Parashá 09 VaYéshev
Parashá 09 VaYéshev
Parashá 09 VaYéshev
Aliyás de la Torá:
37:1-11
37:12-22
37:23-36
38:1-30
39:1-6
39:7-23
40:1-23
Maftir: 41:20-23
VaYeshev
Reuvén vuelve al pozo y, al ver que Yosef no está allí, rasga sus
vestidos y pregunta a sus hermanos adonde irá él ahora. Entonces
empapan la túnica de Yosef con la sangre de un macho cabrío y la
envían a su padre para que la examine. Yaakov piensa que una
fiera lo ha devorado, rasga sus vestidos, se viste de cilicio y pasa
mucho tiempo de duelo. No quiere recibir el consuelo de sus hijos
y de sus hijas y dice que va a morir con luto.
Comentarios
“para que la prueba de vuestra fe, más preciosa que el oro que
perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en
alabanza, gloria y honor en la revelación de Yeshúa el Mesías”
(LBLA revisada)
“Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las
estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria.”
(LBLA)
“Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.”
(LBLA)
37:3 “Y amaba Israel a Yosef más que a todos sus hijos, porque
era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos
colores.” (LBLA revisada) – Hay varias razones por las que Israel
amaba a Yosef: era el hijo de su vejez, era el hijo de su esposa
preferida, tenía mucho en común con él mismo y, según un
Midrash[2], Yaakov sabía por medio de una profecía que Yosef iba
a ser una gran persona. Yaakov y Yosef se parecían en muchos
aspectos:
· Ambos tenían una madre estéril y nacieron por una
intervención divina.
“Es para vuestra corrección que sufrís; Dios os trata como a hijos;
porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si estáis
sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes,
entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos. Además,
tuvimos padres terrenales para disciplinarnos, y los
respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al
Padre de nuestros espíritus, y viviremos? Porque ellos nos
disciplinaban por pocos días como les parecía, pero El nos
disciplina para nuestro bien, para que participemos de su
santidad. Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo,
sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por
medio de ella, les da después fruto apacible de justicia.” (LBLA)
Una persona con ese complejo siente que otros son amados y yo
no, otros son apreciados pero yo no, otros son aceptados pero yo
no. El complejo de inferioridad lleva la persona al auto desprecio.
No importa cuánto se esfuerce, nunca se sentirá contenta consigo
misma. Este complejo es formado por actitudes y palabras de los
padres incluso desde antes de nacer. Un niño que ha sido
engendrado por padres que no deseaban tener hijos está
acomplejado desde antes de nacer. Un niño que oye palabras
como: “tú no vales”, “qué malo eres”, “eres un pesado”, “no quiero
verte”, “ya no te quiero”, etc., es acomplejado por sus padres. Las
palabras de los padres tienen muchísima influencia en la
formación del carácter del niño, especialmente durante el primer
tiempo de su vida.
Los padres proyectan en sus hijos la imagen del Eterno. Los niños
reciben una imagen del Eterno según hayan sido sus padres con
ellos. Si un padre nunca está en casa para dedicar tiempo con sus
hijos los hijos van a creer que el Eterno está ausente y no está
interesado en sus vidas. Si un padre trata con dureza a sus hijos y
los castiga por sus errores los hijos van a pensar que el Eterno los
castiga por cualquier error que cometan. Hay padres que pegan a
sus hijos cuando cometen errores no cuando son rebeldes. Esto
crea un trauma en el niño que difícilmente es quitado. Ese niño
tendrá problemas en su relación con el Eterno. Pensará que él le
castiga por cualquier cosa. No ha aprendido que hay una relación
entre rebeldía y castigo, entre desobediencia y maldición. Piensa
que todo lo malo que le sucede es porque el Eterno le está
castigándolo según Sus propios caprichos.
