Monografía Grupo 1 Traumatismo Encéfalocraneano
Monografía Grupo 1 Traumatismo Encéfalocraneano
Monografía Grupo 1 Traumatismo Encéfalocraneano
“TRAUMATISMO ENCEFALOCRANEANO”
CURSO: COMUNICACIÓN EN CIENCIAS DE LA SALUD.
INTEGRANTES:
2021
2
que nos han sabido guiar por el sendero de la verdad a fin de poder
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 4
MARCO TEÓRICO 5
DEFINICIÓN 5
PATOLOGÍA 7
FISIOPATOLOGÍA 9
DIAGNÓSTICO 11
PRONÓSTICO 15
FACTORES PREVIOS AL DAÑO 18
MANEJO SEGÚN EL NIVEL DE COMPLEJIDAD 26
EXÁMENES AUXILIARES 31
TRATAMIENTO 35
MANEJO DE LAS DIFERENTES SALAS DEL HOSPITAL 36
CONCLUSIONES 41
ANEXOS 42
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 45
WEBGRAFÍA 47
4
I. INTRODUCCIÓN
1. DEFINICIÓN
El cráneo es una estructura ósea, no expansible en el adulto, recubierta por cuero cabelludo y
cuyo contenido está compuesto por meninges, encéfalo, líquido cefalorraquídeo y sangre.
Las meninges son unas membranas que recubren al SNC. Externamente, adherida a la
pared interna ósea se encuentra la duramadre. Entre ésta y la superficie interna del
cráneo discurren las arterias meníngeas, en el llamado espacio epidural, cuya rotura
provoca los hematomas epidurales. En determinadas zonas la duramadre produce un
repliegue formando los senos venosos: el más importante es el seno venoso
longitudinal superior, asiento frecuente de lesiones. Por debajo de la duramadre, entre
ésta y la aracnoides, se encuentra el espacio subdural que alberga las venas
comunicantes, cuya alteración da lugar a los hematomas subdurales. Entre la
aracnoides y la piamadre, membrana adherida a la corteza cerebral, se localiza el
espacio subaracnoideo por el que circula el líquido cefalorraquídeo y es el lugar de
asiento de las hemorragias subaracnoideas.
(Rodríguez Alexander , Cervera Eliana, Tuesca Rafael, Flórez Karen, Romero Ricardo, J
Villalba, n.d.).
El impacto biomecánico generado en las estructuras encefálicas causa daño al tejido nervioso
a través de dos mecanismos fundamentales, complejos y estrechamente relacionados entre sí,
que se han descrito como lesiones primarias y secundarias. La lesión primaria se define como
el conjunto de lesiones nerviosas y vasculares que aparecen inmediatamente como
consecuencia de la agresión mecánica, determinada por una transmisión de energía al propio
tejido, con su consiguiente compresión y deformación. Afecta predominantemente a las
neuronas, pero también afecta las estructuras vasculares gliales y cerebrales.
El mecanismo del trauma también se ha correlacionado con los hallazgos tomográficos, con
hematoma epidural (EDH) y subdural (SDH), hemorragia subaracnoidea (HSA) y hematoma
intracerebral que predominan en la lesión focal de contacto directo. Mientras que, en la lesión
por aceleración / desaceleración difusa, son más frecuentes los fenómenos de daño axonal
difuso y el edema cerebral. Independientemente de las diferencias en su curso y secuencia,
todos los tipos de lesión cerebral traumática tienen en común un número limitado de
reacciones bioquímicas destructivas. (Rodríguez Alexander , Cervera Eliana, Tuesca Rafael,
Flórez Karen, Romero Ricardo, J Villalba, n.d.)
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2. PATOLOGÍA
Los cambios estructurales por una lesión en el cráneo pueden ser macro o microscópicos,
según el mecanismo y las fuerzas implicadas. Los pacientes con lesiones menos graves
pueden no tener alteraciones estructurales macroscópicas. Las manifestaciones clínicas varían
notablemente en gravedad y consecuencias. Las lesiones suelen dividirse en abiertas o
cerradas.
