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Ajayu Órgano de Difusión Científica del Departamento de Psicología
UCBSP
versión On-line ISSN 2077-2161

Ajayu vol.17 no.2 La Paz ago. 2019

ARTÍCULO

ADICCIÓN Y USO DEL TELÉFONO CELULAR

ADICTION AND THE USE OF THE CELL PHONE


 

VICIADO E O USO DO TELEFONE CELULAR

Dr. Marcelo Rodríguez Ceberio[1]. Univ. de Flores, Escuela Sistémica


Argentina

Dr. Marcos Diaz Videla. Univ. de Flores, Escuela Sistémica Argentina

Lic. Jesica Agostinelli. Escuela Sistémica Argentina[2]

Lic. Romina Daverio. Escuela Sistémica Argentina[3]*

RESUMEN.

En las adicciones modernas, fuera de la ingesta de alcohol,


psicofármacos u otras drogas categorizadas como menores o pesadas, la
adicción a la tecnología, principalmente a los videojuegos,
computadoras y celulares, ocupa un puesto relevante en el marco de los
consumos adictivos. En la presente investigación se exponen los datos
obtenidos en la exploración y análisis del uso del celular, donde se
evaluaron los hábitos y costumbres de 419 usuarios, realizando un
relevamiento y descripción del comportamiento de los habitantes de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, respecto de este
dispositivo tecnológico. Se rastrearon las evidencias de presencia de
adicción al celular y si ésta se relaciona de alguna manera con variables
de personalidad, estilo de uso y autoestima. 

Palabras claves. Adicción, celular, autoestima, tecnología.

SUMMARY

In modern addictions, outside of the intake of alcohol, psychotropic


drugs or other drugs categorized as minor or heavy, the addiction to
technology, mainly to video games, computers and cell phones, occupies
a relevant position in the context of addictive consumption. In the
present Research are exposed the data obtained in the exploration and
analysis of the use of the cell, where the habits and customs of 419
users were evaluated, making a survey and description of the behavior
of the inhabitants of the Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina,
regarding this device technological. The evidence of the presence of
addiction to the cell phone was traced and if it is related in some way
with variables of personality, style of use and self-esteem.

Keywords.  Addiction, cell phone, self-esteem, technology.

RESUMO

Nos vícios modernos, fora do consumo de álcool, drogas psicotrópicas


ou outras drogas categorizadas como pequenas ou pesadas, a
dependência da tecnologia, principalmente de videogames,
computadores e telefones celulares, ocupa uma posição relevante no
contexto do consumo aditivo. Na presente pesquisa são expostos os
dados obtidos na exploração e análise do uso da célula, onde foram
avaliados os hábitos e costumes de 419 usuários, fazendo um
levantamento e descrição do comportamento dos habitantes da Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. , Argentina, em relação a este dispositivo
tecnológico. A evidência da presença do vício ao celular foi traçada e se
relaciona de alguma forma com variáveis de personalidade, estilo de uso
e autoestima.

Palavras-chave. Vício, telefone celular, auto-estima, tecnologia.

INTRODUCCIÓN

Hace apenas una década que se le empezó a dar importancia al uso y


abuso de los dispositivos móviles, y recién en los últimos años se ha
empezado a poner el foco en los posibles problemas que el uso excesivo
del celular puede causar en nuestra vida diaria, en el desempeño
laboral, social y familiar, repercutiendo, de esta manera, en el vínculo
con los otros.

Según la encuesta realizada por el INDEC (2018) sobre el acceso y uso


de las tecnologías de la información y comunicación, en el cuarto
trimestre del 2017, se registró que el 64,3% de los hogares urbanos
tiene acceso a computadora y el 75,9%, a internet. Además, los datos
muestran que, en la Argentina, 8 de cada 10 personas emplean teléfono
celular y 7 de cada 10 utilizan internet, es decir, el 78,9% usa un
teléfono celular, el 46,6% computadora y el 71% utiliza Internet, según
el relevamiento que alcanzó a 31 aglomerados urbanos.
Específicamente, en Ciudad de Buenos Aires, el 80,7% utiliza internet,
el 57,9% tiene una computadora y el 84,7% de la población se
comunica a través de telefonía móvil. En el conurbano bonaerense el
68,1% de sus habitantes utiliza Internet, el 41,7% tiene computadora y
el 76,7% celulares.

 Todos estos datos indican una alta incorporación de los dispositivos


móviles en los habitantes urbanos. Por lo que el celular no solo se
vuelve una herramienta para comunicarse con las personas de forma
textual o verbal, sino que además es una vía de acceso a internet,
permitiendo a los usuarios de los celulares tener una inmensa cantidad
de datos en la palma de sus manos.

