Sentencia T-344-20 Enfoque Diferencial de Genero
Sentencia T-344-20 Enfoque Diferencial de Genero
Sentencia T-344-20 Enfoque Diferencial de Genero
VIOLENCIA DE GENERO-Manifestaciones
Referencia:
Expedientes T-7.127.827 y T-7.404.113
Magistrado Ponente:
LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ
2
Bogotá D.C., veintiuno (21) de agosto de dos mil veinte (2020)
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
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2.1.1. Hechos relevantes y pretensiones
4
medida de protección otorgada en favor suyo, incrementaron los actos de
violencia física y psicológica hacia ella, siendo golpeada nuevamente, a tal
punto que tuvo que intervenir la Policía Nacional y proceder al arresto de su
agresor7. Mencionó, además, que este ha optado por autolesionarse para,
después, denunciarla por violencia intrafamiliar, a manera de estrategia para
justificar su conducta.
5
2. Que en este acto acuerdan poner fin a la unión marital de hecho
y en [sic] procederán a liquidar la sociedad patrimonial que nació
como consecuencia de la citada unión marital.
6
diferencias y, en audiencia de conciliación celebrada el 22 de marzo de 2011,
suscribieron un nuevo acuerdo en el que aquel cedió, en favor de su hijo
menor de edad, el 50% de los derechos adquiridos del inmueble identificado
con número de matrícula inmobiliaria 370-351177 de propiedad de la
accionante, según escritura de compraventa núm. 1979 del 24 de noviembre
de 2005. El referido acuerdo fue protocolizado mediante escritura pública
núm. 1.523 del 2 de junio de 2011, otorgada en la Notaría Quinta del Círculo
de Cali9.
7
la sorpresa de que habían abierto la casa […] no acepto de
ninguna manera la desecion [sic] de su despacho, quiero
presentarle mis disculpas por los terminos [sic] que quisad [sic] no
cumple [sic] con los establecidos en los codigos [sic], pero
desafortunadamente esta es la situacion [sic] precaria que el señor
certuche me a [sic] dejado […] si bien es cierto no es de su
competencia conocer mi trascendencia de violencia con el señor
certuche y el estado de violencia intrafamiliar y el desamparo de
las autoridades competentes y todo por carecer de recursos
economicos [sic] para un abogado, de lo cual he aprendido de una
manera a otra a defenderme y contestar estas serie de demandas
interpuestas por el señor certuche. Por tal razon [sic] le presento
mis disculpas y a continuacion [sic] expongo en mis propias
palabras el cual no es prosedente [sic] la presente demanda […].”
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irregularidad nunca fue alegada dentro del proceso ejecutivo, pues la
demandada no agotó ninguno de los medios ordinarios de defensa que tenía a
su disposición, y que, en todo caso, las pruebas aportadas al proceso daban
cuenta de que la persona que actuó como conciliador se encontraba
debidamente autorizada para ejercer como tal. Impugnado dicho fallo, la Sala
de Decisión Civil del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cali decidió
confirmarlo, mediante providencia del 14 de febrero de 201817.
9
circunstancias de todo orden que antecedieron la suscripción del título base de
la ejecución, especialmente, su calidad de víctima de violencia intrafamiliar.
El Juzgado Diecisiete Civil del Circuito de Cali, por auto interlocutorio núm.
826 del 29 de agosto de 2018, asumió la competencia del asunto y notificó de
la presentación de la demanda al Juzgado Veintiuno Civil Municipal de Cali y
al Juzgado Octavo Civil Municipal de Ejecución de la misma ciudad,
vinculando, simultáneamente, al ciudadano Elmer Antonio Certuche, en
calidad de demandante dentro del proceso ejecutivo y tercero con interés
legítimo. No obstante, es preciso anotar que únicamente atendieron este
requerimiento las autoridades judiciales demandadas, quienes se pronunciaron
acerca de los hechos y las pretensiones formuladas por la parte actora.
Con todo, destacó que el título base de la ejecución contenía una obligación
clara, expresa y exigible, e informó que el proceso estuvo a su cargo hasta el
13 de mayo de 2014, fecha en la que el expediente fue remitido por
competencia a los Juzgados Civiles Municipales de Ejecución de Cali.
10
El Juzgado Diecisiete Civil del Circuito de Cali, en sentencia del 11 de
septiembre de 2018, resolvió negar por improcedente la acción de tutela, tras
evidenciar que aquella desconocía los requisitos de inmediatez y
subsidiariedad, toda vez que su ejercicio se efectuó seis años después de
proferido el mandamiento de pago, sin que la accionante hubiese agotado los
medios de defensa que tenía a su disposición ni justificado su inactividad
procesal durante ese tiempo.
2.1.3.2. Impugnación
Sobre esa base, hizo hincapié en que, pese al prolongado lapso para acudir al
amparo constitucional, la vulneración de sus derechos fundamentales se
mantiene vigente y se agrava con el paso del tiempo, pues ya se ordenó el
remate del único bien inmueble que posee y donde vive con su hijo menor de
edad, situación que la reduce a un estado de indefensión y vulnerabilidad que
amerita una interpretación flexible del requisito de inmediatez.
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sin permitirle ser oída en el proceso para exponer los hechos de violencia
intrafamiliar que la forzaron a contraer la obligación respaldada en el título
base de recaudo. Los hechos y fundamentos que sustentan dicha solicitud son
los que a continuación se exponen:
2.2.1.3. Afirma que, mientras convivió con el padre de sus hijos, en repetidas
ocasiones fue víctima de maltrato físico, psicológico y económico e, incluso,
de acceso carnal violento, pues él, además de insultarla y golpearla, la
obligaba a mantener relaciones sexuales, amenazándola con la idea de que, si
no lo hacía, no aportaría para el sostenimiento del hogar ni para sus
necesidades personales21.
“[…]
12
los Olivares zona quinta (5°) Usme, de la ciudad de Bogotá D.C.,
inscrito al folio de matrícula inmobiliaria No. 50S-1140028 a
nombre de la señora LUZ CONSUELO LUCAS ROMERO.
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liquidación del crédito y, por último, decretar el avalúo y remate del bien
inmueble de propiedad de la ejecutada.
2.2.1.13. Aseveró, asimismo, que es una persona con escasa instrucción y que
no conoce los procedimientos que se siguen ante las autoridades judiciales,
por lo que, al no haber tenido la oportunidad de ser oída en el proceso, le fue
imposible manifestar que, al momento de contraer la obligación ejecutada, su
consentimiento se encontraba viciado por fuerza y dolo. En su demanda de
amparo, la actora se refiere a esta situación, en los siguientes términos:
14
El Juzgado Dieciséis Civil del Circuito de Bogotá, por Auto del 1º de abril de
2019, admitió la demanda de tutela y notificó de su presentación al Juzgado
Veintiuno Civil Municipal de Bogotá, al tiempo que vinculó a los ciudadanos
Miguel Ángel Vargas Sierra y Enrique Pinto Ortiz, como terceros interesados
en las resultas del proceso, para que se pronunciaran en relación con los
hechos y las pretensiones formuladas por la parte actora. No obstante, es
preciso anotar que únicamente atendió este requerimiento el Juzgado
Veintiuno Civil Municipal de Bogotá.
2.2.3.2. Impugnación
15
2.2.3.3. Segunda instancia
La Sala Civil del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, mediante
providencia del 2 de mayo de 2019, confirmó en su integridad el fallo de
primer grado, con base en similares argumentos a los allí expuestos y, añadió,
que a pesar de estar asistida por una profesional del derecho, la accionante
pudo haber intervenido, por sí misma, en defensa de sus derechos e intereses,
ya que se trataba de un proceso de mínima cuantía, omisión que la deslegitima
para promover el amparo constitucional.
En ese sentido, señaló que “la actividad de los jueces y tribunales debe ir
encaminada a la eliminación de la discriminación contra las mujeres, por lo
que es necesario adoptar las medidas que resulten adecuadas para garantizar
la efectividad material de los derechos de esta población históricamente
marginada dentro del proceso, con el fin de que aquellas conductas que
tradicionalmente les han afectado no impidan o hagan nugatorio el ejercicio
de sus derechos”.
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Por otra parte, y en lo que respecta a los mecanismos alternativos de solución
de conflictos, la interviniente aseveró que, dado que estos constituyen un
escenario paralelo al judicial y, por consiguiente, son otra forma de hacer
efectivo el derecho de acceso a la administración de justicia, no pueden
resultar aislados o exceptuados del cumplimiento de la obligación de
incorporar el enfoque de género en su desarrollo. Así, entonces, “debe
entenderse que aquellas instituciones o personas que fungen como
mediadoras, conciliadoras, amigables componedores, etc., deben involucrar
al ejercicio de su actividad la garantía plena de los derechos de las mujeres,
con el fin de evitar que tales escenarios resulten propicios o favorables a la
revictimización de las mujeres víctimas de violencia basada en género”.
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En igual sentido se pronunció respecto del trámite adelantado por el Centro de
Conciliación, Arbitraje y Amigable Composición de la Universidad de San
Buenaventura de Cali. En su criterio, “resulta inaceptable que los actos de
violencia denunciados por la accionante de forma previa al desarrollo del
trámite conciliatorio no hayan sido tendidos en cuenta para afectos de
establecer su condición de víctima, pero sí fuesen tomados en consideración
para señalar dentro del acuerdo que la señora Cometa ‘se compromete a
desistir de la totalidad de las acciones penales y policivas que haya
interpuesto’”. Lo anterior, desconoce que “en el ordenamiento jurídico
colombiano el delito de violencia intrafamiliar no es querellable, razón por la
cual todo compromiso adquirido en tal sentido tiene un objeto ilícito”.
Sobre esa base, concluyó que dicho trámite “se adelantó sin el lleno de las
exigencias legales y constitucionalmente exigibles en defensa de los derechos
de las mujeres víctimas de violencia basada en género, teniendo tales
omisiones una incidencia en la vulneración de los derechos de la señora
Cometa y, por tanto, en la validez jurídica del Acta de Conciliación No. 00409
del 27 de septiembre de 2010”.
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de solución de controversias; (g) ordenar al Ministerio de Justicia y del
Derecho que, en la capacitación como conciliadores que realiza a las abogadas
y abogados del país, se incluyan módulos obligatorios sobre protección de los
derechos de las mujeres, enfoque de género y lineamientos de la Ley 1257 de
2008; (h) ordenar a las autoridades competentes investigar los actos de
violencia basada en género posiblemente cometidos en contra de la accionante
y adoptar las medidas de protección que sean necesarias para mitigar sus
efectos; y, finalmente, (i) ordenar a quien corresponda, la prestación de
servicios de asistencia psicológica y jurídica que la demandante requiera.
Por Auto del 10 de mayo de 201928, se ofició (i) al Juzgado Octavo Civil
Municipal de Ejecución de Cali para que informara el estado actual del
proceso ejecutivo singular adelantado en contra de Esperanza Cometa y, a su
vez, remitiera el respectivo expediente en calidad de préstamo o en copia; (ii)
al Juzgado Dieciocho Civil del Circuito de Cali para que remitiera el
expediente T-6.763.660, correspondiente a la primera acción de tutela
promovida por Esperanza Cometa; (iii) al Centro de Conciliación, Arbitraje y
Amigable Composición de la Universidad San Buenaventura de Cali para que
remitiera copia legible del acta de conciliación núm. 00409 del 27 de
septiembre de 2010; y (iv) a la Notaría Quinta del Círculo de Cali para que
remitiera copia de la escritura pública núm. 1523, en la que se protocolizó el
acuerdo suscrito por Esperanza Cometa y Elmer Antonio Certuche el 22 de
marzo de 2011.
