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Maestría en Dirección de Negocios y Desarrollo Empresarial

Materia: Medio Ambiente Económico

Alumno: Emmanuel Pichardo García

Profesor: Dr. Luis Gutiérrez Santana

Trimestre: 1er
Semana 5: del 4 al 10 de octubre del 2021
Proyecto final
Valor de la actividad 30 puntos
La calificación se asigna en escala de 0 a 10
Proyecto Final Presentar: ensayo con el tema “Medio Ambiente Económico de México”
Estructura del ensayo:

1. Portada
2. Resumen. (media cuartilla)
3. Abstract (el resumen en inglés)
4. Palabras clave (los temas a desarrollar son: factores económicos, variables
macroeconómicas, problemas económicos, globalización)
5. Introducción (media cuartilla)
6. Desarrollo (4-6 cuartillas, incluir mínimo 10 citas textuales con formato APA)
7. Conclusiones (media cuartilla)
8. Referencias bibliográficas (presentarlas de acuerdo a formato APA)
NOTA IMPORTANTE: REVISAR LOS ARCHIVOS ADJUNTOS EN MATERIAL SEMANA 5
(FORMATO APA, CARACTERISTICAS DE LAS PARTES DE UN ENSAYO Y EJEMPLO
DE LA ESTRUCTURA DE UN ENSAYO)
Deberá presentar un análisis de los factores económicos de México, análisis del
comportamiento de las variables macroeconómicas de los últimos 5 años y las proyecciones
de éstas para el año 2021, analizar los principales problemas económicos de México
proponiendo su solución e indicar los beneficios de la globalización para la economía
mexicana. Se apoyarán en los trabajos presentados durante el curso.
La fuente bibliográfica a consultar será en libros electrónicos o físicos, publicaciones en
revistas indizadas. En formato Word, letra Arial de 12 puntos a doble espacio
Revisar la rúbrica con la que será evaluada la actividad
Palabras clave

Resumen

En México, el actual modelo económico olvidó atender

prioridades como el empleo y el crecimiento al dejar las Factores económicos

responsabilidades respecto de la ocupación, el reparto del

crédito o incluso en la distribución del ingreso al mercado, Variables macroeconómicas

pero sus soluciones han producido ritmos mediocres de


Problemas económicos
crecimiento con altos costos sociales. Por eso, hoy las

prioridades deberían estar encaminadas a crear


Globalización
mecanismos de formación de acuerdos políticos que

lleven a reconstruir el ámbito de las responsabilidades


México
gubernamentales; fijar metas económicas y sociales

mejor equilibradas, pues en caso contrario, las


Desarrollo
insuficiencias económicas arriesgarían transformarse en

inseguridad social y desencanto democrático, en Nivel de vida

frustración de la población joven, media y vieja, como ya

comienza a ocurrir. Crecimiento económico

Distribución del ingreso

Pobreza

Desigualdad
Keywords

Abstract Economic factors

In Mexico, the current economic model forgot to attend to Macroeconomic variables

priorities as the employment and the growth when the

responsibilities left respect of the occupation, the Economic problems

distribution of the credit or even in the distribution of the

revenue to the market, but his solutions have produced Globalization

mediocre paces of growth with high social costs. Because

of it, today the priorities should be directed to create Mexico

mechanisms of formation of political agreements that lead

to reconstructing the area of the governmental Development

responsibilities; to fix better balanced economic and social

goals, so in opposite case, the economic insufficiencies Standard of living

would risk to transform in social insecurity and democratic

disenchantment, in frustration of the young, average and Economic growth

old population, since already it begins to happen.

Income distribution

Poverty

Inequality
Introducción

Si hiciéramos un rápido recuento de lo mejor que tiene México, no habría (casi)

disputa en señalar al menos lo siguiente: la riqueza de sus recursos naturales, la

diversidad de su geografía, la bondad de su clima, la cultura y su historia e incluso

la afabilidad de su gente y su variada comida. Para muchos, la mezcla de todo esto

indica que México cuenta con una cultura sobresaliente con respecto a muchos

otros países. El cariño y el orgullo por el país, así como una dosis ligeramente

elevada de nacionalismo nos ayudan a afianzar esta visión. Sus 2 millones de

kilómetros cuadrados hacen de México uno de los 15 países más grandes del

mundo. Sus recursos minerales son ricos y diversos y las reservas de petróleo y

gas natural son abundantes. México destaca por la extensión de sus litorales –

11,122 km. exclusivamente en su parte continental– y ocupa el cuarto lugar en

existencia de plantas con 25,000 especies registradas. Para muchos un orgullo del

país es su pasado. La historia del país, que puede ser contada en libros o leída en

los vestigios de piedra que sobreviven, nos habla de un conjunto de culturas que ya

en el siglo xvi tenían un avance social y económico mayor al de gran parte de los

países fuera de Europa.

