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Modernismo Madrileño

El documento presenta una introducción al estilo arquitectónico modernista en Madrid. Explica que el modernismo surgió en Europa entre 1890 y 1910 como reacción a la industrialización, incorporando elementos naturales. En Madrid, el modernismo tuvo un estilo ecléctico que combinó elementos modernistas con estilos tradicionales. La ruta muestra ejemplos de este estilo único en Madrid, como el Edificio Lamarca con su letrero modernista, la Vivienda Regueros con sus ventanas curvas, y el Palacio Longoria como el máximo exponente del modern

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Modernismo Madrileño

El documento presenta una introducción al estilo arquitectónico modernista en Madrid. Explica que el modernismo surgió en Europa entre 1890 y 1910 como reacción a la industrialización, incorporando elementos naturales. En Madrid, el modernismo tuvo un estilo ecléctico que combinó elementos modernistas con estilos tradicionales. La ruta muestra ejemplos de este estilo único en Madrid, como el Edificio Lamarca con su letrero modernista, la Vivienda Regueros con sus ventanas curvas, y el Palacio Longoria como el máximo exponente del modern

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Modernismo Madrileño

Introducción y bienvenida - (1ª Parada)

Buenas tardes a todos y todas y bienvenidos a nuestra ruta del modernismo madrileño.

Empecemos por lo básico. ¿Qué es el estilo modernista? Pues fue un estilo nuevo que
buscaba romper con los valores clásicos y tradicionales anteriores, totalmente acorde con la
época en la que se desarrolló, el Siglo XIX, es decir, el siglo de la Revolución Industrial.

Centrándonos en el tema que nos concierne, la arquitectura, el estilo modernista fue una
corriente arquitectónica que surgiría en distintos puntos de Europa entre 1890 y 1910.

Precisamente será en los países o ciudades industriales europeas donde este estilo verá su
desarrollo. Glasgow, Bruselas, Barcelona, París, Múnich, Viena…
El estilo recibirá distintos nombres en las diferentes partes del mundo, Art Nouveau en
Bélgica o Francia, Floreale en Italia… o modernista, aquí en España.

Este Siglo tendrá un marcado carácter industrial, debido a los avances tecnológicos de la
época. Este desarrollo supuso un auge económico que promovió unos intereses artísticos

Sin embargo, gran parte de la sociedad se mostró reacia a estos avances


deshumanizadores de la tecnología.
Esta sociedad usaría el estilo modernista como reacción a la industrialización.
Por ello el modernismo es un estilo que utiliza muchos detalles y alegorías a la naturaleza.
Pero a pesar que intentaban alejarse de la industrialización, la revolución era irreversible,
por lo que los artistas modernistas incorporaban materiales nuevos de la época como el
hierro, buscando sus posibilidades constructivas y estéticas.
Sin embargo, lo más importante para ellos sería la expresión, más que la propia técnica o
forma, aunque no las dejarían de lado.
Modernismo en Madrid
Centrándonos ya en nuestra ciudad, Madrid no suele ser un destino al que nuestra mente
viaje cuando pensamos en arquitectura modernista. Dentro de España, a todos se nos viene
a la mente Barcelona y las obras de Gaudí como el Parque Güell, La Casa Batlló, La
Pedrera… Y lo cierto es que en Madrid no es fácil encontrar arquitectura modernista, ya que
no hay muchos ejemplos y suelen pasar desapercibidos. Por lo que podemos ver esta visita
como una pequeña búsqueda del tesoro.

¿Para qué servirá el estilo modernista en Madrid? para dar a nuestra ciudad una nueva
estética más acorde con las necesidades y tendencias de la época. El casco antiguo sufrirá
grandes reformas, se desarrollan nuevas barriadas, se incorporan innovaciones
tecnológicas y se trabaja a escala monumental, todo ello muy influido por corrientes
europeas que comienzan a llegar a nuestra ciudad, aunque sin dejar que estas corrientes
europeas nos transforme por completo, pues conservaremos la esencia de nuestra estética
tradicional dictados por la Real Academia de Bellas Artes que tanto influía en la Escuela
Superior de Arquitectura de Madrid. A esta mezcla de estilo modernista con estilos más
tradicionales lo denominamos: estilo ecléctico.