28 Adicionalmente, dispuso la suspensión de términos del proceso a partir de la fecha y hasta por treinta (30)
días más, contados desde el momento en el que las pruebas decretadas y recaudadas fueran puestas a
disposición del magistrado sustanciador.
29 Recaudadas las pruebas solicitadas, estas quedaron a disposición de las partes y terceros con interés por el
término de tres (3) días en la Secretaría General de la Corte.
30 Ver folio 76 del cuaderno de pruebas.
19
adjudicación en remate31, (b) el 5 de marzo de 2018 se inscribió en la Oficina
de Instrumentos Públicos de Cali el auto aprobatorio de la adjudicación en
remate32,(c) el 16 de marzo de 2018 se protocolizó, mediante escritura pública,
el acta de remate y el auto que lo aprobó33 y (d) el 14 de marzo de 2019 se
adelantó la diligencia de entrega del inmueble34; (ii) oficio del 16 de mayo de
2019, firmado por el secretario del Juzgado Dieciocho Civil del Circuito de
Cali, por medio del cual remitió copia digital del expediente de tutela T-
6.763.66035; (iii) oficio del 24 de mayo de 2019, suscrito por la directora del
Centro de Conciliación, Arbitraje y Amigable Composición de la Universidad
San Buenaventura de Cali, a través del cual envió copia simple del acta de
conciliación núm. 00409 del 27 de septiembre de 2010 36; y (iv) oficio del 23
de mayo de 2019, mediante el cual la Notaría Quinta del Círculo de Cali
remitió copia simple de la escritura pública núm. 1523 con sus respectivos
anexos37.
Por Auto del 22 de julio de 2019, se ofició (i) al Juzgado Veintiuno Civil
Municipal de Bogotá para que informara el estado actual del proceso ejecutivo
singular adelantado en contra de Luz Consuelo Lucas Romero y, a su vez,
remitiera el respectivo expediente en calidad de préstamo o en copia; (ii) a la
Comisaría Quinta de Familia de la localidad de Usme de la ciudad de Bogotá
para que informara el trámite dado a las denuncias formuladas, desde el año
2009, por Luz Consuelo Lucas Romero, con indicación de las medidas
adoptadas, su estado actual y si tenía conocimiento de nuevos hechos de
violencia intrafamiliar que la víctima hubiese informado recientemente; y (iii)
al Centro de Atención Penal Integral a Víctimas de la Fiscalía General de la
Nación (CAPIV) para que informara el estado actual de las denuncias que, por
el delito de violencia intrafamiliar, ha formulado la accionante en contra de
Miguel Ángel Vargas Sierra, con indicación de las acciones adelantadas por
esa autoridad dentro de la investigación penal de estos hechos.
20
proferida el 5 de septiembre de 2017, y remitió en calidad de préstamo el
original del expediente ejecutivo39.
21
Con el propósito de garantizar el derecho a la defensa y al debido proceso de
terceros con interés en el trámite de revisión de las acciones de tutela de la
referencia, la Sala Tercera de Revisión estimó imperativo proceder a la
vinculación oficiosa de los actuales titulares de los derechos en litigio dentro
de los respectivos procesos ejecutivos.
De esta manera, por Auto del 22 de julio de 2019, se ordenó la vinculación del
ciudadano Javier Chates Segura, en calidad de cesionario de los derechos
litigiosos de Elmer Antonio Certuche dentro del proceso ejecutivo adelantado
en contra de Esperanza Cometa (T-7.127.827), y del ciudadano Enrique Pinto
Ortiz, en calidad de demandante dentro del proceso ejecutivo seguido en
contra de Luz Consuelo Lucas Romero (T-7.404.113).
A todos se les remitió copia de la demanda de tutela y sus anexos, del auto
admisorio, así como de las decisiones judiciales de instancia, a fin de que, en
el término de tres días hábiles contados a partir de la notificación de dicha
providencia, se pronunciaran respeto de los hechos y las pretensiones que aquí
se plantean. Sin embargo, vencido el plazo otorgado, los sujetos vinculados
guardaron silencio.
22
cabo el remate del bien inmueble de propiedad de Esperanza Cometa y, el 14
de marzo de 2019, se adelantó la diligencia de entrega al correspondiente
adjudicatario.
23
discriminación contra la mujer; la Recomendación general núm. 33 del
Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, que
advierte sobre la necesidad de incorporar la perspectiva de género en el
trámite de todos los procesos y decisiones judiciales para garantizar el acceso
a la administración de justicia de las mujeres; la Declaración y Programa de
Acción de Viena (OHCHR); la Declaración sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer; la Convención Interamericana
para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer
(Convención de Belem do Pará); la Cuarta conferencia mundial sobre la
mujer (Plataforma y Plan de Acción de Beijing); las 100 Reglas de Brasilia
sobre acceso a la justicia de personas en condición de vulnerabilidad; y los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
24
hermenéutica para identificar y revertir las desigualdades y violencias contra
la mujer”.
En ese sentido, explicó que “el conciliador no solo debe abordar el problema
jurídico generador del trámite conciliatorio, sino que ineludiblemente está
llamado a entablar un diálogo con las partes que permita conocer las razones
por las cuales se pone en marcha este mecanismo […], las particularidades
del conflicto, la exploración de las circunstancias de vida de las partes, como
insumo para poder proponer fórmulas de arreglo que orienten y faciliten el
diálogo y, ante todo, la existencia de una situación de poder que pueda dar
lugar a una voluntad mermada en un escenario de desigualdad y
vulneración”.
25
en eventos de violencia intrafamiliar no es obligatoria la comparecencia de la
víctima a la audiencia.
De igual manera, destacó que “el conciliador no debe únicamente evaluar que
el acuerdo se ciña a lo estipulado en la norma, sino que debe también
identificar que pueda ser, en efecto, cumplible y que su cumplimiento no
implique la desprotección de las partes, aspecto que cobra especial valía
cuando el acuerdo tiene impacto directo en las condiciones de bienestar de
los niños, niñas y adolescentes que integran el núcleo familiar”.
En ese orden de ideas, concluyó que “la conciliación no puede quedar aislada
o exceptuada del cumplimiento de la obligación constitucional y convencional
de incorporar el enfoque de género en la administración de justicia” y, aclaró
que, dentro de los contenidos mínimos del programa de formación de
conciliadores, “se incluyó un componente de diversidad y diferencia en el
análisis y solución de conflictos en el módulo de entrenamiento, lo que
permite colegir que la perspectiva de género está inmersa en la cualificación
académica de los conciliadores”.
III. CONSIDERACIONES
1. Aclaración previa
2. Competencia
45 Real Academia Española, Libro de estilo de la justicia, Madrid: RAE, 2017. Pág. 49.
26
de Selección Número Seis, mediante Autos del 21 de enero y 28 de junio de
2019, respectivamente.
3.2. En desarrollo del citado mandato superior, el Decreto 2591 de 1991 47, en
el artículo 10, definió los titulares de dicha acción48, quienes podrán impetrar
el amparo constitucional, (i) bien sea en forma directa (el interesado por sí
mismo); (ii) por intermedio de un representante legal (caso de los menores de
edad, incapaces absolutos, interdictos y personas jurídicas); (iii) mediante
apoderado judicial (abogado titulado con poder judicial o mandato expreso);
(iv) a través de agente oficioso (cuando el titular del derecho no esté en
condiciones de promover su propia defensa); o (v) por conducto tanto del
defensor del pueblo como de los personeros municipales (facultados para
intervenir en representación de terceras personas, siempre que el titular de los
derechos haya autorizado expresamente su mediación o se adviertan
situaciones de desamparo e indefensión)49.
3.3. Así entonces, frente al asunto sub judice, se tiene que Esperanza Cometa
y Luz Consuelo Lucas Romero se encuentran legitimadas por activa para
promover el amparo constitucional, comoquiera que actúan, por sí mismas, en
defensa de sus derechos fundamentales presuntamente quebrantados como
consecuencia de las decisiones judiciales adoptadas en procesos ejecutivos
adelantados en su contra.
3.4. Por otro lado, en lo atinente al extremo pasivo, conviene indicar que, en
plena correspondencia con los artículos 5 y 13 del Decreto 2591 de 1991 50, la
legitimación en la causa precisa del cumplimiento de dos requisitos. El
46 Consultar, entre otras, las Sentencias T-819 de 2001, T-531 de 2002, T-711 de 2003, T-212 de 2009, T-
778 de 2010, T-495 de 2013, T-561 de 2013, T-679 de 2013, T-470 de 2014, T-540 de 2015, T-361 de 2017,
T-307 de 2018 y T-455 de 2019.
47 “Por el cual se reglamenta la acción de tutela consagrada en el artículo 86 de la Carta Política”.
48 Interesa poner de presente que la jurisprudencia constitucional se ha encargado de puntualizar, en relación
con la figura de la acción de tutela, que si bien es cierto que la informalidad es una de sus notas
características, cuyo fundamento justamente reside en la aplicación del principio de prevalencia del derecho
sustancial sobre las formas procesales, ello no es óbice para que la misma se someta a unos requisitos
mínimos de procedibilidad, dentro de los cuales se encuentra el concerniente a la debida acreditación de la
legitimación por activa -o la titularidad- para promover el recurso de amparo constitucional. Consultar, entre
otras, las Sentencias T-464A de 2006, T-493 de 2007 y C-483 de 2008.
49 El artículo 46 del Decreto 2591 de 1991 dispone expresamente que “El defensor del pueblo podrá, sin
perjuicio del derecho que asiste a los interesados, interponer la acción de tutela en nombre de cualquier
persona que se lo solicite o que este en situación de desamparo e indefensión”.
50 Mientras el artículo 5º del referido decreto prevé que “la acción de tutela procede contra toda acción u
omisión de las autoridades públicas, que haya violado, viole o amenace violar cualquiera de los derechos de
que trata el artículo 2º de esta disposición (…)”, el artículo 13 ejusdem, por su parte, establece que “la
acción de tutela se dirigirá contra la autoridad pública o el representante del órgano que presuntamente
violó o amenazó el derecho fundamental (…)”.
27
primero de ellos, que se trate de uno de los sujetos frente a los cuales proceda
la acción de tutela y, el segundo, que la conducta que genera la vulneración o
amenaza del derecho se pueda vincular, directa o indirectamente, con su
acción u omisión.
4.1. Salvo algunas diferencias mínimas, son aspectos comunes a las demandas
de tutela que se revisan el haber sido promovidas por mujeres víctimas de
violencia física y psicológica –e incluso sexual– ejercida por sus
excompañeros permanentes, conforme se advierte de las denuncias que, con
ocasión de estos hechos, formularon en repetidas ocasiones ante distintas
autoridades judiciales y administrativas, así como de las medidas de
protección otorgadas en su favor. Según el relato expuesto por cada una de
ellas, debido a los constantes episodios de violencia doméstica de que eran
objeto por parte de sus parejas, convinieron con estas poner fin a la relación
marital y, con ese objeto, suscribieron un acuerdo económico en virtud del
cual, ellos se comprometían a abandonar la vivienda familiar a cambio de una
determinada suma de dinero51 que equivaldría a sus derechos patrimoniales
sobre el inmueble cuyo registro de propiedad figura a nombre de las
accionantes. Dicho acuerdo quedó formalizado en un acta de conciliación (T-
7.127.827) y en cuatro letras de cambio (T-7.404.113).