“Y el Eterno me dijo: Ve otra vez, ama a una mujer amada por otro
y adúltera, así como el Eterno ama a los hijos de Israel a pesar de
que ellos se vuelven a otros dioses y se deleitan con tortas de
pasas.” (LBLA)
Yaakov amaba a Yosef más que a todos los demás hijos. El amaba a
todos pero amaba a Yosef más que a los demás por la relación más
íntima que tenía con él, entre otras cosas, por causa del amor recíproco
que recibió de él y también por la revelación profética que tenía sobre su
futuro.
37:8 “le odiaron por sus palabras” (LBLA) – También Yeshúa fue
odiado por sus palabras. En Juan 15:22-25; 17:14 está escrito:
Este mensaje muestra que todos aquellos hijos de Israel que son
estrellas se inclinarán ante el Mesías, incluso los mismos
patriarcas Avraham, Yitsjak y Yaakov. La Torá muestra aquí que
el Mesías es mayor que los padres.
“Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol,
con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas
sobre su cabeza. estaba encinta, y grita, estando de parto y con
dolores de alumbramiento... Y ella dio a luz un hijo varón, que ha
de regir a todas las naciones con vara de hierro; y su hijo fue
arrebatado hasta Dios y hasta su trono. Y la mujer huyó al
desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios, para ser
sustentada allí, por mil doscientos sesenta días.” (LBLA)
37:13b “Te enviaré a ellos. Y él les dijo. Iré” (LBLA) – Yosef fue
enviado por su padre a los hijos de Israel. El estaba dispuesto a
obedecer a su padre aunque implicara el rechazo y el sufrimiento
causado por ellos. Lo mismo pasó con Yeshúa, como está escrito
en Lucas 20:13-15a:
“Y vino, y anunció paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que
estaban cerca” (LBLA)
"y los encontró” – Todos los hijos de Israel serán encontrados por
el Mesías en los últimos días.
Lo que dijo Yehudá no fue por una decisión caprichosa sino según
las normas que el Eterno entregó a sus hijos. Él dictó sentencia
como un juez en Israel. Aquí hay otro ejemplo de un mandamiento
que se practicaba antes de la entrega de la Torá.
38:26 “Yehudá los reconoció, y dijo: Ella es más justa que yo, por
cuanto yo no la di por mujer a mi hijo Shelá. Y no volvió a tener
más relaciones con ella.” (LBLA revisada) – Según Rashí, hay que
entender el texto hebreo como: “Razón tiene, de mí es”. La última
frase significa: “de mí está embarazada”.
38:29 “Pero he aquí, sucedió que cuando él retiró su mano, su
hermano salió. Entonces ella dijo: ¡Qué brecha te has abierto! Por
eso le pusieron por nombre Pérets.[15]” (LBLA revisada) –
Perets[16] significa “brecha”.
Un Midrash[17] dice:
“Ella quiso decir: Este es más grande que todos los que hacen
roturas para quien tú te levantarás y de quien está escrito: ‘subirá
el rompedor de los caminos delante de ellos’”[19]
39:4 “Así encontró Yosef gracia ante sus ojos y llegó a ser su siervo
personal, y lo hizo mayordomo sobre su casa y entregó en su
mano todo lo que poseía.” (LBLA revisada) – De la misma manera
toda la casa del Eterno fue entregada al cuidado del Mesías, como
está escrito en Hebreos 3:5-6:
39:6 “Así que todo lo que poseía lo dejó en mano de Yosef, y con él
allí no se preocupaba de nada, excepto del pan que comía. Y era
Yosef de gallarda figura y de hermoso parecer.” (LBLA revisada) –
Esto concuerda con Mateo 28:18-20 donde está escrito:
Rashí dice que la palabra “pan” es una expresión que en este caso
se refiere a su esposa, cf. 39:9.
“Y llamándolos junto a sí, Yeshúa les dice: Sabéis que los que son
reconocidos como gobernantes de los gentiles se enseñorean de
ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos. Pero entre
vosotros no es así, sino que cualquiera de vosotros que desee
llegar a ser grande será vuestro servidor, y cualquiera de vosotros
que desee ser el primero será esclavo de todos. Porque ni aun el
Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar
su vida en rescate por muchos.” (LBLA revisada)
“Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía
contigo antes que el mundo existiera.” (LBLA)