Por esta razón, el modernismo madrileño es un estilo único de este estilo tan europeo.

Nosotros hoy tenemos el objetivo de encontrar esos ejemplos modernistas en las calles de
este barrio de Madrid y aprender a diferenciar los elementos característicos de este estilo en
estas obras, de manera que si en alguna ocasión paseando por Madrid volvéis a percataros
de estos elementos, los asociéis directamente con el estilo modernista.
Edificio Lamarca - (2ª Parada)

Nos encontramos en el Barrio de Justicia, un barrio de origen industrial que pronto se


convertiría en un barrio aristocrático, para acabar siendo finalmente un barrio de tendencias
en torno a Chueca, mucho más moderno.

En torno al Siglo XIX y finales del XX, personas de alta clase social vivían y tenían sus
comercios y talleres en este barrio. Por ejemplo, justo aquí donde estamos, la Calle
Barquillo, antiguamente se denominaba Calle del Sonido, donde había muchas tiendas para
comprar equipos de música.

Este edificio que tienen enfrente era la sede de la Antigua Fábrica y Taller de Carruajes de
los hermanos Francisco y Joaquín Lamarca. Fue fundada en 1840 y construían coches de
paseo para la aristocracia, coches de gala para la Comisión del Gobierno, y carrozas para la
Casa Real.

El edificio longitudinal consta de dos plantas de poco fondo. En la planta baja se


encontraban las dependencias comerciales, los talleres en el patio. Y en el resto del edificio
varias viviendas.
Es uno de los mejores ejemplos de arquitectura industrial madrileña que se desarrolló entre
los siglos XIX y XX y que creó el arquitecto Santiago Castellanos Urízar. No obstante, y tras
la restauración que se llevó a cabo, solo se ha mantenido su fachada, pues el interior es
completamente diferente.

En cuanto al estilo arquitectónico, es una mezcla entre elementos clásicos (frontones,


fachadas, rejería) del estilo neoclásico y elementos modernistas como el letrero, el cual es
original. Esta combinación de elementos neoclásicos y modernistas hacen que el edificio
sea todo un ejemplo de edificio de transición, dejando atrás un estilo anterior y abriendo las
puertas a ese estilo modernista que ya entraba a la ciudad.

Hablemos un poco más en profundidad de la tipografía modernista o Art Nouveau. Esta


tipografía destaca por la asimetría visual y las líneas curvas predominantes en el rótulo y
que además van a repetirse en otros elementos y detalles del estilo modernista.
Estas líneas curvas se deben a que este estilo busca las formas orgánicas (que
generalmente son curvas) y, o también formas femeninas, también caracterizadas con
líneas curvas. En épocas anteriores, los edificios estaban presididos por escudos heráldicos
que informaban de la identidad y dignidad de los dueños del edificio.
Siglos después, los edificios tan espectaculares que iban surgiendo serían de los señores
que se dedicaban al comercio y entidades mercantiles, por lo que aparecen nuevas formas
y materiales para la tipografía (como cerámica, revocos o cementos) y diseño de los rótulos.

(((Curiosidad de las pescaderías)))


Vivienda Regueros, 10 - (3ª Parada)

Estamos ante el edificio de Viviendas en la Calle Regueros. Su arquitecto fue el madrileño


Críspulo Moro Cabeza, que además fue también escritor y periodista, llegando a ser incluso
director y copropietario de “El diario Español”.

Fue un representante del estilo modernista y su obra más destacada en Madrid es el Cine
Doré, lo que es hoy en día la filmoteca española. Aún así, se especializó en el diseño de
espectaculares casas-palacio con sugerentes fachadas modernistas para empresarios y
aristócratas, como es este caso.

