Parashá 09 VaYéshev

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Parashá 09 VaYéshev

Génesis 37:1 – 40:23

Aliyás de la Torá:

37:1-11

37:12-22

37:23-36

38:1-30

39:1-6

39:7-23

40:1-23

Maftir: 41:20-23

Haftará: Amós 2:6 – 3:8

VaYeshev

Significa “y se estableció”, “y se asentó”.

Primera aliyá, 37:1-11

Yaakov se establece en la tierra donde peregrinó su padre. A la


edad de diecisiete años Yosef apacienta el rebaño con sus
hermanos, los hijos de las concubinas de su padre. Yosef trae
malos informes de ellos a su padre. Yaakov ama a Yosef más que
al resto de sus hijos y le hace una túnica de colores. Por eso sus
hermanos le tienen odio y no pueden hablarle bien. Dos sueños
que tiene Yosef producen aún más odio y envidia en ellos.
Primero sueña que estaban atando gavillas en el campo y las
gavillas de los hermanos se inclinaron ante su gavilla que se había
levantado y puesto derecha. Luego sueña que el sol, la luna y once
estrellas se inclinaban ante él. Su padre le reprende por su
segundo sueño pero lo guarda en su memoria .

Segunda aliyá, 37:12-22

Los hermanos están apacentando el rebaño en Shejem y Yosef es


enviado allí por su padre desde Jevrón para ver cómo están. Un
hombre le encuentra dando vueltas por el campo y le informa que
se han ido a Dotán. Cuando Yosef se les acerca en Dotán traman
contra el soñador para matarlo y echarlo en un pozo y decir que
una fiera lo devoró. Pero Reuvén impide que lo maten y, para
poder liberarlo y devolverlo a su padre, les dice que le echen en
un pozo.

Tercera aliyá, 37:23-36

Los hermanos despojan a Yosef de su túnica de colores y le echan


en un pozo vacío. Cuando se sientan a comer ven una caravana de
yishmeelitas cargada de tres productos que están bajando hacia
Egipto. Yehudá propone vender a Yosef como esclavo y los demás
aceptan. Cuando pasan unos mercaderes midianitas sacan a Yosef
del pozo. Luego lo venden a los yishmeleitas que le llevan a Egipto.

Reuvén vuelve al pozo y, al ver que Yosef no está allí, rasga sus
vestidos y pregunta a sus hermanos adonde irá él ahora. Entonces
empapan la túnica de Yosef con la sangre de un macho cabrío y la
envían a su padre para que la examine. Yaakov piensa que una
fiera lo ha devorado, rasga sus vestidos, se viste de cilicio y pasa
mucho tiempo de duelo. No quiere recibir el consuelo de sus hijos
y de sus hijas y dice que va a morir con luto.

Los medanitas venden a Yosef a Potifar, un capitán en la guardia


de Faraón.
Cuarta aliyá, 38:1-30

Yehudá se aparta de sus hermanos y se casa con la hija de Shúa


que le da a luz tres hijos, llamados Er, Onán y Shelá. Luego toma
una mujer para su hijo primogénito, llamada Tamar. Pero
HaShem quita la vida de Er porque era malvado. Onán recibe la
orden de su padre de cumplir con su deber de levantar
descendencia a su hermano y llegar a su mujer. Pero cuando se
llega a ella derrama el semen en la tierra para no dar
descendencia a su hermano. Por eso HaShem también le quita la
vida. Tamar es enviada a la casa de su padre para esperar que
Shelá crezca.

Después de mucho tiempo muere la esposa de Yehudá. Después


del duelo Yehudá sube a los trasquiladores de sus ovejas en
Timna junto con su amigo Jirá. Cuando Tamar es informada sobre
ello se quita su ropa de viuda y se cubre con un velo y se sienta
cerca del camino de Timna porque se ha dado cuenta de que no
había sido dada a Shelá como mujer aunque había crecido.
Yehudá piensa que es una prostituta y le ofrece un cabrito para
poder llegar a ella. Como señal ella le pide tres cosas que lleva
puesto. Y así ella concibe de él. Luego se viste de viuda de nuevo.
Yehudá envía el cabrito por medio de su amigo para recobrar la
prenda pero no la encuentra. Los hombres del lugar tampoco
saben nada de una prostituta.

A los tres meses informan a Yehudá que Tamar ha fornicado y él


ordena que sea quemada. Entonces ella envía a decir a su suegro
que investigue para saber de quién son las tres cosas que tiene
como señal. Yehudá reconoce que ella tiene razón y que él es el
responsable del embarazo por no haberle dado a su hijo Shelá.
Pero no vuelve a conocerla más. Cuando va a dar a luz tiene
mellizos. Uno de los dos saca su mano y la partera le ata un hilo
escarlata pensando que va a salir primero. Pero retira su mano y
el hermano sale. Por eso fue llamado Perets, brecha. El hermano
que tiene el hilo es llamado Zeraj.
Quinta aliyá, 39:1-6

Yosef es comprado por Potifar, el oficial de Faraón. El Eterno está


con él y llega a ser un hombre próspero. Está sirviendo en la casa
de su amo y todo lo que hace prospera. Su amo se da cuenta de
ello y le hace su siervo personal y mayordomo sobre toda su casa.
La casa y los campos del egipcio son bendecidos por causa de
Yosef y le deja todo lo que posee en las manos de Yosef y sólo se
preocupa por el pan que come. Yosef tiene un aspecto muy
hermoso.

Sexta aliyá, 39:7-23

La mujer del amo de Yosef pone su mirada en él y le dice que se


acueste con ella. Pero él le contesta que no puede cometer esa
gran maldad y pecar contra Dios. Ella insiste día tras día pero él
no quiere ni estar con ella. Un día, cuando no hay nadie en la casa,
Yosef entra para hacer su trabajo. Ella ase de su ropa y le pide que
se acueste con ella. Pero él deja su ropa y sale huyendo afuera.
Ella llama a los hombres de la casa y dice que Yosef vino para
acostarse con ella y que ella había gritado a gran voz y que por eso
él había dejado la ropa allí y había salido huyendo. Luego cuenta
el miso cuento a su marido. Su marido se enfada y echa a Yosef en
la cárcel donde tendrá que seguir por mucho tiempo. Pero el
Eterno está con Yosef y le da misericordia de manera que el jefe
de la cárcel le da la confianza de administrar toda la cárcel. Todo
lo que él emprende HaShem lo hace prosperar.

Séptima aliyá, 40:1-19

El copero y el panadero del Faraón le ofenden y son puestos en la


cárcel donde está Yosef. Después de un año tienen ambos un
sueño la misma noche. Por la mañana Yosef los ve preocupados y
les pregunta qué pasa. Le dicen que han tenido un sueño y nadie
lo puede interpretar. Yosef dice que las interpretaciones
pertenecen a Dios y les pide que se lo cuenten. El jefe de los
coperos soñó con una vid con tres sarmientos que brotaron y
produjeron uvas maduras. Tomó las uvas y las exprimió en la
copa del Faraón que estaba en su mano y la dio a Faraón. Yosef
dice que los tres sarmientos son tres días y que en tres días su
cabeza será levantada y le será devuelto el puesto que tenía antes.
Luego Yosef le pide que se acuerde de él cuando le vaya bien para
mencionarle ante el Faraón para sacarle de la cárcel. Revela que
fue secuestrado y que no ha hecho nada malo para tener que estar
en el calabozo.

El jefe de los panaderos soñó con tres cestas de pan sobre su


cabeza llenas de manjares hechos por un panadero para el
Faraón. Pero fueron comidos por los pájaros. Yosef dice que las
tres cestas son tres días y que dentro de tres días el Faraón le va a
quitar la cabeza y colgarle en un árbol para que las aves coman su
carne.

Al tercer día es el cumpleaños de Faraón y hay un banquete para


todos sus siervos. El jefe de los coperos es restaurado en su cargo
y el jefe de los panaderos es ahorcado. Sin embargo, el jefe de los
coperos no se acuerda de Yosef.

Comentarios

Primera aliyá, 37:1-11


37:1 “Y Yaakov habitó en la tierra donde había peregrinado su
padre, en la tierra de Kenáan.” (LBLA revisada) – No es lo mismo
habitar que peregrinar. La actitud de un peregrino es que no tiene
una morada fija, siempre está de camino a otro lugar. Ahora
Yaakov tiene el deseo de asentarse y dejar de ser peregrino. Esto
es un error. Cuando un justo quiere dejar de luchar y disfrutar de
esta vida, está intentando sacar de antemano lo que recibirá en el
mundo venidero. Pero HaShem no le permitió hacer esto y le
sucedió el problema con Yosef.