La presencia de los celulares en la vida cotidiana ha modificado la


manera en que las personas se relacionan con la tecnología. Este
dispositivo ha modificado y mejorado las comunicaciones, la inclusión
social, la actividad económica y la productividad en varios sectores
(Pepper, Solomon, & Williams, 2012). Uno de los indicadores en relación
con las adicciones sugiere una posible dependencia asociada al uso
excesivo y persistente del celular, descripción que guarda relación con
el concepto de adicción, ya que proveen un estado de gratificación
inmediata (Marlatt & Gordon, 1985) y el vínculo que establece el
usuario puede convertirse en conflictivo y entrar en la categoría de
una adicción comportamental (Sanchez Carbonell et al., 2008; Alonso-
Fernández, 2003; Echeburúa, 1999). Esto podría ser un marcador de
que el concepto de adicción —normalmente asociado al consumo de
substancias y alcohol— debiera ser extendido para abarcar otras
dependencias conductuales (Bianchi & Phillips, 2005). Para dar cuenta
de la posible problemática, se indagó sobre las variables de
personalidad, estilos de uso y la autoestima que podrían guardar
alguna relación con respecto a la adicción al celular.

Estado del conocimiento.

El uso de los celulares se ha extendido a gran parte de la población de


las grandes ciudades, volviéndose un elemento fundamental para la
vida de los individuos. Este avance de la popularidad del dispositivo ha
tenido un gran impacto tanto en el ámbito privado como social de las
personas, similar al que se produjo el surgimiento de internet (Ling,
2004).

Un ejemplo de este avance son las consecuencias que tuvo el teléfono


móvil sobre la comunicación masiva. Este dispositivo ha logrado
eclipsar en muchos aspectos a las vías tradicionales de información
como, por ejemplo, la importancia de estos aparatos durante ataques
terroristas, catástrofes o epidemias, permitiendo captar los sucesos tal
cual se desarrollan, poniéndolos a disposición a las masas rápidamente.
Aunque la expansión del uso del teléfono móvil se está produciendo en
todos los sectores económicos y etarios (Bouazza, Jabur, & Al-Barashdi,
2015), los jóvenes en edad universitaria son los que representan el
mayor porcentaje del mercado (Head & Ziolkowski, 2012).

Los celulares colocan en la palma de la mano de los usuarios una


extensa gama de funciones, como lo son, la comunicación instantánea,
la navegación por internet, uso de las redes sociales, música, video
juegos, noticias, fotografía y video. En lo laboral, el teléfono móvil puede
hasta aumentar la eficiencia de trabajo (Merlo, Stone, & Bibbey, 2013).
Dicha versatilidad convierte a este dispositivo en un objeto muy
atractivo, especialmente para los más jóvenes (Pedrero, Rodríguez
Monje, & Sanchez de Leon, 2012). Chóliz (2008) en esta dirección,
señala una serie de características que hacen que el teléfono móvil
tenga tanta repercusión en el mundo adolescente:

• Autonomía: define el espacio personal y provee cierta autonomía de


los padres.

• Identidad y prestigio: la marca del celular, la mejor tecnología, en


definitiva, la moda les otorga cierto estatus en su grupo social.

• Aplicaciones tecnológicas: las innovaciones tecnológicas y


computacionales ejercen fascinación en los adolescentes.

• Actividad de ocio: Las innovaciones no solo están al servicio de la


comunicación sino mediante juegos para disfrutar el tiempo libre.

• Fomento y establecimiento de relaciones interpersonales: Las diferentes


aplicaciones del smarth phone permiten establecer relaciones
interpersonales ad hoc, expresiones de amistad, posibilita la
comunicación concreta y hasta las llamadas perdidas es una forma de
reconocimiento (Donner, 2007).

A la par del aumento de la popularidad del celular también creció la


preocupación por las posibles consecuencias negativas que trae
aparejadas su uso (Merlo, Stone, & Bibbey, 2003). Teniendo en cuenta
que para muchos usuarios el celular es lo primero que miran al
despertar y lo último al acostarse (Lee, Chang, Lin, & Chen, 2013), es
posible sospechar que las ventajas del celular puedan estar
acompañadas de aspectos nocivos para la persona. Existen varios
trabajos reportando una variada gama de síntomas asociados al celular,
a continuación, se detallarán solo algunos ejemplos.

Un estudio realizado en Noruega y Suecia (Oftendal, Wilén, Sandstörm,


& Mild, 2000) revela que entre un 13 y 30 por ciento de las personas
relevadas, habían experimentado síntomas en conexión al uso del
celular. Los síntomas más habituales incluían sensación de calor en las
orejas, ardor en la piel de la cara y cefaleas. Agarwal, Deepinder,
Sharma, Ranga y Li (2008) hallaron conexión entre el uso del celular y
una disminución en la cantidad y calidad de los espermatozoides en
pacientes hombres que consultaban por temas de infertilidad. Por otro
lado, se halló relación entre el uso intenso del celular y alteraciones en
el sueño, estrés y depresión (Thomée, Härenstam, & Hagberg, 2011).