La mezcla de razas e ideas transformó el país y logró consolidar, quizá, una

civilización con mejores elementos que con los que contaba inicialmente. Esta

nueva cultura tuvo la capacidad de construir instituciones que hicieron posible, con

altas y bajas, con claros y obscuros, forjar un país que empezó a serlo en serio
hasta finales del siglo xix y que, en la tercera década del siglo xx, al inaugurarse los

períodos de relativo orden y paz social, se podía considerar una sociedad

consolidada. Los avances en materia social y económica que siguieron al desorden

revolucionario del siglo xx, así como un creciente nacionalismo que inundó el

espíritu de los ciudadanos contagiados por las corrientes internacionales (y que fue

alimentado por los distintos gobiernos que buscaban seguir unificando al país),

fueron dejando en el imaginario social un indudable y posiblemente necesario

orgullo por México. Qué bueno que así sea, pero también es importante dejar a un

lado por un segundo ese orgullo nacional y analizar con frialdad cómo está el país

en estos años. La realidad del día a día del México del siglo xxi es un poco distinta

a esta idealización. Las riquezas naturales, la historia y los avances del siglo pasado

no han sido suficientes para tener hoy día niveles de vida semejantes a los de

países con menos recursos naturales, historia, o incluso variedad gastronómica. De

acuerdo con cifras oficiales en 2010, el 46.2% de las personas vivían en pobreza,

el 10% de las familias más ricas recibía un ingreso promedio 25.2 veces mayor que

el de las familias más pobres y el nivel de vida promedio, medido con el Producto

Interno Bruto (pib) per capita era similar al de países como Croacia, Turquía, Costa

Rica, Bosnia y Herzegovina, y Siria. México podría dar mucho más que esto. El

objetivo de este ensayo es analizar con cifras recientes el desarrollo económico del

país. No existe definición única de desarrollo económico, ni siquiera en los libros

que tratan este tema de manera formal.

Por esta razón, para poder evaluar el desarrollo económico de México, haremos

mediciones de distintas variables que reflejan este complejo concepto. En primer


lugar, analizaremos la evolución del nivel de vida promedio de la población,

enfatizando la generación de ingreso de sus habitantes. Posteriormente, daremos

cuenta del crecimiento económico del país, como la variable que mejor explica el

nivel de vida de la población. El desarrollo económico implica mejorar el bienestar

de la población en su totalidad; por ello, el tercer tema será la situación de la

distribución del ingreso para analizar posibles disparidades de bienestar al interior

del país. Finalmente, evaluaremos la situación de la pobreza en México, como una

de las variables que resume todo y que es, simplemente, el resultado de la

evolución de las variables anteriores.

Desarrollo

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), órgano encargado de realizar la

medición del Producto Interno Bruto (PIB), 1 dio a conocer los resultados definitivos del PIB

real en el primer trimestre de 2021. En este boletín se presenta la evolución del PIB total y

por sector de actividad económica, tanto en cifras ajustadas por estacionalidad como

originales. Además, se comentan las expectativas de su avance futuro y los riesgos

asociados a su comportamiento. Se termina ofreciendo algunas consideraciones finales.

En el primer trimestre de 2021, el PIB, sin factores de estacionalidad,2 tuvo un crecimiento

trimestral de 0.76%, su tercer incremento consecutivo y superior al dato anticipado en el

mes anterior por INEGI (0.44%). Ello implicó que la actividad económica continuara

avanzando, pero con menor dinamismo después de que en el cuarto trimestre de 2020

había tenido un ascenso trimestral de 3.21%. Bajo cifras ajustadas por estacionalidad, el

comportamiento de las actividades que integran el PIB fue positivo.


Las actividades primarias pasaron de un decremento de 2.09% a un aumento de 0.66%,

del cuarto trimestre de 2020 al primer trimestre de 2021; dicho incremento contrasta con la

reducción estimada en abril por el INEGI (-1.27%).

Las actividades secundarias transitaron de un incremento de 3.65% a uno de 0.46% (INEGI

había estimado un cambio nulo). Lo que se explica por la menor alza en la construcción

(2.66%) y en la minería (1.89%); así como por la caída en la generación, transmisión y

distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final

(-2.04%) y en la industria manufacturera (-0.19%). Las terciarias avanzaron al ir de una

ampliación de 3.23% a un alza de 0.88% entre el cuarto trimestre de 2020 y el primer

trimestre de 2021; además, este incremento fue mayor al que había adelantado el INEGI

(0.72%). Esto como resultado del avance en la mayoría sus sectores. Los que crecieron

fueron: servicios profesionales, científicos y técnicos (4.46); comercio al por mayor (3.80%);

transportes, correos y almacenamiento (2.33%); servicios de apoyo a los negocios y

manejo de desechos y de remediación (2.30%); otros servicios excepto actividades

gubernamentales (1.76%); actividades legislativas, gubernamentales, de impartición de

justicia y de organismos internacionales y extraterritoriales (1.34%); servicios de salud y de

asistencia social (1.31%); servicios educativos (1.30%); y, servicios de alojamiento

temporal y de preparación de alimentos y bebidas (0.33%). Por el contrario, los que

mostraron caídas en su desempeño fueron: servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes

muebles e intangibles (-0.19%); servicios financieros y de seguros (-0.39%); comercio al

por menor (-1.83%); servicios de esparcimiento culturales y deportivos, y otros servicios

recreativos (-2.96%); los corporativos (-3.65%); y, la información en medios masivos (-

4.07%).

