COMITÉ

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Introducción

Existen diversas clasificaciones de las personas jurídicas, entre las cuales


destaca la que clasifica a las mismas en personas jurídicas de derecho privado
y personas jurídicas de derecho público.

Las personas jurídicas de derecho privado son las reguladas expresamente y


de manera genérica en el Código Civil, Ley General de Sociedades, la Ley
General de Cooperativas, la Ley de General de Comunidades Campesinas y de
la Empresa Individual de Responsabilidad Limitada, se rigen por sus estatutos
los que son aprobados por sus miembros y la inscripción en el Registro les
otorga dicho carácter, se constituyen por Escritura Pública, a excepción del
Comité que puede constituirse por documento privado con firmas legalizadas
por Notario y las Comunidades Campesinas que no se constituyen por acuerdo
de personas, sino que la autoridad administrativa las reconoce.

Las personas jurídicas de derecho privado en el Estado Peruano adquieren


personalidad jurídica con su inscripción en el Registro de Personas Jurídicas,
salvo disposición distinta de la ley, conforme al primer párrafo del artículo 77
del Código Civil Peruano (1884) indica. “La existencia de la persona jurídica de
derecho privado comienza el día de su inscripción en el registro respectivo,
salvo disposición distinta de la ley”. (p,46). Las personas jurídicas de derecho
privado se caracterizan en el Estado Peruano por que pueden constituirse por
acuerdo de personas y generalmente por escritura pública (a excepción del
comité).

Por otro lado, hablaremos en esta ocasión sobre cómo se le considera al


comité, teniendo en cuenta que es el conjunto de personas que se organizan y
actúan de manera colectiva para la recaudación pública de aportes destinados
a una finalidad altruista. Se puede apreciar la similitud que tiene con la
asociación en cuanto a su formación y a su vez, se asemeja a la fundación
debido a que se organiza para administrar bienes aportados por terceros. Así
mismo, recauda bienes útiles para un fin en específico, que es solidarizarse
con otro grupo humano mediante: aportación de bienes o dinero, actividades
como venta de algo o intercambios.
Antecedentes

En el Código Civil Peruano de 1936 se regulaba la asociación del artículo 46 al


63, las fundaciones del artículo 64 al 69, las comunidades de indígenas del
artículo 70 al 74. El Código Civil Peruano de 1936 no regulaba expresamente
en un título a las asociaciones, fundaciones y comités no inscritos.

En el Código Civil Peruano de 1984 se regula la asociación del artículo 80 al


98, la fundación del artículo 99 al 110, el comité del artículo 111 al 123, las
comunidades campesinas del artículo 134 al 139. En el mismo Código se
regula la asociación, fundación y comité no inscritos.

El Código de 1984 concibe de una manera más amplia al comité, sobre todo
porque le acuerda la posibilidad de adquirir personalidad jurídica. Es más,
prevé un régimen especial para los comités no inscritos.

En el Estado peruano como antecedentes de la ley general de sociedades


encontramos principalmente al Código de Comercio y a la primera ley general
de sociedades aprobada por el D.S. 003-85-JUS.

Esta "modificación" de la Ley de Sociedades Mercantiles,


Ley16123 del año 1966, no fue tal, ya que lo que en
realidad se hizo fue una reestructuración de los artículos,
adecuándolos a una nueva numeración producto de la
incorporación de la normatividad de la sociedad civil al
texto de esa Ley. Por lo tanto, no se produjo ningún cambio
sustantivo en el articulado de la Ley 16123 que regulaba lo
concerniente a las sociedades mercantiles. (Canseco,
2016, pág. 1)

En la vigente ley general de sociedades contenida en la ley 26887 se regulan


los tipos societarios en los siguientes artículos: la sociedad anónima del artículo
50 al 264, la sociedad colectiva del artículo 265 al 277, las sociedades en
comandita del artículo 278 al 282, la sociedad comercial de responsabilidad
limitada del artículo 283 al 294 y las sociedades civiles del artículo 295 al 303.
En la anterior y abrogada ley general de sociedades se regulan los tipos
societarios en los siguientes artículos: sociedad colectiva del artículo 25 al 56,
las sociedades en comandita del artículo 57 al 69 y del 261 al 271, la sociedad
anónima del artículo 70 al 260, la sociedad comercial de responsabilidad
limitada del artículo 272 al 296 y las sociedades civiles del artículo 297 al 343.

