Cohesión, Coherencia y Argumentación

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1.

COHESIÓN, COHERENCIA Y ARGUMENTACIÓN

1.1 DEFINICIÓN DE TEXTO

La palabra texto describe a un conjunto de enunciados que permite dar un


mensaje coherente y ordenado, ya sea de manera escrita o a través de la palabra.
Se trata de una estructura compuesta por signos y una escritura determinada que
da espacio a una unidad con sentido. [1]

1.2 COHESIÓN

El concepto de cohesión alude a los mecanismos formales que hacen posible la


relación entre las oraciones y los elementos supraoracionales que constituyen un
texto (por oposición a las que se dan en el seno de la oración). Está expresada en
parte a través de la gramática y la léxica. [2]

a) Cohesión gramatical: Sus recursos son:

Referencia: Reemplazar palabras por pronombres (personales, posesivos,


relativos, demostrativo).

Elipsis: Dos tipos básicos

Nominal: sirve para omitir una palabra que ya fue dicha.


Verbal: Omite el verbo. [3]

b) Cohesión léxica: En el área de la gramática, la cohesión textual, también


conocida como cohesión léxica, es la unión entre palabras, párrafos, y
oraciones, a través del uso de conectores, pronombres, sinónimos,
antónimos, hiperonimia, hiponimia con la finalidad de evitar el uso constante
de las palabras, pero manteniendo una idea coherente para el lector. [4]

c) Mecanismos de cohesión textual o léxica:

La repetición: Es la reiteración de la misma palabra en el desarrollo del


texto.

Sinonimia: Palabras diferentes, de igual significado.

Hiperonimos: Es una palabra que nombra un conjunto de cosas.

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Hiponimos: Palabras que designan cada uno de los elementos del
conjunto. Por ejemplo, “animal” es un hiperónimo de “perro” pero es un
hipónimo de “ser vivo”. [3]

Referencia: Se expresa la relación entre un elemento del texto con otros


que están presentes en el texto mismo o en el contexto situacional. Dentro
de la referencia tenemos:

Referencia personal: Pronombres personales (la, lo, tú, él, ella,


ellos), relativos (que, quien, cuyo, el cual), indefinidos (alguno,
ninguno, otro, varios, nadie), adjetivos posesivos (su, mi).

Referencia demostrativa: Pronombres demostrativos (éste, ese,


aquél), adverbios (aquí, allí, allá, ahora). [5]

Sustitución: Consiste en reemplazar un elemento léxico por otro para


evitar así la repetición de un término y hacer más claro y preciso el texto.
Tipos de sustitución: por sinónimos, por hiperónimo, por correferencia, por
proformas (nominales o verbales).

Elipsis: Consiste en la omisión de un elemento dentro del texto dada su


obviedad. Es decir, suprimir la información que se supone el receptor
conoce y, por lo tanto, la puede identificar perfectamente sin que afecte su
interpretación. [5]

Ejemplo de cohesión: La mañana es un momento agradable para Delfina.


El comienzo del día la pone de buen humor, como todos los comienzos, por
las oportunidades que ofrece a futuro. En el ejemplo, “comienzo del día” se
utiliza como sinónimo de “mañana”, lo cual permite relacionar “mañana” con
el concepto “comienzo”. [6]

d) Conectores lógicos: Los conectores pueden ser palabras, oraciones o


conjuntos de oraciones, por lo tanto, unen desde lo más breve hasta lo más
extenso. Aparecen más frecuentemente en los textos escritos que en la
oralidad, existen diferentes tipos de conectores como, por ejemplo: Aditivos,
opositivos, causativos, comparativos, reformulativos, ordenadores y
condicionales.

Aditivos: Expresan suma de ideas: y, además, también, asimismo,


también, por añadidura, igualmente, encima, es más, más aún,
incluso, hasta, para colmo. [7]

3
Opositivos: Expresan diferentes relaciones de contraste entre
enunciados.

Concesión: con todo, a pesar de todo, aun así, ahora bien, de


cualquier modo, al mismo tiempo, aunque, aún, cuando, a pesar que,
no bien, etc.

Restricción: pero, sin embargo, no obstante, en cierto modo, en


cierta medida, hasta cierto punto, si bien, por otra parte, aunque,
sino, en cambio, al contrario.

Causativos-Consecutivo: Expresan relaciones de causa o


consecuencia entre los enunciados.