Variación anual
Con cifras ajustadas por estacionalidad, el INEGI dio a conocer que, durante el primer

cuarto de 2021, la actividad económica nacional tuvo un decremento real anual de 2.77%,

menor al dato anticipado por el INEGI en abril (-2.93%), pero más profunda a la que observó

un año atrás (-2.09%), lo que implicó su sétima reducción consecutiva. La evolución de la

economía fue consecuencia del desempeño mixto de las actividades que integran el PIB:

 Las primarias (agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal,

pesca y caza) fueron de un decremento anual de 3.0% en el primer trimestre de

2020 a un aumento real anual de 2.59% en el mismo periodo de 2021 (INEGI había

estimado un aumento de 2.80%).

 Las secundarias (industriales) se mantuvieron en terreno negativo al ir de una

reducción de 3.09% a una caída de 1.99% entre enero y marzo de 2020 al mismo

periodo de 2021 (INEGI había advertido un descenso de 2.30%). Lo anterior se

explicó por la baja en: la construcción (-7.33%); la generación, transmisión y

distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al

consumidor final (-5.99%); y, la minería (-2.79%). Ello pese al incremento en la

industria manufacturera de 1.22%.

 Las terciarias (servicios) se deterioraron al pasar de una disminución de 1.19 % en

el primer trimestre de 2020 a una declinación de 3.40% en el mismo lapso de 2021

(INEGI había adelantado una caída de 3.56%), ante el comportamiento negativo de

la mayoría de sus componentes. Los sectores que mostraron reducciones fueron:

servicios de esparcimiento culturales y deportivos, y otros servicios recreativos (-

45.55%), servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas

(-33.54%), otros servicios excepto actividades gubernamentales (-12.03%);

transportes, correos y almacenamiento (- 11.25%); información en medios masivos

(-9.16%); corporativos (-7.82%); servicios financieros y de seguros (-7.27%);


actividades legislativas, gubernamentales, de impartición de justicia y de

organismos internacionales y extraterritoriales (-3.93%); comercio al por menor (-

2.82%); servicios educativos (-2.30%); y, servicios inmobiliarios y de alquiler de

bienes muebles e intangibles (-0.53%). Por el contrario, las actividades que

reportaron crecimiento en su desempeño fueron: servicios de salud y de asistencia

social (7.97%); comercio al por mayor (6.14%); servicios de apoyo a los negocios y

manejo de desechos y servicios de remediación (3.64%); y, servicios profesionales,

científicos y técnicos (1.48%).

Contribución de las actividades productivas al crecimiento económic

En el primer trimestre de 2021, las actividades primarias sumaron 0.09 puntos porcentuales

(pp) a la tasa de variación del PIB del primer trimestre de 2021 (-3.62%); un año atrás

habían descontado 0.08 pp al cambio del PIB (-1.29%). Las actividades secundarias

redujeron 0.77 pp al PIB (-0.67 pp, un año atrás). En lo que respecta a las terciarias, éstas

sustrajeron 2.56 pp (-0.39 pp en el primer trimestre de 2020).

Expectativas de crecimiento

El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó, en abril de 2021, que la actividad

económica del país tenga un crecimiento de 5.0 % en 2021 (0.7 puntos porcentuales más

que en su pronóstico de enero) y aumente 3.0% en 2022 (0.5 puntos porcentuales más que

en la estimación previa). Por su parte, el Banco de México (Banxico), en su Informe

Trimestral de Inflación (3 de marzo de 2021), presentó tres escenarios sobre la actividad

económica. En su escenario central, ajustó al alza su previsión de crecimiento del PIB y


estimó un incremento de 4.8% en 2021 (3.3% en su Informe previo) y de 3.3% en 2022

(2.6% anteriormente). Dicho ajuste se debió, de acuerdo por Banxico, por una mayor base

de crecimiento al cierre de 2020 y una mayor previsión de crecimiento para la actividad

industrial en Estados Unidos. No obstante, dicha revisión está parcialmente contrarrestada

por una mayor debilidad económica a inicios de 2021 ante la evolución de la pandemia en

el país.

