Boso, Jorge Fabio (2010) - El Malestar en La Cultura Una Lectura Culturalmente Situada
Boso, Jorge Fabio (2010) - El Malestar en La Cultura Una Lectura Culturalmente Situada
Boso, Jorge Fabio (2010) - El Malestar en La Cultura Una Lectura Culturalmente Situada
Cita:
Boso, Jorge Fabio (2010). El malestar en la cultura: una lectura
culturalmente situada. II Congreso Internacional de Investigación y
Práctica Profesional en Psicología XVII Jornadas de Investigación Sexto
Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de
Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
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[13] ASSOUN, P. (2006) Perspectivas del psicoanálisis. Bs As, Prometeo p.
215. EL MALESTAR EN LA CULTURA:
[14]. MUSICANTE, R. (2001) Comentarios psicoanalíticos. Córdoba, Brujas,
pp. 157-158.
[15]. ASSOUN, P. (2006) Perspectivas del psicoanálisis. Bs As, Prometeo p.
UNA LECTURA CULTURALMENTE
218.
[16] Op. cit. p. 219.
SITUADA
[17] Op. cit. p. 269.
[18] MUSICANTE, R. (2001) Comentarios psicoanalíticos. Córdoba, Brujas, p.
Boso, Jorge Fabio
87. Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de
San Luis. Argentina
BIBLIOGRAFIA
ASSOUN, P. (1984) Freud y Nietzsche. México, Fondo de Cultura Económica.
ASSOUN, P. (2006) Perspectivas del psicoanálisis. Bs As, Prometeo.
DELEUZE, G. (1990) Diferencia y repetición. Madrid, Júcar Universidad. RESUMEN
FREUD, S. (1976) Obras completas. Bs As, Amorrortu.
Esta propuesta se inscribe en el marco del PROICO 4-19301, una
de cuyas líneas plantea la producción de conocimiento en Filoso-
GUYOT, V. (2008) Las prácticas del conocimiento. Un abordaje epistemológico.
San Luis, Laboratorio de Alternativas Educativas. fía en diálogo con la Psicología y el Psicoanálisis; continúa con
MUSICANTE, R. (2001) Comentarios psicoanalíticos. Córdoba, Brujas.
indagaciones ya emprendidas, e intenta profundizar en el análisis
de las mismas. En tal sentido, a partir del abordaje de El malestar
en la cultura, se pregunta por las condiciones que favorecerían la
producción de diversas formas de malestar en la cultura de hoy,
es decir, cuáles son los mandatos culturales dominantes en el
actual momento histórico, y cómo se encuentra la subjetividad
ante esos imperativos. Para ello se recurre a un eje de análisis
denominado “lectura culturalmente situada”. Se considera asimis-
mo la particularidad del psicoanálisis en su contexto epocal: fren-
te a la imposición de un goce “civilizado” y unificador, el trabajo
clínico posibilitaría un ejercicio sin acomodarse fácilmente al ma-
lestar. Desde esa mirada se sugieren pistas para interrogar y po-
ner en cuestión el actual estado de cosas.
Palabras clave
Malestar Cultura Psicoanálisis
ABSTRACT
CIVILIZATION AND ITS DISCONTENTS: AN CULTURALLY-
SITUATED- READING
This work is inscribed within the framework of the PROICO
4-19301, which in one of its lines of work considers the production
of knowledge in philosophy in dialogue with psychology and psy-
choanalysis; it continues with undertook research, and attempts to
go deeper into its analysis. In that sense, from the analysis of
Civilization and Its Discontents, questions are raised about the
conditions that would favour the production of diverse forms of
discontent in today civilization; that is to say, which are the domi-
nant cultural mandates in this historical moment, and how can be
seen subjectivity before those imperatives. For that, it is resorted
to an approach called “culturally-situated reading”. The particular-
ity of psychoanalysis in its epochal context is also considered:
Given the imposition of a “civilized” and unifying jouissance, clini-
cal work would make possible an exercise without adapting easily
to the discontent. From that viewpoint, threads are suggested to
inquire and to pose the question in today state of affairs.
Key words
Discontent Civilization Psychoanalysis
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Este trabajo se inscribe en el marco de las hipótesis de trabajo del para este autor cada cultura tiene su propia civilización, la cual es
Proyecto de Investigación Consolidado Tendencias epistemológi- el destino inevitable de una cultura, es decir el fin de su desarrollo
cas y teorías de la subjetividad: su impacto en las ciencias huma- orgánico. Por el contrario, Freud buscaría salirse de ese discurso
nas, una de cuyas líneas plantea la producción de conocimiento ideológico sobre la salud y la decadencia planteado en continui-
en Filosofía en diálogo con la Psicología y el Psicoanálisis. dad con un larvado higienismo de la civilización.
En continuidad con indagaciones iniciadas precedentemente y a Así, para Freud hay una discontinuidad entre la cultura y la natu-
partir del abordaje de El malestar en la cultura (1930)[iii], esta raleza, como puede inferirse a partir de la siguiente afirmación,
presentación se pregunta por las condiciones en que se producen presente tanto en El porvenir de una ilusión (1927) como en El
diversas formas de malestar en la cultura actual. malestar en la cultura: La palabra “cultura” designa toda la suma
En tal sentido menciona algunos mandatos culturales dominantes de operaciones y normas que distancian nuestra vida de la de
en el actual momento histórico, poniendo en relieve el impacto de nuestros antepasados animales, y que sirven a dos fines: la pro-
esos mandatos en algunas manifestaciones subjetivas. tección del ser humano frente a la naturaleza y la regulación de
El eje de análisis se constituye a partir de una lectura culturalmen- los vínculos recíprocos entre los hombres[v] .
te situada; recurriendo a ella se procura pensar la propia actuali- Freud menciona a continuación en qué consisten esas operaciones
dad. Desde ese marco se tienden líneas para reflexionar acerca y normas. En primer lugar se refiere a las actividades y valores
de qué posibilidades habría de modificar el actual estado de co- útiles para el ser humano, así equiparado a un dios- prótesis. Des-
sas respecto del malestar cultural imperante. taca luego que la cultura supone el despliegue de belleza, orden y
El malestar en la cultura fue escrito en un período marcado por limpieza entre sus requisitos más anhelados. Además menciona el
profundas turbulencias sociales, políticas y económicas a escala paso cultural decisivo que supone la sustitución del poder del indi-
mundial. Al respecto cabe señalar que el calificativo de “período viduo por el de la comunidad, que limita así las satisfacciones indi-
de entreguerras” -la Gran Guerra europea, acontecida de 1914 a viduales. De aquí surge la necesidad de un orden jurídico que ga-
1918, y la Segunda Guerra Mundial, de 1939 a 1945- está muy rantice la administración de justicia conforme a derecho: El resulta-
lejos de expresar el clima extremadamente volátil de aquella épo- do último debe ser un derecho al que todos -al menos todos los
ca. La difusión del desastre económico iniciado el martes negro capaces de vida comunitaria- hayan contribuido con el sacrificio de
en Wall Street -que marcaría los inicios de la Gran Depresión- pu- sus pulsiones y en el que nadie -con la excepción ya mencionada-
so de manifiesto la interdependencia creciente de todos los paí- pueda resultar víctima de la violencia bruta[vi].
ses y proporcionó un marco apropiado al desarrollo y el auge de En consecuencia la libertad individual se adecua también a las
diversas formas de poder sobre las masas. exigencias de la cultura. Llegado a este punto Freud hace la ad-
Originalmente en el título previsto por Freud la palabra no era vertencia siguiente: la cultura no supone un camino para alcanzar
“malestar” (Unbehagen) sino “infelicidad” (Unglück). Más allá de la perfección. Rompe así con un sentido teleológico y determinis-
las razones a primera vista semánticas, el cambio no carece de ta vigente en su época. Y agrega que diversas exigencias cultura-
consecuencias para la lectura que se intenta realizar aquí. Por les no le asegurarían al hombre la obtención de placer, ya que el
cuanto no se trataría de que un enderezamiento adecuado hacia desarrollo cultural requiere de las pulsiones importantes transfor-
los fines de la cultura pueda garantizar la obtención del ideal de la maciones. Finalmente, afirma que la cultura se edifica sobre la
felicidad, sino que el malestar expresaría más bien un modo inhe- renuncia de lo pulsional, es decir se basa en la no satisfacción de
rente de habitar, de encontrarse en la cultura, irreducible a cual- poderosas pulsiones. Pero de esta misma renuncia deriva la hos-
quier tipo de ideal. tilidad hacia la cultura; en efecto, al sucumbir una pulsión a la re-
Freud envía el manuscrito a la imprenta poco después de que presión sus componentes libidinosos son transpuestos en sínto-
aquel hecho funesto se produjera. Aunque se publica a fines de mas, y sus componentes agresivos en sentimiento de culpa[vii].
ese año -1929-, en la portada figura “1930”, año en que el partido En ese marco destacará la función del superyó, situando el senti-
de Hitler en ascenso logra una importante victoria. El mundo se miento de culpa como la cuestión más importante del desarrollo
preparaba para ingresar a la era del totalitarismo. cultural.
El texto de Freud refleja en buena medida su estado de ánimo Hacia el final del texto Freud se refiere a la fragilidad del destino
ante los acontecimientos de su época y su desilusión frente a los humano: el hombre se halla sujeto a la pulsión de agresión y ani-
fracasos de la civilización. Pero además de ser el escrito de un quilamiento -de este conocimiento deriva el talante angustiado del
hombre preocupado por la condición humana situada en el esce- hombre contemporáneo-; Freud se pregunta si el desarrollo cultural
nario socio-cultural e histórico de ese tiempo, también es la pro- podrá morigerar, con los trabajos de Eros, la incidencia de aquella.
ducción de un pensador que se interroga por la otra escena psí- Y concluye diciendo que ese desenlace no se puede prever.
quica que constituye la condición de posibilidad de aquel, y es la De modo que la cultura supone un conflicto estructural que ningún
constitución del psiquismo del sujeto. ideal (religioso, científico, filosófico, o de cualquier otra índole)
Cabe decir al respecto que una de las teorizaciones más impor- está en condiciones de satisfacer. Deriva de esto que el malestar
tantes desarrollada por Freud hacia el final de su vida, en Más allá en la cultura no es suprimible: se pueden quizá mitigar los efectos
del principio de placer (1920), consiste en el planteo de la existen- de la pulsión, pero el malestar que se produce debido a la renun-
cia de dos tipos de pulsiones en la vida anímica, a las que llama cia pulsional es inherente a la condición cultural.
pulsiones de vida y pulsiones de muerte, Eros y Tánatos Así, la lectura culturalmente situada del texto freudiano pone en
respectivamente[iv]. evidencia la condición angustiante del hombre de aquella época,
Por otra parte, es en El malestar en la cultura donde Freud pre- que presenciaba impotente la trágica e inminente conmoción de
senta el problema de la vida anímica del sujeto en términos de un su subjetividad histórica.
irremediable antagonismo entre las exigencias pulsionales y las A partir de ese horizonte de significación es que cobra relevancia
restricciones impuestas por la cultura. la pregunta por las singulares incidencias de malestar en la socie-
Freud expresa su perspectiva acerca de la cultura a partir de la dad de hoy, aunque en el marco de otras condiciones. Precisa-
experiencia adquirida en el campo del psicoanálisis. La noción de mente uno de los fenómenos que constituyen la materialidad para
cultura tenía que ver por un lado con el objeto de la etnología, pensar las particularidades del contexto presente, tiene que ver
más precisamente con la antropología cultural, bajo cuyo respec- con algunas manifestaciones patológicas tales como las toxico-
to se trataba de investigar el proceso de socialización (acultura- manías, el alcoholismo, los pasajes al acto y el acting out. Mani-
ción); por otro lado refiere a un proceso del que dependería el festaciones que, si bien no constituyen estructuras clínicas, da-
desarrollo antropológico (civilización). Frente a ello, Freud elabo- rían cuenta de algunas expresiones del malestar en la cultura hoy.
ra un punto de vista novedoso, el cual supone una conexión ente En esa línea, Ernesto Sinatra[viii] y Mauricio Tarrab[ix] realizan
el discurso sobre el hombre y la naturaleza, la teoría sobre el ori- aportes para una ética del psicoanálisis que le posibiliten al ana-
gen y la conflictiva psíquica individual. lista conducirse adecuadamente en el tratamiento de la toxicoma-
Además, Freud manifiesta hacer caso omiso de la distinción entre nía. Según esos aportes, tanto la identificación al “soy toxicóma-
kultur y zivilisation, términos que expresan una querella de larga no” como las generalizaciones culturales sobre la droga atenta-
data y que había alcanzado su punto culminante con Spengler: rían contra el dispositivo analítico que se diseña según el criterio
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del caso por caso. El psicoanalista en la experiencia analítica de- [iv] FREUD, S (1920) Más allá del principio de placer. En Obras completas,
be preguntarse menos por la toxicomanía que por la droga en su XVIII. Bs As, Amorrortu, 1990.
relación con el sujeto. En Variantes del argumento ontológico en [v] FREUD, S (1930) El malestar en la cultura. En Obras completas, XXI. Bs
la modernidad Sinatra retoma la problemática de la identificación As, Amorrortu, 1990, p. 88. El subrayado es nuestro.
al “soy toxicómano”, aclarando que no se trata de desautorizar lo [vi] FREUD, S. Op. cit, p. 95.
que realizan los centros de atención al drogadicto y al alcohólico [vii] Ya en Tótem y tabú (1913) Freud toma de la clínica psicoanalítica indica-
dores cruciales acerca del comportamiento social; así, pone en concordancia
sino de recordar que el aceptar el nombre con el que alguien se
el mito primitivo del totemismo con la prohibición del incesto a fin de hacer
designa, sin proceder a las preguntas que permitan, paso a paso, inteligible el hecho cultural. Ese entrecruzamiento permite habilitar un escena-
cuestionar esa identidad, genera la complicidad entre analista y rio nuevo para la noción de cultura. La actualidad del vínculo cultural tiene que
analizante en “no querer saber de eso”. Este autor afirma que ver con el acontecimiento del origen consistente en el asesinato del padre.
existen precisos límites en nuestro campo de acción, que nos lle- [viii] SINATRA, E. (1998) “Variantes del argumento ontológico en la modernidad”.
van a situar de modo específico el ámbito posible de nuestra prác- En Sujeto, Goce y Modernidad. Fundamentos de la Clínica. Instituto del Cam-
tica ética: hablará de una función toxicómana. La relación de un po Freudiano. Ed. Atuel - TyA. Bs As.
sujeto con una droga puede responder a diferentes problemas, [ix] TARRAB, M. (1998) “Mírenlos cómo gozan”. En Sujeto, Goce y Modernidad.
los que podrán deducirse de la estructura clínica particular en la Fundamentos de la Clínica. Instituto del Campo Freudiano. Ed. Atuel - TyA. Bs
As.
que se inscriba su posición subjetiva; pero dicha relación no po-
drá adscribirse a ninguna estructura clínica en particular, ni tam-
poco constituir una estructura clínica per se. Sinatra afirma que BIBLIOGRAFIA
situar una función toxicómana permite la des-substancialización FREUD, S. (1913) Tótem y tabú. En Obras completas, XIII. Bs As, Amorrortu,
1990.
de la categoría social “toxicómano”, ya que aquella indicará la
particular relación de un sujeto con la droga de su elección. FREUD, S. (1920) Más allá del principio de placer. En Obras completas, XVIII.
Bs As, Amorrortu, 1990.
Asimismo Mauricio Tarrab en Mírenlos como gozan concluye di-
FREUD, S. (1930) El malestar en la cultura. En Obras completas, XXI. Bs As,
ciendo que sólo despejando las generalizaciones podremos ubicar,
Amorrortu, 1990.
si la hay, esta particularidad que la clínica psicoanalítica pone como
GUYOT, V. (2008) Epistemología. San Luis, LAE.
condición de su práctica. Una práctica que debe conservar la pre-
SINATRA, E. (1998) “Variantes del argumento ontológico en la modernidad”.
tensión de tomar cada caso como único. Este autor sostiene que la En Sujeto, Goce y Modernidad. Fundamentos de la Clínica. Instituto del Cam-
temática de las toxicomanías se ubica en una de las formas de la po Freudiano. Bs As, Atuel - TyA.
actualidad del malestar de la cultura; también dice que desde el TARRAB, M. (1998) “Mírenlos cómo gozan”. En Sujeto, Goce y Modernidad.
Psicoanálisis se trata además de una actualidad que no es la de las Fundamentos de la Clínica. Instituto del Campo Freudiano. Bs As, Atuel - TyA.
drogas, de su consumo o de su abuso, sino de la actualidad del
malestar en la cultura. Y también de la actualidad de la posición de
la subjetividad de una época, que es la nuestra. Por esto mismo la
experiencia de las toxicomanías es una praxis que a los ojos del
Otro cultural aparece con diferentes semblantes en diferentes mo-
mentos históricos. Tarrab afirma también que debemos cuidarnos
en nuestra intervención al menos de dos espejismos: el primero,
aquel que atañe a quien espera del Psicoanálisis una respuesta
que pudiera emparentarse con lo que Lacan llama vía del ejercicio
de la bondad; el segundo, el que atañe al psicoanalista, si espera
regular algo de la condición humana con su acto.
En suma, en la línea de la lectura propuesta, hay que decir que no
se trata sola ni siquiera principalmente de reflexionar sobre los
ideales éticos que debieran -supuestamente- regir la cultura, sino
de preguntar por las condiciones del propio presente que la hacen
posible. Se trataría, en primer lugar, de reconocer lo que acontece
en el horizonte de la época, aunque no para proponer rápidamen-
te un conjunto de nuevos -o antiguos- ideales que vengan a sus-
tituir los otros, con la pretensión de encauzar por caminos prefija-
dos y pretendidamente correctos la marcha de la civilización ha-
cia su apogeo.
Por todo ello se considera valioso y necesario el aporte que pue-
de hacer el psicoanálisis en relación con la subjetividad actual, ya
que su intento va del lado de pensar en el límite de lo no pensado.
Esta perspectiva tiene que ver con la apuesta a la indetermina-
ción que atraviesa la época, que no la somete ciegamente a un
destino trágico.
A partir del legado de Freud, inscripto en el orden de una expe-
riencia inédita, el intento es el de hacer otra cosa con el malestar
en la cultura; heredar trasformando requiere un esfuerzo en va-
rios sentidos: teórico y psíquico, de creación pero también de dis-
ponibilidad, que permita diferenciar patrimonio de lastre, obstácu-
lo de recurso.
NOTAS
[i] Lic. en Psicología. Jefe de Trabajos Prácticos en el Área de Formación
Básica I. FCH. UNSL. Investigador en el PROICO 4-1-9301, dirigido por Vio-
leta Guyot; 22H816, SeCyT, UNSL.
[ii] Lic. en Psicología. Jefe de Trabajos Prácticos en el Área de Formación
Básica I. FCH. UNSL. Investigadora en el PROICO 4-1-9301, dirigido por
Violeta Guyot; 22H816, SeCyT, UNSL.
[iii] FREUD, S (1930) El malestar en la cultura. En Obras completas, XXI. Bs
As, Amorrortu, 1990.
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