Grupo 05 - Acción de Amparo
Grupo 05 - Acción de Amparo
Grupo 05 - Acción de Amparo
ASIGNATURA
Derecho Procesal Constitucional
TEMA
Proceso Constitucional de Amparo
DOCENTE
Dr. MARTÍNEZ OBLITAS, Carlos Manuel
INTEGRANTES
ALEJANDRÍA TORRES, Ana Carolina
CHANAMÉ AYASTA, Brayan Manuel
CUMPA BARRIOS, Nery Elizabeth
GUERRERO FERRE, Luis Santiago
Guzmán Azabache, Rosa del Carmen
León Guevara, Maricel Rocío (Coordinadora)
Lumbre Velásquez, Gloria María
Uceda Guzmán, Diana Candelaria
SECCIÓN
Tercero “B”
GRUPO N°05
Proceso Constitucional de Amparo
ÍNDICE
1. ANTECEDENTES......................................................................................................................4
3. DEFINICIÓN - NERY..............................................................................................................13
6. PROCESO DE AMPARO........................................................................................................18
6.1. SUJETOS...........................................................................................................................18
6.2. REQUISITOS....................................................................................................................21
2
Proceso Constitucional de Amparo
CAPÍTULO I
TEORÍA
3
Proceso Constitucional de Amparo
1. ANTECEDENTES
Es preciso remontarse a fines del siglo XIX. El primer proceso constitucional introducido en el
Perú fue el hábeas corpus (1897). Durante su trayectoria, amplió sus alcances para tutelar derechos
distintos a la libertad física. Siguiendo a Domingo García Belaunde 1, se puede distinguir tres etapas en su
evolución legislativa:
Sin embargo, en febrero de 1916 se promulgó la Ley N° 2223, que permitió la protección de
derechos constitucionales distintos a la libertad personal, pero que en la práctica no llegó a tener mayor
desarrollo.
b. De 1933 a 1979: con la Constitución de 1933, el hábeas corpus amplió su ámbito de protección
a todos los derechos individuales y sociales. Este proceso fue regulado por el Código de Procedimientos
Penales de 1940 y por el Decreto Ley N° 17083 de octubre de 1968. De esta manera, se establecieron dos
vías distintas para su tramitación:
(i) La penal, para la defensa de la libertad personal, la inviolabilidad del domicilio y la libertad de
tránsito; y,
La Carta de 1993 mantiene esta distinción, aunque incorpora al hábeas data y a la acción de
cumplimiento. Recoge el amparo en su artículo 200 inciso 2 con el siguiente tenor:
1
GARCÍA BELAUNDE, Domingo. “El hábeas corpus en la nueva Constitución”. En: Revista Jurídica del Perú. 1980. pp. 228-
229
4
Proceso Constitucional de Amparo
En el artículo 7 de la Ley 2223, de febrero de 1916, fue concebido como un mecanismo tutelar de
los derechos contenidos en el Título IV de la Constitución entonces vigente (honor, libertad de prensa,
inviolabilidad de la correspondencia, libertad de profesión, derecho de propiedad, entre otros). Por ello,
consideramos que, pese a sus imperfecciones y a no haber tenido mayor efecto práctico 2, constituye un
antecedente normativo remoto del proceso de amparo.
El artículo 69 de la Constitución de 1933 dispuso que “todos los derechos individuales y sociales
reconocidos por la Constitución dan lugar a la acción de hábeas corpus”. Esta ampliación del ámbito de
protección del hábeas corpus se debió a la iniciativa del representante socialista por el departamento de
Piura, Luciano Castillo. Sin embargo, con anterioridad, el artículo 185 del anteproyecto de Constitución,
elaborado por una Comisión presidida por Manuel Vicente Villarán, ya contaba con una propuesta similar 3.
La exposición de motivos del citado anteproyecto indicaba que aquél convertía las prescripciones de la Ley
2223 en precepto constitucional.
c) En el Decreto Ley 17083, que fijó un trámite especial en la vía civil para el hábeas corpus,
que también protegía los demás derechos individuales y sociales.
La Carta de 1933 amplió el ámbito de protección del hábeas corpus a la defensa de todos los
derechos individuales y sociales. Sin embargo, el Código de Procedimientos Penales de 1940 sólo reguló
dicho proceso para tutelar la libertad individual. Posteriormente, el 24 de octubre de 1968, se expidió el
Decreto Ley 17083, que estableció el procedimiento de hábeas corpus para tutelar los demás derechos
individuales y sociales, al que Fix Zamudio calificó como “ley de amparo” 5.
2
GARCÍABELAUNDE, Domingo. “El hábeas corpus en el Perú”. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 1979. p.
46.
3
“Todas las garantías otorgadas por la Constitución darán lugar al recurso de hábeas corpus, destinado a amparar a los habitantes
de la República que fueren amenazados en el goce de sus libertades, o hacer cesar las restricciones indebidamente impuestas por cualquier
autoridad”.
4
ALCALÁ-ZAMORA Y CASTILLO, Niceto. “La reforma procesal penal en el Perú: el anteproyecto Zavala”. En: La Revista
del Foro 7-12. 1939. p. 376
5
Proceso Constitucional de Amparo
Se distinguieron así dos tipos de hábeas corpus: “civil” y “penal”. El primero, regulado por el
Decreto Ley 17083, se tramitaba ante los jueces civiles, mientras que el segundo se ventilaba ante los
jueces penales, sobre la base del Código de Procedimientos Penales de 1940. En esa época, no era
frecuente que los autores nacionales se ocuparan de analizar los procesos constitucionales. Los pocos
autores que lo hicieron coincidieron en la necesidad de introducir el amparo como un proceso autónomo,
especialmente Ferrero Rebagliati, García Belaunde y Borea Odría6.
