Etica. Introduccion A Su Problematica Y-40-54
Etica. Introduccion A Su Problematica Y-40-54
Etica. Introduccion A Su Problematica Y-40-54
El
alumno:
• caracterizará
las
principales
ramas
de
la
filosofía;
• situará
a
la
ética
en
el
contexto
de
estas
ramas
o
disciplinas
filosóficas;
• comprenderá
la
naturaleza
y
alcances
de
la
ética
como
disciplina
filosófica;
• obtendrá
una
caracterización
general
de
la
ética,
de
su
objeto
de
estudio
y
de
sus
métodos;
• comprenderá
y
delimitirá
el
aspecto
teórico
y
práctico
de
la
ética
y
relacionará
esta
disciplina
v La
ética
como
disciplina
filosófica
con
otras
ciencias,
tales
como
la
o Disciplinas
teóricas
o
gnoseológicas
psicología,
la
sociología,
la
historia
o Disciplinas
prácticas
y
la
antropología.
Como ya hemos apuntado, la ética es una disciplina filosófica. De acuerdo con el tipo de
problemas que abordan, las disciplinas o ramas de la filosofía se han dividido en disciplinas
teóricas o gnoseológicas y disciplinas prácticas.
42
Disciplinas teóricos o gnoseológicos
Estas disciplinas giran en torno a los problemas cognoscitivos. Aquí podemos ubicar a la teoría
del conocimiento o gnoseología (de la palabra gnosis, conocimiento y logos, tratado o estudio),
cuyos planteamientos se refieren a los modos, clases, esencia, posibilidad, validez y origen del
conocimiento humano; a la lógica que se propone investigar los elementos y estructuras
formales de los sistemas de enunciados, a la filosofía de la ciencia (llamada en ocasiones:
epistemología) que investiga la estructura, fundamento y métodos desarrollados por los sistemas
científicos.
Disciplinas prácticas
Estas disciplinas se refieren a la acción humana. Además de preocuparse por temas
eminentemente teóricos denominado;-, "abstractos", la filosofía centra su atención en los
principios, formas y sentido de la praxis humana, en la naturaleza de la conducta individual y
colectiva, sus fines, normas y valores, en el problema de lo que son el sr, la libertad, la
obligatoriedad, las virtudes morales, etcétera.
Dentro del conglomerado de disciplinas prácticas de la filosofía podemos mencionar, en primer
lugar, nuestra disciplina de estudio: la ética, la cual estudia la conducta moral del hombre en la
vida social; la axiología o teoría de ios valores, que estudia tanto la experiencia estitíiatrva como
los principios axiológicos universales, sus formas, fundamentos y alcances; la estética cuyas
reflexiones se centran en las formas y principios de la contemplación y la creación artística. Otras
disciplinas de carácter práctico, muy ligadas con las anteriormente citadas, son: la filosofía del
derecho, la filosofía política, la filosofía social, la filosofía de la educación, la filosofía de la cultura
y la filosofía de la religión. El coronamiento o remate de estas disciplinas está repre-setifado por
una rama filosófica muy importante que engloba todas las filosofías: la antropología filosófica
cuyo objeto de investigación es el hombre como sujeto de la cultura, como creador y sustentador
de valores morales, religiosos, estéticos, económicos, etcétera.
La ética, pues, en cuanto disciplina filosófica queda ubicada —como se observa en el siguiente
esquema— como una disciplina práctica de la filosofía de acuerdo con su tema de estudio que
es la moral conforme a la cual el hombre modela su existencia.
Lógica
Axiología
Ética
Estética
43
Filosofía del derecho
Filosofía de la educación
Filosofía de la religión
Concepto de ética
Una vez ubicada la ética como una disciplina filosófica de carácter práctico, ya que al reflexionar
sobre la vida moral, se interesa por mejorar nuestra existencia mediante la realización de lo que
es bueno, pasemos ahora a tratar de definirla.
23 Caracterización de la ética
Definición etimológica
Como todo saber, la ética puede ser analizada etimológicamente, investigando sus raíces
lingüísticas. El término ética se deriva de la palabra griega ethos. Parece ser que el primero que
usó esta palabra fue el poeta Hornero, quien entendía por ethos: "Lugar habitado por hombres y
animales". En este sentido primigenio, un pensador contemporáneo, Martin Heidegger, se refiere
al ethos como lugar o morada, y por ello dice que la morada o ethos del hombre es el ser. Otra
interpretación interesante de la palabra ethos se encuentra en el filósofo griego Zenón de Citio,
quien sostiene que el ethos es la fuente de la vida, de la que manan los actos singulares.14
La acepción más conocida y difundida del vocablo ethos se presenta a partir de Aristóteles,
ligado a un conocimiento llamado precisamente ética. Según esta acepción, ethos significa
temperamento, carácter, hábito, modo de ser. De acuerdo con el significado etimológico, ética
sería una teoría o un tratado de los hábitos y las costumbres.