Un estudio británico, llevado a cabo por el instituto YouGov (2011),


buscó estimar la ansiedad que sufren los usuarios de los teléfonos
móviles, llegando a la conclusión de que 53% de los usuarios de
teléfonos móviles en el Reino Unido tienden a sentir ansiedad cuando
pierden su teléfono móvil, se les agota la batería o el crédito, o no tienen
cobertura de la red. Respecto de las razones para que la ansiedad se
manifestase, el 55% afirmó que era por el hecho de estar “aislado” de
las posibles llamadas o mensajes de familiares y amigos, mientras que
un escaso 10% afirmó que la causa era su trabajo, ya que le exigía estar
conectado permanentemente. Además, alrededor del 60% de los
hombres y el 20% de las mujeres sufre de fobia, y un 9% adicional se
siente estresado cuando sus móviles están apagados. De ahí surge el
término “nomofobia” para referirse al miedo irracional a salir de la casa
sin el teléfono móvil. El término es una abreviación de “no-mobile-
phone phobia”. El estudio equiparó los niveles de estrés de una persona
con nomofobia, con los nervios a los que se tienen el día antes de
casarse o de la visita al dentista.

Fuera de la esfera de los síntomas corporales se destaca el aspecto


nocivo del celular como responsable de interferencia sensorial que
puede llevar a un incremento de accidentes laborales o en la vía pública
(Pedrero et al., 2012). Estos efectos adversos vuelven relevante la
necesidad de explorar la adicción al celular, ya que el uso intenso del
celular traerá aparejado una mayor ocurrencia de estos sucesos.

A la hora de diagnosticar los aspectos patológicos del uso del celular, la


revisión teórica muestra que existe una gran disparidad respecto a la
definición de lo que implica adicción y abuso del celular, a esto se le
acompaña de una variada gama de instrumentos de evaluación de estos
constructos (Pedrero et al., 2012). Los términos “adicción al
Smartphone”, “uso problemático del teléfono móvil”, “dependencia al
teléfono móvil” y “uso compulsivo del teléfono móvil”, indican la
variedad de expresiones utilizadas para dar cuenta de un fenómeno en
común (Al-Barashdi, Bouazza, & Jabur, 2015). En el presente
desarrollo se utilizará la expresión “adicción al celular”.

El término adicción suele estar más fuertemente enlazado al abuso de


substancias, como las drogas o el alcohol pero en la actualidad están
creciendo las nociones sobre adicciones asociadas a los
comportamientos y la tecnología (Griffiths, 2005). Griffiths (2005),
desarrolla un modelo biopsicosocial de adicción que compara personas
adictas a sustancias químicas -tabaco, alcohol y otras drogas- con
personas que interactúan con nuevas tecnologías u otros
comportamientos reforzantes, concluyendo que la sintomatología es
similar en ambos casos. Por tal motivo, define a la adicción a la
tecnología como adicciones no químicas, sino comportamentales que
involucran la interacción entre seres humanos y la tecnología. A su vez
estas pueden ser pasivas como en el caso de ver televisión o activas
como el caso del celular.

Actualmente se suele agrupar la adicción al celular al grupo de las


adicciones comportamentales junto con la ludopatía, compras
compulsivas o adicción a los videos juegos (Chóliz, 2010). Según Marks
(1990), los síndromes de dependencia tienen como factor común la
marcada necesidad de llevar a cabo los comportamientos que la persona
sabe que tienen consecuencias negativas, donde se da un aumento de
tensión que se libera al realizar la acción. Este descenso de la tensión
es temporal y rápidamente vuelve a ser reemplazado por la necesidad de
realizar el comportamiento nuevamente. El DSM-V considera una
conducta como adictiva cuando se dan síntomas de abstinencia y
tolerancia, falta de control, interferencia en el desarrollo de otras
actividades y problemas derivados del uso (Chóliz, 2010).

Estudios sobre la relación entre la adicción al celular y la autoestima


han demostrado que existe una fuerte relación entre la baja autoestima
y las adicciones comportamentales (Billieux, 2012). Ceberio (2013)
define al concepto de autoestima como:

Sentimiento de valoración que uno tiene de sí mismo, que remite a la


imagen personal, más precisamente a la autopercepción y al propio
reconocimiento de los aspectos positivos. Alguien que goza de buena o
elevada autoestima, se siente pleno consigo mismo, se valoriza y se
acepta (p.153). Es posible pensar que las personas que poseen una baja
valoración de sí mismas sean particularmente vulnerables, buscando
aprobación, refuerzos y admiración de los demás predisponiéndolos a
las adicciones (Takao, Takahashi, & Kitamura, 2009).