Lesiones
e) Fracturas del hueso occipital y la base del cráneo (huesos de la base): Estos
huesos son duros y gruesos; por tanto, las fracturas en estas zonas indican un
impacto grave. Las fracturas de la base del cráneo que alcanzan la porción petrosa
del hueso temporal suelen lesionar las estructuras del oído medio e interno y
pueden alterar la función de los nervios facial, acústico y vestibular.
3. FISIOPATOLOGÍA
La función cerebral puede alterarse de forma inmediata por una lesión directa (p. ej.,
aplastamiento, laceración) del tejido cerebral. Las lesiones posteriores pueden producirse al
poco tiempo por una cascada de acontecimientos que se inicia tras la lesión inicial.
Una presión intracraneal muy elevada produce inicialmente una disfunción global del
cerebro. Si esta elevación de la presión intracraneal no se resuelve, puede empujar el tejido
cerebral que atraviesa la tienda del cerebelo y el agujero occipital y determinar una
herniación, (con el consiguiente aumento del riesgo de morbilidad y mortalidad). Si la
presión intracraneal aumenta hasta igualar la TAM, la PPC se vuelve cero, lo que se traduce
en una isquemia cerebral completa, que produce rápidamente la muerte cerebral; la ausencia
de flujo sanguíneo craneal puede emplearse como criterio objetivo de muerte cerebral.
La hiperemia y el aumento del flujo sanguíneo cerebral pueden ser el resultado de una lesión
por conmoción en adolescentes y niños.
El síndrome del segundo impacto: Es una entidad rara y debatida definida como el súbito
aumento de la presión intracraneal o sea la muerte después de un segundo traumatismo que se
prolonga antes de la completa recuperación a partir de una lesión menor de la cabeza. Se
atribuye a la pérdida de autorregulación del flujo sanguíneo cerebral que conduce a una
congestión vascular, aumento de la presión intracraneal y herniación.
4. DIAGNÓSTICO
Criterios de diagnóstico
o seguimiento cercano (p. ej., fractura de cráneo sin lesión intracraneal), al tiempo que limita
la neuroimagen innecesaria. Las características de la historia y el examen físico, junto con la
neuroimagen selectiva, generalmente identifican a los niños que han sufrido una lesión
cerebral con implicaciones de manejo agudas. Sin embargo, los hallazgos clínicos pueden
ayudar a estratificar el riesgo de injuria cerebral traumática clínicamente importante de un
paciente como alto, intermedio o bajo y determinar la necesidad de realizar una neuroimagen.
Historia: Al cuidador le preocupa que un niño menor de dos años no esté actuando
normalmente.
- Vómito Mecanismo de alto riesgo, como una caída de más de 1 metro de altura (según
la edad), colisión significativa de un vehículo motorizado, lesión penetrante, lesión
infligida o mecanismo desconocido (que puede representar lesión infligida)
Afecciones preexistentes que ponen al niño en riesgo de hemorragia intracraneal,
como malformación arteriovenosa o un trastorno hemorrágico. (Charry JD, Cáceres
JF, Salazar AC, López LP y Solano JP, 2019)
Diagnóstico diferencial
Las manifestaciones neurológicas pueden imitar diferentes patologías del sistema nervioso
central, como intoxicaciones, accidente cerebro vascular, encefalopatía hipóxico-isquémica,
causas metabólicas, infecciones, etc., por lo tanto, el antecedente de traumatismo o la
presencia de lesiones del cuero cabelludo generalmente aclaran el diagnóstico.
Se debe realizar una anamnesis completa. Se debe preguntar por el mecanismo de lesión,
energía involucrada, pérdida de conciencia y su duración, presencia de convulsiones, signos
de focalización, vómitos, amnesia del evento, entre otras manifestaciones neurológicas.
También se debe recopilar información sobre la presencia de síntomas físicos, cognitivos,
emocionales y relacionados con el sueño. (Charry JD, Cáceres JF, Salazar AC, López LP y
Solano JP, 2019)
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Exploración física
Bárcena-Orbe A. et al. (2006) indica que encontrar un TEC grave aislado es improbable, por
lo que interesa evaluar las posibles lesiones asociadas que puedan determinar trastornos
respiratorios (contusión pulmonar, fracturas costales múltiples, broncoaspirado de sangre o
vómito) y/o cardiovasculares (hipovolemia por rotura hepatoesplénica, taponamiento
cardíaco, contusión miocárdica, shock medular), dada la estrecha relación que guardan con el
daño cerebral secundario.
