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FEMINISMO

El documento proporciona una introducción al feminismo. Resume que el feminismo es un movimiento político y social que busca la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, eliminando la dominación y violencia contra las mujeres. El feminismo aspira a comprender cómo las sociedades ven a las mujeres y luchar por la igualdad entre los géneros. Tiene diversas ramas que defienden diferentes enfoques.

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FEMINISMO

El documento proporciona una introducción al feminismo. Resume que el feminismo es un movimiento político y social que busca la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, eliminando la dominación y violencia contra las mujeres. El feminismo aspira a comprender cómo las sociedades ven a las mujeres y luchar por la igualdad entre los géneros. Tiene diversas ramas que defienden diferentes enfoques.

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El feminismo es un movimiento político y social, una teoría política y una perspectiva

filosófica que postula el «principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre». ...


Busca conseguir que las mujeres tengan iguales libertades que los hombres y eliminar la
dominación y violencia de los varones sobre las mujeres.

El feminismo es una teoría social y política que aspira a comprender el modo en que las
sociedades piensan a la mujer, en tanto conjunto de individuos. ... Su objetivo común y
fundamental es la lucha por alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres, es decir, la
eliminación de las diversas formas existentes del sexismo.

https://es.wikipedia.org/wiki/Feminismo

Feminismo
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Uno de los símbolos del movimiento feminista alemán, a partir de la década de 1970.

El feminismo es un movimiento político y social, una teoría política y una perspectiva


filosófica que postula el «principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre». 1 El
feminismo lucha por el reconocimiento de las mujeres como sujetos humanos y de derecho
y sostiene que ningún ser humano debe ser privado de ningún bien o derecho a causa de
su sexo. Busca conseguir que las mujeres tengan iguales libertades que los hombres y
eliminar la dominación y violencia de los varones sobre las mujeres. Surgió alrededor
del siglo XVIII con la publicación de la obra Vindicación de los derechos de la mujer,
de Mary Wollstonecraft en 1792, y ha tenido un importante desarrollo teórico, político y
filosófico desde entonces. El feminismo centra su análisis en el rol del patriarcado en
estructurar las relaciones desiguales de poder entre varones y mujeres. El feminismo realiza
una crítica de la visión androcéntrica de la sociedad, a la que busca transformar para
conseguir sus objetivos de una sociedad más justa e igualitaria.
Como movimiento social ha buscado promover los derechos de las mujeres, incluyendo
derechos civiles y políticos como votar y ocupar cargos públicos; derechos económicos como
recibir igual remuneración por igual tarea, ejercer las potestades propias del derecho
privado, tales como suscribir contratos, derechos sociales como recibir una educación,
ejercer sus derechos reproductivos y proteger a otras mujeres de diferentes formas de
violencia como el abuso, el acoso sexual y la violencia doméstica. El feminismo además ha
jugado un rol importante en denunciar y cambiar los estereotipos de género. A medida que
el movimiento feminista adquirió relevancia en el mundo académico, fue generando un
cuerpo teórico que ha dado lugar a la aparición de disciplinas como, por ejemplo,
la geografía feminista, la historia del feminismo o los estudios de género. La filosofía política
feminista sirve como campo para desarrollar nuevos ideales, prácticas y justificaciones
sobre cómo deberían organizarse y reconstruirse las instituciones.
Como movimiento social formado por grupos organizados, el feminismo se ha
desarrollado históricamente en una sucesión de etapas o fases, a las se ha denominado
«olas». En cada fase u «ola» se han desarrollado ideas y conceptos, teorías, estrategias,
acciones y corrientes muy diversas, por lo que se utiliza, en algunos casos la noción de
«feminismos» para denotar esa diversidad. Como movimiento de transformación de la
sociedad, tiene una vocación de influencia sobre la forma en la que se conceptualiza la
realidad y en el discurso científico.

Etimología

Acto por el Día Internacional de la Mujer en Daca, Bangladés, el 8 de marzo de 2005,


organizado por el Centro Nacional de Trabajadoras.

Aunque el tema de la igualdad se trataba en publicaciones del siglo XVII, como De l'Égalité
des hommes et des femmes (1622), de Marie Le Jars de Gournay o De l'Egalité des deux
sexes (1673), de François Poullain de la Barre, el neologismo francés féminisme se formó a
finales del siglo XIX, a partir de la palabra latina «femina» y el sufijo «isme». El primer uso
del término, aunque con un significado distinto, se produce en 1871, cuando un estudiante
de medicina, Ferdinand-Valérie Fanneau de la Cour, lo utilizó en su tesis, Du fèminisme et
de l'infantilisme chez les tuberculeux (Del feminismo y el infantilismo en los tuberculosos),
para referirse a la patología que aquejaba a los varones que sufrían de este mal. Según su
tesis, se producía una detención del desarrollo del cuerpo, lo que derivaba en el
debilitamiento del individuo enfermo, y, finalmente, se presentaba una feminización del
cuerpo masculino. Es poco probable, sin embargo, que se diseminara este término, tanto
por su contexto como por la coyuntura en el que se produce. 2
Meses después, en 1872, Alexandre Dumas hijo, escritor y dramaturgo, retomó el término,
ahora con un sentido político, en sus panfletos «Feminismo» y «El hombre-mujer» para
desprestigiar a los varones que apoyaban decididamente el movimiento de mujeres que
demandaban el acceso a sus derechos ciudadanos. Según la historiadora y filósofa francesa
Geneviéve Fraisse, Dumas utilizó el término feminismo en el marco de un debate sobre
temas como el adulterio y el divorcio.3 No fue hasta la década de 1880, cuando Hubertine
Auclert, sufragista francesa, retomó el término, ahora con una connotación dirigida a los
movimientos que buscaban la justicia social y política para las mujeres. 4
Por su parte, el Diccionario de la lengua española recoge por primera vez el neologismo en
1914 y no modifica la definición hasta 1992 (del latín femĭna, mujer, hembra, e -ismo).1
[cita requerida]
Hasta la 22ª edición publicada en 2001 5 ha definido feminismo como «doctrina
social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los
hombres». En su segunda acepción, movimiento que exige para las mujeres iguales
derechos que para los varones. Esta segunda acepción la incorpora la edición de 1992. 1 La
edición actualizada, define feminismo 6 (l fr. féminisme, y este del lat. femĭna 'mujer' y
el fr. -isme '-ismo') como principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.Y como
movimiento que lucha por la realización efectiva en todos los órdenes del feminismo.