De acuerdo con la herramienta utilizada para la presente investigación,


y basándonos en la escala de las dimensiones del modelo de los cinco
factores de personalidad (i.e., extraversión, afabilidad, minuciosidad,
estabilidad emocional, y apertura a la experiencia), se hallaron datos
que indican que valores altos en afabilidad representa un fuerte
predictor de tendencias adictivas en la utilización de mensajería
instantánea y el uso del móvil en general (Pedrero et al., 2012).

Otros estudios como los de Butt y Phillips (2008) no llegaron a


establecer relaciones diferentes entre las variables de personalidad y
adicción al celular, confirmando la sospecha de que aún no existen
resultados conclusivos sobre la temática planteada. Pero en el caso de
Igarashi, Motoyoshi, Takai y Yoshida (2008) se establecieron para el uso
excesivo de los mensajes de texto mediante el celular, dos vías
asociadas al neuroticismo. En estas, los sujetos parecían estar
motivados a enviar mensajes de texto cuando: por un lado, tenían un
deseo intenso por mantenerse conectados o establecer nuevas
relaciones, o en el otro polo, la dependencia se explicaba por una
necesidad de asegurarse no ser rechazados y relaciones ansiosas con
los demás.

La gran proliferación sobre investigaciones relacionando a la


personalidad con el uso problemático del celular, demuestra el gran
interés que existe por entender el fenómeno. En esa dirección existe
cierto consenso sobre el impacto que tiene la personalidad impulsiva a
la hora de entender la adicción al celular. La evidencia resalta el vínculo
entre un control de la impulsividad disminuido como un indicador
marcado de la aparición de problemas asociados al uso excesivo del
teléfono móvil (Billieux, 2012).

En cuanto a los hábitos de uso, algunos estudios mostraron una


tendencia a que las mujeres utilizan el celular de forma más intensa
que los hombres. Otros estudios hasta indicaron una mayor tendencia a
la adicción al celular. Los hombres en cambio mostraron una mayor
predisposición a utilizar el celular mientras manejan (Billieux, 2012).

Método.

La presente investigación tuvo como objetivo explorar el uso del celular


y determinar sus consecuencias adictivas. Se evaluaron los hábitos y
costumbres de los usuarios, realizando un relevamiento y descripción
del comportamiento de habitantes de Ciudad de Buenos Aires respecto
de este dispositivo tecnológico. Se rastrearon las evidencias de
presencia de adicción al celular y si esta se relaciona de alguna manera
con variables de personalidad, estilo de uso o autoestima. Para tal fin,
se utilizaron una serie de instrumentos validados para evaluar adicción
y abuso al celular, como también protocolos para evaluar estilos de
personalidad, estilos de uso y autoestima.

Nuestra hipótesis inicial que se buscó confirmar o refutar en el


desarrollo de esta investigación, de acuerdo con el planteamiento del
problema y el estado de investigaciones al respecto, fue que, el uso del
celular interfiere con el desarrollo de las actividades de la vida cotidiana
de los habitantes de la ciudad de Buenos Aires, alcanzando en algunos
casos niveles de adicción.

Con el objetivo de evaluar la incidencia del uso adictivo del celular en


los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires, se realizó un estudio
descriptivo sobre una muestra no probabilística, haciendo un recorte
transversal de única toma. Se confeccionó un protocolo
autoadministrable que contó con una versión impresa y online, con el
objetivo de favorecer la participación de mayor cantidad de gente,
buscando producir un efecto bola de nieve para la recolección de
encuestas.

Antes de comenzar a contestar, los participantes fueron notificados


respecto al carácter anónimo y voluntario de su participación en el
estudio, una idea general respecto de los objetivos y sus fines
académicos, y el tiempo de duración de la encuesta, estimado en 30
minutos. El criterio de inclusión en la muestra fue que los participantes
sean mayores de 18 años, residentes de la Ciudad de Buenos Aires y
que tengan un Smartphone. La recolección de datos se produjo durante
los meses noviembre de 2015 y junio de 2016. El análisis y la redacción
del informe se realizaron en los meses siguientes.

Este estudio contó con una muestra incidental no probabilística de 419


participantes, de entre 18 y 72 años (M = 30,67, DE = 11,4), de los
cuales 81,3% (n = 244) fueron mujeres y 18,7% (n = 56) hombres.
Además, solo el 0,2% de la muestra presentó un nivel educativo solo de
primario incompleto, el 2% primario completo, 56,6% secundario
completo, 16, 9% terciario completo, 16,1% universitario completo y el
8,7% posgrado completo.