Es necesario tener lucha en esta vida para poder estar sano


espiritualmente. Cuando no hay conflictos y todo va bien hay una
tendencia de querer aflojarse y dormir espiritualmente. Los
problemas y las luchas nos mantienen en alerta y nos obligan a
buscar al Eterno en todo momento. El Hijo de Dios aprendió la
obediencia a través de los sufrimientos, como está escrito en
Hebreos 5:8:

“aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció” (LBLA)

Así que el que quiere huir de los sufrimientos y de los problemas


nunca aprenderá la obediencia.

Es más, los mismos sufrimientos que pasamos en el olam hazé,


este siglo, producen una gloria que permanecerá en el olam habá,
el siglo venidero, como está escrito en 2 Corintios 4:17:

“Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de


gloria que sobrepasa toda comparación” (LBLA)

En Romanos 8:16-18 está escrito:

“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos


hijos de Dios, y si hijos, también herederos; herederos de Dios y
coherederos con el Mesías, si en verdad padecemos con él a fin de
que también seamos glorificados con él. Pues considero que los
sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser
comparados con la gloria que nos ha de ser revelada.” (LBLA
revisada)

Para ser herederos en el siglo venidero hay que padecer con el


Mesías. Cuanto más suframos ahora más gloria tendremos
entonces, como está escrito en 1 Pedro 1:7:

“para que la prueba de vuestra fe, más preciosa que el oro que
perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en
alabanza, gloria y honor en la revelación de Yeshúa el Mesías”
(LBLA revisada)

En 1 Pedro 4:13 está escrito:

“antes bien, en la medida en que compartís los padecimientos del


Mesías, regocijaos, para que también en la revelación de su gloria
os regocijéis con gran alegría.” (LBLA revisada)

En Hebreos 11:35b está escrito:


“otros fueron torturados, no aceptando su liberación, a fin de
obtener una mejor resurrección.” (LBLA)

En 1 Corintios 15:41 está escrito en relación con la resurrección:

“Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las
estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria.”
(LBLA)

37:2a “Esta es la historia de las generaciones de Yaakov: Yosef...”


(LBLA revisada) – La historia de una persona sigue en sus hijos.
Esta no es la historia de Yosef, sino de Yaakov. En el capítulo 38
encontramos el relato de la vida de Yehudá. Estos dos, Yosef y
Yehudá, son los dos hijos más importantes de Israel. Alrededor de
estos dos giran toda la historia de salvación del Eterno. Yosef llegó
a ser el padre de Efrayim que es el ancestro de la tribu principal
de la casa de Israel constituida por las diez tribus del norte que
eventualmente se separarían de las dos tribus en el sur. Yehudá
es el ancestro del pueblo judío y del Mesías. La primogenitura
pasó a los hijos de Yosef, como está escrito en 1 Crónicas 5:1-2:

“Y los hijos de Reuvén, el primogénito de Israel (porque él era el


primogénito, mas como profanó la cama de su padre, sus derechos
de primogenitura fueron dados a los hijos de Yosef, hijo de Israel;
de modo que no está inscrito en la genealogía conforme a los
derechos de primogenitura; aunque Yehudá prevaleció sobre sus
hermanos, y de él es el príncipe, los derechos de primogenitura
pertenecían a Yosef)” (LBLA revisada)

Esta es la razón por la que aparecen entrelazados los relatos de


Yosef y Yehudá en esta sección de las Escrituras.

El Eterno está cumpliendo su propósito en el mundo a través de


Yaakov. El pueblo de Israel y el Mesías son el medio del Eterno
para bendecir el resto de la humanidad. Todos estos relatos son
narraciones preparatorias para la introducción del Mashíaj en
Israel y el mundo. Si se desconecta al Mesías de los relatos de la
Torá se crea un seudo-Mesías, un ser híbrido sin realidad
histórica. El Mesías está íntimamente conectado con la historia de
Israel. Por esto podemos encontrar en los relatos acerca de Yosef
y de Yehudá sombras proféticas que señalan hacia el Mesías
Yeshúa. Estos textos dan paso a la proclamación de Yeshúa como
el Mesías ben Yosef, hijo de Yosef, y el Mesías ben David, hijo de
David.

37:2b “Yosef, cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño


con sus hermanos; el joven estaba con los hijos de Bilháh y con los
hijos de Zilpá, mujeres de su padre. Y Yosef trajo a su padre malos
informes sobre ellos.” (LBLA revisada) – Como hemos dicho antes,
el nombre Yosef significa “quitará” y “añadirá” y es una referencia
al Mesías que vino para morir para quitar el pecado de Israel y el
mundo y sus consecuencias y resucitar para añadir a los gentiles
dentro del pueblo escogido.

“apacentaba el rebaño” – Como Yosef era un pastor también lo era


Yeshúa, pero en otro nivel, según Juan 10:11 donde dice:

“Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.”
(LBLA)

“Y Yosef trajo a su padre malos informes sobre ellos.” – Los cuatro


hijos de las concubinas no se portaban bien y Yosef habló mal de
ellos ante su padre. En lugar de reprenderles a ellos y aclarar
posibles malos entendidos habló con su padre, lo cual constituye
el pecado de lashón hará, lengua de maldad. Los rabinos enseñan
que por esta mala lengua luego tenía que estar en la cárcel
durante 10 años.[1]

37:3 “Y amaba Israel a Yosef más que a todos sus hijos, porque
era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos
colores.” (LBLA revisada) – Hay varias razones por las que Israel
amaba a Yosef: era el hijo de su vejez, era el hijo de su esposa
preferida, tenía mucho en común con él mismo y, según un
Midrash[2], Yaakov sabía por medio de una profecía que Yosef iba
a ser una gran persona. Yaakov y Yosef se parecían en muchos
aspectos:
· Ambos tenían una madre estéril y nacieron por una
intervención divina.

· Ambos fueron odiados por sus hermanos.

· Ambos experimentaron como sus hermanos querían


matarlos.

· Ambos se hicieron ricos.

· Ambos se casaron fuera de la Tierra.

· Ambos fueron acompañados por ángeles.

· Los suegros de ambos fueron bendecidos por causa de ellos.

· Ambos viajaron a Egipto.

· Ambos pidieron que sus huesos fueran trasladados a la


Tierra prometida.

· Ambos murieron en Egipto.

37:4 “Y vieron sus hermanos que su padre lo amaba más que a


todos sus hermanos; por eso lo odiaban y no podían hablarle
amistosamente.” (LBLA) – La lucha entre hermanos depende,
hasta cierto grado, de la tensión que hay entre los padres. Los
hijos son el reflejo de sus padres. La “poca” envidia que hubo
entre las madres se multiplicaba en los hijos y se transformó en
envidia de muerte. La razón por la que esta envidia llegó a tal
extremo fue el favoritismo que mostraba Yaakov hacia uno de sus
hijos. No es lo mismo reconocer las buenas cualidades de un hijo
que tener favoritismo. Como padre, es necesario destacar las
cualidades buenas de todos los hijos y no hacer comparaciones
entre ellos. Las comparaciones crean muchas luchas innecesarias.
Cada hijo es diferente y tiene diferentes dones y cualidades, unos
más que otros. Pero esto no significa que uno sea mejor que el
otro. El que tiene más dones tiene más responsabilidad y hay que
exigirle más, como está escrito en Lucas 12:48b:

“A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él;


y al que mucho le han confiado, más le exigirán.” (LBLA)
Para ser buenos padres hay que tratar a nuestros hijos de la
misma manera como el Padre celestial trata a Sus hijos, como está
escrito en Efesios 6:4:

“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino


criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.” (LBLA)

Y en Hebreos 12:7-11, donde está escrito:

“Es para vuestra corrección que sufrís; Dios os trata como a hijos;
porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si estáis
sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes,
entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos. Además,
tuvimos padres terrenales para disciplinarnos, y los
respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al
Padre de nuestros espíritus, y viviremos? Porque ellos nos
disciplinaban por pocos días como les parecía, pero El nos
disciplina para nuestro bien, para que participemos de su
santidad. Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo,
sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por
medio de ella, les da después fruto apacible de justicia.” (LBLA)

Es importante destacar las virtudes de nuestros hijos en todas las


diferentes áreas en que HaShem los haya dotado.