Maryana Marrash (1848-1919) fue una de las primeras feministas de Cercano Oriente.

Se reconocen varias modalidades de feminismo, entre otras: el feminismo cultural,


el feminismo liberal, el feminismo radical, el ecofeminismo, el anarcofeminismo,
el feminismo de la diferencia, el feminismo de género, el feminismo de la igualdad,
el feminismo marxista, el feminismo socialista, el feminismo separatista, el feminismo
filosófico, el feminismo islámico, y el feminismo lésbico. Todo ello hace que se hable de
«feminismos» (en plural) y no de un solo «feminismo». En esta línea, se define feminismo
como el conjunto heterogéneo7 de ideologías y de movimientos políticos, culturales y
económicos que tienen como objetivo la igualdad de derechos entre varones y mujeres.

Cronología

Después de vender su casa, Emmeline Pankhurst, en la foto en la ciudad de Nueva


York en 1913, viajó constantemente, dando discursos en toda Gran Bretaña y Estados
Unidos.

Los estudios feministas europeos, entre los que destacan los que se realizan en idioma
español, distinguen como primera fase la del feminismo e Ilustración, también llamada
la polémica feminista.
Una de las primeras mujeres filósofas con principios feministas fue Hiparquía, esposa
de Crates de Tebas. Era miembro de la escuela cínica, por lo que se despojó de sus
posesiones, familia y comportamiento acuerdo a la sociedad, dejó el rol tradicional dado a la
mujer y comenzó a vestir ropa de hombre a modo de no seguir las tradiciones de la
sociedad griega. Teodoro el Ateo, que se reía de ella, le preguntó por qué no se dedicaba a
las tareas propias de su sexo. Hiparquía, consciente de lo que podía haber de revolucionario
en su actitud, le respondió: «¿Crees que he hecho mal en consagrar al estudio el tiempo
que, por mi sexo, debería haber perdido como tejedora?».8
Si bien las polémicas sobre la mujer se remontan hasta la Edad Media y aunque arrancan
con el preciosismo, siendo de destacar la obra de Poullain de la Barre (1673), es en el siglo
XVIII cuando la polémica sobre igualdad y diferencia entre los sexos se plantea con un
discurso crítico, a través de la filosofía de la Ilustración, que era contemporánea. El
detonante fue la publicación de la obra Vindicación de los derechos de la mujer, de Mary
Wollstonecraft (1792). La segunda ola fue el feminismo liberal sufragista, centrado en el
derecho al sufragio y a la educación. Fue un interregno, después de las Guerras, con la
llamada mística de la feminidad. La tercera ola comienza en los años setenta con lo que las
feministas llamaron «el malestar que no tenía nombre», y el análisis del patriarcado,
los techos de cristal, así como la situación de las mujeres en el resto del planeta donde no
se reconocen los derechos humanos que se declararon universales e inalienables. En esta
tercera ola sigue el feminismo, que es un internacionalismo, en la segunda década del siglo
XXI.9
Otra cronología distingue1011 la primera ola, que apareció a finales del siglo XIX y principios
del XX y se centró mayormente en el logro del derecho al sufragio femenino; la segunda
ola aparece en los años 60 y 70 y se centra en la liberación de la mujer; por último,
la tercera ola comienza en los años 1990 y se extiende hasta hoy en día, y constituye una
continuación y una reacción a las lagunas que se perciben en el feminismo de la segunda
ola.12

Christine de Pizan presenta su libro a la reina Isabel de Baviera.

Protofeminismo, feminismo premoderno y memorial de agravios


Se denomina protofeminismo o feminismo premoderno13 a las protestas expresadas por
mujeres como «memorial de agravios»14 y a la defensa de las mujeres que se llevó a cabo
en el contexto de las polémicas sobre mujeres, durante la época que precede a La
Ilustración y que se remonta hasta la Edad Media.13 Este feminismo premoderno no surge
del discurso de exaltación de las virtudes femeninas que es parte de la tradición europea del
siglo XIII conocida como Amor cortés.15 Tampoco es un discurso que reivindique la igualdad
entre los sexos, pues se mueve en el marco de una sociedad estamental en la que rige el
prejuicio de que es por voluntad divina que existan diferentes «estados» y diferentes formas
de servir al amo, según los sexos.
Según Simone de Beauvoir, la primera mujer que utilizó una pluma para defender a las
mujeres fue Christine de Pizan, quien en el siglo XV escribió, entre otras obras, la que tituló
como Ciudad de Damas y la que publicó bajo el título Epître au Dieu d'Amour (Epístola al
dios del amor).16
Ahora bien, esta defensa no se ajusta completamente al concepto de feminismo nacido con
la Ilustración, al feminismo moderno, que trasciende de la mera enumeración de agravios y
entra en el terreno de la vindicación de la mujer y la crítica racionalista de las estructuras
sociales.
Primera fase: feminismo e Ilustración

Primera edición impresa de Vindicación de los derechos de la mujer: crítica acerca de


asuntos políticos y morales de Mary Wollstonecraft.
Salvo excepciones, los principales autores varones de la Ilustración relegaron el papel de la
mujer en la modernidad. Tanto Rousseau como Kant consideraban que las mujeres, al igual
que los niños, estaban excluidas «por naturaleza» del derecho de ciudadanía. 17 Celia
Amorós estudió el tema, señalando que aunque el feminismo se encontraba ínsito en «la
cara romántica de la Ilustración», registrando importantes iniciativas aún desde sus etapas
más tempranas, sería finalmente una «senda no transitada», que llevó a que el
pensamiento feminista sea habitualmente ignorado en los estudios sobre del movimiento
ilustrado.17
Entre los intentos más notables de incluir igualitariamente a las mujeres en el movimiento
racionalista, se encuentran los clubes de mujeres en la Revolución francesa y la publicación
en 1791 de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, redactada
por Olympe de Gouges, con el fin de completar la Declaración de los Derechos del Hombre y
del Ciudadano aprobada dos años antes por la Asamblea Nacional Constituyente de Francia.
Pero aquellos intentos fueron «brutalmente acallados», en la expresión de Amorós, como lo
evidenció la prohibición de los clubes de mujeres y la ejecución de Olympe de Gouges.17

