Ritual Bautismo

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RITUAL DE LA CELEBRACIÓN

DEL BAUTISMO DE NIÑOS


I. RITO DE ACOGIDA DE LOS NIÑOS

Damos inicio a nuestra celebración del bautismo, comenzando con el rito de recepción de los niños. En él se expresa la voluntad
de los padres y padrinos, y la intención de la Iglesia de celebrar el Bautismo: esto se manifiesta por medio de la signación en la
frente de los niños, hecha por los padres y por el celebrante.

Ministro: Hermanos: Con gozo han vivido en el seno de su familia el nacimiento de un niñ o. Con
gozo vienen ahora a la Iglesia a dar gracias a Dios y celebrar el nuevo y definitivo nacimiento
por el Bautismo.
Todos los aquí presentes también nos alegramos en este momento, porque se va acrecentar
el nú mero de los bautizados en Cristo. Dispongá monos a participar
activamente en esta celebració n.

Ministro: ¿Qué nombre han elegido para sus hijo/a?


Padres : N. (Los padres dicen el nombre del niño en voz alta)
Ministro: ¿Qué piden a la Iglesia para este hijo/a?
Padres : El bautismo.
Ministro: Al pedir el bautismo para sus hijos, ¿saben que tienen la responsabilidad de educarlos en la fe,
para que estos niñ os, guardando los mandamientos de Dios, amen a Dios y al pró jimo como
Cristo nos enseñ a en el evangelio?
Padres: Sí, lo sabemos.
Ministro: Y ustedes, padrinos, ¿está n dispuestos a ayudar a los padres en esta tarea?
Padrinos: Sí, estamos dispuestos.

El celebrante, a continuación, en nombre de la Iglesia, acoge a los niños en la comunidad, haciendo la señal de la cruz en
la frente.
Ministro:La comunidad cristiana los recibe con gran alegría, yo en su nombre los signo con la señ al de Cristo
Salvador. (También los padres y padrinos hacen lo mismo).

II. LITURGIA DE LA PALABRA

Podemos tomar asiento para escuchar con atención la Palabra de Dios que nos hablará de la vida nueva que Dios
derramará hoy sobre estos pequeños. Es muy importante escuchar con atención y respeto el mensaje de Dios.
Lecturas Bíblicas y homilía

Oración de los fieles en ella la Iglesia pide por los niños, por sus padres y por todos los cristianos. A cada petición respondemos:
Te rogamos óyenos.
Oración de los fieles
Ministro: Hermanos: Oremos ahora por estos niñ os que van a ser bautizado, por sus padres y
padrinos, y por todo el pueblo santo de Dios.

Lector: 1. Para que estos niñ os, al participar en el misterio de la muerte y resurrecció n de Cristo,
alcancen nueva vida, y por el Bautismo se incorporen a su Santa Iglesia. Roguemos al
Señ or.
Asamblea: Te rogamos, óyenos
2. Para que el Bautismo y la Confirmació n los haga fieles discípulo suyo, y den testimonio
del Evangelio en el mundo. Roguemos al Señ or. A/
3. Para que a través de una vida santa lleguen al Reino de los cielos. Roguemos al Señ or. A/
4. Para que los padres y padrinos sean ejemplo de fe viva para estos niñ os. Roguemos al Señ or. A/
5. Para que Dios guarde siempre en su amor a estas familias. Roguemos al Señ or. A/
6. Para que renueve en todos nosotros la gracia del Bautismo. Roguemos al Señ or. A/
7. Por la Iglesia universal. Roguemos al Señ or. A/
8. Por las necesidades del mundo. Roguemos al Señ or. A/
A esta oración se suman también los Santos, a los que invocamos en las letanías de los santos, pidiendo su protección sobre
los nuevos cristianos. Lo haremos respondiendo a cada invocación: Ruega por nosotros

Ministro: Santa María, Madre de Dios,


Asamblea: Ruega por nosotros.
Ministro: San José, esposo de la Virgen, ruega por nosotros
San Juan Bautista, ruega por nosotros.
Santos Apó stoles Pedro y Pablo, rueguen por nosotros.
Ministro: Todos los Santos y Santas de Dios, rueguen por nosotros.

La Liturgia de la Palabra acaba con la Oración de exorcismo y la Unción pre-bautismal con el óleo de los catecúmenos en
el pecho del niño, que expresa la fortaleza que Dios nos da para combatir el pecado y el mal de este mundo.