El objetivo principal que se planteó para la investigación buscaba


evaluar la incidencia del uso adictivo del celular en los habitantes de la
ciudad de Buenos Aires. En cuanto a los objetivos específicos se
pretendía, determinar la relación entre estilo de personalidad y uso del
celular; explorar la relación entre la autoestima y el uso del celular; y
describir los hábitos de uso del celular en los habitantes de la ciudad de
Buenos Aires.

Resultados

Análisis Escala Adicción al Smartphone -SAS-

En cuanto a los resultados obtenidos y analizados en investigación, se


observó que todas las dimensiones de la escala están fuertemente
asociadas, teniendo una relación significativa entre todas ellas,
mostrando fiabilidad estadística, la cual es necesaria para garantizar la
validez y precisión de la escala, así como también confianza en el
análisis estadístico de los resultados obtenidos:

• Daily Life Disturbance (α de Conbach .74).

• Positive anticipation (α de Conbach .83).

• WITHDRAWAL (α de Conbach .75).

• Cyberspace oriented relantionship (α de Conbach .75).


• Overuse (α de Conbach .72).

• Tolerance (α de Conbach .74).

No se han observado diferencias entre hombre y mujeres en ninguna de


las dimensiones. Hay correlaciones negativas en todas sus dimensiones
con respecto a la edad, es decir, a mayor edad de los sujetos menor es
el puntaje que obtienen en esta escala.

Escala autoestima:

Dicha escala de evaluación cuenta con una buena confiabilidad y


fiabilidad, al igual que en SAS. No se han observado diferencias en
cuanto a los hombres y las mujeres.

Confiabilidad Autoestima

Estadísticos de fiabilidad
 

Relación entre la Escala de autoestima y la escala SAS.

Uno de los objetivos propuesto de la investigación fue explorar la


relación entre la autoestima y el uso del celular, por lo cual, se analizó
la correlación entre la escala SAS y la escala de autoestima, y como
resultado, se pudo observar que a mayor puntaje en las dimensiones de
SAS, entre ellas, tolerancia (TOL), relaciones orientadas al cyberespacio
(COR), perturbación de la vida diaria (DLF), abstinencia (WIT), menos
puntuaron los mismos en la escala de autoestima. Si bien las
correlaciones no son muy altas, hay una influencia que se puede tener
en cuenta entre las mismas. No se evidenciaron correlaciones
significativas con anticipación positiva (PA) ni uso excesivo (OVE).
 

Se observa que existe una correlación positiva entre autoestima y uso


compulsivo de celular, es decir, al subir una variable, sube la otra. Sin
embargo, dado que los valores de autoestima se interpretan en una
relación inversamente proporcional, se observa que a mayores niveles,
mejor autoestima, lo que implica que las personas con menos
autoestima hacen un uso compulsivo del celular.

Escala de personalidad.
Se han encontrado relaciones positivas en varias dimensiones, entre
ellas, se pueden mencionar como significativas las siguientes:

Los rasgos de personalidad “4. Ansioso/fácilmente alterado” y “8.


Desorganizado/descuidado”, son dos aspectos de la personalidad
directamente relacionados de manera positiva con todas las
dimensiones evaluadas en la escala SAS. El rasgo “2.
Crítico/malhumorado”, se relaciona con todas las dimensiones excepto
con TOL. El “5. Abierto a la experiencia” muestra una codependencia
con DLD, TLF, y TOL. La variable “10. Convencional/poco creativo” se
relaciona con WIT y con OVE. El rasgo “1. Extravertido” se relaciona
con PA, WIT, OVE, y TOL. Y, por último, las variables “3.
Confiable/autodisciplinado”, “6. Reservado/tranquilo” y “7.
Empático/cálido” no se relacionan con ninguna escala del SAS.

Discusión.

Teniendo en cuenta las correlaciones negativas en todas las


dimensiones de la escala SAS con respecto a la edad —a mayor edad de
los sujetos, menor es el puntaje que obtienen en esta escala— se podría
inferir que los adultos tendrían menos interferencias en su rutina diaria
por consecuencia del uso del celular. Esto a su vez puede verse
influenciado por el hecho de que, a mayor edad, menor es el uso del
celular, según los datos proporcionados por el INDEC (2018), quienes
manifestaron que el uso del teléfono móvil resulta ser la tecnología de
uso más extendido para la población joven y adulta.