A pesar de la situación crítica en la familia de Israel e incluso, por


medio de estas tensiones familiares, HaShem, en su infinita
sabiduría, lleva a cabo su plan de salvación para Israel y el
mundo. El puede usar nuestra carnalidad para cumplir su
propósito, ¡Bendito seda su Nombre!

Los hijos de Leá nacieron con un complejo de inferioridad y de


rechazo, heredado de su madre. Como Leá se sentía
menospreciada por Yaakov, porque él prefería a Rajel antes que a
ella, su sentimiento pasó a los hijos.

Una persona con ese complejo siente que otros son amados y yo
no, otros son apreciados pero yo no, otros son aceptados pero yo
no. El complejo de inferioridad lleva la persona al auto desprecio.
No importa cuánto se esfuerce, nunca se sentirá contenta consigo
misma. Este complejo es formado por actitudes y palabras de los
padres incluso desde antes de nacer. Un niño que ha sido
engendrado por padres que no deseaban tener hijos está
acomplejado desde antes de nacer. Un niño que oye palabras
como: “tú no vales”, “qué malo eres”, “eres un pesado”, “no quiero
verte”, “ya no te quiero”, etc., es acomplejado por sus padres. Las
palabras de los padres tienen muchísima influencia en la
formación del carácter del niño, especialmente durante el primer
tiempo de su vida.

Los seis primero años de la vida de un niño son decisivos para el


resto de su vida. Por eso es importante que los padres no dejen a
sus hijos al cuidado de otros durante sus primeros años. La
ausencia de los padres y, especialmente en el primer tiempo, la de
la madre, crea un vacío emocional dentro del niño que no puede
ser llenado con nada del mundo al menos que el Eterno haga una
intervención sobrenatural para sanar su alma dañada.

Los padres proyectan en sus hijos la imagen del Eterno. Los niños
reciben una imagen del Eterno según hayan sido sus padres con
ellos. Si un padre nunca está en casa para dedicar tiempo con sus
hijos los hijos van a creer que el Eterno está ausente y no está
interesado en sus vidas. Si un padre trata con dureza a sus hijos y
los castiga por sus errores los hijos van a pensar que el Eterno los
castiga por cualquier error que cometan. Hay padres que pegan a
sus hijos cuando cometen errores no cuando son rebeldes. Esto
crea un trauma en el niño que difícilmente es quitado. Ese niño
tendrá problemas en su relación con el Eterno. Pensará que él le
castiga por cualquier cosa. No ha aprendido que hay una relación
entre rebeldía y castigo, entre desobediencia y maldición. Piensa
que todo lo malo que le sucede es porque el Eterno le está
castigándolo según Sus propios caprichos.

Si los padres no tienen normas claras y constantes los hijos


aprenden que el Eterno es caprichoso y fluctuante y que cambia
sus mandamientos de un tiempo a otro, de una era a otra. Si los
padres prometen cosas a sus hijos y luego no las cumplen los hijos
van a dudar de las promesas eternas del Padre celestial, que no
puede mentir. Si los padres dicen mentiras entre ellos o a sus
hijos los hijos van a pensar que la Biblia no es verdad y que el
Eterno puede engañar a los hombres. Si los padres no valoran y
premian el esfuerzo de los niños eventualmente perderán su
interés en progresar en la vida y pensarán que no son aptos para
servir al Eterno. Si un padre hace comparaciones y muestra
favoritismo entre los hijos van a pensar que algunos hijos del
Eterno son favorecidos más que otros y esto crea envidias, luchas
y endiosamientos idolátricas de los líderes entre el pueblo del
Eterno.

Cuando un niño recibe amor, atención, instrucción y corrección y


es estimulado sin ser comparado con sus hermanos o con otros
compañeros, sino valorado, en primer lugar por lo que es y, en
SEGUNDO lugar por lo que produce, aprenderá a apreciarse a si
mismo y así podrá apreciar a los demás sin sentir envidia cuando
otros progresen más que él. El remedio de la envidia es el amor,
como está escrito en 1 Corintios 13:4b:

“El amor no tiene envidia” (LBLA)

Cuando una persona no ama es porque no se siente amada, como


está escrito en 1 Juan 4:19:

“Nosotros amamos, porque El nos amó primero.” (LBLA)

El que da amor a otros es porque ha recibido amor. No puedes dar


algo que no has recibido. Así que el remedio contra la envidia es
recibir el amor del Eterno personalmente.

Para ser libre del complejo de rechazo y de inferioridad hace falta


recibir amor. Algunos han sido tan dañados en sus emociones que
no son capaces de creer en el amor que están recibiendo, como
está escrito en 1 Juan 4:16:

“Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que


Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en
amor permanece en Dios y Dios permanece en él.” (LBLA)
Según este texto hay dos maneras de relacionarse con el amor del
Eterno, primero conocerlo, que no es algo intelectual sino
experimental. Segundo, creer en el amor que el Eterno tiene

para nosotros. Hay momentos cuando no siento el amor del


Eterno y en esos momentos mis emociones me están mintiendo.
En esa situación tendré que salir de la cárcel emocional y creer en
el amor que el Eterno ha mostrado al dejar que su Hijo muera por
mi personalmente, como está escrito en Gálatas 2:20b:

“la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de


Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (LBLA)

Pero si una persona está muy dañada en sus emociones ha creado


un muro de protección alrededor de su interior que no le permite
salir ni permite entrar a nadie. Ni siquiera el amor del Eterno
puede alcanzar ese corazón herido. Esa persona no puede ni
sentir ni creer en el amor del Eterno por mucho que se le diga que
le ame. Como sus emociones dicen que nadie le quiere no cree en
alguien que le dice que le ama. Prefiere creer más en sus propias
emociones que en la verdad y esto es muy grave cuando se trata
de la Palabra del Eterno. En las Escrituras HaShem ha mostrado su
amor por todo el mundo, como está escrito en Juan 3:16:

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo


unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas
tenga vida eterna.” (LBLA)

La mayor manifestación del amor del Eterno es la muerte y


resurrección de Su Hijo a favor de todas las personas en
particular, como está escrito en 1 Juan 4:9:

“En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha


enviado a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio
de El.” (LBLA)

Una persona acomplejada tiene mucha dificultad para recibir este


amor. Hay sólo una cosa que puede entrar dentro de su alma y
romper esa muralla que ha edificado alrededor de sus emociones
mentirosas, la Palabra del Eterno dada por medio de una
revelación en el poder del Espíritu. Con otras palabras, sólo
Yeshúa el Mesías, que es la Palabra viva de HaShem, puede sanar
esa alma, como está escrito en 1 Pedro 2:25:

“Pues vosotros andabais descarriados como ovejas, pero ahora


habéis vuelto al Pastor y Guardián de vuestras almas.” (LBLA)

En esta era mesiánica en la que vivimos HaShem ha depositado en


su Hijo Yeshúa la autoridad y la capacidad para tratar con las
almas de los hombres. Yeshúa es el único que puede sanar el alma
del hombre, como está escrito en Mateo 11:27-30:

“Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre; y nadie


conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo,
y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí, todos los
que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi
yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde
de corazón, y HALLAREIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS.
Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera.” (LBLA)

También Yeshúa ha delegado a sus siervos la autoridad para


tratar con este tipo de complejos dentro de las personas, como
está escrito en 2 Corintios 10:3-6:

“Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne;


porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino
poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; destruyendo
especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra
el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en
cautiverio a la obediencia del Mesías, y estando preparados para
castigar toda desobediencia cuando vuestra obediencia sea
completa.” (LBLA revisada)

Las fortalezas son las defensas sicológicas que la persona


acomplejada ha creado en su interior. Esas defensas están
basadas sobre argumentos mentirosos como: “Nadie me ama”,
“Soy malo”, Soy fea”, “Soy un pobre y siempre lo seré”, “Siempre
me salen las cosas mal”, etc. Todos estos argumentos son falsos y
atentan contra la verdad divina revelada en las Escrituras. El
complejo de rechazo e inferioridad es una cosa emocional que no
siempre tiene su base en la realidad. Por medio de las Escrituras y
el poder del Espíritu del Eterno es posible quebrantar todos estos
argumentos.