En este edificio también vamos a ver la transición entre el neoclásico y el modernismo.


Podemos destacar los elementos geométricos neoclásicos como los triglifos de los marcos
de las puertas, o las hojas de laurel del último piso o las formas ovales de las rejerías.

Pero en este caso, vamos a centrarnos en los elementos modernistas que son los adornos
naturalistas o vegetales que encontramos en los canecillos metálicos de los balcones y esas
representaciones cruciformes. Por otro lado, destacamos las ventanas que por su
irregularidad y líneas curvas, se alejan de un estilo clásico. Son por lo tanto, las líneas
curvas y las formas irregulares y naturales (de la naturaleza) protagonistas en el
modernismo y se repetirán en todos aquellos edificios del mismo estilo.
Una vez hemos analizado los primeros elementos modernistas, ha llegado el momento de
verlos en su máxima expresión todos ellos combinados en un único edificio, que podríamos
describir como la joya modernista en Madrid: el Palacio Longoria.
Palacio Longoria - (4ª Parada)

Este espectacular palacio se llama Palacio Longoria (1902) es un destacado icono


modernista en Madrid creado por su arquitecto José Grases Riera, nacido en Barcelona en
1850, pero estudió y desarrolló su obra en Madrid,

Seguro que les suena algunas obras de este arquitecto, como el Palacio de La Equitativa en
la Calle Banesto, el Teatro Lírico que hoy es el Consejo General del Poder Judicial, o el
conocidísimo monumento a Alfonso XII en el Retiro.

Centrándonos en el Palacio Longoria que tenemos aquí enfrente, la importancia de este


palacio radica en la diferencia que marca este palacio con respecto a otros edificios
modernistas. A diferencia del resto, eran edificios con algunos elementos modernistas o
bien añadidos durante su reforma o bien porque mantenían una estructura más tradicional
(lo que llamaban “modernismo epitelial” (pequeños detalles). Esta es una edificación
totalmente modernista en toda su expresión y se diseñó y construyó como tal. Por ese
motivo, encontramos elementos modernistas tanto en el exterior como en su interior.

Comencemos con el exterior. Si os fijáis vamos a comprender fácilmente la estructura del


edificio. Consta de dos cuerpos rectangulares que se unen por medio del torreón circular.
(Señalar mientras vamos explicando). Cabe destacar, que las fachadas de los bloques
horizontales están retranqueadas (es decir, hacia dentro) para permitir que llegue la
iluminación hasta el garaje. En conjunto, el edificio tiene forma de L, lo que le permite tener
un patio-jardín interior en el que destacamos la galería porticada sobre columnas con forma
de palmeras. Estas palmeras son formas vegetales características del estilo modernista.
(Enseñamos IMAGEN 1)

Vamos a fijarnos ahora en la fachada frente a nosotros. Podemos apreciar el material que
se ha usado para construir las fachadas que es piedra artificial y los elementos decorativos
modernistas, que consisten en elementos vegetales unidos a través de formas onduladas,
que dan una sensación de continuidad formando todo un conjunto en el que todos los
elementos conviven y se entrelazan unos con otros en total armonía. Podemos observar
que el estilo modernista buscaba fusionar el arte y la vida.

Hay que destacar también el hierro de las rejas, otro elemento modernista que sirve como
impronta de aquella época industrial.

Sin embargo, estos elementos modernistas no se limitan únicamente al exterior, si no que


también están en el interior del palacio. Acompañadme hasta su puerta de acceso, porque
aunque no podamos pasar al interior, cambiamos de localización y os muestro unas
imágenes que nos ayudarán a conocerlo mejor.
Traslado a Puerta del palacio, en C/ Fernando VI

Desde aquí podemos ver el vestíbulo de entrada únicamente, pero si entrásemos al interior
veríamos esta imagen que he traído. (IMAGEN 2) El interior de este palacio estaba muy
relacionado con las funciones que se iban a desempeñar en su interior. Su propietario Javier
González Longoria, (quien daría nombre a todo su palacio), lo usaría como residencia (la
planta superior) y oficinas de su sede bancaria (planta inferior).