A dicho proceso, que se presentaba ante el Tribunal Agrario, se le denominó “recurso de amparo
agrario” (artículo 1)7. Este instrumento procesal era una modalidad de amparo que pretendía defender la
propiedad agraria con las obvias limitaciones del contexto: un gobierno militar. En 1982, ya en
democracia, el artículo 43 de la LHCA varió su denominación por el de “exceso de poder”. Como lo
explicaba su exposición de motivos, se trataba “de evitar una duplicidad en el nombre”.
Las ponencias de las Comisiones se presentarían a la Comisión Principal, la cual, sobre la base de
ellas, con las iniciativas de sus miembros y las sugerencias del público, elaboraría el anteproyecto de
Constitución. Luego, dicha Comisión debía elaborar el proyecto respectivo, texto que fue publicado y
elevado al Pleno el 1 de abril de 1979.
5
FIX ZAMUDIO, Héctor. “El derecho de amparo en México y en España. Su influencia recíproca”. En: Revista de Estudios
Políticos 7. 1979. p. 229.
6
Ver: FERRERO REBAGLIATI, Raúl. “Ciencia política, teoría del Estado y Derecho Constitucional”. Lima: Studium. 1981;
GARCÍA BELAUNDE, Domingo. Óp. cit.; BOREA ODRÍA, Alberto. “La defensa constitucional: el amparo”. Lima: Biblioteca Peruana de
Derecho Constitucional. 1977
7
Artículo 1.- “Si un propietario estimare que no ha incurrido en causal de afectación o de declaración de abandono, podrá
interponer recurso de amparo ante el Tribunal Agrario dentro del término de quince días computados a partir de la notificación del
correspondiente decreto supremo de expropiación o de extinción de dominio, exponiendo los fundamentos de hecho y de derecho, sin cuyo
requisito será denegado. La interposición del recurso será puesta en conocimiento del Poder Ejecutivo por intermedio de la Dirección
General de Reforma Agraria y Asentamiento Rural, dentro de dos días de recibida. Mientras se resuelva el recurso de amparo, no se
interpondrá la demanda de expropiación de las tierras afectadas. Los decretos supremos que no sean impugnados dentro del término
señalado, causarán ejecutoria”.
6
Proceso Constitucional de Amparo
Si bien desde el inicio del debate los miembros de la Asamblea Constituyente demostraron su
interés por incorporar el amparo como proceso autónomo distinto al hábeas corpus, se encontraron con
serias discrepancias al momento de determinar sus alcances (por ejemplo, admitirlo contra resoluciones
judiciales), así como respecto a los órganos encargados de su tramitación (es decir, determinar si el TGC
debía conocerlo en instancia única o en casación).
Asimismo, fue desestimada la propuesta destinada a fijar sus normas procesales básicas. Se
entendió que para ello bastaba efectuar una remisión al proceso de hábeas corpus en lo que sea aplicable.
Luego de más de dos años de vigencia de la Carta de 1979, –en diciembre de 1982– se expidió la LHCA.
La LHCA, si bien contó con el aporte de una actualizada doctrina constitucional, presentó serios
vacíos procesales; por ejemplo, la regulación de la medida cautelar. La ley reguló los procesos de amparo y
hábeas corpus hasta el 30 de noviembre del 2004, pues luego fue sustituida por el CPC.
La intención de contar con una Carta en el más breve plazo condujo, entre otros aspectos, a que la
metodología empleada resulte accesoria y solo persiguiera producir aceleradamente el texto que se deseaba
para garantizar la permanencia en el poder del régimen. En la actualidad, la Constitución ha cambiado
debido a las reformas constitucionales efectuadas y al aporte de la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional.
Si bien durante la vigencia de la Carta de 1993 se mantuvo lo dispuesto por la LHCA, con
diversas reformas, a partir de 1993 se efectuaron algunas modificaciones que conviene examinar. El
7
Proceso Constitucional de Amparo
cambio normativo más relevante, sin duda, se produjo con la aprobación del Código Procesal
Constitucional.
La cuarta disposición transitoria de la Ley 26435, Ley Orgánica del Tribunal Constitucional,
dispuso que por regla general las “acciones de garantía” se interpondrán ante el Juzgado Civil o Penal que
corresponda, y que la Corte Superior respectiva conocerá en segunda instancia. En caso que la resolución
sea denegatoria, se acudirá directamente al Tribunal Constitucional, evitando el paso por la Corte Suprema.
La excepción a este trámite se presentaba tratándose del proceso de amparo contra una resolución
judicial, pues en tal caso conocería en primera instancia la Corte Superior y, en segunda, la Corte Suprema.
Este dispositivo motivó diferentes interpretaciones. Ante el debate suscitado, se aprobó la Ley 26446,
interpretando que la norma sólo se aplicaba a las acciones de garantía iniciadas a partir de la vigencia de la
Ley Orgánica del Tribunal Constitucional.
En atención a esta novedad, durante una entrevista, el abogado Jorge Zúñiga Escalante opino que
esta modificación es muy interesante, pues los defensores públicos deberán especializarse en demandas de
8
Ley 26435, publicada en el Diario Oficial “El Peruano” con fecha 10 de enero de 1995.
9
Publicada en el Diario Oficial “El Peruano” con fecha 8 de agosto de 1995.
8
Proceso Constitucional de Amparo
amparo y tendrán que incorporar una dirección especializada en procesos constitucionales para atender
esos casos.
El proceso de amparo está regulado desde el artículo 39 al artículo 52 del Nuevo Código
Procesal Constitucional.
Considera que los defensores públicos o abogados de oficio, puedan interponer demandas
de amparo en favor de personas vulnerables de escasos recursos económicos
El nuevo Código prohíbe el rechazo liminar. El juez no podrá omitir analizar el caso por la
existencia de una improcedencia manifiesta, es decir, queda prohibido plasmar la improcedencia a primera
impresión cuando se resuelva una demanda de amparo.
10
Cesar Landa: Tribunal Constitucional y Estado democrático. Lima: Palestra, 2°ed, 2003. Pp.201
9
Proceso Constitucional de Amparo
El agraviado haya recurrido previamente a otro proceso judicial para pedir tutela
respectiva de su derecho constitucional.