Oración de Exorcismo
Ministro: Dios todopoderoso y eterno, que has enviado a tu Hijo al mundo, para librarnos del dominio de
Sataná s, espíritu del mal, y llevarnos así, arrancados de las tinieblas, al Reino de tu luz
admirable; te pedimos que estos niñ os, lavados del pecado original, sean templo tuyo, y que el
Espíritu Santo habite en ellos. Por Cristo nuestro Señ or.
Asamblea: Amén.

Unción pre-bautismal

Ministro: Para que el poder de Cristo Salvador los fortalezca, los ungimos con este ó leo de salvació n
en el nombre del mismo Jesucristo Señ or nuestro que vive y reina por los siglos de los
siglos.
Asamblea: Amén.

III. LITURGIA DEL SACRAMENTO


Bendición del Agua:
Ahora el celebrante bendice el agua para que el poder del Espíritu Santo descienda sobre ella, y los que se bauticen renazcan
como hijos de Dios.

Ministro: Oremos, hermanos, al Señ or Dios todopoderoso, para que conceda a estos niñ os la vida nueva
por el agua y el Espíritu Santo.
Ministro: Te bendecimos, Padre misericordioso, porque de la fuente del Bautismo hiciste brotar en
nosotros la nueva vida de hijos de Dios.
Asamblea: Bendito seas por siempre, Señor.
Ministro: Te bendecimos, Padre misericordioso, porque reú nes en un solo pueblo, por el agua y el Espíritu
Santo, a todos los bautizados en tu Hijo Jesucristo.
Asamblea: Bendito seas por siempre, Señor.
Ministro: Te bendecimos, Padre misericordioso, porque nos haces libres para gozar de tu vida con el
Espíritu Santo que infundes en nuestros corazones.
Asamblea: Bendito seas por siempre, Señor.
Ministro: Te bendecimos, Padre misericordioso, porque envías a los bautizados para que anuncien con
gozo a todos los pueblos el Evangelio de Cristo.
Asamblea: Bendito seas por siempre, Señor.
El ministro toca el agua con la mano derecha y prosigue:
Ministro: Bendice, ahora, Señ or, esta agua, en la que van a ser bautizados estos niñ os a quienes has
llamado al bañ o de la regeneració n en la fe de tu Iglesia, para que tengan la vida eterna. Por
Jesucristo Nuestro Señ or.
Asamblea: Amén.

Renuncias y Profesión de Fe
Ser cristiano significa querer vivir como Cristo: esto es, renunciar a todo lo que nos aparta de Dios y profesar nuestra fe en Él,
que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Ministro: Padres y Padrinos, ustedes, deben esforzarse por educar a estos niñ os en la fe, de manera que esta
nueva vida divina quede preservada del pecado y esa fe valla creciendo en ellos día a día. Por eso:

Ministro: ¿Renuncian al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?


Padres y padrinos: Sí, renuncio.

Ministro: ¿Renuncian a todas las seducciones del mal, para que no domine en ustedes el pecado?
Padres y padrinos: Sí, renuncio.

Ministro: ¿Renuncian a Sataná s, padre y origen del pecado?


Padres y padrinos: Sí, renuncio.

Ahora profesaran su fe diciendo si creo:

Ministro: ¿Creen en Dios Padre Todopoderoso Creador del cielo y de la Tierra?


Padres y padrinos: Sí, creo.

Ministro: ¿Creen en Jesucristo, su ú nico Hijo, nuestro Señ or, que nació de Santa María Virgen,
murió , fue sepultado, resucitó entre los muertos y está sentado a la derecha del
Padre?
Padres y padrinos: Sí, creo.

Ministro: ¿Creen en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Cató lica, en el perdó n de los pecados,
en la resurrecció n de los muertos y en la vida eterna?
Padres y padrinos: Sí, creo.

Al escuchar la profesión de fe de los padres y padrinos, toda la asamblea, que reconoce en lo que éstos han
respondido la fe de toda la Iglesia, respondemos:

Asamblea: Esta es nuestra fe, esta es la fe de la iglesia, que nos gloriamos de profesar en
Cristo Jesús, Señor nuestro. Amén.