“Los especialistas del sector reconocen que la falta de

atención al cumplimiento de estas metas no sólo es algo del actual gobierno federal, sino

también de sus antecesores. Aunque el problema se agravará ahora que la administración

morenista ha decidido suspender las subastas eléctricas y modificar la forma en cómo se

emiten los Certificados de Energías Limpias, dos de los instrumentos diseñados para

incentivar este tipo de energía con menos emisiones de carbono.” (Nava, D., 2021)

Considero que México es un país que tiene la capacidad

de producir bienes y servicios de la más alta calidad y precio, para poder ser

competitivo a nivel Internacional, ya que tanto el Gobierno a través de políticas de

desarrollo económico, como las empresas por medio de la planeación e innovación

están involucrados en el impulso de la competitividad.(eumed.net)

Además de que nuestro país cuenta con un gran número de Tratados Comerciales

en el mundo, siendo la puerta de salida y entrada de varios productos, y

cuenta con una ubicación geográfica que le permite ser el puente entre Estados

Unidos, la economía más grande del mundo, con Latinoamérica .(MONEX 21)
La canasta básica en México se integra por 283 productos de naturaleza alimentaria y no

alimentaria que son considerados de consumo indispensable para satisfacer las

necesidades de las familias a partir del ingreso que perciba. Para el año 2016 el gobierno

tiene como objetivo permanente de inflación una tasa anualizada del 3%. El Banco de

México en su informe relativo al segundo trimestre del presente año expresó que la inflación

anual ha sido favorable ya que según datos publicados se mantiene dentro del porcentaje

objetivo a pesar de que la variación anual promedio del Índice Nacional de Precios al

Consumidor (INPC) haya aumentado del 2.69 por ciento entre el primer y segundo trimestre

al 2.80 por ciento registrados en la primera quincena de agosto. Con base en este dato es

posible hacer énfasis en que a pesar de que el banco del gobierno emita esta información

la realidad imperante en la vida cotidiana de los mexicanos muestra un panorama distinto.

Es decir el hecho de que el índice se mantenga dentro del rango no significa que éste no

haya tenido variación con efecto negativo para los bolsillos de los mexicanos.

Sin embargo como ya se mencionó el hecho de que no exista aumento significativo en el

costo de los productos que integran la canasta básica, no convierte a estos consumibles

en accesibles para cualquier familia mexicana ya que si se toma en cuenta que el salario

mínimo general al mes de agosto del 2016 es de $ 73.04 es lógico asumir que este importe

no es suficiente para subsistir y abastecer las necesidades básicas de la población dados

los altos precios en productos y servicios estrictamente indispensables como por ejemplo:

gas, electricidad, frutas y verduras, granos, artículos de limpieza e higiene personal,

medicinas, gasolina, transporte, entre otros. Por ejemplo según datos publicados por la

Secretaría de Economía en el 2016 el precio del aguacate ha variado de enero a agosto


del 2016, ubicándose en enero en un precio de entre $ 14.00 y $ 18.00 con ascenso hasta

$ 55.00 en julio y disminuyendo a $ 45.00 en el mes de agosto. De aquí proviene la opinión

acerca de la accesibilidad que se tiene para comprar productos como el ya mencionado ya

que los datos publicados por el Banco de México señalan que hubo una disminución en su

costo, pero aun así el precio sigue siendo alto. Otro alimento fundamental en las familias

mexicanas es el frijol, quien también ha sufrido aumentos en su precio. La variedad

Mayocoba inició el 2016 en $ 18.00 y cerró el mes de agosto a un precio de $ 37.00

aproximadamente, mientras que el pinto al inicio del año costaba $ 12.50 y en la última

semana del mes de agosto su precio se elevó hasta $ 19.50, según el Sistema Nacional de

Información e Integración de Mercados (SNIIM, 2016). Otro ejemplo es la carne de pollo ya

que el precio de pechuga por kilo inició el año costando entre $49.00 y $ 52.00 y hasta el

momento su precio se ha elevado presentando fluctuaciones entre $ 51.00 y $ 62.00 al

finalizar el mes de agosto. El azúcar también es un producto fundamental en la despensa.

Su precio en enero se ubicaba entre $ 650.00 y $ 660.00 y al inicio del mes de septiembre

se elevó hasta $ 890.00 por saco.

“La desigualdad es tener menos oportunidades, sin importar el

esfuerzo que se realice. En México la diferencia de ingresos es la primera barrera

contra la que se tiene que luchar, mas no la única. No toda la población mexicana

tiene acceso a los servicios públicos, que son básicos para el desarrollo, de

calidad.” (ICI, 2019).

Cabe mencionar que los precios de estos productos y en general de todos los que

conforman la canasta básica varían dependiendo de la ubicación geográfica de que se

trate, por esta y otras razones sus cambios son constantes. Los datos aquí expresados
fueron tomados de los emitidos por organismos gubernamentales en sus sitios oficiales