La segunda cosa que es mencionada en este texto son los


razonamientos altivos que se levantan. La reacción sicológica
para intentar de superar el sentimiento de rechazo y de
inferioridad es la soberbia, la altivez. Como las emociones me
dicen que no soy nadie hago todo lo posible para mostrarme a mi
mismo y a todo el mundo que sí soy alguien. Y así voy buscando
todas las virtudes mías y las destaco y las muestro a los demás,
intentando mostrarme a mi mismo y a los demás que no soy tan
malo como me dicen mis sentimientos. “Mira, YO soy bueno en
esto”, “Fíjate que YO logré esto” etc. La auto exaltación y el orgullo
son síntomas de una persona acomplejada que en el fondo de su
corazón no se siente amada por nadie, ni siquiera por el Eterno.

Otro intento de superar el sentimiento de rechazo interior es


hacerse amigos mediante regalos. Si yo les doy esto me va a amar.
Tenemos un buen ejemplo de esto en Leá que dijo, según Génesis
29:32:

“Y concibió Leá y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Reuvén,


pues dijo: Por cuanto el Eterno ha visto mi aflicción, sin duda
ahora mi marido me amará.” (LBLA revisada)

Otro ejemplo vemos en Génesis 30:20 donde está escrito:

“Y Lea dijo: Dios me ha favorecido con una buena dote; ahora mi


marido vivirá conmigo, porque le he dado seis hijos. Y le puso por
nombre Zvulún.” (LBLA revisada)

Leá pensaba que por medio de sus propios esfuerzos podía


ganarse el amor de Yaakov. Ese no es el camino. El camino de ser
sanado del complejo de rechazo es recibir el amor gratuito del
Eterno. Su amor no depende de mí sino de él mismo. El me ama,
no porque yo sea de una u otra manera, sino porque ha decidido
amarme.
Hay dos tipos de amor del Eterno, un amor incondicional y un
amor condicional. El amor incondicional no depende del hombre,
si es bueno o malo, si cumple o no, como está escrito en Oseas 3:1:

“Y el Eterno me dijo: Ve otra vez, ama a una mujer amada por otro
y adúltera, así como el Eterno ama a los hijos de Israel a pesar de
que ellos se vuelven a otros dioses y se deleitan con tortas de
pasas.” (LBLA)

En Mateo 5:44-45 está dicho:

“Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os


persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos;
porque El hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e
injustos.” (LBLA)

Y en Romanos 5:6-8 está escrito:

“Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo el Mesías murió por


los impíos. Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo,
aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. Pero Dios
demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, el
Mesías murió por nosotros.” (LBLA revisada)

Ese amor incondicional es el que nos sana de nuestros complejos.

El amor condicional del Eterno es desarrollado cuando hay una respuesta


por parte del hombre a Su amor incondicional, como está escrito en
Deuteronomio 7:11-13:

“Guarda, por tanto, el mandamiento y los estatutos y los decretos que


yo te mando hoy, para cumplirlos. Y sucederá que porque escuchas estos
decretos y los guardas y los cumples, el Eterno tu Dios guardará su pacto
contigo y su misericordia que juró a tus padres. Y te amará, te bendecirá
y te multiplicará; también bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu
tierra, tu cereal, tu mosto, tu aceite, el aumento de tu ganado y las crías
de tu rebaño en la tierra que El juró a tus padres que te daría.” (LBLA)

Y en Juan 14:23 está escrito:


“Yeshúa respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y
mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.” (LBLA)

Yaakov amaba a Yosef más que a todos los demás hijos. El amaba a
todos pero amaba a Yosef más que a los demás por la relación más
íntima que tenía con él, entre otras cosas, por causa del amor recíproco
que recibió de él y también por la revelación profética que tenía sobre su
futuro.

El amor condicional está basado en el amor incondicional. Es muy


importante que un padre diga a su hijo: “No importa lo que hagas, te
amaré igual”. De esa manera el hijo se siente seguro en el amor de su
padre y podrá relacionarse correctamente con su Padre celestial.
Ahora, si el hijo se porta mal tiene que saber que el padre no ama
su conducta sino a él, y desea que se aparte de su mala conducta.

La persona acomplejada proyecta su complejo sobre otros. Una


madre con un complejo de rechazo rechaza a sus hijos y es capaz
de decir: “ya no te quiero”, “no quiero verte más”. La solución para
todo esto es el amor.

Una persona que se siente menospreciada menosprecia a los


demás y no puede aceptar que otra persona sea exaltada más que
ella. Tiene envidia y celos y luchas de poder. No es capaz de
reconocer una virtud de su hermano porque siente que es una
amenaza contra él.

Los hijos de Leá y los hijos de las ex esclavas rechazaban a su


hermanastro Yosef porque había sido puesto por su padre como
el heredero de la primogenitura. Por las excavaciones
arqueológicas que se han hecho en Egipto, se sabe que los jefes de
las tribus semitas llevaban túnicas con muchos colores como
señal de su liderazgo.[3] Es obvio que el padre había marcado a
Yosef como el heredero de la primogenitura, como vimos en el
texto de 1 Crónicas 5:1-2. Según Deuteronomio 21:15-17 Yaakov
no tenía el derecho de quitar de Reuvén la primogenitura y
dársela a Yosef. Sin embargo, por causa del pecado de Reuvén
perdió su primogenitura, cf. Génesis 49:3-4, y fue dado a Yosef, no
por preferencia personal sino por revelación profética. Hay varios
ejemplos en las Escrituras donde vemos que el orden natural de
herencia es cambiado por el orden profético, cf. Génesis 48:17-20.

En el Talmud se habla de dos tipos de Mesías.[4] Por un lado se


habla de Mashíaj ben Yosef, que es el Mesías sufriente como hijo
de Yosef, no necesariamente en el sentido literal como
descendiente sino en el sentido alegórico como seguidor,
imitador. Por el otro lado se habla de Mashíaj ben David, el Mesías
triunfante descendiente directo de la casa de David.

En Yeshúa se cumplen estos dos papeles. En su primera aparición


vino como Mesías ben Yosef y en su segunda vendrá como Mesías
ben David.

“amaba Israel a Yosef más que a todos sus hijos... su padre lo


amaba más que a todos sus hermanos” – En Mateo 3:17b el Padre
celestial dice de Yeshúa:

“Este es mi Hijo amado en quien me he complacido.” (LBLA)

37:7 “He aquí, estábamos atando gavillas en medio del campo, y


he aquí que mi gavilla se levantó y se puso derecha, y entonces
vuestras gavillas se ponían alrededor y se inclinaban hacia mi
gavilla.” (LBLA) – Las gavillas hablan de una cosecha que tiene
mucho que ver con la vida de Yosef y del Mesías. La cosecha es un
producto de la nueva vida que viene de la muerte de los granos.

“mi gavilla se levantó” – Alude al levantamiento de Yosef y a la


resurrección de Yeshúa de entre los muertos.

“vuestras gavillas se ponían alrededor y se inclinaron” – Muestra


que después del levantamiento de Yosef y la resurrección de
Yeshúa habría un reinado. También muestra que todas las tribus
de Israel tendrán que reunirse alrededor del Mesías para
obedecerle con reverencia.

37:8 “le odiaron por sus palabras” (LBLA) – También Yeshúa fue
odiado por sus palabras. En Juan 15:22-25; 17:14 está escrito:

“Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían


pecado, pero ahora no tienen excusa por su pecado. El que me
odia a mí, odia también a mi Padre. Si yo no hubiera hecho entre
ellos las obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado;
pero ahora las han visto, y me han odiado a mí y también a mi
Padre. Pero han hecho esto para que se cumpla la palabra que
está escrita en su ley: "ME ODIARON SIN CAUSA."... Yo les he dado
tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo,
como tampoco yo soy del mundo.”

37:9 “el sol, la luna y once estrellas” (LBLA) – El sol hace


referencia a Yaakov, la luna hace referencia a la madre y las once
estrellas se refiere a los hijos de Israel, cf. Génesis 15:5; 22:17;
26:4.

Este sueño no se ha cumplido en Yosef. En primer lugar no vivía su


madre Rajel. Bilháh se había ocupado de él y su hermano
Binyamín desde la muerte de Rajel.

El padre dice que es imposible que él y su madre se inclinen ante


él. Esto tiene dos sentidos. Por un lado Rajel ya estaba muerta y no
podría inclinarse ante Yosef. Por otro lado era absurdo que un
padre se inclinara ante su hijo, lo cual no pasó en Egipto. Así que
este sueño es una muestra de que Yosef es una figura profética del
futuro Mesías.