El amparo procede respecto de resoluciones judiciales firmes dictadas con manifiesto agravio a
la tutela procesal efectiva, que comprende el acceso a la justicia y el debido proceso. Es improcedente
cuando el agraviado dejó consentir la resolución que dice afectarlo.
Son competentes para conocer del proceso de amparo, a elección del demandante, el juez
constitucional del lugar donde se afectó el derecho, o donde tiene su domicilio el afectado, o donde
domicilia el autor de la infracción.
Antes era competente la sala civil y en segunda instancia la sala de la corte suprema.
Ahora se ha fijado, que es competente en primera instancia para conocer un amparo contra
resoluciones judiciales los jueces de la sala civil de la Corte Superior.
10
Proceso Constitucional de Amparo
3. DEFINICIÓN
De acuerdo a Abad Yupanqui, el amparo es “un proceso declarativo o de conocimiento, pues tiene
como presupuesto la inseguridad o incertidumbre respecto a la violación de un derecho constitucional por
parte de una autoridad, funcionario o persona, que debe ser aclarada por la respectiva sentencia. (…)
Consideramos, más bien, que el proceso de amparo constituye una tutela privilegiada (…) cuya finalidad
esencial es proteger eficazmente los derechos fundamentales. Se trata, en definitiva, de un proceso especial
que cuenta con un trámite procesal más acelerado”, justificado por Monroy Palacios, “por la naturaleza
prevalente del derecho en litigio (vg. los derechos fundamentales)”.
La existencia del proceso de amparo se justifica en que, como señala Almagro Nosete, “todo
derecho fundamental requiere una garantía jurisdiccional para que pueda ser considerado un verdadero
derecho, por lo que no es suficiente la existencia de un derecho, si no cuenta con una protección o
garantías jurisdiccional o procesal. De esta suerte nos encontramos con las garantías del derecho, o lo que
es lo mismo, con la institución como proceso que tutela a la institución”.
Sobre el campo de acción del proceso de amparo, Eguiguren señala que “debe tenerse presente
que, en el Perú, el proceso de amparo protege determinados derechos reconocidos por la Constitución, mas
no así derechos emanados de la ley Obviamente, en este elenco de derechos protegidos por el amparo
deben agregarse los que emanan de tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por el
Perú, así como tener presente la estipulación establecida en el artículo 3 de la Constitución. (…) Sin
embargo, no podemos considerar que la regulación del amparo en el Perú incurra en una violación (…)
cuando se restringe exclusivamente a la protección de derechos fundamentales de rango constitucional,
excluyendo a los derechos emanados de la ley. Y es que el amparo peruano, a diferencia del amparo
argentino, desde su incorporación en las constituciones de 1979 y 1993, siempre fue concebido como una
“garantía constitucional” o proceso destinado exclusivamente a la protección de derechos constitucionales,
lo cual es legítimo y razonable dentro de la configuración de la estructura de procesos judiciales
establecidos en cada ordenamiento nacional”.
Por tal motivo, “siendo el amparo un proceso de carácter constitucional, destinado a la tutela de
urgencia de un derecho constitucional, se quiere evitar que se lleven a esta vía extraordinaria asuntos
ajenos al contenido relevante y esencial constitucionalmente protegido del derecho invocado, los que
pueden resolverse por las vías judiciales ordinarias o específicas. Dada la habitual “generalidad” con que la
Constitución suele recoger estos derechos, corresponderá a la jurisprudencia, fundamentalmente del
Tribunal Constitucional, determinar y delimitar dicho “contenido constitucionalmente protegido”, así
11
Proceso Constitucional de Amparo
como a los órganos jurisdiccionales verificar su presencia en la demanda y cuestión controvertida, lo que
será decisivo para la procedencia o improcedencia del amparo promovido”.
La acción de Amparo es una acción excepcional, el cual es el último remedio de protección contra
la violación de un derecho constitucional, siempre y cuando no exista otro camino procesal, con la
finalidad de lograr la reposición de un derecho constitucional amenazado.
El ciudadano interpone una acción de amparo contra actos que lesionen sus derechos
constitucionales, con la finalidad de lograr el cese la violación ilegitima.
C. Mecanismo de protección
Mecanismo de protección del ciudadano contra todo tipo de arbitrariedad que son lesivos a la
norma constitucional.
Mecanismo que la otorga a los ciudadanos para el cese de todo acto que perturbe algún derecho o
garantía ciudadana.
E. Carácter residual
Se recurre a esta vía de manera residual, cuando no haya otro camino para determinada pretensión
jurídica.
F. Proceso sumarísimo
G. Procedimiento elástico
12
Proceso Constitucional de Amparo
El derecho invocado del demandante está reconocido en la constitución de forma inequívoca, por
lo que la acción de amparo no tiene etapa probatoria.
I. Acción especialísima
En este caso el ciudadano no está obligado a probar el derecho invocado, ya que es el juez quien
confronta los hechos de la demanda con la norma de derecho material.
Además, en todo proceso de amparo, y por extensión en cualquier otro proceso constitucional,
resulta una tarea compleja determinar cuál es el contenido esencial o constitucionalmente protegido del
derecho que se invoca en la demanda.
J. Es restitutiva de derechos
De allí que tanto la anterior Ley N° 23506, Ley de Hábeas Corpus y Amparo, el artículo 37 del
derogado Código Procesal Constitucional y el artículo 44 del Nuevo Código Procesal Constitucional
establezcan una lista no taxativa de derechos constitucionales protegidos por el proceso de amparo y dejan,
en el último inciso del artículo correspondiente, una cláusula abierta protegiendo “los demás derechos que
la Constitución reconoce”, es decir, todos los demás, inclusive los no establecidos en la Constitución sino
en los tratados internacionales de los cuales el Perú es parte.
3) Del ejercicio público de cualquier confesión religiosa: la persona tiene derechos a practicar
su religión o creencia, tanto en público como en privado, por medio de la enseñanza, el culto y la
observancia, sin más límites que el orden público y el respeto debido a la dignidad de la jerarquía y a los
fieles de otros credos.
