Tema 2 Propio

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TEMA 2

El tema escogido ha sido el tema 2, “La concreción de los currículos en


el marco del proyecto educativo de centro. Programación docente para dar
respuesta a las distintas necesidades del alumnado: principios pedagógicos
que deben de tenerse en cuenta, estrategias para su elaboración en el ciclo,
curso y aula. Coordinación docente” ya que es competencia de todo docente
asegurar las condiciones que permitan al alumnado alcanzar las intenciones
educativas que la sociedad ha marcado como objetivos irrenunciables para
todos los ciudadanos y ciudadanas.

Sin embargo, los contextos en los que hay que garantizar estas
intenciones educativas son diversos, y por eso, es preciso adaptarlas a las
características que se presentan en cada situación personal, asegurando, de esta
forma, la igualdad de oportunidades, objetivo último de las últimas
legislaciones educativas, sobre todo de la Ley Orgánica de 2/2006, de 3 de
mayo de Educación (LOE) y de sus modificaciones parciales en la Ley Orgánica
de 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE).

Atendiendo a la legislación curricular, la LOMCE viene complementada


por el Real Decreto 126/2014, de 28 de febrero, por el que se establece el
currículo básico de la educación primaria a nivel nacional y el Decreto Foral
60/2014 del 16 de julio por el que se establece el currículo de las enseñanzas de
de Educación Primaria en la Comunidad Foral de Navarra, a nivel autonómico.

Basándonos en este primer nivel curricular (el marco normativo), en el


presente tema vamos a exponer cómo se concreta el currículo dentro del
Proyecto Educativo del Centro (PEC), así como en la programación docente.

También se dará la debida importancia a los grados de coordinación


docente, enmarcados dentro del Decreto Foral 24/1997, de 10 de febrero, por el
que se aprueba el reglamento orgánico de las escuelas públicas de educación
infantil, colegios públicos de educación primaria y colegios públicos de
educación infantil y primaria en el ámbito territorial de la comunidad foral de
Navarra, para asegurar la autonomía de los centros, así como la calidad
educativa de los discentes, ya que como señala Serafín Antúnez (1992) “La vida
nos confirma que las actividades planificadas nos acercan más a los objetivos
deseados que las simplemente improvisadas”.

Tras esta breve introducción comenzaremos con la concreción de los


currículos en el marco del proyecto educativo de centro.

Para comprender la concreción de los currículos en el marco del proyecto


educativo, en primer lugar, deberemos conocer qué es el proyecto educativo,
cuáles son sus finalidades y contenidos y qué papel desempeña dentro del
ámbito escolar.

El Proyecto Educativo, según el artículo 121 de la LOMCE, es un


documento que recoge los valores, objetivos y las prioridades de actuación de
un centro, concediéndole un carácter propio que lo diferencia del resto. Pero
también incluye la concreción de los currículos establecidos en la
administración, el tratamiento transversal, una contextualización del entorno
social y cultural en el que se encuentra ubicado el centro, una descripción del
mismo en cuanto a instalaciones, personal, y actividades y servicios que ofrece,
las medidas de atención a la diversidad, la planificación de la acción tutorial y
el Plan de Convivencia.

Por lo tanto, son parte de sus finalidades dotar de coherencia y


personalidad al centro escolar, adecuar las prescripciones de la administración
al contexto del centro, orientar el trabajo del aula y formar a los miembros de la
comunidad educativa mediante la reflexión sobre la propia práctica.

Finalizado este primer aspecto, antes de continuar con las concreciones


del currículo dentro del PEC, es necesario delimitar el concepto de currículo. El
Decreto Foral 60/2014, en su artículo 5, entiende por currículo a la regulación
de los elementos que determinan los procesos de enseñanza-aprendizaje, es
decir, de los objetivos, competencias, contenidos, metodología, criterios de
evaluación y estándares de aprendizaje evaluables.