4.3. Tras determinar que los documentos presentados como base de la acción
ejecutiva constituían prueba de una obligación clara, expresa y exigible a
cargo de las demandadas, los respectivos jueces civiles que conocieron de
estos asuntos libraron mandamiento de pago y, posteriormente, ordenaron
seguir adelante la ejecución, decretando el embargo y secuestro del único bien
51 En el expediente T-7.127.827 la suma dinero acordada fue de $35.000.000, pagaderos en dos cuotas de
$17.500.000 cada una. En el expediente T-7.404.113, la suma de dinero acordada fue de $10.000.000,
pagaderos en cuatro cuotas de $2.500.000 cada una.
28
inmueble de su propiedad, según el procedimiento establecido para este tipo
de juicios.
4.5. A pesar de esto último, está acreditado que, por lo menos en el caso de
Esperanza Cometa, la accionante allegó un escrito al Juzgado Veintiuno Civil
Municipal de Cali informando sobre los actos de violencia física y psicológica
que padeció durante el tiempo que convivió con el ejecutante. Sin embargo,
dicho memorial no fue tenido en cuenta por ese despacho antes de ordenar
seguir adelante la ejecución porque lo presentó sin estar asistida por un
abogado.
29
además, que la acción de tutela no cumplía con el requisito de inmediatez
porque había sido instaurada seis años después de proferido el mandamiento
de pago.
4.8. De esta breve presentación de los casos que se revisan, la Sala observa
que, aun cuando las accionantes no lo refirieron expresamente en sus
alegaciones, la problemática de índole constitucional que subyace a cada una
de las acciones de tutela está relacionada con la falta de aplicación del enfoque
diferencial con perspectiva de género por parte de los jueces de la
especialidad civil que tramitaron los procesos ejecutivos en discusión. Ello, en
la medida en que, en el análisis de la cuestión litigiosa, no advirtieron que una
de las partes de la relación procesal se encontraba en aparente situación de
desigualdad o asimetría frente a la contraparte, dada su condición de mujer y
víctima de violencia intrafamiliar.
4.9. De igual manera, es menester poner de relieve que esta omisión no solo
pudo llegar a comprometer los derechos fundamentales a la igualdad, al
debido proceso y de acceso a la administración de justicia que invocan las
accionantes, sino, también, su derecho a una vida libre de violencia, garantía
que se deriva de la consagración constitucional de la igualdad entre mujeres y
hombres, así como del mandato superior de no discriminación por razones de
género (arts. 13 y 43 CP.).
30
tutela y las intervenciones realizadas en sede de revisión por la Defensoría del
Pueblo y el Ministerio de Justicia y del Derecho.
5.1. Fijados los límites del presente asunto, el problema jurídico que le
corresponde resolver a esta Sala de Revisión pasa por verificar, previamente,
la acreditación de los requisitos generales de procedencia de la acción de
tutela contra providencias judiciales.
5.4. Con tales objetivos, se expondrá, una vez más, la doctrina reiterada en la
jurisprudencia de esta corporación acerca de la procedencia excepcional de la
acción de tutela contra providencias judiciales y, en particular, la relacionada
con: (i) la configuración de los defectos sustantivo, procedimental por exceso
ritual manifiesto y ausencia de defensa técnica, y fáctico; (ii) el
desconocimiento del precedente constitucional; y (iii) la violación directa de
la Constitución, como causales específicas de procedibilidad.
31
relación con la obligatoriedad de aplicar la perspectiva de género en la
administración de justicia; (vi) los criterios de equidad para una
administración de justicia con perspectiva de género: preguntas clave para
establecer cuándo aplicar el enfoque diferencial; y (vii) el deber de los
conciliadores en derecho de incorporar la perspectiva de género en el ejercicio
la función de administrar justicia de manera transitoria, para, finalmente,
resolver los casos concretos.
6.2. Tal y como se indicó en la Sentencia C-543 de 1992, por regla general, la
acción de tutela es improcedente cuando mediante ella se pretenden cuestionar
providencias judiciales, debido a la prevalencia de los principios
constitucionales de seguridad jurídica y autonomía judicial, y a la garantía
procesal de la cosa juzgada. Sobre el particular, en dicha providencia la Corte
sostuvo que:
6.3. Sin embargo, en esa misma oportunidad también se estableció que “de
conformidad con el concepto constitucional de autoridades públicas, no cabe
duda de que los jueces tienen esa calidad en cuanto les corresponde la
función de administrar justicia y sus resoluciones son obligatorias para los
particulares y también para el Estado. En esa condición no están excluidos de
53 Acápite elaborado tomando como referencia la base argumentativa contenida en las Sentencias T-557 de
2017 y T-455 de 2019, MP. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
54 Sentencia C-543 de 1992.
32
la acción de tutela respecto de actos u omisiones que vulneren o amenacen
derechos fundamentales […]”55. De modo que, si bien se entendió que, en
principio, la acción de tutela no procedía contra providencias judiciales, se
dijo que, excepcionalmente, su ejercicio era viable como mecanismo
subsidiario y preferente de defensa judicial cuando de la actuación judicial se
advirtiera la violación o amenaza de un derecho fundamental.
55 Ídem.
56 En esta oportunidad, la Corte estudió la constitucionalidad de la norma que proscribía cualquier acción
contra la sentencia que resolviera el recurso extraordinario de casación en materia penal.
33
decisión y resulte lesiva de los derechos fundamentales; (v) que el actor
identifique, de forma razonable, los hechos que generaron la violación y que
esta haya sido alegada en el proceso judicial de haber sido posible; y (vi) que
el fallo censurado no se trate de una acción de tutela.57
6.9. Ahora bien, teniendo como fondo las recién apuntadas reglas de
naturaleza procesal y de conformidad con lo planteado en el acápite de
delimitación del problema jurídico, inicia esta Sala por verificar si, en esta
oportunidad, las acciones de tutela superan el examen de los requisitos
generales antes mencionados.
34
7.1. Que la controversia planteada sea constitucionalmente relevante. La
Corte Constitucional ha establecido que un asunto tiene relevancia
constitucional si se evidencia, de manera clara y expresa, que la causa que
origina la acción de tutela conlleva el desconocimiento de derechos
fundamentales, principios o garantías superiores, y no que se trate de una
cuestión de mera legalidad que sea de competencia exclusiva del juez
ordinario65. Este requisito, en esencia, persigue tres finalidades: (i) preservar la
competencia e independencia de los jueces pertenecientes a la justicia
ordinaria; (ii) restringir el ejercicio de la acción de tutela a cuestiones que
tienen una clara y marcada importancia constitucional; e (iii) impedir que el
amparo constitucional se convierta en una especie de tercera instancia o
recurso adicional para controvertir las decisiones judiciales66.
65 Sentencias C-590 de 2005, T-270 de 2015, SU-394 de 2016, T-458 de 2016, SU-041 de 2018 y T-248 de
2018.
66 Sentencias C-590 de 2005, T-102 de 2006, T-406 de 2014 y T-248 de 2018.
67 Constitución Política, art. 116.
68 Sentencia SU-024 de 2018.
69 Sentencia SU-394 de 2016.
35
revisión70; y (iii) siempre que se busque evitar la ocurrencia de un perjuicio
iusfundamental irremediable71.
36
Así las cosas, dado que, en la presente causa, la imposibilidad de agotar todos
los medios ordinarios de defensa obedeció a circunstancias ajenas a la voluntad
de las accionantes derivadas de la falta de defensa técnica y de su situación de
debilidad manifiesta, y que, actualmente, no cuentan con otro mecanismo
distinto a la acción de tutela para conjurar la afectación que ello pudo generar
en sus derechos fundamentales, la Sala estima satisfecho este requisito general
de procedencia.
Bajo los anteriores parámetros, se tiene que las acciones de tutela acumuladas
satisfacen el requisito de inmediatez, toda vez que fueron instauradas de
manera oportuna, esto es, aproximadamente dos meses después de haber
quedado en firme el Auto 1944 del 18 de julio de 2018 que rechazó de plano
el incidente de nulidad de lo actuado dentro del expediente T-7.127.827; y la
providencia del 7 de febrero de 2019 que negó la solicitud de condonación de
intereses dentro del expediente T-7.404.113. Ello, comoquiera que las
demandas se radicaron el 27 de agosto de 2018 y el 29 de marzo de 2019,
respectivamente, según se indicó al inicio de esta providencia.
37
7.4. Efecto determinante de la irregularidad procesal. Cuando se trate de una
irregularidad procesal, es indispensable que el vicio alegado incida de tal
forma en la decisión final, que de no haberse presentado o haberse corregido a
tiempo, esta habría variado sustancialmente 81. De acuerdo con tal
planteamiento, es menester advertir que si las autoridades judiciales
censuradas hubiesen abordado la litis de manera diferenciada, incorporado la
perspectiva de género como categoría de análisis de la cuestión jurídica a
resolver, posiblemente habría variado el alcance de lo decidido, pues su
convencimiento no solo estaría formado a partir de las alegaciones de una de
las partes –el ejecutante–, sino que incluiría, además, el contexto de violencia
contra la mujer que envolvía a las demandadas y sus particulares condiciones
de vulnerabilidad, escenario de valoración que fue sustraído de plano.
Asimismo, la alegada ausencia de defensa técnica pudo haber sido un
obstáculo insalvable para que las accionantes informaran oportunamente sobre
su particular situación de vulnerabilidad, impugnaran las decisiones que les
resultaban adversas y aportaran las pruebas que consideraran conducentes para
hacer valer sus derechos e intereses, todo lo cual habría tenido, también, un
efecto decisivo en la solución finalmente adoptada.
7.5. Que la parte actora identifique de manera razonable tanto los hechos que
generaron la vulneración alegada como los derechos presuntamente
trasgredidos, y que ello lo hubiese alegado dentro del proceso judicial,
siempre que fuese posible. Por oposición a la informalidad que caracteriza a la
acción de tutela, cuando esta se invoca contra providencias judiciales, es
necesario que quien reclama la protección constitucional mencione los
derechos afectados, identifique con cierto nivel de detalle en qué consiste la
violación alegada y demuestre de qué forma aquella se aparta del ámbito del
derecho o incurre en una actuación abusiva contraria al orden jurídico,
debiendo haber planteado el punto de manera previa en el respectivo proceso.
7.6. Que el amparo no se dirija contra sentencias de tutela. Por último, dado
que se ha mencionado con suficiencia que las decisiones judiciales que se
cuestionan corresponden a aquellas proferidas dentro de procesos de
ejecución, es palmario que el amparo constitucional no gira en torno a una
81 Sentencia T-022 de 2016.
38
sentencia de tutela.
8.2. Sin embargo, para que esa falencia o yerro de lugar a la procedencia del
amparo constitucional, debe evidenciarse una irregularidad de tal entidad que
indiscutiblemente lleve a que se profiera una decisión que obstaculice o
lesione la efectividad de prerrogativas iusfundamentales.
8.3. A partir de tales premisas, por ejemplo, en la Sentencia SU-195 de 2012 83,
el pleno de la Corte Constitucional identificó, por un lado, que, en un sentido
amplio, se está en presencia de un defecto sustantivo cuando la autoridad
judicial emplea una norma inaplicable al caso concreto, deja de aplicar la
norma adecuada u opta por una interpretación que contraría los postulados
mínimos de la razonabilidad jurídica. Por otro lado, explicó que, en un sentido
estricto, la configuración de este defecto puede presentarse en las siguientes
circunstancias: (i) el fundamento de la decisión judicial es una norma que no
es aplicable al caso concreto por impertinente o porque ha sido derogada, es
inexistente, inexequible o se le reconocen efectos distintos a los otorgados por
el legislador; (ii) cuando no se hace una interpretación razonable de la norma;
(iii) cuando el juez se aparta del alcance de la norma definido en sentencias
con efectos erga omnes; (iv) cuando la disposición aplicada es regresiva o
contraria a la Constitución; (v) cuando el ordenamiento otorga poder al juez y
este lo utiliza para fines no previstos en la disposición; (vi) cuando la decisión
se funda en una interpretación no sistemática de la norma, omitiendo el
análisis de otras disposiciones aplicables al caso; (vii) cuando se afectan
derechos fundamentales debido a que el operador judicial sustenta o justifica
de manera insuficiente su actuación; (viii) cuando se desconoce el precedente
judicial sin ofrecer un mínimo razonable de argumentación; (ix) cuando el
82 Caracterización elaborada tomando como referencia la base argumentativa contenida en las Sentencias
SU-950 de 2014, SU-241 de 2015, SU-217 de 2016 y SU-395 de 2017.