Portada de la obra La esclavitud de las mujeres, escrita en 1869 porJohn Stuart Mill, cuyas
ideas fueron realizadas en conjunto con su esposa Harriet Taylor Mill.18
Se genera cierta literatura de carácter liberal a favor de la mujer: John Stuart Mill o Nicolas
de Condorcet van a ser ejemplos de líderes (varones) que defienden los derechos de la
mujer, pero el vacío y aparente olvido de la relegada figura de la mujer dentro del estado
liberal, que perdura hasta el siglo XX, no va a ser denunciado hasta la aparición de autoras
como Mary Wollstonecraft autora de Vindicación de los derechos de la mujer, que rompe
con la tónica de las obras escritas hasta el momento por mujeres, descritas como
«memorial de agravios» y pasa a la «vindicación», componente esencial del feminismo.19
En el Imperio español también hubo expresiones feministas ligadas a la Ilustración. Benito
Jerónimo Feijoo escribió el discurso "Defensa de mujeres", considerado el primer tratado
del feminismo español. Josefa Amar y Borbón en la Real Sociedad Aragonesa de los Amigos
del País, defendiendo la equidad de las mujeres ante el hombre. Una de sus obras
disponibles actualmente en internet, es el Discurso en defensa del talento de las mujeres:
No contentos los hombres con haberse reservado, los empleos, las honras, las utilidades, en
una palabra, todo lo que pueden animar su aplicación y desvelo, han despojado a las
mugeres hasta de la complacencia que resulta de tener un entendimiento ilustrado. Nacen,
y se crían en la ignorancia absoluta: aquéllos las desprecian por esta causa, ellas llegan a
persuadirse que no son capaces de otra cosa y como si tubieran el talento en las manos, no
cultivan otras habilidades que las que pueden desempeñar con estas. ¡Tánto arrastra la
opinión en todas materias! Si como ésta da el principal valor en todas las mugeres a la
hermosura, y el donaire, le diese a la discreción, presto las veríamos tan solícitas por
adquirirla, como ahora lo están por parecer hermosas, y amables. Rectifiquen los hombres
primero su estimación, es decir, aprecien las prendas, que lo merecen verdaderamente, y
no duden que se reformarán los vicios de que se quexan. Entretanto no se haga causa a las
mugeres, que sólo cuidan de adornar el cuerpo, porque ven que éste es el idolillo, a que
ellos dedican sus inciensos.20

Segunda fase (primera ola)


Artículo principal: Primera ola del feminismo

La feminista franco-peruana Flora Tristán se destacó en el movimiento socialista francés en


la primera mitad del siglo XIX.
Manifestación de sufragistas en Nueva York el 6 de mayo de 1912.

La segunda fase o primera ola del feminismo se refiere al movimiento feminista que se
desarrolló en Inglaterra, Estados Unidos y otras partes del mundo como Iberoamérica a lo
largo del siglo XIX y principios del siglo XX.
Originariamente, se concentró en la obtención de igualdad frente al varón en términos de
derecho de propiedad e igual capacidad de obrar, así como la demanda de igualdad de
derechos dentro del matrimonio. A finales del siglo XIX, los esfuerzos se van a concentrar
en la obtención de derechos políticos, en concreto el derecho al sufragio. 21
En las décadas de 1830 y 1840 se destaca en el movimiento socialista francés, la
peruana Flora Tristán, con obras como La emancipación de la mujer, considerada como
precursora del movimiento feminista moderno.
Un hito del feminismo es la Convención de Seneca Falls en Nueva York en 1848, donde
trescientos activistas y espectadores se reunieron en la primera convención por los derechos
de la mujer en Estados Unidos, cuya declaración final fue firmada por unas cien mujeres.
Durante ese tiempo, los sansimonianos defendían la emancipación de la mujer.2223 En este
grupo se encontraban las mujeres como Angélique Arnaud, Caroline Simon y Claire
Démar.2425
Al iniciarse el siglo XX aparecen en el Reino Unido las suffragettes, activistas por los
derechos cívicos de las mujeres, en particular el derecho al sufragio. El movimiento fue
liderado por Emmeline Pankhurst y numerosas autoras y activistas, en su mayor parte de
Estados Unidos y Reino Unido, que van a llevar el feminismo al terreno del activismo,
especialmente en un contexto de vindicación de igualdad de derechos frente al Estado.
Los acontecimientos históricos del momento, especialmente la abolición de la esclavitud,
van a ser muy influyentes en el devenir del movimiento feminista, pudiendo encontrar una
correlación entre la lucha por la abolición y la lucha por los derechos de la mujer: muchas
de las líderes de esta primera corriente son esposas de líderes abolicionistas.
La argentina Julieta Lanteri, médica y líder del movimiento feminista argentino de
comienzos del siglo XX, convirtiéndose en la primera mujer que logró votar en Argentina y
América Latina durante las elecciones municipales de Buenos Aires de 1911.