La comunicación entre ambas partes del edificio se establece a través de la escalera


principal de hierro recreando motivos vegetales modernistas (IMAGEN 2) y que está
totalmente iluminada por la cúpula traslúcida de hierro y cristal policromado con vidrieras de
la casa Maumejean (IMAGEN 3) que permite la entrada de luz cenital.

Podemos observar que se prestó especial atención a los detalles decorativos para su
ejecución. Esto también será una característica del estilo modernista, el prestar mucha
atención al diseño tanto en las llamadas artes mayores (arquitectura, escultura y pintura)
como en las artes menores (artes aplicadas), de manera que es con este estilo modernista
cuando desaparece esta división que jerarquiza las artes porque ahora el mismo arquitecto
es también artesano, de manera que todos los elementos de su obra integren un todo.

La disposición interior del palacio de Longoria ha ido cambiando su forma original, de forma
que pudiera ser más eficiente la distribución de los espacios en función del uso que le
dieran sus distintos propietarios, como ocurrió en el caso de su segundo propietario
Florestán Aguilar director de la Compañía Dental Española (1912) o los propietarios
actuales la SGAE (señalamos placa con el nombre de la SGAE junto a la puerta) Sociedad
General de Autores y Editores, cuya misión fundamental es la defensa del autor y editor
mediante la gestión de los derechos de reproducción, distribución y comunicación pública
de todas sus obras.

El palacio Longoria se encuentra en la C/ Fernando VI, y es precisamente esta calle donde


encontraremos otros edificios coetáneos, así que vamos hacia ellos a hablar un poco más
de la belle époque de nuestra ciudad.
La Duquesita y Almacén Ripoli - (5ª Parada)

Ya habíamos comentado brevemente la sociedad que va a financiar esas obras


modernistas. Sería la clase social burguesa dedicada a esta industria la que disfrutaría de
una economía próspera y por tanto, viviría en un ambiente idealizado y optimista. Al tener
más recursos económicos, experimentaron grandes cambios en sus intereses, forma de
vivir y actividades de ocio. El teatro, los cabarets, los cafés de tertulia… se volverían
espacios muy concurridos. Pero sin lugar a duda, los gustos de esta clase burguesa que
ahora se habían vuelto más refinados les conduciría a la Duquesita, una repostería y
confitería centenaria fundada en 1914.

En aquellos primeros años, la Duquesita tenía clientes tan destacados como la Reina María
Cristina, los duques de Medinaceli, Cánovas del Castillo, el Conde de Floridablanca...en
aquel momento, vendía dulces de repostería francesa y postres tradicionales y artesanales.

Durante la última restauración de este local histórico, se han recuperado los elementos
originales y distintivos, como el grabado central original de los productos típicos de la tienda
(bombones y caramelos finos), y en el interior, se han restaurado las maderas, los espejos,
los mostradores, las vitrinas laterales y la lámpara central.

Aprovechando que estamos frente a la Duquesita, podemos girar para ver el edificio que
queda justo en la acera de enfrente.

Es el antiguo almacén para Joaquín Ripoll, otro icono de esta calle que construyó Francisco
Reynals Toledo en 1924-1925. Por ser tan cercano a la época modernista, podemos
mencionarlo en nuestro tour. El almacén se llamó: “Casa Ripoll” y estaba dedicado a vender
artículos de cocina. Lo que más llama la atención de este edificio son los pingüinos con
barriles de cerveza en su cubierta (señalar).

Son el icono de la marca de cervezas de Santiago con la marca “Cruz Blanca” cuyo logotipo
era la bandera suiza y se puede ver grabada en el barril bajo el brazo de cada uno de los
ocho pingüinos que hay. Aunque esta antigua cervecería se convirtiera después en el pub
Santa Bárbara en el 1969 y luego en el Malevo, siempre mantendría a estos pingüinos
como guardianes de toda la calle.