Estado mental anormal (puntaje de Glasgow persistente ≤ 14). (Charry JD, Cáceres JF,
Salazar AC, López LP y Solano JP, 2019)
Por otra parte, el raquis está implicado con frecuencia en los pacientes politraumatizados y,
por consiguiente, una inadecuada maniobra de movilización puede desencadenar o agravar
una lesión medular. Cuando existe una lesión cervical, hematomas visibles en la unión
cervicotorácica o isquemia hemisférica precoz en ausencia de focos contusivos, debe
descartarse la presencia de una disección carotídea, la cual -bien por fenómenos embólicos
bien por efectos hemodinámicos- es la responsable de la aparición de infartos cerebrales. El
doppler cervical permitirá casi siempre el diagnóstico, el cual será seguido de la restauración
endovascular del calibre del vaso afecto. (Bárcena-Orbe et al., 2006)
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Examen neurológico
Charry JD, Cáceres JF, Salazar AC, López LP y Solano JP (2019) señalan que el tamaño y
asimetría pupilar demuestran la gravedad de la lesión cerebral y su localización. Las
alteraciones pupilares son miosis y midriasis y dependen del compromiso promovido sobre el
arco reflejo fotomotor en alguno de sus eslabones.
Se da por lesión del III par, seguido de la disfunción de sus axones parasimpáticos, lo
que detiene las señales eferentes para la constricción pupilar. Ocurre principalmente
por herniación del uncu, por gradiente de presión transtentorial, el cual comprimirá al
III par ipsolateral y al pedúnculo mesencefálico. Se observa pupilas medias o
débilmente dilatadas (6 mm), redondas raramente discóricas, con un reflejo otomotor
débil o ausente en las lesiones mesencefálicas dorsales (lámina cuadrigémina),
midriasis paralítica (8-9 mm) en las lesiones mesencefálicas ventrales (pedúnculos
cerebrales), midriasis bilateral por sección mesencefálica. En ocasiones se aprecia
anisocoria por traumatismo orbitario y daño asociado del nervio óptico. (Charry JD,
Cáceres JF, Salazar AC, López LP y Solano JP, 2019)
● Centros protuberanciales
Charry JD, Cáceres JF, Salazar AC, López LP y Solano JP (2019) mencionan que
Existe un centro pontobulbar simétrico (uno a la derecha y otro a la izquierda), en
conexión con las fibras inervatorias del recto interno (III par) y con las del motor
ocular lateral (VI par), cuyo estímulo ‘obliga’ a ambos ojos a dirigirse
conjugadamente en una dirección ipsolateral al mismo en rápidos pulsos o sacadas
(reflejo oculocefálico).
● Centros corticales
También, como mencionan Charry JD, Cáceres JF, Salazar AC, López LP y Solano JP
(2019), existen otros núcleos derecho e izquierdo- de la mirada conjugada en los
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5. PRONÓSTICO
Los beneficios generales de los modelos matemáticos utilizados para predecir pronóstico
en el TEC son los siguientes:
5. Los familiares de pacientes con TEC deben recibir una información pronóstico
adecuada ya que muchos de estos enfermos morirán o quedarán gravemente
incapacitados. Otra utilidad de estos modelos pronósticos estriba en la predicción de
eventos desfavorables en el curso clínico del paciente, como, por ejemplo, el
desarrollo de hipertensión intracraneal. Dado que menos del 50% de pacientes con
TEC presentan presión intracraneal (PIC) elevada, podrían seleccionarse así,
pacientes subsidiarios de monitorización de PIC, reduciendo costes y complicaciones.