Este mensaje muestra que todos aquellos hijos de Israel que son
estrellas se inclinarán ante el Mesías, incluso los mismos
patriarcas Avraham, Yitsjak y Yaakov. La Torá muestra aquí que
el Mesías es mayor que los padres.

Este sueño profético es también una evidencia acerca de la


resurrección de los muertos. Si Yaakov y Bilháh y mucho menos
Rajel no se inclinaron ante Yosef en Egipto, tiene que haber una
resurrección de entre los muertos para que esta profecía tenga su
cumplimiento. Entonces Rajel, la madre de Yosef, se inclinará ante
Mashíaj ben Yosef, que es Yeshúa hijo de Yosef.

La resurrección está relacionada con el sol, la luna y las estrellas,


según 1 Corintios 15:41-42a, donde está escrito:
“Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las
estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria.
Así es también la resurrección de los muertos.” (LBLA)

En Revelación 12:1-2, 5-6 está escrito:

“Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol,
con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas
sobre su cabeza. estaba encinta, y grita, estando de parto y con
dolores de alumbramiento... Y ella dio a luz un hijo varón, que ha
de regir a todas las naciones con vara de hierro; y su hijo fue
arrebatado hasta Dios y hasta su trono. Y la mujer huyó al
desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios, para ser
sustentada allí, por mil doscientos sesenta días.” (LBLA)

La mujer simboliza el pueblo de Israel que dio a luz a Yeshúa que


fue arrebatado hasta el trono de Dios poco antes de la dispersión
del pueblo judío por las devastaciones hechas por los romanos en
los años 70 y 135.

37:11a “Y sus hermanos le tenían envidia” – Mateo 27:18 dice:

“Porque él (Pilato) sabía que le habían entregado por envidia.”


(LBLA)

Segunda aliyá, 37:12-22

37:13b “Te enviaré a ellos. Y él les dijo. Iré” (LBLA) – Yosef fue
enviado por su padre a los hijos de Israel. El estaba dispuesto a
obedecer a su padre aunque implicara el rechazo y el sufrimiento
causado por ellos. Lo mismo pasó con Yeshúa, como está escrito
en Lucas 20:13-15a:

“Entonces el dueño de la viña dijo: "¿Qué haré? Enviaré a mi hijo


amado; quizá a él lo respetarán." Pero cuando los labradores lo
vieron, razonaron entre sí, diciendo: "Este es el heredero;
matémoslo para que la heredad sea nuestra." Y arrojándolo fuera
de la viña, lo mataron.” (LBLA)
37:14 “Entonces le dijo: Ve ahora y mira cómo están tus hermanos
y cómo está el rebaño; y tráeme noticias de ellos. Lo envió, pues,
desde el valle de Jevrón, y Yosef fue a Shejem.” (LBLA revisada) –
La palabra hebrea que ha sido traducida como “cómo están” es
shalom[5] que significa “paz”, “bienestar”, “prosperidad”, “salud”.
El Mesías busca el shalom de Israel, su paz, su bienestar, su
prosperidad y su salud. El Mesías es el mensajero de shalom para
Israel, los que están cerca, como está escrito en Efesios 2:17:

“Y vino, y anunció paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que
estaban cerca” (LBLA)

“fue a Shejem” (LBLA revisada) – Shejem significa “hombro” y


alude a la viga puesta sobre los hombros de Yeshúa. En la
búsqueda de sus hermanos israelitas en la misión de shalom tuvo
que ir a Shejem, tuvo que morir en el madero.

37:16a “busco a mis hermanos” (LBLA) – Jeshúa vino para buscar


y salvar a lo que se había perdido, las ovejas perdidas de la casa
de Israel. En Mateo 15:24 dice:

“No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de


Israel.” (LBLA revisada)

37:17b “Yosef fue tras sus hermanos y los encontró” (LBLA


revisada) – Después de haber estado en Shejem, que representa la
muerte y resurrección, el Mesías se fue en búsqueda de los hijos
de Israel hasta encontrarlos. Nosotros somos el resultado de esa
búsqueda.

"y los encontró” – Todos los hijos de Israel serán encontrados por
el Mesías en los últimos días.

37:18b “tramaron contra él para matarlo” (LBLA) – Lo mismo


hicieron con Yeshúa.

En Mateo 26:4 está escrito:

“Y tramaron entre ellos prender a Yeshúa con engaño y matarle.”


Tercera aliyá, 37:23-36

37:23b “Despojaron a Yosef de su túnica” (LBLA revisada) – La


túnica representa realeza y autoridad. No le reconocieron como el
jefe que el padre había puesto sobre ellos. Los hermanos de
Yeshúa tampoco reconocieron su autoridad que tenía del Padre,
como está escrito en Mateo 21:23:

“Cuando llegó Yeshúa al templo, los principales sacerdotes y los


ancianos del pueblo se le acercaron mientras enseñaba, diciendo:
¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio esta
autoridad?” (LBLA revisada)

El Salmo 22:18 dice:

“reparten mis vestidos entre sí, y sobre mi ropa echan suertes.”


(LBLA)

En Mateo 27:35 está escrito:

“Y habiéndole crucificado, se repartieron sus vestidos, echando


suertes” (LBLA)

37:24a “lo echaron en el pozo” (LBLA) – El pozo simboliza la


muerte, el abismo, cf. Salmo 30:3 donde aparece la misma palabra
hebrea bor[6]. Según Rashí, era un lugar de escorpiones y
serpientes.

Dos veces aparece la palabra pozo en la historia de Yosef, aquí y


en 41:14 donde se tradujo como “cárcel o “calabozo”. La Torá
muestra dos pozos en el relato de Yosef. El primero fue en la
tierra de Israel y el segundo fue en la tierra de Egipto. Esto nos
enseña que la muerte del Mesías ben Yosef fue para los hijos de
Israel y también para el mundo entero, representado en Egipto.

37:25a “Entonces se sentaron a comer pan” (LBLA) – Justamente


después de haber tirado a Yosef al pozo se sientan a comer pan.
Aquellos judíos que habían entregado a Yeshúa para morir luego
comieron la pascua por la noche como está escrito en Juan 18:28:
“Entonces llevan a Yeshúa de casa de Caifás al Pretorio. Era muy
de mañana. Y ellos no entraron al Pretorio para no contaminarse
y poder comer la Pascua.” (LBLA revisada)

37:26-27 “Y Yehudá dijo a sus hermanos: ¿Qué ganaremos con


matar a nuestro hermano y ocultar su sangre? Venid, vendámoslo
a los ismaelitas y no pongamos las manos sobre él, pues es
nuestro hermano, carne nuestra. Y sus hermanos le hicieron
caso.” (LBLA revisada) – Yehudá fue el protagonista en la venta de
Yosef. Lo mismo pasó con el discípulo de Yeshúa llamado Yehudá,
como está escrito en Mateo 26:14-16:

“Entonces uno de los doce, llamado Yehudá Ishkeriot, fue a los


principales sacerdotes, y dijo: ¿Qué estáis dispuestos a darme
para que yo os lo entregue? Y ellos le pesaron treinta piezas de
plata. Y desde entonces buscaba una oportunidad para
entregarle.” (LBLA revisada)

37:28b “Pasaron entonces unos mercaderes midianitas, y ellos


sacaron a Yosef, subiéndolo del pozo, y vendieron a Yosef a los
ismaelitas por veinte piezas de plata. Y éstos llevaron a Yosef a
Egipto.” (LBLA revisada)

“sacaron a Yosef” – Habla de la resurrección.

“vendieron” – Probablemente Yosef fue vendido por lo menos tres


veces antes de llegar a Egipto. Los midianitas, los yishmaelitas y
luego los medanitas, v. 36, representan los gentiles que entraron
en la escena del programa de salvación del Eterno en relación con
la resurrección de Yeshúa. Y como los gentiles estaban haciendo
comercio con Yosef también hoy en el mundo se están haciendo
muchos comercios con Jesucristo.

Yeshúa fue vendido primero por Yehudá (Judas) y luego por el


sanedrín a los gentiles. Así como los gentiles recibieron a Yosef los
gentiles recibieron el mensaje del Mesías resucitado.

“a Egipto” – el Mesías fue llevado al mundo gentil para llegar a ser


rey sobre muchos de ellos.
37:31 “Entonces tomaron la túnica de Yosef y mataron un macho
cabrío, y empaparon la túnica en la sangre” (LBLA revisada) –
Como Yaakov había engañado a su padre con las pieles de un
macho cabrío ahora él es engañado por sus hijos con lo mismo.