A partir de estos elementos, los centros educativos desarrollan y


complementan el currículo de la Educación Primaria establecido por las
administraciones. Para ello, realizan una serie de acciones:
1. Adecuar los objetivos generales de la etapa al contexto
socioeconómico y a las características de los escolares. Para ello, se toman una
serie de decisiones: priorizar unos objetivos sobre otros, incorporar los objetivos
que respondan a las necesidades del contexto y secuenciarlos en los diferentes
niveles de la etapa.
2. Adecuar los contenidos a las características del alumnado. Son las
medidas tomadas en torno a la selección y secuenciación. Para ello se deben
tener en cuenta, el desarrollo cognitivo, intereses y necesidades del alumnado,
la representatividad de conceptos y procedimientos, la relevancia social, así
como el grado de atención de las competencias clave y los elementos
transversales.
3. Establecer los principios metodológicos de carácter general.
4. Ajustar los criterios de evaluación y estándares de aprendizaje
evaluables a las características del centro, contexto, alumnado… en aspectos
como el qué evaluar, cómo evaluar y cuándo evaluar.
5. Seleccionar los criterios y procedimientos para realizar las
adaptaciones curriculares para el alumnado con Necesidades Educativas
Especiales (NEE).
6. Elegir los criterios para incorporar los elementos transversales.
7. Escoger los materiales curriculares y los recursos didácticos.
8. Prever la evaluación de la propia concreción curricular.
9. Organizar la orientación educativa y el Plan de Acción Tutorial (PAT).
10. Seleccionar criterios para evaluar y revisar los procesos de
enseñanza-aprendizaje y la práctica docente de los maestros.
11. Establecer cauces para la coordinación educativa con las familias.

Evidenciada la importancia del primer epígrafe del tema, pasamos ahora


a comentar la respuesta educativa desde la Programación Docente.

Una vez se ha llevado a cabo esta concreción, la programación supone el


tercer nivel por lo que, su función es la de especificar, para un grupo de
alumnos y alumnas, el proceso de enseñanza-aprendizaje. En el libro
Programación: Infantil y Primaria del Ministerio (1996), nos dice que la
programación es el conjunto de acciones que transforman las intenciones
educativas en propuestas didácticas concretas que posibilitan la consecución de
los objetivos previstos.

Dentro de esta programación nos vamos a encontrar una serie de


elementos:

1.- Los objetivos. Señalan las capacidades que esperamos que


desarrollen los discentes como consecuencia del proceso de enseñanza-
aprendizaje. Cumplen dos funciones básicas, servir de guía al proceso y
proporcionar criterios para su control.

2.- Los contenidos. Son el conjunto de saberes (hechos, conceptos,


habilidades, actitudes…) en torno al cual se organizan las actividades.
Constituyen, por tanto, el elemento que el docente trabaja con el alumnado para
conseguir los objetivos. Existen varios tipos: conceptuales (hechos, datos,
nombres, definiciones…), procedimentales (habilidades, técnicas, destrezas…) y
actitudinales (valores, normas, actitudes).

3.- La metodología. Hace referencia a los criterios y decisiones que


organizan la acción didáctica. Comprende diversos aspectos: el papel del
docente y del discente, las técnicas didácticas (métodos inductivos, deductivos,
de descubrimiento, de exposición, de demostración, cooperativos,
competitivos…) y el tipo de agrupamiento (individual o grupal).

4.- Organización de los espacios y tiempos. Supone tomar decisiones en


torno a la organización del espacio según la tarea o tipo de agrupamiento, elegir
los criterios de utilización de los espacios comunes, delimitar los espacios y
horarios para las actividades de refuerzo, organizar las salidas y las actividades
comunes a todo el centro o a determinados grupos…

5.- Las actividades. Son la manera activa y ordenada de llevar a cabo las
experiencias de aprendizaje. A la hora de estructurarlas debemos partir de lo
fácil a lo difícil, de lo concreto a lo abstracto, y de lo particular a lo general.
Asimismo, su secuenciación debe presentar el siguiente orden: introducción,
desarrollo, consolidación, refuerzo, ampliación y evaluación.
6.- La evaluación. Es un valioso instrumento de seguimiento y de
valoración de los resultados obtenidos y del proceso llevado a cabo. Supone
tomar decisiones en cuanto a qué, cómo y cuándo evaluar.