Pero, sin duda, el beneficio que más controversia suscita es la asignación de recursos
a tenor de la probabilidad de supervivencia de los pacientes. (Carney, N. et al., 2017)
Tipo de pronóstico:
Hipotermia profiláctica: Procedimiento que tiene como objetivo reducir el daño tisular
asociado con el trauma del sistema nervioso central ejerciendo su efecto neuroprotector, y a
su vez, tiene la capacidad de reducir la presión intracraneal.
ventilador y las bacterias asociadas a la vía central están aumentadas en todos los pacientes
críticos.
a) Edad. Existe una mayor recuperación en los adultos jóvenes en comparación con los
adultos mayores.La probabilidad de tener un mal pronóstico (muerte, estado
vegetativo y discapacidad severa) se incrementa con la edad; en un análisis con 5,600
pacientes después de seis meses de haber sufrido un TCE severo, se observó que de
aquellos pacientes que tenían mal pronóstico, 39% correspondía a pacientes menores
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a 35 años y 74% a pacientes con edad mayor a los 55 años.Tal es el peso que se le ha
dado a este factor, que al año de haber sufrido un TCE se ha encontrado este efecto de
edad sin relación con la severidad del trauma; en específico se reportó un mejor
pronóstico en el grupo con edad menor a 50 años, mientras que el grupo mayor a 50
años de edad mostró una mayor dependencia hacia otras personas.
f) Reserva cognitiva. Existe una fluctuación de caso a caso entre los síntomas clínicos y
el grado de patología cerebral ante la presencia de un daño al sistema nervioso central.
La falta de relación directa entre estas dos variables puede ser explicada a través del
concepto de “reserva cognitiva”, el cual se define como un mecanismo activo que se
basa en la aplicación de recursos aprendidos. Los factores en que se sustenta este
mecanismo son diversos, tales como el nivel educativo, que se mide a través del
número de grados escolares cursados y el coeficiente de inteligencia (CI). Se ha
encontrado que entre menos años de educación se tengan, el CI será más vulnerable al
impacto funcional del TCE, independientemente de la severidad del daño y del grado
de afectación estructural. Personas con más de 10 años de escolaridad tienen más alto
puntaje en el CI, respecto a aquéllos que tienen menor escolaridad.
d) Escala Rancho de los Amigos. Evalúa de forma sencilla la evolución del paciente a
partir del episodio del TCE y durante su rehabilitación. A través de ésta se asigna un
nivel al paciente dependiendo de su conducta. Esta escala cuenta con ocho niveles; el
nivel 1 que corresponde al estado de coma, hasta el nivel 8 que es un comportamiento
independiente.
espacios amplios para su movilidad y desplazamiento. Aun cuando existen leyes que
protegen a los trabajadores, estas en muchos de los casos no son respetadas. Una vez iniciada
la reinserción laboral se tiene que analizar también el ambiente y la sociedad, buscando
conocer qué situaciones facilitan o bloquean dicha reinserción con el fin de que ésta resulte
exitosa.(Murray, G.D., Murray, L.S., Barlow, P., Teasdale, G.M., Jennett, W.B. 1986)
a) Medidas generales
b) Posición de la cabeza
Es importante verificar la permeabilidad de las vías aéreas, aspirar las secreciones que pueden
obstruirlas y colocar un tubo de mayo para mantener permeable el conducto aéreo. Asegurar un
adecuado aporte de oxígeno para mantener una SaO2 mayor de 95%.
La intubación endotraqueal deberá realizarse con un incremento mínimo de la PIC por lo que la
sedación y analgesia serán trascendentales para conseguir este objetivo (Cam Páucar, J. L. , 2011).
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● Preparación
● Preoxigenación
● Pretratamiento
● Paralizantes y sedantes
● Protección y posición
● Pasar el tubo
● Post intubación
d) Ventilación
Administrar el oxígeno para mantener una sato2 mayor de 90% y paO2 mayor igual de 60 mmhg.
Asegurar que las lesiones asociadas están controladas (neumotórax a tensión, hemotórax).
Debería evitarse activamente la hiperventilación y la hipopnea secundaria (Co2 espirado <35 mmhg
ya que esta puede reducir el flujo cerebral, además, la respuesta a la hiperventilación puede ser
variable post TEC.
e) Circulación
Se debe de considerar los signos precoces de shock compensatorio y corregir rápidamente cuando
estén presentes. Frente a las heridas sangrantes, especialmente heridas de cuero cabelludo deben de
realizarse una hemostasia eficaz ya sea por compresión dirigida y activa sutura quirúrgica.