Según las estadísticas, 9 de cada 10 personas de 18 a 64 años y más de


la mitad de los adultos mayores de 65 años usan esta tecnología. En
promedio, 6 de cada 10 personas de este rango etario. Entre los 18 y los
29 años, las personas hacen mayor uso del teléfono celular (94,8%) que
los demás grupos etarios; también se advierte su empleo extendido en
los de entre 30 y 64 años (92,7%). Podríamos hipotetizar que si bien el
uso está muy difundido e incorporado a la cotidianidad, los adultos
mayores han ingresado tardíamente a la tecnología. Es decir, es un
hábito adquirido la 3º edad, por ejemplo, es un ciclo evolutivo que ha
resistido a incorporar en sus vidas la telefonía móvil, cuando se estaba
acostumbrado al teléfono de línea y los llamados debían esperar
respuestas cuando se regresaba a la casa, más allá de que en Buenos
Aires, las líneas de teléfono estaban restringidas y tener teléfono en el
hogar era un privilegio. Además, también las actividades laborales se
reducen en esta etapa de la vida y al haber menor ocupación,
disminuye normalmente el uso del celular.

Con respecto a las interferencias de las actividades diarias como


consecuencia del uso del celular, el modelo biopsicosocial de adicción a
las tecnológicas propuesto por Griffiths (2005) plantea que los síntomas
de dependencia se circunscriben al aislamiento, bien estando solo o en
compañía, bajo rendimiento en los estudios o el trabajo y atención
centrada en el uso de las tecnología con la consecuente pérdida de
control, la búsqueda desesperada por obtener refuerzos rápidos y
sentimientos de malestar si no se usa la tecnología suficientemente.
Sobre esta descripción, se puede observar que dichos aspectos
coinciden con los resultados de la investigación, donde queda plasmado
las repercusiones que el uso del celular tiene en el desarrollo cotidiano
de la persona.

De acuerdo con los datos obtenidos acerca de las relaciones


presentadas entre la escala de autoestima, la escala SAS y el uso
compulsivo de celular, se puede afirmar que las personas que
obtuvieron una menor puntuación en autoestima, es decir, personas
desvalorizadas, se refugian más en el uso del celular en búsqueda de
reconocimiento y valoración en el entorno. Presentan mayores
dificultades con respecto a intentar siempre controlar el uso del
Smartphone aunque no lo logran (TOL) y terminan generando intentos
de solución fracasados que refuerzan aún más el sentimiento de no
poder controlarlo y el incremento de la desvalorización personal.
 En el plano social, las relaciones con los amigos se desarrollan
mediante el Smartphone y suele generar un sentimiento de intimidad
mayor de las que se producen en la vida real. Se manifiesta, a su vez,
un mayor descontrol con sentimientos de pérdida cuando no se puede
usar el celular (sea por robo, olvido o pérdida), chequeando
continuamente la tenencia del mismo (COR). Lo que da como resultado
comportamental, un uso compulsivo del celular con la inminente
necesidad de chequearlo en un corto periodo de tiempo, tal cual un
automatismo, lo cual lleva a su vez a que puedan perder trabajos
planeados o tener dificultades para concentrarse en una clase o
mientras desempeñan su tarea laboral.

 Algunas de estas personas, suelen experimentar síntomas físicos como


mareos, visión borrosa, dolor en las muñecas o en la parte trasera del
cuello y molestias al dormir (DLF). Además, muestran una actitud de
impaciencia y se suelen poner inquietos e intolerantes sin un
Smartphone ya que generalmente tienen pensamientos recurrentes del
celular, generando un alivio momentáneo del malestar emocional y
físico que se hacen presentes en su falta. A su vez, les genera irritación
cuando los molestan mientras usas el Smartphone (WIT), lo que los
lleva un alejamiento físico de las personas que los rodean, y reforzando
de esta manera la proximidad a los vínculos virtuales. Muchas personas
ven en las redes sociales una forma de mostrarse creando una imagen
artificial de sí mismos, diferente a lo que son en realidad, esta imagen
creada de sí mismo es lo que les brinda una aparente seguridad y
confianza externa, que les falta en sí mismos.

La característica fundamental en las personas con baja autoestima es la


desvalorización personal, uno de los principales padecimientos de
nuestros tiempos. Esta desvalorización personal genera inseguridad,
miedo y culpa.  Como afirma Ceberio (2017):

La baja autoestima es una sensación que dilapida y desbarata


proyectos, bloquea posibilidades de ser creativos, genera inseguridad,
incrementa, por ende, la angustia y ansiedad, y transforma en
complicada la complejidad de las relaciones humanas. Es como una
plaga que, paulatinamente, carcome, arrasa, penetra, sutil o
abruptamente, deteriorando la personalidad (p. 54).