En cuanto al qué evaluar, se deben tener en cuenta todos los ámbitos del
alumnado (sus conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y hábitos de
trabajo, la integración respecto al grupo…) y también del profesorado (grado
de adecuación de la programación y de sus diferentes elementos, la actitud
grado de implicación del profesorado en dicho proceso…).

Con respecto al cómo evaluar, el docente debe elegir las técnicas e


instrumentos de evaluación más adecuados a cada momento: las técnicas de
observación, las listas de control, las escalas de valoración, el registro
anecdótico, la entrevista…

Finalmente el cuándo evaluar se refiere los momentos en los que se


valoran los aprendizajes. Se distinguen tres momentos: una evaluación inicial
que permite conocer y valorar la situación de partida y empezar con una
intervención ajustada a las características e intereses del alumnado; una
evaluación continua que proporciona una información permanente sobre el
proceso educativo y una evaluación final que posibilita una estimación global
del avance de cada estudiante en el desarrollo de los objetivos.

7.- Atención al alumnado con Necesidad Específica de Apoyo


Educativo (NEAE). Según se establece en el artículo 71.2 de la LOMCE, los
alumnos y alumnas con NEAE son aquellos que requieren una atención
educativa diferente a la ordinaria por presentar necesidades educativas
especiales (NEE), o por presentar necesidades educativas derivadas de
Dificultades de Aprendizaje, incorporación tardía al Sistema Educativo,
condiciones personales o de historial escolar, Trastorno por Déficit de Atención
y/o Hiperactividad o altas capacidades intelectuales. Por lo tanto, para este tipo
de alumnado, se deben tener en cuenta las medidas organizativas y curriculares
que aparecen en la Orden Foral 93/2008.

Y en su elaboración se deben tener en cuenta una serie de principios y de


estrategias.
Comenzando con los principios pedagógicos, es importante partir del
nivel de desarrollo del alumnado, por lo que se debe atender el nivel evolutivo
y los conocimientos previos que estos poseen. También es necesario asegurar la
construcción de aprendizajes significativos y en este aspecto es esencial
seleccionar contenidos que sean potencialmente significativos y que los
escolares se sientan motivados para conectar lo nuevo y aquello que ya sabe.
Además, es importante que realicen por sí solos aprendizajes significativos
dotándoles, para ello, de estrategias cognitivas de planificación y regulación de
la propia actividad de aprendizaje.

Para conseguir este aprendizaje significativo además se debe propiciar


una intensa actividad-interactividad por parte del alumnado estableciendo
relaciones ricas entre el nuevo y los esquemas de conocimiento ya existentes. Se
trata de que se produzca una reflexión sobre la acción y para ello, se deben
favorecer trabajos cooperativos y actividades en las que se confrontan distintos
puntos de vista o se establecen relaciones de tipo tutorial entre discentes.

Por otro lado, en el aprendizaje se deben modificar los esquemas de


conocimiento que el discente posee, y para ello, tiene que recibir información
que entre en contradicción con los conocimientos que posee y así romper el
equilibrio inicial de sus esquemas de conocimiento.

Para terminar, no debemos olvidarnos del enfoque globalizador ya que


éste permite partir de realidades significativas para el niño y la niña así como
de temas de trabajo que contemplen la generalidad con la que un discente
plantea su mundo para después pasar a una reflexión de los mismas y a un
análisis que haga posible una explicación ajustada de la realidad.

