedades profesionales. La
limpieza constante de los suelos, los bancos de trabajo, la maquinaria y el equipo alarga su
vida útil y muestra cuándo hace falta proceder a reparaciones o a actividades de
mantenimiento.

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o La ropa de trabajo debe mantenerse igualmente limpia para reducir el riesgo de absorción
cutánea de ciertas sustancias toxicas (anilina y derivados, benceno, sus homólogos y
derivados, compuestos organofosfatados, plomo tetraetilico y otros compuestos
organometilicos, tetracloruro de carbono y otros disolventes, nicotina, etc.) y atenuar el
problema de la sensibilización e irritación aguda o crónica de la piel. El contacto prolongado de
la piel con ciertas sustancias (especialmente los aceites minerales y los hidrocarburos
aromáticos) puede provocar dermatitis crónica y a veces, más tarde, un cáncer. Los
trabajadores expuestos a sustancias tóxicas deberán disponer en los vestuarios de armarios
con compartimiento separado para la ropa de trabajo y de calle. Asimismo, sería conveniente
que las fábricas que utilizan sustancias particularmente toxicas dispusieran de un servicio
centralizado de lavandería para la ropa de trabajo.

o Los trabajadores asignados a trabajos sucios o expuestos a sustancias peligrosas o toxicas


deberían disponer de cuartos de aseo dotados de un grifo por cada tres o cuatro trabajadores y
de una ducha por cada tres trabajadores (y nunca menos de una por cada ocho trabajadores)
para que los trabajadores no renuncien a la ducha con el fin de evitar largas esperas. Los
retretes o escusados no deben estar a más de 75 metros de las zonas de trabajo.

3.3 Agua potable e higiene.

El agua fresca y potable es esencial para todo tipo de trabajo, especialmente en un ambiente
cálido. Sin ella la fatiga aumenta rápidamente y la productividad se reduce. El personal debe tener a
su disposición un abastecimiento adecuado de agua potable en puntos convenientes y en las
instalaciones debe figurar claramente la indicación de “agua potable”. Cuando es posible la instalación
de agua corriente debe estar dotada de grifos; en caso contrario, debe mantenerse en vasijas
adecuadas, y renovarse por lo menos una vez al día; han de tomarse igualmente todas las medidas
prácticas necesarias para evitar la contaminación del agua y de las vasijas.

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3.4 Calidad e intensidad de luz.

Se calcula que el 80 por ciento de la información requerida para ejecutar un trabajo se adquiere por
la vista. La buena visibilidad del equipo, del producto y de los datos relacionados con el trabajo es,
pues, un factor esencial para acelerar la producción, reducir el número de piezas defectuosas,
disminuir el despilfarro y prevenir la fatiga visual y las cefaleas de los trabajadores. Cabe añadir que la
visibilidad insuficiente y el deslumbramiento son causas frecuentes de accidente.

La visibilidad depende de varios factores: tamaño y color del objeto que se trabaja, su distancia de
los ojos, persistencia de la imagen, intensidad de la luz y contraste cromático y luminoso con el fondo.
Convendrá estudiar todos estos factores, especialmente en el caso de trabajos de precisión, trabajos
ejecutados en un ambiente peligroso o cuando existan otros motivos de insatisfacción o de queja. La
iluminación constituye probablemente uno de los factores físicos de mayor importancia y el más fácil
de corregir.

En principio, la iluminación debe adaptarse al tipo de trabajo. Sin embargo, su nivel, medido en lux,
debería aumentar no solo en relación con el grado de precisión o miniaturización del producto (cuadro
2), sino también en función de la edad del trabajador, puesto que las personas de edad necesitan una
luz mucho más intensa para mantener una reacción visual suficientemente rápida; además, son mucho
más sensibles al deslumbramiento porque su tiempo de recuperación es mis largo. La acumulación de
polvo y el desgaste de las fuentes de luz reducen el nivel de iluminación de un 10 a un 50 por ciento
del nivel original. Esta disminución gradual del nivel debe compensarse, por lo tanto, al diseñar el
sistema de iluminación. La limpieza regular de las instalaciones de iluminación es obviamente esencial.