La mayoría de las personas con baja autoestima, buscan estrategias


para sentirse queridos, valorados y estimados, es una forma de llenar
ese vacío de estima personal desarrollando acciones y estando presos
del entorno intentando encontrar reconocimiento (Ceberio, 2017). En
esta búsqueda de reforzadores externos, entra en juego la adicción al
celular, al estar pendiente de las redes sociales, buscando esa
aprobación por ejemplo a través de una foto, donde si bien a las
personas les da satisfacción que coloquen un like en alguna de sus
fotos o en una frase que se publica, otra cosa es depender de
ese like para tener buena valoración. Este es el problema, la
dependencia a ese reconocimiento que lleva muchas veces a corromper
los límites de la privacidad, volviendo público lo privado con tal de
obtener mayor cantidad de aprobaciones.

Este mecanismo, donde la línea entre privacidad/intimidad se torna


difusa, genera un dilema entre lo que soy y lo que quiero mostrar de mí,
entre lo que quiero ser y lo que los demás esperan que yo sea, entonces
la autoestima se construye en base a lo que a los demás desean ver en
mí y lo que los demás reconocen de mí, llegando hasta el punto de
desconocer quién es la persona realmente más allá de su red social.
Estas personas se vuelven vulnerables a las críticas negativas,
inseguras en las cosas que hacen y en las decisiones que tienen que
tomar, preguntando constantemente al entorno para que le brinden su
opinión acerca de estas decisiones que en realidad tienen que depender
de sus intereses, gustos, deseos y motivaciones. Su mundo interno y
emocional, sus virtudes y defectos, son aspectos totalmente
desconocidos para estas personas, donde se confunden con los gustos,
intereses y motivaciones de los demás. Esta descripción se acerca a los
ítems de la escala de SAS y también es aplica para “los rasgos de
personalidad” con los cuales se han encontrado correlaciones, donde
queda de manifiesto la relación que hay entre determinados signos de
personalidad y el uso del celular, con sus interferencias en el desarrollo
de actividades cotidianas.

 Cabe resaltar la relación entre los rasgos de personalidad ansioso y


desorganizado con todas las dimensiones de la escala SAS. Concuerda
la impaciencia e intolerancia propia de las personas con rasgos
ansiosos, con la plasmada en la dimensión WIT, que evalúa sobre todo
la intolerancia, impaciencia e inquietud constante que presentan las
personas sin el celular, junto con la irritación que les produce cuando
son interrumpidos mientras lo usan (también observado en los rasgos
10 y 1).

Además, la ausencia del celular genera sentimientos de vacío y un


estado de nerviosismo constante, como hemos mencionado, lo cual sólo
se aplacada con el uso del dispositivo móvil que les devuelve la
seguridad que necesitan y alivia la ansiedad (también en el rasgo 1).
Este alivio momentáneo los lleva a continuar con un uso incontrolable
del celular (también en los ítems 10 y 1) con la particularidad de
intentar controlar el uso del mismo pero no conseguirlo (presente en los
ítems 5 y 1), convirtiéndose en una solución intentada fracasada, que
en vez de solucionar el problema, lo perpetua y refuerza, donde la
solución se convierte en un problema más, un problema del problema,
que con el tiempo hacen a la impotencia y la baja autoestima de la
persona (Ceberio R., 2017).

Estas acciones traen como consecuencia mayores interrupciones en el


desarrollo de sus actividades diarias y dificultades para mantener la
concentración y atención en diferentes tareas (estas dificultades
también se ven manifestadas en las personas que han puntuado alto en
el ítem 5). Por último, en el aspecto social, suelen buscar relaciones
virtuales más que vínculos que los impliquen personalmente. Cabe
mencionar que el rasgo de personalidad “Crítico” se relaciona con todas
las dimensiones, exceptuando la última (TOL).

Es de destacar que las variables “Confiable/autodisciplinado”,


“Reservado/tranquilo” y “Empático/cálido”, no se relacionan con
ninguna escala del SAS, lo cual muestra la relación entre determinadas
características de personalidad, la buena autoestima y el uso adecuado
del celular. Teniendo en cuenta la forma de accionar de acuerdo a sus
rasgos de personalidad, las personas que puntuaron alto en estas
variables generalmente afrontan diferentes situaciones con seguridad,
las decisiones son planificadas con respecto a sus consecuencias a
futuro y una vez que se aseguraron de su decisión, la ejecutan con
firmeza dejando poco lugar a la duda. Estas personas, además, suelen
colocarse a ellos mismos en primer lugar ofreciendo y compartiendo con
los demás lo mejor de ellos mismos, con una apertura a mejorar las
formas de vincularse, desarrollando una autocrítica productiva, que les
permite ver que sus conductas y emociones repercuten en los demás,
desarrollando una buena empatía para tales consideraciones.