Aquí vemos que hay una muerte sustituta en relación con la


desaparición de Yosef. De la misma manera la muerte del Mesías
es una muerte sustituta.

“macho cabrío” – Es el animal escogido por Dios para todos los


sacrificios por el pecado. La sangre del macho cabrío es la que
más se parece a la sangre humana, según Rashí. También habla
del animal que se usa en Yom Kipur, cf. Levítico 16.

“Empaparon la túnica en sangre” – habla de dos cosas:

- El Mesías tenía que morir por causa del rechazo de sus


hermanos.

- La muerte del Mesías es la condición para su reinado,


representado en la túnica.

Hay una conexión entre la sangre y el manto en Génesis 49:11;


Isaías 63:2-3 y Revelación 19:13. La sangre habla del ministerio
sacerdotal y el manto habla de realeza. El Mesías tiene ambos
ministerios, cf. Salmo 110:4; Hebreos 7:1.

Cuarta aliyá, 38:1-30


38:1-2 “Sucedió por aquel tiempo que Yehudá descendió de sus
hermanos, y visitó a un adulamita llamado Jirá. Y allí vio Yehudá a
la hija de un kenaanita llamado Shuá; la tomó, y se llegó a ella.”
(LBLA revisada) – Yehudá había sido elegido para ser el padre de
los reyes dentro de Israel, incluyendo el rey Mesías. Por lo tanto
era muy importante que tuviera una situación familiar aprobada
por el Eterno. Ahora se aparta y desciende espiritualmente de sus
hermanos y se casa con una mujer de origen dudoso. Rashí cita el
Tárgum que dice que era hija de un comerciante, puesto que la
palabra “comerciante” tiene la misma raíz que “kenaanita”. Sin
embargo el rabino Ibn Ezrá dice que efectivamente se casó con
una mujer kenaanita. El pueblo kenaanita había sido maldecido
por Noaj y por eso no era conveniente casarse con él.

38:7-10 “Pero Er, primogénito de Yehudá, era malvado ante los


ojos del Eterno, y el Eterno le mató. Entonces Yehudá dijo a Onán:
Llégate a la mujer de tu hermano, y cumple con ella tu deber como
cuñado, y levanta descendencia a tu hermano. Y Onán sabía que la
descendencia no sería suya; y acontecía que cuando se llegaba a la
mujer de su hermano, derramaba su semen en tierra para no dar
descendencia a su hermano. Pero lo que hacía era malo ante los
ojos del Eterno; y también a él le mató.” (LBLA revisada) – Según
Rashí, la palabra “también”, en el versículo 10, muestra que
murieron por la misma razón. Los dos desechaba su semen para
que su esposa no se quedara embarazada. Según Rashí Er lo había
hecho para que Tamar no perdiera su belleza. HaShem los mató a
los dos.

Tenemos que entender este hecho en relación con el Mesías. Estos


dos hijos no calificaban para ser ancestros para el Mesías, y por lo
tanto tenían que ser eliminados del programa de salvación para el
mundo.

Como Yehudá había hecho sufrir a su padre por la pérdida de su


hijo, al proponer su venta, ahora tenía que sufrir las
consecuencias de la pérdida de sus dos hijos para sentir el dolor
que había causado a su padre.

Es interesante ver que la ley de levirato[7] fue practicada antes de


la entrega de la Torá en Sinai. En Deuteronomio 25:5-6 está
escrito:

“Cuando dos hermanos habitan juntos y uno de ellos muere y no


tiene hijo, la mujer del fallecido no se casará fuera de la familia
con un extraño. El cuñado se allegará a ella y la tomará para sí
como mujer, y cumplirá con ella su deber de cuñado. Y será que el
primogénito que ella dé a luz llevará el nombre de su hermano
difunto, para que su nombre no sea borrado de Israel.” (LBLA)

Tenemos aquí otro ejemplo de mandamientos practicados antes


de Sinai en el pueblo de Israel.
38:17a “El respondió: Yo te enviaré un cabrito de las cabras del
rebaño.” (LBLA) – Ahora Yehudá es engañado por medio de un
cabrito de la misma manera como él había engañado a su padre
con la sangre de un macho cabrío[8], cf. 37:31.

38:18 “Y él respondió: ¿Qué prenda tengo que darte? Y ella dijo:


Tu sello, tu cordón y el báculo que tienes en la mano. Y él se los
dio y se llegó a ella, y ella concibió de él.” (LBLA) – Rashí cita el
Tárgum que enseña que las tres cosas fueron: su sello, su
vestimenta y su bastón. El sello habla de la personalidad, la
vestimenta habla de la distinción y el bastón habla de la posición.
La entrega de estas cosas es parecida a una boda y por eso un
Midrash[9] dice que se casaron en ese momento ante testigos.
Otro Midrash[10] dice que el anillo de sello profetiza acerca de los
reyes que descenderían de esta unión, la capa alude al sanedrín
quienes usaban Talít y Tefilín todo el tiempo, el bastón de pastor
se refiere al Mesías que nacerá de la tribu de Yehudá. Más
adelante hay una profecía que habla del cetro de gobernante en
relación con Yehudá, cf. 49:10.

Tamar actuó con el fin de levantar una descendencia para que el


Mesías pudiera nacer. Sus motivos eran puros pero su forma de
actuar no era correcta. Sin embargo HaShem utilizó la situación
para llevar a cabo sus planes, como siempre.

38:24 “Y sucedió que como a los tres meses, informaron a Yehudá,


diciendo: Tu nuera Tamar ha fornicado, y he aquí, ha quedado
encinta a causa de las fornicaciones. Entonces Yehudá dijo:
Sacadla y que sea quemada.” (LBLA revisada) – Según el libro de
Yashar, Tamar era hija de Elam, hijo de Shem, hijo de Noaj. Como
Shem era sacerdote con el título Malki-Tsedek, la sentencia de la
fornicación cometida por Tamar era según la ley de Israel, como
está escrito en Levítico 21:9:

“Y la hija de un sacerdote, si se profana como ramera, a su padre


profana; en el fuego será quemada.” (LBLA)

Lo que dijo Yehudá no fue por una decisión caprichosa sino según
las normas que el Eterno entregó a sus hijos. Él dictó sentencia
como un juez en Israel. Aquí hay otro ejemplo de un mandamiento
que se practicaba antes de la entrega de la Torá.

Hay diferentes opiniones entre los rabinos en cuanto a si el hecho


de Tamar tiene que ser considerado como adulterio o no, porque
estaba comprometida con Shelá, el hijo menor de Yehudá, o como
un acto de fornicación como hija de sacerdote. La pena por
adulterio es por lapidación y si es una hija de un sacerdote comete
fornicación la pena es ser quemada por fuego.

Ahora, hay una interpretación[11] que dice que no se trataba aquí


de quemar a Tamar por medio del fuego, sino de imprimir una
marca vergonzosa en su cuerpo mediante un hierro candente.
Aquí cabe destacar que en este texto no aparece la palabra baesh,
“en el fuego”, que es usada en todas las demás referencias cuando
habla de la pena capital por medio de fuego, cf. Levítico 20:14;
21:9. Esta interpretación es semejante a la ley de Hamurabi[12]
que dice en su apartado 126:[13]

“ordena marcar a las esposas infieles en la frente con hierro


candente”.

38:25 “Y aconteció que cuando la sacaban, ella envió a decir a su


suegro: Del hombre a quien pertenecen estas cosas estoy encinta.
Y añadió: Te ruego que examines y veas de quién es este sello,
este cordón y este báculo.” (LBLA) – Ella no anunció el nombre de
su suegro. No le acusó directamente para no avergonzarle. El
Talmud[14] dice:

“Dijo el Rabí Yojanán en nombre de Rabi Shimón bar Yojai: es


mejor que la persona se arroje a un horno encendido antes de
avergonzar al prójimo públicamente, y ello lo aprendemos de
Tamar”.

38:26 “Yehudá los reconoció, y dijo: Ella es más justa que yo, por
cuanto yo no la di por mujer a mi hijo Shelá. Y no volvió a tener
más relaciones con ella.” (LBLA revisada) – Según Rashí, hay que
entender el texto hebreo como: “Razón tiene, de mí es”. La última
frase significa: “de mí está embarazada”.
38:29 “Pero he aquí, sucedió que cuando él retiró su mano, su
hermano salió. Entonces ella dijo: ¡Qué brecha te has abierto! Por
eso le pusieron por nombre Pérets.[15]” (LBLA revisada) –
Perets[16] significa “brecha”.