Con respecto a las estrategias didácticas, en primer lugar, después


seleccionar los contenidos que se van a trabajar atendiendo a lo establecido en
la administración y los conocimientos de nuestro alumnado, se tienen que
delimitar unas orientaciones metodológicas generales que después cada equipo
de docentes adaptará a su aula, así como los principales materiales didácticos
que serán necesarios. También se debe concretar la evaluación a través de los
criterios y estándares, facilitando una serie de instrumentos para poder medirla
(rúbricas, actividades de evaluación…) y organizar el espacio y el tiempo
donde se va a llevar a cabo la actividad principal (criterios de utilización del
aula de informática, de la biblioteca, la gestión de espacios comunes, la
distribución del horario...).

Un aspecto esencial va a ser la atención a la diversidad de intereses,


motivaciones y características del alumnado, y la implicación de estos en el
proceso de aprendizaje informándoles siempre de qué se va a aprender, cómo
se va a aprender y cómo van a ser evaluados.

Finalmente, el docente debe asegurar la coherencia entre su propia


práctica y el centro, por lo tanto, se proporcionarán elementos para el análisis,
la revisión y la evaluación de la programación así como para la reflexión sobre
la propia práctica docente.

Una vez vistos los principios pedagógicos y las estrategias que deben
tenerse en cuenta en la elaboración de la programación a continuación
finalizaremos el tema con la coordinación docente necesaria para el éxito de la
actividad escolar.

La LOE en su título V Participación, autonomía y gobierno de los centros,


establece que las administraciones educativas son las encargadas del
funcionamiento de los órganos de coordinación docente, así como de la
colaboración y el trabajo en equipo de los profesores del mismo curso y grupo
de alumnos y alumnas.

Tras la publicación de la LOMCE, la estructura de ciclos desaparece


siendo sustituida por un nuevo modelo de organización por cursos, con dos
evaluaciones finales, tras 3º y 6º curso. A pesar de esto, en Navarra sigue en
vigor el Decreto Foral 24/1997 que reconoce los siguientes órganos de
coordinación.

1. Equipos de ciclo. Son todos aquellos docentes que imparten docencia


en el ciclo correspondiente. Presentan las siguientes funciones:

a. Formular propuestas al claustro y al equipo directivo para la


elaboración del PEC y la Programación General Anual (PGA).
b. Formular propuestas a la Comisión de Coordinación Pedagógica
para la elaboración y actualización de las concreciones curriculares de
etapa e indicar las líneas generales para la elaboración de las
Programaciones de aula.

c. Organizar y desarrollar las actividades docentes complementarias


y extraescolares.

d. Colaborar con el tutor en decisiones sobre la evaluación y


promoción del alumnado.

e. Propiciar el empleo de metodologías actualizadas.

Además, cada uno de los equipos de ciclo debe actuar bajo la dirección
de un coordinador de ciclo.

2. Comisión de Coordinación Pedagógica (CCP) . Está formada por el


director que será el presidente, el feje de estudios, los coordinadores de ciclo, el
orientador y un profesor de apoyo a la educación especial. Ejerce las siguientes
funciones:

a. Dirigir y coordinar la elaboración de las concreciones curriculares.

b. Asegurar la coherencia entre el PEC, las concreciones y la PGA.

c. Proponer al claustro las concreciones.

d. Velar por el cumplimiento de las concreciones.

e. Proponer al claustro la planificación general de las sesiones de


evaluación y calificación.

f. Elaborar la propuesta de organización de la orientación educativa


y el Plan de Acción Tutorial.

g. Establecer los criterios para realizar las adaptaciones curriculares.

h. Elevar al claustro la propuesta para la elaboración del Plan de


Formación del Profesorado.

i. Elevar al consejo escolar un informe sobre el funcionamiento de la


propia CCP que se incluirá en la Memoria Final del curso.
j. Fomentar la evaluación de todas las actividades y proyectos del
centro.