Si comparamos el Reglamento del Registro Mercantil con el Reglamento del


Registro de Sociedades la principal diferencia es que en el primero se regula la
inscripción de los comerciantes, materia que no es regulaba por el Reglamento
del Registro de Sociedades.

Definición

El comité se constituye de este modo como una organización de personas que


asume la responsabilidad de recaudar, administrar e invertir un conjunto de
bienes que han sido aportados por el público en general, siguiendo el objetivo
de realizar actividades no lucrativas, pero de carácter económico lo cual
involucra que puedan percibir dinero mas no repartírselo entre ellos sino
destinarlo a la finalidad noble que hayan elegido dejando de existir una vez
cumplida tal finalidad. Tal y como lo indica el artículo 111 del código civil: “El
comité es la organización de personas naturales o jurídicas, o de ambas,
dedicada a la recaudación pública de aportes destinados a una finalidad
altruista” (p.55).

El propósito de crear un comité no es otro que la recaudación de fondos, por lo


que no es requisito para su constitución contar con un patrimonio mínimo,
entendiéndose que el patrimonio se conseguirá con los fondos recaudados. Sin
embargo, haciendo una interpretación sistemática con los artículos 119 y 121
del Código Civil, se desprende que las funciones del comité no solo se agotan
en la recaudación de fondos para el cumplimiento de un fin altruista, sino
también comprende la facultad de ejecutar dicha finalidad. El acto constitutivo
del comité para ser inscrito en Registros, a diferencia de otras personas
jurídicas, puede constar solo en documento privado con legalización notarial de
las firmas de los fundadores, es decir, el documento no necesita ser elevado a
escritura pública. Con esto se ha querido facilitar la constitución de comités
debido principalmente a dos razones, a saber, la temporalidad del comité, al no
tener éste vocación de larga permanencia, y la búsqueda de seguridad para
quienes realizan los aportes, dado que el comité maneja fondos públicos. El
comité es una de las novedades que trajo el Código al ser promulgado. La ley
de 1936 no lo contemplaba como una de las personas jurídicas del derecho
civil. El legislador se inspiró en el Codice civile italiano de 1942 para introducir
esta figura; sin embargo, le dio un alcance distinto dado que en Italia el comité
no es una persona jurídica sino un ente no personificado

Finalidad

Se constituye por la iniciativa de una o varias personas entre las que existe una
relación asociativa a favor de personas que no son componentes del comité.

Para llevar a cabo sus fines tienen que dirigirse al público en general,
adjuntando un programa, para de esa forma anunciar la finalidad e invitar a
donar o hacer una prestación social al público en general. Estas donaciones no
necesariamente son sumas de dinero sino también, pueden ser objetos de uso,
indumentaria, víveres, entre otros.

Características

Según el Código Civil de 1984, el comité presenta las siguientes


características:

1. Organización de personas

Es una característica genérica de todas las personas jurídicas. Es una


organización de personas que representa a un grupo humano que lleva a cabo
acciones e ideas concertadas. Puede estar conformada por personas naturales
o jurídicas o ambas.

2. Finalidad altruista

El comité es un caso diferenciado de las demás personas jurídicas: no procura


riqueza o lucro. Se forman comités con el fin de prestar socorro en caso de
calamidades, para colaborar en la realización de obras comunitarias, con fines
patrióticos o para ayudar a las personas desvalidas o enfermas.
El propósito del altruismo se revela a través de acciones de corte humanitario,
filantrópico. El comité es una muestra del interés de quienes se juntan con el
objeto de hacer participar a los demás, al público, en un fondo de aportes, en
tómbolas, rifas, etc., que servirán para paliar alguna situación ajena que espera
una demostración de solidaridad, muchas veces con relativa urgencia. Por lo
general, quienes se encuentran atravesando determinadas circunstancias
derivadas de su escasez de recursos, de un sismo o hecho fortuito, no se
encuentran en aptitud ni espiritual ni económica de emprender, por sí mismos,
la tarea de organizarse y solicitar ayuda a la colectividad. Inclusive el pedido
formulado por los propios afectados suele ser visto, egoístamente, con
desconfianza.