(SNIIM, 2016). Es posible continuar haciendo una lista sobre precios y sus cambios en lo

que va del año, sin embargo a pesar de que las cifras publicadas denotan facilidad de

acceso a los productos básicos y una economía estable, la realidad es completamente

opuesta ya que en la actualidad las amas de casa han tenido que aprender a ser excelentes

administradoras a pesar de que un alto porcentaje de ellas no tienen estudios de grado

universitario, los padres de familia tienen que arreglárselas para sacar adelante a familias

enteras con sueldos de hasta $ 490.00 semanales aproximadamente (Cacho, 2014). Un

tema importante y en sobremanera preocupante para toda la nación es el precio de la

gasolina, ya que el costo del combustible ha ido en aumento a pesar de que el actual

presidente de la república Enrique Peña Nieto, expresó textualmente “Se acabaron los

gasolinazos que tanto lastimaron mes a mes a la economía de las familias mexicanas”,

frente a miles de personas en un evento llevado a cabo en el estado de Veracruz en el año

2015 (El Financiero, 2016, párrafo 6). Mentira que se acabaron los famosos gasolinazos,

ha pasado un año ya de esta afirmación y el incremento de este insumo ha estado presente

en los últimos cuatro meses.

El mismo Banxico lo menciona en su segundo informe trimestral del

2016. De enero a septiembre del mismo año el precio de la gasolina se ha incrementado

bastante, la Magna de $13.16 por litro que costaba en enero para el mes de Septiembre

subió a $13.98, el precio de la Premium antes era de $ 13.98 por litro ahora son $ 14.81 y

el Diésel que al inicio del año valía $ 13.77 subió su precio a $ 14.45 por litro, mientras que

el gas llega hasta $ 16.56 por kilogramo (Gómez, 2016)


“En la primera quincena de agosto, este subíndice registró un crecimiento

anual de 1.97 % lo cual refleja […] los aumentos de precio en las gasolinas, así como la

terminación de la gratuidad en algunos medios de transporte público de la Ciudad de

México” expresó el máximo mandatario del Banco de México, Agustín Carstens Carstens

(Banxico, 2016, pág. 18).

Empleo en México

La falta de empleo ha sido, por muchos años, el problema

social más grave de México. La carencia de empleo es una de las expresiones más

agudas de la pobreza. Este fenómeno de escasez de empleo, aunado a las

diferencias salariales de México con Estados Unidos explica, en gran medida, el

fenómeno migratorio de mano de obra mexicana a ese país. La oleada migratoria,

aunque no puede considerarse un fenómeno nuevo, ha adquirido mayores

proporciones y algunas características diferentes a las de las anteriores (CONAPO,

2005).

“La Población Económicamente Activa (PEA) en México

representa cerca de 60% de la población de 14 años y más, y si bien ha disminuido

su tasa de crecimiento medio anual de 3.5 a 1.9% del periodo 1982-1993 al 1994-

2010, ésta sigue siendo alta en comparación con el ritmo de crecimiento del

empleo remunerado. En 2004, la PEA ascendía a 42 millones. El número de


empleos requeridos para cubrir las necesidades del incremento anual de la oferta

laboral era de poco más de un millón cien mil” (Censos Nacionales de Población

y Vivienda, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática,

México).

La economía mexicana no ha sido capaz de generar el número total de empleos

formales requeridos en ninguno de los últimos quince años, para no hablar de la

llamada "década perdida", de los años ochenta. Por ello, podemos inferir que, sin

lugar a dudas, hay un déficit acumulado de empleo, difícil, sin embargo, de

precisar.

En la década actual la economía mexicana ha estado lejos de generar entre uno y

1.2 millones de empleos, que exige el aumento anual de la PEA. Ni siquiera el

creciente flujo migratorio de mexicanos a Estados Unidos ha evitado que la tasa de

desocupación bruta aumentara entre 2000 y 2010. Y aunque entre 2004 e inicios

de 2008 el empleo creció de manera importante como resultado del incremento del

Producto Interno Bruto (PIB) real, sigue siendo insuficiente para cubrir rezagos, los

cuáles se acentuaron con la reciente crisis económica. Al mismo tiempo, se

presenta una nueva característica: el empleo formal se parece cada vez más al

informal. La evidencia señala que no solamente ha crecido el desempleo sino que

ha crecido la población ocupada sin prestaciones sociales, así como los empleos

informales.

En efecto, en la primera década del siglo XXI, además del incremento de los

niveles de desempleo, creció significativamente la informalidad en la economía y


los ocupados sin protección social. Se observa, asimismo, un amplio vacío para

generar puestos de trabajo en sectores industriales. En suma, según cifras oficiales

actualmente hay cerca de 1.5 millones de desocupados más que en 2000.

Además, en este mismo periodo la tasa de presión general (porcentaje que

representa la población desocupada más la ocupada que busca trabajo, respecto a

la población económicamente activa) creció en al menos 2 veces en 22 de las 32

entidades de la República.

Desocupación abierta

Las cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),

ubican a México en los últimos años como uno de los que tiene las tasas de

desempleo abierto más bajas entre los países de América Latina y el Caribe. No

obstante, a diferencia de lo que ha ocurrido en la mayoría de estos países, que han

visto reducir sus tasas de desempleo de manera importante en la presente década,

en México éstas han mostrado una tendencia creciente. En 2000 la diferencia entre

la tasa promedio en la región y la de México era de 7 puntos porcentuales, en 2009

fue de 1.5 puntos porcentuales.

