Peña Gómez. La Innovación. Conceptualización Básica

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¿QUÉ ES INNOVAR? ¿POR QUÉ HAY TANTAS DEFINICIONES?

¿CUÁL ES LA RELEVANCIA DE ESTE PROCESO EN EL CAMPO


EDUCATIVO? ¿QUÉ PUEDE INNOVARSE EN LA EDUCACIÓN? ¿CÓMO PODEMOS DEFINIR LA INNOVACIÓN EDUCATIVA? ¿QUÉ RETOS
AFRONTA TODA INNOVACIÓN EDUCATIVA?

Innovar es motivación para el desarrollo (personal y público), dicen Mykhailyshyn, Kondur y


Serman (2018, p.11). Sin embargo, esta concepción no nos habla acerca de qué es la innovación
antes de sus consecuencias, que en este caso sería el desarrollo. Así que podemos desandar el
camino de esta acepción para pensar en torno a la innovación. Partiendo de entender que esta
acarrea desarrollo, se puede deducir que el concepto aquí discutido guarda estrecha relación con
el cambio; ya que para poder apreciar o generar un desarrollo, se requiere de un cambio.

Este desandar el camino no vuelve la tarea más sencilla, sino que nos termina enfrentando con la
pregunta del cambio; una de las únicas constantes en el mundo, pero también una de las mayores
búsquedas de la humanidad. Esta paradoja da mucho que pensar. Si el cambio siempre ocurre,
¿Qué es eso que buscamos o por lo que luchamos? Eso es la innovación dejando relucir una de
sus características: es voluntario (Barraza Macías, s. f., p. 10).

Innovar es la creación deliberada (irreversible) de oportunidades de un nuevo panorama cuya


consecuencia se busca que sea la mejora o el desarrollo. Esta es una definición que he
comenzado a construir, sin embargo, por su amplitud conviene hacer varias aclaraciones. Por
ejemplo, ya hemos distinguido cambio de innovación por medio del factor de la voluntariedad,
pero el cambio si es una parte importante del amplio concepto de la innovación, lo constituye.
Entonces, tenemos que volver a pensar en la cuestión del cambio, concretamente en el terreno
educativo debemos pensar que este puede ocurrir en varios niveles y esto afecta a la innovación.
Por un lado, la innovación en la educación puede incluir una transformación en todas las esferas
humanas que se relacionan con esta (por ejemplo, la tecnología, ciencia, economía, cultura,
administración, etc), pero también hay un nivel más específico que son las innovaciones
educativas, que poseen aún (o incluso con mayor fuerza) el carácter de voluntariedad pero se
orientan a las instituciones de educación formal o no formal e incluyen la innovación pedagógica
(e incluso tecnológica, sin olvidar que lo pedagógico toma carácter central en este tipo de
innovación) (Mykhailyshyn et al., 2018, pp. 12-13). Hay mucho terreno para crear una
innovación en el campo de la educación, pero particularmente a los pedagogos nos concierne
como a nadie pensar en cuestiones del segundo orden (innovación educativa) ya que aquí se
encuentra nuestro terreno de trabajo, el cual es fértil.
Hay un sinfín de cosas por innovar, pero uno podría ser el curriculum y sus diversas facetas que
conforman cierta cultura o ambiente escolar, además de que se encuentra permeado por cierto
ideal de sujeto a formar y constituye un pilar lo que llamamos escuela. También esta la cuestión
de la tecnología (sobre todo en el contexto actual) y pensar la importancia que encierra la
diferencia de trabajar con las TIC o en las TIC, siendo que la primera acepta la tecnología como
mera herramienta y la segunda involucra un proceso de cambio y aceptación de una cultura
cibernética más amplio. La cuestión administrativa, y las nuevas modalidades de enseñanza y
aprendizaje son otro factor que debemos considerar siempre ante el reto de la innovación.

Ahora, penando en el objetivo que se plantea para este concepto, hay una discusión interesante
qué abordar: la competitividad. La búsqueda de desarrollo tiene origen en la constante ansiedad
humana de mirar al futuro, de prever una forma de construir uno que vaya a acorde a sus valores
y deseos. Mirando al presente, se planea al futuro. Y, por ello, es que la innovación debe
ocuparse de dar respuesta a las necesidades de la sociedad actual (Findikoglu & Ilhan, 2016, p.
2574), lo que devela una pregunta oscurecida, ¿Qué clase de sociedad queremos? Aterrizándolo
un poco más a lo educativo, ¿Qué clase de sociedad queremos formar? ¿Por qué introducimos
cambios o buscamos innovaciones en la educación?

Sin duda son diferentes las tensiones que convergen en este campo de lo educativo, todas ellas
pensando la innovación en términos positivos porque siempre buscamos que esta sea acorde a
nuestros valores (como ya mencioné). Los académicos, el Estado, los docentes que se enfrentan a
la cotidianeidad, la sociedad que espera algo de dicha educación y los propios alumnos que
tienen expectativas basadas en su experiencia… todos ellos tienen una idea sobre educación que
quieren defender y buscan perpetuar para el futuro Y todos estos actores, todas estas fuerzas,
están diario operando, y a veces buscan una innovación. Varios proyectos de educación no
formal han demostrado no necesitar de la opinión del Estado para comenzar a hacer esfuerzos
por formar una clase de individuos diferente a la que impera como ideal de sujeto en la sociedad
contemporánea; pero, por el estilo de vida hegemónico, sigue siendo el Estado el que mayo
injerencia tiene en la innovación educativa. Esto, en un ideal de democracia puro, sería una gran
opción; pero, dado que la realidad es otra, hay muchas implicaciones a considerar.

Una de ellas es la economía. La economía parece ser el eje rector de todas las decisiones de un
país, y esto ha provocado que ámbitos como la educación se llenen de conceptos mercantiles
como “calidad”, “eficiencia”, “competitividad” y “rentabilidad”. Como consecuencia de la
globalización, estos conceptos representan retos para la innovación educativa desde el momento
en que son expectativas que el Estado hace de la educación, por lo que cualquier proyecto debe ir
en torno a esos ideales.

Ya se ve, pues, que aún hay muchos retos que trabajar, pero también que la innovación sucede en
varios nivele y modalidades, y no se queda en el mero plano de la adición que la define como un
mero ajuste de lo que ya existe, también puede implicar revolución. El hecho de que la
innovación sea un término polisémico y la innovación educativa un término polifacético puede
encontrar su origen en que, dependiendo de nuestra visión, le conferimos a la innovación
diferentes alcances.

REFERENCIAS:

Barraza Macías, A. (s. f.). ¿Qué es una innovación educativa? En Desarrollo de innovacciones

en la educación de niños y niñas de a años. IDIE-OEI.

Findikoglu, F., & Ilhan, D. (2016). Realization of a Desired Future: Innovation un Education.

Universal Journal of Educational Research, 4(11), 2574-2580.

Mykhailyshyn, H., Kondur, O., & Serman, L. (2018). Innovations of education and educational

innovations in conditions of modern higher education institutio. Journal of Vasyl

Stefanyk Precarpathian National University, 5(1), 9-16.

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