El Ciclo de Respuesta Sexual
El Ciclo de Respuesta Sexual
El Ciclo de Respuesta Sexual
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Deseo. Los estímulos que generan el deseo pueden ser muy variados:
un roce, con la piel del otro, el perfume, una mirada sostenida, el tono
de la voz … pueden suscitar el deseo de mantener una relación sexual
con otra persona. Por supuesto, también la imaginación y los
pensamientos eróticos pueden despertar esta necesidad o la de
masturbarse.
El siguiente paso del ciclo de respuesta sexual es la excitación. No es
más que la forma que tiene el cuerpo de responder al deseo y que
induce la liberación de feromonas, cuyo olor imperceptible incrementa
el sentimiento de atracción por la otra persona. Con la excitación se
aceleran el ritmo cardíaco, la respiración y la presión sanguínea, al
tiempo que los músculos se tensionan. En la mujer se agrandan los
pechos y los pezones se ponen erectos, se hincha levemente el clítoris y
los labios interiores de la vagina, separándose los labios exteriores, al
tiempo que la vagina comienza a humedecerse y el útero se eleva un
poco en relación a su posición habitual. En el hombre también los
pezones se ponen erectos y se endurece el pene, se engrosa el escroto y
se elevan los testículos.
La fase de excitación puede abandonarse o hacerla durar tanto como se
quiera antes de iniciar la fase de meseta en la que la excitación se
intensifica mediante la estimulación física de las zonas erógenas y la
penetración. Se puede controlar su duración con diferentes técnicas,
especialmente haciendo pequeñas pausas de relajación, pero, en
cualquier caso, se caracteriza porque el ritmo cardíaco, la respiración y
la presión sanguínea se aceleran aún más, al igual que la tensión
muscular. En la mujer aumenta la lubricación vaginal, se agranda la
areola de los pezones, el clítoris se esconde bajo el capuchón que
forman los labios exteriores y se oscurecen los labios interiores. En el
hombre también se humedece el pene y se agrandan el glande y los
testículos.
La acumulación y contención de la tensión sexual y muscular tanto
como sea posible permite intensificar la satisfacción del orgasmo, pero
también puede llegar a ser incluso más satisfactoria que éste.
El orgasmo es la explosión final en la que se libera toda esa tensión
acumulada en la fase de meseta y en la que el cerebro libera una carga
de endorfinas que intensifican la sensación de placer. Es el momento en
que el ritmo cardíaco, la respiración y la presión sanguínea alcanzan su
máxima aceleración y se producen intensas contracciones musculares,
especialmente en la zona de la pelvis; en las mujeres la vagina, el útero,
el ano y los músculos pélvicos; mientras que en el hombre los hacen la
uretra y el ano, además de la próstata y las vesículas seminales para
inducir la eyaculación.
La fase orgásmica es la más corta de todas las fases del ciclo de
respuesta sexual y da paso a la llamada fase de resolución, en la que
el cuerpo recupera el estado en que se encontraba antes de la fase de
excitación. El ritmo cardíaco, la respiración y la presión sanguínea
descienden incluso por debajo de los valores normales; suda todo el
cuerpo; y, tras la liberación de la tensión sexual, los órganos genitales
de ambos recuperan su expresión de normalidad.
Hay que decir que el placer que se experimenta con el ciclo de
respuesta sexual es muy saludable, tanto desde el punto de vista físico
como emocional. Ayuda a dormir mejor, a eliminar el estrés y la
tensión, a mejorar el estado físico, a envejecer mejor y a mantener un
estado general saludable.