Consecutivos: por tanto, de ahí que, en consecuencia, así pues, por


consiguiente, por lo tanto, por eso, por lo que sigue, por esta razón,
entonces, entonces resulta que, de manera que, luego, así que, en
ese sentido, de tal forma, además, enseguida, en efecto, o sea, en
otras palabras, por otro lado, por ejemplo, en pocas palabras, ya
que, etc.

Causales: porque, pues, puesto que, ya que, debido a que. [7]

Comparativos: Subrayan algún tipo de semejanza entre los


enunciados. Del mismo modo, igualmente, análogamente, de modo
similar, como, así como, más… que, menos… que, igual… que,
tan… como.

Reformulativos: Indican que un enunciado posterior reproduce total


o parcialmente, bajo otra forma, lo expresado en uno o más
enunciados anteriores.

Explicación: es decir, o sea, esto es, a saber, en otras palabras,


Para que, con el fin de que, con el propósito de que.
Recapitulación: en resumen, en resumidas cuentas, en suma, total,
en una palabra, en otras palabras, dicho de otro modo, en breve, en
síntesis.

Ejemplificación: por ejemplo, así, así como, verbigracia, por


ejemplo, particularmente, específicamente, incidentalmente, para
ilustrar.

Corrección: mejor dicho, o sea, bueno.

Ordenadores: Señalan las diferentes partes del texto. [7]


4
Comienzo de discurso: bueno, bien: ante todo, para comenzar,
primeramente, en primer lugar.

Cierre de discurso: en fin, por último, en suma, finalmente,


terminando, para resumir, para concluir, al final, en conclusión.

Transición: por otro lado, por otra parte, en otro orden de cosas, a
continuación, acto seguido, después.

Digresión: por cierto, a propósito, a todo esto.

Temporales: después (de), después (que), luego, desde (que),


desde (entonces), a partir de..., antes de, antes que, hasta que, en
cuanto, al principio, en el comienzo, inmediatamente, temporalmente,
actualmente, cuando, no bien, apenas, en cuanto que.

Espaciales: al lado, arriba, abajo, a la izquierda, en el medio, en el


fondo.

Condicionales: si, siempre que, en caso que, mientras que, a no ser


que, según, con tal que, sí, siempre y cuando. [7]

1.3 COHERENCIA

En un texto, la coherencia es aquella propiedad que hace posible que el texto


posea una estructura semántica, es decir, que el texto tenga un significado unitario
que el lector pueda comprender y no resulte una serie de frases sin conexión
alguna.

a) Ejemplo de coherencia:

“Vivo en pueblo. El pueblo pertenece a la comunidad autónoma de Extremadura.


En España hay diecisiete comunidades y dos ciudades autónomas. Hay varios
autobuses que unen el pueblo con la capital. Toda la vida he vivido aquí.”

Como podemos observar, las frases que componen este escrito poseen un
significado. El lector podrá comprender cada una de ellas por separado, pero no
las concebirá como parte integrante de un texto puesto que carecen de unidad
semántica. [8]

5
Sin embargo, si redactáramos esta serie de frases dotándolas de una estructura
semántica se concebirían como un texto:

“Desde que nací vivo en un pueblo que pertenece a la comunidad autónoma de


Extremadura, una de las diecisiete comunidades autónomas que hay en España.
Vivir en un pueblo no supone ningún problema para estudiar en la capital de la
comunidad, ya que hay varios autobuses al día que realizan este trayecto.”

Una vez leído este escrito, vemos las diferencias sustanciales con el ejemplo
anterior y nos damos cuentas de que esto sí es un texto que posee coherencia. [8]

Para que un texto resulte coherente ha de los siguientes aspectos:

 Un tema central que recorra las líneas que componen el texto. Por ejemplo,
el tema de las señales de tráfico.

 Una estructura formada a base de una progresión temática, donde las


frases y párrafos posean una conexión en su significado, es decir, que
recojan la esencia de lo dicho anteriormente y aporten nueva información
acerca del tema que desarrolla el texto. Por ejemplo, en el tema de las
señales de tráfico primero explicaríamos por ejemplo qué es una señal y
para qué sirve, después qué tipos de señales existen, etc.