83 MP. Jorge Iván Palacio Palacio.
39
juez se abstiene de aplicar la excepción de inconstitucionalidad siempre que se
solicite su declaración por alguna de las partes del proceso.
(ii) cuando el fallador desconoce las sentencias con efectos erga omnes
tanto de la jurisdicción constitucional como de la jurisdicción de lo
contencioso administrativo, cuyos precedentes se ubican en el mismo
rango de la norma sobre la que pesa la cosa juzgada respectiva.”
84 SU-918 de 2013.
85 Caracterización elaborada tomando como referencia la base argumentativa contenida en las Sentencias T-
395 de 2010, C-166 de 2017, T-270 de 2017 y T-455 de 2019.
86 La primera de las disposiciones citadas se ocupa del derecho fundamental al debido proceso y de la
obligación de observar las formas propias de cada juicio, mientras que la segunda establece el derecho de
acceso a la administración de justicia y, en particular, la prevalencia del derecho sustancial en toda clase de
actuaciones judiciales.
40
injustificadamente de la normatividad procesal que es aplicable al caso
concreto. Esto último, conduce al desconocimiento absoluto de las formas
propias de cada juicio (i) porque el funcionario judicial sigue un trámite por
completo ajeno al pertinente o (ii) porque pretermite etapas o fases
sustanciales del procedimiento en detrimento del derecho de defensa y
contradicción de una de las partes del proceso. Inclusive, por vía excepcional,
la jurisprudencia constitucional también ha determinado que el defecto
procedimental puede originarse (iii) por exceso ritual manifiesto87 y (iv) por
ausencia de defensa técnica88.
41
mientras no sacrifique derechos constitucionales más importantes”92.
9.6. En esos términos, “el defecto procedimental por exceso ritual manifiesto
se presenta porque el juez no acata el mandato de dar prevalencia al derecho
sustancial y se configura en íntima relación con problemas de hecho y de
derecho en la apreciación de las pruebas (defecto fáctico), y con problemas
sustanciales relacionados con la aplicación preferente de la Constitución
cuando los requisitos legales amenazan la vigencia de los derechos
constitucionales”93.
9.8. Por otro lado, dentro de las garantías que conforman el núcleo esencial
del debido proceso se encuentran el derecho a la defensa, entendido como el
empleo de todos los medios legítimos y adecuados para ser oído y obtener una
decisión favorable96. Justamente, respecto de este último, el inciso cuarto del
artículo 29 Superior consagra que “quien sea sindicado tiene derecho a la
defensa y a la asistencia de un abogado escogido por él, o de oficio, durante
la investigación y el juzgamiento”. Es conveniente precisar que, aunque dicha
disposición alude al proceso penal, lo cierto es que el derecho a la defensa se
extiende a todo tipo de actuaciones judiciales y administrativas97.
42
decisiones proferidas en el curso del proceso se encuentren ajustadas a la
Constitución y a la ley.
9.10. En relación con esto último, es menester destacar que la defensa técnica
de carácter oficioso es uno de los instrumentos con que cuenta el Estado para
hacer efectivo el derecho de acceso a la administración de justicia, también
conocido como derecho a la tutela judicial efectiva100, especialmente,
respecto de aquellos sujetos que no se encuentran en capacidad de atender los
gastos del proceso sin menoscabo de lo necesario para su propia subsistencia.
Este imperativo constitucional se logra a través del amparo de pobreza, figura
regulada en los artículos 151 a 158 del Código General del Proceso.
9.11. Ahora bien, en punto a los presupuestos materiales de procedencia de la
acción de tutela contra providencias judiciales, la Corte ha advertido que no
toda falla o deficiencia en la defensa técnica constituye violación del debido
proceso101. Por esta razón, tras una labor de caracterización de aquellos
escenarios en los que resulta imperiosa la intervención del juez constitucional,
ha establecido que solo se entiende trasgredido el núcleo esencial de esta
garantía fundamental cuando concurren las siguientes cuatro situaciones: (i)
que sea evidente que el defensor cumplió un papel meramente formal, carente
de cualquier vinculación a una estrategia procesal o jurídica; (ii) que las
mencionadas deficiencias no le sean imputables al procesado o no hayan
resultado de su propósito de evadir la acción de la justicia; (iii) que la falta de
defensa técnica revista tal trascendencia o magnitud que pueda tener un efecto
decisivo en la decisión judicial, susceptible de enmarcarse en un defecto
sustantivo, fáctico, orgánico o procedimental; y que, como consecuencia de
todo lo anterior, (iv) se produzca la vulneración ulterior de los derechos
fundamentales del afectado102.
43
se presente una vulneración a los derechos fundamentales103.
10.2. En ese contexto, el defecto fáctico es aquel que “surge cuando el juez
carece del apoyo probatorio que permita la aplicación del supuesto legal en
el que se sustenta la decisión”106. Se configura, entonces, siempre que existan
fallas sustanciales en la decisión atribuibles a deficiencias probatorias del
proceso.
10.3. Sobre esa base, la Corte ha explicado que las deficiencias probatorias
pueden generarse como consecuencia de: (i) una omisión judicial, como puede
ser la falta de práctica y decreto de pruebas conducentes al caso debatido,
presentándose una insuficiencia probatoria. Así como, cuando sin una razón
válida, se da por no probado un hecho que emerge claramente; o (ii) por vía de
una acción positiva, como puede ser la errada interpretación de las pruebas
allegadas al proceso, o la valoración de pruebas que son nulas de pleno
derecho o que son totalmente inconducentes al caso concreto, presentándose,
en el primer caso, un defecto por interpretación errónea y, en el segundo, un
defecto por ineptitud e ilegalidad de la prueba.107
44
10.5. Con todo, para que la acción de tutela resulte procedente ante la
advertencia de un defecto fáctico, “[e]l error en el juicio valorativo de la
prueba debe ser de tal entidad que sea ostensible, flagrante y manifiesto, y el
mismo debe tener una incidencia directa en la decisión, pues el juez de tutela
no puede convertirse en una instancia revisora de la actividad de evaluación
probatoria del juez que ordinariamente conoce de un asunto, según las reglas
generales de competencia”112.
110 Se presenta cuando el funcionario judicial, en contra de la evidencia probatoria, decide separarse por
completo de los hechos debidamente probados y resolver a su arbitrio el asunto jurídico debatido; o cuando a
pesar de existir pruebas ilícitas no se abstiene de excluirlas y con base en ellas fundamenta la decisión
respectiva.
111 Consultar, entre otras, las Sentencias T-902 de 2005, T- 458 de 2007 y T-620 de 2013.
112 Sentencia T-442 de 1994 reiterada, entre otras, en las Sentencias T-781 de 2011 y T-104 de 2014.
113 Sentencias T-123 de 1995, T-566 de 1998, T-522 de 2001, T-468 de 2003, T-838 de 2007, T-109 de
2009, C-539 de 2011, C-634 de 2011 y SU-556 de 2014.
114 Sentencia C-634 de 2011.
115 Sentencia SU-053 de 2015.
116 Sentencias T-292 de 2006 y SU-449 de 2016.
117 Auto 186 de 2017. Al respecto, se pueden consultar, igualmente, las Sentencias T-158 de 2006, T-292 de
2006, T-812 de 2006, T-355 de 2007, T-970 de 2012, T-102 de 2014, T-360 de 2014, T-410 de 2014, SU-298
de 2015, T-309 de 2015, SU-449 de 2016 y SU-113 de 2018.
45
11.4. Conforme a esa noción, la responsabilidad de ser consistentes en las
decisiones judiciales, de manera tal que se respeten los precedentes, compete
entonces no solo a los jueces o tribunales frente a sus propias providencias,
(precedente horizontal), sino a los falladores de instancia en relación con las
decisiones de sus superiores jerárquicos (precedente vertical).
46
11.8. Con todo, es menester precisar que, tratándose de sentencias de
constitucionalidad en las que la Corte Constitucional, como interprete último
de la Constitución, ha definido el sentido y alcance de una disposición
normativa, contrario a lo que ocurre con las sentencias de tutela, por ninguna
razón los operadores jurídicos pueden apartarse de estos precedentes, pues
estarían dejando de aplicar la Constitución y, especialmente, el artículo 230,
que obliga a que los jueces en sus providencias se sometan al imperio de la
ley, entendida en sentido amplio, es decir, junto a la interpretación que de esta
ha hecho la propia Corte.
12.2. Esto último, quiere decir que dicho defecto se configura cuando el juez
ordinario profiere una decisión que desconoce la Carta Política, ya sea porque:
(i) no aplica una disposición de carácter iusfundamental a un caso concreto123;
o bien porque (ii) aplica la ley al margen de los dictados de la Constitución124.
47
12.4. Para el segundo evento, en cambio, la jurisprudencia ha sostenido que el
juez debe tener en cuenta en sus fallos que, según lo previsto en el artículo 4
Superior, la Constitución es norma de normas, por lo que en cualquier caso en
que encuentre, deduzca o se le interpele sobre una disposición normativa que
es incompatible con la Constitución, debe aplicar las disposiciones
constitucionales con preferencia a las legales, por vía del ejercicio de la
excepción de inconstitucionalidad127.
48
quiso significar que la mujer es considerada como tal no por el sexo que tiene
al nacer, sino por el rol asociado a este133.
133 Cernuda-Canelles, Gemma, Atrapados en el feminismo: repensar el feminismo para una sociedad mejor,
Madrid, Urano, 2019, pág. 24.
134 Cook, Rebeca J. y Cusack, Simone, op. cit., pág. 23.
135 En este pronunciamiento, la Sala Plena afirmó que “[l]as discusiones contemporáneas se han esforzado
en demostrar cómo es posible encontrar una serie de estereotipos que asignan roles preferentemente
domésticos a la mujer, lo que a su vez ha servido para explicar la generación de variados tipos de violencia y
discriminación al interior de la organización familiar. Ello precisamente ha sido reconocido por el derecho
internacional al destacar, entre otras cosas que los fundamentos de protección de los Estados, parten de
reconocer las relaciones de poder históricamente desiguales entre hombres y mujeres”.
136 C. Molina Petit (Dialéctica feminista de la ilustración) atribuye la incorporación del término
“patriarcado” a la teoría feminista impulsada por la autora K. Millet (Política sexual), quien lo utilizó en 1960
para evidenciar el poder de los hombres sobre las mujeres en la sociedad. A partir de esa fecha, el término se
muestra útil para designar de forma genérica el poder de sumisión que sufren las mujeres. Tomado de
Balaguer, María Luisa, op. cit., pág. 23.
137 McCabe, Jess, 50 conceptos sobre feminismo, Barcelona, Blume, 2019, pág. 78.
138 Balaguer, María Luisa, op. cit., pág. 24.
139 Ibidem., pág. 172
49
la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un
daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las
amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad,
tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”140.
13.3.1. Aunque resulte paradójico, el mayor peligro que pueden enfrentar las
mujeres está en sus propios hogares145. Allí, la violencia encuentra un
escenario favorable para su ocurrencia, como consecuencia del manto de
reserva que socialmente cobija a las relaciones familiares 146, lo que explica, a
su vez, que sea poco conocida y denunciada ante las autoridades.