Una vez conseguida la abolición, se van a producir contactos entre las feministas y las
mujeres negras, poniéndose de relieve las grandes diferencias en la situación de las
mujeres blancas de clase media-alta, las únicas feministas hasta el momento, con las
mujeres negras. Este encuentro lo personaliza la figura de Sojourner Truth y su
discurso Ain't I a Woman? (1851). Las diferencias y características específicas de los
problemas de la mujer negra junto con los de las mujeres obreras (un grupo que va a
comenzar a hacer aparición) van a generar fricciones y problemas como por ejemplo, la
incompatibilidad del modelo femenino de la mujer obrera con el de las pioneras del
feminismo.
Autoras y activistas importantes de la primera ola del feminismo son: Lucretia Mott, Lucy
Stone, Elizabeth Cady Stanton, y Susan B. Anthony, muchas de ellas vinculadas al
abolicionismo e influenciadas por el pensamiento cuáquero. El carácter del feminismo
predominante en ese momento vindica la mujer a través de cualidades positivas
consideradas femeninas como la templanza, la vida piadosa o la abstención de beber
alcohol. Sin embargo, esta vindicación de la mujer a través de la templanza no es
menoscabo para enérgicas protestas y un activismo beligerante, con acciones como
encadenarse en lugares públicos, romper escaparates, huelgas de hambre, desobediencia
civil o actos desesperados y extremadamente peligrosos como tirarse delante del caballo del
rey durante una carrera.
En Argentina la anarquista Virginia Bolten lidera un movimiento feminista sindical alrededor
del periódico La Voz de la Mujer (1896-1899), publicado bajo el lema «Ni Dios, ni patrón, ni
marido». Pocos años después Bolten integró la mesa de conducción de la Federación Obrera
Regional Argentina (FORA). Instalada en Uruguay participó del movimiento que conquistó el
derecho al sufragio para las mujeres (primero de un país iberoamericano) y el divorcio. 26
La abolición de la esclavitud va a llegar pero, para decepción de las mujeres, la igualdad de
raza no se extiende a la igualdad de género, de modo que el movimiento feminista va a
tener que buscar un camino propio, separándose del movimiento abolicionista. Tras grandes
esfuerzos, se conseguirá el derecho al sufragio en 1918, cuando en Inglaterra se regula el
voto para mujeres mayores de treinta años y poseedoras de una casa. En Alemania se
consigue el sufragio en noviembre de 1918. En 1928, la edad para votar se equipara a la de
los varones. Por su parte, en Estados Unidos, la Decimonovena Enmienda de 1920 otorga
derecho al voto en todos los estados del país. La mayor parte de los grandes estados
europeos van a tomar medidas semejantes con algunas excepciones como Francia o Italia,
que aún postergarán unos veinte años el derecho al sufragio femenino.
Con la consecución de la igualdad de iure, la primera ola va a perder su razón de ser, tras
un periodo de poca actividad en lo que a feminismo se refiere. Aparecerán nuevas
corrientes feministas, centradas en el progreso e igualdad social y cultural de la mujer y
para diferenciarlas, se les va a calificar como la «Segunda ola», nombrando de forma
retrospectiva a la «Primera ola».
Sarmiza Bilcescu (1867-1935), abogada y feminista, es la primera mujer con título de
Doctor en Derecho del mundo.

La rumana Sarmiza Bilcescu (27 de abril de 1867-26 de agosto de 1935) fue la primera
mujer de Europa licenciada en derecho por la Universidad de París y fue la primera mujer en
el mundo que consiguió un doctorado de Derecho, con una tesis titulada Sobre la condición
jurídica de la madre (1890), donde mostraba todas las contradicciones y la carencia de
derechos de las mujeres y, muy especialmente, de las madres.
Elisa Leonida Zamfirescu (1887-1973) fue la primera mujer ingeniero del mundo. En 1909
se inscribió en la Academia Real Técnica de Berlín, «Charlottemburgen», y se graduó en
1912. Al registrarse, el decano trató de convencerla de que renunciara, citando «las tres
kas» («kirche, kinder, küche», «iglesia, niños, cocina») que definían el perfil de la mujer en
aquella época. Los directores de la Academia estaban situados ante una situación nueva:
era la primera candidata de la historia de la Academia, pero escribía y hablaba
perfectamente el alemán y tenía conocimientos sobresalientes de matemáticas, física y
química. Finalmente, la aceptaron.
Segunda ola
Artículo principal: Segunda ola del feminismo

Betty Friedan, 1960.

La Segunda Ola Feminista, del Movimiento de la mujer o de liberación de la mujer hace


referencia un período de actividad feminista que comienza a principios de los años 1960 y
dura hasta los años 1990 del siglo XX.
Así como la primera ola del feminismo se enfocaba principalmente en la superación de los
obstáculos legales (de jure) a la igualdad legal (sufragio femenino, derechos de propiedad,
etc.), la segunda ola tenía una amplia variedad de temas: la desigualdad no-oficial (de
facto), la sexualidad, la familia, el lugar de trabajo y quizá de forma más controvertida,
los derechos en la reproducción.27
Cartel de Do the job HE left behind, empleado en la segunda guerra mundial para llevar a
las mujeres a ocupar los puestos de trabajo vacantes de los hombres que fueron a la
guerra.
En esta etapa se encuentra la Segunda Guerra Mundial, donde compañías
como Westinghouse Electric hicieron carteles que animaban a las mujeres a trabajar en los
puestos que los hombres habían dejado vacíos al marchar a la guerra, es decir, propaganda
de guerra para invitar a las mujeres a unirse a la fuerza laboral, o que de la misma forma
no eran para la contratación, sino para exhortar a las mujeres ya contratadas a trabajar
más duro. Pero la verdad es que la intención de promover la idea de la mujer trabajadora
fue creada con la idea de que cumplieran con su obligación de esposas, llenando los puestos
de trabajo dejados por sus maridos durante la guerra, casi como si se tratara de un deber
patriótico. De aquí salió el cartel Rosie the Riveter también llamado We Can Do It, que
actualmente constituye un símbolo del feminismo contemporáneo más allá de que, de la
misma forma en que surgió este cartel, surgieron muchos otros al final de dicha guerra,
cuando muchas mujeres fueron prácticamente forzadas a renunciar y volver a «sus
verdadera obligaciones»: limpiar, cocinar, cuidar de los niños, etc., ya que los hombres iban
a volver a ocupar los puestos. Así, constituye una paradoja para el feminismo.
Simone de Beauvoir, con su libro El segundo sexo, Betty Friedan con La mística de la
feminidad, Kate Millett con Sexual Politics o Shulamith Firestone con La dialéctica del
sexo son algunas de las autoras más representativas de esta corriente de pensamiento.
Termina en los años noventa con la llegada de la tercera ola, con caracteres posmodernos,
que diversifica de forma radical el feminismo, tanto en sus visiones como en sus
propuestas.
Tercera ola

Rebecca Walker, la autora que utilizó por primera vez el término «Tercera ola» en sus
escritos.11

