Las Leyendas Urbanas

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- Las leyendas urbanas 

son la sal de nuestra vida. A todos nos gusta


escuchar teorías absurdas y disparatadas sobre famosos muertos,
presencias paranormales, enfermedades químicas y también nos gusta
creer que pueden ser ciertas.
- Tendemos a pensar que si es el amigo del primo de alguien el que ha
vivido la historia de primera mano, es más fácil creerla (aunque no
conozcamos a ese amigo en cuestión).
- Este relato del folclore contemporáneo, que circula de boca en
boca (o de cadena en cadena de WhatsApp), fue acuñado por el
estadounidense Richard Dorson, que la definía como 'una historia
moderna que nunca ha sucedido, pero es contada como si fuera cierta'.
- En general tienen una estructura más compleja que los simples bulos, se
inspiran en alguna fuente, pero tienen algún elemento misterioso, y en
muchas ocasiones nos alertan sobre posibles peligros.
- Es imposible encontrar de dónde provienen (generalmente del 'amigo de
un amigo'), sus personajes son arquetipos y cambia sustancialmente de
unas zonas a otras.
- Y aunque no negamos que muy de vez en cuando alguna leyenda
urbana puede ser real.

Los cocodrilos en el alcantarillado de Nueva York

- Son ciegos y albinos, porque nunca han visto la luz del sol, y se mueven
por el alcantarillado de la ciudad que nunca duerme, alimentándose de
ratas y desperdicios y buscando una presa.  Según la versión más
oficial de la leyenda urbana, alguien que había estado de vacaciones
en Luisiana o Florida decidió tirar por el váter una cría de cocodrilo (no
es la mejor idea, desde luego), provocando esta plaga muy a lo Antiguo
Testamento. Lo cierto es que 'The New York Times' aseguraba hace un
tiempo que el ayuntamiento recibe todavía muchas cartas cuestionando
la veracidad del asunto.
- La leyenda urbana de los caimanes de alcantarilla se prolonga desde los
años 20 y 30 del siglo pasado hasta nuestros días, y desde Thomas
Pynchon a Robert Daley, muchos autores la han alimentado con su
pluma e imaginación.
- Los expertos han negado reiteradamente que sea posible no solo que un
caimán viva en un ambiente tan frío y hostil como el de un desagüe, sino
que encima se pueda reproducir en él.

Ricky Martin, el perro y la niña de la mermelada

- Podemos enorgullecernos de tener una leyenda urbana patria, ¿o no?


Pues no del todo, en realidad. Pongámonos en situación: en los años 90
Isabel Gemio o Concha Velasco (depende de a quién
preguntes) presentaba el famoso programa llamado '¡Sorpresa
Sorpresa!', al que presuntamente Ricky Martín fue invitado para
sorprender (nunca mejor dicho) a una fan. Encerrado en el armario de la

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casa de la niña, según algunas versiones, debía esperar a que ella
apareciese y saludarla. Sin embargo, cuando finalmente salió, se la
encontró completamente desnuda y jugando con su perro y un tarro de
mermelada. Nadie vio jamás ese programa, pero si preguntabas, todo el
mundo conocía a alguien que se la había contado.
- En realidad, la leyenda urbana es más antigua de lo que podría parecer:
se remonta a los años 30, y nació en Estados Unidos, por lo que Ricky
Martin o Isabel Gemio son solo nombres circunstanciales en tal historia.
- Desde la revista satírica canadiense llamada 'Franc' en 1994 al 'Chicago
Sun Times', se ha reproducido en bastantes ocasiones, aunque de
manera un poco distinta a como la conocemos:
- "Un hombre decide organizar una fiesta sorpresa para su prometida.
Todos los invitados se esconden en su habitación cuando ella llega a
casa. Ella no baja las escaleras inmediatamente, sino que va
directamente al baño y se mete en la ducha, así que deciden esperar
hasta que salga para sorprenderla. Después de su ducha, baja las
escaleras llamando al perro. Entonces todos encienden las luces y
gritan: 'Sorpresa'. Descubren a la mujer completamente desnuda,
excepto por un poco de mantequilla de cacahuete que ha puesto sobre
sus pezones y entrepierna. La historia termina con la boda cancelada, la
mujer renunciando a su trabajo y huyendo de la ciudad".
- Según el profesor Bill Ellis, se trata de una historia que pretende ser
moralizante, una especie de llamada de atención para las mujeres que
no se ajustan a la norma.

La chica de la curva

Vas conduciendo y te encuentras a una chica en la carretera que hace


autostop. Como eres una persona recta y moral, decides cogerla para acercarla
a algún sitio. Charláis tranquilamente, y justo cuando vas a girar en una zona
particularmente peligrosa te susurra: "Cuidado, en esa curva me maté yo".
Cuando te das la vuelta ha desaparecido, e imaginamos que el susto es
memorable. Desde El Salvador a Chile, pasando por la Sierra de
Guadarrama o Venezuela, la niña de la curva parece moverse por multitud de
lugares diferentes.