13
Proceso Constitucional de Amparo
profesar y divulgar su religión o sus creencias, individual o colectivamente, tanto en público como en
privado.
9) De reunión: según el artículo 53º, toda persona tiene el derecho de reunirse, pública o
privadamente, sin permiso previo, con fines lícitos y sin armas. Las reuniones en lugares públicos se
regirán por la ley.
11) De asociación: es reconocido en la Constitución Política del Perú de 1993 como uno
fundamental de todas las personas, que faculta a asociarse y a constituir fundaciones y diversas formas de
organización jurídica sin fines de lucro, sin autorización previa y con arreglo a ley.
12) Al trabajo: el trabajo es un deber y un derecho. Es base del bienestar social y un medio de
realización de la persona. Según el artículo 23°, el trabajo, en sus diversas modalidades, es objeto de
atención prioritaria del Estado, el cual protege especialmente a la madre, al menor de edad y al impedido
que trabajan.
14
Proceso Constitucional de Amparo
15) De petición ante la autoridad competente: obliga a la autoridad a recibir la petición y a dar
al interesado una respuesta también por escrito dentro del plazo legal, bajo responsabilidad, pero no
necesariamente a aprobarla. También puede denegarla. Esto no significa que la autoridad esté en la
obligación de satisfacer lo solicitado.
16) De participación individual o colectiva en la vida política del país: es el derecho de cada
uno de los ciudadanos a participar en la dirección de los asuntos públicos, votar y ser elegidos en
elecciones periódicas, justas y auténticas y tener acceso a la función pública, en el marco de procesos
democráticos basados en el consentimiento del pueblo que garanticen su goce efectivo junto a la libertad
de expresión, reunión pacífica y asociación, cualquiera sea la forma de constitución o gobierno que adopte
un Estado.
17) A la nacionalidad: desde el punto de vista jurídico, la nacionalidad es el vínculo que une a la
persona con el Estado, da origen a derechos y obligaciones. Por ejemplo, entre las obligaciones se
encuentran el pago de impuestos, y entre los derechos el acceso a los servicios públicos de salud,
educación o justicia.
18) De tutela procesal efectiva: en palabras de César Landa, el derecho al debido proceso resulta
un derecho implícito del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, que supone tanto la observancia de los
derechos fundamentales esenciales del procesado, como de los principios y reglas esenciales exigibles
dentro del proceso.
19) A la educación: así como el derecho de los padres de escoger el centro de educación y
participar en el proceso educativo de sus hijos: es un derecho humano indispensable para el ejercicio de
otros derechos humanos. La educación de calidad tiene por objeto el desarrollo completo de los seres
humanos. Para que este derecho humano sea eficaz, es preciso que exista igualdad de oportunidades,
acceso universal a la enseñanza y criterios de calidad de aplicación obligatoria, que se puedan monitorear.
21) A la seguridad social: es una forma de protección que toda sociedad debe dar a sus
ciudadanos brindando prestaciones en caso de enfermedad, maternidad, accidentes, muerte, invalidez,
jubilación y se basa en la solidaridad, en la universalidad, en la integralidad y en la progresividad.
15
Proceso Constitucional de Amparo
24) De acceso a los medios de comunicación social en los términos del artículo 35 de la
Constitución: Se trata de que la ciudadanía pueda hacer efectiva su voluntad y en ocasiones su derecho de
participar activamente en los medios, más allá de su condición de espectador pasivo, articulando así un
verdadero proceso de comunicación.
26) Al agua potable: significa que los servicios de abastecimiento de agua deben ser asequibles
para todos y que nadie debe verse privado del acceso a ellos por no tener la capacidad de pagar.
27) A la salud: la OMS define “un estado de completo bienestar físico, mental y social” y no
meramente la ausencia de enfermedad o dolencias. Los Estados deben asegurar ambas libertades y
derechos. Lo anterior incluye el derecho al control de la salud y el cuerpo de cada uno, incluyendo la
libertad sexual y reproductiva, y la libertad de interferencias como la tortura, el tratamiento médico no
consentido y la experimentación.
16
Proceso Constitucional de Amparo
6. PROCESO DE AMPARO
6.1. SUJETOS
Los sujetos intervinientes en el proceso, presuponen una concepción bilateral, puesto que hay un
sujeto agraviado y otra parte que perpetra el acto lesivo.
En nuestro ordenamiento procesal, para presentar una demanda de amparo 11 se debe tener
legitimidad para obrar, la cual recae en aquella parte de la relación jurídica sustantiva que afirma tener
un interés subjetivo, legítimo y directo, que, por principio, le corresponde a la persona agraviada, y pueden
ser las siguientes:
La “persona natural”, entendida como el ser humano afectado por el acto lesivo. La persona
física solo debe afirmar la titularidad del derecho fundamental que considera lesionado, para convertirse en
sujeto legitimado. Aquí, además, se pueden distinguir cuatro supuestos:
El apoderado
La “persona jurídica”, que en nuestro país aún se presenta la discusión sobre si pueden ser
titulares o no de derechos fundamentales. Empero, para tan alto contenido polémico debe de respetarse lo
indicado en el fundamento 8 y 9 de la STC Expediente 04072-2009-PA/TC que indica:
“A juicio de este Tribunal, toda persona jurídica, salvo situaciones excepcionales, se constituye
como una organización de personas naturales que persiguen uno o varios fines, pero que, para efectos de
la personería que las justifica en el mundo de las relaciones jurídicas, adopta una individualidad propia;
esto es, la forma de un ente que opera como centro de imputación obligaciones, pero también, y con igual
relevancia, de derechos. En la lógica de que toda persona jurídica tiene o retiene para sí un conjunto de
derechos, encuentra un primer fundamento la posibilidad de que aquellos de carácter fundamental les
resulten aplicables. En el plano constitucional, por otra parte, existen a juicio de este Colegiado dos
criterios esenciales que permiten justificar dicha premisa: a) la necesidad de garantizar el antes citado
derecho a la participación de toda persona en forma individual o asociada en la vida de la nación, y b) la
necesidad de que el principio del Estado democrático de derecho e, incluso, el de dignidad de la persona,
permitan considerar un derecho al reconocimiento y tutela jurídica en el orden constitucional de las
personas jurídicas.”