Una característica del ethos, entendido como conjunto de hábitos y maneras de ser del hombre,
es su sentido no natural. En efecto, el ethos según la tradición griega, implica una serie de
costumbres adquiridas por hábito y no innatas; el ethos significa una conquista del hombre a lo
largo de su vida. En este sentido se dice que el ethos constituye una "segunda naturaleza"; se
trata de un conjunto de hábitos de los cuales el hombre se apropia, modificando su naturaleza.
En relación con esto, recuérdese que Aristóteles distingue entre virtudes éticas o morales y
14
Cfr. José Luis Aranguren, Ética, Madrid, Revista de Occidente, 1958
44
virtudes dianoéticas o intelectuales. Las primeras se generan por una repetición de actos y
costumbres; en su Etica Nicomaquea Aristóteles dice: "Una golondrina no hace verano, tampoco
un acto virtuoso hace feliz y dichoso al hombre". Las virtudes éticas son, pues, fruto de la
costumbre, se llegan a conquistar por medio de un modo sistemático de vida. Comenta
Aristóteles, refiriéndose a las virtudes éticas o morales: "Las virtudes no nacen en nosotros ni por
naturaleza ni contrariamente a la naturaleza, sino que, siendo nosotros naturalmente capaces de
recibirlas, las perfeccionamos en nosotros por la costumbre".15 En cuanto a las virtudes
intelectuales o dianoéticas, éstas se fundan en una comprensión racional o intelectual de la
conducta. Las virtudes intelectuales, dice Aristóteles, deben su nacimiento y desarrollo sobre
todo al magisterio, y por eso requieren de experiencia y tiempo.
En Aristóteles, pues, la ética se encuentra muy ligada a su sentido etimológico. Por ética
entiende una serie de reflexiones sobre el ethos (modos de vida, virtudes) y todo lo relacionado
con él.
15
Aristóteles. Etica Nicomaquea, México, UNAM, 1963.
16
Citado por José Luis Aranguren, op. cit.
45
estudio y comprensión del territorio cultural llamado moral. De acuerdo con esto, puede
afirmarse que ética es la ciencia filosófica encargada de estudiar o reflexionar sobre la moral.
Pero como la moral tiene un carácter humano y social, puede ampliarse esta definición, diciendo:
La ética es la disciplina filosófica que estudia el comportamiento moral del hombre en sociedad.
Respecto de su carácter filosófico, ya se dijo que la ética es una de las disciplinas filosóficas
fundamentales. Algunas ramas de la filosofía se han separado de su tronco, como la psicología.
Sin embargo, la ética sigue considerándose como una ciencia filosófica, como parte de la
filosofía, pero no de una filosofía metafísica y apriorística desligada de la experiencia y de los
fundamentos históricos y concretos que ofrece la cultura.
A fin de explicar un poco más nuestra definición, podemos señalar las siguientes características
básicas contenidas en la misma.
El objeto de la ética es la moral; esta afirmación permite hacer algunas observaciones sobre las
relaciones y, diferencias entre ética y moral. Las relaciones que existen entre ellas son obvias:
es la relación que guarda una ciencia cualquiera con su objeto de estudio. La ética necesita de
la moral para sacar sus conclusiones, para explicarla, para elaborar sus hipótesis y teorías; pero
ello no significa que la tarea de la ética consista en inventar o crear la moral. Muy
acertadamente el filósofo José Luis Aranguren observa que "los profesores de ética olvidan con
demasiada frecuencia que la ética no crea su objeto, sino que se limita a reflexionar sobre él".17
La ética no puede prescindir de la historia de la moral concreta, pero esto no significa que se
pueda confundir con ella. La moral y la ética son diferentes de la misma manera que son
diferentes, por ejemplo, la biología y los fenómenos vitales que estudia. Unos son objetos de
investigación; la otra (la biología) es una ciencia cuya tarea es precisamente estudiar aquellos
fenómenos. De la misma manera debe entenderse la ética: ésta es una ciencia, mientras que la
moral es el objeto de esta ciencia. Esto significa que la moral no es ciencia, pero ello no impide
17
José Luis Aranguren, op. cit.