Mantener una presión arterial sistémica media (PASM) entre 90-110 mmHg o la necesaria para
mantener una adecuada presión de perfusión cerebral (PPC). Se debe optimizar hemodinámicamente
al paciente adecuando la volemia, evitando soluciones hipoosmolares, aplicando suero salino
isotónico o hipertónico e intentando mantener una ligera hipernatremia. Si a pesar de estar ante un
paciente euvolémico presenta hipotensión, iniciaremos tratamiento con inotropospresores hasta
conseguir una PASM de 90-110 mmHg o la necesaria para conseguir una presión de perfusión
cerebral superior a 70 mmHg Bonilla (Encalada, A. E., & Vásconez Rivera, N. M. , 2018).
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Para todo paciente con gravedad moderada a severa del traumatismo encefalocraneano. Los casos
graves pasarán a la Unidad de Cuidados Intensivos Neuroquirúrgico donde se les realizará la
colocación de una vía central para la medición y presión venosa central la administración de
soluciones isotónicas, hipertónicas, inotrópicas entre otros.
g) Manejo hemodinámico
han sufrido un TEC severo, los que pierden la autorregulación cerebral que es el mecanismo
compensatorio que mantiene un adecuado flujo sanguíneo cerebral (FSC) a diferentes presiones de
perfusión cerebral (PPC), incrementándose el riesgo de isquemia e infarto cuando la hipotensión
arterial disminuye la presión de perfusión cerebral (PPC).
Según el estudio de la Traumatic Coma Databank (TCDB) los pacientes con TEC y presión sistólica
menor de 90 mm Hg tenían mayor morbilidad y el doble de mortalidad de los pacientes sin
hipotensión. Igualmente, los episodios repetidos de hipotensión y la duración de éstos tienen un fuerte
efecto sobre la mortalidad.
Es recomendable mantener presiones sistólicas por encima de 90 mm Hg. Aunque no hay estudios que
avalen esto, es preferible referirse a presiones arteriales medias que se relacionan directamente con la
PPC (Bonilla Encalada, A. E., & Vásconez Rivera, N. M. (2018).
i) Sedación y analgesia
El dolor y la agitación en los pacientes que han sufrido un TEC contribuyen a elevar la PIC,
la presión arterial y la temperatura corporal, por lo que se usan sedantes y analgésicos para
controlarlos. Sin embargo, el uso de estos medicamentos puede tener efectos adversos sobre
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Los barbitúricos en dosis altas disminuyen la PIC, pero pueden influir negativamente en la
PPC. La hipotensión (presión sistólica < 80 mm Hg) estuvo presente en 54% de los pacientes
tratados con barbitúricos, mientras que solo el 7% hizo hipotensión en el grupo control. Otros
autores han reportado notable disminución en la PPC en pacientes tratados con pentobarbital
(Schwartz et al, 1984). Igualmente, en una revisión sistemática de estudios publicados
concluyó que la terapia barbitúrica no mejora el pronóstico de los pacientes con TEC y si se
produce hipotensión arterial en 1 de 4 pacientes tratados (Anónimo ,2013).
Por lo tanto, los barbitúricos deben usarse sólo cuando las otras medidas terapéuticas para
disminuir la PIC han fallado, debiendo monitorizarse de manera continua el estado
hemodinámico del paciente.
La morfina es un analgésico eficaz, pero con poco efecto sedante, no incrementa la PIC y
tiene el inconveniente de la taquifilaxia y el retiro de la droga es prolongado (Anónimo
,2013).
j) Control de glucemia
k) Control de natremia
l) Control de hipertermia
m) Anticonvulsivantes
8. EXÁMENES AUXILIARES
● Neuroimagen
- Lesión difusa tipo 2: las cisternas peritruncales están presentes (lo que descarta
"swelling") y las estructuras de la línea media (III ventrículo) están centradas o
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El pronóstico de las contusiones múltiples puede mejorar con la cirugía, por lo que los
focos más voluminosos deberán ser intervenidos quirúrgicamente. Por otro lado,
pueden encontrarse pacientes con lesiones focales múltiples hemisféricas. Éstas
también elevan la PIC, pero posiblemente su tasa de mortalidad sea sensiblemente
inferior a la de las contusiones múltiples unilaterales, lo cual quizá dependa del escaso
desplazamiento de la línea media y, por consiguiente, del retardo en producirse el
enclavamiento. El mantenimiento centrado de la línea media dependería del efecto de
contrabalanceo generado por gradientes de presión análogos en ambos hemisferios.
No obstante, si no se adopta una actitud quirúrgica agresiva, tendrá lugar una HIC
incontrolable. (García et al., 2016)
Dado que el 53% de los pacientes graves mantienen un mismo patrón de TAC, el 26%
lo mejoran y el 20% lo empeoran, es muy conveniente -sobre todo si el estudio TAC
se ha realizado de forma precoz (a menos de 3 horas del traumatismo)- realizar un
control radiológico dentro de las siguientes 12 horas. (García et al., 2016)
Radiografía de cráneo
Debido a que las radiografías de cráneo simple no proporcionan información directa sobre la
lesión intracraneal, rara vez se realizan como el estudio de imagen inicial. (Cam, 2011)
Los casos en los que las radiografías de cráneo pueden ayudar a decidir si realizar o no la
tomografía cerebral incluyen los siguientes:
● Cuando la historia del trauma es incierta (p. Ej., Encuesta esquelética en la evaluación de
sospecha de abuso).
● Como indica el Hospital de Emergencias Jose Casimiro Ulloa (HEJCU, 2019). En raras
ocasiones, para detectar fracturas en pacientes asintomáticos seleccionados de 3 a 24
meses de edad con hematomas del cuero cabelludo. Si una radiografía de cráneo muestra
una fractura, entonces se debe realizar una tomografía cerebral. Si una radiografía de
cráneo no muestra fracturas, el riesgo de trauma cerebral clínicamente importante puede
ser menor, pero se debe entender que aún puede estar presente y son los hallazgos
clínicos antes mencionados los que nos proporcionarán la mejor toma de decisiones para
el empleo de un estudio de imagen.
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Resonancia magnética: Según Bibiano (2018)Su utilidad en la fase aguda del TCE es bastante
limitada, ya que es más cara y requiere un mayor tiempo para su realización. Estaría indicada
ante la sospecha de lesión medular, lesiones no detectables con tomografía computarizada y
evidente deterioro neurológico, generalmente necesaria en casos de TCE severo bajo estas
características ya descritas. (p 1183)
Exámenes hematológicos
Según indica Cydulka et al. (2013) Hemoglobina, hematocrito, tiempo de coagulación, tiempo
de sangría y grupo sanguíneo. Electrolitos, glucosa, urea, creatinina y gasometría arterial.
Usualmente se encuentran: Hematocrito disminuido en relación al sangrado o colección
sanguínea en algún compartimiento. El sodio puede estar disminuido en presencia de secreción
inadecuada de hormona antidiurética, o incrementada en relación a diabetes insípida secundaria a
lesión hipotalámica. (p880)
9. TRATAMIENTO
Tratamiento Farmacológico
1.1. Manitol: Está claramente indicado ante una HIC establecida secundaria a edema o herniación
cerebral o contusión no hemorrágica. Sus contraindicaciones son la hipernatremia, anuria,
osmolaridad > 320 mOsm. La hemorragia cerebral y la hipovolemia son contraindicaciones
relativas. Su acción comienza a los 15-30 minutos y se mantiene entre 90 minutos hasta 6 o
más horas. Se utiliza al 20%, a una dosis de 0.25-2 g/kg IV en 30 minutos, pudiéndose repetir
su utilización a una dosis de 0.25 g/kg cada 4 horas. (Cam, 2011)
1.2. Heparinización profiláctica: En pacientes con TCE graves sin hematomas importantes y
con alto riesgo de presentar un fenómeno tromboembólico debemos utilizar heparina de bajo
peso molecular de forma profiláctica. (Cam, 2011)
1.3. Corticoides: En múltiples estudios han demostrado que su aplicación no ejerce ningún
beneficio mientras que sí incrementa las complicaciones: sépticas, hiperglucemia,
hemorragias digestivas. Actualmente no se considera indicado administrar corticosteroides de
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modo rutinario en el TCE, a menos que se trate de pacientes con lesión medular aguda. (Cam,
2011)
Tratamiento Quirúrgico
Para el tratamiento antiedema cerebral traumático con Manitol, los efectos colaterales probables
son hiponatremia, hipernatremia e insuficiencia renal oligúrica, de preferencia no utilizarse
cuando el paciente tiene hipotensión arterial o shock hipovolémico. Para el tratamiento del edema
cerebral traumático con solución hipertónica al 3% el efecto colateral es la hipernatremia.
(HEJCU, 2019)
En la sala de urgencias
En la sala de neurocirugía
Los pacientes con TCE moderado o leve, sin daño sistémico asociado, se dejan en
observación con una TAC de control a las 12-24 horas de su admisión, con el fin de
determinar medidas de vigilancia, control y tratamiento. (Charry JD, Cáceres JF, Salazar AC,
López LP y Solano JP, 2019)
Charry JD, Cáceres JF, Salazar AC, López LP y Solano JP (2019) indican que deben
permanecer los pacientes con GCS ≤ 8 y aquéllos, en otras categorías que se deterioran,
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debido a que no hay que descartar la posibilidad de cirugía si los parámetros fisiológicos y
radiológicos lo indican. Para ello se tendrá en cuenta los siguientes puntos:
Todo paciente con TCE grave o con un GCS > 8 con daño sistémico será sometido a
ventilación mecánica mínimo durante 24 horas, vigilando la hiperventilación para evitar la
isquemia provocada por la vasoconstricción que promueve la hipocapnia. En la Hemorragia
Subaracnoidea postraumática se recomienda usar calcioantagonistas como lo es
dihidropiridina de nimodipino. (Charry JD, Cáceres JF, Salazar AC, López LP y Solano JP,
2019)
b. Control de la compliance
El objetivo inicial es evitar que la compliance craneoespinal se agote, para ello es necesario:
Impedir retener fluido intracraneal facilitando el retorno venoso con la cabeza del paciente a
20º sobre el plano horizontal; evitar atar el tubo orotraqueal alrededor del cuello; y limitar el
empleo de la presión espiratoria final positiva a la estricta indicación de cortocircuito
pulmonar (mantenerla en el rango de 5-10 cm H2O). (Charry JD, Cáceres JF, Salazar AC,
López LP y Solano JP, 2019)
3. CASOS CLÍNICOS
Internacionales
2. La actriz británica Natasha Richardson, en el año 2009, sufrió una caída mientras
esquiaba, generando un impacto craneal; sin embargo, en un inicio, el accidente
parecía no de mayor gravedad. Posterior a una hora del suceso, la actriz comenzó a
presentar dolencias, por lo cual fue trasladada a una clínica y, luego, a un hospital en
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3. Joaquín Sabina, de 71 años, el pasado 13 de febrero del año 2020, fue ingresado en
observación en la UCI del Hospital Ruber Internacional, en Madrid, después de que
fuera intervenido con éxito por un hematoma intracraneal tras precipitarse del
escenario cuando realizaba un concierto en España desde una altura de casi dos
metros. Producto de la caída, el cantante presentó traumatismo de hombro izquierdo,
torácico y craneoencefálico. Fue intervenido quirúrgicamente para la realización de la
evacuación del hematoma intracraneal en el hemisferio derecho, procedimiento que
consistió en abrir la cavidad craneal para realizar un drenaje para evitar un daño
cerebral. Finalmente, el reconocido cantautor fue ingresado a la unidad de cuidados
intensivos y médicos señalaron que se encontraba estable.
4. La actriz Lisa Banes, de 65 años, falleció el 14 de junio del 2021, luego de sufrir un
traumatismo craneoencefálico severo después de ser atropellada por una patineta
eléctrica el 4 de junio en la ciudad de Nueva York. La actriz conocida por su
participación en películas como “Cocktail” o “Pérdida” y por series como “Nashville”
o “Royal Pains” fue transportada a un hospital cercano y, posterior a los 10 días del
accidente, la intérprete murió a causa de un severo traumatismo encefalocraneano.
5. En diciembre del 2013, una caída sufrida en la estación de esquí provocó la rotura del
casco y ocasionó un traumatismo craneoencefálico al piloto alemán Michael
Schumacher, siete veces campeón de la Fórmula 1. El piloto chocó contra una roca
mientras esquiaba, lo cual desencadenó un severo trauma encefalocraneano por el que
fue ingresado a un hospital de la localidad. Schumacher estuvo en coma inducido
durante seis meses y, posteriormente, tras despertar, en junio, fue trasladado a una
clínica en Lausana (Suiza). Meses más tarde, en septiembre, fue llevado a su casa,
donde recibe cuidados por parte de un equipo de médicos, auxiliares y fisioterapeutas.