- Lo cierto es que este tipo de historias son también un poco moralizantes y tan
antiguas como el mundo: en la leyenda o cuento clásicos, podríamos decir que
se trata de esa figura espiritual que guía al héroe hacia la rectitud y el buen
camino para evitar que se pierda en su viaje. Lo que no quita que pueda
haber nacido de alguna historia real, por supuesto.

Los caramelos y la droga

Las cosas para niños y la droga siempre son una mala combinación. Que
levante la mano aquel al que su madre nunca le ha dicho que tenga cuidado si
un extraño le da un caramelo, pues lo más seguro es que lleve droga.

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Este tipo de leyendas urbanas, frecuentes en nuestro país, surgieron en los
años 70 con los estragos de la droga, y continuaron hasta que en los años 90
se 'sofisticaron' un poco: por aquel entonces era común asegurar que las
calcomanías que venían con las chucherías también tenían droga (en
concreto LSD). Nunca un producto ha sido tan vilipendiado, a excepción de la
Coca-Cola, claro, que tiene su arsenal particular de leyendas urbanas.

Verónica, Verónica, Verónica

Alguna vez te habrán dicho que ni se te ocurra pararte frente al espejo a


medianoche repitiendo tres veces 'Verónica'. En realidad, no sabemos qué
puede pasar, pero seguramente nada nuevo. La leyenda dice que Verónica fue
una joven que falleció en la adolescencia, probablemente jugando a la ouija
(basado probablemente en la historia de la vallecana Estefanía Gutiérrez
Lázaro). Esa es nuestra versión, claro, pero como suele suceder no es la
única: los estadounidenses tienen a su Verónica particular en la figura de
'Bloody Mary'.

Walt Disney está criogenizado (y Elvis vive, la lucha sigue)

Cuando Walt Disney falleció en 1966 no esperaba que naciese un curioso


rumor en torno a su figura, o más bien, su muerte. Probablemente el bulo
tuvo mucho que ver con la manera de actuar de su familia, que en todo
momento hasta su fallecimiento intentó ocultarlo y después pidió que no se
enviaran flores al cementerio. En aquella época, además, varias clínicas de
Estados Unidos se encontraban en esos momentos investigando sobre la
técnica de la criogenización, con nitrógeno líquido.

- No era descabellado pensar que el genio habría podido usar su fortuna


en quedar congelado, a la espera de una cura para el cáncer de pulmón
que sufría y así poder sobrevivir. Los empleados de Disney, haciendo
gala de un humor bastante negro, junto con varias revistas de la época
convirtieron el mito en realidad.
- Las cenizas de Disney, sin embargo, descansan en la parcela familiar
del Forest Lawn Memorial Park (en Los Ángeles). Probablemente
todos queremos creerlo porque todos ansiamos tocar la inmortalidad.
Quizá por lo mismo, muchos famosos que han fallecido suelen aparecer
en lejanas playas paradisíacas (Elvis, Diana de Gales, Michael
Jackson...). Otros no tienen tanta suerte y corre la leyenda de que
murieron, como la cantante Lorna, Noel Gallagher, Avril Lavigne u
Orlando Bloom.

Leyendas urbanas de Lima: La casa Matusita

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La leyenda se inició hace más de 250 años. Se dice que, en 1754, la Santa
Inquisición tomó presa a una mujer de ascendencia persa, llamada Parvaneh,
que se dedicaba a la sanación de enfermedades incurables, lo que causó que
se le considerara una hechicera. Luego de torturarla incansablemente, ella tuvo
que admitir ser seguidora del demonio, por lo que fue condenada a morir en la
hoguera. Pero se dice que antes de su muerte, la mujer lanzó una maldición en
la casa que habitaba en esa época, que es nada menos que la casa
actualmente conocida como Matusita.

Luego de esto, la casa se mantuvo deshabitada hasta el siglo XIX, cuando una
familia japonesa empezó a vivir allí. Se dice que aquí es cuando empezó la
maldición. Hay varias teorías acerca de qué es lo que sucedió en la casa en
esa época, entre ellas está que se oían voces y se veían sombras de una
manera incontrolable lo que hizo que la situación fuera insostenible, tanto que
el padre de la familia enloqueció y maltrató a sus empleados tanto física como
psicológicamente. Es por eso que el mayordomo y la mucama de la casa
decidieron asesinar y descuartizar al hombre. Luego de realizar este atroz acto,
trataron de incendiar la casa, pero al final, no se destruyó en su totalidad, y
ellos fueron apresados y llevados a una institución mental.

Otra versión indica que el padre de la familia descubrió la infidelidad de su


esposa, así que lleno de rabia y celos, el hombre decidió matarla y
descuartizarla. Puso a los miembros de la mujer en cada rincón de la casa y
cuando sus hijos llegaron y vieron la escena, el padre decidió matarlos
también. Al haber asesinado a toda su familia, el hombre atormentado decidió
quitarse la vida.