11
Artículo 39. Legitimación El afectado es la persona legitimada para interponer el proceso de amparo.
17
Proceso Constitucional de Amparo
Otro supuesto vinculado a quien interpone la demanda en acción de amparo, es decir quien tiene
legitimación activa es la «legitimación pública» otorgada en nuestro caso al defensor del pueblo, en
ejercicio de su función como órgano protector de los derechos fundamentales.
Por otro lado, se tiene a la legitimidad pasiva para obrar que está vinculada con la configuración
del acto lesivo de quien lo perpetra. En tal sentido, el ordenamiento constitucional peruano en el inciso 2
del artículo 200, precisa que la acción de amparo procede contra autoridades, funcionarios o personas.
(…) La Acción de Amparo, que procede contra el hecho u omisión, por parte de cualquier
autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los demás derechos reconocidos por la
Constitución, con excepción de los señalados en el inciso siguiente. No procede contra normas legales ni
contra Resoluciones Judiciales emanadas de procedimiento regular”
Así también está señalado expresamente en el artículo 2 del Código Procesal Constitucional 12 [Ley
N° 28237], no obstante, al promulgarse La Ley N° 31307 que aprueba El Nuevo Código Procesal
Constitucional, la disposición de procedencia fue eliminada. A pesar de ello tácitamente lo encontramos
regulado en el inciso 2 del artículo 52.
Artículo 52: La sentencia que resuelve los procesos a que se refiere el presente título, contiene,
según sea el caso
De estas normas, podemos concluir que la acción de amparo procede contra autoridades,
funcionarios o personas naturales o jurídicas, dentro de estas últimas se incluye a las personas jurídicas de
derecho privado [verbi gratia, sociedades, empresas individuales de responsabilidad limitada,
asociaciones, fundaciones, comités] y las personas jurídicas de derecho público que, in essentia, son las
entidades públicas [verbi gratia, municipalidades, gobiernos regionales, ministerios].
Un último aspecto vinculado con los sujetos que intervienen en el proceso de acción de amparo es
el relacionado a “terceras personas”, en donde cabe distinguir dos supuestos: en primer lugar, lo que
nuestro N.C.P.C. ha recogido en su artículo 48 como el litisconsorte facultativo 13 y, en segundo lugar, el
caso el amicus curiae que según el artículo V del T.P. del N.C.P.C. puede intervenir en el proceso, pero sin
un interés concreto en la resolución del caso. Su intervención en el amparo se corresponde solo con un
12
Artículo 2: Los procesos constitucionales de hábeas corpus, amparo y hábeas data proceden cuando se amenace o viole los
derechos constitucionales por acción u omisión de actos de cumplimiento obligatorio, por parte de cualquier autoridad, funcionario o
persona. Cuando se invoque la amenaza de violación, ésta debe ser cierta y de inminente realización. El proceso de cumplimiento procede
para que se acate una norma legal o se ejecute un acto administrativo.
13
C.P.C. Artículo 94.- Los litisconsortes facultativos serán considerados como litigantes independientes. Los actos de cada uno
de ellos no favorecen ni perjudican a los demás, sin que por ello se afecte la unidad del proceso.
18
Proceso Constitucional de Amparo
6.2. REQUISITOS
Para recurrir al órgano jurisdiccional, se han establecido algunos requisitos, entre ellos tenemos
los siguientes:
Por regla general, de acuerdo al artículo 43 del N.C.P.C., antes que la persona afectada por la
vulneración o amenaza de vulneración de un derecho, interponga la demanda de amparo ante el órgano
jurisdiccional es necesario haber agotado las vías previas administrativas que puedan existir. Estas deben
estar reguladas por la ley y ceñirse al respeto, no solo de la ley sino del debido proceso. No obstante, la
misma disposición establece causales de exoneración a dicha obligación, entre ellos se encuentran:
Por tanto, sea el propio afectado, su representante o cualquier persona en nombre de quien se
encuentre imposibilitado de interponer la demanda, debe de hacerlo dentro del plazo establecido por las
19
Proceso Constitucional de Amparo
razones planteadas, es decir, bien se haya agotado la vía previa o si cabe invocar alguna causal de
exoneración.
La relación numerada de los hechos que hayan producido, o estén en vías de producir la
agresión del derecho constitucional.
Además, según lo regulado en el art. 2 del N.C.P.C., solo debe presentarse por escrito a diferencia
de la demanda de acción de Hábeas Corpus que puede ser verbalmente o por escrito.
Ahora bien, toda vez que todos los derechos de nuestro ordenamiento jurídico tienen un sustento
directo o indirecto a la Constitución, es que el proceso de amparo se masificó al tal punto que, por tratarse
de un mecanismo expedito, produjo un uso indiscriminado por parte de los justiciables. Así, existieron una
serie de demandas de amparo para cualquier controversia o cualquier motivo y bastaba que una persona
señale que tiene un conflicto que directa o indirectamente tenga alguna referencia constitucional, para que
pretenda que el Juez Constitucional tutele sus derechos. Inclusive, bastaba indicar algún referente
constitucional, para pasar el filtro de la procedencia del proceso de amparo.