Artículo principal: Tercera ola del feminismo


Feminismo de tercera ola es un término identificado con diversas ramas del feminismo
cuyo activismo e investigación en Estados Unidos comienza en 1990 y se extiende hasta el
presente. El movimiento surgió como una respuesta a los fallos percibidos en el
llamado feminismo de segunda ola: la toma de conciencia de que no existe un único modelo
de mujer, por el contrario, existen múltiples modelos de mujer, determinados por
cuestiones sociales, étnicas, de nacionalidad, clase social, orientación sexual o religión. 28
Esta corriente se aleja del esencialismo y las definiciones de feminidad, asumidas en
ocasiones como universales y que sobrestimaban las experiencias de la clase media-alta de
raza blanca norteamericana. Las interpretaciones dadas al género y al sexo son esenciales
dentro de la tercera ola, caracterizándose por su posestructuralismo. La variedad de
enfoques, propuestas, visiones de los problemas de esta corriente y la carencia de un
objetivo común claro refleja el carácter posmodernista de la tercera ola del feminismo que
incorpora múltiples corrientes del feminismo teniendo componentes de la teoría queer, del
antirracismo, teoría post colonial, ecofeminismo, transexualidad, o la visión positiva de la
sexualidad, entre otros.
El replanteamiento del feminismo de tercera ola se manifiesta por ejemplo en que algunas
feministas de esta corriente tienen una percepción diferente de la sexualidad femenina y
han replanteado las posturas ante el trabajo sexual o la pornografía de la segunda ola del
feminismo.29 Las feministas de tercera ola se centran en la «micropolítica» y desafían el
concepto de lo que es «bueno» o «malo» para la mujer de la segunda ola.303132
La tercera ola del feminismo surgió como respuesta a la segunda ola, pero algunos
acontecimientos marcaron el comienzo de esta corriente, como por ejemplo el caso de Anita
Hill, una mujer que denunció por acoso sexual a Clarence Thomas, quien era nominado para
la Corte Suprema de Estados Unidos. Thomas negó las acusaciones y tras extensas
deliberaciones, el Senado votó 52 a 48 a favor de Thomas.3133 Como respuesta a este
caso, Rebecca Walker publicó un artículo titulado Becoming the Third Wave (Convertirse en
la tercera ola) en el cual declaró: «I am not a post-feminism feminist. I am the third-wave»
(«no soy una post-feminista, soy la tercera ola»),11 Otro hito en la historia de la tercera ola
son los debates llamados «Guerras feministas por el sexo», considerados a veces como el
inicio de la tercera ola, constituyeron una serie de encendidos debates en torno a las
posturas ante el sexo, la prostitución, el sadomasoquismo y la transexualidad que
enfrentaron al movimiento feminista de la tercera ola con la comunidad feminista lésbica. 34
35363738

Cuarta ola
Esta sección es un extracto de Cuarta ola del feminismo[editar]
La cuarta ola del feminismo es una adaptación histórica sobre el movimiento feminista que
plantea la existencia desde la segunda década del siglo XXI de un nuevo momento histórico
en la lucha por los derechos de las mujeres.

Impacto del feminismo en la sociedad


Marcha de veinte mil mujeres en Nueva York, 23 de octubre de 1915.

Mujeres haciendo cola para votar en Bangladés.

Mujeres pertenecientes al grupo de feminismo radical Femen, protestan contra legislación


para ilegalizar el aborto en Ucrania.39

El feminismo ha conllevado importantes cambios en parte del mundo; gracias a su


influencia, en muchas sociedades las mujeres han logrado el acceso a la educación, el
ejercicio del derecho al sufragio activo y pasivo, la protección de sus derechos sexuales y
reproductivos —incluyendo, en algunos países, la interrupción voluntaria del embarazo—
entre muchos otros que configuran la noción de ciudadanía en la democracia. Unas de las
aportaciones más importantes del feminismo es el edificio teórico que han construido las
diferentes autoras a lo largo de siglos; la teoría feminista ha introducido en la sociedad y en
el mundo académico, multitud de nuevos conceptos y áreas de estudio que, de no ser por la
vitalidad del movimiento feminista, no habrían aparecido. Entre estos podemos destacar
ejemplos como los estudios de género, la crítica literaria feminista, la teoría y crítica
feminista de cine, la teoría legal feminista.[cita requerida]
El feminismo ha tenido una importante repercusión en la legislación de gran parte de países
del mundo e influido amplias áreas del ordenamiento jurídico, con leyes contra la violencia
de género o leyes de paridad electoral: por poner algunos ejemplos, cabe mencionar la Ley
581 de 2000 en Colombia que impone una cuota mínima del 30 % de mujeres; la Ley 7142
de 1990 de Costa Rica que impone un mínimo del 40 %; el Código Federal de
Procedimientos Electorales de México que limita al 70 % la presencia de cualquiera de los
sexos; la Ley para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres en España (2007) que
establece la obligación de paridad, o la resolución del Consejo Electoral Venezolano de
2008, que obliga a que las postulaciones de los partidos tengan un 50 % de mujeres,40 y
la Ley de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política de 2017 en Argentina.
En Chile el presidente Gabriel González Videla, firmó la Ley N.º 9292, que otorgó el sufragio
pleno de la mujer.41
Sin embargo, en ningún país del mundo se ha logrado igual salario por igual trabajo,42
el aborto espontáneo sigue siendo causa de muerte de muchas mujeres en el mundo
(tercera causa de mortalidad materna en el mundo43) y aún hay muchos países donde las
mujeres no tienen derecho a votar en igualdad con los varones. 44 Al respecto, la Directora
Ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, comentó que, a fecha de 2015, los
avances desde finales del siglo XX se habían producido de forma desigual y no se había
alcanzado una situación de igualdad en ningún país.45
En 2017 «feminismo» fue declarada palabra del año por el diccionario
estadounidense Merriam-Webster revelando que en 2017 las búsquedas de este término se
incrementaron un 70 % respecto al ejercicio anterior.46 Analistas consideran que los
movimientos feministas están en expansión47 señalando como ejemplos el movimiento Ni
una menos en Hispanoamérica, la Marcha de las Mujeres de enero de 2017 en Washington o
el impacto del movimiento Me Too («Yo también») iniciado con las acusaciones de abuso
sexual contra el productor de cine estadounidense Harvey Weinstein por parte de diversas
mujeres publicada el 5 de octubre de 2017 por The New York Times48 y que se ha extendido
en otros países.47

Conceptos claves
El amplio conjunto de conceptos y tecnicismos que utiliza el feminismo tienen un enfoque
concreto que debe conocerse para interpretar la teoría feminista de forma adecuada,
algunos de los más importantes son:
Patriarcado