46
que pueda convertirse en el objeto de una investigación científica. Es muy importante reparar en
estas diferencias, ya que a menudo se suele afirmar que la moral es ciencia, o bien, utilizar la
palabra "ética" como sinónimo de moral. Así, por ejemplo, la expresión ética profesional es
equívoca, porque generalmente se refiere a un código moral que debe observar un profesional,
y no a una ciencia como es la ética.
Entonces, se debe tener presente lo siguiente: ética es la ciencia de la moral, mientras que la
moral es el objeto de estudio de la ética.
Una prueba de que la moral no es una ciencia lo demuestra el hecho —como señala el maestro
Adolfo Sánchez Vázquez en su libro de Ética— de que en la historia han aparecido una serie de
morales que nada tienen que ver con la actitud científica; morales irracionales y autoritarias.
Piénsese, por ejemplo, en las morales rudimentarias de los pueblos primitivos, las cuales se
basaban en tabúes y prohibiciones extrañas y muchas veces absurdas. Las sectas religiosas y
místicas pueden proporcionar abundantes ejemplos de morales irracionales; por ejemplo, las
reglas que prescribía la Escuela pitagórica: abstenerse de las habas, no recoger lo que se ha
caído, no tocar un gallo blanco, no mirarse en un espejo fuera de la luz, entre otras. ¿En qué se
fundaban estas reglas? Evidentemente, en meros tabúes.
25 Caracterización de la ética
1977, p. 24.
47
y formas de vida que se presentan como obligatorias, valiosas y orientadoras de la actividad
humana. Por el solo hecho de estudiar y reflexionar sobre estas normas o reglas de conducta
que forman el mundo de la moral se dice que la ética es una ciencia normativa. La ética es una
ciencia práctica porque tiene por objeto la conducta humana. Es la ciencia del orden moral de la
vida individual y social del hombre.
Sin embargo, el calificativo de "ciencia práctica" o "ciencia normativa" no es muy afortunado
porque suscita la idea —como ya se advirtió— de que esta disciplina tiene como finalidad
formular recetas o consejos útiles para la vida moral de cada individuo. Y ello no es así, porque
—como afirma George Edward Moore—:
Así, pues, debe distinguirse muy claramente entre el moralista que prescribe normas, invita a
realizar un modo de vida que cree justo y bueno (Cristo, Buda, el legendario Zoroastro, entre
otros), y el filósofo, el ético, que, tomando como base la moral históricamente determinada, se
encarga de reflexionar y explicar dicha moral.
La ética no se propone expresamente dirigir la vida humana, sino explicar la moral; no intenta
decir a cada cual lo que ha de hacer u omitir en cada caso concreto de la vida, no es una
casuística. En su obra Los dos problemas fundamentales de la ética, Arthur Schopenhauer
escribe como epígrafe la siguiente frase: "Predicar la moral es fácil, fundamentar la moral, difí-
cil". Y es precisamente esto último lo que constituye la ardua tarea de la ética.
La ética es normativa en un sentido indirecto, por la naturaleza de su objeto, pero no en un
sentido directo, ya que no se propone dar una lista de deberes y de no deberes; esto significa
que no incurre en una pres-criptiva. Esta conclusión puede plantear la siguiente reflexión: ¿es
acaso la ética puramente especulativa o contemplativa?, ¿le está definitivamente vedado a la
ética orientar las acciones humanas hacia la creación de una sociedad más justa y perfecta? Se
puede responder que, en última instancia, la separación entre teoría y praxis es artificial. No se
niega que la explicación crítica que la ética realice sobre la moral pueda repercutir, en alguna
forma, en la vida concreta del hombre. En su imprescindible libro de Ética, dice el filósofo
Eduardo García Máynez: "La ética es, o puede ser normativa en cuanto que, al llevar a la
conciencia del hombre las directrices que han de orientar su conducta, influye en las decisiones
de su
19
George Edward Moore, Ética, México, Editora Nacional, 1964.
48
albedrío, convirtiéndose, de manera mediata, en factor determinante de la acción humanaM Por
ello, escribe Nicolai Hartmann. es "la mayéutica de la conciencia moral".20
Lo que queremos decir, en conclusión, es que no podemos separar tajantemente lo teórico de lo
práctico. De alguna manera los principios éticos establecidos por las teorías morales
determinan el comportamiento de los individuos. Por ejemplo, la teoría esgrimida por Sócrates
en el diálogo El Critón determinó que éste no se fugara de su prisión y aceptara
resignadamente la sentencia de muerte prescrita por los jueces de su tiempo.