Por tal razón , el C.P.C derogado en busca de zanjar toda posibilidad que una demanda sin
contenido directo en la Constitución sea admitida a trámite por el órgano jurisdiccional regula algunas
causales de improcedencia y la aceptación del rechazo liminar, lo que consecuentemente ocasionó una
barrera para el acceso de la justicia, dado que los jueces le dieron un uso desmedido o tergiversado a esta
potestad, pues en reiteradas ocasiones sin una fundamentación solida rechazaban de plano la demanda. Por
lo que se avizoró dicha problemática y en el N.C.P.C. no solo se reguló causales de improcedencia sino la
prohibición del rechazo limitar, sin embargo el legislador no se percató que aquellas disposiciones
contenidas en el mismo cuerpo normativo son contradictorias, pues al impedirse el rechazo liminar de la
20
Proceso Constitucional de Amparo
demanda, el juez no podrá omitir analizar el caso por la existencia de una improcedencia manifiesta, es
decir, queda prohibido plasmar la improcedencia a primera impresión cuando se resuelva una demanda de
amparo. Esta modificación, tal y como lo señala Carlos Mesía Ramírez, expresidente del Tribunal
Constitucional (TC) e impulsor del N.C.P.C., se propuso tras detectar el abuso del rechazo liminar al
resolver procesos constitucionales, en tanto que otros expertos en la materia, consideran que no es
justificable dicha razón, ya que está norma aumentará la carga procesal de los juzgados y por consiguiente
hará colapsar el sistema de justicia, pues no cabe idea que, aunque la demanda sea abiertamente
improcedente se admita.
Así, existen siete causales de improcedencia en el N.C.P.C., sin embargo, las dos primeras son
de singular importancia porque:
Para el magistrado del Poder Judicial Castillo Luna Luis Manuel, deben seguirse aplicando lo
últimos precedentes vinculantes respecto al proceso de amparo, es decir el caso Vásquez Romero14, sobre
la sentencia interlocutoria denegatoria; y el caso Elgo Ríos15, sobre la vía igualmente satisfactoria al
amparo.
En ese sentido, cabe precisar que el 29 de agosto de 2014 fue publicada en el diario oficial “El
Peruano” la sentencia que contiene el caso de Francisca Lilia Vásquez Romero, en la que el Tribunal
estableció, en el fundamento 49, con carácter vinculante, ciertos criterios para no aceptar determinados
casos que no deberían llegar a ese colegiado, en el sentido de que: “Los hechos y el petitorio deben estar
referidos en forma directa al contenido constitucionalmente protegido del derecho invocado” 16. Las causas
que dispuso son:
14
STC 0987-2014-AA/TC. https://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2014/00987-2014-AA.pdf
15
STC 02383-2013-AA/TC. https://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2015/02383-2013-AA.pdf
16
Inciso 1 del Artículo 7 del N.C.P.C.: “No proceden los procesos constitucionales cuando: Los hechos y el petitorio de la
demanda no están referidos en forma directa al contenido constitucionalmente protegido del derecho invocado.”
21
Proceso Constitucional de Amparo
De igual modo, ya que se dice y no sin razón, que existen muchos casos que jamás debieron llegar
a tan alto nivel, se publicó en el diario oficial “El Peruano” el 22 de julio de 2015 la sentencia que contiene
el caso de Víctor Hugo Cueva Chiroque, en la que el Tribunal estableció en el fundamento 15, con
carácter de precedente, que una vía ordinaria será "igualmente satisfactoria la vía del proceso
constitucional de amparo, si en un caso concreto se demuestra, de manera copulativa, el cumplimiento de
los siguientes elementos:
d. Que no existe necesidad de una tutela urgente derivada de la relevancia del derecho o de
la gravedad de las consecuencias.
Lo determinado, en razón a que con anterioridad del precedente fijado en el caso Elgo Ríos, se
había establecido que, aunque sea cierto que al demandante le toca alegar la inexistencia de otra vía en la
que su derecho pueda ser bien tutelado, esta exigencia solo sería razonable si la justicia constitucional
había indicado previamente cuáles serían esas vías ordinarias a las que podría acudir el justiciable para
obtener una adecuada protección. Sin embargo, como era de esperar, este criterio fue dejado de lado, ya
que, en el precedente fijado en el caso mencionado, se abandona el referido criterio de “determinación
previa” de las vías ordinarias idóneas, al establecerse cuatro criterios que deberán tener en cuenta los
jueces constitucionales para saber si desestiman o no una demanda de amparo en aplicación de la causal de
improcedencia, que se precisa actualmente en el inciso 2 del artículo 7 del N.C.P.C. 17
En suma, se estima que el C.P.C. derogado, aunque tenía algunas problemáticas en la práctica
respecto al rechazo liminar era mucho más factible que el N.C.P.C., ya que aquel cuerpo normativo no
afectaba la independencia y autonomía de los órganos jurisdiccionales, pues quien determina si una
demanda debe ser o no admitida es el juez, y el N.C.P.C. le confisca aquella potestad en la medida que
pretende obligarlo a no rechazar la demanda.
17
Inciso 2 del Artículo 7 del N.CP.C.: “No proceden los procesos constitucionales cuando. Existan vías procedimentales
específicas, igualmente satisfactorias, para la protección del derecho constitucional amenazado o vulnerado, salvo cuando se trate de habeas
corpus.”
22
Proceso Constitucional de Amparo
Aunque pareciera, haberse modificado la competencia, solo el tercer supuesto es agregado, pues
no existía con el C.P.C. [Ley N° 28237], dado que la segunda disposición complementaria del N.C.P.C.
también faculta conocer dichos procesos al juez especializado en lo civil o mixto si es que no hubiera un
juez constitucional.
En tanto que, si la afectación de derecho se originara por una resolución judicial, se interpone la
demanda, por regla general, ante la sala constitucional, y por excepción ante civil de turno de la Corte
Superior, y en segunda instancia ante la sala constitucional y social de la Corte Superior Suprema. Con lo
que se confirma, que se modificó la competencia respecto al amparo contra resoluciones judiciales, lo que
consecuentemente traerá serios problemas, pues se generará una sobrecarga procesal a nivel de las Salas
Superiores.