(A día de hoy está cerrado y amenaza con desaparecer). Aunque su uso ha ido cambiando,
su estructura se mantiene original. Llama la atención que sea tan diferente al palacio
Longoria en cuanto a estilo a pesar de ser art nouveau. Aunque cabe decir que tiene
elementos neoclásicos.

Es un local diáfano sobre apoyos de hierro, de decoración muy sencilla, guardando cierta
sintonía con el edificio colindante. Fíjense qué curioso, porque los pingüinos no serán los
únicos animales de la calle. Nos dirigiremos ahora a la Casa de los Lagartos
Casa de los Lagartos - (6ª Parada)

Como pueden observar por la decoración en la parte superior del edificio, no le dieron mil
vueltas a la cabeza para ponerle el nombre a este edificio.

Efectivamente, los lagartos son algo característico en este edificio que fue proyectado por
su arquitecto Benito González del Valle en el año 1911. Estos reptiles serán elementos
modernistas, pues como ya dijimos anteriormente, las formas biológicas o la naturaleza, son
modernistas. En Longoria veíamos formas vegetales (la flora) y en esta ocasión vamos a
ver la fauna. Se caracteriza por tener una fachada once veces más larga que ancha, pues
no alcanza los 5 metros de profundidad.

Aunque no lo parezca, este edificio sirve para viviendas. Realmente son dos viviendas
por cada planta cada una con todas sus estancias y sus baños dan al exterior. Tuvieron que
incluir una estructura metálica interior para poder abrir vanos (huecos de ventanas) que
aseguraran la entrada de luz natural.

Este edificio es muy diferente al Palacio Longoria. Se debe a que cada uno sigue las
tendencias de un modernismo diferente: el palacio Longoria nos traslada a Bélgica y la casa
de los Lagartos nos traslada a Viena, a la llamada secesión vienesa, que podemos apreciar
en las ventanas con líneas curvas rebajadas y elementos decorativos geométricos y
sencillos.
Como curiosidad, los edificios de la secesión vienesa eran blancos pero en esta ocasión, el
color blanco se sustituyó por un color amarillo por ser más resistente a la contaminación.

Tanto el palacio Longoria como esta casa de los Lagartos son edificios que nos trasladan a
otros países que tuvieron un claro desarrollo industrial, lo que potenciaría el desarrollo del
estilo modernista en su máxima expresión. Sin embargo, recordemos que en Madrid
aquellas corrientes modernistas europeas se iban a ser mezcladas con unos estilos más
tradicionales que seguían siendo tendencia en la capital, por lo que la combinación de
aquellas expresiones lo vamos a denominar estilo ecléctico.

Este estilo ecléctico lo vamos a entender perfectamente en nuestro siguiente edificio.


Hotel Urso - (7ª Parada)

Hoy en día este edificio es el Hotel Urso, de la cadena NH, pero cuando el arquitecto José
María Mendoza Ussía lo construyó entre los años 1912 y 1915, iba a servir para alojar en su
interior la antigua Sede de la Compañía Papelera Española. Su almacén de papel ocuparía
el sótano del edificio, las oficinas estarían en la planta baja y el resto del edificio sería para
viviendas de alquiler.

El edificio ocupa toda la manzana y para su construcción había que solventar el desnivel
que había entre las calles. Lo harán con esta base de granito que sustenta el edificio. Por
otro lado, al ocupar toda la manzana, se iba a extender por las cuatro esquinas de esta.
Decidieron colocar chaflanes, que son un recurso urbanístico que consiste en unir con una
línea oblicua los lados de la manzana en sus esquina (podemos señalar). De esa manera
queda más visual y estético el esquinazo del edificio.
Vamos a destacar precisamente en la fachada aquellos elementos clásicos en conjunción
con otros diferentes (entre ellos algunos modernistas) y que combinados, hacen que este
edificio sea ecléctico.