50
(CP. art. 13) sino que pueden llegar a ser de tal intensidad y generar tal dolor
y sufrimiento, que configuran verdaderas torturas o, al menos, tratos crueles,
prohibidos por la Constitución (CP. arts. 12, y 42) y por el derecho
internacional de los derechos humanos”147.
51
incluye tanto daños físicos como psicológicos de gravedad variable; y (iv) la
violencia económica, que se vincula al uso del poder económico del hombre
para controlar las decisiones y el proyecto de vida de la mujer, y se presenta
bajo una apariencia de colaboración en la que aquel se muestra como
proveedor por excelencia. Bajo esta apariencia, el hombre le impide a la mujer
participar de las decisiones económicas del hogar y le impone la obligación de
rendirle cuentas de todo tipo de gasto. Igualmente, le prohíbe estudiar o
trabajar para evitar que la mujer logre su independencia económica y, de esa
manera, se sienta en necesidad de mantenerse en la relación. Por otra parte,
cuando ocurre la ruptura de la pareja, la violencia económica se manifiesta en
mayores beneficios económicos para el hombre, mientras que la mujer termina
“comprando su libertad” para evitar pleitos dispendiosos153.
13.3.6. Por último, es menester destacar que, con frecuencia, coexisten varios
de estos tipos de violencia. Así, por ejemplo, la violencia física de pareja va a
acompañada a menudo de violencia sexual y generalmente de maltrato
emocional154. De este modo, cuanto más grave sea la agresión, mayores serán
sus repercusiones en la salud física y mental de la mujer, de ahí que se le haya
reconocido como “un problema de salud mundial de proporciones
epidémicas”155.
153 Sobre el particular, se pueden consultar, entre otras, las Sentencias T-012 de 2016 y T-093 de 2019.
154 Heise L, Garcia Moreno C, La violencia en la pareja. Informe mundial sobre la violencia y la salud.
Publicación Científica y Técnica No. 588, Washington, D.C., Organización Panamericana de la Salud, 2003,
pág. 95 a 131.
155 Informe publicado por OMS en colaboración con la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres
y el Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica (2013), op. cit. Asimismo, un estudio realizado por el
Banco Mundial en el año 2018 reveló que “la violencia de género es una epidemia mundial que pone en
peligro la vida de mujeres y niñas y que tiene gran variedad de consecuencias negativas, no solo para ellas,
sino también para sus hijos e hijas y las comunidades en que viven. Acabar con este flagelo es esencial para
el desarrollo del capital humano de las mujeres y para dar rienda suelta a todo lo que pueden aportar para el
crecimiento económico”.
156 Una breve reseña sobre la situación histórica de la mujer en Colombia antes de la Constitución de 1991 se
encuentra consignada en la Sentencia C-371 de 2000.
52
política o filosófica”157. En la jurisprudencia constitucional a estas categorías
se les ha denominado “criterios sospechosos de discriminación”158.
157 Al respecto, la Corte ha explicado que “[l]a Constitución concibe la igualdad como un principio y un
derecho. Como principio, implica un deber de obligatorio cumplimiento para todas las autoridades y, en
especial, para el legislador cuando configura el derecho y fija las directrices necesarias para estructurar las
políticas públicas porque es una regla de justicia elemental y se proyecta para definir la forma de Estado.
Como derecho, la igualdad es un derecho subjetivo que se concreta en deberes de abstención como la
prohibición de la discriminación y en obligaciones de acción como la consagración de tratos favorables para
grupos que se encuentran en situaciones de debilidad manifiesta. La correcta aplicación del derecho a la
igualdad no sólo supone la igualdad de trato respecto de los privilegios, oportunidades y cargas entre los
iguales, sino también el tratamiento desigual entre supuestos disímiles. Es claro que la Constitución no
prohíbe el trato desigual sino el trato discriminatorio porque de hecho el trato distinto puede ser obligatorio
para ciertos supuestos, siendo el trato discriminatorio aquel que establece diferencias sin justificación
constitucionalmente válida.” (Sentencia C-862 de 2008).
158 Sentencia C-101 de 2005.
159 Sentencia C-408 de 1996.
53
de hacer efectivo el derecho a la igualdad y a la no discriminación de la mujer,
la administración de justicia juega un papel fundamental, como más adelante
pasará a verse.
160 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966); Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (1966); Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos
–Protocolo de San Salvador– (1988); Recomendación general No. 19, adoptada por el Comité para la
Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (1992); Convención Internacional sobre los Derechos del
Niño (1989); Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño, relativo a la venta de niños,
la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía; Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer
–Plataforma y Plan de Acción de Beijing– (1998); Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de
personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas sobre la
delincuencia organizada transnacional (2000); y las Resoluciones 1325 de 2000, 1612 de 2005, 1820 de 2008,
1888 de 2009, 1889 de 2009, 1960 de 2010, aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU.
161 Aprobada por el Congreso de la República mediante la Ley 51 de 1981.
162 Aprobada por el Congreso de la República mediante la Ley 16 de 1972.
163 Aprobada por el Congreso de la República mediante la Ley 248 de 1995.
164 Las Naciones Unidas han organizado cuatro conferencias mundiales sobre la mujer, que se celebraron
en Ciudad de México (1975), Copenhague (1980), Nairobi (1985) y Beijing (1995). Esta última marcó un
importante punto de inflexión para la agenda mundial de igualdad de género. Como consecuencia, la
Declaración y Plataforma de Acción de Beijing adoptada de forma unánime por 189 países, incluido
Colombia, constituye un programa de acción en favor del empoderamiento de la mujer. Esto viene a significar
la introducción de una perspectiva de género en la actividad política que revise, tanto en las medidas
propiamente políticas como en las legislativas o administrativas, el impacto que producen respecto de la
54
14.2.3. Particularmente, la CEDAW (1979) marcó un hito en la historia
jurídica de las mujeres hacia la igualdad, al punto de ser considerada la carta
internacional de los derechos de la mujer165. La universalidad es un rasgo
fundamental de este instrumento, ya que abarca todos los ámbitos en los que
pueda existir discriminación contra la mujer. Reconoce que la violencia de
género “es una forma de discriminación que inhibe gravemente la capacidad
de la mujer de gozar de derechos y libertades en pie de igualdad con el
hombre”166 y, para tal efecto, señala, que la expresión “discriminación contra
la mujer” denota “toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo
que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento,
goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la
base de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las
libertades fundamentales en las esferas de política, económica, social,
cultural y civil o en cualquier otra esfera” (art. 2).
igualdad entre mujeres y hombres. La propuesta de Beijing, conocida como mainstreaming o transversalidad,
surgió para acelerar el camino igualitario entre sexos, tras la demostrada inutilidad de las herramientas
legislativas tradicionales, petrificadas en un concepto de igualdad formal o simulada, sin correspondencia
material o real.
165 ONU Mujeres, Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la mujer,
México, 2011.
166 Las Recomendaciones Generales 12 y 19 del Comité CEDAW desarrollan el concepto de violencia
contenido en la CEDAW, haciendo énfasis en la importancia de entender la violencia como una forma de
discriminación que sufren las mujeres y, por lo tanto, como un hecho prohibido por dicha convención.
55
14.2.6. Finalmente, la Convención de Belém do Pará (1994) constituye el
primer tratado que tiene como propósito específico erradicar toda forma de
violencia de género contra la mujer, esto es, no solo aquella que ocurre en el
ámbito público, sino incluso en la esfera privada y doméstica. Por esta razón,
desde su preámbulo se advierte que “la violencia contra la mujer es una
ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las relaciones de poder
históricamente desiguales entre mujeres y hombres”. En sus primeras
disposiciones, se precisan los alcances de la noción de violencia empleada por
el Convenio. Así, el artículo 1º define la violencia contra la mujer como toda
acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño, sufrimiento
físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como
privado; el artículo 2º precisa que se incluye en tal definición no solo la
violencia más abierta y pública, como aquella que ocurre visiblemente en los
lugares de trabajo o que es perpetrada y tolerada en forma clara por agentes
del Estado, sino también la violencia doméstica y conyugal, que comprende,
entre otros, los casos de violación, maltrato y abuso sexual ocurridos en ese
ámbito.
56
jurídicamente vinculantes para el Estado colombiano, el Congreso de la
República ha expedido una serie de normas encaminadas a la prevención,
sanción y erradicación de la violencia contra la mujer. Algunos de los más
importantes desarrollos legislativos en la materia son:
58
15.2. Sin embargo, factores económicos, geográficos, sociales y culturales
afectan de manera diferenciada a mujeres y hombres, confirmando que en la
mayoría de los casos las primeras se encuentran en situación de desventaja
cuando acceden a la administración de justicia, pese a la existencia de
instrumentos jurídicos nacionales e internacionales que reconocen su derecho
a disponer de recursos judiciales idóneos y efectivos. Algunos de estos
factores son: (i) la falta de información sobre sus derechos; (ii) el
desconocimiento de los procedimientos judiciales; (iii) la escasez de recursos
económicos, (iv) las barreras idiomáticas, especialmente en el caso de las
mujeres indígenas, entre otras dificultades estructurales169.
15.3. La discriminación en razón del género también es otro factor que limita
el acceso efectivo de las mujeres al sistema de justicia. Como ha tenido
oportunidad de señalarlo esta corporación, en ocasiones, aquellas también son
víctimas de prejuicios y estereotipos dentro del mismo sistema que sesgan la
toma de decisiones al fallar, pues “los jueces, además de reconocer derechos,
también pueden confirmar patrones de desigualdad y discriminación” 170, lo
que resulta en un mal manejo de los procedimientos y en su consecuente
revictimización171.
15.4. Es menester recordar que los estereotipos de género son la base de la
discriminación contra las mujeres. Su presencia en los sistemas de justicia
tiene consecuencias perjudiciales para los derechos de las mujeres,
particularmente para las víctimas de diferentes formas de violencia, de ahí la
importancia de su erradicación en la interpretación y aplicación de las normas
por parte de los operadores jurídicos.
59
CIDH ha podido verificar que la violencia y la discriminación contra las
mujeres todavía son hechos aceptados en las sociedades americanas, lo
cual se ve reflejado en la respuesta de los funcionarios de la
administración de la justicia hacia las mujeres víctimas de violencia y en
el tratamiento de los casos. Existe asimismo una tendencia a considerar
los casos de violencia contra las mujeres como conflictos domésticos,
privados y no prioritarios que deben ser resueltos sin la intervención del
Estado” […].
174 Sobre el particular se pueden consultar, entre otras, las Sentencias T-878 de 2014, T-967 de 2014, T-012
de 2016 y T-338 de 2018.
175 Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), informe titulado: Acceso a la justicia para las
mujeres víctimas de violencia en las Américas, Washington D.C., 2007, pág. 3.
60
16.4. De acuerdo con la definición contenida en el documento denominado
“Modelo de incorporación de la perspectiva género en las sentencias” 177,
desarrollado por la Secretaría Técnica de la Comisión Permanente de Género
y Acceso a la Justicia de la Cumbre Judicial Iberoamericana178, la perspectiva
de género:
“Hace alusión a una herramienta conceptual que busca mostrar que las
diferencias entre mujeres y hombres se dan no sólo por su determinación
biológica, sino también por las diferencias culturales asignadas a los
seres humanos. Mirar o analizar una situación desde la perspectiva de
género, permite entonces entender que la vida de mujeres y hombres
puede modificarse en la medida en que no está ‘naturalmente’
determinada. Esta perspectiva ayuda a comprender más profundamente
tanto la vida de las mujeres como la de los hombres y las relaciones que
se dan entre ambos. Este enfoque cuestiona los estereotipos con los que
somos educados y abre la posibilidad de elaborar nuevos contenidos de
socialización y relación entre los seres humanos.”