La teoría que se sustente acerca de la moral no sólo influirá sobre nuestra conducta individual,
sino también en el comportamiento de la sociedad y la estructura de sus instituciones.
Para explicar las relaciones entre lo teórico y lo práctico, algunos autores hablan de dos
niveles que encontramos en la ética: la ética crítica y la ética aplicada.
Ética crítica
Es la ética propiamente teórica; se encarga de determinar cuáles "opiniones o creencias
morales son válidas. Una creencia moral es válida cuando se ha probado que cumple la función
de garantizar la felicidad individual y la armonía social; también cuando evita el sufrimiento
individual y el daño social".21
A la ética critica también se le denomina "metaéti-ca" en cuanto que consiste en el análisis
lógico y epistemológico de los principios éticos. Un ejemplo: "en la ética cristiana se dice que el
bien humano es la santidad y éste se alcanza cumpliendo los Mandamientos de la Ley de Dios.
La definición de 'santidad' es una cuestión de ética crítica; el fundamento de los Mandamientos
de la Ley Divina también lo es. Supone, primero, que Dios existe y que se comunica con las
criaturas y les ordena determinados comportamientos".22
Es preciso señalar que la ética aplicada no es una prédica moral o un "moralismo", no dice a
las personas lo que deben hacer o pensar acerca de lo que es bueno o malo, sino que trata de
ajustar los actos a ciertos principios éticos que son fruto de la reflexión y de la fundamentación
teórica.
Lecturas
20
Eduardo García Máynez, Etica. México, Porrúa, 1960, pp. 18-19.
21
Graciela
Hierro,
Ética
de
la
libertad,
México,
Fuego
Nuevo,
1990,
p.
49.
22
Ibídem,
p.
55.
23
Ibídem,
p.
50.
49
En esta caracterización o definición de la ética, detengamos un poco nuestro
camino, hagamos un pequeño alto, para invitarte a reflexionar sobre la esencia misma
de la ética, su sentido y utilidad para nuestra vida, para esto, apóyate en estos dos
breves textos que a continuación te ofrecemos:
Me
he
esforzado
por
mostrar
que
el
verdadero
objeto
de
la
ética
lo
constituyen,
además
de
los
actos
y
los
hábitos
y,
en
cieño
sentido,
por
encima
de
ellos,
la
vida
en
su
totalidad
unitaria
y,
lo
que
es
más
importante,
el
ethos
o
carácter
moral;
o,
dicho
en
otras
palabras,
si
se
advierte
que
lo
decisivo
éticamente
no
son
solo
las
acciones
aisladas,
sino
el
sentido
virtuoso
o
vicioso
de
la
vida
y,
sobre
todo,
el
ser
bueno
o
malo;
si
se
advierte
que
el
ser
está
por
encima
del
hacer,
aun
cuando
se
manifieste
a
través
de
él,
entonces
es
claro
que
la
cualificación
moral
de
las
estructuras
superiores,
vida
y
ethos,
ha
de
repercutir,
por
fuerza,
en
la
de
los
actos
que
en
ellas
se
insertan.
Para
los
santos
todo
es
santo.
'Ama
et
fac
quod
vis
"
porque,
si
amas
rectamente,
cuanto
hagas
será
recto'.
José Luis Aranguren, Ética, Madrid, Revista de Occidente, 1968, pp. 324-‐325.
27 Caracterización de la ética
El objeto de la ética
Los
conceptos
de
bien,
la
justicia,
la
felicidad,
la
conciencia
son
del
dominio
común.
Y
aun
cuando
tienen
una
naturaleza
difícilmente
aprehensible,
ejercen
sobre
el
hombre
un
inmenso
poder.
¿En
qué
reside
su
fuerza,
de
dónde
proviene
su
poder
mágico
sobre
la
persona?
¿Es
capaz
nuestra
mirada
consciente
de
penetrar
en
lo
profundo
de
las
inquietudes
morales
de
los
hombres?
Esta
vida
se
puede
vivir
como
sea.
Pero
también
se
puede
aspirar
a
vivir
una
vida
buena
y
digna.
¿Qué
vida
es,
en
nuestra
consideración,
buena
y
digna?
¿Cuál
es
el
sentido
de
la
vida
humana
y
cómo
satisfacer
la
sed
ilimitada
del
hombre
de
ser
mejor,
más
puro?