En cuanto a sus elementos clásicos podemos destacar la propia composición de los


forjados (pisos horizontales) con almohadillado en la planta baja y liso el que va sobre este.
Esta diferencia hace muy visual la división de niveles en el edificio. Vemos algunos
elementos decorativos barrocos (detalles minuciosos) o clásicos como son las columnas.
Pero entre todos ellos, sorprenden algunos detalles curiosos en la fachada que son
modernistas como las cabezas que eran muy típicas en este estilo y que también vimos en
palacio Longoria, cabezas de mujer como alegoría a la naturaleza. Por otro lado, tenemos
otro elemento nuevo como son los frisos de azulejos toledanos.

Todo ello en conjunto, hace el estilo ecléctico.

Este mismo estilo ecléctico nos lo vamos a encontrar en otro edificio que vamos a encontrar
de camino a nuestra siguiente parada
Calle Apodaca 13 - (8ª Parada)

Como indicamos antes, vamos a ver otro ejemplo ecléctico. Este inmueble admite todo tipo
de detalles de distintos estilos, desde frontones clásicos hasta conchas (del estilo
plateresco) que nos recuerdan a la casa de las conchas en Salamanca.

Estamos recorriendo la C/Apodaca. Sin duda alguna, esta calle fue un importante centro
neurálgico durante el siglo XIX y la sociedad de la época solía frecuentarla. Esto es, porque
en aquella época había muchos cafés literarios en toda esta calle. (Número 6 “El Bandido
Doblemente Armado”).

Además de eso, a finales del siglo XIX habitaban en esta calle personajes conocidos como
los Machado (1884). Su casa estaba situada en el número 5. La familia se había trasladado
de Sevilla a Madrid siguiendo a su abuelo Antonio Machado Núñez, al ser nombrado
catedrático de la universidad central. Era muy frecuente encontrarlos en mitad de tertulias
literarias en estos cafés de la zona.

Además, podemos destacar al escritor Antonio Machado (Ruiz) que


formaría parte de la generación del 98 y frecuentaba aquellas tertulias en los cafés literarios
más conocidos como el de la Montaña (en el edificio de sol en Puerta del Sol), o el Gijón (en
paseo Recoletos) junto a otros que pertenecieron a la generación como Valle-Inclán, Azorín,
Arnichez, Pío Baroja, Miguel de Unamuno... que de nuevo nos traslada a Salamanca ya que
fue rector en la universidad de Salamanca.
Fundación Diario Madrid - (9ª Parada)

Hablábamos en la anterior parada de escritores, de los Machado, y continuamos con otro


del mismo gremio, pero en esta ocasión de Mariano José de Larra, que dará nombre a toda
la calle donde estamos, la C/Larra. Fue escritor, político español y periodista que llegó a
publicar hasta 200 artículos a lo largo de ocho años.

Precisamente, por ser un gran representará dentro del mundo periodístico, da nombre a la
calle donde se aloja el edificio modernista que sirvió para acoger las máquinas y la
redacción del semanario ilustrado Nuevo Mundo.
Esta revista, nació en 1894 por José del Perojo y tuvo una impresionante evolución. Se
llamó así porque la revista comenzó publicando noticias de las provincias de ultramar.
Pronto alcanzó una tirada de 5000 ejemplares que aumentaron sin cesar hasta alcanzar los
266000 ejemplares en 1909. El éxito que tuvo proviene de la innovación que hizo
incluyendo fotografía, que tuvo un mayor impacto que los grabados que se usaban
anteriormente. Colaboraron en ella Miguel de Unamuno, Azorín y Maeztu. El semanario
Nuevo Mundo acabó desapareciendo en 1933. Después de eso, el edificio acogerá a
diferentes diarios como El Sol, luego La Voz y a partir de 1940 se convirtió en editorial de el
Arriba. Más tarde el deportivo Marca. Por último pertenecería a
la Comunidad de Madrid y el diario Madrid.