Publicada en el diario oficial El Peruano la Ley 29364, modificó el artículo 51 del CPC.
de 2004, relativo a la competencia en el proceso de amparo, pues reguló que el régimen
del amparo judicial no se distingue en lo absoluto del régimen general, y por ende era
competente para resolver el Juez constitucional, civil o mixto correspondiente. Sin
embargo, esta modificatoria dio apertura a una gran problemática puesto que abre la
posibilidad de que una resolución judicial emanada por la Corte Suprema o una Sala de la
Corte Superior sea revisada en vía de amparo por un Juzgado Civil, que es ante quien se
interpone la demanda correspondiente.
Juez
Constitucional, Civil Sala Constitucional Tribunal
o Mixto y Social de la Corte Constitucional
Correspondiente Suprema
23
Proceso Constitucional de Amparo
Cabe advertir que existen antecedentes respecto a determinados casos, en los que el propio
Tribunal Constitucional ha advertido la incompetencia de un juez y ha resuelto la improcedencia de la
demanda y no ha dispuesto sanción o que se inicie proceso de investigación alguna contra el magistrado
que admito a trámite la demanda (Exp. N° 01516-2011 PA/TC).
Por último, en este apartado cabe mencionar otro supuesto vinculado con la competencia para
conocer el proceso de amparo, y es que en razón al artículo 51 del N.C.P.C. si el órgano jurisdiccional
está incurso en una causal de impedimento deberá abstenerse a conocer la acción de amparo, pues de no
hacerlo incurrirá en responsabilidad de naturaleza disciplinaria y penal, por lo que consecuentemente no
procede ninguna causal de recusación.
Al respecto el N.C.P.C, en su artículo 45 establece que, para interponer una demanda de amparo,
ab initio, el plazo es un total de sesenta días hábiles contados desde que la persona agraviada hubiera
tenido conocimiento del acto lesivo. Sin embargo, este plazo no es aplicable para el amparo contra
resolución judicial, puesto que se indica que el término es de 30 días hábiles, e iniciará “con la notificación
de la resolución que tiene la condición de firme” y ya no desde el momento en que está haya quedado
firme como lo establecía el derogado C.P.C. en su artículo 44. Es decir, la norma procesal institucional, ha
establecido un parámetro objetivo, como lo es el acto de notificación, a fin de poder contabilizar el inicio
del plazo hábil para la presentación de las demandas de amparo contra resoluciones judiciales.
24
Proceso Constitucional de Amparo
a) Subsanación de la demanda
El N.C.P.C. introduce el principio de oralidad, al exigir que se lleve a cabo una audiencia única,
en razón a que por principio se prohíbe el rechazo liminar [Artículo 2 y 6 del N.C.P.C]
En aquella sesión, que será programada dentro de los treinta (30) días de interpuesta la demanda,
el Juzgado podrá resolver el caso en el acto o, caso contrario, dentro de los diez (10) días de haberse
realizado la audiencia.
En teoría, los breves plazos parecerían ser idóneos para coadyuvar con la celeridad de los procesos
constitucionales. Sin embargo, en la práctica, y considerando que el N.C.P.C. aumenta considerablemente
su carga procesal, es muy poco probable que los Juzgados puedan cumplir con dichos plazos, por lo que la
norma no cumple con la finalidad planteada.
El demandado es emplazado por regla general vía casilla electrónica y por excepción mediante
medios telemáticos o en su dirección domiciliaria para que conteste la demanda en un plazo de 10 días
hábiles, el cual será fijado a partir de los dos días siguientes de la notificación. Según el artículo 12 del
N.C.P.C, en su contradicción el demandado debe establecer sus medios probatorios, así como sus
excepciones.
Por otro lado, respecto al amparo contra resoluciones judiciales, no se emplazará al demandado,
según lo previsto en el segundo párrafo del artículo 5 del N.C.P.C. Sin embargo, para tal cuestión, se debe
tener en cuenta la jurisprudencia establecida en el EXPEDIENTE: 00385-2021-0-0401-JR-DC-0118, que
si bien no es vinculante la jueza inaplica el artículo 5 del N.C.P.C. por ser incompatible con el numeral 14
18
https://img.lpderecho.pe/wp-content/uploads/2021/08/Expediente-00385-2021-0-0401-JR-DC-01-LPDerecho.pdf
25
Proceso Constitucional de Amparo
del artículo 139 de la Constitución Política del Perú 19 y dispuso el emplazamiento con la demanda al
Magistrado demandado a través de notificación electrónica.
Fundamento 6.4: Ahora bien, el artículo VII del título preliminar del Nuevo
Código Procesal Constitucional señala que: “Cuando exista incompatibilidad entre la
Constitución y otra norma de inferior jerarquía, el juez debe preferir la primera,
siempre que ello sea relevante para resolver la controversia y no sea posible obtener
una interpretación conforme a la Constitución”
Se debe emplazar al demandante, por regla general mediante casilla electrónica o de ser el caso
por medios telemáticos o en la dirección domiciliaria, en un plazo de días anteriores de realizada la
Audiencia Única para que de esta manera el agraviado alegue oportunamente lo que crea pertinente dentro
de dicha audiencia
La sentencia se dicta después que el órgano jurisdiccional haya valorado los medios probatorios, y
comúnmente ocurre al término de la Audiencia Única, sin embargo, también puede ser de manera
irrefutable dentro de 10 días de realizada. Esta debe contener, según el artículo 52 del N.C.P.C. lo
siguiente:
26
Proceso Constitucional de Amparo
Asimismo, cuando la sentencia es de primer grado y siempre que el juez estime que no se generará
una situación de irreversibilidad, ni se ocasionará daños desproporcionados al demandado, es de ejecución
inmediata y se solicita ante el juez que la emitió, sin importar que contra ella se interponga recurso de
apelación [art. 26 del N.C.P.C.]
Por último, según el artículo 28 del N.CP.C., si la sentencia declara fundada la demanda, se
impondrán las costas y costos que el juez establezca a la autoridad, funcionario o persona demandada. Pero
si fuera desestimado el amparo por el juez, este podrá condenar al demandante al pago de costas y costos
cuando estime que incurrió en manifiesta temeridad.
Es probablemente el más popular de todos los recursos, tanto que en el lenguaje común se ha
convertido en sinónimo de medio impugnatorio.