A
éstas
y
otras
preguntas
análogas
está
llamada
a
responder
la
ética,
rama
antiquísima
e
interesantísima
de
la
ciencia
filosófica.
Progreso, 1989.
Normativismo ético
Se
denomina
normativismo
ético
o
ética
normativista
la
tendencia
a
sobreestimar
el
carácter
práctico
o
normativo
de
la
ética
en
detrimento
de
su
naturaleza
teórica.
Según
el
normativismo,
la
ética
se
reduciría
a
una
especie
de
prescriptiva
encaminada
a
normar
la
conducta
del
hombre.
Muchos
manuales
de
ética
desembocan
en
un
normativismo,
sostienen
que
la
ética
consiste
en
la
fácil
tarea
de
prescribir
normas;
y,
así,
incluyen
capítulos
meramente
prescriptivos
que
hablan
sobre
las
obligaciones
del
hombre
hacia
Dios,
la
patria,
la
familia,
etc.,
sobre
consejos,
en
suma,
para
el
logro
de
la
dicha.
La
ética
normativista
pretende
formular
reglas
de
conducta,
dar
normas
a
las
que
se
deben
ajustar
nuestros
actos.
Por
ejemplo
Wilhelm
Max
Wundt
considera
la
ética
como
una
ciencia
normativa,
como
la
lógica
y
la
estética.
También
se
puede
señalar
el
caso
de
Dilthey
que,
después
de
reflexionar
en
forma
breve
sobre
el
verdadero
sentido
de
la
ética,
enumera
deberes
y
derechos
y
cae,
de
este
modo,
en
una
prescriptiva.
De
acuerdo
con
el
normativismo,
la
ética
no
se
propone
comprobar
lo
que
es,
sino
determinar
lo
que
debe
ser;
ella
se
encarga
de
suministrar
las
reglas
y
normas
de
conducta
que
han
de
seguirse.
De
esta
50
manera,
la
ética
es
concebida
como
una
especie
de
moral
aplicada.
Pero
ya
se
señaló
que
la
ética
está
lejos
de
ser
una
moral
aplicada,
puesto
que
esto
llevaría
a
confundir
la
ética
con
la
moral.
Además,
si
la
ética
se
concibe
como
una
prescriptiva
(o
ética
normativista),
entonces
jamás
será
ciencia,
ya
que
los
deberes
y
derechos
que
prescribe
sólo
son
expresiones
de
un
determinado
momento
histórico.
Sin
embargo,
esto
no
significa
que
hay
un
abismo
entre
la
teoría
y
la
práctica;
aunque
la
ética
sea
estrictamente
teórica,
esto
no
implica
que
sus
teorías
no
puedan
tener
consecuencias
prácticas.
Si
al
teórico
de
la
ética
no
le
importa
el
cumplimiento
de
su
doctrina,
la
realización
de
lo
bueno
por
la
humanidad,
entonces
mejor
que
cambie
de
ocupación,
porque
está
perdiendo
el
tiempo.24
Una
vez
rechazado
el
normativismo
para
caracterizar
esta
disciplina,
queda
decir
que
el
carácter,
strictu
sensu,
que
define
la
ética
es
el
aspecto
teórico.
Ante
todo
la
ética
es
teórica,
porque
su
papel
consiste
en
explicar,
fundamentar,
plantear
y
resolver
problemas
en
torno
de
la
moral.
En
este
sentido,
la
tarea
de
la
ética
es
la
propia
de
una
ciencia.
No
puede
haber
una
ética
sin
base
científica,
un
conocimiento
ético
que
no
se
base
en
la
ciencia.
La
ética
elabora
hipótesis
y
teorías
sobre
la
moral,
propone
conceptos,
explica
categorías
relativas
a
la
experiencia
moral.
En
su
ya
mencionada
obra.
Adolfo
Sánchez
Vázquez
enseña
que,
ante
los
hechos
morales,
la
ética
aspira
a
encontrar
sus
principios
generales,
no
simplemente
se
dedica
a
registrarlos
y
describirlos,
sino
que
los
trasciende
mediante
conceptos,
hipótesis
y
teorías
(aquí
es
donde
pueden
relacionarse
la
lógica
y
la
metodología
de
la
ciencia
con
la
ética).
En
cuanto
a
ciencia,
la
ética
requiere
desarrollarse
conforme
a
exigencias
comunes
a
toda
ciencia.
Dichas
exigencias
son
las
siguientes.25
a) Objetividad.