Brecha salarial de género en salarios medianos de trabajadores a tiempo completo en


la OCDE, 2008.49

Artículo principal: Patriarcado


El concepto de patriarcado es central dentro de la crítica racionalista a la sociedad que,
como regla general, hace el feminismo. Antes de ser reformulado por la teoría feminista, el
significado de este término se correspondía exactamente con su etimología: la palabra
«patriarca» se compone de las palabras griegas «άρχω» (mandar) y «πατήρ» (padre) 50 y
desde antiguo denominó a la organización social que otorga la primacía a la parte masculina
de la sociedad, e institucionaliza la influencia del padre de familia. 5152
La introducción del concepto «patriarcado» en el debate feminista se debe a Kate Millett, en
su libro Sexual Politics (1970), y hoy en día es un componente esencial de casi todos los
enfoques del feminismo, en particular, del feminismo radical. Dentro de la teoría feminista,
el patriarcado ha pasado a significar el dominio del orden social por los varones, que se
manifiesta de innumerables formas, creando un estado de cosas que configura de forma
exterior a las mujeres, todos los aspectos de su existencia, a través de la violencia
simbólica, de mitos y creencias que convierten la situación de subordinación en «lo
natural». Algunos ejemplos de subordinación patriarcal son:

 Salarios más bajos para las mujeres, según la OCDE, en los países miembros
existe una diferencia salarial de género del 17 % y se calcula que un 30 % de
esa diferencia se debe a causas discriminatorias.5354

 Altera en favor del género masculino la sexualidad, orientándola hacia el placer


de los varones.
 Influencia en ámbitos como el lenguaje, que trataría al género femenino como
una excepción frente a la «norma» masculina (por ejemplo, al decir «los
ciudadanos» incluiríamos a ciudadanos varones y mujeres) o en inglés, la
palabra woman (mujer), que evolucionó del vocablo de inglés
antiguo wifman que significa «humano femenino», mientras
que man (hombre/varón) en inglés antiguo significaba «humano» a secas,
cayendo en desuso la palabra werman (humano masculino) alrededor del año
1000-1200 de nuestra era y pasando a usarse man para definir a todo el género
humano y a los varones.555657

 El sistema de recompensas y castigos de la sociedad, que daría más importancia


a las conductas masculinas que a las femeninas, definiendo los roles
o estereotipos sexuales y que, por medio de la ideología patriarcal, se presentan
como naturales y universales.58 Ejemplo de este hecho es la violencia de género,
que era visto como algo natural y durante siglos las mujeres maltratadas se
culpaban a sí mismas y se avergonzaban por ser golpeadas, hasta que los
medios de comunicación y la crítica al fenómeno cuestionaron esa lógica. 59

 Reserva a las mujeres peores empleos y ocupaciones, como las tareas del hogar,
que no suelen ser remuneradas y están revestidas de poco o nulo prestigio
social, además de que, en muchos casos resultan incompatibles con una vida
profesional plena.60
Promedio de horas semanales dedicadas al trabajo

España México

Doméstico Extradoméstico Total Doméstico Extradoméstico Total

Varones 17:44 22:34 40:18 9:57 23:44 33:41

Mujeres 28:52 15:32 44:23 46:01 14:52 60:53

Promedio 23:27 18:57 42:24 29:01 27:04 56:05

Revista de Economía Crítica, nº 6. Enero de 2008, pp 145-170

ISSN 1696-0866

Género
Artículo principal: Género (ciencias sociales)
El concepto de «género» es central en la teoría feminista, que define el género (lo
masculino/lo femenino), no como una realidad natural, consustancial al ser humano, si no
como una construcción cultural.61 El género sería el resultado de la inmersión en un
conjunto de valores socialmente construidos que dan lugar a la concepción de «lo
femenino» o de «lo masculino». Las características meramente biológicas (el sexo), a través
de una evolución social, han sido revestidas de un conjunto de comportamientos, actitudes,
percepciones y pensamientos; que la humanidad ha impuesto a la mujer, ligando a las
características biológicas sexuales una imagen concreta de lo que «debe» ser, creando la
relación entre sexo (macho/hembra) y género. Uno de los principales objetivos de las
teorías del género es cuestionar la creencia de que la biología determina la condición
femenina (o masculina), afirmando su naturaleza social.62
El sexo dominante es el del varón o macho humano, que, a través de la
estructura patriarcal establece un dominio sobre la mujer o hembra humana. La mujer es
oprimida debido a su sexo y la opresión se da a través del género. Debido a esto, el
surgimiento de los estudios de género en los años 70 en Estados Unidos provocó una
ruptura en otras ciencias sociales, que se vieron obligadas a redefinir sus paradigmas, hasta
entonces diseñados en clave meramente masculina. Disciplinas como la sociología,
la geografía, la psicología, la antropología y la economía atravesaron redefiniciones en
cuanto aparece la mujer (sexo) como objeto de estudio separado del género. Dejan de lado
el paradigma del determinismo biológico y aparece una construcción racional de la relación
de la sociedad con la mujer.63
El género como construcción social y no biológica originariamente es una construcción
teórica creada por médicos, psicoanalistas, etnólogos y sexólogos como John
Money o Robert Stoller, quienes propusieron distinguir el concepto de sexo del de género,
es decir, separar los rasgos biológicos, fisiológicos, cromosómicos y genéticos del macho y
de la hembra humanos de la construcción social que se hace de esas diferencias biológicas
sexuales.64 Por ejemplo: el rosa y los juguetes domésticos para las niñas y el azul o celeste
y los juguetes de acción y guerra para los niños. Eso es género.65 A partir de la década de
1970, hasta los 90, las feministas van a hacer suyo los estudios de género. El género, desde
la perspectiva de los estudios de género feminista, es lo que la sociedad dice que una mujer
debe ser y lo que no debe ser.62
El feminismo no cuestiona, de este modo, únicamente la construcción de la feminidad y de
la mujer, sino también de la masculinidad el concepto de varón, puesto que tanto la primera
como la segunda forman parte del sistema sexo/género, al que dio forma y que supone en
la actualidad una categoría de análisis antropológica. Según Gayle Rubin, el sistema
sexo/género asigna características culturales y, en consecuencia, artificiales y
perfectamente modificables, a cada uno de los sexos, opresión del patriarcado que no sería
inevitable, sino consecuencia de las relaciones sociales que organizan el llamado sistema
sexo/género.66 Es decir, para cada sexo biológico correspondería determinado género. A los
machos humanos les corresponde la masculinidad y a las hembras la femineidad, con un
sistema de jerarquía donde el varón opresor ocuparía un puesto superior y dominaría a la
mujer, en situación de subordinación y oprimida. Las diferencias generarían desigualdades
jerárquicas,67 diferencias biológicas y relaciones políticas entre los sexos que, gracias al
género, resultan desiguales y asimétricas en la vida social, jurídica, política, sexual, en el
desarrollo económico, el acceso a la tierra, a la educación, a la cultura y al trabajo. De
acuerdo con Marcela Lagarde, las cinco claves de la opresión de género son la
inferiorización, la discriminación, la exclusión, la marginación y la expropiación de las
mujeres.68
Androcentrismo
Protestas en Argentina en el día de la Mujer de 1984, después de que la fecha fue
institucionalizada.