En general, la luz debe difundirse de manera uniforme (figuras 9, 10 y 11); las sombras tenues
ayudan a distinguir los objetos, pero deben evitarse las sombras demasiado pronunciadas. Es preciso
también evitar los contrastes luminosos excesivos entre el objeto trabajado y el espacio circundante. El
cuadro 3 indica las relaciones máximas de intensidad que se deben respetar para evitar la fatiga visual
y problemas de salud como la conjuntivitis y las cefaleas.

Se deberá aprovechar siempre que se pueda la luz natural del día. Para ello habrá que instalar
ventanas que se puedan abrir y que se recomienda ocupen una superficie igual por lo menos a la
sexta parte del suelo. No obstante, la luz natural varía con la estación, la hora del día, la distancia
desde el lugar donde se trabaja hasta la ventana y la existencia o falta de cortinas o persianas. Por
este motivo, es esencial disponer todo el tiempo de luz artificial por si surge la necesidad de utilizarla.
El uso de la luz artificial ofrece la posibilidad de mantener una visión adecuada y unas relaciones de
intensidad determinadas entre el objeto con el que se trabaja, los objetos circundantes y el entorno
general.

A condición de que se evite el deslumbramiento (figura 12), la luz fluorescente ofrece grandes
posibilidades de utilización racional. Este tipo de iluminación permite, en efecto, ver los colores con
particular fidelidad y, en comparación con la luz incandescente, su costo anual (con inclusión de la
amortización y los gastos de instalación) disminuye a medida que aumenta el número de horas de
utilización (figura 13). Por consiguiente, el número previsto de horas de utilización de la instalación
debe influir en la elección del tipo de iluminación. La iluminación se puede medir fácilmente con un
fotómetro. El fotómetro debe estar dotado de una pila fotoeléctrica desmontable con el fin de que se
pueda leer a distancia evitando de ese modo la interferencia de la persona que efectúa las mediciones.

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Cuadro 2. Niveles mínimos de iluminación recomendados para diferentes categorías de tareas


Naturaleza del trabajo Nivel mínimo de Ejemplos típicos
1
(esfuerzo visual) iluminación (lux)
Percepción general 100 Salas de calderas (manipulación de carbón y
solamente cenizas); almacenes de materiales toscos y
voluminosos; vestuarios
Percepción aproximada de 150 Trabajos toscos e intermitentes en banco de taller
los detalles y en máquina; inspección y recuento de
existencias; montaje de grandes máquinas
Distinción moderada de los 300 Trabajo con piezas de tamaño mediano en banco
detalles de taller o máquina; montaje e inspección de esas
pieza; trabajos corrientes de oficina (lectura,
escritura, archivo)
Distinción bastante clara de 700 Trabajos finos en banco de taller o máquina;
los detalles montaje e inspección de esos trabajos; pintura y
pulverización extrafinas; cosido de telas oscuras
Distinción muy afinada de 1500 Montaje e inspección de mecanismos de precisión;
los detalles fabricación de herramientas y matrices; lectura de
instrumentos de medición; rectificación de piezas
de precisión
Tareas excepcionalmente 300 o más Relojería de precisión (fabricación y reparación)
difíciles o importantes

1 Estos valores se refieren al valor medio de iluminación obtenido a lo largo del periodo de servicio de la instalación y sobre
toda la superficie útil de la pieza o de la zona de trabajo (se trata de la llamada “iluminación en servicio”).

Cuadro 3. Relaciones máximas de intensidad de luz recomendadas


Puntos Proporción
Entre el trabajo y las superficies circundantes 5a1
Entre el trabajo y las superficies más alejadas 20 a 1
Entre la fuente de luz ( o el cielo ) y las superficies adyacentes 40 a 1
Todos los puntos que rodean al trabajador 80 a 1

Figura 9. Montaje de artefactos de alumbrado general

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Figura 10. Necesidad de iluminación general

Figura 11. Espacio máximo recomendado para artefactos de alumbrado de tipo industrial.

Figura 12. Factores que influyen en el grado de deslumbramiento producido por una lámpara
difusora o provista de tubos fluorescentes

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3.5 Ventilación, calefacción y Refrigeración.

Se ha comprobado de manera experimental que las necesidades de oxigeno para la respiración


humana aumentan casi proporcionalmente con la intensidad del trabajo.