Significa
que
la
ciencia
intenta
explicar
los
hechos
tal
como
son,
independientemente
de
su
valor
emocional
o
comercial.
b) Racionalidad.
Significa
que
la
ciencia
está
formada
por
conceptos,
juicios
y
raciocinios,
y
de
ninguna
manera
por
sensaciones,
imágenes,
pautas
de
conducta,
etcétera.
c) Sistematicidad.
Significa
que
la
ciencia
no
es
un
agregado
de
informaciones
inconexas,
sino
un
sistema
de
ideas
conectadas
lógicamente
entre
sí.
d) Metodicidad.
Significa
que
la
ciencia
necesita
un
método.
Los
investigadores
no
caminan
en
forma
arbitraria,
sino
que
planean
mediante
procedimientos
lógicos
llamados
métodos.
Método de la ética
24
Paula
Gómez
Alonso,
La
ética
en
el
siglo
xx,
México,
rx
25
Cfr.
Mario
Bunge,
La
ciencia,
su
método
y
su
filosofía,
Buenos
Aires,
Siglo
XX,
1972.
51
Si
la
ética
aspira
a
ser
una
ciencia,
entonces
debe
desarrollarse
conforme
a
un
método.
Puede
observarse
que
el
carácter
teórico
de
la
ética
deriva
de
su
método,
pues
hay
una
correlación
entre
teoría
y
método,
ya
que
toda
teoría
implica
necesariamente
un
método.
No
puede
concebirse
la
ciencia
sin
un
método
de
investigación.
Por
tanto,
puede
deducirse
la
siguiente
conclusión:
el
carácter
normativo
de
la
ética
deriva
de
su
objeto,
mientras
que
el
carácter
teórico
deriva
de
su
método.
Pero,
¿qué
es
un
método?
La
palabra
método
viene
del
griego
metá,
fin,
y
odos,
camino.
Etimológicamente
significa
"el
camino
que
conduce
al
fin".
El
significado
etimológico
de
la
palabra
método
nos
aproxima
bastante
a
su
significado
real.
En
general
se
denomina
método
conjunto
de
los
procedimientos
adecuados
para
obtener
un
fin:
en
nuestro
caso,
este
fin
es
el
conocimiento
de
la
moral.
Debe
advertirse
que
existen
métodos
especiales
para
cada
rama
del
saber.
Así.
Las
ciencias
experimentales
utilizan
preferentemente
el
método
inductivo;
mientras
que
las
ciencias
formales
aplican
el
método
deductivo.
Hay,
pues,
una
correlación
entre
la
naturaleza
de
las
ciencias
y
el
tipo
de
método
que
deben
adoptar.
En
este
sentido,
el
método
propio
de
la
ética
debe
adecuarse
a
la
naturaleza
de
su
objeto.
No
sería
adecuado,
por
ejemplo,
decir
que
el
método
apropiado
de
la
ética
es
el
utilizado
por
las
ciencias
experimentales
o
factuales,
o
bien
el
que
utiliza
la
matemática.
Debe
buscarse,
entonces,
un
método
que
se
avenga
al
objeto
de
la
ética.
Ya
se
indicó
que
el
objeto
de
la
ética
es
la
moral
del
hombre.
En
el
objeto
de
la
ética
interviene
la
voluntad
del
hombre,
su
libertad,
el
conjunto
de
sus
decisiones
concebidas
a
la
luz
de
la
historia.
Por
tanto,
el
método
de
la
ética
debe
tener
en
cuenta
el
aspecto
humano,
social
e
histórico
inherente
a
su
campo
de
investigación.
En
la
historia
de
la
filosofía
no
hay
un
criterio
unánime
de
cuál
es
el
método
propio
de
la
ética.
De
hecho
cada
corriente
filosófica,
cada
pensador,
cada
filósofo
ha
propuesto
su
propia
metodología.
A
continuación
se
mencionan
algunos
métodos
ensayados
por
la
ética
a
lo
largo
de
su
historia.
El
método
inductivo
En
general,
este
método
procede
de
lo
particular
a
lo
general.
De
la
revisión
de
distintos
casos
particulares
se
eleva
a
establecer
una
ley,
una
explicación
general
del
fenómeno
observado,
ley
que
vale
no
sólo
para
esos
casos
observados
y
experimentados,
sino
para
todos
los
de
su
especie.
Todo S es P
29 Caracterización de la ética
Este
método
es
utilizado
en
las
ciencias
experimentales
(biología,
química,
fisiología,
etc.),
en
ciencias
donde
intervienen
fundamentalmente
la
observación
y
la
experimentación.
