48345671RA1-Conceptualización y Rasgos de La Literatura Española-1
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Española
Hay una literatura hispano-latina con escritores como Séneca, Marcial, Lucano y
otros muchos que nacieron en España y en cuya obra se perciben cualidades
persistentes del espíritu español. Hay también una literatura hispano-árabe y otra
hispano-judía, que llegan a su plenitud en los siglos XI y XII. Manifestaciones
menores o intermedias de estas literaturas, que algunos literatos llamaron pre-
nacionales, serían las obras de los escritores latino-cristianos de la época visigoda
entre los siglos IV y VII, como San Isidoro, el poeta Prudencio o el historiador
Paulo Orosio o de los mozárabes como Alvaro Cordobés y Juan Hispalense en los
siglos IX y X.
Falta la conciencia del paso puntual y dramático entre pasado y futuro, con el
acento en el presente que termina un pasado e inicia un futuro dinámico. El
dinamismo del presente está poco acentuado. El presente es sentido como la
integración de un pasado consumado y un futuro que no anula nunca el pasado.
De ahí ese sentimiento del tiempo tan envidiado por otras naciones: la sensación
de tener el tiempo libremente a disposición siempre. Mientras que la lucidez en el
fracaso, el famoso desengaño, es motivo general de esta literatura, el retraso
cultural respecto a otras naciones vecinas apenas es sentido como una
desventaja o error o lo es de forma esporádica (hasta la Generación del 98).
De todos modos, hay que decir que la literatura española no ha tenido un reflejo
en otras naciones europeas semejante al de Italia en el Renacimiento, al de
Francia en la Ilustración o al de Alemania e Inglaterra en el Romanticismo.
Algunos críticos han visto como impedimento de esta influencia nula en otras
naciones la característica general de la literatura española que le impide poder
elevarse a valor universal humano: su dualidad fundamental, su escasez de forma
frente a la abundancia de contenido, su fuerza vital junto con un descuido formal y
amaneramiento que le da un tono demasiado espiritual. Se ha criticado en
algunas obras clásicas españolas el dominio excesivo de lo tradicional-católico
frente a una falta de elementos de valor humano universal. El genio español ha
tenido siempre que luchar contra cierta falta de libertad que le impedía elevarse a
valor universal humano. Esta falta de libertad, sin embargo, fomentó el
individualismo rebelde y creador. Aunque hay que conceder que la literatura no
aprovechó el momento crítico del siglo XVIII en el que se pudo tematizar el
tránsito de la España tradicional a la Europa moderna.