Un Midrash[17] dice:

“El es el salvador, el Rey Mashíaj... así que Yehudá salió ganando


porque de él vino Pérets y Jetsrón, de quienes saldría luego David
y el Rey Mesías quien salvará a Israel.”

En Rut 4:18-22 está escrito:

“Estas son las generaciones de Pérets: Pérets engendró a Jetsrón,


Jetsrón engendró a Ram, Ram engendró a Aminadav, Aminadav
engendró a Najshón, Najshón engendró a Salmá, Salmón engendró
a Boaz, Boaz engendró a Oved, Oved engendró a Yishai y Yishai
engendró a David.” (LBLA revisada)

Otro Midrash[18] dice:

“Ella quiso decir: Este es más grande que todos los que hacen
roturas para quien tú te levantarás y de quien está escrito: ‘subirá
el rompedor de los caminos delante de ellos’”[19]

En Miqueas 2:13 está escrito:

“El que abre brecha subirá delante de ellos; abrirán brecha,


pasarán la puerta y saldrán por ella; su rey pasará delante de
ellos, y el Eterno a su cabeza.” (LBLA)

El nacimiento de Pérets habla del Mesías que iba a nacer para


abrir una brecha. En primer lugar vendría para hacer una brecha
y destruir la muerte y el pecado.

En el midrash Shemot Rabbá 30 se puede leer:

“Esta es la historia de Perets y su profundo significado... Cuando el


Bendito creó su mundo, no había aun el Ángel de la Muerte... pero
cuando Adam y Eva cayeron en pecado, todas las generaciones
fueron corruptas. Pero cuando PERETZ nació, la historia comenzó
a ser cumplida por medio de él, pues a través de él, el Mesías será
levantado y en sus días, el Bendito causaría que la muerte fuese
sorbida, como está escrito: “El destruirá la muerte para siempre”
(Isaías 25:8). Esto concuerda con Romanos 5:12 que dice:

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por medio de un


hombre y por medio del pecado la muerte, así también la muerte
pasó a todos los hombres”. (LBLA)

Y con 1 Corintios 15:21, 22, 26, 54 donde está escrito:

“Porque por cuanto la muerte vino por medio de un hombre,


también por medio de un hombre la resurrección de los muertos.
Porque así como en Adán todos mueren, así también en el Mesías
todos serán vivificados... y el postrer enemigo que será destruido
es la muerte... Y cuando esto corruptible se haya vestido de
incorrupción y esto mortal de inmortalidad, entonces se cumplirá
la palabra que está escrita: La muerte fue sorbida para victoria”.
(LBLA revisada)

En segundo lugar el Mesías vendría para abrir una brecha en el


vallado que impedía a otros pueblos entrar en el Israel celestial,
como está escrito en Efesios 2:14:

“Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo


uno, derribando la pared intermedia de separación” (LBLA)

El Mesías vino para abrir brecha en el muro de separación entre


el judío y el gentil para que la salvación pudiera llegar hasta los
últimos rincones del mundo y para que se cumpliera la palabra
profética de bendecir a todas las naciones de la tierra por medio
de la simiente de Avraham, Yitsjak y Yaakov, cf. Génesis 22:18;
16:4; 28:14.

El Mesías es también capaz de romper aquellas murallas que


impiden que la vida emocional de una persona sea tocada por el
amor de Dios.
Quinta aliyá, 39:1-6
39:2a “HaShem estaba con Yosef” (LBLA revisada) – De la misma
manera se dice de Yeshúa en Hechos 10:38 donde está escrito:

“Vosotros sabéis cómo Dios ungió a Yeshúa de Natseret con el


Espíritu de Santidad y con poder, el cual anduvo haciendo bien y
sanando a todos los oprimidos por el adversario; porque Dios
estaba con El.” (LBLA revisada)

En Juan 3:2 está escrito:

“Este vino a Yeshúa de noche y le dijo: Rabí, sabemos que has


venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las
señales que tú haces si Dios no está con él.” (LBLA revisada)

39:4 “Así encontró Yosef gracia ante sus ojos y llegó a ser su siervo
personal, y lo hizo mayordomo sobre su casa y entregó en su
mano todo lo que poseía.” (LBLA revisada) – De la misma manera
toda la casa del Eterno fue entregada al cuidado del Mesías, como
está escrito en Hebreos 3:5-6:

“Y Moshé fue fiel en toda la casa de Dios como siervo, para


testimonio de lo que se iba a decir más tarde; pero el Mesías fue
fiel como Hijo sobre la casa de Dios, cuya casa somos nosotros, si
retenemos firme hasta el fin nuestra confianza y la gloria de
nuestra esperanza.” (LBLA revisada)

39:5 “Y sucedió que desde el tiempo que lo hizo mayordomo sobre


su casa y sobre todo lo que poseía, el Eterno bendijo la casa del
egipcio por causa de Yosef; y la bendición del Eterno estaba sobre
todo lo que poseía en la casa y en el campo.” – Como el gentil
Potifar fue bendecido por causa de Yosef, así los gentiles son
bendecidos por causa de Yeshúa el Mesías a pesar de que no
siempre le identifiquen como el Mesías de Israel, llamándole
“Jesucristo”.

39:6 “Así que todo lo que poseía lo dejó en mano de Yosef, y con él
allí no se preocupaba de nada, excepto del pan que comía. Y era
Yosef de gallarda figura y de hermoso parecer.” (LBLA revisada) –
Esto concuerda con Mateo 28:18-20 donde está escrito:

“Y acercándose Yeshúa, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha


sido dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de
todas las naciones en mi nombre[20], enseñándoles a guardar
todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos
los días, hasta el fin del mundo.” (LBLA revisada)

Rashí dice que la palabra “pan” es una expresión que en este caso
se refiere a su esposa, cf. 39:9.

Sexta aliyá, 39:7-23


39:9 “No hay nadie más grande que yo en esta casa, y nada me ha
rehusado excepto a ti, pues tú eres su mujer. ¿Cómo entonces iba
yo a hacer esta gran maldad y pecar contra Dios?” (LBLA) – Yosef
resistió las tentaciones porque vivía delante de HaShem. Yosef
constituye un contraste contra Yehudá, según el capítulo 38, que
no podía resistir las tentaciones. De la misma manera el Mesías
fue tentado en todo pero sin pecado, como está escrito en
Hebreos 4:15:

“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda


compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido
tentado en todo como nosotros, pero sin pecado.” (LBLA)

En Hechos 2:25 está escrito:

“Porque David dice de El: VEIA SIEMPRE AL SEÑOR EN MI


PRESENCIA; PUES ESTA A MI DIESTRA PARA QUE YO NO SEA
CONMOVIDO.” (LBLA)

En el Salmo 16:8 dice:

“Al Eterno he puesto continuamente delante de mí; porque está a


mi diestra, permaneceré firme.” (LBLA)

39:17 “Entonces ella le habló con estas palabras, diciendo: Vino a


mí el esclavo hebreo que nos trajiste, para burlarse de mí” – Yosef
fue llamado “esclavo hebreo”. Yeshúa también era un esclavo
hebreo, como está escrito en Filipenses 2:7:

“sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo,


haciéndose semejante a los hombres.” (LBLA)

En Marcos 10:42-45 está escrito:

“Y llamándolos junto a sí, Yeshúa les dice: Sabéis que los que son
reconocidos como gobernantes de los gentiles se enseñorean de
ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos. Pero entre
vosotros no es así, sino que cualquiera de vosotros que desee
llegar a ser grande será vuestro servidor, y cualquiera de vosotros
que desee ser el primero será esclavo de todos. Porque ni aun el
Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar
su vida en rescate por muchos.” (LBLA revisada)

39:20b “lo echó en la cárcel” (LBLA) – Como Yosef fue acusado


falsamente y echado en la cárcel, Yeshúa fue condenado a muerte
injustamente.

39:23b “todo lo que él emprendía, el Eterno lo hacía prosperar.”


(LBLA revisada) – De la misma manera la voluntad del Eterno
prosperó por medio de la muerte del Justo Mashíaj, como está
escrito en Isaías 53:10:

“Pero quiso el Eterno quebrantarle, sometiéndole a padecimiento.