61
desenvuelven los niños, las niñas y los adolescentes, para alcanzar la
equidad.”
62
17. La jurisprudencia constitucional en relación con la obligatoriedad
de aplicar la perspectiva de género en la administración de justicia
63
tratos crueles y maltratamientos de obra”, con fundamento en una visión
normalizadora de los conflictos de pareja. La importancia de esta sentencia, en
la que se ordena dejar sin efectos el fallo censurado, estriba en reconocer, en
primer lugar, que “bajo una perspectiva de género, una víctima de violencia
en Colombia no llega en igualdad de armas a un proceso civil o de familia”;
en segundo lugar, que la violencia psicológica dentro del hogar “tiene una
dificultad probatoria muy alta si se verifica desde los parámetros
convencionales del derecho procesal”, por lo que es necesario flexibilizar los
medios de prueba; y, en tercer lugar, que “en ningún caso los derechos del
agresor pueden ser valorados judicialmente por encima de los derechos
humanos de la mujer a su integridad física y mental y a vivir libre de
cualquier tipo de violencia”187.
187 Estas premisas han sido reiteradas en las Sentencias T-271 de 2016, T-145 de 2017, T-338 de 2018 y T-
093 de 2019.
188 MP. Luis Ernesto Vargas Silva.
64
actuaciones de quien presuntamente comete la violencia; (viii) evaluar
las posibilidades y recursos reales de acceso a trámites judiciales; (ix)
analizar las relaciones de poder que afectan la dignidad y autonomía de
las mujeres.”
65
práctica permitida por el Estado, de forma que otras mujeres denuncien y
se den pasos hacia el objetivo de lograr una igualdad real. Así mismo,
deberá prevalecer el principio de imparcialidad en sus actuaciones, lo que
exige -en los casos de violencia contra las mujeres- que el operador sea
sensible a un enfoque de género, de forma que no se naturalicen ni
perpetúen estereotipos que impiden a la mujer acceder en igualdad de
condiciones a los procesos administrativos y judiciales para su
protección.”
[…]
66
tradicionalmente discriminado y como tal, se justifica un trato
diferencial. Igualmente el juez debe flexibilizar la carga probatoria en
casos de violencia o discriminación, privilegiando los indicios sobre las
pruebas directas, cuando estas últimas resulten insuficientes. Si el juez
desconoce alguno de estos deberes, puede configurarse una causal
concreta del defecto fáctico.”
17.9. Finalmente, en la reciente Sentencia SU-080 de 2020192, la Sala Plena de
esta corporación, desde una perspectiva de género, admitió la posibilidad de
que, en el trámite de un proceso de divorcio, cuando esté demostrada la causal
de “ultrajes, tratos crueles y maltratamientos de obra”, pueda ordenarse la
reparación integral de la mujer víctima de violencia intrafamiliar, a pesar de la
inexistencia de fundamento legal expreso. Para tal efecto, en los fundamentos
jurídicos de la sentencia, la Corte destacó la importancia de aplicar la
perspectiva de género, como herramienta analítica y comprensiva de una
protección multinivel, para adoptar soluciones integrales frente a casos de
violencia intrafamiliar, puntualizando que:
“[…] analizar con perspectiva de género los casos concretos donde son
parte mujeres afectadas o víctimas [de violencia]: i) no implica una
actuación parcializada del juez en su favor; reclama, al contrario,
su independencia e imparcialidad y ii) ello comporta la necesidad de que
su juicio no perpetúe estereotipos de género discriminatorios, y; iii) en
tal sentido, la actuación del juez al analizar una problemática como la
de la violencia contra la mujer, exige un abordaje multinivel, pues, el
conjunto de documentos internacionales que han visibilizado la temática
en cuestión -constituyan o no bloque de constitucionalidad- son
referentes necesarios al construir una interpretación ‘pro fémina’, esto
es, una consideración del caso concreto que involucre el espectro
sociológico o de contexto que describe el calamitoso estado de cosas, en
punto de la discriminación ejercida sobre la mujer. Se trata por tanto de,
utilizar las fuentes del derecho internacional de los derechos humanos
junto con el derecho interno, para buscar la interpretación más
favorable a la mujer víctima.”
67
los cargos de la judicatura. Su labor se centra en los siguientes ejes
estratégicos: (i) incluir la perspectiva de género en la actuación y la formación
judicial; (ii) promover la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres,
y la no discriminación de género en las decisiones judiciales, en el servicio
público de la administración de justicia y en el funcionamiento interno de la
Rama Judicial; (iii) integrar la perspectiva de género y el principio de no
discriminación a la misión, la visión y los objetivos de las cuatro altas
corporaciones, así como a los procesos de planificación estratégica y los
planes operativos anuales; e (iv) implementar acciones con el fin de eliminar
las desigualdades existentes entre los servidores y las servidoras judiciales.
68
están o no en condición de desplazamiento o de
indefensión o vulnerabilidad.
Para establecer elementos sobre el acceso a recursos
¿Cómo, con qué?
y posibilidades con los que cuenta cada una de las
partes. Inclusive para el acceso a la justicia.
La titularidad de los bienes en disputa, la propiedad
en sí misma, constituye un elemento de poder para
quien la ostenta. En conflictos de pareja; en los
casos de desplazamiento o des- pojo de tierras, el
¿Quién es dueño de
tema de la propiedad es crucial, dado que no
qué?
siempre es claro el elemento de la titularidad formal
y es preciso acudir a diferentes mecanismos de
prueba para garantizar de manera efectiva los
derechos a quien teniéndolos, no siempre los puede
de manera adecuada demostrar.
Quién está obligado a prevenir, a proteger, a hacer o
no hacer algo en relación con los derechos de
¿Quién es
alguien. Quién es señalado como actor de una
responsable de qué?
conducta antijurídica en el ámbito público o privado
que afecta los derechos.
195 “Por la cual se adoptan como legislación permanente algunas normas del Decreto 2651 de 1991, se
modifican algunas del Código de Procedimiento Civil, se derogan otras de la Ley 23 de 1991 y del Decreto
2279 de 1989, se modifican y expiden normas del Código Contencioso Administrativo y se dictan otras
disposiciones sobre descongestión, eficiencia y acceso a la justicia”.
70
mecanismo de resolución de conflictos a través del cual, dos o más personas
gestionan por sí mismas la solución de sus diferencias, con la ayuda de un
tercero neutral y calificado, denominado conciliador”. Cuando la conciliación
se realiza a través de conciliadores adscritos a centros de conciliación o ante
autoridades en cumplimiento de funciones conciliatorias recibe el nombre de
conciliación extrajudicial en derecho196.
19.6 Según la propia esencia de esta figura, el conciliador cumple una labor de
mediación activa que lo habilita para proponer fórmulas de arreglo que las
partes pueden o no aceptar, y avalar o no el acuerdo al que eventualmente
lleguen, pero en ningún caso queda facultado para entrar a dirimir la
controversia o a decidir sobre las cuestiones en disputa198.
71
3) Es una forma de resolver los conflictos con la intervención de un
tercero que al obrar como incitador permite que ambas partes ganen
mediante la solución del mismo, evitado los costos de un proceso
judicial.
4) La función del conciliador es la de administrar justicia de manera
transitoria, mediante habilitación de las partes, en los términos que
determine la ley.
[…]
5) Es un acto jurisdiccional, porque la decisión final, que el conciliador
avala mediante un acta de conciliación, tiene la fuerza vinculante de
una sentencia judicial (rei iudicata) y presta mérito ejecutivo (art. 66,
Ley 446 de 1998).
6) La conciliación es un mecanismo excepcional, porque dependiendo de
la naturaleza jurídica del interés afectado, sólo algunos de los
asuntos que podrían ser sometidos a una decisión jurisdiccional,
pueden llevarse ante una audiencia de conciliación. En general, son
susceptible de conciliación los conflictos jurídicos que surgen en
relación con derechos disponibles y por parte de sujetos capaces de
disponer .
[…]
7) Finalmente, por definición la conciliación es un sistema voluntario,
privado y bilateral de resolución de conflictos, mediante el cual las
partes acuerdan espontáneamente la designación de un conciliador
que las invita a que expongan sus puntos de vista y diriman su
controversia. La intervención incitante del tercero conciliador no
altera la naturaleza consensual de la composición que las partes
voluntariamente concluyen, sino que la facilita y la estimula.”
72
disposiciones”, en cuyo artículo 8º, relativo a las obligaciones del conciliador,
prescribe lo siguiente:
19.11. Para cumplir con esta labor, el conciliador debe poner en práctica todas
las habilidades y técnicas aprendidas durante su proceso de formación y, sobre
todo, tener una visión genero-sensitiva de los asuntos de familia que le
permita identificar con acierto el verdadero conflicto que subyace entre las
partes, el cual no en todos los casos coincide con el planteado al inicio por el
convocante.
73
o violencia familiar, o de amenaza o violación de los derechos fundamentales
constitucionales de la familia o de sus integrantes”202.
19.14. Por otra parte, en el evento en que las partes en conflicto logren llegar a
un acuerdo para zanjar sus diferencias, el conciliador debe verificar que lo
pactado por estas se pueda cumplir y que ello no desborde el ordenamiento
jurídico, es decir, que no se desconozcan derechos ciertos e indiscutibles.
19.15. Al respecto, es menester señalar que una conciliación exitosa tiene los
mismos efectos de un contrato de transacción, de un allanamiento o de un
desistimiento. Ello implica que la manifestación de voluntad debe ser libre,
consciente y espontánea, lo que exige que esté libre de error, fuerza o dolo
[vicios del consentimiento]; el objeto debe ser lícito; la causa debe ser lícita;
la manifestación de voluntad debe provenir de una persona capaz o de su
representante; y, en los casos que se requiera, se debe verificar que esté
presente la formalidad habilitante203.
19.16. En ese orden de ideas, para esta Sala de Revisión no cabe duda que en
el marco de las funciones jurisdiccionales transitorias que les son propias, los
conciliadores en derecho, al igual que los jueces y demás autoridades del
Estado que tienen asignadas funciones judiciales, no pueden actuar al margen
de la aplicación de la perspectiva de género y, menos aún, en temas
relacionados con asuntos de familia, pues, como se ha dicho, en el hogar es
donde lamentablemente la violencia contra la mujer encuentra el escenario
propicio para su ocurrencia.
74
20. Análisis de los casos concretos
Sobre esa base, es doctrina reiterada de esta corporación que, frente a una
situación de hecho cuya vulneración o amenaza sea superada, en el sentido de
que la pretensión alegada se encuentre satisfecha, o cuando se ha producido el
perjuicio que se pretendía evitar por medio del amparo constitucional, la
acción de tutela resulta inocua o insustancial, es decir, cae en el vacío205, pues
cualquier orden que pusiese proferir el operador judicial para salvaguardar las
garantías constitucionales en riesgo no tendría ningún efecto útil 206. A la
primera de las hipótesis planteadas la jurisprudencia constitucional le ha
denominado hecho superado y, a la segunda, daño consumado.
Con todo, cierto es que la carencia actual de objeto –por daño consumado,
hecho superado o cualquier otra razón que haga anodina la orden de tutela– no
excluye la posibilidad de emitir un pronunciamiento de fondo sobre la
existencia o no de la vulneración alegada208; de prevenir a quien se acuse de
incurrir en ciertas conductas para que evite, en el futuro, realizar acciones que
puedan afectar derechos fundamentales209; o de adoptar medidas de
reparación, si fuere el caso, salvo la hipótesis de daño consumado con
anterioridad a la presentación de la demanda, de conformidad con lo dispuesto
en el artículo 6.4 del Decreto 2591 de 1991.
204 Sentencias T-082 de 2015, T-484 de 2016, T-189 de 2018 y T-031 de 2020.
205 Sentencias T-496 de 2003, T-309 de 2006, T-855 de 2007, T-159 de 2014, T-484 de 2016, T-021 de
2017, T-657 de 2017, T-189 de 2018 y T-038 de 2019.
206 Sentencias T-316A de 2013, T-722 de 2013, T-867 de 2013 y T-356 de 2015, T-484 de 2016, T-087 de
2017, T-692 de 2017, T-070 de 2018, T-085 de 2018 y T-031 de 2020.
207 Sentencias T-988 de 2007, T-585 de 2010, T-200 de 2013, T-481 de 2016, T-205A de 2018, T-038 de
2019 y T-031 de 2020.
208 Sentencias T-585 de 2010, T-200 de 2013, T-316A de 2013, T-484 de 2016, T-419 de 2017, T-038 de
2019, T-180 de 2019, SU-274 de 2019 y T-031 de 2020.
209 Decreto 2591 de 1991, artículo 24.
75
A propósito del daño consumado, es menester poner de presente que, aunque
ya no sea posible otorgar la protección constitucional reclamada, el juez
constitucional conserva la competencia para tomar acciones tendientes a evitar
que las circunstancias que dieron lugar a su configuración se repitan. Por esta
razón, en la Sentencia SU-274 de 2019, el pleno de esta corporación precisó
que, frente a dicha hipótesis, aquel debe:
76
dicha medida. De este modo, se produce en el proceso una ruptura con la
relación primigenia que hace que a Javier Chates Segura no le sean oponibles
los argumentos que, en principio, sí lo eran para la expareja de la actora.
77
es posible adoptar una decisión que logre restablecer el goce efectivo de los
derechos fundamentales que la actora estima quebrantados –si hubiese lugar a
ello–, sin que por esa vía se desconozcan los derechos adquiridos de forma
legítima por un tercero de buena fe.
78
abordar la cuestión de derecho que se le ha planteado con un enfoque
diferencial que involucre el aspecto sociológico o de contexto que subyace al
problema en torno a la violencia y a la discriminación contra la mujer, a fin de
brindar soluciones equitativas ante situaciones de desequilibrio estructural.
79
título ejecutivo. De una simple lectura de este documento podía apreciarse la
existencia de actos constitutivos de violencia intrafamiliar originados,
presuntamente, por la actitud violenta y el “desequilibrio emocional” de
Esperanza Cometa, según el relato expuesto por Elmer Antonio Certuche.
Asimismo, resultaba extraño –pero evidente– que únicamente se habían
recogido las aseveraciones de este último, sin la más mínima referencia a los
alegatos expuestos por Esperanza Cometa. Y por si lo anterior no fuera
suficiente, en la mencionada acta se indicaba que Esperanza Cometa había
entablado acciones penales y policivas en contra de Elmer Antonio Certuche,
de las que se comprometía a desistir en virtud de acuerdo logrado entre las
partes.
80
de hacer efectivo el principio de igualdad y de no discriminación a través del
quehacer jurisdiccional.
En el presente caso, la Sala evidencia que en todas las etapas del proceso
ejecutivo adelantado en contra de Esperanza Cometa se ignoró el contexto de
violencia de género en el que se originó la obligación ejecutada. A pesar de lo
informado por la actora, no se advierte que los jueces que asumieron el
conocimiento de este trámite se hayan detenido a analizar su situación
particular de vulnerabilidad como lo demandan los artículos 13, 42 y 43
superiores. En ese orden de ideas, resta concluir que su actuación se desarrolló
al margen de los dictados de la Constitución.
81
liquidación de la sociedad patrimonial que no se efectuó dentro del acuerdo
conciliatorio ni a la fecha por ningún otro medio legal”.
“[…]
5. Para liquidar la sociedad patrimonial de hecho, las partes
señores ESPERANZA COMETA y ELMER ANTONIO CERTUCHE,
acuerdan que por todo concepto la señora ESPERANZA COMETA
le pagará en la ciudad de CALI, al señor ELMER la suma de
TREINTA Y CINCO MILLONES DE PESOS ($35.000.000), en dos
cuotas la primera de DIECISIETE MILLONES QUINIENTOS MIL
PESOS ($17.500.000), el día TREINTA DE SEPTIEMBRE DEL
AÑO 2011 el saldo de DIECISIETE MILLONES QUINIENTOS
MIL PESOS ($17.500.000) el día 30 de septiembre del año
TREINTA DE SEPTIEMBRE DEL AÑO 2012 [sic], reconociendo
un INTERES [sic] MENSUAL DEL UNO POR CIENTO (1%),
pagaderos dentro de los cinco primeros días de cada período
mensual, a partir del mes de octubre del año 2011. Los señores
ESPERANZA COMETA y ELMER ANTONIO CERTUCHE,
renuncian a cualquier reclamación posterior por este concepto.
[…]”
Para la Sala, una simple lectura de este acuerdo deja en evidencia que el
documento aportado como título ejecutivo no reunía las condiciones
necesarias para que la obligación allí contenida fuese demandada en
ejecución, por las siguientes razones:
Por otra parte, el artículo 1º de la Ley 640 de 2001, por la cual se modifican
normas relativas a la conciliación y se dictan otras disposiciones, establece
que el acta de conciliación debe contener lo siguiente:
82
“1. Lugar, fecha y hora de audiencia de conciliación.
2. Identificación del Conciliador.
3. Identificación de las personas citadas con señalamiento expreso de las
que asisten a la audiencia.
4. Relación sucinta de las pretensiones motivo de la conciliación.
5. El acuerdo logrado por las partes con indicación de la cuantía, modo,
tiempo y lugar de cumplimiento de las obligaciones pactadas.”
Con la entrada en vigencia del artículo 90 del Decreto ley 19 de 2012 –ley anti
trámites– se reafirmó que las actas de conciliación no requieren ser elevadas a
escritura pública. Sin embargo, también se precisó que:
83
Conforme a lo expuesto, resulta incuestionable la posibilidad de declarar la
existencia de la sociedad patrimonial218 entre compañeros permanentes y de
convenir su disolución y liquidación, mediante acta suscrita en un centro de
conciliación legalmente reconocido. Sin embargo, en este último caso es
necesario distinguir entre el acuerdo de voluntades tendiente a disolver y
liquidar la sociedad patrimonial, y la liquidación propiamente dicha, la cual,
por mandato expreso del artículo 7 de la Ley 54 de 1990, debe tramitarse por
el procedimiento establecido en el título XXX del Código de Procedimiento
Civil –hoy, sección tercera, título II, artículo 523 del Código General del
Proceso–. Ello, sin perjuicio de que los compañeros permanentes, siendo
capaces civilmente y estando de acuerdo, liquiden la sociedad patrimonial por
sí mismos ante notario público.
84
carece de validez, puesto que, como lo asegura la actora y según se encuentra
demostrado con las denuncias instauradas por ella ante la Fiscalía General de
la Nación y las medidas de protección que le fueron otorgadas219, se vio
forzada a firmar el acuerdo conciliatorio para no seguir siendo víctima de la
violencia física y psicológica que, para ese entonces, ejercía sobre ella el señor
Certuche, razón por la cual su voluntad estaría afectada por un vicio del
consentimiento o, incluso, la fuerza física anularía tal consentimiento220.
Así las cosas, comoquiera que el Juzgado Veintiuno Civil Municipal de Cali,
al aplicar el artículo 497 del Código de Procedimiento Civil y, en
consecuencia, librar mandamiento de pago en contra de Esperanza Cometa, no
verificó que el documento allegado como título ejecutivo reuniera las
condiciones exigidas en los artículos 488 del CPC y 1.5 de la Ley 640 de
2001, incurrió en un defecto sustantivo, pues la naturaleza interlocutoria del
auto de mandamiento de pago no le impedía desestimar el acta de conciliación
por ausencia de algún requisito sustancial para su validez y efectividad
inmediata.
85
de 2011, por medio del cual aquel cedió, en favor de su hijo menor de edad, el
50% de los derechos que tuviese sobre la vivienda de propiedad de la actora.
En sustento de sus afirmaciones, adjuntó al escrito copia de la querella
policiva221 formulada en contra del ejecutante, el 23 de julio de 2009, por actos
de amenaza, hostigamiento, insulto y perturbación a la tranquilidad; así como
copia de la escritura pública núm. 1523 del 2 de junio de 2011, otorgada en la
Notaría Quinta del Círculo de Cali.
“La verdad es que cada que tenemos algún problema el [sic] me grita
palabras groseras, tira las cosas delante del niño, trata de tirarme patadas,
son constantes las amenazas, no me deja hablar y tengo que quedarme
callada y dejar que el [sic] diga y haga lo que quiera, en varias ocasiones
me ha manifestado que si no le lavo la ropa me tengo que atener a las
consecuencias.”
Olvidó ese operador jurídico que, en los procesos ejecutivos, cuando el juez
encuentre probados los hechos que constituyen una excepción de fondo o de
mérito, deberá reconocerla de oficio222, salvo las de nulidad relativa,
prescripción y compensación que deberán alegarse en la contestación de la
demanda, conforme a lo dispuesto en el artículo 306 del CPC223.
86
de lo actuado por carencia de los requisitos de validez del título ejecutivo, lo
rechazó de plano, con sustento en que la solicitud se fundaba en hechos que
pudieron alegarse como excepciones previas o en el recurso de reposición
contra el mandamiento de pago. Para tal efecto, dio estricta aplicación al
artículo 143 del CPC224, sin tener presente que el objetivo de los
procedimientos es la efectividad de los derechos sustanciales 225 y, por
consiguiente, no puede renunciar a la verdad objetiva para privilegiar la
aplicación rigurosa de las formalidades procesales.
Una vez revisado el contenido del expediente ejecutivo allegado como prueba
al presente trámite, encuentra la Corte que, en efecto, la accionante no contó
con la garantía constitucional de una adecuada defensa técnica dentro del
proceso seguido en su contra. Sin embargo, es menester precisar que, en
principio, ello no obedece a una acción poco diligente de su apoderada, sino a
graves errores cometidos por el Juzgado Veintiuno Civil Municipal de Cali
derivados de una actuación al margen del procedimiento establecido y,
nuevamente, por la falta de aplicación de la perspectiva de género en la
interpretación y aplicación de las reglas que rigen este tipo juicios.
87
conocer mi trascendencia de violencia con el señor certuche y el estado de
violencia intrafamiliar y el desamparo de las autoridades competentes y
todo por carecer de recursos economicos [sic] para un abogado, de lo cual
he aprendido de una manera a otra a defenderme y contestar estas serie de
demandas interpuestas por el señor certuche. Por tal razon [sic] le
presento mis disculpas y a continuacion [sic] expongo en mis propias
palabras el cual no es prosedente [sic] la presente demanda […].”
Por otro lado, si bien es cierto que, el 8 de febrero de 2013, Esperanza Cometa
le otorgó poder a la abogada María Angélica Guarín para que asumiera su
representación, también lo es que ello no remedia el defecto procedimental
por ausencia de defensa técnica que se configuró desde la notificación por
aviso del auto de mandamiento de pago del 17 de enero de 2012, pues es más
que evidente que nunca tuvo oportunidad de proponer excepción alguna
contra aquella providencia. Aun así, la actuación de dicha profesional
tampoco resultó lo suficientemente diligente, al punto que admite serios
226 “ARTÍCULO 160. PROCEDENCIA. Se concederá el amparo de pobreza a quien no se halle en
capacidad de atender los gastos del proceso sin menoscabo de lo necesario para su propia subsistencia y la
de las personas a quienes por ley debe alimento salvo cuando pretenda a hacer valer un derecho adquirido
por cesión”.
