INTRODUCCION

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INTRODUCCION

La gran mayoría de nosotros, hemos experimentado alguna vez algún tipo de


temor o de miedo propiamente tal. Este miedo ha tenido por causa algún
acontecimiento de la naturaleza, del hombre o de la propia de imaginación.
Cualquiera sea su causa el efecto último es siempre el mismo, una inevitable
supresión de la libertad de actuar. Ya desde antiguo, el legislador romano
previno que esta emoción provocaba en el sujeto que lo padecía, alteraciones
tanto al nivel físico como psíquico, dependiendo de la singularidad del sujeto.
Por esta razón otorgó una serie de acciones tendientes a proteger a quien
había celebrado un negocio jurídico bajo el espectro del temor. Nuestro sistema
positivo legal, redactado a mediados del siglo XIX, haciéndose eco de las
legislaciones precedentes que le constituyeron, pareciese haber excluido la
influencia que el temor podría haber ejercido en los celebrantes de un acto
jurídico. No obstante a ello, esta insignificancia en el mundo jurídico puede
llegar a cobrar vida, dependiendo de las realidades de cada instancia particular.
El ideal de la educación global y de la igualdad de oportunidades, anexo al
cambio de idiosincrasia nacional que propugnaba el Código en aras al progreso
mismo de la civilización, eran motivos fundantes para menospreciar la
institución que nos entronca en esta investigación. Pero sólo un desconocedor
de nuestra naturaleza humana caída, podría excluir lo insalvable. El artículo
1456 inciso final no siguió el curso del modelo francés. Omnicomprensivo y
prolijo en su redacción, dejó las puertas abiertas al temor, cuando los ideales
del progreso humano no se concretizarán en una relación personal
determinada. Por esto, el deseo de este trabajo es la construcción de una
teoría general del temor reverencial. Una teoría general no puede quedar tan
sólo en formas abstractas. Debe tener asideros serios y sustentables en cada
una de las realidades prácticas, que el Derecho permite. Por este motivo,
hemos analizado la triple dimensión del acto jurídico en que la legislación
chilena positiva se encarga de consagrar el temor reverencial, a saber: en el
acto jurídico patrimonial, testamentario y en el matrimonial. Este es el patrón
jurídico que nos lleva a sostener una teoría unitaria y general del temor
reverencial en materia de anulabilidad del acto jurídico. No es menor, que en el
minuto histórico, social, psicológico que nos toca vivir, las enfermedades que
afectan la esfera psico-somática de los individuos han aumentado
considerablemente; el temor de desagradar a aquellas personas a quienes se
les debe sumisión y respeto, tiende a desaparecer, como figura de las
relaciones interpersonales. La espontaneidad palaciega sin el asidero de la
virtud proverbial de la prudencia, es considerada por sí misma, un estándar
plausible de actuación. Sin embargo, nos parece, que esta situación no sólo ha
cambiado, sino que se ha extendido - tras las necesidades elementales del ser
humano, de la competitividad y de la ignorancia que socava la inteligencia llena
de prejuicios infelices- a otras áreas de las que tradicionalmente se había
consagrado. Los deberes de sumisión ya no son como antaño tan sólo entre
ascendientes como descendientes, sino que por el contrario, se ha desarrollado
un temor cada vez más silencioso en el ambiente laboral, y en todas las
relaciones que impliquen necesariamente deberes de subordinación y
dependencia. La falta de libertad del hombre actual abona la tierra propicia
para generar un miedo ab extrínseco. El hombre desea fervientemente una
garantía de su libertad. Y en este sentido, busca un amparo en la legislación.
La redacción del Código Civil no sólo no excluye el temor reverencial, sino que
lo configura como un elemento que permitiría la rescisión del acto jurídico
celebrado. Esta es la postura que ha adoptado el Proyecto de Pavía, que es
anteproyecto del Código Europeo de Contratos, y que trataremos en el capítulo
referido al Derecho Comparado. Nuestra legislación nacional, por tanto,
protege al que se encuentra en una situación de desequilibrio social, cultural,
económico, pero no protege al cándido, como lo manifestó el propio Andrés
Bello. En el capítulo primero trataremos la fuerza en general como vicio del
consentimiento en el Derecho Civil patrimonial chileno; con el fin de
adentrarnos comprensivamente con el tema de fondo de este trabajo. En él,
revisaremos el concepto de la fuerza, la emblemática diferencia entre fuerza
física y fuerza moral, los requisitos que configuran la fuerza-vicio; así como
también el temor y el estado de necesidad. En el capítulo segundo, con un fin
historiográfico trataremos someramente la historia del miedo como vicio del
consentimiento en el Derecho Romano. En el capítulo tercero, nos avocaremos
al Temor Reverencial en el Derecho Civil patrimonial; al trato que le da el
legislador; su ámbito de aplicación, las razones doctrinales de exclusión como
vicio del consentimiento, y las razones por la cuales debería ser como menos
estimado. El capítulo cuarto se centra en el Temor reverencial en el Derecho
Sucesorio, preferentemente en el acto jurídico testamentario y en las
indignidades para suceder.
Con el fin de conformar una teoría general y unitaria de la institución que nos
avoca, hemos también investigado en el capítulo quinto, el temor reverencial en
el acto jurídico matrimonial. Nos ha parecido necesario reproducir el trato
jurídico que el Derecho canónico le da al temor reverencial. Ésta legislación, lo
consagra como vicio invalidante del acto jurídico matrimonial siempre y cuando
se reúnan ciertos requisitos específicos. A partir de ello, hemos encontrado en
nuestra legislación nacional, tras la reforma en materia de matrimonio civil, un
aliciente del temor reverencial invalidante siempre y cuando se reúnan, a su
vez, características o situaciones particulares. Por último, en el capítulo sexto,
trataremos sin ninguna preferencia calificada a priori, el temor reverencial en
diversas legislaciones extranjeras. Este conjunto de legislaciones, nos
aportarán desde la doctrina que han configurado, una perspectiva integradora
del temor reverencial. Doctrina a favor doctrina en contra, será de nuestro
especial interés la reflexión de los franceses, de los ingleses, del derecho
argentino, italiano y español. Mención a parte, es el Proyecto de Pavía, que
consagra el temor reverencial como vicio propio del consentimiento.

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