Cuando El se entregue a sí mismo como ofrenda de expiación, verá
a su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del Eterno
en su mano prosperará.” (LBLA revisada)

Séptima aliyá, 40:1-19


40:6-7 “Y Yosef vino a ellos por la mañana y los observó, y he aquí,
estaban decaídos. Y preguntó a los oficiales de Faraón que
estaban con él bajo custodia en casa de su señor: ¿Por qué están
vuestros rostros tan tristes hoy?” (LBLA revisada) – Como Yosef se
preocupó por el bienestar de los egipcios, así el Mesías se
preocupa por el bienestar de los gentiles. Primero busca el
bienestar de sus hermanos israelitas, en 37:14, y aquí también el
bien de los gentiles, como está escrito en Romanos 1:16:

“Porque no me avergüenzo de buen mensaje, pues es el poder de


Dios para la salvación de todo el que cree; del judío primeramente
y también del griego.” (LBLA)

40:8 “Y ellos le respondieron: Hemos tenido un sueño y no hay


nadie que lo interprete. Entonces Yosef les dijo: ¿No pertenecen a
Dios las interpretaciones? Os ruego que me lo contéis.” (LBLA
revisada) – No dicen que han tenido dos sueños sino un sueño.
Esto nos indica que los dos sueños nos llevan al mismo mensaje
profético, acerca de la muerte y resurrección del Mesías.

40:9 “Contó, pues, el jefe de los coperos su sueño a Yosef, y le dijo:


En mi sueño, he aquí, había una vid delante de mí” (LBLA
revisada) – Yeshúa dice que él es la vid verdadera en Juan 15:1.

40:10a, 12 “y en la vid había tres sarmientos... Entonces Yosef le


dijo: Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días.”
(LBLA revisada) – Los tres días hablan de la resurrección del
Mesías después de tres días.

40:11 “Y la copa de Faraón estaba en mi mano; así que tomé las


uvas y las exprimí en la copa de Faraón, y puse la copa en la mano
de Faraón.” (LBLA) – Tres veces es mencionada la copa en este
versículo y en el versículo 13 la cuarta copa. Estas cuatro copas
aluden a las cuatro copas de la celebración de Pesaj que recuerda
la liberación de la muerte por medio de la sangre del Cordero. Los
nombres de las cuatro copas son: kidush (santificación), juicio,
redención y alabanza. La sangre de uvas representa la muerte del
Mesías, cf. Génesis 49:11. Yeshúa tenía que beber la segunda copa
de juicio, según Mateo 26:39; 20:22; Juan 18:11. La tercera copa
que, en la mesa de Pesaj, se toma después de la cena del cordero
asado – que se comía cuanto había templo – es la que fue puesta
en memoria de Yeshúa, como está escrito en Lucas 22:20:

“De la misma manera tomó la copa después de haber cenado,


diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es
derramada por vosotros.” (LBLA)
40:13 “Dentro de tres días Faraón levantará tu cabeza, te
restaurará a tu puesto y tú pondrás la copa de Faraón en su mano
como acostumbrabas antes cuando eras su copero.” (LBLA) –
Yeshúa fue levantado de entre los muertos después de tres días y
puesto en el lugar que tenía antes de la fundación del mundo,
como está escrito en Juan 17:5:

“Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía
contigo antes que el mundo existiera.” (LBLA)

Este texto también nos enseña que el Mesías Yeshúa es el siervo


del Rey Altísimo en los cielos en estos momentos. El está
exprimiendo la sangre como sumo sacerdote delante del Padre,
como está escrito en Hebreos 9:23-26:

“Por tanto, fue necesario que las representaciones de las cosas en


los cielos fueran purificadas de esta manera, pero las cosas
celestiales mismas, con mejores sacrificios que éstos. Porque el
Mesías no entró en un lugar santo hecho por manos, una
representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para
presentarse ahora en la presencia de Dios por nosotros, y no para
ofrecerse a sí mismo muchas veces, como el sumo sacerdote entra
al Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le
hubiera sido necesario sufrir muchas veces desde la fundación del
mundo; pero ahora, una sola vez en la consumación de los siglos,
se ha manifestado para destruir el pecado por el sacrificio de sí
mismo.” (LBLA revisada)

40:14 “Sólo te pido que te acuerdes de mí cuando te vaya bien, y te


ruego que me hagas el favor de hacer mención de mí a Faraón, y
me saques de esta casa.” (LBLA) – Por haber confiado en un
hombre, tuvo que pasar dos años más en la cárcel. Esa corrupción
no se permite a los líderes del Reino. Dos años de cárcel merece
esa actitud de manipulación, intentando usar un “enchufe, rosca,
palanca, cuello”. Si no vas por la vía legal mereces dos años de
cárcel según la justicia celestial.
Por otro lado podemos encontrar aquí una similitud con las
palabras que aparecen en relación con la muerte del Mesías en
Lucas 23:42-43, donde está escrito:

“Y decía: Yeshúa, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.


Entonces El le dijo: En verdad hoy te digo: estarás conmigo en el
paraíso.” (LBLA revisada)

40:16 “Cuando el jefe de los panaderos vio que había interpretado


favorablemente, dijo a Yosef: Yo también vi en mi sueño, y he
aquí, había tres cestas de pan blanco sobre mi cabeza” (LBLA
revisada) – El pan simboliza al Mesías que nació en Bet-Lejem,
“Casa del Pan”.

En Juan 6:35, 51, 58 dice:

“Yo soy el pan de vida.” (LBLA)

40:18 “Entonces Yosef respondió, y dijo: Esta es su interpretación:


las tres cestas son tres días” (LBLA revisada) – Los tres días
hablan de la resurrección del Mesías.

40:19 “Dentro de tres días Faraón te quitará la cabeza de sobre ti,


te colgará en un árbol y las aves comerán tu carne.” (LBLA) – Aquí
vemos el anuncio de cómo el Mesías tenía que morir, colgado en
un árbol.

40:20-22 “Y sucedió que al tercer día, que era el día del


cumpleaños de Faraón, éste hizo un banquete para todos sus
siervos, y levantó la cabeza del jefe de los coperos y la cabeza del
jefe de los panaderos en medio de sus siervos. Y restauró al jefe
de los coperos a su cargo de copero y éste puso la copa en manos
de Faraón; pero ahorcó al jefe de los panaderos, tal como les había
interpretado Yosef.” (LBLA revisada) – Se cumplió la profecía que
Yosef había dicho. De la misma manera se cumplió la profecía que
Yeshúa dijo en Marcos 9:31, donde está escrito:

“Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre


será entregado en manos de los hombres y le matarán; y después
de muerto, a los tres días resucitará.” (LBLA)
El panadero murió, lo cual habla de la muerte del Mesías y el
copero revivió, lo cual habla de la resurrección del Mesías. Estos
dos sueños, que son contados como uno solo, fueron
interpretados por Yosef que constituye una figura profética de
Mashíaj ben Yosef, el Mesías sufriente.

El que no ve que Moshé habla de Yeshúa como el Mesías está


ciego, como está escrito en Juan 5:46:

“Porque si creyerais a Moshé, me creeríais a mí, porque de mí


escribió él.” (LBLA revisada)

Y en 2 Corintios 3:14-16 está escrito:

“Pero el entendimiento de ellos se endureció; porque hasta el día


de hoy, en la lectura del antiguo pacto el mismo velo permanece
sin alzarse, pues sólo en el Mesías es quitado. Y hasta el día de
hoy, cada vez que se lee a Moshé, un velo está puesto sobre sus
corazones; pero cuando alguno se vuelve al Señor, el velo es
quitado.” (LBLA revisada)

En Lucas 24:44-47 está escrito:

“Y les dijo: Esto es lo que yo os decía cuando todavía estaba con


vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre mí
está escrito en la ley de Moshé, en los profetas y en los salmos.
Entonces les abrió la mente para que comprendieran las
Escrituras, y les dijo: Así está escrito, que el Mesías padeciera y
resucitara de entre los muertos al tercer día; y que en su nombre
se predicara el arrepentimiento para el perdón de los pecados a
todas las naciones, comenzando desde Yerushalayim.” (LBLA
revisada)

En Juan 1:45 está escrito:

“Hemos hallado a aquel de quien escribió Moshé en la ley, y


también los profetas, a Yeshúa de Natseret, el Hijo de Yosef.”
(LBLA revisada)

Querido lector: ¿Usted también lo ha hallado?

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