El edifico fue un inmueble industrial que comenzó a edificar en 1907 el arquitecto Jesús
Carrasco-Muñoz y Encina, mismo arquitecto que hizo los proyectos de la sede actual de
Caixaforum Madrid, en 1899 o el Gran Hotel Reina Victoria, en la plaza de Santa Ana, en
1919.

El edificio de la Fundación fue ampliándose y formándose a medida que pasaban los años.
El solar tiene forma de trapecio pero el edificio es rectangular con fachadas retranqueadas.
Tiene patio inglés con cerámicas en la fachada principal, fachada en la que también se
aprecia grandes arcos. El patio inglés permitía la iluminación y ventilación de sus sótanos,
donde se alojaban las maquinarias que hemos citado antes. Destaca su planta baja
conformada por un cuerpo central con un gran arco acristalado (podemos destacar el vidrio
como elemento modernista) entre grandes pilastras originales. El edificio tenía también un
patio interior cubierto y otro trasero. Su estructura sigue el estilo modernista catalán del
arquitecto modernista Doménech y Montaner.

La relevancia del arquitecto Doménech y Montaner será fundamental, porque aunque


siempre se hable de Gaudí como máximo exponente del modernismo catalán, Doménech y
Montaner también introducirá importantes novedades respeto al sistema de construcción.
Mientras las obras de Gaudí muestran su preocupación por la forma y la expresión, para
Doménech y Montaner será fundamental la claridad y la racionalidad en la estructura. Gaudí
fue un genio elaborando edificaciones en las que forma y estructura se confunden y se
mezclan de forma extraodinaria dando lugar a creaciones únicas y proyectos concretos,
pero que jamás se podrán estandarizar para construir en serie y por tanto, la evolución de
las técnicas constructivas no podrán aplicarse en la obra de Gaudí.
La obra de Doménech y Montaner, en cambio, evolucionará con los materiales de la época
(hierro fundido, superficies de vidrio), atendiendo a la función que va a desempeñar en el
edificio en cuestión y haciendo así una construcción más eficiente.

Aunque es difícil imaginarlo porque ha cambiado mucho. Este edificio presentaba


originalmente un torreón lateral y un cuerpo central retranqueado con un gran arco
decorado con cerámicas de Daniel Zuloaga en la parte inferior (mismo material que en Hotel
Urso) con pilastras y la parte superior es una balconada corrida.

En cuanto al material es hormigón con grandes vanos acristalados.

Con el paso del tiempo se añadiría la 3ª planta que se adelantaba en la calle, por lo que
creó un pórtico y como consecuencia, la fachada principal quedó al fondo y desapareció el
torreón.

Aprovechando que estamos aquí, podemos ver otros ejemplos de la época, por ejemplo
este conjunto de viviendas. (Breve Referencia al conjunto de viviendas que hay justo
enfrente) Son obra del arquitecto Luciano Delage Villegas (1928), mismo arquitecto que
llevó a cabo la reforma del Teatro Infanta Isabel, inspirándose en este caso en el
modernismo de Viena, por lo tanto en la llamada Secesión Vienesa.

Sin embargo, en ese momento ya había avanzado el siglo XX, y será ahí cuando
comience a florecer un nuevo estilo arquitectónico mientras el modernismo va apagándose
poco a poco. Ese nuevo estilo lo vamos a ver manifestado en nuestro último edificio de hoy:
el Teatro Barceló. Vamos para allá.
Teatro Barceló - (10ª Parada)

Este edificio es el Teatro Barceló, aunque realmente, era el antiguo Cine Barceló cuando su
arquitecto Luis Gutiérrez Soto comenzó a construirlo en 1930. Esta gran sala
cinematográfica está considerada la más representativa de su época. (Mostramos IMAGEN
4)