 Unos enunciados que no se contradigan entre sí y que no manifiesten


cosas imposibles. Para que un texto resulte coherente es necesario que no
se afirme algo y posteriormente se diga algo totalmente opuesto. Por
ejemplo, no sería coherente expresar algo así: “Casi atropello a un peatón
invisible que no sé dónde salió y luego desapareció”. Este enunciado no
sería coherente ya que no puede existir algo que sea invisible y que
después desaparezca, lo que no es visible para el hombre no puede
desaparecer ante su mirada. [8]

1.4 SUPERESTRUCTURA, MACROESTRUCTURA, MICROESTRUCTURA


DESDE LA TEORÍA DE VAN DIJK

a) Superestructura: La superestructura, de acuerdo con van Dijk y Kintsch


(1983), corresponde al esqueleto de las partes que conforman un texto y
varía según el tipo de texto. La superestructura es la que permite hablar de
tipologías discursivas, si bien es cierto que hay algunos que no poseen una

6
superestructura clara. En una definición más restringida, la superestructura
conlleva a hablar de géneros. [9]
Las superestructuras son estructuras globales, independientes del
contenido, al cual le imponen ciertas limitaciones. Ellas se definen con
relación al texto en su conjunto o para determinados fragmentos de éste,
determinando el orden o coordinación global de las partes de un texto. La
superestructura es una especie de esquema básico al que se adapta un
texto.

La superestructura del texto expositivo está constituida por la siguiente


secuencia:

Introducción: Forma clara y precisa de lo que se quiere exponer, y


ha de suscitar el interés del lector.

Desarrollo: Es la parte de la exposición que expone, detalla, amplía


la tesis o cuestión planteada en la introducción.

Conclusión: Resume o enfatiza los principales puntos tratados en la


exposición. Otras veces, puede predecir los cambios que pueden
ocurrir en el futuro, relativos al tema expuesto. [9]

b) Macroestructura: Van Dijk y Kintsch (1983) establecen que la


macroestructura, a diferencia de la microestructura (estructuras de
oraciones y secuencias de discurso de carácter local), es de nivel más
global; se define como un denominador común proposicional o conjunto de
macro proposiciones que describe una situación o curso de eventos
(proposiciones o información conceptual que contienen las oraciones) como
un todo, de tal manera que las oraciones o elementos que la constituyen
implican acciones, componentes de un episodio general.

La macroestructura, por su condición global, tiene lugar al nivel de la


esencia, el tema o la tesis, es decir, es la construcción o arquitectura textual
que proporciona coherencia a un texto, que relaciona párrafo con párrafo.
Ahora bien, si bien la coherencia puede entenderse como una cualidad
abstracta del texto, corresponde, por un lado, al bosquejo o plan global que
guía al hablante-escritor en la estructuración de su discurso de acuerdo a la
intención o situación comunicativa y, por otro lado, a la interpretación del
oyente-lector que otorga algún sentido al contenido textual. [9]

7
Para producir la macroestructura de un texto, el sujeto ha de orientarse
mediante la superestructura, esto es, guiarse por un esquema formal
cognoscitivo que regule la elaboración de la macroestructura. Para llenar
este esquema mental se requiere del conocimiento previo del sujeto, de su
representación del mundo, sus experiencias sobre el tema tratado. Los
esquemas mentales permiten la aplicación de las macroreglas de Van Dijk
(1992) o macroestrategias de comprensión y producción.

Las macroestrategias de producción son: adjunción, particularización y


especificación. La primera consiste en que adjuntan proposiciones con
detalles a las proposiciones centrales. La segunda implica la elaboración de
ideas parciales a partir de una idea general y, la tercera, la deducción de
información del marco de conocimientos. Evidentemente, la función
fundamental de las macroestrategias es establecer relaciones entre
“proposiciones de nivel más bajo con macro proposiciones de nivel más
alto” (Van Dijk, 1990:56). Las macroestrategias deben ser aplicadas de
manera recursiva, es decir, una macroproposición puede ser extendida a un
conjunto de proposiciones, y éstas, a otros subconjuntos. [9]

De lo anterior se desprende que la macroestructura se organiza


jerárquicamente según los diversos niveles de proposiciones y
macroproposiciones. Sin embargo, Charolles (1978) considera que la
organización de la macroestructura depende del orden de aparición de las
macroproposiciones que la conforman. Las relaciones que se establecen
entre las proposiciones son: de precedencia (la coherencia del enunciado
siguiente se debe a su relación con el precedente); de consecuencia (la
coherencia de un enunciado se deriva de un enunciado anterior de acuerdo
con una transformación).

