01 El Anciano y El Envejecimiento
01 El Anciano y El Envejecimiento
01 El Anciano y El Envejecimiento
EL ANCIANO Y EL ENVEJECIMIENTO
Y “vejez”:
1. f. Cualidad de viejo.
2. f. Edad senil, senectud.
3. f. Achaques, manías, actitudes propias de la edad de los viejos.
4. f. Dicho o narración de algo muy sabido y vulgar.
Envejecer no es sólo una cuestión fisiológica, ligada al paso del tiempo. Si así
fuera, se consideraría vieja una persona al alcanzar cierta edad, en todas partes. Y
esto no es así. Porque es un fenómeno complejo en el que intervienen un conjunto
de factores, se puede hablar de la vejez desde distintas perspectivas.
Si, para determinar si una persona es vieja o no, se cuentan los años que
tiene, se está considerando desde un punto de vista meramente cronológico. Y la
verdad es que, hoy, es éste un dato que no dice apenas nada. Todos conocemos
personas que, con cuarenta años, son absolutamente viejas y otras de setenta
completamente jóvenes.
Pero cabe aún hablar de la vejez desde otro punto de vista: el social. Según el
punto de vista social, es “vieja” toda persona que ha llegado a la edad de jubilación.
Hay una norma social según la cual las personas son “viejas” a partir del momento en
que las declaramos improductivas, y esto ocurre en la mayor parte de los países entre
los sesenta y los sesenta y cinco años, e incluso antes como consecuencia de la crisis
económica y el paro.
La jubilación es algo así como la puerta oficial de entrada en la vejez.
Es posible, sin embargo, entender la vejez de otra forma: una etapa más de la
vida de toda persona. Es la concepción más equilibrada y moderna. Supone aceptar
que el transcurso del tiempo produce efectos que hay que tener en cuenta, pero que
éstos no son necesariamente invalidantes. Puede haber, en mayor o menor medida,
limitaciones funcionales o problemas de salud, pero habrá también aspectos positivos
como la serenidad de juicio, la madurez y la experiencia.
Podríamos decir entonces que, la vejez es el estado de una persona que, por
razón de su edad, sufre una decadencia biológica en su organismo y un retroceso en
su participación social.
“Vieja” es aquella persona que tiene muchos años, su organismo está
notablemente deteriorado y que además, y precisamente por lo anterior, se margina
de la vida.
Así vemos que la carga peyorativa que tenían los términos de infancia,
pubertad y adolescencia (con falta de derechos) y adulto (acabado, y jefe, con todos
los derechos) ha ido cambiando. Y se sigue considerando el término juventud como el
más positivo y contrapuesto al de viejo (igual que el de senil que es sinónimo de
decadencia). Pero ambos términos abarcan edades de lo más relativas, dependiendo
de qué sociedad y tiempo estemos hablando.
Más amplio aún es el utilizado por la ONU para su declaración de 1991 a favor
de las denominadas “Personas de Edad”, al no existir un criterio universal para
concretar la edad correspondiente a los derechos de los mayores. En algunos casos
incluso se utiliza el anglicismo de “senior” por parte de asociaciones de mayores y de
empresas especializadas, que denominan seniors a los mayores de 55 años.
Es decir, que a pesar de que hoy en día un mayor número de individuos fallece
a una edad avanzada y de que la juventud “orgánica” se ha prolongado, nada hace
pensar por el momento que la longevidad máxima de la especie se pueda mejorar
algún día.
Los numerosos estudios sobre las causas del envejecimiento cada vez están
más de acuerdo en un punto: el envejecimiento parece tener un origen multifactorial
y ser fruto de la acción de varios mecanismos sujetos, en última instancia, a un alto
grado de control genético. La trayectoria normal de la vida parece estar, por lo tanto,
programada, inscrita en nuestros genes, y depende de la especie a la que
pertenecemos.
Desde un punto de vista, que podríamos llamar biológico, hay dos que cuentan
con el beneplácito de un importante número de estudiosos e investigadores. Una de
ellas explica que la vejez se produce por acumulación de productos de desecho, tanto
en el interior de todas y cada una de las células, como del organismo globalmente
considerado. La otra defiende que envejecemos porque, con los años, disminuye la
capacidad de defensa del organismo frente a las agresiones que recibe. La medicina
popular tradicional basa el envejecimiento en el desgaste progresivo del organismo.
Parece fuera de toda duda que conviven una serie de circunstancias, genéticas
y ambientales, en el hecho de envejecer, pero sigue en el aire la pregunta clave de
por qué la vida de una persona es más larga que la otra, o por qué un organismo se
deteriora antes que otro.
Los partidarios de las teorías genéticas del envejecimiento opinan que nuestros
genes están programados para ir desactivandose progresivamente determinadas
funciones metabólicas esenciales, lo que provoca el envejecimiento.
Según esta teoría, disponemos de auténticos relojes biológicos que, en el
momento adecuado, desencadenan determinados mecanismos.
Los partidarios de estas teorías se apoyan sobre todo en el hecho de que la
longevidad máxima varía entre las distintas especies. Algunos estudios referidos a la
multiplicación de las células humanas muestran que, después de un cierto número de
divisiones, el proceso parece reducirse progresivamente. Si se comparan cultivos de
células tomadas de individuos de diferentes edades se aprecia que, salvo algunas
Teoría integradora.
Teoría de la competencia.
Las diversas formas de pensamiento (cómo los ancianos aprenden algo nuevo,
cómo funciona su memoria, cómo manejan el estrés y los acontecimientos críticos,
etc.) se investigan intensamente en la gerontología diferenciada.
Teoría de la actividad.
Teoría de la continuidad.
Esta teoría se basa en que la vejez está determinada por el pasado de cada
persona. Se envejece como se vive de modo que, quien ha sido activo antes
continuará siéndolo también en esta etapa de la vida; y quien haya vivido saliendo de
sí mismo lo menos posible, pues aprovechará ahora cualquier ocasión para cortar
relaciones y, encerrarse cada vez más en su interior.
Como hemos dicho anteriormente, hoy por hoy sólo hemos encontrado
respuestas parciales en cuanto a qué es el envejecimiento, en qué consiste y qué lo
define.
Podemos decir, como conclusión, que todas las respuestas forman partes de
ese gran puzzle que intentar aunar al gran número de los factores implicados en el
proceso de envejecimiento. Todas las teorías aportan algo y son complementarias
unas de otras.
Una diferenciación que cabe destacar es la que existente entre Anciano sano y
Anciano patológico. En ella diferenciamos a los ancianos según su estado físico-
psíquico: