Caso Clínico
Caso Clínico
Caso Clínico
FACULTAD DE ENFERMERÍA
SECCIÓN SEGUNDA ESPECIALIDAD DE ENFERMERÍA
“CASO CLÍNICO 1”
CURSO : “ADULTO I”
INTEGRANTE :
LIC. ENF. CAROLINA ZAVALETA IPARRAGUIRRE
CICLO : II
TRUJILLO – PERÚ
2017
CASO CLINICO
1. DATOS PERSONALES
Edad: 37 años
Servicio: UCI
Diagnóstico Médico:
Shock mixto
Injuria Renal
Motivo de Ingreso: Paciente varón de 37 años con diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2
con tratamiento, familiar “esposa” refiere que fue agredido por terceros recibiendo impactos
de proyectil de arma de fuego en tórax y abdomen, por lo que deciden trasladarlo al
servicio de emergencia HRDT. Paciente ingresa al servicio con signos vitales: P.A: 80/50
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mmHg, FC: 102 x’, Tª: 36.7 ªC, Sat02: 90%, despierto, quejumbroso, agitado, con sangrado
activo moderado de lesiones y con ECG: 14 puntos.
Estado Actual: Paciente adulto en MEG bajo efectos sedoanalgesia con escala de RASS -
4, piel y mucosas pálidas ++/+++ e hidratadas, equimosis bilateral, con Fi02 regulable, TOT
por donde se aspiran secreciones densas, con ventilación mecánica con FiO2 40%, FR:
15, PC: 17, Peep: 5, con sonda orogástrica a gravedad por donde elimina residuo gástrico,
se auscultan roncantes y crepitos en ACP a predominio de base, con CVC en MSI, recibe
NaCl 9% a 63 cc por hora con FNT + MDZ a 15 cc, norepinefrina a 16 cc + insulina a 5 cc
hora, abdomen tenso, con edema en extremidades superiores e inferiores, presenta herida
operatoria de bordes afrontados a nivel de cicatriz drena secreción seropurulenta, con
drenajes en ambos hemitórax, genitales con secreción purulenta, sonda Foley permeable.
El desarrollo de enfermería como disciplina profesional es muy reciente ya que elabora su propio
cuerpo de conocimientos a partir de las investigaciones de Florence Nightingale que establece los
fundamentos de nuestra actividad enfermera realizando los primeros trabajos que marcan nuestros
orígenes como profesión y forman el núcleo a partir del cual se desarrolla la ciencia enfermera.
En comparación con otras ciencias el interés científico de la enfermería es por lo tanto muy
reciente y se centra en la elaboración de un cuero de conocimientos con entidad propia cuyo
objetivo principal es intervenir sobre la respuesta humana en el proceso salud/enfermedad y
desarrollo vital.
El cuidado es una actividad permanente y cotidiana de la vida de los sujetos. Todos o casi todos,
cuidan y/o se cuidan. El cuidado de enfermería añade a lo cotidiano la profesionalidad. El cuidado
hay que situarlo en el contexto del proceso vital, incluyendo en éste, la muerte.
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Las demandas de cuidados aparecen por distintas circunstancias que se dan a lo largo de ese
proceso, o simplemente para promover una existencia de calidad. Cuando la enfermera coopera
con los individuos, proporcionándoles cuidados, sus creencias y valores determinan, en gran
medida, las características de la relación terapéutica que se establezca. Junto a ella, el marco de
referencia que haya adoptado, su concepción del servicio que presta, hará que sus cuidados
tengan una determinada orientación.
La profesión de enfermería se plantea por su centro de interés (cuidado, persona, entorno y salud)
exigencias morales elevadas; esto se debe a la confianza especial depositada en este profesional
en relación con el derecho a disponer de grandes valores, adoptar decisiones de responsabilidad
en la esfera del cuidado de la persona en su dimensión más amplia; este profesional engendra la
necesidad de una gran solidaridad y coordinación de acciones; o sea, se establece un código con
exigencias morales elevadas en la profesión enfermera porque el hombre actúa como objeto
directo de su actividad a través del cuidado enfermero. Todo esto origina la aparición de una
medida elevada de la responsabilidad moral.
Los elementos del ideal del servicio del profesional de enfermería incluyen sentimientos de
intención, capacidad intelectual y la preocupación, el interés por los demás, por la persona en
todas sus dimensiones y se demuestra mediante el cuidado; mostrar atención es la emoción moral
de respetar dignidad y autonomía del otro ser humano. Por lo que es una gran interrogante si
alguien pudiera ser enfermero profesional sin tener una vocación real y si no tiene la dedicación y
el interés de preocuparse por los demás. El ser profesional implica responsabilidad legal, ética y
moral en su actuación.