Bautismo:

Llega el momento de bautizar a los niños/as. El celebrante pregunta a los padres y padrinos:

Ministro: ¿Quieren, que sus hijos, sean bautizados en la fe de la Iglesia que todos juntos
acabamos de profesar?
Padres y padrinos: Sí, queremos.
Ahora los padres y padrinos se acercan a la fuente bautismal y el celebrante derramará agua tres veces sobre la cabeza
del niño pronunciando la formula del bautismo.
Esta agua, signo de vida, el celebrante derrama sobre la cabeza, para expresar que el Bautismo nos sumerge en la Vida
Divina. Por el Bautismo nos incorporamos a la muerte y resurrección de Jesús, y con Él, morimos al pecado y renacemos a
la vida de Hijos de Dios.

Unción con el Santo Crisma:
Significa el don del Espíritu Santo. El que ha sido bañado y ha renacido, ahora es consagrado, ungido para siempre a Cristo
Sacerdote, Profeta y Rey, que por la fuerza del Espíritu Santo, impregnará toda su vida con el buen olor de Cristo.

Ministro: Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señ or Jesucristo, el que los ha liberado del pecado y
dado nueva vida por el agua y el Espíritu Santo, los consagre con el crisma de la salvació n
para que entren a formar parte de su pueblo y sean para siempre miembros de Cristo,
sacerdote, profeta y rey.
Asamblea: Amén.


Imposición de la vestidura blanca:
Ser bautizados es como ser revestidos de Cristo. Por eso, como signo visible de la vida de resucitados que han recibido, se
les pone a cada niño un vestido blanco.

Ministro: N. son ya nuevas creaturas y han sido revestidos de Cristo. Esta vestidura blanca sea
signo de la dignidad de ser cristianos. Ayudados por la palabra y el ejemplo de los suyos,
consérvenla sin mancha hasta la vida eterna.
Asamblea: Amén.

Entrega del cirio:
Junto a la fuente bautismal está el cirio Pascual que representa a Cristo Resucitado. Los padrinos encienden una vela del
mismo y la pasan a los papás, signo de la luz de Cristo que debe iluminar a estos niños durante toda su vida.

Ministro: Reciban la luz de Cristo.


Ministro: A ustedes, padres y padrinos, se les confía acrecentar esta luz. Que sus hijos, iluminados
por Cristo, caminen siempre como hijos de la luz. Y perseverando en la fe, puedan salir
con todos los Santos al encuentro del Señ or.


Padre nuestro:
En nombre de los bautizados recemos la oración de los hijos de Dios. A medida que vayan creciendo, deberán aprender a
rezarla y a vivirla, de sus padres y padrinos y, así, ellos también podrán llamar a Dios Padre nuestro, cuando un día
participen de la Eucaristía.

Ministro: Hermanos, esto niñ os, que han renacido por medio del Bautismo, se llaman y son hijos de
Dios. Un día, recibirá n la plenitud del Espíritu Santo por medio de la confirmació n.
Aprenderá n a llamar a Dios, Padre, Invocá ndolo en la comunidad de los fieles, y se
acercará n al altar del Señ or. Ahora en su nombre, sintiéndonos todos hijos de Dios, oremos
como el Señ or nos enseñ ó :

Asamblea: Padre nuestro que estás en el cielo…


Bendición y despedida:

Ministro: El Señ or todopoderoso, por su Hijo, nacido de María la Virgen, bendiga a esta madre y alegre su
corazó n con la esperanza de la vida eterna, alumbrada hoy en su hijo, para que del mismo modo
que le agradece el fruto de sus entrañ as, persevere con él en constante acció n de gracias. Por
Jesucristo nuestro Señ or.
Asamblea: Amén.

Ministro: El Señ or todopoderoso, dispensador de la vida temporal y la eterna, bendiga a este padre, para
que junto con su esposa sean los primeros que de palabra y de obra, den testimonio de la fe
ante su hijo, en Jesucristo nuestro Señ or.
Asamblea: Amén.
Ministro: El Señ or todopoderoso, que nos ha hecho renacer a la vida eterna por el agua y el Espíritu Santo,
bendiga a estos fieles, para que siempre y en todo lugar sean miembros vivos de su pueblo; y
conceda la abundancia de su paz a todos los aquí presentes, en Jesucristo nuestro Señ or.
Asamblea: Amén.

Ministro: Y la bendició n de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y los
acompañ e siempre.
Asamblea: Amén.

Alegres por haber participado de esta celebración bautismal, donde nuevos miembros fueron incorporados a nuestra familia
católica, nos retiramos cantando.

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