Los metros cúbicos de aire de un local de trabajo, por muchos que sean, nunca permitirán
prescindir de la ventilación, porque ésta es el factor dinámico que complementa el concepto de
espacio; para un número constante de trabajadores, la intensidad de la ventilación debe ser
inversamente proporcional al tamaño del local.

No debe confundirse ventilación con circulación de aire: la primera sustituye el aire viciado por aire
fresco, mientras que la segunda mueve el aire, pero sin renovarlo. Cuando la temperatura y la
humedad son elevadas, la mera circulación del aire no solo resulta ineficaz sino que, más allá de
ciertos límites, aumenta la absorción de calor por convección. La ventilación de los locales de trabajo
tiene por objeto:
o dispersar el calor producido por las máquinas y los trabajadores; por consiguiente, habría que
intensificar la ventilación en los locales en que existe una alta concentración de máquinas o
trabajadores;
o disminuir la contaminación atmosférica (resulta fácil calcular la cantidad de aire que se ha de
admitir, en función de la cantidad de sustancias que se dispersan en el aire y de la
concentración máxima que debe respetarse);
o mantener la sensación de frescura del aire.

En resumen, una ventilación adecuada debe considerarse uno de los factores importantes para el
mantenimiento de la salud y la productividad de los trabajadores. Por eso es necesario dotar a los
centros fabriles de ventilación natural adecuada, y si no fuera suficiente, forzada por medio de
ventiladores o extractores de aire, no solo para proporcionar a los obreros el aire puro necesario para
su respiración, sino también para la renovación periódica de la atmosfera de la fábrica, viciada por los
productos procedentes de la transpiración cutánea y pulmonar y por los gases y polvo procedentes de
las operaciones que se realizan en el local.

Si en la fabrica existen polvos, gases o vapores, es recomendable eliminarlos, no solo para crear
un ambiente agradable de trabajo, sino porque según sea su naturaleza y concentración pueden ser

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tóxicos y dañar seriamente la salud de los trabajadores. Por otra parte, pocas son las fábricas que no
disponen de un sistema de calefacción si se encuentran emplazadas en regiones frías.

La calefacción mejora el ambiente de trabajo pues al eliminar el frio se mantiene el rendimiento de


trabajo en las condiciones optimas, lo cual compensa en creces el gasto ocasionado por su instalación
y mantenimiento.

Las temperaturas más adecuadas para el trabajo son:

Trabajo intenso 13 grados C.


Trabajo moderado 15 grados C.
Trabajo sedentario 18 grados C.

A medida que la temperatura se aleja de las indicadas disminuye el rendimiento del trabajador.

Aire acondicionado.

El mejor procedimiento para lograr el ambiente atmosférico ideal para el trabajo es el


acondicionamiento del aire. Con él se mantiene el ambiente de trabajo a la temperatura y humedad
optimas y establece una zona de confort, según se aprecia en la figura 3.4

Figura 3.4 Zona de confort Ambiental

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Por medio de los equipos de aire acondicionado no solo se consigue calentar las instalaciones en
invierno y refrigerarlo en verano, y tener la humedad conveniente en cada caso, sino que, además, se
filtra y limpia el aire de impurezas e incluso de malos olores. Con estos equipos se hace recircular el
aire del local tres o cuatro veces a la hora introduciendo del exterior un porcentaje adecuado de aire
puro, que renueva y compensa el oxígeno perdido.

Como el equipo e instalación son caros lo recomendable es su aplicación en las salas de control de
aparatos, de aparato de analisis, de computadoras, etc.

3.6 Acondicionamiento Cromático.

La experiencia demuestra que una combinación de colores acertada en el interior de los locales
contribuye en gran medida a una buena iluminación. Además, los colores del lugar de trabajo tienen
efectos psicológicos que no deben pasarse por alto. Cuando hace falta pintar de nuevo los talleres y
las oficinas, conviene recordar que cuesta prácticamente lo mismo elegir colores alegres en lugar de
apagados. Los trabajadores verán en ello un signo tangible de que la dirección se esfuerza por hacer
más agradables las condiciones de trabajo.

Los colores de la maquinaria y el equipo son factores suplementarios de seguridad, cuya


importancia ha sido reconocida por los fabricantes de maquinas, herramientas y equipos eléctricos.

En épocas pasadas, el color gris oscuro era el más usado en los locales industriales. En la
actualidad, por el contrario, se ha desterrado este color casi por completo, por lo menos en sus tonos
oscuros, pues se ha demostrado que una pintura adecuada, además de mejorar la iluminación natural
y artificial, tiene una gran influencia en los operadores. A continuación presentamos las reacciones que
diversos colores en teoría generan en la personas.

o El amarillo produce mayor actividad y eficiencia.


o El verde disminuye la actividad, pero aumenta la eficiencia.
o El azul produce sensación de frio y disminuye la actividad.
o El violeta produce apatía y disminuye la actividad.
o El anaranjado eleva la actividad, pero da sensación de calor.
o El rojo altera los nervios de los operarios y provoca rencillas entre ellos.

Por ello es necesario profundizar en el ambiente cromático ya que con poca diferencia de costo
sobre una pintura inadecuada, puede lograrse una mayor productividad.

Es recomendable pintar los locales industriales de la siguiente manera:

o Techos y estructuras: marfil o crema pálida.


o Paredes: amarillo
o Puentes grúas: amarillo cadmio con bandas negras verticales en el centro.
o Maquinaria: verde medio o gris claro verdoso; los volantes deben ser destacados en rojo.
o Motores de las maquinas: azul oscuro.

3.7 Ruido y vibraciones.

Ruido

En las operaciones sumamente mecanizadas, la aceleración del ritmo de las maquinas, la


densidad de la maquinaria en el lugar de trabajo y, hasta hace poco, la falta de conocimientos

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detallados sobre las molestias y los riesgos debidos al ruido han sido causa de que en muchas
fábricas los trabajadores hayan estado expuestos a niveles de ruido que actualmente se consideran
excesivos.

Se entiende por ruido todo sonido desagradable o no deseado. Se utilizan sonómetros para medir
las variaciones de la presión que producen sonidos audibles. La unidad práctica de medición del ruido
es el decibel (dB).

El oído humano responde de diferentes maneras a sonidos de diferentes frecuencias. La unidad de


frecuencia es el hertz (Hz) y el oído reacciona a las frecuencias comprendidas aproximadamente entre
los 20 y los 20000 Hz. El volumen de los sonidos, juzgado por el oído humano, depende de la
frecuencia y del nivel. El oído es menos sensible a las frecuencias bajas y muy altas que a las
frecuencias medias comprendidas entre los 1 000 y los 8 000 Hz. Un sonómetro posee una red
eléctrica incorporada de características uniformes para simular este oído medio típico. La red
generalmente aceptada para esta aproximación es la escala “A” y las mediciones hechas durante esta
evaluación se designan con las letras dB(A).

El ruido es la causa de diversos problemas. Impide la comunicación del sonido (figura 15), en
primer lugar por el efecto de encubrimiento que cada sonido ejerce sobre los de frecuencia igual o
inmediatamente superior, que reduce la inteligibilidad de las palabras emitidas con una voz que no
supere en los dB el ruido ambiental; y, en segundo lugar, porque eleva temporalmente el umbral
auditivo cuando el ruido al que se ha estado expuesto superaba los 78 u 80 dB (figura 16). El ruido
ambiental puede obstaculizar la comunicación o, al cubrir las señales de alarma, puede ocasionar
accidentes. Su nivel no debe exceder de los 60-70 dB(A), si se quiere mantener una conversación a
una distancia normal.

El ruido puede acarrear trastornos sensorimotores, neurovegetativos y metabólicos; de ahí que se


le considere una de las causas de fatiga industrial, irritabilidad, disminución de la productividad y
accidentes de trabajo.

Quien haya efectuado trabajos intelectuales, o trabajos que requieren una gran concentración, en
un ambiente ruidoso, como un taller lleno de telares o de máquinas automáticas sabe hasta qué punto
el ruido es agotador, incluso cuando no alcanza niveles que puedan provocar sordera profesional. El
ruido intermitente producido, por ejemplo, por martinetes utilizados para hincar los pilotes de máquinas
pesadas, los martillos neumáticos o grandes prensas mecánicas resulta particularmente molesto.
Numerosas investigaciones han demostrado que la reducción del ruido ambiental conduce a una
disminución marcada del número de errores y a un mejoramiento apreciable de la producción.