88
repartos, si se tiene en cuenta que, por ejemplo: (i) no objetó la liquidación del
crédito, el avalúo catastral ni la actualización del crédito presentada por el
apoderado de la parte ejecutante; (ii) tampoco se opuso a la cesión de derechos
efectuada por Elmer Antonio Certuche; y (iii) no interpuso recurso alguno
contra el auto que fijó fecha para la diligencia de remate ni contra el auto que
le impartió aprobación. En cambio, (iv) recurrió en reposición la providencia
que ordenó la entrega del bien objeto de remate, pero no expresó las razones
que sustentaban el recurso, lo que generó su rechazo de plano; (v) solicitó en
sendas oportunidades la suspensión del proceso aduciendo que padecía
bursitis de rodilla, peticiones que fueron rechazadas por no constituir
enfermedad grave; (vi) formuló varios incidentes de nulidad que igualmente
resultaron rechazados de plano por fundarse en causales distintas a las
determinadas en la ley; y (vii) promovió dos acciones de tutela en las que
cuestionó la cesión del crédito y solicitó la suspensión de la diligencia de
remate, que terminaron siendo declaradas improcedentes por no haber agotado
los medios ordinarios de defensa que tenía a su disposición.
Dado que se ha logrado constatar que, durante el trámite del proceso ejecutivo
en cuestión, se presentaron diversas irregularidades por desconocimiento del
precedente constitucional, violación directa de la constitución, así como
defectos de carácter sustantivo, fáctico y procedimental, que implicaron la
afectación de los derechos fundamentales a la igualdad, al debido proceso, al
acceso a la administración de justicia y a una vida libre de violencia de
Esperanza Cometa, se ordenará compulsar copias del expediente T-7.127.827,
incluido este fallo, con destino a la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del
Consejo Seccional de la Judicatura del Valle del Cauca para que, en el marco
de sus competencias, adelante la investigación a que haya lugar por la
actuación de los jueces civiles que tuvieron a su cargo el conocimiento del
referido proceso ejecutivo y de la abogada María Angélica Guarín, quien
fungió como apoderada de la accionante.
89
inspección y vigilancia de los centros de conciliación, y en ejercicio de las
facultades conferidas en el capítulo IX del Decreto 1829 de 2013, adelante las
acciones a que haya lugar para verificar el cumplimiento de las obligaciones
legales y reglamentarias a cargo del Centro de Conciliación, Arbitraje y
Amigable Composición de la Universidad de San Buenaventura de Cali.
Por último, se instará al Ministerio de Justicia y del Derecho para que, en uso
de las facultades legales conferidas por el artículo 49 del Decreto 1829 de
2013, incluya, dentro los contenidos mínimos del programa de formación en
conciliación extrajudicial en derecho, un eje temático especifico en materia de
gestión de conflictos relacionados con formas de violencia contra la mujer e
introducción de la perspectiva de género en la función de administrar justicia,
en el que se tengan en cuenta los fundamentos jurídicos de la presente
providencia.
90
A través de la presente acción de tutela, la accionante alega que su apoderada
no formuló ninguna excepción ni interpuso recurso de reposición en contra del
mandamiento de pago, razón por la cual, el Juzgado Veintiuno Civil
Municipal de Bogotá ordenó seguir adelante la ejecución hasta decretar el
remate y avalúo del inmueble donde actualmente reside, sin que hubiese
tenido oportunidad de ser oída en el proceso para exponer los hechos de
violencia intrafamiliar que la forzaron a contraer la obligación ejecutada y
que, por tanto, le restaban validez a la letra de cambio aportada como título
ejecutivo.
Ciertamente, se encuentra acreditado que, una vez que Luz Consuelo Lucas
Romero solicitó el amparo de pobreza, el Juzgado Veintiuno Civil Municipal
de Bogotá, en providencia del 29 de junio de 2017, designó como su
apoderada a la abogada Rosa María Cuesta Vanegas, quien tomó posesión del
cargo el 31 de julio siguiente.
91
un año después, el 2 de agosto de 2018, para presentar la liquidación del
crédito por la suma de $4.292.435, cuando ya se había ordenado seguir
adelante la ejecución y decretado el avalúo y remate del bien embargado.
92
proferida por la Sala Civil del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bogotá, en la que se confirmó el fallo de primera instancia dictado el 8 de
abril de 2019 por el Juzgado Dieciséis Civil del Circuito de Bogotá que, en su
momento, denegó el amparo constitucional invocado y, en su lugar, concederá
la protección de los derechos fundamentales al acceso efectivo a la
administración de justicia, a la igualdad y al debido proceso de Luz Consuelo
Lucas Romero.
En tal virtud, se dejarán sin efectos las decisiones judiciales proferidas con
posterioridad a la providencia del 29 de junio de 2017 que concedió el amparo
de pobreza a Luz Consuelo Lucas Romero, para que el Juzgado Once Civil
Municipal de Ejecución de Bogotá rehaga la actuación procesal, previa la
designación de un nuevo apoderado judicial que asuma la defensa eficiente y
diligente de Luz Consuelo Lucas Romero.
Para tal efecto, se levantará la medida provisional decretada por esta Sala de
Revisión, mediante Auto 440 del 12 de agosto de 2019, en el que se ordenó al
Juzgado Once Civil Municipal de Ejecución de Bogotá suspender el proceso
ejecutivo de mínima cuantía promovido por Enrique Pinto Ortiz en contra de
Luz Consuelo Lucas Romero, e identificado con número de radicado
11001400302120160059400.
IV. DECISIÓN
93
RESUELVE
94
sentencia del 2 de mayo de 2019, proferida por la Sala Civil del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Bogotá, en la que se confirmó el fallo de
primera instancia dictado el 8 de abril de 2019 por el Juzgado Dieciséis Civil
del Circuito de Bogotá que, en su momento, denegó el amparo constitucional
invocado dentro del expediente T-7.404.113. En su lugar, CONCEDER la
protección de los derechos fundamentales al acceso efectivo a la
administración de justicia, a la igualdad y al debido proceso de Luz Consuelo
Lucas Romero.
95
DECIMOCUARTO.- LÍBRESE la comunicación de que trata el artículo 36
del Decreto 2591 de 1991, para los efectos allí indicados.
96
SALVAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO
ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO
A LA SENTENCIA T-344/20
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directa de la Constitución. Una lectura detenida del acta de
conciliación permitía establecer que la violencia sufrida condujo a la
mujer a contraer la obligación, para que esta cesara definitivamente.
Circunstancia que fue manifestada en el memorial presentado de
cara al mandamiento de pago y que debió ser analizada por el juez
ejecutivo.
ii) La falta de verificación de los requisitos del título valor exigidos en
los artículos 488 del CPC y 1.5 de la Ley 640 de 2001 configuró un
defecto sustantivo. En el acta de conciliación, la obligación de pagar
la suma de dinero a su ex compañero estaba sujeta a la liquidación
de la sociedad conyugal, la cual nunca fue realizada. Tampoco se
tuvo en cuenta que el acta pudo ser suscrita con su voluntad afectada
por un vicio del consentimiento.
iii) La aplicación irrestricta de la formalidad procesal configuró un
defecto fáctico y un defecto procedimental por exceso ritual
manifiesto. El juez accionado no tuvo en cuenta el memorial
presentado por carecer del derecho de postulación, no declaró de
oficio la existencia de excepciones de fondo como indica el artículo
306 del CPC y negó el incidente de nulidad porque se trataba de
cuestiones que tuvieron que ser expuestas como excepciones previas
o en el recurso de apelación contra el mandamiento de pago.
iv) La negativa a concederle el amparo de pobreza que era requerido por
la accionante por su precaria situación económica, aunque no fue
pedido expresamente, configuró un defecto procedimental por
ausencia de defensa técnica. Aunque ella contrató los servicios de
una abogada cuando había avanzado el proceso, esta no realizó
ninguna actuación para defender sus derechos.
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asegurar su defensa: no se opuso al mandamiento de pago a través de
excepciones ni recursos y solo concurrió a presentar la liquidación de crédito,
sin descontar lo abonado por la actora. La falta de defensa técnica condujo a
que esta no alegara, en el momento procesal oportuno, que la violencia física,
psicológica y sexual la forzó a contraer la obligación ejecutada, lo que a su
vez condujo a que se ordenara el remate de su casa. Advirtió al juez civil que,
al reiniciar el trámite de ejecución, debía atender la perspectiva de género.
Además, compulsó copias a la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo
Seccional de la Judicatura de Bogotá para que investigara la conducta de la
abogada e instó a la Fiscalía que conoció de la denuncia penal por violencia
intrafamiliar, para que determinara si había lugar al desarchivo de la
investigación.
10. Esa regla resulta aplicable a todas las tutelas que controvierten
decisiones tomadas dentro de procesos ejecutivos, porque busca un equilibrio
entre los derechos al debido proceso y a la vivienda de los demandados, y los
mismos derechos de quien adquirió de buena fe un inmueble en remate. No
obstante, una lectura en conjunto de la jurisprudencia de la Corte permite
inferir que no puede ser aplicada sin atender el contexto particular de cada
persona.
227 Sentencias SU-813, T-845, y T-1026 de 2007, T-1240 y T-328 de 2008, T-877 de 2010, T-107 de 2012,
T-881 de 2013, T-265 de 2015 y T-031 de 2016, entre otras.
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desplazadas. Concluyó que una vez inscrito el auto aprobatorio del remate, no
era posible anular el trámite ejecutivo y que le correspondía al Estado, a través
de sus políticas públicas, proteger a las víctimas228. Posteriormente, en el caso
de una familia cuyo padre fue objeto de desaparición en el conflicto armado 229
y en el de una mujer cabeza de familia que tenía a su cargo un hijo con
discapacidad230, declaró la improcedencia, pero, atendiendo sus condiciones de
vulnerabilidad, también analizó el fondo de los asuntos y negó el amparo al
considerar que las accionantes no habían sido diligentes en los procesos
civiles y que los jueces habían actuado de forma razonable231.
13. Adoptar una orden en ese sentido habría desvirtuado la consumación del
daño, puesto que la accionante habría mantenido la propiedad de su casa y el
adquirente habría recuperado lo invertido en razón de la cesión. También
habría evitado que la actora tenga que acudir ante la jurisdicción contencioso
administrativo para reclamar la reparación del daño causado por la actividad
judicial. Una solución en ese sentido era necesaria para reparar el abandono
de todas las autoridades públicas que no evitaron que los hechos de violencia
intrafamiliar siguieran sucediendo, como lo denunció Esperanza Cometa en el
memorial que le presentó al juez ejecutivo en los siguientes términos:
228 Sentencia T-448 de 2010.
229 Sentencia T-031 de 2016.
230 Sentencia T-516 de 2012.
231 Lo mismo sucedió en el estudio de la sentencia T-732 de 2017.
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“si bien es cierto no es de su competencia conocer mi trascendencia
de violencia con el señor Certuche y el estado de violencia
intrafamiliar y el desamparo de las autoridades competentes y todo
por carecer de recursos economicos [sic] para un abogado, de lo
cual he aprendido de una manera a otra a defenderme y contestar
estas serie de demandas interpuestas por el señor certuche. Por tal
razon [sic] le presento mis disculpas y a continuacion [sic] expongo
en mis propias palabras el cual no es prosedente [sic] la presente
demanda […].”
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ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO
Magistrado
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