Si calculamos el nivel de ocupación de acuerdo con el promedio que reportan las

encuestas en México, el resultado en miles de personas aparece en la gráfica 1 e

indica que el desempleo abierto afecta actualmente a alrededor de 2.5 millones de

personas.
En efecto, como se advierte en el cuadro 2, el porcentaje de desempleo abierto que

en promedio arrojan las encuestas muestra una tendencia a ubicarse entre 3 y 5%

de la PEA, salvo los periodos de crisis económica en que se alcanzaron cifras

mayores a 5%.

“El que se registre una tasa baja de desocupación abierta se

debe a dos causas: 1) el denominador, la PEA, no aumenta tanto por la migración

de las comunidades fuera del país y ha habido además un cambio en la edad mínima

(de 12 a 14 años) que se considera para formar parte de ella; 2) la cobertura del

numerador, todo el que declara realizar al menos una hora de actividad a la semana

se le toma como ocupado en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo” (ENOE).

El porcentaje de desocupación abierta no es un indicador muy preciso del estado del

mercado de trabajo en México. Hay indicadores de la ENOE que permiten apreciar

mejor esto. Se muestra la Tasa de Ocupación Parcial y Desocupación, que considera

en su cálculo como desocupadas a las personas que no tuvieron ninguna actividad

o que, si la tuvieron no fue más de 15 horas durante la semana de referencia. Del

año 2000 a 2010, la población desocupada más la parcialmente ocupada pasó de

7.2 a 12% de la PEA. Esto significa que, en 2010, 5.5 millones de personas

estuvieron desempleadas o bien trabajaron menos de 15 horas a la semana. El

desempleo ha afectado en mayor medida a los jóvenes. El Programa Nacional de la

Juventud (PNJ) 2002-2006 resalta que históricamente el desempleo ha afectado

más a los jóvenes pues las tasas de desempleo abierto de éstos duplican y hasta
triplican las de los adultos. El número de jóvenes entre 14 y 29 años de edad

desocupados ha aumentado en los últimos 5 años cerca de 50% de acuerdo con

cifras de la ENOE. En 2010, 1.7 millones de desempleados tenían entre 14 y 29 años

de edad. A este grupo habría que sumar el número de jóvenes que aún sin trabajar

no se encuentran estudiando (5.8 millones), con lo que contabiliza a 7.5 millones de

jóvenes en ese rango de edad que en 2010 ni estudiaron ni desempeñaron alguna

actividad económica, representando 16% de la PEA.

Empleo formal e informal

La expansión de la informalidad o subempleo es otro de los problemas que México

comparte con la región Latinoamericana e incluso con otros países desarrollados y

en desarrollo. En el caso de México un indicador del nivel de informalidad es la

diferencia entre el número del personal remunerado y los inscritos en el seguro

social. Esta diferencia ascendió en 2010 a poco más de 60% del empleo

remunerado.

Por su carácter de informal ha sido complejo definir y por ende medir este tipo de

actividades. La OIT, en conjunto con otros institutos de estadística a nivel mundial

ha conformado el Grupo de Delhi con el objetivo de unificar criterios a fin de poder

contabilizar este tipo de actividades. Algunos de esos criterios han sido adoptados

en las encuestas mexicanas. De esta forma, las encuestas de empleo en México

indican que entre 1995 y 2010 el número de personas que participan en el sector
informal,1 se estima, con fluctuaciones, entre 26 y 29% del total de personas

ocupadas lo que se traduce en 2010 en cerca de 13 millones de personas en todo

el país, 44% más que en 1995.

Crecimiento y empleo a largo plazo

En un periodo de largo plazo, 1955 a 2009, se pueden observar cambios importantes

en la relación del crecimiento del producto y del empleo que nos hablan de la

elasticidad-empleo del producto. Primero de 1955-1970 a 1971-1981 se incrementó

la capacidad de la economía mexicana para crecer con tasas altas de aumento en

el empleo remunerado. De ese periodo se pasó al de 1982-1993, cuando hubo una

coincidencia de tasas bajas de crecimiento del producto y del empleo. En la siguiente

fase que corresponde al periodo de operación del TLCAN, de 1994 a 2009, se

recupera un poco la tasa de crecimiento del producto, pero empeora la del empleo.

México parece estar en la peor de las alternativas ya que, aunque mejora un poco

el crecimiento del producto, la tasa de aumento del empleo decrece. Es decir, el leve

aumento del PIB no trae consigo un aumento equivalente en el empleo, su capacidad

de arrastre, por así llamarla, ha disminuido en esta etapa.