La exposición prolongada al ruido a ciertos niveles provoca daños permanentes a la audición y a la


larga la sordera profesional.

La pérdida de audición puede ser temporal o permanente según la duración e intensidad de la


exposición al ruido. Una pérdida temporal de oído, que dure de unos pocos segundos a unos pocos
días, puede ser el resultado de exposiciones a ruidos de alta intensidad durante periodos breves. Esta
pérdida es reversible y se recuperará la audición normal. Mucho más grave es la exposición regular y
prolongada a algunos tipos de ruido de intensidad moderada mantenida durante varios días de trabajo
sucesivos a lo largo de un periodo de años. Una única exposición breve a un ruido de muy alta
intensidad puede causar una pérdida de audición permanente irreversible e incluso causar daño a los
oídos.

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Se considera que la exposición a niveles de ruido continuo de 90 dB(A) o 52 superiores es


peligrosa para el oído, pero el nivel de 85 dB(A) ya es un nivel de alarma que no debería superarse. Es
preciso tener especial cuidado con los ruidos impulsivos, es decir, los sonidos con un tiempo de
elevación de no más de 35 milisegundos para alcanzar la intensidad máxima (que se mide como la
presión del sonido en pascales (pa) y una duración no superior a un segundo sobre el tiempo en que el
nivel es 20 dB por debajo del máximo. Cada vez que el nivel sonoro aumenta en 6 dB, la presión
sonora se duplica y la energía acústica se cuadruplica; por consiguiente, se considera que por cada
aumento de 3 a 5 dB del nivel sonoro, es preciso reducir a la mitad la duración de la exposición para
mantener inalterado el efecto biológico (cuadro 4).

El método más eficaz de luchar contra el ruido consiste en reducirlo en el lugar mismo donde se
produce, por ejemplo, reemplazando las maquinas o el equipo ruidoso por otros más silenciosos, lo
que equivale a decir que, como siempre cuando se trata de medidas preventivas, hay que tenerlas en
cuenta durante la fase de concepción del proceso de producción, la construcción del edificio o la
compra del equipo. Deberá prestarse particular atención al sistema de ventilación puesto que, en
muchos talleres, la preocupación de estos últimos tiempos por prevenir la contaminación atmosférica
en el lugar de trabajo ha inducido a que se instalen aparatos de ventilación que, al funcionar,
aumentan el ruido de fondo a 85 o 90 dB, cuando no mas, incluso antes de que se pongan en marcha
las máquinas de producción.

El segundo método consiste en impedir o reducir la transmisión del ruido interponiendo barreras
que lo absorban entre la fuente y el trabajador, insonorizando las estructuras que puedan ser origen de
reverberación secundaria o aislando la fuente de ruido en locales separados o recintos insonorizados
(lo que puede exigir además una reforma de los cimientos para impedir la transmisio6n de las
vibraciones por el piso). Cuando tales medidas no pueden aplicarse o no Sean suficientemente
eficaces, quizá sea necesario suministrar a los trabajadores cabinas insonorizadas (ventiladas o, de
ser necesario con aire acondicionado) desde las que puedan manejar las máquinas sin tener que
entrar en los locales ruidosos, salvo por periodos breves.

Si el ruido a que están expuestos los trabajadores pasa sistemáticamente de 90 dB(A) durante las
ocho horas de trabajo, deberá reducirse la duración de la exposición para que esta vuelva a ajustarse
a límites admisibles (cuadro 4).

Los medios de protección personal contra el ruido en su forma más sencilla consisten en tapones
de fibra de vidrio o de plástico alveolar para los oídos, u orejeras de protección que permiten reducir el
ruido en hasta 20 dB, aunque los trabajadores a veces se oponen a este tipo de protección.

De hecho, la protección personal contra el ruido debe considerarse únicamente una solución
transitoria hasta que se modifique con carácter permanente el lugar de trabajo o cuando lo exijan
condiciones especiales.

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Figura 15. Distancia a la que se puede oír la voz normal con ruido ambiental

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Producción I Unidad II: Seguridad e higiene en el trabajo. UNI-RUACS

Los trabajadores que están sistemáticamente expuestos a ruidos que superen el nivel de peligro
deberán someterse a exámenes audiométricos periódicos. Estos exámenes pueden contribuir a que se
descubra antes de que sea demasiado tarde a los trabajadores cuyo oído se ha visto afectado,
posiblemente debido a una sensibilidad excepcional al ruido, o a la negativa a utilizar los medios de
protección que se les suministran, a su uso incorrecto o a su inadecuación.

Cuadro 4. Duración de la exposición al ruido continuo que no debería superarse para prevenir la
sordera profesional entre la mayoría de los trabajadores.
Duración diaria del ruido en horas Nivel de ruido en dB (A)
(medido en reacción lenta)
16 80
8 85
4 90
2 95
1 100
½ 105
¼ 110
1/ 115
8

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Producción I Unidad II: Seguridad e higiene en el trabajo. UNI-RUACS

Intensidad de los ruidos más comunes


Decibelios Clase de ruidos Efectos en el organismo humano
0 Umbral de audibilidad Soportable incluso por la noche
10 Ruido de hojarasca
30 Ruido de fondo en las habitaciones por la noche
40 Ruido de fondo en las habitaciones Soportable por el día
50 Despachos, restaurantes
55 Conversación normal
60 Despacho con mecanógrafas
65 Talleres con taladros, pequeñas prensas, etc. Soportables, pero a la larga
70 Calles ruidosas producen fatiga
75 Talleres con prensas medianas, metro
80 Tornos, silbatos de policías, gritos humanos
85 Talleres con telares Soportables, pero a la larga
90 Claxon agudo producen sordera
95 Talleres de caldería, martillos neumáticos,
prensas grandes
100 Sierras circulares de acero
105 Maquinas rápidas de labrar madera,
compresores potentes
110 Martillos neumáticos en locales cerrados Soportables solo por corto tiempo
115 Remachadoras mecánicas
120 Avión con motor de explosión, motor
125 Avión de reacción a 6 m de distancia
130 Avión con varios reactores a 6 m de distancia
135 A partir de 135 decibeles, los ruidos son insoportables

Vibraciones

Aunque son pocos los trabajadores expuestos a vibraciones que resulten peligrosas para la salud,
no se deberían descuidar las medidas de protección necesarias. Deben analizarse primeramente las
posibilidades de reducir los niveles de las vibraciones (por ejemplo, con el equilibrio dinámico de las
partes en rotación, la utilizaci6n de armaduras que absorban la vibración o la creación de cimientos
sólidos) y de reducir el efecto de las vibraciones (por ejemplo, sirviéndose de manijas que amortiguan
las vibraciones para las maquinas que se agarran con las manos). Cuando esto no sea posible, habrá
que controlar el periodo de exposición. Las personas expuestas a vibraciones deben ser sometidas a
reconocimientos médicos periódicos.

3.8 Música ambiental.

La música siempre se ha utilizado en los trabajos, pero no de manera técnica.

A partir de 1939 en Inglaterra se utilizo en las industrias con el objeto de aliviar las pesadas
jornadas de trabajo impuestas por la guerra. El resultado fue tan bueno que en la actualidad muchas
empresas utilizan esta técnica.

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Producción I Unidad II: Seguridad e higiene en el trabajo. UNI-RUACS

Se recomienda la utilización de la música en dos periodos de 15 a 30 minutos por la mañana y de


15 a 30 minutos por la tarde, generalmente cuando se haya detectado que existe fatiga y aburrimiento.
Debería estar comprendida entre 50 y 55 dB de intensidad y se debe modificar la programación de un
día para otro.

Los operadores deben saber que la música se instala para mejorar el ambiente de trabajo, ya que
al disminuir la fatiga y el aburrimiento, aumenta su bienestar y disminuyen los accidentes.

Bibliografía:

Introducción al Estudio del Trabajo. 4ta. Edición revisada. OIT. Editorial Limusa
García Criollo, R., Estudio del Trabajo. Ingeniería de Métodos, McGraw-Hill, 1997.

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