El plazo para interponerla de 3 días hábiles, aunque de forma excepcional, como lo señala el
artículo 22 del N.C.P.C, podría aceptarse el salto de apelación en caso de resoluciones judiciales en
27
Proceso Constitucional de Amparo
proceso de ejecución de sentencia, ya sea que se verifique una inacción en su ejecución o cuando se decida
en contra de la protección otorgada al derecho fundamental agredido y se desproteja los derechos
fundamentales cuya protección ya se otorgó [El N.C.P.C. lo incorpora, en razón a una Sentencia del
Tribunal Constitucional recaída en el Expediente N° 00195-2018-PA/TC]
No obstante, dicho salto del recurso de apelación, no procede frente a dos supuestos:
Posteriormente, si el apelante interpuso el recurso dentro del término señalado, será concedido el
recurso de apelación y en un plazo de dos días hábiles el juez elevará los autos al superior jerárquico, quien
fijará día y hora para la vista de la causa en un plazo de cinco días hábiles, sin necesidad de emitir auto de
avocamiento.
Consecuentemente, los abogados pueden solicitar informe oral dentro de los tres días hábiles
posteriores de habérseles notificado la resolución que fija el día y hora para la vista de la causa. Luego, el
juez resolverá en un plazo de diez días hábiles, de haberse concretado la vista de la causa. [artículo 23 del
N.C.P.C.]
En los supuestos de apelación por salto, en el caso de resoluciones en ejecución, el juez eleva los
autos al Tribunal Constitucional en el plazo improrrogable de dos días hábiles. No se requiere audiencia
para su resolución, por lo que el Tribunal Constitucional resuelve en un plazo máximo de diez días hábiles
contados desde su programación respectiva.
El recurso de agravio constitucional solo procede contra la sentencia de segundo grado que declara
infundada o improcedente la demanda, y para interponerlo se otorga un plazo de 10 días, los que se
contabilizan después de notificada la resolución. Subsiguientemente el presidente de la sala calificará su
admisión o no, y si procede se remite el recurso ante el T.C. dentro de un plazo de 3 días, al cual se le
añade el término de la distancia.
28
Proceso Constitucional de Amparo
establecido por el Reglamento Normativo del Tribunal Constitucional, que permitían a las Salas del
Tribunal Constitucional declarar la improcedencia de los recursos de agravio constitucional en cuatro
supuestos. Aquello llevará a que la carga procesal que tienen los Magistrados se incremente.
Es decir, corresponderá que el TC fije fechas para llevar a cabo Vista de la Causa, la cual es un
acto procesal por vía del cual los miembros de un tribunal tomarán conocimiento directo y simultáneo de
un determinado asunto sometido a su decisión, por medio de un relator y de los alegatos de los abogados.
El artículo 25 del N.C.P.C, respecto a este último recurso, estima que solo procede contra la
resolución que deniega el recurso de agravio constitucional y se interpone ante el T.C. dentro del plazo de
tres días contados desde el día siguiente de notificada la denegatoria.
Luego, solo si se interpuso dentro del límite previsto, así como si se estableció un fundamento
adecuado y se anexó en este la copia del recurso de agravio constitucional y la resolución denegatoria, el
T.C. lo admitirá a trámite, y consiguientemente lo resolverá dentro de cinco días hábiles
29
Proceso Constitucional de Amparo
PRIMERA INSTANCIA
No
No se suspende por Trámite en Sala Apelación Improcedente
Subsana
régimen de
excepció n [art. 10]
Protege ciertos D.C.
Inadmisible Traslado al Subsanación
[art. 44]
[Artículo 49] demandante [3 días] Si subsana
se admite
DEMANDA
SEGUNDA INSTANCIA
Fundada
ÚLTIMA Y DEFINITIVA
INSTANCIA
6.1. REQUISITOS
T.C. resuelve la El T.C. declara Ordena se eleve los autos al T.C. [
queja en 5 D.H. fundada la queja plazo 3 D.H.]
[art.25]
6.2. CARACTERÍSTICAS DEL PROCESO DE AMPARO EN EL NUEVO
CODIGO PROCESAL C. PERUANO - CÉSAR LANDA
❖ De acuerdo al principio in dubio pro homine y favor processum, en la cual el proceso y los
derechos que se tutela van a interpretarse de forma extensiva y a su vez las limitaciones de forma
restrictiva.
❖ No tiene una etapa probatoria “formal”, pero proceden medios probatorios que no
requieren actuación, en el cual el juez debe valorar la carga de la prueba que se ha
presentado.
31
Proceso Constitucional de Amparo
❖ El amparo no reemplaza a los medios de defensa judicial ordinarios, por lo que el juez
constitucional debe valorar que el amparo no sea un recurso directo contra resoluciones
de otro proceso.
❖ Procede cuando se han agotado las vías previas y no existan otros medios para la defensa
judicial que protejan derechos fundamentales vulnerados.
❖ La validez del fallo constitucional adquiere calidad de cosa juzgada, el cual tiene efecto
inter partes pero si tiene principios de alcance general se convierte en precedente
vinculante para situaciones análogas.
1. CONCLUSIONES
2. EXPEDIENTE
Procurador Público
PETITORIO
se declare inaplicable y sin efecto legal alguno "el despido incausado", llevado a cabo por la
demandada el 17 de mayo del 2013, por lo tanto, pido que se disponga mi REINCORPORACIÓN como
Profesional (P2) del Ärea de Planificación Operativa de la Red Asistencial de Lambayeque sito en Hospital
32
Proceso Constitucional de Amparo
Nacional Almanzor Aguinaga Asenjo y, como pretensiones accesorias (1) La remisión de los actuados al
Ministerio Público, para que formule la denuncia penal que el caso amerite y gestione la inhabilitación de
los funcionarios implicados en el despido y, (2) El pago de las costas personales y los costos procesales
que se generen en los autos. Sin perjuicio de iniciar una acción judicial por los daños ocasionados.
33