Antecedentes Del Contrato de Fideicomiso en Guatemala
Antecedentes Del Contrato de Fideicomiso en Guatemala
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4.3 FIDEICOMISARIO
La persona que resulta beneficiada con motivo de la ejecución del fideicomiso, se le denomina
fideicomisario. La ley requiere que tenga capacidad para adquirir derechos y su designación
puede aparecer en el instrumento constitutivo o por lo menos darse los parámetros que servirán
para determinarlo. Por ejemplo, si se constituyera un fideicomiso para becar a estudiantes
universitarios que por sus notas sobresalientes quisieran continuar una especialización en el
exterior, las calificaciones servirían para determinar a los fideicomisarios definitivos dentro de
una carrera, una universidad, etcétera. El fideicomisario tiene los siguientes derechos: ejercitar
los que le confiere la ley y el instrumento constitutivo; exigir el cumplimiento del Fideicomiso;
pedir la remoción del fiduciario por las causas anteriormente expuestas; impugnar los actos
realizados por el fiduciario con manifiesta mala fe o con infracción de las reglas del fideicomiso,
exigiendo la restitución de los bienes que hubieren salido del patrimonio fideicometido, como
consecuencia de los actos impugnados; y, revisar por sí por medio de apoderado, los libros,
cuentas y comprobantes sobre las operaciones del fideicomiso y mandar a practicar auditoría.
Ahora bien, como puede suceder que el fideicomiso esté funcionando y no exista aún
fideicomisario, mientras éste es designado, corresponde al Ministerio Público el ejercicio de los
derechos apuntados.
5. FORMA DEL FIDEICOMISO
Ha quedado establecido que el fideicomiso puede instituirse por medio de testamento o por
contrato. En ambos casos, por mandato del Código de notariado y del Código de comercio, es
necesaria la escritura pública para que se considere que el vínculo existe como declaración
unilateral o bilateral de voluntad. Si se hace por testamento, el fideicomiso surte efectos hasta
que se declara la legitimidad de aquel, oportunidad en que se hará inventario y avalúo de los
bienes para luego entregarlos al fiduciario, quien interviene en estas diligencias. Cuando se
constituye por contrato debe comparecer el fiduciario y en el mismo se detallan los bienes
debidamente justipreciados.
La constitución contractual del fideicomiso puede provenir también de una decisión judicial. En
efecto, la ley faculta al Juez de Primera Instancia para proceder de esa manera si interviniendo en
un juicio o diligencia que tenga que ver con la protección de menores, incapaces o ausentes,
considera que el fideicomiso es la forma apropiada de administrar los bienes de las personas en
dichas situaciones y siempre que la ley lo faculte para nombrarles un administrador. Por esa razón
el fiduciario nombrado tiene la calidad de administrador de bienes, por lo que se trataría de un
fideicomiso de administración.
El fideicomiso instituido por testamento o contrato, afecta a terceros en una u otra forma. En
consecuencia, la ley establece que el negocio surte efectos frente a terceros en la siguiente forma:
a) desde el momento en que se presenta el testimonio de la escritura al Registro de la propiedad,
cuando afecta bienes o derechos registrables;
b) Desde que la traslación se perfeccione de acuerdo con el documento constitutivo de la
obligación o en virtud de la ley, si se trata de créditos u obligaciones no endosables;
c) Desde la fecha del endoso o registro, según se trate de títulos <a la orden>> o <<nominativos»,
o bienes muebles sujetos a registro; d) Desde la fecha de la escritura pública de constitución
cuando se trate de bienes no sujetos a ningún requisito de publicidad registral;
e) Desde que se efectúa la tradición si se tratare de títulos al portador; y
f) Desde que se efectúe la publicación de un edicto en el Diario Oficial, notificando a los
interesados si se trata de una empresa industrial, comercial o agrícola.
Los casos anteriores, extraídos del artículo 776 del Código de comercio, merecen un comentario
las literales c) y f). En la c) está repetida la alusión a los muebles sujetos a registro, pues están
previstos en el primer caso. En la f) existe un error conceptual porque la ley no clasifica a las
empresas en agrícolas, comerciales o industriales. Si hay actividad para el mercado, la empresa
se sujeta al Código de comercio, independientemente de que se trate de una actividad
productiva, de intermediación o transformación de productos agropecuarios. Por otro lado, si se
transmitiera una empresa por medio de un fideicomiso, debe tomarse en cuenta lo establecido
en el artículo 656 del Código de comercio, ya comentado en su oportunidad.
