Las Devastaciones de Osorio

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LAS DEVASTACIONES DE OSORIO.

Hacia finales del Siglo XVI y principios del Siglo XVII los habitantes de la costa
norte y zona occidental de la Isla de la Hispaniola mantenían un continuo
comercio de contrabando, principalmente con holandeses y portugueses,
perjudicando las rentas de la Corona Española. Esta situación dio motivo a la
emisión de una ordenanza real al Gobernador de ese entonces Domingo de
Osorio que llevó a la destrucción en el año 1606, las poblaciones de Puerto
Plata, Montecristi, Bayajá y Yaguana, poblaciones que dieron orígenes a la
fundación de dos ciudades ubicadas cerca de la capital de la isla, Monte Plata y
Bayaguana. A esta inhumana e imprudente decisión la posteridad le ha llamado
“La devastación de Osorio”.

Esta acción dejó sin protección las tierras de esas regiones y abrió las puertas
para que corsarios ingleses, franceses y holandeses entre otros, incursionaran
a sus anchas para proveerse de provisiones principalmente con la caza de
reses. A medida que se intensificaban esas incursiones las tierras se fueron
poblando de los que luego se llamaron bucaneros, siendo la semilla que dio
origen a la posterior división de la isla en la parte española y la parte francesa,
surgimiento de la Republica de Haití.

Fuente: http://hoy.com.do/las-devastaciones-de-osorio-2/
LAS DEVASTACIONES DE OSORIO (1605-1606)
Las devastaciones de 1605 y 1606. Después de largas discusiones en la corte
española, el rey Felipe III decidió despoblar totalmente las comarcas donde se
llevaban a cabo los contrabandos y trasladar sus habitantes a zonas interiores
cercanas a la ciudad de Santo Domingo. Felipe II había contemplado muchos años
esa posibilidad, pero nunca se resolvió a llevarla a cabo, quizás consciente de la
peligrosidad que envolvía. Felipe III decidió atenerse a las recomendaciones de
López de Castro un oficial real en desgracia que entonces visitaba la corte y
propuso de nuevo la medida. Encomendó las devastaciones al Gobernador Osorio
y al Arzobispo Dávila Padilla, otorgándoles poder para cualquier medida que
consideraran prudente.

El anuncio de las Devastaciones provocó las protestas de todos los vecinos de la


isla y principalmente de los de las regiones afectadas, a través de peticiones de los
cabildos en que se solicitaba la revocación de la medida. A pesar de eso, el
Gobernador Osorio, quien por el fallecimiento del Arzobispo Dávila y Padilla no
tenía poder para realizar la medida, decidió cumplir al pie de la letra con lo
estipulado en las Reales Cedulas que la disponían.

Para llevar a cabo las Devastaciones se hizo traer un contingente de tropas del
presidio de Puerto Rico, ya que se esperaba que los habitantes de las regiones
afectadas resistieran con las armas en las manos. Estas tropas también tendrían la
misión de combatir a los piratas y contrabandistas que localizaran en el momento
de efectuar el traslado forzado de las poblaciones. Además, debían garantizar,
mediante rondas punitivas periódicas, que no quedaran personas en las zonas
despobladas principalmente negros cimarrones, e imposibilitar que los extranjeros
comerciaran con ellas o se dedicaran directamente a matar las reses salvajes de
los lugares despoblados o a utilizarlos como punto de refugio y bases para atacar
a los navíos y territorios españoles.

Desde antes de efectuarse las Devastaciones se estuvo consciente de la


posibilidad de que los enemigos de España se instalaran duraderamente en los
sitios despoblados, pero parece que, en el mismo momento de decidirse la
medida, tal posibilidad no se temió mucho porque, en los hechos, todavía estas
naciones no tenían establecimientos en América, si se exceptúan algunos intentos
en la Florida y la ocupación como base de piratería de algunas pequeñas islas de
las Antillas Menores. Pero precisamente desde inicios del siglo XVII es que se
iniciaba el proceso de colonización en América por parte de franceses e ingleses,
tanto en la zona del Caribe como en la América del Norte, Proceso que coincide
con las devastaciones, por lo que estas dieron lugar, a larga, a la formación de la
colonia francesa en las zonas abandonadas.
Las causas de las Devastaciones fueron de diversos órdenes. 

En primer lugar, estaba el problema comercial. España trataba de mantener el


esquema monopólico en el comercio con las colonias. Los rescates de los
habitantes de la isla con los extranjeros inferían grave daño a los intereses de la
burguesía comercial de Sevilla y al propio Estado español que dejaba de recaudar
sumas importantes por concepto de impuestos. En otro orden de ideas, el Estado
Español interpretaba el comercio ilegal como fuente de enriquecimiento de los
países enemigos, por lo que las motivaciones económicas se unían a las de índole
política y militar.