La estructura del edificio se hizo de hormigón armado y se levantó en 8 alturas (dos de ellas
son de sótano). La fachada es de ladrillo macizo revocado con cemento. Consistía en
cuerpos modulares salientes y terrazas que se sobreponen unas sobre otras. En la esquina
de la manzana, hicieron un chaflán curvo donde se encontraba la cabina de proyección del
cine de verano y donde estaba el acceso al cine. Además, el salón se ideó con forma
ovoidal siguiendo una estructura simétrica respecto al eje diagonal de acceso. Asimismo, la
fachada refleja la organización interna de los espacios y está compuesta por elementos
curvilíneos, grandes ventanas alargadas y voladizos que transmiten una imagen
aerodinámica al edificio.

Ahora bien, al igual que el Palacio Longoria fue el máximo exponente de la arquitectura
modernista, este cine Barceló fue el máximo exponente del estilo que llegaría a
continuación de esta arquitectura modernista, que sería la arquitectura moderna, también
llamado estilo racionalista.

En cambio, la arquitectura moderna es muy diferente: se desarrolla durante la primera mitad


del siglo XX (ya ven que el cine Barceló data del año 1930), une estilo fundamentado en la
razón constituido por líneas rectas, diseños simples y acabados puros. Integrarían los
nuevos materiales de la época como el acero, hormigón armado o el cristal e
implementarían las nuevas tecnologías que cambiarían la forma de construir los edificios.
Apenas habrá ornamentación.

¿Pero este cambio en la arquitectura por qué se produjo?

El siglo XX en España estuvo marcado por el afán de los arquitectos de buscar un nuevo
estilo arquitectónico acorde con los materiales de la época en nuestro país.
Esto se debe a que en España, lo que habían hecho hasta entonces durante los últimos
años del siglo XIX con el estilo modernista era intentar adoptar ese estilo europeo y usarlo
para recrear los estilos que hubo en España en tiempos gloriosos del pasado. Todo ello,
motivado por los acontecimientos históricos que marcaron esa época, como el desastre del
98, que hacía que la sociedad anhelara los tiempos pasados memorables.
Además, cabe destacar que el estilo modernista era muy complejo de aplicar y su desarrollo
en España se verá frenado por las dificultades en la aplicación de los nuevos materiales así
como en los problemas que una deficiente o insuficientemente desarrollada industria
metalúrgica impone para una aplicación totalmente libre de los avances técnicos asociados.
Por todo ello, España comenzará a buscar un camino alternativo al que todavía marcaba el
eclecticismo. Ese nuevo estilo sería la arquitectura moderna o racionalista que usará un
nuevo material, que es el hormigón armado. Esta arquitectura moderna rechazaría al
eclecticismo académico y permitiría dar visibilidad a las características técnicas de los
nuevos materiales, aboliendo la decoración.
Arquitectura que vemos perfectamente representada en el Cine Barceló de Luis Gutierrez
Soto. Pero este nuevo estilo arquitectónico, merece otra ruta completa para conocerlo en
profundidad. Por lo tanto, es con la obra de este arquitecto que se ha convertido en
protagonista de la edición de este año del festival de arquitectura Open House Madrid 2021
con quien vamos a concluir nuestra visita de hoy. Y les animo a que aprovechen el festival
para descubrir ejemplos de arquitectura moderna en nuestra ciudad como Casa do Brasil de
Le Corbusier o la propia ruta de Luis Gutierrez Soto por el barrio de Salamanca. Estoy
seguro/a de que les encantará.

Despedida

Como han podido descubrir hoy, la arquitectura es el reflejo de las emociones, deseos,
cambios y avances en nuestra sociedad. Solo hay que saber mirar y leer lo que tenemos
delante para entender la preciosa y espectacular ciudad de Madrid que nos acoge y
compartimos todos.

Muchas gracias por haber venido a descubrir y disfrutar la arquitectura modernista en


nuestra ciudad. Sigan disfrutando del festival y no se olviden de rellenar la encuesta de
satisfacción.
Muchas gracias.

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