Artículo principal: Androcentrismo


El «androcentrismo» es la visión del mundo y de las relaciones sociales centrada en el punto
de vista masculino.1 El androcentrismo convierte la visión del varón en la única posible y
establece una serie de paradigmas de estudio y análisis de la realidad, que además incluyen
los sesgos raciales, de clase y de edad del sector dominante de la sociedad. 69
En el contexto de la investigación social, un estudio con enfoque androcéntrico sería «un
estudio, análisis o investigación desde la perspectiva masculina únicamente, y utilización
posterior de los resultados como válidos para la generalidad de los individuos, hombres y
mujeres».70La práctica totalidad de la producción intelectual ha sido, hasta bien entrado el
siglo XX, de carácter androcentrista, siendo ésta circunstancia instrumental para la creación
de la identidad femenina a la medida del varón (sector masculino de la
sociedad).[cita requerida] Dado que a lo largo de la historia de la humanidad, la parte masculina
(y propietaria, de raza blanca y de edad adulta) de la sociedad ha sido la que ha escrito y
teorizado sobre la sociedad, el androcentrismo es una consecuencia a la vez que una
condición posibilitadora de este dominio. El androcentrismo se extiende a todos los ámbitos
de la sociedad en general y de la producción intelectual en particular, afectando a ámbitos
como la escuela y sus materiales educativos,71 los medios de comunicación, la producción
científica, la administración pública, la sanidad, la justicia, entre otros. El sesgo
androcéntrico de la producción intelectual de una sociedad, además de su carácter «de
género», incluye otras condiciones ventajosas como la clase social, el color, la etnia o
la edad. Los privilegios de estas condiciones sociales convierten la visión del varón blanco,
adulto y propietario en la única posible, posibilitando el monopolio de la visión intelectual de
la sociedad.69
Un claro ejemplo de androcentrismo se encuentra en el décimo mandamiento bíblico:
No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni
su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo. 72

Críticas
Véanse también: Masculinismo, Movimientos de hombres, Movimiento derechos del
hombre y Movimiento derechos de los padres.
Aspectos teóricos
Una de las corrientes del feminismo de tercera ola, el ecofeminismo, ha recibido críticas
contra el por su carácter esencialista, lo que ha llevado al rechazo de tal denominación por
las feministas que se definen también como ecologistas.73 Tal esencialismo se interpreta
como una visión dicotómica y estricta, un dualismo que en el fondo sigue enfocándose en
diferencias de género, y no en aspectos comunes,74 hasta el punto de relacionar el ser
mujer con una supuesta moralidad superior, y tender a mostrar a los varones «con una
capacidad innatamente inferior en áreas de desempeño consideradas significativas», por
ejemplo, al atribuirles fenómenos como la violencia, y a desligarles de valores como la paz,
sin haber evidencias científicas y prácticas que respalden estas relaciones.74 Este punto de
vista ha sido denunciado como innecesario en el feminismo y como ideología sexista.74
Según el psicólogo Sebastián Girona, las versiones más radicales del feminismo achacan a
los hombres toda la culpa de la opresión que han sufrido las mujeres a lo largo de la historia
sin reconocer la responsabilidad propia de las mujeres. Esta perspectiva puede conducir a
culpar al hombre de todos los males sociales, y en consecuencia, cosificarlo a la figura del
mal y en algunos casos puede devenir en un odio o aversión hacia los varones, llamado
técnicamente misandria, que se puede manifestar abierta o sutilmente.75
El feminismo ha recibido críticas desde ideologías conservadoras. Por ejemplo, la periodista
Naomi Schaefer Riley, sostiene que el feminismo ha perjudicado a las mujeres y a las
familias al promover una cultura que supuestamente considera las relaciones sexuales
casuales como «empoderantes», rechaza la necesidad de la presencia del hombre en el
hogar y minusvalora el trabajo doméstico de las mujeres, a la vez que invita a
la victimización de la mujer.76 En la misma vena, la actriz Alessandra Cantini, candidata del
partido Forza Italia opina que el feminismo promueve un terrorismo de género y que las
reivindicaciones de feminismo obedecen al propósito de derribar el orden capitalista.77 La
economista paleolibertaria Vanessa Vallejo ve un vínculo entre medidas como leyes de
cuotas o cupos y el colectivismo y el autoritarismo político.78 Tanto Vallejo como Cantini
denuncian la forma en que estas medidas podrían atentar contra principios como la libertad
empresarial, o la meritocracia.7778
Las críticas hacia tendencias totalitarias del feminismo radical, provienen también del sector
del feminismo igualitario. Por ejemplo, Camille Paglia y Christina Sommers acusan a las
«feministas de género» de encasillar a las mujeres en el rol de víctimas del patriarcado y
lamentan una supuesta deriva hacia la intoleracia y la censura del feminismo hacia los
puntos de vista disidentes en las instituciones académicas.79
Otros conceptos de la segunda y tercera ola del feminismo han sido cuestionadas, como
el patriarcado, la identidad de género y los constructos sociales.[cita requerida]
Como un supuesto movimiento de igualdad, se denuncia el abandono del feminismo por
proteger y velar por la discriminación, la explotación y el abuso hacia los varones. Por
ejemplo, Carol Fontena y Andrés Gatica, en una investigación sobre la violencia hacia los
hombres, comentan sobre el problema de la violencia doméstica: 80
En este sentido, hay una lógica un tanto unilateral en su abordaje, apoyado por el
feminismo, que a contribuido ostensiblemente a la intervención de esta problemática, pero
que ha tenido sus costos al señalar a un solo tipo de agresor: al varón, manteniendo oculta
esta problemática.