Se
piensa
que
la
ética
griega
se
caracteriza
por
ser
altamente
especulativa.
Sin
embargo,
Aristóteles
se
aparta
de
esta
tradición,
al
introducir
en
su
ética
un
criterio
empírico.
En
vez
de
partir
de
conceptos
apriorísticos,
Aristóteles
observa
las
costumbres
de
su
época,
para
deducir
que
era
el
sumo
bien
aquello
a
52
que
todos
los
hombres
aspiran
(la
felicidad).
Este
procedimiento
de
Aristóteles
puede
considerarse
ya
como
una
aplicación
del
método
inductivo
en
la
ética.
El
método
deductivo
La
deducción
es
el
procedimiento
inverso
a
la
inducción:
aquí
se
parte
de
lo
general
para
llegar
a
lo
particular
Este
método
es
el
propio
de
las
ciencias
formales
lógica,
matemática).
La
lógica
lo
define
como
la
inferencia
mediata
que
parte
de
dos
o
más
juicios
llamados
premisas
para
obtener
otro
llamado
conclusión.
Un
ejemplo
de
razonamiento
deductivo
es
el
siguiente:
Se
podría
decir
que
el
procedimiento
deductivo
ha
sido
la
manera
de
pensar
propias
de
las
éticas
especulativas
y
tradicionales.
Estas
éticas
tratan
de
deducir
sus
conceptos
éticos
a
partir
de
una
idea
inalterable
de
la
naturaleza
humana.
Un
ejemplo
del
empleo
de
la
deducción
en
ética
lo
proporciona
el
filósofo
judío
Baruch
Spinoza
(1634-‐1677).
Spinoza
aplica
en
su
obra
Ética
demostrada
según
el
orden
geométrico
un
método
rigurosamente
matemático
con
axiomas,
definiciones,
proposiciones
con
sus
demostraciones,
escollos
y
corolarios.
Este
procedimiento
hace,
sin
duda,
que
la
lectura
de
su
libro
sea
difícil.
53
De
la
naturaleza
y
del
origen
del
alma
III
IV
V
Métodos
filosóficos
Tanto
el
procedimiento
inductivo
como
el
deductivo
pertenecen
a
los
métodos
científicos.
Frente
a
éstos,
la
lógica
estudia
los
llamados
métodos
filosóficos,
que
ha
creado
la
filosofía
a
partir
de
sus
propias
concepciones.
Entre
ellos
están:
el
fenomenológico,
el
método
crítico
trascendental
y
el
método
dialéctico.
El
método
fenomenológico,
creado
por
el
filósofo
alemán
edmund
Husserl
(1859-‐1938),
consiste
en
volver
de
los
objetos
a
los
actos
de
la
conciencia
(vivencias)
en
que
nos
ofrecen
y
estudiar
las
estructuras
de
conciencia
en
su
generalidad
ideal,
esto
es,
como
esencias.
Pero
el
método
fenomenológico
constituye
también
toda
una
corriente
filosófica
que
abarca
el
pensamiento
de
A.
Pfánder,
que
lo
aplica
a
la
lógica,
de
Max
Scheler
y
D.
V.
Hildebrand,
que
lo
aplican
al
campo
de
la
ética,
y
de
M.
Merleau
Ponty,
que
lo
ensaya
en
la
psicología.
El
mismo
Husserl
piensa
que
su
método
es
adecuado
para
todas
las
ciencias,
y
que
la
aplicación
correcta
de
la
fenomenología
a
la
filosofía
convertiría
a
ésta
en
una
ciencia
rigurosa.
En
términos
más
sencillos
y
de
manera
literal,
la
fenomenología
significa
estudio
o
descripción
de
los
fenómenos
(morales,
históricos,
religiosos,
etc.),
para
determinar
su
eidos
o
esencia.
Parafraseando
el
espíritu
cartesiano,
Husserl
considera
que
la
fenomenología
no
presupone
nada:
ni
el
mundo
natural
ni
el
sentido
común,
ni
las
proposiciones
de
la
ciencia,
ni
las
experiencias
psicológicas.
Este
método
se
coloca
antes
de
toda
creencia
y
de
todo
juicio
para
explorar
simplemente
lo
dado,
el
fenómeno
en
sí.
