Trabajo Salud Publica
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LATINOAMÉRICA.
Panorama Histórico
Durante los primeros 20 años del siglo XX, se realizaron importantes descubrimientos
sobre el papel que desempeñan los vectores en la transmisión de enfermedades y los
gobiernos iniciaron políticas y acciones para prevenirlas y controlarlas a nivel
internacional, incluida la creación de un organismo de salud específico para las
Américas. La Segunda Conferencia Internacional de los Estados Americanos en 1901,
en México, solicitó realizar una "convención general de representantes de las
organizaciones sanitarias de las diferentes repúblicas americanas" para crear acuerdos y
reglamentos y convocar conferencias sobre la salud de manera periódica. Fue así como,
el 2 de diciembre de 1902, se celebró la Primera Convención General de Sanidad
Internacional de las Repúblicas Americanas, donde se estableció la Oficina Sanitaria
Internacional, en Washington, D.C., más tarde denominada Oficina Sanitaria
Panamericana (1923) y Organización Panamericana de la Salud en 1958.
Durante estos años, la salud pública se hizo notar por la creación de esta nueva agencia
internacional y el plan de los Estados Unidos de construir el Canal de Panamá. En 1901
la Comisión de la Fiebre Amarilla, encabezada por Walter Reed, confirmó que el
mosquito Aedes aegypti era el vector único de esta enfermedad, una observación
realizada anteriormente por el médico cubano Carlos Finlay. A partir de 1904, Estados
Unidos ejerció el control administrativo de la Zona del Canal de Panamá, donde la
fiebre amarilla tenía alta incidencia. William Gorgas, ex oficial sanitario principal en
Cuba, fue asignado al control de sanidad de la Zona.
En esa época, Brasil y Cuba también combatían la fiebre amarilla. En 1905, Cuba
publicó 3.000 copias del Manual de prácticas sanitarias -dirigido a funcionarios de
salud pública, médicos y otros empleados de gobierno- y más de 50.000 folletos sobre
la prevención de la fiebre amarilla y sobre la higiene de la niñez. En Brasil, Oswaldo
Cruz, desde el Instituto Federal de Seroterapia (hoy Fundación Oswaldo Cruz), utilizó
métodos similares a los de las brigadas sanitarias en la zona del canal. Con su liderazgo,
Cruz liberó temporalmente de fiebre amarilla a Río de Janeiro. Unos cuantos años más
tarde Carlos Chagas, un investigador en la Fundación Oswaldo Cruz, describió la
tripanosomiasis americana (enfermedad de Chagas) y descubrió tanto el vector
(Triatoma infestans) como el parásito causal (Trypanosoma cruzi) de este padecimiento.
En esta época, los conceptos de salud pública empezaron a cambiar. En 1920, C.E. A.
Winslow expandió la definición de salud pública a " la ciencia y arte de prevenir la
enfermedad, prolongar la vida y promover la salud a través de los esfuerzos organizados
y la información seleccionada por la sociedad, organizaciones públicas y privadas,
comunidades e individuos".
En los años treinta, los temas de salud se extendieron de las enfermedades infecciosas al
desarrollo de recursos humanos y a la diseminación de información de salud pública,
programas de salud materna e infantil y sistemas para la asistencia y la cooperación
técnica. De estos años data el desarrollo de los bacteriostáticos, antibióticos y vacunas
para administración masiva, la producción de la antitoxina diftérica y la implementación
de programas para el control de la tuberculosis y las enfermedades venéreas.
Dos décadas más tarde, la OPS y las autoridades de salud pública continuaron
enfocándose en la erradicación de la enfermedad, específicamente el pian y la malaria.
El pian tenía una prevalencia de 40% a 60% en la población de las áreas rurales
haitianas. En 1950 Haití, con el apoyo de la OPS y UNICEF, lanzó una campaña contra
esta enfermedad utilizando el nuevo antibiótico penicilina; para 1958, se registraban
solamente 40 casos infecciosos en todo el país.
Fue también durante la década de los sesenta cuando las estrategias de regionalización y
centralización se hicieron parte del desarrollo de los sistemas nacionales de salud. El
primer sistema de salud regionalizado en América Latina -el Servicio Nacional Chileno
de Salud- fue creado por Leonardo Bravo y Abraham Horwitz, quienes trataron de
unificar los dispersos servicios médicos para prevención y tratamiento bajo la guía de
una sola administración. De manera similar, en Puerto Rico, Guillermo Arbona
regionalizó el sistema de salud y consideró a la regionalización como la "delegación" de
autoridad y responsabilidad del nivel central al regional, y del regional al local.
Las instituciones de seguridad social, que empezaron a crecer en esta época, estaban
separadas de los ministerios de salud y orientadas al tratamiento médico más que a la
prevención. La fragmentación, sobreposición de jurisdicciones y duplicación de
servicios por distintas agencias nacionales fueron vistas como problemas que se debían
enfrentar mediante arreglos estructurales, y los ministerios de salud realizaron grandes
esfuerzos para organizar los programas de salud pública.
Desde principios de los años sesenta, los expertos en ciencias sociales empezaron a
hacer patente la necesidad de que el desarrollo social no fuera condicionado al
desarrollo económico. Por ello, estos científicos sufrieron exclusión y amenazas y sus
estudios fueron muchas veces considerados como subversivos. Alrededor de 1970, Juan
Cesar García y otros, con el apoyo de la Fundación Milbank Memorial de Nueva York,
realizaron nuevos estudios e intercambio de información y comunicación entre
sociólogos, y consiguieron aumentar el interés en la relevancia de las condiciones
sociales y su influencia sobre los problemas prevalentes de salud.
Los años setenta condujeron a un movimiento mundial hacia la "Salud para Todos",
marcado por la Conferencia de Alma–Ata, en 1978, y la Declaración de Alma–Ata, que
enfatizaba la necesidad de considerar a la atención primaria de salud (APS) como parte
esencial del desarrollo socioeconómico. La iniciativa de "Salud para Todos" requería un
mayor énfasis en la atención de salud rural, la capacitación de trabajadores de salud
comunitarios, la incorporación de proveedores informales en el continuo de servicios de
salud y la promoción de la participación comunitaria. La Región contribuyó con
modelos exitosos y experiencias acumuladas a través de varias décadas, y fue promotora
de nuevas iniciativas a medida que los países evolucionaban hacia gobiernos
democráticos. La OPS lanzó la creación de los sistemas locales de salud (SILOS),
fortaleciendo la acción intersectorial como un nuevo enfoque de salud pública.
La abogacía por la APS coincidió con turbulencias políticas a nivel mundial y también
con el inicio de movimientos de liberación nacional en muchos países en desarrollo. La
actuación de Halfdan Mahler, Director General de la OMS, fue esencial para redefinir el
problema de cobertura de salud, que cambió de un enfoque técnico a enfoques ético y
político. Mahler argüía en favor de la movilización comunitaria y un abordaje
conductual basado en la responsabilidad individual. Así, la reforma del sistema de salud
se convirtió en una estrategia general para el cambio social.
También durante los años noventa tuvo lugar uno de los mayores desafíos para la salud
mundial, la epidemia de VIH/sida, iniciada en la década anterior. Entre 1983 y 1993 se
establecieron programas integrales de prevención y control del sida en todos los países
de la Región. A partir de 1996, Brasil fue pionero en la atención de las personas
afectadas por el VIH y estableció una política de cobertura universal con tratamiento
antirretroviral, reduciendo la tasa nacional de mortalidad por VIH/sida a la mitad en
menos de una década.