3. Tutor. Es el maestro de referencia en cada grupo de escolares de un


centro. Sus funciones son:

a. Participar en el desarrollo del PAT, y del de Orientación Educativa


junto al orientador.

b. Garantizar junto a los demás profesores del grupo, la coherencia


de la programación y de la práctica docente con la concreción curricular
y la PGA.

c. Coordinar con el orientador y el profesorado de apoyo las


adaptaciones curriculares y la intervención de los alumnos y alumnas
con NEE.

d. Coordinar junto al resto de profesores del grupo, la programación


de actividades, su evaluación y el rendimiento de los discentes.

e. Orientar y asesorar al alumnado sobre su evolución.

f. Facilitar la integración del alumnado en su grupo.

g. Decidir sobre la promoción del alumnado al curso siguiente.

h. Anticiparse a las dificultades más generales del proceso de


aprendizaje del alumnado así como a sus necesidades específicas.

i. Encauzar los problemas del alumnado.

j. Vigilar al alumnado en el recreo y en otras actividades lectivas.

k. Cumplimentar la documentación académica individual de los


alumnos y alumnas.

l. Informar a los padres y madres, profesores y alumnado en


relación a las actividades docentes y el rendimiento académico y
comunicar a las familias las faltas de asistencia así como mantener con
ellas las reuniones oportunas.
m. Facilitar la cooperación educativa entre el profesorado y las
familias.

Visto así el tema, pasamos a exponer brevemente las conclusiones que


de él se desprenden.

A lo largo del tema, hemos podido remarcar la vital importancia del PEC
y de las Programaciones de aula para mantener la coherencia y la continuidad
en todo el proceso de enseñanza-aprendizaje y para atender a todos y cada uno
de los alumnos y alumnas de una forma individualizada asegurando así la
consecución de los objetivos y las competencias clave previstas en la ley
educativa. Esto es debido a que ambos documentos cumplen esta labor
atendiendo a las características y peculiaridades tanto del centro y del entorno
como del alumnado y sus familias, adaptando así las prescripciones
establecidas en la administración a las casuísticas que se encuentran en el
propio centro.

Como consecuencia de ello, la labor docente tiene 4 puntos clave: Evaluar


la situación, el entorno, el contexto, etc; planificar los proyectos y
programaciones atendiendo a las características y necesidades del alumnado,
Ejecutar lo programado y Revisar y analizar para mejorar el proceso de
enseñanza-aprendizaje siempre que sea necesario.

Todo lo mencionado pone de manifiesto que la calidad e la enseñanza


está directamente relacionada con la capacidad de los equipos docentes para
elaborar conjuntamente opciones creativas y adecuadas al contexto.
Bibliografía

ANTÚNEZ, S. Y OTROS (1992). Del Proyecto Educativo a la Programación de


aula. Graó. Barcelona.

QUIERO, J. M (2011). Del plan de centro a la Programación Didáctica del aula.


Dykinson. Madrid

MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIA (1996). Programación: Infantil y


Primaria. Madrid: MEC.

legislación nacional
Ley Orgánica 2/2006, del 3 de Mayo, de Educación.

Ley Orgánica 8/2013, del 9 de Diciembre, para la Mejora de la Calidad


Educativa

Real Decreto 126/2014, del 28 de Febrero, por el que se establece el currículo


básico de la Educación Primaria.

Legislación autonómica

Decreto Foral 24/1997, del 10 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento


Orgánico de las Escuelas Públicas de Educación Infantil, Colegios
Públicos de Educación Primaria y Colegios Públicos de Educación
Infantil y Primaria en el ámbito territorial de la Comunidad Foral de
Navarra.

Orden Foral 93/2008, de 13 de junio, del consejero de educación por la que se


regula la atención a la diversidad en los centros educativos de educación
infantil y primaria y educación secundaria en la Comunidad Foral de
Navarra.

Decreto Foral 60/2014, de 16 de julio, por el que se establece el currículo de las


enseñanzas de Educación Primaria en la Comunidad Foral de Navarra.

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