A efectos de realizar sus fines u objetivo, el comité puede recaudar aportes de


todo género del público en general. Dichos aportes se recaudan a través de
diferentes actividades lícitas, no contrarias a las buenas costumbres, a la moral
o al orden público.

3. El acto constitutivo y el estatuto

Estos deben constar por escrito y, al mismo tiempo ser inscritos en el registro
público correspondiente.

El artículo Nº 113 regula el contenido mínimo del estatuto, estableciendo las


materias que necesariamente han de definir los constituyentes del comité para
que esta persona jurídica pueda funcionar y cumplir su finalidad. Sin embargo,
ciertas materias contempladas en este artículo se encuentran reguladas en el
Código Civil, tales como el funcionamiento de la asamblea general (regulado en
los artículos 116 y 123, que remite a las normas relativas a las asociaciones),
materia que no será indispensable señalar en el estatuto, resultando de
aplicación supletoria las referidas normas.

A) Denominación, duración y domicilio

I. Denominación

Al igual que las demás personas jurídicas reguladas en el Código Civil, no se


establecen los requisitos que debe tener la denominación del comité, razón por
la que no será necesario que contenga la indicación "comité". Tampoco se
señalan limitaciones especiales, resultando aplicables las limitaciones
generales recogidas en el artículo 2028 del mismo Código, que prohíbe la
adopción de denominación igual.

II. Duración

La duración del comité puede ser determinada o indeterminada. Podría


pensarse que estando el comité dedicado a la recaudación pública de aportes-,
el comité no tiene vocación de permanencia, pues una vez recaudados los
aportes necesarios debería liquidarse y extinguirse. Sin embargo, la duración
del comité dependerá del carácter permanente o no de la finalidad altruista
para la que se recaudan los aportes: si la finalidad es permanente, requerirá de
una permanente recaudación de aportes, mientras que, si la finalidad no lo es,
la vida del comité se agotará cuando se recauden los aportes y se destinen a la
misma.

III. Domicilio

El Código Civil no define cuál es el domicilio del comité, o en general el de las


personas jurídicas. Se entendería que es el lugar en el que se instalará la
administración o en el que se desarrollarán las actividades, esto es, la
recaudación de los aportes y la ejecución de la finalidad. Sin embargo, nada
impedirá que la recaudación de aportes se realice en todo el territorio nacional
o inclusive, a nivel internacional. Como lo señala el artículo 2028 del Código
Civil, el domicilio que se fije determinará la Oficina Registral en la que deberá
inscribirse el comité.

4. Registro del comité

Debe mantener debidamente actualizados el nombre, domicilio, actividad y


fecha de admisión de los asociados; además, indicar los integrantes del
directorio o personas que lleven a cabo cualquier actividad administrativa.

La importancia del registro actualizado de miembros del comité se manifiesta


en el ámbito registral cuando se pretenden inscribir acuerdos, siendo uno de
los elementos con los que cuenta el registrador público para la toma de
decisión correspondiente (verificación del quórum para la instalación de
sesiones). Así también, para los efectos de la impugnación de acuerdos u otros
actos desarrollados por el comité, será necesario estar legitimado,
desprendiéndose tal aptitud del aludido registro.

5. Responsabilidad solidaria de los directivos

Los directivos tienen a su cargo la gestión del comité; por ello adquieren una
especial responsabilidad sobre toda la sociedad. Esta responsabilidad es
compartida en forma solidaria por todos los miembros del consejo directivo en
cuanto concierne a la mejor conservación y aplicación de los aportes adquiridos
a los objetivos propuestos.