A partir de estos supuestos asesinatos, nació la leyenda de que si alguien se


atrevía a ingresar a la casa por más de 5 minutos, podría ver a los muertos, así
como escuchar los gritos y sonidos de los hechos desgarradores que pasaron
ahí. Desde entonces, muchas historias se han tejido alrededor de este edificio,
las cuales solo han alimentado el misterio y enigma de este lugar limeño.

La Quinta Heeren (Lima)


Esta quinta es una de las reliquias arquitectónicas de la ciudad que
actualmente es un punto obligado para los turistas interesados en conocer la
Lima antigua o que sienten curiosidad por lo paranormal. Fue construida a
finales del siglo XIX por el ingeniero Oscar Heeren, en el corazón de Barrios
Altos, en el centro de Lima. Lo conforman una serie de casonas elegantes y
características de la época que las vio nacer, enlazadas entre calles
empedradas y jardines verdes. Sin embargo, este bello lugar también alberga
una de las leyendas más populares de los limeños. Dice la leyenda que en
1928, Seiguma Kitsutani, un hombre japonés que ocupaba una de las casonas
de la quinta decidió suicidarse, agobiado por una mala racha en sus negocios.

El suicidio se habría hecho mediante el harakiri, un ritual japonés que consiste


en apuñalrse a uno mismo con una daga llamada tanto, en el abdomen,
haciendo un corte de izquierda a derecha con el fin de destrozar las entrañas.
Desde entonces, se dice que el fantasma del hombre camina por los pasillos de
su antiguo hogar… ¿Será cierto que Kitsutani aún no puede descansar en paz?

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Cuando la leyenda urbana se mezcla con el poder
El 05 de enero de 1998, el diario La República publicó una nota sobre el
hallazgo de un cadáver en un cerro de Cieneguilla. Se trataba de una mujer de
aproximadamente 30 años que estaba semidesnuda, amordazada, atada de
pies y manos y con signos de tortura.
El hecho no capturó la atención pública puesto que parecía un hecho aislado.
Hasta que en marzo del mismo año otra mujer fue hallada muerta en la
carretera de Cieneguilla. Fue encontrada en las mismas condiciones de la
primera mujer por la familia Zumaeta del asentamiento humano Nueva Gales.
El pueblo pensó que no podría ser una coincidencia. Quizás se trataba de un
asesino en serie. Esta idea fue afianzada por los medios, en especial por los
noticieros del canal Latina que solía sacar notas sobre el caso y eran los
primeros en llegar cuando se encontraron otros cuerpos. En total fueron ocho
cadáveres hallados.
Andrés Zuñiga, ex-reportero especializado en policiales, trabajaba en el
noticiero 90 Segundos de Latina. Siempre que había un hallazgo, el canal lo
enviaba exclusivamente a él. ‘’El director del noticiero, el fallecido periodista
Guillermo Thorndike, fue quien le puso ese nombre (‘El Monstruo de los
cerros’) al caso’’, aclara Zuñiga.
Las características de las víctimas siempre eran las mismas: mujeres jóvenes
entre 20 y 30 años, mestizas y de baja estatura. Lo que más llamó la atención
es que no eran violadas por su victimario. ¿Era alguna especie de ritual
satánico?, se comenzó a preguntar la prensa.
Lo cierto es que nunca se encontró al homicida, ni siquiera hubo posibles
sospechosos. Se especulaba que era un hombre apuesto que las conquistaba,
las emborrachaba y las convencía de ir hasta esos cerros ya que era imposible
que él las haya llevado en brazos por la dificultad del camino.
Con la caída del Fujimorato se descubrieron todos sus actos ilícitos, entre ellos
la compra de las líneas editoriales de canales de televisión y se pensó que este
caso formaba parte de uno de los tantos psicosociales. Esa creencia se
mantiene hasta hoy, aunque Zúñiga afirma que el hecho si fue real.
El ex-reportero contó que tiene las autopsias de las víctimas, que los cuerpos
siguen en la morgue y por tanto no pudo ser un hecho inventado. No descarta
que Thorndike haya aprovechado el caso para distraer al público. De haber
sido así, Zuñiga asegura que no estaba al tanto de ello. ‘’Si hubiera sabido que
era un plan del gobierno, lo hubiera cubierto igual y denunciado luego’’, señala.
Cuando Baruch Ivcher recupera el canal, la mayoría de empleados fueron
despedidos. Zuñiga entre ellos. Comenta que le fue difícil volver a encontrar
trabajo porque era reconocido como ‘el representante de los psicosociales’.
Finalmente, Panamericana le da la oportunidad y se queda ahí por 15 años.
Actualmente, Zúñiga se desempeña como catedrático de la Universidad
Privada del Norte y siempre les cuenta a sus alumnos sobre esta anécdota.

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