Con dicha disposición para afrontar la vida, se puede inferir que estas
personas presentan una buena autoestima, ya que la valoración
personal tiene dos condimentos fundamentales: seguridad y confianza,
las cuales se ven reflejadas en lo dicho anteriormente. Con estas
características las personas se relacionan con el entorno, quienes no
dependen de la opinión de los demás, ni necesitan buscar la seguridad
en el afuera -lo opuesto a los descripto anteriormente de las personas
con baja autoestima y ciertos rasgos de personalidad-.

La adicción al celular genera déficits en las relaciones interpersonales


que conlleva a nuevas formas de vincularse. Hace unos años atrás, este
problema era propio del mundo adolescente, hoy en día es un problema
generalizado a toda la población, desde niños pequeños hasta gerontes,
generando problemas vinculares, familiares y de parejas, problemas
individuales, comportamentales, emocionales, etc.

En la actualidad, si uno se sienta a observar las interacciones en un


bar, una plaza, un colectivo, etc. cualquiera puede notar una
hiperconectividad virtual que nos desconecta afectivamente de las
personas con quienes estamos. Cuantas veces observamos parejas,
amigos y hasta familias enteras ensimismados controlando sus
mensajes de Whatsapp y viendo imágenes en su Instagram. Esto
produce un alejamiento emocional con las personas más cercanas,
ganando terreno el aparente acercamiento virtual. Se pierden los
beneficios que conlleva el encuentro humano, el abrazo, la mirada, el
contacto físico, la contención emocional, el estar ahí realmente con los
demás. Esta es una de las consecuencias más visibles de la adicción al
celular, que repercute directamente en el proceso de construcción de
una buena autoestima ya que desde que somos niños necesitamos la
mirada, la aprobación, y estima de un adulto significativo, y que su
mirada no esté puesta en un dispositivo tecnológico, asimilando y
aprendiendo esa conducta como lo normal y lo cotidiano.

Por último, podemos afirmar que todos los problemas y síntomas


humanos, y las patologías, laceran la valoración personal. No hay
problema, ni trastorno que no lleve el coletazo de la desvalorización,
que impotentice y que bloquee el desarrollo personal. Vemos cómo la
sinergia de factores comunicacionales, interrelacionarles,
experienciales, históricos, neurofisiológicos, cognitivos y emocionales
convergen para constituir una adicción al celular, un todo recursivo
de interinfluenciabilidad, un todo inercial del cual es muy dificultoso
salir sino se trabaja la baja autoestima y las soluciones intentadas
fracasadas.

Con respecto a las limitaciones, este trabajo es una investigación que se


remite a los usuarios de Buenos Aires, si bien el uso del celular es
mundial, cada contexto tiene sus particularidades. Cabría comparar
qué sucede en contextos más aislado del interior de la Argentina o de
otros países más pobres que no tienen acceso cotidiano a la tecnología.
Como también cuales serían los resultados en países como Estados
unidos o Japón, que están a la vanguardia de los cambios tecnológicos.
Puesto que la tecnología es influenciada por el contexto, pero a la vez
influencia al contexto que la produce, con lo cual habría que analizar
cuáles son las atribuciones socioculturales que impactan sobre la
atribución de cada usuario de telefonía móvil. No obstante, hay signos
adictivos que pueden extrapolarse a otros locus de uso de la telefonía,
más allá de los significados que se les otorgue.

Frecuencia de uso, desde cuando se utiliza (meses, años), la medición


de la intensidad (0/100) del uso, que cantidad de problemas se generan
a partir del uso de la tecnología móvil, puede ser una fórmula que se
aplique para observar el grado adicción y de resistencia al cambio
(Ceberio, 2017), utilizando la presente investigación como base para
ahondar aún más en el nivel de adicción de las personas en esta área
tecnológica. Se planifica, seleccionar a los 20 participantes de la
muestra considerados más adictos y se les retirará su teléfono a las
8am, durante 24hs confeccionando protocolos de chequeo cada dos
horas, explorando la abstinencia y la ansiedad, pensamientos y
emociones.

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Recibido: 6 de junio del 2019

Aceptado: 22 de junio del 2019

SIN CONFLICTOS DE INTERÉS

NOTAS

[1] Remitir correspondence a Marcelo Rodríguez Ceberio, Fray J. S. M.


de Oro 1843. C.A.B.A. (1414), Argentina. Tel. Fax: 54-11-4774-
6112/2875 Cel.
1554180231. [email protected] / marcelorceberio@gmai
l.com

*Agradecemos la participación de Dr. Edgardo Echezahar, Dr. Joaquín


Ungaretti, Lic. Lucas Labandeira, Lic. María Amelia Stagliano, Lic.
Laura Alvarez, Dra. María Eugenia Nani y Lic. Marta Mero.
 

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