Los problemas económicos de México y su propuesta de solución


El Gobierno de México, bajo el liderazgo del presidente Enrique Peña Nieto, diseñó

el paquete de reformas más ambicioso que la OCDE ha presenciado en años

recientes. Después forjó el consenso político necesario para refrendarlo mediante

el inusitado Pacto por México; promovió la aprobación de estas y otras reformas en

el Congreso; y comenzó a ponerlas en marcha. A través de esta batería de reformas

se abordaron problemas en áreas de política pública que habían esperado cambios

profundos durante décadas; en el mercado laboral, la educación, el trabajo, los

impuestos, las telecomunicaciones, el sector energético y el sistema judicial, entre

otras. Todavía es prematuro evaluar plenamente el efecto de estos cambios, pero

algunos ya han empezado a rendir frutos. La reforma de la educación produjo las

primeras evaluaciones de docentes y un nuevo modelo educativo basado en

competencias totales. Las reformas laboral, fiscal y de seguridad social han

ayudado a reducir las desigualdades y la informalidad: de hecho, se han creado

más de tres millones de empleos formales desde 2012. Gracias a las reformas en

el sector salud, las instituciones públicas de seguridad social están cooperando más

y el gasto de las familias por desembolso directo ha disminuido. Las campañas para

concientizar a las personas y la introducción de un impuesto al azúcar produjeron

una disminución en el crecimiento de la obesidad. Las reformas en el sector de las

telecomunicaciones han impulsado la competencia, produciendo resultados

impresionantes: el número de suscripciones móviles de banda ancha aumentó

cerca de 50 millones entre 2012 y 2016, mientras los precios disminuían hasta en

un 75%. La reforma energética abrió el sector energético de México a la inversión

privada y a la competencia, asegurando inversiones privadas por casi USD 80 mil


millones. Los cambios en los derechos constitucionales, en el sistema de justicia

penal y en la aplicación de la justicia cotidiana están ayudando a satisfacer mejor

las necesidades de los ciudadanos y las empresas. La OCDE ha acompañado y

apoyado al gobierno de México en el diseño, desarrollo e implementación de

muchas de estas reformas. Desde 2013, se han publicado más de 40 estudios en

los que se analizan los desafíos del país y se proponen políticas públicas para

enfrentarlos. En muchos casos, esos análisis se complementaron con apoyo

práctico para poner en marcha cambios legislativos e institucionales y hacer

realidad la reforma. Esto no solo benefició a México, sino también a la OCDE. A

través de esta interacción constante, la OCDE aprendió mucho y mejoró su

capacidad para apoyar a los países en sus esfuerzos de reforma. México enfrenta

aún desafíos importantes. El índice de pobreza de México casi duplica el promedio

de la OCDE y las desigualdades regionales siguen siendo considerables. El

crecimiento de la productividad es bajo en muchos sectores y alrededor de 30

millones de personas siguen trabajando en empleos informales, sin acceso a

ingresos estables, oportunidades de capacitación, servicios financieros, atención

médica, o cobertura de pensiones. Si bien la proporción de alumnos con bajo

rendimiento escolar ha disminuido, los estudiantes mexicanos de 15 años todavía

obtienen puntuaciones inferiores al promedio de la OCDE, de acuerdo a los

resultados de PISA, el Programa de la OCDE para la Evaluación Internacional de

los Alumnos.

“Con la firma del Tratado de Libre Comercio entre México,

Estados Unidos y Canadá, además de los acuerdos que México tuvo con otras
naciones, como su incursión en el GATT, logró un crecimiento en su comercio

exterior y también, como Elena Cardero (1996).” Cisneros Castro, R. J., Ortega

Hernández, A., & León Andrade, M. (2018).

La aplicación del estado de derecho sigue siendo deficiente, sobre todo en los

ámbitos estatal y municipal, lo que contribuye a los elevados niveles de delincuencia

e inseguridad. México tiene la tasa de homicidios más alta de la OCDE, y tan solo

46% de las personas se sienten seguras al caminar solas por la noche, muy inferior

al promedio de la OCDE de 68%. La corrupción sigue siendo un problema mayor:

más del 60% de las personas creen que la corrupción gubernamental es

generalizada. Por eso es imperativo que México continúe con su programa de

reformas. Además, se requiere fortalecer algunas de las reformas recientes,

mantenerlas actualizadas y promoverlas para garantizar su aplicación eficaz. La

OCDE está lista para seguir acompañando a México en este camino. Juntos,

continuemos diseñando, promoviendo y aplicando mejores políticas para una vida

mejor en México.