6. Verificación del ministerio público

El ministerio público tiene la facultad, en defensa de la sociedad, de denunciar


todo acto ilícito que atente contra el orden público, sus valores morales y las
buenas costumbres.
Patrimonio del comité

Destino del patrimonio en caso de disolución:

Al comité no le importa tanto tener un patrimonio propio formado por los


instituyentes (promotores) y miembros del mismo, cuanto recaudar dinero u
otros bienes del público.

En verdad, su patrimonio proviene del público y se destina a un fin altruista,


aspecto que lo diferencia de la asociación por cuanto en ésta es formado en
base a los aportes de sus integrantes y es aplicado a satisfacer fines de ellos
mismos.

En principio, una vez captada la recaudación prevista y planificada por el


comité y aplicados los fondos obtenidos a la finalidad motivadora, éste debe
disolverse por acuerdo de los miembros de la persona jurídica. Se entiende que
los recursos resultantes de la colecta, rifa, tómbola, etc., son enteramente
destinados a los objetivos promocionados. Ocurrido ello, ha de extinguirse el
comité haciendo de conocimiento del Ministerio Público las cuentas finales y
balances.

No obstante, puede ocurrir que, después de haber pagado las deudas sociales
y aplicado los recursos entregados por los erogantes, de la liquidación
realizada resulte un remanente. En estos raros casos, y en la medida que el
Ministerio Público no objete los balances, el haber neto se adjudica a los
erogantes, es decir, se distribuye entre quienes contribuyeron a la formación
del fondo de fin altruista. Dado que ello no es usualmente posible, el art. 122
del Código civil establece que dicho haber neto resultante de la liquidación ha
de ser entregado a la Beneficencia del lugar en el cual tuvo su sede el comité.
La misma solución ha de aplicarse si el comité se disuelve y liquida por no
poder satisfacer sus propósitos, según se desprende del art. 121 del
mencionado Código.

Órganos del comité

El comité presenta algunos rasgos similares con la estructura orgánica de la


asociación, en cuanto cuenta con una asamblea y un Consejo Directivo.
El Código se ha cuidado en no señalar que se trata de una asamblea de
“asociados”. Pese a ello se trata del órgano máximo del comité que está
integrado por los promotores y por quienes se integren con posterioridad.

La asamblea del comité no goza de las mismas libertades de las que puede
gozar la asamblea de una asociación. La limitación más importante que colorea
y condiciona sus decisiones es que sus integrantes no tienen, en conjunto, la
capacidad para transformar al comité con el objeto de que persiga otros fines
diversos a los propuestos (una vez realizada la colecta o la obra prevista), dado
que los erogantes o contribuyentes han destinado parte de su patrimonio al
comité, salvo que sea imposible que se pueda alcanzar el objetivo. Y es que,
como bien ha sido señalado, el comité, a través de sus administradores, se
convierte en una suerte de gestor de los fondos recibidos del público para su
aplicación al fin anunciado. De modo que, aunque esta obligación recaiga
fundamentalmente en los administradores, ello impide a la asamblea tomar
decisiones que alteren el sentido de su creación.

En la acertada concepción originaria del Código civil, de la lectura del art. 121
se desprendía que la asamblea general del comité carecía de la facultad de
aprobar las cuentas y balance por la labor realizada por los administradores.
Para ello, debían, según dicha norma rendir cuentas judicialmente. Era
evidente que se requería de la intervención de un tercero (distinto a los
promotores y gestores del comité, así como de los beneficiarios) que se
encargase de velar por la exacta y fiel asignación de los recursos a los fines
publicitados, con conocimiento del Ministerio Público.

Cuando se promulgó el nuevo Código Procesal civil, esta norma introdujo


cambios sustanciales en el Código civil, bajo el insostenible argumento de que
sólo modificaría normas de orden procesal contenidas por este último.

A riesgo de ser considerada una posición intolerante, y exceptuando las


reformas de las normas procesales indebidamente recogidas por el Código
civil, debo confesar que quienes convinieron en plantear la modificación del art.
121 desconocían abiertamente la esencia del comité y la realidad de las cosas.
El nuevo texto del art. 121 eliminó la rendición judicial de las cuentas e
introdujo implícitamente la facultad de la asamblea del comité para aprobar sus
resultados. El único paliativo a esta inaceptable solución fue conceder (también
implícitamente, en una serie de errores evidentes de técnica legislativa) al
Ministerio Público la posibilidad de aprobar, con su silencio, las cuentas del
comité y, en caso contrario, solicitar la desaprobación judicial de aquéllas, tal
como fluye del también reformado (por obra del Código Procesal civil) art. 122
del Código civil.

Entre los hombres de derecho sabemos, por duro que parezca, que la
intervención del Ministerio Público en estos menesteres es mínima, por no decir
nula. De modo que esperar la posible acción del Ministerio Público para
solicitar la desaprobación judicial de las cuentas del comité se ha convertido en
una vana seguridad. El silencio de este ente después de treinta días de que el
comité le hubiere presentado las cuentas se convertirá en una aprobación
inatacable.

A ello se debe añadir que, como luego veremos, en los hechos la mayoría de
los comités que se conocen públicamente son comités no inscritos, respecto de
los cuales no se sabe de acción alguna del Ministerio Público.

Es interesante anotar que la asamblea de los miembros del comité no tiene


funciones contraloras que agoten la fiscalización que se debe poner en torno a
la gestión del consejo directivo del mismo. El control corresponde, más bien, al
Ministerio Público. Al menos en la buena intención del legislador (art. 119).

Pasando a otro tema, debemos señalar que el comité es administrado por un


Consejo Directivo que, al igual que el de la asociación, tiene funciones de
gestión y de representación.

Pero, debido a que los administradores se encargan de la recaudación de


aportes de los erogantes y éstos son aplicados en favor de terceros, el
legislador ha considerado que los gestores responden solidariamente de la
conservación y aplicación de los fondos recaudados, estableciendo una
excepción a lo dispuesto por el art. 78 del Código civil.
Su responsabilidad, por ende, es mucho más severa que en el caso de la
asociación, dados los fines perseguidos por el comité.

Estructura Orgánica

El estatuto viene a constituir el instrumento de funcionamiento u regulación del


comité en el cual se deben expresar, según el artículo 113 de nuestra
codificación civil:

 La denominación, duración y domicilio.


 La finalidad altruista propuesta
 El régimen administrativo
 La constitución y funcionamiento de la asamblea general y el consejo
directivo, así como de cualquier otro órgano administrativo.
 La designación del funcionario que hade tener la representación legal
del comité.
 Los demás pactos y condiciones que se establezcan.

Asamblea general

Es el órgano supremo del comité y la reunión de todos los integrantes en


asamblea que ha de ser convocada en los casos previstos por el Estatuto. Esta
junta discute y toma acuerdos sobre las diferentes cuestiones que interesan a
la vida del comité.

Clases de asamblea

a) Asamblea ordinaria

Es aquella que establecida en el estatuto. Por lo menos, deben llevarse a cabo


tres asambleas ordinarias durante el año.

b) Asamblea extraordinaria
Es la que está prevista en el estatuto es una asamblea de emergencia para
tratar asuntos que no pueden tener espera. La puede convocar el presidente o
el directorio.

Consejo directivo

La conceptualización, así como las facultades del consejo directivo, están


contempladas en el artículo 114 del código civil.

El consejo directivo es el órgano de gestión del comité, y es


convocado por quien lo presida en los casos previstos en el
estatuto o cuando lo solicite cualquiera de los miembros
integrantes del consejo ola décima parte de los miembros del
comité. Si su solicitud fuese denegada o transcurren siete días de
presentada sin efectuarse la convocatoria, se procede de
conformidad con los establecidos en el 85. (Editores, 2018, pág.
55)

Responsabilidades

Los miembros del consejo directivo del comité son responsables solidarios de
la conservación y debida aplicación de los aportes recaudados a la finalidad
anunciada. Los gestores del comité administran bienes aportados por la
colectividad para beneficiar a determinadas personas. Si los aportantes ni los
beneficiarios tienen participación alguna en la gestión. Por eso, es importante
que el Ministerio Público, en representación de los intereses de la sociedad,
ejerza vigilancia sobre el comité.
Bibliografía

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