Los valores de la modernidad son, sin duda alguna, la libertad y la vida, pero a partir de ambos, se
acuña la justicia, la igualdad, la solidaridad y el resto de los principios morales que engloba la
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noción de dignidad humana. Serán éstos los valores que deberán impregnar la actitud de
excelencia en el cuidado de la salud.
La validez de la ética del cuidado se relaciona con el valor de la intimidad de la persona como ser
único, que adopta decisiones desde sus propios ideales, sus mitos, sus símbolos y su propia visión
de la realidad, que lo ve desde lo más íntimo de su soledad.
En la relación entre el que cuida y el ser cuidado, se establece el reconocimiento del ser humano
como tal en la otra persona, ya que cada uno refrenda en el otro la inquietud abierta y comunicativa
de lo humano en sí mismo. La utilización de la otra persona como instrumento del cuidado, la
desposee de su propia esencia como ser, la convierte en objeto. Por tanto, la ética trata de
alcanzar, aquello que va mas allá de la condición del Hombre como ser vivo, aquello que solo los
seres humanos quieren y lo quieren todos por su propia condición humana.
La profesión enfermera tiene su razón de ser desde una necesidad social, desde una necesidad de
la persona de ser cuidado y de aprender a autocuidarse, para mantener la vida, la salud y el
bienestar, y para recuperarse de la enfermedad y afrontar la muerte con dignidad.
Cada día, los diferentes profesionales de enfermería cuestionamos aspectos de nuestra práctica
diaria; hecho que nos obliga a reflexionar sobre el sentido de lo que hacemos, interrogantes que
exigen buscar respuestas; en este sentido, desde diversos enfoques, varias autoras han aportado
sus conocimientos en función de definir y explicar la esencia de los cuidados enfermeros, y como
resultado ha originado teorías y modelos conceptuales, los que sirven de guía en la práctica
enfermera, entre ellas, se halla Dorothea E. Orem.
La Teoría de Orem comenzó su elaboración en los años 50. La teoría de enfermería del déficit de
autocuidado de Orem es una gran teoría general formada por tres:
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Teoría de Autocuidado.
Cada una de estas teorías se basa en conceptos clave que conforman su idea central.
TEORIA DE AUTOCUIDADO
Agente de autocuidado
Persona que lleva acabo las acciones de autocuidado. Cuando las acciones van desde la persona
que las realiza hacia personas sin capacidad de autocuidado (niños, ancianos con discapacidad,
enfermos en coma, etcétera), la conceptualiza como agente de cuidado dependiente y cuando se
habla en términos de cuidados especializados, nos referimos a la agencia de enfermería.
Requisitos de autocuidado
Los objetivos que los individuos deberían tener cuando se ocupan de su autocuidado, son de tres
tipos:
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--Requisitos de desviación de la salud: Satisfacción de necesidades en cada proceso de alteración
de la salud.
Agencia de autocuidado
Déficit de autocuidado
Cuando la demanda es superior a la capacidad del individuo para realizar el autocuidado. Es aquí
cuando tiene acción la enfermera para compensar la demanda de cuidados.
Conceptos clave:
Sistemas de enfermería
--De apoyo educativo: La persona realiza las acciones de autocuidado con la orientación y
supervisión del profesional de enfermería para perfeccionar el mismo.
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La Teoría de Orem es un análisis detallado de los cuidados enfermeros, que nos permite definir el
espacio que ocupa el profesional de enfermería en relación con la persona, donde todos los
individuos sanos adultos tienen capacidad de autocuidado, en mayor o menor grado, en función de
determinados factores (edad, sexo, estado de salud, situación sociocultural, predisposición).
Independientemente de cuál sea la enfermedad, falta de recursos, factores ambientales, la
demanda de autocuidado terapéutico de la persona es superior a su agencia de autocuidado,
entonces la enfermera actúa ayudando a compensar el desequilibrio a través de los sistemas de
enfermería.
Es muy importante que los profesionales de la enfermería dominen una premisa fundamental de la
teoría, en la que se plantea que las personas adultas tienen el derecho y la responsabilidad de
cuidarse a sí mismas, así como cuidar a aquellas personas dependientes que están a su cargo. En
caso de que no puedan, han de buscar ayuda en los familiares o profesionales de la salud. Orem
también tiene en cuenta la posibilidad de que la persona no quiera asumir la responsabilidad de
cuidarse, por varios motivos como trastornos psíquicos u otras prioridades.