Por último, debe tomarse en cuenta con relación a la forma del fideicomiso, que de conformidad
con el artículo 792 del Código de comercio, el documento y la traslación de los bienes al fiduciario
están libres de impuestos; exención que también abarca la devolución de los bienes al
fideicomitente al finalizar el plazo. Sin embargo, no cubre el traspaso de bienes inmuebles al
fideicomisario o a terceros, quienes deberán tributar conforme los impuestos vigentes al
momento de la enajenación. Si se tratare de fideicomisos testamentarios, el impuesto sobre
inmuebles se liquidará atendiendo al grado de parentesco entre el fideicomitente y el
fideicomisario, según las reglas de la Ley de herencias, legados y donaciones.
6. RÉGIMEN DE LOS BIENES FIDEICOMETIDOS
Insistimos en que el fiduciario tiene un poder de disposición sobre los bienes fideicometidos de
naturaleza especial. La especialidad consiste en que únicamente puede realizar los actos que sean
necesarios para cumplir con los fines para los cuales se instituyó. Por ello, y aunque el término
carece de una significación precisa en la doctrina, se prefiere decir <<titularidad» para no recurrir
al término «propiedad». El fiduciario entonces, va a desarrollar su función según los términos de
la escritura y de la ley. No puede vender, donar o gravar los bienes si carece de facultades
específicas. Si necesita realizar un acto fuera de su poder, debe solicitar autorización judicial. Si
hay extralimitación o abuso de su función, se le puede reclamar daños y perjuicios, pedir su
remoción y que se impongan las sanciones relacionadas con las circunstancias. No obstante,
cuando se trata de invertir en valores, si la escritura no dispone algo en especial, el fiduciario
puede adquirir títulos valores creados por el Estado, entidades públicas, instituciones financieras,
bancos o empresas privadas cuya emisión haya sido calificada de primer orden por la Comisión
de Valores.
Los bienes fideicometidos se sustraen a la persecución de los acreedores con el objeto de que se
puedan cumplir los objetivos del negocio, de manera que no puede ser embargada la cuota que
sobre los mismos tenga el fideicomisario, aunque si están afectos los frutos a que tenga derecho,
según el caso, ya que habría que establecer si no están comprendidos dentro de renglones no
embargables que estipulen otras disposiciones legales. Lo que si puede lograrse sobre el
patrimonio fideicometido es una anotación, a fin de que al finalizar el fideicomiso y proceder a
devolver o adjudicar los bienes, se puedan hacer valer las acreedurías; prevención que puede
hacerse valer aun ante bienes no sujetos a registro, haciéndole saber tal circunstancia al
fiduciario, quien deberá extender constancia de enterado y tenerla en cuenta al momento de
liquidar el fideicomiso.
7. CLASES DE FIDEICOMISO
Las clases de fideicomiso no es un problema de legislación. En la doctrina se señalan tantas clases
de fideicomisos como fines se pretende lograr con él. Existe suficiente consenso sobre tres:
Fideicomiso de Garantía, Fideicomiso de Administración y Fideicomiso de Inversión. Advertimos
que esta no es una clasificación absoluta; pero, se aproxima genéricamente a los diversos
propósitos de un fideicomiso en particular.
7.1 FIDEICOMISO DE GARANTÍA
Es el fideicomiso que se instituye para garantizar el cumplimiento de obligaciones, especialmente
crediticias. En este caso suele recaer sobre bienes inmuebles y cumple una función accesoria a la
obligación garantizada. Substituye a la hipoteca y a la prenda porque es más sencillo el
procedimiento para ejecutar la garantía. Este fideicomiso se encuentra previsto en el artículo 791
del Código de comercio, y en él se establece que si hay incumplimiento de la obligación
garantizada, se promueve la venta en pública subasta ante notario para saldar la obligación. El
acreedor puede ser postor, pero no puede adquirirlos por otro procedimiento. El fiduciario no
puede ser el acreedor beneficiado con la garantía.
7.2 FIDEICOMISO DE ADMINISTRACIÓN
Es aquel en que el fiduciario administra los bienes fideicometidos: otorga contratos de
arrendamiento, cobra rentas, paga impuestos, toma medidas de conservación de los bienes,
etcétera, en beneficio del fideicomisario. Por ejemplo, una persona que no quiere administrar
personalmente sus bienes, en lugar de dárselos a un mandatario, los somete a un fideicomiso de
administración, con un fiduciario solvente y organizado que garantiza la efectividad de los
beneficios que va a recibir el fideicomisario.