En el aspecto políticos la Corona temía que la generalización del contrabando


conllevara a la posibilidad de secesión de la isla e incluso de otros territorios
americanos, al surgir claros intereses en la clase esclavista local contra el
exclusivismo monopólico (de hecho las protestas de los Cabildos de la isla contra
las Devastaciones y la Rebelión de Guaba muestran que tal posibilidad era real).
Las reivindicaciones de la clase esclavista y la clase media contra el monopolismo
español, que como hemos visto tenían casi un siglo de manifestaciones, se habían
agudizado con la practica continua del contrabando durante más de 30 años y la
decadencia de España.

Otra causa fue el ya señalado desplazamiento de la actividad económica de la isla


de la región Este a las zonas del Norte y Oeste por el cambio de la industria
azucarera a la ganadería.

Las devastaciones tuvieron que ver, por último, con el divergente de España y
otros países europeos. Mientras en España se entronizó plenamente la reacción
feudal y desaparecieron las manufacturas y los gérmenes de capitalismo, en
Inglaterra y Holanda las relaciones capitalistas y el crecimiento manufacturero
avanzaron con gran rapidez en la segunda mitad del siglo XVI. A pesar del
monopolio, España dependía de estos A pesar del monopolio, España dependía
de estos manufacturados tanto la península como las colonias. De ahí que la
incapacidad de competencia comercial de España era absoluta.

Consecuencias de las Devastaciones. 

El efecto inmediato más importante de las Devastaciones fue causar un


agudizamiento de la decadencia económica que desde hacía un tiempo era
palpable en la isla. Con la medida, las mayores riquezas ganaderas fueron
prácticamente liquidadas; además numerosos bienes en casas, muebles, etc. De
los vecinos se perdieron para siempre. La mitad de la isla dejó de ser aprovechada
en todos los sentidos y quedó totalmente deshabilitada. Desde 1606 Osorio
extendió las despoblaciones a zonas más orientales dejando como límites del
territorio poblado las ciudades de Santiago en el Norte, y Azua en el Sur. Entre los
daños causados por las Devastaciones se encuentra la destrucción de los ingenios
más importantes de la isla en ese momento, los cuales estaban en Puerto Plata,
Yaguana y San Juan de la Maguana. Se observa que después de las
despoblaciones solo quedaron 12 ingenios con un total de 888 esclavos,
incluyendo los del servicio doméstico.

El estado Español trató de revivir la actividad comercial de la isla después de las


Devastaciones. Para eso proveyó protección a los comerciantes e instituyo cuotas
obligatorias de participación comercial con la isla al comercio español con América.
Si vemos el cuadro de navegación se observa que efectivamente hay un aumento
relativamente importante de la navegación después de 1605 hasta
aproximadamente 1620. Estos paliativos, sin embargo, no pudieron ser duraderos
ni consistentes pues las Devastaciones agudizaron extremadamente las
tendencias decadentes de la colonia de Santo Domingo. Por otra parte., al
propiciar el establecimiento de extranjeros en las zonas occidentales, unido al
aumento de la piratería, la seguridad en la isla se hizo extremadamente precaria,
de donde se acrecentó rápidamente la tendencia migratoria de esclavistas,
esclavos y personas de las clases medias a otras colonias americanas.

Censo de Osorio, Situación Socio-económica tras Devastaciones. El estado Social


de la Isla después de las Devastaciones es fácilmente interpretable a partir de los
datos que proporciona el censo realizado por el gobernador Osorio en 1606. En
términos de distribución de la población se observa la concentración en torno a la
ciudad de Santo Domingo. El 56 o/o de los vecinos de toda la isla estaba en esa
ciudad y seguramente en mayor proporción los esclavos en las haciendas de los
alrededores.

Entre los vecinos propietarios de unidades agrícolas, el 50 o/o residía en Santo


Domingo. Por otra parte, la capital de la colonia era la única aglomeración urbana
propiamente dicha, entendida, como centro de comercio y producción artesanal.
En el cuadro del censo de Osorio se observa la existencia de un número
apreciable de artesanos con variadas especialidades. En cambio, las villas
interiores no tenían ningún artesano o muy pequeño número y variedad. Sobre
todo, en estas villas no se advierte la presencia de comerciantes (se'vo en
Santiago donde había 4 y en la Vega 1), contra unos 45 comerciantes de diversos
tipos en Santo Domingo. Claro que la importancia mercantil de Santo Domingo ya
estaba en pleno descenso y esa tendencia aumentaría notablemente durante todo
el siglo XVII, aunque por su posición demográfica, administrativa, económica y
militar, la capital de la colonia mantuvo ciertos rasgos urbanos en ese siglo, a
diferencia de todas las restantes villas.
Fuente: http://www.enciclopediadetareas.net/2010/07/las-devastaciones-de-osorio-
1605-1606.html

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