El
método
fenomenológico
puede
ser
útil
en
la
ética
en
dos
sentidos:
directamente,
analizando
fenómenos
morales
para
determinar
sus
rasgos
esenciales
—por
ejemplo,
los
rasgos
característicos
del
acto
moral,
o
el
examen
de
los
diversos
tipos
de
obligación
para
determinar
cuál
es
la
obligación
moral
en
sentido
estricto—,
indirectamente,
sirviéndose
de
otros
análisis
fenomenológicos
de
campos
colindantes
con
la
moral.
Para
poner
un
solo
ejemplo,
el
estudio
que
G.
van
der
Leew
realiza
en
su
Fenomenología
de
la
religión
puede
ser
de
gran
utilidad
en
el
tema
relacionado
con
la
distinción
entre
moral
y
religión
54
El
método
crítico
trascendental
fue
creado
por
Emmanuel
Kant
(1724-‐1804).
Este
método
consiste
en
proyectar
la
atención
no
sobre
los
objetos
mismos,
sino
sobre
el
saber
que
nos
da
la
cultura,
indagando
las
bases
•
elementos
a
priori
(universales
y
necesarios)
del
conocimiento.
No
se
trata,
por
tanto,
de
una
investigación
psicológica
del
conocer,
que
implicaría
un
proceso
de
experiencia,
sino
de
la
averiguación
de
las
condiciones
necesarias
de
toda
experiencia.
En
el
caso
de
la
ética.
Kant
plantea
el
problema
de
¿Cómo
es
posible
la
moral?,
explica
las
bases
objetivas
(a
priori)
de
la
moral;
no
describe,
por
tanto,
de
manera
empírica
y
psicológica
el
fenómeno
de
la
moral,
sino
que
trata
de
elevarse
del
metofactum
(la
moral)
para
determinar
sus
principios
a
priori.
El
método
dialéctico
ha
tenido
una
larga
evolución
en
la
historia
de
la
filosofía.
Este
método
se
remonta
a
Zenón
de
Elea,
el
cual
lo
concibe
como
un
arte
de
discutir.
Más
tarde,
Sócrates
lo
denomina
mayéutica
o
arte
de
dar
a
luz
la
verdad
por
medio
del
diálogo.
Posterior-‐
El
método
dialéctico
ha
tenido
una
larga
evolución
en
la
historia
de
la
filosofía.
Este
método
se
remonta
a
Zenón
de
Elea,
el
cual
lo
concibe
como
un
arte
de
discutir.
Más
tarde,
Sócrates
lo
denomina
mayéutica
o
arte
de
dar
a
luz
la
verdad
por
medio
del
diálogo.
Posterior-‐
La
dialéctica
en
Marx
y
Engels
no
se
refiere
al
proceso
de
la
idea
(como
en
Hegel),
sino
a
la
propia
reali-‐
dad
(de
ahí
la
famosa
frase
de
Marx
acerca
de
que
era
necesario
invertir
la
dialéctica
hegeliana).
La
dialéctica
permite
comprender
eficientemente
el
fenómeno
de
los
cambios
históricos;
y
por
este
hecho
puede
ser
adecuada
para
comprender
el
campo
de
la
moral,
que
se
distingue
por
ser
fundamentalmente
histórico
y
cambiante.
31 Caracterización de la ética
El
psicoanálisis,
en
su
intento
de
establecer
a
la
psicología
como
una
ciencia
natural,
incurrió
en
el
error
de
divorciar
a
la
psicología
de
los
problemas
de
la
filosofía
y
de
la
ética.
Si
la
ética
pretende
lograr
plena
objetividad
debe
buscar
apoyo
en
las
diversas
ciencias,
especialmente
en
aquellas
que
se
refieren
al
hombre
(ciencias
humanas
o
ciencias
sociales).
Esto
no
significa
que
nuestra
disciplina
se
confunda
con
estas
ciencias,
sólo
se
afirma
que
éstas
constituyen
sus
más
valiosos
auxiliares.
La
ética
es
una
ciencia
filosófica,
pero
ello
no
quiere
decir
que
pueda
valerse,
para
su
desarrollo,
de
las
conclusiones
establecidas
por
otras
ciencias
que,
desde
diversos
puntos
de
vista,
analizan
al
hombre
y
a
la
sociedad.
En
seguida
se
mencionan
algunas
ciencias
que
pueden
ayudar
a
la
ética
en
sus
explicaciones.
Primeramente
nos
referiremos
a
la
psicología.
Algunos
autores
ubican
a
esta
disciplina
como
ciencia
humana,
otros
como
ciencia
natural,
otros
más
como
ciencia
limítrofe
o
interme-‐
dia
entre
las
ciencias
naturales
o
experimentales
y
las
ciencias
sociales.