México ha sido un precursor de las reformas

“Las reformas estructurales realizadas durante la administración del presidente

Enrique Peña Nieto son numerosas, profundas y audaces. Durante el periodo 2013-

2016 el país mostró una de las más intensas actividades reformistas entre los países

de la OCDE. La acción reformadora fue detonada por el Pacto por México, un

acuerdo histórico entre los tres principales partidos políticos, destinado a que el país
reanudara la marcha hacia la prosperidad después de tres décadas de lento

crecimiento. Se aprobaron leyes y reformas constitucionales clave.” OCDE (2017)

“Durante la contingencia sanitaria COVID-19 México cayo puntos

porcentuales en su competitividad a nivel internacional, México descendió 3

posiciones en el ranking general respecto a 2019, ubicandose en el lugar 53 de 63

países evaluados. La calificación de nuestro país pasó de 59.8 en 2019 a 54.8 en

2020.” (IMD, Junio 2020)

Lo que nos lleva a determinar que el progreso de dichas acciones debe de ser

incluyente para mejorar el bienestar de todos, no obstante, hago mención de que:

Gracias a las reformas, el bienestar de los mexicanos ha mejorado gradualmente en

los últimos cinco años. La proporción de trabajadores informales se redujo en un 3%,

lo que da a más trabajadores, particularmente a los más vulnerables, acceso a

ingresos estables, oportunidades de capacitación, servicios financieros, cuidado de

la salud y pensiones. La cobertura de los servicios de salud y educación ha

mejorado. También los resultados de la educación han progresado, incluyendo entre

los alumnos de bajo rendimiento. No obstante, las desigualdades siguen siendo

altas, alimentadas por la divergencia entre una economía moderna muy productiva

en el norte y el centro de México y una tradicional y menos productiva de pequeñas

empresas informales en el sur.


Las reformas han ayudado a combatir la pobreza, pero los niveles siguen

siendo altos

El Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 aumentó considerablemente el gasto

social y mejoró el enfoque de las transferencias gubernamentales. El programa de

transferencias condicionadas Prospera ahora está mejor vinculado con los servicios

de educación escolar y formación vocacional, las oportunidades de empleo formal y

los servicios bancarios, lo cual promueve la autosuficiencia de los beneficiarios. La

edad mínima de la pensión social se redujo para incluir a las personas de 65 años

en adelante. Si bien esto garantiza un nivel mínimo de ingreso para las personas, el

nivel de los beneficios sigue siendo inferior al de la línea de pobreza extrema.

“Esta mañana, el peso intenta mantenerse firme ante el dólar,

después de que se dio a conocer el reporte de actividad industrial en EE. UU. de

agosto. Cuyos datos mostraron que varios sectores han disminuido la producción

ante la escasez de insumos y la incertidumbre sobre la pandemia. Por lo tanto,

aumentaron las preocupaciones sobre el crecimiento económico para los próximos

meses, lo que deterioró el sentimiento por riesgo y presionó al alza al dólar en los

principales cruces del mercado. Sin embargo, desde el punto de vista técnico, el

indicador RSI señala una pausa en el movimiento alcista del peso, pues esta

referencia comienza a presionarse a la baja. Por lo tanto, hace unos momentos, el

peso operaba sin cambios respecto al cierre previo alrededor de $19.90.”

(monex.com.mx Septiembre 2021).


México ha logrado importantes avances en el mejoramiento de la cobertura y la

calidad de su sistema educativo. Ahora casi todos los niños de entre 4 y 14 años

asisten a la escuela. La innovadora reforma constitucional del presidente Peña Nieto

mejoró el sistema educativo promoviendo una agenda con una meta común básica:

colocar a los alumnos y las escuelas en el centro del sistema para mejorar los

resultados del aprendizaje.

“México-Estados Unidos buscan avanzar en las prioridades

estratégicas económicas, sociales y comerciales que son centrales para el impulso

del crecimiento económico.” (www.gob.mx, 2021).

Más allá de los avances que México ha logrado en su nivel educativo, los jóvenes

mexicanos también necesitan de la combinación adecuada de competencias,

habilidades y destrezas para mantenerse al día ante las cambiantes necesidades

del mercado laboral y para tener éxito en la vida.


Conclusión

Basados en los datos obtenidos del presente, concluyo con una percepción clara

sobre los problemas que desde tiempo atrás y hasta la actualidad México se ha

enfrentado, y ante los cual ha persistido, puedo referir que existe una diversidad de

conflictos y soluciones abismales, puesto que la percepción está muy dividida en

sentido de que podemos hablar de mil aspectos que se pudieran considerar pero los

cuales lamentablemente presentan muchas deficiencias en cuanto a su

implementación y ejecución por lo cual, lo ideal sería realizar un análisis profundo de

dichos aspectos que se han implementado hoy en día, para que por lo consecuente

se puedan dirigir y emplear a la población correcta buscando así la potencialización

de estos y por ende la mejora.

En México, el actual modelo económico olvidó atender prioridades como el empleo

y el crecimiento al dejar las responsabilidades respecto de la ocupación, el reparto

del crédito o incluso en la distribución del ingreso al mercado, pero sus soluciones

han producido ritmos mediocres de crecimiento con altos costos sociales. Por eso,

hoy las prioridades deberían estar encaminadas a crear mecanismos de formación

de acuerdos políticos que lleven a reconstruir el ámbito de las responsabilidades

gubernamentales; fijar metas económicas y sociales mejor equilibradas, pues en

caso contrario, las insuficiencias económicas arriesgarían transformarse en

inseguridad social y desencanto democrático, en frustración de la población joven,

media y vieja, como ya comienza a ocurrir.


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