Obviamente, para Charolles (1978), las macroproposiciones están


relacionadas, más que jerárquicamente, linealmente, mediante una
progresión temática macro proposicional, a través de una secuencia o
encadenamiento temático entre las macroproposiciones, así como se da
una progresión temática entre las oraciones de un párrafo. En definitiva, la
macroestructura da cuenta de si un texto es o no es coherente. Un texto
tiene coherencia si es posible construir una macroestructura de él. [9]

8
c) Microestructura: Muchos autores entre los cuales se destacan van Dijk y
Kintsch (1983), Calsamiglia y Tusón (1999), Aguillón y Palencia (2004) y
Marín y Morales (2004) definen la microestructura como los elementos
locales y superficiales que hacen que un texto sea cohesivo y coherente.
Su diferencia con las macroestructuras radica en que éstas son de carácter
global y están inclinadas a describir situaciones, acciones o cursos de
eventos como un todo, los cuales están relacionados con los significados
presentes en el texto. [9]

Otras definiciones de microestructura apuntan hacia la estructura que forma


parte de las oraciones y párrafos que integran un texto que a través de
mecanismos de cohesión (sustitución, elipsis, deixis textual, proformas
lexicales y gramaticales) establecen las relaciones intratextuales y se
convierten en una especie de guía para que el lector pueda inferir los
significados presentes en un texto. Además de ayudar a mantener la
progresión temática de éste, mediante mecanismos que son capaces de
conformar el tópico del discurso.

Estos mecanismos denominados mecanismos de cohesión, según Gregorio


y Rébola (1996), citado por Benítez (2005:78), que operan en el nivel
estructural de superficie, incluyen una serie de fenómenos léxico-
gramaticales dentro de los cuales se incluyen las proformas. Es importante
destacar, que, en la presente investigación, debido a la gran variedad de
mecanismos de cohesión que integran el nivel microestructural, se han
considerado las proformas gramaticales, atendiendo al uso y la importante
función que cumplen dentro de la conformación y organización de la
macroestructura y superestructura de un texto. [9]

1.5 ARGUMENTACIÓN

La argumentación es una variedad discursiva con la cual se pretende defender


una opinión y persuadir de ella a un receptor mediante pruebas y razonamientos,
que están en relación con diferentes: la lógica (leyes del razonamiento humano),
la dialéctica (procedimientos que se ponen en juego para probar o refutar algo) y
la retórica (uso de recursos lingüísticos con el fin de persuadir movilizando
resortes no racionales, como son los afectos, las emociones, las sugestiones ... ).
[10]

Esta práctica discursiva presupone, por una parte, la existencia de una


contradicción, de una confrontación de puntos de vista, y, por otro lado, presupone
la existencia de una pluralidad de opciones entre las cuales escoger. [11]
9
a) Tipos de argumentos: Iganacio Bosque propone la siguiente clasificación
de argumentos tomando como criterio la capacidad persuasiva, la función,
el contenido y la finalidad de los de los mismos. [11]

Según su capacidad persuasiva:

 La pertinencia: Los argumentos pertienentes están relacionados


con la tesis o la refuezan.

 La validez: Conducen a la conclusión deseada. En caso contrario,


son argumentos falaces.

 La fuerza argumentativa: Depende de la facilidad con que se


rebaten. Se distinguen argumentos débiles y argumentos sólidos. Si
no puede ser rebatido es un argumento irrefutable. [10]

Según su función:

 Argumentos de apoyo a la tesis propia.

 Concesiones o ideas de la tesis contraria que se admiten


provisionalmente.

 Refutaciones o argumentos con los que se rebate total o


parcialmente la tesis contraria.

 Contraargumentos que invalidan los argumentos contrarios a la


tesis o las concesiones que el propio autor ha admitido previamente.
[10]

Según su contenido: El contenido de los argumentos se basa en


los tópicos: los diferentes valores en que se basa un argumento para
establecer su fuerza argumentativa. Son muy variados:

 Tópico de la existencia: Lo real y existente es preferible a lo no


existente (Ya sé que quieres ir al teatro, pero es mejor que
pensemos otra cosa: los lunes no hay función).

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 Tópico de la utilidad: Lo útil y beneficioso es preferible a lo inútil
(Debería dejar de fumar: tengo los bronquios hechos polvo).

 Tópico de la moralidad: lo que sigue principios morales es


preferible a lo inmoral (No contestes así a tu padre. Es una falta de
respeto). [11]
 Tópico de la cantidad: Lo que tiene más es preferible a lo que tiene
menos (¡No me digas que no le gusta el color de este vestido! ¡Se
está llevando mucho esta temporada!).

 Tópico de la calidad: De alguna manera este tópico se opone al


anterior y puede ser usado como un contraargumento (Aunque
Madrid sea más grande y tenga muchas más cosas, se vive mejor en
mi pueblo).

Esta lista de tópicos no da cuenta de la gran cantidad de tópicos posibles


simplemente se presentan a modo de ejemplo (El Tratado de la
argumentación de Perelman y Olbrechts- Tyteca registra más de ochenta
tópicos diferentes). [11]

Según su finalidad: Las finalidades básicas que tiene una argumentación


son la demostración y persuasión. Para la primera se utilizan
los argumentos racionales, que se fundamentan en los hechos. Para la
segunda se utilizan los argumentos afectivos. [10]

 Argumentos racionales:

La argumentación lógica: Se basa en las relaciones causa-efecto,


concreto-abstracto, condición-resultado, concreto-abstracto, individual-
general.

 El silogismo: Es un razonamiento que consta de dos premisas y de


una conclusión que se deduce necesariamente de ellas.

 El ejemplo.

 El uso del sentido común y el uso de refranes y máximas.

 El argumento de autoridad.

La argumentación analógica: Se basa en las relaciones de semejanza.

 La comparación.

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 La metáfora. [10]

 Argumentos afectivos: La diferencia con los anteriores radica en el uso


del lenguaje: se buscan los valores expresivos, mediante el empleo
de recursos estilísticos. Predominan los valores connotativos, al igual que
en los textos literarios. El uso de la argumentación afectiva está
condicionado por el tipo de texto. Es inadecuada en textos científicos, pero
aparece con frecuencia en textos humanísticos.

b) Estructura del texto argumentativo: En un texto argumentativo


aparecerán dos elementos fundamentales: la tesis y el cuerpo
argumentativo.

Tesis: La idea fundamental sobre la cual se reflexiona y se


argumenta.

Cuerpo argumentativo: La aportación de todo tipo de «razones»


que permiten al autor convencer al destinatario. Se denominan
argumentos. [10]

 Estructura básica: Las dos formas básicas en que se estructuran estos


elementos coinciden con la exposición:

Estructura inductiva. Se parte de los hechos concretos para


establecer una idea general que los ratifique. La tesis suele aparecer
al final y sirve como conclusión de todo el proceso argumentativo.

Estructura deductiva: Se parte de una idea general (tesis inicial)


para llegar a una conclusión concreta.

Pero se pueden presentar de otras formas:

Estructura encuadrada: Se parte de una idea general, con


argumentos que generan, como conclusión, otra tesis final.

Estructura repetitiva: Se repite la misma tesis a lo largo del texto.

Estructura en paralelo: Se presentan diferentes tesis y se van


argumentando al mismo tiempo. [10]

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c) Componentes de la argumentación: Una argumentación suele
comprender los siguientes elementos:

Tesis: Una conclusión principal a favor de la cual (o en contra de la


que) se argumenta. [12]

Premisas: Un conjunto de informaciones y observaciones previas


desde las cuales es posible inferir la tesis.

Argumentos: Razonamientos que demuestren cómo la tesis se


obtiene de las premisas.

Contraargumentos: Razonamientos que o bien ataquen las


premisas y los razonamientos contrarios, o protejan los propios de
los ataques del contrario. Pueden identificar falacias, fallos
argumentativos o proveer de ejemplos y contraejemplos.

Conclusiones: Dar por demostrada alguna de las tesis en conflicto,


o incluso negociar la elaboración de una nueva tesis en conjunto que
sea producto del debate y que satisfaga las premisas de las partes
enfrentadas. [12]

d) Ejemplos de argumentación:

 Los anuncios contra el cigarrillo. Actualmente las cajas de cigarrillos


contienen mensajes alertando sobre los posibles daños a la salud que su
consumo produce, y se acompañan de fotografías explícitas o sugerentes
que brindan un impacto visual y emocional a las advertencias médicas. Este
conjunto tiene como fin persuadir al consumidor de abandonar el hábito del
cigarrillo.

 Una campaña electoral. Durante la campaña electoral para cargos públicos


como la presidencia del país, por ejemplo, los contrincantes emprenden
discursos y debates públicos en los que intentan convencer a la mayoría de
la población de sus ideas respecto a la economía, lo social, lo político y
ganar así su favor. Para ello deben argumentar su punto de vista y
defenderlo de las preguntas de los periodistas y de sus contrincantes. [12]

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