El tratamiento que recibió el piloto alemán, debido al aumento tan importante de
presión intracraneal, constó de dos intervenciones quirúrgicas en pocas horas, con el
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Nacionales
1. El 17 de abril del año 2019, el Hospital Casimiro Ulloa informó que la muerte del
expresidente Alan García se produjo a las 10:05 a.m. García Pérez ingresó al hospital
a las 06:45 horas, con el diagnóstico de impacto TEC grave por proyectil de arma de
fuego y hemorragia incontrolable de base del cráneo. Posteriormente, ingresó a sala
de operaciones a las 07:17 horas. El deceso del expresidente se produjo producto de
una hemorragia cerebral masiva por proyectil de arma de fuego y paro
cardiorrespiratorio. El certificado de la necropsia determinó que la causa de muerte de
Alan García fue por contusión y laceración encefálica con TEC y una herida
perforante en la cabeza.
2. En el año 2018, el escritor y premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, sufrió
una caída en su domicilio que le causó un importante hematoma en la región glútea
izquierda y leve traumatismo craneoencefálico. Al premio Nobel de Literatura 2010
se le realizaron estudios de imagen, radiología y una tomografía (TAC) en los que no
se observó fractura ósea pero sí un importante hematoma en la región glútea izquierda
y un leve traumatismo craneoencefálico. Por todo ello, el equipo médico recomendó
que Vargas Llosa permaneciera internado para seguimiento y evolución del
hematoma.
4. En 2004, el atacante peruano Claudio Pizarro sufrió TEC moderado con edema
cerebral difuso y fractura de cráneo durante un partido de fútbol. El futbolista fue
internado en la clínica San Borja de la capital peruana con un cuadro de náuseas,
40
III. CONCLUSIONES
● En los niños, el 90% de todas las fracturas que se registran son lineales y
comprometen la calota (parte superior del cráneo). Las fracturas diastásicas, que se
extienden hacia las suturas y las separan, son más frecuentes en los niños.
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IV. ANEXOS
Nueve suelen ser las preguntas clave (relacionadas con el diagnóstico inicial), cuya respuesta
en SÍ o NO determinarán la secuencia de acciones terapéuticas. Las primeras cuatro están
dirigidas a cualquier médico que enfrente al paciente y la respuesta positiva implica su
tratamiento inmediato. De la pregunta 5 a la 9 son específicas para personal entrenado en
neurotrauma (especialmente importantes 5, 6 y 7):
La atención de los problemas reflejados en las primeras 4 preguntas (sobre todo las dos
primeras y la cuarta), en general está priorizada, ya que de su solución inmediata puede
depender la vida del paciente o la prevención de secuelas permanentes. En un buen sistema
43
Cuando una pregunta tiene respuesta negativa (el paciente no presenta ese problema o ya fue
resuelto), se pasa a la siguiente pregunta.
Lesión hiperdensa o mixta > 25 ml; con o sin cuadro clínico de herniación cerebral (el
paciente puede todavía ser clasificado clínicamente como portador de traumatismo
encefalocraneal (TEC) INTERMEDIO, con Escala de Glasgow para el Coma (EGC) >12 en
deterioro). Efectividad diagnóstica de 100%, que permite una operación preventiva, antes de
que se produzca la hernia cerebral.
Cuadro clínico con algún indicio de compresión de tronco cerebral (Escala de Glasgow para
el Coma (EGC) <9, o anisocoria, hemiparesia, respiración anormal, etc). Paciente ya con
clasificación clínica de traumatismo encefalocraneal (TEC) GRAVE. No es posible la
operación preventiva. Baja efectividad diagnóstica (en 70% se encuentra una lesión focal, en
el resto sólo hay edema y/o AVE isquémico).
En ambos casos:
44
● Craniectomía.
● Aspiración subpial del uncus u otras partes inferomediales del lóbulo temporal
herniadas transtentorialmente.
V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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