Cantini, por su parte, opina que «el status quo actual discrimina a los hombres en tanto y
en cuanto no existe ninguna ley humanitaria que los defienda de los abusos que reciben». 77
Movimiento del desacuerdo
Algunos colectivos de hombres y mujeres han mostrado su desacuerdo contra el feminismo,
como fue el caso de la campaña en Internet llamada «Mujeres contra el feminismo» de
2014 en reacción a la campaña «#YesAllWomen»,81 o el «Frente de hombres contra el
feminismo» en Alemania.82 En 2013 el patriarca Kirill de la Iglesia ortodoxa de
Rusia cuestionó al feminismo argumentando que «es muy peligroso y puede destruir
Rusia».83
En los primeros años de la década de 1990 el periodista conservador estadounidense Rush
Limbaugh comenzó a difundir el término peyorativo «feminazi», asociando algunas
corrientes feministas con el nazismo. El término ha sido criticado por promover la creencia
de que Hitler era feminista.84 La feminista Gloria Steinem ha criticado también a Limbaugh,
exponiendo cómo Limbaugh apoya la mayoría de las posturas que el nazismo tenía contra el
feminismo.85
También el ejecutivo de medios Steve Bannon, jefe de Asesores del expresidente
estadounidense Donald Trump y director del medio de extrema derecha Breitbart
News, y Milo Yiannopoulos, periodista británico de extrema derecha, sostuvieron que el
feminismo era una enfermedad como el cáncer.86
http://ciencia.unam.mx/leer/926/-que-significa-el-feminismo-sus-luchas-historicas-y-aun-
vigentes-

08-11-2019
Por Isabel Pérez, Ciencia UNAM-DGDC

Alcanzar la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, sigue siendo una de las
principales exigencias del feminismo en pleno siglo XXI.

Actualmente, se constituye como una corriente de pensamiento que reúne un conjunto


de movimientos e ideologías, tanto políticas como culturales y económicas que busca lograr
la equidad de género y la transformación de las relaciones de poder entre ambos sexos.
En el marco del ciclo de actividades “Somos diversidad, retratos de género”, organizado por
la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, Montserrat Dehesa
Santillán, egresada de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM y colaboradora del
Centro de Estudios de Género, impartió la charla ¿Qué significa el feminismo?, donde
abordó desde el punto de vista social este tema.
El feminismo —expuso— es un movimiento social cuyas características principales son:
solidaridad, percepción específica de la realidad, ruptura y capacidad de producir. La
solidaridad está dirigida a promover o impedir cambios sociales. La percepción de la realidad
cuestiona las ideas normativas y reglas sociales que suponen desventaja para las mujeres.
La ruptura se refiere a la disolución de límites y normas de las relaciones sociales, es decir,
no permitir el menosprecio o el abuso por el hecho de ser mujer; actuar para que estas
situaciones cambien.
Y también está la capacidad de producir, esto es, la habilidad que se debe tener para la
producción de ideas, teorías y acciones colectivas; es el empuje entre los grupos de
mujeres encaminados hacia el cambio.
En el Museo de la Luz de la UNAM, refirió que el feminismo es toda una cultura de un
conjunto de mujeres que han cuestionado, debatido y cambiado el entorno para
que sus derechos e intereses sean reconocidos.

Las cuatro olas feministas


Una forma tradicional que ha contribuido a visibilizar los procesos de la lucha de las
mujeres, es la ubicación de cuatro olas históricas.
OLA DE LA ILUSTRACIÓN: se originó durante la época de la Revolución Francesa; las
mujeres cuestionaron los privilegios masculinos afirmando que no son una cuestión
biológica y/o natural. Aquí el movimiento no era conocido todavía como feminista.
OLA LIBERAL SUFRAGISTA: aquí el feminismo apareció por primera vez como un
movimiento internacional con identidad teórica. Es en esta ola que con grandes esfuerzos se
consigue el derecho al sufragio en 1918, cuando en Inglaterra se regula el voto para
mujeres mayores de 30 años y poseedoras de una casa.
OLA DE LA LIBERACIÓN SEXUAL: con el lema lo personal es político se buscaba llamar la
atención sobre la opresión de la mujer en el ámbito privado. Esta ola hace referencia al
profundo y generalizado cambio ocurrido durante la segunda mitad del siglo XX en
numerosos países del mundo occidental, desafiando los códigos tradicionales relacionados
con la concepción de la moral sexual, el comportamiento sexual humano y las relaciones
sexuales.
OLA DE LA SORORIDAD: Este término va encaminado hacia la hermandad entre mujeres
con respecto a las cuestiones sociales de género. Sororidad es un término derivado del
latín soror que significa hermana. Es un neologismo empleado para hacer mención a la
solidaridad que existe entre mujeres, especialmente, en las sociedades patriarcales.

Su análisis
Montserrat Dehesa detalló que igualmente, existen cuatro categorías de análisis de la
teoría feminista.
La primera de ellas es el orden patriarcal; el patriarcado se entiende como una institución
en virtud de la cual una mitad de la población, es decir las mujeres, se encuentra bajo el
control de la otra mitad, en este caso los hombres. En esta categoría se pone a la figura del
padre como el jefe de todo, desde las relaciones más pequeñas hasta las más amplias.
En la segunda categoría de análisis tenemos al género, el cual es una construcción social
que se basa en el conjunto de ideas, creencias y representaciones que generan las culturas
a partir de las diferencias sexuales, las cuales determinan los papeles de lo masculino y lo
femenino. La teoría de género la expresan de manera certera las feministas radicales de
finales de los sesenta y principios de los setenta del siglo XX.
La identidad de género es la tercera categoría. El género femenino se construye a partir del
antagonismo con el hombre desde la debilidad, servicio y ser para otros. En contraparte, el
género masculino es considerado el modelo de lo humano, y como tal se le atribuye fuerza
y poder.
Finalmente, está el análisis de la violencia de género, donde tienen cabida las
agresiones, acciones u omisiones contra la integridad de las personas, basadas en el orden
patriarcal y en las relaciones de poder-dominación que resulten en daño psicológico, físico,
patrimonial, económico, sexual, y feminicidio.
El feminismo es, ha sido y será un movimiento cuyo fin es buscar la autonomía de la mujer,
así como la igualdad de sus derechos ante los hombres.

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